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Florencia Nightingale (1820 - 1910): 

PIONERA DE LA
ENFERMERIA MODERNA HUMANIZADA Y LOS PARADIGMAS DE LA
ENFERMERIA

Autor Ramon Orlando Mendez Suarez

Florence Nightingale (1820-1910) fue una destacada enfermera y estadista británica conocida
por ser la primera teórica en el área de la enfermería. Además, fue la fundadora y madre de la
enfermería moderna, como también una reformadora social. Estuvo a cargo del cuidado de los
soldados británicos durante la Guerra de Crimea. La enfermera dedicó varias horas atendiendo
a los soldados de una forma especial y personalizada durante las noches en el hospital. Por
haber trabajado tanto tiempo a oscuras, pasó a ser conocida como "la dama de la lámpara".
Sus esfuerzos por formalizar su educación en enfermería la llevaron a establecer la primera
escuela de esta disciplina con bases científicas en el Hospital St. Thomas en Londres. También
desarrolló una teoría basada en el ambiente médico idóneo, así como los cuidados adecuados
que deben tener las enfermeras con sus pacientes. Tales propuestas se practican en la
medicina de hoy en día. Fue miembro de la Royal Statistical Society, siendo la primera mujer
en acceder a esa sociedad. En la actualidad, el Día Internacional de las Enfermeras se celebra
anualmente el 12 de mayo, en conmemoración del nacimiento de Florence Nightingale. Este
texto no pretende ser una biografía de la pionera, sino una presentacion de los inicios de la
enfermeria moderna con los aportes en el area de los cuidados y la salud pública de sus
escritos para su conocimiento actual. Desde su perspectiva es lo que conocemos hoy como
humanizacion de la atencion como se muestra en este poema.
Florence Nightingale (1820-1910)

Criada en la fe anglicana, Florence testimoniaba desde niña que Dios le había hecho un llamado
claro y desde entonces mantendría en firme su vocación: se convertiría en enfermera. Cuenta que a
sus 17 años, mientras se encontraba en Embley Park, escuchó con claridad ese llamado divino que
signaba su misión y su destino. Es así como contrariando la voluntad de sus padres y de las
costumbres del momento, donde la mujer estaba consagrada a la crianza de los hijos y al cuidado
de su marido, Florence consigue estudiar enfermería, y antes de cumplir sus 25 años ya es una
capacitada en su campo. Dado su condición de clase alta, y gozando de un dote mensual de 500
libras que le proveía su padre, Florence no prestó importancia a dos propuestas matrimoniales que
tuvo por aquella época, y prefirió dedicarse al cultivo de su propio intelecto, por lo que en busca de
experiencias y conocimientos realizó viajes por Francia, Italia, Suiza, Grecia, siendo muy
significativa su experiencia en tierra de los faraones. De este viaje escribirá algunas memorias
acerca de la riqueza cultural egipcia, además de testimoniar ese llamado divino, cuando relata que
estando en Tebas había sido “llamada a Dios”, y cinco días más tarde en El Cairo nos cuenta: “Dios
me llamó en la mañana y me preguntó si haría el bien en su nombre, sin buscar reputación.” En
1851 se interesó por los tratamientos de asistencia que los luteranos adelantaban con la Institución
Kaiserswerth del Rin para el Entrenamiento Práctico de Diaconisas. Allí permaneció durante cuatro
meses recibiendo un entrenamiento que inspiraría y fortalecería su vocación de enfermera, y luego
se acercaría a las Hermanas de la Caridad del hospital Saint Germain, cerca de París, donde
continuaría sus prácticas como voluntaria. En 1853 es nombrada como superintendente del Instituto
para el Cuidado de Señoras Enfermas con sede en Londres. En octubre de 1854 Nightingale y un
grupo de treinta ocho enfermeras voluntarias a las que ella había entrenado, y entre las que se
contaba su tía Mai Smith, partieron con destino hacia el Imperio Otomano, concretamente donde se
llevaba a cabo la conocida Guerra de Crimea. Las heroínas atravesaron más de quinientos
kilómetros del mar Negro, desde Balklava, en Crimea, y hasta llegar a la base de operaciones
británicas del cuartel de Selimiye, en Scutari, actualmente el distrito de Üsküdar, en Estambul.
Florence denunció las pésimas condiciones en las que estaban siendo atendidos los heridos, muchos
de ellos muriendo por la falta de higiene y la propagación de enfermedades infecciosas como el
tifus, la fiebre tifoidea, la cólera y la disentería. Resaltó la falta de ventilación y la precariedad de
los sistemas de desagüe sanitarios como otro causante que afectaba el buen desempeño. Un sistema
carente de recursos, equipamiento y medicamentos, instalaciones hacinadas de pacientes, y un
tratamiento que la experimentada enfermera consideraba inadecuado. La enfermera tomó cartas en
el asunto, y luego de su estancia en Crimea el índice de mortalidad disminuyó considerablemente
de un 42% a un 2%, y todo gracias a su gestión médica. Apenas llevaba poco más de un año y ya su
labor, destacada por todos, le valió el reconocimiento de una asamblea convocada con el ánimo de
homenajearla, y en la cual se recogerían fondos para el entrenamiento de nuevas auxiliares de
enfermería. Por esos días el diario The Times le dedicó un artículo en el cual se refería a ella como
a un “ángel guardián”, y cómo su presencia había contribuido enormemente en la salud y el
cuidado de los enfermos. Florence adquirió una fama a nivel mundial, conocida como “La dama de
la lámpara” (apodo que surge del poema Santa Filomena que Henry Wadsworth Longfellow le
dedicaría), por ser su costumbre la de salir con una lámpara para dar sus rondas nocturnas y vigilar
a sus pacientes enfermos. Sin embargo Florence no gustaba de adulaciones y prefirió siempre
mantenerse anónima, en una labor clandestina, y fue así como queriendo evadir la prensa que la
ensalzaba, regresó a Inglaterra bajo el nombre falso de Miss Smith. Una vez en Londres,
Nightingale presenta un detallado informe a la Comisión Real para la Salud en el Ejército,
justificando las razones de tanta mortandad en los campos de asistencia y evaluando un listado de
reformas que sería pertinente ejecutar. Hacia 1857 Florence comenzará a sufrir un trastorno
depresivo que fue acrecentándose con el pasar de los años, y a pesar de que en varias ocasiones se
vio en la obligación de guardar reposo, nunca desaprovecharía su vitalidad, y su condición
psicológica no le impidió continuar con sus tantas empresas. En 1858 presentó una serie de
informes detallados respecto a la condición sanitaria en las zonas campestres de la India,
proponiendo varias iniciativas ante la Comisión Real, y que luego de haber sido tomadas en
consideración y haber sido aplicadas, redujo la mortandad de los soldados y luego de una década
pasaron de reportar de 69 a 19 muertos por cada mil hombres. Disponiendo de un fondo de 45.000
libras, para 1859 Florence inaugura en el hospital Saint Thomas la Escuela de Entrenamiento
Nightingale, y que en la actualidad se llama Escuela Florence Nightingale de Enfermería y Partería,
haciendo parte del King’s College de Londres. Seis años más tarde las primeras enfermeras
egresadas comenzarían a trabajar en la Enfermería Liverpool Workhouse, y pasado un tiempo ya se
habían dispersado por toda Gran Bretaña. Además ayudaría en la construcción del hospital Real
Buckinghamshire de Aylesbury, y no solamente recogiendo fondos sino también en la planeación
del mismo, proponiendo un modelo moderno con sistema de ventilación, corredores amplios,
escaleras y armarios, y la dotación más completa que permitiera operar en las mejores condiciones.
Para ese año de 1859 da a conocer sus Notas sobre enfermería: qué es y qué no es, un libelo
pionero en cuanto a su contenido, y que sirvió como una pieza fundamental en la enseñanza de la
enfermería, convirtiéndose en un texto obligatorio en las escuelas de formación. En algunas de sus
notas se lee: “La observación indica cómo está el paciente, la reflexión indica qué hay qué hacer, la
destreza práctica indica cómo hay que hacerlo. La formación y la experiencia son necesarias para
saber cómo observar y qué observar; cómo pensar y qué pensar.” Este escrito no sólo sustenta el
pensamiento y la filosofía del oficio de auxiliar de enfermería, sino que además reivindicó la figura
de la enfermera, a quien solía tratársele como a una subalterna ignorante y desconocedora de la
ciencia médica, y en adelante la imagen de la enfermera empezó a ser vista con gran respeto,
dándole a su oficio el puesto digno que merece en nuestra historia, y no en vano se le conoce como
la “fundadora” de la enfermería. También escribió Notas sobre hospitales y Notas que afectan la
salud, la eficiencia y la administración hospitalaria del Ejército Británico. Nightingale tendría la
fortuna de tener un padre educado en Cambridge que la instruyó en filosofía e historia, la llevó a
descubrir a Euclides y a Aristóteles y a interesarse por asuntos políticos, además de enseñarle
algunos idiomas como el italiano, el griego y el latín, pero lo que resultó más inusual es que
también haya interesado a su hija por el mundo de las ciencias exactas, especialmente la aritmética,
la geometría y el álgebra. De niña, Florence coleccionaba conchas marinas y llevaba registros
minuciosos, anotaciones y un sistema organizado de listas y tablas y que un día la llevarían a
calcular con precisión los fenómenos sociales a partir de mediciones de análisis estadísticos.
Aficionada a las matemáticas, a Florence se le reconoce haber presentado sus informes estadísticos
por medio de representaciones visuales y gráficos que expliquen la información. Para presentar sus
datos se valió del método práctico de un gráfico circular, que hoy es conocido como diagrama de
área polar o como “Diagrama de la rosa de Nightingale”. Por medio de estos diagramas Florence
ilustró a los miembros del parlamento británico respecto a la mortandad de los soldados en las
instalaciones que dirigía durante la Guerra de Crimea, facilitando la comprensión de los
tradicionales reportes estadísticos que muchos no entendían. En 1859 Florence Nightingale es la
primera mujer en ser elegida como miembro de la Royal Statiscal Society, así como miembro
honorario de la American Statiscal Association. Para 1860 Florence introduce el servicio de
enfermería a domicilio en Inglaterra e Irlanda, logrando de esta manera llegar a cada rincón donde
hiciera falta la presencia de una enfermera. Esta iniciativa fue el fundamento para que cuatro
décadas después de su muerte se constituyera el Servicio Nacional de Salud Británico. En 1860
saca a la luz una obra de 829 páginas dividida en tres volúmenes, Suggestions for thought to
searchers after religious truth, un escrito que es considerado como su propia “teodicea”, y en
donde se permite preguntarse cómo es posible la existencia de un Dios que condena a sus hijos a
una eternidad de castigos infernales, mostrando su inclinación a ese pensamiento de la época al que
se llamó “reconciliación universal”. De dicho libro se destaca el ensayo titulado Cassandra, donde
se permite interrogar a la mujer que pese a tener una buena formación educativa básica, finalmente
se somete a perpetuar la tradición de dedicar su vida a las labores del hogar. Tampoco quiso ser
monja, pero su entrega al servicio desinteresado por el prójimo fue plena; y ya sea por una fuerte
convicción religiosa, ya sea por la moral imperante, varios historiadores se atreven a afirmar que
Florence se mantuvo casta durante toda su vida. Se entregó a un destino en el que creyó siempre
con convicción férrea, el destino de amparar a los débiles, preguntándose además si su labor habrá
sido en vano y su voz desoída, tal como le sucedía al personaje mítico de la princesa troyana
Casandra. Solía rodearse de hombres y preferir la compañía masculina, siendo notable su amistad
con Charles Dickens y con John Stuart Mill, e incluso se refería a sí misma como a un “hombre de
acción” o un “hombre de negocios”. Sin que fuera su propósito, Nightingale sentó las bases para el
naciente movimiento feminista, sirviendo como un ejemplo de la mujer que responde con
autodeterminación, rebelándose a cumplir con sumisión un destino que otros eligen por ella y sin
que le importara fallar a las más arraigadas costumbres patriarcales. Henri Dunant, fundador de la
Cruz Roja, dice haberse inspirado en el trabajo de Nightingale durante la Guerra de Crimea: “A
pesar de que soy conocido como el fundador de la Cruz Roja y el promotor de la Convención de
Ginebra, es a una dama que todo el honor de esa convención es debido.” Para 1870 se encargó de
instruir a Linda Richards, quien sería enviada a Estados Unidos y en donde sería conocida como la
“Primera enfermera entrenada de América”, consiguiendo difundir el legado de Nightingale a
territorio norteamericano y hasta llegar a tierras japonesas. Adelantada a su época, y antes de la
aparición de Louis Pasteur, para 1880 ya Florence había redactado un par de escritos donde
examinaba a fondo la necesidad de tomar medidas higiénicas y de sanidad para combatir y eliminar
los gérmenes. Hacia 1882 la reputación de las “ruiseñores” (término con el que se les conocía a las
enfermeras educadas en la Escuela de Entrenamiento Nightingale, dado que Nightingale significa
“ruiseñor”) gozaban de gran prestigio por su alto grado de conocimiento, su dedicación y
compromiso, además de la pasión que les fue inculcada por su labor, y muchas de estas enfermeras
terminaron dirigiendo centros hospitalarios en Gran Bretaña y Australia. En 1883 Florence recibe
la Real Cruz Roja de manos de la reina Victoria, y una década más tarde se creará el Juramento
Nightingale, que es el que deben rendir los graduandos de enfermería. Para 1887 ya su escuela
contaba con más de quinientas enfermeras graduadas y más de cuarenta se habían convertido en
directoras de hospitales. En 1907 recibe la Orden de Mérito del Reino Unido, convirtiéndose en la
primera mujer en recibir dicha distinción, y un año más tarde le serían otorgadas las Llaves de la
Ciudad de Londres. Dicen que en sus labores había sido contagiada por la fiebre tifoidea, que había
contraído brucelosis, y aparte de un trastorno depresivo con el que tuvo que lidiar durante toda su
vida; pero finalmente su trabajo como enfermera llegaría a su fin, y esto sólo podría ser posible si le
visitara la muerte. Sucedió en agosto de 1910, a la edad de 90 años. Discreta como fue en vida,
después de muerta la familia impidió que le enterraran en el prestigioso cementerio de
Westminster, al lado de figuras notables como Isaac Newton o Rudyard Kipling. En 1912 el
Comité Internacional de la Cruz Roja reconocerá cada año a los más destacados auxiliares de
enfermería con la Medalla Florence Nightingale. En 1915 se erigió en Waterloo Place, en Londres,
el Monumento de Crimea, y en donde podemos apreciar su figura esculpida. En el Hospital Saint
Thomas de Londres se encuentra el Museo de Florence Nightingale, donde actualmente funciona la
primera escuela de enfermería fundada por esta pionera, además de otro museo en la casa de su
hermana, Claydon House, propiedad de National Trust, y otro museo más en Estambul, en la torre
más al norte de las Barracas de Selimiye. La antigua Constantinopla también la honrará en 1954
con una placa de bronce suscrita en el pedestal del Memorial a la Guerra de Crimea en el
cementerio Haydar Pashá, y que dice lo siguiente: “A Florence Nightingale, cuyo trabajo cerca de
este cementerio un siglo atrás trajo alivio al sufrimiento humano y sentó las bases de la enfermería
como profesión.” También en Estambul encontramos cuatro hospitales que llevan su nombre, y
entre ellos el hospital privado más grande de Turquía. Los luteranos la consideran una “Renovadora
de la sociedad”, su nombre figura en entre las celebraciones del Calendario de Santos luterano, y en
la comunión anglicana se la homenajea con un día festivo de su año litúrgico. Así también son
varias las fundaciones a nivel mundial que llevan su nombre. En Anápolis, Brasil, se destaca la
escuela de enfermería Florence Nightingale, y su leyenda ha quedado plasmada en novelas, obras
teatrales, documentales, biografías, películas, cómics y series televisivas. Una nave espacial de la
serie Star Trek lleva su nombre, también tiene su servant en el juego para Smartphones, Fate
Grand Order, y cuyo personaje figura como alguien con el poder de curar a los enfermos. A pesar
de que no le gustaba ser fotografiada, y menos retratada en pintura, su imagen portando una
lámpara entre los heridos de la Guerra de Crimea se ha vuelto icónica y han sido varios los pintores
que han evocado a Florence Nightingale a través de este cuadro. Su efigie también apareció en los
billetes que circularon en el Reino Unido desde 1975 y hasta 1994. Queriendo mantener vivo su
legado, el Día Internacional de la Enfermería se celebra el día de su cumpleaños, y en el aniversario
de su natalicio, dado un trastorno neurológico que pudo afectarla a lo largo de su vida, se instauró
el Día Internacional de la Concienciación de las Enfermedades Neurológicas e Inmunológicas
Crónicas. Queda un recuerdo de su voz, cuando fue registrada en una grabación fonográfica de
1890 y que es conservada por la British Library Sound Archive. La escuchamos decir: “Cuando ya
no sea siquiera una memoria, tan sólo un nombre, confío en que mi voz podrá perpetuar la gran
obra de mi vida.”
Florence Nightingale

Florence Nightingale
¿Quién fue Florence Nightingale?
Florence Nightingale (1820-1910) fue una escritora, estadística y enfermera
británica, considerada la precursora de la enfermería moderna. Estuvo a cargo
del cuidado de los soldados británicos durante la guerra de Crimea. La
enfermera dedicó varias horas atendiendo a los soldados de una forma
especial y personalizada durante las noches en el hospital. Por haber trabajado
tanto tiempo a oscuras, pasó a ser conocida como “la dama de la lámpara”.

Sus esfuerzos por formalizar su educación en enfermería la llevaron a


establecer la primera escuela de esta disciplina con bases científicas en el
Hospital St. Thomas en Londres, y fue la primera escuela laica de enfermeras
del mundo.

También desarrolló una teoría basada en el ambiente médico idóneo, así como
los cuidados adecuados que deben tener las enfermeras con sus pacientes.
Tales propuestas se practican en la medicina actual.
Fue miembro de la Royal Statistical Society, siendo la primera mujer en
acceder a esa sociedad. Inspiró a Henri Dunant a fundar la Cruz Roja.

Biografía de Florence Nightingale


Nacimiento y primeros años
Nació el 12 de mayo de 1820 en Florencia, Italia, en el seno de una familia
británica adinerada. Sus padres fueron William Edward Nightingale y Frances
Nightingale Smith. Tuvo una hermana que fue escritora y periodista.

En 1821, la familia Nightingale se mudó a Londres, donde ambas hermanas


fueron educadas. Su padre se interesó en que sus dos hijas tuvieran la mejor
educación: aprendieron historia, filosofía, literatura, matemáticas e idiomas.

Florence fue una niña precoz e intelectual. Nunca partició de las actividades
femeninas tradicionales. Al contrario, prefería leer a los grandes filósofos y
dedicar su tiempo libre al estudio. Pronto demostró interés hacia la religión.

Conforme fue pasando el tiempo, se sintió cada vez más motivada por la
reducción del sufrimiento humano, en el servicio de la humanidad y de Dios.

Estudios e inicios de su carrera


En 1837, tuvo su primera experiencia sirviendo a su prójimo. Veía estas
acciones como “llamados de Dios”, y sus creencias religiosas jugaron un papel
fundamental en su vida profesional, particularmente en el ámbito motivacional
de su práctica médica.

En 1850, logró inscribirse en la Institución de Diaconisas Protestantes en


Kaiserswerth, Alemania. Allí aprendió habilidades básicas de enfermería, la
importancia de la observación del paciente y la buena organización
hospitalaria.

Luego se trasladó nuevamente a Londres, donde obtuvo un trabajo como


enfermera en un hospital de Harley Street para atender a los enfermos del
pueblo. Su desempeño en el lugar impresionó a sus empleadores, quienes la
promovieron al cargo de superintendente del lugar.

Se ofreció también como voluntaria en un hospital de Middlesex durante un


tiempo, lidiando con un brote de cólera y condiciones insalubres que
ocasionaron la propagación de la enfermedad. Esto inspiró a Nightingale a
mejorar la higiene de las instituciones médicas.

Pretendientes y amistades
Tuvo algunos pretendientes que la cortejaron, pero nunca se casó. El más
persistente fue el político Richard Monckton Milnes. Tras haberla galanteado
por 9 años, Florence lo rechazó al no considerarse a sí misma como una mujer
tradicional. Decía que el matrimonio implicaría un descuido en su trabajo como
enfermera.
Tiempo después, conoció al estadista británico Sidney Herbert, quien se había
desempeñado como secretario de Guerra de Inglaterra. Él y Nightingale se
hicieron grandes amigos.

Herbert llegó incluso a facilitar el trabajo de enfermería de Nightingale en


muchos lugares, y ella se convirtió en la asesora directa de Herbert durante sus
campañas políticas. 

Participación de Nightingale en la guerra de Crimea


La guerra de Crimea fue un conflicto que comenzó en 1853 entre el Imperio
ruso y la alianza del Imperio otomano, Francia, Gran Bretaña y Cerdeña.

La causa fue la lucha entre la restauración de la Iglesia católica por parte de la


alianza contra la imposición de la Iglesia ortodoxa por parte de los rusos.

El conflicto se desarrolló en la península de Crimea, en el mar Negro. Si bien


los aliados iniciaron con buen pie el conflicto, se propagó una gran cantidad de
enfermedades y los ejércitos no disponían de medicamentos, médicos o
enfermeras suficientes para combatirlas.

Herbert, siendo secretario de Guerra, llamó a Nightingale para que colaborara


en el conflicto. La mujer partió hacia Crimea junto a un grupo de enfermeras,
muchas voluntarias e inexpertas en el área de la salud.

Cuando el equipo de Nightingale llegó al lugar, se presentó un panorama muy


complicado: los soldados heridos recibían tratamiento inadecuado, lo que
empeoraba significativamente su ya precaria salud.

Además, había pocas provisiones y suministros médicos. La higiene era


inadecuada, que se traducía en graves infecciones y putrefacciones en la piel
de los combatientes.

De hecho, muchos soldados fallecieron a causa de enfermedades no


relacionadas con la guerra, además de negligencia médica.

La dama de la lámpara
Mientras se desarrollaba el conflicto, un artículo del periódico The Times realizó
una publicación en la que describía detalladamente la labor de Nightingale.
Desde esa publicación, Nightingale pasó a ser reconocida en Inglaterra como
“la Dama de la lámpara”.

Cuando los médicos se retiraban y los enfermos se quedaban solos en el


hospital a oscuras, Nightingale recorría los pasillos con su lámpara observando
a cada uno de los enfermos del lugar.

El cuidado de la enfermera se destacó por ser personalizado, brindando una


muy buena atención a cada paciente.
Actividades y últimos años
Después de la guerra, Nightingale estableció una escuela de formación para
enfermeras en el Hospital St. Thomas en Londres, y realizó varias obras que
sentaron las bases para futuras investigaciones en el área de la salud a nivel
mundial.

A medida que pasaron los años, Nightingale comenzó a sufrir de una depresión
severa, supuestamente asociada a la brucelosis y la espondilitis. Estas
enfermedades hicieron que pasara mucho tiempo en cama. Además, su
capacidad mental se fue deteriorando significativamente.

El 13 de agosto de 1910, a la edad de 90 años, murió mientras dormía. Fue


enterrada en la Iglesia de Santa Margarita en East Wellow, Inglaterra.

Teoría de Florence Nightingale


Cuando Florence Nightingale regresó de la guerra, comenzó una serie de
proyectos y obras basadas en sus experiencias como enfermera y en su
servicio durante los tiempos de guerra.

En 1859, escribió Notas sobre enfermería. Utilizó esta publicación para dar a


conocer sus teorías sobre lo que consideraba correcto en el ámbito de la
enfermería. De hecho, el libro se considera una introducción perfecta a la
enfermería clásica.

Si bien el libro fue escrito principalmente para sus estudiantes de enfermería,


sirvió para el estudio y la investigación de muchas escuelas de enfermería a
nivel mundial.

Teoría ambiental 
En Notas sobre enfermería reflejó su teoría ambiental en la salud. Según
Nightingale, el entorno es fundamental para la recuperación del paciente y el
correcto desarrollo de procesos biológicos y fisiológicos.

Consideraba que hay una serie de factores externos que afectan la mejoría de
los pacientes y que las enfermeras debían comprometerse incondicionalmente
con ellos.

Los factores son la pureza del aire, la pureza del agua y la luz natural y directa.
El paciente debe respirar en un ambiente aséptico, con una temperatura
agradable para el cuerpo (sin excesivo frío o calor).

Asimismo, el agua debe ser limpia, y hervirla para limpiarla, en caso de


proceder de pozo (pensaba que el agua de pozo debía ser excluida de las
prácticas médicas).

Por último, la luz natural y directa es esencial para la recuperación de los


pacientes, así como la limpieza del lugar.
Ambiente cálido y documentación
Durante la época en la que trabajó Nightingale, las condiciones de los
hospitales no eran buenas. Los doctores tenían un nivel paupérrimo y la
higiene era desastrosa.

Con frecuencia, muchos pacientes eran tratados por doctores con poca
experiencia, complicando aún más sus condiciones de salud.

Dentro de la teoría ambiental de Nightingale se destaca la provisión de un


entorno tranquilo, cálido y sin ruidos. La enfermera debía hacerle una
evaluación al paciente enfermo y atender sus necesidades de acuerdo con los
resultados obtenidos de dicha evaluación.

Además, veía la necesidad de documentar la evaluación previa, el tiempo de


ingesta de los alimentos del paciente y la evaluación de los efectos médicos
para estudiar el progreso de su salud.

Aportes a la enfermería y salud


Reforma sanitaria
Además de su gran aporte en la guerra de Crimea, logró hacer una reforma
social en la atención médica y en las prácticas de enfermería. Incluso, se llegó
a reunir con la reina Victoria para hablar sobre la necesidad de reformar el
establecimiento militar británico.

Nightingale observó meticulosamente el funcionamiento de muchos hospitales.


Llegó a la conclusión de que muchas muertes de pacientes y propagación de
enfermedades se debían a la ineficiencia del personal hospitalario.

Más allá de la falta de experticia profesional en los hospitales, muchas


enfermeras y doctores no poseían los recursos clínicos para tratar a todos los
pacientes. De ahí, Nightingale estableció una comisión, junto con la realeza,
para dar sustento estadístico a las conclusiones de sus estudios.

Diagrama de área polar


Nightingale fue pionera en la representación visual de los gráficos estadísticos
para plasmar más fácilmente los datos cuantitativos de sus investigaciones.

Perfeccionó el método del gráfico circular creado en 1801, con un toque


innovador para representar más certeramente los datos.

Esta modificación actualmente lleva el nombre de diagrama de área polar,


aunque en aquella época era conocido como diagrama de rosa de Nightingale.

El diagrama es equivalente a un histograma circular moderno que sirvió para


ilustrar las estadísticas de mortalidad de los pacientes en los hospitales.

Tal hazaña la llevó a convertirse en la primera mujer en pertenecer a la Royal


Statistical Society, en 1859.
Movimiento femenino
Aunque fue conocida por sus contribuciones al campo de la enfermería, las
estadísticas y las matemáticas, también potenció el feminismo en Inglaterra.

Florence Nightingale escribió más de 200 artículos, folletos y libros a lo largo de


su vida haciendo referencias al rol social que jugaba la mujer.

Teología
Nightingale plasmó su punto de vista religioso a través de artículos y textos.
Practicó la fe anglicana. 

A lo largo de su vida, Nightingale sintió que la religión debía manifestarse en el


cuidado, el servicio y el amor por los demás. Escribió un texto teológico
titulado Sugerencias para el pensamiento, que plasma sus ideas heterodoxas
de la religión.

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