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Crónica de una muerte anunciada es una novela de García Márquez (Premio Nobel de Literatura y uno de los

principales representantes del "boom" de la novela hispanoamericana) publicada en 1981 escrita. La historia que
cuenta se inspira en un hecho real (Sucre, 1951) del que el autor tomó el suceso central (el crimen), protagonistas,
escenario y circunstancias, alterándolo narrativamente, pero sin descuidar los datos ni precisiones obligadas en toda
crónica periodística. Del carácter real viene el nombre de crónica, que no solo aparece en el título de la novela, sino
que la orienta estructuralmente, ya que, desde el comienzo, lo que pretende el narrador es la recopilación de datos y
testimonios que puedan ayudar a entender el porqué del asesinato de Santiago Nasar y lo inevitable del mismo, así
como los perfiles humanos y psicológicos de todos los personajes que tuvieron algo que ver con el funesto suceso.

LA TÉCNICA DEL REALISMO MÁGICO


El realismo mágico e​ s la preocupación estilística e interés de mostrar lo irreal o extraño como cotidiano y común. Su
finalidad no es suscitar emociones sino expresarlas y es una actitud frente a la realidad. Algunos elementos presentes
en muchas novelas del realismo mágico son:
1. Elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
2. Transformación de lo común/cotidiano en vivencia que incluye experiencias "sobrenaturales" o "fantásticas".
3. Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
4. Pueden apreciarse en las novelas representaciones de mitos y leyendas, por lo general latinoamericanas.
5. Se distorsiona el tiempo, para que el presente se repita o se parezca al pasado.
6. El fenómeno de la muerte es tenido en cuenta, es decir, los personajes pueden morir y luego volver a vivir.
7. Contiene multiplicidad de narradores (combina 1ª, 2ª y 3ª persona), para dar distintos puntos de vista a una
misma idea y mayor complejidad al texto.
8. Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, algunos no tienen explicación o son
improbables que ocurran.

En ​Crónica p​ odemos ver el ​realismo mágico ​en muchos aspectos:


1. La muerte es una constante, aunque en esta obra el muerto no resucita ni se vuelve fantasma o animado, la
gente del pueblo lo revive en la memoria.
2. El asesinato de Santiago Nasar se plantea desde múltiples puntos de vista, múltiples personajes y recuerdos de
lo ocurrido ya hace más de veinte años.
3. El manejo del tiempo es uno de los aspectos más interesantes: el presente narrativo se reduce a una hora
(desde que Santiago Nasar sale de casa para ver al obispo hasta su regreso y muerte). Todo lo demás son
vueltas atrás (a un pasado remoto, después cercano y por último reciente) e idas al futuro (remoto y
progresivamente más próximo). La historia se concentra en muy poco tiempo, pero con mucha frecuencia se
sale de ese marco para ir al pasado o al futuro, como si el tiempo fuese intrascendente, poco importante para
la trama.
4. Sus descripciones son absolutamente detalladas, (hasta sentir la irregularidad de los adoquines de la plaza).
5. Lo sensorial es parte importante de la realidad (olor cuando se le va a realizar la autopsia a Santiago Nasar).
6. Los hechos son aparentemente reales, posibles y creíbles, sin embargo se muestran exagerados y sin medida,
casi surrealistas.
7. Finalmente​ ​se nos presenta una desmesura, lo hiperbólico es, también, un vehículo de lo fantástico .

Aún sin la irrupción de fantasmas o milagros, en el texto subyacen detalles que nos llevan hacia un mundo extraño
para el lector en el que lo irreal y exagerado se toma como cotidiano:
1. Ninguna persona del pueblo se digna a avisar a Santiago Nasar de que lo buscan para matarlo. Este silencio
masivo es lo que termina causando la muerte de este personaje.
2. La desmesura también se ve presente en la forma en que lo asesinan. ​La naturaleza violenta y grotesca del
crimen es una pura y bruta exageración que recalca los sentimientos de venganza y la necesidad de recuperar
el honor perdido.
3. También los sentimientos son desmesurados, obsesivos: Ángela, especialmente, en su desesperación por
recuperar a Bayardo, su locura e insaciable pasión. Bayardo, muestra con ostentación sus sentimientos en
algunas de sus reacciones y actitudes a lo largo de la novela.
4. Hay más ejemplos de desmesura en ​Crónica​, tales como el hecho de que la carta que dejan por debajo de la
puerta para avisar del asesinato no es vista por nadie hasta muy tarde, las proporciones de la boda de Ángela y
Bayardo, y el persistente olor a Santiago.

El lector, por tanto, es puesto en una particular situación donde vacila entre la realidad y la ficción, siempre en busca
de la verdad absoluta, que nunca es revelada.
TEMAS: EL HONOR, EL AMOR Y EL FATUM.
La ​muerte ​es el tema principal de esta novela y muestra de ello es no sólo su título, sino también su comienzo: “​El día
en que lo iban a matar…​”, y su final: “​que me mataron, niña Wene”​ ; desde la primera línea hasta la última, la muerte
va a ser el leitmotiv de la mayoría de las páginas de la novela.
Unido al tema de la muerte está el ​destino o fatum​. El hombre asesinado parecía destinado a ser mimado por la
fortuna; sin embargo muere en circunstancias terribles a la puerta de su casa. Todo el pueblo sabía que el crimen iba a
producirse pero nadie lo impide, lo que sugiere la presencia de un destino fatal ineludible que influye decisivamente
en el desarrollo de los hechos. Ahora bien, a diferencia del ​fatum d ​ e las tragedias clásicas, que se caracteriza por un
funcionamiento ciego e implacable, la fatalidad que descubrimos en esta novela se configura a partir de elementos
anecdóticos, menos "fatales". Se trata de un conjunto de coincidencias y presagios erróneamente interpretados, que
confluyen en un resultado trágico.
Las casualidades que llevan a la trágica muerte son muchas: Santiago, que casi nunca entraba en casa por la puerta del
frente, ese día lo hizo y allí lo esperaban los Vicario para matarlo; Luisa Santiaga, capaz de presentir cualquier tragedia,
ese día falló; Cristo Bedoya, que era el único que podía avisarlo, no supo encontrarlo porque pensó que estaba
desayunando en casa de los García; el mensaje deslizado debajo de la puerta no es visto hasta mucho tiempo después
del crimen; aunque la familia de Flora Miguel nunca se levantaba antes del mediodía, insólitamente Santiago va
temprano a la casa (nadie podía pensar que estuviera allí).
Los habitantes del pueblo son muy torpes a la hora de interpretar los hechos que les rodean: la madre de Santiago
Nasar, que tenía prestigio como intérprete de sueños, no desentraña ningún augurio aciago en los de su hijo; los
carniceros no atajaron a los Vicario porque pensaron que lo que decían de que iban a matar a Santiago era cosa de
borrachos; Plácida Linero se equivocó también: cerró la puerta de la casa cuando vio a los Vicario porque pensó que
querían meterse dentro para matarlo.
A pesar de que se desarrolla en una ambiente de casualidades y equivocaciones que posibilitan la tragedia, la
intervención del ​honor ​es la clave que permite entender la muerte de Santiago Nasar. El asesinato de Santiago es
sobre todo, un crimen motivado por una cuestión de honra, ya que Ángela Vicario ha perdido la virginidad antes del
matrimonio y, supuestamente, Nasar es el culpable. Cuando Bayardo San Román devuelve a la novia a sus padres por
no ser virgen, está sentenciando a alguien a muerte, pues se le va a aplicar el ​código de honor presente en el pueblo.
Nos encontramos así ante una tradición característica de la literatura hispánica: la del honor perdido que hay que
vengar, que posee antecedentes literarios en el teatro del Siglo de Oro de Lope de Vega o Calderón de la Barca. Según
estos códigos morales, las ofensas al honor de una mujer han de ser restituidas mediante la venganza con sangre hacia
el ofensor, que han de llevar a cabo los familiares masculinos próximos a la ofendida ya que se trata de un sentimiento
arraigado en toda la comunidad. Limpio y vengado el honor de ella, queda a salvo el de toda la familia.
Por otro lado, la honra solo puede ser restablecida de forma privada, sin injerencia externa, ley civil ni religiosa. Así, el
sangriento crimen protagonizado por Pedro y Pablo Vicario es la expresión de una violencia legitimada: sienten que
han cumplido su deber. Los hermanos Vicario no quieren matarlo, sino que se ven impelidos a ello por esa sociedad
que los guía y conduce como si fueran marionetas, y porque así debe ser. La sociedad entera los habría considerado
cobardes si no lo hubieran matado, porque no habrían sabido mantener en buen lugar el buen nombre de su familia.
Por eso se consideran inocentes “​ante Dios y ante los hombres​”. No se arrepintieron nunca, porque sabían que habían
obrado de acuerdo con el código de honor reinante en su pueblo, el abogado sustenta la defensa del homicidio
basándose también en que el honor justifica la acción sangrienta. La mayoría de los habitantes del pueblo aceptan el
código, ya que les exculpa por no haber impedido el crimen. No hay que pasar por alto que este código es aceptado
también por las mujeres. La rebeldía contra las normas impuestas por el código de honor existe, pero es excepcional,
solo Luisa Santiaga y Clotilde Armenta son capaces de darse cuenta de la represión que sobre toda la estructura social
generan códigos tan intolerables, a pesar de lo cual no logran deshacerse de ellos.
La novela es también la ​historia de amor de Bayardo y Ángela, que crece en la separación y es logra vencer la ofensa,
soledad, silencio e incluso el paso del tiempo. Ángela escribe cartas a Bayardo durante diecisiete años hasta que él
vuelve. También se destacan en la obra las pasiones amorosas, motivo habitual en la producción de García Márquez.
La sexualidad está presente en el personaje de Mª Alejandrina Cervantes y en referencias a las “presas” de Nasar.
EL PERSPECTIVISMO COMO TÉCNICA NARRATIVA.
El punto de vista narrativo es en esta novela múltiple y cambiante, estamos ante un claro ejemplo de perspectivismo.
El primer elemento que contribuye a este perspectivismo es el ​narrador cambiante​, alter-ego del propio escritor, que
ofrece puntos de vista de los hechos desde cuatro posiciones, en las dos primeras actúa como narrador interno y en
las otras dos como narrador externo, cambiando el uso de la persona en la narración:
1. Narrador personaje: cuando hace uso de su doble condición de personaje y narrador, emplea la narración
subjetiva en 1ª persona.
2. Narrador testigo: cuando se sitúa más como simple testigo que como protagonista, emplea una combinación
del “yo plural” con la distanciación de la 3ª persona.
3. Narrador cronista: utiliza la 3ª persona y una actitud objetiva, manifestando su presencia por medio de
acotaciones que van ordenando el curso del diálogo ​(“Digamos cinco mil pesos −dijo−“)​ o completándolo con
alguna referencia.
4. Narrador omnisciente: ​cuando se sirve de lo que sabe o recuerda, sin intervención de ninguna otra fuente, se
distancia a través del uso de la 3ª persona narrativa y adopta​ ​un enfoque omnisciente.

Pero, además de esta fluctuación, el narrador, en su afán de reconstruir el pasado, se sirve de varias fuentes que
prestan a la narración ​distintas perspectivas​:
1. El sumario del juez instructor, que aparece citado bajo la fórmula “decía el sumario”, aludiéndolo
directamente o citando al juez instructor.
2. El informe de la autopsia.
3. Las cartas que la madre del cronista le escribe.
4. Su incompleta memoria personal.
5. Su condición misma de testigo y copartícipe de la historia.
6. Pero la fuente que más caracteriza a la obra y la que le confiere su aspecto de crónica la constituyen las
manifestaciones de un extenso número de testigos presenciales de los hechos narrados.

En resumen: el narrador cuenta la historia de forma autobiográfica en su doble condición de personaje y narrador
recurriendo a la primera persona; también actúa como cronista-testigo, recoge en estilo directo testimonios; pero en
ocasiones se limita a actuar como transmisor del sumario, y por último, en otros momentos, adopta la perspectiva del
narrador omnisciente, que sabe hechos antes de que sucedan. Por lo que es un caso claro de perspectivismo.

Este perspectivismo conforma una serie de datos e informaciones superpuestas, de testimonios contradictorios que
crean al lector una sensación de verosimilitud en cuanto a los detalles de la tragedia, pero también contribuyen a
relativizar la visión de lo sucedido y abrirlo a la ambigüedad y la duda. La dispersión de puntos de vista y las zonas de
ambigüedad reclaman un papel activo del lector para que reúna datos dispersos y los interprete.
La culpabilidad o inocencia de Santiago Nasar ​es, la incógnita más importante. Ángela Vicario reitera su nombre, pero
la versión más corriente de la que se hace eco el narrador es que “​estaba protegiendo a quien de veras amaba​”; para
el juez, el comportamiento de Nasar ​“fue una prueba terminante de su inocencia”, para el narrador también
“manifestó el desconcierto de la inocencia”. La sensación que queda al lector es la de que Santiago Nasar fue asesinado
por algo que probablemente no cometió. Pero cuando Ángela puede revelar la verdad al narrador, muchos años
después, ratifica su versión​.
Junto a esta ambigüedad aparecen otras muchas: las distintas versiones que se dan sobre el clima que hacía el día de
autos, sobre si la cocinera y su hija sabían o no que iban a matar a ​Santiago, si fueron o no al burdel los hermanos
Vicario antes de cometer su asesinato, si estaban o no borrachos…

El multiperspectivismo afecta también a ​la valoración de los personajes​. En el caso de Santiago Nasar, nos
encontramos con que para Divina Flor ​“no ha vuelto a nacer otro ​hombre como ese”​, para Victoria Guzmán “​era
idéntico a su padre… un mierda” y para el narrador ​“era alegre y pacífico y de corazón fácil”. También es ambivalente
la estimación que se hace de Bayardo: ​“es un hombre muy raro”, “parecía marica”, “estaba ​para comérselo vivo”, “es
encantador”, “se me pareció al diablo”;​ el narrador dice ​“es atractivo, serio, pero sobre todo un hombre muy triste”.
ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES.
Uno de los aspectos llamativos de la obra es la abundancia de personajes que intervienen o se citan en ella. Pero parte
de ellos son sólo mencionados, otros simplemente esbozados y muy pocos, escasamente elaborados. Lo que sabemos
de ellos es lo que hacen o lo que el omnipresente narrador les deja decir. Entre estos distinguimos tres niveles:

Los protagonistas ​están caracterizados mediante la visión indirecta o heterocaracterización, a través del narrador u
otros personajes. Son presentados por el narrador tras lo que otros personajes hacen valoraciones sobre ellos, en
ocasiones contradictorias, como resultado del perspectivismo. Son personajes redondos, pues evolucionan:
1. En primer lugar destaca ​Santiago Nasar​, asesinado a los 21 años por los hermanos Vicario al ser acusado por
Ángela de ser el causante de su deshonra. De ascendencia árabe, hijo único de un matrimonio de
conveniencia. Se le describe como alegre, pacífico, aficionado a los caballos y a las armas de fuego.
Comprometido con Flora Miguel desde la adolescencia, frecuenta el burdel de Mª Alejandrina Cervantes y
acosa a las mujeres que desea. En la novela se destaca su belleza y su carácter sobrenatural: va vestido de
blanco el día que es asesinado, como Jesucristo, no derrama sangre y camina sosteniendo sus vísceras.
2. Frente a él se sitúa ​Bayardo San Román​, hombre de unos 30 años. Representa al extranjero envuelto en el
misterio. Es conservador, culto, dueño de una gran fortuna, atlético y de buen corazón. Es también orgulloso y
caprichoso pero su evolución sufre una línea descendente: a la prepotencia que manifiesta en su relación con
Ángela, y que le viene por su fortuna y por ser hijo de general, sucede el declive al verse engañado. No logrará
vencer la vergüenza del ultraje y su gesto es la huida. Se manifiesta como un “pobre hombre”, en expresión de
su abandonada esposa. Pero, como esta, guarda en su interior una desbordante pasión que le lleva a regresar
con ella con un simple “aquí estoy”.
3. Ángela Vicario ​es figura clave en el conflicto que lleva a la muerte de Santiago Nasar. El autor nos ofrece un
retrato de ella, más desarrollado que el del resto de personajes y, sobre todo, con una evolución en el tiempo.
Es un personaje con una inesperada capacidad de mutación, pasa de ser una pueblerina asombrada de que un
rico y apuesto joven se fije en ella, a ser una “garza guerrera”. Su actitud frente a las normas sociales
impuestas va haciéndose más combativa a medida que avanza la historia. Así, se nos presenta en principio
como sumisa, pero más adelante se atreve a decir que no desea casarse con Bayardo y finalmente no oculta su
delito, sino que se enorgullece de él y desafía así a las leyes maternas.
4. Los ​hermanos Vicario ​se mueven en función de la ofensa que salpica a toda la familia y que se ven obligados a
vengar por el código del honor. Sus bravuconadas machistas, la parafernalia de los cuchillos y su decisión en el
momento de matar a Santiago Nasar contrasta con la publicidad que dan al cumplimiento de su obligación, la
borrachera y las indecisiones por las que atraviesan. La carga que pesa sobre ellos los convierte en títeres,
autómatas dirigidos a una meta única, en asesinos a su pesar. Pablo, fue más imaginativo y resuelto hasta la
adolescencia, luego se reveló más tímido e influido por su hermano. Pedro era más sentimental y autoritario, y
fue quien tomó la decisión de matar a Santiago Nasar. Fue a la cárcel y tenía una cicatriz que lo distinguía de su
gemelo. Después de ser absueltos, Pablo se casa con su novia y Pedro ingresa en las Fuerzas Armadas.

Un segundo nivel de personajes es el de los ​testigos que adquieren voz a través del narrador. Su función es de
asistentes de la información en cuanto a testigos y partícipes secundarios de los hechos. Entre estos podemos citar a:
1. Plácida Linero​, madre de Santiago Nasar. De carácter pacífico y tranquilo, podía interpretar los sueños ajenos,
aunque no fue capaz de ver lo que significaba el que tuvo Santiago el día en que lo asesinaron.
2. Victoria Guzmán trabaja en la cocina de Santiago, sobreprotege a su hija y tiene mal genio. Tuvo una aventura
con el padre de este, nació Divina Flor, pero este no la reconoció como hija, por eso odia a los Nasar.
3. Divina Flor​, hija de Victoria Guzmán. Tímida y callada, ayuda a su madre en la casa de Santiago. Sabía, al igual
que su madre, que iban a matar a Santiago, pero ambas se callaron porque querían que lo mataran.

También se cita a ​Clotilde Armenta​, dueña de tienda de leche; ​Cristo Bedoya​, amigo de Santiago, el ​viudo de Xius​… La
mayor parte de estos personajes están caracterizados por medio de esbozos, trazados mediante unas leves pinceladas,
como Pura Vicario o ​Mª Alejandrina Cervantes​. Estos formarían un tercer nivel, ​el personaje-grupo que es el pueblo​,
y que estaría caracterizado por su ruindad moral y su insolidaridad ya que ​“pudieron ​hacer algo por impedir el crimen y
sin embargo no lo hicieron”. Está integrado por numerosos personajes citados y por personajes anónimos y se
aproximaría de algún modo al coro del teatro clásico.

En cuanto a la ​onomástica​, los nombres de parte de los personajes responden con precisión a los de familiares reales
de García Márquez; en otros casos, los textos del Nuevo Testamento parecen ser la fuente a la que el escritor ha
acudido (Lázaro, Pedro, Pablo, Poncio, Santiago). La mayor parte de la crítica considera que la elección de estos
nombres tiene un componente paródico e irónico.

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