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Guía #3 El Entorno institucional

Juan José Pérez

1. La Política Económica Bolivariana y la Institucionalidad

A partir de 2003, la política económica da un vuelco completo. Rompe de manera


radical con los postulados previos y con la propia constitución bolivariana, adaptándose
sobre la marcha a una imprevista e inusitada expansión rentística que no se esperaba.

En los años finales siglo pasado y comienzos del actual, era creencia generalizada
que la tendencia decreciente del precio del barril prevalecería a largo plazo. Según esta
suposición, los días del petróleo estaban contados, el fin del rentismo estaba cerca. En ese
ambiente pesimista se redacta la carta magna. Los proyectos de país que circularon por
entonces postularon una economía no petrolera, no rentista. Sin embargo, de manera
sorpresiva, en un brevísimo lapso, tal apreciación derrotista cambia por su opuesto.
Cambia la visión y la estrategia. Basándose en proyecciones de expertos, se destierra el
pesimismo y el país se embarca, otra vez, en la nave del rentismo, la misma nave que en
el siglo pasado nos llevó al primer colapso. Resucita “ La Gran Venezuela” de la década de
los 70, esta vez bautizada “Venezuela, Potencia Energética Mundial ”, con horizontes más
ambiciosos. Se afirma que los precios crecerían indefinidamente por largo rato debido al
agotamiento de las reservas a escala planetaria, con la excepción de Venezuela.

La reducción de la extracción en sintonía con la estrategia de la OPEP, que venía


ejecutándose con el propósito –real o fingido- de “conservar un recurso natural no
renovable”, cede el paso a lo contrario:incrementar la producción de 3 a 12 millones de
barriles/día (PDVSA, 2005)anunciado en plan “Siembra Petrolera” 2005-2030.

Sobre la presunción de precios en alza permanente y extracción creciente, se


desata en Venezuela una feroz contienda por el control de la industria petrolera y de la
Renta, confrontación que actualmente trasciende el marco nacional, como lo sabe una
persona medianamente informada. En unos momentos veremos de qué se trata.

Esa confrontación no ha cesado, se libra en dos frentes: uno institucional, De


derecho, pacífico, con vicios y triquiñuelas desde el cual se elabora un complejo
entramado jurídico-político y económico, que determina, paso por paso, quién está
facultado para distribuir la renta. Sobre ese eje gira la lucha política en Venezuela, quien
es el distribuidor autorizado de la renta. Un segundo frente, de polarización y violencia, De
hecho, que impone reglas de juego no escritas sobre el reparto de la renta y la riqueza. La
marcha de la economía, los resultados electorales, el control de los medios y de la
sociedad en general. La disputa empieza en 2001 cuando el líder de la revolución decide
mostrar las cartas de lo que quiere hacer con el petróleo, más específicamente, con la
renta: comprar activos privados y pasarlos a manos del Estado.

El estudio de las formulaciones de la PEB a corto plazo, de los primeros 4 años, no


prefigura o anticipa un rumbo predefinido. A primera vista son movimientos en zigzag, que
la mayor de las veces despista a los analistas. Antes de dar cuenta de su contenido,
ocupémonos de un aspecto de modesta apariencia, tomado como cuestión procedimental,
en torno a quién y cómo se implantan los arreglos jurídicos, solo así se podrá valorar su
importancia.

Una lectura ponderada de la Constitución Bolivariana (1999) revela que sus


preceptos hacen las veces de muro de contención levantado para evitar desmanes del BCV
o del Ministerio de Finanzas, impedir que los entes del Estado se extralimiten en sus
funciones y sacrifiquen objetivos económicos nacionales en pro de objetivos políticos. En
suma, contiene prescripciones para prevenir la reproducción de errores y abusos
cometidos durante la IV República, que según se hizo saber, desembocaron en el primer
colapso del capitalismo rentístico (crisis del neoliberalismo para algunos autores).

Un examen juicioso de la PEB de los primeros años, a la luz esas prescripciones,


arroja un escrutinio desconcertante. Por un lado, replica el esquema de política económica
instrumental seguido en la IV República. Y por otro juega a dos bandas: trata de ceñirse a
las pautas constitucionales, y, desafiando cualquier lógica, al mismo tiempo trata de
apartarse. ¿Cómo entender este oxímoron monumental? La explicación de esta paradoja
no puede ofrecerse sin constatar la existencia de dos centros de decisión en esos años.
2

Del primer centro de decisión, la Presidencia de la República, emanan decretos


que no apuntan a contener eventuales excesos de los entes del Estado, tal cual ordena la
carta magna, sino que, antes bien y de fácil constatación, van dirigidos a lo opuesto:
RESTRINGIR LA LIBERTAD ECONÓMICA DEL SECTOR PRIVADO, confiscaciones y
expropiaciones. En resumen, constreñir la actuación de productores y consumidores, tema
que por su relevancia se tratará por separado.

Desde el segundo centro, actuación coordinada del BCV y Ministerio de Finanzas,


se adoptan decisiones y directrices rigurosamente apegadas a la constitución. En las
siguientes citas el lector acucioso podrá certificar que, en principio, la orientación se alinea
fielmente con la CRBV. Entender esta dualidad de caminos inicial es fundamental para
comprender el “sí pero no” de las ejecutorias de política pública, que después se hará
rasgo persistente, más sofisticado. Más adelante se retoma este punto.

El Plan de la Nación 2001-2007 pretendía “cambiar la economía rentista por una de


tipo productivo que contribuya a mejorar la calidad de vida de los venezolanos”, (...), La
agenda bolivariana “convertirá el petróleo en palanca de desarrollo de otros sectores”. La
revolución aspira implantar “Un modelo productivo diversificado, competitivo, abierto hacia
los mercados internacionales, basado en la iniciativa privada y con presencia del
Estado en industrias estratégicas, pero con apertura a la inversión privada en el desarrollo
aguas abajo del tejido industrial; donde la productividad y eficiencia deben ser la base de
la rentabilidad empresarial” (Ministerio de Planificación y Desarrollo, 2001). Orientación
que desarrolla la prescripción constitucional.

En los hechos, esa orientación cambiará pronto 1, sus objetivos se harán obsoletos y
los instrumentos serán otros. Aunque atiende a un solo centro de decisión, será dual,
ambigua por la naturaleza misma del proceso, destruir elementos de la vieja sociedad y
diseñar, crear, edificar nuevas estructuras. Dualidad que comienza a desmontarse a partir
de 2018, punto de abordaje posterior. Mientras tanto se crean organismos rentistas ad
hoc, al margen de la legalidad con el propósito de “pagar la deuda social acumulada y
destruir el capitalismo” que, en los términos aquí utilizadossignifica invalidar o dejar
inoperativas las 5 reglas del capital.

Las contradicciones entre enunciados a corto y a largo plazo de la PE afloran al


variar las condiciones económicas en que fueron diseñadas. La realidad se encargará de
invalidar los trazos de planificación desactualizada. Las propuestas de “acabar con la
burocracia”, reducir el número de ministerios, recortar el bombeo de petróleo y acabar con
los reposeros, “nadie cobrará sin trabajar” pasan al olvido. Se hace lo que se dijo que no
se iba a hacer porque R creció de repente. Pero, vistos en la necesidad de no ahuyentar
aliados, algunas cosas no se divulgan. De modo que la PE despliega una estrategia dual,
de difícil asidero, imposible de cuestionar. PDVSA es de todos, en público. A lo interno,
PDVSA es roja-rojita. Ambigüedadevaluada como signo de inconsistencia o falta de
experticia por analistas y legos.

Esa estrategia dual resultó ser de gran eficacia política: desconcierta y confunde a
sus adversarios que no atinan a descifrar el rumbo. Y de gran eficacia económica porque
encubre, nada menos, que la apropiación de la R por parte del Ejecutivo, (puede leerse
como fuente de financiamiento) para acometer los grandes objetivos de la revolución
(distribución popular de R, destrucción del mercado y estatización de la economía).
Atendiendo al carácter ambiguo, la PE a corto plazo está a la vista. Mientras que las
formulaciones silentes a largo plazo (decretos presidenciales), aguardan a que maduren
las condiciones. Ejemplo, las leyes comunales promulgadas en 2009-2010 aún sin
ejecución2. No se dejan traslucir los objetivos hasta que se considere conveniente (Balza,
2009; Baptista, 2005) Los medios de comunicación y la propaganda difundirán lo
conveniente, los cerebros administrarán el silencio, hasta que llegue “su” momento.

1
No es que se albergaran dudas acerca del camino a seguir. La cuestión era el momento
oportuno. La revolución vacila, porque los precios del petróleo retroceden en el tercer año y teme
que se reedite la secuencia típica en décadas previas: subir dos, descender tres peldaños.
2
En caso de ver amenazada la continuidad del poder, pudiera desconocerse, o relegar a un
segundo plano, autoridades elegidas de manera legítima aduciendo el cumplimiento de la ley.
Esto es una especulación, pero puede constatarse la existencia de leyes promulgadas sin
aplicación efectiva, por ahora. O solicitudes que esperan sentencia.
3

La inobservancia de los preceptos desde la cima del poder (26 constituciones ha


tenido Venezuela) más que excepción, ha sido la regla. En vez de cambiar las prácticas, se
cambia la constitución. No hay espacio para explayarnos en el tema, baste un evento “de
bulto”. El mismo día que se sanciona la constitución anterior, el 23 de enero de 1961, se
promulga un decreto que prorroga la suspensión de garantías (libertades) económicas,
interrumpidas mediante decreto que data de 1939. Garantías parcialmente restablecidas
30 años después. En el segundo mandato de Caldera se suspenden por un año y se
restauran. En el período bolivariano la suspensión de garantías y derechos comenzó
incluso antes de asumir el poder oficialmente, como mostraremos de seguidas, aunque sin
recurrir a decretos ni a pomposos anuncios.

Hasta el año 2003 la PE instrumental (monetaria, cambiaria y fiscal), de corto


plazo, visible y ruidosa, conservó las líneas trazadas, cumplió su función estabilizadora,
digamos. Intentó amoldarse al entorno basculante, al sube y baja de la renta y los precios.
Con la novedad que incorpora el componente militar en la ejecución de programas
sociales. La PE estructural, de largo plazo, elige la vía legal, directrices convertidas en
decretos de aplicación no inmediata, conservadas en estado latente, y que palatinamente
sustituyen las reglas de juego contempladas en la CRBV y que dotan al Ejecutivo de un
piso legal, discutible pero legal al fin, para disponer de la R. Sin resultados visibles de
momento, alcanzó jugosos dividendos en cuanto a acumulación de poder: las leyes dicen
que sólo el líder tiene potestad de crearlas y modificarlas. “El ánimo de control del nuevo
presidente no se limitó a la Fuerza Armada, requería tener bajo su control todos los
poderes públicos” (Salmerón, 2013). El control presidencial sobre los demás poderes se
llevará a cabo “a pleno sol”, en abierta trasgresión del artículo 183 de a CRBV: “Toda
autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”.

La des-configuración institucional arranca, por muy extraño que parezca, antes del
el primer día. La constitución bolivariana se aprueba mediante referéndum el 15 de
diciembre (abstención, 55,6%). En el lapso que media entre la promulgación y la entrada
en vigencia, la Asamblea Nacional Constituyente, (ANC) aprovechando que la CRBV aún
no había sido publicada en Gaceta Oficial, perpetraun golpeal auto-atribuirse poderes que
nadie le ha conferido (su misión era redactar el texto). Abusivamente decreta el “Régimen
de Transición del Poder Público” que centraliza en una persona la designación de las
cabezas de los poderes públicos. Así comienza la destrucción institucional, proceso que no
se ha detenido.

El decreto contempló la designación provisional [quedaría para siempre] del TSJ,


del Fiscal General de la República, (FGR) del Consejo Nacional Electoral, (CNE) y del
Defensor del Pueblo a dedo, en violación de lo pautado en la constitución anterior del 61 y
en la nueva de 1999. Atribuciones y competencias del parlamento (el extinto Congreso
Nacional, antecesor de la AN, estaba en manos de la oposición) fueron conculcadas.
Después vendrían las leyes habilitantes en que la AN delega su Poder Legislativo al
Ejecutivo, ahondando en desmantelamiento institucional.

Para formarse una idea completa de los asuntos envueltos, léase con atención el
siguiente trozo y saque usted mismo las conclusiones 3.

“Artículo 335. El Tribunal Supremo de Justicia garantizará la supremacía y


efectividad de las normas y principios constitucionales; será el máximo y último
intérprete de la Constitución y velará por su uniforme interpretación y aplicación.
Las interpretaciones que establezca la Sala Constitucional sobre el contenido o
alcance de las normas y principios constitucionales son vinculantes para las otras
Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la República”.

Los decretos leyes van concentrando en el Ejecutivo competencias que no le


corresponden. El sistema de órdenes y prohibiciones que va emergiendo desde la
Presidencia de la República, no califica propiamente como política económica. En rigor, se
trata de normas (régimen económico) con propósitos no explícitos de momento, sin que
puedan catalogarse de imprecisas. Los decretos señalan con precisión quien decide,
aunque el contenido sea vago. Sucesivas reformas se encargarán de los detalles.

3
Se interpusieron varios recursos de interpretación al respecto, concluyendo que a 5 personas les
compete determinar qué es constitucional y qué no. Ni siquiera la plenaria del TSJ tiene
potestadpara modificar, revisar o apelar un fallo.
4

Los aspectos jurídicos aunque importantes, son secundarios en este escrito.


Interesa destacar la vulneración del esquema de libertades que inhibe las inversiones
entrabando el proceso de acumulación y el crecimiento económico. Prácticas comerciales
de toda una vida pasan a ser ilegales,calificadas de actos terroristas o de acciones de
guerra no convencionales. El control del poder, no obstante, permite, si es el caso,
legalizarlas de nuevo4.Si una empresa se niega a vender un producto regulado por debajo
del costo (regla de oro), es declarada enemiga de la patria, y se postula candidata a
expropiación. A esas reglas de juego que favorecen o entraban el desarrollo, la ciencia
social las denomina “instituciones”. Cuando se carece de ellas, reina la incertidumbre, la
desconfianza, se abre la puerta a la arbitrariedad, a la discrecionalidad de los funcionarios,
al abuso de poder. Hecha la acotación, volvamos al cambio de orientación de la PE
ocasionado por la explosión rentística que vivió el país coincidiendo con la finalización del
período de protestas.

2. La llamada distribución popular de la renta

La plana mayor del equipo en funciones de gobierno, convencida por las


proyecciones optimistas de precios divulgadas (tema que abordaremos en Guía #4),
decide en 2003 avanzar “como sea” en la distribución de la renta sin cumplir extremos
legales ni constitucionales. Saltándose, entre otras, la disposición “No se hará ningún tipo
de gasto que no haya sido previsto en la Ley de Presupuesto” (Art. 314 CRBV), se empieza
a configurar un espacio económico rentístico que pretende suplantar al mercado (donde
no regirán las leyes del capital). El reparto de la renta sirve al doble propósito de organizar
los seguidores en torno al líder (Misiones Sociales), y promover el intercambio de
mercancías sin fines de lucro.

Hasta entonces, muchas cosas no estaban claras dentro del Proceso. La renta
petrolera internacional, destinada en el siglo XX a la conformación del mercado capitalista
venezolano, en el vuelco radical de la política económica, servirá al propósito contrario,
“en permanente elaboración y experimentación” (Plan de la Patria, 2008). A los fines de
destruir el mercado capitalista (LOSSA, 2008).

El discurso de la PEB, asume dos grandes objetivos históricos, no complados en la


carta magna.

a) Distribuir la Renta (petrolera) en procura del igualitarismo social, “que todos


vivamos en similares condiciones”.

b) Suprimirel mercado como mecanismo de asignación de recursos, espacio


económico donde se determinan salarios y beneficios.

Llegados a este punto, es imperativo advertir que ambos objetivos tienen como
prerrequisito precios del barril en ascenso. No pudieron formularse antes, no fueron
concebidos con antelación. Este no es un mero detalle anecdótico.
Enfáticamente, surgieron a posteriori. De allí el vuelco de la PE. Digamos que
forzada por las circunstancias se vio obligada a mutar, abrir cauce a la creatividad para
gastar el alud de dólares: Fundos Zamoranos, círculos bolivarianos, gallineros verticales,
misiones, integración solidaria, cupos electrónicos... Programas que amplían su cobertura
según se expande la renta, y/o el endeudamiento. La revisión bibliográfica efectuada,
arroja como saldo que no hubo previsiones para la sostenibilidad de las misiones en caso
que fallara la renta. El régimen económico supuso expansión ilimitada de la R; “estamos
condenados al éxito” serían las palabras del líder. Sobre esa base actuó.

De manera similar –valga la digresión- ha de explicarse el vuelco que viene


experimentando la PE a partir de 2018, inesperado giro que no pudo prefigurarse y cuyas
razones permanecen en la penumbra. Sin duda, el vuelco es consecuencia del colapso
conjunto de la R y del PIB, en la que el Estado se queda sin financiamiento orgánico y la
producción nacional se desmorona. Se trata de un callejón sin salida, una solución T.I.N.A.
(Thereis no alternative), como dicen los ingleses. La única opción es devolverse.

De regreso a la tasa de cambio, además de precios altos, con miras a rendir los
dólares (maximizar las Importaciones), la PE apeló a la vieja práctica del capitalismo

4
Las vicisitudes del dólar constituye buen ejemplo. Libre convertibilidad en 2002, controlado en
2003, ilícito en 2005, criminal en 2013 y “gracias a Dios tenemos el dólar” en 2018.
5

rentístico del siglo XX,comentada páginas atrás: dejar sobrevaluar moneda; “anclar el tipo
de cambio”, apartarse de la prescripción 5 académica: ajustar el Tc a las variaciones del
INPC. Permanecerá anclado 2,15 Bs x 1$ entre 2005 y 2010.

En 2005, la PEB incorpora dos elementos que reverberaban en el ambiente: el


propósito oficial de instaurar el llamado Socialismo del Siglo XXI y “la pretensión del líder
de perpetuar su hegemoníajunto a la de un grupo político definido por su relación de
fidelidad con él” (Urbaneja, 2013: 358). Apoyándose en decretos, plantea la redistribución
de la propiedad y la riqueza por parte del Estado o directamente por las comunidades EN
FORMA PACÍFICA. (Repasar distribución y redistribución, Guía #0, a objeto de diferenciar
las ejecutorias del capitalismo y el socialismo rentístico).

Al incorporar los arreglos mencionados, el punto b) queda reformulado ya que


minimizar la economía privada implica el objetivo cruzado de sustitución progresiva por
cooperativas y empresas de producción social (que no persiguen la acumulación de
capital), como fase intermedia tras el objetivo terminal de

c) Estatizar la economía. “El Estado conservará el control total de las actividades


productivas que sean de valor estratégico para el desarrollo del país” (Plan de la
Patria, 2008). De modo que mientras se minimizala gestión empresarial, en
simultáneo se maximiza la adaptación o sometimiento de a lasdisposiciones
gubernamentales, pero no sólo eso. En todos los países el Estado interviene en
grados variables, el caso venezolano es diferente. El sedicente socialismo pretende
abolir la propiedad privada, erigir al Estado como único propietario.

(Recordar que la renta es un ingreso que remunera la propiedad territorial, de ahí el


interés del Estado en maximizar la renta y promover el rentismo).

Si se observan las cosas desde otro ángulo, y asumimos el aforismo “la revolución es
pacífica pero armada” podría pensarse que el Proceso[de Transformación] no es otra cosa
que trasvasar renta a los seguidores del líder para garantizar la continuidad en el poder y
traspasar la propiedad de las grandes corporaciones capitalistas al Estado quien financiará
pequeñas unidades productivas de carácter comunal. Pero la aspiración va más lejos.

3. La des-configuración del marco institucional

En la pretensión de despojar a los ciudadanos de sus propiedades, es poco lo que


la PE tradicional podía aportar, resultaba inapropiada, por no decir inútil. Más aún, en
atención alobjetivo de estatizar la economía, la joven constitución bolivariana se erige
como obstáculo. ¿Cómo saltarse los artículos 112 y 299 que consagran sin reservas la
propiedad privada? ¿Cómo evadir la rendición de cuentas? Más en concreto, ¿cómo hacer
lo que la constitución expresamente prohíbe? Por ejemplo, exclusividad de la política
monetaria y cambiaria al BCV (art. 318).

Más adelante se retomará este tópico, por ahora, subráyese el curioso intercambio
de roles y la reacción de la sociedad en su conjunto, cuando los sectores políticos más
avanzados detectaron la amenaza que se cernía sobre la propiedad privada con la
promulgación de 49 leyes inconsultas en el marco de delegación legislativa presidencial en
el año 2001, en el marco de la 2da habilitación presidencial.
Quienes se opusieron a la CRBV en 1999, terminarían siendo sus defensores y
quienes la propulsaron, sus detractores. A finales de 2020, la Asamblea Nacional
Constituyente, ANC, a quien se encomendó actualizar el texto constitucional en 2017, a
pesar de haberse excedido en un año, desistió de su propósito. No llegó a modificarse,
pero sí dictó leyes, extralimitándose en sus funciones, que condenan la economía de
mercado. Esta contradicción es elemento clave para entender la economía bajo la
administración de Nicolás Maduro, alianzas estratégicas con transnacionales y negocios
caracterizados por la opacidad con el sector privado, sin alusión a la Distribución de la
Renta Petrolera y Minera por razones que el lector avisado ya habrá intuido: limitarían la
discrecionalidad del Presidente, disminuyendo su poder.

5
Desde septiembre 2021 se intenta hacer algo parecido, anclar el dólar alrededor de los 4,30 Bs,
mediante inyecciones “quema” de divisas por parte del BCV. La diferencia es que a comienzos de
siglo habían dólares rentísticos en abundancia. Y hay datos no divulgados.
6

En 2020 se disolvió la ANC, su última labor legislativa, el golpe de gracia, fue la Ley
Antibloqueo que dota de poderes especiales al presidente, dejando en suspenso la
aplicación de la constitución y las leyes. Es el cierre de una cadena de eventos iniciados en
marzo 2016, luego de que la Oposición lograra mayoría calificada en el parlamento,
culmina con la declaratoria de Estado de Excepción y Emergencia Económica, prorrogado
cada dos meses hasta el presente. (La CRBV es explícita, puede extenderse una única vez,
por 60 días, requiriendo el consentimiento de la AN).

En la Guía #0 se expresó que las evaluaciones de la PE rectamente habrán de


hacerse atendiendo a los objetivos trazados. Esa tarea nos aguarda, pero con el fin de
listar elementos para un debate sustentado, abónese en anticipo que, si bien el modelo
rentista arrastra el problema de constitucionalidad dudosa, eso de por sí no lo hace
inviable, aunque dificulte su accionar. Tampoco es asunto que concierna a estas páginas.
Es inviable porque es un modelo que se auto derrota, si vale el término. Aspira a un
desarrollo endógeno, atendiendo a un objetivo nacionalista, por un lado. Pero por otro, la
política presidencial es hostil al sector privado. En particular, la política cambiaria
(básicamente la sobrevaluación del bolívar), eje de la PEB, hace todo lo posible por
sustituir la producción nacional por productos importados. Verdadero auto sabotaje.

A finales de 2012, el modelo económico de distribución centralizada de la renta con


estatización de la economía, inicia su segundo colapso, justo en el momento en que el
precio del barril llega a su máximo histórico, tal como se mostró en la Tarea #0,
contradiciendo creenciasarraigadas. Detalle este de altísima significación.

4. El segundo colapso productivo

En 2013 comienza la recesión más profunda de la historia venezolana (Santos,


2019; Hausmann, 2020, Sutherland, 2021) y no sabemos si la más larga. Aunque en 2021,
mostró levessignos de recuperación.El colapso es resultado de acciones, omisiones,
estrategias y medidas destinadas a suprimir la economía privada. Especie de bumerang
que no termina por entenderse. Los arreglos temporales de la PEB, que fueron dando
concreción a los objetivos estructurales, se han implantado casi en su totalidad. El objetivo
político de destruir la economía privada, constituye un logro parcial. Aunque ese logro, en
su onda expansiva arrasó, sin proponérselo obviamente, la incipiente economía social y las
empresas del Estado. Las empresas públicas quebraron o funcionan a pérdida, víctimas de
la competencia con importaciones baratas, condenando a sus trabajadores a salarios
misérrimos, como parte de la autodestrucción.

Al presente, el objetivo de distribuir la renta petrolera ha naufragado. La gravedad


de la situación llevó a la impresión de dinero inorgánico y a la hiperinflación. El cuadro se
agrava con la caída del barril en 2014. Luego de 100 años de explotación petrolera, en
2018 ocurre lo impensado: la R se hace negativa. El petróleo deja de ser negocio para
Venezuela. De repente pasamos a ser importadores de petróleo. La economía se ha
transformado grandemente pero el rentismo no ha muerto. Ha mutado, está encontrando
otros cauces. Su estudio queda diferido, tema de un material posterior.

El itinerario del colapso, declive histórico de la renta en el siglo XXI (¿el último?) y
las políticas asociadas al reparto de R han mutado. Antes de dar cuenta del cambio
institucional en curso, es oportuno mencionar el Arco Minero del Orinoco, AMO. El Plan de
la Patria 2019-2025 dibuja su potencial desarrollo, lo insinúa como relevo, pero hasta ahí.
Poco se sabe a ciencia cierta, se ha dicho que grandes lotes del AMO han sido cedidos en
concesión a transnacionales que trabajarán en alianza o por separado con la CAMINPEG,
empresa militar para explotación de petróleo y minería, y a gobernadores en ejercicio. La
superficialidad de la información impide abordar el tema con el rigor merecido.

Hoy, mayo 2022, el país se debate entre retomar el papel tradicional de la PE y ver “cómo
salimos de esto”, mientras se desaplican controles, se liberalizan los mercados, pero nada
que se modifican las leyes anti mercado. La disyuntiva es: ¿Restablecer los equilibrios
económicos y la vigencia de la CRBV o avanzar en el proyecto trazado?

Para Antulio Rosales (2021) la reciente medida de reconversión monetaria (la tercera en


su estilo desde el segundo gobierno de Hugo Chávez hasta hoy), que quitó seis ceros a la
moneda nacional, el bolívar, ha pasado casi inadvertida. La medida incluye el ostensible
nacimiento del bolívar digital, reconocimiento formal de una realidad ya conocida por la
7

población: el uso de medios electrónicos a falta de medios de pago tradicionales, amén


del creciente uso de monedas extranjeras, criptomonedas y oro.

En 2022, en el contexto de la pandemia, luego de que EEU impuso sanciones, han crecido
las importaciones, se extiende el uso del dólar para transacciones y las criptomonedas
ganan terreno.Se decretó un Impuesto a las Transacciones Financieras, el sedicente IGTF.

Se concluye que no se dispone de suficientes elementos para dilucidar si corresponde a


una estrategia coyuntural o se trata de un giro estructural.

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