Está en la página 1de 8

LA GRECIA HELENÍSTICA

A finales del siglo IV el estado chino


de Qin inició un proceso de expansión
hacia el sur y el noroeste por el que
aumentó considerablemente su
territorio. Los demás estados tuvieron
que hacer grandes esfuerzos
diplomáticos, bien para aliarse en su
contra, bien para mantener relaciones
amistosas con Qin. Por esta época
vivió Mengzi, un filósofo confuciano
del que se conserva el libro que lleva
su nombre y en el que desarrolla rigurosamente las teorías de Confucio. También
se redactó en esta época el Zhuangzi, una de las obras fundamentales del
taoísmo filosófico. No se sabe nada de su autor, pero su estilo es mordaz y
polemista, características poco habituales en la filosofía china.

En Europa hacía ya algún tiempo que un grupo de pueblos marineros de origen


indoeuropeo había iniciado un proceso de expansión desde la península de
Jutlandia o sus alrededores. Por esta época se habían extendido por Escandinavia
y el norte de las modernas Alemania y Polonia, desde el Weser al Vístula. Este
último territorio había estado poblado por celtas, que fueron desplazados hacia la
actual Francia. Los celtas llamaron Germanos a estos nuevos pueblos. Al
abandonar el mar, los germanos se convirtieron en guerreros-agricultores.
Estaban gobernados por una oligarquía de nobles, sometidos a un rey cuya
autoridad era de origen divino. Adoraban esencialmente a la naturaleza, campo
de batalla para Odín, o Wotan, dios de las tempestades y de las
victorias, Tyr, dios de las asambleas, y Thor, o Donar, dios del rayo.
Practicaban su culto en lugares elevados, o al pie de árboles majestuosos, en
fuentes, etc. A diferencia de los celtas, no existía una clase sacerdotal semejante a
los druidas, sino que eran los nobles o los jefes de las familias los que hacían las
veces de sacerdotes. En cambio, sí que tenían cantores análogos a los bardos que
en las fiestas sagradas relataban historias sobre los dioses, historias que fueron
componiendo una extensa mitología germana. Por ejemplo, los germanos creían
que los guerreros, al morir, eran conducidos hasta Odín por unas hermosas
amazonas, las Valquirias, y en el paraíso gozaban para siempre de la vida feliz
de los banquetes y los grandes combates.
En México la cultura olmeca desaparece rápidamente. Se desarrollaron entonces
varias culturas regionales, pero habrán de pasar varios siglos antes de encontrar
nuevos progresos significativos en la zona.

En el occidente civilizado, el final del siglo estuvo marcado por las disputas por
el poder entre los diádocos, los antiguos generales de Alejandro Magno.
En 320, Ptolomeo, que dominaba Egipto, envió un ejército a Canaán. Atacó
Jerusalén en sábado, y los judíos se negaron a combatir en su día sagrado, con lo
que no tuvo dificultades en tomar la ciudad. Antípatro dominaba Grecia y
Macedonia, pero murió en 319 y, por alguna extraña razón, designó como
regente a Polispercón, otro diádoco, en lugar de a su hijo Casandro. Éste no
aceptó la situación y buscó apoyos en Grecia para derrocar a Polispercón. Los
hijos de los diádocos que, como Casandro, también participaron en las disputas
por los restos del Imperio, fueron llamados Epígonos (nacidos después).
Casandro trató de legitimar sus aspiraciones controlando a Filipo III, el
hermanastro deficiente mental de Alejandro, pero Olimpia lo hizo asesinar.

En Siracusa había aparecido un nuevo personaje: se llamaba Agatocles, y era de


origen humilde, pero tenía un gran encanto, lo que le permitió casarse con una
viuda rica y con ello se convirtió en uno de los hombres más influyentes de la
ciudad. Fue expulsado a causa de sus actividades políticas, pero reclutó un
ejército privado y se dedicó a combatir como mercenario en distintas partes del
mundo. Finalmente, en 317 volvió a Siracusa, la tomó e hizo ejecutar a muchos
oligarcas y partidarios de la tiranía. Tras ello, él mismo gobernó como un tirano,
pero se ganó el apoyo de las clases humildes.

Mientras tanto Casandro tomaba Atenas con la ayuda de las ciudades griegas más
importantes, y en 316 marchó contra Olimpia en Macedonia y la hizo ejecutar.
Luego encarceló a Roxana, la mujer de Alejandro, junto a su hijo pequeño. Así se
hizo con el dominio de Macedonia y Grecia que le había negado su padre. Ese
mismo año, otro diádoco, Antígono, derrotó a Eumenes en una batalla y lo hizo
ejecutar, con lo que se apoderó de Asia Menor. Luego marchó sobre Babilonia y
expulsó a Seleuco. Antígono y su hijo Demetrio no tardaron en dominar la parte
asiática del imperio de Alejandro, y todo parecía indicar que no tendrían
dificultades en hacerse con el resto. Pero, precisamente por ello, Ptolomeo y
Casandro se aliaron con Seleuco contra ellos.

En 313 Casandro venció al rey de Épiro, un primo de Olimpia que había


sucedido a Alejandro de Épiro tras su muerte en Italia. Su hijo fue proclamado
rey, el cual aceptó el dominio de Macedonia.
En 312 Demetrio atacó a Ptolomeo en Gaza. Llevó allí un formidable ejército
formado por 11.000 soldados de infantería, 2.300 de caballería y 43 elefantes.
Desde que Alejandro se los encontró en la India, los elefantes pasaron a ser un
arma de guerra griega, parecían un poderoso elemento para desorganizar las
tropas enemigas, pero poco a poco se vio claramente que era fácil rechazarlos:
los elefantes reconocían rápidamente el peligro y rápidamente daban media
vuelta y terminaban volviéndose contra quienes los llevaban. Así sucedió en
Gaza: Ptolomeo colocó estacas de hierro a intervalos regulares en el campo de
batalla. Cuando los elefantes se las encontraron se detuvieron y Ptolomeo
aprovechó el desconcierto que dominó a sus adversarios, con lo que Demetrio se
vio obligado a retirarse apresuradamente. Tras esta retirada, Ptolomeo arrasó
todas las fortificaciones de Judea y Siria, para evitar que Antígono o Demetrio
pudieran usarlas contra él. Además, ayudó a Seleuco a reconquistar Babilonia, de
modo que Antígono se viera obligado a luchar en dos frentes. Por su parte
Demetrio decidió combatir a Ptolomeo en el mar. Ptolomeo poseía una flota
poderosa, y Demetrio se apresuró a reunir la suya propia.

Roma seguía en guerra contra los samnitas. Tras el revés sufrido en las Horcas
Caudinas, la guerra se encomendó a Lucio Papirio Cursor (el corredor), que fue
cinco veces cónsul y dos veces dictador. Era un hombre que imponía una férrea
disciplina y no era querido por las tropas, pero obtenía victorias. En este periodo,
el ejército romano fue perfeccionándose paulatinamente. En los tiempos
anteriores a la invasión gala, la técnica de combate consistía simplemente en
reunir una cantidad adecuada de hombres, entre 3.000 y 6.000, y lanzarse al
ataque armados con largas espadas. Este grupo de hombres era
llamado legión, que en latín significa eso mismo: grupo, conjunto. Por otra parte,
los soldados no eran profesionales, sino campesinos que dejaban
momentáneamente sus tierras cuando se necesitaba combatir en las cercanías. Sin
embargo, el largo asedio de Veyes obligó a muchos soldados a permanecer lejos
de sus tierras durante un periodo de tiempo indefinido, lo que llevó a instituir una
paga, de forma que algunos ciudadanos pasaron a dedicarse exclusivamente a la
milicia. Esto les daba más tiempo para ser entrenados con técnicas más
sofisticadas que el mero atacar cuando se les daba la señal.

Durante las guerras contra el Samnio, la legión se especializó. Se dividió en un


grupo de unos 3.000 hombres pesadamente armados, unos 1.000 ligeramente
armados para maniobras más rápidas y unos 300 jinetes para maniobras aún más
rápidas. Se formaron grupos de 10 hombres, llamados decurias, bajo la
responsabilidad de un decurión, y 10 decurias formaban una centuria, bajo las
órdenes de un centurión. En la batalla, la legión se ordenaba en tres líneas, todas
las cuales llevaban espadas pesadas y cortas, las dos primeras llevaban también
jabalinas y dardos, mientras que la tercera llevaba las espadas largas. Las dos
primeras líneas se dividían en manípulos (algo así como puñados) que se
colocaban dejando espacios entre ellos, de modo que las dos primeras líneas
formaban una especie de tablero de ajedrez. Esto permitía una serie de maniobras
adaptadas a cada situación concreta: la primera línea podía atacar, lanzar sus
jabalinas y retirarse cuando estuviera agotada, mientras que la segunda línea
podía adelantarse entonces por los huecos de la primera sin que los que
retrocedían entorpecieran a los que avanzaban. La caballería podía reforzar
rápidamente los puntos más débiles, etc.

Por otra parte, en 312 fue elegido censor el patricio Apio Claudio. Fue conocido


como Apio Claudio el Censor hasta que se quedó ciego, y entonces se le llamó
Apio Claudio el Ciego. Ese mismo año ordenó la construcción de un camino que
uniría Roma con Capua, en la Campania, a una distancia de unos 212 kilómetros.
Fue conocido como la Vía Apia. Fue el primero de los muchos caminos que
construirían los romanos. Su objetivo era, naturalmente, permitir a los ejércitos
desplazarse con rapidez a donde fueran requeridos. Otra innovación debida a
Apio Claudio fue que extendió la ciudadanía romana a los individuos que no
tenían tierras, lo que indica que en Roma estaba surgiendo una clase media de
mercaderes y artesanos. También estudió gramática, escribió poesía y fue el
primer romano que puso por escrito sus discursos. Apio Claudio es considerado
el padre de la prosa latina y con él se pone de manifiesto que la cultura romana
estaba sufriendo también profundos cambios.

Ese mismo año, las ciudades etruscas, que hasta entonces habían respetado y
renovado antiguos acuerdos de paz con Roma, decidieron que los problemas de
Roma en el sur les permitirían mejorar su situación en el norte, así que le
declararon la guerra. Roma no se amilanó. Dejó a Papirio Cursor en el sur y
envió tropas al norte al mando de Quinto Fabio Máximo Ruliano (el cuarto
nombre indica que fue adoptado de la familia Rulia). Anteriormente, Fabio había
derrotado a un ejército samnita contraviniendo unas órdenes del dictador Papirio
Cursor. Éste se mostró indignado, pues para él una victoria no excusaba la
desobediencia. Tal vez estaba dispuesto a ejecutar a Fabio, pero se encontró con
la oposición tajante de los soldados y tuvo que ceder para evitar una rebelión.

En 311 los enemigos de Agatocles decidieron pedir ayuda a Cartago, que envió


gustosa una fuerza expedicionaria al mando de un nuevo Amílcar, que fue
aproximándose lentamente a Siracusa, victoria tras victoria.

En 310 Casandro se decidió a ejecutar a la mujer y al hijo de Alejandro Magno, a


los que tenía encarcelados. De este modo, el único descendiente de la casa real
era Tesalónica, la hermanastra de Alejandro, con la cual se casó. Además
reconstruyó una ciudad en la Calcídica y le puso el nombre de Tesalónica (la
actual Salónica) en honor a su esposa.

Amílcar había llegado a sitiar la misma Siracusa. La situación de Agatocles era


comprometida, pues se había excedido en las matanzas de oligarcas y ahora no
encontraba apoyo en ninguna parte. La desesperación le llevó a un plan audaz.
Dejó en la ciudad una pequeña fuerza y embarcó con el resto de sus hombres.
Aprovechó que una parte de la flota cartaginesa rompió un instante el cerco para
abordar unos barcos que traían provisiones, y entonces Agatocles zarpó a toda
velocidad hacia el agujero. Cuando los cartagineses se dieron cuenta y cambiaron
de rumbo, ya había escapado (más aún, las provisiones pudieron entonces llegar a
Siracusa). Desembarcó cerca de Cartago y, como sus tropas eran demasiado
escasas para llevar parte consigo y dejar parte custodiando la flota, tuvo otro
golpe de audacia: hizo quemar sus naves, de modo que la única posibilidad que
tenían sus hombres de volver sanos y salvos era vencer. Luego acampó en las
afueras de Cartago.

Los cartagineses supusieron que el ejército de Amílcar había sido aniquilado,


pues de otro modo Agatocles no habría podido llegar hasta allí. Enviaron
mensajeros para enterarse de lo ocurrido y ordenar el regreso de los posibles
supervivientes. Mientras tanto atacaron a Agatocles con un improvisado ejército
que fue fácilmente desarticulado, pero entre tanto la ciudad se pudo preparar para
un asedio. Amílcar recibió la orden de regresar, pero no quiso hacerlo antes de
tomar Siracusa, esto le hizo precipitarse, fue derrotado y murió. Las tropas
cartaginesas regresaron finalmente a su ciudad, pero Agatocles había tenido
tiempo de construirse nuevos barcos y regresar a Siracusa, que le recibió como
un héroe.

Este mismo año abrió una escuela en Atenas Zenón de Citio. Había estudiado


con filósofos cínicos, pero elaboró una filosofía mucho más refinada. Enseñó que
el hombre debía estar por encima de las emociones, debe evitar la alegría y el
dolor, y de este modo hacerse dueño de la fortuna, tanto si es buena como si es
mala. Su objetivo ha de ser la virtud y el cumplimiento del deber. El mayor
poder, afirmaba, es el poder sobre uno mismo. Su escuela tenía un pórtico
adornado con pinturas, por lo que los griegos la llamaban la Stoa Poikile (el
pórtico pintado). Por ello, Zenón y sus seguidores son conocidos
como estoicos, y su filosofía como estoicismo.

En 309 Seleuco se anexionó Bactriana, la región más oriental del antiguo Imperio


Persa y trató de extender su dominio más al este, lo que le enfrentó al rey indio
Chandragupta. Lisímaco fundó la ciudad de Lisimaquia en Tracia y la convirtió
en su capital. Ese año Ptolomeo I nombró gobernador de Cirene a Magas, que se
acababa de casar con una hija del rey.

En 308 Fabio logró la rendición de Etruria tras una serie de exitosas campañas,


mientras la guerra contra los samnitas continuaba en el sur. En 307 los
cartagineses se vieron obligados a firmar un tratado de paz con el que
reconocieron el dominio de Agatocles sobre la mayor parte de Sicilia. Entre tanto
la flota de Demetrio tomaba Atenas y en 306 derrotó a la flota de Ptolomeo frente
a Chipre. Definitivamente, Demetrio se había adueñado del mar. Tras esta
victoria, Antígono decidió que no podía esperar más. Tenía ya setenta y cinco
años y las posibilidades de verse con todo el imperio de Alejandro bajo su
dominio eran cada vez menores. Por ello decidió nombrarse rey de Asia Menor, y
los otros diádocos se apresuraron a seguir su ejemplo. Con esto se reconocía
finalmente el desmembramiento del imperio.

Ptolomeo pasó a ser Ptolomeo I, el primer rey de la XXXI dinastía, conocida


también como dinastía Ptolemaica, porque todos sus sucesores se llamarían
también Ptolomeo. Estableció su capital en Alejandría, que se convirtió en un
reducto de la cultura griega en Egipto. En efecto, los Ptolomeos respetaron
totalmente las costumbres egipcias y reverenciaron a sus dioses, al menos
formalmente, y permitieron que todo el país fuera gobernado según las
tradiciones por gobernantes nativos. En cambio, Alejandría fue a todos los
efectos una ciudad griega que los egipcios no consideraban parte de su país. El
resultado fue una simbiosis perfecta, de tal modo que los egipcios nunca se
rebelaron contra el dominio de los Ptolomeos, al contrario de lo que había
sucedido con los hicsos, los asirios o los persas. Ptolomeo I fue el primer
monarca egipcio que acuñó moneda, lo que dio un gran impulso a la economía
del país.

Por su parte, Seleuco se convirtió en Seleuco I, el primer monarca del Imperio


Seléucida, que no solo comprendía Mesopotamia, sino también todos los
territorios orientales del imperio de Alejandro. Seleuco I trató de potenciar la
decadente cultura mesopotámica, en detrimento de la cultura irania, e incluso
trató de protegerla de la influencia griega. Desalentó el zoroastrismo y potenció
el culto babilónico y la lengua aramea. Parece que decidió dar continuidad al
proyecto de Alejandro de unir a griegos y asiáticos en una cultura común. Fue el
único diádoco que conservó a la mujer asiática que le había impuesto Alejandro.
Su intención fue que Babilonia conservara su propia cultura al tiempo
que Seleucia, una nueva ciudad que había mandado construir a 55 kilómetros de
Babilonia, fuera como la Alejandría de Egipto. Sin embargo, la cultura griega
arrasó a la antigua cultura de los sumerios. El griego y su alfabeto desplazaron a
las tablillas y la escritura cuneiforme y paulatinamente Babilonia dejó de tener la
más mínima relevancia.

Lisímaco se proclamó igualmente rey de Tracia. También Agatocles, en Sicilia,


siguió el ejemplo de los diádocos y se proclamó rey. El siguiente paso de
Demetrio tras su victoria en Chipre fue asediar la isla de Rodas, que era aliada de
Ptolomeo I.

En 306 llegó a Atenas un hombre nacido en Samos, si bien sus padres eran


atenienses. Se llamaba Epicuro, y enseñó una versión moderada de la filosofía
del placer de Aristipo. Epicuro afirmaba, en efecto, que el placer era el bien
principal, pero añadía que éste sólo podía obtenerse a partir de una vida
moderada y virtuosa.

En 305 Seleuco I fue definitivamente derrotado por Chandragupta en la India y


firmó un tratado de paz, tras el cual la India empezó a recibir la cultura occidental
a través de sus relaciones con el imperio Seléucida.

Mientras tanto Papirio Cursor lograba expulsar definitivamente a los samnitas de


Campania e invadía el mismo Samnio. Los samnitas se vieron amenazados y no
tardaron en pedir la paz. Ésta se firmó en 304, de modo que se reconoció la
soberanía romana sobre Campania, pero el Samnio conservó su independencia.
Ese año Demetrio decidió levantar el sitio de Rodas. Había empleado máquinas
aparatosas, pero los rodios lograron resistir. El sitio de Demetrio se hizo tan
famoso que desde entonces fue conocido como Demetrio Poliorcetes (el sitiador).
Los rodios, por su parte, decidieron emplear las máquinas abandonadas por los
sitiadores para construir una gran estatua en conmemoración de su victoria. Se
trataba de un proyecto muy ambicioso que tardaría más de una década en
completarse.

Tras abandonar Rodas, Demetrio volvió a Atenas, que estaba siendo asediada por
Casandro. Demetrio liberó a Atenas y se hizo con el control de la mayor parte de
Grecia. En 302 fue elegido general en jefe de las ciudades griegas, como lo
fueron Filipo II y Alejandro Magno. Pero Casandro envió tropas a Asia Menor
para enfrentarse con Antígono. Demetrio tuvo que volver a Asia para ayudar a su
padre, lo que permitió que Casandro retomara Grecia. Finalmente, en 301 todos
los demás diádocos se unieron contra Antígono y Demetrio en una batalla que se
libró en Ipso, en el centro de Asia Menor. En la batalla participaron unos 300
elefantes entre ambos bandos. Antígono fue finalmente derrotado. Se cuenta que
murió gritando "Demetrio me salvará", pero Demetrio tuvo que huir. Lisímaco
extendió su reino anexionando a Tracia los territorios de Antígono en Asia
Menor. Seleuco I reprochó a Ptolomeo I que apenas se había implicado en la
batalla de Ipso, y tomó esto como excusa para reclamar Siria. Por otra parte, un
persa descendiente de una familia de sátrapas aprovechó la confusión tras la
batalla de Ipso para erigirse en rey de una región de Asia Menor, la
correspondiente a la costa nororiental, conocida como El Ponto (el mar, en
griego). El nuevo rey adoptó el nombre de Mitrídates I.

Por esta época abdicó el rey Chandragupta y se hizo discípulo del santo
jainista Bhadrabahu. Fue sucedido por Bindusara, al que los griegos
llamaron Amitrajates (Asesino de enemigos).

El fin de Alejandro Índice

También podría gustarte

  • Los Amorreos
    Los Amorreos
    Documento8 páginas
    Los Amorreos
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Los Israelitas
    Los Israelitas
    Documento12 páginas
    Los Israelitas
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Miguel Grau
    Miguel Grau
    Documento3 páginas
    Miguel Grau
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Recuperación de Atenas
    La Recuperación de Atenas
    Documento6 páginas
    La Recuperación de Atenas
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Mario y Sila
    Mario y Sila
    Documento11 páginas
    Mario y Sila
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Túpac Amaru II o José Gabriel Condorcanqui
    Túpac Amaru II o José Gabriel Condorcanqui
    Documento5 páginas
    Túpac Amaru II o José Gabriel Condorcanqui
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Las Guerras Médicas
    Las Guerras Médicas
    Documento7 páginas
    Las Guerras Médicas
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Los Gracos
    Los Gracos
    Documento10 páginas
    Los Gracos
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Los Asirios
    Los Asirios
    Documento8 páginas
    Los Asirios
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Marco Antonio
    Marco Antonio
    Documento9 páginas
    Marco Antonio
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Los Acadios
    Los Acadios
    Documento7 páginas
    Los Acadios
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Los Sumerios
    Los Sumerios
    Documento5 páginas
    Los Sumerios
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Roma en El Este
    Roma en El Este
    Documento8 páginas
    Roma en El Este
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Liga Aquea
    La Liga Aquea
    Documento4 páginas
    La Liga Aquea
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Los Macabeos
    Los Macabeos
    Documento8 páginas
    Los Macabeos
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Sabios y Filósofos
    Sabios y Filósofos
    Documento8 páginas
    Sabios y Filósofos
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Edad Del Hierro
    La Edad Del Hierro
    Documento8 páginas
    La Edad Del Hierro
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Guerra de Yugurta
    La Guerra de Yugurta
    Documento7 páginas
    La Guerra de Yugurta
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Guerra de Las Galias
    La Guerra de Las Galias
    Documento10 páginas
    La Guerra de Las Galias
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Guerra Del Peloponeso
    La Guerra Del Peloponeso
    Documento6 páginas
    La Guerra Del Peloponeso
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Caída de Esparta
    La Caída de Esparta
    Documento6 páginas
    La Caída de Esparta
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Época de Augusto
    La Época de Augusto
    Documento5 páginas
    La Época de Augusto
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Conjuración de Catilina
    La Conjuración de Catilina
    Documento6 páginas
    La Conjuración de Catilina
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Fundación de Roma
    La Fundación de Roma
    Documento5 páginas
    La Fundación de Roma
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Edad de Oro
    La Edad de Oro
    Documento7 páginas
    La Edad de Oro
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Filipo Ii de Macedonia
    Filipo Ii de Macedonia
    Documento7 páginas
    Filipo Ii de Macedonia
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Edad Del Bronce
    La Edad Del Bronce
    Documento7 páginas
    La Edad Del Bronce
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • Independencia Del Perú
    Independencia Del Perú
    Documento4 páginas
    Independencia Del Perú
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Caída de Israel
    La Caída de Israel
    Documento6 páginas
    La Caída de Israel
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones
  • La Batalla de Ayacucho
    La Batalla de Ayacucho
    Documento4 páginas
    La Batalla de Ayacucho
    Daisy Vanessa Romero Carhuavilca
    Aún no hay calificaciones