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DERECHO CIVIL VI -SUCESIONES-

Clase 11
Viernes 8 de abril

LA CUALIDAD DE HEREDERO:
Calidad de heredero: El heredero, o sea el llamado a suceder, tiene el derecho de aceptar o de repudiar la
herencia. La aceptación es un acto por el cual la persona a cuyo favor se concede una herencia por
testamento, hace conocer su resolución de tomar la calidad de heredero y de cumplir las condiciones que tal
carácter impone.
La acción de petición de la herencia:
Es la que compete al heredero para reclamar de otra u otras personas el reconocimiento de su cualidad de
heredero y la restitución de los bienes hereditarios.
Responsabilidad del legatario:
El legatario es la persona que adquiere los bienes a título particular y por lo tanto debe especificarse el bien
que se le va a dejar. De conformidad con lo establecido en el arto 1003 del CC “es la persona a quien se le
da algo por testamento…”
Conforme lo establecido en el artículo 920 párrafo segundo del CC, “El legatario sólo responde de las cargas
que expresamente le imponga el testador.”
La enajenación de la herencia:
¿Qué dice el CC al respecto? Opinión personal

LA COMUNIDAD HEREDITARIA EN EL DERECHO GUATEMALTECO:


Existe comunidad hereditaria cuando, deferida (ofrecida) la herencia a varios llamados, todos la aceptan
expresa o tácitamente o, independientemente de la aceptación, la adquieren por disposición de la ley,
teniendo un derecho no sobre bienes hereditarios concretos, sino sobre el conjunto que integra el contenido
de la herencia, formándose una comunidad entre los cotitulares.
La comunidad hereditaria es, en consecuencia, una situación transitoria pues comienza con la adquisición de
la herencia y termina con la partición de la misma y subsiguiente adjudicación de bienes concretos.
Castán Tobeñas, en su libro Derecho Civil español, común y foral indica que “la comunidad hereditaria se
inicia con la apertura de una herencia a la que están llamados varios herederos y termina por la división o
partición.”

Nuestro CC no regula la comunidad hereditaria, sino la extinción de la misma como consecuencia de la


partición de la herencia. Esta falta de regulación permite concluir, que la comunidad hereditaria se regirá por
las disposiciones del testador y por las disposiciones que concretamente se refieren a la herencia indivisa
contempladas en el CC. Sobre esta base se llega a la conclusión de que el orden de prelación de las fuentes
legales por las que ha de regirse la comunidad hereditaria es el siguiente:
A) La voluntad, ya actúe a través del testamento, ya del contrato o acuerdo a que puedan llegar los
interesados.
B) Las disposiciones especiales del código, como las referentes a la administración de la herencia, a la
partición y a la enajenación y retracto del derecho hereditario.
C) Como supletorias las disposiciones generales contenidas en el capítulo tercero del título ll del CC, en
cuanto son adaptables a la comunidad hereditaria.

Constituyen el objeto de la comunidad hereditaria, todos aquellos bienes y derechos transmisibles que no
se hayan extinguido por la muerte de la persona, respecto los cuales el causante no hubiese dispuesto a
título particular. Por lo tanto, quedan excluidos de la comunidad los bienes y derechos que hayan sido
atribuidos mediante legados de cosa cierta.

El objeto de la acción de partición es poner fin a la comunidad hereditaria, dividiendo, si es posible, la


cosa, o enajenándola, de no ser susceptible de división material. La división no es, pues, necesariamente
material; si tuviera que serlo, la comunidad de las cosas por su naturaleza imposibles de partir
físicamente, sería eterna, perpetuamente indivisa. Por ejemplo, la comunidad hereditaria, sobre un objeto
de arte, sobre un cuadro, no podría terminar, sino por el mutuo acuerdo de los comuneros. Respecto de
estas cosas, que no son susceptibles de partición material sin perder valor, la división se ejecuta
enajenándola y repartiendo el producto entre los partícipes. Se acude entonces a una venta forzada, que
constituye para los demás comuneros una especie de expropiación.
La partición de la comunidad universal que se llama herencia, siempre es susceptible de verdadera
partición, porque versa la copropiedad sobre la totalidad del patrimonio, y el patrimonio siempre es
divisible en cuotas adjudicables a los partícipes.
Por este motivo, después de la partición de la herencia, puede pasar que, a la comunidad a título universal
entre herederos, la reemplace otra comunidad, a título singular, ya entre dueños de cuotas en uno o varios
bienes determinados de la herencia, que es una comunidad hereditaria. A veces se extingue la acción de
partición por haber terminado la comunidad sin que haya existido división de la cosa común, ya se trate de
una herencia o de una comunidad ordinaria.
Esto sucede:
A) Cuando todos los comuneros enajenan a otro sus derechos en la cosa común.
B) Cuando uno de los comuneros adquiere el derecho de los demás y
C) Por pérdida de la cosa común.
En los dos primeros casos, se da una unificación de los derechos en una sola persona, y
consecuentemente, ya no hay necesidad de dividir los bienes. El último caso, podría tratarse de la
desaparición del inmueble debido a una catástrofe.
Los derechos de los comuneros o partícipes en la comunidad hereditaria se pueden clasificar de la
siguiente manera:
Derechos de los comuneros en relación con la herencia que no ha sido dividida, y
Los derechos de comuneros con relación a su porción o cuota en la herencia.
Ver arto 1806 CC
PARTICIÓN DE LA HERENCIA:
La partición de la herencia, es el momento de hacer efectiva y de consumar la voluntad del testador o el
mandato de la ley.
Julién Bonecase, en su Tratado de Elemental de Derecho Civil indica que la partición: “Es un acto jurídico
por virtud de cual los copropietarios de una sucesión sustituyen las partes abstractas e indistintas que
tenían sobre la masa indivisa, por partes materiales y distintas.”
El Código Civil, no define la partición de la comunidad hereditaria, únicamente en el artículo 1085
encontramos: Obligación del albacea de hacer la partición. Aprobados el inventario y la cuenta de
administración, el albacea debe hacer inmediatamente la partición de la herencia.

El artículo 1088 del CC establece que todo coheredero que tenga la libre disposición de sus bienes puede
pedir, en cualquier tiempo, la partición de la herencia. (artos del 1088 al 1102)

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