Está en la página 1de 3

SALMO 140

El gran poder de Dios me valga la fortaleza y la fe la hostia consagrada y el patriarca San Jose delante de mi

va Apartando lo malo que venga contra mí y el manto de la santísima trinidad mi cuerpo está

cubierto para que no sea muerto, herido maleficiado, calumniado y espantado Santos evangelios

condolerte de mí porque he sido un pecador desde que nací, la santísima trinidad esta con migo y mi

santa rosa en que nací. A mis enemigos los veo y con la espalda los saludo, así lo sostengo yo como lo

sostiene Jesus Cristo a sus santos en el mundo.

Creo en Dios Padre, 


Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, 
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos, 
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a
vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. 

Amén.

SALMO 51
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré
limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.
Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi lengua tu justicia.
Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza.
Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios. Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
El holocausto u ofrenda del todo quemada; Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.
SALMO 90
Señor, tú has sido para nosotros un refugio a lo largo de los siglos.
Antes que nacieran las montañas y aparecieran la tierra y el mundo, tú ya eras Dios y lo eres para siempre,
tú que devuelves al polvo a los mortales, y les dices:"¡Váyanse, hijos de Adán!".
Mil años para ti son como un día, un ayer, un momento de la noche.
Tú los siembras, cada cual a su turno, y al amanecer despunta la hierba;
en la mañana viene la flor y se abre y en la tarde se marchita y se seca.
Por tu cólera somos consumidos, tu furor nos deja anonadados.
Pusiste nuestras culpas frente a ti, nuestros secretos bajo la luz de tu rostro.
Hizo correr tu cólera nuestros días, y en un suspiro se fueron nuestros años.
El tiempo de nuestros años es de setenta, y de ochenta si somos robustos. La mayoría son de pena y
decepción, transcurren muy pronto y nos llevan volando.
¿Quién conoce la fuerza de tu cólera y quién ha sondeado el fondo de tu furor?
Enséñanos lo que valen nuestros días, para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?... Compadécete de tus servidores.
Cólmanos de tus favores por la mañana, que tengamos siempre risa y alegría
Haz que nuestra alegría dure lo que la prueba y los años en que vimos la desdicha.
Muestra tu acción a tus servidores y a sus hijos, tu esplendor.
Que la dulzura del Señor nos cubra y que él confirme la obra de nuestras manos.

SALMO 13
Cantaré al Señor porque me ha salvado
Del maestro de coro. Salmo de David. ¿Hasta cuándo me tendrás olvidado, Señor? 
¿Eternamente? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro? 
¿Hasta cuándo mi alma estará acongojada y habrá pesar en mi corazón, día tras día? 
¿Hasta cuándo mi enemigo prevalecerá sobre mí? ¡Mírame, respóndeme, Señor, Dios mío! 
Ilumina mis ojos, para que no caiga en el sueño de la muerte, 
para que mi enemigo no pueda decir: 
"Lo he vencido", 
ni mi adversario se alegre de mi fracaso. Yo confío en tu misericordia: 
que mi corazón se alegre porque me salvaste. ¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!

SALMO 14
No hay quien haga el bien
Del maestro de coro. De David. El necio se dice a sí mismo: 
"No hay Dios". Todos están pervertidos, hacen cosas abominables, nadie practica el bien. 
El Señor observa desde el cielo a los seres humanos, para ver si hay alguien que sea sensato, 
alguien que busque a Dios. 
Todos están extraviados, igualmente corrompidos; nadie practica el bien, ni siquiera uno solo.     
¿Nunca aprenderán los malvados, los que devoran a mi pueblo como si fuera pan, y no invocan al Señor? 
Miren cómo tiemblan de espanto, porque Dios está a favor de los justos. 
Ustedes se burlan de las aspiraciones del pobre, pero el Señor es su refugio. 
¡Ojalá venga desde Sión la salvación de Israel! Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo, 
se alegrará Jacob, se regocijará Israel.

SALMO 15
¿Quién habitará en tu monte santo?
Salmo de David. Señor, ¿quién se hospedará en tu Carpa?,¿quién habitará en tu santa Montaña? 
El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón 
y no calumnia con su lengua. El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, 
el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. 
El que no se retracta de lo que juró, aunque salga perjudicado; 
el que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. 
El que procede así, nunca vacilará.

ORACION AL GRAN PODER DE DIOS


El Gran Poder de Dios, me valga, la fortaleza de la Fe de Jesucristo, me acompañe. La purificación sea conmigo. El
consistorio de la Santísimo Trinidad quebrante la fortaleza de mis enemigos, para que no me hagan mal ni a mí, ni a mis
hijos, ni a mis bienhechores. Jesucristo Redentor, que al mundo desde la Cruz venciste. Vence a mis enemigos por la
muerte que tuviste .Amen

Después de hacer esta oración hágase la novena de San Miguel (Se repite tres veces empezando con un credo y
terminando con otro credo).

Oración al glorioso Arcángel San Miguel Gloriososísimo Señor San Miguel, tan especialmente favorecido de Dios,
Nuestro Señor, elegido y destinado para guardar y proteger a la Santa Iglesia Católica, mayor bien y salvación de las
almas, los que por la divina misericordia tenemos la gran dicha de vivir en su santo gremio, en cuya sagrada creencia y
fe, protestamos y deseamos vivir y morir: humildemente te suplicamos mires por nuestra patria ,que tan católica es y con
tantas veras ha servido a la Iglesia de Cristo que tu defiendes y amparas; suplicándote, que pues eres capitán de los
ejércitos, que la defiendas de sus enemigos y como ángel de la paz, la reduzcas a concordia y union, y como justicia
mayor de Dios, juez de las almas, la conservas en justicia y equidad. A ti te escogió el Señor para echar los rebeldes del
cielo a ti acudimos para que reduzcas los rebeldes de esta tierra, y sosiegues sus alteraciones. Tú detuviste en pie la
república de los ángeles, repara también y conserva la nuestra. Tú limpiaste el cielo de pecados; libra de ellos a nuestra
Patria. A ti nos dio el Señor por patrono universal de todos los fieles y a ti acudimos como protector singular, y
esperamos de ti muy particular protección. En tu día la isla adjuro la herejía de los aborígenes y recibió la fe católica;
suplicamos te conserves en toda pureza de fe y no permites que entre en ellas la herejía o semilla de mala doctrina, sino
que conservando la verdadera fe la comuniques, como has hecho a otros naciones; y así tenga paz entre sus secciones,
obedeciendo a Dios y a las cosas divinas, y celo de la exaltaciones su Iglesia .Amen

Efesios 6-10

También podría gustarte