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Ciencias Sociales y su Didáctica II: Geografía – IES 9 – 028 Santa Rosa

La configuración del espacio geográfico mendocino1

1. Introducción general:
Mendoza es la séptima provincia de la Argentina, de acuerdo a su superficie, y el quinto distrito según su
población. En cuanto a su posición geográfica, es necesario tener en cuenta el entorno, desde lo local hasta
otras ciudades, la región, el resto del país o el mundo, y luego ubicar a la provincia en relación con estos
elementos. Además hay que identificar a este concepto como algo dinámico, ya que más allá del efecto casi
inmutable y duradero de las características naturales del entorno, la evolución de las sociedades hace que las
actividades, funciones y relaciones del espacio mendocino y aquellos que lo circundan se modifiquen
continuamente. Por lo tanto la posición siempre está referida a un contexto espacio-temporal determinado.
Teniendo en cuenta los aspectos más estáticos de la posición, Mendoza se ubica en el centro-oeste de la porción
continental de la República Argentina, a más de 1000 kilómetros del Océano Atlántico y a tan sólo 200 km del
Pacífico, pero con la Cordillera de los Andes como barrera. Por lo tanto el efecto de los océanos prácticamente no
se siente en el territorio provincial, determinando un claro rasgo de continentalidad. Dicho rasgo se manifiesta en
la aridez predominante que se corresponde con su pertenencia a la diagonal árida sudamericana, que atraviesa el
país de noroeste a sudeste, ocupando el 75 % de su superficie. Pero el rol que cumple la mencionada cordillera
no es simplemente de barrera, sino que por otra parte sirve para acumular durante los meses fríos el agua en
estado sólido (nieve o hielo). En los meses calurosos, el agua vuelve a estado líquido, y desciende de las alturas a
través de quebradas en forma de pequeños arroyos que, si no fuera por la forma y disposición que presentan los
cordones montañosos mendocinos, se perderían antes de llegar a la planicie. Pero el control que ejerce la
cordillera para el escurrimiento de las aguas, hace que esta infinidad de arroyos vayan confluyendo
progresivamente hasta salir del ambiente montañoso en forma de un solo río, que por lo tanto presenta caudales
importantes. En términos políticos-administrativos, Mendoza limita al norte con San Juán, al este con San Luis y
La Pampa, al sur con Neuquén y al oeste con la República de Chile. Además, junto a San Juán, San Luis y La Rioja
forma la región de Cuyo, dentro de la cual la capital provincial es la metrópolis regional.
Pero quizás lo más interesante del concepto de posición es su faceta dinámica, lo que lleva a hacer referencia a la
ocupación y organización del territorio por las sociedades.
En este sentido, la provincia se inserta hoy en el sistema mundo como un punto de encrucijada que a partir de las
nuevas tendencias vigentes a nivel mundial como la globalización neoliberal, la movilidad del capital y la mano de obra,
etc., y el reflejo de dichas tendencias en las políticas regionales y específicamente en la creación del Mercosur, se
refuerza con el impulso dado a los llamados corredores biocéanicos.
Dicho sistema mundo está estructurado por una triada central que concentra el poder y está compuesta por Estados
Unidos, la Unión Europea y la región Asia-Pacífico. Entre estos polos se producen la mayor cantidad de intercambios, y
el resto del mundo se ve obligado a sumarse a este sistema de intercambios como un actor secundario. Entonces se
forman bloques regionales, como el MERCOSUR, que necesitan estar en permanente relación con estos polos. En este
caso, la mayor región productora del MERCOSUR puede intercambiar con el mundo por medio de los puertos Atlánticos,
pero para salir por el Pacífico hacia los grandes puertos del este asiático necesita cruzar la cordillera, y el camino más
sencillo y con mayores ventajas es el Corredor Bioceánico Central que une la zona de influencia de las ciudades de San
Pablo - Río de Janeiro en Brasil con Santiago y la ciudad de Valparaíso de la costa pacífica a través de sus dos pasos
principales:
Paso Cristo Redentor, sobre la Ruta Nacional Nº 7, que actualmente concentra los mayores flujos de mercadería y de
personas.
Paso El Pehuenche al que se puede acceder a través de la Ruta Nacional Nº 40 y la Ruta Provincial nº 224.

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Apuntes elaborados por el Lic. Pedro Marsonet
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El primero de estos pasos concentra el 75% de la carga comercial entre el Atlántico y el Pacífico, lo que equivalía a un
promedio de 1000 camiones por día (año 2006). A esto debe sumarse la gran utilización que da a este paso un flujo
turístico creciente, lo que genera un altísimo tráfico vial. Pero el paso Cristo Redentor se encuentra a 3200 metros de
altura, lo que sumado a la estrechez del valle sobre el cual se asienta la ruta, determina que durante las nevadas
invernales se cierre dicho paso. Los graves problemas que causa esta situación a la economía del bloque han fomentado
la acción del Grupo Técnico Binacional, que se propuso “agujerar” la Cordillera con 7 pasos definidos como prioritarios
y otros complementarios a lo largo del límite internacional.2
En cambio, el paso El Pehuenche se encuentra a tan sólo 2553 metros de altura y la amplitud del valle por el que
transcurre la ruta permite que, en caso de nevadas, las acumulaciones no sean tan grandes o puedan ser removidas
fácilmente. Estas ventajas hacen que este sea uno de los pasos prioritarios, y por lo tanto Argentina ya ha invertido 5
millones de dólares y Chile 18 millones de la misma moneda, y además promete terminar e inaugurar dicho paso en el
2008, como obra prioritaria de su bicentenario.3
Estos pasos hacen que Mendoza sea un punto de tránsito de las producciones desde el Atlántico al Pacífico y
viceversa, pero además, esta posición sirve para que las producciones provinciales que se adaptan a los
parámetros del intercambio internacional se incorporen a dichos flujos y tengan mayores posibilidades en el
sistema mundo. Así las producciones provinciales deben ser complementarias de las que se generan en dicho
bloque, y no competir con los productos elaborados en mejores condiciones en Buenos Aires, Brasil o cualquier
otra parte del MERCOSUR.
Cabe preguntarse si esto fue siempre así, si la posición de Mendoza tenía el mismo valor antes de la creación del
MERCOSUR, y antes de la creación de la República Argentina..., para responder a estas preguntas es necesario
indagar un poco en la historia.
En los tiempos precolombinos, el sector de la provincia que estaba más organizado, debido a la sedentarización
de sus habitantes, era el noreste, ocupado por el pueblo Huarpe. Este pueblo constituía el extremo sur de una
gran área cultural andina, y a partir de diversos hallazgos, se ha demostrado que existían fuertes relaciones con
los pobladores del actual Chile, lo que nos muestra que la cordillera no era vista como obstáculo. Con la llegada
de los Incas en 1470, aumento más el carácter cordillerano de los pobladores del actual territorio mendocino, ya
que llegaron por el valle de Calingasta, hasta Uspallata, y de ahí seguía el camino hacia Chile, por el valle del Río
Mendoza.
En la primera etapa del período colonial, cuando lo que hoy es la Nación Argentina dependía del Virreinato del Perú,
y el territorio provincial estaba ligado a la Audiencia General de Chile, como resultado de las corrientes colonizadoras
de la región de Cuyo que llegaron desde la costa pacífica y se instalaron en estas tierras, contando con una posición
estratégica en el sistema de comercio y comunicaciones del extremo sur del continente. La relevancia de esta unidad
administrativa consiste en la consideración como un todo de las regiones comprendidas a ambos lados de la cordillera,
ya que a ésta no se la consideraba como una división, por ello las actividades productivas estaban determinadas por las
necesidades al otro lado de la cordillera, siendo rentables la producción de pasturas y ganado.
La posterior creación del Virreinato del Río de la Plata reestructura esta división administrativa transfiriendo toda la
región de Cuyo a esta unidad con asiento en Buenos Aires. A partir de aquí se fortalece la relación con la ciudad porteña,
sin que ello signifique una disminución de los flujos hacia y desde las trasandinas. De esta manera, Mendoza "anudó"
las rutas que alcanzaban los extremos opuestos de un continente. Pero con la conformación de la República Argentina,

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En el año 2008 salió a la luz un proyecto de enorme magnitud para solucionar los problemas que presenta el Paso Cristo
Redentor, sin tener que resignar las potencialidades de su posición estratégica y de la logística e infraestructura ya
desarrollada en torno a dicho corredor. El proyecto se denomina “Bioceánico Aconcagua” y propone un túnel de 52km de
largo, que une Punta de Vacas, a 2393 msnm con Saladillo, a 1536 msnm, evitando las grandes alturas que implican el cierre
del paso durante dos meses al año, enormes pérdidas económicas, mayores riesgos de accidentes, entre otros
inconvenientes.
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Este artículo es del año 2005, actualmente sabemos que los avances en ese paso no fueron los esperados.
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la llegada del FFCC y de inmigrantes europeos a fines del S XIX, dejan de ser rentables para Mendoza las pasturas y el
ganado y comienza a crecer vertiginosamente el cultivo de la vid y la producción de vinos, determinando la
especialización productiva de la provincia. Durante el S XX se mantiene esta especialización, en donde Mendoza
produce para un sistema nacional, sin competir con producciones de otras provincias, y principalmente para el polo de
consumo porteño. Así, la posición de encrucijada se revitaliza, y recién vuelve a tomar fuerza a fines del S XX, con la
creación del MERCOSUR.
Pero si el objetivo es analizar la situación de la provincia, es indispensable decir que lo analizado hasta ahora se
refiere a los oasis y algunos enclaves productivos rentables que pueden incorporarse a este sistema. El resto del
territorio provincial queda al margen de dichos procesos, y así como la posición de los oasis en este sistema los
acerca cada vez más a ciudades y centros productivos que se encuentran a miles de kilómetros, aleja cada vez más
a los oasis del resto de la provincia, que a pesar de estar a escasos kilómetros de los centros, la distancia
económica, social, tecnológica, cultural, etc. se hace cada vez mayor.

2. Presentación de las bases físicas del espacio mendocino

El relieve es fuente de oportunidades (recursos, facilidad para el transporte, disponibilidad de agua,


asentamientos,etc.) y de obstáculos para la organización del espacio, por eso es muy importante conocer los
procesos que le dan forma y las características de cada unidad.
Las formas del relieve que aparecen hoy son el resultado de un continuo accionar de distintos procesos que se
repiten a través del tiempo. De esta manera, a la formación de las rocas, sigue su levantamiento o hundimiento y
su posterior erosión. Pero este proceso no es lineal, sino que las rocas que emergen en superficie, son
continuamente transformadas, los relieves sobreelevados o hundidos y el proceso de erosión, que busca
permanentemente equilibrar el relieve, es nuevamente alterado.
En términos generales, podemos dividir las formas del relieve provincial en tres grandes grupos: las montañas al
oeste; mesetas en el centro-sur; y llanuras en todo el este. En relación a la zona montañosa, es importante
destacar que en la parte norte de la provincia, existen tres cordones. La Precordillera es la que se ubica más hacia
el este, tiene una altura que oscila entre los 2500 y los 4000 msnm, y su límite meridional es la zona de Cacheuta.
Siguiendo hacia el oeste se extiende la Cordillera Frontal, conformada por una serie de cordones longitudinales
que van de los 4500 a los 6000 msnm o más (como el Cordón del Plata) discontinuos, situación que favorece la
circulación (de agua, transportes, etc.) en sentido este-oeste. Cabe destacar que su límite meridional es el Río
Diamante. Finalmente, aparece la Cordillera Principal o del Límite, que se extiende por toso el oeste y sirve de
límite con Chile. Hacia el norte del Río Diamante, al tener las otras dos cordilleras como contrafuertes, su proceso
de plegamiento llevó a que logrará mayores alturas, que se aproximan a los 7000 msnm con el Aconcagua y otros
picos cercanos. Mientras que hacia el sur, el plegamiento se hizo más extenso, dando lugar a menores alturas y
un ancho mayor de la formación montañosa.
En cuanto al clima, Mendoza se ubica en la zona de climas templados debido a su latitud. Pero la dinámica de la
circulación atmosférica, la acción de las masas de aire, las precipitaciones, temperaturas, etc., se ven
fuertemente afectadas por la existencia de factores geográficos de gran importancia, tales como el relieve y la
continentalidad.
En cuanto a la distribución espacial de las precipitaciones anuales, es posible distinguir un pequeño sector de
máximas precipitaciones en una faja adosada al limitar con Chile del tramo sur de la Cordillera Principal, con
valores de 800 a 900 mm. Sobre la cordillera, pero hacia el norte del río Diamante los valores disminuyen de oeste
a este, y de sur a norte, oscilando entre 600 mm anuales, hasta llegar a 300mm en la parte más oriental de los
cordones septentrionales de Mendoza. El resto de la provincia presenta valores cercanos a los 200 mm, salvo en
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el extremo sureste, donde se sobrepasan los 300 mm, y una estrecha faja al centro-norte que aparece como
rodeando la ruta 40 que une Mendoza con San Juan, y encierra valores inferiores a los 100mm anuales.
Con respecto a la distribución anual de las precipitaciones, la zona influida por el anticiclón del atlántico y por la
depresión del noroeste, presenta una elevada concentración de las precipitaciones en verano con valores que van
desde el 70 al 80 % del monto anual. Al sur, donde la influencia predominante la ejerce el anticiclón del Pacífico,
las precipitaciones presentan sus máximos en invierno.
El déficit hídrico es la situación a través de la cual se determina la aridez, y sus valores se obtienen de la diferencia
entre la evapotranspiración y las precipitaciones caídas. En Mendoza el déficit es positivo en todo el territorio,
presentando valores que oscilan entre los 400 y 500 mm, salvo al noreste, desde donde a partir de una línea que
rodea al límite del departamento de Lavalle, el déficit comienza a crecer, desde 600 mm en ese punto hasta los
850mm en el extremo noreste de la provincia.
Con respecto a la Hidrografia, cabe destacar que la cordillera cumple un rol fundamental que determina la
existencia de agua utilizable en la árida provincia de Mendoza. Funciona, por un lado, como almacén de aguas en
estado sólido y, por otro, ha permitido la organización de una abundante red de arroyos en pocos pero
importantes ríos que descienden a la planicie y pueden atravesarla. Además es una zona de suelos muy
permeables que permiten la recarga de los acuíferos, cuyas aguas posibilitan cultivos más allá de la red de riego
superficial. Los avances tecnológicos logrados por los sucesivos grupos humanos han posibilitado aprovechar estas
condiciones, y en un medio con clara escasez de agua se han desarrollado imponentes oasis que constituyen la
mayor área regada por superficie del país. Además se produce energía y se ha logrado contar con importantes
espejos de agua que son de gran relevancia para el turismo y el ocio en un medio desértico.
Para entender de dónde viene el agua utilizable en Mendoza es necesario analizar las características de las cuencas
hidrográficas de la provincia.
Una cuenca hidrográfica es el espacio claramente definido por una divisoria de aguas. Posee un colector principal
que recibe de todos los demás cauces las aguas precipitadas sobre la totalidad del espacio de la cuenca y las
conduce hacia un punto de salida. Dicho colector puede llevar las aguas hasta el mar, determinando una cuenca
exorreica, o bien desembocar en cuerpos de agua interiores como lagos y lagunas, denominándose cuenca
endorreica, o finalmente perderse por evaporación y/o infiltración dando origen a una cuenca arreica. En
Mendoza existen ejemplos de los tres tipos de cuencas hidrográficas.
Conformando el límite sur de la provincia con Neuquén aparece la cuenca exorreica del río Colorado, compuesta
por los ríos Barrancas y Grande. Cabe destacar que este último es el río más caudaloso de la provincia, con un
caudal anual medio de 114 m3/s, lo que representa una gran ventaja sobre los demás ríos importantes de
Mendoza cuyos caudales oscilan entre 28 y 50 m3/s de media anual.
En cuanto a cuencas arreicas, es posible mencionar las zonas de Payunia o grandes sectores de la travesía, ya que
no existe prácticamente escorrentía.
Finalmente, la cuenca del Desaguadero es desde hace tiempo y salvo años excepcionales, una cuenca endorreica.
Esta cuenca recibe los aportes de varios ríos de gran importancia que tienen sus nacientes en la Cordillera de los
Andes, y debido al gran uso que el hombre hace de los mismos en las partes altas y principalmente, medias de sus
cuencas, llegan sólo esporádicamente al Desaguadero y con caudales muy pequeños, terminando en el río Salado
con un caudal menor a 1 m3/seg, sin llegar al río Colorado.
En cuanto al aprovechamiento que el hombre hace del agua para organizar el espacio, se destacan claramente los
cuatro ríos que dan origen a los tres grandes oasis de la provincia. Ellos son, de norte a sur, Mendoza, Tunuyán,
Diamante y Atuel
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Los cuatro tienen sus nacientes en la Cordillera Principal, ambiente en el que el clima está dominado por la acción
del anticiclón del Pacífico, por lo que las precipitaciones se dan en invierno y, debido a la altura general y a las
bajas temperaturas, precipita en forma de nieve que se acumula hasta la primavera cuando comienza el deshielo
y se origina un sinnúmero de arroyos. Dichos arroyos van dando forma a importantes cursos fluviales que al
confluir aguas abajo dan origen a los grandes ríos. A medida que dichos ríos avanzan va disminuyendo
enormemente el aporte de agua por afluentes, debido a la aridez creciente de los ambientes que atraviesan y su
caudal va disminuyendo también por la elevada evaporación e infiltración. Por lo tanto el caudal está determinado
por el derretimiento de las nieves depositadas durante el invierno en las partes altas, y en algunos años por el
deshielo de glaciares. Por esta razón los máximos caudales se presentan en verano, con valores que generalmente
quintuplican a los observados en los meses de invierno, cuando los cauces se muestran prácticamente secos.
Estos ríos existían antes de que los cordones orientales (Precordillera, Cordillera Frontal y Bloque de San Rafael)
se rejuvenecieran y sobreelevaran a causa de la tectónica. A pesar de no presentar elevados caudales, tienen un
gran poder erosivo debido a la pendiente del terreno, lo cual dio como resultado un fenómeno de antecedencia,
que se manifiesta a través de angostas y profundas gargantas (Cacheuta, Cañón del Atuel, etc.) y de terrazas
fluviales, como en la zona de Álvarez Condarco. Este encajonamiento de los ríos y las fuertes pendientes dan lugar
a un elevado potencial para la construcción de diques que permiten producir energía hidroeléctrica, regular
caudales para riego y formar lagos que posibiliten el desarrollo del turismo, entre otros aspectos. Cabe mencionar
que, debido a la complejidad del ciclo del agua y a su ingerencia en casi todas las actividades del hombre, las
grandes obras que buscan controlar al líquido elemento pueden causar graves impactos ambientales en toda su
zona de influencia sino se realizan teniendo en cuenta el carácter sistémico del ambiente.
Al salir de la zona montañosa, estos ríos bajan por el piedemonte hacia las planicies. El progresivo descenso de la
pendiente disminuye el poder de arrastre de los cursos fluviales por lo cual van depositando en primer lugar los
materiales más gruesos y a medida que avanzan hacia el este aportan materiales cada vez más finos. De esta
manera se han originado los conos aluviales, sobre los que se desarrollaron los mejores suelos de la provincia y
por lo tanto, las mayores posibilidades de asentamiento humano dada la disponibilidad conjunta de agua y buenos
suelos.
A partir de la ladera oriental de los cordones montañosos que se ubican más al este, el clima está determinado
por la acción del anticiclón del Atlántico, lo que determina precipitaciones escasas pero concentradas en el tiempo
y el espacio en forma de fuertes tormentas estivales. Dichas tormentas no son importantes en el aporte de
caudales para el aprovechamiento humano, sino que al sumarse a los ríos durante la época de mayor caudal, sólo
sirven para generar grandes crecidas de forma muy rápida, dando origen a aluviones catastróficos, generalmente.
En cuanto al aprovechamiento que los grupos humanos han realizado y realizan de estos cursos en la zona de
planicie, es necesario comenzar nombrando la red de canales construida ya en tiempos precolombinos, que
permitió transportar el agua hacia los lugares de consumo, tanto humano como agrícola y más tarde también
industrial. Dicha red, que con el paso del tiempo fue creciendo y se fue haciendo cada vez más compleja con la
construcción de grandes represas, diques derivadores, revestimiento de canales, piletas potabilizadoras, etc. ha
permitido el asentamiento de grandes concentraciones humanas muy dinámicas en un medio que naturalmente
no lo hubiese permitido, debido al déficit hídrico permanente.
Otro aspecto importante es la infiltración de agua que se produce principalmente en la zona de piedemonte y
recarga los acuíferos, que en Mendoza se extienden por debajo del 50 % de la superficie provincial y representan
un volumen estimado de 700.000 hm3, de los cuales, alrededor de 21.300 son económicamente explotables. La
importancia de estos acuíferos se ve claramente al tomar en cuenta el volumen total de agua almacenada en
todos los embalses provinciales, que llega a los 1.800 hm3. La gran irregularidad de los caudales (principalmente
antes de la construcción de diques de embalse) y las elevadas pérdidas que se producen durante su conducción
han fomentado el uso del agua subterránea, lo que queda demostrado a través de 22.000 pozos construidos para
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la extracción, con un alto predominio en las zonas más orientales y en un porcentaje cercano al 90% para uso
agrícola.
La cuenca del río Mendoza abarca una superficie de 18.484 km2, lo que implica un 12% de las tierras provinciales.
El río que le da nombre a esta cuenca nace cerca de la localidad de Punta de Vacas, en la confluencia del los ríos
Tupungato, Cuevas y Vacas. Sus máximos caudales se presentan en verano, con una media de 120 m3/seg para
este período, frente a los 20 m3/seg que se registran en los meses de invierno, cuando es posible ver un mar de
piedras sobre el cauce del río Mendoza y, con suerte, un hilo de agua que discurre entre ellas.
El valle que ha labrado este río es muy importante, ya que es el único lugar en estas latitudes que permite atravesar
la cordillera de los Andes a alturas relativamente bajas. Por lo tanto corren a su lado la ruta internacional que une
a la provincia con Chile y las vías del tren Trasandino, pronto a reestablecerse. Aguas abajo el río se encajona para
atravesar la Precordillera, y allí aparece en primer lugar un gran lago que culmina en el paredón del dique
Potrerillos, el cual tiene 116 metros de altura y se ha construido aprovechando la estrechez de la garganta del río
en ese sitio. Sus objetivos principales son: regular las aguas para riego, producir energía (aprovechando el gran
desnivel que existe entre el pelo de agua del río y las centrales hidroeléctricas que se ubican unos kilómetros
aguas abajo, convirtiéndose en la central de mayor producción de la provincia, con una capacidad de 760 Gwh
anuales), crear un centro turístico y regular crecientes.
Una vez atravesada la zona de gargantas y elevadas terrazas fluviales, que son claros ejemplos de la antecedencia
de este río, se desciende a la planicie a través del piedemonte. Es en este lugar donde aparecen una serie de
diques, mucho mas antiguos que el anterior, y con la función principal de derivación de las aguas, ya sea hacia las
plantas potabilizadoras para consumo humano, o bien hacia canales principales como el Cacique Guaymallén y el
San Martín, de los que nacen una infinidad de canales que se van subdividiendo y llevan el agua hasta cada una
de las parcelas de cultivo del oasis norte mendocino, como también hasta las acequias urbanas con el objetivo del
riego del arbolado público. Esta red de canales tiene una extensión de 4920 km y presenta el más bajo porcentaje
de revestimiento en la provincia, sirve a 115.633 has, de las que sólo 75.000 has están realmente regadas, y son
determinantes en la dinámica del oasis norte que sustenta al 65 % de la población provincial. Este sector se
denomina cuenca media del río.
Una vez pasadas las grandes tomas de agua el cauce natural del río continua con un claro sentido oeste-este, para
luego torcer su marcha hacia el norte. Pero la gran cantidad de agua derivada hacia los mencionados canales,
sumada a la permeabilidad del suelo, las escasas precipitaciones y la fuerte evaporación hacen que el río pierda
progresivamente su caudal y sólo en años hidrológicos ricos llegue al complejo lagunar de Guanacache, en el
noreste de la provincia, para luego convertirse en afluente del río San Juán y con él llegar hasta el Desaguadero.
En este trayecto hacia las partes más bajas del río van apareciendo de manera creciente pozos de agua, cuyo
número aumenta con la distancia al curso fluvial o a la red de canales. La explicación de este fenómeno tiene que
ver con los acuíferos existentes debajo del oasis, cuyo origen esta en la infiltración que se produce en el cauce del
río (principalmente en la zona de montaña) y en los canales y parcelas de riego. Dichos pozos permiten
complementar el riego cuando el agua superficial es insuficiente, o en otros casos ser la única fuente de agua, y
permitir cultivos en zonas realmente alejadas de la red de riego.
También existe un aprovechamiento del agua de vertientes, que dan origen a una serie de arroyos los cuales
permiten regar una importante zona que se extiende hacia el este y oeste del límite entre Guaymallén y Maipú, y
continúa abarcando también una franja a ambos lados del limite entre Las Heras y Lavalle. Esta zona conforma el
cinturón verde que abastece de hortalizas y verduras frescas al Gran Mendoza.

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