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Cartas del Apóstol

San Pedro
Transcripción por

Diego Ascencio Lucio.


I Carta del Apóstol San Pedro

Saludo

Pedro, apóstol de Jesucristo, a los extranjeros en la dispersión: en el Ponto Calacia, Capadocia,


Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en la santificación del Espiritu, para la
obediencia y aspersión de la sangre de Jesucristo. Multiplíquese en favor vuestro la gracia y la paz.

Reengendrados a la gracia

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien por su gran misericordia nos ha
regenerado para una esperanza vidad, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los
muertos, para una herencia incorruptible incontaminada, perenemente lozana, reservada en los
cielos para vosotros, a quienes la fuerza de Dios por medio de la fe protege para la salvación que
ha de manifestarse en los últimos tiempos. Ppor esto os alegráis, aunque todavía por un poco de
tiempo debéis sufrir diversas pruebas, paraque la calidad de vuestra fe, mucho mas cpresiosa que
el oro corruptible que acrisola por el fuego, dea hallada digna de alabanza , de gloria y de honor en
la manifestación de Jesucristo. Al cual amais sin haber visto; en quien ahora, sin verle, creéis y
exultáis con un gozo inefable y radiante de gloria, alcanzando el objeto de vuestra fe, la salvación
de las almas. AAcerca de la salvación investigaron e indagaron los profetas, los cuales predijeron
sobre la gracia destinada a vosotros, inquiriendo a qué tiempo y a que circunstancia se refería el
espíritu de Cristo, presente en ellos, cuando predicaba con anticipación los padecimientos de
Cristo y la glorificación que a ellos seguirían. Les fue revelado que no para sí ismos, sino para
vosotros proclama rstas cosas que ahora os fueron anunciadas por quienes os han predicado el
Evangelio en virtud del espíritu Santo enviado desde el cielo, en las cuales los angeles desean
penetrar.

Llamada a la santidad

Por lo tanto, ceñidos los lomos de vustro espíritu, sed sobrios y poned vustra entereza y esperanza
en la gracia que se os ofrece en la revelación de Jesucristo. Como hijos de obediencia, no os
amoldéis a las anteriores añoranzas, sino que conforme al que os llamó, sed santos en todo
vuestro proceder, como El es Santo. Porque escrito esta: “Seréis santos, porque yo soy santo”. Y si
llamáis Padre al que sin acepción de obras juzga las obras de cada cual, comportaos con el temor
el tiempo de vuestro destierro, sabiendo que habéis sido rescatados de vuestro vano proceder,
heredado de vuestros myores, no con algo corruptible, como el oro o la plata, sino con la preciosa
sangre de Cristo, el Cordero sin defecto, ni mancilla, predestinado antes de la creación del mundo
u manifestado en los pultimos tiempos por vosotrros, los que gracias a el creéis en Dios, quien lo
resucitó de entre los muertos y le dio la gloria, para que vosotros creáis y esperéis en Dios.

El amor fraterno

Purificando vuestras almas por la docilidad a la veracidad con vistas a un amor fraterno no fingdo,
amaos intensamente de corazón unos a otros, como renacidos que sois, o de germen corruptible,
sino incorruptible, por la palabra de Dios, viva y eterna.
Porque toda carne es como heno y toda su lozanía como flor de heno. Secóse el heno y cayó la
flor, pero la palabra del Señor permanece eternamente.

Y esta palabra es la que os ha sido anunciada.

El nuevo pueblo de Dios

Alejandro, por tanto, de vosotros toda malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y todo tipo de
maledicencias, como niños recién nacidos apeteced la leche espiritual no adulterada, para que
crezcáis con ella en orden a la salvación, si habéis gustado qué bueno es el Señor. Acercandoos a
él, piedra viva,desechada por los hombres, pero elegida, precuisa ante Dios, Tambien vosotros,
como piedras vivas, sois edificados en templo espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales gratos a Dios, por medio de Jesucristo. Por esto dice la Escritura: “He aquí
que pongo en Sión una piedra angular, elegida preciosa, Quien crea en ella no quedara
confundido”.

Para vosotros, los que creéis, es el honor; pero para los incrédulos” la piedra que desecharon los
constructores, esa se ha convertido en piedra angular” y “en piedra de tropiezo y roca de
escándalo”.

En ella tropiezan quienes no creen en la palabra; para esto han sido destinados. Vosotros, en
cambio, sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo de su propiedad, para que
proclaméis las grandezas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Quienes
en otro tiempo no erais pueblo, ahora sois el pueblo de Dios; los que no habías alcanzado
misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia.

Ejemplares de la conducta.

Carísismos, os exhorro a que, como forasteros y peregrinos os abstengáis de la carne que


combaten conta el alma. Tened entre los paganos una conducta ejemplar, de modo que, en lo
mismo que ahora os calumnian como malhechores, cuando vean vuestras buenas obras,
glorifiquen a Dios el día de la visitación. Someteos, por el Señor, a toda humana institución: sea al
rey, como soberano; sea a los gobernantes como delegads suyos, para castigo de quienes obran el
mal y alabanza de quienes. Porque esta es la voluntad de Dios; que haciendo el bien, hagáis callar
la ignorancia de los insensatos. Comportaos como libres y no como quienes hacen de la libertad
una cobertura de la malicia; esto es como siervos de Dios.

Honrad a todos, amad la fraternidad, temer a Dios, honrad al rey. Siervos, someteos con todo
respeto a vuestros señores, no solo a los buenos y moderados, sino también a los severos. El
mérito está en soportar por respeto a Dios las ofensas sufridas injustamente. Pues ¿Qué gloria
teneis si soportaís los golpes cuando habéis pecado? Pero si haciendo el bien soportaís los
sufrimientos, esto es grato ante Dios. Para esto fuisteis llamados,porque también Cristo padecío
por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas. El cual no cometío pecado ni se hallo
engaño en su boca. Ultrajado no devolvía el ultraje; maltratadom no amenazaba, sino que se
encomendaba al que juzga con justicia. Sobre el madero cargó con nuestros pecados en su propio
cuerpo, para que muestos al pecado, viviéramos para la justicia, con cuyas heridas habeís sido
sanados. Pues erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de
vuestras almas.

Deberes de los conyugues

Las mujeres sean asi mismo sumisas a sus maridos, para que si algunos no creen en la palabra,
sean ganados sin palabras por la conducta de lamujer, al considerar su casto y respetuoso
comportamiento. El adorno de ellas no sea externo, de hecho de peinados, joyas y modos de
vestir, porque el hombre humilde de corazón, de incorruptible mansedumbre y animo sereno, ese
es el rico a la vista de Dios. Asi se adornaba en el pasado las santas mujeres que esperaban en Dios
y eran obedientes a sus maridos, como Sara, que obedecióa Abraham y le llamo Señor. De ella sois
hijas vosotras, si haceis el bien y no teméis ninguna perturbación.

De igual modo, los maridos actuén en la vida en común con buen sentido, tributándoles honor
como a delicado vaso que es la mujer, como a coherederas que son también de la vida de la gracia,
de manera que lleguen a termino vuestras oraciones

Consejos generales. Por último, maneneos todos unido; compasivos, fraternales, misericordiosos
humiles, no devolviendo mal por mal ni insulto por insulto, antes bien, bendiciendo siempre,
porque para estos fuisteis llamados: para recibir en herencia la bendición. Pues quien desee amar
la vida y ver días felices, guarde su lengua del mal y sus labios no pronuncien engaño. Aléjese del
mal y obre el bien; busque la paz y corra tras ella. Porque ls ojos del Señor están sobre los justos, y
sus oidos son atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor rechaza a los que obra el mal.

Y ¿Quién os hara mal si sois celosos del bien? No obstante, aunque sufráis por la justicia, dichosos
vosotros, no os atemoriceis por temor a ellos ni os turbéis. Por el contrario,glorificad a Cristo
Señor en vuestros corazones siempre dispuestos a responder a todo el que os pida razón de
vuestra esperanza, pero con suavidad y respet, procediendo siempre con buena conciencia, para
que, en lo mismo que sis calumniados, queden confundidos los que crirican vuestra buena
conducta en Cristo. Mejor es padecer por hacer el bien, si Dios asi lo quiere, que por hacer el mal.
Porque también Cristo murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, a fin de
reconciliarnos con Dios; muerto en la carne, vivificado según el espíritu.

En El también fue a anunciar la salvación a los espiritus que permanecían en risión, a aquellos que
habían sido incrédulos en otro tiempo, cuando en los días de Noé la paciencia de Dios estaba
como a la expectativa mientras se construía el arca, en la cual unos pocos, esto es, ocho personas,
se salvaron en medio del agua. De esta es figura el bautismo, que ahora os salva a vosotros, que
no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en la petición a Dios de una conciencia pura por
medio de la resurrección de Jesucristo, que está a la derecha de Dios, una ve que se fue al cielo y
se le sometieron los Angeles, las Potestades y las Virtudes.

Imitar el ejemplo de Cristo

Y puesto que Cristo padeció en la carne, armaos también vosotros de este mismo pensamiento,
porque quienpadecio en la carne ha roto con el pecado, para vivir el resto del tiempo de esta vida
mortal, no conforme a las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios. Os basta, pues el
tiempo pasado para gastarlo al modo de los Gentile, a vosotros que anduvisteis en desenfrenos,
codicias, borracheras, orgías, bebidas y abominables idolatrias. Pr esto se asombran al ver que no
acudis con ellos a su desenfrenado libertinaje y blasfeman. Ya darán cuenta al que esta preparado
para juzgar a vivos y muertos, que son juzgados ciertamente según los hombres en la carne, y que
viven en cambio según Dios en el Espiritu.

El fin de todo se acerca. Sed, pues, sensatos y velad con la oración. Ante todo, tened entre
vosotros una intensa caridad de unos con otros, porque la caridad cubre la muchedumbre de los
pecados, Sed hospitalariosunos con otros, sin murmurar.Como buenos administradores de la
multiforme gracia de Dios, que cada cual ponga al servicio de los demás los dones recibidos. Si
alguno habla, sean sus palabras como de Dios; si alguno presta su servicio, hágalo como
trayéndolo del poder que Dios da generosamente, para que en todo sea Dios glorificado por
Jesucristo para quien es la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

Carísimos, no os sorprendáis, como si fuera algo nuevo, del incentio que se produce para
probaros, sino alegraos por cuanto participáis en los padecimientos de Cristo de modo que
también en la revelación de su gloria exculteís de gozo. Felices vosotros si por el nombre de Cristo
sois ultrajados, porque el espíritu de la gloria, que es l Espiritu de Dios, descansa sobre vosotros.
Que ninguno de vosotros sufra por homicida o por ladros o por mahechor o por entrometido. Pero
si es por el cristianom que no se avergüence, sino que glorifique a Dios por llevar ese nombre.
Porque es el momento de que empiece el juicio de la casa de Dios; y si empiea por nosotros,
¿cuale será el din de los que no creen el evangelio de Dios? Y si el justo con dificultad se salva, el
impio y el pecador ¿adonde irán a parar?

Por tanto, también los que padecen por voluntad de Dios, al hacer el bien, encomienden sus almas
al Creador, que es fiel.

Deberes de los pastores

A los presbíteros que están entre vosotros les exhorto yo, presbítero como ellos,, estigo de los
padecimientos de Cristo y transmisor de la gloria que ha de manifestarse. Papacentad la grey de
Dios que os esta confiada, vigilando no por la fueza sino con naturalidad, según Dioss; no por
torpre adan de lucro, sino de corazón; no como dominadores sobre la heredad, sino identificados
por la grey. Y cuando aparrezca el Principe de los pastores recibireís la corona de gloria que no se
marchita.

Del mismo modo, jóvenes, sed sumisos a los presbíteros; revestiós todos de humildaden el trato
mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes.

Humillados, por tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que a su tiempo os exhalte confiadle
todas vuestras preocupaciones, pues El cuida de vosotros. Sed sobrios y vigilad Vuestro adversario,
el Diablo, ronda como león rugiente buscando a quien devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo
que los mismos padecimientos soportan vuestros hermanos dispersos por el mundo.

El Dios de toda gracia que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, tras un corto padecer, os
perfeccionará, conformará y os consolidará. A El poder por los siglos de los siglos. Amén.

Epílogo

Os he escrito brevemente por medio de Silvano, a quien tengo por un fiel hermano
amonestándoos y dándoos tesimoio de que esta es la verdadera gracia de Dios; permaneced en
ella. Os saluda (Iglesia) que está en Babilonia, elegida como vosotros, y mi hijo Marcos. Saludaos
entre vosotos con el ósculo de la caridad. La paz para todos vosotros, que estáis en Cristo.

II Carta del Apóstol San Pedro


Saludo

Simon Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a quienes ha caído en suerte la misma fe que a
nosotros por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo: la gracia y la paz se multiplique en
vosotros por el conocimiento de Dios y de Jesucristo nuestro Señor.

Fidelidad a la Vocación

De modo que todo lo de su divino poder se nos ha dado para la vida y la piedad por el
conocimiento de Aquel que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales
nos han sido concedidas preciosas y sublimes promesas para que por ellas os hagáis participes de
la naturalezadivina huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupicencia. Por esta
razón, poniento todo nuestro empeño, procurad ofrecer en vuestra fe, la virtud; en la virtud, la
ciencia; en la ciencia la templanza; en la templanza la paciencia; en la paciencia, la piedad; en la
piedad, el amor fraterno, la caridad. Pues estas cosas, como las teneís en abundancia, no os
permitirán ser inconsistentes ni esteriles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Porque quien no las tiene es ciego y corto de vista; ha echado en el olvido la purificación de sus
antiguos pecados. Por lo cual. Ermanos, poned mayor empeño por asegurar vuestra vocación y
elección. Haciendolo así nunca caeréis, pues se os otorgara generosamente la entrada en el reino
eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

La seguridad nos viene de Cristo

Por eso empezare siempre advirtiéndoos acerca de estas cosas, aunque las sepáis y estéis
afianzados en la verdad que poseéis. Me parece justo mientras vivo bajo esta tienda, estimularos
con mis advertencias, sabiendo que es de escasa duración el establecimiento de mi tienda, según
me lo manifestó nuestro Señor Jesuctisto, Pero me esforxare para que , tras mi partida, podaís
recordar en cualquier momento estas cosas. Pues no ha sido siguiendo fabulas caprichosas como
os fimos a conocer y la venida de nuestro Señor Jesucristo sino como quienes han sido testigos
oculares de su grandeza. Porque al recibir de Dios Padre honor y gloria, procedente de la sublime
Gloria, le vino una vez en estos términos ≪Este es mi hijo amado en quien me complazco ≫. Esta
voz venida del cielo la oímos cuando estábamos con el en el monte santo. Por esto tenemos mayor
seguridad en la palabra profética, a la cual hacéis bien en prestar atención como a lampara que
luce en lugar tenebroso, hasta que el día aparezca y el lucero de la mañana aparezca en vuestros
corazones. Pero sabes, ante todo, que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por
cuenta propia, porque nunca profecía alguna fue proferida por voluntad humana, sido que,
movidos por el Espíritu Santo, han hablado los hombres de parte de Dios

Los falsos doctores

Pero hubo en el pueblo falsos profetas, así como también habrá entre vosotros falsos maestros, ue
introducirán sectas de perdición y , negando al Dueño que los compró, se atraerán una ráoida
perdición. Y muchos seguirán su afán de placeres, y por su causa será blasfemado el camino de la
verdad, Negociaran con vosotros por codicia palabras engañosas. Hace tiempo que su condena no
descansa, no duerme su perdición. Pues si Dios no perdono a los ángeles que pecaron sino que,
precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entrego para ser custodiados hasta el
juicio; si no perdono al mundo antiguo, sino que preservó a Noé, pregonero de la justicia, junto
con otros siete, cuando desencadeno el diluvio sobre un mundo de impíos; si condenó la
destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas y poniéndolas de ejemplo
de las cosas que van a acontecer a los impíos; Y si al lujurioso Lot, asediado por la lujuriosa vida de
los hombres nefandos-pues este justo que vivía en medio de ellos, día tras día sentía torturada su
alma por las obras injustas que veía y oía-, Es porque el Señor sabe salvar de la tentación a las
piadosos y reservar a los impíos para castigarlos el día del juicio, sobre todo a los que andan tras
los deseos impuros de la carne y desprecian al señorio.

Atrevídos y orgullosos, no temen blasfemar de las Glorias, cuando los Ángeles, aun siendo
superiores en fuerza y poder, no presentan contra ellas juicio de blasfemia en presencia del Señor.

Pero estos, como animales irracionales, que por su naturaleza nacen para ser cazados y muertos,
al blasfemar de lo que ignoran, con esa misma muerte morirán, recibiendo, en contra de su
voluntad, el pago de su injusticia. Hombres que consideran placer las delicias de un día, que
añaden a sus delicias impureza y corrupción, que se deleitan ante vosotros de sus placeres, que
con los ojos cargados de adulterioe insacianles de pecado, seducen a las almas debiles, que tienen
el corazón habituado a la codicia, hijos de maldición. Al abandonar el caino recto, se han
extraviado y siguieron por el camino de Balam, hijo de Bosor, que deseo el pago de la injusticia,
pero obtuvo la represión por su maldad:un mudo animal que hablaba con voz de hombre impidió
la insenzate del profeta. Estos son fuentes sin agua y nubes empujadas por el viento, a quienes se
les reserva la oscuridad de las tinieblas. Profirirendo discursos hinchados de vanidad.

Seducen con deseos carnales y afán de placer a quienes acaban de escapar de los que viven en el
error. Les prometen libertad, ellos que son esclavos de la corrupción; pues en efecto, uno es
esclavo de lo que le domina.

Porque si después de huir de las inmundicias del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo, vuelven a enredarse en ellas y son vencidos, se hace su situación postrera
peor que la primera. Mas les valia no haber conocido el camino de la injusticia que, una vez
conocido, apartarse del santo precepto que les fue transmitido. Les ha sucedido lo que acertado
proverbio:≪el perro se volvió a su vómito y la cerda lavada a revorcarse en el cieno ≫.

La Segunda venida de Cristo

Esta es ya, carísimo, la segundo carta que os escribo. En ellas tratoo de despertar, con mis
advertencias, vuestro sano criterio, para que recordéis las predilecciones de los santos y
profetas y el mandamiento del Señor y Salvador transmitifo por vuestros apóstoles. Sabed ante
todo que en los últimos días vendrpan burladores llenos de engaño, guiados por sus propias
pasiones, que dirán: ≪¿Dondé queda la promesa de su venida? ≫. Pues desde que murieron los
padres sigue como desde el principio de la creación. Y es que ignoran deliberadamente que al
principio hubo cielos y que la tierra emergiendo del agua, se sostenia entre las aguas por la
palabra de Dios, y que, por eso el mundo de entonces perecio inundado por el agua. Pero los
cielos y la tierra de ahora están reservados por esa misma palabra para el fuego y guardados hasta
el día del juicio y de la condenación de los impíos. Carísimos, no se os oculte una cosa; un día ante
Dios es como mil años y mil años como un día. No retrasa el Señor la promesa como algunos
piensan acusándole de tardanza, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que
nadie se pierda, sino que todos se conviertan a la penitencia. El día del Señor llegara como un
ladrón: día que los cielos. Con gran estrepito pasaran; los elementos abrasados, se disolverán, así
como la tierra y las obras que en ella se encuentren.

Puesto que todo esto ha de disolverse, conviene que vosotros os portéis, según un modo de vida
santo y piadoso, adelantado a llegada del día ante Dios, a causa de la cual los cielos en llamas se
disolverán y aún los elementos abrasados se fundirían. Pero según su promesa, esperamos nuevos
cielos y nueva tierra en los que habita la justicia. Por esto, carísimos, en espera de estos
acontecimientos esforzados por ser hallados en paz, limpios y sin culpa, y considerad que vuestra
salvación esta en la paciencia de nuestro Señor, según os lo escribió también nuestro querido
hermano Pablo, conforme a la sabiduría que le fue entregada. Así lo dice también en todas sus
cartas cuando habla en ellas de esto, aunque hay algunos puntos difíciles de entender que los
ignorantes e inconscientes tergiversan- lo mismo que las demás Escrituras- para su propia
perdición.

Por consiguiente, queridos, ya estáis advertidos: vigilad, no sea que, arrastrados por el error de
esos libertinos os resquebrajasteis en vuestra firmeza. Creced, en cambio. En la gracia y en el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A el la gloria, ahora y hasta el día de la
eternidad. Amén.

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