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Tanatopraxia

La Tanatopraxia, responde a una de las actividades mortuorias, más llamativas.


En principio de cuentas, se debe definir el termino Tanatopraxia, esta palabra,
tiene origen griego; thanatos o tánatos, que significa muerte; y de praxia, que
significa práctica.
Entonces, en conjunto, la Tanatopraxia se puede definir como el conjunto de
técnicas que se realizan con los cadáveres, tales como, la conservación,
reconstrucción y el cuidado estético. Es, asimismo, una agrupación de prácticas
que se llevan a cabo sobre un cadáver, desarrollando y realizando, determinados
procedimientos para su higienización, reconstrucción, conservación, restauración,
reconstrucción, además del cuidado estético del cadáver, para su posterior
presentación. Al ejecutor de todas estas prácticas, se le conoce como,
tanatopractor, este individuo, está lo suficientemente bien formado, para llevar a
cabo, todas las practicas que se refieran a la materia. El procedimiento de
Tanatopraxia es realizado de acuerdo a las higiénico-sanitarias, efectuando las
extirpaciones que de manera formal se le pida, siempre y cuando estas respeten
los diferentes ritos religiosos y utilizando las técnicas y capacidades en relación.
Pero, hablemos del origen de esta práctica.
Los rituales mortuorios, están estrechamente ligados a la cultura de las distintas
regiones alrededor del mundo. Los rituales póstumos, juegan un papel importante
en la forma de vida de cada habitante del planeta tierra.
Si se habla de orígenes, es preciso mencionar a los mayas, quienes sentían temor
por la muerte, ya que, acompañada de esta, venia el dolor, la tristeza y el llanto
hacía los difuntos. Cuando un integrante del grupo moría, lo envolvían en una
mortaja y le llenaban la boca de maíz molido y cuentas de jade, pues siendo estas
sus monedas, le servirían para tener que comer en otra vida. Respecto a las
personas que eran pobres, las sepultaban debajo de los pisos de sus casas,
amortajados y en compañía de objetos que mostraran su profesión e inclusive,
hasta su animal. Esto, no solamente formaba parte de “embellecer” y adornar al
difunto con la finalidad de que, en el otro mundo, le fuera más sencilla la nueva
vida, sino tenía la finalidad también de dejar constancia de sus prácticas,
correspondientes, a una identidad cultural.
Los antiguos egipcios, tenían ya una manera más avanzada para embellecer a sus
muertos, ellos, embalsamaban a los difuntos, principalmente por cuestiones
religiosas; la idea era, que, a pesar de la muerte, no se perdiera la conexión con el
mundo de los vivos, pues se creía que los cuerpos, eran usados eternamente y
volvían a recibir vida.
Se menciona en escritos antiguos, que el material más moderno utilizado para
embalsamar, eran nada más y nada menos que mirra, miel y aloe. Por sus
características naturales, no se dudaría del uso de estas sustancias; la miel, no
solamente es un antiséptico y antibacteriano natural, es también cicatrizante y una
sustancia maleable una vez que se cristaliza, es capaz de volverse piedra.
También contiene enzimas y aminoácidos. La mirra, contiene ácidos saludables y
brinda alivio para la circulación sanguínea comprometida. El aloe vera, también
funge como cicatrizante, sin embargo, probablemente, fue utilizada por su eficacia
para eliminar los radicales libres del oxígeno (oxidación), eliminando así, manchas
que podrían producirse por el tiempo. Alejandro Magno, fue embellecido de la
manera recién descrita, sin embargo, no fue la primera manera de eternizar la
hermosura del cuerpo humano.
Las primeras culturas egipcias, desecaban el cuerpo, es decir, las cavidades
vacías del cuerpo, se limpiaban con vino de palma y se barnizaban con resinas
líquidas que los protegerían de los parásitos. Algunos expertos, coinciden en que
la probable sustancia utilizada, era una llamada natrón, una sustancia natural, que
contiene bicarbonato y cloruro de sodio. Esta era utilizada para extraer los líquidos
y mantener el cuerpo (tenía una duración aproximada de 40 días).
Después de la desecación, llegaba el embellecimiento, práctica que compete de
lleno a la tanatopraxia. Se rellenaba el cadáver con trozos de hilo y aserrín, para
que el cuerpo volviera a su forma y redondez natural (o lo más aproximada a ella).
Después se les pintaban las uñas de las manos y los pies, se trenzaba el cabello
de las mujeres y se sustituían los ojos por piedras preciosas. Finalmente, se
frotaba el cuerpo con sustancias aromáticas (cuyas fragancias, aún son
perceptibles en algunas momias).
Los registros más antiguos sobre tanatopraxia, consisten en el embadurnamiento
con aceites y ceras, colocación de cadaveres en cuevas y sitios fríos, extracción
de visceras y sustitución de órganos con paja, piedras o plumas (precolombinos y
guanches).
La tanatopraxia actual, utiliza casi las mismas técnicas sin embargo, los materiales
para trabajar los cuerpos, no son los mismos que en épocas pasadas. El uso de
aceites y mieles, ya no es usado. Mucho menos, el rellenar los cuerpos con
plumas o aserrín.

La búsqueda de la eternidad, la obsesión con la muerte y sus misterios, ha estado


presente en todas las culturas y ha sabido mantenerse hasta la época actual.
Creencias y ritos funerarios de los pueblos prehispánicos - Grupo Milenio

TRABAJO TANATOPRAXIA | Web Oficial EUROINNOVA

¿Qué es la Tanatopraxia?: conservar cadáveres después de la muerte - Blog GES Formación


(gesformacion.edu.es)

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