Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LAOCOONTE Y SUS HIJOS Virgilio, en la Eneida, relata así el ataque de las serpientes:
Laocoonte era el sacerdote del templo de Apolo Timbreo en Troya y, al igual que Ellas, con marcha firme, se lanzan hacia Laocoonte; primero se enroscan en los
Casandra, advirtió a los troyanos que si dejaban entrar en la ciudad al Caballo de tiernos cuerpos de sus dos hijos, y rasgan a dentelladas sus miserables miembros;
Troya caerían en una trampa tendida por los griegos aqueos: luego arrebatan al padre que, esgrimiendo un dardo, iba en auxilio de ellos, y lo
¡Necios, no os fieis de los griegos ni siquiera cuando os traigan regalos! sujetan con sus enormes anillos: ya ceñidas con dos vueltas alrededor de su cuerpo,
Laocoonte llegó a arrojar una lanza que se clavó en el caballo de madera, pero y dos veces rodeado al cuello el escamoso lomo, todavía exceden por encima sus
cuando los troyanos estaban a punto de destruir el caballo, los soldados troyanos cabezas y sus erguidas cervices. Pugna con ambas manos Laocoonte por desatar
trajeron a Sinón, quien con las mentiras ideadas por Odiseo logró convencer a aquellos nudos, mientras chorrea de sus vendas baba y negro veneno, y al propio
Príamo de que se trataba de una imagen sagrada de Atenea. Laocoonte, para tratar tiempo eleva hasta los astros espantosos clamores…
de impedir que entraran el caballo en la ciudad exclamó:
Ésas son mentiras -gritó Laocoonte- y parecen inventadas por Odiseo. ¡No le creas
Príamo! […] Te ruego, señor, que me permitas sacrificar un toro a Poseidón. Cuando OBSERVA Y CONTESTA:
vuelva espero ver este caballo de madera reducido a cenizas.