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López Olarte María Lucía, “Cruda realidad”, Gabriel García Márquez, “Crónica de
una muerte anunciada”, Oveja Negra, pág. 2, Escrita en Colombia publicada en
1981
La novela está escrita con tiempo trastocado variando constantemente junto con el
espacio, de esta forma el autor nos remite a los acontecimientos previos al trágico
día, el día de la muerte y tiempo después cuando el cronista vuelve al pueblo a
tratar de dilucidar qué fue lo que en realidad pasó, sin embargo, existe una
armonía que correlaciona todo y nunca se aleja del hecho importante.
La historia también funciona como una especie de novela negra, donde hay un
crimen y un investigador, aunque se diferencie de muchas novelas de este estilo
en que desde el principio se conoce los pormenores de la muerte de Santiago
Nasar, los culpables y los cómplices, de hecho es atípico que se sepa todo desde
el principio, se diría que no hay nada que resolver, y aun así Gabriel García
Márquez logra crear un ambiente de misterio que atrapa como cualquier thriller
con la magistralidad propia del autor, que lo eleva más allá de una novela negra al
uso. Y es que aquí no se buscan asesinos, ni los hechos al momento del
asesinato y mucho menos el móvil, sino que si el lector es atrapado por la historia
se dará cuenta que el misterio radica en si Santiago Nasar era culpable del hecho
que lo condenó a morir o no, y si no fue él, entonces quién.
El misterio del hecho que desencadenó todo, que ya muchos quienes están
leyendo esta reseña deben saber pero que no se dirá para no perjudicar a quienes
aún no han leído "Crónica de una muerte anunciada", es un punto al que se debe
prestar mucha atención, y es que quienes terminan de leer la novela tienen
versiones encontradas sobre el hecho, y quién fue el culpable. Gran logro del
autor es hacer que la información sea dada de tal forma que el mismo lector se
vuelve un detective en busca de la resolución del misterio, algo que muy pocas
novelas negras logran aun siendo su fuerte.
La novela no tiene desperdicio alguno, obra magnifica del Nobel colombiano, con
pinceladas de realismo mágico, una crónica y una novela negra, todo
majestuosamente trabajado para dar lugar a una historia magnífica de una
amenaza de muerte conocida por todos en un pueblo chico, menos por la persona
a quien realmente le importaba su propia vida.