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(7 obritas burlescas)
Esteve Soler
FRAGMENTOS DE LAS CRÍTICAS APARECIDAS EN LA PRENSA DE BERLÍN
«Esteve Soler escribe con un lenguaje incisivo, poético. En sus escenas burlescas
desenmascara las monstruosidades generadas por los tiempos en que vivimos.
Las exageraciones de Soler y su humor negro incitan a la risa, pero ésta siempre
queda congelada por su crudeza.»
«...la manera de romper las capas de la realidad del dramaturgo Esteve Soler,
nacido en 1976, con recursos cercanos al cómic, tiene un gran atractivo.»
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«Las siete extrañas escenas del texto son como pequeños retratos en miniatura
con un contenido enormemente perturbador que estalla en medio de una
situación cotidiana. Esta explosión se encuentra conectada con la muerte o lo
desconocido, y fuerza a los personajes a afrontar la pregunta de quién o qué
quieren ser cuando se enfrentan a decisiones sobre el destino, la vida y la
muerte. Una recopilación de ingenios llena de imágenes contundentes que
empuja los límites de la realidad más lejos a cada nueva escena,
aproximándose con una sutileza irónica al concepto de progreso. ¿A quién
pertenece el progreso que tenemos? ¿A quién beneficia? ¿Existe realmente? ¿Es
un triunfo para la humanidad? ¿Nos hará mejorar o deberíamos detenerlo? El
tono de Contra el progreso es lacónico hasta el extremo, y nos proporciona un
inteligente y malicioso pronóstico de aquello que estamos a punto de
encontrarnos al girar la esquina.»
Viola Hasselberg, directora del Theater Freiburg. Fragmento del programa del
Festival de Teatro de Berlín – Theatertreffen 2008.
«Son siete cuentos escénicos que cuestionan los beneficios del progreso en la
vida moderna, cuentos que mezclan comedia y horror en dosis idénticas y
añaden a la mezcla unas gotas de surrealismo. (…) Esteve Soler dispara contra
esta sociedad supuestamente progresista y convierte la obra en un delicioso
espectáculo que divierte a la vez que hace pensar.»
«Contra el progreso muestra siete historias reales con un humor amargo y sin
juicios, ni prejuicios, ni demagogias, ni intencionalidades. Es una particular
visión y escisión de la realidad. El texto de Soler es mordaz e incisivo, sin
adquirir ninguna doble intencionalidad, ésta la tiene el espectador. El auténtico
juego y curiosidad de Contra el progreso es el contexto: momentos de crueldad,
de dureza suscitan la risa, pero como son lejanos y no son demagógicos,
generan aún más controversia. Las siete historias están muy bien construidas y
dejan una sensación de desasosiego en el espectador.»
Luis Buñuel
El fantasma de la libertad
1.
Un comedor con una mesa. Una pareja de mediana edad come mientras
mira la televisión.
Pausa.
MUJER: Claro...
HOMBRE: Antes la tele estaba bien, no había tantos canales, pero estaba
bien, ahora parece que...
Vuelve a sentarse y mira las pilas del mando a distancia, por si están
bien. Mientras, uno de los niños del programa sale desde debajo de la
mesa y se sienta a su lado, ante el televisor. HOMBRE levanta la cabeza y
lo mira. HOMBRE toca a MUJER, que no le hace caso. Insiste. Ella mira a
HOMBRE, que le indica la presencia del niño, y también lo observa,
perpleja. Poco a poco, HOMBRE coge el mando, comprueba exactamente
qué botón debe apretar y apunta al niño. Intenta repetidamente cambiar
de canal, pero no lo consigue. MUJER le arrebata el mando y también
intenta cambiar el canal, sin conseguirlo. Se miran sorprendidos.
MUJER le trae pilas nuevas. HOMBRE pone pilas nuevas, sin dejar de mirar
al niño. De nuevo, apunta meticulosamente a su cara e intenta sacárselo
de encima.
Pausa breve.
MUJER: No es eso.
HOMBRE: Claro.
Pausa breve.
HOMBRE: ¿Qué?
HOMBRE: No.
HOMBRE: Sí.
HOMBRE: ¿Hola? ¿Son los de la tele? Sí, hola, tenemos un problema con...
con la tele.
HOMBRE: Sí. ¿Cuál? Pues... Sí, sí que se ve, pero... No lo sé, ¿pueden
pasar para echarle un vistazo? Sí, es que queremos ver otras cadenas.
No es que seamos racistas, ¿eh? Bueno, no sé qué tiene que ver, pero...
pero... Sí, de acuerdo. Sí. Gracias. Gracias.
MUJER: ¿Mañana?
HOMBRE: Sí.
HOMBRE: ¿Qué?
Pausa breve.
MUJER: No se va.
HOMBRE: No lo sé...
MUJER se va.
HOMBRE: ¿Culpa mía? Sí, menuda gracia. Te crees que yo me dedico a...
a... ¿eh?
MUJER vuelve con una bolsa de la basura.
MUJER: Ábrela.
HOMBRE lo hace.
MUJER: En esta casa nadie se irá a dormir hasta que no hayas apagado
esto.
MUJER: Tú mismo...
Pausa breve.
HOMBRE: Y si...
Oscuro.
2.
Pausa.
HERIDO: Necesito...
Pausa.
Pausa.
CHICA fuma.
CHICA: ¿Y usted por qué cruza la calle cuando pasa el tranvía? ¿Acaso es
tonto? Seguro que el conductor ni se ha parado porque ha pensado que
había dado un golpe a un perro. Les pasa constantemente y no se trata
de llegar tarde a la siguiente estación por un perro muerto, ¿verdad?
CHICA: ¿Se ha ofendido? Vaya, el Sr. «en diez minutos seré un cadáver»
se ha ofendido. Disculpe.
CHICA: Pero, ¿se puede saber qué intenta hacer? Es tarde. Hay gente que
quiere dormir a esta hora. ¿Cómo puede ser que demuestre una falta tan
grande de respeto?
HERIDO se rinde.
HERIDO: Coge todo mi dinero. Acabo de sacar dinero del cajero. Por favor
avisa a alguien.
HERIDO: ¡¡¡Socorro!!!
CHICA: Sí.
CHICA: Supongo.
VECINO: Los basureros del barrio están hartos de recoger perros a los que
ha pillado el tranvía.
CHICA: Es triste.
CHICA: Es brutal.
CHICA: Supongo.
CHICA: Sí.
CHICA: No, tranquilo, además, es tarde y nos harán rellenar algún tipo de
documentación por la llamada.
CHICA: Yo tampoco.
Oscuro.
3.
AMIGO 1: Sí.
AMIGO 2: ¿Dónde?
AMIGO 2: Gracias.
Pausa breve.
AMIGO 2: Está bien. Sí, ser el enviado de Dios está mejor. ¿Y cómo se te
ocurrió la idea de la religión?
AMIGO 2: Sorprendente.
AMIGO 1: Sonia, por favor, ¿puedes traerme uno de los sacos que hay en
el almacén?
AMIGO 2: En cambio...
AMIGO 1: ¡Claro! Si a la persona que trabaja menos la mandas sacrificar
delante de todo el mundo... 1. Te libras de un mal trabajador, y 2. La
motivación de los demás...
AMIGO 2: ...mejora.
Pausa breve.
AMIGO 2: ¿Un papa? Hace muchos años que nos conocemos y, además, el
blanco es un color que me sienta muy bien.
AMIGO 1: ¿Sonia?
SONIA: ¿Santidad?
SONIA entra con un saco enorme y le hace una reverencia. AMIGO 1 abre
el saco y le enseña a AMIGO 2 un crucifijo que hay dentro.
AMIGO 1: Todos los crucifijos que están tirando en las iglesias que cierran
los reciclamos. Quitamos la figurita del otro y añadimos la mía.
AMIGO 1: El contrato basura con Dios será como una eucaristía, pero esta
vez se le podrá sacar algún provecho. ¿Recuerdas aquello de «El trabajo
os hará libres»? Pues una cosa parecida.
AMIGO 1: Hay que copiar a los mejores. Hitler fue el principal progresista
del siglo pasado.
AMIGO 1: ¡Yo soy quien habla con Dios! ¡Y si hay un elegido por Dios
debes seguirle a él, no a la secretaria del elegido por Dios!
AMIGO 1: No te atrevas.
AMIGO 2 se va.
AMIGO 2: ¡A partir de ahora serás mi diablo!
Oscuro.
4.
PADRE: ¡Mamá!
PADRE: Es un manzana.
PADRE: No lo sé.
PADRE: ¿Increíble?
MADRE: Es brutal.
PADRE da saltitos.
MADRE: Los del supermercado no tienen camiones tan grandes para traer
esta manzana. Además, ¿cómo quieres que coloquen esta manzana aquí
dentro, eh? Tú lo has dicho, la puerta es demasiado pequeña y por las
ventanas todavía entra menos.
MADRE: Pues que nos hemos levantado y que nos hemos encontrado con
una manzana gigante que ocupa todo el comedor.
MADRE: Sí.
MADRE: No lo sé...
PADRE: ¿Qué?
PADRE: Ya...
PADRE: No te entiendo.
MADRE: Déjalo.
Pausa.
Pausa.
MADRE: O mermelada.
MADRE: Sí.
MADRE: Sí.
PADRE: Voy a buscar la sierra mecánica al garaje. Así iremos más rápido.
PADRE: Pero antes avisaré a los niños, esto tienen que verlo.
Oscuro.
5.
MAESTRA: «Había una vez una niña pequeña con el pelo rubio y los ojos
azules que vivía sola con su madre en un pueblecito en el bosque. Cada
día, antes de ir a trabajar, la madre abrigaba a su hija con una caperuza
roja. De esta manera, todo el pueblo conocía a la niña con el nombre de
Caperucita Roja.»
MAESTRA: «Enrique era un niño tímido que no se sentía querido ni por sus
padres, ni por su profesora, ni por nadie en el mundo. Era el típico niño
que nadie echaría en falta si un lobo negro se lo zampara después de
masticar un rato sus tiernas carnes.»
MAESTRA cierra el libro y mira la portada. Después busca por toda la clase
a ENRIQUE. Asustada, da la espalda a sus alumnos y sigue leyendo el
relato, en voz baja.
Oscuro.
Pausa.
CAROLINA: Yo tampoco.
DAVID: Te quiero.
CAROLINA: Muy buenos. Estábamos hechos el uno para el otro, pero ahora
no es el momento de recordar.
CAROLINA: Pero, ¿quién hubiera pensado que podíamos durar juntos más
de un año?
CAROLINA: Es injusto.
DAVID: A su lado...
CAROLINA: Es imposible.
CAROLINA: Nuestros amigos nos odiarían si vieran a una pareja que está
enamorada indefinidamente. No podría vivir viendo como nuestro amor
se deteriora.
Se abrazan.
CAROLINA: Yo tampoco.
Entra un revisor con una campana que anuncia la salida inmediata del
tren.
CAROLINA: Adelante.
DAVID: Debo decirte que... hace unas semanas adquirí un contrato para
tener un hijo contigo.
CAROLINA: ¿Cómo? ¿Un contrato para tener un hijo entre tú y yo?
DAVID: Sí.
CAROLINA: ¿José?
DAVID: Hasta que se marche de casa de uno de los dos. Unos treinta y
tres.
DAVID: Perdóname.
REVISOR vuelve a pasar.
DAVID: ¿Cómo?
CAROLINA: Muy bien, sí. Le hemos llamado amor a nuestra amistad, pero
no lo convirtamos en un drama.
CAROLINA: David...
DAVID: ¿Cuánto?
CAROLINA: Lo siento.
Oscuro.
7.
Lo sé, lo sé... Pero alguien debe hacerlo, ¿no? Cada año nos toca vivir las
mismas imágenes por televisión. Es macabro, despiadado, sí, lo sé. Sería
mejor que nadie viera esto, pero alguien debe hacerlo. Creedme. Mi
gobierno nos deja matar a unos 500.000 niños humanos cada año para
controlar la población. Fue una decisión dura porque... no es popular, en
fin... dan pena.... Se te quedan mirando con unos ojitos... Debo
confesaros que yo, a veces, hago la vista gorda cuando algún bebé se me
pone de esta manera. Le arrastro a patadas hasta el agua y dejo que se
ahogue o que escape nadando. Este trabajo me hace sentir miserable, de
verdad... Pero no hay más remedio. Recuerdo cuando todavía no había
demasiados, pero en el año 2050 llegaron a los 8.000 millones en todo el
planeta. No es posible mantener a 8.000 millones de humanos sin
desolar la Tierra.
Según nuestras leyes, a los bebés se les debe dar muerte de un solo
golpe en la cabeza, pero está claro que a veces no es suficiente. Es un
problema práctico, simplemente. Al bebé de aquí detrás, por ejemplo, he
intentado darle un golpe en la cabeza, pero sólo le he hundido un
hombro y hasta la segunda vez no lo he logrado. Dicen que a un 40% de
los bebés se les arranca la piel para hacer abrigos y otras cosas terribles
que les llevan a agonizar de mala manera, pero os aseguro que yo eso ni
lo he llegado a pensar. Algunos colegas —pocos— se llevan la carne para
alimentar las familias, pero a mí, no sé, me da asco.
Ríe.
Ríe.
Sólo hay que ver un ejemplar maduro de humano para darse cuenta. No
se entienden entre ellos. En vez de hacerlos mejores, la naturaleza les
dejó solos y ciegos para que no se comunicasen con su propia especie.
La conciencia individual que creían que les haría superiores a los
animales era como un estado de celo que les ponía calientes, que les
excitaba, simplemente para favorecer su expansión y acabar con su
entorno. Pobres... Aunque algunos de mis colegas que vienen aquí a
eliminar el exceso de bebés no tienen ningún tipo de remordimientos.
Nuestro gobierno no pretende que los matemos a todos, pero mis
mejores amigos dicen que el mundo es mucho más tranquilo sin los
humanos y que cuantos menos queden... pues mejor. Dicen que los
hombres están carcomidos, que no son buenos, que están podridos por
dentro, por eso casi nadie se quiere comer los quilos y quilos de bebé
que dejamos por aquí cada día.
Oscuro.