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DERECHO PENAL Y RESPONSABILIDAD MEDICA

MARIA JOSE CHAVERRA SUAREZ


ID: 000392369

TEMA: ABORTO

El presente escrito tiene como objetivo analizar en orden cronológico las decisiones de la
Corte Constitucional sobre el aborto en las sentencias C-647/01 , C-355/06 y C-055/22.

La primera sentencia que se encuentra es la C-647 de 2001, ella tiene como asunto una
demanda de inconstitucionalidad contra el parágrafo del articulo 124 de la ley 599 de 2000
el cual expresa la siguiente:

... PAR.- En los eventos del inciso anterior, cuando se realice el aborto en
extraordinarias condiciones anormales de motivación, el funcionario judicial podrá
prescindir de la pena cuando ella no resulte necesaria en el caso concreto. (Ley 599
de 2000, articulo 124)

Dicho artículo consagra unas causales de atenuación punitiva, en tanto, el embarazo fuera
un resultado de un hecho desfavorable como acceso carnal, acto sexual sin consentimiento,
abusivo, de transferencia de ovulo no consentida o inseminación artificial sin
consentimiento de la mujer, en ese sentido, el accionante alega que dicho parágrafo
desconoce uno de los bienes jurídicos más importantes como lo es la vida, puesto que
despenalizar el aborto en las condiciones anormales de motivación incentivaría la conducta
del aborto.

Por otro lado, la corte decide en este asunto declarar exequible el articulo y usa como
fundamento para la decisión que dicho artículo no desconoce ningún derecho fundamental,
ni tampoco va en contra de la constitución, puesto que lo que busca es brindarle a la mujer
que se encuentra en una condición menos favorable y que reúne ciertos requisitos una
atenuación punitiva, donde la pena puede disminuirse en tres cuartas partes. Es así, como la
corte señala que puede haber lugar a una atenuación punitiva cuando en el caso se
encuentre las circunstancias mencionadas en el artículo y además que se podrá prescindir
de la pena siempre y cuando se cumpla con los siguientes requisitos:

a)que el aborto se realice en una cualquiera de las circunstancias de atenuación


de la pena; b) que se efectúe en extraordinarias condiciones anormales de
motivación; y, c) que la pena a imponer no sea necesaria en el caso concreto.
(Corte Constitucional, C-647/01).

En mi punto de vista, considero que esa figura de exclusión de la pena para este delito no
desconoce ningún derecho fundamental, ni constitucional, puesto que aquí el estado no está
renunciando a ejercer su potestad punitiva, sino que se abstiene en casos excepcionales para
hacer uso de ella. Esta sentencia es un primer gran paso para una despenalización parcial a
esta conducta, pero la Corte se queda corta en argumentación, debido a que los argumentos
utilizadas en la decisión se tornan para asuntos más conceptuales como la diferencia entre
la exclusión de la pena y extinción de la pena, en vez de centrase en la defensa de los
derechos de las mujeres.
En segundo lugar, se encuentra la sentencia C-355 del 2006, esta tiene como asunto una
demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 122, 123 (parcial), 124 (modificados
por el art 14 de la ley 890 de 2004) y 32, numeral 7 de la ley 599 de 2000.

La decisión de la Corte Constitucional en esta sentencia con relación a si era válido


constitucionalmente la tipificación del delito de aborto como un delito sin excepciones se
funda en los siguientes presupuestos:

 El nasciturus no es una persona y como consecuencia no es titular del bien jurídico


vida, aunque la misma goce de una protección. En ese sentido, vemos que la corte
separa a el no nacido y la persona.

 El ejercicio del poder punitivo que tiene el Estado esta restringido


constitucionalmente, al mismo tiempo que lo limitan los derechos fundamentales.

Para este caso en concreto analizado, la Corte realiza una ponderación entre las garantías
que tiene el nasciturus con relación a su vida y los derechos fundamentales de la mujer en
estado de gestación obteniendo las siguientes conclusiones:

Como primero, la Corte sostiene que penalizar el aborto no configura una violación a la
autonomía privada de la mujer en gestación, exponiendo que:

“(…) la vida del nasciturus es un bien protegido por el ordenamiento constitucional


y por lo tanto las decisiones que adopte la mujer embarazada sobre la interrupción
de la vida en gestación trascienden de la esfera de la autonomía privada e interesan
al Estado y al legislador”

En ese sentido, el legislador tiene la facultad de penalizar el aborto sin que ello suponga
como bien se expone “una medida perfeccionista dirigida a imponer un determinado
modelo de virtud o excelencia humana bajo la amenaza de sanciones penales.”

Como segundo, el problema radica en penalizar el aborto en todas las circunstancias, pues
ello supone una violación a la autonomía privada de la mujer en estado de gestación, lo que
en ultimas resulta como bien se expresa inconstitucional.

En ese orden de ideas, los magistrados exponen que no sería constitucionalmente valido
sancionar penalmente la interrupción voluntaria del embarazo, puesto que con esa actuación
se violarían aquellos derechos de las mujeres embarazadas y finalmente su autonomía
privada.

Por otro lado, se defiende que no resultaría procedente hacer una ponderación porque
evidentemente no se encuentra un conflicto existente entre la vida del nasciturus y los
derechos de la mujer. Argumentado así: “mal puede afirmarse que existe un conflicto de
derechos entre un ser que está por nacer que no tiene personalidad jurídica ni derechos ni
obligaciones y una mujer que tiene personalidad jurídica y por consiguiente posee derechos
y obligaciones”.

Otro argumento relevante en la sentencia fue el del magistrado Tafur, donde reconoce la
posibilidad de incluirle a la regla general unas excepciones que le brindan una garantía a la
mujer y a la vida que crece en su vientre desde el momento que ha sido concebido.

Es así, como en las consideraciones finales expuestas por la Corte se llega a la decisión de
incluir tres causales que van a garantizar tanto los derechos del no nacido como de la madre
gestante, pues la Corte sostiene que prohibir el aborto totalmente resultaría inconstitucional
y determina declarar el articulo 122 del Código Penal exequible con la condición de que se
incluyan dichas excepciones en donde se excluye la responsabilidad penal para la mujer
siempre que se produzcan los siguientes casos:

(i) Cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud
de la mujer, certificada por un médico; (ii) Cuando exista grave malformación del
feto que haga inviable su vida, certificada por un médico; y, (iii) Cuando el
embarazo sea el resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de
acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial
o transferencia de óvulo fecundado no consentidas , o de incesto. (Corte
Constitucional, Sentencia C-355 de 2006)

En mi punto de vista, se puede decir que esta sentencia supone un avance relevante para la
historia jurídica colombiana para garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las
mujeres en Colombia y la discusión resulta bastante compleja y problemática. Pues como
bien se sabe, Colombia por varios años estuvo fundantemente impuesta en no despenalizar
el aborto de acuerdo con reglas religiosas y morales y en esta sentencia se logró una
protección importante no solo por los derechos de la madre y el nasciturus, sino también
por la seguridad medica que le brinda a las mujeres que se sometan a dicha actuación. Es
pertinente entonces concluir que la decisión tomada en dicha sentencia se centra en
argumentos de carácter liberal y rechazan aquellos principios de carácter religiosos o
morales que se apartan de los principios de igualdad y libertad y que en ultimas terminan
afectando derechos fundamentales de la madre y por extensión la vida del no nacido.
Por último, se encuentra la sentencia C-055 de 2022, esta tiene como asunto una demanda
de inconstitucionalidad del articulo 122 de la ley 599 de 2000.

Las accionantes en esta sentencia para fundamentar dicha pretensión formulan seis cargos
de inconstitucionalidad:

i) Se desconoce el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en relación


con el derecho de igualdad
ii) Viola el derecho a la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las
mujeres en relación al derecho de igualdad
iii) Desconoce el derecho de igualdad a las mujeres en situación migratoria irregular
iv) Viola el derecho a la libertad de profesión y oficio del personal de la salud
v) Desconoce el derecho a la libertad de conciencia y del principio del estado laico
vi) Desconoce los principios constitucionales sobre los fines de la pena y los
estándares constitucionales mínimos de la política criminal.

La corte en esta sentencia decide ampliar la despenalización del aborto precisando varios
puntos importantes:

En primer lugar, determina que se deben implementar otros mecanismo que no vulneren
derechos fundamentales y también proteger los derechos sexuales y reproductivos de la
mujeres y que en ultimas protejan los bienes jurídicos vida y salud.

Como segundo, considera que terminar o no un embarazo es una decisión que le compete a
la mujer gestante de forma personal, bien porque afecta su proyecto de vida, por lo tanto se
trata de una decisión de carácter individual que trae afectaciones físicas y emocionales
sobre una existencia en particular y que es propia e intransferible por lo que la decisión no
la debería tomar un tercero.

Como tercero, la Corte considera que el delito de aborto no es necesario y no logra el


objetivo por el que ha sido propuesto porque no ha tenido ningún efecto en la prevención y
disminución de la práctica y que por el contrario, existir si supone una intensa afectación a
los derechos de salud y reproductivos de las mujeres gestantes.

Dicho esto, es así como la Corte en ultimas decide i) declarar una exequibilidad
condicionada del articulo 122 del Código Penal, pues agrega que dicha conducta solo será
punible siempre que se realice después de la semana 24 de gestación, adicionalmente este
límite temporal no será aplicable a los tres supuestos que dejo la sentencia C-355 de 2006.
Y ii) Exhortar al congreso de la Republica y al Gobierno nacional para que formulen e
implementen una política pública integral para suplir esa brecha de desprotección para la
dignidad de la mujer y proteger la vida en gestación sin afectar tales garantías que se vienen
disputando. Dichas políticas deberán contener:
la divulgación clara de las opciones disponibles para la mujer gestante durante y
después del embarazo, (ii) la eliminación de cualquier obstáculo para el ejercicio de
los derechos sexuales y reproductivos que se reconocen en esta sentencia, (iii) la
existencia de instrumentos de prevención del embarazo y planificación, (iv) el
desarrollo de programas de educación en materia de educación sexual y
reproductiva para todas las personas, (v) medidas de acompañamiento a las madres
gestantes que incluyan opciones de adopción, entre otras, y (vi) medidas que
garanticen los derechos de los nacidos en circunstancias de gestantes que desearon
abortar. (Corte Constitucional, Sentencia C-055 de 2022).

Finalmente, con esta decisión podemos ver otra importante evolución para el derecho
colombiano, puesto que como si bien se reconoce en la sentencia, por mucho tiempo la
conducta había estado tipificada, puesto que se tenían en cuenta criterios políticos, religioso
y morales que estaban arraigados a una realidad que ya no existe. El derecho al igual que la
sociedad deben ir en constante evolución, ambos de la mano, con el fin de no desconocer
ningún derecho fundamental para nadie y brindar las garantías necesarias para una
armónica subsistencia. Otro punto positivo de esta sentencia es que al fin la legislación
nacional y la corte han tenido en cuenta la violencia de género que se vive en la actualidad
y le dan ese reconocimiento que permitirá un mejor desarrollo de la sexualidad femenina.

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