Está en la página 1de 2

El miedo es una de nuestras 

emociones primarias, y aunque desagradable, en ocasiones es


muy necesaria para no actuar temerariamente. El miedo es tremendamente útil, pero hay que
distinguir entre dos tipos de miedo diferentes. El miedo con un origen real y el miedo con un
componente psicológico imaginario. La función primordial de esta emoción es mantenerte
alejado de los peligros y asegurar tu supervivencia lo máximo posible.

Mier (2008) Menciona que el miedo es un elemento fundamental para el desarrollo de la


humanidad, es un mecanismo que existe en nuestro repertorio innato es decir desde que
nacemos; y es real identificar que éste se construye desde la apropiación que hacemos de la
información, el miedo por tanto se fundamenta en la vida misma, en la idea de persistir.

El miedo desde la perspectiva biológica nace en el sistema límbico de las personas, el cual busca
regular las emociones. Dentro de dicho sistema existe la amígdala, la cual libera el miedo en
cuanto se activa. ¿Cómo se activa la amígdala? Por medio de los cinco sentidos, cada vez que
percibimos algo que puede significar una amenaza se activa la amígdala, es donde nace el instinto
de huida. Aunque el miedo es visto como una emoción universal, cada cultura y cada persona
tienen diferente reacción ante él.

Desde la perspectiva social el miedo es el encargado de consolidar los hábitos y las costumbres, las
formas de pensamiento que en teoría nos permiten subsistir y mantener nuestra estabilidad o
formas de vida existentes, por eso el miedo se destapa cuando se encuentran elementos dentro
del medio que amenazan la existencia de dichas estructuras.
Según el diccionario de la Real Academia Española es: “Perturbación angustiosa del ánimo por un
riesgo o daño real o imaginario. (…) Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo
contrario a lo que desea.” (Real Academia Española1 ) Esta definición demuestra la connotación
emocional del miedo. Sin embargo, algunas personas se paralizan porque no saben cómo salir de
una situación miedosa, no saben cuál deberá ser el próximo paso. Otras personas logran usar el
miedo para un estado de activación maximizada donde los reflejos son más rápidos y con mejor
criterio. Nadie sabe exactamente por qué existen estas diferencias, pero algunas especulan que
depende de la cultura en la cual la persona es criada, otras opiniones incluyen la creencia que
depende del ADN y la bioquímica de cada individuo. El miedo tiene fundamento en muchos
lugares desde la educación hasta la religión. En todos lados se le indica a la gente desde temprana
edad que uno debe tener miedo. Por ejemplo en las religiones “el miedo se convierte en atributo
humano por causa del pecado original, el miedo al infierno, a una condena eterna, etc. En este
caso, como en muchos otros, el miedo activa nuestro instinto de huida y de evitación, buscamos
impedir cualquier acto que pueda traernos dolor y sufrimiento.

Aparte de la religión el miedo se imparte por medio de la educación. Tanto en los hogares como
en los colegios se habla sobre el castigo y el fracaso, o la evitación del fracaso, lo cual fomenta un
miedo en los niños con el fin de motivarlos.

También podría gustarte