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1 Juan 3:15: “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún
homicida tiene vida eterna permanente en él.”
Objetivos: Comprender el significado del sexto mandamiento “No mataras”.
Los Diez Mandamientos son fundamentales para nuestra vida cristiana. Fueron dados por Dios a
los hijos de Israel por medio de Moisés.
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Es recomendable hacer un breve repaso cada domingo, acerca de los mandamientos que ha
venido estudiando.
Actividades:
1. Bienvenida.
2. Oración.
3. Captando su atención.
Canto alusivo al tema.
4. Actividad Sugerida:
a) Explicar de forma dinámica:
La vida humana es SAGRADA, porque desde su comienzo, es Dios quien la crea. Solo Dios es
Señor y DUEÑO de la vida, desde que empieza hasta que termina; nadie, en ninguna
circunstancia, tiene derecho a matar a una persona.
Hay que ver la vida como un regalo de Dios y saber que solo El y nadie más decide cuándo
empieza y cuando termina
b) Presentar la lección. Explicar que por varias semanas se abordara la temática “Los diez
mandamientos”.
Lección #6: Sexto Mandamiento.
No Mataras.
Matar es quitarle la vida a un ser humano (no a un animal) a propósito y con malicia.
Matar no es de ninguna manera algo casual.
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c) Para reforzar la lección:
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Actividad
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5. Historia de la Biblia (Génesis 4:1–15):
Hace mucho tiempo, después de tener que marcharse del jardín del Edén, Adán y Eva estaban
muy tristes por haber desobedecido a Dios. Le preguntaron a Dios como podían mostrarle lo
arrepentidos que estaban. Dios le dijo que podrían mostrarle como se sentían si sacrificaban un
cordero, y así lo hicieron.
Después de un tiempo, Adán y Eva tuvieron dos hijos. Su primer hijo se llamó Caín y su segundo
hijo se llamó Abel.
Caín era un agricultor. Sembraba vegetales y granos. Abel era un pastor que cuidaba los
rebaños de la familia. Caín y Abel eran como la mayoría de los hermanos; no siempre se llevaban
bien. Pero eran hermanos y se querían mucho, a pesar de sus peleas ocasionales.
Adán y Eva (su padre y madre) compartieron con Caín y Abel el mensaje que Dios les había dado
de sacrificar un cordero en su nombre para mostrar lo mucho que apreciaban todo lo que Él
había hecho y lo arrepentidos que estaban de sus pecados.
A Abel le interesaba mucho que su sacrificio fuera especial para Dios. Escogió su primer
cordero, que era el mejor que tenía y lo ofreció al Señor. Fue difícil para Abel separarse de su
más preciada posesión, pero era importante para él esforzarse por hacer lo que Dios había
pedido.
Caín pensó que su hermano menor era un poco tonto por entregar su mejor cordero. "Caramba"
pensó. "Nosotros necesitamos ese cordero, pero Dios no lo necesita. Seguro que Él estará feliz
si sacrificamos el más pequeño del rebaño. De hecho, ¿por qué tiene que ser un cordero? Soy
agricultor y este ha sido un año grandioso para mi cosecha de trigo; no puedo usar todo lo que
he cosechado. Mejor sería quemar parte de la paja sobrante que tengo, así no desperdicio
nada."
Los razonamientos de Caín suenan bien cuando los oyes por primera vez, ¿no es así? Caín
observó mientras las llamas consumían completamente al cordero en el altar, mientras que la
paja sobrante solo humeó un poco pero nunca prendió fuego.
¡Caín estaba muy envidioso! No se tomó el tiempo de darse cuenta de que fue su decisión de
sacrificar paja la que causó la diferencia en la respuesta de Dios a sus sacrificios, y tampoco
asumió la responsabilidad. En lugar de eso, se enfureció con su hermano.
Caín le pidió a Abel que fuera a caminar con él, y aún lleno de ira golpeó a Abel derribándolo
para luego matarlo.
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Cuando Caín se dio cuenta de lo que había hecho, le preocupó más que alguien hubiera visto lo
que había hecho, que el hecho de haber causado la muerte de su hermano. Miró a su alrededor
y suspiró con alivio al notar que no había nadie cerca.
Dios respondió, "Caín, como puedes ser tan cruel con tu único hermano. Él no te ha hecho nada,
sino que trata de hacer lo más que puede por Mí, por sus padres...y por ti."
Caín cayó al piso sollozando. Finalmente sintió el horror de lo que había hecho. Y por el resto
de su vida tuvo que vivir con ese sentimiento y sabiendo que había asesinado a su hermano
menor.
6. Texto a memorizar:
7. Aplicación:
Enfocar que cuando odiamos o envidiamos a alguien estamos violentando el sexto mandamiento.
8. Conclusión.