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Cigarrillo en opioide

Sabes que se siente la morfina directamente en tu sangre?, algunos podrían pensar que
se trata de inyectarse algo como la heroína en las venas, pero sin ir tan lejos hay
variedad medicamentos llamados analgésicos opiáceos en el mercado, y la morfina es
uno de ellos. Ahora imagínate fumarte una cantidad de morfina suficiente para sedar a
una persona con cáncer de huesos.

Todo esto empieza en diciembre del 2020 en un parque de Cartago cuando decidimos
juntarnos algunos amigos a hacer lo habitual, nuestra actividad en común, fumar como
el putas. Compramos unos cigarros extra largos de contrabando a los que les
humedecimos el papel con morfina, todo esto lo consiguió un amigo llamado kurai que
tenía esta morfina por el tío, que era paralitico y sufría de cáncer, recientemente él había
muerto y había dejado todo un suministro de morfina que nosotros por supuesto
aprovechamos para degustar. Empezamos en un lugar llamado tanques, un sitio remoto
en las profundidades de una loma, rodeado de maleza, por lo que es relativamente de
difícil acceso, en este lugar lo podríamos describir como un bunker. Estábamos ahí
dentro varios chirris engorilados con un bareto “ángel nevado” combinado con “perico”
y morfina. Esto tiene un sabor muy particular a menta y jarabe para la tos , pues de
hecho este es de los opioides menos potentes, y aun así cada que fumábamos esto nos
entumía hasta la garganta, pero lo que nos hizo sentir esta artesanal mezcla es historia
para un poco más adelante porque eso no es todo mis amigos, luego de humedecer los
cigarros con morfina destapamos una cerveza buchona de litro que le terminamos de
echar lo último que quedaba de morfina.

Después de fumar y tomarnos esa cerveza agarramos rumbo a un café muy popular de la
cuidad llamado alpaccino, allí nos tomamos unas cervezas, ya en ese punto sentíamos
que íbamos flotando en la calle y todo pasaba muy lento, en esos momentos gracias a lo
que estaba tomando recordé el sabor amargo de esa cerveza gracias a la morfina que le
metimos. Ya después de un rato no podía abrir los ojos y parecía que estaba demasiado
ebrio, todos me miraban como si ya no estuviera vivo, además porque otros de los
efectos de la morfina es que afecta la motricidad que hace que se cierren las vías
respiratorias, y esto es lo peligroso de este tipo de sustancias, pues al no poder respirar
bien no llega suficiente oxígeno al cerebro y si se pasa mucho tiempo bajo el efecto de
esto podría tener consecuencias graves e incluso la muerte. Ya después de que todos me
vieran casi al borde la muerte se les ocurrió mandarme en un taxi a mi casa,
lastimosamente no recordaba donde era mi casa y ellos le explicaron al taxista, al
momento que me subí al taxi me desmaye en el asiento de atrás, lo poco que recuerdo
de esto es que me sentía como si estuviera volando y deslizara sobre la calle. Llegando a
mi casa el taxista me saco del auto y me dejo tirado a una cuadra de mi casa como pude
llegue a mi casa y lo único en lo que podía pensar es en “perico”, pues suele ser un
recurso entre nosotros los de mala vida para “despertar”, entonces recordé que un
vecino vendía perico y fui a la casa de el a que me fiara 2 felpas, y no fue sino
pasármelas para que parte de ese queso en polvo estuviera dentro de mis fosas, porque
es que no hay nada más bendito que eso para revivir, pues sentí como inmediatamente
podía abrir mis ojos sin tanto esfuerzo, ya podía hablar mejor, pararme sin estar en el
suelo a los cinco segundos, y en general más consciente, pero igual devastado por tanta
cantidad de droga.
Ya después de todo eso conseguí por fin llegar tambaleándome de un lado al otro a mi
casa y con la cabeza todavía en las nubes, al punto de haber tenido que recurrir a
métodos desperados para recuperar un poco de energía para poder descansar un poco
sin tener que preocuparme de que no me iba a morir ahogado en mi propio vomito al
dormir. Al otro día me sentí como Lázaro despertando de entre los muertos, pues por los
efectos residuales de la morfina que aún quedaban en mi sangre, pase todo ese día
sintiéndome como un costal de papa.

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