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INTRODUCCIÓN
Las BUS, y las bibliotecas en general, han estado alejadas de los métodos de
gestión comercial tradicionales. Pareciera como si le fueran ajenos, y aun extraños,
términos como «estrategia», «productividad», «evaluación de calidad», etc. Su quehacer
se relacionaba más con la cultura y la sabiduría platónica, quedando los recursos
experimentales alojados en los libros de la sección técnica.
La implantación de fórmulas biblioteconómicas en el siglo XIX, la posterior
necesidad de tratar grandes cantidades de datos, incluyendo su intercambio, y la de
cubrir las exigencias crecientes de usuarios/as con nuevos servicios, hicieron que se
introdujeran paulatinamente prácticas de gestión y evaluación. A ello se unía la
necesidad de justificar los notables incrementos de presupuesto con los que contaban y
de economizar recursos.
En especial, hubo dos fenómenos en el último tercio del siglo XX, que hicieron
cambiar los planteamientos tradicionales: el primero era el cambio del «estatuto del
saber» (como nos dijera Lyotard en La condición humana, 1984), una de cuyos ejes es
la consideración de la información como producto (se consume, tiene costes y precio)
que, incluso, puede ser energía; la ciencia ya no es solo un medio para comprender la
naturaleza. El segundo, la consideración de que lo que importa es el acceso a la
información y no tanto el incremento de las colecciones físicas, lo cual exige conformar
un diseño de BU en la que los servicios puedan adquirir, procesar y ofrecer a usuarias/os
esta información, abundante y dispersa.
Todo ello hace que la BU sea considerada como un sistema y que funcione como
tal. Los servicios tienen manuales de procesos; las direcciones, objetivos; los sistemas,
planificación. Tanto unos como otra son evaluados/a periódicamente para comprobar su
operatividad. Y todo ello reflejado en memorándums, que recuerdan los compromisos.
Las asociaciones de BUS (Rebiun es un ejemplo) refuerzan este modo de funcionar con
sus propios planes, que responden a la necesidad de optimizar recursos en un ámbito
cada vez más competitivo, sabedoras de que se desenvuelven dentro del marco de una
institución más amplia: la universidad.
GESTIÓN POR PROCESOS
Biblioteca diseña un sistema de comunicación con los/as usuarios/as en
ambas direcciones, que permite hacer llegar a toda la comunidad universitaria los
servicios que presta y la información que ofrece. Igualmente, este sistema de
comunicación facilita la participación de todas/os en el desarrollo y mejora de las
prestaciones y sirve para identificar las necesidades de los usuarios de la Biblioteca.
Para la correcta prestación de los servicios de la Biblioteca, cada Sección y Unidad ha
de disponer de una serie de manuales en los que se indique cómo prestar un
determinado servicio, independientemente de la Biblioteca o Punto de Servicio desde el
que se vaya a hacer con la garantía de que todos los usuarios obtengan la misma
respuesta por parte de la Biblioteca.