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ansiedad
Hablamos mucho de emociones, pero ¿qué son exactamente las
emociones? Las emociones son respuestas que se reflejan en
nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestra conducta.
(psicofisiológicas, cognitivas y conductuales) y que se producen
ante un evento externo/interno.
Estas reacciones son involuntarias y de origen biológico.
Las emociones son el motor que nos empuja a vivir, o más bien a
sobrevivir, ya que la principal función de las emociones es procurar
nuestra supervivencia.
La parte del cerebro encargada de producir estás reacciones es el
sistema límbico.
Cada emoción es diferente, pero podemos diferenciar dos grandes
tipos de emociones: las emociones positivas y negativas.
Las emociones se dividen en positivas y negativas según si se
sienten de forma agradable o desagradable. Sin embargo, toda
emoción es necesaria y lo más importante es escucharlas y saber
entenderlas, algo que no es tan fácil, sobre todo con las emociones
consideradas negativas.
Qué son las emociones negativas
En primer lugar, es necesario aclarar que la división
entre emociones positivas y negativas es una clasificación popular
y que lo correcto es hablar de emociones adaptativas y
desadaptativas. Es importante saber que no hay emociones
buenas o malas, sino que todas las emociones son, ante todo,
necesarias para sobrevivir. Las emociones funcionan como brújulas
guiándonos hacia lo que es mejor para nosotros o nuestra
supervivencia.
Cada emoción tiene su función y es esencial escuchar la emoción y
entenderla.
Origen de la fobia
Tiene su origen en la etapa fálica, del 2o. al 5o. año de vida. En
esta etapa el niño quiere rechazar recuerdos desagradables y en
consecuencia desarrolla una fuerte angustia -fobia- frente al
recuerdo del suceso, el niño no se da cuenta de este proceso hasta
que ocurre un fenómeno psíquico de autodefensa.
La ansiedad
A continuación profundizaremos sobre qué es la ansiedad, los tipos
de ansiedad y los efectos y síntomas de la ansiedad.
Definición de ansiedad
La ansiedad es una de las consideradas emociones negativas.
¿Qué es la ansiedad? La definición de ansiedad es un estado de
agitación e inquietud, parecida a la producida por el miedo, pero
carente de un estímulo desencadenante concreto, aunque a veces
está asociada a estímulos concretos, como es el caso de la
ansiedad social. La distinción entre ansiedad y miedo consiste en
que la reacción de miedo se produce ante un peligro real y la
reacción es proporcionada a este, mientras que la ansiedad es
desproporcionalmente intensa. Además, ningún estímulo peligroso
está presente físicamente.
La ansiedad puede dar lugar a trastornos psicopatológicos
llamados trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad
generalizada o las fobias. Estos están relacionados con una
reacción de miedo desmedida e inapropiada. La ansiedad es la
reacción que produce la mayor cantidad de trastornos mentales,
conductuales y psicofisiológicos.
Tipos de ansiedad
Se distinguen dos tipos de reacciones de ansiedad:
La ansiedad específica: está suscitada por un estímulo concreto
que puede ser real o simbólico, pero que no está presente ni es
inminente.
La ansiedad inespecífica: no está asociada a estímulos
determinados.
¿Qué provoca la ansiedad?
El origen de la ansiedad depende de múltiples factores que se
relacionan entre ellos. Los principales factores son:
La personalidad. Según los rasgos de personalidad, una persona
puede tener mayor o menor predisposición a la ansiedad.
Recibir un estilo educativo sobre-protector.
Vivir acontecimientos traumáticos o experiencias desagradables.
Ver acontecimientos traumáticos o experiencias desagradable
vividos por otras personas.
Los desencadenantes de la ansiedad no son estímulos que puedan
dañar directamente a la persona, sino que son reacciones
aprendidas de amenaza, y están determinados por características
personales. Por tanto, la ansiedad se origina y se mantiene, en
gran medida, por el efecto del aprendizaje. Según el psicólogo
Stanley Rachman, las expectativas de peligro pueden generarse
por medio de tres procesos de aprendizaje distintos:
Condicionamiento clásico: cuando se asocia un estímulo neutro
con un estímulo que genera miedo, el estímulo neutro puede
acabar generando ansiedad.
Aprendizaje observacional: cuando se observa a otras personas y
se aprende de su comportamiento y de los sucesos que les
ocurren.
Transmisión de información que contribuya a la aparición de
expectativas de peligro.
Para que se origine la ansiedad, se tienen que valorar las
situaciones como muy importantes para el bienestar tanto físico
como psíquico de la persona y contrarias a las metas que pretende
alcanzar la persona. También se valoran como difíciles de afrontar,
ya que dependen de algo externo. Se valora también que ante esta
situación, es necesario un cierto grado de urgencia en actuar.
En el caso de la ansiedad patológica, el mero recuerdo de
situaciones desagradables o simplemente pensar en el futuro con
un cierto temor, son desencadenantes típicos de estas reacciones.
Efectos y síntomas de la ansiedad
Los efectos y síntomas subjetivos de la ansiedad son: tensión,
nerviosismo, malestar, preocupación, aprensión e incluso
puede llegar a sentimientos de pavor o pánico, dificultades para el
mantenimiento de la atención y la concentración, juntamente con
pensamientos de tipo intrusivo.
En cuanto a la actividad fisiológica de la ansiedad, los efectos
fisiológicos son similares a los producidos por el miedo, aunque
menos intensos. La ansiedad produce también dilatación pupilar y
aumento en la sudoración. También se produce un
importante aumento de la actividad suprarrenal, que eleva la
secreción de adrenalina y noradrenalina y reduce los niveles de
catecolaminas. También aumenta la secreción de glúcidos y lípidos
al flujo sanguíneo.
Todos estos cambios en la actividad fisiológica pueden ser tan
marcados que hacen que la persona llegue a percibirlos, es decir,
puede producir sensaciones tales como taquicardias, mareos,
ruboración, tensión estomacal o sudoración. La percepción de
tales alteraciones fisiológicas se convierte a su vez en
desencadenante de la propia ansiedad.
Por último, el miedo y la ansiedad pueden desembocar en ataques
de pánico, que son condiciones extremas de bloqueo
acompañadas de hiperventilación, temblores, mareos y
taquicardias, así como sentimientos altamente catastrofistas y de
pérdida total del control de la situación.
Curar el miedo
Cambia tu forma de pensar y de actuar
Los pensamientos mecánicos y rígidos no te ayudarán en absoluto,
así que debes intentar eliminarlos. Una vez conseguido esto
podrás cambiar tus patrones de comportamiento y conducta y
entonces, conseguirás acabar con el estímulo que te provoca la
ansiedad y por tanto también, su reacción.
De qué tienes miedo
Debes averiguar qué es lo que te está causando ese malestar,
es decir, ¿a qué tienes miedo exactamente? Para averiguarlo
deberás saber de dónde viene, de qué surge y qué es lo que te
provoca. Cuándo sepas contestar a estas cuestiones podrás ser
capaz de enfrentarte a él.
Procesar la información
Debes saber qué es lo que piensas del mundo y cómo lo haces.
También es importante que sepas qué es lo que piensan los demás
de ti puesto que esto condicionará tu estado de ánimo y tu
conducta. ¿Cuáles son los pensamientos que te bloquean y que te
invalidan? Detéctalos e identifica qué significado le atribuyes a las
cosas. ¿Son racionales o inválidos? Los pensamientos que
detectes que son inútiles, reemplázalos por otros adecuados y
reales.
Ten confianza en ti mismo
Sí, tú debes tener la confianza absoluta sobre ti mismo y saber
cuáles son tus capacidades. Piensa en las ayudas que puedes
hacer a los demás y cuáles son las que puedes tener de ellos.
Hablar y compartir tus experiencias con personas cercanas a ti te
servirá de gran ayuda para curar tus miedos.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no
tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un
tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu
caso en particular.