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Los bosques amazónicos y su capacidad de adaptarse al cambio climático.

Juan Jair Vitar-Mendoza

Uno de los principales impactos negativos asociados con los eventos de muerte regresiva
de los bosques en condiciones de sequía es la necesidad de carbono, debido al
agotamiento de los carbohidratos no estructurales, como resultado de un desbalance de
carbono. Este desequilibrio involucra una red compleja de factores interconectados, que
incluyen la reducción en la asimilación de carbono a través del deterioro de las tasas
fotosintéticas, ya sean de tipo morfo-anatómico (reducción de estomas, tamaño de la
hoja) o fisiológico (aumento de tasas de respiración y fotorrespiración e inhibición de
procesos metabólicos específicos) (Feldpausch et al. 2017). Sin embargo, este tema
sigue siendo objeto de intenso debate debido a que hay una gran mayoría de estudios
sobre la dinámica del carbono que demuestran que en condiciones de sequía solo
pequeños segmentos de los árboles requieren de este elemento, lo que dificulta abordar
el papel del almacenamiento y la removilización del carbono en los bosques que sufren
problemas de grandes sequías (Oliveira et al. 2005).

Los bosques húmedos tropicales de la Amazonia en los últimos años han presentado
cambios severos relacionados a grandes sequías que han llegado con el fenómeno del
niño adicionalmente se sugiere que durante las próximas décadas las sequías serán aún
más prolongadas e intensas (Duffy et al. 2015; Rowland et al. 2015).

¿Existe alguna estrategia de los bosques a la sequía y así evitar su muerte regresiva?

A través del estudio realizado por Domingues et al. (2018) se quiso demostrar si los
bosques amazónicos de Brasil tenían la plasticidad ecofisiológica para sobrevivir a
grandes sequías en el suelo evaluando diferentes rasgos foliares relacionados a las
proporciones de isótopos estables (δ13C, δ15N) y los contenidos elementales de carbono
y nitrógeno (%C y %N). Realizaron un estudio que abarcó un tiempo de referencia de 60
meses con dos tratamientos, una parcela totalmente aislada de contenido hídrico y una
parcela control.

Los resultados de este estudio permitieron observar que efectivamente el carbono puede
ser un factor importante para el desarrollo fotosintético de un bosque, viéndose
relacionado a una reducción del contenido maderable de las especies y el área foliar de
las hojas en comparación con el tratamiento control. Por otro lado, la plasticidad
ecofisiológica fue evidente ya que no solo hubo un aumento en el isotopo δ13C de las
hojas, sino también las proporciones foliares de C:N fueron significativamente más bajas
en las parcela de sequía pero se mostró una característica importante, normalmente las
hojas adaptadas a la sequía son gruesas, mientras que para este estudio las hojas de
menores valores de C:N se caracterizaban por ser delgadas una adaptación que le
permitía tener una mayor relación masa-área (Domingues et al. 2018).

Ahora bien, el nitrógeno no fue un indicador relevante para este estudio debido que no
hubo diferencias significativas entre los tratamientos demostrando un comportamiento
estadístico similar (Domingues et al. 2018). Por lo tanto, para comprender mejor el
impacto que las fluctuaciones en el metabolismo del C pueden tener en el
comportamiento de las especies arbóreas bajo sequías severas, es esencial investigar
profundamente la dinámica del carbono en todo el árbol y cómo el uso de moléculas
energéticas alternativas puede posponer el cambio.

Para finalizar, a través de este tipo de estudios se puede obtener una base que permite
relacionar rasgos ecofisiológicos con problemas ambientales que se viven y seguirán por
muchas décadas en el planeta como lo es el cambio climático, pero es importante
establecer que a pesar de que un ecosistema boscoso ecológicamente esta relacionado,
habrán especies vegetales que puedan tener mejor adaptabilidad y plasticidad a cambios
abruptos como lo son las sequías prolongadas y que permitan establecer de una manera
más clara la dinámica del carbono y el nitrógeno como respuesta fisiológica al cambio
climático, es decir es importante establecer estudios interespecíficos de un mismo
ecosistema evaluando especies de los diferentes estratos arbóreos, y así obtener una
respuesta más clara y concisa de como el bosque y las plantas se están adaptando a
estos cambios y que estrategias puede establecer el ser humano para evitar que los
bosques se mueran de manera regresiva.

Bibliografía

1. Domingues, T. F., Ometto, J. P. H. B., Nepstad, D. C., Brando, P. M., Martinelli, L.


A., & Ehleringer, J. R. (2018). Ecophysiological plasticity of Amazonian trees to
long-term drought. Oecologia, 187(4), 933-940.
2. Duffy PB, Brando P, Asner GP, Field CB (2015) Projections of future
meteorological drought and wet periods in the Amazon. Proc Natl Acad Sci
112(43):13172–13177. https://doi.org/10.1073/ pnas.1421010112
3. Feldpausch TR, Phillips OL, Brienen RJW et al (2017) Amazon forest response to
repeated droughts. Glob Biogeochem Cycles 30(7):964–982.
https://doi.org/10.1002/2015GB005133
4. Oliveira RS, Dawson TE, Burgess SSO et al (2005) Hydraulic redistri- bution in
three Amazonian trees. Oecologia 145:354–363. https:// doi.org/10.1007/s00442-
005-0108-2
5. Rowland L, da Costa ACL, Galbraith DR et al (2015) Death from drought in tropical
forests is triggered by hydraulics not carbon starvation. Nature 528(7580):119–122.
https://doi.org/10.1038/ nature15539

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