Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
«La utilidad no es la medida del valor de cambio, aunque resulte esencial para el mismo. Si un
artículo no es útil para nada -en otras palabras, si es incapaz en modo alguno de contribuir a
nuestra satisfacción-, carecería de valor de cambio por más escaso que fuera y cualquiera que
fuese la cantidad de trabajo necesaria para conseguirlo». Cuando un bien posee utilidad, las
mercancías derivan su valor de cambio de dos fuentes: escasez (pocas mercancías la cumplen, ej:
vinos peculiares) y la cantidad de trabajo que su obtención requiere.
La cantidad relativa de mercancías que el trabajo produce es lo que determina su valor relativo, y no
las cantidades relativas de bienes que se entregan al trabajador a cambio de su faena. «La causa de
la variación entre el cereal y las otras cosas es la menor cantidad de trabajo necesaria para
producirlo, y entonces, razonando con buen juicio, estoy obligado a calificar la variación del
cereal y del trabajo como una caída en su valor, y no como una subida en el valor de las cosas con
las que se los compara».
«El valor de cambio de las mercancías producidas estará en proporción al trabajo invertido en su
producción».
Ninguna variación en los salarios puede producir cambios en el valor relativo de las mercancías,
aunque los salarios aumenten no se requerirá una cantidad mayor de trabajo en ninguna de las
actividades. Por lo que al aumentar los salarios, los bienes y el oro también aumentarán de valor, de
este modo el valor relativo de los bienes y el oro no se modificaría.
Pero si en una mercancía, como la pesca, se produjera más cantidad con el mismo trabajo y capital
con el que se produce la caza y el oro, el valor relativo de la pesca disminuiría en comparación con
la caza y el oro. Del mismo modo a la inversa, si se produjera menos cantidad de pesca, el valor
relativo de esta aumentaría en comparación con la caza y el oro.
«No puede haber subida de los salarios sin una disminución de los beneficios».
Si la mercancía que se ha obtenido se debe repartir entre el trabajador y el patrón, cuanto más
aumente la parte del trabajador, menor debe ser la del patrón.
Dependiendo de como se reparta el capital en la producción de bienes, una disminución o aumento
en los salarios, sin variación alguna en la cantidad de trabajo, tiene efectos diferentes. «Todas las
mercancías que se producen con máquinas o edificios muy costosos, o que necesitan que
transcurra mucho tiempo antes de estar dispuestas para ser vendidas, bajarían en valor relativo,
mientras que subirían todas aquellas que son producidas principalmente por el trabajo directo o
están rápidamente en disposición de ser lanzadas al mercado».
Por lo que un alza en los salarios provocará una disminución en el valor y precio de cambio de los
bienes en los que se destine mayor capital fijo, y cuanto mayor sea este valor, mayor será el
descenso.
Critica la teoría de Adam Smith, de que un alza en los salarios provoca un alza en el precio de todas
las mercancías, declarando que esta carece de fundamento.
CAPÍTULO 2: Sobre la renta.
«Renta es aquella parte del producto de la tierra que se paga al propietario por el uso de las
fuerzas originales e indestructibles del suelo».
David Ricardo nos enuncia que se paga una renta debido a que la tierra es limitada en cantidad y de
diferente calidad (fertilidad).
Como las tierras son de diferente calidad se clasifican siguiendo un orden de fertilidad. Se comienza
en un primer orden donde solo se cultivan las tierras más fértiles. Cuando aumenta la población, se
comienza a usar las tierras de segundo orden, que evidentemente son menos fértiles que las
primeras. De modo que las primeras pasan a pagar una renta. El importe de la renta dependerá de la
calidad entre esas dos tierras. Pero si continua aumentando la población y es necesario cultivar las
tierras de tercer orden, las tierras de primer orden pagaran la renta más alta, la de segundo orden una
renta menor que la primera y las de tercer orden estarán exentas.
«Las tierras más fértiles y mejor situadas serán las primeras que se cultiven, y el valor de cambio
de su producto se formará de la misma manera que el valor de cambio de las otras mercancías, o
sea, por la cantidad total de trabajo que en varias formas es necesaria para producirlo desde el
comienzo hasta que esté dispuesto para ser vendido. Cuando la tierra de inferior calidad se abra al
cultivo, el valor de cambio del producto nuevo subirá, porque se requiere más trabajo para
obtenerlo».
Debido a los rendimientos decrecientes que ofrecen las tierras de segundo orden, estás deben
emplear más capital y trabajo para conseguir las misma producción que las tierras de primer orden.
«La razón por la cual el nuevo producto sube de valor relativo estriba en que se emplea más
trabajo en la producción de la última porción obtenida, y no en que se paga un renta al
propietario».
«La elevación de la renta es siempre el efecto del aumento de riqueza en un país y de la dificultad
de suministrar alimentos a su crecida población. … La renta aumenta rápidamente cuando se
reduce el poder productivo de la tierra disponible».
La teoría de David Ricardo sobre la renta, difiere de la de Smith, ya que piensa que la renta no es
una parte de componente del precio de los bienes. En cambio Smith, expone que el valor de cambio
de las mercancías puede ser modificado por la apropiación de tierra y el pago de la renta.
«Al hablar, pues, del valor de cambio de los bienes, o del poder de compra de cualquier mercancía
en particular, siempre aludo al poder que poseería si no fuera perturbada por ninguna causa
temporal o accidental, es decir, a su precio natural».
CAPÍTULO 5: Sobre los salarios.
La mano de obra, como cualquier mercancía, tiene su precio natural y su precio de mercado.
El precio natural es el precio necesario para que los trabajadores subsistan y mantengan su raza, es
decir, puedan alimentarse, comodidades… y mantener a su familia. El precio natural del trabajo
depende del precio de los alimentos, comodidades… «La tendencia del precio natural del trabajo
siempre es a aumentar con el progreso de la sociedad, porque uno de los bienes principales que
determinan su precio tiende a encarecerse debido a la creciente dificultad de su producción».
El precio de mercado es el precio al que se les remunera, se establece mediante el juego de la oferta
y la demanda. Cuando el precio de mercado supera al natural, el trabajador obtiene mayores
ingresos en comparación con sus gastos, su condición es próspera. En cambio, cuando el precio de
mercado es inferior al natural, el trabajador no puede adquirir todos los bienes necesarios para su
subsistencia, por lo que su condición es mísera.
Independientemente del valor del dinero, ya que Ricardo lo considera uniforme del mismo valor
para explicar su teoría, los salarios pueden verse afectados por: la ley de la oferta y la demanda, y el
precio de los bienes en los que se gastan los salarios.
Una caída en la tasa general de beneficios no es incompatible con el aumento de los beneficios en
otras actividades. «El capital se desplaza de una inversión a otra a través de la desigualdad en los
beneficios».
La gravitación de los beneficios: «La tendencia natural de los beneficios, entonces, es a la baja,
porque con el progreso de la sociedad y la riqueza, la cantidad adicional de alimentos requerida se
obtiene con el sacrificio de más y más trabajo». Pero esta teoría puede verse contrarrestada,
mediante los adelantos que produce la maquinaria y diferentes técnicas de cultivo que nos permiten
reemplazar de una parte del trabajo necesaria, y reducir así el precio de las subsistencias.
Los aumentos en los salarios y en los precios de los bienes tienen sus límites. Ya que cuando estos
igualen los ingresos del agricultor, no habrá ningún capital que produzca un beneficio, no se
demandará trabajo y la población habrá llegado a su nivel máximo. «El agricultor y el industrial no
pueden vivir sin beneficios, igual que el trabajador no puede hacerlo sin salarios».
CAPÍTULO 7: Sobre el comercio exterior.
«El comercio exterior no produce nunca como efecto inmediato un aumento en la totalidad de los
valores de un país, aunque puede contribuir muy poderosamente a aumentar la masa de bienes y,
por ende, la suma de satisfacciones».
Si un país aumenta la compra de bienes extranjeros, disminuirá la compra de bienes nacionales. Por
lo que retirará capital de la producción de los bienes nacionales para aumentar el capital en los
bienes con los que se adquieren las mercancías en el extranjero. Por lo que la suma de de
mercancías nacionales e importadas, el total, en lo que se refiere al valor, está limitado por el
producto y capital del país.
Los impuestos sobre la transmisión de propiedad impiden que el capital sea distribuido de la forma
más rentable para el conjunto de la sociedad. Este tipo de impuesto dificulta las futuras inversiones.
Otro efecto derivado del impuesto sobre el suelo es que aumentarán los salarios, de modo que los
beneficios caerán.
Este tipo de impuesto, aunque aumenta el precio de los bienes, afectaría durante un tiempo limitado
la exportación de la mercancía nacional, pero no llegaría a impedir el comercio exterior y no nos
dejaría en desventaja en los mercados internacionales.
CAPÍTULO 11: Diezmos.
«Los diezmos son un impuesto sobre el producto bruto de la tierra y, al igual que los gravámenes
sobre la producción del suelo, recaen totalmente sobre el consumidor».
Para Ricardo, es un impuesto equitativo. Las tierras pagan el impuesto en proporción a la cantidad
de producto obtenido de ellas.
El problema de este impuesto es que no es permanente ni fijo, debido a que su valor se altera en
proporción a la variación de la dificultad de producir los bienes de la tierra.
Gracias a este impuesto la iglesia obtiene una parte del producto neto de la tierra y el trabajo del
país. Concretamente, son la décima parte del producto bruto de la tierra (10%).
«Los diezmos, además, pueden ser considerados perjudiciales para los terratenientes, en la medida
en que actúan como una prima a la importación, al gravar el cultivo del cereal nacional sin que se
imponga traba alguna a la importación del cereal extranjero».
CAPÍTULO 12: Impuesto sobre la tierra.
«Pero si un gravamen sobre la tierra se impone sobre toda la tierra cultivada, por moderado que
dicho tributo pueda ser, será un impuesto sobre el producto, y elevará por consiguiente su precio».
Para Ricardo este impuesto será muy poco equitativo y se contrapondría con los cuatro cánones a
los que deben ajustarse los impuestos de Adam Smith.
Pero un impuesto igualitario sobre la tierra sería, para Ricardo, aquel que grava
indiscriminadamente y sin tener en cuenta la calidad de la tierra, elevando el precio del cereal en
proporción al impuesto pagado por el cultivador de la tierra peor.
La taille en Francia fue un impuesto sobre la tierra muy desigualitario, este impuesto no grabava a
la nobleza por lo que estos no pagaban impuesto sobre la tierra, el precio de los bienes subia y
concretamente a ellos, al no pagar el impuesto, aumentaba su renta en la cantidad del impuesto.
El agricultor calcula cual será el montante del impuesto el próximo año para intentar repercutirselo
al terrateniente en la negociación de la renta. Para Ricardo, en la mayoría de ocasiones, no podrá
repercutirselo al terrateniente por lo que tendrá que aumentar el precio del producto.
«Si la tierra no estuviese gravada y se hubiese recaudado la misma suma por otros medios, la
agricultura habría prosperado al menos tanto como lo ha hecho, porque es imposible que ningún
impuesto sobre la tierra sea un estímulo para la agricultura; un gravamen moderado puede no
obstaculizar marcadamente la producción, y es probable que no lo haga, pero no puede
incentivarla».
CAPÍTULO 13: Impuestos sobre el oro.
Si un rey de Europa, siguiendo el ejemplo de Ricardo, el rey de España, fuera el único poseedor de
las minas y solo se utilizara el oro como dinero, si le aplicara un impuesto a este, elevaría su valor
natural, y como su valor de mercado viene regulado por su valor natural en Hispanoamérica, se
deberían de dar más bienes en Europa por una misma cantidad de oro antes.
En cambio, si el rey de España, no fuera el único poseedor de estas minas, su poder de imposición
se suavizaría debido a la limitación de la demanda y el consumo en Europa, como consecuencia de
la sustitución del papel moneda.
Los impuestos sobre el oro pueden ser de dos tipos, ambos tienden a reducir la cantidad y a
aumentar el valor del oro, por lo que estos impuestos recaen durante un tiempo sobre los tenedores
de oro y sobre los propietarios de las minas:
Primero, sobre la cantidad efectiva de oro en circulación.
Segundo, sobre la cantidad anual que producen las minas.
«Generalmente, pues, los impuestos, en la medida en que merman el capital real del país,
disminuyen la demanda de trabajo y, por consiguiente, se produce como consecuencia no
necesaria pero sí probable del impuesto sobre los salarios que aunque éstos puedan subir, no lo
hagan en una suma equivalente al impuesto».
Nos explica que cualquier impuesto que eleve los salarios será pagado con una disminución de los
beneficios y no recae sobre el terrateniente, por lo que un impuestos sobre los salarios es en realidad
un impuesto sobre los beneficios. Ya que el fabricante no podrá aumentar el precio de los bienes,
deberá pagar él íntegramente el impuesto.
Ricardo cita a Say de la siguiente manera: «El mejor de todos los planes hacendísticos consiste en
gastar poco, y el mejor de todos los impuestos es aquel cuyo monto es menor».
Normalmente, y según la experiencia del autor, todos los días que se provoca un aumento en la
cantidad nominal del impuesto a menudo disminuye la recaudación.
«Todo individuo tiene su propia escala de valores de acuerdo con la cual ordena sus preferencias,
pero esa escala de valores es tan variada como los caracteres humanos».
Si los impuestos estan continuamente aumentando, los precios se elevan, llegará un punto donde el
hombre ya no desee comprar el bien debido a su alto precio, ese bien no se ajusta a sus preferencias,
por lo que buscará un sustitutivo o ya no lo consumirá.
CAPÍTULO 17: Impuestos sobre otros artículos distintos de los productos del suelo.
«La imposición sobre todos los bienes, tanto si se trata de artículos de lujo como si se trata de
artículos de primera necesidad, elevará sus precios en una suma igual al impuesto mientras no se
altere el valor del dinero».
Hay que tener cuidado ya que cuando se recaudan los impuestos, estás sacando ese montante de
dinero del capital productivo de la nación.
En muchas ocasiones hay personas que pueden intentar eludir el impuesto, bien engañando o
buscándose la residencia en otro país con mejor fiscalidad.
«No ven que el fin de todo comercio es aumentar la producción y que aumentando la producción,
aunque se experimenten pérdidas parciales, se incrementa el bienestar general».
CAPÍTULO 20: Valor y riqueza: sus caracteres distintos.
«Toda persona es rica o pobre -escribe Adam Smith- según el grado en que pueda disfrutar de las
cosas necesarias, convenientes y agradables para la vida».
«Así pues, el valor se distingue esencialmente de la riqueza porque el primero no depende de la
abundancia, sino de la dificultad o facilidad de la producción».
Por lo que un hombre será rico o pobre dependiendo de la cantidad de bienes de primera necesidad
y de lujo de los que pueda disponer, independientemente de su valor de cambio, contribuirán a la
satisfacción del propietario.
La riqueza de un país puede aumentar mediante dos procedimientos:
Primero, empleando una mayor parte del capital en trabajo productivo. Aumentaría la riqueza del
país y su valor de la riqueza.
Segunda, haciendo más productiva la misma cantidad de trabajo. Aumentaría la riqueza pero no el
valor de la riqueza.
«El Sr. Say acusa al Dr. Smith de no haber tenido en cuenta el valor que los agentes naturales y la
maquinaria aportan a los bienes porque considera que el valor de todas las cosas deriva del
trabajo del hombre. Pero a mí no me parece que esta acusación esté justificada, porque en ninguna
parte Adam Smith menosprecia los servicios que nos prestan la maquinaria y esos agentes
naturales, sino que muy acertadamente distingue la naturaleza del valor que añaden a los bienes;
son útiles a nosotros porque aumenta la cantidad de la producción, hacen más ricos a los hombres,
aumentan el valor de uso, pero, como realizan gratuitamente su trabajo, como no se paga nada por
el uso del aire, el calor o el agua, la ayuda que nos proporcionan no aumenta en absoluto el valor
de cambio».
CAPÍTULO 21: Los efectos de la acumulación sobre los beneficios y el interés.
Ricardo cita a Adam Smith cuando comenta en el WoN que la caída de beneficios se debe a la
acumulación de capital y a la competencia. Pero en cambio, critica que nunca indica la dificultad de
proveer alimentos a un número mayor de trabajadores. Según Ricardo, Adam Smith habla de un
aumento de los salarios, pero en realidad este alza temporal es producido por un aumento de los
fondos al aumento de la población.
«Por consiguiente, la naturaleza ha limitado necesariamente la cantidad de capital que puede
emplearse durante un tiempo en la agricultura, pero no ha puesto límites a la cantidad de capital
que puede emplearse en conseguir las comodidades y artículos de lujo de la vida».
De modo permanente el tipo de interés está regulado por la tasa de beneficios, aunque también está
sujeto a variaciones temporales debido a otras causas (oferta y demanda, cantidad y valor del
dinero…).
Ricardo apoya la idea de Smith donde dice que el efecto de una prima es causar una depreciación
parcial en el valor del dinero.
Para Ricardo, la prima, no es un problema desde este punto de vista ya que no es permanente. Esta
elevará durante un periodo de tiempo su precio de mercado, pero no elevará su precio natural.
«El único efecto de los aranceles elevados sobre la importación o el de una prima sobre la
exportación, bien sea de productos manufacturados, bien sea de cereal, es desviar una porción de
capital a una actividad que no buscaría de forma natural. … Es la pero clase de imposición,
porque no da al país extranjero todo lo que quita del propio, y el saldo negativo es una
distribución menos ventajosa del capital».
CAPÍTULO 23: Sobre las primas a la producción.
Una prima a la producción de un bien en concreto, supongamos que el Estado la concede al cereal,
disminuiría su precio y los productos manufacturados fuesen relativamente más caros. No causaría
un efecto visible sobre la producción anual de la tierra y de la mano de obra del país.
Si se concede una prima sobre algún producto en un mercado de libre comercio, al alterar el valor
relativo de los bienes, estaríamos impulsando la exportación de los bienes que reciben una prima al
ser más baratos, e importaríamos los bienes que se han encarecido relativamente a causa de esta
prima. Ricardo califica estás primas a la producción de ruinosas y absurdas, debido a que alteran la
distribución natural de las distintas actividades del país en beneficio de los países extranjeros.
Sintetizando, para Smith los impuestos se pagan por la cantidad de productos producido en un país,
en cambio, para Ricardo, los impuestos se pagan según la cantidad de beneficios.
Por lo que para asegurar el valor de la moneda basta con regular su cantidad de acuerdo con el valor
del metal que se adopte como patrón. Por lo que si se adopta un patrón, pongamos por ejemplo el
oro, se podrá aumentar la cantidad de papel moneda cada vez que caiga el valor del oro o cada vez
que aumente el precio de los bienes.
«Parece, pues, que mientras se admitió uno de los dos metales como moneda de curso legal para
pagar deudas de cualquier cuantía, estuvimos sometidos a un cambio constante en la medida
principal de valor. Algunas veces fue el oro, otra la plata, dependiendo completamente de las
variaciones en el valor relativo de los dos metales; y el metal que no era el patrón en aquellos
tiempos se fundía y retiraba de la circulación porque su valor en lingotes era superior a su valor
moneda. Esto era un inconveniente que era muy deseable remediar, pero el avance del progreso es
tan lento que, aunque Locke ya lo había demostrado incuestionablemente y todos los estudios del
tema de la moneda lo habían señalado desde entonces, nunca se adoptó un sistema mejor hasta la
sesión del Parlamente de 1816 en la que se decretó que únicamente el oro sería moneda de curso
legal para pagar cualquier suma que excediera de 40 chelines».
De esta manera Inglaterra abandonó la política monetaria bimetalista y se convierte en un país de
patrón oro. Debido a las fluctuaciones del oro y la plata, dependiendo de su valor, era más
conveniente para el deudor pagar su deuda con dicho metal. El oro era el metal que preferido por
los deudores para pagar sus deudas, ya que pensaban que tenia una cualidad innata, y por ello
regulaba el valor de la moneda de plata.
Para Ricardo, un señoraje (impuesto sobre la moneda al acuñarla) moderado no es muy importante,
sobre todo a las monedas que se usan para realizar pagos pequeños.
CAPÍTULO 28: Sobre el valor relativo del oro, el cereal y el trabajo en los países ricos y pobres.
Un país rico tiene más problemas para aumentar la tasa de población que un país pobre, debido a la
dificultad del país rico en facilitarse alimentos. Debido a esta dificultad, en el país rico aumenta el
precio relativo de los alimentos y, por lo tanto, fomenta su importación de los países pobres. Los
terratenientes de los países ricos presionan a los legisladores para que prohíban la importación de
alimentos.
El cereal tiene su precio natural (coste de su producción) que regula el precio de mercado y el que
determina la conveniencia de exportarlo a otros países.
«Lo que mantengo es que es el precio natural de los bienes del país exportador el que en última
instancia regula los precios a los que deben ser vendidos esos bienes en el país importador,
siempre que no sean objeto de monopolio».
CAPÍTULO 29: Impuestos pagados por el productor.
Ricardo está de acuerdo con Say:
Los fabricantes, si están obligados a pagar un impuesto, deben emplear más fondos en adelantar el
impuesto, esto les supone una dificultad para un fabricante que tiene limitado capital y crédito. Los
beneficios del adelanto del impuesto se deben de cargar al consumidor.
Ricardo no está de acuerdo con Say ni con Simonde:
Si para realizar una mercancía el producto tiene que pasar por varios productores que a su vez
deben de pagar el impuesto, este se verá multiplicado, y el precio del consumidor deberá de pagar
un precio mucho mayor. Ya que estos dos autores no se han dado cuenta de que el impuesto se
contabiliza con capitalización compuesta.
CAPÍTULO 30: De la influencia de la oferta y la demanda sobre los precios.
«El coste de producción es el que, en última instancia, debe regular el precio de los bienes y no,
como a menudo se ha dicho, la relación entre la oferta y la demanda».
Para Ricardo, la relación entre la oferta y la demanda solo pueden afectar durante un periodo corto
de tiempo al precio de mercado.
Los bienes que están monopolizados sí que fluctúan según la oferta y la demanda, su precio no tiene
conexión con su precio natural. El precio de los bienes sometidos a la competencia deriva del coste
de producción.
Para los trabajadores, aunque les permite comprar productos más baratos debido a la disminución
del coste de producción al usar maquinaria, les afecta debido a la disminución de trabajadores al
emplear máquinas.
«Todo lo que deseo demostrar es que el descubrimiento y uso de la maquinaria puede ir
acompañado de una disminución de la producción bruta; y siempre que ocurra esto, será
perjudicial para la clase trabajadora, pues alguno de los que la componen ha de ser despedido de
su empleo, y la población llegará a ser excesiva, comparada con el fondo destinado a darle
ocupación».
En el país donde más cuesta producir un bien, el uso de la maquinaria es más demandado.
«La maquinaria no puede usarse sino con la cooperación de los hombres, y no puede ser construida
sin que otros hombres contribuyan a ello con su trabajo. Invirtiendo en maquinaria parte del capital,
habrá una disminución progresiva de la demanda de trabajo; exportando el capital al extranjero, la
demanda de trabajo se aniquilará completamente».
Según Malthus, la renta aumentará con la fertilidad reducida de la tierra a no ser que se vea
contrarrestada con una gran reducción del capital, de la población y de la demanda.
«Por lo tanto, no parece que la proposición del Sr. Malthus sea correcta: la renta no aumenta o
disminuye inmediata y necesariamente con el aumento o la reducción de la fertilidad de la tierra,
pero el aumento de su fertilidad permite que dicha tierra pueda pagar en algún momento futuro
una renta mayor».
El precio de un bien solo puede aumentar permanentemente si para producir dicho bien se necesita
una cantidad mayor de capital y/o de trabajo o si baja el valor del dinero y a la inversa.