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Historia
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EDICIÓN 324 - DICIEMBRE 2016 - COLECCIONABLE - ISSN 0121-3296
Matachines
y carrozas
C R E D E N C I A L H I S T O R I A 324 h L A F I E S TA E N CO LO M B I A
L
A FIESTA de los Matachines Este es el personaje mitologías de los grupos humanos que se
de Guapí, departamento del festivo más remoto encontraron en el Nuevo Mundo.
Cauca, Colombia1, celebrada Al Matachín lo encontramos en los ri-
el 28 de diciembre, día de los y más cargado de tos agrarios de Georgia y Anatolia, pasan-
Santos Inocentes o de los locos, simbología por su do por las calles de Venecia y de Córdoba,
demuestra la diversidad de las sociedades o convirtiéndose en un actor profesio-
modernas de las Américas, herederas, a su carácter legendario: nal de la improvisación de la commedia
vez, de la multiplicidad étnica ancestral sagrado y profano, dell’arte y en los tablados de Toledo para
de Europa y de África. Es sorprendente entrar triunfalmente en los palacios de
encontrar una práctica tan antigua en puriicador y satírico, Luis XIV o retornar, como en Guapí, a su
Colombia, conservada en su forma más guerrero y fanfarrón, expresión liberadora y puriicadora en las
primitiva, por las comunidades colombia- sociedades de esclavos mineros.
nas de origen africano de la costa caucana travestido y auténtico, En Colombia, el Matachín, se encuen-
del Pacíico. inocente y al mismo tra en varias regiones, entre otras, en la
Por esta razón, es importante el estu- Antioquia minera, en el Tolima de los Pi-
dio del rol de un personaje ‘anónimo’ con tiempo inmensamente jaos, en Boyacá, Santander y en su forma
múltiples signiicados y que ha sobrevi- astuto. más antigua en varios lugares del litoral
vido hasta nuestros días: el Matachín de del Pacíico, entre estos Guapí. Falta por
Guapí. Este es el personaje festivo más determinar si entre todas las formas de
remoto y más cargado de simbología por Matachín existe algún rasgo de parentesco
su carácter legendario: sagrado y profa- directo o si todas las variantes han sido
no, puriicador y satírico, guerrero y fan- procesos paulatinos de transformación a
farrón, travestido y auténtico, inocente y partir de encuentros interculturales. Ana-
al mismo tiempo inmensamente astuto. lizaremos, de esta manera, tres tipos de
El Matachín de Guapí es heredero de iesta que se entrecruzan en la iesta con-
una serie de iestas de la Antigüedad, del servada en Guapí: las Saturnales y Luper-
CORTESÍA DE LA BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO, BOGOTÁ
arriesgados se visten como hombres y se Los Chinitos, Fiesta del Corpus en Mariquita sociales. Esta inversión de papeles, tanto
protegen con varias capas de pantalones Imágenes y relatos de un viaje por Colombia, de protagonismo social como de género,
1870-1884. José María Gutiérrez de Alba.
para torear al grupo adverso gritando se hizo propia del tiempo de festividades
“queremos matachines” y pasando delante y de carnavales locales. Julio Caro Baroja
de estos para dejarse perseguir. dice sobre los orígenes paganos de la Fies-
La persecución empieza formando ta de los Inocentes en Andalucía y Murcia
círculos de personas que bailan y saltan Esta es una iesta, a la vez pagana y que estas se remontan a las celebraciones
al ritmo del coro. Los latigazos van y vie- de tradición católica. El 28 de enero, día lúdicas de las Saturnalias, que a su vez se
nen, siendo azotado todo aquel que los en el que el rey Herodes envió a matar mezclaron con las iestas de las Kalendae
matachines encuentran a su paso. Es en a todo recién nacido después de haberse (comparsas de hombres disfrazados que
sí una ronda de juego y de bochinche por enterado de la profecía del nacimiento del hacen determinadas funciones). Tomás
las calles de la ciudad. A las 11:30 de la ‘rey de los reyes’3 se funde con la Fiesta de Carrasquilla5 nos presenta un cuadro pin-
mañana vuelven a sonar las campanas y los Locos4. Una iesta en la que sacerdotes toresco de Yolombó, Antioquia, inspirado
se termina la festividad de los Santos Ino- y miembros del clérigo autorizaban todo de los recuerdos de su infancia pasada en
centes. Concluye a la vez, la persecución tipo de comportamientos y transgresiones las minas de su tío, a través del cual nos da
con el lanzamiento de harina y huevos2. a conocer las costumbres heredadas de la
época colonial en su novela La Marquesa
3 Sagrada Biblia. Traducido de la Vulgata Latina
de Yolombó; sobre los Matachines, dice:
por José Miguel Petisco. 9 Ed. Madrid: Edito-
rial Apostolado de la Prensa; 1964. San Mateo 2:
2 Testimonio videográico ilmado por Claudia 16-18.
Isabel Navas en diciembre de 1998 para su do- 4 Heers, Jacques. Fêtes des fous et carnavals. París: 5 Carrasquilla, Tomás. La marquesa de Yolombó.
cumental, Mazamorreo: En búsqueda de memoria. Fayard, 1983. p. 123-160. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1952. p. 68. 3
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tas prácticas: “la iesta es un divertimento Matachín y Cucambas. Baroja en las iestas de Calasparra (mu-
que aturde a los que mandan y a los que Fiesta del Corpus en Mariquita, 4 de junio de 1874. nicipalidad de la provincia de Murcia):
obedecen y que a estos hacen creer y a los Imágenes y relatos de un viaje por Colombia,
1870-1884. José María Gutiérrez de Alba.
otros les crea la ilusión de que aún queda “Llevaba un palo con una cuerda larga y al
riqueza y poder”11. extremo una pelota hecha con un envol-
torio de trapos y esparto con una piedra
adentro. La cara pintada de azulete, yeso,
Personajes parientes de Matachín carbón y pigmentos. (…) Empezaba a
11 Moreno, María José. La danza teatral en el Siglo
En cuanto a la danza que caracteriza a correr las calles por la mañana y los mu-
XVII. Córdoba: Editorial Servicio de Publica-
ciones de la Universidad de Córdoba, 2010. p. la iesta de Guapí, no se puede hablar de chachos lo seguían, dándole dinero para
34. Sánchez, Valeriano. Fiestas de toros y cañas danza propiamente, sino de persecución que pegara con la pelota a quienes ellos
en Berja (Primer cuarto del siglo XVII). Notas satírica de un persecutor armado de fue- dijeran, sobre todo a las chicas”12.
para el estudio de la iesta barroca. Área de co- te, (vejiga o látigo), modo festivo que a lo
municaciones libres. III Congreso de Folklore
Andaluz. Danza, música e indumentaria tra-
mejor tiene algún parentesco con ‘Juan
dicional. Almería: Centro de Documentación Pelotero’, un personaje que sale el 28 de 12 Caro, Julio. El Carnaval. Madrid: Alianza Edi-
Musical de Andalucía, 1992. diciembre y es descrito por Julio Caro torial, 2006. p. 361. 5
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¿Quién es Matachín?
Hemos visto, en las referencias mencio-
“Como los personajes de la commedia puñando una espada, pues suele aparecer
dell’arte en el teatro del Renacimiento, como valentón”14.
los clown-dancers presentes en las cere-
monias de los Hopi responden a carac-
teres precisos y se comportan de manera 13 Michaud, Philippe-Alain. Aby Warburg et
bien deinida; llevan una máscara de algo- l’image en mouvement. 3 ed. París: Editorial
Macula, 2012. p. 225.
dón impregnada de barro que explica su
14 Ramos, Rafael. El baile del matachín. Actas III.
Matachines de Cocunuco, Cauca. nombre, con oriicios circulares rellenos Salamanca: Universidad de Salamanca, 1993. p.
6 Diciembre de 2012. de algodón bruto, de granos y de polvo 309.
h L A M E TA M O R F O S I S D E L M ATAC H Í N : E N T R E R I T UA L U N I V E R S A L Y AC TO L I B E R A D O R h
Matachín Boussaâdiah.
Carrozas carnavalescas
JAVIER TOBAR*
La referencia a
H
ISTÓRICAMENTE los las carrozas está de recibimiento a los virreyes3. En estos
carruajes, coches, carro- recibimientos las autoridades eran con-
zas, balsas o carros alegó-
relacionada en general ducidas en coches, debidamente orna-
ricos de tracción animal, con las iestas, ya que mentados, tirados por caballos, también
pedal, motor o no moto- adornados vistosamente. Una imagen de
rizados, conocidos como carromatos, han
este tipo de carruaje es una especie de carroza es la que aparece
sido vehículos muy utilizados en las cele- utilizado en diversos en la representación nominada Entrada
braciones religiosas o festivas de diversa del Sello Real a Santafé, un óleo de Luis
tipología en muchas partes del mundo.
fastos del mundo Núñez Borda, tomado de una acuarela
Etimológicamente, currus navalis, hace y en Colombia se antigua, publicado en 1938, que igura
referencia a un carro naval “utilizado en la marcha con el sello oicial introducido
los rituales en el mundo grecolatino que
encuentran relatos en un cofrecillo y que se conducía en un
se celebraban al principio de nuestra era desde el siglo XVI y caballo ricamente adornado. El cofreci-
y en el marco de las iestas inaugurales de llo era conducido bajo un palio, sostenido
la primavera”1. De otro lado, la palabra ca-
fotografías con estas por varios oidores, en el festejo de insta-
rroza “viene del italiano carrozza y este, a iguras desde el siglo lación de la Audiencia del Nuevo Reino,
su vez, del latín carrus, que signiica coche órgano de gobierno creado desde el 7 de
grande ricamente vestido y adornado que
XIX, como alegorías y abril de 1550 en Santafé4.
por extensión se construye para funcio- desde principios del La referencia a las carrozas está rela-
nes públicas. La primera acepción hace cionada en general con las iestas, ya que
relación a los suntuosos y ricos carruajes
siglo XX, en alusión a este tipo de carruaje es utilizado en di-
que aparecen en las ceremonias reales, los carnavales. versos fastos del mundo y en Colombia
principescas y diplomáticas, como bodas, se encuentran relatos desde el siglo XVI y
visitas, recepciones de embajadores y altas fotografías con estas iguras desde el siglo
dignidades, y la segunda a las carrozas de XIX, como alegorías y desde principios
las iestas y espectáculos públicos”2. del siglo XX, en alusión a los carnavales
En la Nueva Granada, hoy Colombia, de Barranquilla, los carnavales estudianti-
este tipo de carruaje aparece mencionado les de Pasto, Bogotá, Cali, Medellín, Girar-
en relación con la presencia de autorida- dot, Tunja, Santa Marta y desde 1927 en
des eclesiásticas y de gobierno en el siglo los carnavales de Pasto. En los municipios
XVIII, especialmente en las ceremonias o veredas que están situados cerca a los
ríos la costumbre es la utilización de bal-
sas luviales plenas de ornamentaciones
1 González, Marcos. Carnestolendas y carnavales en
Santa Fe y Bogotá. Bogotá: Intercultura Colombia,
2005. p. 15. Entrada del Sello Real a Santafé. 3 González, Marcos. El orden espacial: virreyes en
2 Montero, Pedro. Vivir la iesta sobre ruedas: Ca- Óleo de Luis Núñez Borda tomado de una acuarela Santafé de Bogotá. En: Fiesta y Región en Colom-
rrozas, cacharros y otros artilugios rodantes en las antigua de propiedad del doctor Enrique Otero bia. Bogotá: Editorial Magisterio, 1988. p. 23-50.
iestas de Badajoz. [online]. [Citado 1 noviembre D’Costa. 1938. 4 Fernández de Piedrahita, Lucas. Noticia historial
2016]. Disponible en: https://drive.google.com/ En Samper Ortega, Daniel. Bogotá 1538-1938. Homenaje de la conquista del Nuevo Reino de Granada. Bo-
ile/d/0Byi9UE-JNSdLa09FVlRyOHNPMWM/ del Municipio de Bogotá a la ciudad en su IV centenario. gotá: Ediciones de la Revista Jiménez de Quesada,
view?usp=sharing Bogotá: 1938. p. 136. Instituto de Cultura Hispánica, 1973. p. 648-649. 9
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muy similares a las carrozas festivas te- El Carro Trono con los presidentes del Carnaval de una taza de café, un plato de comida
rrestres. En otras ciudades colombianas, de Barranquilla y el Carro Grafófono. o el sentimiento de sentirse acompañado.
El Gráico No. 74. Febrero 24 de 1912.
en las iestas de convocatoria nacional,
en las iestas municipales o regionales la El sentido de la obra
carroza hace parte de los desiles con va- menos de 6 meses de trabajo para su ex- Las carrozas son esculturas elaboradas
riedades diversas. posición que en general es de 5 horas, lo con la utilización de papel encolado y
Sin embargo, es en la ciudad de San que dura el Desile Magno del 6 de enero otras técnicas que han ido cambiando con
Juan de Pasto y en algunos municipios en Pasto, Nariño, proceso que algunos el tiempo5. Los artesanos6 recrean en estas
del departamento de Nariño en donde denominan arte efímero. Las labores se modalidades diferentes motivos que pro-
los artesanos participan en los carnava- inician con la consecución del taller y el yectan un imaginario múltiple que tam-
les de Negros y Blancos y muestran los desarrollo creativo empieza con la gesta- bién se ha transformado. Actualmente las
resultados de su creatividad a través de ción de la idea que generalmente se cris- carrozas (motorizadas y no motorizadas)
las carrozas de carnaval. La fastuosidad taliza con la familia o grupo que desea son acondicionadas en grandes vehículos
de los trabajos de artistas y artesanos en participar. Planteada, el o los maestros que desilan por las principales calles de
las carrozas de esta región posicionó estas que están liderando la producción deben Pasto, Nariño, el 6 de enero.
iestas referenciándolas y diferenciándolas recibir durante todo el proceso un respal- La historia de la carrozas en San Juan
de otras. Así, mientras carnavales como do efectivo y moral de su familia y equipo de Pasto están asociadas a varios aspec-
los de Riosucio, Caldas, son conocidos de trabajo. En la elaboración participan tos socioculturales como los festejos de
por esceniicar La Palabra, los de Barran- modeladores, pintores, soldadores, inge- navidad, el relato de los reyes magos y
quilla como los de las danzas de tradición nieros y costureras, quienes intervienen, los reinados estudiantiles de los años 20.
y expresiones culturales, y los de Negros y según su oicio, en el barro, el papel, el Según la investigadora Lydia Inés Mu-
Blancos de Pasto son identiicados patri- cartón, la ibra de vidrio, la madera y el ñoz, durante este período las temáticas
monialmente por sus carrozas, expresión hierro, que son materiales esenciales para
de la estética cultural de los artesanos y la creación de estas obras. Esta es una de
artistas de la región. las características de la construcción de 5 Ver: Tobar, Javier. La iesta es una obligación. Ar-
carrozas: su carácter colectivo. El taller de tesanos intelectuales en la imaginación de otros
Las carrozas en San Juan de Pasto carnaval es un lugar de encuentro, don- mundos. Popayán: Universidad del Cauca, 2014.
6 Ver: Sennett, Richard. El artesano. Barcelona:
La elaboración de una carroza, además de principios como solidaridad, compañe- Editorial Anagrama, 2010. (No obstante en Pas-
de requerir un proceso creativo, exige de rismo, reciprocidad, vecindad, compartir to, algunos de estos creadores se reconocen como
10 un accionar colectivo que requiere por lo y festejar, se expresan a través del respaldo artesanos y otros como artistas).
h CARROZAS CARNAVALESCAS h
REPRODUCCIÓN CARLOS BENAVIDES DÍAZ
Además de esta generación, se desta- Carroza La Turumama de Alfonso Zambrano, 1975. (…) Llevo a la ciudad en el alma, los ar-
can también Serbio Tulio Torres, Claudio tesanos somos amantes verdaderos de la
Gómez, Manuel Estrada, Sigifredo Nar- tierra. Creo que el Carnaval es la iesta
váez y José Ignacio Chicaiza. El maestro iestas y también recuerda Narváez que del amor por ella. Eso que se muestra en
Sigifredo Narváez en los años cincuenta en los años cincuenta: él, debe ser el símbolo de su respiración y
comenzó a trabajar con disfraces indivi- No había desile, simplemente uno de ensueño, con las personas que resumen
duales y comparsas para pasar luego a ela- hacía su carroza con un muñequito, lo- su carácter y su alma, porque también las
borar carrozas. Con sus hermanos realizó res y ramas, y a la una de la tarde salía a ciudades tienen espíritu y expresar en las
su primera obra y ganó el premio que lo pasear por las calles, luego a las seis de la iestas esas demostraciones culturales es
motivó a quedarse en el Carnaval. Fue tarde terminaba de jugar. Después, ya en vivir y mostrar lo que es el territorio de las
así que el maestro Narváez airmó: “Para 1958, hacíamos unas tres o cuatro carro- raíces. No estaba bien cuando se pensaba
empezar en el Carnaval siempre hace falta zas, la gente jugaba en el automóvil, le ha- solamente en cuadros de otras partes: Eu-
que alguien lo guíe y para mí fueron mis cían quitar las puertas, le ponían un lazo ropa, Asia o África, mientras cerrábamos
hermanos. Ahí empecé, cuando ya me y así jugaban. Siempre ha habido alegría, los ojos ante el medio en el que vivimos.
sentí como capaz de hacer una carroza, ese afán de superar el Carnaval. Luego lle- Uno no es de allá, uno es de acá9.
hice Gulliver en el país de los enanos. Ese gó la época en que nos tocó competir con
fue el pretexto, el tropezón para amañarse el maestro Alfonso Zambrano; el desile se De ahí que esta apertura signiicaría
en el Carnaval y pues nos dieron el primer puede decir que empezó por ahí en 1962, un nuevo modo de discurrir y construir
premio que en ese tiempo eran mil pesos, comenzaron a hacerse pequeños desiles, un imaginario que contrasta no solo con
era fabuloso”. porque la participación era poca, eran la visión ya calada e impregnada del Car-
Además, según nos cuenta el maestro seis u ocho carrozas y no tenían mucha naval, sino con la semántica de la mo-
Narváez, las interacciones con el público calidad. dernidad que solo se airma olvidando lo
son un elemento importante en el que- Fue así, que estas primeras genera- que ha ocurrido a costa de dejar atrás las
hacer carnavalesco y las versiones de sus ciones hicieron del barro su mejor aliado representaciones y sus creencias del pa-
vivencias en cada iesta dan cuenta de sus para dar forma a un tipo de esculturas sado. A partir de esta forma de pensar y
propias transformaciones. Las narracio- que solo tienen existencia por el tiempo sentir, y a través de su praxis y consejos,
nes de estos hacedores de carnaval son que dura el carnaval, pero que crearon
una fuente muy apropiada para conocer una especie de tradición que tendría in-
12 detalles de la propia evolución de estas luencias en otros artesanos. José Ignacio 9 Ibíd., p. 452.
h CARROZAS CARNAVALESCAS h
FOTO CARLOS BENAVIDES DÍAZ
Carroza Sobrenatural.
Autor Leonardo Augusto Zarama Cardona.
Carnaval de Negros y Blancos. Pasto, 2016.
El signiicado actual
de una carroza festiva
En las últimas tres décadas se han incor-
porado al Carnaval de Pasto grupos de
artistas profesionales, fenómeno que ha
FOTO MARTA AYERBE
Foto portada: Un Matachín en el Tolima durante la Fiesta del San Juan en Puriicación, Tolima. 2011. Fotografía: Marcos González Pérez.
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