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EL AGNOSTICISMO
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, y no sólo hoy, todo ser humano
ha ido defendiendo un pensamiento,
ideología o doctrina; sobre su origen y el
origen de la naturaleza.
Los fundadores de esta filosofía son Hume (1711-1776), que era inglés, y
Kant (1724-1804), un alemán. Ambos han tratado de conciliar el idealismo
y el materialismo.
Ahora, para saber cómo tiene nuestra mente conocimiento de los objetos,
esto puede ser debido a la energía de nuestra
misma inteligencia o a la acción de algún espíritu invisible y desconocido o
también a alguna causa menos conocida todavía.
He aquí una teoría seductora que, por otra parte, se halla muy extendida. La
encontramos bajo diferentes aspectos en el curso de la Historia, entre las
teorías filosóficas, y en nuestros días, entre todos aquellos que pretenden
“permanecer neutrales y mantenerse en una reserva científica”.
Ya hemos visto que el agnóstico distingue las “cosas para nosotros” y las
“cosas en sí”. El estudio de las cosas para nosotros es por lo tanto posible:
es la ciencia; pero el estudio de las cosas en sí es imposible, porque no
podemos conocer lo que existe fuera de nosotros.
El resultado de este razonamiento es el siguiente: el agnóstico acepta la
ciencia; cree en ella y quiere practicarla y, como no se puede hacer ciencia
sino a condición de expulsar de la naturaleza toda fuerza sobrenatural, ante
la ciencia él es materialista.
Los agnósticos dicen: “En otra época, los hombres veían el sol como un
disco chato y creían que tal era la realidad: se engañaban. Hoy, la ciencia
nos dice que el sol no es tal como lo vemos y pretende explicar todo. Sin
embargo, sabemos que se engaña a menudo, destruyendo un día lo que
construyera la víspera. Error ayer, verdad hoy, pero error mañana. De este
modo, sostienen los agnósticos, nosotros no podemos saber, la razón no nos
aporta ninguna certidumbre. Y si fuera de la razón hay otros medios que,
como la fe religiosa, pretenden darnos certidumbres absolutas, ni siquiera
la ciencia. Puede impedirnos creer en ello. Al disminuir la confianza en la
ciencia, el agnosticismo prepara así el retorno de las religiones.
Los agnósticos nos dicen que es imposible afirmar que el mundo exterior
existe o no existe. Pero mediante la práctica nosotros sabemos que el
mundo y las cosas existen. Sabemos que las ideas que nos hacemos de las
cosas son justas, que las relaciones que hemos establecido entre las cosas y
nosotros son reales.