Está en la página 1de 4

Las coronas más hermosas de la cristiandad

Dennis Jarvis (CC by-sa 2.0)

Más que joyas…


¡un eslabón con el Cielo!

Coronas y joyas han sido, a lo largo de los tiempos, un


símbolo indiscutible de poder. El misterio que encierran,
no obstante, se eleva mucho más allá de la
riqueza y del arte de sus formas,
para casi tocar en lo divino…
õ Hna. Diana Milena Burbano, EP

E
l fascinante papel de las los valientes obtenían —de los hom- de las diademas destinadas a alabar
coronas, cuya trayectoria bres— tal galardón, representado por las proezas de las legiones romanas
atraviesa la Historia, se coronas de apariencia sencilla, pero se multiplicaban en cada combate e
remonta a los albores de la que con el tiempo se transformarían incluso estaban protegidas por la ley,
civilización. Desde la Antigüedad los en joyas esplendorosas. que permitía a sus merecedores por-
césares de Roma se ceñían de laureles, tarlas en su funeral o recibirlas des-
los bárbaros germanos de preciosos
El premio de los valientes pués de su muerte.
metales y refulgente pedrería; y supe- Ser héroe: he aquí la condición ne- Por lo tanto, las coronas eran bas-
rándolos a todos ellos en grandeza y cesaria para ser coronado en el Imperio tante apreciadas por los romanos, que
gloria, el propio Hijo de Dios quiso ser romano, no con el fatuo laurel de los las consideraban una recompensa mu-
coronado de espinas. césares, sino con la condecoración de cho más valiosa que cuantías de oro
¿Qué representarán para Dios y los auténticos combatientes, de aque- o de plata. Más tarde, esta tendencia
para los hombres estas singulares llos que escribieron la historia de la acabó por influenciar a la cristiandad
joyas? Ciudad Eterna a sangre y hierro, arries- naciente.
gando sus vidas en el campo de batalla.
Coronados por el Altísimo Para estos impetuosos militares
La corona en la
Entre los israelitas era habitual el fue cuando aparecieron las primeras civilización cristiana
uso de coronas florales, como sím- coronas elaboradas. Aclamados por De manera que resulta natural que
bolo de la alegría y adorno festivo en la multitud a su regreso de la guerra, con la llegada del cristianismo algo de
banquetes y solemnidades.1 Aunque los vencedores recibían la distinción aquellas costumbres —purificadas y
también se distinguían como insig- que merecían sus hazañas: al primer sublimadas por la sangre del Reden-
nia de la realeza, otorgada directa- soldado que escalara las murallas de tor— fueran adoptadas por los monar-
mente por Dios a sus dilectos: «He una ciudad asediada se le concedía la cas bautizados. Éstos terminaron por
ceñido la corona a un héroe, he exal- corona muralis; al primero que inva- vincular bajo el simbolismo de la co-
tado a un elegido de entre el pueblo» diera el terreno enemigo, la corona rona la gloria de los que combaten, la
(cf. Sal 88, 20). vallaris; al que conseguía una victoria honra de los que gobiernan y el signo
Ahora bien, mientras que en el marítima, la corona navalis; al gene- de la predilección divina.
pueblo judío los amados del Señor ral que liberara a un batallón sitiado, Para los primeros emperadores ca-
eran ensalzados por Él, en Roma sólo la corona obsidionalis. Las categorías tólicos de Occidente, la corona repre-

 Sumario 22      Heraldos del Evangelio · Noviembre 2022


sentaba la circunferencia de la Tierra ciosas, que les recuerda a los que
y el poder universal concedido a los la llevan que contiene una carga

shakko (CC by-sa 4.0)


soberanos. Empezaron a ser corona- cuyo peso está oculto bajo un
dos por el Papa, quien, a su vez, era brillo efímero y engañoso.
el que ostentaba el poder supremo, Se cree que la usó Carlomag-
temporal y espiritual, recibido con las no cuando fue coronado como rey
llaves de San Pedro y reproducido en de los lombardos en el 774.
la tiara pontificia.
Desde entonces, la corona se con-
Sacrificio y cruz en las
virtió en el ornato indiscutible de la coronas francesas La corona de San Luis, con reliquias de
la Pasión - Museo del Louvre, París
verdadera realeza, y todas estarían re- En tierras de la hija primogénita de
matadas por la santa cruz, símbolo de la Iglesia, la joya que ciñó la frente de engastada de piedras, y teniendo en
la salvación. casi todos sus reyes, desde Felipe Au- su interior una especie de mitra de
gusto hasta Luis XVI, y que desgracia- terciopelo rojo con incrustaciones de
El peso de la carga, bajo damente acabó siendo destruida en los perlas y rematada por un gran rubí.
el brillo del poder trágicos días de la Revolución francesa, Éste era símbolo de la sangre y del
A lo largo de los siglos, los cristia- fue llamada la Corona de Carlomagno. sacrificio, ornatos necesarios para los
nos han ido acondicionando las precio- Según la tradición, estaba com- que ostentan el poder; las perlas sobre
sas reliquias de la Pasión en verdaderas puesta por dos elementos: una diade- el terciopelo representaban las estre-
joyas, tesoros de un valor incalculable, ma de oro con cuatro flores de lis y llas del cielo, esperanza de salvación
gloria y memoria de la Redención para para todo cristiano.
la Iglesia. Así, el hierro de uno de los Esta característica unión entre el
clavos de la crucifixión del Señor se En la civilización poder y la cruz alcanzó su auge en
utilizó, según la tradición, para forjar los días del rey San Luis IX, el cual
una de las coronas más antiguas y fa-
cristiana, la corona supo, más que cualquier otro, ser un
mosas de la cristiandad: la Corona Fé- representaba el orbe monarca crucificado en beneficio de
rrea de Lombardía. su pueblo. Para simbolizar este subli-
Cuentan que fue hecha en el si- terrestre y el poder me ideal que vivía y defendía, hizo
glo VI por la reina Teodolinda, como que confeccionaran otra corona de
regalo para su marido, y pasó a ser la otorgado a los reyes un valor incomparable. La Corona de
insignia oficial de los que ascendían al por el Papa, titular San Luis o Santa Corona posee en su
trono lombardo. Su base está formada interior reliquias de la Pasión rodea-
por una lámina circular de hierro recu- del poder supremo das por gemas preciosas, una auténti-
bierta con placas de oro y piedras pre- ca obra de arte y de piedad medieval.
Símbolo de la Jerusalén celestial
Una de las coronas más bellas y
famosas del mundo se encuentra hoy
día en Viena: la del Sacro Imperio Ro-
mano Germánico.
Pese a que figura en varios retratos
sobre la frente del emperador Carlo-
magno, históricamente fue fabricada
después de su muerte, para la corona-
ción de Otón I en el 962, fecha en la que
comenzó la historia del Sacro Imperio.
Reproducción

Permaneció como prerrogativa del


monarca supremo durante ocho siglos,
siendo utilizada por última vez en 1792,
para la coronación de Francisco II.
«La coronación de Carlomagno», de Friedrich Kaulbach - Maximilianeum,
Múnich (Alemania). En la página anterior, la corona del Sacro Imperio Romano Aunque dieciocho emperadores
Germánico - Tesoro Imperial del Palacio Hofburg, Viena fueron coronados por los Papas, no es

Noviembre 2022 · Heraldos del Evangelio      23 Sumario 


cierto que esa joya fuera transportada hizo realidad a principios del siglo XI, formando una nueva corona, superior
a Italia en cada ceremonia. Sin embar- cuando el duque San Esteban —has- en riqueza.
go, después del Renacimiento la toma ta entonces apóstol armado de Hun- Para los húngaros, esta corona
de posesión se trasladó a Aquisgrán o gría— recibió la famosa corona de como que «personificaba» la realeza.
Frankfurt, y la corona se usó con más manos del papa Silvestre II, junto con Las joyas que la decoraban deberían
frecuencia. el título de rey. ser, más que materiales, espirituales. El
Confeccionada en formato octogo- Era una obra de rara perfección, propio San Esteban hizo un elenco de
nal y enriquecida a lo largo del tiempo, hecha de oro fino en forma de se- diez florones-virtudes con los cuales se
las doce piedras que adornan su parte miesfera y con incrustaciones de gran debía honrar la Santa Corona de Hun-
frontal simbolizan los cimientos de la cantidad de gemas y perlas. Rematada gría. Entre ellos figuraban la fe, el amor
Jerusalén celestial (cf. Ap 21, 19-20), con una cruz latina, estaba decorada a la Iglesia, la fidelidad, la valentía, la
modelo perfectísimo de sociedad al con esmaltes y figuras que representa- prontitud, la cortesía y confianza de los
que el Sacro Imperio debía asemejar- ban a Jesús, la Virgen, los Apóstoles, príncipes y demás nobles, la paciencia
se. Las figuras en esmalte que repre- algunos mártires y ángeles. y la justicia, los buenos consejos, la
sentan a Jesucristo, David, Salomón, En 1702 el emperador de Orien- oración e incluso la riqueza cultural lle-
Ezequías e Isaías, así como la natu- te, Miguel Ducas, le obsequió al rey vada a la nación por los inmigrantes.2
raleza de las gemas que las rodean y húngaro Geza II otra corona, abierta y La Santa Corona era tratada por el
evocan el pectoral del sumo sacerdote de estilo bizantino, también muy pre- pueblo como una persona real, con ju-
de la Antigua Ley, subrayan el valor ciosa. Veinte años más tarde, las dos risdicción, palacio, oficiales y guardias
moral y sagrado de esta corona. diademas se fundieron en una sola, propios. Profanarla era, además de un
crimen de lesa majestad, ¡un sacrile-
Joya que «personifica» la realeza gio! Los reyes sólo eran considerados
Quizá ninguna otra joya tenga una La Santa Corona como tales después de su coronación,
historia tan curiosa como la Santa Co- y únicamente a partir de entonces sus
rona húngara. de Hungría como actos se hacían legítimos y definitivos.
Las leyendas nacionales la vincu- que «personifica» la No obstante, tal veneración no im-
lan a la memoria del terrible Atila, rey pidió que la Santa Corona enfrentara
de los hunos, que era considerado por realeza; profanarla era, a lo largo de los siglos sorprendentes
los húngaros, con cierta razón, como vicisitudes, en medio de guerras y
uno de sus antepasados. Se cuenta además de un crimen convulsiones políticas y sociales. Fue
que, poco antes de devastar la ciudad arrancada de su santuario, entregada
de Roma, un ángel fue enviado para
de lesa majestad, por traición, sacada fuera del país,
detenerlo, prometiendo a sus un sacrilegio vendida y comprada de nuevo, perdi-
descendientes una corona de da y reconquistada, y hasta enterrada
duración infinita, otorgada al pie de un árbol, circunstancia que
por el Sucesor de hizo que se inclinara hacia el lado de
los Apóstoles. Santa Corona de Hungría - la cruz que la remata.
Verídica o no, Parlamento de Budapest
esa predic-
Prueba de amor a la monarquía
ción se Bellísimas ceremonias y venerables
costumbres nacieron en torno a las co-
ronas. Sin embargo, entre las monar-
quías que han sobrevivido al curso de
la Historia, la inglesa es de las pocas
que aún realiza solemnes coronacio-
nes y quizá sea la única que conserva
CSvBibra (CC by-sa 3.0)

gran parte de los ritos antiguos. Esta


tradición floreció con San Eduardo el
Confesor, teniendo raíces católicas,
por tanto, a pesar de ser actualmente la
ocasión en que se inviste al jefe de la
Iglesia cismática anglicana.

 Sumario 24      Heraldos del Evangelio · Noviembre 2022


Desde el siglo XIII, la Corona de Sin embargo, su adorno más her-
San Eduardo fue usada en diversas moso es el zafiro que la remata, cuyo
consagraciones. Infelizmente, su ver- azul centelleante parece concentrar
sión original, conservada como una la inmensidad del firmamento y nos
santa reliquia en la abadía de Wes- recuerda la morada celestial. A través
tminster, acabó siendo fundida por de la corona, símbolo de la realeza, el
Oliver Cromwell en 1649, durante la Cielo se presenta unido a la tierra por

Falk2 (CC by-sa 4.0)


temporaria instauración de la repúbli- la cruz, rememorando el origen divi-
ca en Inglaterra. En 1660, empero, la no del legítimo poder temporal.
monarquía fue restaurada bajo Car-
los II, quien decidió fabricar otra dia-
Una corona imperecedera
dema regia basada en la anterior. Hon- El punto que quizá sintetice la belle-
raba así la memoria de San Eduardo y za de todas las coronas considera-
simbolizaba el vínculo de su corona das en este artículo, más valio-
con el pasado británico. so que cualquiera de las joyas
Muchas de las joyas reales vendidas que las componen, es sin duda
durante la república fueron compradas su simbolismo. «Admirable,
por monárquicos y después restituidas legítimo y profundo poder de
a la nueva corona. Por eso, la Corona los símbolos», ponderaba sa-
de San Eduardo que hoy conocemos, Corona Imperial de Austria - Tesoro
con sus más de cuatrocientas piedras Imperial del Palacio Hofburg, Viena
preciosas y semipreciosas engastadas Todos nosotros, los
en oro macizo, constituye una pieza de la eternidad. Sic transit gloria mundi…
valor incalculable, un eco de la Edad bautizados, somos Pese a ser indiscutiblemente bellas y
Media en pleno siglo XXI y una afir- príncipes herederos simbólicas, las coronas que aquí hemos
mación categórica del amor de los in- mencionado fueron o serán olvidadas;
gleses por la realeza. del Cielo, a quienes les marcaron los anales de la Historia, pero
terminarán en el ocaso de los tiempos. A
Eslabón entre el Cielo y la tierra ha sido reservada una cada uno de los hombres, no obstante, le
Numerosas coronas más habrían de ha sido reservada «la corona inmarcesi-
ser consideras también. Al no permitir-
«corona inmarcesible ble de la gloria» (1 Pe 5, 4), que el su-
lo los ajustados límites de estas líneas, de la gloria» premo Pastor concederá a los que hayan
invitamos al lector a dirigir, finalmente, sido fieles hasta la muerte.
su atención a la que tal vez sea la más Por consiguiente, a nosotros se
bella de todas: la Corona Imperial de biamente el Prof. Plinio Corrêa de Oli- dirige esta recomendación del Apo-
Austria. Confeccionada en 1602 por veira, «negado solamente por quien no calipsis: «Mantén lo que tienes,
Rodolfo II como joya de uso personal, tiene inteligencia para comprenderlo, o para que nadie se lleve tu corona»
pasó al tesoro del Sacro Imperio Roma- quien quiere destruir las altas realida- (Ap 3, 11). 
no Germánico y, después del Congreso des que estos símbolos expresan. Y ¡ay!
de Viena, al del Imperio austríaco. del país en que —cualquiera que sea la
Riquísima, pero de trazos suaves forma de gobierno […]—, la opinión 1
Los datos históricos contenidos en
—casi se diría «paternales»—, su base pública se deja engañar por demagogos este artículo están basados en la obra:
está constituida por un anillo de oro vulgares, endiosando la trivialidad y CHAFFANJON, Arnaud. La merveilleuse
histoire des couronnes du monde. Paris:
con ocho florones, decorado con perlas simpatizando sólo con lo que es banal,
Fernand Nathan, 1980.
y piedras preciosas. De su interior se inexpresivo, común».3
eleva una mitra dividida en dos partes, Y no podemos dejar de considerar el
2
Cf. ROHRBACHER, René François. Vi-
das dos Santos. São Paulo: Editora das
compuesta de oro, perlas y bellos es- aspecto más elevado de ese simbolis- Américas, 1959, t. XV, pp. 433-437.
maltes, que expresa el carácter sagrado mo. Todos nosotros, los bautizados, so- 3
CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. «Têm
del Imperio austríaco, continuador del mos príncipes herederos del más gran-
os símbolos, a pompa e a riqueza uma
Sacro Imperio Romano Germánico. dioso de los reinos: el de los Cielos, que função na vida humana?». In: Catolicis-
Dos diademas engastadas con ocho Nuestro Señor Jesucristo vino a predi- mo. Campos dos Goytacazes. Año VII.
diamantes completan el conjunto. car a fin de elevar nuestras vistas hacia N.º 82 (oct, 1957); p. 5.

Noviembre 2022 · Heraldos del Evangelio      25 Sumario 

También podría gustarte