Está en la página 1de 3

El incremento de las migraciones, coinciden con las crisis económicas, laborarles,

políticas, sociales, de salud, alimentos, secuestros, narcotráfico, guerras, entre otros, que
han acontecido en el mundo por largos periodos.
Es por ello, que la columna vertebral de los temas migratorios siempre debe estar
direccionada y fortalecida en la protección de los derechos de la población migrante, más
allá de los intereses económicos, políticos y laborales de los países receptores.
Por ello se comparte lo enunciado por la autora García, Valverde y Hernández (2018):”La
movilidad de las personas no debe verse como un problema, sino como un hecho
histórico y fenómeno social que caracteriza al mundo globalizado”(p.166).
En la presente exposición abordaremos el contexto de la migración en su contenido de
vulnerabilidad, lo cual, ha significado un impacto como fenómeno social y examinaremos
la protección que emerge de los instrumentos internacionales que apoyan los derechos
humanos.
Tendencia de las migraciones
En el proceso de las migraciones, la desigualdad constituye uno de los puntos de lanza de
discriminación en las poblaciones desde épocas muy antiguas, que persisten hoy en día.
Los acontecimientos económicos, sociales, políticos y otros, aunque sean mínimos y otros
más rigurosos y crueles, han constituido la columna vertebral de los cimientos de la
migración, como por ejemplo lo simbólico de las guerras, como la segunda guerra mundial
(1939-1945), que generó desplazamientos forzosos a estados de Europa y América.
Asimismo, los descubrimientos, las conquistas, las invasiones, trajeron como
consecuencia la unión de individuos, entre hombres y mujeres de diferentes países,
blancos, pardos, indígenas, entre otros.
Desde hace miles de años los humanos han ido ocupando extensiones de territorios,
quienes han venido desplazándose de un país a otro, por necesidad de ocupar nuevos
espacios en la búsqueda de mejores recursos, como alimenticios, laborales, de
protección, en sí de poder acceder a una mejor calidad de vida, que coadyuve al bienestar
como individuo y de sus familias.
La migración se direcciona cuando las personas se mueven de un lugar a otro, y cuya
dinámica de desplazamiento permite que los individuos decidan por obtener su residencia
definitiva o temporal, mientras que la inmigración se da cuando las personas entran a un
Estado o regiones y que las mismas han nacido o provienen de otro país.
A nivel mundial, la migración simboliza uno de los acontecimientos más debatidos en
todas las Naciones. Los Estados receptores de migrantes han establecido una serie de
condiciones a este proceso, por lo que en cierta parte del proceso migratorio, viene
presentando un rendimiento no muy estable, motivado a las políticas públicas de cada
gobierno, que constituyen los aceptantes de los inmigrantes, ya que este tipo de población
constituye una carga económica, laboral, de salud, entre otros para los gobiernos
nacionales. Por consiguiente, estos fenómenos reclaman perspectivas y soluciones para
la paz y bienestar de los Estados, teniendo en consideración que:
La movilidad de las personas no debe verse como un problema, sino como un hecho
histórico y un fenómeno social que caracteriza al mundo globalizado. Por ello, no debe
abordarse el tema desde una perspectiva unilateral, ocultando sus aspectos positivos
como las aportaciones a la economía, al desarrollo y al enriquecimiento cultural de las
sociedades de destino.
Es menester citar que existe una diversidad de perspectivas teóricas sobre las
migraciones, pero que únicamente nos referiremos a la perspectiva individualista y la
histórica estructural.
La perspectiva individualista, refiere que las migraciones constituyen el resultado de la
libre elección del individuo. Esta elección se basa en la obtención del bienestar. En esta
se considera la salida migratoria (salir o no salir, hacia que países y quien realiza la
migración), al proceso migratorio (cómo se realiza este proceso, por qué vías y qué
riesgos se pueden o no asumir), y a la instalación migratoria (por la elección en cuanto
abandono la etnia, comunidad de la etnia, elección de barrios etnificados o
establecimiento en redes).
Los procesos migratorios son actos únicos y unidireccionales, que van de las zonas
tradicionales, menos desarrolladas, hacia las modernas más desarrolladas.
La principal critica a esta teoría es que se basa en planteamientos formales que no tienen
en cuenta la historicidad de sus propios conceptos y premisas.
La perspectiva histórica estructural, es aquella en la que las migraciones deben
estudiarse partiendo del hecho de que son un fenómeno sistémico y estructural. Se refiere
al sistema migratorio como un conjunto dinámico de dos o más puntos vinculados por
flujos humanos.
En esta perspectiva, la unidad de análisis ya no lo integran los individuos sino el sistema y
sus elementos, la interdependencia entre los dos polos, dándose el hecho de que la
migración no es estática, sino que los flujos están interrelacionados.
Esta perspectiva contempla a su vez cuatro teorías:
1. La teoría del mercado segmentado. La teoría de Piore (1980) menciona que
existen factores estructurales en la demanda laboral y que los emigrantes se
sitúan en el sector primario estableciendo por tanto un desequilibrio de factores.
Los empleos en los que generalmente se ubican los inmigrantes, terminan siendo
los más devaluados y peores remunerados, en contraposición a los que realizan
los trabajadores nativos.
Desde el punto de vista de las estrategias migratorias, la motivación de generar
ingresos para retornar con ahorros o transferir remesas a sus comunidades de
origen, puede llevar a los inmigrantes a aceptar empleos de baja remuneración y
calidad. Los empleadores particularmente en los sectores menos regulados y con
poca presencia sindical, aprovechan esta situación pagando salarios bajos a sus
trabajadores inmigrantes. Otro aspecto, es la situación legal de los trabajadores
inmigrantes, de indocumentados, lo que los lleva a aceptar empleos precarios e
informales, siendo explotados en muchos casos.
2. La teoría marxista de acumulación capitalista. Castels y Kosack (1984),
sostiene que la acumulación prolongada de capital, supone un crecimiento de los
flujos migratorios, lo cual generará una reserva de mano de obra. Así la clase
obrera se encuentra dividida en dos substratos: el de los nativos y el de los
foráneos, lo cual, reporta beneficios al sistema capitalista mundial. En ese sentido,
se puede decir, que la migración es un fenómeno de clase, producto del desarrollo
desigual entre las economías centrales y periféricas.
Las migraciones son consideradas como flujos de mercancía clave, representando
la exportación de mano de obra o fuerza de trabajo, desde los países
dependientes hacia los centrales y dominantes.

3. Las teorías sobre el sistema economía-mundo. Wallerstein (1991), identifica el


“sistema-mundo” como una serie de mecanismos que redistribuyen los recursos
desde la periferia al centro. El centro representa el mundo desarrollado,
industrializado y democrático, es decir, el primer mundo; y la periferia figura como
el subdesarrollado, correspondiendo al tercer mundo junto con los denominados
países en vías de desarrollo. Estos últimos, son los que suministran las materias
primas, por tanto, está considerado como el mercado por el cual el centro explota
la periferia.

4. La teoría de la dependencia, de acuerdo con González (2016), la economía


mundial posee un esquema desigual y perjudicial para los países no desarrollados,
a los cuales se les han asignado un rol periférico de producción de materias
primas con bajo valor agregado, mientras que las decisiones fundamentales se
adoptan en los países centrales a los que se les ha establecido la producción
industrial con alto valor agregado, debido a la dualidad centro-periferia que existe.

El fenómeno de migración irradia cambios en los espacios sociales y en la culturalidad de


los pueblos, lo que impacta la vida cotidiana de las personas inmersas en el proceso
migratorio, afectando su estilo de vida y los aspectos psicosociales.
Los inmigrantes tienden a ir a lugares en los que, dadas sus habilidades, puedan ser más
productivos y ganar más dinero. Sin embargo, deben invertir en los gastos del viaje, los
gastos de mantenimiento, mientras viajan y buscan trabajo, el esfuerzo de aprender un
idioma e insertarse en una cultura diferente, las dificultades que implica adaptarse a un
nuevo mercado de trabajo y la carga emocional de mantener las viejas relaciones sociales
y construir nuevas.

También podría gustarte