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La conciencia moral.
Se afirma que la conciencia moral tiene contacto con lo absoluto por que es la
conciencia del deber y manda de modo absoluto, ordena de modo incondicionado. La
conciencia moral manda el deber y no la conveniencia. Es una exigencia absoluta que
no se explica y que no tiene ningún sentido desde el punto de vista de la naturaleza, por
que en la naturaleza no hay deber sino suceder de acuerdo a las causas. La naturaleza es
el reino del ser, las cosas simplemente son, en cambio la conciencia moral es el reino
del deber ser, por eso es vano todo ensayo desde una base empírica, como por ejemplo
lo hace Aristóteles.
Diferente del imperativo hipotético que está sujeto a una condición, es decir someter el
mandamiento a una condición, hago un bien para obtener un beneficio, no miento
porque puedo ganar plata. P/e.
La buena voluntad
Ni en el mundo, ni en general tampoco fuera del mundo es posible pensar nada que
pueda considerarse como bueno sin restricción alguna, a no ser tan sólo una buena
voluntad.
Es decir hay cosas que son buenas pero relativamente al uso que se les den, por ejemplo
el dinero, es bueno pero si lo uso para sobornar a alguien no lo es.
La voluntad en cambio es absolutamente buena porque en ninguna circunstancia puede
ser mala. Es buena en sí misma no por lo que efectúe o realice.
El valor de los actos morales son independientes de los logros que puedan resultar. Un
acto con apariencia de moralmente bueno, si no ha sido generado con intención o
voluntad no es moralmente calificable, carece de valor moral.
Todos participamos de las nociones morales, Kant lo que busca es explicitarlas y
fundamentarlas. Y su prueba es que el vulgo (moral) estará de acuerdo con los ejemplos
que se darán en su formulación.
El deber.
El valor del carácter moral estriba en hacer el bien no por inclinación sino por deber.
El imperativo categórico
El valor moral de una acción reside en el ppio. Por el cual está regido y no depende del
objeto de la acción. El principio por el cual se rige una acción se llama Máxima de la
acción, es el principio por el cual me muevo a obrar o por lo cual realizo el acto.
Kant formula el imperativo categórico así: obra según una máxima tal que puedas
convertirla en máxima universal.
Es decir no nos convirtamos jamás en excepciones.
p/e, la mentira, si uno miente y esa máxima se convierte en ley universal se anula a sí
misma ya que nadie se creería nada a nadie como resultado. El que miente pero no
quiere que se le mienta se convierte en excepción para sí.
Toda acción se orienta siempre hacia algún fin, hay fines relativos y absolutos, las
personas son fines en sí mismos y tienen valor absoluto, porque el hombre obra
suponiendo la libertad, considerándose a sí mismo como autónomo no dependiente de
otra cosa.
Por lo tanto se puede enunciar el imperativo categórico de esta manera:
“Obra de tal modo que uses la humanidad siempre como un fin y nunca como un
medio.”
Se obra inmoralmente a una persona se la considera como un medio y no como un fin.
La libertad
La felicidad, sobre todo lo demás, pertenece al género de los bienes últimos; porque la
felicidad es aquello que siempre elegimos por sí mismo y nunca por otra cosa. LI, 7,
1097 a-b
Si bien estás todos de acuerdo en que es necesario buscar la felicidad, algunos creen
encontrarla cosas muy diversas; placer, honores, riquezas, etc.
Lo que hay que encontrar es un estado que se baste a sí mismo, y no como los
mencionados que necesitan de otras cosas, como por ejemplo el placer, (hedonismo) que
dependemos de los objetos de placer.
Aristóteles no niega el valor del placer en absoluto, no propone un ascetismo a lo
platón, le da valor a los honores, riquezas y placeres pero en un equilibrio justo.
Análisis de la frase:
En primer lugar para que haya valor moral debe haber elección. En segundo lugar se
trata de un hábito la virtud, el hábito de elección de manera justa, intermedia hace la
virtud ya que en las acciones puede haber exceso y defecto y termino medio, en elegir
este último reside la virtud.
Este término medio lo establece la razón y lo debe determinar como lo haría el hombre
prudente, el hombre dotado de buen sentido moral. No hay una regla o norma que pueda
determinar el TM ya que no puede ser siempre el mismo sino que depende de las
circunstancias y de la persona, del caso y de los extremos, por eso el TM es relativo a
nosotros. Depende el tipo de persona y el tipo de acción a realizar, p/e : hay virtudes
diferentes según hombre o mujer, un organismo débil no puede realizar el acto que sería
valiente para uno robusto, etc.
El hombre prudente es el hombre de tino, aquel que mediante larga experiencia ha
ejercitado su razón de modo tal que puede discriminar lo que cada caso concreto
corresponde hacer, es la mirada capaz de encontrar en cada situación concreta el TM.
La virtud ética superior es la justicia ya que es el TM por excelencia, pero en el hombre
justo tampoco se encuentra la felicidad ya que esta virtud necesita de otro.
La felicidad se encuentra en forma perfecta en la vida racional, en las virtudes
dianoéticas o intelectuales, es decir las relativas a la vida teorética, al pensamiento, a la
pura actividad contemplativa de la verdad por el puro contemplarla, ésta se basta a sí
misma.
Sin duda que el filósofo como el justo, no menos que los demás hombres, han de
menester de las cosas necesaria para la vida; pero supuestos que estén ya provistos de
ellas, el justo necesita de otros hombres para ejercitar en ellos y con ellos la justicia…
el filósofo aún a solas consigo mismo, es capaz de contemplar, tanto más cuanto más
sabio sea. L X, 7, 1177 a 28
Una vida semejante, sin embargo, podría estar quizá por encima de la condición
humana, porque en ella no viviría el hombre en cuanto hombre sino en cuanto que hay
en él algo divino. L X 7, 1177 b 27
Desde aquí que la búsqueda de esta vida es la búsqueda de la inmortalidad, ver L VII y
X donde se encuentra la famosa frase de la inmortalidad.