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- Analice la problemática sometida a debate en el acuerdo plenario extraordinario


3-2012 sobre suspensión de la prescripción, cuál es la solución a la que arriba la Corte
Suprema, y qué comentario le merece

Todo ciudadano está sometido al poder punitivo del Estado peruano, el mismo que se
ejecuta mediante las autoridades correspondientes como lo son, el Ministerio Público
y los órganos jurisdiccionales encargados de administrar justicia. Por ello, es necesario
que el Estado mediante su normativa se encargue de buscar la verdad de los hechos
para que tanto el victimario como la victima obtenga una efectiva tutela procesal
efectiva. Sin embargo, esta búsqueda no puede permanecer en el tiempo de forma
perpetua, por lo que nuestros legisladores han fijado que la prescripción de la acción
penal es un límite y derecho de todo poder punitivo de cada país.

Junto con la prescripción de la acción penal encontramos también al derecho a ser


juzgado en un plazo razonable, el cual se encuentra reconocido en el art. 139 de la
Carta Magna, formando parte de uno de los pilares de la actuación jurisdiccional. Este
último derecho implica que todo procesado no debe tener la condición de investigado
o enjuiciado de manera indefinida, de lo contrario el litigio se volvería injusto
convirtiendo a la persona en un objeto y no sujeto del proceso.

Respecto a los plazos de prescripción de la acción penal, dentro del Código Penal se
establece que respecto a los delitos que tienen como sanción máxima la pena privativa
de libertad, la prescripción opera cuando transcurre un plazo igual a la pena máxima
que se fija para el delito, a este se le llama plazo ordinario de prescripción. Por otro
lado, existe un plazo extraordinario, el cual se aplica cuando se interrumpe o suspende
la prescripción por intervención fiscal, autoridad fiscal o se da la formalización de la
investigación preparatoria y opera cuando transcurre el plazo ordinario más la mitad.

Ahora bien, respecto a la suspensión de la prescripción de la acción punitiva como


consecuencia de la formalización de la investigación preparatoria, dentro del código
procesal penal en el art. 339 inciso 1 no se ha fijado un plazo de duración. Por ello, en
el acuerdo plenario N° 3-2012, acordó que el plazo no deberá superar la pena máxima
que se fija para el delito mas su mitad.

Esta interpretación, desde nuestra opinión afecta el derecho a la prescripción de la


acción de los delitos y el derecho a ser juzgados en un plazo razonable. La opinión
aislada que realizan los jueces sobre el plazo de suspensión, referente a los derechos y
principios que rigen el sistema procesal penal, suprime la eficacia jurídica de los
mismos, pues de nada sirven que se regulen sino se puede aplicar de forma adecuada.

Al aprobarse la formalización y continuación de la investigación preparatoria, el plazo


de la prescripción que transcurría por el delito se suspenderá por un tiempo igual al
máximo de la pena mas la mitad, es decir por un plazo extraordinario, para luego
vencido este plazo, el tiempo de prescripción retomase hasta computarse otro plazo
extraordinario de prescripción. Es decir, para que prescriba la acción penal por la
comisión de un delito, cuya formalización de investigación será necesaria disponer,
pues es una formalidad que se debe cumplir de las etapas del proceso penal, se deberá
transcurrir dos plazos extraordinarios. Por ejemplo, un ciudadano X es denunciado en
el año 2000 por homicidio, cuya pena privativa de libertad es entre 6 a 20 años y en el
año 2010, se dispone la formalización de la investigación preparatoria. En el caso
presentado, tendríamos un plazo inicial de prescripción de 10 años, los mismos que se
suspendieron por la formalización de la investigación preparatoria, que tiene una
duración de 30 años, teniendo en cuenta la pena máxima que son 20 años por el delito
de homicidio. Después de transcurrir los 30 años, para que se contabilice la
prescripción de la acción punitiva suspendida, que debe ser 30 años o más por haberse
formalizado la investigación, se debe retomar el plazo que ya se había computado que
son 10 años, y esperar que transcurran 20 años más. Es decir, la acción penal del delito
de homicidio prescribiría a los 60 años de su comisión, prescribiendo en el año 2070.

De esta forma se puede evidenciar que el plazo de suspensión otorgando en el


Acuerdo Plenario N° 3-2012 transgrede el derecho a la prescripción y el derecho a ser
juzgados en un plazo razonable, pues su duración se prolonga de manera irracional y
sobrehumana, convirtiéndose en ineficaces. Ninguna persona puede hacer efectivo su
derecho a ser juzgado en un plazo razonable cuando el cómputo del tiempo de
prescripción de la acción penal supera los 60 años (acorde al caso anterior). Este plazo
es demasiado largo, lo que significa que no se efectivice el fundamento de la
prescripción y como consecuencia la eficacia del derecho a ser juzgado en un plazo
coherente, en su manifestación de la necesidad de los plazos para el desarrollo del
proceso. Por otro lado, por el mismo transcurso del tiempo, los elementos de
convicción y de prueba que acreditan de responsabilidad al acusado, algunos
desaparecerán, convirtiéndolas en inútiles para los fines del proceso y poder llegar a la
verdad.

En consecuencia y por lo anterior expuesto, el Acuerdo Plenario N° 3-2012 referente a


la prescripción de la acción penal, carece de razón legal y constitucional, pues
transgreden garantías constitucionales como el derecho a la prescripción y el plazo
razonable como derecho implícito del debido proceso. No es válido que se haya
considerado como fundamentos que sustentan la opinión manifestada en el acuerdo,
estimando que somos una sociedad que con el paso del tiempo es mas humana y por
tango que se garantiza el derecho de todos los ciudadanos.

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