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Arguedas, J. M., & Escudero, W. K. (1986). Nosotros los maestros (Vol. 3).

Lima:
Editorial Horizonte.

EL CUENTO FOLKLORICO COMO FUENTE PARA EL ESTUDIO


DE LA CULTURA*

El Folklore puede servir para los educadores como una fuente, proporcio­
nando material para la educación misma; sobre todo puede servir como informa­
ción para conocer el espíritu, el modo de ser de los estudiantes y de los padres de
familia del pueblo en el cual uno trabaja.
Un maestro no puede formar a sus niños, no puede ponerse en comunica­
ción íntima, cariñosa con ellos si no conoce lo más aproximadamente posible
cómo es su espíritu. Ustedes saben perfectamente como el modo de ser de los
niños de Lima, por ejemplo, es completamente distinto del modo de ser de los
niños de una aldea andina. Y cómo los niños de una aldea andina son también
muy distintos de los niños de un puerto o de una población muy criolla.
Porque los costumbres de los pueblos de la sierra son muy distintas que las
costumbres de los pueblos de la costa y esta diferencia es tan grande que cual­
quiera de nosotros puede observarla e incluso la observa cualquier turista ñor- ,
teamericano. Porque cuando pasamos de la sierra a la costa encontramos que to ­
do cambia, las casas son de diferente forma, el ambiente geográfico es distinto, *
ios animales son otros, las plantas y las flores son distintas. El mundo todo que ¿
nos rodea es diferente, se habla quechua como en la sierra, en la costa no se ha- .
bla quechua; en la costa hay una gran cantidad de elementos para la comodidad,
gran dominio de la técnica, una gran influencia de la sabiduría y de la civiliza­
ción occidental, europea o norteamericana. En cambio en la sierra hay una ma­
yor influencia de las creencias y costumbres antiguas, entonces está diferencia y
diversidad de creencias forma al mismo tiempo una diferencia de modo de ser en
la persona.
Es el conocimiento del modo de ser de la persona quizás lo más importante
para el educador.
Yo he sido profesor durante muchos años en la sierra y en la costa. Debo
confesarles que cuando me nombraron profesor de Gramática o de Castellano ha­
cia 1939, fui a pedir en primer lugar un programa del curso que debería dictar y
me encontré con la sorpresa de que no conocía casi nada del programa. Me ha­
bía olvidado por completo de la Gramática; sin embargo yo tenía ya algún pres­
tigio como escritor y el hecho de que no conociera la Gramática y sin embargo
fuera un escritor de cierto prestigio me estaba demostrando, por un lado, que el i
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conocimiento exclusivo de la Gramática no es lo más importante para aprend.. «
escribir y expresarse.
' Si el conocimiento mismo de la materia que uno va a enseñar es muy impor
- tante, en segundo lugar es importantísimo conocer ei modo de ser de las perso­
nas a quienes les vamos a enseñar y en tercer lugar cómo hay que enseñar. Des­
graciadamente ustedes me perdonarán esta frase, porque quizás entre ustedes hay
muchos normalistas, en los centros de formación de maestros se da una impor­
tancia excesiva a los métodos y mucha menos importancia a esos dos factores
que -fon de los más importantes: el conocimiento de las materias que se deben
■ enseñar y sobre todo de qué modo puede uno acercarse al espíritu de los niños
para ganar su confianza y su amistad, su cariño, sin el cual no es posible ninguna
i forma de instrucción y mucho menos de educación.
■r El Folklore nos puede servir de manera quizás mejor que ninguna otra fuen-
^ te, mejor que ningún otro instrumento del ser humano, para llegar a la intimidad
de los niños, y de los padrea de familia y del pueblo en el cual el maestro debe
ser un educado^, un modelo para la conducta de todos, grandes y chicos.
Les voy a contar una sencillá'historia que les va a dar una idea muy clara
de lo importante que es el Folklore, y de cómo a veces juzgamos^fequivocada-
mente, la capacidad, la calidad de los pueblos andinos por ejemplo.
Probablemente todos ustedes han oído hablar de la hacienda Vicos; la ha- •
cienda Vicos está en Ancash, en la provincia de Carhuaz. Fué una hacienda como
la mayor parte de las haciendas de las regiones muy atrasadas ce la sierra del
país. Haciendas con colonos, es decir, con indios que pertenecen a las haciendas
y para las cuales trabajan casi gratuitamente; a cambio del trabajo gratuito la
hacienda les da un trozo de terreno donde ellos pueden sembrar productos ali­
menticios, criar un poco de ganado, gallinas;en fin a cambio de esa tierra que les
permite una subsistencia bastante miserable a los peones, ellos trabajan para el
hacendado determinado ¿minero de días gratuitamente.
En unas zonas este sistema de trabajo es mucho más cruel y riguroso que en
otros; en el Cuzco, por ejemplo,y aún en Vicos hasta hace unos 30 años, el due­
ño de la hacienda podía mandar 40 ó 50 indios a trabajar en una hacienda que
estaba a 5 ó 6 días de distancia del lugar donde vivían los indios y trabajar allí
gratuitamente; los Pongos, por ejemplo, indios que tenían que hacer el trabajo
doméstico en la casa del patrón debían viajar a veces 5 y 6 días para ir a la casa
del patrón en la ciudad y servirles ahí día y noche gratuitamente y estar constan­
temente bajo las órdenes no solamente del patrón sino de toda la familia.
Vicos era una hacienda de esta clase, una hacienda en la cual los indios per­
tenecían a la hacienda y cuando se vendía la hacienda se vendía con indios \
todo, como se vendía con caballos y con gallinas y con plantas. Ahora Vicos se
lia-independizado; como ustedes saben, la hacienda pertenece ahora a los mismos
Vicosinos, y se consideraba que los indios de Vicos pagarían el precio de la ha-
^ cienda en más o menos 10 ó 15 años pero la han pagado en menos de 4 años; la
* tierra ha producido como 20 veces más, ahora que la trabajan los propios indios,
vjque cuando estaba en poder de la Beneficencia Pública. Claro que esto es no so­
lamente porque ira habido un cambio en el sentido de que los indios ahora tra­

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bajan para ellos mismos, sino que también han tenido una ayuda técnica muy a-
eertada de parte de una Universidad de los Estados Unidos.
Bueno, ¿qué era lo que pensaban los indios de Vicos acerca del mundo, de
Dios y de cómo apareció la-vida en el Universo? Todos no hubiéramos creído
que un indio completamente analfabeto, tan disminuido por el desprecio que
durante tantos siglos se le trató pudiera tener una concepción de lo que es el
mundo y de como apareció el mundo. Sin embargo un estudiante de la Universi­
dad de San Marcos ha hecho un descubrimiento que es muy interesante y tiene
mucha importancia; se los voy a contar para que a través de un ejemplo muy
concreto se den ustedes cuenta de lo valioso que es el Folklore como un modo
de conocer la inteligencia, la sensibilidad, las preferencias, lo que en un pueblo
se considera como bueno, o como malo, lo que se considera como moral y lo
que se considera como inmoral y todo eso es muy importante para que un maes­
tro se desenvuelva acertadamente en un medio que puede ser muy especial, que
puede estar regido por principios muy especiales acerca del bien y el mal, lo mo­
ral y lo inmoral.
Bueno,Jos indios de Vicos consideran que hubo dos humanidades. Una hu­
manidad antigua y una humanidad nueva, la humanidad antigua, según los indios
Vicos, estaba formada por hombres de una fuerza descomunal, tan fuertes eran
estos hombres que hacían caminar las piedras con azotes y podían levantar gran­
des bloques de piedras y modelarlos con la fuerza de sus pufíos a la forma que a
ellos les pareciera necesario. Con esta fuerza descomunal construyeron grandes
edificios de piedra, fortalezas, casas, muros gigantescos. Todo esto era posible
porque el hombre antiguo era mucho más grande y mucho más fuerte que el
hombre actual. Era tan fuerte, tan descomunalmente fuerte, que a veces en^un
rato de locura de poder, de fuerza, se comían los unos a los otrt<s, llegaban a sfer
antropófagos. Y tenían poco pensamiento y mucha fuerza; mucha fuerza bruta
y poco espíritu.. Esta humanidad antigua fué creada por un dios que se llamaba
"AdanEva” . El dios AdanEva fué el que creó este mundo de brutos que no tenía
otra habilidad que la de manejar las piedras como si fueran instrumentos sin pe­
so y muy manuables, pero eran brutos y se comían los unos a los otros. AdanEva
un día estaba caminando por las montañas y se encontró con una mujer muy be­
lla; se enamoró de ella y empezó a demostrarle a esta hermosa mujer su admira­
ción y su inclinación por ella, la mujer permaneció indiferente y esto enfureció
a AdanEva y se la llevó por la fuerza a su casa. Era un hombre tan fuerte y tan
bruto que no tuvo ningún reparo en llevarse a esa hermosa mujer por la fuerza,
u su casa.
Vivió con ella pero cuando la vió en cinta se enfureció y la arrojó de su casa:
Esta mujer hermosa y tan delicada era la Virgen María. Entre esta unión de la
Virgen María con el dios AdanEva nació “Queque mañuco” Queque en el que­
chua de Ancash quiere decir: padre y Mañuco es Manuel, que también es uno de
los nombres de Jesús. Entonces Queque Manuel es evidentemente Nuestro Se­
ñor Jesucristo. Queque Mañuco cuando llegó a tener uso de razón quedó muy
desencantado de su padre y sobre todo de la humanidad que su padre había for­
mado, que era una humanidad bruta, de antropófagos; entonces hizo caer una
lluvia de fuego y destruyó a esta humanidad que había creado el dios AdanEva

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y naturalmente AdanEva murió también en la lluvia de fuego. Una ve/ qu*' >‘l
mundo estuvo quemado entonces Queque Mañuco creó otras plantas, otros .un
inales mucho más mansos, mucho menos fuertes que los que existían auto?. \
cuya domesticación y dominio requerían de una fuerza tan descomunal cuino
la de esta humanidad antigua; creó pues al hombre actual que tiene poca íuei/.i
pero mucho sentimiento.
Esta humanidad ha hecho todas las grandes cosas que vemos ahora con mies
tros ojos, sin embargo cuando se les pregunta a los indios de Vicos si ellos están
contentos con el dios Queque Mañuco ellos no quieren dar opinión franca, tu*
' nten miedo; dicen: señor lo único que lamentamos es que este dios no va a mu
! rir porque está constantemente joven, y está constantemente joven porque (n
dos los años muere un día viernes y resucita un día sábado.
Esta historia que aparentemente resulta una cosa un poco exótica, y n.ul,i
nrás que una cosa exótica, tiene sin embargo una importancia extraordinaria
¿De dónde ha salido este dios Adar Eva?, por supuesto que de la prédica de los
misioneros. Jj^os misionero» predica -on en quechua y en todas partes del Perú,
tratando de inculcar a los indios la leligión católica y los fundamentos cosmogó­
nicos o fin de la religión católica, ¿Cómo apareció el mundo? ¿quién hizo al
hombre? ¿quién fué la Virgen ManS? ¿quién fué AdanEva? ¿quién fue Jcsu
cristo? Pero ellos acomodan toda ia religión. Todas estas prédicas religiosas no
las entienden bien según el credo del catolicismo occidental, entonces lo elabo­
ran a su modo para explicar también a su modo la realidad social en la cual vi
ven.
Finalmente si se les pregunta í los indios de Vicos ¿quién creó el cielo'’ di
cen, no lo sabemos si Queque Mar.uco hizo ai hombre también con él debe ha­
ber comenzado el cielo y el infierno? Entonces los informantes y ios indio» du
Vicos dicen: Bueno señores, esas son cosas que nosotros no hemos alcanzado
a describir; no sabemos si hay infierno; lo que sí sabemos es que hay otra vida.
Ni cielo ni infierno, es otra vida y en esa otra vida la vida es exactamente igual
que esta; todo es igual que este mando; la única diferencia que existe es que los
que fueron indios en este mundo en el otro son señores. Y los que fueron seño­
res en este mundo en el otro son indios.
Entonces, sobre la base de la prédica católica los indios han creado toda una
concepción de la existencia del mundo y del más allá, según sus propias necesi­
dades, en cuanto a cómo un hombre sin fé no puede sobrellevar este mundo.
Cómo se predicó tanto contra el imperio incaico, contra el mundo anterior
al catolicismo al cual se le llama mundo gentil. Mundo de gentes que no cono­
cían 9 Dios y que eran brutos y que eran idólatras, entonces evidentemente el
indio actual de Vicos identifica a ese mundo antiguo como un mundo de brutos,
que lo único que hacían era construir grandes monumentos de piedra, pero ese
hombre ¿por quién fue hecho? por un Dios de ... AdanEva. Lucgr viene un pe
ríodo en que el hombre es redimido de su fuerza y redimido do su pecado de
querer alimentarse de sangre humana, viene el hombre con pensamiento.
Pero para el indio de Vicos aparentemente no significa ninguna felicidad, no
le ofrece ninguna compensación este mundo hecho por Queque Maituco. o* un
mundo injusto, es un mundo cruel. Pero para poder sobrevivir en este mundo

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cruel, en este mundo injusto piensan que va haber una reparación y esa repara*
ción se va a hacer en el otro mundo: en el cual los que aquí son indios humilla­
dos, explotados, despreciados, esos van a ser los humilladores, los despreciado- *
res y los dominadores en el otro mundo; y los que aquí fueron déspotas, en el
otro mundo serán los humillados, los castigados, Jos sirvientes.
El hecho de que con los elementos de la religión católica los indios de Vicos,
analfabetos aislados del inundo por la servidumbre y por la conveniencia de los
dominadores que no permitían que los indios aprendieran a escribir y que tuvie­
ran acceso a los elementos de la civilización que les podría permitir liberarse al­
gún día -este pueblo aislado, ignorante, sin embargo crea una concepción muy
coherente del mundo, una concepción muy coherente de cómo apareció el hom­
bre actual y para explicar quién hizo las grandes obras que existen, las ruinas pre­
hispánicas, crea una humanidad diferente a la nuestra.
Todo esto está demostrando que esta gente así analfabeta como es, así aisla­
da, así humillada tiene una capacidad extraordinaria para poder hacerse una
imagen de este mundo, de su origen y de su destino.
Es necesario por eso que los maestros en cada sitio donde se hallen, se infor­
men d* todas estas creencias, porque estas creencias les van a dar una idea apro­
ximada de lo que piensa cada individuo de la comunidad en la cual trabaja, de
lo que cada individuo cree que es este mundo, de ¿cómo fue creado? ¿para qué
fué creado? y a ¿dónde va a terminar?
Es muy probable que ocurra en Vicos lo que ha ocurrido en Puquio con otro
dios; que después se den cuenta que todas esas son falsas creencias; una vez que
van u la escuela y realmente aprenden la ciencia y la sabiduría moderna, descu­
bran que toda esa concepción que ellos se han hecho del origen del hombre; es
falsa. ¿Qué va a pasar entonces? que se van a convertir probablemente, en gentes
con un escepticismo religioso muy agudo que es lo que ha sucedido con los in­
dios de Puquio. Ahora no tenemos tiempo, pero en alguna otra oportunidad po­
dríamos hacer una comparación muy ilustrativa sobre cómo los indios de Puquio
también han creado un mito fundado en algunos elementos de la religión católi­
ca p£.ra explicar el origen del mundo. Para ellos el creador del mundo fue Inka-
rrí, un Dios que después fué muerto por los españoles y ellos los indios de Pu­
quio creen que el verdadero dios son las montañas, son los “Wamanis” .
Pero ahora los indios jóvenes han descubierto que las montañas no son sino
un promontorio de tierra y que no son dioses, y como nunca han creído en los
dioses católicos se han quedado sin dios y la consecuencia inmediata de ese es- -
cepticismo religioso es la de necesitar encontrar una nueva fé, un nuevo impulso •
espiritual que los siga animando para ir adelante. En Puquio esa nueva fé es que ,✓
el indio debe tomar el poder político en su comunidad, que siempre filé maneja-'
da por señores o por mistis entonces la fé religiosa ha sido sustituida por una fé .
de tipo político que los guía hacia la conquista de la igualdad de los derechos so­
ciales.
Mis últimas palabras son para recomendarles que cuando estén en una comu­
nidad así muy original, ya que no solo en la sierra sino también en la costa
hay leyendas que explican el origen de las cosas, capten leyendas que les van
a dar a ustedes una idea muy cabal de lo que piensa cada individuo de la comu-
nidad acerca de io que es el hombre, cuál es el origen del hombre, a dónde
va, quién es dios, cómo es dios, y por qué es dios. Si no sabemos qué es lo
que piensan acerca de dios, de como es dios, de por qué es dios, de para qué es
dios, para qué vive el hombre y por qué vive el hombre y hacia dónde se dirige el
hombre, si no sabemos lo que el pueblo piensa acerca de estos problerfias ¿cómo
podemos educarlos? La educación no consiste solamente en dar instrucción e ins-
‘ tracción en una form a bastánte rutinaria; hay que darla siempre de acuerdo con
• los incentivos característicos espirituales que en cada comunidad mueven al hom­
bre. Eji cada comunidad a veces dios es concebido de una manera distinta que en
) otra comunidad y si ello es así probablemente el mal también $erá considerado
( en una forma distinta, y lo mismo el bien; y sobre todo será considerado de una
; manera distinta lo que el hombre persigue en este mundo, para qué vive ; es decir
que el maestro debe tratar de descubrir la fé que hace'posible que el ser humano
viva, el impulso que lo anima a seguir adelanve; porque sin un impulso, sin una
fé, el hombre es cero. El hombre cuando pierde la fé, la fé política o la fé religio-
. sa, se convierta por lo general en un amargada, en un destructor de la sociedad
porque como no tiene fé entonces está descarriado, no cree en nada y se convier­
te en una.disociador, los únicos disocia dores scmjos que carecen de fé.
Entonces la manera de descubrir cuál es l;rfé, cuáles son los impulsos que en
un pueblo alientan a vivir, alientan a progresar, a permanecer en este mundo, eso
hay que descubrirlo y si un maestro lo descubre tendrá en sus manos la modela­
ción no solamente de los niños sino de toda la comunidad.
En un país tan complejo como el nuestro tan lleno de contradicciones cultu­
rales, de creencias distintas, la misión del maestro es realmente aquí, una misión
"muy difícil; porque en el Perú la educación no se resuelve mediante el método
sinó mediante el conocimiento de la cultura, de las costumbres de cada pueblo,
porque somos un país muy mezclado, un país mestizo en cuanto a creencias, en
%cuanto a concepciones morales, políticas; en fin, somos un país que constituye
' una mezcla que todavía no ha acabado de definirse. Nosotros los maestros somos
los que debemos impulsar a esta definición y a esta integración de las creencias.
Cuando todo el Perú tenga más o menos una sola creencia, por lo menos una de
. la cual todos compartamos, seremos patriotas; cuando haya una fé que nos una
" a todos; pero ahora tenemos veinte mil tipos de fé distintasy por eso no somos
patriotas. Podríamos decir que somos uno de los países ménos patriotas del
mundo porque no tenemos elementos ideales de los cuales todos participen.
La mayor parte de los indios por ejemplo no conocen sino a lo más la capital
de su provincia o departamento, del Perú no tienen siquiera la menor idea.
Ojalá haya servido de algo esta pequeña charla.*

* Ministerio de Educación del Perú, Escuela Nacional de Música y Danzas Folklóricas,


Conferencia (mimeógrafo), 1965, pp. 14-18.

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l«f ,i, m ju .

MI PRIMER AMOR
RELATOS DE ALUMNOS DEL COLEGIO NACIONAL DE
• NTRA. SRA. DE GUADALUPE”

NOTAS ACERCA DE LA ENSEÑANZA DE COMPOSICION CASTELLANA Y


DEL GRAVE PROBLEMA DE LA EDUCACION DEL ADOLESCENTE EN
LOS COLEGIOS NACIONALES DE LIMA

El estudiante de cualquier grado, como h gente común, realiza bien una tarea
cuando ésta ha de traducir algún impulso ideal o una necesidad real y directa. En
lo que se refiere a la composición literaria, los estudiantes escriben con entusias­
mo cuando tratan acerca de temas que les interesan y que ellos dominan. En
cambio, se resisten a escribir cuando se les impone temas ajenos a sus necesidades
ideales; y, si realizan la tarea, porque el profesor la impone disciplinariamente,
cumplen fríamente, con repugnancia, iniciándose de ese modo el amargo proceso
del escepticismo, de la decepción por el colegio, de la lucha entre el maestro
y ei alumno. Dos folletos se han publicado últimamente con trabajos de esfu­
mantes que demuestran cómo el alumno secundario puede realizar trabajos im­
portantes, no sólo por su valor literario sino por el propio interés general de su
contenido: “ Folklore de Huancayo”, bajo la dirección del profesor Emilio Ba­
rrantes y un folleto que contiene trabajos de los alumnos del Colegio Nacional de
Sicuani. -
Los alumnos del colegio “Pumacahua” de Sicuani, en el curso de Castellano
que estuvo a cargo del autor de estas líneas, escribieron leyendas y cuentos de la
región, describieron danzas y ritos indígenas; algunos se ocuparon de las necesi­
dades sociales apremiantes de su pueblo de origen. Los que tenían vocación por
la poesía escribieron versos.
El profesor tuvo un cuidado especial en hacer conocer a sus alumnos la ma's
moderna literatura. Y pudo comprobar, en discrepancia con un prejuicio arrai­
gado, que el estudiante de educación secundaria, asimila con igual facilidad, la
poesía de su tiempo, la más moderna, que la clásica y la de otras épocas y es­
cuelas; que la poesía,, modernísima inquieta mucho más el espíritu del adoles­
cente, lo induce a meditar, y lo lleva, realmente, hacia el conocimiento del len­
guaje artístico universal contemporáneo. Porque el estudiante secundario, y
mucho más el de cuarto y quinto año, a causa del sistema casi exclusivamente
gramatical de la enseñanza del Castellano y de la influencia de sus hogares, lie*

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va implícita la influencia conservadora de difícil desarraigo de la hterauiu !>■
mántica en sus formas más vulgares o, a lo sumo la influencia de algunas miu",
tras del modernismo poco ejemplar e infecundo. La obra de llevar al estudian­
te el conocimiento vivo de la evolución literaria, hasta conducirlo a los límiir*s
de la creación actual —todo a base de lecturas—, es una tarea difícil, mucho
más por la inconveniente organización y falta de medios de los colegios, que
por la complejidad misma de la tarea. Pero, a pesar de todo, es posible lograr
este propósito, con menos trabajo y con más atención e interés de parte de los
alumnos que el simple y deprimente menester de dictar definiciones y síntesis
de obras y biografías. La exposición, en reproducciones, de la obra de los gran-
deí pintores y el auxilio de audiciones frecuentes de música en el propio salón
de clase, contribuyen en forma decisiva a facilitar la comprensión del lenguaje
artístico universal.
El profesor secundario no debe someterse a los dictados siempre formales
de la “ composición graduada” . Con los elementos que posee, el estudiante
puede escribir con éxito sobre temas y cuestiones “complejas” ; y lograr que el
alumno trabajg de este modo es siempre lo más acertado, es la forma verdadera­
mente educativa, porque precipita todas las posibilidades del estudiante, las
ejercita en su máximo grado. Para eso basta con encontrar el tema, con acer­
tar en la ¡Sección del tema; que éste sea el que el estudiante, si fueia posible
el que cada estudiante necesita, el que siente, el que domina. No será posible,
por eso, acertar, en tanto no exista comprensión y afecto suficientes entre el
profesor y sus alumnos, el ambiente cálido, afectuoso e íntimo, el clima educa­
tivo, entre tanto no se consiga ésto, el profesor de cualquier asignatura, y mu­
cho más el de la lengua materna, flotará en el vacío mas estéril y negativo.
Pero crear un ambiente ideal en las salas de clase de los dos colegios nacio­
nales más importantes de Lima es una tarea muv difícil, frecuentemente supe­
rior a las energías y el fervor del maestro. En los colegios pequeños de pro­
vincias es fácil e inmediato; en salas que sólo tienen 20 ó 30 alumnos, para
quienes, a causa del tranquilo ambiente del pueblo, el colegio es el principal
interés del estudiante, el más atractivo centro de reunión y de juego, resulta
muy sencillo trabajar con el máximo rendimiento, en el más íntimo e ideal
contacto con los estudiantes. En Lima, con sesenta, setenta y aun ochenta
alumnos por clase, en colegios donde los jóvenes están sometidos a un régimen
anacrónico, vacío de orientación, régimen que crea entre los estudiantes el cli­
ma más propicio a la rebelión, la amargura y el escepticismo, es labor agotadora
formar el clima realmente educativo. Por esa razón, los colegios nacionales en
que el suscrito ha trabajado en Lima no cumplen las dos funciones esenciales
de la educación secundaria; y a juicio de quien escribe estas líneas, incluso se
convierten, frecuentemente, en centros de perversión, donde prolifera lám ala
astucia, la capacidad para el engaño, la ociosidad y el más errado concepto de
la hombría y de la fuerza. La instrucción es por supuesto deficiente. Tal es el
resultado y la verdad, a nuestro juicio, de estos falsamente disciplinados y en
realidad caóticos hacinamientos de grandes masas de alumnos que pululan en
una depresiva y lacerante orfandad espiritual.
El autor de estas líneas sufrió una indescriptible sorpresa al primer contac-

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ío con estos colegios. Algún tiempo estuvo conmovido por un angustioso te­
mor, por una dura emoción de desencanto y de indignación. Ninguno de los prin-
cipios más elementales de la Psicología y de la Pedagogía eran aplicados en la or­
ganización de los colegios y por parte de la mayoría de los profesores. Encontra­
ba a los estudiantes del peor humor, siempre al ataque en un ambiente cargado,
bullente de malas intenciones, en un impresionante estado de desmoralización;
salvo las-pocas veces en que durante la hora anterior habían estado a cargo de
un profesor de vocación. Al cabo de varios meses de intenso esfuerzo, los alum­
nos comprendieron que en realidad el profesor deseaba ayudarlos y trabajar; y
merced a un constante y agobiador esfuerzo las clases lograron convertirse en llo­
ras de actividad provechosa, de alegría y de la mayor y más respetuosa intimidad.
Discutimos en el salón toda clase de cuestiones, especialmente las que se refie­
ren a los problemas del país. Los estudiantes aprendieron a oir a sus compañeros,
a discrepar y a fundamentar. Escuchamos asimismo, en clase, algunos discos de
Mozart, de Beethoven, de Chopin, de Ravei y de Debussv; llevamos reproduccio­
nes de cuadros de algunos pintores modernos, y establecimos semejanzas del len­
guaje artístico en sus principales formas de expresión. Nos vimos precisados a de­
dicar parte de nuestro tiempo a la iniciación del conocimiento cíe las artes, por­
que la educación artística no se da en los colegios. ^
En el tercer bimestre de 1945 propusimos a los estudiantes dos temas de ca­
rácter general: “ ¿Qué piensa usted hacer en el porvenir para contribuir al pro­
greso de su país” , y como segundo tema: “Escriba el relato de su primer amor” .
El escolar de 1945 fué propicio como ninguno. Tenía a mi cargo dos secciones
de alumnos internos del quinto año. En Lima y en las provincias existía un am­
biente de extraordinario entusiasmo y de esperanza. La lucha electoral primero y
luego ei triunfo del Frente Democrático, en cuyo programa se ofrecía la solución
de los problemas más urgentes e importantes del país, infundieron en los jóvenes
estudiantes un ardiente entusiasmo, la exaltación purificadora de sus ideales. El
ambiente general de la calle, el estado de espíritu del país, influye de manera sen­
sible, en forma mucho más importante de lo que se cree, en el ánimo de los estu­
diantes, especialmente en el de los jóvenes. Algunas de las cuestiones debatidas
en el período electoral habían sido consideradas en los temas de composición de
los estudiantes, y por tanto, en nuestras clases: el problema de la inmigración, la
irrigación de los desiertos y de las tierras temporales de la sierra, el problema de
las comunidades, las vías de comunicación y su influencia, la salubridad, el anal­
fabetismo, la cuestión del progreso de las capitales de provincias, etc. Pues cree­
mos que cuando el profesor ha logrado conservar una alta independencia de espí­
ritu, puede tratar de inducir a sus alumnos y naturalmente debe hacerlo, al estu­
dio de los problemas de los cuales depende el progreso del país. Yo he acostum­
brado hacerlo, empezando con los alumnos del tercer año; he intentado desper­
tar en ellos primero un interés absolutamente consciente y libre por el conoci­
miento del Perú; y en los jóvenes del cuarto y quinto año la obligación irrenun-
ciable de buscar ios medios de contribuir al progreso de su provincia y del país.
Desgraciadamente, la mala organización de los colegios impide el cumplimien­
to de un pkn completo de trabajo. Especialmente, para los cursos de mayor in-

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fluencia formativa, como el Castellano, la Historia y la Geografía, se dispone del
horario en forma arbitraria, sin tener en cuenta ningún principio pedagógico. Así.
a un profesor se le da seis secciones de primer año; a otro, una del segundo año,
dos del cuarto y una del quinto; y casos hay de profesores que durante diez o
veinte años sólo han dictado clases al primer año, hasta llegar al paporretismo
mecánico más infecundo y odioso. En ningún caso el estudiante continúa a cargo
del mismo profesor durante todo un ciclo. Y en el curso de un año, con setenta
alumnos por clase, apenas se ha logrado conocer a cada estudiante, y por consi­
guiente, se ha encontrado recién el modo real de conducirlo y educarlo.
Pero volvamos al asunto principal de esta introducción. Decía que el ambiente
general del país, y por tanto el estado de espíritu de los estudiantes, era inmejo­
rable, cuando propuse, además de otros, los temas que he citado. El optimismo
ilimitado de los alumnos hizo fecunda la labor de aquel año, a pesar de los gran­
des inconvenientes de organización de que padecía el colegio. Los dos temas fue­
ron tratados con encendido fervor. Pero la mayoría prefirió escribir el relato de
su primer ainor.% a
La confesión de los jóvenes alumnos no tuvo límites. Algunos estudiantes lu­
cieron constar que sus relatos eran rigurosamente confidenciales, para el conoci­
miento exclusivo del profesor. Y tenían razón; contenían la historia de hechos
crueles, la confesión de verdaderas tragedias irremediables, fruto de la influencia
de feroces prejuicios o simples resultados del infortunio. La mayor parte de estos
relatos pertenecían a esludiantes comunes, que no se habían distinguido por su
intervención activa en las clases; estaban escritos en un lenguaje seco e imperfec­
to, y eran por lo mismo los más intensos y conmovedores.
En el número de la revista “Historia” , correspondiente a diciembre de 1945
debieron publicarse los relatos de este folleto. Pero “Historia” dejó de salir. Y
hoy aparecen merced a la buena voluntad de la revista “NUEVA EDUCACION” .
Los cuatro* relatos de esta pequeña selección son documentos de importancia
psicológica y educativa. Jóvenes adolescentes describen con conmovedora pure­
za el relato de su primer amor, de su ingreso al mundo real, los primeros pasos
temerosos; su deslumbramiento; su entrada total a estos cambios de sombra y de
luminosa alegría que es la lucha del hombre. En un ambiente inestable, de sor­
presas y de estallidos de ternura, de desesperanza y crueldad, los jóvenes adoles­
centes describen cómo toda la naturaleza tiembla, pendiente de manera total de
una vida ajena, de los menores cambios insospechables de esa extraña vida, a la
cual no sólo está encadenado el corazón, sino el universo, que se hace bello o
cruel, según ella cambie.
Estos-relatos, aparte de otras experiencias y recuerdos, llevarán al profesor la
imagen ciara y completa del alma del joven estudiante; la descripción del dábate
en que vive, lucha en la que toda influencia exterior tiene su intervención direc­
ta, en pro o en contra del joven, que en medio de las poderosas solicitaciones del
mundo recién descubierto, buses con atormentado esfuerzo la integración defini­
tiva de su personalidad. El maestro recordará, ante esta imagen, cuán grave es,

I . Aunque el autor habla de cuatros relatos, en la revista sólo aparecieron los dos que trans­
cribimos.

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qué mortal inmoralidad y error comete, cuando pretende domesticar, asustar,
corregir o impresionar a sus alumnos con el desprecio, la impaciencia, la grosería
o el castigo vergonzante; pues siempre, en el fondo de aparentes y superficiales
fealdades, el joven adolescente guarda la misma pureza, la misma y exigente ne­
cesidad de ayuda, de fraternal comprensión para no perderse..Y esta ayuda y
comprensión es tanto más necesaria para los jóvenes que viven en los grandes
centros urbanos donde las solicitaciones corruptoras son más poderosas.
Por desventura, es en estos centros urbanos especialmente peligrosos,.donde
la educación secundaría en nuestro país está abandonada; atrasada en más de me­
dio siglo; entregada todavía, eñ buena parte, a gentes de muchos ofícios/que des­
cargan en los' salones de clase y durante los exámenes el corrosivo peso de su ig­
norancia y de sus mundanas amarguras. ■ ✓ *
J.M.A.
Pero, si por ventura, la mente de los reformadores actuales de la secundaria ha
lo que los estudiantes de la secundaria empiecen estudiar el “pueblo peruano’’
través de este curso, también se han equivocado de camino. Para eso está la his-
tfia.**
Debemos implorar al Ministerio de Educación a fin de que suprima ese curso
el Plan de la secundaria. Que lo sustituya por más horas de historia y geografía
de castellano. Que, por ejemplo, en los colegios de la zona andina de gran po­
blación india y mestiza se enseñe una hora diaria de castellano durante los cinco
ños de la secundaria. Cuando yo era Profesor de ese curso en Sicuani, dictaba
ma hora extra diaria a mis alumnos indígenas y mestizos que tenían dificultades
jspeciales para el dominio del castellano. Alguno de esos jóvenes son ahora bue-
íios profesionales. Imploremos ai Ministerio a fin de que no se hagan las cosas en
los gabinetes y únicamente por los hombres de gabinete. Que llamen a quienes,
además de ser sabios, conocen este país en el que hay tantas singularidades y
pueblos que merecen todos el mismo respeto, tan múltiples tipos de limitaciones
y de virtualidades que es necesario conocer a fondo para saber dirigir y mandar.
Y entre los que sólo son “sabios” y los que conocen el país debiera preferirse, en
último caso, a los últimos, cuando se trata de legislar.

* 11Comercio, Supl. Dominica], 8 noviembre 1959, pág. 2.

SOCIOLOGIA Y EDUCACION SECUNDARIA*

El señor Salazar Romero, experto en pedagogía, teórico y director de la ac­


tual reforma de la educación secundaria, ha considerado necesario contestar el
artículo que escribí para tratar de demostrar la inconveniencia de incluir el curso
de Sociología en el plan de la educación secundaria. Lo ha contestado a pesar de
que le pareció nada inteligente y sólo pintoresco. Yo he de permitirme comentar
esa respuesta, pues creo que ello me da aún más la razón y refuerza los funda­
mentos de mi artículo anterior. Nos ofrece otros elementos de juicio acerca del
criterio con que se ha planeado la reforma.
El señor Salazar Romero admite que nuestra educación superior es deficien­
te y afirma con entusiasmo que “en el Perú la educación secundaria, a pesar de
estar bastante mal, se encuentra comparativamente a once codos sobre !a educa­
ción superior”. j|Yee también, y firmemente, que los maestros de hace veinte
años “eran amateurs, sin estudios pedagógicos y cada uno un especialista en su
materia” ,'y que por eso eran inferiores, mientras que el actual “es profesional,
ha estudiado pedagogía y está preparado para dictar una asignatura u otra den­
tro del grupo de su especialidad” . Analicemos brevemente las contradicciones
de estas firmes creencias del pedagogo.
¿Cómo es que siendo la educación superior tan deficiente los pedagogos que
egresan de ella están a"*once codos sobre la educación superior”'! ,fO es que los

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profesionales de la enseñanza secundaria no egresan de los centros de enseñanza
superior? ¿No contiene, como sospechamos, esta afirmación tan sólo una nada
ejemplar intención demagógica? Nosotros participamos de la convicción, que va­
rios profesores universitarios fundamentaron en-artículos publicados en los pe-
riódicos^de que la crisis de la.educación secundaria es en gran parte una conse­
cuencia de la crisis de la educación superior. Y que esta crisis consiste, tam-
x bién en gran parte, en una excesiva preocupación por el estudio de la pedagogía,
de los métodos, del aspecto formal de la educación, a expensas del olvido algo in­
sensato del coñocimiento profundo de las materias que deben enseñarse, de la
formación humanística, de la cultura general.
El señor Salazar Romero está convencido, asimismo, de que yo sólo fui pro­
fesor en Sicuani y que la educación.en los colegios chicos de las provincias es
muy inferior a la que se da en los colegios de las ciudades importantes y de la
Capital. Sin embargo, es en “Guadalupe” y en el “Alfonso Ugarte” , colegios en
_ los que enseñé muchos años, fue en esos colegios donde pude observar la expe-
rienda del profesor deficiente. El colegio “Mateo Pumacahua” de Sicuani era
' entonces, a mi modesto juicio, un centro ejemplar de educación secundariajin
cambio, en los_grandes colegios que he citado fui testigo de la agonía de los pro-_
fesores, seguramente muy bien preparados en las disciplinas pedagógicas, muy
hondamente atiborrados de erudición metodológica, pero que hacían padecer a
sus alumnos y padecían ellos mismos por su ignorancia en las materias que de­
bían enseñar. Conocí profesores de Castellano, egresados de San Marcos, que no
habían estudiado ni medianamente a los clásicos españoles y americanos y que se
aferraban, por eso, con desesperación, de la gramática y de los textos escolares,
Y el problema era grave, porque tenían delante, en cada sección, más de cin­
cuenta alumnos, casi siempre a tres estudiantes por carpeta. Estudiantes tortu­
rados por la incomodidad física, que se aburrían o estallaban ante la repetición
de textos, fría, externa, sin arte, de los pedagogos. En Sicuani nunca ví un espec­
táculo tan desalentador. Era un Colegio pequeño, con no más de treinta alumnos
por sección; estudiantes para quienes el colegio era realmente el centro sustan­
cial de sus preocupaciones, hijos de ciudadanos que consideraban, también ellos,
al Colegio como el mayor bien de la Provincia, y por eso lo vigilaban, lo auxilia­
ban y contemplaban con preocupación y verdadero amor.
Ahora estoy mucho más convencido que antes de que el señor Salazar Rome­
ro “ha pasado su vida estudiando pedagogía” , que es seguramente, un experto en
esta materia, pero que, igualmente, sin duda, no conoce el Perú.
Pero, consideremos el otro asunto central de esta pequeña polémica. ¿Qué
nos dice-el pedagogo sobre el fundamento que la llevó a incorpbrar la Sociología
en el curriculum de la educación secundaria? Esto es tan importante como^o ya
dicho. “ Hemos, simplemente, aplicado —dice— una doctrina moderna a nuestra
realidad. Y lo más moderno para vitalizar el estudio de las ciencias sociales es la
Sociología. Un cursillo sencillo, muy didáctico, con sentido funcional” .
Desgraciadamente no nos da ningún dato que nos pueda llevar hacia el descu­
brimiento de lo que él considere un “ cursillo sencillo, muy didáctico, con senti­
do funcional” , de la Sociología. ¿En qué consistirá? ¿Y por qué creerá que la

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Sociología es “ lo más moderno para vitalizar el estudio de las ciencias sociales”?
¿No es igualmente muy moderno el curso de Historia de la Cultura?.
Hay algo que sin duda, desconoce el señor Salazar Romero. No existe el cutso
de Sociología en el curriculum de la especialidad de Ciencias Sociales de la Facul­
tad de Educación de San Marcos. No compartimos de su feliz convencimiento de
que cualquier profesor de Filosofía y Ciencias Sociales, egresado de nuestros ins­
titutos superiores pedagógicos esté de veras capacitado para dictar un cursillo de
Sociología. Con el mismo entusiasmo que el señor Salazar Romero pone en creer
en la eficiencia de nuestros profesores de educación secundaria, creo yo también
que ellos confesarían que, de veras, si no han estudiado Sociología como parte
de su formación profesional, no podrán enseñarla en los colegios, alentados úni­
camente por la evidencia de que eso es lo “más moderno” . No bastan los
buenos textos que se escriben en los Estados Unidos. Creo que el profesor “ama­
teur sin estudios pedagógicos, pero especialista en su materia” es un mal menor
que el pedagogo que-i-cree firmemente que basta con la pedagogía paj a resolver
todos los problemas de~láeducáción/‘"
Estoy seguro que los profesores secundarios participan de mi convicción de
qu^no j e puede enseñar una materia aprendiéndola únicamente de un texto es­
colar, por bueno que el Jexto sea.* Es imprescindible dominar realmente la ma­
teria, conocerla de tal modo que forme parte de nuestra disciplina mental, y a
tal punto, que no sólo se le haya perdido el temor sino que constituya un regoci­
jo personal el transmitir los conocimientos así sustancialmente dominados. Por-
que el profesor que dicta “un curso nuevo” , señor doctor Salazar, por muy pe­
dagogo que sea, siente temor, si el profesor es honesto; sino es honesto, pueda
que repita con gran desfachatez el texto escolar apresuradamente memorizado y
represente una comedia. En ambos casos el asunto marchará mal, peor en el
segundo que en el primero.
El optimismo del doctor Salazar Romero es grande y real, pero creemos que
tan grande como ingenuo, cuando'cree que basta haberse propuesto “desde ene­
ro 1959 y haber emprendido una campaña nacional” , desde esa fecha, contra el
memorismo, para suponer que ya está desterrado. Es igualmente ingenuo supo­
ner que el sistema se ha desterrado mucho más pronto en la Capital que en las
Provincias. Me atrevería a sostener lo contrario. La educación de las grandes
masas amorfas de la Capita,, en los atiborrados colegios y Unidades Escolares y
en los particulares baratos, creo que es bastante inferior a la que se da en los co­
legios de las pequeñas ciudades de provincias. El doctor Salazar es probable­
mente un experto pedagogo pero no conoce, nos parece, y que se nos perdone la
audacia, nos parece que no conoce bien ni el caso de la propia Capital. Está,
creo, peligrosamente equivocado, aún en la apreciación de los puntos elementales
de partida.
Agradecemos al señor Salazar Romero por habernos dado esta buena oportu­
nidad de volver a temas que fueron el centro de nuestras preocupaciones y re­
flexiones, no hace mucho tiempo. Le rogamos que tome con más humildad su
tan importante y gravísima responsabilidad. Que no esté tan reciamente conven­
cido que conoce mejor que todos el problema de la educación en el Perú. Ya al­
guna otra vez le hicieron ver que ésto no era tan cierto. Y que el problema de la

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educación en ci Perú no es, exclusivamente, un problema pedagóuico, sino mu
eho más que eso, un muy complejo problema que no podrá ser bien conocido \
planteado si no se tienen en cuenta las informaciones que sobre el problema de l.i
cultura, que es su base, ofrecen, las ciencias especiales, principalmente la anuo
pología social que, por fortuna, y porque era urgente, está siendo seriamente cul
tivada en algunas universidades de nuestro País.

*. 11 Comercio, supl. Dominical, 22 noviembre 1959.


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