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Si crees que Dios hizo a las mujeres sumisas e inferiores, no hay nada que el
feminismo pueda decirte sobre tu lugar en la sociedad. Un movimiento político
en contra de la Voluntad Divina no suena muy razonable como organización. Y,
ciertamente, los misóginos suelen decir ”Tu discusión no es conmigo, es con
Dios”. Y nosotras les decimos: ya que fuiste creado a su imagen y semejanza, sos
lo mas cercado de él que vamos a estar, así que discutamos esto. Lo
representan. Lo hacen siempre, de todos modos.
Esto significa que de alguna forma no eres digna biologicamente del mismo
respeto al que si tienen derechos los varones. Esta creencia no se limita solo a
los varones. Las mujeres son criadas para pensar lo mismo sobre ellas y muchas
de nosotras lo hacemos. Esta creencia es el sustento del sistema sexual en el
que vivimos. También es la causa de los abusos sexuales que vivimos.
Hoy voy a hablar mucho sobre el abuso sexual, el asalto sexual, pero primero
quiero hacer una generalización sobre el movimiento de mujeres y una relación
con el conocimiento, que es su propósito. El movimiento de mujeres no es
solamente político, no es electoral. No es solamente de reforma, como sea que
entiendan esa palabra, porque cuando se trata de una presunción de
inferioridad que baja del mismo Dios, no hay reforma posible. No hay forma de
cambiar el estatus de las mujeres en la sociedad sin abordar los supuestos
metafísicos sobre la naturaleza de las mujeres: qué somos, qué queremos, a qué
cosas tenemos derecho, para qué sirven nuestros cuerpos y especialmente a
quiénes pertenecen. Es un movimiento para conocer. Vine a la Universidad para
hablar con ustedes y muchos son estudiantes y están aquí por distintas razones,
personales y también sociales. Los envían a la universidad para aprender a ser
adultos en esta sociedad, adultas de cierta clase, de cierto tipo, que se
adaptaran a ciertos lugares. Y las mujeres que están aquí también lo están para
que les enseñen a ser mujeres. Tan antiguamente como mires, también te
llevaron al jardín de infantes para aprender eso. Y lo mismo para los varones. Si
lo que les quieren enseñar todavía no está cerrado y sellado, hoy es la
oportunidad para solucionarlo. Se supone que estas instituciones existen para
conseguir conocimientos. El movimiento feminista, al igual que otros, ha
descubierto y desenterrado un cuerpo de saber que no se encuentra en los
colegios ni en las universidades, ni en las escuelas primarias, por razones
políticas. Y por esta razón, tu relación con el conocimiento tiene que ser una
búsqueda: no aprendiendo lo que te dicten, sino buscar tus propias preguntas.
El Movimiento de Mujeres en general, con excepciones, con fracasos, con
imperfecciones y fallas, se ha dedicado a este proceso de formular preguntas.
Hace poco hubo una violación en grupo en New Bedford. Hubo una vigilia ahí. El
cuarenta y tres por ciento de las violaciones son cometidas en grupo. El
veintisiete por ciento son de a tres o más, el dieciseis por ciento es de a dos. La
violación en grupo es normal y casi nunca se procesa con éxito porque los
testigos son varones y se defienden entre ellos; cuentan la misma historia.
Todos dicen que la víctima vino voluntariamente o que se llevó dinero. No
importa lo que le haya pasado a esa mujer. No hay juicios. Las implicaciones de
esto son asombrosas porque significa que cualquier grupo de varones puede
violar a una sola mujer sin que pase nada.
En vez de tener acceso al trabajo real y poder ganar dinero (de la misma manera
y con las responsabilidades económicas y políticas del sistema de explotación de
los hombres), las mujeres trabajan con el trueque. Tener acceso a la igualdad
salarial significaría que las mujeres podrían separarse de los varones, en muchos
términos. Esto no tiene nada que ver con ser heterosexual o ser lesbiana, no
tiene nada que ver con la propaganda anti-feminista que dice que nosotras
buscamos castrarlos. No puedo ni decir todas las cosas que supuestamente
haríamos. Todas las mujeres tienen un cuchillo en la cocina y podría hacerlo en
este momento. Pero ser independientes es mucho más complejo que eso. Tiene
que ver con la necesidad emocional, con la degradación personal, con la
necesidad sexual. En esta sociedad es necesario que tengas un lazo con un
varón, sea en la casa o en el trabajo.
La explotación económica de las mujeres significa que debemos vender sexo y
esto nos hace ser una clase. Muchas leyes se basan en el preconcepto de que las
mujeres siempre pueden venderse a ellas mismas. En el ámbito labora, se
supone que las mujeres son sexuales, una especie de prostituta: dará sexo por
dinero o por trabajo. Eso es parte de lo que las mujeres somos. Es parte de lo
que ella es.
Nada en este sistema está desligado. La pornografía tiene una relación con la
violación, ya que la celebra. Tenemos cantidades de información del uso de la
pornografía en violaciones, en víctimas de incesto. Las feministas venimos
diciendo esto hace diez años y la autoridades decian que eran mentiras
delirantes. Pero alguien empezó a hacer estudios y se dió cuenta que si, la
violación tenía mucho que ver. El FBI no descubrió nada.
Lo mismo pasa con las golpizas. A las mujeres les encanta que les peguen; eso
dicen las autoridades. Las esposas maltratadas empezaron a hablar. Comienzan
a salir del cautiverio que las aterrorizó diez años, doce años, quince años. Cinco
años después aparecen sociologos que hicieron estudios y se dieron cuenta que
la mitad de las mujeres casadas son golpeadas. Para nosotras eso no es ninguna
noticia. Nosotras tenemos una gran técnica: escuchar a las mujeres. Es un
método secreto que no dejamos que nadie sepa. Así descubrimos el incesto.
Antes las autoridades decían que esto no pasaba y hoy usan nuestras mismas
cifras. Y pensamos que esa cifra es demasiado baja. Ya se darán cuenta que
también tenemos razón.
La Primera Enmienda fue escrita por varones blancos que sabían leer y escribir y
poseían tierras. Muchos de ellos tenían esclavos y mujeres. Era ilegal enseñarles
a los esclavos a leer y escribir, esto hacía que no pudieran ni preocuparse por la
Primera Enmienda. La alfabetización era una señal de clase alta. La Primera
Enmienda fue escrita para preservar el poder. Ahora protege otros tipos de
poderes, más vulgares. No son poderes aristocráticos. Es poder ligado con el
dinero. El poder del proxeneta. No empodera a las mujeres.
Todos queremos pensar en nosotros como individuos. Queremos pensar que
nuestras cualidades nos hacen diferentes y es brutal entender, que cuando sos
mujer, o negro, o judío, o cualquier otro tipo de condicionamiento por
nacimiento, las expresiones individuales no existen, están cerradas.
No hay nada que las feministas quieran más que volverse irrelevantes.
Queremos el fin de la explotación de las mujeres, pero mientras haya
violaciones, no habrá paz, ni justicia, ni igualdad, ni libertad. No vas a
convertirte en quien sos ni en quien querés ser. No vas a vivir el mundo como
quieras vivirlo. Entonces, hay que organizar una agenda. Yo no la tengo: mi
agenda es todo lo que puedo llegar a pensar y hacer, es movilizarse y
movilizarse y enfrentarse física e intelectualmente con el poder político. Tienen
que marchar, gritar, escribir. Es su responsabilidad, para ustedes y para todas
las mujeres. Hay algo que no es práctico y es la imporancia de tener claro qué
debe hacerse, sin olvidar el mundo en el que vivimos y el mundo en el que
deseamos vivir, y cuanto importa eso para una misma y para todas las demás
personas. Todos dicen que el cambio es imposible. El cambio no es imposible.
No es imposible. Muchas cosas tienen que cambiarse en el mundo. Ahora es
momento que empecemos a hablar de la condición de las mujeres, finalmente y
para siempre. Esta es mi agenda y les agradezco por escuchar.
— Andrea Dworkin
Este discurso fue dado a mujeres en Harper & Row, la editorial original de
‘Nuestra Sangre'(1976). Me refiero a esto en el prefacio de Nuestra Sangre en
este volumen: los hombres vestidos de traje tomaban notas y yo ya estaba
harta. Más tarde, los señores publicaron una versión “editada”. Este es el texto
original. Estuve muy complacida de que las empleadas de Harper & Row me
pidieran que hablara en un día que habían organizado en nombre de las
trabajadoras. Harper & Row era, en ese momento, el único editor sindicalizado
en Nueva York, y además había un grupo de mujeres. La mayoría de los
trabajadores en la publicación son mujeres, mal pagadas y sin poder.
Organizados con abogados y dinero para defender los derechos de los
pornógrafos, los editores no permiten que las que trabajan para ellos se
organicen como trabajadoras o como mujeres; ni prestan ninguna atención a los
derechos de los escritores a la dignidad económica o la integridad creativa. La
publicación es una industria apestosa y enferma en los Estados Unidos. Los
editores mal pagados y los trabajadores administrativos que escucharon este
discurso tenían mucho en común con la mujer que lo escribió: de eso se trata el
ensayo. Agradezco a las mujeres de Harper & Row por invitarme.
Los hombres son nuestro suministro de alimentos ya sea que vivamos en países
capitalistas donde los hombres controlan la industria, la agricultura y el estado,
o en países ‘socialistas’ donde los hombres controlan la industria, la agricultura
y el estado. Las mujeres saben que la supervivencia material y el bienestar
derivan de los hombres, ya sean hombres, padres, marineros, capataces,
empleadores o funcionarios del gobierno. La gente dice que el camino al
corazón de un hombre es a través de su estómago, pero son las mujeres las que
dan su corazón para evitar el hambre. Bajo el sistema de supremacía masculina
que ahora arruina nuestro planeta, las mujeres nos definimos primero por
nuestras capacidades reproductivas. Producimos bebés. Somos los primeros
productores del primer producto. Un producto es aquel que es hecho por el
trabajo humano. Nuestro trabajo es el primer trabajo y somos las primeras
trabajadoras. Aunque en realidad no todas las mujeres pueden producir bebés,
todas las mujeres se definen como las productoras de bebés. Es por eso que las
feministas radicales consideran a las mujeres como una clase de personas que
tienen en común la misma relación con la producción (reproducción).
Trabajamos y producimos bebés.
La materia prima con la que se forman los bebés son la carne y la sangre de la
madre, los nutrientes, la esencia de su propia existencia física. Un embrión
literalmente se alimenta y se forma del cuerpo de la madre. Es como si el
embrión fuera tejido, cosido a puntada, de su carne y su sangre. Una vez que
nace el bebé, este producto del trabajo de la madre, hecho de las materias
primas de su cuerpo, no le pertenece. Pertenece a un hombre. Pertenece a
alguien que no lo produjo y no puede producirlo. Esta propiedad está
sistematizada en la ley, la teología y las costumbres nacionales; es sancionado
por el estado, santificado en arte y filosofía, y respaldado por hombres de todas
las tendencias políticas. Un bebé que no es propiedad de un hombre no tiene
una existencia civil legítima. La relación entre la mujer que trabaja y produce y
el hombre que posee el producto es a la vez sexual y económica. En la
reproducción, el sexo y la economía no se pueden separar ni se pueden
distinguir unos de otros. La realidad material de la mujer está determinada por
una característica sexual, una capacidad de reproducción. El hombre toma un
cuerpo que no es el suyo, lo reclama, siembra su supuesta semilla, cosecha una
cosecha: coloniza un cuerpo femenino, lo roba de sus recursos naturales, lo
controla, lo usa, lo agota como lo desea, niega su libertad y autodeterminación
para que pueda seguir saqueando, avanza a voluntad para conquistar otras
tierras que parecen más verdes y seductoras. Las feministas radicales llamamos
a este comportamiento exclusivamente masculino “imperialismo fálico” y
vemos en él los orígenes de todas las demás formas de imperialismo. El coito es
el medio por el cual el macho coloniza a la hembra, independientemente de que
el objetivo sea la impregnación (reproducción).
En general, entonces, las mujeres hacen el trabajo más bajo de la sociedad sea
cual sea el trabajo más bajo que se perciba; y cuando las mujeres son las
principales trabajadoras en un campo, el campo en sí adquiere el bajo estatus
de las mujeres. Por lo tanto, es falso pensar que el estatus inferior de las
mujeres se disolverá cuando las mujeres hagan trabajo productivo o ingresen
libremente en profesiones de alto estatus. Cuando las mujeres ingresan en
cualquier campo en grandes cantidades, el estado del campo en sí se reduce.
Los hombres que están dentro lo dejan; los hombres que buscan trabajo no
entrarán en él. Cuando los hombres abandonan un campo, toman su prestigio
con ellos; cuando los hombres entran a un campo, le dan prestigio. De esta
manera, la subordinación de las mujeres a los hombres se perpetúa incluso
cuando las mujeres trabajan por un salario y no importa el trabajo que hagan las
mujeres. Cuando nos atrevemos a mirar estas amargas realidades económico-
sexuales, es como si miramos a los ojos de Medusa. La miramos y nos vemos a
nosotras mismos; vemos nuestra condición y es monstruosa; vemos nuestra
rabia y angustia en su horrible rostro y, aterrorizados de convertirnos en ella,
nos convertimos en piedra. Luego, por consuelo y por miedo, volvemos a mirar
a otro lado, a cualquier lugar, a los demócratas, a los socialistas, a los dirigentes
sindicales, a los trabajadores, a los homosexuales o a una hueste de figuras
autoritarias que prometen libertad en conformidad y paz en autoengaño. Pero
no habrá libertad ni paz hasta que las mujeres podamos determinar por
nosotras mismas la integridad y los límites de nuestros propios cuerpos, los usos
que haremos de nuestros propios cuerpos, es decir, hasta que tengamos
absoluta libertad reproductiva y hasta que se terminen los crímenes de violencia
sexual cometidos contra nosotras por hombres. Si estas necesidades
revolucionarias no son nuestra principal prioridad, seductores y proxenetas de
todas las tendencias nos guiarán por el sendero del jardín hacia el ocaso; lo que
siempre han hecho: saquear nuestros cuerpos, robar nuestro trabajo y
enterrarnos en tumbas sin nombre bajo la maleza de siglos de desprecio.
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La pornografía que se hace ahora usa a las mujeres para ser penetradas por
animales y por objetos. Los animales suelen ser perros, cosas como serpientes,
serpientes, anguilas. Los objetos son consoladores, pero también cuchillos –
objetos domésticos comunes: cuchillos, teléfonos, llamados ‘pistolas’.
La pornografía que usa mujeres asiáticas que se está vendiendo en este país en
este momento es la pornografía más brutal en el mercado. Comienza con las
mujeres que cuelgan de los árboles, que cuelgan en puertas, que se enganchan
para arriba en todas las maneras. Proviene de un comercio internacional de
mujeres asiáticas. Los burdeles en este país están llenos de mujeres asiáticas
que se han vendido. No existen como seres humanos reconocibles en la
pornografía. Nunca han existido en sus vidas como algo más que mercancías
que se venden para crear este tipo de placer sexual.
Utiliza las discapacidades de las mujeres como un activador sexual; mujeres sin
piernas, como un fetiche sexual. La mutilación de las mujeres es con frecuencia
la forma en que se presentan las mujeres con discapacidad. Se vincula con la
pornografía que se está creando y disfrutando en este país en este momento en
el que las mujeres simplemente son torturadas. Tortura: esa cosa que
reconocemos cuando le sucede a personas reales – hombres en prisiones –
sucede a las mujeres en los Estados Unidos para crear entretenimiento.
Las mujeres en la pornografía: ¿por qué están ahí? ¿Una niña dijo a la edad de
tres años, “Mamá, cuando crezca lo que quiero más que nada en el mundo es
ser colgada como un trozo de carne por Bob Guccione en Nueva York”? Tienes
que creer mirando estas diapositivas y decir que las mujeres están allí porque
quieren.
Otra razón por la que las mujeres están en la pornografía es que las mujeres son
pobres. La pobreza es algo real. Las mujeres en la pornografía en su mayor parte
no son mujeres que dijeron “¿Seré neurocirujana o estaré en una videotape de
violación?” No eran sus opciones; son las pobres y desposeídas de esta
sociedad.
Las mujeres también están en la pornografía porque las mujeres son violadas.
Las mujeres son violadas por los proxenetas que los consiguen en la prostitución
y la pornografía. Y las mujeres que son violadas, cada vez más, están siendo
fotografiadas. Los centros de crisis por violación nos han proporcionado esta
información durante un período de los últimos ocho años. Las fotografías de las
violaciones se encuentran en el mercado de la pornografía comercial. Son
discurso protegido. La posición es que puedes conseguir al violador para la
violación pero no puedes tocar la fotografía. Piensa en la vida de la mujer.
Pero la cuestión social sigue siendo: ¿Es dañina la pornografía? Veamos, porque
todo eso puede ser cierto, y todavía hay esta cuestión social, porque estamos
hablando de mujeres. Todas estas cosas se están haciendo a las mujeres. Así
que decimos, bueno, miren la foto, vean la foto, vean a la mujer, veanla
colgando de un gancho de carne. Mira, eso es una mujer: es un ser humano, y
está colgando de un gancho de carne. Mira, ese es el daño. Y la gente dice: “Eso
no es daño – ella está allí porque ella quiere.” Bueno, es daño, en realidad,
incluso si ella está allí porque ella quiere. ¿Sabes que hay leyes en este país que
dicen que no puedes consentir la violencia contra ti? Estos son los pequeños
matices de la civilización. Pero su foto no es prueba de que la pornografía cause
daño.
Ahora, en el fondo de la prueba están las mujeres a quienes les sucede. La razón
por la que el movimiento feminista nunca está en sintonía con esta sociedad es
que para nosotras es la cima de la prueba, no el fondo de la prueba. Sin
embargo, el testimonio de las mujeres, las mujeres que han sido víctimas, es
asombroso. Y lo que demuestra es que en todas las situaciones en las que las
mujeres experimentan la violencia, el estupro, el incesto, la prostitución, el
testimonio de las mujeres a las que ha sucedido – hay un gran número de ellas y
la pornografía es centro de lo que les sucedió, y nunca han podido decirle a
nadie porque han sido ridiculizados hasta la muerte. Recuerde lo que fue hacer
que la gente intente entender que la violación era algo real, que no era
divertido. Bueno, es muy difícil hacer que la gente entienda. Pero intenta ser
una mujer que ha sido constantemente maltratada durante un período de
tiempo debido a la pornografía que su marido utiliza, e intenta hacer que
alguien te crea eso.
Otra parte de prueba es que algunos ejércitos usan pornografía para aumentar
la agresión en sus tropas. El ejército británico lo utilizó en las Malvinas. Lo
usaron porque funciona. Llamo a esto evidencia empírica. Y lo usan en Irlanda.
En Irlanda, las mujeres irlandesas informan que han sido sacadas de las calles en
el último par de años por el ejército de ocupación británico y orinaron y luego
dejaron ir. Otros actos como ese – formas de acoso que nunca antes habían
experimentado. En Irlanda y en otros lugares, cuando las personas hacen estas
cosas a la gente, tienen razones políticas. En este país, es divertido.
Hay dos razones para ello: la primera razón es que este comercio de mujeres se
supone que es una expresión de nuestra naturaleza. No se trata de un puñado
de chulos que ganan dinero con nuestra explotación; esto es nosotros
realizando nuestros sueños.
La segunda razón es que si vas a hablar de dinero y su impacto en la
subordinación de las mujeres, también vas a tener que hablar de sexo como
explotación. Y si hay algo que los políticos en este país no quieren hacer, es
hablar de eso. Porque la forma en que las mujeres son oprimidas tiene que ver
con el nexo del sexo y el dinero y las formas en que nuestros cuerpos son
intercambiados y vendidos. Somos controlados a través del dinero y del sexo, y
la subordinación de las mujeres se logra a través del dinero y del sexo.
E incluso los gritos de las mujeres torturadas son silencio – y los hombres pagan
y ven y se divierten. Pero nadie escucha un grito humano. Eso es lo que significa
nacer hembra. Nadie escucha un grito humano.
Hay una aritmética de las libertades civiles de los derechos que me da un caso
vertiginoso de ansiedad matemática de la que no puedo recuperar nunca.
Se supone que creamos que cuando más libertad tienen ellos, más libertad
tenemos nosotras. Pero su libertad es nuestra servidumbre. Su libertad es
nuestra inequidad. Su libertad es nuestra explotación y nuestro dolor y nuestra
injuria. Y, de hecho, nuestros cuerpos son su lenguaje. Somos sus palabras, sus
oraciones. Ellos no pueden ejercer su libertad a menos que nosotras no
tengamos derechos en absoluto.
Cubre la industria actual de la pornografía tal como existe en este país. Esa es la
definición. Es concreto. Está despejado. Es específico.
Tiene cuatro partes. Eso significa que hay cuatro cosas que son procesables bajo
esta ley. Ahora, déjenme decirles primero: esto es una ley civil. No es una ley
penal. Ningún policía puede hacer arrestos. No bajo esta ley. Si alguien te
arresta y te dicen que tiene que ver con esta ley, están mintiendo. No tiene que
ver con esta ley, aparte del hecho de que esta ley no está en funcionamiento
ahora. No hay posibilidad de que la policía haga una detención bajo esta ley. Es
una acción civil presentada por una persona que afirma haber sido herida por la
pornografía.
La cuarta parte de la ley es sobre asalto o lesión, lesión física, debido a una
parte específica de la pornografía. Hay mujeres que son violadas por un hombre
que sostiene una imagen y dice: “Hace esto, perra. Abre tu boca así, perra, hazlo
de esta manera”; quien lee la pornografía para aprender a atar los nudos.
Cualquiera a quien le haya ocurrido puede demandar bajo esta ley y pueden
demandar a los pornógrafos, también.
Le diré lo que está mal con esta ley. Lo que hace es que ponga la carga sobre la
víctima: que tiene que demandar, que tiene que pagar por ello, que tiene que
soportar la indignidad de la exposición pública, y en la mayoría de los casos
tiene que demandar a la delincuencia organizada.
Me han dicho que esta ley es proteccionista. Me gustaría saber cómo. Hay un
estándar especial de trivialización para cualquier cosa que tenga que ver con los
derechos de las mujeres. No se supone que podamos cambiar nada. Se nos
permite decir cosas malas que se nos están haciendo y no nos gustan. Se nos
permite deplorar lo malas que son esas cosas. Se nos permite sentir dolor. Se
nos permite llorar. Se nos permite sentirnos enojadas. Maldita sea, no se nos
permite cambiarlo!
Ahora, esta ley es un esfuerzo modesto, manso, casi femenino. Es muy educado.
Dice: “Chicos, ustedes hacen su pornografía y reconocemos sus derechos”. Dice
“Haz lo que quieras pero las personas a las que heriste te van a demandar
después de lastimarlas”. Ahora, eso no es lo suficientemente bueno, pero es
algo. Es algo.
Quiero decir que hemos sido acusadas de estar aliadas con la Derecha desde el
comienzo del trabajo feminista contra la pornografía -la primera manifestación
en 1970-; todo lo que hemos hecho incluyendo nuestras demostraciones, cada
cosa, cada vez. No tenemos ninguno de los beneficios de esta alianza. No
tenemos dinero. No tenemos poder. No tenemos nada de eso.
Lo que quiero decirles es que en un país donde los hombres compran 8 mil
millones de dólares por año de desigualdad y de orgasmo, es hora de que las
feministas entiendan que hay un profundo compromiso con la desigualdad. La
forma para cambiarlo es que ustedes luchen contra las instituciones que están
poniendo el placer en poner a mujeres abajo. La gente está constantemente
tratando de desviarnos, sugiriendo que algo es más importante. Siempre
estamos preocupadas por los derechos de todo tipo de personas y por eso
siempre escuchamos.
Durante veinte años, personas que conocen y personas que no conocen dentro
del movimiento de mujeres, con su gran amplitud y fuerza, han estado
intentando comunicar algo muy simple: la pornografía sucede. Ocurre.
Abogados, llámenlo como quieran – llamenlo discurso, llámenlo acto, llámenlo
conducta. Catherine Mackinnon y yo lo llamamos una práctica cuando lo
describimos en la Ordenanza antipornografía de derechos civiles que
redactamos para la Ciudad de Minneapolis en 1983. Pero el punto es que
sucede. Le pasa a las mujeres, en la vida real. Las vidas de las mujeres se hacen
bidimensionales y muertas. Estamos aplastadas en la página o en la pantalla.
Nuestros labios vaginales están pintados de color púrpura para que el
consumidor pueda darse cuenta de dónde enfocar su atención. Nuestros rectos
se destacan para que sepa dónde empujar.
Hablamos del fetichismo en el sexo. Los psicólogos siempre han hecho que
signifique, por ejemplo, que un hombre eyacule a un o sobre un zapato. El
zapato se puede plantear como si fuera una mesa lejos del varón. Está excitado,
se frota contra el zapato, se masturba. Él tiene sexo con el zapato. En la
pornografía, eso le sucede al cuerpo de la mujer; se convierte en un fetiche
sexual y el amante, el consumidor, eyacula sobre ella. Es una convención en la
pornografía que el esperma este ‘en ella’, no ‘sobre ella’. Marca el lugar, como
lo posee y donde. Eyacular sobre ella es una manera de decir que esta
contaminada con su suciedad. Ella está sucia. Este es el discurso del pornografo,
no el mío. El Marqués de Sade siempre se refiere a la eyaculación como
contaminación.
Los pornografos usan cada atributo que tenga una mujer. Lo sexualizan.
Encuentran una manera de deshumanizarlo. Esto se hace de maneras concretas,
por ejemplo, en la pornografía, la piel de la mujer negra es tomada como un
órgano sexual. Una hembra, despreciada por supuesto, necesita ser castigada.
Su piel misma es el fetiche, el objeto encantado. La piel es donde la violación se
actua – a través del insulto verbal, a través de palabras sucias dirigidas a su piel
– y el asalto sexual (golpear, azotar, escupir, cortar, atar, quemar, morder,
masturbar y eyacular).
En la pornografía, todo significa algo. Les hable de la piel de las mujeres negras.
La piel de las mujeres blancas tiene un significado en la pornografía. Es una
sociedad de Supremacía Blanca, la piel de una mujer blanca significa privilegio.
Ser blanca es lo mejor posible. Entonces, ¿qué significa que el porno este lleno
de mujeres blancas? significa que cuando uno toma a una mujer que está en la
cima de la jerarquía en términos raciales y le pregunta ‘¿qué deseas?’ ella, que
se supone tiene algo de libertad y de opciones, dice ‘quiero ser usada’. Ella dice
‘usame, lastimame, explotame, eso es lo que quiero’. La sociedad nos dice que
ella es el estándar, el estándar de belleza, el estándar de ‘mujeridad’ y
femeneidad’. Pero de hecho, ella es el estándar de la complacencia. Es el
estándar de la sumisión. Es el estándar para la opresión. Es un emblema, lo
encarna, ella modela la opresión. Hay que decir que ella hace lo que necesita
para mantenerse viva, la configuración de su conformidad es predeterminda por
varones que gustan de eyacular en su piel blanca. Ella está a la venta. Entonces,
¿de que vale su piel blanca? hace que su precio solo sea un poco mas alto.
Cosas son hechas a mujeres todos los días que podrían ser consideradas
violentas si fueran hechas en otro contexto, no sexualizado, hacía un varón. Las
mujeres son empujadas, sentadas, calladas por nombres insultantes, son
bloquedas del paso en la calle o en la oficina. Las mujeres simplemente se
mueven. Violación sadica, violación en grupo, asesinato en serie de no-
prostitutas. Los golpes, los empujones, los bloqueos. Estas mismas invaciones
serían comprendidas como ataques hechas a los hombres. Hechas a mujeres, la
gente piensa que está mal, pero está bien. Está mal, pero está todo bien. Está
mal, pero así son las cosas. No hagas un caso federal de esto. Se me ocurre que
debemos tratar con el corazon del doble estandar, con la percepción de lo que
el odio es y lo que no es.
Los varones usan el sexo para lastimarnos. Se puede argumentar que ellos
tienen que hacernos daño, disminuirnos, para poder tener relaciones sexuales
con nosotras, romper las barreras de nuestros cuerpos, agredirnos, invadirnos,
empujarnos un poco, expresar verbalmente o físicamente hostilidad. Se puede
argumentar que para que los varones tengan placer sexual con las mujeres,
tenemos que ser inferiores y deshumanizadas, lo que significa, controladas, lo
que significa, menos autónomas, menos libres, menos reales.
El problema para las mujeres es que ser lastimadas es ordinario. Sucede cada
día, todo el tiempo, en algún lado a alguien, en cada vecindario, en cada calle,
en intimidad, en la multitud: las mujeres son lastimadas. Nos consideramos
afortunadas cuando alguien solamente nos insulta y nos humilla. Quienes han
sido golpeadas en el matrimonio (un eufemismo de tortura) también tienen una
idea de la suerte que es. Somos siempre felices cuando algo menos malo de lo
que pensábamos posible sucede y nos decimos que si no nos conformamos con
lo menos malo, hay algo mal en nosotras. Es hora de parar eso.
Cuando una piensa en las vidas ordinarias de las mujeres y de los niños,
especialmente de las niñas, es muy difícil no pensar en que estamos buscando
una atrocidad, si tenemos los ojos abiertos. Tenemos que aceptar que estamos
buscando una vida ordinaria: las heridas no son excepciones, más bien, son
sistemáticas y reales. Nuestra cultura lo acepta, defiende, nos castiga por
resistirnos a eso. El lastimar, el rebajar, la crueldad sexualizada, es a propósito,
no son accidentes o errores.
La pornografia juega un gran papel en normalizar las maneras en las que somos
degradadas y atacadas, en como humillarnos e insultarnos parece natural e
inevitable.
Quisiera que piensen especialmente sobre estas cosas. Numero uno: los
pornografos usan nuestros cuerpos como su lenguaje. Todo lo que dicen, lo
dicen usandonos. Ellos no tienen derecho a eso. No deberían tener derecho a
eso. Número dos: proteger constitucionalmente como si fuera libertad de
expresion significa que hay una nueva forma en la que somos propiedad legal. Si
la Constitución protege la pornografia como discurso, nuestros cuerpos les
corresponden a los proxenetas que necesitan usarnos para decir algo. Ellos, los
humanos, tienen el derecho humano de libertad de discurso y la protección
constitucional, nosotras, la propiedad, propiedad mueble, somos sus cifras, sus
símbolos sistemáticos, las piezas que organizan en orden para comunicar.
Somos reconocidas solo como el discurso de un proxeneta. La Constitución está
del lado que siempre estuvo: del propietario de bienes, incluso cuando su
propiedad es una persona definida como persona a causa de la confabulación
entre la ley y el dinero, la ley y el poder. La Constitución no es nuestra a menos
que trabaje para nosotras, especialmente proveyendo de refugio a los
explotadores. Número tres: la pornografía usa a las que quedaron fuera de la
Constitución. La pornografía usa a mujeres blancas, que eran como muebles. La
pornografía usa mujeres afroamericanas, que eran esclavas. La pornografía usa
hombres estigmatizados, por ejemplo, hombres afroamericanos, que eran
esclavos, a menudo son sexualizados por los pornográfos contemporáneos
como si fueran violadores-animales. La pornografía no está conformada por
hombres blancos. No lo está. Ellos están haciendo esto con nosotras o
protegiendo a quienes nos hacen esto. Se benefician de ello. Y hay que
detenerlos.
Piensen en como el matrimonio controlo a las mujeres, como las mujeres eran
propiedades bajo la ley, esto no empezó a cambiar hasta principios del siglo XX.
Piensen en el control que la Iglesia tuvo sobre las mujeres. Piensen en que la
resistencia se movilizó, y trayendoles problemas a todos esos hombres que
pensaban que daban por sentado que esto les pertenecia. Piensen en la
pornografía como una nueva institución de control social, un uso democrático
del terrorismo contra las mujeres, una manera de decir públicamente que cada
mujer que camina por la calle ‘baja la mirada, mira hacia abajo, perra, porque
cuando mires hacia arriba vas a ver una imagen de ti misma colgada, vas a ver
tus piernas abiertas. Eso es lo que vas a ver’.
La pornografía nos dice que el deber de la mujer es ser usada. Y solo quiero
decirles que la Ordenanza anti-pornografía que Catherine MacKinnon y yo
hemos desarrollado en Minneapolis dice que el deber de las mujeres no es ser
usadas. La Ordenanza repudia las premisas de la pornografía y su uso eventual
demostrará que las mujeres desean la igualdad.
En su vecindario, durante siete años habian estado luchando contra una serie de
leyes contra la zonificacion (division por zonas) que permitian a la pornografia
destruir la calidad de vida. La ciudad podria borrar a su poblacion porque en su
mayoria no eran blancos y eran mayormente pobres. La pornografia era puesta
a proposito en esos lugares y mantenida fuera de los barios ricos y blancos.
Estos activistas vinieron a nosotras y nos dijeron: conocemos de ese tema del
odio hacia las mujeres. Esto es prácticamente una cita literal: sabemos que el
tema aquí es el odio hacia las mujeres y queremos hacer algo al respecto, ¿qué
podemos hacer?
Queremos una ley que repudie lo que le pasa a las mujeres cuando la
pornografía le sucede a las mujeres. En general, el sistema legal misógino limita
a los pornografos: abstractamente le podemos llamar sesgo de genero, pero el
sistema legal incorpora un odio casi visceral a los cuerpos de las mujeres, como
si existieramos para provocar abusos, y como ellos, mienten. Tengo un
personaje en ‘Mercy’, llamado ‘Andrea’, que dice que uno debe estar limpio
antes de ir ante la ley. Ahora ninguna mujer está limpia o lo suficiente. Eso es lo
que descubrimos cada vez que intentamos procesar una violacion: no estamos
limpias. Pero ciertamente las mujeres que están en la pornografia no están
limpias, y las mujeres que se venden en las esquinas no están limpias, las
mujeres que estpan siendo maltratadas en sus casas y siendo pornografiadas no
están limpias. Cuando una mujer usa esta Ordenanza, no necesitara estar
‘limpia’ para decir con dignidad y autoridad, ‘soy alguien y por lo tanto, me
resisto’.
El Tribunal dijo que las mujeres victimizadas que querían usar la Ordenanza no
eran nadie. El proxeneta si es alguien, él importa, vamos a protegerlo. No fue
una sorpresa. Y cuando la Corte dijo que el consumidor si era alguien, y ustedes,
mujeres, no son nadie, no importa cuando las hayan lastimado, él es alguien y
estamos aqui por él. No fue una sorpresa. Y no fue una sorpresa cuando el
Tribunal dijo que cuando las mujeres afirman su derecho a la igualdad sólo
están expresando un punto de vista, una opinion, que deberiamos debatir esas
ideas, no legislarlas. Cuando afirman que han sido lesionadas – esa violación,
esa paliza, ese secuestro – tienes solo un punto de vista al respecto, pero en si
mismo la lesión no significa nada. No fue una sorpresa que la Corte diga que
habia una relación entre la pornografía y las lesiones de las mujeres, pero que
esa relacion no importa, porque el tribunal tiene otro punto de vista, que pasa a
ser el mismo de los pornografos: las mujeres no valen nada excepto lo que
pagamos por ellas, en ese famoso libre mercado donde tomamos su realidad
corporal para hacerla una idea.
Nada de esto fue una sorpresa. Cada cosita fue un atropello.
Tienen que hacer esto posible. Han pasado diez años. Cuenten el número de
mujeres que han sido heridas en estos diez años. Cuántas de nosotras hemos
tenido la suerte de haber sido solamente insultadas y humilladas. Cuenten. No
podemos esperar otros diez años. Las necesitamos, las necesitamos ahora, por
favor, organícense.
Estoy muy honrada de estar aquí, con mis amigas y compañeras, mis hermanas
en este movimiento.
También siento un terrible conflicto de estar aquí, porque es muy difícil pensar
en hablar sobre prostitución en un establecimiento académico. Es realmente
difícil.
La suposición de la Academia puede apenas imaginar la realidad de la vida de las
mujeres en la prostitución. La vida académica es precedida por la noción de que
hay un mañana y un próximo día y próximo día; o que alguien puede entrar del
frío para estudiar; o que hay una clase de discurso de ideas o que hay un año de
libertad en donde puedes tener desacuerdos que no te costaran la vida. Hay
premisas que los estudiantes aquí o quien enseña aquí actúan cada día. Ellos
son antitéticos a la vida de la mujer quien está en prostitución o quien lo ha
estado.
No puedo reconciliar estas diferentes premisas. Solo puedo decir que las
premisas de las mujeres prostituidas son mis premisas. Ellas son de las cuales
parto. Son en lo que mi trabajo se ha basado en todos estos años. No puedo
aceptar porque no puedo creer las premisas que salen de la academia: el
feminismo que dice que escuchemos a todos los lados, año tras año, y entonces,
algún día, en el futuro, por algún proceso que aún no hemos encontrado, vamos
a decidir qué es correcto y qué es verdadero. Eso no tiene sentido para mi.
Entiendo que eso no tiene sentido para muchos de ustedes. Estoy hablando a
través de la división cultural más grande de mi vida. He estado intentando
hablar a través de eso por veinte años con lo que considero un éxito marginal.
Quiero regresar a las bases. Prostitución: ¿qué es? Es el uso del cuerpo de una
mujer para el sexo por parte de un varón. Él paga dinero, él hace lo que quiere.
En el minuto que te mueves de lo que es la realidad, te mueves de la
prostitución al mundo de las ideas. Te sentirás mejor, la pasaras mejor, es más
divertido. Hay mucho que discutir, pero estarás discutiendo ideas, no
prostitución. La prostitución no es una idea. Es la boca, la vagina, el recto,
penetrado usualmente por penes, algunas veces por manos, objetos, por un
varón, y luego otro, y otro, y otro y otro. Eso es lo que es.
Les pido que piensen sobre nuestros cuerpos, si pueden hacerlo fuera de lo que
los pornógrafos han creado en sus mentes, las monótonas y muertas bocas y
vaginas y anos de mujer. Les pido que piensen concretamente en sus propios
cuerpos usados de esa manera. ¿Cuán sexy es? ¿Es divertido? La gente que
defiende la prostitución y la pornografía quiere que sientan una pequeña
emoción cada vez que piensen en algo clavado en una mujer. Yo quiero que
sientan los tejidos delicados de su cuerpo que están siendo abusados. Yo quiero
que sientas lo que se siente cuando pasa una y otra y otra y otra y otra y otra
vez. Porque eso es lo que es la prostitución.
Por eso es que -desde la perspectiva de una mujer en prostitución o una mujer
que ha estado en la prostitución- las distinciones que otras personas hacen
entre sí sucedió en el Hotel Plaza o en algún lugar menos elegante no son
distinciones que importen. Estas son percepciones irreconciliables, con premisas
irreconciliables. Claro que las circunstancias importan, dicen. No, no importan,
porque estamos hablando del uso de la boca, la vagina y el recto. Las
circunstancias no mitigan o modifican lo que es la prostitución.
La función mágica del dinero tiene género; esto es decir, las mujeres no
suponen tener dinero, pero cuando una mujer tiene dinero, presuntamente las
mujeres pueden hacer elecciones, y una de esas elecciones que las mujeres
pueden hacer es no estar con un varón. Y si una mujer decide no estar con un
varón, los varones serán negados del sexo que sienten el derecho de tener. Y si
se requiere que una clase entera de personas sea tratada con crueldad y
indignidad y humillación, puestas bajo una condición de servidumbre, para que
los varones puedan tener el sexo que piensan que tienen que tener, entonces
eso pasara. Esta es la esencia y el significado de la dominación masculina.
Dominación masculina es un sistema político.
Ella es, por supuesto, la última anónima. Los varones aman eso. Mientras ella
está en su vigésimo cuarto nombre falso – Dolly, Baby, Cutie, Cherry Tart,
cualquiera de lo que los pornógrafos están cocinando esta semana como
dispositivo de marketing – su falta de nombre le dice al varón; ella no es nadie
real. No tengo que tratar con ella, no tiene apellido después de todo, no tengo
que recordar quien es, no es nadie especifico para mi, es una encarnación
genérica de una mujer. Es percibida como, tratada como – y quiero que
recuerden esto, esto es real – una barro vaginal. Es sucia, un montón de varones
estuvieron ahí. Un montón de semen, un montón de lubricante vaginal. Esto es
visceral, esto es real, esto es lo que pasa. Su ano es a menudo desgarrado en la
relación sexual, sangra. Su boca es un recipiente para el semen, así es percibida
y así es tratada. Todas las mujeres son consideradas sucias por la sangre
menstrual, pero ella sangra en otros momentos, en otros lugares. Sangra
porque ha sido lastimada, sangra y tiene moretones en ella.
Cuando los varones usan una mujer en prostitución, están expresando un puro
odio al cuerpo femenino. Es puro como nada en la Tierra lo es y lo ha sido. Es un
desprecio muy profundo, tan profundo, que una vida entera humana es
reducida a un par de orificio sexuales, y él puede hacer cualquier cosa que
desee. Otras mujeres en esta conferencia han dicho eso ya. Quiero que lo
entiendan, que les crean. Es verdad. Él puede hacer lo que desee. Ella no tiene
donde ir. No hay policía para quejarse; quizás el policía sea el chico que hace
esto. El abogado al que ella va querrá un pago especial. Cuando necesite
atención médica; resulta que es tan solo otro prostituyente. ¿Entienden? Ella es
literalmente nada. Ahora, muchas de nosotras tenemos experiencias en donde
nos sentimos como si fuéramos nada o sabemos que alguien nos considera nada
o menos que nada, sin valor, pero para las mujeres en la prostitución esta es la
experiencia de vida de cada día.
Ahora, en la historia del genocidio, por ejemplo, los Nazis se referían a los judíos
como un llano y decían ‘vamos a exterminarlos’. En la historia del esclavismo de
personas indígenas en las Américas, quienes hacen política decían ‘son un llano,
mátenlos’. Catherine MacKinnon habló recientemente sobre la limpieza de
género: asesinato de prostitutas. Ella está acertada. Las mujeres prostituidas
son mujeres que están ahí, disponibles para el ginocidio. Y mujer prostituidas
son asesinadas todos los días y no pensamos que estamos enfrentando algo
parecido a una emergencia ¿Por qué deberíamos? No son nadie. Cuando un
hombre mata a una prostituta, se siente en lo correcto. Es una muerte con
derecho. Solamente se acaba de deshacer de un pedazo de suciedad y la
sociedad le dirá que está bien.
Uno de los conflictos que siento sobre hablar aquí, estando aquí, es que tengo
miedo de que cualquier cosa que diga sea un poco abstracta y mover
inmediatamente la mente de todos del tema fundamental. Y la cuestión
fundamental es que lo que se le hace a una mujer prostituida, es exactamente
lo que es la prostitución. Pero tengo que arriesgarlo porque quiero decirles que
no pueden pensar en la prostitución si no están dispuestos a pensar en el
hombre que necesita coger una prostituta. ¿Quién es él? ¿Qué está haciendo?
¿Qué quiere? ¿Qué necesita?
Él es todos. Quiero que se tomen una hora, el lunes. Quiero que caminen a su
escuela y miren a cualquier hombre. Quiero que le saquen la ropa con sus ojos.
Quiero que lo vean con un piquete. Quiero que lo pongan en su mente sobre
una mujer con dinero en la mesa al lado. Todos. El decano de esta escuela de
Derecho. Los profesores, los estudiantes varones, todos. Si van a la sala de
emergencias, quiero que lo hagan. Si tienen un ataque al corazón, quiero que lo
hagan con el interno que los está atendiendo. Porque este es el mundo en
donde una mujer prostituida vive. Es un mundo en donde no importa lo que te
pase, hay un varón que quiere una parte de ti. Y si necesitas algo de él, tienes
que darle esa parte.
Los varones que usan prostitutas piensan que son grandes y realmente
valientes. Están orgullosos de ellos mismos, se jactan un montón. Escriben
novelas, escriben canciones, escriben leyes – producen cultura – y tienen la
sensación de que son muy aventureros y heroicos y ¿por qué piensan esto?
porque son predadores que salen y cazan mujeres – se frotan contra una mujer
sucia y viven para contarlo -. Dios mío, viven para contarlo.
Desafortunadamente. Virtualmente todo el tiempo, no importa lo que digan
que han hecho, no importa cuando daño le han hecho, ellos viven para contarlo,
para cantarlo, para escribirlo, para hacer programas de televisión sobre eso,
hacer películas sobre eso. Me gustaría decirles que esos varones son cobardes,
que esos varones son salvajes, que esos varones son tontos y estos hombres son
capaces de hacer lo que hacen porque tiene el poder de los hombres detrás de
ellos, lo consiguen porque usan la fuerza contra la mujer. Si quieren una
definición de lo que es un cobarde, es la necesidad de empujar a toda una clase
de personas para poder caminar sobre ellas. Las sociedades están organizadas y
los hombres tiene el poder que necesitan para usar a la mujer que es
prostituida. Por ejemplo, en los Estados Unidos, las mujeres son pobres, las
mujeres son las mayores víctimas de incesto, las mujeres no tienen hogar. En
partes de Asia, son vendidas a la edad de seis meses porque son hembras. Así es
como lo hacen allí. No tiene que hacerse de la misma forma en cada lugar para
que sea lo mismo.
Necesitamos hablar sobre el rol del varón creando odio a la mujer, creando el
prejuicio contra la mujer, usando la cultura para apoyar, promover, abogar y
celebrar las agresiones contra mujeres. Necesitamos mirar el rol del varón
creando la idea política de libertad que solamente ellos pueden tener. ¿No es
gracioso? ¿Qué es la libertad? Dos mil años de discurso y de algún modo logran
dejarnos fuera. Es un monólogo increíblemente egoísta el que tuvo lugar.
Tenemos que mirar el papel del varón en la creación de sistemas políticos que
subordinan a las mujeres, y eso significa mirar el rol del varón en la creación de
la prostitución, en la protección de la prostitución – como la ley lo refuerza,
como lo hacen los periodistas, como lo hacen los abogados. Necesitamos saber
porque todos esos varones usan prostitución y destruyen la dignidad de las
mujeres.
La cura del problema es política. Eso significa quitarles el poder a los varones.
Esto es una cosa real, es una cosa seria. Tienen demasiado. No lo usan bien. Son
matones. No tiene derecho de lo que tienen; y eso significa que hay que
sacárselo. Tenemos que sacarles el poder que tienen. Tenemos que sacarles el
poder que tienen para lastimarnos. Tenemos que sacarles el dinero. Tienen
demasiado. Cualquier hombre con suficiente dinero para gastar degradando la
vida de una mujer en prostitución, tiene demasiado dinero. Él no necesita lo que
tiene en el bolsillo. Pero hay una mujer que si.
Ahora, esto costará luchar contra ellos. Tienen que serles quitadas todas las
mujeres, ¿me entienden? Necesitan ser levantados y apagados. Lo que es
intratable de la prostitución es la dominación masculina. Y es la dominación
masculina la que tiene que ser terminada para que las mujeres no sean
prostituidas.
Ustedes, ustedes, ustedes tienen que debilitar y destruir cada institución que es
parte de cómo los varones mandan sobre las mujeres. Y no pregunten si deben.
La pregunta es ‘cómo’, no ‘sí’. ¿Cómo? Háganlo, en vez de pasar sus vidas
debatiendo si deben hacer esto o hacer eso y que si lo hacen realmente es
merecido o es justo. ¿Justo? Queridos, podríamos sacar las ametralladoras esta
misma noche. ¿Justo? Se rompen nuestros corazones con esta pregunta. ¿Es
justo? no respeten sus leyes. No, no respeten sus leyes. Las mujeres necesitan
hacer las leyes. Espero que Catherine MacKinnon y yo hayamos hecho el
ejemplo. Lo hemos tratado. No hay ninguna razón para que ninguna mujer en el
mundo esté haciendo una felación en el sistema legal actual. Pero sobre todo,
esto es lo que una escuela de Derecho debe enseñar a hacer.
Les pido que sean enemigos de la supremacía masculina, porque tiene que ser
destruida para que termine el crimen de la prostitución – el crimen contra las
mujeres, contra los derechos humanos. Y todo lo demás que esté detrás de este
punto es una mentira, una excusa, una disculpa, una justificación, y todas las
palabras abstractas son mentiras. ‘Justicia’, ‘verdad’, ‘igualdad’, son mentiras.
Mientras las mujeres se prostituyen, son mentiras. Pueden decir una mentira y
esta Institución les enseñara cómo decirla. O pueden usar sus vidas para
desmantelar el sistema que crea y protege este abuso. Ustedes, personas bien
formadas, puede elegir entre el abusador o el rebelde, la resistencia, el
revolucionario. Pueden estar con la hermana a la que él se lo está haciendo. Y si
son muy valientes pueden tratar de estar en el medio para que él tenga que
pasar por ustedes para llegar a ella. Que, por cierto, es el significado de la
elección de palabras que a menudo es mal utilizada. Estas son las opciones. Les
pido que hagan una elección.