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TEMA 8

LOS CONTROLES INTERNOS DE LA ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA

1. LA REVISIÓN DE OFICIO: CONCEPTO, SUPUESTOS Y RÉGIMEN JURÍDICO

Los art. 106-126 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, integrantes del Título V de la norma, se ocupan
de la revisión de actos en vía administrativa.
Tal revisión puede realizarse de oficio por la propia Administración (art. 106- 111 ,Ley 39/2015,
de 1 de octubre), o a consecuencia de la interposición de un recurso administrativo.

- Revisión de oficio:
• Revisión actos nulos.
• Declaración de lesividad de actos anulables.
• Revocación de actos y La rectificación de errores.
- Recursos administrativos:
• Ordinarios: alzada y reposición.
• Extraordinario de revisión.
La revisión de oficio de la Administración es una potestad de oficio.
Se realiza por iniciativa propia o a solicitud del interesado. El objeto son los actos
administrativos que hayan puesto fin a la vía administrativa o que no hayan sido recurridos en
plazo. Las causas son las de nulidad de pleno derecho. El plazo de acción se puede iniciar en
cualquier momento. Hay un requisito preceptivo: hace falta previo dictamen favorable del
Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma. Cuando hay
inadmisión de la solicitudes es porque las mismas no se basan en las causas legales o carecen
manifiestan de fundamento, y se desestiman en cuando al fondo otras solicitudes
sustancialmente iguales. El plazo del procedimiento es de seis meses. Una vez superado,
caducan los procedimientos de oficio, y se desestiman los rogados.
Artículo 106 LO 39/2015. Revisión de disposiciones y actos nulos
1. Las Administraciones Públicas, en cualquier momento, por iniciativa propia o a solicitud
de interesado, y previo dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo
equivalente de la Comunidad Autónoma, si lo hubiere, declararán de oficio la nulidad de
los actos administrativos que hayan puesto fin a la vía administrativa o que no hayan
sido recurridos en plazo, en los supuestos previstos en el artículo 47.1.
2. Asimismo, en cualquier momento, las Administraciones Públicas de oficio, y previo
dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la
Comunidad Autónoma si lo hubiere, podrán declarar la nulidad de las disposiciones
administrativas en los supuestos previstos en el artículo 47.2.
3. El órgano competente para la revisión de oficio podrá acordar motivadamente la
inadmisión a trámite de las solicitudes formuladas por los interesados, sin necesidad de
recabar Dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo de la Comunidad
Autónoma, cuando las mismas no se basen en alguna de las causas de nulidad del

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artículo 47.1 o carezcan manifiestamente de fundamento, así como en el supuesto de
que se hubieran desestimado en cuanto al fondo otras solicitudes sustancialmente
iguales.
4. Las Administraciones Públicas, al declarar la nulidad de una disposición o acto, podrán
establecer, en la misma resolución, las indemnizaciones que proceda reconocer a los
interesados, si se dan las circunstancias previstas en los artículos 32.2 y 34.1 de la Ley de
Régimen Jurídico del Sector Público sin perjuicio de que, tratándose de una disposición,
subsistan los actos firmes dictados en aplicación de la misma.
5. Cuando el procedimiento se hubiera iniciado de oficio, el transcurso del plazo de seis
meses desde su inicio sin dictarse resolución producirá la caducidad del mismo. Si el
procedimiento se hubiera iniciado a solicitud de interesado, se podrá entender la misma
desestimada por silencio administrativo.

La declaración de lesividad de actos anulables


Es una potestad de oficio, las Administraciones Públicas la podrán impugnar ante el orden
jurisdiccional contenciosoadministrativo. El objeto son los actos favorables para los
interesados que sean anulables. Los presupuestos requieren de la previa declaración de
lesividad para interés público (inimpugnable) y una audiencia de los interesados.
En cuanto al plazo de acción, la lesividad no podrá acordarse una vez transcurridos cuatro años
desde que se dictó el acto administrativo. El plazo del procedimiento es de seis meses desde la
iniciación. Si no se declara lesividad, el procedimiento caduca. La anulación es competencia del
órgano judicial especializado.

Artículo 107 LO 39/2015. Declaración de lesividad de actos anulables.


1. Las Administraciones Públicas podrán impugnar ante el orden jurisdiccional contencioso-
administrativo los actos favorables para los interesados que sean anulables conforme a lo
dispuesto en el artículo 48, previa su declaración de lesividad para el interés público.
2. La declaración de lesividad no podrá adoptarse una vez transcurridos cuatro años desde
que se dictó el acto administrativo y exigirá la previa audiencia de cuantos aparezcan
como interesados en el mismo, en los términos establecidos por el artículo 82.
Sin perjuicio de su examen como presupuesto procesal de admisibilidad de la acción en el
proceso judicial correspondiente, la declaración de lesividad no será susceptible de
recurso, si bien podrá notificarse a los interesados a los meros efectos informativos.
3. Transcurrido el plazo de seis meses desde la iniciación del procedimiento sin que se
hubiera declarado la lesividad, se producirá la caducidad del mismo.
4. Si el acto proviniera de la Administración General del Estado o de las Comunidades
Autónomas, la declaración de lesividad se adoptará por el órgano de cada Administración
competente en la materia.
5. Si el acto proviniera de las entidades que integran la Administración Local, la declaración
de lesividad se adoptará por el Pleno de la Corporación o, en defecto de éste, por el
órgano colegiado superior de la entidad.
La anulación o revocación de un acto por razones de legalidad puede ser adoptada por la
Administración con ocasión de la estimación de un recurso administrativos interpuesto
por los interesados; pero puede ser acordada también de oficio por la Administración sin

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necesidad de la interposición de un recurso, cuando la misma sea consciente de su
ilegalidad.

Conforme al artículo 106 de la LPAC, las Administraciones Públicas podrán declarar de


oficio la nulidad de los actos (apartado 1) o reglamentos (apartado 2). Pese al
tratamiento común de ambas, la regulación de la potestad de revisión de actos y
reglamentos contiene elementos comunes y, asimismo, rasgos diferenciados entre sí. Los
elementos comunes son los siguientes:
1. En primer lugar, la potestad de revisión procede en los supuestos de nulidad de
pleno derecho contemplados en el artículo 47, apartados 1 y 2 LPAC, si bien la
regulación de las causas de nulidad difiere en un caso y otro.
2. En segundo término, en los dos supuestos es necesario que la concurrencia de la
causa de nulidad plena sea apreciada o dictaminada por el Consejo de Estado u
órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma en su caso (dictamen
favorable preceptivo y vinculante).
3. En tercer lugar, en coherencia con la naturaleza imprescriptible de la nulidad
absoluta, la potestad de revisión de actos y reglamentos puede ser ejercitada de
oficio «en cualquier momento», esto es, sin límite de plazo alguno.
4. Por, último debe tenerse en cuenta que quedan excluidos las disposiciones y
actos cuya legalidad haya sido recurrida y confirmada en vía jurisdiccional
mediante un pronunciamiento sobre el fondo.
Pero también existen rasgos singulares o elementos diferenciadores en uno y otro caso.

En primer lugar, el fundamento de la potestad de revisión es diferente en los actos y las


disposiciones generales. El procedimiento de revisión de oficio de los actos tiene sentido
sólo para los favorables. Sin embargo, los reglamentos, en tanto que normas, son
libremente revocables mediante su derogación o modificación por otro posterior, con
independencia de que su contenido sea o no favorable para sus destinatarios.
En segundo término, es requisito de admisibilidad del procedimiento de revisión de los
actos que hayan de anularse que los mismos hayan puesto fin a la vía administrativa (que
no quepa recurso de alzada ante el superior jerárquico), o que tengan carácter firme por
no haber sido recurridos en plazo; previsión que no rige para los reglamentos respecto
de los que no cabe recurso administrativo.
En tercer lugar, la revisión de oficio de los actos favorables puede ser declarada por la
Administración por iniciativa propia o a solicitud del interesado, posibilidad que no se
contempla en relación con los reglamentos.
Finalmente, el procedimiento que se ha de seguir para la revisión de oficio en ambos
casos. Como requisitos previos debe tenerse en cuenta que la competencia para conocer
y la nulidad corresponde a la Administración que dictó el acto y dentro de ésta al órgano
que la tenga atribuida. Si bien la Administración está obligada a iniciar el procedimiento
de revisión, igualmente su apartado 3 autoriza a la Administración para acordar
motivadamente la inadmisión de las solicitudes formuladas por los interesados que
resulten manifiestamente temerarias (cuando no se basen en la concurrencia de causa
de nulidad de pleno derecho, carezcan manifiestamente de fundamento o reproduzcan
otras solicitudes sustancialmente iguales que hayan sido desestimadas).
El procedimiento ha de terminar normalmente mediante una resolución que declarará la
nulidad del acto o disposición o su validez. Si opta por la anulación, sus efectos tienen

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lugar ex tunc, es decir desde el momento en que se dictó el acto anulado. La resolución
que así lo declare podrá contener un pronunciamiento sobre la procedencia de
indemnizar a los interesados si concurren los requisitos legalmente establecidos para
declarar la responsabilidad patrimonial de la
Administración. Además, si lo que se anula es un reglamento, la declaración de anulación
no determinará por sí misma la ilegalidad sobrevenida de los actos dictados en aplicación
del mismo.
El incumplimiento de cualquiera de los requisitos mencionados (la negativa a llevar a
cabo la revisión de oficio, la omisión del dictamen del órgano consultivo e, incluso, la
desestimación presunta) pueden ser objeto de recurso en vía jurisdiccional, si bien los
Jueces y Tribunales tienen un alcance limitado en su pronunciamiento.
En todo caso, el ejercicio de las potestades de revisión está sujeto al límite establecido en
el artículo 110 LPAC: Las facultades de revisión no podrán ser ejercitadas cuando por
prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido o por otras circunstancias, su
ejercicio resulte contrario a la equidad, a la buena fe, al derecho de los particulares o a
las leyes.
Declaración de lesividad de los actos administrativos

Así, a día de hoy, la Administración no puede revisar de oficio los actos favorables que
sean meramente anulables conforme al artículo 48 de la LPAC: lo único que puede hacer
es declararlos lesivos para el interés público a fin de proceder a su ulterior impugnación
ante el orden jurisdiccional contencioso-administrativo.
La declaración de lesividad se configura como un presupuesto procesal habilitante para
que la Administración pueda recurrir sus propios actos. Deben darse cuatro requisitos:

a. Que se trate de un acto firme que no haya sido recurrido confirmado


como cosa juzgada
b. Que sea un acto favorable
c. Que no hayan transcurrido cuatro años desde que se dictó
d. Que sea anulable conforme a lo previsto en el art. 48 LPAC, y sea lesivo
para el interés público.
La declaración de lesividad ha de producirse como consecuencia de la tramitación de un
procedimiento que se inicia exclusivamente de oficio, por lo que no cabe que sea
solicitud al respecto. En el procedimiento ha de darse vista y audiencia a los que
aparezcan como interesados en relación con el acto que se quiere impugnar.
Por último, la resolución del expediente ha de producirse dentro de un doble límite
temporal: ha de iniciarse dentro de los cuatro años siguientes desde la fecha en que se
dictó el acto administrativo y ha de terminarse en el plazo de seis meses desde su
iniciación produciéndose en caso contrario la caducidad del procedimiento.
Revocación de actos de gravamen y corrección de errores

Artículo 109. Revocación de actos y rectificación de errores.


1. Las Administraciones Públicas podrán revocar, mientras no haya transcurrido el
plazo de prescripción, sus actos de gravamen o desfavorables, siempre que tal

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revocación no constituya dispensa o exención no permitida por las leyes, ni sea
contraria al principio de igualdad, al interés público o al ordenamiento jurídico.
2. Las Administraciones Públicas podrán, asimismo, rectificar en cualquier momento,
de oficio o a instancia de los interesados, los errores materiales, de hecho o
aritméticos existentes en sus actos.

Para evitar que tal potestad de mera rectificación pueda ser objeto de un uso
fraudulento que introduzca revisiones de fondo o concepto, la jurisprudencia realizado
una interpretación restrictiva de esta potestad. Ha de tratarse de simples equivocaciones
elementales de nombres, fechas o datos aritméticos, cuya apreciación resulte
indiscutible sin necesidad de grandes razonamientos, por lo que su determinación no
puede requerir un juicio valorativo o una calificación jurídica. Consiguientemente, el
resultado del ejercicio de esta potestad de rectificación no puede traducirse en la
anulación del acto, ni en la alteración fundamental de su sentido, que equivalga a uno
nuevo adoptado sobre bases diferentes.

2. ANULACIÓN Y REVOCACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

La revocación tiene lugar respecto a los actos de gravamen o desfavorables. La revocación no


puede constituir dispensa o exención no permitida por las leyes, ni ser contraria al principio de
igualdad, al interés público o al ordenamiento jurídico. Se puede revocar un acto siempre que
no haya transcurrido el plazo de prescripción.
La rectificación es sobre errores materiales, de hecho o aritméticos existentes en sus actos.
Puede ser de oficio o a instancia de los interesados. Se puede iniciar en cualquier momento.

En esta lección procede examinar los mecanismos de revisión de legalidad: procedimientos


mediante los que se puede revisar la conformidad al Derecho de los actos administrativos y
declarar, en su caso, su invalidez o anulación.
Este control es consecuencia del principio de legalidad, y viene atribuido
constitucionalmente, de modo ordinario, a los Jueces y Tribunales. Sin embargo, junto a
este control, existen otros controles internos, no jurisdiccionales, por los que la
Administración procede a revisar la legalidad de sus propios actos, ya sea de oficio (sin que
ningún particular lo solicite), o a instancia de parte, como consecuencia de la petición de
anulación o interposición de un recurso por parte de los ciudadanos.
➢ Se trata de controles internos, realizados por la propia Administración, que
tienen siempre carácter provisional, puesto que sus decisiones pueden ser
revisadas después, y confirmadas o revocadas, por los órganos jurisdiccionales.
➢ En el caso de recursos, son algo más. La interposición de los recursos
administrativos no es una alternativa por la que puede optar el interesado, sino
que tiene, por lo general, naturaleza obligatoria, debiéndose agotar la vía
administrativa para acudir al control jurisdiccional. Los recursos administrativos
constituyen así un requisito previo para el acceso al control de los actos en la vía
jurisdiccional, por lo que, además de suponer una garantía para los ciudadanos,
son una manifestación de autotutela de la Administración.

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La presunción de validez de los actos administrativos y su consiguiente ejecutividad
determina que no basta con que se aprecie la invalidez de la actuación administrativa por
concurrir uno de los vicios de nulidad absoluta o anulabilidad establecidos en el
ordenamiento, sino que resulta preciso que esa invalidez sea declarada y se proceda a su
anulación, indicándose alcance y efectos de la misma.
En derecho administrativo se entiende por revocación la retirada definitiva por la
Administración de un acto suyo anterior mediante el dictado de otro posterior de signo
contrario. Dentro de esta noción de revocación en sentido lato se comprenden dos
supuestos distintos entre sí:

a) La revocación de los actos por motivos de legalidad o anulación, por concurrir en


los mismos un vicio invalidante, con motivo de la interposición de un recurso por
un interesado o como consecuencia de la revisión por la Administración de sus
propios actos.
b) La revocación por motivos de oportunidad o revocación en sentido estricto, sin
concurrir en los mismos irregularidad o vicio invalidante, sino tan solo un cambio
de criterio o de valoración sobre la conveniencia en mantener el referido acto,
que solamente se admite con respecto a los actos de gravamen o desfavorables
respetando determinadas limitaciones.
Por tanto, revocación y anulación de los actos únicamente pueden llevarlas a cabo la propia
Administración que los dicta, tienen como consecuencia común su desaparición en términos
jurídicos; aunque en el caso de la revocación se lleva a cabo por motivos de oportunidad en el
caso de los actos susceptibles de ello y dentro de los límites establecidos; y en el caso de la
anulación se debe a razones de legalidad al ser contrarios a Derecho.

3. EL CONTROL INTERNO ORDINARIO EN VÍA ADMINISTRATIVA. LOS RECURSOS DE


ALZADA, DE REPOSICIÓN Y OTROS MECANISMOS IMPUGNATORIOS

El objeto de los recursos administrativos son las resoluciones y los actos de trámite calificados.
Los motivos son los mismos que en caso de nulidad o anulabilidad (arts. 47 y 48).
El contenido debe incluir:
a) El nombre y apellidos del recurrente, así como la identificación personal del mismo.

b) El acto que se recurre y la razón de su impugnación.

c) Lugar, fecha, firma del recurrente, identificación del medio y, en su caso, del lugar que
se señale a efectos de notificaciones.
d) Órgano, centro o unidad administrativa al que se dirige y su correspondiente código de
identificación.
e) Las demás particularidades exigidas, en su caso, por las disposiciones específicas.

Serán causas de inadmisión las siguientes:


a)Ser incompetente el órgano administrativo. El recurso deberá
remitirse al órgano competente.
b) Carecer de legitimación el recurrente.
c) Tratarse de un acto no susceptible de recurso.

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d) Haber transcurrido el plazo para la interposición del recurso.

e) Carecer el recurso manifiestamente de fundamento.

La resolución del recurso estimará en todo o en parte, o desestimará las pretensiones


formuladas en el mismo o declarará su inadmisión. El órgano que resuelva el recurso decidirá
cuantas cuestiones, tanto de forma como de fondo, plantee el procedimiento, hayan sido o no
alegadas por los interesados.
Artículo 112 LO 39/2015. Objeto y clases.
1. Contra las resoluciones y los actos de trámite, si estos últimos deciden directa o
indirectamente el fondo del asunto, determinan la imposibilidad de continuar el
procedimiento, producen indefensión o perjuicio irreparable a derechos e intereses
legítimos, podrán interponerse por los interesados los recursos de alzada y potestativo
de reposición, que cabrá fundar en cualquiera de los motivos de nulidad o anulabilidad
previstos en los artículos 47 y 48 de esta Ley.
La oposición a los restantes actos de trámite podrá alegarse por los interesados para su
consideración en la resolución que ponga fin al procedimiento.
2. Las leyes podrán sustituir el recurso de alzada, en supuestos o ámbitos sectoriales
determinados, y cuando la especificidad de la materia así lo justifique, por otros
procedimientos de impugnación, reclamación, conciliación, mediación y arbitraje, ante
órganos colegiados o Comisiones específicas no sometidas a instrucciones jerárquicas,
con respeto a los principios, garantías y plazos que la presente Ley reconoce a las
personas y a los interesados en todo procedimiento administrativo.
En las mismas condiciones, el recurso de reposición podrá ser sustituido por los
procedimientos a que se refiere el párrafo anterior, respetando su carácter potestativo
para el interesado.
La aplicación de estos procedimientos en el ámbito de la Administración Local no podrá
suponer el desconocimiento de las facultades resolutorias reconocidas a los órganos
representativos electos establecidos por la Ley.
3. Contra las disposiciones administrativas de carácter general no cabrá recurso en vía
administrativa.
Los recursos contra un acto administrativo que se funden únicamente en la nulidad de
alguna disposición administrativa de carácter general podrán interponerse directamente
ante el órgano que dictó dicha disposición.
4. Las reclamaciones económico-administrativas se ajustarán a los procedimientos
establecidos por su legislación específica.

3.1 EL RECURSO DE ALZADA


Artículo 121. Objeto.
1. Las resoluciones y actos a que se refiere el artículo 112.1, cuando no pongan fin a la vía
administrativa, podrán ser recurridos en alzada ante el órgano superior jerárquico del
que los dictó. A estos efectos, los Tribunales y órganos de selección del personal al
servicio de las Administraciones Públicas y cualesquiera otros que, en el seno de éstas,
actúen con autonomía funcional, se considerarán dependientes del órgano al que estén
adscritos o, en su defecto, del que haya nombrado al presidente de los mismos.

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2. El recurso podrá interponerse ante el órgano que dictó el acto que se impugna o ante el
competente para resolverlo.
Si el recurso se hubiera interpuesto ante el órgano que dictó el acto impugnado, éste
deberá remitirlo al competente en el plazo de diez días, con su informe y con una copia
completa y ordenada del expediente.
El titular del órgano que dictó el acto recurrido será responsable directo del cumplimiento
de lo previsto en el párrafo anterior.

Artículo 122. Plazos.

1. El plazo para la interposición del recurso de alzada será de un mes, si el acto fuera
expreso. Transcurrido dicho plazo sin haberse interpuesto el recurso, la resolución será firme a
todos los efectos.

Si el acto no fuera expreso el solicitante y otros posibles interesados podrán interponer


recurso de alzada en cualquier momento a partir del día siguiente a aquel en que, de acuerdo
con su normativa específica, se produzcan los efectos del silencio administrativo.

2. El plazo máximo para dictar y notificar la resolución será de tres meses. Transcurrido
este plazo sin que recaiga resolución, se podrá entender desestimado el recurso, salvo en el
supuesto previsto en el artículo 24.1, tercer párrafo.

3. Contra la resolución de un recurso de alzada no cabrá ningún otro recurso


administrativo, salvo el recurso extraordinario de revisión, en los casos establecidos en el
artículo 125.1

3.2 EL RECURSO POTESTATIVO DE REPOSICIÓN

Sección 3.ª Recurso potestativo de reposición- Artículo 123. Objeto y naturaleza.

1. Los actos administrativos que pongan fin a la vía administrativa podrán ser recurridos
potestativamente en reposición ante el mismo órgano que los hubiera dictado o ser
impugnados directamente ante el orden jurisdiccional contencioso-administrativo.

2. No se podrá interponer recurso contencioso-administrativo hasta que sea resuelto


expresamente o se haya producido la desestimación presunta del recurso de reposición
interpuesto.

Artículo 124. Plazos.

1. El plazo para la interposición del recurso de reposición será de un mes, si el acto fuera
expreso. Transcurrido dicho plazo, únicamente podrá interponerse recurso contencioso-
administrativo, sin perjuicio, en su caso, de la procedencia del recurso extraordinario de
revisión.

Si el acto no fuera expreso, el solicitante y otros posibles interesados podrán interponer


recurso de reposición en cualquier momento a partir del día siguiente a aquel en que, de
acuerdo con su normativa específica, se produzca el acto presunto.

2. El plazo máximo para dictar y notificar la resolución del recurso será de un mes.

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3. Contra la resolución de un recurso de reposición no podrá interponerse de nuevo dicho
recurso

Como ya se expuso, la anulación de los actos administrativos, por razones de estricta


legalidad, puede ser declarada también por las Administraciones Públicas a través de
procedimientos administrativos de carácter impugnatorio promovidos por los
interesados que se conocen como recursos administrativos.
Los recursos administrativos representan un eficaz mecanismo de control interno
administrativo, y simultáneamente suponen una garantía de la regularidad de la acción
administrativa para los ciudadanos, ya que proporcionan a la AP una nueva ocasión de
reconsiderar el asunto a la luz de los argumentos aducidos por el recurrente.
El ejercicio de la acción impugnatoria mediante recurso administrativo determina la
incoación de un específico procedimiento, diferenciado respecto al originario iniciado de
oficio o a instancia de interesado, dirigido a su resolución. Por ello, el recurso
administrativo:

• Tiene como presupuesto la existencia de un previo acto administrativo.


• Tiene por objeto actos impugnables, es decir: i) Una resolución, o un acto
consensual sustitutivo de la misma; ii) Un acto de trámite que decida directa o
indirectamente el fondo del asunto, determine la imposibilidad de continuar el
procedimiento, produzca indefensión o perjuicio irreparable a derechos o
intereses legítimos.
• Su formalización requiere la legitimación otorgada por el interesamiento en el
asunto, en los términos resultantes de lo dispuesto en el art. 4.1 LPAC.
• Se deduce ante la misma AP autora del acto impugnado y el órgano de ésta
jerárquicamente superior al que lo dictó o, en su caso, el mismo órgano
productor del acto, salvo otorgamiento por Ley de la competencia a órgano
funcionalmente independiente.
• Permiten plantear, para su resolución, todas las cuestiones: tanto las de forma
como las de fondo y sean suscitadas por los interesados como si no, siempre en
este último caso que se oiga previamente a las partes.
• Su finalidad es la anulación total o parcial del acto impugnado y, en su caso, la
sustitución, asimismo total o parcial, de éste por otro de contenido distinto,
basadas ambas pretensiones en alguno de los vicios de legalidad —nulidad o
anulabilidad— que pueden padecer los actos administrativos conforme a los
artículos 47.1 y 48 LPAC).
• Su resolución pone fin a la vía administrativa, es decir, determina el agotamiento
de ésta a los efectos del acceso a la judicial.

4. EL RECURSO EXTRAORDINARIO DE REVISIÓN

El objeto son los actos firmes en vía administrativa. El órgano competente a resolver es el
órgano administrativo que los dictó. Las circunstancias para interponerlo son:
a) Que al dictarlos se hubiera incurrido en error de hecho, que resulte de los propios
documentos incorporados al expediente.

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b) Que aparezcan documentos de valor esencial para la resolución del asunto que, aunque
sean posteriores, evidencien el error de la resolución recurrida.
c) Que en la resolución hayan influido esencialmente documentos o testimonios declarados
falsos por sentencia judicial firme, anterior o posterior a aquella resolución.
d) Que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación, cohecho,
violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se haya declarado así en
virtud de sentencia judicial firme.
El plazo de interposición para la causa a) es de cuatro años siguientes a la fecha de la
notificación de la resolución impugnada. En los demás casos, será de tres meses desde el
conocimiento de los documentos o que la sentencia es firme. El plazo de resolución y
notificación es de tres meses, si no, hay silencio negativo. (Art 125)

Artículo 126. Resolución.


1. El órgano competente para la resolución del recurso podrá acordar motivadamente la
inadmisión a trámite, sin necesidad de recabar dictamen del Consejo de Estado u órgano
consultivo de la Comunidad Autónoma, cuando el mismo no se funde en alguna de las
causas previstas en el apartado 1 del artículo anterior o en el supuesto de que se
hubiesen desestimado en cuanto al fondo otros recursos sustancialmente iguales.
2. El órgano al que corresponde conocer del recurso extraordinario de revisión debe
pronunciarse no sólo sobre la procedencia del recurso, sino también, en su caso, sobre
el fondo de la cuestión resuelta por el acto recurrido.
3. Transcurrido el plazo de tres meses desde la interposición del recurso extraordinario de
revisión sin haberse dictado y notificado la resolución, se entenderá desestimado,
quedando expedita la vía jurisdiccional contenciosoadministrativa

El recurso extraordinario de revisión previsto en el art. 125 LPAC es una vía muy especial de
impugnación destinada a hacer valer aquellos motivos de invalidez que el interesado no
pudo utilizar a través de los medios ordinarios de impugnación.
Por tanto: i) solamente procede cuando se dan las circunstancias tasadas para las que
legalmente está previsto; y ii) no puede ser utilizado para intentar revisiones fácticas o
jurídicas que pudieron ser planteadas en la impugnación que con carácter ordinario esté
legalmente establecida para la actuación administrativa que pretenda combatirse.
Este recurso cabe solo contra los actos susceptibles de impugnación que, además, sean ya
firmes y se deduce ante el órgano que los haya dictado, que es además el competente para
su resolución.

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