lado izquierdo del abdomen. Se extraen los intestinos, el estómago y
el hígado. Y por el diafragma los pulmones, dejando el corazón. En la imagen podemos ver la incisión abdominal abierta, en una reconstrucción tridimensional de una señora llamada Pa-Ib. Las cavidades una vez vacías se lavaban con vino de palma, y los órganos con natrón y aromas. El interior del cuerpo se rellenaba con lino, natrón y aromas, de 40 a 70 días. Pasado el tiempo de desecación interna se vaciaba pero no se tiraba el material. La cavidad craneal se rellenaba con resinas y arena, y el cuerpo con natrón y arena. La incisión abdominal se cerraba con lino empapado en resina. El cuerpo se vendaba dando forma y pintando detalles, entre las vendas se colocaban amuletos protectores, uno de los más importantes era el escarabeo que protegía el corazón. Podemos encontrar referencias al embalsamamiento en los Papiros Médicos, así como la información que nos proporcionan los restos humanos, de instrumental y de momias que nos han llegado.
Herodoto de Halicarnaso en el siglo V a.C. en su obra Historias, en el
Relata el mismo proceso que conocemos hoy en día del
embalsamamiento del Imperio Nuevo, con la retirada del cerebro por las fosas nasales y de los órganos internos mediante la incisión abdominal. Menciona Herodoto también el periodo de setenta días. Tras esto destaca como cierran las aberturas y vendan minuciosamente al difunto para devolvérselo a la familia, que lo entierra en un ataúd con forma humana. Como he mencionado, habla de tres rangos de embalsamamiento, en el medio, más barato y menos minucioso, dice que no se eviscera pero si se le introducen resinas desecantes y que diluyen los órganos. Y así dice que se devuelve a la familia, sin mencionar vendaje alguno. “El tercer método de adobo, de que suelen echar mano los que tienen menos recursos, se deduce a limpiar las tripas del muerto a fuerza de lavativas, y adobar el cadáver durante los setenta días prefijados, restituyéndole después al que lo trajo para que lo vuelva a su casa” Para el tercer método solo destaca que limpian sus intestinos con lavativas y aroman el cadáver.
También en el Libro del Génesis podemos encontrar antiguas
alusiones a la momificación egipcia.
Génesis 50, 2-3:
“Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó. Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.
Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de
los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días” Nos relata como la momificación era una práctica extendida en Egipto.
Destacando que el duelo eran 70 días, y en otro versículo habla de
los siete días de luto.
Es importante destacar que José quería ser enterrado en Egipto, algo
muy marcado en el carácter egipcio, que muriera donde muriera tenía que ser sepultado allí.