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LOS CÓDICES

Los códices representan una de las creaciones culturales más desarrolladas de las
civilizaciones mesoamericanas. El sistema de escritura altamente desarrollado les
permitía registrar y conservar los principales acontecimientos.

La palabra códice viene del término en latín codex, que significa "libro manuscrito", y se
utiliza para denominar esos documentos pictóricos o de imágenes.

Los mayas, aztecas, mixtecos, zapotecas, otomíes y purépechas, llevaban este tipo de
registros; que permiten conocer sus aspectos culturales, sociales, económicos y
científicos alcanzados, como sus creencias religiosas, ritos, ceremonias, nociones
geográficas, historia, genealogías, alianzas entre los señoríos, sistema económico y
cronología.

Los materiales de soporte, recibían un tratamiento especial que estaba a cargo de los
sacerdotes, fundamentalmente usaban:
• Amate: (Náhuatl: amatl; Maya: kopo') Papel hecho de la corteza del árbol de higo.
• Piel de venado.
• Fibras de la planta de maguey.

A los que hacían los códices se les llamaba tlacuilos (en náhuatl: "los que escriben
pintando"), ellos sabían leer, escribir y eran grandes pintores. Dominaban los temas
sobre los que escribían. Una vez preparados, pasaban a formar parte de una clase
social superior, y tenían que dedicarse tiempo completo.

Para poder leer los códices, se les colocaba horizontalmente en el suelo, protegidos
por esteras, así el tlacuilo lector y los oyentes se situaban alrededor del códice y podían
verlo en su totalidad. La mayoría de estos códices se leen en sentido horizontal y
continúan por su reverso. Los hubo hasta de 14 metros de largo.

Los códices establecían un universo de asociaciones entre personas, animales, plantas


y colores, por lo que resultaba imprescindible el conocimiento previo de cada símbolo,
para fundamentar una relación, que luego podía leerse en todas las direcciones.

Los manuscritos se guardaban en lugares llamados amoxcalli, amoxtli, significa "libro" y


calli "casa". La posesión y manejo de los códices por la clase dirigente, señores y
sacerdotes, aseguraba la conservación y el control exclusivo de todo saber alcanzado,
lo cual contribuía a su afirmación en el poder.

Sin embargo, aunque solamente los tlacuilos escribían códices, existían muchas
personas que podían leerlos, como los egresados de las escuelas superiores, la
burocracia estatal y aun la gente del pueblo conocía suficientes signos en las
inscripciones de los frisos de los edificios públicos como para diferenciarlos,
identificaban por ejemplo los nombres de los dioses y los numeros.

LOS CÓDICES
LOS CÓDICES

Entre los documentos pictográficos prehispánicos y los realizados a principios de la


etapa colonial, se ha situado la elaboración de varios códices que se caracterizan por
conservar, con cierto rigor, la tradición indígena aplicada al arte de los libros pintados,
pero con alguna influencia europea.

Sin embargo, su contenido es tradicional y en pocos aspectos se modificaron sus


elementos formales, debido a que los tlacuiloque aplicaron técnicas prehispánicas en
su manufactura y continuaron utilizando la escritura tradicional náhuatl, empleando
soportes de los materiales acostumbrados. Sólo es probable que se hayan modificado
los objetivos de los temas desarrollados, de acuerdo con los cambios sociales
impuestos por los conquistadores.

Se consideran entre estos códices: al Códice Borbónico, catalogado como calendárico-


ritual; la Tira de la Peregrinación (Códice Boturini) que registra la historia sobre el
origen y peregrinaje de los pueblos nahuas y la Matrícula de Tributos, donde se
pintaron las relaciones de los tributos que pagaban en tiempos determinados, las
provincias conquistadas por Tetzcoco,Tenochtitlán y Tlacopan

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