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Oración de los Novios

En mi corazón, Señor, se ha encendido el amor por una criatura que tú conoces y amas.
Tú mismo la pusiste delante de mí y un día me la presentaste.
Te doy gracias por este don, que me llena de alegría profunda, que me hace semejante a Ti, que eres amor, y que me
ayuda a comprender el valor de la vida que me has dado.
Ayúdame para que no malgaste esta riqueza que tú pusiste en mi corazón.
Enséñame que el amor es don y que no puede mezclarse con ningún egoísmo.
Que el amor es puro y que no puede quedar en ninguna bajeza.
Que el amor es fecundo y desde hoy debe producir un nuevo modo de vivir en los dos.
Te pido, Señor,
por quien me espera y piensa en mí;
por quien camina a mi lado;
haznos dignos el uno del otro;
que seamos ayuda y modelo.
Ayúdanos en nuestra preparación al matrimonio, a su grandeza, a su responsabilidad, a fin de que desde ahora
nuestras almas dominen nuestros pensamientos y los conduzcan en el amor.
Amén.

Guía: Reunidos en la Casa de nuestro Padre del Cielo vamos a participar del matrimonio de N. y N. que han
decidido unirse para siempre delante de Dios. Todos nos alegramos por este acontecimiento y nos
disponemos a ser testigos de la promesa matrimonial que estos novios van a pronunciar según el rito de la
Santa Madre Iglesia.

- Hermanos: que Jesús, modelo y fuente del verdadero amor, este ahora y siempre con todos vosotros.

R: Y con tu espíritu.

- Oremos a Dios suplicándole derrame su gracia y su amor sobre estos cónyuges.

(Momento de oración en silencio)

- Señor que creaste el genero humano y quisiste que el varón y la mujer formaran una unidad perfecta, une
a estos servidores tuyos con el vínculo del amor, para que siempre den testimonio de ese amor que hoy los
convertirá en esposos. Por Jesucristo nuestro Señor.

R: Amén.

Queridos novios y hermanos todos: El sacramento del Matrimonio que vamos a celebrar ante esta
comunidad, es un acontecimiento gozoso. Jesús, el Señor, y María, su madre, también
participaron con alegría de unas bodas en Caná de Galilea. Con su presencia significaban cuánto
Dios bendice el amor de un hombre y de una mujer, que se comprometen a construir un nuevo
hogar en fidelidad. El agua convertida en vino, adelantando la hora del Maestro, es signo del
amor que Jesús-Esposo profesa a la Iglesia-Esposa, por la que derramó su sangre. Pero el amor
de estos novios, santificado en el matrimonio, se convierte en signo del amor de Cristo hacia la
Iglesia. Oremos todos por la fecundidad esponsal, paternal y de servicio a la comunidad, de este
nuevo matrimonio.

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