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Son varios los ejemplos universales que se han tomado para explicar la teoría
del caos: el batir de las alas de una mariposa, el experimento del doble péndulo
o una pelota botando en el quicio de un tejado que repetirá patrones diferentes.
El matemático estadounidense John Bush, del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), añadió una respuesta más a la pregunta: ¿cuáles son los
ingredientes mínimos para el caos? Una gota de agua colocada sobre una
película jabonosa. La manera en la que rebota la gota de agua depende de la
amplitud –la variación máxima del desplazamiento– y de la frecuencia –el
número de repeticiones– de la vibración. Y estos elementos describen con
precisión la trayectoria de la gota hasta que sucumbe al caos.
(Relacionado: La Teoría de la Relatividad de Einstein explicada en cuatro
simples pasos)
La teoría del caos y el efecto mariposa explican desde el comportamiento de
la naturaleza y el cuerpo humano hasta la trayectoria de una gota de
agua. Pero la gran pregunta sigue vigente: ¿podría en un sistema caótico e
impredecible el aleteo de una mariposa causar un huracán? Todos nuestros
actos y decisiones están conectados y las posibilidades de interrelación son
impredecibles