ANÁLISIS CONFERENCIAS MAGISTRALES DE LA AUTORA MARTA LAMAS

“ACOSO Y JUSTICIA”

INTRODUCCIÓN

El análisis que realiza la autora Marta Lamas, sobre el acoso sexual en un panorama
general, que surge a través de los movimientos para reivindicar los derechos de las mujeres,
en específico el fenómeno que se desató en México sobre la exposición de los casos de
acoso del que han sido y son víctimas muchas mujeres, el cual surgió a raíz de un movimiento
a nivel mundial denominado #MeToo, pues fue por estos movimientos que ponen a la vista de
la agenda pública la discusión sobre el acoso sexual, haciendo un análisis y crítica sobre el
eterno victimismo y la doble moral.

OPINIÓN

La autora en su obra ACOSO Y JUSTICIA, realiza una crítica a las conductas que el
feminismo ha estado catalogando como “acoso”, pues durante el desarrollo del movimiento
denominado “#MeToo”, salieron a la luz varias denuncias por agresión sexual ocurridas a
partir del caso del productor de cine Harvey Weinstein y que a la vez incentivo a miles de
mujeres a realizar acusaciones públicas sobre el acoso sexual del que ellas habían sido
víctimas, incluso señalando a los “agresores” a quienes no se dejó la posibilidad de responder
o de defenderse, incluso, muchos de ellos fueron castigados, algunos perdieron sus empleos,
y otros tanto eran señalados en sus lugares de residencia, cuando todo lo que hicieron fue
tocar la rodilla de alguien o intentar robarse un beso, recordemos incluso que surgieron a su
vez campañas creadas por hombres bajo las etiquetas #MeNeither (#YoTampoco) o
#NotAllMen (#NoTodosLosHombres), para hacer contrapeso al #MeToo, por mencionar
algunas.

Es importante cuestionar una postura que se lleva con el cambio generacional que se
ha desarrollado y generalizando del “SI YO ME SIENTO ACOSADA ES QUE ME ESTAS
ACOSANDO”, yo considero que hay cosas que son acoso y otras que no los son, hay que
hacer matices sobre que puede ser una tontería o que puede ser realmente una agresión.

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 Debemos detenernos a pensar cuando el coqueteo se convierte el acoso y lo que es el
acoso para las personas, para la sociedad en que nos estamos convirtiendo, como bien lo
señala la autora, existe una doble moral, ya que una declaración de atracción sexual, colocar
una mano sobre la rodilla, un mensaje de texto coqueto, viene de la persona correcta en el
momento adecuado, puede hacerte sentir muy bien como mujer, pero si viene de una persona
equivocada y en un momento no apropiado puede causar incomodidad, ofender o avergonzar,
y manifiestan que son víctimas de acoso, si se ven estas acciones siempre desde la óptica del
victimismo pues entonces las personas ya no sabrán como acercarse.

Creo que es de suma importancia realmente analizar lo que es un “acoso” de lo que no

lo es, si una persona hombre o mujer, se acerca a otra para realizar, comentarios,
proposiciones, etcétera, y la persona no consiente el coqueteo que recibe, debería
manifestarlo o realizarlo en un plano físico y la otra tendría que parar en sus intenciones, el
problema sería cuando esa negativa es ignorada de que sus comentarios o comportamientos
no son deseados, ni bienvenidos e incluso insultantes.

En la obra se realiza una crítica contra el papel en que se asume la mujer, va en

aumento una visión iniciada por una tendencia del feminismo que coloca a las mujeres como
que todas son víctimas y sufren y todos los hombres son victimarios, el discurso cultural sobre
la “feminidad” lo internalizamos las mujeres, pero ¿Cuál es la figura femenina aceptable?;
Vivimos en una sociedad que coloca a las mujeres como indefensas, incapaces de consentir,
siempre al borde de ser victimizadas, en que nos resulta más fácil pedir cosas siendo sumisas
que simplemente pedirlo y ya en que la mujer espera a que otro proteste por ella, que la cuide,
como si fuese incapaz de hacerlo por sí misma, por eso muchas veces las mujeres no
muestran una reacción negativa ni clara, ante las propuestas o comentarios sexuales que se
les realizan, pues se espera que alguien más intervenga y sea su salvador, entonces
¿esperamos que sean hombres los que nos salven de otros hombres?; si a ello le sumamos a
que vivimos en una cultura que hace que las mujeres sean criadas en estructuras sociales
cimentadas en el machismo se dificulta que la voluntad de una mujer sea oída, pues
realmente a las personas se nos inculca la idea de que cuando las mujeres dicen que no, en
realidad quieren decir que sí, que las mujeres deben hacerse del rogar, y que rechazar una
propuesta masculina te hace ver grosera, exagerada u ofensiva con los hombres.

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 La autora también realiza una crítica contra el "puritanismo" del movimiento #MeToo,
pues como se menciona, vivimos en una sociedad en que apoya y coloca a las mujeres en el
papel del victimismo y si le sumas la violencia que se vive en el país es fácil que las mujeres
rechacen el adoptar una postura que las haga capaces de decir yo no soy una víctima, soy
fuerte y capaz de asumir la decisión de avanzar, una cosa es tener una experiencia espantosa
como la violación y otra que cada que salgas a la calle pienses que puedes ser violada y veas
a todos los hombres como posibles agresores, y pienses ello aunque no tengas una
experiencia traumática, pues te asumes en el papel de que la mujer es la eterna víctima de los
hombres.

Lo que comenzó como una liberación de las mujeres para que alzaran su voz se ha
convertido en lo contrario, se intimida a la gente para que hable correctamente, y se calla a
quienes no coinciden y apoyan y aquellas mujeres que se niegan a compartir esta postura son
vistas como cómplices o traidoras. Esto nos debe hacer reflexionar, ¿podemos estar
regresando a una época más restrictiva sexualmente, una era en la que a las mujeres se les
negaba la voluntad?

CONCLUSIÓN

El problema con la etiqueta #MeToo es que las líneas entre lo que es una agresión o
violación y lo que es un comentario o comportamiento inapropiado se hicieron borrosas. Hay
muchos hombres que quieren actuar de manera correcta y que ahora piensan: 'Si digo esto o
aquello, ¿me veré como alguno de estos señalados por acoso? Debemos entender que un
mal comportamiento no es lo mismo que abuso, aunado a ello es que con estos juicios
públicos que se realizaron contra muchos hombres, los pinto como moustros, y quizá algunos
si lo sean, pero considero que el haberlos generalizado y catalogado a todos como victimarios
es incorrecto, donde quedó la presunción de inocencia.

Es cierto que los hombres necesitan aprender a ser más respetuosos, pero las mujeres
también debemos aprender a no tomarnos cada comentario como una agresión.

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