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ISSN: 2221-0369 WY REVISTA HAUCAYPATA y | Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Ato 2- Numero 5 Lima-diciembre 2012 VELA: Malz : SE CURA EL SUSTO. PASA CUY: COFTR. NICED ORS F MUESOS -MASAUES 4 MESADAS ALos CUATRO. Swy0s PARA AUMENTO Director y Editor Rodolfo Monteverde Sotil Revisores de articulos Cristian Jacob / Ivan Leibowicz / Rodolfo Monteverde Sotil / Tatiana Stellian Difusion Mayra Delgado Valqui Diseno y diagramacién Ernesto Monteverde P. A Fotografia de la caratula Rodolfo Monteverde Sotil, 2012. Huancavelica Imagenes de los indices y de la relacién de colaboradores Rodolfo Monteverde Sotil, 2012. Obreras en excavacién en Tiahuanaco. Bolivia / Familia Quispe Huata de Taquile, Puno-Perd, / Martin de Muraa (2004 [1590]). Sinchi Roca. Detalle. Las opiniones vertidas, en los articulos publicados en esta revista, son de entera responsabilidad de cada autor. La revista no se hace responsable por el contenido de los mismos. © Prohibida la reproduceién total o parcial de la revista sin el permiso expreso de su Director. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo Aiio 2. Némero 5, diciembre 2012 Publicacién cuatrimestral ISSN: 2221-0369 Hecho el Depésito Legal en la Biblioteca Nacional del Pera N° 2011-00350 Hecho por computadora Jr. La Libertad 119 Santa Patricia, La Molina. Lima-Perd hitps: //sites.google.com/site /revistahaucaypata/ revistahaucaypata@gmail.com Todos los derechos reservados Dedicatoria Amimadre, por su constante lucha, no puedo hacer nada mas, que solo apoyarla (RMS) REVISTA HAUCAYPATA & Tuvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo indice Editorial Relacién de Colaboradores Hallazgos de Canis familiaris en el santuario de Pachacamac Isabel Comejo, Denise Pozzi-scot, Katiusha Bemuy, Enrique Angulo y Lats Miguel Tokuda Proyecto arqueolégico Yehsma. Breve informe metodolégico de las investigaciones arqueobotanicas de la temporada 2012 en Pachacamac, Lima ‘Tatiana Stellian El Curacazgo de Coayllo durante el Imperio Inca Rommel Angeles Faleon Arqueologia y arte en dos viajeros franceses del siglo XIX. Elcaso deChoquequirao, Cusco Gori Tumi Echevarria Lépez y Zenobio Valencia Garcia Camino-Tambo-Chaskiwasi. El Qhapaq Nan a través de las fuentes etnohistéricas andinas Reinaldo Andrés Moralejo Resefia de la conferencia: Los incas, propuestas y debates interdisciplinarios Rodolfo Monteverde Sotil Normas editoriales 27 46 62 82 90 REVISTA HAUCAYPATA é Tuvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo La Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo, es una publicacién peruana cuatrimestral que se centra en los estudios arqueolégicos e interdisciplinarios, tanto nacionales como internacionales, del Imperio incaico. La revista nacié con la intencién de cumplir tres objetivos que todo arquedlogo debe proponerse en su carrera: la defensa del patrimonio arqueolégico, su investigacion y divulgacién de dichas investigaciones. Después de haber publicado cuatro mimeros entre el 2011 y el 2012, les alcanzamos el quinto niimero, que contiene cinco articulos y una resefa. Unequipo interdisciplinario conformado por Isabel Cornejo, Denise Pozzi-Escot, Katiusha Bernuy, Enrique Angulo y Latis Miguel Tokuda, nos entregan losresultados de las excavaciones y andlisis de perros (Canis familiaris) encontrados en Pachacamac. La doctorante en arqueologia Tatiana Stellian, nos presenta un breve informe de las investigaciones arqueoboténicas realizadas por el Proyecto arqueolégico Ychsrna en la temporada 2012 en Pachacamac. El Licenciado Rommel Angeles nos alcanza una interesante muestra de las evidencias arqueolégicas en el valle de Asia ante y durante la presencia del Tahuantinsuyo. Por su parte, los arquedlogos Gori Tumi Echevarria Lépez y Zenobio Valencia Garcia, analizam los aportes arqueolégicos y artisticos de dos viajeros franceses del siglo XIX, especificamente acerca del sitio Choquequirao. El colega argentino Reinaldo Andrés Moralejo realiza una exhaustiva revisin de las fuentes etnohistoricas para estudiar los caminos, tambos y chaskiwasis en épocas del incanato y de la colonia. Finalmente, quien escribe les hace entrega de una resena de la conferencia que organizéramos’ en el mes de setiembre, del presente aio, titulada: Los incas, propuestas y debates interdisciplinarios. Como siempre, queremos expresar nuestro mas sincero agradecimiento a todos aquellos que han colaborado con sus articulosy participado en larealizacién del quinto nuimero de la Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo. Ademés, queremos agradecer a los lectores por los comentarios criticos y por la buena acogida de los ntimeros anteriores de la revista. Con la entrega del presente mimero podemos decir que estamos orgullosos de seguir cumpliendo con la meta de publicar una revista arqueolégica e interdisciplinaria de temética incaica en casi dos afios consecutivos. Con esta quinta entrega, hemos logrado difundir 31 articulos, cuatro entrevistas realizadas a cientificos sociales y han participado 33 autores de distintas partes del Perii y del mundo. Desde ya invitamos a todos los arqueslogos, estudiantes de arqueologia y profesionales de otras ciencias a publicar en el sexto niimero dela Revista Haucaypata, programado para el mes de marzo del 2013. Rodolfo Monteverde Sotil Director y Editor COSCOSCESCSG Tl REVISTA HAUCAYPATA 5 Tavestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Colaboradores Rommel Angeles Faleén Licenciado en Arqueologia (Universidad Nacional Mayor de San Marcos), Museo Huaca |= Malena-Asia. Enrique Angulo Médico veterinario (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Museo de sitio de Pachacamac | (MSPAC). Katiusha Bernuy Arquedloga (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Jefe del Area de Investigacién del Museo de Sitio de Pachacamac (MSPAC). Isabel Cornejo Rivera Arqueéloga (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Asistente del Area de Investigacion del ‘Museo de Sitio de Pachacamac (MSPAC). Gori Tumi Echevarria Lépez Arqueélogo y Candidato a Doctor en Historia del Arte (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). i Rodolfo Monteverde Sotil Maestristaen Arqueologia(PontificiaUniversidad Catélica del Peri). Licenciado en Arqueologia (Universidad Nacional Federico Villarreal). Reinaldo Andrés Moralejo Doctor en Ciencias Naturales. Licenciado en Antropologia (Facultad de Ciencias Naturales y Museo-Universidad Nacional de La Plata). CONICET. Divisién Arqueologia, Museo de La Plata Denise Pozzi-Escot Arquedloga (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Directora del Museo de Sitio de Pachacamac (MSPAC). Ministerio de Cultura Tatiana Stellian Doctorante del Fonds National de la Recherche Scientifique-Bélgica (Université Libre de Bruxelles) Luis Miguel Tokuda Artista plastico (Escuela Nacional Superior Auténoma Bellas Artes) (Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas) Zenobio Valencia Gareia Arquedlogo (Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco). REVISTA HAUCAYPATA 6 é Thvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Hallazgos de Canis familiaris en el santuario de Pachacamac Isabel Cornejo icornejo@meultura.gobpe Denise Pozzi-Escot dpozzi@meultura.gob.pe Katiusha Bernuy kbernuy@meultura.gob pe Enrique Angulo Iuamachito@yahoo.com Luis Miguel Tokuda yoshitokuda@hotmail.com Resumen El santuario arqueolégico de Pachacamac, con una ocupacién de més de 1200 aitos, durante el Horizonte Tardio (1470 — 1533 d.C.) extendid su fama como el més importante centro ceremonial de la costa peruana al cual acudian peregrinos de diversos lugares. De las intervenciones arqueolégicas realizadas en la Segunda Muralla y la Pirémide con Rampa 07 (PCR 07) del santuario, efectuadas por el equipo del Museo de sitio, se han recuperado una serie de hallazgos, entre los que se encuentran los restos de mas de una veintena de canes con pelo (Canis familiaris). Gracias al trabajo multidisciplinario realizado (arqueologia, medicinaveterinaria, artes pldsticas), se ha podido determinar la identificacién de la especie, la variedad de las caracteristicas fenotipicas de los canes y proponer una hipétesis sobre la variedad y la presencia de éstos en el santuario. Palabras claves: Pachacamac, Segunda Muralla, Piramide con Rampa 07, Canis familiaris, Abstract The Pachacamac archaeological sanctuary, with an occupation of more than 1200 years, during the Late Horizon (1470 - 1533A.D.) extended his reputation as the most important ceremonial center’ of the Peruvian coast to which there were coming pilgrims of diverse places. Of the archaeological interventions realized in the Second Wall and the Pyramid with ramp 07 (PCR 07) of the sanctuary, effected by the equipment of the Museum of site, have recovered a series of findings, between which they find the remains of more than one score of khans with hair (Canis familiaris). Thanks to the multidisciplinary work (archaeology, veterinary medicine, plastic arts) realized, one could have determined the identification of the species, the variety of the phenotypic characteristics of the khans and to propose a hypothesis on the variety and the presence of these in the sanctuary. Keywords: Pachacamac, The Second Wall, Pyramid with Ramp 07, Canis familiaris. ElsantuarioarqueolégicodePachacamac un afloramiento rocoso recubierto por arena de El santuario de Pachacamae se ubica a 31km. —_origen edlico que forma parte del tablazo de Lu- al sur de la ciudad de Lima, en la margen dere- rin, provocé la aridez del sitio a pesar de limitar cha del rio Lurin, frente a las costas del Océa- por el sur con la franja cultivable del rio Lurin, no Pacifico. Su emplazamiento elevado, sobre __y al oeste con un area de lagunas y humedales. CORNEJO, Isabel; POZZI-ESCOT, Denise; BERNUY, Katiusha; ANGULO, Enrique y TOKUDA, Luis Miguel, 2012. Hallazgos de Canis familiaris en el santuario de Pachacamac. Revista Haucaypata. Investigaciones ar- queolégicas del Tahuantinsuyo. Nro. 5: 6-20. Lima, Isabel Cornejo, Denise Pozzi-Escot, Katiusha Bernuy, Enrique Angulo y Luis Miguel Tokuda Z Hallazgos de Canis familiaris en el santuario de Pachacamac Océano Pacifico Leyenda Ee] valle agricola WY Santuario de Pachacamac Figura 1. Mapa de ubicacién del santuario de Pachacamae. Pert. Q Islas Pachacamac Q ry Por el norte limita con la Quebrada de Atocon- goy por el este con el valle y las primeras estri- baciones andinas. El clima de la zona es carac- teristico de la costa central: arido, semicélido y hiimedo, con bajo indice de precipitacién pluvial (2 milimetros anuales segiin la Estacién Meteorolégica — Museo de Sitio de Pachaca- mac). Todas estas condiciones, han favorecido notablemente la preservacién de los restos or- ginicos recuperados en las intervenciones ar- queolégicas (Figura 1). ‘La ocupacién y construccién del santuario fue continua, desde el periodo Intermedio Tem- prano (300 a 700 d.C.) hasta el Horizonte Tar- dio (1470 a 1533 d.C). Fue un centro ceremo- nial que en el Horizonte Tardio llegé a extender su fama como oraculo (Fernandez de Oviedo 1945: 46-54 [1535: Libro XII, Capitulo XT}; Cie- za 1986: 213 - 214 [1553: Capitulo LXXII, folio 97v], Villar 1935: 212). Bajo el dominio Inca, acudian al santuario peregrinos de diversos y lejanos lugares del imperio para realizar con- sultas y obtener vaticinios del oréculo En la actualidad el area intangible del santua- rio comprende 465 hectareas, donde se distri- buyen importantes edificaciones construidas en base a adobes y piedra, como el Templo del Sol, el Templo Viejo, el Templo Pintado, el Acllawasi y alrededor de quince PCR*. Estas edificaciones se encuentran distribuidas en sectores deli- mitados artificialmente por murallas y por un eje de calles internas (Norte-Sur y Este-Oeste) que mantenian conexién con el Gran Camino 0 Qhapaq Nan?. Dicha infraestructura habria servido para controlar tanto el flujo de las pere- grinaciones (Paredes 1991) como el crecimien- toy ordenamiento interno de sus edificaciones. Desde el aio 2010 el equipo del Museo de sitio de Pachacamac viene realizando excavaciones en la Segunda Muralla y en la PCR 07. Como parte de estos trabajos, hemos recuperado una serie de hallazgos de la época Inca, entre ellas los restos de mas de una veintena de canes con pelo (Canis familiaris) de distintas edades y en buen estado de conservacién. El trabajo multi- disciplinario que conjuga la arqueologia, la me- 1 PCR es la abreviatura para las edificaciones conoci- das como Pirimide(s) con Rampa(s). 2 Este camino articulé buena parte de la region de los Andes Centrales antes de la conquista espaiola. REVISTA HAUCAYPATA, 8 Tnvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo dicina veterinaria y las artes plasticas, nos _per- mite realizar propuestas basadas en recons- trucciones fenotipicas®, sefialar el modo en que fueron utilizados estos animales y formular un planteamiento hipotético sobre su variedad y presencia, relacionada a las peregrinaciones, en el santuario. Hallazgos de canes en el santuario Evidencias de canes con pelo, similares a nues- tros hallazgos, han sido encontradas en varias edificaciones del santuario: en el Templo del Sol a fines del siglo XIX (Uhle 2003 [1806]); en la PCR 02, al pie del Templo Viejo (Paredes y Fran- co, 1984 y1989); en la PCR 03, 07 y 13 (Eeckhout, 1995 y 2008; Pozzi-Escot y Chavez 2009; Pozzi- Escot y Bernuy 2010) y en la PCR 08 (Malaga 2008) Entre estos restos, se ha podido determinar que solo algunos presentaron evidencias de enfarde- lamiento por los fragmentos o restos de textiles que tenian en el cuerpo o sobre la cabeza. Se resalta el hecho de que los mejores conservados tienen un caracteristico pelaje corto, lacio y de color marrén amarillento y/o marrén oscuro. El entierro de estos canes como “acompaiantes de entierros humanos” para los periodos tardios (1000 — 1533 4.C) fue recurrente en el santua- rio (Uhle 2003{1896]; Eeckhout 1995; Paredes y Franco 1984). Asimismo, fueron ofrendados en las nuevas construcciones de edificaciones o ele- mentos arquitecténicos del santuario (Eeckhout 2008; Malaga 2008), El reporte de hallazgos de canes en el santua- rio es bastante frecuente. Sin embargo, en esta oportunidad la participacién de especialistas en los andlisis biolégicos y zoolégicos nos ha permi- tido confirmar su identificacion a nivel de sexo y especie y otras caracteristicas que a continuacién describiremos y comentaremos. Otras evidencias de canes en Ia costa pe- ruana prehispanica Los diversos hallazgos de canes registrados en el santuario se diferencian de los canes de las re- presentaciones iconograficas Moche y Nazca (In- termedio Temprano) que son de talla pequefia, cola enroscada sobre el lomo, pelo corto y de co- lor blanco con grandes manchas oscuras negras 3 Conjuntos de rasgos visibles de un organismo. Escot, Katiusha Bernuy, Enrique Angulo y iguel Tokuda Hallazgos de Canis familiaris en el santuario de Pachacamac Figura 2. Foto drea de los aiios 70 del santuario de Pachacamac con indicacién de las areas de excavacién en Ja Segunda Muralla y PCR 07, 6 (ver Donnan y MacClelland 1999: 89, Fig. 4.29). También difieren de los canes sin pelo de las representaciones Chancay (Intermedio Tardio) (ver Weiss 1976:41, Lam. III); asimis- mo de los conocidos como “perros pastores” de Chiribaya (Intermedio Tardio) excavados en Ilo por Sonia Guillen y del ejemplar recupera- do por Engel en un cementerio localizado en la peninsula de Paracas, que son de talla menor, orejas semicaidas, patas cortas y pelo largo de color amarillento o blanco en casi todo el cuer- po (ver Engel 1987: 125, Fig, III-19). Esta comparacién general, pone en evidencia que los canes de Pachacamac no parecen tener relacién directa o descienden de ellos, debido a las evidentes diferencias de forma de cuerpo, pelaje y color. Los hallazgos en la PCR 07 y Segunda Maralla del santuario El conjunto de hallazgos de canes con pelo, identificados como Canis familiaris, provienen de las excavaciones realizadas en la PCR 07 y en la Segunda Muralla que delimita la concen- tracién de edificaciones del santuario, princi- REVISTA HAUCAYPATA. Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo 10 palmente a las PCR (Figura 2). Los hallazgos en la PCR 07 corresponden a una excavacién realizada al pie del acceso que conec- taba la Calle Norte-Sur a una de las plazas late- rales de dicha PCR. El hallazgo en su conjunto procede de los tltimos niveles de utilizacion de la plaza durante la época Inca; cinco de los canes se encontraron asociados al entierro del fardo de un nif y un sexto can fue localizado al interior de un pequeiia intrusién hecha en uno de los apisonados de la plaza (Pozzi-Escot et al. 2012) (Figura 3). En la Segunda Muralla, en un tramo colindan- te con la via conocida como Calle Este-Oeste, area aprovechada para configurar una plaza rec- tangular, se recuperaron los restos de diversas ofrendas entre los que resaltan objetos de estilo local y foraneos consistentes en dos escultura en madera de estilo Chimi e Ychsma, vasijas ceré- micas de estilo Yehsma, Inca y Casma moldeado, asi como los restos de una veintena de canes de distintas edades en buen estado de conservacién Por las caracteristicas estilisticas de las vasijas y esculturas, se ha podido establecer que este con- junto de hallazgos dataria del Horizonte Tardio. capa 6 Elemento 3 Capa 8 Nivel 1 Capa 8 Nivel 2 Capa S Nels No Excavado 0 Pao de wane LS 1m Figura 3. Corte Transversal de la excavacién en la plaza lateral de la PCR 07 con distribucién de los hallazgos de canes (CNS426, CNS427, CNS428, CNS429, CNS430 y CNS431). Figura 5. Variedad de los restos de canes recuperados de las excavaciones en Ia Segunda Muralla y PCR o7. 6 Sin embargo, el contexto fue disturbado por un huaqueo probablemente de la época Colo- nial (Figura 4). Los restos de los canes recuperados, en su mayoria, se encuentran muy bien conservados (piel, pelos y huesos articulados). El tratamien- to mortuorio es diverso, algunos se encuentran envueltos con textiles de algodén (enfardela- dos), otros no tienen ningtin tipo de envolto- rio, otros tienen solo una tela envolviéndoles la cabeza (a la altura de los ojos) y al menos uno tiene las extremidades amarradas con una soguilla de fibra vegetal (Figura 5). Los textiles usados no parecen haber sido elaborados ex- clusivamente para fines mortuorios ya que evi- dencian desgaste, recortes, falta de orillos, todo lo cual indicaria que provienen de otras piezas textiles que tuvieron otro uso previo Metodologia de estudio Para el estudio de nuestros recientes hallazgos de canes, hemos realizado examenes anatémi- cos-forenses para determinar aspectos como sexo y especie, edad, tamaio, patologias 6seas y traumas pre o perimortem que podrian aso- ciarse a posibles causas de muerte, etc. Para ello, utilizamos una coleccién de material éseo comparativo de individuos modernos y fuentes bibliograficas especializadas (Fiennes y Fien- nes 1968; Smith y Jones 1962; Blanco et al. 2009), asi como la revision de informacién so- bre hailazgos similares en Pachacamac que he- mos desarrollado en la parte inicial del articulo. La edad fue determinada teniendo en cuenta el tamaio y estado de fusion de las epifisis y diafisis de los huesos largos, en los dientes se observé si éstos eran deciduos‘ 0 permanen- tes, los cuales terminan de erupcionar alre- dedor de los siete meses, asi como el desgaste en dientes incisivos, premolares y molares en los adultos. Con esta informacion se agrupa- ron a los canes por rangos de edad (Tabla 1) Para el calculo de la altura de los canes se con- sideré la sumatoria de las medidas de las fa- langes, radio-cibito, htimero y escapula’. Para el largo del cuerpo se consideré la medida en 4 Los deciduos son dientes provisionales que se van reemplazando por permanentes, esto se completa a os 7 meses con Jo que el animal se reconoce como un individuo adulto joven. REVISTA HAUCAYPATA. 12 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo centimetros de la distancia desde el pecho hasta la base de la cola, El peso corporal fue obtenido en base al tamafio aproximado del can mejor conservado (Figura 6) y comparado con un perro vivo de similares caracteristicas fisicas, Todo esto nos dié una aproximacién al tamaiio que habrian tenido los canes. Para caracterizar el tipo de erineo, se emples la propuesta veterinaria de Dyce et al. (2004), quienes realizaron una tipologia basada en la forma y tamaiio del erdneo en canes: dolicocefa- lica, mesocefélica y braquicefélica (ver Dyce et al 2004: 398, Fig, 11-1). ‘Tabla 1. Rango de edad en canes. Propuesta a partir de los cambios observados en el crecimiento del ani- mal: aparicién de dentadura permanente y el estado de fusion de los huesos, ete. Las reconstrucciones fenotipicas del conjunto de hallazgos analizados corresponden a ejem= plares que representan la variedad del grupo Estas se han realizado mediante la observacién directa de los restos éseos. El primer paso para la reconstruccién fue la realizacién de bocetos hechos en base al esqueleto armado de los ejem- plares seleccionados (Figura 7); el boceto con- sidera las medidas de los huesos y la forma de craneo. El siguiente paso fue la reconstruccién de los planos musculares (miol6gica), En un ter- cer paso se agregaron las caracteristicas corpo- rales como las dimensiones y colores del pelaje mediante el uso de lapices de colores y conside- rando la intensidad y distribucién de la pigmen- tacién del pelaje observado en cada uno de los ejemplares; las imagenes fueron digitalizadas y editadas en el programa Adobe Photoshop CS3, donde se trabajaron por capas para retocar cada 5 Medida tomada de uno de los miembros anteriores, Isabel Cornejo, Denise Pozzi-Escot, Katiusha Bernuy, Enrique Angulo y Luis Miguel Tokuda 13 Hallargos de Canis familiaris en el santuario de Pachacamac Figura 6, Restos de can en buen estado de conservacién (Hallazgo CNS430) proveniente de las excavaciones en la Plaza lateral de la PCR 07. | a Figura 7. Intervencién del Médico-Veterinario Enrique Angulo en la reconstruceién del esqueleto de uno de los ejemplares y realizacién del boceto base por el artista plistico Luis Miguel Tokuda. s REVISTA HAUCAYPATA. 14 Investigaciones arqueologicas del Tahu Paso wees Sobre el dibujo anterior, s retosa cada uno de us deta regan Ins carcteristicns corporal de! pero ( tipo de pelaje, ec). Finalmente, ta imagen se dgitaliza, se comm la intnsidad de color, el tamato de ojos, cola orejas. Figu ra 8. Proceso de reconstruccién fenotipica mediante dibujos y toma de medidas, realizado por el artista plastico Luis Miguel Tokuda. uno de sus detalles como la intensidad de color, _considerado por el momento el desenfardelamiento de el tamaiio de ojos, cola y orejas (Figura 8) los hallazgos, por lo que la revisién de los restos En esta etapa de nuestras investigaciones no hemos se ha realizado aprovechando la condicién de desgas- Pozzi-Escot, fe Canis familiar Figura 9. Imagen del Hallazgo CNS 426 con su correspondiente placa radiografica. Obsérvese que es notorio que los huesos estan intactos (sin fracturas), sin fusionar y aparentemente hay restos de algunos érganos en la regidn ventral (zhigado?). e te y roturas en que se encuentran los envolto- rios. Por ahora, y debido a las dimensiones de los hallazgos, hemos empleado el uso de placas radiograficas en uno de los pequeiios fardos para examinar las condiciones del animal al in- terlor (Por ej. lesiones, fracturas, ete.) (Figura 9. Tenemos evidencia de restos de pupas de in- sectos asociadas a cada uno de los hallazgos que indican que estos quedaron expuestos a la intemperie por algiin tiempo. A futuro debere- mos ampliar las investigaciones hacia la ento- mologia forense, lo que permitiré identificar al tipo de insecto al que pertenecen, los posibles traslados de cuerpo y las caracteristicas de las zonas de procedencia. El anilisis histopatolégico® se ha incorpora- do recientemente a nuestros estudios. En esta etapa inicial, se ha realizado un examen visual de los ejemplares mejor conservados (momifi- cados) y que no tienen lesiones éseas aparen- tes, El examen ha incluido la toma de muestras REVISTA HAUCAYPATA 16 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo correspondientes al hallazgo SM162, éstas co- rresponden a restos orginicos oscuros disemina- dos sobre y alrededor de las vertebras cervicales, que por sils caracteristicas y apariencia podrian tratarse de restos de coagulos de sangre (Figura 10), indicio probable de que la causa de muerte fuera por ahorcamiento. Los resultados del and- lisis nos brindaran informacién mas detallada y abriré un nuevo campo de evaluacién sobre la causa de muerte de los estos animales. Conclusiones preliminares Hemos realizado el estudio de los restos de al menos 26 Canis familiaris 0 perros domésticos. Y en su mayoria'se trata de cachorros de 1 sema- na hasta adultos jévenes de 18 meses de edad. ‘Comunmente a la idea del perro prehispanico que se tiene y gracias a que las condiciones clima- 6 Estudio al microscopio de tejidos y restos de érganos en biisqueda de anomalias. Figura 10. Restos de can en buen estado de conservacién (Hallazgo SM162) procedente de la Segunda Muralla, con indicacién de la zona de recoleccién de muestras para andlisis histopatolégicos. Isabel Cornejo, Denise Pozzi-Escot, Katiusha Bernuy, Enrique Angulo y Luis Miguel Tokuda___17 Hallazgos de Canis familiaris en el santuario de Pachacamac ticas de las costa peruana que han permitido la preservacién de los restos estudiados, los canes analizados tienen pelaje de tamaiio corto o me- dianamente largo (entre 12cm. y 3.a4.5cm.), y principalmente en dos colores: marrén ama- rillento y marrén oscuro que se manifiestan de forma individual o en combinacién. Eran canes de talla mediana (38 - 42 cm. ala cruz’) y gran- de (45- 52 em. ala cruz), de orejas cortas, cola larga, con estructura rectangular del cuerpo y miembros y, con un peso corporal entre 12 - 14 kilos para los de talla mediana y entre 18 - 22 kilos para los de talla grande. El tratamiento mortuorio es variado e indi- ca que el enfardelamiento no fue planificado. Casi todos se encontraron en posicién cubito- lateral; los encontrados en las excavaciones de la Segunda Muralla, y que mantuvieron su posicién original, nos indican que fueron en- terrados dentro de fosas individuales de poca profundidad. En al menos tres canes, se ha identificado patologias éseas compatibles a raquitismo y desnutricién (Figura 11). No se encontraron evidencias de cortes o lesiones en los huesos de los ejemplares analizados que nos den certeza sobre la causa de muerte de los animales. Fu- turos andlisis toxicolégicos (por ejemplo: en- venenamiento) y los resultados de los analisis, histopatolégicos nos podran ayudar a deter- minar con seguridad los indicios que tenemos sobre la muerte por ahorcamiento y/o sacrificio, Si bien las causas de muerte de estos animales pueden sernaturales y/o intencionales, solo iden- tificamos su utilizacin en contextos rituales. La variabilidad en el pelaje (longitud y den- sidad), la distribuci6n de colores y caracteristi- cas éseas del crineo indican que estamos ante tres diferentes fenotipos de canes (Figura 12). Y, aunque no hay una correlacién entre el tra- tamiento mortuorio y los fenotipos sefialados, consideramos que esias caracteristicas deberfan ser estudiadas a futuro para poder determinar si se tratan de indicadores de procedencia. En cuyo caso, seria posible plantear que los canes fueron trafdos al santuario por peregrinos provenientes de diversos lugares (locales y foraneos), y fueron dados como acompanantes de entierros huma- nos u ofrendas para el ordculo Sobre la utilizacién de los canes como “acompa- iiantes en la otra vida” existen varias referencias en crénicas y otros documentos, tal como lo su- giere una referencia recogida del Padre Arriaga, extirpador de idolatrias del Pera del siglo XVII, que sefala que “los muertos van a la tierra del silencio pasando por un puente de palos y lle- 7 Lugar ubicado en el lomo del perro, a la altura de las paletas de la escépula. Es el eruce entre una linea vertical (patas delanteras) y una horizontal (columna vertebral) 44) | | 0 Som Figura 11. Evidencias 6seas compatibles con raquitismo y desnutricién. A la izquierda: Vertebras dorsales, se observa el crecimiento 6seo asimétrico del cuerpo de una de ellas (Hallazgo CNS 427). A la derecha: Epifisis de costillas dilatadas en forma de copa (Hallazgo CNS 431). Fenotpo 1. Canes de erinco mesooslo, tala media reas coras cola mediona, pele coro (25-3 em) de color maron (sty tua aati, Fenotipo 2. Canss de crine> mssocfil tulle grande, fess coras, cola tg (15 em plage donso y lar marin oscue y matréa aie cho, REVISTA HAUCAYPATA 18 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Fenotipa 3. Comes de cinco aq, tala mecina, ors cores, cola mean pelaje cota (18-2 cm) y de colo marin (3.3 = 4 cm) de color Figura 12. Fenotipos de canes del santuario de Pachacamac, propuesta basada en los hallazgos de canes de la Segunda Muralla y PCR 07. vados por perros negros, que en algunas par- tes los crian para ese fin” (Citado por Weiss 1976: 43). ‘Asimismo, en el incanato los perros habrian formado parte de los cultos relacionados a la peticion del agua realizados bajo la presencia de la luna o en el mes lunar cuando escasea el agua. Guaman Poma y Garcilaso de la Vega re- fieren que los incas amarraban y golpeaban a sus llamas a sus perros en las plazas, mientras que ellos mismos y sus hijos lloraban y hacian ruidos con caracoles, tambores y otros instru- mentos; expresaban dolor, exponiendo sus su- frimientos y los de sus animales para atraer la atencion de la luna, que segiin Garcilaso “Ua- masen la luna, que por cierta fabula que ellos contaban, decian que la luna era aficionada a los perros, por cierto servicio que le habian hecho, y que oyéndolos lorar, habria lastima de ellos” (Garcilaso 1941: 182-183 [1609: Libro Segundo, capitulo XXIII]), Los canes procedentes de diversas edificacio- nes del santuario (Templo del Sol, Templo Vie- jo, PCR 02, PCRo3, PCR 08 y PCR 13) guardan similitudes anatomicas con los tres fenotipos propuestos en base a los recientes hallazgos. Muy por el contrario, este conjunto no parece tener relacién directa con los tipos de canes en- contrados en otros sitios de la costa peruana, debido a las diferencias de forma de cuerpo, pelaje y color, que permitan establecer relaciones de descendencia y/u otros aspectos biolégicos y culturales: La importancia de estas evidencias hace necesa- rio continuar y desarrollar nuestra investigacion mediante los andlisis propuestos (entomologia forense, patologia forense, etc), el estudio de contextos similares de los Andes Centrales, fuen- tes etnohistéricas etc. En un nivel comparativo, lo que podremos obtener es una visién amplia sobre su procedencia, variantes en sus caracte- risticas fenotipicas y las diversas formas en que fueron utilizados éstos animales por las socie- dades prehispanicas involucradas en el culto a Pachacamae, a través del tiempo y del territorio andino A Sonia Quiroz Calle; Marfa Luisa Patron; Dr. Héctor Guzman Iturbe de la Clinica Veterinaria “Las Garzas’, quien nos apoyé con la radiogra- fia de uno de los fardos; Dr. Ivanoe Vega por su colaboracién con los andlisis de patologia vete- rinaria y a todo el equipo del Museo de Sitio de Pachacamac. jografia BLANCO, Alicia; RODRIGUEZ, Bernardo y VA- LADEZ, Rail. 2009. 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Publicaciones del Museo Nacional Lima de Antropologia y Arqueologia, 1: 33-54. Lima. REVISTA HAUCAYPATA 21 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo snvertorgeto arqueologicg Yehsma, Breve informe metodolégico de las, investigaciones arqueobotanicas de la temporada 2012 en Pachacamac, Lima ‘Tatiana Stellian tstellia@ulb.ac.be El Proyecto Yehsma y las excavaciones arqueolégicas en Pachacamac El Proyecto Ychsma realiza desde el alio 1999 excavaciones arqueolégicas en Pachacamac, importante sitio prehisp4nico localizado en el valle bajo del rio Lurin (distrito de Lurin, departamento y provincia de Lima). En un inicio fue dirigido por Peter Eeckhout y Carlos Farfan, hasta el 2008, y en a tiltima temporada del 2012 por Eeckhout y Milton Lujan. Las metas del Proyecto han sido entender el desarrollo, la influencia, el funcionamiento y los vinculos de Pachacamac con otros sitios contemporéneos a él, y que también presentan piramides con rampa (Béarez et al. 2003; Shimada 2007 y Eeckhout y Farfan 2008). De esta manera, se ha podido delimitar el desarrollo de la frontera de influencia de Pachacamac en el valle Lurin durante el Intermedio Tardio. Frontera que iba hasta el sitio arqueolégico de Chamallanca (1000-1200 msnm). Pero que al empezar el Horizonte Tardio y durante toda la dominacién Inca, disminuyé y alcanz6 sélo hasta el area de Huaycén-Chontay (450- 700 msnm) (Eeckhout 1999). Hasta la actualidad, el Proyecto sigue reali- zando levantamientos topograficos, planos, una maqueta de Pachacamac y una cronologia y tipologia de la ceramica local del Intermedio Tardio y del Horizonte Tardio (Eeckhout s/f). Desde la temporada 2003, se extendieron las excavaciones a la Calle Sur, la Sala Central 26 y otras piramides (las 4, 9, 11013 y15) (Eeckhout y Farfan 2003; 2004; 2005; 2008 y Pachaca- mac-Museo del Sitio s/f [disponible online]). También cabe resaltar, que el Proyecto Ychs- ma, pone énfasis en la conservaci6n y restaura- cién de los sectores intervenidos y del material arqueolégico excavado en Pachacamac (Farfan 2004 y Eeckhout y Farfan 2008). ‘A partir del 2004 las excavaciones se concen- traron en el patio posterior de la Piramide con Rampa 13, donde se encontré un Cementerio (Unidad 58'). En él se descubrieron unos far- dos funerarios del Horizonte Medio y del In- termedio Tardio (fases 6-7). Lo cual evidencié la importancia de realizar entierros en esta zona (Eeckhout y Farfan 2005). Esto se podria explicar por la falta de espacio para realizar entierros cerca de la muralla sagrada. Segiin Eeckhout (s/f) conforme se iban realizando estos entierros, inevitablemente las personas se encontraron con tumbas anteriores; para lo cual, para disponer de un espacio donde ente- rrara sus muertos, no dudaron en desplazar alos anteriores. Los entierros encontrados tienen varias pato- logias y traumatismos. Segin los andlisis antro- pofisicos realizados, los entierros mas tardios presentan una anormal cantidad de patologias graves, tal como cancer, sifilis, ete. Por el contra- Tio, los mas tempranos presentan un estado de salud relativamente bueno, donde, las patologias y los traumatismos son mayormente el resultado del trabajo fisico y de la vejez (Eeckhout y Farfan 2005 y Owens 2008). Estas diferencias podrian explicarse en un cambio de la poblacién; es de- cir, las tumbas mas tempranas corresponderfan auna poblacién de agricultores locales, para pos- teriormente pertenecer a migrantes, tal vez atrai- dos por la fama de curador del dios de Pachaca- mac. Buscar la sanacién a los males fisicos en Pachacamac parece ser una tradicién desarrolla- da desde el Intermedio Tardio, que los Incas ha- brian dado una extensién pan-andina (Eeckhout y Farfén 2005). Finalmente, al término del Ho- rizonte Tardio, ala llegada de los espaiioles, todo fue abandonado y el culto a Pachacamac perdid importancia (Eeckhout y Farfan 2005). Este aiio, las excavaciones continuaron en la Unidad 58’. Ademas, también se excavé la_uni- dad 100, ubicada al Oeste de la 58! para verificar si el Cementerio se prolongaba en esta direccién, STELLIAN, Tatiana, 2012, Proyecto arqueolégico Ychsma. Breve informe metodolégico de las investigaciones arqueobotinicas de la temporada 2012 en Pachacamac, Lima. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégi- cas del Tahuantinsuyo. Nro. 5; 21-26. Lima. Tatiana Stellian 22 Proyecto arqueologico Yehsina. Breve inform metodologico de las Investigaciones arqueobotanicas de Ta temporada 2012 en Pachacamae, Lima lo que fue confirmado con el descubrimiento de numerosos entierros. Asimismo, también se llevaron a cabo excavaciones en el Edificio 8 (E8) localizado en el lado NW de Pachacamac. El cual esté compuesto por 20 depésitos (col- cas). Delante de estos depésitos existe un re- cinto de planta rectangular orientado aun gran patio igualmente rectangular. Investigaciones arqueobotanicos, tem- porada 2012 Durante los trabajos de andlisis para la elabo- racién de mi tesis de maestria (Stellian 2011), noté que el muestrario de los restos boténi- cos visibles a simple vista, realizados por los arqueélogos que participaron en anteriores temporadas de excavacién en Pachacamac, no contenian restos de tamafo micro. En conse- cuencia, me propuse realizar, ademas de la me- todologia del muestrario de los restos visibles a simple vista, el muestrario de sedimentos, que pudieran ser obtenidos por flotacién de las muestras arqueobotanicas que se tomaron en los sectores excavados en Pachacamac en el 2012 (Cementerio y Edificio E8), La flotacién del material arqueobotanico fue realizada con la ayuda de los bidlogos Cindy Vergel Rodriguez (quién ademas me ayudé en la identificacion de los restos botanicos obteni- dos con la flotacién) y Adolfo Miguel Quevedo Calatayud. Asimismo, participaron los arqueé- logos Billyban Oscco Llanos y Laura Vasquez Ruiz, Debo sefialar que los trabajos que vengo rea- lizando con las muestras arqueobotanicas de Pachacamac se enmarcan ademas en mi inves- tigacién para poder elaborar mi tesis doctoral en Historia del Arte y Arqueologia en la Uni- versidad Libre de Bruselas (Bélgica). Y que la identificacién de los restos arqueobot4nicos de Pachacamac se ha basado en mis conocimien- tos personales y las del equipo que forma par- te del proyecto Ychsma. Ademas, estos restos han sido comparados con fotografias de semi- llas disponibles en la publicacién de Martin y Barkley (1961). Para el andlisis del material arqueobotanico obtenido en las excavaciones del Cementerio se recogieron los restos botanicos presentes en el interior de algunas vasijas de ceramica y de piezas de mates (Lagenaria siceraria). Por su parte, en el Edificio ES se tomaron muestras detierray arena, en bolsas plasticas de gy 5 itros, quecomponianlascapasestratigrficasevidencia las en su interior, y que presentaban material bo- tanico macro prehispanico como maiz (Zea mays sp.), liicuma (Pouteria hicuma sp.), entre otros. Luego de analizar 20 muestras de sedimentos (20 tomadas en bolsas de 3 litros de sedimentos y otras 10 tomadas de los mismos contextos en bolsas de 5 litros) se podra determinar cual volu- men de las muestras se debe identificar. Por eso, usaramos curvas de rendimiento mostrando el némero de nuevos taxones y el ntimero de indivi- duos por cada tax6n. Asi se podré ver si hay una diferencia entre estos nimeros. Si el ntiimero de taxones queda constante o con muy poca diferen- cia entre las muestras de 3 y 5 litros, se elegira por el andlisis de las primeras. En caso contrario, se optara por las segundas. Para poder realizar con éxito los trabajos de flotacién de los materiales arqueoboténicos ob- tenidos en las excavaciones, el proyecto Yehs- ma financié la construccién de una maquina de flotacién. Esta maquina (figura 1) consta de un tanque con capacidad para 170 litros de agua que entran a través de una manguera. Al interior del tanque hay un balde con una malla de 0,5 mm. en la base. Del tanque sale un dueto de descarga que lleva el agua del tanque hacia 5 recipientes con mallas de 4 mm. 2 mm., 1mm, 0,5 mm. y 0,25 mm., respectivamente y en los cuales se van depositando los restos arqueobotanicos. El tanque presenta en su parte inferior una valvula de salida para permitir el buen funcionamiento de la maquina, ya que es necesario botar regular- mente el barro que se acumula en su base. Las muestras echadas en la maquina de flota- cién (figura 2) se separan gracias a la diferencia de densidad de los diferentes elementos presen- tes en ellos. Asi, los mas densos caen al fondo y los menos densos flotan hacia el exterior de la maquina, La malla de 0,5 mm. en el fondo del tanque permite recuperar los restos que se han hundido y que normalmente deberian flotar (probablemente por que estan Ilenos de agua, son prisioneros de otros sedimentos 0 por que el flujo del agua es demasiado fuerte). Estos cons- tituyen la fraccién pesada. La fraccién ligera se compone de los restos recuperados en las mallas de 4mm, 2 mm, 1mm, 0,5 mm. y 0,25 mm. de los recipientes externos (figura 2). Finalmente, cada fraccién del material arqueobotanico obte- nido por flotacién fue puesta a secar en bolsas de balde con una malla de 0.5 mm. tanque de 170 It REVISTA HAUCAYPATA 23 Tnvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo soporte de descarga del agu del tanque recipientes externos con malas de 4 mm., 2mm. 1 mm., 0.5 mm. y 0.25 mm. Figura 1. Maquina de flotacién del Proyecto Yehsma. algodén (figura 3). En dichas bolsas se senalé el niimero de cada muestra Luego de la flotacién, se procedié a la identi- ficacion de los restos arqueobotanicos, para lo cual empleamos un microscopio Zeiss DVR4/ DR, que tiene un aumento éptico de x32 (figu- ra 4), Cabe resaltar que a la actualidad seg mos realizando la identificacién de los restos arqueobotanicos. Estos restos estan siendo separados por especies, contados y envasados en bolsas y tubos de plastico. Las bolsas y tu- bos se estén rotulando con los niimeros de CS# (ntimeros de mi inventario de andlisis). Asi- mismo, estamos realizando la identificacion de cada taxon. ‘Ademis, se ha elaborado una ficha de registro para cada muestra. Cada ficha comprende las informaciones sobre la procedencia de la mues- tra, los nombres de las personas involucradas en su muestrario, su flotacién e identificaci6n, y el volumen de cada muestra (esto tiltimo tinica- mente en el caso de los restos flotados). Asimis- mo, hemos anotado los nombres cientificos de las diferentes especies presentes en cada contexto, asi como la cantidad y la parte de la planta que se estaba registrando (P.e. el exocarpo, la semilla, la hoja, ete.), Cuando tuvimos una duda sobre la planta identificada, indicamos la posible identifi- cacién con un “ef” (confer). En algunos casos, los restos no pueden ser identificados a un nivel mas preciso que el de la familia (como “Cucurbita- ceae") 0 del género (como “Cucurbita”). Y cuando dudamos de algunas especies o también cuando los restos no pueden ser identificados sin otros ti- pos de anilisis (fitolitos, almidén), atribuimos un numero de desconocido (“unkYch' -Nuimero”). * Abreviatura de unknown Yehsma, Tatiana Stellian 24 Figura 2. Vertido de la muestra arqueobotén ca al interior del balde que hay dentro del tanque (foto superior) y su separacién en los recipientes con mallas de 4 mm.,2 mm, 1 mm., 0.5 mm. y 0.25 mm., cuando salen del tanque (foto inferior) En las muestras hay también a veces restos no botanicos, tales como conchas, huesos, copro- Proyecto arqueologico Yehsma. Breve informe metodologico de las investigaciones arqueobotanicas de Ta temporada 2012 en Pachacamae, Lima litos, etc., los cuales igualmente estin siendo se- parados ¢ inventariados en las mismas fichas, En lo que respecta a los. restos arqueobotan cos de las unidades 58’ y 100 (Cementerio) es- tos seran analizados en términos de presencia- ausencia para indicar la ubicuidad de los restos en diferentes contextos. Esta ubicuidad se va a representar en porcentaje, o sea como frecuen- cia. En base a esto, trataremos de determinar si existe un modelo de ofrendas de plantas especi- ficas segin algunas variables observables y men- surables como el sexo, la edad o las patologias de los muertos. Y si estos presentan un contexto funerario asociado a un material arqueobotanico especial. Estos andlisis se realizaran de manera sincrénica y diacrénica. Palabras finales Las muestras arqueobotanicas provenientes de Pachacamac todavia estan en estudio y los re- sultados finales de su investigacién seran verti- dos en una publicacién posterior. Sin embargo, ya puedo decir que, como lo habia supuesto, se identificaron en las muestras flotadas restos di- ferentes de los visibles a simple vista, como por ejemplo taxones provenientes de la familia de las Chenopodiaceae, de las Amaranthaceae, de las Cactaceae, de las Poaceae, pero también restos de tabaco, verbena y aguaymanto, Los restos arqueobotanicos tomados del Edi- ficio E8 (depésitos) indican los productos que fueron almacenados en ellos. Sin embargo, preli- minarmente podemos decir que algunos taxones encontrados no corresponden a tiempos prehis- panicos y pueden ser simplemente el resultado de la contaminacién ambiental (accién edlica), antropogénica u otros. Finalmente quiero men- cionar que nuestro trabajo no se limitara al reco- nocimiento de los diferentes taxones para luego simplemente identificar a que plantas correspon- den; sino que ademas investigaremos sobre sus utilizaciones en tiempos prehispanicos y sus pro- piedades, por ejemplo, alimenticias o curativas. Agradecimientos ‘Al Fonds National de la Recherche Scientifique (ENRS-Bélgica) por financiar mi tesis doctoral. Al Doctor Peter Eeckhout por haberme dado la oportunidad de integrar su equipo, trabajar el material arqueoboténico y por sus comentarios. También agradezco por su participacién en el trabajo de flotacién y/o de andlisis del material a x REVISTA HAUCAYPA Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Figura 4. Trabajo de identificacién de los restos arqueobotanicos, provenientes de las flotaciones, con un mi- croscopio Zeiss DVR4/DR. ‘Tatiana Stellian Proyecto arqueologico Yehsia, Breve informe metodologico de las investigaciones arqueob temporada 2012 en Pachacamac, Lima Adolfo Miguel Quevedo Calatayud, Billyban Oseco Llanos, Laura Vasquez Ruiz, especial- mente a Cindy Vergel Rodriguez, y a Luis Ro- dolfo Monteverde Sotil por sus correcciones en el presente informe y por sus sugerencias Y quiero agradecer en especial a mi familia por apoyarme siempre en mi trabajo y dejarme se- guir con mi sueno, incluso cuando eso implica una separacién de un aio (Je remercie spécia- lement ma famille qui me soutient toujours dans mon travail et me laisse poursuivre mon réve méme si cela implique une séparation dim an). Finalmente quiero decir que las opi- niones y errores presentes en el texto son ex- clusivamente responsabilidades del autor. Bibliografia BEAREZ, Philippe; GORRITI, Manuel y Peter EECKHOUT, 2003, Primeras observaciones sobre el uso de invertebrados y peces marinos en Pachacamac (Peri) en el siglo XV (Perio- do Intermedio Tardio), Bulletin de Institut Franeais d'Etudes Andines 39(1):51-67. Lima, EECKHOUT, Peter, 1999. Pachacamac durant Mintermédiaire récent. Etude diun site monu- mental préhispanique de la céte centrale du Pérou. British Archaeological Reports Inter- national Series 747. British Archaeological Re- ports, Oxford. s/f. Pachacamac, céte centrale du Pérou. Le projet Ychsma. Accesible en Internet http: //dev.ulb. ac. be/crea/AccueilFrancais. php?page=Pachacamac [Consultada el 02-07- 12; 09:34 hrs], EECKHOUT, Peter y Carlos FARFAN, 2003, Proyecto Yehsma. Investigaciones Arqueolégi- gas y Estudios de Restauraciones en el Sitio de Fachacamac. Temporada 4 (2003). Informe Final. Universidad Libre de Bruselas y Fondo Nacional de Investigacién Cientifica. Bruselas. 2004. Proyecto Yehsma. Investigaciones Ar- queolégicas en el Sitio de Pachacamac. Tem- porada 2004. Informe Final. Universidad Libre de Bruselas y Fondo Nacional de Inves- tigacién Cientifica. Bruselas. 2005, Proyecto Yehsma, Investigaciones Ar- queolégicas en el Sitio de Pachacamac. Tem- porada 2005. Informe Final. Universidad Libre de Bruselas y Fondo Nacional de Inves- tigacién Cientifica. Bruselas. 2008. Proyecto Ychsma. Investigaciones Ar- queolégicas en el Sitio de Pachacamac, Tem- porada 2008. Informe Final. Universidad Libre de Bruselas y Fondo Nacional de Investigacion Cientifica. Bruselas. FARFAN, Carlos, 2004. Aspectos simbélicos de las piramides con rampa. Ensayo interpretativo. Bulletin de UInstitut Francais d'Etudes Andines 33(3):449-464. Lima. MARTIN, Alexander y William BARKLEY, 1961 Seed Identification Manual. University of Cali- fornia Press. Berkeley. OWENS, Lawrence, 2008. Anexo 2: Restos an- tropofisicos y entierros. Sitio Arqueolégico de Pachacamac. Temporada Febrero-marzo 2008. 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Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Libre de Bruselas. Bruselas. REVISTA HAUCAYPATA 27 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo e El Curacazgo de Coayllo durante el Imperio Inca Rommel Angeles Faleén huacamalena@yahoo.com Resumen Los incas emplearon diversas estrategias para dominar los territorios que conquistaron. El presente articulo se refiere a la presencia Inca en un pequefio valle al sur de Lima y su relacién con el curacazgo de Coayllo, que dominé el valle durante el Intermedio Tardio hasta la llegada de los cuzquerios, momento en que se produjeron una serie de cambios en la distribucién espacial, arquitectura, cerémica y textiles; aspectos que son discutidos en este trabajo. Palabras clave mperio, Inca, costa centro sur, Asia, Uquira Abstract The incas used different strategies in order to dominate the conquered territories. This article speaks about the inca presence in a valley at the south of Lima and its relation with the Coayllo curacazgo. This last one dominated the valley during the Late Intermediary up to the inca conquest. At this moment, there were various changes in the spatial distribution, architecture, ceramic and textiles. This article speaks about those changes. Keywords: Empire, Inca, central-south coast, Asia, Uquira Introduccion Durante la expansién territorial Inca, los as- pectos religioso, politico y econdmico jugaron un rol fundamental. Las conquistas permitie- ron mejorar las condiciones politicas y econé- micas del Inea y su panaca, quienes se hicieron administradores de nuevas tierras y recursos. El control de dichos territorios generalmente era indirecto a través de curacas locales supe- ditados al gobierno Inca En su maximo desarrollo el Imperio Inca abarcaba cuatro grandes divisiones territoria- les conocidas como “suyus": Antisuyu, Chin- chaysuyu, Contisuyu y Collasuyu. La costa cen- tral, entre otras regiones, qued6 comprendida en el Chinchaysuyu. Esta anexién fue lograda por el décimo Inca Tapac Yupanqui, a cuya panaca le correspondié heredar y administrar estas tierras. El pequeiio curacazgo de Coayllo cocupaba el valle del mismo nombre y habria sido anexado al Imperio del Tahuantinsuyo probablemente entre 1450 y 1480 d.C. El Chinchaysuyu era una de las regiones mas grandes y desarrolladas, ocupaba la parte nor- te del Imperio incluyendo los territorios desde ‘Arequipa hacia el norte; en donde estaban com- prendidos Pachacamae, el reino Chimi y Tumi- bamba (Ecuador), por citar los mas importantes. Laconquista Inca, en el caso de los Coayllo, impli- cé la implantacién de instituciones incaicas en el valle y la modificacién de los asentamientos loca- les, Se observa que a pesar de que la dominacién habria sido pacifica, la presencia Inca fue fuerte yen este periodo el acceso a bienes suntuarios se multiplicé. Los sitios con ocupacién Inca ocupan ambas margenes del valle de Asia u Omas (Figu- ra 1), en muchos casos son estructuras nuevas y en otras son edificaciones sobre sitios tardios. Estas caracteristicas se dan en otros sitios de la costa, ya sea en forma masiva como en Pachaca- mac donde los incas imponen grandes edificacio- nes dedicadas a la administracién y a la imposi- cién de la religi6n Inca (Uhle 1996), o en forma discreta como en Huaycan de Cieneguilla donde la edificacién Inca sigue los patrones arquitect6- nicos locales en cuanto a los materiales de cons- truccién, pero modifica el patron de distribu- cién de los recintos, s6lo por citar dos ejemplos. ANGELES FALCON, Rommel, 2012. El Curacazgo de Coayllo durante el Imperio Inca. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo. Nro. 5: 27-45. Lima Rommel Angeles Faleén 28 “El Curacazgo de Coayllo durante el Tmperio Inca @ = Sitio inca O Adoratorio de los felinos Sequilao ~@ tambo de Asia Sarapampa Sitios Inca en el valle de Asia Redibujado de Huaman: 2011 Figura 1. Mapa con la ubicacién de los sitios Inca en el valle de Asia. El valle de Asia durante el Intermedio — Caiiete por el sur. Segiin Rostworowski (1978) Tardio: Los Coayllo la sede de los Coayllo, el pequeiio curacazgo que El valle de Asia se ubica en la costa centro sur dominaba el valle, se encontraba en el valle me- del Peri entre los valles de Mala por el norte y dio, a 18 kilémetros del litoral y en el actual dis- 6 trito de Coayllo. A la altura del poblado actual de Coayllo en la margen izquierda del valle y sobre la boca de una quebrada lateral, hay un extenso sitio compuesto por recintos, plazas y pirkiuides que daben edfresponder al centro principal de los Coayllo. Los espaiioles crea- ron el actual pueblo de San Pedro de Coayllo con un trazado en damero que ain subsiste, por lo que consideramos que éste fue erigido cerea al pueblo prehispanico y un poco aleja- do del centro administrative Inca de Uquira, probablemente estos hechos corresponden al gobierno del Virrey Toledo (siglo XVI), quien impuso las reformas creando pueblos de espa- fioles para controlar mejor a las poblaciones lo- cales, de esta forma los asentamientos prehis- panicos fueron abandonadbs y las poblaciones trasladadas al nuevo pueblo. A la llegada de los espaiioles el valle era conocido con distintos nombres: Oquilla, Hoar y Cosillo, segin obra en distintos documentos (Coello 1993). Los Coayllo limitaban con los curacazgos de Mala y de Calango por el norte, con los Yauyos por ei este y con los Guarco y Runaguana por el sur (Angeles 2010: figura 1). El curacazgo de Mala por ejemplo, ocupaba el valle bajo del mismo nombre y el de Calango ocupaba el valle medio. De acuerdo a Coello (1998), existieron rutas transversales hacia los valles vecinos de Mala y Cafiete que permitian la comunicaci de los valles medios a través de las quebra- das laterales. Es evidente que las condiciones geogrdficas, una mayor cantidad de agua y tierras cultivables, hicieron que los valles de Mala y Caiete tuviera una mayor poblacién y sus asentamientos hayan sido mas grandes en comparacién al valle de Asia Parcialidades De acuerdo a las concentraciones de asenta- mientos y segin la toponimia local, probable- mente los Coayllo se dividian en tres parciali- dades: = Asia u Ocsa: Ocupaba el valle bajo de mane- ra dispersa en zonas cercanas al litoral para el uso de hoyas de cultivo y la pesca. El sitio mis destacado corresponde al Tambo de Asia ubicado en el anexo de Rosario (Tello 2000) frente al litoral, que tiene una ocupacién tar- dia, Inca y Colonial. Probablemente su limite llegé al sector denominado Socsa y su terreno incluye lomas que reverdecen en el verano; las REVISTA HAUCAYPATA 20 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo cuales contin‘ian siendo explotadas hasta la ac- tualidad como zonas de pastoreo temporal por las comunidades de la sierra que bajan en el in- vierno. El valle bajo que corresponde al actual distrito de Asia, tiene muy pocas evidencias ar- quitect6nicas tardias, Del Tambo de Asia sale un camino que sube al valle con direccién a la sierra. Un sector presenta arquitectura colonial y un se- gundo sector incluye grandes estructuras de ta- pia similares a los caminos que corren paralelos alo largo de un kilémetro. Entre los curacas que realizaron regalos a la delegacién de espaiioles que lleg6 a Pachacamac estaba el de Ocsa, el cual probablemente venia del valle de Asia, esta pro- puesta se plantea por toponimia, ya que pasando la zona de Esquina de Asia hay un sector deno- minado Soesa. - Coayllo: Ocupa la parte central del valle medio, presenta puquios que permiten una agricultura mis estable que en el resto del valle. Los prin- cipales asentamientos se encuentran en la mar- gen izquierda del rio donde se ubica su sitio ex- tenso, hoy desaparecido por la ampliacién de la frontera agricola. Este sitio corresponderia a la sede principal de los Coayllo. En la margen de- recha destaca el sitio de Sequilao (Figura 2), ex- cavado recientemente por Jorge Pacheco (Com. Pers, 2010), En el Area se identifican al menos tres grandes poblados tardios: Piedra Hueca, Se- quilao y Coayllo. Piedra Hueca se encuentra a la salida del pueblo de Coayllo, su arquitectura es menor y tiene reocupacién Inca. Sequilao, tam- bien se encuentra sobre la ladera del cerro, inclu- ye Areas habitacionales y cementerios. Los incas lo reutilizaron estableciendo depésitos con gran- des vasijas incrustadas en los patios, asi como la construccién de una seecién de muro con horna- cinas rectangulares con dinteles de cana Guaya- quil y de lajas de piedra - Uquira: Se extiende desde el sector denomina- do Quelca o Piedra Estrella hasta la Yesera, un asentamiento reocupado en el periodo Inca. Los sitios en este sector son de menor dimensién que los de Coayllo, destacan los sitios ubicados al frente como en las cercanias al sitio Inca de Uqui- ra, Subiendo el valle llegamos al territorio de los Yauyos, el curacazgo de Omas probablemente formaba parte de la confederacién Yauyo. En él destaca el sitio de Pueblo Viejo estudiado por Oli- ver Huamén (2010). El sitio de Quela o Piedra Estrella, no solo tiene funciones habitacionales, en él se encuentra una gran piedra rodeada de Rommel Angeles Fal EI Curacargo a ‘oayllo durante el Tmperio Tnea Figura 2. Sequilao, sitio Coayllo con ocupacién Inca ubieado en la margen derecha del valle, REVISTA HAUCAYPATA Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Figura 4. Arquitectura correspondiente a ventanas y hornacinas estilo Coayllo, Rommel Angeles Faleén ‘go de Coayllo durante el Imperio Ine: Figura 5, Detalle del corte de un muro Coayllo, nétese el uso de piedra, barro y relleno de piedras menudas de Figura 6. Tejido listado de algodén procedente de sitio Coayllo frente a la quebrada San Lucas. e plataformas que corresponde a un lugar sagra- do y sobre el cual existen mitos locales de gran antigiiedad. Allado de éste se encuentra un pu- quio que tiene agua permanente todo el aiio. Arquitectura La arquitectura de los Coayllo esta elaborada con piedra y barro; las piedras utilizadas pro- vienen de Ios cerros, el uso de cantos rodados de rio se utilizan mayormente para las bases de algunos recintos. Los asentamientos ocupan la boca de las quebradas y las laderas de cerros donde establecen terrazas habitacionales con un sistema de estrechos pasadizos de circu- lacién (Figura 3). Algunos recintos presentan pequefias ventanas rectangulares e inclusive colocan huesos 0 astas de venados incrustados en los muros cerca a sus hornacinas rectangu- lares o sus ventanas. Las hornacinas rectangu- lares aparecen a distinta altura, a veces en la parte superior o en la parte media de los muros (Figura 4). Esta caracteristica también la ob- servamos en sitios del valle de Mala y del valle medio de Caiiete y no se observan en el valle de Lurin ni en el valle de Chincha, lo que puede considerarse como una caracteristica local de esta regién. Algunas edificaciones probable- mente las principales, presentan una capa de barro a manera de enlucido y una sucesion de hornacinas frente a una pequefia plataforma Las hornacinas presentan lajas de piedra y, en otros casos, troncos de arbustos 0 adobes cua- drangulares en el dintel. Los muros tienen una altura entre 1.5 m.y 2m. con un espesor de 30 cm. aproximadamente Cuando ocupan las laderas de las quebradas, se adaptan a la morfologia del terreno e integran grandes piedras del lugar a sus muros. Es bas- tante frecuente el uso de plataformas con relle- no de piedra y barro para formar los desniveles en la arquitectura. Los muros mas anchos in- cluyen un relleno de piedras menudas de cerro (Figura 5) y los mas delgados no poseen este relleno, Los muros, al igual que en muchos sitios en el valle medio de Mala o Lurin, con frecuen- cia presentan ligeras sinuosidades, tienen una base de piedras uniformes probablemente de rio y en la cabecera hay un nivel de 15 a 20 em de piedras menudas de cerro. Los Coayllo no construyen piramides con ram- pa frente a patios, esta tradicién arquitecténica REVISTA HAUCAYPATA 33 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo propia de la costa central sélo se observa hasta el valle de Lurin, siendo ausente desde Chilea hacia elsur. Las rampas sin embargo s6lo aparecen de forma muy discreta como elemento arquitecténi- co y no son el detalle principal de la arquitectura palaciega o religiosa La cerémica La ceramica de los Coayllo ha sido poco estudia da, se conoce muy poco acerea de su morfologia y los estilos relacionados, En su mayoria se trata de cantaros de labio reforzado hacia el exterior, presentan un engobe de color marrén (Angeles y Pozai-Escot 2004: fig, 13). Pocos cantaros po- seen una banda color crema en la base del cue- Ilo 6 aplicados cerca al cuello. Se observan boles pequenos de cuerpo céncavo y labio reforzado al exterior. También aparecen grandes vasijas alisa- das de color anaranjado marron y labio reforzado hacia el exterior que corresponden a recipientes para almacenamiento. Los tejidos y entierros Los tejidos Coayllo, que pueden observarse en los cementerios del valle medio, son panos de al- godén listados en colores naturales de crema, y variantes del marron (Figura 6), la presencia de paiios de algodén simples usados como envolto- Tios funerarios son un indicativo de que los entie- rros se realizaron en fardos. Hemos observado al menos dos tipos de ente- rramientos: (1) en cementerios al lado de asen- tamientos habitacionales, como en el caso de Se- quilao. En este sitio los cementerios son abiertos y se hallan sumamente disturbados. No puede definirse si se trata de tumbas miltiples o indi- viduales por el alto grado de destruccién de los cementerios. Se observa en superficie, fragmen- tos de redes de pesca, envoltorios externos ela- borados en tela Ilana de algodén de color crema y tejidos de algodén listados de color crema y ana- ranjado. YY (2) en camaras cuadrangulares ubicadas en las laderas de los cerros donde existen centros habi- tacionales como Uquira 2 y el sitio ubicado frente a la Quebrada de San Lucas, Estas camaras cua- drangulares, elaboradas en piedra y barro (Figu- ra 7) y adosadas al cerro y tienen dos secciones: la superior consiste en una camara enlucida con un ingreso rectangular de 30 por 40 cm., proba- blemente para depositar ofrendas. Y la inferior corresponde a la camara funeraria donde se en- Rommel Angel 34 El Curacazgo de Coayllo durant cuentra el cadaver, esto se deduce por algunas camaras que han sido saqueadas tiempo atras. Economia De acuerdo a Rostworowski (1980), los Coa- yllo tenian buenas relaciones con los Mala y ‘acudian en apoyo para actividades comunales, como en el caso de la pesca de lisas que se reali- zaba en una laguna con acceso al mar, ubicada en el actual distrito de San Antonio en el valle de Mala. La reciprocidad por el apoyo consistia en.una parte de la pesca. Otra informacién interesante acerca de la eco- nomia de los Coayllo se relaciona a la explota- cién de madera que extraian probablemente de las lomas y bosques que atin existen en Coayllo. Sin embargo de acuerdo a la observacién de los basurales prehispanicos asociados a los sitios Coayllo, se observan huesos de cérvidos, maiz, mani, semillas de frutales y conchas marinas tales como Mesodesma donacium “macha’, Concholepas concholepas ‘‘chanque’, Donax sp. “morocho” y Thays chocolata “‘caracol”, lo imperio Inca que implica una economia que combinaba la ex- plotacion agricola, el uso de las lomas y productos de playas arenosas y rocosas dentro de su dieta Asimismo, existen recintos que sirvieron de de- pésitos. Se tratan de estructuras de hasta tres ni- veles o plataformas, de 14 m. de largo y en cada uno presentan un patio y un depésito rectangular semisubterraneo ubicado cerca al ingreso (Figura 8). Es evidente que la construccién de estos de- pésitos implicé una fuerte inversion de fuerza de trabajo y que las areas de depésito solo podian almacenar pequefias cantidades de productos, esta situacién fue transformada durante el Im- perio Inca cuando aparecen una mayor cantidad de depésitos mediante el uso de grandes vasijas enterradas en patios. En sitios Coayllo igualmen- te se encuentran recintos circulares semi subte- rraneos de piedra que debieron ser otro tipo de depésitos. Los Incas conquistan a los Coayllo El Qhapaq Nan o sistema vial Inca, la religion y el quechua fueron los elementos integradores Figura 7. Camara funeraria de piedray barro con hornacina superior. REVISTA HAUCAYPATA 35 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Figura 8. Estructura Coayllo utilizada como almacén y patio. del Imperio. Estos cambios que se produjeron fueron de gran impacto en el vasto territorio conquistado que hasta la fecha se observa en los nombres de lugares, en las leyendas y en de- cenas de palabras que forman parte del voca- bulario comin. Todo indica que los conceptos andinos de reciprocidad, dualidad, triparticién, cuatriparticién, entre otros, tienen un origen mas antiguo al de los incas. Los Coayllo debieron participar en los diversos trabajos comunales para la construccién de las nuevas edificaciones incas, esto es evidente por la serie de detalles arquitecténicos utilizados es sitios como Uquira, para integrar a este peque- fio curacazgo al sistema Inca. La conquista del territorio de los Coayllo debié ser pacifica como plantea Rostworowski (1980) tanto por la poca poblacién que éste tenia como por lo pequefio de su territorio. Los sitios Coayllo no denotan recintos amurallados que indiquen medidas de proteccién contra los incas, probablemente el sistema de conquista debié iniciarse con la lle- gada de funcionarios y soldados incas al valle ofreciéndoles al curaca local someterse pacifi- ‘camente o por las armas. Lograda la conquista, arribaron ingenieros, arquitectos y funcionarios para trazar las nuevas edificaciones administrati- vas y las vias de comunicacién. Las evidencias conocidas a la fecha indican que el curacazgo de Coayllo tuvo buenas relaciones con los incas, a quienes les permitieron acceder a tierras de cultivo en el valle bajo de Caiiete tego de la conquista Inca de los Guareo (Rostworowski 1980). Coello (1991 y 1993) sefiala que el interés Inca en el valle se centré en la existencia de mi- nas de oro, este hecho explicaria las monumenta- les edificaciones que se construyeron como el pa- lacio de Uquira, asi como la iglesia que se erigio. en el pueblo de Coayllo en época colonial. En la parte media del valle y hacia el curso superior del tio se realizan hasta hoy extracciones artesanales de oro lo que apoya esta hipétesis. El padre Liza- rraga (1907a [1591]) indica también acerca de la riqueza aurifera del valle Conociendo la existencia de caminos transver- sales entre la costa y la sierra en diversos puntos de la costa: valle de Pativilea, valle del Chillén, valla de Lurin, valle de Asia y valle de Pisco, en- Rommel Angeles Faleén 36 El Curacazgo de Coayllo durante el Tmperio Inca tre otros, es obvio que se trataba de una estra- tegia para unir el camino de la costa, los pobla- dos costeros y el sistema de tambos y centros administrativos menores situados a la vera de los valles rumbo a la sierra, Es evidente que la construecién del camino Inca en la margen iz~ quierda del valle de Asia u Omas fue un trabajo comunal de gran envergadura, Cabe resaltar que no existen evidencias de caminos formales anteriores al periodo Inca en el valle. El primer tramo de la red vial Inca se encuen- tra en la localidad de Rosario en Asia, sector El Tambo donde se desarrolla a manera de una calle amurallada con tapiales_y esta asociado aestructuras de tapia. El lugar conocido como el tambo de Asia (Tello 2000), corresponderia al “Tambo de la mar” mencionado por Vaca de Castro (1908 [1543]) y (Huaman 2010). Exis- ten documentos coloniales en el Archivo Gene- ral de la Nacién que indican sobre un camino que saliendo de El Tambo de Asia, sube ala sie~ rra hasta llegar a Huancayo y de alli se conecta al Cusco. El tramo cereano a Uquira esta mejor conser- vado, va pegado al cerro, es sobre elevado a una altura promedio de 2 m., sobre el nivel del valle, es uniforme en altura y tiene un relleno de piedras de cerro con capas de barro. Su an- cho aproximado es de 1.5 m El camino en si, se superpone en algunos sec- tores a antiguas estructuras menores de inicios del Horizonte Medio que contienen ceramica de estilo Cerro del Oro. La arquitectura Inca en Coayllo Los Incas construyen edificaciones puiblicas a lo largo del valle, en especial en lugares donde existian importantes poblados Coayllo o donde servirian para sus propésitos de optimizar el control politico, econémico y religioso. Las principales caracteristicas de la presencia Inca en el valle se dan por el uso de grandes adobes rectangulares en edificaciones princi- pales, la introduccién de plazas y canchas para actividades o ceremonias piblicas, el uso de horacinas y ventanas trapezoidales, asi como el.uso de depésitos 0 coleas Dos sitios en el curacazgo de Coayllo guardan un claro estilo Inca; Uquira y Uquira Templo, ambos se hallan en las inmediaciones del pue- blo actual de Uquira, arriba de Coayllo = Uquira, reconocido como el principal sitio tardio del valle (Figura 9), se encuentra ubicado a 25 km. del litoral, en la margen izquierda del rio Asia, que en la zona toma el nombre de Coayllo, el lugar se halla sobre una altura de 400 msnm. Presenta arquitectura monumental construida al ingreso de una pequena quebrada lateral sobre una plataforma de 7 m. de altura y delimitada por un largo muro de tapia y piedra. Sobre la pla- taforma se distribuyen los diversos sectores del conjunto. El lugar ha sido ampliamente descrito (Negro: 1983; Agurto 1992a, 1992b y 1992¢; Co- ello 1993 y Baca 2004). El lugar esta dividido en sectores 6 conjuntos arquitect6nicos de distinta morfologia y por ende diferentes usos, como: pa- tios, canchas, recintos con hornacinas trapezoi- dales, depésitos y muros con disenos escalonados elaborados en adobe que recuerdan a Tambo Co- lorado en el valle de Pisco. Uquira pose grandes tumbas con camara mucho mas elaboradas que las ubicadas en los asentamientos Coayllo, lo que indicaria el uso de una tradicién local. Un apor- te de este periodo también es el uso de la tapia, esto se observa tanto en el Tambo de Asia, Piedra Hueca, Uquira y La Yesera El sitio de Uquira debié ser el centro adminis- trativo del valle, con su monumentalidad, impo- ne la presencia Inca en un valle donde los edi- ficios principales no se distingufan mucho del resto de construcciones. La presencia de plazas con un sistema de cubiertas parciales y rampas en sus cuatro lados habla de complejas ceremo- nias que en ellas se realizaban. El sitio no parece haber sido terminado, pero también fue fuerte- mente ocupado a inicios del periodo colonial, segiin los resultados de las excavaciones de Baca (2004: 424). La existencia de grafitis coloniales vinculados a la religién catdlica nos indica que el lugar sirvi6 para la eatequizacién de los poblado- res del valle. Asimismo, Uquira presenta venta- nas clausuradas con adobes en el sector I, las que estan orientadas a otras que estan al frente, en el sector III, probablemente con algin significado simbélico = Uquira Templo, es un sitio recientemente re- descubierto (Angeles ms.). Coello (1998) sefiala que es un sitio Inca, y el reciente hallazgo de un muro decorado muestra la importancia sagrada del lugar. Uquira Templo se ubica en el pueblo de Uquira y es uno de los mejores ejemplos de la forma en que los incas expanden sus cultos religiosos. El lugar consiste en una estructu- ra ovalada con una pequeiia plataforma que se REVISTA HAUCAYPATA Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Figura 10, Uquira templo, vista del muro de piedra con hornacinas trapezoidales estilo Inca Rommel Angeles Faleén Figura 11. Detalle de una pareja de felinos de barro ubicados en el sitio de Uquira Templo. Figura 12. Vasija de gran formato colocada en plataforma para ser usada para almacenamiento. 6 ubica al pie de un cerro con formaciones roco- sas bastante particulares que semejan un ros- tro de perfil echado y un batracio, Se trataria de un lugar sagrado de los Coayllo, una formaciéi geoldgica natural que de acuerdo a las concep- Giones andinas corresponderia a una deidad transformada en piedra. El lugar fue interve- nido por los incas mediante la construccién de una estructura de piedra a manera de muro que circunda una plataforma, el muro es de piedras y presenta hornacinas trapezoidales estilo Inca al interior del recinto (Figura 10). El recinto tie- ne tres plazas a desnivel y al pie del cerro exis- te una pequena plataforma con frisos de barro en forma de tres parejas de felinos en posicion de perfil, al mas puro estilo Inca (Figura 11). El muro estaba cubierto por un muro de adobes probablemente para ser ocultado durante la extirpacién de las idolatrias que destruia todo vestigio de religién andina Consideramos que esta edificacién es de ca- récter religioso, que se trataria de una huaca local que los ineas ampliaron y mejoraron otor- gandole fina arquitectura de estilo Inca, esta condicién implicaria la “captura” de esta huaca para ser convertida en un foco de difusién de lareligién Inca, en esta oportunidad, represen- tada por las parejas de felinos. Esta situacion también puede observarse en el santuario de Pachacamac donde la primera muralla que en- cierra la zona sagrada construida por los incas encierra, aparte del templo del Sol, también a los antiguos templos de Pachacamac (Templo Pintado) y el templo Viejo de Pachacamac. En caso de rebelién o conflicto, como dice el ero- nista Bernabé Cobo (1964 [1653]) los incas dis- ponian del objeto mis valioso de la comunidad, sus idolos o huacas lo que permitia un control total de las comunidades subyugadas. La administracién La presencia Inca en el valle implicé para las poblaciones locales, una mayor acumulacién de recursos destinados para pagar los tributos al Imperio. Es en este periodo cuando aparece otro sistema de almacenaje. Se trata de plata- formas de barro y piedra donde colocan una serie de grandes vasijas cénicas de aproxima- damente 1.3 m. de diametro, destinadas a guar- dar granos u otros productos (Figura 12), estas aparecen en especial entre Coayllo y Uquira Otra forma de almacenaje que llega con los REVISTA HAUCAYPATA 39 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo incas consiste en cantaros para almacenar liqui- dos probablemente chicha y que también se dis- tribuyen en las laderas de los cerros junto a sitios habitacionales. Hemos observado que estos gran- des recipientes como los cantaros mencionados, aparecen en Pachacamac y en otros sitios de la costa central durante el Imperio Inca El control de las elites locales ‘Como es usual en el Impero Inca, los mismos curacas locales mantenian la administracién de sus curacazgos recibiendo dones del Cusco y por Jo general utilizando vestimenta a la usanza Inca Es probable que ello haya ocurrido en el valle de Asia. Una evidencia de primera mano correspon- de al hallazgo de una banda de tapiz estilo Inca que fue encontrada hace muchos anos en Uquira. Corresponde a la parte media de un uncu Inca con tocapus (paneles policromos conteniendo el disefio de rombos consecutivos); al cual habian recortado con probabilidad para obsequiar al cu- raca local o a alguien de alto rango (Figura 13). Efectivamente, los estudios de Ann Rowe (1978), indican que una gran cantidad de tejidos Inca con representacién de tocapus, aparecen recor- tados y son evidencia de los tejidos que servian de regalos del estado Inca a curacas o guerreros principales. Esta pieza de caracteristicas tinicas y en buen estado de conservacidn esta en posesion de los comuneros de Uquira y cada afio son en- tregados en cargo. Otro ejemplo de la influencia Inca en el control de las elites locales es el tocado de plumas hallado en una tumba disturbada del valle bajo, sector de Sarapampa lo que explica la distribucién de elaborados bienes suntuarios ad- ministrados por los representantes del Inca. Se trata de un tocado de plumas de papagayo y de pato con una estructura de soporte y con sogui- lla a ambos lados para ser sujetada a la cabeza (Figura 14), esta fue hallada dentro de una bolsa Inca asociada a una tumba de élite lamentable- mente saqueada. Asimismo, hace algunos aiios fue hallado un quipu Inca en la margen izquierda del valle a la altura de San Juan de Quisque, dis- trito de Coayllo (Figura 15), éste era de algodén en diversas tonalidades y pose cuerdas resii- menes. De acuerdo a Alejo Rojas, seria un quipu poblacional que registra un censo. (Rojas Com. Pers, 2008; Angeles 2003 y Pozzi-Escot y Ange- les 2011: 156). La cermica del periodo Inca, en el area que ocupaba el curacazgo de Coayllo, es escasa Rommel Angeles Faleén El Curacazgo de Coayllo durante el Tmperio Inca Figura 14. Tocado Inca de plumas procedente de Sarapampa. Coleccién Museo Municipal Huaca Malena. embargo, hay ceramica con caracteristicas pro- pias del estilo Puerto Viejo del valle bajo de Mala, ceramica Inca, Chimi Inca y probable- mente Ica Inca, de acuerdo a lo observado en superficie. En el valle bajo de Asia durante las construcciones de casas de playa, se han des- cubierto una serie de tumbas. En el alto 2005 accedimos a dos colecciones de ceramica pro- cedentes de dicha zona. La primera de ellas consistia en un céntaro llano marrén oscuro y de labio engrosado, segin nos informaron, es- tuvo asociado a un cadaver adulto en posicién de cuclillas con unos palos que lo rodeaban y una estera de fibra vegetal que lo envolvia, su nica ofrenda asociada era el cantaro indica- do cuyo estilo esta relacionado al estilo Puerto Viejo (Angeles y Pozzi-Escot 2005: fig. 19). El segundo lote incluye un cantaro cara gollete estilo Puerto Viejo, céntaros pequeiios de co- lor negro, entre otros (Figura 16) ciones de Baca (2004) y Baca et al. (2008) en Uquira reportaron ceramica Inca Imperial asi como una serie de fragmentos de estilo local Tavestigaciones arqueologi ISTA HAUCAYPATA, a 5 del Tahuantinsuyo Los incas imponen su poder a través del estable- cimiento de una serie de instituciones de control y de difusién en el valle de Asia, las que colocan de manera aislada, eliminando probables edifica- ciones previas del lugar que ocupan, como es el caso de Uquira. Las construcciones ceremonia- les son de gran importancia y estan destinadas a la difusion de la religion Inca, como Uquira Templo. Asimismo, construyen edificaciones con § de centros habitacionales Coayllo, tal es el caso de Sequilao. El sitio Uquira Templo es una edi- ficacién representativa de los incas en la costa central por presentar hornacinas trapezoidales en piedra y frisos de barro con incrustaciones de concha, hallazgos tinicos a la fecha (Angeles ms.). El camino Inca sube por la margen izquierda del valle donde estan los centros administrativos y religiosos incas, la otra margen del valle si bien tiene al menos dos sitios del periodo Inca, estos son discretos y no presentan arquitectura neta- mente incaica ades adobes hechos en molde al interior mel Angeles Faleén lo durante el Imperio Inca Figura 16, Cerimica estilo Puerto Viejo procedente de tumba multiple frente al litoral de Asia (Coleccién privada). e Los textiles del periodo Inca en el valle de Asia, incluye finos tapices, fajas de fibra de ca- mélido, bolsas en técnica cara de urdimbre de fibra de camélido (Figura 17), estas fueron ha- Nadas por Emily Baca (2004). En la coleccién del Museo Municipal Huaca Malena, del distri- to de Asia también aparecen algunos ejempla- res ya indicados. El estilo Puerto Viejo, descrito por Duccio Bo- navia (1959) en el litoral del valle de Mala se caracteriza por cantaros cara gollete con pintu- ratricolor, presenta mayormente un personaje con pintura facial, en el cuerpo de la vasija se representa sus brazos con tatuajes y llevan un pez en las manos por lo general. La distribucién de este estilo llega al valle de Lurin y por el sur hasta el valle de Asia. En el santuario de Pacha- camac aparece este estilo asociado al periodo Inca y que junto a una serie de estilos tardios, en algunas ocasiones ha sido nombrado como estilo Yhsma, y que llega a distribuirse entre los valles Rimacy Asia. Sin embargo, falta pre- cisar la distribucién, el origen y la morfologia de este estilo, sabemos que la mayor densidad de sitios con esta ceramica se encuentra en el valle de Mala (Guzman 2008, Angeles 2008 y Tantalean 2008), por lo que el estudio especia- lizado de este valle aclarara este tema. Amodo de conclusién El valle de Asia, durante el periodo Interme- dio Tardio, estuvo habitado por un pequeiio cu- racazgo denominado Coayllo. Este tuvo su sede en el valle medio de Asia y habria mantenido independencia, pero con fuertes relaciones con elvalle de Mala. Su arquitectura muestra dife- rencias con el valle de Lurin tanto a nivel de edi- ficaciones administrativas asi como en detalles arquitecténicos, y se relaciona mas con el area delacosta centro sur de Mala. La ceramica Coa- yllo parece ser un rasgo mas independiente, lo que es necesario definir en el futuro. Los Coay- Mo son conquistados por los incas quienes cons- truyen importantes edificaciones vinculadas a la administracién y a la imposicién de nuevos cultos, controlando la religién local. Los incas sin embargo tuvieron especial tratamiento con los Coayllo ya que les permitieron acceder a fi- nos tejidos y tocados de plumas probablemen- te entregados a la elite local como una forma de reforzar sus relaciones y por los bienes entre- gados en tributos, que al parecer se vincularian REVISTA HAUCAYPATA 43 Investigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Figura 17. Detalle de bolsa listada de estilo Inca pro- vineial procedente de Sarapampa, asociada al tocado de plumas. Coleccién Museo Municipal Huaca Malena. a la explotacién de minas de oro en la zona Desarticulado el Imperio Inca, los espaiioles im- ponen la religién cristiana y trasladan de sus po- blados a los Coayllo hacia el nuevo pueblo de San Pedro de Coayllo cuyo planeamiento en damero subsiste hasta la actualidad. Agradecimientos Alas municipalidades de Asia y Coayllo, ala Co- munidad Campesina de Uquiray alos editores de la revista por permitimos incluir este articulo. Bibliografia AGURTO Calvo, Santiago, 19920. Uquira, un centro administrativo Inca en la costa central (primera parte). Ingentero Civil, Nro. 76: 58-59. Lima. AGURTO Calvo, Santiago, 1992b. Uquira, un

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