Elaborado por Dr.

Fernando González Luna

“PSICOLOGÍA ORGANIZACIONAL”

“LA FERRETERÍA”

Mario, Jaime y Luis son amigos, de la misma edad, desde la infancia. Con la jugosa
liquidación que Jaime obtuvo de su último trabajo, solicita a Mario y a Luis que entre los tres
establezcan una ferretería para ser administrada y atendida por ellos mismos. A Mario la
idea le gusta porque puede compaginar bien su trabajo de contador y administrador del
negocio; en tanto, a Luis le provoca un poco de conflicto porque está casi todo el día en
el restaurante que es de su padre y por ello les sugiere que contraten a Ramiro, su pareja,
para que lo supla solo en la atención y en la administración en ciertas ocasiones. Así es que
entre Mario, Jaime y Ramiro deciden hacer un poco de todo sin necesidad de un manual
de procedimientos y sin contratar a nadie más. Durante los fines de semana, Luis les
acompaña en el negocio.

Los cuatro son expertos en material que necesitan los contratistas para arreglar casas y así
logran un buen número de clientes en menos de 6 meses. Debido a que Mario es el más
obsesivo en ese tema, es el que no pierde tiempo en limpiar todo el polvo que ve a su
alrededor y en recoger cuanta cosa está caída. Hace poco se integró Quintín, un primo de
Jaime, para suplir a Mario durante unas vacaciones. Quintín se caracterizó desde el inicio
por abordar a toda mujer joven que cruzaba por la puerta y en platicar largo rato con los
proveedores desatendiendo sus funciones, lo cual provocó cierta molestia en Luis y Ramiro
pero Jaime les comentó que necesitaba paciencia porque su primo es muy “social” y no
“dura” en los trabajos.

Cuando Quintín se enteró que Luis y Ramiro son pareja, empezó a sonreírse burlonamente
frente a Luis y cada vez que Ramiro se hacía presente, maullaba levemente como si fuera
un gato y hacía bromas en referencia a que en la ferretería trabajaban “dos hombres, un
medio hombre y una mujer”. Como Ramiro convive más con Quintín, intentó no hacer caso,
incluso ignorar y sólo centrar su atención en las conversaciones que en realidad estuvieran
centradas en el trabajo pero sirvió para aumentar la hostilidad contra él. El colmo fue que
un día sábado, delante de los clientes, Quintín se refirió a Ramiro como “la Ramira” y que
“las nenas no deben cargar cosas pesadas porque se les rompen las uñas”. Eso hizo que
Luis lo agarrara a golpes, mientras que los puñetazos espantaron a la clientela. Esa misma
tarde, en el departamento de Jaime, éste tuvo un encuentro con Luis y se conectaron en
videollamada con Mario, quien regresaría el lunes. Tomaron la decisión de despedir a
Quintín y emplear a una joven que se dedicara en la caja, ya que no se podía contestar el
teléfono, recibir mercancía y cobrar al mismo tiempo.

Ramiro se dedicó a colocar anuncios en cualquier esquina porque “es muy fácil encontrar
a un chica que cobre y que no sea mensa con los números”. Mario entrevistó solamente a
las jóvenes que se acercaban pero varias de ellas mostraban poca experiencia, así que
contrataron a Rocío porque tenía un negocio de gorditas… pero resultó que no sumaba o
restaba bien y devolvía más efectivo a los clientes, además de que no lograba comprender
el sistema de cobro electrónico por tarjeta de crédito o débito hasta Luis y Ramiro le
enseñaron cómo hacerlo bien, pero no comentaron nada a nadie. Jaime, al darse cuenta,
encaró a Mario pero éste le dijo que a ella la veía muy efectiva atendiendo con simpatía a
la clientela.

Debido a que un día Rocío se desvaneció y tuvo náuseas, Luis dio por hecho que estaba
embarazada… pero le comentó eso en secreto a Ramiro… y Ramiro a Jaime… y Jaime a
Mario. Éste se enfureció porque eso implicaba, más adelante, cubrirla por maternidad y una
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nueva contratación temporal. Lo cual fue disuadido por Luis para contratar de forma fija a
más personal porque, sin dudas, la ferretería iba creciendo y eso le daría mejores resultados
para sustituirla.

Rocío fue la última en sospechar que estaba embarazada y cuando sucedió esta noticia,
Ramiro obtenía su título de Licenciado en Relaciones Industriales. Por la experiencia de Luis
en manejo de restaurantes, Jaime y Mario aceptaron un sistema de selección que tuviera
por publicación de vacantes en Indeed y por técnicas de selección la entrevista y la
aplicación de test psicométricos, bajo responsabilidad de Laura, una amiga de Luis y que
es psicóloga clínica (aunque no con mucho éxito, ya que en ocasiones las chicas
contratadas no cubrían las expectativas en cuanto al manejo de piezas de refacción u
orientación de compra). Al mismo tiempo, Ramiro empezó a elaborar un manual de
procedimientos y organigrama porque con casi 20 personas era imposible que todos
“hicieran un poco de todo”.