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De círculos, ciclos y otros caminos

La noción de lo circular es necesariamente primaria. Pues lo perfecto es


naturalmente anterior a lo imperfecto, y el círculo es algo perfecto. Esto no
puede ser dicho de la línea recta.

Aristóteles

Mientras Euclides trazaba una línea entre dos puntos, Aristóteles decía que el
círculo era la forma de movimiento eterno…

Frente a mi casa y una cuadra más allá, han encontrado su escenario un


grupo de jóvenes que entretienen a los aburridos conductores con cabriolas y
acrobacias que antes solo presenciábamos en los números de circo. Uno de
sus números es aquel de los aros simultáneos en brazos, piernas y cabeza.
Mucha gente, yo incluido, hemos pensado más de una vez ¡¿cómo le harán?!
Y también me pregunto ¿Qué pasaría si esos aros estuvieran abiertos? O sea,
si no fueran aros sino una especie de arcos-casi-círculos? Será que la inercia
ayudaría en contra de la gravedad?

Hay círculos y círculos. Existen los círculos a secas, los círculos concéntricos,
los círculos viciosos y supongo que también los círculos anónimos. Hay
círculos literarios, deportivos y los círculos cerrados (cosa que es una
redundancia creo). Pero el que más complicaciones nos produce es, como lo
dice la psicología occidental y del cual debemos cuidarnos es el círculo no
cerrado o sea un cuasi círculo, que se refiere principalmente a una situación no
concluida, a un ciclo no terminado o, a la manera de círculos de autoayuda: un
pendiente.

Por otro lado en la filosofía oriental, particularmente en la doctrina zen, el


círculo incompleto o abierto tiene un significado diferente o quizás
complementario: iluminación, oportunidad, fuerza y elegancia.

Si a algo nos obligó este paréntesis pandémico fue a enfrentarnos un poco


obligados a nuestros fantasmas y esqueletos en el armario. Quienes más
quienes menos tuvimos la oportunidad de confrontar sombras y, ojalá, hacer
algo al respecto. Incluso nada, pero conscientemente.

En los textos de «superación» se lee con frecuencia la sentencia (y, cómo no,
en memes): «hay que cerrar círculos». El más gracioso de ellos decía más o
menos así

Y tiene su sentido (como todos los memes) pues por lo general nos quedamos
encerrados en ellos y luego es difícil encontrar la salida. Un «círculo personal»
no tiene cierre en sí mismo; es, según yo, una espiral o una cinta de Moebius
que parece un círculo pero que retorna y retorna. Quizás la única forma de
salir sería cambiar la perspectiva con pensamiento lateral.
La pandemia nos obligó a hacer un alto en «la normalidad» y aprender cosas
nuevas, de allí que surgieron «epidemiólogos, virólogas y analistas» como
setas en invierno. Aprendimos un poco a filtrar los torrentes de información
que nos empapan todos los días, incluso antes sin que nos diéramos cuenta
del todo.

Aparte de desnudar las deficiencias del sistema educativo y por supuesto el


sanitario en este nuestro territorio-con-paisajes y lo mal preparados que
estamos para enfrentar contingencias, pudimos dar un vistazo al interior;
asomarnos un poco a nuestras oscuridades personales, antes apaciguadas por
una rutina inalterada que nos daba una falsa sensación de seguridad y control.
Según informes de organismos internacionales, con la pandemia se
incrementaron las afecciones de salud mental: trastornos de ansiedad,
depresiones y otras condiciones preexistentes se agravaron. Por ejemplo la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportó en enero de este año
un incremento en las depresiones e ideación suicida en personal de salud y el
académico chileno Ruben Alvarado, consultor en salud mental de la
universidad de Chile dijo que

“La pandemia aumentó el estrés, la ansiedad y la


depresión de los trabajadores de la salud y dejó al
descubierto que los países no han desarrollado políticas
específicas para proteger su salud mental. Existe una
deuda sanitaria que se debe saldar”… “

Y un comunicado de la Asociación Española de Pediatría informó en abril de


2022 un deterioro significativo en la salud mental de niños y jóvenes como
consecuencia de la emergencia sanitaria y todo lo que la acompañó hasta hoy.
Por aparte un sondeo de UNICEF realizado en el año 2021 reporta un deterioro
de su salud mental y altas necesidades de acompañamiento. ¿Qué podíamos
esperar si los adultos, que soy su inmediato referente, estábamos más
colapsados que ellos frente a un incierto futuro y un presente sin suelo firme?
Todos vamos cargando nuestra propia mochila llena de traumas y conflictos.

Contrario a lo esperado, los programas de salud mental individual y


comunitarios no han facilitado gran cosa el acceso a no ser por pequeños
proyectos de la sociedad civil que han empezado a funcionar orientados
principalmente a paliar las afecciones psicológicas secundarias a la pandemia.
Cada quién ha buscado la manera de gestionar sus dificultades y necesidades
psicológicas: la fiesta, el trago, el sexo indiscriminado, la agresión y por
supuesto el circo del fútbol y sus contaminados adlátares. Pocos son los que
buscan o tienen acceso a la psicoterapia… o el valor para empezar un proceso
terapéutico. ¿Cuándo hemos aprendido en la escuela o en el hogar a gestionar
nuestras emociones y reconocer cuando necesitamos ayuda?

Una metáfora que utilizo con frecuencia para explicar el proceso terapéutico
psicológico es el agua y lo que podemos hacer en ella: observar un estanque,
jugar en la orilla, flotar, dar unas brazadas y pataleos para llegar a la otra orilla,
bucear superficialmente con el equipo básico o sin él y finalmente el buceo de
profundidad. También está la analogía de caminar por la montaña
acompañado por un guía; una persona que conoce el terreno, que lo ha
caminado y que tiene un mapa.

Ya sea que nos lancemos al agua o decidamos salir a caminar, necesitamos


coraje, perseverancia, continuidad y confianza para ir cerrando esos círculos
sin quedarnos atrapados dentro. Porque la alternativa es continuar como las
gallinas: volando hasta la rama más baja del arbolito del corral, picoteando lo
que nos den. La alternativa es vivir con el miedo en el cuerpo y ver la orilla o la
cumbre desde lejos. Todo lo anterior es aplicable también al estado del Estado.

Vamos pues, sigamos caminando.

Y para muestra la banda sonora de ley: «… Arreglarse. La función de un


psicólogo es ayudarte a arreglarte por ti mismo para no tener que volver a caer.
La función principal de los psicólogos…» es acompañarte a que te arregles…

https://youtu.be/2K4RqhYnZ0Q
Y esta otra. Aunque aparentemente es una canción romántica sobre la pareja,
hagamos el esfuerzo, igual que con la anterior, de volverla autoreferente…

https://youtu.be/63uRqZ5mZ2A

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