Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Monte Patria
Profesor: Juan Cortés Araya
GUÍA DE AUTOAPRENDIZAJE.
Género Narrativo: Sub unidad: “La epopeya”
Curso: Octavo Básico
Puntaje:58/______ Nota:_____
Objetivos:
- Reconocer las características distintivas de los textos literarios y no literarios.
- Leer y comprender epopeyas considerando sus características y el contexto en que se
enmarcan.
- Usar vocabulario amplio según el contexto para la elaboración de oraciones.
Instrucciones:
- Responde las preguntas con lápiz pasta, no utilices corrector
- Lee bien las preguntas antes de responder.
- Escribe con letra clara cuidando tu ortografía y redacción, ya que será considerada al otorgar puntaje a
tus respuestas.
LA EPOPEYA
Existen varias referencias respecto del término Epopeya.
Para la literatura, la epopeya es un subgénero épico o
poema narrativo extenso, escrito generalmente en verso
largo o prosa, en el cual se cuentan o relatan muy
detalladamente aquellas acciones trascendentales o
dignas de quedarse en la memoria de un pueblo.
Giran en torno de la figura de un héroe que representa las virtudes de más estima.
Ejemplo, el del Cid Campeador es una de las epopeyas más magníficas que engalana las
páginas de la historia literaria hispánica.
La epopeya fue primero poesía cantada para los griegos. Sus características son la
espontaneidad y la impersonalidad, el narrador ocupa un lugar secundario.
Éste, el género narrativo más antiguo, tiene su origen en las grandes narraciones épicas y
heroicas de la Antigüedad: fundamentalmente, en la Ilíada y en la Odisea atribuidas al
poeta ciego homero quien las transmitía de forma oral.
ACTIVIDAD:
SELECCIÓN MULTIPLE: Encierra en un círculo la respuesta correcta de acuerdo a lo que sabes de la
epopeya. (1p c/u: tot 8)
LECTURA COMPRENSIVA: Lee el texto que se presenta a continuación luego resuelve las
actividades asociadas
Cuando Hércules se casó con la bella princesa Deyanira, la hizo subir a su carro para que, a su lado, continuase su
viaje alrededor del mundo. Deyanira era ágil y valerosa y los peligros de largas aventuras y constantes peregrinaciones al
lado de su esposo no la intimidaban.
Juntos cruzaron, pues, muchos lejanos países hasta llegar a orillas del río Eveno, que, engrosado por las lluvias copiosas del
invierno, se precipitaba en impetuosa corriente imposible de atravesar, ni a nado ni rodeándolo Sin embargo, afirmado sobre
sus piernas robustas se hallaba, sobre el río, el centauro Neso que, a falta de puente, se encargaba de transportar a los
pasajeros de una orilla a otra. Neso tomó, pues, en su grupa a la princesa para transportarla a la otra orilla, mientras
Hércules, valerosamente, se lanzaba a pasar a nado la corriente. Pero mientras galopaba en medio del río, dejando tras sí una
blanca estela, Neso recordó que los centauros habían recibido de Hércules, hacía largo tiempo, una ofensa muy grave, y
sintió el deseo de vengarse.
Por ello, en vez de acercarse a la orilla opuesta, remontó rápidamente el río, huyendo con la bella muchacha sobre la grupa.
Hércules, sin embargo, nadando fatigosamente contra la corriente, no perdía de vista a su esposa y pronto se dio cuenta de la
malvada intención del centauro, de modo que, apuntándolo cuidadosamente, disparó contra él sus flechas infalibles.
Neso se hallaba en aquel momento alcanzando la playa para después huir a través de los
campos, cuando una flecha envenenada de Hércules lo alcanzó, lanzándolo moribundo sobre
el río. El centauro sintió que su vista se nublaba, comprendió que las flechas envenenadas
con la sangre de la Hidra no le dejaban esperanza de vida y un vivo deseo de venganza le dio
fuerzas para hablar.
–Bella princesa –murmuró a Deyanira, inclinada sobre él–, me muero. Pero antes que el
oscuro reino de las sombras me trague para la eternidad, quiero hacerte un regalo. Toma mi
túnica y sumérgela en mi sangre, así adquirirá virtudes mágicas. Y si un día tu esposo te
olvidara, haz que se la ponga y volverá lleno de amor hacia su Deyanira. Y dichas estas palabras, el centauro expiró.
Hércules recibió el regalo y se puso la túnica. Mas, ¡ay!, el centauro traidor había calculado bien su venganza.
Apenas el héroe puso en contacto con su piel aquella túnica impregnada de la sangre envenenada de la Hidra, lanzó un grito
de dolor. El veneno penetró en sus carnes, la inflamó con adherentes lenguas de fuego, hizo correr a través de sus miembros
un estremecimiento mortal. Entre espasmos de dolor, Hércules trató de arrancarse la túnica de encima, pero la tela ardiente
parecía pegarse cada vez más a sus miembros y para quitársela arrancó con ella tiras de carne viva.
Enloquecido por el dolor, aullante, Hércules corrió de aquí para allá, desesperado y sin meta, mientras la túnica tenaz
permanecía pegada a su cuerpo y el fuego le llegaba a sus huesos. Por último, furioso de espasmos, llegó hasta la montaña
del Eta, arrancó con sus manos gruesos pinos, encinas y castaños seculares, febrilmente los amontonó en la cima de la
montaña, en forma de hoguera inmensa, y los encendió con un hachón gigantesco. Después, aullando como un tigre herido
de muerte, subió hasta la hoguera. Poco a poco, las llamas envolvieron todo el cuerpo del héroe, que, tendido sobre la piel
del león de Nemea, esperaba tranquilo la muerte.
El cuerpo vigoroso que había superado tantas luchas sobrehumanas, se contorsionaba y retorcía entre las luminosas llamas;
después, el héroe quedó rígido y cerró los ojos para siempre.
Se vio entonces, entre una lluvia de relámpagos y un fragor de truenos, descender del cielo una nube de oro. Cerca de la
hoguera, de la que todavía se levantaban ardientes lenguas escarlatas y columnas de humo, la nube se abrió, mostrando un
hermoso carro dorado. De él descendió el propio Júpiter, tocó con sus dedos divinos el cuerpo del héroe, y Hércules abrió
los ojos. –El fuego de la inmensa hoguera que alzaste hasta el cielo te ha purificado –le dijo Júpiter. Ahora eres digno de
subir al Olimpo y gozar la perfecta dicha de los dioses.
A)Hércules nadó fatigosamente contra la corriente. D) El centauro sintió que su vista se nublaba.
B) Hércules trató de arrancarse la túnica de encima. E) Poco a poco las llamas envolvieron el
cuerpo del héroe.
C) Hércules se casó con la princesa Deyanira.
Selecciona y marca para cada caso la alternativa que reemplaza a la palabra en su contexto.
LA COLERA DE AQUILES
(Homero)
Diez años... ¡Pronto se cumplirán diez años desde que los griegos, bajo el mando de Agamenón,
iniciaron el sitio a la ciudad de Troya! De todos los combatientes, Aquiles era el más valiente. Nada
más normal: ¡su padre desciende de Zeus en persona y su madre, la diosa Tetis, tenía por antepasado
al dios del océano!
Pero esa noche, el valiente Aquiles regresó extenuado y desanimado: Troya parecía imposible
de tomar y, para colmo, la peste, que se ha declarado hace poco, atacaba sin perdón a los griegos.
Cuando entró en su tienda, vio a su mejor amigo, Patroclo, que lo estaba esperando.
— ¡Ah, fiel Patroclo! — exclamó abriendo sus brazos—. Ni siquiera te vi en el fuego de la batalla...
Espera: voy a saludar a Briseida y soy todo tuyo.
Briseida era una esclava troyana de la que Aquiles se apoderó, después del asalto de la semana
anterior, tras el reparto habitual del botín. La joven prisionera le había lanzado una mirada suplicante, y
Aquiles sucumbió ante su encanto. Briseida misma no parecía indiferente a su nuevo amo.
Aquiles apartó la cortina, pero la habitación de Briseida estaba vacía. ¿Acaso la bella esclava
huyó? Imposible: Briseida lo ama, Aquiles pondría las manos en el fuego. ¡Y, además, los griegos es-
taban rodeando los muros de la ciudad! Confuso, Patroclo dio un paso hacia su amigo:
— ¡Sí, Briseida ha partido, Aquiles! Venía a avisarte. Agamenón, nuestro rey, ha ordenado que
la tomaran...
— ¿Cómo? ¿Se ha atrevido? (…)
—Déjame explicarte —dijo Patroclo en tono conciliador—, ¿Te acuerdas de Criseida?
—¿Quieres hablar de la esclava con que Agamenón se quedó cuando distribuimos el botín?
— Esa misma. El padre de Criseida, un sacerdote, quiso recuperar a su hija. A pesar del
enorme rescate que ofreció, Agamenón se negó.
—¡Ha hecho bien!
—El problema —prosiguió Patroclo suspirando—, es que ese sacerdote, para vengarse, ha
suscitado sobre nosotros la cólera Apolo. ¡Esa es la razón de la peste que diezma a nuestras filas!
— ¿Y qué sucedió con Briseida? – Preguntó Aquiles.
— La peste va a cesar, pues Agamenón entregó a Criseida a su padre esta mañana. Pero el rey
quiso reemplazar a su esclava perdida. Y ordenó que vinieran a buscar a Briseida.
1. El personaje incidental del relato es: 2. El espacio físico que se nombra en el relato es:
a) Agamenón. a) La ciudad de Troya.
b) Aquiles. b) Esparta.
c) Patroclo. c) El mar de Grecia.
d) Criseida. d) La playa de Ítaca.
3. El estilo narrativo que predomina en el relato es 4. El conflicto narrativo es causado por:
a) Estilo Indirecto. a) El enojo de Apolo.
b) Estilo Literario. b) La amistad entre Patroclo y Aquiles.
c) Estilo Directo. c) La desaparición de Briseida.
d) Estilo Libre. d) Ninguna de las anteriores .
5. La palabra antepasado se puede reemplazar por: 6. La palabra prosiguió se puede reemplazar por:
a) Antecesor. a) Susurró.
b) Anciano. b) Gritó.
c) Amigo. c) Opuso.
d) Cercano d) Continuó.
4. Existe relación entre el titulo del fragmento y la historia? Fundamenta con episodios del texto (4pts)
……………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………