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EMOCIONES

Se trata de un estado que sobreviene, súbita y bruscamente, en forma de crisis


más o menos violentas y más o menos pasajeras.

Seis tipos de emociones


MIEDO. Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad,
incertidumbre, inseguridad.
SORPRESA. Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar
una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
ASCO O AVERSIÓN. Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos
produce aversión.
IRA. Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
ALEGRÍA. Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de
bienestar, de seguridad.
TRISTEZA. Pena, soledad, pesimismo.

EXPRESIONES FACIALES DE LAS EMOCIONES


Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un
grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por
excelencia.

COMPONENTES DE LAS EMOCIONES:

Las emociones están formadas por tres componentes:


Componentes cognitivos: Se refiere a la forma en la procesamos la información
y a la forma en ese procesamiento nos influye a la hora de hacer frente a
diferentes situaciones.
Componentes fisiológicos: Referidos a los cambios que ocurren de forma
involuntaria en el sistema nervioso autónomo y endocrino. Estos cambios generan
variaciones en el ritmo de la respiración, en la presión saguínea, en el tono
muscular, dilatación de las pupilas, etc.
Componentes conductuales: Son aquellos que reflejan la emoción en el exterior:
el tono de voz, los gestos corporales, la expresiones faciales, etc.

LAS EMOCIONES Y SU FUNCIÓN:


Tristeza: La tristeza aparece ante la percepción de una pérdida.
De ella derivan otras emociones secundarias como la soledad, el pesimismo, la
decepción o la culpa.
Su función es la reintegración personal, nos motiva pedir ayuda y aumentar los
nuestros propios recursos.
Miedo: El miedo aparece ante situaciones o estímulos de carácter amenazante.
Esa amenazada puede ser real o imaginada.
De esta emoción surgen los estados de inseguridad, la ansiedad o la
incertidumbre.
Su función es protegernos tanto física como psicológicamente.
Alegría: La alegría aparece cuando logramos algo que deseamos.
Genera seguridad, sensación de bienestar y nos lleva reproducir esos
comportamientos o acciones que nos hacen sentir bien.
Su función es la de afiliación y reproducción.
Sorpresa: La sorpresa se genera a partir de la aparición de un estímulo
inesperado.
Genera sobresalto, desconcierto o asombro.
Es la emoción más breve en su duración.
Su función es de exploración y orientación.
Ira: La ira aparece cuando percibimos que algo que queremos o deseamos no
sale como esperábamos o cuando percibimos que alguien interfiere
intencionadamente en la consecución de nuestros objetivos.
Se relaciona con la rabia, el enfado o la frustración.
Su función es de autoprotección.
Asco: El asco aparece ante estímulos que nos resultan aversivos.
La función del asco es el rechazo, hace que nos alejemos de aquello que puede
resultar nocivo para nosotros: enfermedades, basura, etc.

MIEDO
En psicología, el miedo es un mecanismo de defensa, psicológico y fisiológico,
que permite al ser vivo mantenerse alejado o a la defensiva y asegurar su
supervivencia ante un eventual peligro. En referencia a este punto, se puede
afirmar que el miedo es necesario y hasta positivo porque prepara al organismo a
reaccionar ante situaciones que requieren una activación neuronal superior a la de
otros eventos.

CUÁNDO EL MIEDO ES UN PROBLEMA


Sentir emociones es positivo, siempre es positivo sentir cualquier emoción, ya
que tienen algún tipo de utilidad y nosotros debemos sentir nuestras emociones
con libertad en lugar de reprimirlas o tratar de controlarlas.

El problema, con cualquier emoción, es cuando nuestras creencias e


interpretaciones hacen que sintamos miedo de forma disfuncional, es decir, lo que
ocurre a consecuencia de sentir ese miedo es aún peor que lo que ocurriría si no
lo sintiéramos. Ejemplo: muchas veces no hacemos lo que deseamos y es
realmente importante en nuestra vida porque tenemos miedo de lo que puede
ocurrir (viajar, ir a otro país a vivir, iniciar un negocio propio, comenzar una
relación sentimental, hacer algo nuevo por nuestros propios medios, hablar en
público, bailar frente a otras personas, etc.).

Si gestionamos de forma disfuncional nuestro miedo, nos frenará demasiado.


Recuerda: el miedo no es un problema, solo nos obedece... El problema es lo que
hacemos con el miedo.
QUÉ IMPORTANCIA TIENE EL MIEDO
El miedo nos ayuda a regular cómo de grandes deben ser nuestros pasos en cada
momento... como una especie de madre prudente. Nuevamente, esto ocurre
cuando gestionamos nuestro miedo de forma funcional, es decir, tenemos algo de
miedo hacia lo que realmente puede suponer un problema para nosotros ahora y
aún necesitamos un tiempo de entrenamiento o espera para poder afrontarlo.

TIPOS DE MIEDO
Miedo real: El miedo real hace referencia a un tipo de miedo que se se construye
a partir de componentes reales. Por ejemplo, el miedo a caer de un lugar alto poco
seguro cuando existe la posibilidad real de caer al vacío.
Se trata de un patrón de activación fisiológica y emocional que tiene valor
adaptativo, porque nos lleva a evitar el peligro de manera inmediata.
Miedo irreal o irracional: El miedo irreal tiene su origen en un pensamiento
imaginario, distorsionado y catastrofista. Por ejemplo, el miedo a hablar en público
o el miedo a volar. Son miedos no adaptativos, en los que en realidad no exista un
peligro real.
Miedo normal: El miedo normal es aquel que tiene un carácter adaptativo, y se
presenta ante un estímulo que puede ser dañino para la persona. Es de corta
duración, no interfiere con la normalidad en la vida cotidiana y pone al individuo en
estado de alerta. Por ejemplo, al ver una serpiente.
Miedo patológico: Este tipo de miedo se activa aunque no haya peligro y puede
prolongarse indefinidamente. Su nivel de interferencia en el funcionamiento
cotidiano es alto. Produce un gran malestar psicológico a la persona que lo
padece, y a veces también afecta a terceras personas (por sus efectos en la
conducta social) por lo que requiere tratamiento.
Miedo físico: El miedo físico es el temor a sufrir sensaciones dolorosas derivadas
de un estímulo externo real o imaginario. Por ejemplo, el miedo al médico.
Miedo a la incertidumbre: El miedo a la incertidumbre es un miedo que ocurre
cuando nos cuesta visualizar el futuro que queremos.
Miedo al compromiso: Este tipo de miedo se presenta, principalmente, en las
relaciones de pareja. Hace referencia al sentimiento o emoción de miedo que se
experimenta al ver que la vida de uno es entregada a otra persona.
Miedo a ser descubierto: Un miedo que se caracteriza porque la persona ha
hecho algo que se considera malo o ilegal y, por tanto, no quiere que se le
descubra. Los experimentan las personas mentirosas y los individuos que tienen
algo que ocultar.
Miedo a la muerte: El miedo a la muerte es un tipo de miedo que siente todo el
mundo. Es el temor a perder la vida, pues cuando alguien fallece se entiende que
desaparece para siempre. Las personas suelen experimentar este miedo de
manera puntual o cuando se encuentran en una situación en la que su vida
peligra.
Fobias: Un miedo patológico que experimentan muchas personas y que requiere
de tratamiento psicológico para ser superado son las fobias.
SUPERANDO EL MIEDO
Una alternativa mejor, y más efectiva, es actuar aún a pesar de él; para hacerlo,
será necesario que aprendamos estrategias que mitiguen, por una parte, las
reacciones fisiológicas del miedo (como por ejemplo técnicas de relajación) y a la
vez, nos permitan exponernos a la situación temida.
Vivir sin miedo no es posible, el miedo es necesario; si no lo sintiéramos en
ocasiones actuaríamos de forma temeraria; pero afrontar esos temores que nos
impiden avanzar, que nos bloquean y no nos dejan decidir libremente, es una de
las mejores formas de crecer como personas y de alcanzar una vida más plena.

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