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(UTESA)
Asignatura:
Deontología Jurídica.
Sección:
DER-431-002.
Tema:
Participantes:
Matricula:
1-21-4261.
Docente:
Fecha:
19/11/2022
OBLIGACIONES DEL ABOGADO CON SU CLIENTE.
En la relación entre abogado y su cliente se le exige al primero, siempre, el
cumplimiento diligente de sus servicios que deriva de las normas generales sobre
obligaciones y le imponen el cumplimiento «con el máximo celo y diligencia» de la
misión de defensa que le sea encomendada, así como el sometimiento a la «lex artis» o
exigencias técnicas.
Estas son:
El abogado tiene que ser antes moderador y cuando se hace cargo de una querella penal
o una criminal, debe hacer ante todo un previo y riguroso juicio de conciencia sobre la
justicia de la causa.
El abogado no debe ser nunca el querellante, hay que dejar que lo haga el cliente, que es
el responsable moral de la denuncia. Con las denuncias y querellas se han cometido y
se cometen inmoralidades.
El abogado debe actuar contacto y prudencia y no permitir que se le utilice chantaje, hay
que tener una congruencia total en la conducta del ejercicio profesional. Conciencia
recta en la aplicación de la justicia.
Con esto un abogado podría lograr resultados tales como reducir sus cargos a los de una
ofensa menor (por ejemplo, reducir un delito grave a un delito menor); disminuir el
rigor del castigo del delito y mejor aún, la meta de cada abogado, eliminar cualquier
posibilidad de que el presunto acusado vaya a la cárcel.
La libertad plena para el ejercicio de la abogacía, es una norma sine qua non, para el
profesional del derecho. Cuando esta libertad no existe o está coartada, el abogado tiene
pleno derecho de rechazar cualquier caso no importa el tiempo, el lugar ni de quien
provenga.
El abogado que se deba en la verdad para defender una causa a favor de su cliente tiene
más posibilidad de triunfo que el que hace uso del arma de la mentira, pues la verdad es
indestructible a través de todos los tiempos, la mentira podrá triunfar
momentáneamente, pero para siempre jamás.
Es un deber del jurista, el mantenerse alerta ante los intereses de sus clientes, pues este
en ningún momento debe permitir que se excedan los gastos del cliente en la litis,
cuando el (abogado) puede evitarlo, además siempre debe tratar que el caso se resuelva
dentro del menor tiempo posible, para de esta forma evitar pérdida de tiempo, gastos
innecesarios e incomodidades diversas.
Dios te libre que entre abogados te vea, dicen los dueños de bienes raíces. Esto ha
sucedido porque algunos abogados no solo se apropian de las rentas, documentos, sino
que muchas veces falsifican los títulos y se apropian de la propiedad.
DEBERES PARTICULARES:
EL ABOGADO ANTE LA SOCIEDAD, LUCHA POR EL DERECHO Y LA
JUSTICIA.
El abogado de los derechos fundamentales y legales de la sociedad, por naturaleza y
principios, tiene la responsabilidad orientadora del derecho como cualidad de lo justo y
la valoración de lo humano, no solo que el deber contraído con la sociedad sino también
partiendo desde el punto de vista ético moral. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
En el caso de los abogados no se dará la competencia pura, donde todo lo que se ofrece
se vende. Para determinados sectores del comercio y la industria existen los monopolios
del derecho que están constituidos por firmas consultoras y bufetes de abogados que
acaparan todos los comercios y las industrias más importantes de un país determinado.
Con los monopolios ningún profesional del derecho puede competir.
Hay oficinas de abogados que se prestan para nominar nombres de abogados que no
tienen su estudio en dicha oficina. Esta situación es abrumadora. Ha sido común que el
abogado realice su actividad en un lugar digno, determinado y conocido, para la
facilidad de la localización, notificación y la seguridad de los documentos y expedientes
que se le comuniquen y los que le entreguen sus clientes.
El letrado que sea legislador, secretario de estado, director, asesor, o que sea nombrado
en cargo público, militar o policial, no debería ejercer la profesión en los tribunales.
Porque estos cargos se prestan y tienden a ejercer influencias y son provechados por la
mayoría de cargos políticos. Nuestras instituciones judiciales son débiles y no están
cimentadas en la institucionalidad.
El abogado encuentra en la actividad política, el trato con la gente, con los hechos, la
soluciones a los problemas y la lucha por una justicia social. Muchos abogados han sido
tentados, la magia de la política lo ha llevado a las gobernaciones, congresos,
secretarías, sindicatura y hasta la cúspide del estado: la presidencia de la república.
El abogado como ente social y defensor de la ley, está situado dentro del perfil y
contenido esencial dentro de lo que es el orden jurídico establecido. Tiene el deber de
luchar por mantener ese orden y su institucionalidad, conforme con los valores de
justicia, libertad, de seguridad jurídica y paz social.
De acuerdo a su acción como hombres actúa como abogado. Del respeto a los principios
éticos obtendrá la consideración y admiración del cliente, del magistrado y de la
sociedad. El buen comportamiento y la rectitud del individuo y del profesional en su
vida diaria, le supera en sus utilidades, dándoles sentimientos sublimes o aspiración
suprema hacia la superación del ser humano y la justicia.
El abogado que se irrespeta así mismo, lo hace más rápido con los demás en cualquier
lugar, en cualquier espacio y tiempo.
La conducta del profesional del derecho debe ser decorosa y digna. Su actuar en la vida
particular como en el ejercicio de la profesión tiene que ser vertical, de acuerdo con los
principios de la ética profesional.