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NUEVO TESTAMENTO
Muy poco se sabe sobre la vida de María, nuestro conocimiento sobre María debe partir y
fundarse en lo que dice la Sagrada Escritura; son al respecto 120 versículos que versan sobre ella.
Los textos que nos hablan sobre María corresponden al Nuevo Testamento; con frecuencia se
utilizan algunos textos del Antiguo Testamento que se le aplican (especialmente hacen esto los
Padres de la Iglesia y la liturgia). En tal caso, se hace una lectura cristiana del Antiguo Testamento,
que reinterpreta en las nuevas situaciones del siglo I, algunos hechos o acontecimientos de siglos
anteriores.
No se debe extrañar que las breves anotaciones del Nuevo Testamento sobre María tengan
una relación estrecha con Jesús, su hijo, pues María no es la protagonista del Nuevo Testamento,
sino Jesús. Tampoco hemos de pensar que los relatos de la infancia (Mat 1-2) son el resultado de
confidencias de María a los redactores de dicho evangelio; son reflexiones teológicas sobre el
nacimiento de Jesús hechas a la luz de la resurrección.
Haciendo un recorrido histórico de los textos marianos del Nuevo Testamento, encontraríamos
primero la
Carta a los Gálatas 4, 4-5) “…envió Dios a su hijo, nacido de mujer…” el centro de
este versículo es la encarnación de Jesús que entró en la humanidad naciendo de
una mujer. La primera alusión a María en el Nuevo Testamento, es para nombrar su
participación en la conformación de la humanidad de Jesús.
ANTIGUO TESTAMENTO:
Con respecto a textos del Antiguo Testamento atribuidos por el cristianismo a María
tendremos: el texto de Génesis 3, 15 (…pongo hostilidad entre ti y la mujer…); este texto refiere
a la victoria de un descendiente de la mujer sobre el mal. Isaías 7, 14 (…la joven está encinta y dará
a luz un hijo….) refiere a la esposa de Ajaz que dará luz a Ezequías, que será el salvador de
Jerusalén, refleja a que la salvación viene de Dios y el rey debe tener la confianza en un Dios que es
fiel a la promesa.
En Miqueas 5, 1-3, alude al nacimiento del Mesías en la pequeña ciudad de David, en este
contexto se habla de la madre del Mesías; Apocalipsis 12, 1-17 refiere al pasaje apocalíptico de la
“mujer encinta que se enfrenta al dragón”, la mayoría de los intérpretes del Apocalipsis en la
actualidad opinan que la mujer ahí presentada es el pueblo o la Iglesia. La interpretación mariana de
este texto es del siglo IV aproximadamente; es posible, aunque no del todo segura, una referencia
secundaria a María.
La narración inspirada de los incidentes relacionados con la Resurrección de Cristo no
menciona a María; mas tampoco pretenden ofrecer una narración completa de todo lo que Jesús
hizo o dijo. Los Padres también guardan silencio en cuanto a la participación de María en las alegrías
del triunfo de su Hijo sobre la muerte. Sin embargo, S. Ambrosio (95) afirma expresamente: "María
por tanto vio la Resurrección del Señor; ella fue la primera que la vio y creyó. María Magdalena
también la vio, aunque todavía dudó".
María no es una diosa sino hija predilecta del Padre, madre de Dios Hijo, sagrario del Espíritu
Santo. Nuestra devoción se dirige a imitar sus virtudes, nuestro culto a proclamar las maravillas que
en ella ha hecho el Todopoderoso.