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SISTEMA DE CLASIFICACIÓN DE BALTIMORE

Carolina Castro R

Según la Clasificación Baltimore, los virus se distribuyen en siete grupos:

Grupo I: Virus DNA bicatenario (virus dsDNA)

Son virus DNA de doble cadena. La replicación del DNA del virus se realiza por medio de las
DNA-polimerasas dependiente de DNA del huésped o codificadas por el virus. Son los virus más
comunes, y los más diversos.

Grupo II: Virus DNA monocatenario (virus ssDNA)

Son virus DNA de una cadena. Al igual que el grupo I, la replicación del DNA del virus se realiza por
medio de las DNA-polimerasas dependiente de DNA. La cadena de DNA puede ser diferente en los
virus, así que dentro de este grupo los virus se pueden clasificar en:

● Virus ssDNA. La cadena de DNA monocatenario no tiene polaridad o tiene


polaridad mixta.
● Virus ssDNA(+). Cadena de DNA de polaridad positiva. Esto ocurre cuando una
versión de ARN de la misma secuencia es traducible en proteínas
● Virus ssDNA(-). Cadena de DNA de polaridad negativa. El caso contrario al anterior.
● Virus ssDNA(+/-). Cadena de DNA de polaridad ambisentido. El genoma contiene
ambos sentidos, positivo y negativo.

Grupo III: Virus RNA bicatenario (virus dsRNA)

Son virus RNA de doble cadena. Los virus de este grupo se replican en el citoplasma y no dependen
de las polimerasas de las células huésped, a diferencia de los virus DNA, ya que incluyen las
enzimas necesarias en el virión.

Grupo IV: Virus RNA monocatenario positivo (virus ssRNA(+))

Son virus RNA de una cadena. Los virus de este grupo se replican en el citoplasma; a diferencia de
los virus DNA, no son tan dependientes del huésped, ni usan DNA intermedio para replicarse. Su
cadena de RNA tiene polaridad positiva lo que significa que son idénticos al mRNA viral, así que
pueden ser traducidos inmediatamente por el hospedador.

Grupo V: Virus RNA monocatenario negativo (virus (-)ssRNA)

Son virus RNA de una cadena. Los virus de este grupo no usan DNA intermedio para replicarse. El
RNA viral es negativo, lo que significa que es complementario del mRNA, así que debe convertirse
en RNA positivo por una RNA polimerasa antes de la traducción. Puesto que es necesario el
proceso de transformación del RNA a positivo, el RNA ‘original’ del virus no es en si mismo
infeccioso. Aquí se incluyen también a los virus RNA monocatenarios ambisentido (sentido postivo
y negativo: virus ssRNA(+/-)).

Grupo VI: Virus RNA monocatenario retrotranscrito (virus ssRNA-RT)

Son virus RNA de una cadena. Lo que tiene de especial este grupo de virus es que se replica
mediante un proceso llamado ‘transcripción inversa‘: se forma DNA a partir del RNA original por
medio de una enzima llamada transcriptasa inversa. En este grupo hay se usa un intermediario de
DNA aunque sea un virus RNA, a diferencia de los virus RNA vistos anteriormente.

Grupo VII: Virus DNA bicatenario retrotranscrito (virus dsDNA-RT)

Son virus DNA de doble cadena. Este grupo de virus replica el material genético mediante la
‘transcripción inversa‘: se forma RNA a partir del DNA original; este RNA vuelve a convertirse en
DNA por medio de la transcriptasa inversa. En este grupo hay se usa un intermediario de RNA
aunque sea un virus DNA, a diferencia de los virus DNA vistos anteriormente. Esta es su taxonomía:

VIRUS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Virus pertenecientes a la familia de Flavivirus (Arbovirus)

Virus del Dengue

El dengue es una enfermedad aguda, producida por el virus del dengue, transmitida por el
mosquito Aedes aegypti, que se cría en el agua acumulada en recipientes y objetos en desuso. El
dengue es causado por cuatro serotipos del virus del dengue: DEN-1, DEN-2, DEN-3 ó DEN-4;
estrechamente relacionados con los serotipos del género Flavivirus, de la familia Flaviviridae.

es más frecuente en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Se caracteriza por una fiebre de
aparición súbita que dura de 3 a 7 días acompañada de dolor de cabeza, articulaciones y
músculos. Se puede presentar una variedad grave denominada dengue grave que cursa con
pérdida de líquido o sangrados o daño grave de órganos, que puede desencadenar la muerte. Es
una misma enfermedad, con distintas manifestaciones, transmitidas por el predominante en áreas
tropicales y subtropicales (África, norte de Australia, Sudamérica, Centroamérica y México);
aunque desde la primera década del s. XXI se han reportado casos epidémicos otras regiones de
Norteamérica y Europa.

Se plantea que una infección inicial crea las condiciones inmunológicas para que una infección
subsecuente produzca un dengue hemorrágico; sin embargo, otros plantean que una primera
infección por dengue sea capaz de producir de una vez un dengue hemorrágico.

Los serotipos 1 y 2 fueron aislados en 1945, y en 1956 los tipos 3 y 4, siendo el virus tipo 2 el más
inmunogénico de los cuatro. El virus del dengue, al igual que otros flavivirus, contiene un genoma
de ARN rodeado por una nucleocápside de simetría icosaédrica, de 30 nm de diámetro, la cual está
constituida por la proteína C—de 11 kd—y una envoltura lipídica de 10 nm de grosor asociadas a
una proteína de membrana (M) y otra de envoltura (E), que da lugar a las proyecciones que
sobresalen de la superficie de los viriones.
El cuadro clínico de la fiebre dengue y la presentación de las diversas manifestaciones y
complicaciones, varía en ocasiones de un paciente a otro. Después de un período de incubación
entre 5 a 8 días, aparece un cuadro viral caracterizado por fiebre, dolores de cabeza y dolor intenso
en las articulaciones (artralgia) y músculos (mialgia)—por eso se le ha llamado «fiebre rompe
huesos»—, inflamación de los ganglios linfáticos y erupciones en la piel (petequia), que suelen
aparecer en las extremidades inferiores y el tórax de los pacientes, desde donde se extiende para
abarcar la mayor parte del cuerpo.

Finalmente, no se cuenta con un medicamento específico para tratar esta enfermedad,


actualmente sí existe un tratamiento basado en las manifestaciones clínicas que ha demostrado
reducir la mortalidad. La OMS ha establecido guías para manejar una terapia terapéutica

Virus de la Fiebre Amarilla

El virus de la fiebre amarilla es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por mosquitos de los


géneros Aedes y Haemogogus . Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos hábitats.
Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en el bosque (salvajes), y algunos en
ambos hábitats (semidomésticos).

El periodo de incubación es de 3 a 6 días. Muchos casos son asintomáticos, pero cuando hay
síntomas, los más frecuentes son fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda, cefaleas,
pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen en 3
o 4 días.

Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en
una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados varios órganos,
generalmente el hígado y los riñones. En esta fase son frecuentes la ictericia (color amarillento de
la piel y los ojos, hecho que ha dado nombre a la enfermedad), el color oscuro de la orina y el dolor
abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas. La mitad de
los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 7 a 10.

Hay 47 países de África (34) y América Central y Sudamérica (13) en los que la enfermedad es
endémica en todo el país o en algunas regiones. Con un modelo basado en fuentes africanas de
datos, se ha estimado que en 2013 hubo entre 84 000 y 170 000 casos graves y entre 29 000 y 60
000 muertes.

La instauración temprana de un buen tratamiento de apoyo en el hospital aumenta la tasa de


supervivencia. No hay tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla, pero el desenlace
mejora con el tratamiento de la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal y la fiebre. Las
infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos.

La vacunación es la medida más importante para prevenir la fiebre amarilla. Para prevenir las
epidemias en zonas de alto riesgo con baja cobertura vacunal es fundamental que los brotes se
identifiquen y controlen rápidamente mediante la inmunización. Para prevenir la transmisión en
regiones afectadas por brotes de fiebre amarilla es importante que se vacune a la mayoría de la
población en riesgo (80% o más).
Virus del Zika

El Zika es un virus que causa una infección en adultos y niños. Algunos virus, como el del Zika, son
transportados por mosquitos. En la mayoría de los casos, el Zika se contagia de una persona a otra
a través de la picadura de un tipo de mosquito, llamado Aedes, que esté infectado con el virus. El
virus del Zika también se puede transmitir al tener relaciones sexuales o por una transfusión de
sangre. El virus del Zika no es nuevo, pero el último brote de la enfermedad que comenzó en 2015
ha revelado nuevas complicaciones de salud, en especial durante el embarazo.

Esta enfermedad generalmente es asintomática, quienes presentan síntomas, son leves como
fiebre, sarpullido, dolor en las articulaciones e inflamación en los ojos. Estos síntomas pueden
durar varios días y hasta una semana después de la infección inicial. También se ha descubierto
que la infección por el Zika causa enfermedades neurológicas en los adultos, tales como el
síndrome de Guillain-Barré.

Las investigaciones demuestran que la infección con el virus del Zika durante el embarazo puede
causar defectos de nacimiento en el feto en desarrollo, pero no todos los bebés cuyas madres
tuvieron el Zika durante el embarazo nacen con problemas de salud.

No hay vacunas o tratamientos para la infección con el virus del Zika. Las personas que viven en
zonas donde hay transmisión activa del virus del Zika deben evitar las picaduras de mosquitos. Para
ello, deben usar ropa de manga larga y repelente de insectos; vaciar los recipientes que acumulan
agua, como platos de animales, floreros, baños para aves y llantas; y usar mosquiteros en puertas y
ventanas para evitar que entren los mosquitos.

Virus pertenecientes a la familia de Alphavirus (Arbovirus)

Virus del Chicunguya

El chikungunya es una enfermedad viral que transmiten los mosquitos a las personas. Los
mosquitos de la especie Aedes transmiten el virus de la chikungunya. Este es el mismo tipo de
mosquito que transmite el virus del dengue, estos mosquitos, por lo general, pican durante las
horas del día.

Los síntomas comienzan, por lo general, 3 a 7 días después de la picadura de un mosquito


infectado. los síntomas más comunes son fiebre y dolor intenso en las articulaciones, a menudo en
las manos y los pies, puede incluir otros síntomas como dolor de cabeza, dolor muscular,
inflamación de las articulaciones o sarpullido.

No hay medicamentos antivirales para tratar la chikungunya. La mayoría de los pacientes se


mejoran en una semana, algunas personas pueden tener dolor en las articulaciones por más
tiempo.

Las personas con un riesgo mayor de enfermarse gravemente son los recién nacidos expuestos al
virus durante el parto, las personas mayores (≥65 años) y aquellas con afecciones como presión
arterial alta, diabetes o enfermedad cardiaca, las muertes por la enfermedad son muy poco
frecuentes.
No hay una vacuna o medicamento para prevenir la infección por el virus de la chikungunya o la
enfermedad. Se puede disminuir la exposición a los mosquitos, utilice aire acondicionado o ponga
mallas o tela metálica en las ventanas y puertas.

Virus de la Encefalitis Equina

Enfermedad producida por el virus de la EEV, frecuente en equinos y mamíferos. El virus causa una
enfermedad febril en el ser humano sin complicaciones neurológicas.

Es un arbovirus grupo A que causa enfermedad mortal del sistema nervioso central en equinos y


un síndrome agudo en humanos, parecido al de la influenza. El virus fue aislado por primera vez
por Kubes y Ríos en caballos, durante una epizootia en Venezuela, en 1938; el virus no fue
asociado a enfermedad humana hasta muchos años después.

A diferencia de los virus relacionados de la encefalitis equina occidental y de la encefalitis equina


oriental, el caballo es el huésped principal, particular causante de la amplificación y de la
diseminación de las cepas de EEV clásicas. No se ha descubierto mecanismo alguno para explicar el
mantenimiento interepizoótico de tales virus en la naturaleza.

Las epizootias de EEV típicamente tienen lugar en regiones tropicales rurales caracterizadas por
climas en los que hay una estación seca. La cría de ganado es la costumbre campesina dominante y
los brotes ocurren más a menudo después de la llegada de la época de lluvias. A veces casi todos
los equinos y grandes porciones de las poblaciones humanas rurales son infectados durante tales
brotes. Muchos miles de infecciones humanas, la mayor parte de ellas clínicamente aparentes,
pueden ocurrir en unas cuantas semanas.

Todos los subtipos de virus de la EEV son muy infecciosos para humanos y otros vertebrados,
cuando se adquieren por las vías respiratorias, por consiguiente, se han encontrado muchas
infecciones en el laboratorio.

a iniciación de la enfermedad es típicamente brusca: los pacientes mencionan con frecuencia el


momento exacto de la aparición de cefalalgia grave, escalofríos, fiebre, vómitos en proyectil
y diarrea, estos síntomas aparecen de dos a cuatro días después de la picadura del mosquito, pero
pueden presentarse en un plazo de 24 horas después de exposición a aerosoles muy infecciosos.

En los primeros días del cuadro clínico hay inyección conjuntival y faringitis ligera y la mialgia suele
ser intensa. La fiebre a menudo llega a 400C. en realidad el primer día con síntomas es el peor y la
curva febril muestra diarias elevaciones vespertinas con regreso a lo normal después de tres a
cinco días. La somnolencia ligera es común, pero los signos neurológicos graves se observan en
sólo un pequeño porcentaje de los casos, siempre en niños, por consiguiente, los casos
individuales suelen confundirse fácilmente con influenza, gastroenteritis infecciosa aguda o tóxica,
o leptospirosis.

La mayor parte de los fallecimientos ocurre en niños menores de cinco años. La autopsia revela
cambios macroscópicos e histológicos semejantes a los observados en encefalitis causada por otros
arbovirus, pero además, se encuentran hemorragias focales macroscópicas diseminadas en
el cerebro, corazón y pulmones.

Como la presentación clínica de la EEV rara vez es encefálica, no se podrá hacer el diagnóstico a
menos que se tome en cuenta en un paciente con fiebre alta, síntomas respiratorios y molestias
gastrointestinales que reside en un foco enzoótico o en un área epizoótica de la América tropical o
que los ha visitado recientemente, sin embargo, el virus se puede obtener con facilidad, ya sea de
muestras de sangre o de exudado faríngeo tomadas durante las primeras 72 horas de instalación
de los síntomas.

Como los pacientes son potencialmente infecciosos para los humanos y los mosquitos durante esa
fase, es obvia la importancia que tiene establecer la causa de la enfermedad. Las muestras de
suero obtenidas al principio de la enfermedad y más o menos 10 días después, revelarán en forma
fidedigna niveles elevados de anticuerpos específicos anti EEV.

No hay tratamiento específico. Pueden requerirse analgésicos y medidas externas para producir


escalofríos para el control de la hipertermia. En los niños puede haber desequilibrio
de líquidos y electrolitos que pone en peligro la vida, a consecuencia de vómito y diarrea, por lo
que debe descubrirse y corregirse de inmediato. Los pacientes se quejan de laxitud y de
incapacidad para concentrarse mentalmente durante una o cuatro semanas después de que la
fiebre ha desaparecido, pero por lo demás, la convalecencia no tiene problemas.

Virus pertenecientes a la familia de Rhabdoviridae (Género Lyssavirus)

Virus de la Rabia
La rabia es una enfermedad vírica aguda mortal que afecta al sistema nervioso central, y que se
transmite al hombre normalmente por la saliva a través mordeduras o arañazos de animales
domésticos o salvajes que están infectados. Hasta en el 99 por ciento de los casos por rabia, el
virus se transmite por perros domésticos.

“cualquier otro contacto con una especie sensible a la rabia como, por ejemplo, un rasguño
profundo con hemorragia y una lamedura sobre piel y mucosa y en un lugar donde está presente la
rabia debe tratarse con precaución. En los países desarrollados la transmisión se produce
normalmente a través de las mordeduras de los perros”.

Aunque existe la posibilidad de transmisión de persona a persona aún está por confirmar. 
Igualmente está pendiente de confirmar  la transmisión mediante la ingestión de carne cruda o de
otros tejidos de animales infectados. También es raro, pero puede darse el caso de la transmisión
mediante el transplante de órganos infectados o inhalación de aerosoles que contengan el virus,
 tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En Asia y África en más del 95 por ciento de los casos los perros son los transmisores de la rabia.

En América del Norte y Sudamérica, Australia y Europa Occidental, son los murciélagos la principal
fuente de infección de la rabia. Respecto a la mortalidad humana por contacto con zorros, mofetas,
mapaches, chacales, mangostas u otros carnívoros salvajes infectados la OMS indica que son casos
muy raros. 

Las manifestaciones clínicas pueden variar dependiendo de las distintas formas que adopte la
enfermedad.  Generalmente el periodo de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses
aunque cabe la posibilidad de que oscile entre menos de una semana y más de un año, esto
dependerá siempre del punto infectado y la carga vírica.
Entre los síntomas más comunes destacan:
●Hinchazón o enrojecimiento.
●Dolor de cabeza.
●Fiebre.
●Malestar en general.
●Náuseas.
Normalmente entre las primeras manifestaciones se encuentra la fiebre.
De entre las diferentes formas que puede tomar la enfermedad, la rabia furiosa, puede presentar
signos de hiperactividad, excitación e incluso a veces aerofobia, y puede llegar a producirse la
muerte a los días por paro cardiorrespiratorio.
En la otra forma, la rabia paralítica que representa un 30 por ciento de los casos humanos, según 
la OMS, sigue un curso diferente aunque generalmente más prologando en la forma de rabia
furiosa. Aquí los músculos se van paralizando lentamente empezando por los más cercanos a la
mordedura o arañazos.  Hasta que el paciente entra en coma y acaba falleciendo. 

La mejor forma de prevenir la rabia, según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad  y
que corrobora la OMS es a través de la inmunización humana preventiva, es decir, vacunarse,
administrándose la vacuna.    

En caso de viajar a lugares  de  riesgo, el Ministerio recomienda vacunarse un mes antes de la
exposición. Aconseja también que la zona más idónea  donde debe administrarse la vacuna es el
área deltoidea; sin embargo, en los niños la parte más aconsejable para vacunar es la parte
anterolateral del muslo, nunca en la región glútea. El Ministerio desaconseja esta zona porque
puede crear anticuerpos neutralizantes más bajos.

Los expertos advierten que las personas que presenten contraindicaciones  a la vacuna, en
concreto aquellas personas que han presentado alguna hipersensibilidad a dosis anteriores, es
preferible no administrar la vacuna. 

La rabia no presenta clasificación de tipos. Actualmente no se dispone de pruebas para


diagnosticar la infección por rabia en los humanos antes de que aparezcan los síntomas clínicos.

Existen diferentes técnicas para confirmar la rabia en vida y posmorten que permiten detectar el
virus entero, antígenos víricos, anticuerpos específicos presentes en el líquido cefalorraquídeo o
ácidos nucleicos en tejidos infectados (cerebro, piel) y también en orina y saliva.

Aunque el período de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses, pero puede oscilar
entre menos de una semana y más de un año, dependiendo de factores como la localización de la
inoculación y la carga vírica, tal y como indica la OMS. 

El primer tratamiento recomendado consiste en el lavado concienciadamente de la herida durante


un mínimo de 15 minutos con agua y jabón, povidona  yodada u otras sustancias que maten el
virus de la rabia.

Tras la exposición la profilaxis hace que el tratamiento del infectado se inicie inmediatamente con
el fin de impedir que el virus entre en el sistema nervioso central que provocaría una muerte
inmediata. El tratamiento incluye la vacuna antirrábica y la aplicación de inmunoglobulina
antirrábica en los casos en los que esté indicado.

Virus pertenecientes a la familia de Picornaviridae (Género poliovirus)

Virus del Polio

La poliomielitis o polio es una enfermedad viral que puede afectar la médula espinal causando
debilidad muscular y parálisis. El virus de la polio entra en el organismo a través de la boca,
generalmente cuando las manos se han contaminado con las heces de una persona infectada. Es
más común entre los bebés y los niños pequeños y ocurre en condiciones de higiene deficiente. La
parálisis es más común y más severa cuando la infección se presenta en personas mayores.

La polio se propaga cuando heces de una persona infectada se introducen en la boca de otra
persona a través de agua o comida contaminada (transmisión fecal-oral). Es posible que se
presenten algunos casos de transmisión oral-oral a través de la saliva de una persona infectada.

Los pacientes son más contagiosos de siete a diez días antes y después de la aparición de los
síntomas. Sin embargo, una persona es potencialmente contagiosa mientras el virus esté presente
en la garganta y las heces. El virus persiste en la garganta durante aproximadamente una semana
después del inicio de la enfermedad y sigue presente en las heces de tres a seis semanas.

Hasta el 95 por ciento de las personas infectadas con polio no presentan síntomas. Sin embargo,
aunque no se adviertan los síntomas de todos modos pueden contagiar el virus y causar que otras
personas la contraigan. Entre el 4 y el 5 por ciento de las personas infectadas presentan síntomas
menores, tales como fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, náuseas y vómito. De 1 a 2 por ciento
de las personas infectadas desarrollan un dolor muscular severo y rigidez en el cuello y la espalda.
Menos del 1 por ciento de los casos de polio resultan en parálisis.

El período de incubación es por lo general de seis a cinco días, si bien tiene un rango de
posibilidades que va desde los tres hasta los 35 días. Las complicaciones incluyen parálisis, más
comúnmente de las piernas. Una parálisis de los músculos para respirar y tragar puede ser fatal.

Existen tres tipos de virus de la polio. Por lo general la inmunidad de por vida depende de qué tipo
de virus contrae la persona. Los segundos ataques son poco comunes y resultan de un contagio
con un virus del polio diferente al del primer ataque.

Existen dos tipos de vacuna contra la polio: la vacuna oral de la polio Trivalent (toPV), que se
ingiere, y la vacuna de la polio inactivada (IPV), que se inyecta. Desde el año 2000, la toPV ya no se
recomienda para la inmunización en los Estados Unidos. El período de vacunación con IPV que se
recomienda para los niños es una dosis a los dos meses, una a los cuatro meses, una dosis entre los
seis y los 18 meses, y una dosis de refuerzo entre los cuatro y los seis años. Los adultos que viajen a
países donde se siguen presentando casos de polio, deberían revisar su estatus inmunológico para
asegurarse de que cuentan con inmunidad.

El SPP es una condición que afecta a los sobrevivientes de polio de diez a cuarenta años después
de haberse recuperado de una infección inicial. El SPP se caracteriza por debilitar aún más los
músculos que habían resultado afectados previamente por la infección de polio. Los síntomas
incluyen fatiga, una debilidad y deterioro de los músculos que progresa lentamente. Dolor en las
articulaciones y deformidades en los huesos son resultados comunes. El SPP por lo general no
significa un riesgo de muerte. No se conoce la causa ni existe un tratamiento efectivo para el SPP.

VIRUS DEL SISTEMA RESPIRATORIO

Rhinovirus

Los llamados rhinovirus son los que causan las infecciones de las vías respiratorias. Son muy
frecuentes durante los meses de frío y como hemos mencionado, puede afectar tanto a los más
pequeños de la casa como a los adultos. Para hacernos una idea, este tipo de virus cuentan con
una forma esférica y suelen detectarse numerosas concentraciones de los mismos en los primeros
días que podamos notar la enfermedad. Así que, a pesar de su nombre más técnico, estamos ante
los virus que nos dejarán los resfriados comunes. Aunque también se dice que puede ser el
causante de la llamada bronquiolitis. Ésta es una infección respiratoria aguda que puede ser común
en los niños.

Como suele suceder, por regla general, todos podemos notar los síntomas muy claros. Es decir,
sabemos cuándo el resfriado se está apoderando de nuestro cuerpo o del de nuestra familia.
Los síntomas más comunes del rhinovirus son los estornudos así como la mucosidad. También la
tos, los dolores de cabeza y algunas flemas pueden presentarse. Eso sí, no nos podemos olvidar
del malestar general que suele sentirse unos días antes. Quizás ahí nos demos cuenta de que
«estamos incubando» algo. Será que el virus ya se ha propagado por el cuerpo.

Sin duda, es bastante contagioso. Tanto por medio de las vías respiratorias como por el contacto o
bien de las manos, o bien de los objetos que vayamos tocando si estamos infectados con el virus.
Además, este virus se propaga con mucha rapidez y en cuestión de unos minutos ya estará pegado
en las vías respiratorias. Se dice que los síntomas suelen manifestarse tan solo dos días después del
contagio. Durante estos dos días, se puede encontrar una gran concentración de virus. Tiempo
después se irán propagando y la secreción nasal irá en continuo avance. Los más pequeños de la
casa les puede generar tanto bronquitis como neumonías u otitis.

Se dice que no es sencillo diferenciar un resfriado que venga dado por el rhinovirus de otro. Así
que, el tratamiento para este tipo de enfermedad puede variar. Lo mejor es consultar al médico,
sobre todo cuando hablamos de los más pequeños.

Virus Respiratorio Sincitial (VRS)

El virus respiratorio sincicial causa infecciones de los pulmones y en el aparato respiratorio. Es tan
frecuente que la mayoría de los niños ya se han infectados con el virus cuando rondan los 2 años
de edad. El virus respiratorio sincicial también puede infectar a los adultos.

En los adultos y en los niños mayores y sanos, los síntomas del VRS son leves y generalmente se
parecen al resfriado común. Generalmente, solo necesitas medidas de cuidado personal para
aliviar las molestias.
El VRS puede causar una infección grave en algunas personas, incluyendo a los bebés de 12 meses
y más jóvenes, especialmente los prematuros, y en los adultos mayores, en la gente con
enfermedades cardíacas y pulmonares, o cualquiera con un sistema inmunitario débil.

os signos y síntomas del virus respiratorio sincicial con más frecuencia aparecen entre cuatro y seis
días después de la exposición al virus. En los adultos y los niños mayores, el VRS generalmente
causa signos y síntomas parecidos a los del resfriado. Estos síntomas pueden incluir:

● nariz congestionada o que gotea

● tos seca

● fiebre baja

● dolor de garganta

● estornudos

● dolor de cabeza

En casos graves

El VRS puede extenderse al aparato respiratorio inferior, causando neumonía o bronquiolitis —


inflamación de las pequeñas vías respiratorias que ingresan a los pulmones. Los signos y síntomas
pueden incluir:

● fiebre

● tos intensa

● sibilancia al respirar, un sonido agudo que, generalmente, se escucha al exhalar

● respiración rápida o dificultad al respirar —quizás la persona prefiera estar sentada y


no acostada

● color azulado de la piel a causa de falta de oxígeno (cianosis)

Los lactantes se ven afectados con mayor gravedad por el VRS. Los signos y síntomas de una
infección grave con el VRS en los bebés incluyen:

● respiración superficial, corta, y rápida

● gran dificultad para respirar — los músculos y la piel del pecho jalan hacia adentro
cada vez que respira

● tos

● come mal

● cansancio inusual (letargo)


● irritabilidad

En su mayoría, tanto los niños como los adultos se recuperan en una a dos semanas, aunque
algunos pueden tener sibilancias recurrentes Una infección grave o mortal, que requiere
internación en el hospital, puede ocurrir en bebés prematuros o en cualquier persona que tenga
problemas cardíacos o pulmonares crónicos.

Orthomyxovirus

Dentro de esta familia de virus se encuentra el virus de la gripe. El término mixo viene de la zona


que utiliza el virus para crear la infección: el mucus que recubre la superficie celular, en concreto
del tracto respiratorio que es su vía de contagio. Poseen un genoma segmentado. Su forma es
variable, es decir, que no siempre tiene la misma estructura externa y por tanto es polimórfico.

En su superficie externa presenta unas espículas de hemaglutinina que provoca que la aglutinación
de las células de la mucosa del tracto respiratorio. La hemaglutinina reacciona con el ácido siálico
que poseen estas células y se produce un agrupamiento de células en torno al virus. Además, el
virus tiene otra espícula que es la enzima neuraminidasa que reacciona con el ácido siálico para
poder entrar en la célula hospedadora mediante endocitosis.

Una vez dentro de la célula la nucleocápsida del virus desaparece y los segmentos de ARN emigra
hacia el núcleo. El RNA del virus se replica en el núcleo y las proteínas se sintetizan en el
citoplasma. Así se produce la infección.

El hecho de que el virus de la gripe tenga diferentes segmentos de RNA implica que si una célula
está infectada por dos cepas diferentes de RNA éstas pueden asociarse originando el proceso de
cambio antigénico y cuyo efecto práctico es que la inmunización frente a la nueva cepa no se
produzca.

Estos virus, son virus con envoltura cuyo material genético es RNA (o ARN) que aparece en
segmentos separados, por lo tanto es un genoma segmentado. Su forma es variable, es decir, que
no siempre tiene la misma estructura externa y por tanto es polimórfico.

Normalmente, los casos de gripe no son graves, y en circunstancias normales la población de


riesgo suelen ser niños, ancianos y en general personas con el sistema inmunológico débil. Aún así,
por lo general, las complicaciones derivadas de la gripe se producen por infecciones bacterianas
como neumonía que aparecen.

Coronavirus

Enfermedad causada por el nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2. La OMS tuvo noticia
por primera vez de la existencia de este nuevo virus el 31 de diciembre de 2019, al ser informada
de un grupo de casos de «neumonía vírica» que se habían declarado en Wuhan (República Popular
China).
os síntomas más habituales de la COVID-19 son:

● Fiebre
● Tos seca
● Cansancio

Otros síntomas menos frecuentes y que pueden afectan a algunos pacientes:

● Pérdida del gusto o el olfato


● Congestión nasal
● Conjuntivitis (enrojecimiento ocular)
● Dolor de garganta
● Dolor de cabeza
● Dolores musculares o articulares  
● Diferentes tipos de erupciones cutáneas
● Náuseas o vómitos
● Diarrea
● Escalofríos o vértigo

Entre los síntomas de un cuadro grave de la COVID-19 se incluyen:

● Disnea (dificultad respiratoria)


● Pérdida de apetito
● Confusión
● Dolor u opresión persistente en el pecho
● Temperatura alta (por encima de los 38° C)

Otros síntomas menos frecuentes:

● Irritabilidad
● Merma de la conciencia (a veces asociada a convulsiones)
● Ansiedad
● Depresión
● Trastornos del sueño
● Complicaciones neurológicas más graves y raras, como accidentes cerebrovasculares,
inflamación del cerebro, estado delirante y lesiones neurales.

Las personas de cualquier edad que tengan fiebre o tos y además respiren con dificultad, sientan
dolor u opresión en el pecho o tengan dificultades para hablar o moverse deben solicitar atención
médica inmediatamente. De ser posible, llame con antelación a su dispensador de atención de
salud, al teléfono de asistencia o al centro de salud para que puedan indicarle el dispensario
adecuado.

El tiempo entre la exposición a la COVID-19 y el momento en que comienzan los síntomas es, de
media, de 5 o 6 días, pero puede variar entre 1 y 14 días. Por ello se recomienda que las personas
que hayan estado expuestas al virus se queden en casa, alejadas de otras personas, durante 14
días, con el fin de prevenir la propagación del virus, especialmente cuando no es fácil hacerse una
prueba.

Por ahora la eficiencia de las vacunas aun se evalúan, aunque diversos estudios demuestran su
efectividad en cierto porcentaje de la inmunidad de rebaño.

Parainfluencia

Los virus de la parainfluenza humana (VPIH) son un grupo de organismos, tipos del 1 a 4, que
ocasionan varias infecciones respiratorias diferentes. Por ejemplo, son la causa principal del crup,
que es una inflamación de la laringe y la tráquea que dificulta la respiración.

También son causa de algunos casos de enfermedades de las vías respiratorias inferiores, como la
neumonía (infección pulmonar) y la bronquiolitis (una infección de los pequeños tubos
respiratorios en los pulmones). En los niños pueden hacer que los síntomas de la enfermedad
pulmonar crónica empeoren.

El período de incubación de los virus de la parainfluenza es de 2 a 6 días. Estos se contagian de una


persona a otra por contacto directo o por la exposición a las secreciones contaminadas nasales o
de la garganta. Por lo general, los niños están expuestos a la mayoría de los tipos de parainfluenza
a los 5 años de edad.

Los siguientes síntomas pueden presentarse en muchos tipos de infecciones por parainfluenza,
aunque pueden diferir de un niño a otro o de una clase de infección a otra:

● Tos áspera perruna


● Respiración rápida, ruidosa o dificultosa
● Ronquera y sibilancia
● Enrojecimiento de los ojos
● Secreción nasal
● Tos
● Fiebre
● Falta de apetito
● Vómitos
● Diarrea

El diagnóstico del VPIH se puede realizar mediante pruebas a las secreciones recolectadas de la
nariz y la garganta de un niño enfermo. Se toman cultivos virales o pruebas para buscar las partes
del virus. Un aumento en los anticuerpos para la parainfluenza se puede encontrar en la sangre de
los niños con la infección. Como es el caso de la mayoría de infecciones, puede tomar semanas
para que los anticuerpos aparezcan.

El tratamiento de las enfermedades virales, incluyendo las causadas por los virus de la
parainfluenza, no debe incluir antibacterianos, que no son eficaces contra los virus. La mayoría de
las infecciones causadas por la parainfluenza no necesita un tratamiento específico aparte de
aliviar los síntomas y hacer que el niño esté más cómodo hasta que se sienta mejor. La enfermedad
se mejora por sí sola. Los antibacterianos se deben usar solo si se produce una infección bacteriana
secundaria.

En los primeros meses de vida, los bebés tienen protección contra algunos tipos de la
parainfluenza por los anticuerpos de su madre.

No hay vacuna contra los virus de la parainfluenza, aunque las vacunas contra los tipos virales del 1
al 3 están en desarrollo.

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