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Facultad de Filosofía
Seminario de Transgresión y Tragedia
Nicolás Alvarado
Jeffrey Sebastian Tavera Camelo
24 de mayo de 2022.
Introducción
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Representar el ser colombiano por medio de lírica y música
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Líricas explícitas de las calles, el vientre / 5-27, llegan pues los jinetes / Micrófono por
espada y estilo que arremete / Tajantes son mis frases, mis dedos marcan los ases /
Acaudillando ves a todos mis secuaces / El Ata y el Kany, malicia la sinfonía / Arraigado
el talento, esta es mi apología / Directo desde las calles, para el mundo entero. (La
Etnnia, 1997, 2m50s)
Todo sigue, todo pasa, todo se hace tan normal / Muchas mentes en la calle se inclinan
hacia el mal / Mal de pensar si existe la vida para muchos les ríe como un chiste / Vive,
sobrevive, estás parado en el sucio asfalto / Si la vida te da impulso ya prepárate a dar
el salto / Decide bien, lucha esa necesidad es mucha / Defiendo las pisadas, de parche
de esquinas / Que son vecinas de la sombra criminal / Otra historia más de la fría
realidad. (La Etnnia, 1997, 2m10s)
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Con claridad en el contexto del álbum y su objetivo, puede entenderse cómo
este grupo de hip-hop buscaba más que solo cantar o hablar de experiencias mediante
la música; La Etnnia quería lanzar un grito simbólico al mundo entero, que representara
el miedo, el dolor, el sufrimiento y la tragedia que acosaban diariamente al común
urbano de la capital de Colombia. Y estas representaciones no salían de la nada
simplemente como cantos directos pidiendo ayuda o culpando a alguien por los males
que sufrían, sino expresando este carácter trágico tan humano, de ser culpable y a la
vez inocente pues, “por más inhumanas que nos parezcan, estas manifestaciones de
violencia fueron cometidas por humanos” (Restrepo, 2006, p. 11), y como tales, en su
expresión, por ejemplo, de Sombra Criminal, deja implícito y hasta cierto punto
también explícito que, por más que la persona no guste de ello, es por culpa de otro
humano como ella misma que ahora se encuentra en ese estado de paranoia e
inseguridad, por miedo a sufrir la violencia que tan normalizada se ha vuelto en la
capital; “Caminando, y observando, voy mirando hacia atrás / Hay alguien que me
sigue como a todos los demás” (La Etnnia, 1997, 10s).
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Nuevamente, aparecen los actos humanos como cuantificadores de la violencia
que luego serían expuestos artísticamente por La Etnnia. Restrepo afirma que estos
actos de violencia buscan generar terror, el acto violento hacia el cuerpo crea un
mensaje de la nada, pues dice que el objetivo principal del terror es “romper
brutalmente el sentido (en su triple acepción: sensación, significación, dirección)”
(Restrepo, 2006, p. 20), estos mensajes son directamente comprendidos por la mente
humana y por ello en la situación de un asalto armado en un transporte público la gente
no tiene más reacción que el terror, que el impacto y el no tener sentido de
entendimiento en el momento, pues este miedo “cifra también su eficacia en el efecto
perturbador en el tiempo. El terror se convierte en una fuerza aleccionadora de larga
duración” (Restrepo, 2006, p. 20). A todo esto se le puede agregar el hecho de que en
la misma canción —que es narrada en primera persona por un integrante del mismo
grupo que estaba asaltando el bus—, al terminar el asalto y bajarse del bus trotando,
las personas ya no tienen en sus caras el factor de terror privándolos de sentido, y es
dicho que, aunque no esperaban que un pasajero tuviera un arma, acabaron recibiendo
tiros a través de la ventana luego de que el bus se orillara y, en consecuencia,
asesinando a uno de sus compañeros:
En el salto, brinco, casi pierdo todos los reflejos / Se oía el eco de algunos gritos a lo
lejos / Sacaron un revolver, lo asomaron por la ventana / Vi avalancha de bala en aquella
madrugada / Vi caer a uno de mis compañeros / No contamos con un arma que había
en los pasajeros / Herido yo en el sopi, escuchaba los comentarios / Creo que cayeron
ya que estos eran varios / Víctima de descomposición social / En muchos barrios esto
es normal. (La Etnnia, 1997, 1m30s)
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Malicia Indígena
Para casi finalizar esta exploración al arte musical representado por La Etnnia,
se dará un análisis al título del álbum, su relación con las dos canciones que más
parecen conectar con el título: Malicia Indígena y Oro; y también, a cómo las letras de
estas canciones y, por tanto, del mismo álbum, tienen una conexión con la comprensión
de la transgresión y la violencia a través del tiempo en la historia colombiana, y por
qué estos hechos narrados en las canciones son tan relevantes en el actuar y en la cultura
de Colombia inclusive hoy en la contemporaneidad.
Oro y Malicia Indígena son las últimas dos canciones del álbum Malicia
Indígena (1997), y son canciones que, por medio de una revisión irónica y melancólica
a la historia, buscan mostrar el origen de la cultura violenta que parece tener lugar no
únicamente en Colombia, sino a lo largo de toda Latinoamérica.
Empezando por Oro, puede apreciarse la intelectualidad cultural y territorial de
los miembros de La Etnnia al interpretar una versión recortada y musical del poema El
sueño de las escalinatas (1978) por Jorge Zalamea, en donde buscan hacer énfasis en
cómo la Conquista fue esencial para la culturalización violenta del país y en toda la
zona latinoamericana:
“Se trocó en ídolo devorador en la tierra colombiana, mi dulce y tremenda tierra” / “En
son de guerra y de conquista para desposeer y avasallar a tribus que ni siquiera tienen
fe de bautismo en los registros de la historia” / “La concupiscencia del poder, primero;
la codicia luego, engendraron la crueldad y abonaron el crimen. Una y otro abortaron
ese feto: el terror”. (La Etnnia, 1997, 30s)
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todos estos hechos violentos, presentes y pasados, llenaron de una ira y una malicia
innata a los colombianos, que quieren y anhelan destruir ese mal violento que, por
décadas y siglos, los ha acosado.
Esta canción final del álbum que se titula igual quiere ser el verdadero grito de
guerra en contra de la injusticia social, el pasado violento que busca imponerse en el
presente y aquellos que rechazan la libertad que busca proclamar todo el pueblo
colombiano, y latinoamericano al versar en el puente de la canción lo siguiente: “La
Etnnia representando desde la Patagonia / Hasta México, la malicia latina / La malicia
indígena recorriendo el mundo” (La Etnnia, 1997, 2m22s). Y con fuerza, humildad y
voluntad, La Etnnia sin duda representó el pensamiento reprimido de muchos
latinoamericanos, al ir en contra de toda esta violencia, representando al latino como
aquel sometido que ya está cansado de la injusticia, la violencia y el silencio, gritando
resentidos y maliciosos ante aquello que desde sus orígenes culturales les ha dañado y
mancillado; “Al compás de la viva danza / La guerra fue de bala contra lanza / Rodeado
de malicia innata” (La Etnnia, 1997, 30s).
En la canción es narrado cómo los indígenas en el pasado fueron sometidos,
reprimidos y humillados de múltiples maneras, causando así un resentimiento natural
en la gente que representa La Etnnia que, con su música, busca no solo dar luz al
silencio de los marginados, sino también mostrar las injusticias de las que fueron
víctimas nuestros ancestros. Así, como afirma Restrepo, la Conquista fue un momento
que causó algo más que terror en las vidas de las tribus indígenas de la época; fue algo
que quedará por siempre en la memoria de las descendencias. Estos actos violentos
fueron realizados como una técnica que comunicaría como un mensaje el sufrimiento
de los pueblos indígenas al futuro; “un cuerpo gramatical sería un cuerpo que habla
hasta por los codos. Pero no se trata de una verborrea desordenada. Como para Sade,
estos rituales aberrantes, a través del lenguaje y la retórica del cuerpo, se vuelven
aberraciones lógicamente estructuradas” (Restrepo, 2006, p. 21).
Veo al campesino otra vez arando / Polvo para el mundo que lo continúa inhalando /
Rompe las fronteras, anda carreteras / Para tu malicia nunca existirán barreras / Que
hable el bajo mundo / Que hablen los secretos / Que se sientan los gritos reprimidos del
concreto. (La Etnnia, 1997, 2m)
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Conclusión
Es así como La Etnnia, con su álbum Malicia Indígena (1997), mostró al mundo
un lado quizá vulgar, aberrante, que nadie entendía de la cultura colombiana y
latinoamericana, expresando la violencia de la que en el pasado nuestros ancestros
fueron víctimas, el sufrimiento y resignación de los colombianos en la actualidad
gracias a la normalización de la violencia y el conflicto armado. Mostró cómo la
representación de aquellas cosas que dañan la sociedad pueden nuevamente unirla en
contra de ellas, “Tribu de guerreros fueron sometidos / Micrófono en mano, indios
resentidos / Este es el emblema, mi gente latina / En un continente, un país, ciudad o
esquina / Maliciosos regresando, año 97 / De nuevo representando 5-27” (La Etnnia,
1997, 3m).
De esta manera, incluso sin tomar únicamente en cuenta el álbum tratado a lo
largo de todo este texto, La Etnnia ha sido y continúa siendo un símbolo de resistencia
para los violentados en el país, “el repertorio de esta agrupación musical relata y retrata
la realidad del país, y con su voz ha acompañado las grandes apuestas de nación por la
defensa de los derechos humanos” (Avella, 2021, p. 234). Este grupo de hip-hop no es
solo un grupo de personas cantando por cantar ni expresando nimiedades de la
sociedad, es un grupo de músicos culturalizados que, por medio de la lírica, buscan
representar la transgresión y la violencia de un país que parece condenado al conflicto
y la desigualdad, justamente en pro de evitar ese cruel y trágico destino del pueblo
colombiano.
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Bibliografía.