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Historia 4. Inidad 1.
Historia 4. Inidad 1.
La agricultura
Los tres principales cultivos de la economía griega eran la vid, los cereales y los
olivos. No obstante, debido a la naturaleza del terreno griego, en el que
abundaban las montañas, llegó un momento en el que los cultivos griegos no
fueron suficientes para garantizar el autoabastecimiento. De ahí que, ante
una producción agraria insuficiente se recurriera a los cultivos de las colonias.
La principal importación para los griegos era el trigo, aunque también hay que
tener en cuenta la importancia de otras materias primas importadas tales como el
papiro y la madera. En cuanto a las exportaciones, los griegos vendían al exterior
aceite de oliva, vino y cerámica.
No hay que olvidar que, en aquellos tiempos, no solo se comerciaba con materias
primas, sino que existía un comercio generalizado de esclavos. Precisamente la
fuente de este comercio de esclavos eran los prisioneros capturados en guerras,
la piratería y el bandidaje.
El desarrollo de este tipo de finanzas permitió que los bancos guardasen metales
preciosos y desarrollasen labores de cambios de moneda, así como también se
encargaban de establecer en qué términos se efectuaban los cobros y pagos. Sin
duda, fueron de gran importancia a la hora de financiar el comercio y el
transporte. La banca no solo fue privada, sino que hacia el siglo IV a. C. ya se
crearon los primeros bancos estatales, que ofrecían financiación a Estados y
particulares.
Existían gran variedad de impuestos directos, como los que pagaban artesanos,
médicos, escritores, abogados y las grandes fortunas. Incluso los extranjeros y los
libertos debían abonar impuestos de carácter personal. También el arriendo de
tierras, la pesca, el comercio (aduanas, carga y descarga de mercancías en
puertos), la adquisición de derechos de ciudadanía y la minería estaban
sometidas al pago de tributos.
La artesanía
En el capítulo del gasto público nos encontramos con que Roma necesitaba
mantener un gran ejército para mantener su vasto territorio. De ahí que una parte
importante de los gastos se destinase al mantenimiento del ejército. También el
aparato burocrático del Estado se llevaba buena parte del gasto, sin olvidar los
fondos empleados en el mantenimiento de las calzadas, las estaciones de postas
de correos y los gastos de palacio.
Mientras que las minas más rentables solían quedar en manos del Estado, las
menos productivas se entregaban en régimen de alquiler. Por lo que, quienes las
explotaban, debían abonar un canon a Roma. Quienes explotaban las minas
tenían libertad para elegir entre mano de obra libre y mano de obra esclava.
Actividades agropecuarias
Los patricios, como la élite social, disponían de lujosas villas y explotaban grandes
extensiones de terreno o latifundios. Mientras tanto, los esclavos se encargaban
del trabajo en el campo, donde se producían diversos alimentos. Estos productos,
al ser perecederos, se transportaban diariamente a los mercados.
También existían pequeños agricultores que poseían pequeñas propiedades o
que arrendaban tierras a los patricios. Como contraprestación, los pequeños
agricultores libres entregaban parte de la cosecha a los patricios.
La artesanía
Más aún, los artesanos solían servirse de materias primas locales para sus trabajos.
Así, profesiones como los carpinteros, los herreros y las mujeres tejiendo en los
telares jugaron un papel importante en la economía del Imperio romano.
El comercio
En la época del Imperio romano, el mayor nivel de tráfico comercial, tuvo lugar
dentro de las fronteras del propio Imperio.
El puerto de Ostia resultó vital para la economía del Imperio romano, mientras
que, en Oriente, el puerto de Alejandría era el más importante. Dada la
importancia comercial de los puertos, el Estado efectuó importantes obras para
su mejora. En este sentido, los puertos eran dotados de faros y almacenes.
En la Atenas del siglo V antes de Cristo había establecidas tres clases sociales bien
diferenciadas:
1. Los ciudadanos. Eran los únicos terratenientes, ya que podían poseer tierras y
dedicarse a los asuntos de la polis (ciudad). La mejor ocupación de la clase
ciudadana eran los asuntos políticos de la urbe, un verdadero trabajo vocacional
para esta clase social.
3. Los esclavos. Eran los parias de la época. Estaban en el último peldaño del
escalafón. No eran libres, sino que pertenecían a otras personas. No tenían
derechos sobre sus personas, ya que sus cuerpos pertenecían a sus dueños, por lo
que estaban obligados a trabajar para ellos. Sin embargo los propietarios no
tenían derechos de vida o muerte sobre sus esclavos.
Según fueron pasando los años, los esclavos pasaron de un trabajo únicamente
doméstico, que servía de ostentación para sus dueños, a realizar encargos de
mayor relevancia en la agricultura, la industria e incluso en la artesanía. ¿Ha visto
nuestros Cruceros Islas Griegas? Además también puedes ver nuestros Viajes Islas
Griegas, Semana Santa en Grecia, y por supuesto todos nuestros Viajes a Grecia.
Entre los elementos comunes a la sociedad griega, habría que señalar el idioma:
hablar un mismo lenguaje era para los griegos sumamente importante. De hecho,
los helenos consideraban como “bárbaros” a todos aquellos pueblos que no
hablaban el griego. Algo similar ocurría con la religión. En resumen,
eran politeístas. A través de los mitos contaban las historias de sus dioses.
Realizaban celebraciones en su honor, como por ejemplo los Juegos Olímpicos,
en honor a Zeus. La religión era algo importante en esta sociedad.
Algo similar ocurría con la historia. En efecto, los griegos poseían una historia
común. Se sentían herederos de un pasado conjunto y por eso valoraban los
poemas de Homero que reflejaban ese pasado, con episodios de orgullo como la
guerra de Troya. Desde temprana edad los estudiaban y memorizaban.
Pero lo que sin duda unificaba y hacía que los griegos tuvieran unos rasgos
definidos era la distribución como sociedad.
Los Clerucos: Esta clase social estaba integrada por los miembros de una colonia,
enviada por Atenas como castigo contra los que se sublevaban. A los miembros
de la expedición se les asignaba un lote de tierra, por lo que poseían un estatus
social medio.
Cuando era época de guerra los esclavos podían ser reclutados para el ejército.
No disponían de derechos civiles, aunque si que participaban en el culto público.
Pero ser esclavo no significaba necesariamente serlo para toda la vida. Un
esclavo podía comprar su libertad e incluso obtenerla de su amo.
LOS PATRICIOS
En un principio los patricios eran los que componían el Senado Romano, sin
embargo, un cúmulo de escándalos durante la época de la República provocó
que solo algunos patricios designados por el propio emperador, formaran parte
del Senado y de su propio consejo personal.
Cabe decir que con el paso del tiempo el patriciado fue cediendo importancia
en favor de cierto sector de los plebeyos, que estaban adquiriendo importantes
riquezas y derechos. Así, el número de plebeyos terminó siendo mayor que el de
los patricios, e incluso comenzaron a ocupar rangos importantes en el ejército,
algo que había estado destinado exclusivamente a los patricios.
Entre los derechos de los patricios estaba ocupar las magistraturas y cargos
importantes en el consejo del emperador y en el Senado, ser jefes de las legiones
romanas, estaban autorizados a tomar posesión de las tierras conquistadas,
podían entrar en colegios y círculos de Sacerdotes, así como ejercer el culto de la
ciudad. Además, tenían el derecho a poseer 3 nombres.
Así se denominó en la Roma primitiva a todos aquellos que estaban por fuera del
grupo de los Patricios. Originalmente carecían de derechos, pero a través de
siglos de luchas sociales se les fueron reconociendo derechos similares a los de los
Patricios. Entre ellos el de ser Ciudadanos Romanos, a elegir representantes y a
tener sus propias instituciones políticas.
Entre los plebeyos había grandes diferencias económicas, por lo que dentro de
los denominados Plebeyos se pueden distinguir los siguientes grupos: nobles,
caballeros y clientes.
Nobles: Eran los plebeyos más ricos, que se igualaban a los patricios por su fortuna
y por ocupar los cargos políticos más importantes.
Caballeros: Eran plebeyos con una fortuna intermedia, que obtenían por sus
trabajos como comerciantes, agricultores o profesionales, llegaban a ocupar
cargos políticos de mediana importancia.
Los esclavos eran los principales actores de las “funciones” que se realizaban en
los coliseos y anfiteatros romanos, donde a menudo debían luchar a muerte entre
ellos, enfrentarse a guerreros provistos de armaduras y grandes espadas, pelear
contra animales salvajes o resistir en las carreras de cuadrigas, entre otras lindezas.
Cabe destacar que durante la época del Imperio el número de esclavos y la
crueldad hacia ellos llegó a sus límites máximos, llegando hasta el punto de que
algunos mandatarios decidieron legislar en contra del maltrato a los esclavos. Se
cree que en aquella época existían solo en Roma casi 300.000 esclavos, y que
algunas de las familias más ricas podían llegar a tener 1.000.
En definitiva, estos colonos pasaban a vivir en libertad, pero tenían que seguir
trabajando la tierra de los terratenientes ricos para sobrevivir. Además, para
poder cultivar la tierra debía de pagar un canon o impuesto al terrateniente.
Por otro lado, los colonos no tenían derecho a ejercer ningún cargo público, y en
el caso de que el dueño vendiera sus tierras a otro terrateniente, el colono
también formaría parte del acuerdo, es decir, pasaría a manos de otro
terrateniente.
Cabe destacar para terminar que el Imperio Romano estuvo marcado por la
desigualdad entre las clases sociales, el lujo de unos y la esclavitud de otros, y
también en las continuas tensiones y luchas por el poder y derechos entre
diferentes clases, como los patricios y los plebeyos.
El Imperio Romano duró más de un milenio, con lo cual, también sufrió numerosas
evoluciones, tanto a nivel político, como económico o territorial, pero también en
los referente a las clases sociales. Por ejemplo, algunos esclavos podían dejar de
serlo, o algunos plebeyos podían llegar a convertirse en personalidades muy
importantes, incluso cercanas al Emperador.
LAS MUJERES EN EL IMPERIO ROMANO
Podemos considerar que las mujeres en el Imperio Romano tenían una condición
social en sí misma, independientemente de que las diferentes circunstancias de su
nacimiento pudieran darles un mayor poder de decisión que a otras.
Obviamente, las posibilidades, tanto a nivel social como económico que tenía,
por ejemplo, una emperatriz, no eran las mismas que las de una esclava pero, en
cualquier caso, las mujeres se veían sujetas a unos condicionamientos sociales
específicos para su sexo en la Antigua Roma.
Además, también es cierto que las leyes romanas protegían los intereses de las
ciudadanas, pues podían tener propiedades, presentarse a juicios o, incluso,
emanciparse si se seguía un procedimiento legal muy estricto, algo muy diferente
a lo que le ocurría a las mujeres de otras culturas antiguas, como la griega o la
mesopotámica.
Los tiempos tan singulares que estamos viviendo en temas políticos, quizá hagan
conveniente echar la vista atrás y recordar cómo nace la política, dónde y para
qué. Con ese fin, es esencial fijar la vista en Grecia, y especialmente en Atenas,
donde se gesta por primera vez la democracia.
Es alrededor del siglo VIII a.C. que en la Antigua Grecia surge la necesidad de
estructurar de otra forma la sociedad, la complejidad de la misma y el contacto
con otras culturas reclamaban novedosas maneras de convivencia.
Sin embargo, no hay que olvidar que todo esto ocurría en el siglo V a.C., por lo
que la democracia ateniense no tenía en cuenta a las mujeres, a los metecos o
extranjeros y tampoco a los esclavos. A pesar de ello, fue el nacimiento y la
simiente de nuestra actual democracia.
La República romana, que se extendió entre los años 509 y 27 a. C según las
fechas tradicionales, tuvo una interesante organización política, única en la
Antigüedad, que vamos a tratar en este post.
MAGISTRATURAS
El nombre procede del latín magister (“el que es más”). Tenían el poder ejecutivo
bajo supervisión del Senado. Conforme Roma fue ampliando su territorio fueron
necesarias cada vez más magistraturas y más miembros en ellas. Para acceder a
ellas había que cumplir antes diez años de servicio militar. No se podía aspirar a
las magistraturas más importantes directamente sino que se seguía
obligatoriamente un orden jerárquico, el llamado Cursus Honorum. Había cuatro
de ellas en el Cursus Honorum: cuestores, ediles, pretores y cónsules. Además de
estas había otras de carácter especial: los tribunos de la plebe, los censores y, en
situaciones de emergencia se podía designar un dictador con su adjunto, el
maestre de caballería.
Lucio Cornelio Sila, el primer dictador que se atrevió a superar el periodo máximo
de seis meses de mandato extraordinario. El segundo en hacerlo, César, fue
asesinado y posteriormente se eliminó esta magistratura.
Las magistraturas tenían unas características generales: eran anuales, por lo que
solo se podían ejercer un año a partir del 15 de marzo en los primeros tiempos y
del 1 de enero más adelante; eran gratuitas, por lo que no estaban remuneradas;
eran colegiadas, lo que significaba que los magistrados del mismo escalafón eran
iguales entre sí y había al menos dos para compartir el poder y evitar
personalismos peligrosos; además, cada magistrado podía ejercer el derecho de
veto sobre sus colegas y sobre magistrados inferiores. A esto se suma que todos los
magistrados tenían la potestas, autoridad civil con significado político y jurídico.
Luego estaban los magistrados con imperium, poder militar, que eran los
superiores: cónsules, pretores y el dictador cuando lo hubo, pudiendo condenar a
muerte a un ciudadano. Ni qué decir tiene que solo los hombres mayores de una
determinada edad y con poderío económico podían aspirar a ser magistrados ya
que el hecho de ser gratuitas impidió el acceso a las clases populares a las
mismas.
- Cónsules: había siempre dos, votados el mismo día cada año, y eran
elegidos los dos hombres con más votos. Tenían el mando militar y civil supremo,
siendo las cabezas del Estado. Convocaban los comitia centuriata y el Senado.
Curiosamente, esta organización con dos jefes del Estado anualmente sigue
existiendo en San Marino, en donde anualmente hay dos capitanes regentes.
- Tribunos de la plebe: al principio había dos y más tarde hasta diez. Eran
votados solo por los plebeyos como parece lógico (aunque hubo patricios que
llegaron a hacerse plebeyos por adopción como parte de sus objetivos políticos).
Su función era proteger al pueblo contra los abusos de autoridad de los
magistrados del Cursus Honorum, tenían derecho a vetar a cualquier magistrado
excepto al dictador, tenían inmunidad política y podían convocar a los concilia
plebis tribuna y al Senado. Eran un cargo muy respetado aunque con el tiempo se
metieron en el mismo personajes que distaron mucho de ejercer su función. Con
el imperio, los emperadores obtuvieron la tribunicia potestas, es decir, el poder de
los tribunos pero sin serlo (¡cómo un emperador iba a ser oficialmente plebeyo!).
- Censores: había dos. Eran votados por los comicios centuriados, elegidos
de entre ex cónsules cada cinco años. El cargo duraba 18 meses. Elaboraban el
censo (renta y empadronamiento), controlaban las costumbres, pudiendo
castigar en caso de comportamientos graves y confeccionaban las listas de
miembros del Senado, por lo que eran muy importantes.
- Dictador: era elegido por uno de los cónsules. Su mandato era de cómo
mucho seis meses en caso de emergencia y tenía poder ilimitado. Los dos últimos
dictadores de la República faltaron a la limitación del mandato: Lucio Cornelio
Sila fue dictador casi tres años y Cayo Julio César lo fue entre los años 49 y 44 a. C,
siendo nombrado dictador perpetuo por el Senado, uno de los motivos que
motivó su asesinato.
Era el consejo supremo que, entre otras funciones, asesoraba a los magistrados.
Durante la República era un órgano de mucho poder, nada que ver con su
carácter durante el Imperio. Estaba compuesto inicialmente por 300 miembros,
unos de origen patricio (patres, con una toga con franja ancha púrpura, que al
principio eran todos los senadores) y otros plebeyos (conscripti, con toga de franja
estrecha), de ahí la expresión patres et conscripti para referirse a los senadores.
Para ser senador había que reunir varios requisitos, que el censor examinaba
concienzudamente: obviamente ser ciudadanos romanos, residentes en Roma,
libres de nacimiento (no podía haber libertos), con 46 años cumplidos (después se
rebajó la edad mínima a los 25) y con una fortuna personal equivalente al orden
ecuestre, por lo que los plebeyos senadores siempre fueron adinerados.
Cosmovisión Romana
Era una religión publica y comunitaria. Los ciudadanos que la practicaban eran
hombres que pertenecen a una comunidad política y por pertenecer a ella
debían practicar la religión. Cuando hacemos referencia a comunidad debemos
pensar solo en aquellos que tienen la cuidadanía Romana, puesto que solo ellos
podían practicar la religión Romana. ”Ciceron alegaba que cada cuidad tenia
su propia religión, nosotros tenemos la nuestra” los romanos nunca pidieron
imponer su religión a ningún pueblo puesto que no hay ningún interés en cuanto a
que estos no se le consideraba ciudadanos
No era una religión en la que existiera una relación entre Individuo-Dioses sino
que era entre el Estado-Individuo. Siendo el Estado la conformación de todos los
ciudadanos, se entiende que la impiedad de estos repercute en toda la
comunidad. Es decir el respeto hacia todos los dioses de todos los individuos
garantiza la victoria de los “Civitas” (la ciudad), mientras que lo contrario hacia
que la comunidad pierda la “Pax Deorum” (significa la paz de los dioses).
Dioses
Jupiter: se relacionaba con la politca y la idea del Estado,
Dioses Negativos
Es claro indicar que quienes gobernaba utilizaban la religión, así como sus Dioses
para persuadir y mantener al margen a la población, pues los ciudadanos de una
u otra manera les servía dominar la mentalidad de quienes simplemente vivían, en
un imperio como tal, esta situación la vivimos actualmente pues la religión en la
actualidad les sirve a los gobernantes para dominar el pensamiento del
ciudadano que en este caso si somos todos y todas, eh ahí la razón de ser de los
distintos imperios a lo largo de la historia que siempre han buscado un argumento
para expandir su poder y evitar la concientización de la población.
Volviendo con Hesíodo, también indica que en el principio de los tiempos reinaba
el Caos, interesante coincidencia con el Génesis, del Caos surgen Gea (la Tierra),
Eros, el Abismo y el Érebo. Gea da origen a Urano (el cielo) y de estos dos nacen
los Titanes, los Cíclopes y los Centimanos. Crono o Cronos, el menor de los hijos de
Gea, se convierte en gobernante de los dioses al destronar a Urano, y con su
hermana Rhea procrea varios hijos, entre ellos a Zeus quien le disputa a Cronos el
trono de los dioses. Zeus, al ganar la batalla, lo condena al Abismo junto con los
Titanes, y comparte el reinado con sus hermanos Poseidón (los mares) y Hades (el
inframundo). gemelos Apolo y Artemisa. Apolo representa el orden
Todos los dioses y diosas son antropomorfos y cada uno cuenta con
características particulares. Se puede decir que los textos nos muestran un paso
progresivo, del caos inicial al orden y la estructura presente en los dioses del
Olimpo, cuyo número, según la tradición, es doce: Zeus que manda sobre la lluvia
y el rayo, es el rey de todos, imponiendo orden y justicia. Poseidón que además
de los mares ejerce sobre los terremotos, las tormentas y los manantiales. Hades
reina sobre el inframundo, los muertos y las sombras. Sus tres hermanas Hera,
esposa de Zeus y diosa del matrimonio, Deméter, diosa de los cultivos y sus frutos y
Hestia la diosa del hogar. Atenea diosa de la guerra, de la inteligencia y la
sabiduría. Hermes dios del ardid, los ladrones y salteadores, acompaña a los
muertos al más allá y por su elocuencia es el mensajero de los dioses. Los Los
planetas, del sistema solar recibieron nombres de los dioses griegos de esta
manera en su versión romana:
Zeús Júpiter
Cronos Saturno
Urano Urano
Poseidón Neptuno
Afrodita Venus
Ares Marte
Hermes Mercurio
Hades Plutón
Acrópolis de Atenas
Índice
La arquitectura griega
o La escultura griega
Las manifestaciones culturales de la Antigua Grecia estaban centradas,
principalmente, en el hombre.
Es impresionante la serie de figuras increíbles que una sola ciudad, Atenas, nos ha
dejado en todos los órdenes del arte y la cultura: historiadores, dramaturgos,
filósofos, oradores, escultores, artistas a todos los niveles.
La arquitectura griega
La gran roca sobre la que se asienta la Acrópolis no es, desde luego, el lugar más
idóneo para colocar un conjunto de edificios, tanto por su difícil accesibilidad
como por suelo irregular.
La escultura griega
O la extensa obra de Fidias, considerado como el modelo del clasicismo. Son muy
conocidos el friso de las Panateneas y la decoración escultórica del Partenón,
ambas obras de Fidias.
Discóbolo de Mirón
Como veis la herencia griega es inmensa, y esto es sólo una mínima parte de lo
mucho que ha contribuido esta civilización en la formación de nuestra sociedad y
que iremos viendo en el blog a lo largo del tiempo.
Minería
Los griegos desarrollaron extensas minas de plata a Lorium, las utilidades de estas
ayudaron a apoyar el crecimiento de Antigua Atenas como una polis Se trataba
de la extracción del mineral en galerías subterráneas, lavarlo y hacerlo fundir para
producir el metal. Las mesas de lavado para su elaboración todavía existen en el
lugar, que utilizaba el agua de lluvia recogida durante los meses de invierno y se
guardaba en cisternas. La minería también ayudó a crear la moneda con
la acuñación de metal.
Tecnología
Según su
discípulo Eratóstenes, Anaximandr
o fue el primer griego en dibujar un
c. mapa del mundo. Probablemente
Cartografía
600 a. C. había visto mapas extranjeros
del Próximo
Oriente. Hecateo mejoró aquel
mapa.78910
años
Techo con
550 a. C..
armadura 16
En 1900-1901, se encontró
el mecanismo de Anticitera entre
los restos de un naufragio de
Anticitera. Se considera este
dispositivo como el primer
ordenador analógico diseñado
para calcular posiciones
astronómicas y que se utilizó para
Computador c.
predecir eclipses lunares y solares
analógico 150 a. C.
basándose en ciclos de progresión
aritmética. Teniendo en cuenta
que el mecanismo de Anticitera se
considera un ordenador
analógico, el astrolabio (también
inventado por los griegos) puede
ser considerado como su
precursor.13
Reloj de
50 a. C. Véase reloj de torre.44
torre
El calendario
El primitivo calendario romano fijaba la duración de los meses en 29 días, 12 horas y 44
minutos con meses lunares de 29 o 30 días. El mes era la fracción mayor, y el día la menor,
aunque después se dividió en horas.
Los romanos consideraban que el día se iniciaba a medianoche. Al establecerse el año
(de annus = anillo) le fijaron una duración de 10 meses (sistema decimal), pero más tarde, por
influencia griega, se pasó al año de 12 meses, con 368 días y ¾ de otro, con meses de 30 y
29 días alternativamente, y cada dos años un año con 13 meses, ajustándose
progresivamente el sistema suprimiéndose o agregándose días. Así se estableció un año que
comenzaba en primavera (en el mes dedicado al dios de la guerra Marte, o sea el
mes martius = 'marzo'), luego seguía el mes que se abre (aprilis = 'abril'), el del crecimiento
(maius = 'mayo') y el del florecimiento (junius = junio). Luego los meses seguían por orden del
quinto al
décimo: quintilis (julio), sextilis (agosto), september (septiembre), october (octubre), november
(noviembre) y december (diciembre); seguía el mes de apertura de los trabajos agrícolas
(januarius = enero) y el mes de las purificaciones (februarius = febrero). Si se añadía otro mes,
este no tenía nombre pero se le llamaba mercedonius por estar consagrado a la paga.
Con los progresivos reajustes se fijaron meses de 31 días (marzo, mayo, julio y octubre), de
28 días (febrero, que cada cuatro años tenía 29 días) y de 29 días (los demás), intercalándose
un mes de 27 días cada dos años. Así el primer y el tercer año del ciclo tenían 355 días cada
uno; el segundo año 383 días; y el cuarto año 382 días, o sea en total 1474 días. Cada mes se
dividía en semanas de entre 4 y 9 días; la segunda y cuarta semana del mes eran de 8 días, la
tercera de 9 días salvo en Febrero que eran 8 y en el intercalar que eran 7) y la primera
semana era de 6 días en los meses de 31 y de 4 en los demás. El anuncio de la duración de la
primera semana se llamaba anuncio de las calendas y a las semanas de nueve días el noveno
día se llamaba nonae o nonas; al primer día de la tercera semana se la llamaba idus (o ides).
A cada periodo de cinco años se le llamaba lustro debido a que se hacían sacrificios (lustrum)
el año después de la revisión del censo que era cada cuatro años.
Ciencia
La ciencia no conoció un desarrollo importante en Roma en el campo de la teoría o de la
investigación pura, limitándose los autores romanos a recopilar conocimientos anteriores,
sobre todo los griegos; Plinio el Viejo (23-79) recopiló en su Naturalis Historia la ciencia griega.
Medicina
En los primeros tiempos la medicina romana era medio magia, medio religión. Todo se
confiaba a la protección de múltiples dioses especialistas (Febris, Uterina, Lucina, etc.
presididos por la diosa Salus) y también misteriosos ensalmos.
No obstante, se sabe que los etruscos, habilidosos practicantes de la adivinación, eran no
menos habilidosos fabricantes de prótesis dentales.
Una ley atribuida al rey Numa prescribía la cesárea cuando la madre moría antes del parto,
para salvar al niño. Pero no menciona ningún médico. Probablemente cada uno hacía lo que
sabía en caso de necesidad.
Influencia griega. Cuando el primer médico griego llega a Roma (Arcagato de Esparta, 219
a.C.), Catón se opone a la admisión de esta y otras novedades que teme van a helenizar,
es decir, a iniciar la decadencia de Roma. Y propugna la vuelta a la medicina tradicional
(en su caso, por ejemplo, eran panaceas la col y el vino).
La medicina griega que llega a Roma viene dividida en dos escuelas:
-La de Hipócrates, convencido de la vis medicatrix naturae y por lo tanto seguidora de un
método expectante, consistente en no violentar el curso de la enfermedad. Hipócrates decía
que lo primero era no hacer mal (primum non nocere).
-La de Asclepíades, por su parte, era partidaria de actuar para que la curación se
produjese cito, tuto ac iucunde (rápida, segura y agradablemente) porque quien cura es el
médico, no la naturaleza. Utilizaba dietas, masajes, medicamentos y música. Llegó a practicar
la traqueotomía.
En las obras de Celso encontramos descritas operaciones de cirugía plástica, extirpación
de pólipos nasales, amígdalas, etc.
Galeno (130-200) ya practicaba la disección de cadáveres, pero con animales, porque estaba
muy mal visto el estudio anatómico de cadáveres humanos.
Gastronomía
Los textos antiguos hablan de tres comidas en un día romano.
En primer lugar, estaba el ientaculum que era el almuerzo o lo que el niño llevaba para comer
en la escuela. En todo caso, era una comida ligera.
La segunda era el prandium que coincidiría con un tentempié actual. Se tomaba a la hora VII
(mediodía solar) y ni se precisaba sentarse ni lavarse las manos.
La tercera comida era la cena, pero que más bien corresponde a la comida en el sentido
actual, no solo por la hora (VIII en el invierno, las 12.44 hora solar; IX en el verano, las 14.31
hora solar), sino por su abundancia. En la cena se distinguían tres partes:
Derecho
La verdadera innovación de los romanos fue la sistematización y la enseñanza del derecho,
que no existía entre los griegos.
El derecho romano, una de las grandes aportaciones de Roma a la civilización, supuso la
primera recopilación científica de las normas para las que deben regirse las relaciones de los
ciudadanos en todos los aspectos fundamentales: privados y públicos, familiares, laborales,
etc. A partir de Augusto la ciencia del derecho tuvo una gran importancia y hubo notables
jurisconsultos, como Gayo, Ulpiano y Papiniano. Los jurisconsultos romanos distinguían entre:
Ius publicum (derecho público) que regulaba las relaciones entre los ciudadanos y el
Estado;
Ius pirvatum (derecho privado) que regulaba las relaciones de los ciudadanos entre sí;
Ius getium (derecho internacional) que regulaba las relaciones entre los distintos pueblos.
Educación
Los padres fueron los que educaron a los hijos en la Roma de los primeros tiempos.
Las costumbres, las creencias y las leyendas iban pasando así familiarmente de unas
generaciones a otras. Generalmente, era la madre (si sabía) la que enseñaba a leer, escribir y
hacer cuentas. El padre procuraba irle enseñando las leyes y costumbres de todo buen
ciudadano romano.
Con la expansión de Roma, sobre todo al conquistar Grecia, se hizo necesario abrir nuevos
caminos en el mundo de la educación. Así, las familias que tenían medios pudieron disponer
del siguiente plan de estudios para sus hijos:
de pequeños podían tener un maestro en casa, magister (que generalmente era
un esclavo o liberto griego) o bien ir a una escuela llevados por un esclavo, paedagogus,
que después también les repasaba las lecciones en casa.
en la primera etapa educativa el niño aprendía con un maestro, magister
ludi, litterator, calculator, a leer, escribir y hacer cuentas. La disciplina era severa, pero los
niños jugaban con letras de madera o marfil y con ellas aprendían a leer y a escribir. Por
eso a esta escuela le llaman 'juego' (ludus) y el maestro era magister ludi. La escuela se
situaba en un pequeño cuarto (taberna, pergula), en una cabaña o en el jardín (según el
tiempo y las posibilidades). El maestro tenían una silla (cathedra) o un taburete (sella). Los
niños se sentaban en escaños (subsellia).
Los instrumentos de trabajo eran unas tablas enceradas (tabulae, cerae) en las que rascaban
con punzones (stilus) que por un lado era puntiagudo y por otro acababa en una espátula con
la que se alisaba la cera y así quedaba lista para volver a escribir en ella (stilum vertere).
la segunda etapa podía ser privada o pública. El profesor era el grammaticus que
enseñaba a entender y comentar los textos literarios. Comentando los textos clásicos, los
niños aprendían de todo: geografía, historia, física, religión, etc. Con el tiempo,
la grammatica empezaría a ser también estudio sobre la lengua que hablaban y esta
innovación acabaría eliminando el primitivo concepto de grammatica.
la tercer etapa preparaba en la elocuencia al futuro político romano. El profesor era
el rhetor (maestro de oratoria). Quintiliano, por ejemplo, escribió muchas notas
pedagógicas de cómo formar al orador. Entre los ejercicios frecuentes estaba la
realización de juicios ficticios en los que unos alumnos acusaban y otros defendían.
La escritura
Roma introdujo el alfabeto actual, importado de los griegos de Sicilia y perfeccionado después.
Se escribía con una tachuela en bronce (scríbere) o se pintaba (línere o píngere) sobre una
hoja (folium) vegetal, sobre cortezas (líber, de donde viene la palabra española "libro") o
maderas (tábula o tabla, álbum o madera 'blanca'), y más tarde sobre cobre (aes) y sobre
lienzos.
La palabra "escritura" procede de scriptura, que era la marca que se hacía al ganado que se
enviaba a pastar.
Una de las características de la escritura romana es que el sonido de la vocal u se conseguía
con la letra v. Por ejemplo "Avgvstvs" se pronunciaba augústus.
La muerte
En la muerte los habitantes de Roma recibían un trato desigual como en vida. A
los esclavos los enterraban en una fosa común o, cuando los crucificaban, los dejaban para
alimento de los buitres. Era un entierro frecuente en Roma por el alto porcentaje que había
de esclavos. Para el resto de la gente había dos tipos de trato: la incineración (quema del
cadáver y colocación de las cenizas en una urna) y la inhumación (de humus, tierra, que era el
enterramiento). Una ley de las XII Tablas prohibía realizar uno de estos ritos dentro de la
ciudad.
Naturalmente, los pobres tenían una ceremonia y un sepulcro más elemental que los ricos.
Los incinerados se colocaban en los columbaria (auténticos palomares en los que cada
cuadrícula recibía una urna cineraria). Los inhumados iban a las catacumbas, que eran
corredores subterráneos que en las paredes tenían excavados los nichos; en Roma hay unos
40 kms. de corredor de este tipo excavados en piedra volcánica. Alguna vez
estas catacumbas fueron refugio de cristianos perseguidos, pero no era esta su función
normal, sino la de cementerio.
Los ciudadanos ricos, nobles y los políticos ilustres tenían funerales solemnes con elogios
fúnebres (laudationes funebres), que después la familia conservaba escritos donde el busto
del difunto como prueba de aristocracia. Si el difunto tenía el ius imaginum (derecho de
guardar en casa las estatuas de los antepasados ilustres) en el cortejo iban unos figurantes
caracterizados con las máscaras de cera de sus antepasados y con ropas de aquellos, de
modo que parecía que los muertos resucitaban provisionalmente para ir a recibir al recién
llegado. El cortejo iba precedido por los libitinarii (pompas fúnebres), y llevaba músicos
tocando cuernos y trompetas, gente llevando antorchas encendidas, lloronas que hacían el
planto, y se cantaban naenias (cantos tradicionales de elogio al muerto). Llegado a fuera de la
ciudad, quemaban el cadáver entre perfumes y flores. Cuando se consumía todo el cuerpo,
recogían la ceniza, la metían en una urna y la colocaban en un monumento en el que ponían
una lápida conmemorativa.
En la vía Apia había grandes cantidades de monumentos funerarios, entre los que destaca el
de Cecilia Metela que llegó en la Edad Media a ser convertido en castillo. Algunos
como Cestio lo hicieron en forma de pirámide. El emperador Adriano preparó en vida un
gigantesco mausoleo que llegó a ser residencia papal y que es el famoso Castel Sant'Angelo.
También se desarrolló mucho la industria del sarcófago tallado, en ocasiones con un lujo
extraordinario.
El nacimiento
Cuando en Roma nacía un niño, lo ponían a los pies del padre y, si este lo cogía en el colo y
lo alzaba bien alto en los brazos (tollere fillium), el niño quedaba legitimado y el padre se
comprometía con este reconocimiento a criarlo, educarlos y ayudarle a buscar vida.
En los primeros ocho días (primordia) había diversas ceremonias para que las divinidades,
principalmente Juno y Hércules, protegiesen la nueva vida.
En el dies Iustricus (8º si era niña y 9º si era niño) se purificaba la criatura con agua en
presencia de los padres, familiares y amigos convidados, se ofrecía un sacrificio a los dioses,
le ponían el praenomen, le regalaban los primeros juguetes y le ponían en el cuello
la bulla (cápsula de metal o cuero dentro de la cual metían cosas que se consideraban
protectoras del niño). Esta bulla la va a llevar siempre colgada hasta los diecisiete años.
También durante este periodo el niño, si pertenece a la nobleza, va a vestir una túnica
bordada (toga praetexta), similar a la toga de los magistrados, concedida a los niños de la
nobleza por una hazaña militar infantil en los tiempos del rey Tarquinio. Las mujeres llevarán
esta toga hasta que se casen. A los 17, en una ceremonia de entrada en el mundo de los
adultos, el adolescente ofrecerá a los dioses la bulla y la toga praetexta y vestirá la toga virilis.
Los símbolos
Archivo:Fasces.png
fasces romano.
El imperio romano fue muy rico en símbolos, algunos de los cuales han llegado hasta nuestros
días, como el Fasces, haz de pequeños troncos atados con una cinta roja formando un cilindro
alrededor de una hacha. Se han encontrado restos de fasces etruscos, y en Roma,
simbolizando la autoridad del imperio, eran llevados por un número variable de lictores, fasces
lictoriae, que acompañaban a las autoridades en las ceremonias.
Los fasces fueron adoptados como símbolo por el Fascismo de Benito Mussolini, igual que
la esvástica hindú lo fue por el nazismo alemán.
La religión
La religión romana refleja los mismos elementos procedentes de otras civilizaciones que el
resto de sus manifestaciones culturales. La religión griega, sobre todo, desempeñó un papel
fundamental en la creación del panteón romano.
Durante la Monarquía y en los primeros tiempos de la República, los dioses estaban
directamente relacionados con las actividades agrícolas y la vida doméstica.
Los romanos veneraban a los números o espíritus de la naturaleza, a los manes o espíritus de
los antepasados, a los lares o espíritus del hogar y a los penates o espíritus de la vida y de las
provisiones.
La religión romana tuvo un carácter práctico que se tradujo a la creación de un tipo especial de
sacerdotes, los augures, encargados de interpretar determinados signos (el vuelo de las aves,
las entrañas de los animales sacrificados, los fenómenos naturales como el trueno) para tomar
decisiones relacionadas con la vida pública.
Tecnología
Sí destacaron los romanos en la tecnología aplicada, sobre todo en agricultura, obras públicas
y tecnología militar: molinos hidráulicos, sistema de calefacción central y aislamiento contra la
humedad de las viviendas; catapultas, ballestas, torres de asalto instalada sobre ruedas; faros
en los puertos y, sobre todo, un sistema de construcción de calzadas, con firme de piedra
amalgamada con mortero, bordillos y zanjas de desagüe, que han permitido que aún se
conserve gran parte del trazado viario romano.
Vestimenta
En Roma la vestimenta distinguía y diferenciaba a las clases sociales. Por ejemplo, solo los
senadores romanos usaban el calceus, zapato propio de esta casta. A pesar de las similitudes
entre griegos y romanos estos últimos tenían una gran característica: la ropa tenía un
profundo significado político. Los jóvenes al cumplir 21 años usaban sobre la túnica, la toga,
amplio manto de lana o hilo, símbolo del hombre libre. En la toga se colgaban los distintivos
del grado político que el ciudadano adquiría a los largo de su trayectoria. Las mujeres
romanas, como las griegas del período clásico, usaban una túnica y un amplio manto
rectangular conocido como palla. La túnica o stola fue el reflejo de las influencias etruscas
(sencillez en las líneas y en los colores). Más tarde el contacto de ésta civilización con culturas
orientales y el crecimiento del concepto de la elegancia fueron modificando el atuendo. Las
túnicas se confeccionaron con telas más suaves y ligeras, de colores más variados e intensos.
Este hito sucedió también con la ropa masculina después de la caída del Imperio Romano de
Occidente, donde las influencias bizantinas entraron marcando la elegancia en las togas y
túnicas. Bordados de oro y piedras preciosas adornaron las elegantes y refinadas telas que
caían en profundos pliegues. Sin embargo, el vestuario romano popular casi no varió. Ellos
siguieron vistiendo la túnica tosca y la capa con gorro de lana en invierno y de algodón en
verano.