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Universidad Tecnológica de Santiago

(UTESA)

Asignatura:

Deontología Jurídica.

Sección:

DER-431-002.

Tema:

Deberes del abogado con los clientes en asuntos penales, civiles,


comerciales y laborales.

Participantes:

Juan Antonio Beliard Pérez.

Matricula:

1-21-4261.

Docente:

Waldris Tavarez Cabrera.

Fecha:

19/11/2022
OBLIGACIONES DEL ABOGADO CON SU CLIENTE.
En la relación entre abogado y su cliente se le exige al primero, siempre, el
cumplimiento diligente de sus servicios que deriva de las normas generales sobre
obligaciones y le imponen el cumplimiento «con el máximo celo y diligencia» de la
misión de defensa que le sea encomendada, así como el sometimiento a la «lex artis» o
exigencias técnicas.

Estas son:

❖ Aceptación del litigio.


❖ Atención del caso.
❖ Recíproca confianza.
❖ No engañar al cliente.
❖ Lealtad.
❖ Culminación del caso.
❖ Responsabilidad y celos por los derechos de su cliente.
❖ Información adecuada.
❖ Sinceridad.
❖ Fidelidad.
❖ Pulcritud en el manejo de los emolumentos, etc.
❖ Honestidad en el manejo del asunto.

Estas obligaciones se desprenden de las relaciones entre ambas partes.

EL ABOGADO ANTE LAS QUERELLAS Y DENUNCIAS CRIMINALES.


Es común en nuestro país hacer denuncias y presentar querellas. Por la mínima
incomprensión. Por cualquier desatino, porque alguien me cae mal o por abuso de poder
nos querellamos contra cualquier persona o le denunciamos ante la autoridad pública o
judicial.

El abogado tiene que ser antes moderador y cuando se hace cargo de una querella penal
o una criminal, debe hacer ante todo un previo y riguroso juicio de conciencia sobre la
justicia de la causa.
El abogado no debe ser nunca el querellante, hay que dejar que lo haga el cliente, que es
el responsable moral de la denuncia. Con las denuncias y querellas se han cometido y
se cometen inmoralidades.

El abogado debe actuar contacto y prudencia y no permitir que se le utilice chantaje, hay
que tener una congruencia total en la conducta del ejercicio profesional. Conciencia
recta en la aplicación de la justicia.

EL ABOGADO EN LAS DEFENSAS PENALES.


El papel del abogado defensor es representar a su cliente hasta el máximo alcance de la
ley permaneciendo dentro de los límites éticos y profesionales establecidos. Con
frecuencia, el abogado debe dejar de lado sus opiniones personales y desechar la
tentación de juzgar a sus clientes desde una perspectiva moral.

En el proceso penal se presentan una serie de asuntos que solo comprendería


adecuadamente un instruido en la materia, es el ejemplo de una persona que fácilmente
puede detener una hemorragia, pero si no es atendido debidamente por un doctor podría
complicarse; es por ello que si usted está afrontando un proceso penal, su abogado
podrá ayudarle a comprender más detalladamente cada etapa del proceso y a entender la
naturaleza de los cargos, las defensas disponibles (las posibles soluciones a su caso),
llegar a diferentes acuerdos que traigan beneficios para el acusado, defenderle
técnicamente en el juicio y acompañarlo hasta el final del proceso para cuando se llegue
a una conclusión

Con esto un abogado podría lograr resultados tales como reducir sus cargos a los de una
ofensa menor (por ejemplo, reducir un delito grave a un delito menor); disminuir el
rigor del castigo del delito y mejor aún, la meta de cada abogado, eliminar cualquier
posibilidad de que el presunto acusado vaya a la cárcel.

ACEPTACION Y RECHAZO DEL CASO.


El abogado es libre de aceptar con independencia cualquier caso, luego de que el
abogado se ha puesto de acuerdo con su cliente y ha recibido mandato, escrito o verbal.
El letrado debe haberse despojado prescindido de su interés personal. Su obligación es
defender el interés de su patrocinado, no el interés del abogado.

La libertad plena para el ejercicio de la abogacía, es una norma sine qua non, para el
profesional del derecho. Cuando esta libertad no existe o está coartada, el abogado tiene
pleno derecho de rechazar cualquier caso no importa el tiempo, el lugar ni de quien
provenga.

Cuando se rechaza el nombramiento de oficio por el tribunal, el letrado debe justificar


su declaración y expresar los motivos por lo que no puede aceptar dicho mandato. El
abogado debe rechazar las detenciones y prisiones ilegales que diariamente incurren la
policía, secundada por el ayudante fiscal, el cual le da abuso de legalidad.

DEBER DE CONFIANZA ENTRE ABOGADOS Y CLIENTES.


Es deber de norma moral del abogado pronosticarle una semblanza del éxito o de la
eventualidad que tiene su caso antes de un juicio. El cliente siempre le interesa
escudriñar y escuchar de su abogado, que probabilidades tiene de triunfo El abogado
que es veraz y objetivo y se respeta a sí mismo, no debe asegurarle un éxito absoluto a
su cliente, ya que nunca tiene posibilidad de seguridad y certeza de su triunfo.

Debe pronosticarle un mero criterio de probabilidad y de eventualidad de que el caso le


sea fallado contrariamente. Por más seguro y ganancioso que se vea un caso, conlleva
un riesgo, de que sea echado por el suelo los argumentos.

JUICIO DEL CASO O EVENTUALIDAD DEL CASO.


DE LA LEALTAD CON SU CLIENTE.
Todo abogado debe ser sincero y honrado con el cliente y con el otro abogado que
defiende la otra parte, esto así en razón de que este solo debe esgrimir el arma de la
verdad y solo de la verdad en contra sus adversarios, ya que así lo exige la ley.

El abogado que se deba en la verdad para defender una causa a favor de su cliente tiene
más posibilidad de triunfo que el que hace uso del arma de la mentira, pues la verdad es
indestructible a través de todos los tiempos, la mentira podrá triunfar
momentáneamente, pero para siempre jamás.

DEBER DE VIGILAR DILIGENTEMENTE LOS INTERESES DEL CLIENTE.


Lo que más caracteriza a un abogado es su abnegación y dedicación continua a la
defensa de las cosas que se le han confiado, pues de ello depende su integridad y
prosperidad, en la carrera de la abogacía.

Es un deber del jurista, el mantenerse alerta ante los intereses de sus clientes, pues este
en ningún momento debe permitir que se excedan los gastos del cliente en la litis,
cuando el (abogado) puede evitarlo, además siempre debe tratar que el caso se resuelva
dentro del menor tiempo posible, para de esta forma evitar pérdida de tiempo, gastos
innecesarios e incomodidades diversas.

DEVOLUCION DE BIENES, FONDOS Y DOCUMENTOS.


Cuando el abogado recibe un mandato o contrato para la defensa o administración de los
asuntos de su cliente, este debe de actuar con sumo cuidado y pulcritud. Por los malos
manejos y administraciones inescrupulosas de algunos profesionales del derecho, se han
pronunciado contra la profesión muchas personas entre ellos, los enemigos gratuitos.

Dios te libre que entre abogados te vea, dicen los dueños de bienes raíces. Esto ha
sucedido porque algunos abogados no solo se apropian de las rentas, documentos, sino
que muchas veces falsifican los títulos y se apropian de la propiedad.

RENUNCIA AL MANDATO O PATROCINIO.


Cuando el profesional del derecho, ha recibido un mandato, patrocinio o ha contratado
con el cliente para que le defienda en los asuntos encomendados, ha actuado, decidido y
aceptado con plena conciencia. Este contrato puede ser escrito o verbal. En muchos
casos específicamente en lo penal, muchos abogados le exigen a su cliente una suma de
dinero adelantado, como garantía para su defensa. Se comprometen materialmente y
moral.

SUSTITUCION O REEMPLAZO POR OTRO ABOGADO.


El mandato o contrato entre abogado y cliente, se produce por la relación, amistad,
confianza, recomendación, etc. El mandante cree y es leal a quien le ha encomendado su
asunto. Lo ve como su propiedad, como alguien que es parte integral de su vida y piensa
que ese profesional del derecho es el único que le resolverá todos sus problemas
jurídicos, por eso muchas personas dicen con jactancia: Mi abogado. Por tal motivo
cuando el abogado tenga la necesidad de hacerse reemplazar por otro colega en la
defensa, mandato o patrocinio confiado, debe obtener el consentimiento de su cliente.

DEBER DE UTILIZAR ASUNTOS LEGITIMOS Y JUSTOS.


En el ejercicio de la profesión de derecho hay que actuar con dignidad, rectitud,
responsabilidad y veracidad. Hay que actuar apegado a lo correcto y a los medios de
pruebas. Si un caso o asunto resultare ser injusto, imposible, contrario a la ley,
inoficioso o carece de prueba, es deber del abogado de rehusar, de no defenderlo, es
decir, no aceptarlo. El ejercicio profesional del abogado es para ejercer la eficacia y la
justicia. Hay muchas injusticias, personas inescrupulosas que se prestan a diario con
asuntos que resultan dudosos e injustos.

DEBER DE NO DEFENDER CAUSAS IMPOSIBLES.


El abogado faltaría a un claro deber ético profesional si aceptara hacerse cargo de un
asunto para el que no posee la pericia indispensable que ha menester para llevar a buen
éxito. Por tanto, el que se prepara para la abogacía debe tomar nota de la importancia
de una buena preparación que lo habrá de capacitar para ejercer su profesión.

DEBER DE NO ACEPTAR ASUNTO EN QUE HAYA INTERVENIDO.


Todo profesional del derecho aspira y tiene el derecho de desempeñar funciones
públicas y de poder. Hay algunas de estas posiciones en la que funcionarios públicos o
judiciales. Tampoco es lícito ni moral que el abogado 302 sobre el Notariado, prohíbe al
notario, ejercer como abogado en los actos que haya redactado. Tampoco es correcto
que el profesional del derecho, actúe aconseje o acepte causa de asuntos verbales o
escritos en cuya formación él haya intervenido.

DEBERES PARTICULARES:
EL ABOGADO ANTE LA SOCIEDAD, LUCHA POR EL DERECHO Y LA
JUSTICIA.
El abogado de los derechos fundamentales y legales de la sociedad, por naturaleza y
principios, tiene la responsabilidad orientadora del derecho como cualidad de lo justo y
la valoración de lo humano, no solo que el deber contraído con la sociedad sino también
partiendo desde el punto de vista ético moral. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

EL ABOGADO EN LA COMPETENCIA PROFESIONAL.


Como en un principio no existían muchos profesionales del derecho; y además los
problemas jurídicos a resolver eran mínimos, la competencia no existía en esa época del
ser humano; pero a medida que se va incrementando los problemas jurídicos, así mismo
se fueron incrementando los abogados, hasta llegar a punto tal en que hacía falta
trabajos jurídicos para ocupar tiempo ocioso de algunos colegas; por lo que éstos, se
vieron precisos a lanzarse a la lucha por la obtención de mayor cantidad de trabajo que
le permitiera buenas entradas económicas.

En el caso de los abogados no se dará la competencia pura, donde todo lo que se ofrece
se vende. Para determinados sectores del comercio y la industria existen los monopolios
del derecho que están constituidos por firmas consultoras y bufetes de abogados que
acaparan todos los comercios y las industrias más importantes de un país determinado.
Con los monopolios ningún profesional del derecho puede competir.

DE LA INSTALACION DE OFICINAS Y SOCIEDADES ENTRE ABOGADOS.


La ley nuestra exige a los profesionales del derecho tener un domicilio y residencia
establecida, de conocimiento público, para la debida actuación de la profesión. La
mayoría de los abogados tienen su oficina, estudio, bufete, clínica, despacho, etc., donde
habitualmente actúan, para fines del cumplimiento de la ley, conocimiento de los
tribunales, colegio y asociaciones de abogados, así como para su cliente y la sociedad.

El establecimiento de las oficinas o estudios es para que el público conozca el domicilio


real del abogado, no conduzca a confusión a la clientela y al público en general.

Hay oficinas de abogados que se prestan para nominar nombres de abogados que no
tienen su estudio en dicha oficina. Esta situación es abrumadora. Ha sido común que el
abogado realice su actividad en un lugar digno, determinado y conocido, para la
facilidad de la localización, notificación y la seguridad de los documentos y expedientes
que se le comuniquen y los que le entreguen sus clientes.

DE LAS NORMAS SOBRE NO INFLUENCIAS E INCOMPATIBILIDADES.


Nuestras leyes establecen normas y disposiciones legales que establecen
incompatibilidades del ejercicio de la profesión del derecho. Los letrados no pueden
ejercer la abogacía cuando se encuentran en uno de los casos prohibidos. Hay otros
cargos que no están prohibidos, pero se prestan a influenciar y hacer injerencias en la
magistratura y en la empleomanía judicial.

El letrado que sea legislador, secretario de estado, director, asesor, o que sea nombrado
en cargo público, militar o policial, no debería ejercer la profesión en los tribunales.
Porque estos cargos se prestan y tienden a ejercer influencias y son provechados por la
mayoría de cargos políticos. Nuestras instituciones judiciales son débiles y no están
cimentadas en la institucionalidad.

Las funciones judiciales al no ser inamovibles ceden a las diferentes influencias y


sugerencias, no se atreven a negar las, de lo contrario su cargo estaría en juego.
En nuestro país los funcionarios son caciques en sus ciudades, sueltan, descargan,
coaccionan y meten preso medalaganariamente. Tienen una enorme influencia judicial y
política.

EL ABOGADO COMERCIAL Y DE EMPRESA.


Un abogado comercial es aquel abogado que se ha especializado en una rama del
derecho: el derecho mercantil y trata de regular las diferentes actividades de los
comerciales, así como las relaciones jurídicas que conllevan.

Un abogado corporativo o de empresa tiene el deber de revisar, redactar y negociar


todos los contratos comerciales de la empresa. Además de tramitar algún tipo de
licencia que la empresa necesite para operar.

EL ABOGADO EN LA ACTIVIDAD POLITICA Y EN LA LUCHA POR EL


ORDEN JURIDICO.
El abogado como ente social, participa en la actividad política, unas veces partidaria y
otra independiente, desempeñando numerosos cargos públicos. El hombre desde que
nace es político, convive, mantiene vínculos sociales y participa en las diferentes
actividades de la comunidad. Su voluntad se centra en el poder. Tiene ambición de
mando, desde el hogar y la sociedad hasta el estado. En su preparación profesional que
le mueve hacia la arena de la lucha políticas, para aplicar el orden y la justicia.

El abogado encuentra en la actividad política, el trato con la gente, con los hechos, la
soluciones a los problemas y la lucha por una justicia social. Muchos abogados han sido
tentados, la magia de la política lo ha llevado a las gobernaciones, congresos,
secretarías, sindicatura y hasta la cúspide del estado: la presidencia de la república.

La política se beneficia, es sólido y notorio con la participación del abogado, porque


éste tiene calidad humana y por su sentido de justicia, que por su formación tiene una
obligación social.

El abogado como ente social y defensor de la ley, está situado dentro del perfil y
contenido esencial dentro de lo que es el orden jurídico establecido. Tiene el deber de
luchar por mantener ese orden y su institucionalidad, conforme con los valores de
justicia, libertad, de seguridad jurídica y paz social.

COMO PROCEDER FRENTE A SI MISMO Y AL MAGISTRADO.


El abogado debe actuar con dignidad y respeto, trato frente a los demás como así
mismo. Lo primero es respetarse, respetar a su profesión, respetar a su cliente, a la
sociedad y la justicia.

De acuerdo a su acción como hombres actúa como abogado. Del respeto a los principios
éticos obtendrá la consideración y admiración del cliente, del magistrado y de la
sociedad. El buen comportamiento y la rectitud del individuo y del profesional en su
vida diaria, le supera en sus utilidades, dándoles sentimientos sublimes o aspiración
suprema hacia la superación del ser humano y la justicia.

El abogado debe proceder correctamente en su vida social, con finalidad y probidad.

El abogado que se irrespeta así mismo, lo hace más rápido con los demás en cualquier
lugar, en cualquier espacio y tiempo.

La conducta del profesional del derecho debe ser decorosa y digna. Su actuar en la vida
particular como en el ejercicio de la profesión tiene que ser vertical, de acuerdo con los
principios de la ética profesional.

Debemos actuar dignamente frente al magistrado, ganándonos la confianza, porque


nuestra actuación es correcta y veraz. Nunca debemos hacernos cómplices de los casos
dolosos y fraudulento.

COMO PROCEDER EN LA REALIZACION DEL DERECHO.


No hay absoluto y perfecto. El ser humano que está hecho a imagen y semejanza de
Dios según la Biblia está lleno de imperfecciones físicas y sociales. El abogado que es
producto de esta sociedad participa en la elaboración de las leyes; unas perfectas otras
imperfectas y llena de lagunas. El abogado como profesional libre tiene sus debilidades,
al igual que las mayorías de las carreras de los profesionales.

Muchísimos pensadores de antaño y de hoy, han formulado crítica contra la abogacía.


Nada más miran la paja en el ojo ajeno. Estos dicen que es una actividad corrupta y
reñida con la moral; que hacen leyes imperfectas para vivir de ellas, y que, si éstas
fueran perfectas, los letrados se morían de hambre y no existieran.

COMO PROCEDER EN LAS NORMAS ETICAS ORIENTADORA DE LA


LEGISLACION
De acuerdo a nuestra constitución. art.18 de 1966, para ser legislador basta con disfrutar
de los derechos civiles y políticos, salvo las incompatibilidades. Constitucionalmente
como vemos, que para la elaboración de las leyes que es la fuente principal del derecho,
participan todos los ciudadanos que la sociedad elija; como es natural los abogados
forman parte de este poder como peritos en asuntos normativos, como asesores,
consultores, como legislador o como jurídicos de la cámara de cualquier departamento
del estado.

El letrado influye extraordinariamente en la elaboración de estas leyes, por sus


cualidades, conocimientos y destrezas en los aspectos sustanciales y formales; además
es el más idóneo en estos menesteres.

La constitución en su artículo 38 dispone que tienen derecho en la elaboración de las


leyes, los senadores y diputados, el presidente de la república, la suprema corte de
justicia en asuntos judiciales, y la junta central electoral en asuntos electorales. Dentro
de la cámara existe la comisión de justicia, donde el abogado tiene mayor participación,
donde se le da fuerza de justeza, legal y moral, para que la forma jurídica no sea un
instrumento de abuso.

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