Está en la página 1de 5

Historia de la electricidad

 Link copiado al portapapeles


Aunque fue en 1646 la primera vez que apareció la palabra “eléctrico” o
“electricidad” (en una publicación en la obra Pseudodoxia Epidemica, del escritor
Thomas Browne), la humanidad sabía desde mucho antes de las pequeñas
descargas eléctricas que transmitían algunos peces. Incluso en textos del Antiguo
Egipto, que datan del 2750 a.C, los autores se referían a estos peces como “los
tronadores del Nilo”. Escritores antiguos describieron la sensación al tocar estos
peces como un efecto de adormecimiento, que era propiciado por las descargas
eléctricas que emitían estos peces y rayas eléctricas. Estos hechos conforman el
inicio de lo que conocemos como historia de la electricidad.

La electricidad y el magnetismo siempre se estudiaron como dos cosas totalmente


individuales. No fue hasta el año 1865 que estos dos fenómenos se unieron en la
formulación de las ecuaciones de Maxwell, las cuales describían por completo
los fenómenos electromagnéticos, considerándolos como el origen de la
electricidad. 
La generación masiva de electricidad comenzó cuando, a finales del siglo XIX, se
extendió la iluminación eléctrica de las calles y las casas. Gracias a sus grandes
ventajas y sus crecientes aplicaciones, la electricidad fue uno de los motores
fundamentales en la Segunda Revolución Industrial, y fue en este punto donde
grandes inventores y científicos conocidos dieron impulso a su carrera convirtiendo
la innovación tecnología en una actividad industrial activa.

El inicio de la producción eléctrica a gran escala


en España
Los primeros pasos de la industria eléctrica española tuvieron lugar en Barcelona
en el año 1875, con la construcción de la primera central eléctrica. Su producción
eléctrica se destinó a la iluminación de algunos establecimientos y talleres, donde
destaca la Maquinista Terrestre y Marítima (se considera como el primer
consumidor en España que firmó un contrato de suministro de energía eléctrica).

La utilización de la electricidad para la iluminación pública comenzó en el año


1881, cuando entró en funcionamiento la primera central eléctrica de Madrid.

Hasta principios del siglo XX la energía eléctrica no se podía transportar a larga


distancia. Por eso, las centrales de la época se situaban cerca de los centros de
consumo.

En el año 1901 España realizó la segunda experiencia mundial de transporte de


energía eléctrica a una distancia de 3 km. Ocho años más tarde, en 1909, el país
disponía de la línea de mayor tensión y longitud de Europa: su recorrido, a
60.000V entre la central del Molinar (en el río Júcar) y Madrid, era de 260 km.

En el año 1901 en España existían 861 centrales con una potencia total de
127.940HP (caballos de vapor). De la cifra total de centrales, 648 dedicaban su
producción al servicio público y 213 a usos particulares.

Los primeros pasos de las compañías eléctricas


españolas
Los avances de la tecnología permitieron el desarrollo de las primeras grandes
centrales hidroeléctricas españolas en la primera mitad del siglo pasado. Su
construcción exigía mayores esfuerzos económicos y financieros que las
instalaciones existentes. Por eso, y de forma paralela, se empezaron a crear varias
compañías eléctricas de mayores dimensiones y recursos.
Después de la Guerra Civil, el parque eléctrico español se encontró con grandes
dificultades para garantizar la cobertura de la creciente demanda de energía.
Debido a la dificultad de construir nuevas centrales de gran potencia, se vio la
necesidad de obtener de las instalaciones ya existentes un rendimiento mayor y
más eficiente.

Por ese motivo, las principales empresas eléctricas acordaron agruparse en una
nueva sociedad: Unidad Eléctrica, S.A (UNESA). Así se promovió el desarrollo
de la red eléctrica española, con la finalidad de que la interconexión de todas las
zonas y centros de producción de electricidad permitieran optimizar la explotación
del sistema eléctrico del país.

Una vez la economía se fue recuperando, se hizo posible emprender la construcción


de nuevas centrales hidroeléctricas y termoeléctricas de gran potencia, de carbón y
fueloil. Además, en 1968 España se incorporó al desarrollo nuclear, conectando a la
red su primera central de este tipo.

Evolución del consumo de electricidad en


España
Para hablar de la evolución del consumo de electricidad debemos tener en cuenta
paralelamente la evolución de la producción de energía.

Desde principios del siglo XX y hasta principios de la década de los años 30, la
demanda española fue creciendo, pero no tanto como los países europeos más
desarrollados. La mayor parte de la demanda estaba en Cataluña, País Vasco y
Valencia.

El crecimiento de la demanda también se aceleró de forma considerable con motivo


de los suministros industriales que realizó España a los países implicados en
la Primera Guerra Mundial entre 1914 y 1918.

Este crecimiento se interrumpió por la Guerra Civil, en el año 1936. Entre 1935 y
1937 el consumo eléctrico se redujo un 25%, y en 1939 el consumo era inferior aún
que el del año anterior al inicio de la guerra.

Durante los años siguientes, la demanda de electricidad volvió a vivir una etapa de
gran expansión. Sin embargo, había problemas para incrementar el parque de
instalaciones de generación por el bloqueo internacional, la debilidad de la
economía española y por la inexistencia de una red general peninsular totalmente
interconectada. Estos hechos provocaron diferentes restricciones eléctricas,
que más adelante desaparecieron.
La fase más fuerte de crecimiento que experimentó la economía española desde
principios de los 60 hasta la entrada de la década de los 70 impulsó de forma
espectacular el consumo de energía eléctrica. Puede afirmarse que el hecho de
llegar a un nivel adecuado de actividad económica, una mejor calidad de vida y un
mayor control en la preservación del medioambiente hicieron necesario un
aumento del uso de energía eléctrica frente otros tipos de energías finales.

El reto para las empresas eléctricas es facilitar este progreso social y económico de
modo compatible con la preservación del medioambiente y la utilización
eficiente de la electricidad.

También podría gustarte