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Historia
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EDICIÓN 324 - DICIEMBRE 2016 - COLECCIONABLE - ISSN 0121-3296

Matachines
y carrozas
C R E D E N C I A L H I S T O R I A 324 h L A F I E S TA E N CO LO M B I A

La metamorfosis del Matachín


Entre ritual universal y acto liberador
CLAUDIA ISABEL NAVAS*

L
A FIESTA de los Matachines Este es el personaje mitologías de los grupos humanos que se
de Guapí, departamento del festivo más remoto encontraron en el Nuevo Mundo.
Cauca, Colombia1, celebrada Al Matachín lo encontramos en los ri-
el 28 de diciembre, día de los y más cargado de tos agrarios de Georgia y Anatolia, pasan-
Santos Inocentes o de los locos, simbología por su do por las calles de Venecia y de Córdoba,
demuestra la diversidad de las sociedades o convirtiéndose en un actor profesio-
modernas de las Américas, herederas, a su carácter legendario: nal de la improvisación de la commedia
vez, de la multiplicidad étnica ancestral sagrado y profano, dell’arte y en los tablados de Toledo para
de Europa y de África. Es sorprendente entrar triunfalmente en los palacios de
encontrar una práctica tan antigua en puriicador y satírico, Luis XIV o retornar, como en Guapí, a su
Colombia, conservada en su forma más guerrero y fanfarrón, expresión liberadora y puriicadora en las
primitiva, por las comunidades colombia- sociedades de esclavos mineros.
nas de origen africano de la costa caucana travestido y auténtico, En Colombia, el Matachín, se encuen-
del Pacíico. inocente y al mismo tra en varias regiones, entre otras, en la
Por esta razón, es importante el estu- Antioquia minera, en el Tolima de los Pi-
dio del rol de un personaje ‘anónimo’ con tiempo inmensamente jaos, en Boyacá, Santander y en su forma
múltiples signiicados y que ha sobrevi- astuto. más antigua en varios lugares del litoral
vido hasta nuestros días: el Matachín de del Pacíico, entre estos Guapí. Falta por
Guapí. Este es el personaje festivo más determinar si entre todas las formas de
remoto y más cargado de simbología por Matachín existe algún rasgo de parentesco
su carácter legendario: sagrado y profa- directo o si todas las variantes han sido
no, puriicador y satírico, guerrero y fan- procesos paulatinos de transformación a
farrón, travestido y auténtico, inocente y partir de encuentros interculturales. Ana-
al mismo tiempo inmensamente astuto. lizaremos, de esta manera, tres tipos de
El Matachín de Guapí es heredero de iesta que se entrecruzan en la iesta con-
una serie de iestas de la Antigüedad, del servada en Guapí: las Saturnales y Luper-
CORTESÍA DE LA BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO, BOGOTÁ

Medioevo y de las diferentes transforma- cales, el Corpus Christi y la de los Santos


ciones y apropiaciones que este personaje Inocentes (que a su vez se mimetiza con
complejo ha sufrido. De las iestas Satur- la Fiesta de los Locos y del Asno).
nales y Lupercales de la Antigüedad y del
Norte de África, el Matachín se coló en La Fiesta de los Matachines de
todas las esferas de la sociedad pluriétnica Guapí: Un 28 de diciembre de 1998
europea y se adaptó, a su vez, a todas las A las seis de la mañana, cuando en Guapí
suenan las campanas, es la hora en que un
grupo de hombres, enmascarados o con el
rostro tiznado, vestidos de mujeres, salen
desde la catedral a corretear, dando saltos
1 Apartes de este artículo han sido publicados en el
libro Carnavales y Nación. Estudios sobre Brasil, Muchacho indígena disfrazado de indio salvaje
por el pueblo y llevan en la mano una ve-
Colombia, Costa Rica, Cuba y Venezuela. Bogotá: Imágenes y relatos de un viaje por Colombia jiga o látigo de cuero. Al frente, otro gru-
2 Intercultura Colombia, 2014. 284 p. 1870-1884. José María Gutiérrez de Alba. po de jóvenes (mujeres y hombres) más
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arriesgados se visten como hombres y se Los Chinitos, Fiesta del Corpus en Mariquita sociales. Esta inversión de papeles, tanto
protegen con varias capas de pantalones Imágenes y relatos de un viaje por Colombia, de protagonismo social como de género,
1870-1884. José María Gutiérrez de Alba.
para torear al grupo adverso gritando se hizo propia del tiempo de festividades
“queremos matachines” y pasando delante y de carnavales locales. Julio Caro Baroja
de estos para dejarse perseguir. dice sobre los orígenes paganos de la Fies-
La persecución empieza formando ta de los Inocentes en Andalucía y Murcia
círculos de personas que bailan y saltan Esta es una iesta, a la vez pagana y que estas se remontan a las celebraciones
al ritmo del coro. Los latigazos van y vie- de tradición católica. El 28 de enero, día lúdicas de las Saturnalias, que a su vez se
nen, siendo azotado todo aquel que los en el que el rey Herodes envió a matar mezclaron con las iestas de las Kalendae
matachines encuentran a su paso. Es en a todo recién nacido después de haberse (comparsas de hombres disfrazados que
sí una ronda de juego y de bochinche por enterado de la profecía del nacimiento del hacen determinadas funciones). Tomás
las calles de la ciudad. A las 11:30 de la ‘rey de los reyes’3 se funde con la Fiesta de Carrasquilla5 nos presenta un cuadro pin-
mañana vuelven a sonar las campanas y los Locos4. Una iesta en la que sacerdotes toresco de Yolombó, Antioquia, inspirado
se termina la festividad de los Santos Ino- y miembros del clérigo autorizaban todo de los recuerdos de su infancia pasada en
centes. Concluye a la vez, la persecución tipo de comportamientos y transgresiones las minas de su tío, a través del cual nos da
con el lanzamiento de harina y huevos2. a conocer las costumbres heredadas de la
época colonial en su novela La Marquesa
3 Sagrada Biblia. Traducido de la Vulgata Latina
de Yolombó; sobre los Matachines, dice:
por José Miguel Petisco. 9 Ed. Madrid: Edito-
rial Apostolado de la Prensa; 1964. San Mateo 2:
2 Testimonio videográico ilmado por Claudia 16-18.
Isabel Navas en diciembre de 1998 para su do- 4 Heers, Jacques. Fêtes des fous et carnavals. París: 5 Carrasquilla, Tomás. La marquesa de Yolombó.
cumental, Mazamorreo: En búsqueda de memoria. Fayard, 1983. p. 123-160. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1952. p. 68. 3
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en las poblaciones colombianas descen-


dientes de los Pijaos del Tolima. En estos
pueblos del Tolima y Huila, en la Fiesta
de los Matachines, (como es el caso del
Valle de San Juan, Tolima) se practica la
danza de los Matachines, pero estas son
más organizadas y por parejas7, vestidos
con atuendos coloridos y emplumados. La
música que los acompaña se deriva del
bambuco tolimense -de tan controver-
tido origen-, iesta que se celebra coin-
cidiendo con el Corpus Christi, como era
la costumbre en la época colonial.
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En Córdoba, España, encontramos


esta celebración en la misma fecha y en
ella se puede observar el uso del mismo
vestuario de las comunidades bereberes

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del desierto del Sahara. Las túnicas y fal-
das del vestuario de los hombres se aseme-
jan a los utilizados por los habitantes del
Matachín en el Carnaval de Tumaco. desierto de Tozeur. No obstante, en Guapí
Febrero, 2013. no subsiste este tipo de atuendo, pero está
presente el travestismo entre sexos. Por
“Esta repartición es celebrada con cohetes otro lado, los esclavos africanos que fue-
y hurras de la chiquillería, de los bundis- ron transportados al litoral Pacíico desde Matachines en El Guamo, Tolima.
tas y de los matachines sin máscara, que Fiesta del San Juan. 2011.
Cartagena de Indias, poseían tradiciones
desde esa hora, principian a salir. Este propias de máscaras y atuendos relativos
disfraz o matachineo es privilegio de la a sus propias creencias, lo que se traducía Por otra parte, las contribuciones es-
nobleza. Entre la clase mezclada solo se en sus diferentes tipos de iestas, como pañolas al teatro y la iesta son llamadas
le permite, previo permiso, a uno que puede comprobarse en la comunidad Ge- mojigangas10 aunque en Guapí, a veces se
otro, reconocido por muy formal y poco lede8 de la dinastía de los Yoruba y que le llama la Fiesta de los Matachines y de
cinchado. En estas comparsas de tiznados habita en las actuales Repúblicas de Benín los Mojigangas. En este contexto, se hace
y embadurnados, que recorren el lugar y y Nigeria. La música de balafón africano referencia a otros dos signiicados de esta
se cuelan a toda clase noble, entran seño- se asemeja a la de la marimba del litoral última palabra, bien sea ‘burla, sátira o
ras y señoritas, hechas unos esperpentos. Pacíico colombiano, la cual acompaña las cosa ridícula’, o bien se trate de ‘promesa
Cuáles salen de pordioseras y montunas, procesiones navideñas con el ritmo de cu- o amenaza sin valor’, ambas propias del
cuáles de negras o de indias, estas de bru- rrulao, tan emparentado con el ‘bambuco día de los Santos Inocentes (día en el que
jas, aquellas de viejas inválidas, sin que viejo’ de los indígenas Bambas o Bambús se juegan chistes y chanzas). Hasta que la
falten diablas con tamaños rabos y tama- de la misma región9. iglesia cuestionó el bien fundado de es-
ños cuernos”.

Además de la zona de Guapí, de mora- 7 Londoño, Alberto. Danzas colombianas. [onli-


dores con herencia africana, (descendien- ne]. [Citado 31 de octubre de 2016]. Disponible emagister.com/icheros/vcruzada?idGrupo=10
en: http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/ 02&idFichero=26048
tes de varias comunidades de la Costa del index.php/educacionfisicaydeporte/article/ 10 Fiesta pública carnavalesca que se hace con
Oro)6 esta iesta puede apreciarse también view/22844/18834 varios disfraces ridículos, enmascarados los
8 Lawal, Babatunde. he Gelede Spectacle, Art, hombres, especialmente en iguras de anima-
Center and Social Harmony in an African Cul- les: pasacalles y mojigangas. Representación
6 Friedemann, Nina. La Saga del Negro: Presencia ture. Seattle: University of Washington Press, dramática breve, de carácter cómico y satírico,
africana en Colombia. Bogotá: Instituto de Ge- 1996. p. 98-193. donde se introducen iguras ridículas y extra-
nética Humana, Facultad de Medicina, Pontiicia 9 Mesa, Javier y Gallo, Henry. Música andina vagantes: las mojigangas fueron prohibidas en
4 Universidad Javeriana, 1993. colombiana. Disponible en: http://grupos. el siglo XVIII.
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tas prácticas: “la iesta es un divertimento Matachín y Cucambas. Baroja en las iestas de Calasparra (mu-
que aturde a los que mandan y a los que Fiesta del Corpus en Mariquita, 4 de junio de 1874. nicipalidad de la provincia de Murcia):
obedecen y que a estos hacen creer y a los Imágenes y relatos de un viaje por Colombia,
1870-1884. José María Gutiérrez de Alba.
otros les crea la ilusión de que aún queda “Llevaba un palo con una cuerda larga y al
riqueza y poder”11. extremo una pelota hecha con un envol-
torio de trapos y esparto con una piedra
adentro. La cara pintada de azulete, yeso,
Personajes parientes de Matachín carbón y pigmentos. (…) Empezaba a
11 Moreno, María José. La danza teatral en el Siglo
En cuanto a la danza que caracteriza a correr las calles por la mañana y los mu-
XVII. Córdoba: Editorial Servicio de Publica-
ciones de la Universidad de Córdoba, 2010. p. la iesta de Guapí, no se puede hablar de chachos lo seguían, dándole dinero para
34. Sánchez, Valeriano. Fiestas de toros y cañas danza propiamente, sino de persecución que pegara con la pelota a quienes ellos
en Berja (Primer cuarto del siglo XVII). Notas satírica de un persecutor armado de fue- dijeran, sobre todo a las chicas”12.
para el estudio de la iesta barroca. Área de co- te, (vejiga o látigo), modo festivo que a lo
municaciones libres. III Congreso de Folklore
Andaluz. Danza, música e indumentaria tra-
mejor tiene algún parentesco con ‘Juan
dicional. Almería: Centro de Documentación Pelotero’, un personaje que sale el 28 de 12 Caro, Julio. El Carnaval. Madrid: Alianza Edi-
Musical de Andalucía, 1992. diciembre y es descrito por Julio Caro torial, 2006. p. 361. 5
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recortados de las huellas dejadas por los


Indígenas del pueblo. Utilizando esta
tierra, los mudheads adquieren un ascen-
diente mágico sobre los hombres, de quie-
nes pueden exigir respeto y veneración” 13.

A su vez, el mudhead se asemeja en


su papel de catalizador social al Diablo
Danzante venezolano. En el ritual de los
Diablos Danzantes, el capataz de la co-
fradía ha adquirido su rango a través de
una serie de ritos de iniciación y así lucha
contra la noción del mal, tal como es com-
prendida por la tradición cristiana para
rendirse al Santísimo Sacramento, pero
vale recordar que él también posee un
poder ante la comunidad local.

¿Quién es Matachín?
Hemos visto, en las referencias mencio-

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nadas, diferentes contextos en los que el
Matachín ha existido: en el teatro, en las
minas de oro antioqueñas, en el carnaval
o la iesta de San Juan en España. Pero
tratemos de comprender la complejidad
de nuestro Matachín guapireño. Nos dice
Rafael Ramos que hay que diferenciar el
Matachín en El Guamo, Tolima. personaje del Matachín “vestido de mane-
Fiesta del San Juan. 2011. ra ridícula y que proviene de Italia (donde
está documentado desde el siglo XVI)” y
Este tipo de matachín se parece al per- el baile del mismo nombre, que “solía pa-
sonaje del Cusillo, presente en el Carnaval recer el in de las mojigangas, (…) solían
de Negros y Blancos de Pasto, Colombia, aparecer con frecuencia en las iestas de
el cual curiosamente parece un pariente Carnaval”. Ahondando en la procedencia
muy cercano del ‘clown-dancer Katcina’, del personaje, nos dice:
quien fue visto en 1897 por Jesse Walter
Fewkes, uno de los mejores conocedores “Matachín fue, en principio, el nombre
de los rituales de las comunidades Hopis de un personaje de espectáculos calleje-
en Estados Unidos. Philippe-Alain Mi- ros, como Polichinela o Arlequín. Debía
chaud explica que: efectuar algún tipo de baile estrambótico
(…) vestido de manera ridícula (…) y em-
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“Como los personajes de la commedia puñando una espada, pues suele aparecer
dell’arte en el teatro del Renacimiento, como valentón”14.
los clown-dancers presentes en las cere-
monias de los Hopi responden a carac-
teres precisos y se comportan de manera 13 Michaud, Philippe-Alain. Aby Warburg et
bien deinida; llevan una máscara de algo- l’image en mouvement. 3 ed. París: Editorial
Macula, 2012. p. 225.
dón impregnada de barro que explica su
14 Ramos, Rafael. El baile del matachín. Actas III.
Matachines de Cocunuco, Cauca. nombre, con oriicios circulares rellenos Salamanca: Universidad de Salamanca, 1993. p.
6 Diciembre de 2012. de algodón bruto, de granos y de polvo 309.
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FOTO CORTESÍA DE LA ASOCIACIÓN ENLACES ARTÍSTICOS / CLAUDIA ISABEL NAVAS


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Matachín Boussaâdiah.

de saltimbanqui similar al que existía en


Nos conirma que este era un perso- Matachines en la iesta del San Juan en Túnez, Argelia y Marruecos. Tomemos el
naje pícaro que buscaba divertir, en una Puriicación, Tolima. 2011. caso de Túnez en donde se encuentra un
forma de juego silencioso, advirtiendo curioso personaje llamado Boussaâdiah
que a veces el intercambio terminaba en Algunos autores niegan categórica- y que es:
un simulacro de muerte. La muerte hace mente estas procedencias y deienden
parte tanto de la mímica del personaje la tesis que este término viene de la pa- “Una emanación burlesca con rasgos de
del matachín como de las danzas de los labra árabe motawaddjih (singular) o las comunidades negras establecidas en
matachines, por eso los italianos en su motawaddjihîn (en plural): ‘personas Túnez. Con una máscara, un cinturón
deinición del matachín lo asocian con mascadas’16. El matachín puede, entonces, terminándose en cola de zorro, con cas-
las palabras matador y matamoros (que tener el rostro embadurnado de carbón o tañetas, un gorro en forma de alfa decora-
se derivan del árabe: ‘amatar’, ‘mattare’ o de aceite quemado y llevar máscara. Este do con pedacitos de espejuelos de vidrio.
‘mate’ presente en el juego de ajedrez). último término también proviene del Es quien da espectáculos sin cesar. Una
Etimológicamente, la procedencia de mundo oriental (árabe y turco) y según bella leyenda nos dice que era el hijo de
la palabra ‘Matachín’ opone varios oríge- Reinhart Dozy, Venecia se lo apropió para un rey caído del antiguo imperio fabuloso
nes. En un diccionario italiano dice que sus mascaradas en época de carnaval, tal de Malí…”18.
viene del italiano mattaccino15. Aunque no cual son las iguras burlescas17.
da tampoco una deinición clara y concisa No obstante, el matachín de Guapí Falta por determinar en qué momen-
de la procedencia de esta palabra, advierte tiene algunas semejanzas con un tipo to se integra y se apropian de él en Italia
que también puede derivarse del romano o España y por qué obtiene la denomi-
antiguo. Lo que es seguro es que llegó a nación de mattaccino (en italiano), mata-
Francia, Alemania e Inglaterra tanto de 16 D’amico, Silvio. Enciclopedia dello Specttacolo, chín (en español) y mattachins, matassins
España como de Italia, según las teorías. VII. Roma: Unione, 1960. p. 290. Dozy, Rein- o bouffons (en francés). Recordemos
hart y Engelmann, Willen. Glossaire des mots
espagnols et portugais dérivés de l’arabe. Am-
sterdam: Oriental Press, 1915. p. 309.
15 Corriente, Federico. Diccionario de arabismos y 17 Dozy, Reinhart. Recherches sur l’histoire et la 18 Aziza, Mohamed. Les formes traditionnelles du
voces aines en iberorromance. Madrid: Editorial littérature de l’Espagne pendant le moyen age. spectacle (Vols. Coll. Esthétique et civilisation,).
Gredos S.A., 1999. Leyde, 1860. p. 309. Túnez: 1975. p. 42. 7
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FOTO CORTESÍA DE NANY VALENCIA. CASA DE LA CULTURA DE GUAPI


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Fiesta de los Matachines en Guapí, Cauca.

real y general, estos espacios sociales


llegaron a ser, incluso, momentos en el
que los esclavos podían asumir el papel
de ser personas libres (así tan solo fue-
entonces que en África del Norte y en el Matachín en el Carnaval de Tumaco. ra efímeramente). Así, en sus inicios, el
África del Sur del Sahara, comerciaban, y Febrero, 2013. Matachín era un personaje de espectá-
estaban en contacto con las dinastías Al- culos callejeros que efectuaba algún tipo
morávide y Almohade, y con los esclavos de baile estrambótico y vestía de manera
negros capturados por estos para la explo- El Matachín: libertador ridícula, tal como se menciona que era
tación aurífera y la producción del azúcar. de un legado encadenado el brujo africano de Malí (cita 19) con el
Estas relaciones interculturales, propias Entre las civilizaciones pluriculturales de que podemos comparar simbólicamente
de África y Al-Ándalus, tuvieron una gran África y Europa, y las francesas, portugue- a los africanos esclavizados y llevados a
consecuencia tanto económica como de sas y americanas, existen más paralelos América que vieron en estos momentos de
intercambio cultural. de los que hubiéramos podido imaginar. ‘libertad’ un espacio apropiado para prac-
El Boussaâdiah es un personaje ves- Para las comunidades subsaharianas (re- ticar sus propias creencias, no aceptadas
tido con pieles, cuernos, cencerros y co- gión generalmente llamada Sudán o Áfri- por el orden establecido y menos bajo la
llares de caracoles, y quien, además, iba ca Negra) exiliadas al desierto del Sahara, apariencia de un Matachín o cualquier
armado de dos largas varas con las que con la llegada del Islam o para los esclavos otra igura enmascarada.
golpeaba a los hombres y mujeres; golpes Negros llevados a Marruecos y a Guapí, El Matachín cumple así una misión
que se consideraban como proilácticos. capturados para explotar el oro, encontra- de camulaje para la perpetuación de
Cabe resaltar que estas representaciones mos en común una voluntad por volver a creencias invisibles que le permiten, como
las encontramos en todo el Mediterráneo, nacer de las cenizas y por preservar una a un camaleón, pasar de un mundo a otro,
con algunas modiicaciones, pero con la parte del alma de sus culturas ancestrales. embrujando y divirtiendo, a quienes por
misma función19. En Anatolia, encontra- Es el caso de la danza de boussaâdiah en su magia se dejan seducir. h
mos en la tradición turca el uso de la pala- el Sahara, la cual debe ser practicada para
bra maskara ya que no existe otro término divertir al público por un hombre negro20.
para deinir el tiempo de inversiones so- Pero, para las Américas de la época *Claudia Isabel Navas. Videasta del School
ciales y de ritos. (Este término fue tomado colonial, donde la experiencia de la bús- of the Art Institute of Chicago (SIAC), mu-
en Venecia para describir las mascaradas queda de la libertad fue un sentimiento seógrafa del Muséum National d’Histoire
del Carnaval). Naturelle de París e historiadora del arte
del Ecole du Louvre de París. Actualmente
20 Hosni, Sellami. La Danse en Tunisie. En H. coordina los proyectos culturales de la Aso-
Chebra y Ch. Poché, Les danses dans le mon- ciación Enlaces Artísticos y es escenógrafa
de árabe ou l’Héritage des Almées. Editions de la exposición ‘Los Diablos Danzantes’ en
8 19 Caro, Op. cit., p. 311-312. L’Harmattan, 1996. p. 145. la Unesco.
h CARROZAS CARNAVALESCAS h

Carrozas carnavalescas
JAVIER TOBAR*

La referencia a

H
ISTÓRICAMENTE los las carrozas está de recibimiento a los virreyes3. En estos
carruajes, coches, carro- recibimientos las autoridades eran con-
zas, balsas o carros alegó-
relacionada en general ducidas en coches, debidamente orna-
ricos de tracción animal, con las iestas, ya que mentados, tirados por caballos, también
pedal, motor o no moto- adornados vistosamente. Una imagen de
rizados, conocidos como carromatos, han
este tipo de carruaje es una especie de carroza es la que aparece
sido vehículos muy utilizados en las cele- utilizado en diversos en la representación nominada Entrada
braciones religiosas o festivas de diversa del Sello Real a Santafé, un óleo de Luis
tipología en muchas partes del mundo.
fastos del mundo Núñez Borda, tomado de una acuarela
Etimológicamente, currus navalis, hace y en Colombia se antigua, publicado en 1938, que igura
referencia a un carro naval “utilizado en la marcha con el sello oicial introducido
los rituales en el mundo grecolatino que
encuentran relatos en un cofrecillo y que se conducía en un
se celebraban al principio de nuestra era desde el siglo XVI y caballo ricamente adornado. El cofreci-
y en el marco de las iestas inaugurales de llo era conducido bajo un palio, sostenido
la primavera”1. De otro lado, la palabra ca-
fotografías con estas por varios oidores, en el festejo de insta-
rroza “viene del italiano carrozza y este, a iguras desde el siglo lación de la Audiencia del Nuevo Reino,
su vez, del latín carrus, que signiica coche órgano de gobierno creado desde el 7 de
grande ricamente vestido y adornado que
XIX, como alegorías y abril de 1550 en Santafé4.
por extensión se construye para funcio- desde principios del La referencia a las carrozas está rela-
nes públicas. La primera acepción hace cionada en general con las iestas, ya que
relación a los suntuosos y ricos carruajes
siglo XX, en alusión a este tipo de carruaje es utilizado en di-
que aparecen en las ceremonias reales, los carnavales. versos fastos del mundo y en Colombia
principescas y diplomáticas, como bodas, se encuentran relatos desde el siglo XVI y
visitas, recepciones de embajadores y altas fotografías con estas iguras desde el siglo
dignidades, y la segunda a las carrozas de XIX, como alegorías y desde principios
las iestas y espectáculos públicos”2. del siglo XX, en alusión a los carnavales
En la Nueva Granada, hoy Colombia, de Barranquilla, los carnavales estudianti-
este tipo de carruaje aparece mencionado les de Pasto, Bogotá, Cali, Medellín, Girar-
en relación con la presencia de autorida- dot, Tunja, Santa Marta y desde 1927 en
des eclesiásticas y de gobierno en el siglo los carnavales de Pasto. En los municipios
XVIII, especialmente en las ceremonias o veredas que están situados cerca a los
ríos la costumbre es la utilización de bal-
sas luviales plenas de ornamentaciones
1 González, Marcos. Carnestolendas y carnavales en
Santa Fe y Bogotá. Bogotá: Intercultura Colombia,
2005. p. 15. Entrada del Sello Real a Santafé. 3 González, Marcos. El orden espacial: virreyes en
2 Montero, Pedro. Vivir la iesta sobre ruedas: Ca- Óleo de Luis Núñez Borda tomado de una acuarela Santafé de Bogotá. En: Fiesta y Región en Colom-
rrozas, cacharros y otros artilugios rodantes en las antigua de propiedad del doctor Enrique Otero bia. Bogotá: Editorial Magisterio, 1988. p. 23-50.
iestas de Badajoz. [online]. [Citado 1 noviembre D’Costa. 1938. 4 Fernández de Piedrahita, Lucas. Noticia historial
2016]. Disponible en: https://drive.google.com/ En Samper Ortega, Daniel. Bogotá 1538-1938. Homenaje de la conquista del Nuevo Reino de Granada. Bo-
ile/d/0Byi9UE-JNSdLa09FVlRyOHNPMWM/ del Municipio de Bogotá a la ciudad en su IV centenario. gotá: Ediciones de la Revista Jiménez de Quesada,
view?usp=sharing Bogotá: 1938. p. 136. Instituto de Cultura Hispánica, 1973. p. 648-649. 9
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FOTOS REPRODUCIDAS POR NATALIA GONZÁLEZ & WEIMAR RAMÍREZ

muy similares a las carrozas festivas te- El Carro Trono con los presidentes del Carnaval de una taza de café, un plato de comida
rrestres. En otras ciudades colombianas, de Barranquilla y el Carro Grafófono. o el sentimiento de sentirse acompañado.
El Gráico No. 74. Febrero 24 de 1912.
en las iestas de convocatoria nacional,
en las iestas municipales o regionales la El sentido de la obra
carroza hace parte de los desiles con va- menos de 6 meses de trabajo para su ex- Las carrozas son esculturas elaboradas
riedades diversas. posición que en general es de 5 horas, lo con la utilización de papel encolado y
Sin embargo, es en la ciudad de San que dura el Desile Magno del 6 de enero otras técnicas que han ido cambiando con
Juan de Pasto y en algunos municipios en Pasto, Nariño, proceso que algunos el tiempo5. Los artesanos6 recrean en estas
del departamento de Nariño en donde denominan arte efímero. Las labores se modalidades diferentes motivos que pro-
los artesanos participan en los carnava- inician con la consecución del taller y el yectan un imaginario múltiple que tam-
les de Negros y Blancos y muestran los desarrollo creativo empieza con la gesta- bién se ha transformado. Actualmente las
resultados de su creatividad a través de ción de la idea que generalmente se cris- carrozas (motorizadas y no motorizadas)
las carrozas de carnaval. La fastuosidad taliza con la familia o grupo que desea son acondicionadas en grandes vehículos
de los trabajos de artistas y artesanos en participar. Planteada, el o los maestros que desilan por las principales calles de
las carrozas de esta región posicionó estas que están liderando la producción deben Pasto, Nariño, el 6 de enero.
iestas referenciándolas y diferenciándolas recibir durante todo el proceso un respal- La historia de la carrozas en San Juan
de otras. Así, mientras carnavales como do efectivo y moral de su familia y equipo de Pasto están asociadas a varios aspec-
los de Riosucio, Caldas, son conocidos de trabajo. En la elaboración participan tos socioculturales como los festejos de
por esceniicar La Palabra, los de Barran- modeladores, pintores, soldadores, inge- navidad, el relato de los reyes magos y
quilla como los de las danzas de tradición nieros y costureras, quienes intervienen, los reinados estudiantiles de los años 20.
y expresiones culturales, y los de Negros y según su oicio, en el barro, el papel, el Según la investigadora Lydia Inés Mu-
Blancos de Pasto son identiicados patri- cartón, la ibra de vidrio, la madera y el ñoz, durante este período las temáticas
monialmente por sus carrozas, expresión hierro, que son materiales esenciales para
de la estética cultural de los artesanos y la creación de estas obras. Esta es una de
artistas de la región. las características de la construcción de 5 Ver: Tobar, Javier. La iesta es una obligación. Ar-
carrozas: su carácter colectivo. El taller de tesanos intelectuales en la imaginación de otros
Las carrozas en San Juan de Pasto carnaval es un lugar de encuentro, don- mundos. Popayán: Universidad del Cauca, 2014.
6 Ver: Sennett, Richard. El artesano. Barcelona:
La elaboración de una carroza, además de principios como solidaridad, compañe- Editorial Anagrama, 2010. (No obstante en Pas-
de requerir un proceso creativo, exige de rismo, reciprocidad, vecindad, compartir to, algunos de estos creadores se reconocen como
10 un accionar colectivo que requiere por lo y festejar, se expresan a través del respaldo artesanos y otros como artistas).
h CARROZAS CARNAVALESCAS h
REPRODUCCIÓN CARLOS BENAVIDES DÍAZ

ARCHIVO FAMILIA ZAMBRANO

Carroza Festival Estudiantil, Pasto. 1922.

se referían sobre todo a la cultura romana,


árabe, a las costumbres caballerescas y a
los pasajes de la historia europea7. Dos dé-
cadas después se puede constatar que hay Carroza El fotógrafo. Autor Alfonso Zambrano. Es lo que he visto alrededor de mí, ahora
una participación más activa de sectores y siempre. Mi mundo son las costumbres,
populares, lo que origina una transfor- los personajes, las leyendas, los cuadros y
mación, tanto en la utilización de ma- Los maestros artesanos los modos de mi tierra”8.
teriales como en las temáticas, cambios En este campo surgen artesanos que le El maestro Zambrano sentía gran
no exentos de polémicas sobre el senti- darán un realce esencial a estas labores atracción y aprecio por todas las formas
do de la iesta. Ya consolidada la idea de artísticas, entre los cuales podemos men- de su mundo y quiso plasmarlas utilizan-
la realización del Carnaval de Negros y cionar a Alfonso Zambrano. Este maestro, do materiales como el barro y el papel que
Blancos, y con la participación de sectores que inicia su trayectoria en los carnavales le permitían modelar aquello que percibía
populares se puede airmar que estas ies- de los años cincuenta del siglo XX, es un de su entorno o elevar ‘los monumentos
tas carnavalescas permiten ver realidades artista de una sensibilidad social que, se- más queridos’. De esta manera, algunas
sociales puestas en escena estéticamente gún sus propias palabras, busca modelar de sus obras como ‘Don Cecilio’ (un
por los artistas o artesanos de esta región “lo que está palpando, sintiendo, oyendo y vendedor de leche local), ‘Conchita’, (un
colombiana. Ya no será la escenografía de viviendo, lo que está soñando y amando”. personaje local con delirios de reina), ‘La
un mundo lejano sino que las realidades Este tallador de la imaginería religiosa, Turumama y sus compinches’ y ‘Los Leo-
sociales darán un mayor sentido a las no dudó en echar mano de los diversos nes del Sur’, son muestra de esta trayecto-
creaciones artísticas de los artesanos de registros de la cultura local para desplegar ria tan ligada a personajes populares que
la región y progresivamente le darán un un nuevo devenir de la imagen carnava- permiten conocer la cultura de su región.
peril a los carnavales de negros y blancos lesca. Imágenes de distinto orden, origen
que se reconocerán esencialmente por las y concernientes a distintos universos fue-
elaboraciones mágicas de estos maestros. ron esculpidas en papel, como reiteración 8 Márquez, Humberto y Guerrero, Jaime. Semblan-
del mundo en el cual se vive: “siempre lo za de mi vida. Fragmento del trabajo: Vida y obra
que he tratado de hacer desde mi dibujo del maestro Alfonso Zambrano Payán. En: Pasto
450 años de historia y cultura. Quito: Instituto
7 Ver: Muñoz Cordero, Lydia Inés. Historia del Car-
pequeño hasta una gran escultura, lo he Andino de Artes Populares del Convenio Andrés
naval de Blancos y Negros en San Juan de Pasto. hecho con lo que he sentido, con lo que he Bello y de la Universidad de Nariño, Departa-
Pasto: Talleres Iadap, 1986. vivido, con lo que sé y eso es mi mundo. mento de Filosofía y Humanidades, 1988. p. 457. 11
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Chicaiza, por ejemplo, señaló que inició


desde muy temprana edad “imitando al
maestro Zambrano; la idea del Carnaval
comenzó desde que tenía 6 años y saqué
el primer año viejo a la edad de 12 años,
saqué cuatro años viejos, me gané el pri-
mer puesto en todos los cuatro años y al
quinto año me lancé para carrozas, sin
saber nada”.
En efecto, este es un rasgo particular
de aprecio por su tierra, por sus legados
y de orgullo por sus raíces que coincide
en estos tres maestros: Narváez, Chicaiza
y Zambrano. Así surgió el interés de ellos
por modelar el sentido de lo que se vive,
ARCHIVO FAMILIA ZAMBRANO

por lograr modelar el territorio existencial


con la misma tierra que le da materialidad,
la imagen. A propósito de este interés ar-
tístico, Zambrano en el desarrollo de su
obra manifestó:

Además de esta generación, se desta- Carroza La Turumama de Alfonso Zambrano, 1975. (…) Llevo a la ciudad en el alma, los ar-
can también Serbio Tulio Torres, Claudio tesanos somos amantes verdaderos de la
Gómez, Manuel Estrada, Sigifredo Nar- tierra. Creo que el Carnaval es la iesta
váez y José Ignacio Chicaiza. El maestro iestas y también recuerda Narváez que del amor por ella. Eso que se muestra en
Sigifredo Narváez en los años cincuenta en los años cincuenta: él, debe ser el símbolo de su respiración y
comenzó a trabajar con disfraces indivi- No había desile, simplemente uno de ensueño, con las personas que resumen
duales y comparsas para pasar luego a ela- hacía su carroza con un muñequito, lo- su carácter y su alma, porque también las
borar carrozas. Con sus hermanos realizó res y ramas, y a la una de la tarde salía a ciudades tienen espíritu y expresar en las
su primera obra y ganó el premio que lo pasear por las calles, luego a las seis de la iestas esas demostraciones culturales es
motivó a quedarse en el Carnaval. Fue tarde terminaba de jugar. Después, ya en vivir y mostrar lo que es el territorio de las
así que el maestro Narváez airmó: “Para 1958, hacíamos unas tres o cuatro carro- raíces. No estaba bien cuando se pensaba
empezar en el Carnaval siempre hace falta zas, la gente jugaba en el automóvil, le ha- solamente en cuadros de otras partes: Eu-
que alguien lo guíe y para mí fueron mis cían quitar las puertas, le ponían un lazo ropa, Asia o África, mientras cerrábamos
hermanos. Ahí empecé, cuando ya me y así jugaban. Siempre ha habido alegría, los ojos ante el medio en el que vivimos.
sentí como capaz de hacer una carroza, ese afán de superar el Carnaval. Luego lle- Uno no es de allá, uno es de acá9.
hice Gulliver en el país de los enanos. Ese gó la época en que nos tocó competir con
fue el pretexto, el tropezón para amañarse el maestro Alfonso Zambrano; el desile se De ahí que esta apertura signiicaría
en el Carnaval y pues nos dieron el primer puede decir que empezó por ahí en 1962, un nuevo modo de discurrir y construir
premio que en ese tiempo eran mil pesos, comenzaron a hacerse pequeños desiles, un imaginario que contrasta no solo con
era fabuloso”. porque la participación era poca, eran la visión ya calada e impregnada del Car-
Además, según nos cuenta el maestro seis u ocho carrozas y no tenían mucha naval, sino con la semántica de la mo-
Narváez, las interacciones con el público calidad. dernidad que solo se airma olvidando lo
son un elemento importante en el que- Fue así, que estas primeras genera- que ha ocurrido a costa de dejar atrás las
hacer carnavalesco y las versiones de sus ciones hicieron del barro su mejor aliado representaciones y sus creencias del pa-
vivencias en cada iesta dan cuenta de sus para dar forma a un tipo de esculturas sado. A partir de esta forma de pensar y
propias transformaciones. Las narracio- que solo tienen existencia por el tiempo sentir, y a través de su praxis y consejos,
nes de estos hacedores de carnaval son que dura el carnaval, pero que crearon
una fuente muy apropiada para conocer una especie de tradición que tendría in-
12 detalles de la propia evolución de estas luencias en otros artesanos. José Ignacio 9 Ibíd., p. 452.
h CARROZAS CARNAVALESCAS h
FOTO CARLOS BENAVIDES DÍAZ

Carroza Fonda la Muletica. Feria de las Flores.


Medellín, 2014.
el maestro Zambrano pretendió frente el cosmos del carnaval admite sin reparos,
a la homogeneidad urbana que observa, rincón de la variada tierra, en sus raíces como si residieran allí.
alimentar otro imaginario que reivindica- mismas. Es una invitación a un relato sin- Así pues, la incorporación del lengua-
ra los escenarios cotidianos y regionales, gular en que los lectores, narradores y los je popular y mítico, el uso particular del
de tal manera que el Carnaval presentara personajes sean los mismos actores. Se barro y el papel para la creación de gran-
otros semblantes. trata de un proyecto que realza a partir del des iguras enaltecen en este momento al
De esta manera, la mejor fuente, se- barro a personajes y pasajes que modelan carnaval como un espacio fundamental
gún palabras de Zambrano, es ir a los la vida y la memoria de manera distinta a para la escultura festiva. Así mismo, nue-
pueblos, cuando hay alguna iesta, cuando aquella visión encapsuladora que subsu- vos ensayos como los del maestro Argoti
festejen al patrono o simplemente en la me los espacios al poder, a la disciplina. o el mismo Zambrano proporcionaron los
misa principal y allí encontrarán una nue- De ahí que el mercado, la iesta, las calles, primeros movimientos mecánicos a estas
va idea. Váyanse, recomendaba a sus cole- los parques, los paisajes y los sujetos co- esculturas, haciendo de ellas verdaderas
gas, un domingo al parque de la provincia tidianos son las fuentes que este maestro composiciones móviles.
y allí encontrarán culebreros, vendedores sugiere para alimentar la creatividad con
especializados, parejas de enamorados, la cual se construye ese territorio imagi- El legado de los maestros
matrimonios, velorios, castillos y paisa- nario que es el carnaval, como hasta hace y las variaciones de las carrozas
jes. De todo eso, saquen los principales un par años lo hizo su colega, el maestro El legado de los maestros Alfonso Zam-
elementos y se forman un cuadro para la Narváez, quien ha construido más de 55 brano y de otros pioneros de las carrozas
carroza. La imaginación así alimentada se obras jugando con la materia primordial. continúa, retomado bien, por sus propios
llena de parejas, de episodios, de historias Lo mismo puede decirse del maes- descendientes o bien, por otros artistas
y hechos que pueden trasplantar a un 6 de tro José Ignacio Chicaiza que siempre se que han fundamentado la existencia de
enero en Pasto. ha complacido en modelar los seres que las labores artesanales para el Carnaval.
Frente a esa manera de hablar de la pueblan el mundo mítico y oral para tras- Entre otros, son reconocidos los herma-
ciudad, esta propuesta es un llamado ladarlos al barro mediante una traza que nos Raúl y Germán Ordóñez, quienes
de lectura que explore en uno o en otro juega generosamente con las formas y que han incorporado otros aspectos a sus 13
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FOTO MARTA AYERBE


producciones: elementos como la sátira, la Carrozas en construcción, Carnaval de (…) Es como si fuera el mundo al revés
ironía, el desnudo, el lenguaje grotesco y Barranquilla, 2015. Autor Rubiel Badillo. de tal manera que los personajes reales,
el performance callejero dan nuevos aires irreales y fantásticos los aprovechamos al
y diversiican los trabajos de las esculturas y sagrado de la tierra, muy arraigado en máximo. A nosotros nos parece que esta
de las carrozas. Los hermanos Ordóñez los pueblos, y de ahí la importancia de característica del Carnaval tiene unas raí-
dan testimonio de sus inicios y señala- concebir que el hombre viene del barro. ces muy profundas en nuestros pueblos
ron que “las carrozas en el Carnaval eran En efecto, para ellos, la razón de ser de sus precolombinos, en nuestras raíces ances-
como cajones, los muñecos iban encima propias creaciones es “el Carnaval, que es trales, en donde lo formal es también sa-
y eran muy pequeños, entonces nosotros como la síntesis de la vida misma, que no grado, en donde lo formal también tiene
empezamos a cambiar los bastidores para tiene una forma muy deinida, es la ex- que ver con lo fantástico.
que no fueran tan planos”. Es decir, la idea presión de múltiples facetas, de múltiples
esencial era transformar esa carroza tradi- lenguajes y no tiene una forma deinida Además, el Carnaval es la posibili-
cional, se quería construir un nuevo sentir única y así como es la vida es el carnaval dad de representar todo un espectro de
artístico en el Carnaval. y el carnaval es como la trastocación de imágenes provenientes o inscritas en
Estas formas de elaboración obedecen todo lo que es real”. el inconsciente, como el mundo de los
a una tendencia expresiva que el maestro Incluso, si la imagen carnavalesca sueños que para los hermanos Ordóñez
Raúl Ordóñez denominó surrealismo y trastoca la realidad, es porque gracias a la se fundamentó en que “hemos traba-
que tiende a trastocar la realidad. Se sigue imaginación se construyen otros mundos jado mucho la fantasía y sobre todo la
manteniendo el mismo proceso de crea- que son identiicados por los hermanos parte mítica y de leyenda, pero también
14 ción teniendo en cuenta el valor simbólico Ordóñez de la siguiente forma: hemos trabajado temas muy poéticos y
h CARROZAS CARNAVALESCAS h

Carroza Sobrenatural.
Autor Leonardo Augusto Zarama Cardona.
Carnaval de Negros y Blancos. Pasto, 2016.

Raúl y Germán Ordóñez crearon carrozas


caricaturescas, con un sentido burlesco y
satírico que llevan a bordo una crítica de
tipo social y política.
En resumen, estos son algunos de los
rasgos que permiten comprender el tra-
bajo de creación de los artesanos de los
carnavales en esta región del sur de Co-
lombia, cuyas iguras van plenas de colo-
res como un juego simbólico de imaginar
mundos, donde se muestran iguras como
caballos verdes, rojos, azules y de otros
colores para soñar realidades que trasto-
can los mundos reales. Pero en esencia es
mostrar el juego de carnaval, un mundo
al revés donde también los gestos y las
expresiones deben estar en concordancia
con lo que se quiere expresar.
Así, en estos carnavales, la carroza
debe ser muy festiva y debe poder inte-
ractuar con los sentimientos del público
para que no sea un simple espectador y
se constituya en un actor con el cual se
dialoga simbólicamente. Esa es la razón
esencial del trabajo de estos artistas que
además en ocasiones dejan un halo de
sensaciones que construye mundos rea-
les. Los hermanos Ordóñez aseguraron
FOTO CARLOS BENAVIDES DÍAZ

surrealistas, y siempre hay un signiicado, Por consiguiente, lo anterior trata un


un simbolismo”. Se trata de un tipo de tra- arte que lorece y acontece a partir de la
FOTO MARTA AYERBE

bajo que ensambla lo poético y lo político, utilización de diferentes recursos, el hu-


lo cotidiano y lo fantástico; lo mítico y lo mor y el erotismo, que son elementos para
histórico; lo ‘real’ y ‘surreal’; lo imaginario acentuar un tipo de rasgos que relacionan
y lo simbólico para construir e inventar lo local con lo universal o lo político con
otro mundo. el humor. Por esta razón, los hermanos Trabajo de artesanos, Carnaval de Barranquilla. 15
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que en una carroza donde esceniicaron


aspectos de Las mil y una noches, se sentía
lo sensual y lo erótico, a tal punto que los
hombres echaban piropos y sentían cierta
emoción que solo se siente con una mujer
real. Este aspecto es otro de los asuntos,
que en ocasiones, permiten percibir los
trabajos estéticos que se ponen en escena
en las carrozas de los carnavales.

El signiicado actual
de una carroza festiva
En las últimas tres décadas se han incor-
porado al Carnaval de Pasto grupos de
artistas profesionales, fenómeno que ha
FOTO MARTA AYERBE

causado expectativa y motivación en el


universo artístico de la región nariñense.
Sus propuestas técnicas y estéticas han
motivado interesantes diálogos e innova-
ciones que actualmente le han otorgado Carrozas en construcción, Carnaval de
al Carnaval una dimensión más amplia. Barranquilla, 2015. Autor Rubiel Badillo. Finalmente, quizás por este modo de
Por esta razón, las carrozas, que en ver las cosas, los artistas esculpen como
épocas pasadas eran diseñadas para las del 6 de enero en Pasto y, especialmente, gigantes a diferentes personajes vincula-
procesiones religiosas, la Navidad o en estas obras monumentales que han sido dos al carnaval, la música, la poesía, la
las que sobresalían las reinas como per- elaboradas por los artesanos durante todo literatura, el teatro, las artes o la defensa
sonajes centrales o solo con motivos co- el año. Instantáneamente estas produccio- de la vida con el deseo de vencer o es-
merciales o simplemente con los ‘cuadros nes artísticas cautivan totalmente la aten- pantar la tristeza, el dolor y el miedo. Y
de otras partes’, actualmente entran en ción de niños, jóvenes, adultos, hombres es por este propósito que se pintan con
una contienda carnavalesca, en la que se y mujeres no sin antes despertar muchas colores vivos sus enormes cuerpos y se
pone en juego la experiencia, habilidad, emociones, ya que una carroza como lo trazan sus rostros sonrientes y gozosos
destreza, prestigio de los artesanos y se dice el maestro Raúl Ordóñez combina: para que el espíritu del Carnaval se enal-
trazan múltiples iguraciones esculpidas “todas las artes: el teatro, la música, la tezca y sea evidente la función de la ca-
con diferentes materiales de tal forma que pintura, la literatura, el dibujo, la danza, rroza festiva.h
han logrado hacer parte del patrimonio el movimiento, que son las artes de vida,
social y cultural de Colombia. pues en el mundo del carnaval a diferen- * Javier Tobar. Antropólogo, Magíster en Et-
De este modo, miles de personas con- cia del mundo de la guerra, la muerte no noliteratura y Doctor en Antropología. Do-
curren ansiosas a las calles a ver el desile es el in, el carnaval es vida”. cente de la Universidad del Cauca, Colombia.

Foto portada: Un Matachín en el Tolima durante la Fiesta del San Juan en Puriicación, Tolima. 2011. Fotografía: Marcos González Pérez.

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