Está en la página 1de 10

TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

ESCALAS COLOREADA, GENERAL Y AVANZADA

MANUAL
J. C. Raven, J. H. Court y J. Raven
TEST DE MATRICES PROGRESIVAS
ESCALA COLOREADA, GENERAL Y AVANZADA

MANUAL

Test de Matrices Progresivas


J. C. Raven, J. H. Court y J. Raven

Carpeta de Evaluación
Escala Coloreada

Norma de la Ciudad de Buenos Aires (1993)

Alicia Cayssials, Verónica Albajari,


Adriana Aldrey, Mercedes Fernández Liporace,
Carina Naisberg, María José Scheinsohn
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
ARGENTINA
INTRODUCIÓN

Los usuarios de técnicas psicométricas son conscientes de que las condiciones


de validez y confiabilidad de un test dejan de cumplirse cuando no se respetan las
instrucciones acerca de la aplicación y evaluación de las respuestas del instrumento
empleado.

Dichas condiciones se refieren tanto a la manera de presentarse los materiales y


la consigna durante la administración como a la interpretación de los puntajes según la
población sobre la cual debe aplicarse el test.

La teoría de los instrumentos que evalúan variables psicológicas subraya la


importancia de contextualizar los datos individuales de los test relacionándolos con los
valores, la motivación y las competencias del sujeto examinado, así como la necesidad
de emplear normas estadísticas locales actualizadas.

En el manual del Test de Matrices Progresivas (MPR) los autores hacen


referencia a investigaciones que demuestran el aumento intergeneracional de los
puntajes obtenidos a través de la MPR. La capacidad educativa se ve incrementada a
razón de más o menos una desviación estándar por generación en numerosas partes
del mundo, existiendo diferentes hipótesis explicativas.

Uno de los descubrimientos más sorprendentes es que, a pesar del aumento de


los puntajes generales a través de los años, existe una semejanza notable entre las
normas obtenidas en muchas culturas diferentes en un momento dado.

De estas conclusiones se deduce que los editores de test tienen que mantener
los baremos actualizados y que los usuarios de los instrumentos deben controlar
cuidadosamente la lectura de los datos normativos que utilizan. El empleo de normas
desactualizadas y/o provenientes de otro contexto conduce a afirmaciones
distorsionadas sobre los individuos y a investigaciones seriamente defectuosas.

Consciente de esto, la Editorial Paidós solicito el asesoramiento de las cátedras


Teoría y Técnicas de Exploración y Diagnostico de la Facultad de Psicología de la
Universidad de Buenos Aires, a fin de elaborar baremos actualizados. Posteriormente,
en el año 2001, ha procedido a una ampliación de los resultados y una rebaremización
de los datos relevados en 1993, agregándose los baremos de la ciudad de La Plata
(Argentina) del años 2000 para la MPG y la MPA, y los de Aguascalientes (México)
correspondiente a los años 2000- 2001.

Se sugiere a los profesionales que incluyen al Test de Matrices Progresivas en


su práctica y/o investigaciones, que envíen sus trabajos a la editorial con la finalidad de
difundirlos en futuras Carpetas de Evaluación.

Éstos pueden ser: 1) informes sobre investigaciones completas, preferiblemente


con resúmenes; 2) bosquejos de trabajos en curso, para poner en contacto a los
investigadores de áreas relacionadas; 3) material inédito que podría ser útil cuando se
compilen nuevas tablas normativas con los resultados obtenidos con diferentes grupos
en distintos pises para contribuir al desarrollo ulterior de los test en sí; 4) detalles de
nuevos trabajos de investigación.

CARPETA DE EVALUACIÓN

Administración

Los datos que encontrarán en esta carpeta son útiles para la evaluación de la
Matrices Progresivas de Raven, Escala Coloreada, en su forma de cuadernillo,
administrada tanto individual como colectivamente, según las pautas indicadas en al
Manual del Test (Paidós, 1993).

Evaluación

Examinaremos en este apartado las distintas etapas posteriores a la evaluación


del número de respuestas correctas parciales, por Serie(A, Ab y B) y el puntaje total de
cada sujeto según la plantilla de puntuación.

a) Cálculo de la discrepancia

Con dicho cálculo se verifica la consistencia de las respuestas al comprobar si la


composición del puntaje se ajusta a la esperada.

Es una modalidad técnica para controlar las posibles respuestas al azar al elegir
entre las distintas alternativas para completar cada matriz.

Las matrices son “progresivas” por cuanto su construcción deriva de la aplicación


de criterios cada vez más complicados para su ejecución correcta.

Esta estructura de la prueba hace “esperable” una determinada distribución de


las respuestas correctas, presentándose una disminución de ellas a través de las series
A, Ab y B.

La consistencia se establece fácil y rápidamente al comparar la composición de


los puntajes parciales según el puntaje total con los datos que figuran en la tabla I (tabla
de composición de puntaje normal)

Entre el puntaje real y el esperable sólo debe haber una diferencia (discrepancia)
que oscile entre +2 y -2.

Será consistente todo puntaje cuya composición discrepe del esperado en -2, -1,
0. +1 o +2. En todos los demás casos el puntaje será inconsistente.
Por ejemplo, si un sujeto ha obtenido un total de 23 puntos, se aguarda que esté
compuesto por los siguientes puntajes esperados (en negrita):

Esperado Sujeto A Sujeto B Sujeto C

Serie A 9 11 (+2) 7 (-2) 9 (0)


Serie Ab 8 7 (-1) 10 (+2) 11 (+3)
Serie B 6 5 (-1) 6 (0) 3 (-3)

Sus respuestas serán consistentes si, por ejemplo, su puntaje está compuesto
como el del sujeto A o el de B. Será, en cambio, inconsistente, en un caso como el del
sujeto C.

El cálculo de la discrepancia es sumamente útil en las administraciones


colectivas, en las que no se pueden realizar una observación adecuada de la actitud del
sujeto (véase en Protocolo: Forma de trabajo, disposición y Perseverancia).

En la muestra de 445 niños sobre la cual se construyeron las normas de Capital


Federal, se descartaron 25 sujetos por inconsistencia en sus puntuaciones.

Es esperable que un margen similar (un 6% de los casos) presente puntajes


inconsistentes cuando la administración se realiza en forma colectiva.

b) Transformación del puntaje directo a percentil

Los autores del Manual afirman que el método más satisfactorio para interpretar
el significado de un puntaje es considerado en función de la frecuencia porcentual con
que ese valor aparece entre personas de la misma edad. Este método tiene sobre tiene
sobre otros la ventaja de que no implica ningún supuesto a priori acerca de que el
desarrollo de la capacidad intelectual en la infancia sea necesariamente uniforme o se
distribuya simétricamente.

Los percentiles son puntuaciones que se expresan en función del porcentaje de


personas, en el grupo normativo, que queda por debajo de una puntuación directa
determinada (Anastasi, 1980).

Si, por ejemplo, el 5 por ciento de los sujetos resuelven correctamente menos de
15 problemas de un test, corresponde una puntuación directa al 15 percentil 5.
El percentil 50 corresponde a la mediana. Los percentiles por encima de 50
representan ejecuciones superiores al promedio, mientras que los que están por debajo
de 50, ejecuciones inferiores.

El percentil 60 indica que el sujeto que lo alcanza supera al 60% del grupo
normativo y es superado por el 40% de este último.

No hay que confundir los percentiles con las conocidas puntuaciones por
porcentajes. Estas últimas son puntuaciones directas, expresadas en función del
porcentaje de elementos correctos; los percentiles son puntuaciones transformadas que
se expresan en función del porcentaje de personas, presentando un cuadro de la
posición relativa de cada individuo en el grupo normativo.

Por lo tanto, en la aplicación de las normas del test debe prestarse mucha
atención ala muestra de tipificación de la cual fueron extraídas. Ante ella hay que
preguntarse dónde, cuándo, como y a quienes fue administrado el test, a fin de
determinar si el sujeto o los sujetos que estamos evaluando son comparables con los
del grupo normativo.

Las normas de los test psicológicos en modo alguno son absolutas, universales o
permanentes (Anastasi, 1980). Representan meramente la ejecución en el test de los
sujetos que constituyen el grupo normativo.

En los textos tradicionales sobre simetría se recomienda que la muestra sobre la


que han de basarse las normas debe ser la población que se considera (en este caso:
niños de 5 a 10 años). Sin embargo, actualmente se cree que es mejor volver a definir
la población de forma más restringida y no pretender dar normas sobre una población
ideal que no se encuentre representada adecuadamente en el baremo.

El usuario del test MPC, puede consultar en las paginas del Manual baremos
realizados en distintos países sobre la Escala Coloreada.

En sucesivos anexos, esta Carpeta de Evaluación incluirá normas actualizadas


de distintas regiones argentinas. Se ha incluido en la presente edición las normas
obtenidas en Aguascalientes (México).

La estandarización MPC realizada en 1979, que abarcó todo el Reino Unido,


revelo que se había producido una aceleración del desarrollo de la capacidad eductiva
infantil después de los estudios normativos originales.

Las diferencias halladas entre los baremos realizados con población infantil del
burgo de Dumfries en los años 1949 y 1982 demostraron una significativa aceleración
Del desarrollo respecto de la época del primer estudio (el lector interesado puede
comparar la tabla presentada aquí con la editada en la primera Carpeta de Evaluación
de la Escala Coloreada).
Grupo normativo
-¿Dónde? Burgo de Dumfries, Escocia, Bretaña.
-¿Cuándo? 1982
-¿Cómo? Se administro el test a todos los niños cuyos apellidos comenzaban
con letras H a L inclusive, estudiaran o no en escuelas especiales.
Los niños de menor de edad o capacidad fueron examinados
individualmente; los otros, en pequeños grupos.
-¿A quiénes? 598 niños de 5 años, 3 meses y 11 años, 8 meses.

* * *
La estandarización n realizada en la Capital Federal por la profesora Ida G
de Butelam en 1985 (véase en la primera Carpeta de Evaluación) presenta diferencias
significativas con la actual, elaborada en 1993, y da cuenta del incremento en los
puntajes del test en la población infantil de la ciudad de Buenos Aires.

Grupo normativo
-¿Dónde? Capital Federal, argentina
-¿Cuándo? 1993.
-¿Cómo? Se administro el test a alumnos de la Escuela Primaria de un colegio
público y otro privado; por lo tanto, la muestra no incluye asistentes a
escuelas especiales. Los niños de 5 y 6 años correspondieron al
mismo en grupos de 5 a 8 integrantes; el resto lo hizo en forma
colectiva, pro grupo- clase.
-¿A quiénes? 445 niños.

Descripción de la muestra

N= 455 (221 varones y 234 mujeres entre 5 y 10 años)


Media de edad= 7,58; Sx=1,68

Fig. 1: Distribución según sexo (porcentajes)


Fig. 2: Distribución según edad (cantidad de casos)

c) Convertir el percentil en rango

Dentro de las comparaciones interindividuales por rango, los rangos percentilares


son los más utilizados (Santisteban Requena, 1990).

Los percentiles pueden considerarse como rasgos en un grupo de 100. Con los
percentiles empezamos a contar desde abajo, de forma que cuanto más bajo sea el
percentil peor será la posición del individuo con respecto al grupo normativo. Al situar
por rasgos, por el contrario, se comienza a contar desde arriba, recibiendo al rango I de
la persona del grupo con mejor puntaje.

Para convertir el percentil obtenido por un sujeto en el rango correspondiente,


consúltese la tabla 7 (tabla de diagnostico de capacidad intelectual).

d) Diagnostico de capacidad

La tabla 7, ya mencionada, permite relacionar cada rango con el correspondiente


diagnóstico de capacidad.

Al utilizar las 5 bandas amplias definidas verbalmente se debe tener en cuenta


con que normas ha sido evaluado el sujeto.
Por ejemplo, las categorías “Superior” o “Deficiente” tienen una lectura diferente
si el grupo normativo con el cual se ha convertido el puntaje total a percentil incluye o
no a niños de escuelas especiales.

Esta diferencia implica que las normas que han sido elaboradas a partir de la
aplicación del test en escuelas primarias arrojarán una creciente selección de casos
superiores en los grados sucesivos debido al abandono progresivo de los alumnos
menos capaces (nótese, por ejemplo, la diferencia entre los puntajes directos
correspondientes a los distintos percentiles entre los 6 y los 7 años en el baremo de
Capital Federal).

En síntesis, un diagnostico “Deficiente”, por ejemplo, tendrá una lectura diferente


según el grupo normativo que se haya tenido en cuenta.

Si se utiliza la tabla 3, el diagnóstico que surge por comparación con alumnos de


escuelas primarias de educación común; por lo tanto, la “deficiencia” es relativa. Será
necesario administrar otras pruebas con baremos locales que discriminen entre niños
con problemas de aprendizaje y sin ellos.

Para el diagnóstico “Superior” es conveniente aplicar la Escala Avanzada de las


Matrices Progresivas de Raven si el objetivo es diferenciar claramente entre individuos
de aptitud superior.

e) Diagnóstico de los errores

Para analizar sistemáticamente los estilos y estrategias de resolución de distintos


individuos ante las tareas propuestas por el test, se ha estudiado la naturaleza de los
errores cometidos por los sujetos.

En las etapas anteriores el procedimiento de puntuación de cada uno de los


ítems fue dicotómico (correcto- incorrecto); ahora interesa obtener información sobre
El tipo de error implicado en la alternativa incorrecta elegida como respuesta, teniendo
en cuenta que el sujeto selecciona una de las seis opciones de respuesta para cada
ítem.

Las tablas 8,9, 10,11, 12 y 13 describen, en niños de 5, 6, 7, 8,9 y 10 años


respectivamente, la distribución porcentual de la elección de alternativas en la muestra
administrada en Capital Federal.

Las tablas están compuestas por un cuadro de doble entrada. En cada serie, A,
Ab y B, se contemplan las seis alternativas de respuesta, incluida la correcta (X), y en
cada uno de los 12 itemes que componen la Serie se señala en la parte superior el tipo
de error cometido nominado con las letras de la “a” a la “j”. Debajo se encuentra el
porcentaje de niños que eligió esa opción.
Estos datos tienen como objetivo facilitar las comparaciones cualitativas de las
respuestas erróneas; indican donde falla el sujeto y tal vez por qué. Son útiles tanto el
diagnostico individual como grupal.

Por ejemplo, si nos detenemos en la distribución de las respuestas dadas por los
niños de 5 años (tabla 8) en el ítem 9 de la serie B, observamos que ninguno dio la
respuesta correcta. El 57% opto por la 1 y el 31% lo hizo por la alternativa 5. Las tres
opciones fueron elegidas por el 5% o menos de la muestra.

Las respuestas dadas por la mayoría están relacionadas con los errores “g” y “h”,
“Repetición del dibujo”, lo cual es esperable por la temprana edad de los sujetos, según
las cinco etapas cualitativas en el desarrollo de la capacidad eductiva.

Los autores del Manual aclaran que la confianza con que pueden extraerse
inferencias a partir de las respuestas erróneas depende, en parte, de la naturaleza del
error y, en parte, del número total de errores cometidos. En el caso de sujetos que
cometen muchos o pocos errores, el análisis tiene necesariamente menos significación
psicológica que cuando más o menos la mitad de las soluciones son de un modo u otro
inadecuadas; sin embargo, los estudios comparativos de los errores cometidos por
grupos de examinados que obtuvieron puntuaciones media oscilantes entre 15 y 27 han
demostrado la existencia de diferencias clínicamente significativas.

En nuestro país, la profesora Sara Paín (1979) ha realizado un análisis genético


de los itemes que conforman las MPR basado en la teoría de Piaget, que permite poner
en relieve los distintos procesos puestos en juegos, que van desde la simple regulación
hasta el pensamiento formal.

j) La comunicación de los resultados

En este punto remitimos al lector al apartado que, bajo este título, se encuentra
el Manual del Test de Matrices Progresivas.

BIBLIOGRAFIA

Anastasi, A: Test psicológicos, Madrid, Aguilar, 1980.


Paín. S.: Psicometría genética, Buenos Aires, Nueva Visión, 1979.
Raven, J. C., Court, J. H. y Raven, J.: Test de Matrices Progresivas. Manual y Escalas
Coloreada, General y Avanzada, buenos Aires, Paidós, 1993.
Raven, J. C.: Test de Matrices Progresivas, Cuaderno de Matrices, Escala Coloreada,
Series A, Ab y B., Buenos Aires, Paidós, 1993.
Santisteban Requena, C.: Psicometría, teoría y práctica en la construcción de test,
Madrid, Editorial Norma, 1990.

También podría gustarte