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DINÁMICA
FAMILIAR
BIBLIOGRAFÍA
Musitu, G., & Buelga, S. (2006). La comunicación
familiar desde la perspectiva sistemica . Madrid
Pirámide, 1-21. Recuperado el 17 de Enero de 2020, de
https://cutt.ly/IrHaHFr
La comunicación familiar desde la perspectiva sistémica
Gonzalo Musitu
Sofía Buelga
(Capítulo publicado en el libro “Psicología de la Comunicación”. Madrid Pirámide. (2006)
Introducción
Un origen incierto
Los primeros pasos: Gregory Bateson y Margaret Mead
La construcción de la Teoría de Sistemas: La Teoría General de Sistemas y La Cibernética
- El movimiento de los procesos familiares: De Bateson a Watzlawick.
La perspectiva relacional de la comunicación
- Axiomas de la Comunicación Humana
Las ramificaciones:
- Teoría del desarrollo familiar
A modo de conclusión
INTRODUCCIÓN
La comunicación es, como suelen ser casi todos los temas, inagotable. El término
comunicación no designa una detonación significativa única y bien delimitada, sino que
señala un campo semántico enormemente complejo y polisémico, de muchas
significaciones y de múltiples usos. Como dice Winkin, un eminente psicólogo de la
comunicación, es un término irritante, un enorme trastero en el que se encuentran las
cosas de la comunicación más inverosímiles. En ese trastero se encuentran, por ejemplo,
la comunicación por tierra para referirse a los medios terrestres de transporte públicos; la
comunicación por aire para referirse a los medios aéreos de transporte público,
fundamentalmente los aviones; la comunicación de masas; la comunicación trascendental;
la comunicación en los grupos; la comunicación en la familia; la comunicación patológica; la
comunicación en los animales que sabemos que también se comunican gracias a los
trabajos de Konrad Lorenz, von Frish y Nico Timbergen, etc. Sin embargo, y a pesar de
esta disparidad de contextos y ámbitos que nos muestran la enorme dispersión y, también,
anarquía, el término sigue teniendo un enorme atractivo y, probablemente, ahora más que
nunca, una gran vigencia y trascendencia. Porque, ¿hay algo más genuinamente humano y
característico de nuestra sociedad y de nuestro tiempo que la comunicación? Creo que no.
Es tan genuinamente humano que Watzlawik afirmará que el ser humano no puede dejar
de comunicarse.
Pero si los contextos comunicativos son múltiples, no lo son menos, como es fácil
suponer, el de las orientaciones teóricas que tratan de darle contenido y sentido, como son,
por ejemplo, el Interaccionismo Simbólico, la teoría de los Sistemas Generales con todas
las ramificaciones de ambas, la teoría de la Acción Comunicativa, etc. En este capítulo he
optado por estudiar la comunicación desde la perspectiva sistémica, llamada también
orientación relacional. Esta opción se fundamenta en las dos razones siguientes: la
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interdisciplinariedad y la profundidad. Respecto de la primera se podría decir que, de las
teorías más conocidas en el ámbito de la psicología social, es la que mejor recoge los
conceptos y formulaciones de otras disciplinas que, aparentemente muy alejadas entre sí,
tratan asimismo el complejo proceso de la comunicación. Este linaje con otras disciplinas la
hace intelectualmente muy atractiva y sugerente, además de dotarla de una enorme
riqueza conceptual y metodológica; y, respecto de la segunda, porque es la que mejor y
más profundamente trata el sinuoso espacio de la comunicación humana y, obviamente, de
la comunicación familiar.
UN ORIGEN INCIERTO
Nadie puede decir cuándo emerge por primera vez el concepto de sistema. Ya en
tiempos bíblicos, cuando San Pablo buscaba integrar el concepto de relaciones armoniosas
en los miembros polémicos de la congregación de los Corintios, utilizó toda una imaginería
sistémica:
«De la misma manera en que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos
los miembros del cuerpo, aunque muchos, son un cuerpo, así es con Cristo» (la iglesia
de Cristo), «Si el cuerpo total fuera un ojo, ¿dónde estaría el oído? si el cuerpo total
fuera un oído, ¿dónde estaría el sentido del olfato?.... el ojo no puede decir a la mano
"yo no te necesito", ni tampoco la cabeza a los pies "no tengo necesidad de
vosotros".... si un miembro sufre, todos sufren juntos; si un miembro es reverenciado
todos los miembros disfrutan juntos» (la primera carta de San Pablo a los Corintios,
cap. XII).
Con Aristóteles y su famoso Dictum «el todo es siempre mayor que la suma de sus
partes», se forja una idea que pasa a formar parte del pensamiento intelectual del mundo
occidental. Desde entonces hasta ahora son muchos los que han pensado como San Pablo
y Aristóteles, pero que se sepa, no es hasta el siglo pasado cuando se empieza a
desarrollar y a aplicar en el ámbito de las ciencias sociales para explicar los fenómenos y
procesos sociales.
Sin embargo, sí se puede decir que esta teoría emerge en un momento particular de
la historia de las ciencias sociales, cuando pretende satisfacer una nueva necesidad
intelectual. Un conjunto de observaciones procedentes del movimiento de terapia familiar
crea, a finales de los años cuarenta, la necesidad de ofrecer explicaciones sociales que
superen las posiciones individualistas que se utilizan en ese momento. La insatisfacción
con la tradición reduccionista-mecanicista de la ciencia que explica los hechos mediante
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cadenas lineales de causa y efecto y cuyo método consiste esencialmente en el análisis de
elementos y procesos individuales resulta harto insuficiente para explicar y comprender la
interacción social, y de ahí, la complejidad que tiene la comunicación humana.
Sobre este legado histórico, la escuela de Palo Alto, de la que Bateson es el máximo
representante, y el Instituto de Investigación Mental (MRI) formado por figuras tan
destacadas como Watzlawick, Beavin y Jackson, desarrollan a partir de los años cincuenta
y durante más de dos décadas, la orientación sistémica, considerada como una de las
perspectivas teóricas y pragmáticas más influyentes en la historia de las ciencias sociales.
El peregrinaje intelectual de Bateson, hijo del biólogo genetista William Bateson cuya
influencia en el pensamiento de Gregory Bateson fue notable, se remonta a sus primeras
investigaciones antropológicas de los años treinta en Nueva Indonesia. A finales de los
años veinte, Bateson se propone estudiar en Nueva Guinea los pueblos de la cuenca del
río Sepik. No tiene éxito en esta primera incursión por lo que de nuevo, retorna a Nueva
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Guinea en 1932. En esta ocasión, consigue arribar a la zona del Sepik, en dónde conoce al
matrimonio de antropólogos formado por Margaret Mead y Reo Fortune, que también están
interesados, como Bateson, en estudiar la cultura iatmul. Los intereses comunes entre los
antropólogos y Bateson se sella finalmente en colaboración. De hecho, Mead y Bateson se
complementan perfectamente. Margaret Mead, psicóloga y antropóloga, es discípula de
Franz Boas de quien recibe una formación antropológica impregnada de Psicología e
Historia, mientras que Bateson, biólogo y antropólogo, tiene una formación enraizada en las
ideas Durkheimianas de Radcliffe-Brown. La sólida base teórica y epistemológica de
Bateson se complementa con la formación metodológica y psicológica de Mead. Bateson y
Mead, que contraen matrimonio en 1936, desarrollan hasta su ruptura a principios de los
años cincuenta, una brillante carrera conjunta de la que surgen, como veremos, unos
trabajos excelsos para la emergente teoría de la comunicación.
A fines de 1935, Bateson finaliza su libro Naven sobre la cultura iatmul. A Bateson
no le es suficiente con reproducir su experiencia en el seno de una cierta cultura a través
de algunas descripciones y extractos de entrevistas, sino que trata de construir una teoría
de la cultura que supere el marco de la sociedad estudiada. Bateson busca descubrir
detrás de las estructuras específicas que ha estudiado, el estilo esencial de una cultura. De
ahí, que introduzca en esta obra nuevos conceptos para construir una teoría general de la
cultura.
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tipo de cismogénesis se responde, por ejemplo, a la violencia con la violencia llegando
incluso a la destrucción y a la muerte, en la cismogénesis complementaria, las respuestas
no están determinadas por la igualdad, sino por la influencia cada vez mayor de unas
relaciones de dominio/sumisión. En la esquimogénesis complementaria, las posiciones
jerárquicas determinan respuestas diferentes que se ajustan recíprocamente a la posición
de poder que se tiene. Este tipo de relación se observa por ejemplo, en aquellas
interacciones en las cuales una persona utiliza su fuerza/poder para someter a otra. Los
intercambios acumulativos que se suceden con el tiempo refuerzan recíprocamente la
posición de dominación y sumisión de los participantes, hasta límites inusitados que, a
veces, desembocan en tragedias.
“Puesto que el carácter fundamental de los seres vivos es su organización, la investigación habitual de las partes
aisladas y de los procesos no puede ofrecer una explicación completa del fenómeno vital. Esta investigación no nos
da información sobre la coordinación de las partes y los procesos” (Bertalanffy, 1928. Cit. en Bertalanffy, Ashby y
Weinberg, 1981: 33)
Esta idea que domina el pensamiento de Bertalanffy durante más de dos décadas,
es la base desde la cual se propone construir un modelo sistemático y científico de
aproximación y representación de la realidad que supere la reducción mecanicista de la
ciencia clásica: La Teoría de los Sistemas Generales. Esta teoría presentada a la
comunidad científica en 1947, aunque conocida y reconocida a partir de 1951, representa
el esfuerzo integrador de Bertalanffy por desarrollar un nuevo paradigma desde el cual
tanto las ciencias naturales como sociales, pueden realizar su lectura de la realidad.
Mientras que Bertalanffy revoluciona el campo del saber con la teoría de los
sistemas generales, otro científico realiza también una contribución única y decisiva para la
ciencia. Se trata del filósofo y matemático Norbert Wiener, descrito por Escarpit como viejo
niño prodigio de las matemáticas y tranquilo americano despistado. No es de extrañar que
Wiener sea calificado como niño prodigio si se tiene en cuenta que a los cuatro años lee
literatura científica, a los siete ahonda en las teorías de Darwin y de Charcot, a los once
ingresa en la Universidad de Tufts, a los dieciocho se doctora por Harvard y a los
veinticinco años es nombrado profesor de matemáticas en el prestigioso instituto
Tecnológico de Massachusetts en dónde ejerce durante más de cuatro décadas.
La brillante carrera de Wiener alcanza su punto álgido en 1947, cuando propone una
nueva ciencia. Se trata de la ciencia de los sistemas de feedback y de tecnología de la
comunicación a la que llama cibernética (que procede del griego Kybernetes, es decir,
piloto o timonel). Las ideas desarrolladas por este asombroso matemático se gestan, como
muchos otros investigadores, en el contexto de la II Guerra Mundial. Durante la contienda,
Wiener y su grupo, que colaboran estrechamente con el experto en nuevas máquinas
computadoras Vannevar Bush, se preocupan por desarrollar sistemas de control para las
baterías antiaéreas. El grupo de Wiener se da cuenta que uno de los mayores problemas
que presentan los cañones antiaéreos se debe al lento control humano. El tiempo que
trascurre entre apuntar un avión en movimiento y luego disparar, es lo suficientemente
grande como para que el avión cambie de posición y se falle el disparo. La incorporación
dentro del cañón de un dispositivo automático que se autorregula solo y a gran velocidad
es la solución que con éxito se idea para aumentar la eficacia del arma.
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explicación lineal tradicional queda obsoleta: todo efecto retroactúa sobre su causa, todo
proceso debe estar concebido según un esquema circular: A actúa sobre B, B sobre C y C
sobre A. De ahí que el modelo unidireccional presentado por esas fechas por Shannon y
Weaver para describir el sistema general de la comunicación, sea rechazado firmemente
por Wiener: Frente a la linealidad, la circularidad.
"Las ciencias humanas son bancos de ensayo, muy pobres para unas nuevas
técnicas matemáticas" (Wiener, 1948: 42).
Por otra parte, el reto por desarrollar y aplicar de forma unificada las aportaciones de
la cibernética y de la teoría general de sistemas en los distintos ámbitos de la ciencia, lleva
en 1954 a la creación de la Sociedad para el desarrollo de la teoría de los sistemas
generales (en la actualidad llamada Sociedad para la investigación de los sistemas
generales). Esta sociedad dirigida en sus inicios por Bertalanffy, integra a investigadores de
muy diversas disciplinas entre los que se cuenta, además de los antropólogos Bateson y
Mead, a otros tan relevantes como Ashby (neurobiología) Boulding (economía), Gerard
(psicología), o Rapaport (matemáticas). Gran parte del desarrollo de la teoría de sistemas,
y en particular su aplicación a los sistemas sociales se estimula y desarrolla a partir de las
discusiones y publicaciones de éstos y de muchos otros investigadores que han dejado un
sello importante en el sugerente ámbito de la investigación de la comunicación familiar.
Precisamente, cuando Gregory Bateson tiene que dirigir, a mitad de los años
cincuenta, un importante e innovador proyecto de investigación con esquizofrénicos,
Sullivan que vive a cuatro mil kilómetros de su viejo amigo Bateson, le sugiere que integre
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en su equipo de investigación a un discípulo suyo. Se trata de Don Jackson quien, formado
bajo la tutela de Sullivan, trabaja como psiquiatra residente en un centro de tratamiento
para jóvenes esquizofrénicos en Mariland. Bateson, como antropólogo, no tiene interés
especial en la esquizofrenia per se, pero sí por un tipo particular de comunicación
paradójica que parece caracterizar a las familias de esquizofrénicos. La esquizofrenia es el
resultado de un vínculo paradójico del niño con la madre. La idea del proyecto presentada y
becada por la fundación Macy, describe a la madre esquizofrénica como «impulsada no
sólo para castigar las demandas de amor del niño sino también para castigar cualquier
indicación que el niño pueda expresar de que él sabe que no es amado» (Haley, 1977).
Bateson que ha viajado a Arizona para estudiar el trabajo del famoso hipnoterapéuta
Milton Erickson, cuyo rasgo más sobresaliente es el uso terapéutico de la paradoja, cuenta
en su equipo inicial de investigación de Palo Alto con Fry, Haley y Weakland. Tanto Haley
como Weakland se han interesado por determinados aspectos de la comunicación
paradójica. Haley ha realizado películas que incluyen interacciones entre dibujos animados
y actores reales (un ejemplo de discurso paradójico que interesa a Bateson), mientras que
Weakland ha estudiado el humor basado en las paradojas.
Puesto que ningún miembro del grupo de Bateson tiene experiencia con
esquizofrénicos, finalmente Don Jackson acepta desplazarse a Palo Alto para trabajar en
este ambicioso proyecto de investigación. De este proyecto surge el artículo más discutido
en la psiquiatría moderna Hacia una teoría de la esquizofrenia (Bateson, Jackson, Haley y
Weakland, 1956). La esquizofrenia en los jóvenes se atribuye a un modelo de desarrollo de
«doble vínculo» maternal. Se postula que las demandas repetidas de la madre en un nivel
del discurso (por ejemplo, quejas verbales de que ella nunca recibe bastante afecto de su
hijo), están simultáneamente contradiciendo en otro nivel esta demanda (por ejemplo,
fuerte rechazo a través del lenguaje corporal a las demostraciones de afecto del hijo).
Cuando el patrón habitual de comunicación madre-hijo se basa en paradojas entre niveles
de abstracción, la única salida del niño para poder sobrevivir es la de discriminar
falsamente tanto sus propios mensajes internos como los de los otros. La esquizofrenia
representa en este contexto, un modo de escapar de la situación.
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Weakland (1960) que forma parte del grupo original de investigadores de Bateson,
es el primer autor en romper con el molde diádico al considerar el comportamiento
esquizofrénico en tríadas. La hipótesis de Weakland sobre la doble atadura y la interacción
de tres partes constituye un cambio importante en las investigaciones sobre la
comunicación paradójica en la esquizofrenia. El interés de un creciente número de
investigadores se desplaza del estudio de la comunicación como matriz para la
sintomatología, hacia el análisis de la estructura familiar. Weakland observa que un joven
esquizofrénico puede estar recibiendo mensajes conflictivos tanto de su padre como de su
madre y sobre los que no puede hacer ningún comentario ni tampoco abandonar el campo
o espacio relacional.
Desde la aparición del artículo original del doble vínculo, considerado como el
documento fundacional del movimiento de los procesos familiares, numerosas
modificaciones han sido formuladas con respecto a algunos de sus contenidos. El propio
Bateson y sus colaboradores (1962) unos años más tarde de la publicación del artículo,
plantean que el doble vínculo no debe entenderse como una relación diádica entre verdugo
y víctima sino como una relación que se establece entre dos ó más personas que,
atrapadas en un sistema permanente, producen definiciones conflictivas de la relación.
Un hecho importante que marca el devenir del grupo de Bateson, y en particular, las
investigaciones sobre procesos familiares, es la creación en marzo de 1959 del Mental
Research Institute o MRI como se le conoce comúnmente. El fundador de esta
organización orientada clínicamente es el propio Jackson que junto a Jules Riskin y Virginia
Satir, crea esta institución mientras participa en el proyecto de investigación de Bateson.
Muy pronto se incorporan a esta nueva institución, además de Haley y Weakland, un
psiquiatra de origen austriaco llamado Paul Watzlawick, quien se convierte con el tiempo en
símbolo de las ideas del MRI. Mientras que el equipo del MRI busca fundamentar una
nueva visión de la psicoterapia desde la perspectiva interaccional, el grupo de Bateson
continúa hasta 1962 con sus trabajos de investigación produciendo numerosas
publicaciones. El grupo de Palo Alto se disuelve finalmente en 1962, y Bateson que nunca
ha llegado a formar parte del MRI, salvo como consultor, se traslada a Haway en dónde
inicia una nueva etapa en sus investigaciones sobre la comunicación.
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La perspectiva relacional de la comunicación que, como se ha descrito
anteriormente, hunde sus raíces en la escuela de Palo Alto de Bateson, se cristaliza
definitivamente con las aportaciones realizadas a partir de los años sesenta por el Instituto
de Investigación Mental (MRI).
Cuadro 1.- Conceptos básicos incorporados desde la Teoría de los Sistemas Generales
Un sistema es un conjunto de objetos así como de relaciones entre los objetos y sus atributos (Hall y
Fagen, 1956). Los objetos son los componentes o partes del sistema, los atributos son las propiedades
de los objetos y las relaciones son las que mantienen unidos al sistema.
Los sistemas pueden ser cerrados o abiertos. Un sistema cerrado es aquel en el que no existe
importación o exportación de energía o información con el medio externo. En el sistema abierto existe
un intercambio de materia, energía o información con el medio externo (Hall y Fagen, 1956).
Todos los seres vivos desde una célula, a una familia o a una organización social, son sistemas abiertos
que comparten determinadas propiedades:
Totalidad: El todo es mayor que la suma de las partes. Este principio implica que los componentes y
propiedades de un sistema sólo pueden comprenderse como funciones del sistema total. El sistema
trasciende con amplitud las características individuales de los miembros que lo componen. No se trata
de una sumatoria de componentes sino que cada sistema tiene una complejidad, una organización y
una originalidad propia. Así, todo cambio en una de las partes afecta a todas las demás, influye sobre
ellas y hace que todo el sistema pase a ser diferente de lo que era antes.
Autorganización hace referencia al hecho de que los sistemas tienen capacidad para modificar sus
estructuras cuando se producen cambios en su medio. Generalmente, en este proceso, los sistemas
alcanzan un nivel más alto de complejidad aumentando de esta forma las probabilidades de
supervivencia.
Equifinalidad: Las modificaciones que se producen dentro de un sistema, al sucederse en el tiempo, son
totalmente independientes de las condiciones iniciales. Derivan más bien de los procesos internos del
sistema y de las pautas interactivas. Cuando se observa un sistema, estructura o función, no puede
hacerse una inferencia con respecto a su estado pasado o futuro a partir de su estado actual porque
las mismas condiciones iniciales no producen necesariamente los mismos efectos (Bertalanffy, 1956).
Idénticos resultados pueden tener orígenes distintos. Lo mismo sucede en la situación contraria:
idénticos resultados no tienen por qué proceder de iguales condiciones iniciales. (Este es uno de los
aspectos de la coevolución, Simon, Stierlin y Wynne, 1988).
Por otra parte, la naturaleza de la relación que se establece entre los comunicantes
puede modificarse frente a ciertas demandas o necesidades. Los cambios que pueden
surgir implican la consideración adicional del principio de equifinalidad. Así, se plantea que
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las interacciones comunicativas que se observan en la actualidad están determinadas, no
tanto por las condiciones iniciales del sistema, como por la naturaleza del proceso o
parámetros que rigen actualmente el sistema. Desde este principio de equifinalidad, las
características organizativas del sistema explican los hechos observados siendo el estudio
de esta organización lo más adecuado para comprender las pautas de comunicación que
existen actualmente.
Por otra parte, la puntuación, es decir, el modo en que los participantes evalúan las
secuencias interaccionales es fundamental para conocer el significado que asignan tanto a
su conducta como a la de los otros participantes. Así, mientras que para un observador la
puntuación se refiere a la configuración y organización de una secuencia continua de
sucesos y conductas, para cada participante su conducta es una respuesta a la conducta
del otro. Una madre dice que grita porque su hijo no le habla con respeto, el hijo dice que
no le habla con respeto porque su madre grita. Esta secuencia puede perpetuarse de modo
que llegue a formar parte de las secuencias comunicacionales propias de este sistema
interaccional. De hecho, la fuente de numerosos conflictos en las relaciones de pareja y
familiares se produce en muchas ocasiones por esa falta de acuerdo en las puntuaciones
de las secuencias de los hechos que resultan esenciales en las interacciones.
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Axiomas de la Comunicación Humana
Axioma 1
Axioma 2
Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y otro relacional de modo que este
aspecto clasifica o incluye al primero y es por ende una metacomunicación
Axioma 3
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Axioma 4
El ser humano es el único organismo que utiliza dos tipos de comunicación que
responden a distintos canales y, naturalmente, a la utilización de distintos signos y señales.
Cualquier manifestación no verbal de la que el organismo es capaz, incluyendo los
indicadores comunicacionales que aparecen en cualquier contexto, es considerada como
comunicación analógica. El individuo que espontáneamente y con frecuencia toma en
brazos a su hijo recién nacido, o aquel que reiteradamente abandona el campo cuando
alguien le acerca a su hijo, expresa con señales algo que tiene relación con el contenido
relacional de la comunicación.
Axioma 5
Entre las numerosas variaciones de la teoría de sistemas que han sido aplicadas al
ámbito específico de la familia y que se han preocupado por integrar en sus propuestas el
componente de comunicación familiar, se encuentra el acercamiento de los sistemas
generales a la familia, la teoría de los procesos familiares que se integra plenamente en el
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ámbito de la terapia familiar y la teoría del desarrollo familiar (Gracia y Musitu, 2000).
Precisamente esta última teoría que se ha interesado por el estrés familiar y por la
importancia que tiene en este proceso la comunicación familiar, constituye, en la
actualidad, una de las más sugerentes perspectivas sistémicas en el ámbito de la familia.
Veamos finalmente, algunos de sus contenidos principales.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Son muchas las teorías, teorías de calidad y consistencia, en las que se considera
que la comunicación es un componente, no sólo esencial, sino indispensable de su
estructura y articulación. Probablemente, las teorías más significativas y relevantes en el
amplio espacio que abarca la psicología social y en las que la comunicación es su columna
vertebral sean el Interaccionismo Simbólico y la Teoría de Sistemas. Dentro de esta teoría,
las más multidisciplinar de todas y, probablemente por ello, las más apasionante, la
comunicación y, fundamentalmente, la comunicación familiar, adquiere un especial
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significado. Es en los modelos de estrés familiar, dentro de la teoría del Desarrollo Familiar,
donde la comunicación familiar adquiere su pleno sentido.
La teoría de sistemas, como sucede con todas las grandes teorías, ha tenido un
discurrir pleno de acontecimientos intelectuales extraordinarios. Los trabajos de Bateson y
Mead, hoy todavía vigentes, las aportaciones de Lewin dentro de un grupo de intelectuales
irrepetible entre los que se encontraban Wiener, Sabin y Bertalanffy. Este grupo de
intelectuales enriquecieron notablemente la Teoría General de Sistemas de la que mas
tarde surgiría la teoría de los procesos familiares. A partir de aquí se formaría la Escuela de
Palo Alto con miembros fundadores de la talla de Watzlawick, Jackson y el propio Bateson.
Esta escuela que siempre ha apreciado las ideas de sus predecesores, tiene en la
comunicación su principal guía y apoyo. De esta escuela se nutrirían los investigadores
como Olson y McCubbin para construir sus modelos de estrés familiar en los que la
comunicación es su columna vertebral.
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