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NA
neo Barcelonés
BIBLIOTECA

56893
n.
207
TV
1

1
TESORO DE AUTORES ILUSTRES.

LA CABAÑA DEL TIO TOM .


Ateneu Barcelonès
BIBLIOTECA

N. ° 56893
Arm . Zor
Prest .
76

LA

CABAÑA DEL TIO TOM.


NOVELA ESCRITA EN INGLÉS

por

M. Harriet Beecher Stowe.


Y TRADUCIDA AL CASTELLANO

por A. A. Oubuela,

BARCELONA
POR D. JUAN OLIVERES , IMPRESOR DE S M, -
CALLE DE ESCUDELLERS , N. 57 .

1853 .
1

R.56893
CARTA DEL TRADUCTOR

A Ms. HARRIETT BEDCHER STOWE,

despues de haber leido su novela

UNCLE TOM'S CABIN .

Paris, octubre 12 de 1857.


seÑORA MIA :

Desde que disperté al mundo de la inteligencia, desde que


pude comprender hasta aue punto es inestimable la libertad
del indivíduo, siempre ne odiado ardientemente esa criminal
institucion , LA ESCLAVITUD, que en mengua de la humanidad
aun permiten algunas naciones de las que se consideran
ocupando un alto puesto en la escala de lacivilizacion . Edu
cado en una colonia española , la isla de Cuba ; familiarizado
desde niño con el ¡ ay! del esclavo y la crueldad de los amos...
no por esto he podido mirar con indiferencia la tortura ter
rible en que gime escarnecida una gran parte de la desven
turada raza de color en aquel pueblo ; lejos de eso, allí mę
hice abolicionista , allí aprendi a compadecer al esclavo , alli
me hice negrófilo , y tengo el mayor placer en repetir en alta
voz , soy abolicionista por la intima conviccion de mi con
ciencia y de mis sentimientos.
Despues visitando una parte del Sud de los Estados -Unidos,
fué grande mi sorpresa al ver que hasta en el verdadero ba
luarte de la libertad del hombre, tambien la raza de color se
lamenta y sufre bajo el influjo de una bárbara preocupacion
que felizmente va destruyéndose por la luz de la humanidad y
- 6

de la inteligencia : alli víde relieve los tristes cuadros que


tan fielmente traza M. Beaumont en su Maríu , y Vd. en su
UNCLE TOM'S CABIN.
Cuando llegó á mis manos la obra que Vd. acaba de leit á
luz con ese título, devoré sus páginas, y las lágrimas que me
ha arrancado esta lectura, son el atestado mas expresivo de
la identidad de sentimientos que nos une , lo bien escrito é
interés de las escenas y el reconocido mérito de la novela.
Vd. , señora mia, ha sabido hablar al corazon hiriéndole en
lo mas delicado de sus fibras. En todos los idiomas conoci
dos se han arrojado maldiciones sobre los miserables trafi
cantes de carne humana, se ha denunciado como crimen
horrible la esclavitud , como degradante é infame la trata de
>

los negros ; pero á su pluma de oro le ha estado reservado el


privilegio de propagar con su novela el gérmen puro y santo
que ha de fructificar en breve para consuelo de la raza afri
cana y honra de la moderna civilizacion .
La corona del lauro que tan bien ha sabido Vd. ceñirse,
se conservará inmarcesible entodas las generaciones venide
ras las que tambien bendecirán el nombre de tan filantró
pica escritora. Muy loable es el pensamiento de Vd. , tan
>

hábilmente desenvuelto bajo las formas de novela : soy el


primero que la traduce en lengua castellana y que tiene la
satisfacción de publicarla en este idioma , como testimonio
de la estimacion que me merece y de que tengo un placer
en ofrecerme , señora , con el mayor respeto , su mas sincero
amigo.

Q. B. S. P.
A. A. DE ORIHUELA .
LA

CABAÑA DEL TIO TOM .

CAPITULO PRIMERO.

DONDE EL LECTOR HACE CONOCIMIENTO CON UN HOMBRE MUY


HUMANO.

Por el mes de febrero último, en uno de sus dias mas frios, dos
gentlemen sentados, con el vaso en la mano, en un magnífico come
dor de una casa del pueblo de P ... en el estado de Kentucky, dispu
taban con mucho calor sobre un objeto de grande importancia. Nin
gun criado estaba presente .
Por la facilidad del lenguaje hemos dicho dos gentlemen , sin em
bargo, uno de ellos, examinado con atencion , no parecia pertenecer
á tal categoría. Era pequeño y regordete, y tenia un semblante co
mun y grosero; por su aspecto pretencioso y ordinario demostraba
ser un hombre de clase baja que trata de confundirse con las perso
nas de la alta sociedad .
El chaleco, mezclilla de colores encendidos , la corbata negra con
puntos amarillos y el lazo muy abierto estaban en perfecta armonía
con su aire de arrogancia. sus manos grandes y ásperas estaban
adornadas con muchos anillos. Por la parte esterior del chaleco lucia
una pesada cadena de oro, de la que pendian multitud de diges de
todas clases, los cuales, en elardor de la discusion, teniacostumbre
de sacudirloscon placer.El lenguaje que usaba,pocodeacuerdo
con los preceptos de la gramática de Murray iba siempre salpicado
de locuciones y modismos especiales, que aunque quisiéramos ser
exactos no nos atrevemos á transcribirlos.
El compañero de ese personaje, M. Shelby, tenia, por el contrario ,
- 8 CE

todas las apariencias deun verdadero gentlemen : por otra parte, su


vestido, y el mobilario de la casa manifestaban lujo y opulencia.
Concluiré ese negocio de la manera dicha, dijo M. Shelby .
No puedo aceptar el contrato bajo esas condiciones; de veras,
no puedo, respondió el otro contemplando atentamente un vaso de
vino entre sus ojos y la luz .
¡ Y por qué no Es cierto que Tom es un esclavo que no tiene
igual, que ninguna suma es equivalente á su mérito : es fiel, hon
rado , hábil, y dirije mi fundo como un reloj.
-Honrado, sí, en cuanto puede serlo un negro, replicó Haley lle
nando un vaso de aguardiente.
No, yo hablo con toda formalidad : Tom es bueno, escelente,
sensible , y por último un criado piadoso. Se ha vuelto cristiano hace
cuatro años , en la última mision religiosa ( 1) y es positivamente sin
cero y leal. Desde entonces le be confiado todo lo que poseo : mi di
nero, mi casa, mis caballos; le he permitido recorrer el país y siem
pre lo he encontrado en todo verídico y exacto.
-

Muchas personas no creen que haya negros piadosos ; pero yo


sí lo creo. Yo tenia un esclavo, que lo conipré el año pasado en Nueva
Orleans, y era tan pacífico y tranquilo como si acabase de oir á los
misioneros. Tambien realicé con él la suma de doscientos dollars (2),
porqae su amo tuvo necesidad de venderlo. En conciencia, yo con
sidero la religion, cuando es un artículo puro y sin mezcla, como una
cosa escelente entre los negros.
-Tom será un digno compañero del vuestro ,respondió M. Shelby.
El otoño pasado, enviándole solo á Cincinati (3) para terminar mis
negocios y que me trajese quinientos dollars, le dije : « Tom , tengo
confianza en Vd . porque Vd. es cristiano y sé no es Vd . ingrato ;
estoy cierto de que Vd. volverá. Vaya Vd. • Algunas malas cabezas
aconsejáronle que se huyese al Canadá , y él respondió : «Mi amo se
ha fiado de mí, yo no puedo. » Lo confieso, me es sensible separar
me de él ; Vd. debe tomarle en pago de toda mi deuda, y Vd. acep
tará mi proposicion si tiene un poco de conciencia .
-

- Tengo sin duda mas conciencia que ninguno de los que hacen
el comercio, y reuno todas las condiciones necesarias para poder
prestar un juramento, dijo tartamudeando el corredor. Estoy dis
puesto a todo lo que es razonable , cuando se trata de servir a los
amigos ; pero Vd. lo sabe muy bien , el comercio de esclavos anda
mal, muymal este año .
¿ Cuánto quiere Vd. dar? dijo M. Shelby despues de un rato de
silencio .
¿ Tiene Vd . algun criollito ó criollita que añadir á Tom ?
- Jum, ninguno de quien quiera desprenderme . Es verdad que no
puedo desprenderme de ninguno de mis operarios. En efecto, la ne
cesidad solamente me obligaria á vender.

(1) De tiempo en tiempo, en los Estados-Unidos, los negros de diversos fun


dos se reunen en uu sitio dado, donde establecen tiendas y pasan algunos dias
en oir sermones .
( 2 ) Pesos fuertes .
(3) Estadolibre de donde Tom podia fugarse.
9

En este momento se entreabrió la puerta del comedor, y un mucha


chito cuarteron como de cuatro á cinco años se presentó en la sala.
Tenia un semblante notablemente hermoso y simpático. Los cabellos
negros finos como la seda le caian en grandes bucles sobre el cue
llo, grandes ojos negros llenos de dulzura y espresion , lanzaban á tra
vés de largas pestañas miradas curiosas por toda la habitacion. Una
blusita de tafetan rosado, muy aseada , hacia resaltar aun mas la be
lleza del niño. Cierto aplomo cómico , alegre á la par que modesto,
revelaba desde luego que estaba habituado a las caricias de su amo.
M. Shelby tomó un puñado de pasas, y arrojándolas á su lado ' le
dijo :
í Jim Crow, recógelas !
El niño se precipitó con todas sus fuerzas, y esto hizo reir mucho
á su amo .
- Vamos, ven acá.
El se acercó a su amo , quién pasándole la mano por los cabellos ,
le dió una palmadita sobre la mejilla.
Jim , prueba á este gentlemen que sabes cantar y bailar.
Inmediatamente el niño entonó, con voz clara y vibrante, uno de
esos cantos salvages y, grotescos acostumbrados entre los negros. Al
mismo tiempo con los brazos, las manos, y todo su cuerpo hacia con
torsiones cómicas y grotescas en armonía con la música.
Brabo I dijo Haley dándole un pedazo de naranja .
Jim, camina como el viejo tio Cudioc, cuando tiene el reu
matismo .
En el acto, sus flexibles miembros representaron la deformidad y
ladislocacion mas completa. Con la espalda encorbada, apoyándose
sobre el baston de su amo, contrayendo el semblante, camino pau
sadamente al rededor de la sala escupiendo á izquierda y derecha
como un verdadero viejo. Los dos espectadores prorrumpieron en
carcajadas.
- Jim , enseñanos como el viejo Elder Robbins dirige el canto de
los salmos.
El niño alargó cuanto pudo la cara, y de un modo admirable em
pezó el cántico de un salmo con la mas imperturbable gravedad .
i Hurrá ! ; brabol esclamó Haley, ese chico me conviene; quo
venga ese chico tambien , le dijo tocándole suavemente en la espalda
á M. Shelby , y por concluido el asunto en cuestion .
Al mismo tiempo , empujada dulcemente la puerta dió paso á una
jóven cuarterona que contaria de edad unos veinte y cinco años
No era preciso sino haber echado una mirada al niño para cono
cer que aquella que acababa de entrar era su madre. Ella tenia los
mismos ojos negros, sombríos, y resguardados por bellísimas pesta
ñas. El color algo cobrizo de su tez no se opuso á que se coloreasen
sus mejillas con el rubor que esperimentó al ver la mirada pene
trante, llena de admiracion que le lanzó el estraño. El trage que ella
vestia favorecia en mucho su natural belleza .
Las manos muy finas, el pié pequeño, un talle delicado, eran par
ticularidades que no podian ocultarse al ojo de lince de un corredor,
-
10 -
acostumbrado por razon de su oficio á reconocer en una mirada las
bondades ó defectos de un artículo femenino .
¿ Qué se ofrece , Elisa ?
En seguida el niño, saltando de alegría, se le acercó enseñándole
las pasas que habia recogido en la falda de su blusa .
-Llévatelo , dijo M. Shelby.
Ella le tomó en brazos y salió inmediatamente.
¡ Por Jupiter ! esclamó el corredor, sorprendido, ese si que es
artículo bueno . Cuando Vd. quiera puede Vd. hacer su fortuna en
Orleans . He comprado desde que soy corredor miles de esclavos,
pero no he encontrado nunca una muestra como esa.
-
Yo no quiero hacer mi fortuna,dijo con un tono seco M. Shelby.
Y despues para variar la conversacion , destapó una botella de vino
y le pidió al corredor su parecer.
-

i Escelentel ; de primera calidad! Veamos (por cuánto quiere


Vd. vender esa mujer ? cuánto debo darle por ella ?
Señor Haley ; no está de venta ; mi mujer no la cederia por sus
monedas de oro.
¡ Bah ! ; bah 1 Las mujeres siempre dicen eso . Ellas no saben
calcular . Pero enséñeseles unos cuantos relojes, cadenas, sortijas y
demas prendas que pueden comprar con las piezas de oro y al ins
tante cambian de opinion .
Le repito á Vd. Haley que no hay que hablar mas de eso. Lo
digo á Vd., nó, de una manera muy positiva.
- Pero me dará Vd . á lo menos el hijo . Vd. ha debido notar que
me ha gustado mucho su hermosura y su gentileza.
-¿De qué podria servirle á Vd . ?
¿ De qué ? Tengo un amigo que este año se ha dedicado á ese
-

ramo de comercio , y necesita algunos muchachillos bonitos para


sostener su empresa. Es un artículo de fantasía que llama mucho la
atencion en su almacen . Se le vende á los ricos que lo pagan muy
caro, para dedicarlos á lacayos, abrir las mamparas, acompañar y
esperar á sus amos. Nosotros ganamos mucho con ellos ; y ese chi
quitin tan cómico y con tan enas disposiciones para músico, es
justamente un articulo que me hace falta .
No quiero venderle por lo mismo, dijo M. Shelby con un aire
meditabundo . Soy humano y no quiero arrancar los hijos á las ma
dres.
- ¡Vamos, ya convendrá Vd. en ello ! Cierto es que hay algo de
.

verdad en los sentimientos de Vd . Comprendo perfectamente, que es


en efecto muy desagradable afligir á las mujeres. Aborrezco las es
cenas de dolor y de desolacion . De hecho eso es muy triste ; tambien
cuando trato de negocios las evito todo lo posible. Mas ¿ qué suce
derá ? Una ó dos semanas despues que el chico haya desaparecido,
las cosas vuelven a su calma habitual, y todo continua como antes .
Para apaciguar a la señora, Vd. le comprará unos pendientes, un
vestido nuevo o cualquiera otra bagatela.
Eso no me sorprende.
¡ Dios sea loado! Dicen que este género de comercio está en
opinion con los sentimientos del hombre; yo no conciho eso . Es ver
11 -
dad que mi conducta es muy distinta de la de ciertos traficantes. Yo
no arranco como ellos los hijos de los brazos de las madres para po
nerlos inmediatamente en venta, con lo qu ; casi esponen a estas á
que se vuelvan locas . Es muy mala táctica, que si no echa a perder
la mercancía por lo menos la inhabilita para que pueda servir en
mucho ' iempo. He conocido en Nueva-Orleans una muchacha que
fué víctima de ese sistema . Un dia se le quiso arrebatar el hijo , y fu
riosa lo tomó en brazos lanzando terribles gritos que movian á com
pasion. El recuerdo solamente me hace temblar : cuando le hubieron
llevado el niño, á quien no volvió á ver mas, se volvió loca y murió
en el resto de la semana. Pérdida evidente de unos mil pesos. Vale
mas que los negocios se hagan con humanidad, este es el fruto de
mi esperiencia.
El corredor se recostó sobre la silla, cruzó los brazos satisfecho de
las ideas que acababa de espresar, considerándose aparentemente
como otro Wilberforce.
Despues como arrastrado por la fuerza dela conviccion, se levantó
y añadió estas palabras :
-

No me gusta que el sastre mismo celebre el paño, pero he di


cho eso porque es la realidad:he sido uno de los que han conducido
los mejores rebaños de esclavos , no una vez sino ciento: loshe tratado
de tal manera, que no solo los he conservado gordos y rollizos, sino
que jamás he sufrido la menor merma.Es cierto que eso depende de
mi sistema peculiar de cuidarlos . Si señor, la humanidad es la prin
cipal base de mi sistema .
M. Shelby no sabiendo que responderle, contestó :
- Justamente ,
He sido indiscreto, señor mio, porque he hablado tal vez dema
siado de mi táctica con respecto a los esclavos, lo cual ni es vulgar
ni comun, pero, que quiere vd., no puedo prescindir de su práctica.
Con esto me he proporcionado pingües beneficios; y como se suele
decir, mas sabe el loco en su casa que el cuerdo enla agena.
Y se echó á reir de la ocurrencia.
Como había algo de original en los principios humanitarios que
aquel acababa do emitir, M. Shelby no pudo menos que reirse tam
bien. Acaso no suceda lo mismo al lector, pero el sabe que la huma
nidad toma en nuestros dias formas bien extrañas, y que no hay sin
gularidad que no diga y haga un filántropo.
La risa de M. Shelbyanimó al corredor.
– Muy estraño es, añadió, que yo no haya podido nunca alcanzar
que penetren estas ideas en la cabeza de los demas. Tom Loker, hijo
de Natchez, mi antiguo compañero, es un escelente hombre, pero
terrible para los negros, y sin embargo puedo asegurar , que hombre
mas bueno no come pan en el mundo. Yo le decia continuamente :
-¿Porqué, Tom , cuando tus esclavos se quejan , les colmas de la
tigazos? Esto no está bien , eso es ridículo. No adviertes que sus
gritos no tienen nada de peligrosos , que es la naturaleza que se ma
nifiesta , y que si no toma esa via , tomará otra ? Ademas , con eso los
enfermas, los debilitas, y despues ni el mismo diablo podria obli
garlos á trabajar . ¿Porqué no eres bueno con ellos y les tratas con
12

dulzura ? Un poco de humanidad te proporcionará á la larga mas be


neficios, que esas amenazas y esos castigos. Pero Tom no ha querido
hacer caso de mis consejos, los ha despreciado y, me he visto en la
precision de romper con él, aunque ha sido unode mis mejores com
>

pañeros en los negocios, y un'escelente camarada .


-¿Ha conocido Vd. que su método era mejor que el de Tom Loker ?
-Si señor, evito como he dicho ya las escenas desagradables,
como por ejemplo, arrancar los hijos de los brazos de sus madres y
ponerlos en venta. No señor : yo los tomo cuando están fuera de la
vista de los padres, ó en el momento en que ellos no se lo presumen .
Así que el negocio está concluido, todo sale bien ; como no queda otro
remedio para ellos, acaban por conformarse con su suerte. Vd. sabe
muy bien que los negros no son como los blancos, pues que éstos
siempre conservan la idea de volver á ver á sus padres ó a sus her
manos ; aquellos por el contrario , una vez vendidos se acabó la es
peranza ; y esto da los mejores resultados facilitando admirablemente
las operaciones .
Creo que no será tan fácil llevarse los mios.
Yo no lo creo . A Vd. le sirven perfectamente, pero no es ni por
amistad ni por afeccion. Un negro que ha rodado por el mundo,mas, hoy
esclavo de Tom mañana de Dick y Dios, sabe despues de cuantos
no puede abrigar en su pensamiento la idea de la ternura , porque no
puede p. ometérsela de los que tienen derecho a descargar el látigo
sobre susespaldas. Me atrevo á asegurar á Vd. señor Shelby quela sus
negros irán á una casa en que serán tan bien tratados como en de
Vd. Naturalmente cada uno se elogia á sí mismo ; pero puedo asegu
rar que en cuanto á mí trato á los negros mejor de lo que ellos me
recen .
- Me alegro mucho, dijo M. Shelby, haciendo un movimiento de
hombros y dando ligeras señales de disgusto.
Por lo tanto , que determina Vd.?
Negocio concluído, hablaré de ello á mi señora. Por otra parte ,
Haley, si se ofrece ocasion de hablar delasunto, le sughico a Vd.que
no diga una sola palabra, porque podria llegar a conocimiento de los
mios, y seria muy dificil echar å ninguno de mis esclavos , se lo
juro á Vd .
Ciertamente, me callaré . Quisiera saber lo mas pronto posible la
decision de este negocio, dijo Haley levantándose y poniéndose el
gaban.
Bien, vuelva Vd. esta tarde entre seis y siete y Vd . sabrá la res
puesta. El comprador hizo un saludo У salió.
-- Hubiera tenido un placer en arrojarle por la escalera, dijo entre
-

si M. Shelby así que vió la puerta cerrada. Imprudente, como conoce


la ventaja que tiene sobre mí. Si alguien me hubiese dicho: llegará
dia en que vend : Vd. á Tom á alguno de esos viles traficantes de
Sud , yo le habria respondido :«¡ Es mi criado algun perro para que
yo consienta en ello ? Y sin embargo vendono solamente á Tom sino
tambien al hijo de Elisa; Tendré por esto algunas cuestiones con mi
mujer . ¡Oh Dios mio ! Estoy lleno de deudas. Bien conoce el corredor
mi situacion .
-
13
Agradable será conocer las causas que influyen en que la esclavi
tud sea menos cruel en el estado de Kentucky. El predominio de los
trabajos agrícolas, bajo una temperatura igual y dulce, es grande en
ese país en que las estaciones periódicas no traen consigo cambios
bruscos y violentos que exijan un trabajo precipitado y rudo ; por
consecuencia el negro se conserva mas fuerte y goza de mas salud ;
sobre todo cuando el dueño, contento con un módico beneficio , sin
ser cruel, guarda alguna proporcion entre los intereses de esos seres
desgraciados que gimen en esclavitud , y sus ganancias, como gene
ralmente sucede .
Cualesquiera al visitar un fundo, viendo la indulgencia bienhecho
ra de sus propietarios y la leal afeccion de los esclavos, se siente in
.clinado á creer en la leyenda de la institucion patriarcal . Desgracia
damente, esta escena está á cubierto de una sombra espantosa, la
sombra de la ley . Hace tanto tiempo que la ley considera á esos se
res que tienen un corazon que late, y un alma que siente como sim
ples cosus que pertenecen a un individuo ; tanto tiempo que una falta,
un accidente , una imprudencia ó la muerte de un buen amo, puede
de un momento al otro cambiar la dulce proteccion en desoladora mi
seria , que es imposible obtener buenos resultados en la administra
cion de la esclavitud mejor reglamentada .
M. Shelby era un escelente hombre, dotado de buenos sentimien
tos, muy indulgente respecto de los que le rodeaban ; jamás habia mi
rado con indiferencia lo que podia contribuir al bienestar de los es
clavos de sus posesiones. El habią puesto en planta diferentes espe
culaciones de las que la mayor parte habian fracasado. Las deudas
fueron consecuencia de esas operaciones, y de sus pagarées gran nú
mero se encontraban en manos de Haley, con lo que queda explicada
la conversacion precedente.
Como hemos visto, Elisa pasando cerca de la sala en que estaban
los interlocutores, habia podido oir lo suficiente para comprender que
un corredor hacia á su amo proposiciones de compra .
Cuando ella salió de la sala se hubiera creido dichosa con poder de
tenerse á la puerta, si su ama justamente no la hubiese llamado en
aquel momento .
Sin embargo creyó haber comprendido que se trataba de su hijo.
A esta idea el corazon se le oprimiú é involuntariamente apretó tanto
entre sus brazos á Harry, que éste la miró con la mayor sorpresa.
Distraida y preocupada virtió la cofaina, confundió la labor que
estaba sobre la mesa, y por último presentó a su alma una bata en
lugar delvestido de seda que le habia pedido.
- Elisa , hija mia qué es lo que le apesadumbra? Le preguntó
aquella .
Elisa se estremeció .
¡Oh! ¡señoral... esclamó ella . Despues levantando los ojos al
cielo se le inundaron de lágrimas .
¿ Qué tienes , Elisa , hija mia ? ¿ Qué te sucede ?
- ¡Oh , señora ! ¡ Oh, señora ! Está en el comedor un señor que ha
bla con el amo . Yo lo he oido .
2
- ¿ Y bien ?
14

El amo quiere vender mi Harry! y la pobre madre se echó á


llorar amargamente .
¡Venderle!Nó hija . Tú sabes que jamás tu amo se entenderá con
esos compradores del Sud, y que nunca venderá á ninguno de sus
esclavos,miéntras que éstos secomporten bien . ¿Porqué suponer que
él quiere vender á tu Harry ? Vamos, ánimo, péiname como el otro
dia y no escuches en lo adelante detras de las puertas.
Vd señora , no dará su consentimiento, ¿no es cierto?
Sin duda ninguna: ¡ cómo habria yo de permitirlo! ¡Vender á uno
de mis criados ! ¿Porqué perder el tiempo hablando mas de eso? Pero ,
á fé mia, Elisa , estás orgullosa con tu hijo. Como venga un hombre
á casa ya te figuras que viene á comprarlo.
Tranquilizada por el tono persuasivo de la señora Shelby, Elisa
acabó de peinar á su señora con el mayor esmero, riéndose ella mis
ma de lo infundado de sus temores .
La señora Shelby, era una mujer muy distinguida tanto por sus
sentimientos como por su inteligencia . A su carácter generoso y
magnánimo, distintivo general en las mujeres de Kentucky, reunia
los principios severos de buena moral, fortalecidos por una práctica
religiosa constante. Su esposo aunque de un caráctermas anti-religioso
respetaba mucho las opiniones de su mujer . Verdad es que permitia
entera libertad al generoso empeño de aquella por el bienestar y la
instruccion de los esclavos. El no creia en la eficacia de las obras que
se piden por intercesion de los santos; juzgaba a su modo, que su
esposa tenia sobrada piedad para conducirle al cielo con ayuda de
sus muchas virtudes por cuya práctica él no se esforzaba mucho.
La neces dad de hablar con su mujer sobre los arreglos proyec
tados en la conversacion que tuvo con el corredor era un pesado
fardo para su imaginacion , que de antemano le presentaba los obstá -
culos Уy las objeciones con que estaba seguro que habria de luchar.
La señora Shelby ignoraba absolutamente la posicion embarazosa
de su esposo , y conocedora de la bondad de su corazon, era dema
masiado sincéra en la incredulidad con que habia oido las sospechas
de Elisa . Así es que no tardó en olvidarlas, no ocupándose mas que
de los preparativos para una visita que debia hacer.

CAPITULO II .

LA MADRE ,

Elisa habia sido educada desde niña por su ama, de quien cons
tantemente recibió las mayores muestras de distinción y de cariño.
Cualquiera que haya viajado por el Sud ha podido notar el aspecto
- 15 -
distinguido que caracteriza á las mulatas y á las cuarteronas , la dul
zura de su lenguage y lo amable de sus maneras. A estas dotes na
turales reunen siempre las últimas hermosura y esterior agradable.
Elisa no es una creacion de la fantasía. Nosotros la hemos pintado
tal como la hemos visto en Kentucky hace algunos años, bajo la sal
vaguardia tutelar de su ama . Ella creció libre de las tentaciones que
trae consigo la belleza, herencia muy fatal para el esclavo . Elisa es
taba casada con Jorge Harris , mulato, jóven de mucho talento y es
clavo en una de las posesiones vecinas.
Su amo le habia puesto á jornal en una fábrica de sacos de tela ,
donde le estimaban como el mejor de los operarios por su inteligen
cia y habilidad. Jorge Harris, habia inventado una máquina para
limpiar el cáñamo, que á tener en cuenta la condicion del inventor
y lo humilde de su nacimiento, demostraba tanto ingenio mecánico
como Wbilney en su máquina de demostar algodon.
Jorge, inteligente, amable y simpático habia sabido captarse todas
las voluntadesen la fábrica ; empero como ante la ley él no era un
hombre, sino que estaba considerado como cosa , sus distinguidas
facultades hallábanse bajo la potestad domínica de un amo estúpido
y tirano. Este habiendo oido hablar de la famosa invencion de su
siervo , montó á caballo y fué á visitar la creacion de esa inteligente
cosa . El amo fué recibido con grandes distinciones por el dueño de
la fábrica, quien le felicitó mucho por la posesion de un esclavo de
tanto mérito, Jorge mismo condujo á su señor con la mayor satisfac
cion en la inspeccion de las máquinas ; con la cabeza erguida hízole
cuántas esplicaciones creyó oportunas respecto de la suya , y habló
con tanta propiedad y maestria, que su amo oyéndole con la mayor
atencion y siguiendo con su mirada los menores movimientos del mu
lato no pudo libertarse de esperimentar un sentimiento natural de
inferioridad. ¿ En qué pararia este esclavo, si recorriese el país in.
ventando máquinas y levantando la cabeza tanto como un caballero!
Murmuró entre sí ; pero, añadió, es menester contenerlo en sus justos
límites, y cuando yo necesile que él maneje el azadon y el hacha ve
remos en lo que paran esos humos . En consecuencia de esta reflexion
reclamó los jornales que habia ganado Jorge y con asombró general,
manifestó que se lo llevaba.
Pero, señor, le observó el fabricante, i no será por el mo
mento !
Y que tendria de particular, &mi esclavo no me pertenece ?
-
Ya , pero estamos dispuestos a aumentarle el sueldo .
Es inútil , no tengo necesidad de alquilar mis operarios.
Pero, señor, esta ocupacion en que le tengo parece hechapara él.
- Puede ser ; el caso es que jamás ha sido capaz para nada de lo
que yo le he encargado .
¡ Y que haya inventado una máquina como esa ! esclamó mali
ciosamente uno de los obreros .
- i Buena ocurrencial dijo el señor, i una máquina para econo
Į mizar el trabajo 1 habiendo negros ¿ de qué sirve eso ? ¿ Cada uno de
ellos no es una máquina ?
Jorge quedó como petrificado al oir la repentina determinacion de
- 16
su amo, determinacion a la que ya sabia era imposible resistir . Cruzó
los brazos y se mordió los labios, pero un volcan fermentaba en su
pecho y una llama devoradora circuló por sus venas . Contuvo un
sentimiento de indignacion que brillaba en sus cjos encendidos ;
estaba ya próximo á revelarse en su semblante la cólera que le agi
taba , cuando el buen fabricante, tocándole suavemente en el brazo
le dijo a media voz :
Vaya, Jorge, cede y vete con él , que yo me encargo de sacarte
de su poder .
El tirano notó el aparte y comprendió perfectamente su sentido ;
fijándose por lo mismo más enérgicamente en la resolucion que
habia tomado de emplear todo su poder sobre la pobre víctima .
En efecto, llevóse consigo á Jorge y le condenó á los trabajos mas
duros y mas penosos de su fundo. Aquel podia muy bien reprimir
toda palabra de insubordinacion, pero no podia nunca contener la
espresion del semblante de su siervo, que tan a las claras revelaba
que el hombre no puede realmente volverse cosa.
El matrimonio de Jorge habia tenido lugar durante su permanencia
en la fábrica. Como poseia la confianza de su patron entraba y salia
con toda libertad . Su union habia merecido la aprobacion de la se
ñora Shelby, quién , por una parte tuvo el mayor placer propio en
una señorade hacer un casamiento, y por otra, una verdadera satis
faccion en entregar su amable protegida á un hombre de su misma
clase y digno de ella bajo todos conceptos. Ambos recibieron la ben
dicion nupcial en el gran salon de la señora Shelby, quien adornó
con una corona de azahures los hermosos cabellos de su esclava y
le prendió el velo de novia con la mayor gracia y coquetería. Nada
faltó a estas nupcias : ni los guantes blancos , los buenos vinos, los
bizcochos, ni los convidados à admirar la belleza de la novia y la
indulgente liberalidad de su ama.
Por espacio de dos años Elisa vió con la mayor frecuencia á su
marido, y su felicidad no tuvo otras interrupciones que la pérdida
de dos hijos, aun en su infancia, a los que amaban apasionadamente.
Causó á la madre esa pérdida una pena tan profunda, que la señora
Shelby, cuya maternal solicitud se desvelaba por guiar hacia el cielo
esa alma ardiente, se vió precisada á reprehenderla dulcemente .
Con el nacimiento de Enrique,la pesadumbre de Ęlişa se moderó,
y su juvenil corazon volvió a fortalecerse a medida que se cicatriza
ban los dolorosas heridas que le causó la pérdida de los dos niños
primeros. Elisa fué dichosa hasta el instante en que su marido fué
arrancado de la fábrica por su legitimo amo .
Fiel á su promesa el fabricante, pocos dias despues de ese suceso
fué á ver al amo de Jorge, contando con que le hallaria mas calmado,
y empleó todos los argumentos que su imaginacion le sugirió, para
persuadirle de que le convenia especialmente que su esclavo volvieso
å sus anteriores ocupaciones .
- En vano es que Vd . quiera romperme la cabeza con nuevas ra
zones , respondió aquel brutalmente, se muy bien lo que debo hacer.
- Yo no he tratado de enseñarle á Vd ., ni ha sido esa mi inten
cion, señor mio, sino he creido que en vista de las reflexiones hechas
- 17
tendria Vd . interés en volver á alquilarme à Jorge bajo las condi
ciones propuestas .
-

Ya, ya entiendo. Las señales de inteligencia que Vd . empleó el


otra dia no se me han escapado ; pero eso no importa ; yo puedo
hacer lo que me de la gana ; estamos en país libre, soy amo de ese
mulato y puedo hacer de él lo que me parezca : está dicho
todo .
Así se desvaneció la última esperanza de Jorge : él no veia de
lante de sí, mas que un porvenir sombrío ; trabajos degradantes, mas
amargos aun por vejaciones constantes y los insultos del despotismo
de su amo .
Cierto jurisconsulto humanitario ha dicho : El peor castigo que se
puede dar á un hombre, es ahorcarle. ‫ ¡ܐ‬No ! ¡Al hombre le pueden
castigar con mas crueldad aun ! ...

CAPITULO III.

ESPOSO Y PADRE .

La señora Shelby acababa de salir ; Elisa, de pié bajo el colga


dizo (1 ) miraba tristemente alejarse el carruaje de su ama, cuando
sintió una mano que suavemente se posaba sobre sus hombros . Vol
vió la cara y la mas angelical sonrisa se asomó á sus labios.
-¿Eres tú Jorge ? ; Mehas causado miedo ! ¡ Oh qué dichosa soy
viéndotel La señora ha salido y no volverá hasta muy entrada la no
che, yo estoy libre ; ven á mi cuarto .
Dicho esto condujo á Jorge á una habitacion pequeña muy bonita ,
que se comunicaba con el colgadizo; era el cuartoen que eila traba
jaba ordinariamente, para estar pronta al llamamiento de su señora .
- i Que feliz soy ! Pero porque no te sonries ? porqué no miras
á nuestro Enrique? | Ves con la rapidez que crece ! ( El niño miraba
tímidamente a su padre, abrazándose á Flisa. ) No es verdad que
es hermoso ? añadió Elisa separando a su hijo los esposos bucles que
le caian sobre el cuello para besarlo .
i Ojala que no hubiese venido al mundo ! esclamó Jorge con
acento de amargura, yo mismo quisiera no haber nacido .
Elisa asustada por el tonode voz,de su marido,se sentó,descansó la
cabeza sobre los hombros de Jorge y bañáronse sus ojos de lágrimas.
- Elisa mia, soy muy cruel con hablarte de este modo. ¡ Pobre ni
(1) Vasta galeria cubierta colocada sobre el frente de las casas.
- 18 -
ñol dijo tiernamente. 1.Oh ! iporque me habrás tú conocido I sin mí,
acaso fuerais dichosos.
-Jorge, Jorge, ¿porqué dices esas cosas? ¿Qué te sucede? &qué es
lo que nos amenaza ? ¿ No hemos sido felices hasta estos últimos dias ?
Sí, lo hemos sido.... y colocando al niño entre sus rodillas , lo
contemplo largo tiempo fijos sus grandes ojos negros sobre las pupi
las de suhijo,mientras que pasaba sus dedos por entre los buclesde
sus cabellos.
-
-Es tu retrato Elisa, y tú eres la mas hermosa mujer que he vis
to y la mas linda de mis sueños. Pero ; ay de de mí!, Triste fatalidad
que nos hayamos encontrado !
¡ Oh, Jorge! es posible que tú digas eso ?
¡ Sí, Elisa ! en el mundo, todo es miseria , miseria, miseria. La
vida me es mas amarga que la hiel . Estoy condenado á padecer, á
padecer sin esperanza . Arrastrarte en mi ruina, he aquí todo lo que
puedo hacer por tí..¿De qué me sirve estudiar, aprender a hacer al
go ? ¿De quémesirve la vida ? , Oh quisiera morir !
Querido Jorge, es terrible lo que tú dices. Yo se lo que tú sufres
porque has perdido la colocacion que tenias en la fábrica,y tu amo es
muy duro; pero ten paciencia ,yo te lo ruego quién sabe ! ... Quizál ...
¡Paciencia ! dijo él interrumpiéndola ; i no la he tenido por tanto
tiempo ?... ¿He dicho una palabra, una sola palabra , cuando vinieron
á sacarme sin razon de un lugar donde todos me estimaban ? Yo he
entregado fielmente hasta el ultimo céntavo de mis ganancias y todos
han confesado que trabajaba mas de lo regular.
.

- Es verdad, que eso es mucho, dijo Elisa ; pero por otra parte él,
es tu amo .
Mi amo l ... ¿ Y quién le hado el derecho de ser mi amo ? Este es
lo que yo me pregunto. ¿ Cuáles son sus derechos sobre mí ? No soy
yo un hombre lo mismo que él : Valgo mas que él , sí; yo entiendo
los negocios mejor que el;yo soy mejor administrador que él, es
cribo y leo mejor que él. Y yo no le debo nada : todo eso, lo debo á
mí mismo; lo he aprendido solo , sin él, y á despecho suyo; y bien
¿ con qué derecho me alquila como si fuera una bestia de carga ?
¿ con quéderecho me arranca de las ocupaciones que desempeño me
jor que él mismo, para imponerme el ejercicio de un caballo ?...No
pretende sino humillarme,como el dice, y me condena con orgullo á
los trabajos mas penosos y degradantes.
- Jorge, Jorge, me haces temblar con tus palabras ; nunca me ha
bias hablado de ese modo. Tiemblo que te dejes arrastrar por algun
pensamiento terrible. Comprendo tus sentimientos; pero sé prudente,
yo te lo ruego, por mi amor, por el amor de Enrique.
– He sido prudente, he tenido sobrada paciencia, pero la situacion
va empeorando cada dia mas. El aprovecha todas las ocasiones en
que puede insultarme y humillarme. Pensaba poder desempeñar mis
trabajos, y en los instantes de descanso consagrarme al estudio y á
la lectura . Pero no me deja un momento mio , y cuanto mas cree que
puedo hacer mas mefuerza á ejecutar. Aunqueyono diga unapa
labra, sostiene que estoy poseido del diablo, y quiere , como él dice,
sacármelo del cuerpo ; pero que ande con cuidado, el dia que el me
19

nos se imagine, puede que salga el diablo, de un modo que no le sea


muy grato , ó yo me engaño mucho .
1 Ay de mil i Qué va a ser de nosotros ! esclamó dolorosamente
Elisa .
Todavía mas : ayer estaba yo cargando una carreta de piedras, y
su hijo estaba cerca de mí haciendo estallar un látigo cerca de las
orejas de mi caballo, con lo qne espantaba el animal. Le supliqué
con la mayor política que cesára; y él continuó, Renové mis súplicas
y me respondió con algunos latigazos. Traté entonces de sugetarle
las manos y comenzó á gritar, y se fué á contar que yo le habia cas
tigado. Su padre vino entonces furioso :
Yo te voy á probar quién es tu amo, me dijo , y atándome á un
árbol , cortó varias gajos y se los entregó á su hijo diciéndole
que me castigase hasta cansarse . Y él lo hizo. Algun dia se lo recor
daré ,
La frente del mulato se cubrió de un color sombrío y sus ojos bri
llaron de tal manera, que hizo temblar a su mujer .
¿ Con qué derecho es ese hombre ni amo ? He aquí lo que es
preciso que yo sepa, esclamó Jorge.
Sin embargo, dijo tristemente Elisa , siempre he creido que es
necesario obedecer á mi amo y á mi ama, y que sin esto no seria
cristiana.
Respecto de tí,eso se comprende bien : ellos te han educado
como si fueras su hija, te han alimentado, vestido, acariciado é ins
truido ; ellos tienen derechos sobre tí . Pero yo que he sido castigado.
injuriado y despreciado siempre, & qué debo á mi amo ? No le he in
demnizado cien veces con mi trabajo ? No quiero permanecer en ese
estado. Nó, no quiero : añadió con un tono amenazador y enérgico.
Elisa permaneció largo rato trénula y silenciosa . Jamás habia vis .
to á su inarido en un acceso de cólera semejante, y su carácter dulce
parecia ceder como un débil junco al soplo de tan justa y violenta
indignacion .
¿ Te acuerdas tú del perrito que me regalastes ? Era el único
ser que despues demisalida de la fábrica me servia de consuelo con
so vista ; le acostaba de noche a mi lado, me seguia durante el dia , y
me miraba muchas veces como si tuviera compasion de mi estado.
Pues bien, últimamente, me encontró el amo, dándole de comer con
los miserables restos que habia recojido en la puerta de la cocina ;
entónces haciéndome cargos de que alimentaba un perro á sus es
pensas, me dijo, que él no podia tolerar ese abuso, que si á cada uno
de sus negros se le pusiese en la cabeza criar un perro, no le al
canzarian sus bienes para tanto gasto , y por lo mismo me mandó que
atase una piedra al pescuezo del pobre animal y lo arrojase en el es
tanque .
; Jorge ! Pero ti no lo hicistes / no es verdad ?
-
Nó; fué él quien lo arrojó! ¡ El y su hijo, complaciéndose en ti
rarle piedras hasta que le vieron ahogado i El pobre perroluchando
con la muerte me miraba tristemente, como preguntándose porque no
le salvaba. Yo fuí castigado tambien porque no me presté á esaarbi
trariedad . No importa , el amo se convencerá que a mí no se
20

amansa con el látigo . Y ... llegará un dia , si él no anda con cuidado...


¿ Cuáles son tus proyectos ? ; Oh Jorge! no te dejes arrastrar
por pensamientos criminales á lo menos. Confia en Dios, haz bien y
Dios te ayudará.
Tú eres cristiana, Elisa ; yo, yo no soy cristiano . Micorazon
está lleno de amarguras : no puedo confiar en Dios. ¿ Porqué per
mite que las cosas anden de este modo ?
¡Jorge, tengamos fé ! La señora dice, que cuando todo parezca
sernos contrario , debemos estar mas segurosde que Dios nos enviará
el remedio .
- Oh ! Eso es muy sencillo decirlo, cuando no se tiene que hacer
otra cosa mas que arrellanarse en un sofá ó salir á pasearse en co
che. Pero yo apuesto que a estar en mi lugar hablaria de otro modo .
En cuanto á mi, a pesar de mis tendencias á hacer bien, siento mi
corazon á resistirse, á saberlo todo . ¡ Oh ! no sabes aun nada.
Pues e qué es lo que te pasa ?
Voy a decirtelo : hace tiempo que el amo ha manifestado, que
babia estado loco cuando me permitió casarme contigo ; que odiaba
los Shelby y á todos los suyos, porque son orgullosos y se creen mas
que él: que tú me has echado á perder; que no me permitirá mas;
venir á verte, y ayer me ha prevenido que tome á Mina por mujer,
me establezca con ella en mi bohío so pena de venderme para el
Sud (1 )
- Cómo ! No nos ha casado un sacerdote como á los blancos ?
dijo candidamente Elisa.
-¿Tú ignoras pues, que un esclavo no puede casarse ? Ninguna
ley garantiza el matrimonio de un esclavo. 'Si ese hombre quiere se
pararnos tú dejarás de sermi esposa . Ahora comprenderás porque ni
quisiera haberte visto, ni haber nacido. ¡ Cuánto mas hubiera conve
á nosotros y á ese pobre niño ! Porque al cabo la misma suerte
pidoespera
le .
Pero y nuestro amo es tan bueno !
Ya, pero el puede morir y venderán nuestro hijo, quién sabe á .
quién. ¡Cómo se gozarán en verle tan hermoso, tan jovial, tan ama
ble ! Elisa, cada una de las cualidades de Enrique será una nueva pu
ñalada para tu alma : se necesita mucho dinero para que puedas
conservarle.
Estas palabras hirieron el corazon de Elisa . La fisonomía del cor
redor que habia estado en la casa por la mañana se presentó á su
imaginacion, palideció y casi le faltó la respiracion. Llena de tan
triste aprehension, echó una mirada de amargura sobre su hijo , quién
cansado de oir una conversacion tal se habia alejado corretean .
do montado sobre el baston de M. Shelby, por todo el colgadizo.
Ella pensó comunicar á Jorge los temores que tenia pero no se
atrevió.
Nó, nó ; ipobre esposo ! dijo entre sí , su carga es bastante pe
sado : mas la señora no nos engaña nunca. 4

( 1) Lamas terri ble amenaza que puede hacerse a un esclavo es que le ven
derá n u
Rio ubaj o para el Sud ; por ser mas peno sos
los trab ajos
á que se les
condena .
- 21 -
Con qué, Elisa , hija mia, dijo su marido con aspecto sombrio,
ánimo y adios, porque me voy .
Te vas Jorge, te vas ! Y yadónde vas tú ?
Al Canadá, respondió levantándose ; de allí yo cuidaré que
to incorpores conmigo : es la única esperanza que nos queda. Tu
amo es bueno ; y no se opondrá á venderte á tí y al niño. El destino
nos ayude.
-
¿ Y site cojen ? ; Oh eso seria terrible !
Antes moriré que entregarme. He de morir ó he de ser libre.
¿ Tú no te matarás ?
Eso seria inútil ; ellos me asesinarán suficientemente . Pero no
me harán bajar vivo el rio.
- ; Oh Jorje! por mi amor, sé prudente, no hagas ninguna ac
cion que desdiga de tus buenos sentimientos No levantes la manoni
sobre tí, vi sobre nadie. Te vas á esponer, al cabo lo sé , pero mucho
cuidado. Y pues que te es preciso partir, anda, pero que sea con
14 prudencia y ruégale á Dios que te auxilie.
Elisa , este es mi plan : el amo me ha enviado á llevar una
carta cerca del Canadá; yo vuelvo a casa enteramente resig
s nado como si todo estuviese concluido. Varios amigos vienen á ayu.
ry darme, y por algunos dias se me buscará . Ruega por mí, Elisa, qui
zá Dios te oirá mejor á tí .
Ruégale tú tambien, Jorge ; fíate en él que te guardará de todo
mal .
Ahora, adios,dijo Jorge, lanzando un hondo suspiro estrechan
do las manos de Elisa entre las suyas, y colmando ' de besos á su
hijo.
Hubo un largo intervalo de silencio, despues emitieron algunas
palabras sin hilacion, gemidos y adioses, con la amargura que pue
den pronunciarlos aquellos cuya esperanza de volver a verse es tan
débil y efímera como el bilo que teje una araña.
Los dos esposos se separaron .

CAPITULO IV.

LA CABAÑA DEL TIO TOM.

El tio Tom tenia su cabaña, pequeña habitacion con varios troncos


de árboles, muy cerca de la casa de vivienda ; así llaman general..
mente en el lenguaje de los negros la residencia del amo. El frente
daba á una huerta , donde en los estios, merced al esmero con que la
cuidaban, se veian toda clase de frutas y legumbres. La tia Chloé,
fundaba todo su orgullo en cultivar entre otras flores las margaritas,
tulipanes, rosales de Alejandría y jazmines, que restaban su natu
ral adorno y sus perfumes á la choza .
Visitemos el interior de la cabaña. En la casa de vivienda acababan
de cenar, y la tia Chloé que lo habia arreglado todo como cocinera
principal, encargó á sus inferiores que
á
fregasen los platos y aseasen
la cocina , mientras ella se disponiaa preparar la cena de « su hom
>

bre » en sus pequeñas posesiones. Por esto es que se la veia con el


mayor empeño cerca del hogar meneando sartenes y levantando la
cubierta de algunas cazuelas , donde varias frituras despodian un olor
muy agradable, que denunciaban la inteligencia reconocida de la co
cinera . Su cara redonda era de un color negro tan lustroso, que
cualquiera fácilmente podria sospechar que habia sido bruñida bajo
el mismo sistema que sus cacerolas. Tenia un pañuelo de algodon de
diferentes colores atado á la cabeza en forma de bonete Persa, que
hacia contraste con el brillo de la piel ; en cuanto a su aspecto ella
demostraba desde luego que tenia sus puntas de amor propio en con
tarse como la cocinera mas hábil de los alrededores ; y en efecto , la
tia Chloé era una celebridad en el arte culinario .
Era cocinera por ejercicio y por instinto, de tal manera, que bas
taba presentarse en los gallineros delante de un pato ó de un pavo,
para que estos animales tomasen un aspecto grave como si meditasen
en la proximidad de su última hora. Los rellenos y los asados eran
su pasion favorita , lo que bastaba para infundir pavor en la imagina
cion de las aves. En cuanto a los platosque ella sabia sazonar,no ha
remos la nomenclatura, porque amen de ser niuy variados, seria im
posible penetrar el misterio de sus composiciones y sus salsas. Cuando
se la oia llena de orgullo contar los esfuerzos de este ó del otro por
imitar sus diferentes compuestos, y como no daban resultado satis
factorio esos ensayos, era preciso viendo sus gestos y sus contorsio
nes , andar con mucho tiento para no rebentar de risa.
Si habia convidados, la preparacion de las comidas y cenas, dis
pertaban todas las potencias de su alma, y nada le era tan satisfac
rio á su vista como los baules y sacos de noche de los viajeros amon
tonados bajo el colgadizo, por que esto la hacia presentir nuevos es
fuerzos y nuevos triunfos .
Por lo pronto la tia Chloé estaba ocupada en atender a su hogar
campestre, no la distraigamos de tan interesante ejercicio y visite
mos el resto de la cabaña.
En un rincon advertíase una cama con un coberior blanco como la
nieve y un gran pedazo de alfombra á los piés. Esta parte representaba
el salon de recibir : lo que prueba que se la trataba con mucha con
sideracion . En lo que fué posible se le habia puesto á salvo de las
incursiones de los criollitos, y cuando la tia Chloé se vió instalada de
este modo, creyó decididamente que habia conquistado un lugar en
las altas regiones de la sociedad. Otra cama de menos apariencia
ocupaba el rincon opuesto. La parte superior de la chimenea estaba
decorada con estampas de santos, alternando con un retrato del ge
neral Washington, iluminado y hecho de tal modo que habria sor
prendido al héroe caso de haberle visto
- 23
Sobre un banco ordinario, dos muchachos de cabellos ensortijados ,
con las caras lucientes, los ojos negros y llenos de brillo, velaban los
primeros pasos de su hermanita que, como todos los niños cuando
aprenden á andar vacilan y caen : cada nueva tentativa, cada movi
miento acertado, era recibido con grandes aclamaciones, en tanto
al quelas sucesivas caidas, eran para los dos hermanos objeto de agra
dable entretenimiento .
En una mesa vieja que no tenia los piés muy nivelados, cubierta
con un mantel , veíanse varias tasas y platos : estaba colocada cerca
de la lumbre y dispuesta para la cena que se preparaba . A esta mesa
estaba sentado el tio Tom , héroe de nuestra historia , con cuyo perso
naje va a hacer ahora conocimiento el lector .
El tio Tom es un hombre alto , robusto y muy bien formado : el
rostro negro como el azabache; tipo verdaderamente africano con
toda la espresion de una inteligeneia natural y cierto tinte de bon
dad y mansedumbre, en armonía con la simplicidad de su carácter y
la conciencia de dignidad personal , que se revelaba en sus maneras
sencillas y humildes.
Hallábase entonces muy ocupado en trazar poco a poco y con es
mero algunas letras sobre una pizarra , miéntras que su amo Jorge,
jóven como de trece años le daba lecciones de escritura con toda la
dignidad de un pedagogo.
De ese lado nó, tio Tom ; de ese lado nó : dijo con presteza el
jóven , advirtiendo que el tio Tom con mucho trabajo queria hacer
del lado contrario el rasgo de la g. ¿ No vé Vd . que entonces resulta
una q ?
-

¿ Deveras ?respondió el tio Tom , mirando con respetuosa ad


miracion las g y las q que el señor Jorge multiplicaba con una mano
maestra para mayor sorpresa de aquel; y volviendo á tomar el lápiz
comenzó de nuevo á dibujar las letras con la mayor paciencia.
- Qué todos estos blancos hagan las cosas con tanta facilidad !
dijo la tia Chloé levantando la tapa de una de las cazuelas : esto
marcha perfectamente, ya va tomando buen color; ¡ oh que vengan
á ver como se hacen estos compuestos ; El otro dia quiso la señ
Sally que le hiciera uno, solamente para aprender, como ella decia :
Qué, señora, le dije, meda pena ver tantascosas buenas condimen
tadas tan mal. Un pastel quemado por un lado, y casi de la misma
forma que mis zapatos. Vaya, déjeme Vd . á mi.
Y, llena de coraje por la ignorancia de Sally, la tia Chloé mos .
trando una sarten dejó ver un pastel cuya confeccion podria honrar
al pastelero de mas nombradía. Tranquilizada la tia Chloé conside
rando el mérito de su obra, se ocupó en los preparativos de la cena.
Vamos, Pedro, Moisés, fuera de ahí:tú un poco mas atrás Polly,
querida nica , al instante mamita le dará alguna cosa á la nene. Há
game Vd . el favor señor Jorge de desembarazar la mesa de esos li
bros. Siéntese Vd . al lado demiviejo. Yo le serviré á Vd .
Querian hacerme cenar en casa, dijo Jorge, pero bien se yo
donde está lo bueno.
-
Muy bien hecho, hijo mio , dijo Chloé, poniéndole en un plato un
pedazo de pollo : Vd . sabe muy bien que su vieja tia le habia de
24
guardar de lo mejorcito . Déjeme Vd . , déjeme arregla.. nk .
-
Dicho esto la tia Chloé le miró con aire de inteligencia.
Venga el pastel, dijo Jorge, así que concluyó de comer ! }..
preparándose á dividirlo con un gran cuchillo .
¿ Qué es eso, señor Jorze? esclamó la tia Chloé admirada, conte
niéndole el brazo, Vd . no ha de cortar eso con un cuchillo tan feo ;
no faltaba mas; iba Vd . á despondar el pastel; aquí tengo yo otro
cuchillo bien afilado y á propósito. Ahora vea Vd. la diferencia, corta
con la ligereza de una pluma. Coma Vd ., regálese Vd . , y digame si
ha comido cena mejor .
- Tom Lincoln sostiene, que su Jenny es mejor cocinera que Vd . ,
dijo Jorge, metiéndose un pedazo de pastel en la boca .
-jAh 1 esos Lincoln no valen nada, respondió la tia Chloé, con
aire de desprecio, quiero decir comparando con la gente nuestra :
ellos son personas muy respetables, si Vd. quiere, para el vulgo ; en
cuanto a hacer algo en forma, le aseguro á Vd.que no saben ni prin
cipiar. Coloque Vd. al señor Lincoln al lado del señor Shelby . i Qué
diferencial Ỳ la señora Lincoln sabe acaso hacer un saludo al entrar
en una casa , tan majestuoso como nuestra señora ? Ca ! Vaya, vaya ,
no me hable Vd . de esos Lincoln. Y entonces la tia Chloé bizo un mo
vimiento de cabeza, como queriendo espresar que ella no se enga
ñaba en sus opiniones.
Sin embargo, yo he oido decir á Vd . misma, que Jenny era muy
buena cocinera .
| De veras! replicó Chloé, che podido yo decir eso ? Jenny le
hará à Vd . un buen puchero ordinario ; harábuenas tortas de maiz,
algunos buñuelos tal cual ; pero en pasteles de ojaldras no es gran
cosa. Oh ! no, no es gran cosa en pasteles de ojaldras... Pero señor,
vamos á platos de gusto ... • Qué sabe ella hacer? Ella hace pasteles ;
muy bien, claro es que los hace ; pero & y los rellenos ? ¿ Hará ella
una pasta que se deshaga en el paladar y se ahueque como un
globo? Vea Va ., yo estuve á verlos cuando el matrimonio de la
señora Mary , y Jenny me enseñó los pasteles que hizo para el
convite de la boda. Jenny y yo somos muy buenas amigas , como Vd .
lo sabe, no le dije una palabră; pero le aseguro á Vd . , señorJorge,que
no hubiera dormido en una semana si semejantes pasteles hubieran
salido demi horno : no valian nada absolutamente , lo que se dice , nada .
Supongo que Jenny no los habrá tenido por muy buenos tam
poco.
Cómo ! Que no los ha tenido por buenos y los colocaba á la
vista con la mayor candidez ... El hecho mismo no prueba que ella
no entiende de eso ? Cuando le digo á Vd . que no vale nada esa fami
lia , claro es que no se puede exigir grandes cosas de la Jenny ; no
es falta de ella tampoco. ¡ Oh ! señor Jorge, Vd . mismo no conoce la
mitad de los privilegios de su familia y de su educacion .
Aqui la tia Chloé lanzó un suspiro y levantó sus ojos al cielo con
cierta emocion .
- Yo le aseguro á Vd . , tia Chloé, que conozco perfectamente mis
privilegios, en cuanto á pasteles y puding3, dijo Jorge : pregúntele
Vd. á Tom. Lincoln, cuantas veces no se lo he cantado en sus oidos
- 25 -
La tia Chloé se recostó sobre su asiento riéndose á carcajadas de la
ocurrencia de su jóven amo, hasta rodarle algunas lágrimas por sus
mejillas de ébano, no interrumpiendo el acceso de hilaridad sino para
decir que el mejor dia iba á morir de risa con las cosas de su amo.
Tan fatales predicciones eran bastantes para persuadir á Jorge que
era un muchacho de mucha chispa , y que por amor propio y del pró.
jimo debia contenerse en lo sucesivo .
¿ Con qué Vd . se lo ha cantado en los oidos de Tom ! ¡Vea Vd .
en lo que se entretienen estos jóvenes ! Vd . habrá confundido á ese
pobre Tom ; ; Oh señor Jorge, es Vd . capaz de hacer reir á los
muertos !
Si, le dije á Tom , yo quisiera verle gustar las pastas de Chloé,
á ver que le parecian .
3
Infeliz Tom , dijo la tia Chloé, cuyo buen corazon iba tomando
grande espansion con lo que decia Jorge : Vd . deberia convidarle á
comer uno de estos dias ; que yo respondo por mi particular.... Vd .
1. sabe muy bien, señor Jorge, que no por sus privilegios ha de creerse
21
superior a nadie ; pero los privilegios de Vd. emanan de arriba no
10
es ello ? Es necesario no olvidarlo , añadió con tono muy solemne.
Corriente ; yo convidaré á Tom uno de los dias de la semana
próxima, y Vd. echará el resto tia Chloé ; le regalaremos y le hare
mos comer hasta enfermarle por unos quince dias.
Sí, sí, ciertamente, contestó la tia Chloé muy satisfecha ; ; Vd.
lo verá ! Vaya, cuando pienso en algunas de nuestrrs comidas. & Se
acuerda Vd . deaquel gran pasteldeliebre que hice cuandodimos
una comida al general Knox ? La señora y yo estuvimos muy dis
ar
puestas á reñir con motivo del relleno. Yo no sé en que piensan las
señoras algunas veces ; pero es muy cierto que cuando una está
mas llena de apuros y comprometida su responsabilidad , se nos apare
cen rodeándonos y viéndolo todo con desconfianza ... en fin . mezclán
!!! dose en lo que no les pertenece. Pues bien , ese dia, queria la señora ,
que yo hiciese esto, que hiciese lo otro ; en fin yo me tomé la liber
d
tad de decirla : pero señora, hágame el favor de mirar sus manos
021
tan blancas, sus dedos tan bonitos llenos de sortijas y de brillantes... ,
y compárelas con las mias, negras y ordinarias : No es cierto que
a Dios me ha destinado para andar en rellenos y cocinas, y á Vd . para
a adornar el salon ? Deje Vd. esto de mi cuenta. Como Vd . lo oye, se
Iñor Jorge, tuve la imprudencia de hablaria así .
-¿Y que te respondió mamá ?
Lo que me respondió ? Advertí nna ligera sonrisa en SUS
grandes y hermosos ojos,y me dijo. En efecto, tia Chloé, Vd . tal vez.
tiene razon , y se volvió al salon . Ella debia haberme mandado casti
gar pormiatrevimiento ; pero que quiere Vd . , á mí me disgusta ver
una señora en mi cocina .
Y fué muy buen éxito el de Vd. ese dia : me acuerdo muy bien
que todos celebraron la comida.
-

18
- ¿ No es cierto ? Y yo que me estuve detrás de la puerta del co
medor , ví perfectamente al general rapetir tres veces del mismo
ti plato .
Vd . tiene una famosa cocinera , señora Shelby, dijo él.3
26

· De gozo no cabia yo en el pellejo. El general parece que es


conocedor ; continuó la tia Chloé, levantándose. Un escelente hom
bre es ese general, y de las primeras familias de la Virginia ; , oh !
él sabe de comidas tan bien como yo.
Oyendo el discurso de la tia Chloé, Jorge habia llegado al punto ,
propio en los muchachos de su edad, de no poder tragar un bocado
mas . Tuvo la satisfaccion de percibir, en el otro estremo del cuarto
cuatro ojos brillantes que le miraban con muchísima atencion y
envidia .
- ; Ola ! Pedro, Moisés, esclamó él diviendo los restos del festin ;
ustedes quieren tambien alguna cosa y no es verdad ? Vaya tia Chloé ,
hágales Vd. freir algunos chicharrones.
Jorge y Tom se fueron a sentar cerca de la lumbre, en tanto que
la tia Chloé despues de haber preparado un plato de chicharrones se
puso á cenar, habiéndose sentado sobre sus piernas á la niña , á quien
daba de comer al mismo tiempo : en cuanto a los otros Pedro y Moi
sés, prefirieron devorar su parte rodando por tierra , arañándose,
y para variar de entretenimiento, viniendo de vez en cuando á
tirar de los dedos de los piés de su hermanita , ó á hacerle alguna
mueca .
- ¡ Quieren ustedes dejarme tranquila I decia la madre dando un
puntapié por debajo de la mesa cuando los muchachos venian á in
comodarla : ustedes no se pueden estar quietos ni respetan al amo
que está con nosotros . Cuidado, porque les ajustaré las cuentas en
cuanto se vaya el señor Jorge.
Esta amenaza impresionó poco á los chicos, porque ademas arma
ban una algazara estraordinaria.
Se ha visto desvergüenza mayor I dijo la tia Chloé con secreta
satisfaccion . En seguida tomando una servilleta la pasó por la cara
de la negrita y la frotó hasta darle un brillo particular a la piel , y
colocándola sobre las rodillas de Tom se puso a recoger los restos de
le cena .
¿ Verdad, que es muy guapa ? dijo Tom, mientras que la criatura
se entretenia en darle manotadas y tirarle de la nariz ; luego sentán
dosela sobre los hombros se puso a bailar y saltar un rato , en tanto
que los dos muchachos gritaban á su modo, hasta que la fatiga los
hizo tranquilizar un poco.
- Ea , ya se acabó todo, dijo la tia Chloé; y sacando de debajo de
su cama una especie de tarima que servia de cama á los chicos,
les previno que se acostasen , porque dijo ella, nosotros van, os á
rezar .
Madre, nosotros queremos tambien rezar ; eso es muy estraño y
nos gusta mucho.
Vamos, tia Chloé, vuelva Vd , á colocar la tarima en su puesto
y déjeles levantados, dijo Jorge, dándole un empellon decisivo á la
camilla .
Salvadas así las apariencias, la tia Chloé, muy contenta colocó la
tarima debajo de su cama , ¿ quién sabe ? dijo para sí, eso siempre po 1

drá serles útil ; ademas de que la familia se dispone á trasformar la


· 27
casa en sala de meeting (1 ) . Lo que no sé es dónde conseguir sillas
ahora .
Hacia mucho tiempo que las reuniones tenian lugar todas las se
manas en casa del lio Tom, y en la noche de que hablamos debian
verificar una, por lo que era preciso que la tia Chloé se diese prisa á
prepararlo todo.
El tio Robin ha roto dos piés de la silla vieja la semana pasada
á fuerze de cantar, dijo Moisés.
-

- En apoyándola contra la pared , puede utilizarse , respondió


Pedro .
.
En ese caso es necesario que no la tome el tio Robin, porque
es tanto lo que se mueve cuando canta, que la última noche se en
concontró al concluir en el rincon opuesto de su sitio .
Por el contrario, mucho mejor será que se siente en ella ; y así
cuando el entone : « Oidme santos y pecadores, » īpata pum ! rodará
por tierra ,
Y Pedro despues de haber imitado el tono nasal del pobre viejo, so
dejó caer, para hacer á lo vivo la catástrofe pievista.
- Vamos , un poco de decoro y de formalidad, dijo la tia Chloé ;
no te avergüenzas ?
Pero Jorge riéndose de la gracia del muchacho, quitándole toda la
influencia que pudiera tener la observacion de la madre, dijo que
Pedro era uu verdadero bufon .
Mientras tanto, dos barriles vacíos los voltearon por la cabaña hasta
un determinado sitio, y entonces les colocaron unos tablones encima
y armaron una especie de banco ; algunos cajones y algunas sillas
cojas, completaron todos los preparativos.
-

El Señor Jorge que lee perfectamente, nos hará el favor de co


menzar. ¿ No es esto ? dijo la tia Chloé.
Jorge aceptó voluntariamente el encargo de lector. Los jóvenes de
su edad están siempre dispuestos a hacer cuanto les manden como les
dé alguna importancia .
No tardó mucho tiempo la cabaña en llenarse de unamultitud con
siderable de negros , entre los cuales el patriarca de ochenta años al
ternaba con los jóvenes de quince . La sesion comenzó por sencillas
conversaciones ; se habló del hermoso pañuelo colorado de la tia
vieja Sally ; del vestido de muselina bordado que la señora pensaba
regalar á Lisa, y se hizo mencion de que el señor Shelby trataba do
i
comprar un caballo bayo, cuya adquisicion habria de rellúir en bene
ficio de la casa. Algunos de los fieles que estaban en esa reunion
pertenecian a las famillias vecinas : cada uno contaba alguna noticia
de su casa ó del fundo á cuya dotacion pertenecia ; y esta charla
tenia entre todos tan buen acojida, como el mejor discurso entre una
reunion de sabios.
Pocos momentos despues comenzó el canto á satisfaccion de todos.
El acento nasal de los cantores no atenuaba el efecto de las voces que
eran buenas en aquellas melodías salvajes y llenas de pasion . Algu
(1 ) Reunion religiosa. Donde gira que se permite a los esclavos, se asocian
estos para cantar himnos y exhortarse entre ellos a hacer oracion .
28

nas de las palabras cantadas eran tomadas de los salmos que entona
ban en las iglesias vecinas ; otras, con una poesía mas salvaje y mas
mística , eran recuerdos de lo que habian oido los negros en las mi
siones religiosas .
Con la mayor uncion cantaban en coro :

; Morir sobre el campo de batalla ,


Blorir sobre el campo de batalla,
Gloria á mi amo !
O bien :

Estoy en el camino de la gloria quereis pues acompañarme ?


¿ No veis que los angeles me hacen señas y me llaman ?
No advertis la ciudad de oro y su dia eternal ?

Y otros himnosen que hacian referencia a las orillas de Jordan, á


las campiñas de Canaan y á la nueva Jerusalem ; porque la imagi
nacion de los negros acepta con mucha facilidad todas esas espre
siones simbólicas. En tanto que unos cantaban, otros reian y otros
lloraban de contento : aplaudian, se daban las manos afectuosamente
en señal de simpatía y de placer , viéndolos habríase creido en efecto
que acababan realmente de atravesar el Jordan.
Diversas oraciones y ruegos alternaron con los cánticos . Una an
ciana mujer con los cabellos blancos como una mota de algodon, en
estado de ser inútil ya para el trabajo , encorvada bajo el peso de los
años, y que estaba considerada entre los suyos como un oráculo,
apoyándose sobre su baston dijo :
Hijos mios, estoy muy contenta por haberos oido aun una vez
mas. No sé cuando partiré para la gloria, pero hemos concluido y
estoy dispuesta á ello : hijos mios, me parece que espero, con mi sa
co de viaje a la espalda y mi sombrero puesto , la diligenciaque debe
llevarme á nii patria . Algunas veces, en medio de la noche, he creido
oir el ruido de las ruedas, y he mirado, pero no la he visto llegar.
Cuiden todos de estar listos, porque como os digo, bijos mios, aña
dió golpeando el suelo con su baston, es maravillosamente hermosa
nuestra patria ; sí maravillosamente hermosa . Y la buena anciana se
sentó de nuevo, sofocada con la emocion que acababa de esperimen
tar, bañadas las megillas en lágrimas, mientras que toda la asamblea
entonaba el canto :

¡ Oh Canaan ! ¡ hermoso Canaan :


¡ Yo parto para Canaan !

A peticion general leyó Jorge los últimos capitulos del Apocalip


sis, en medio de los aplausos del auditorio y de esclamaciones de tou
dos.
Será posible!,Oid pues ! ¡ Cuando pienso en ello ! ¡ Con qué todo
ha de tener fin !
29

Jorge, muchacho lleno de inteligencia, instruido por su madre en


ios misterios de la religion , viéndose objeto de la admiracion gene
ral, añadia de tiempo en tiempo esplicaciones á su modo con una
formalidad ejemplar : los jóvenes le admiraban y los viejos le bende
cian : todos estaban de acuerdo en que un sacerdote no lo haria
mejor.
El tio Tom estaba considerado por los negros de los alrededores
como un verdadero oráculo en materias religiosas. Dotado de un claro
raciocinio, sana inteligencia, y mas instruido que la mayor parte de
sus compañeros, gozaba de una influencia moral extraordinaria . Sus
exhortaciones eran persuasivas y hubieran edificado aun á personas
mas cultas que las que constituian su apostolado. Nada era tan
sencillo ni tan grave como sus oraciones : las palabras de la Escri
tura, las mezclaba tan oportunamente á sus discursos, que parecian
inspiraciones de su alma, y como decia otro negro viejo : « Sus sú
plicas subian mas derecho a lo alto. »
Mientras que esto tenia lugar en la cabaña del tio Tom, otra escena
de muy distinto género pasaba en la casa de vivienda.
L. Shelby y el corredor de esclavos estaban aun en el comedor
sentados cerca de una mesa cubierta de papeles . Despues de haber
contado M. Shelby algunos billetes de banco se los entregó al cor
redor.
Está bien, dijo este, despues de haberlos examinado escrupulo
samente ; ahora falta vuestra firma.
M. Shelby se apresuró á firmar el contrato de venta , como un hom
bre que desea concluir un negocio desagradable y se lo entregó . Ha
ley sacó de una cartera vieja un pergamino, lo examinó un instante,
y despues se lo presentó á M. Shelby, quien se apoderó de él con una
impaciencia que no pudo disimular mucho .
En fin, ya está concluido el negocio, dijo el corredor de esclavos
levantándose.
Sí, está concluido, dijo M. Shelby con un tono pensativo ; ; con
cluido!repitió respirando con mucha dilicultad .
Parece que no está Vd. muy contento, dijo el comprador.
Haley, respondió M. Shelby, cespero que Vd . no olvidará su
promesa de no vender á Tom, sin saber qué clase de sugeto es el
comprador ?
¿ Y cómo hace Vd . lo contrario de lo que me recomienda ?
Vd . sabe muy bien que las circunstancias me han obligado á
ello, respondió M. Shelby con firmeza.
Tambien puede sucederme otro tanto. Pero no importa , haró
cuanto esté de mi parte para colocarle bien . Por lo que hace á malos
tratamientos no hay que temer en cuanto á mi . Si de algo tengo que
dar gracias al cielo, es porque me ha dado un corazon que no me
permite ser cruel con nadie.
Con la manifestacion que habia hecho algunas horas antes de sus
principioshumanitarios,lo último que dijo Haley no satisfizo á
M. Shelby ; pero como no podia prometerse otro consuelo dejó partir
al comprador y una vez solo se puso á fumar un cigarro. 3*
30 -

CAPITULO V.

DONDE SE VE TODO LO QUE SUFRE UNA PROPIEDAD VIVA QUE


CAMBIA DE AMO .

Acababan de entrar en su cuarto el Señor Shelby y su esposa . Sen


tado aquel en un magnífico sillon se puso á recorrer algunas cartas
que habian llegado por el correo de la noche, en tanto que la señora
de pié delante del espejo se recojia cuidadosamente los cabellos en
sortijándoselos en pedazosde papel, paraque los bucles quedasen fá
cilmente dispuestos, y deshaciendo el peinado que Elisa habia arre
glado con tanto esmero : ella habia notado una palidez y un disgusto
en su camarera, que la señora Shelby l'a dispensó dei servicio por
aquella noche, y la mandó á acostarse . La ocupacion del momento
recordó naturalmente a la señora la conversacion que habia tenido
por la mañana con la joven cuarterona ; y volviéndose á su marido,
le dijo con indiferencia :
Dime, Arturo, ¿ quién es ese personaje vulgar que nos has traido
hoy a comer con nosotros ?
Se llama Haley , contestó aquel, volviéndose sobre su sillon con
un aire de embarazo y sin quitar la vista de las cartas .
¿Haley ? ¿ quién es ese señor, y qué negocios pueden traerle
acá ?
Es un individuo con el que he hecho algunos negocios en mi
último viaje á Natches.
¿ Y qué con esa frescura te ha venido á pedir de comer ?
Le he convidado : teníamos algunas cuentas que arreglar.
¿ Es comprador de esclavos ? preguntó la señora Shelby notando
el embarazo de su esposo .
¿De dónde te ha ocurrido eso ? preguntó a su vez el señor
Shelby, mirando á su señora á hurtadillas.
Nada ; Elisa que ha venido hoy al medio dia á encontrarme con
mucho pavor, asegurándome que tú hablabas con un corredor de
esclavos, y que él te pedia qne le vendieses su hijo. ¿ Has visto que
inocentada ?
¿De veras? dijo M. Shelby tratando de leer con la mayor aten
cion, sin advertir que la carta la habia tomado al reves. Preciso es
confesarque ese negocio no es tan sencillo de realizar como él cree.
A Elisa la he tratado de loca, añadió la señora Shelby envol
viéndose los cabellos, y la he asegurado que tú no tenias nada que
ver con gentes de esa clase : porque sé muy bien , que tú no has tra
tado nunca de vender ninguno de nuestros criados, y sobre todo á
semejante individuo .
En efecto, Emilia, siempre he tenido la misma opinion tuva .
- 31
Pero mis negocios se encuentran de tal modo,que vendremos áá parar
abí:: me voy á ver obligado á vender alguno de los mios.
¿ A ese individuo ? Imposible, amigo mio . ¿Tú no hablas con
formalidad ?
- ¡ Ay de mil sí, hablo formalmente, por nuestra desgracia. He
puesto en venta á Tom .
¡ Cómo ! ‫ ¿ܬ‬á Tom ? ¿ á ese bueno y escelente criado, que nos ha
servido siempre con tanta fidelidad desde su infancia ? ¡ Oh amigo
mio ! ¿Nole habias tú prometido darle la libertad ? ¿ No hemos hablado
de ello mas de cienveces ? Ahora puedo creerlo todo, hasta que eres
capaz de vender á Enrique, el único hijo de la pobre Elisa, añadió
ella con un acento de ternura y de indignacion.
Pues bien , ya que es necesario que lo sepas todo : eso es cier
to . He vendido á Enrique yу á Tom. įHe de ser inhumano por haber
hecho lo que se hace diariamente ?
Pero 3 porqué elegir precisamente esos dos ? ¿ No tienes tú otros?
ihan de venderse esos absolutamente ?
¿ Porqué? Porque son los que tienen mas valor. Puedo vender
a Elisa, si tú lo permites, el comprador me ha hecho proposiciones
muy brillantes en cambio.
¡El miserable ! esclamó la señora Shelby .
1
Yo no las he aceptado por consideraciones á tí ; con que ya ves
que no puedes quejarte.
- Mi querido amigo, respondió la señora Shelby, con mas calma,
perdóname, me habia dejado arrebatar por un justo sentimiento . Me
1 sorprende tanto esa noticia ... Pero permíteme interceder por esos des
graciados. Tom , aunque negro, tiene un corazon muy noble, es un
3 criado muy fiel. Capaz seria de dar su vida por tí si fuera necesario .
Lo sé, estoy seguro de ello e á qué sirve el recordármelo. Ya no
puedo nada en ese asunto .
-
¿ No podrias tú hacer cualquiera otro sacrificio ? Yo tomaria mi
parte en él con mucho gusto. ¡Oh, Arturo ! he hecho siempre todo
cuanto meha sido posible por llenar mi deber de cristiana, respecto
de esos pobres esclavos, Hace muchos años que les cuido, que les
instruyo, que velo sobre ellos, y he sufrido con sus menores necesi
dades y me he complacido con sus menores alegrías . Y ahora , ¿ cómo
me atreveré á verlos en mi presencia, despues que por una mezquina
ganancia , vendemos un hombre tan honrado y tan fiel como Tom ,
separándole repentinamente de nuestro lado y de cuánto le habíamos
enseñado á amar y á respetar ?
Les he enseñado los deberes que contraen como maridos, como
esposas, como padres de familia; juzgarán que tan sagrados lazos
ante nosotros no son nada, comparados con el dinero . Yo he dado á
Elisa lecciones que ella ha tomado con el mayor interés sobre sus
obligaciones de madre cristiana; la he recommendado que vele sobre
su hijo, que reze por él, que le eduque piadosamente. ¡ Qué la diré yo,
un
si tú le arrancas y le vendes cuerpo y alma por un poco de oro
hombre impío y sin principios ! Yo la he repetido que un alma vale
mas que todo el oro del mundo. ¿ Me creerà ella ahora si vendo si
32 -

hijo, si le vendo para que sea atormentado su cuerpo, para que tal
vez lo sea tambien su alma ?
Verdaderamente me desesperas viéndote tomar las cosas de ese
modo, Emilia ; respeto tus sentimientos y tus principios, aunque no
estamos enteramente de acuerdo . Pero lo repito, ya no puedo yo pada
en ese asunto . No hay remedio : es indispensable vender esos dos ó
todos los demás . Ciertos créditos pasivos mios han caido en manos
de Haley, y si no los pago al instante me veo arruinado. He pedido á
préstamo, cuánto he podido lo he hecho dinero, pero el precio de
esos dos esclavos era indispensable para completar la suma. Haley
le echó el ojo al chiquillo de Elisa, y no queria concluir el asunto
sin poseerlo. Yo estaba en su poder y fué preciso que cediese. Si te
es tan penoso desprenderte de esos dos esclavos ¿ qué hubieras dicho
al vernos forzados á venderlo todo ?
La señora Shelby quedó como petrificada. Por último, sentándose
enfrente del espejo apoyó la cabeza entre las dos manos y dejó esca
par un doloroso suspiro .
¡ He aquí la maldicion de Dios sobre la esclavitud! ¡ Maldicion
para el amo, maldicion para el esclavo ! He sido una insensata en
creer que pudiera producir bien ese mal sin remedio . Es una falta
enorme poseer un esclavo bajo las leyes que nos rigen ! Yo hetenido
estos sentimientos desde mi infancia , robustecidos mas desde que
formo parte de una iglesia . Habíame figurado, que en fuerza del ce
loso interés con que he mirado á mis esclavos, de la instruccion que
les he proporcionado, la bondad demi trato y mi cariño, lograria que
estos prefiriesen la esclavitud á la liberdad : ; cuán insensata he sido!
Pero, mujer, te vuelves abolicionista, por lo que veo .
| Abolicionista ! |Ah ! si ellos supiesen de la esclavitud todo lo
que yo sé, ellos podrian esplicar entonces lo que yo siento con la
elocuencia del corazon. ¿ No tienen mucho que enseñarnos ? ¿ He
probado yo acaso las amarguras de ese estado ? y sin embargo siem
pre he sentido íntimamente tener esclavos.
O
En eso difieres tú de muchos sabios y piadosos. ¿ Te acuerdas
del sermon que predicó M. B ... el domingo pasado ?
Me acuerdo, pero no hago caso de semejantes sermones, ni me
intereso por oir predicar de nuevo á M. B ...,) en nuestra iglesia . ; Sin
duda los pastores no pueden impedir el mal, puesto que no pueden
curarlo, pero si prohibirlo ! Ya ves, tú mismo no te has reformado y
eso que tienes ese sermon en ia memoria .
Confieso, contestó M. Shelby que muchas veces esos ministros
exigen cosas tan difíciles de cumplir , que los pobres pecadores como
nosotros no podemos complacerles. Nosotros, con arreglo á lo que
vemos, estamos generalmente obligados á cerrar los ojos y pasar
por alto muchas cosas que no están efectivamente justificadas; y no
nos gusta que los pastores y las mujeres nos vengan á tratar ciertas
cuestiones de un modo tan lato, figurándose mas al corriente que
nosotros mismos en materias de moral. Ahora , querida amiga, es
pero que te persuadas que yo no he hecho sino lo que nos conviene.
imperiosamente, y que las circunstancias no me han permitido otra
Cosa .
33
Tienes razon, tienes razon, replicó la señora Shelby con indife
rencia . Y tomando su reloj,añadió con aire pensativo : no tengo nin
guna prenda de valor.... ¿ Y este reloj, no podria servir de algo ? Era
un objeto de mucho precio cuando le compré..... 10h ! si á lo menos
pudiera salvar al niño de Elisa ! Daria con el mayor placer cuanto
tengo
Emilia, siento en el alma que esos sean tus deseos : pero es
inútil pensar ya en eso : el negocio está concluido de todo punto :
las escrituras de venta están en poder de Haley, y bien puedes dar
y
gracias á Dias que el mal no haya sido mayor. Ese hombre ha tenido
1 en sus manos nuestra posicion, todo ; ha podido arruinarnos. Si co
nocieras tú las cosas tan bien como yo, convendrias en que nos hemos
salvado felizmente .
¿ Es ese hombre tan cruel ?
No, precisamente tan cruel, pero es un hombre de piedra , que
no respira mas que tráficoy ganancias, tan persistente y tan insa
ciable como la muerte y el sepulcro. Capaz seria de vender á su pro
pia madre, si él vieseganancia en ello, sin que por esto la quisiese
mal .
¡ Y ese miserable posee nuestro escelente Tom y al hijo de
Elisa !
Mucho me ha costado consentir, lo confieso , y no me atrevo á
pensar en ello, ni á persuadirmelo. Haley quiere activar el negocio y .
tomar posesion mañana . En cuanto á mí, no quiero estar presente,
ensillaré el caballo muy temprano y me iré. No tengo valor para
ver á Tom . Tú harias muy bien en disponer un paseo y llevarte á
Elisa á fin de que noſresencie esa escena..
-LOh no ! No seré cómplice de tan cruel asunto. Iré á ver á mi
liejo Tom , y que el cielo quiera apiadarse de su pena . Es preciso
vue ellos vean á lo menos que su ama sufre con ellos y por ellos. En
quanto á Elisa, no me atrevo á resolver .... ¡ Qué Dios nos perdone !
cQué falta hemos cometido para que caiga sobre nosotros tanta cala
midad !
No sospechaban
conversacion .
ambos interlocutores que alguien pudiera oir su
Un gabinete comunicaba con la habitacion en que estaban los dos
esposos. Cuando la señora ordenó á Elisa que se acostase, la escitada
imaginacion de esta le sugirió la idea de ocultarse en él, aplicar el
oido a la hendidura de la puerta, y espiar el diálogo que sostuvieron
sus amos : en efecto, no habia perdido una sola palabra de la conver
sacion. Así que todo estuvo en silencio, salió del escondite sin hacer
ruido, pálida уy temblando, los labios contraidos y el corazon opri
mido, pero llena de resolucion ; habia cambiado enteramente, no era
ya la tímida y dulce criatura que hemos conocido. Ella se deslizó si
lenciosamente a lo largo del corredor, detúvose un instante delante
de la puerta de su ama, y levantando las manos al cielo, como si le
rogase que viniese en su apoyo,entró en la habitacion .
Componíase esta de una pequeña pieza en el mismo piso que la de
sus amos : en un lado, la ventana donde seponia á trabajar siempre
cantando ; en otro, algunos libros que adornaban el estante de su
- 34
pequeña biblioteca, sobre el cual tenia algunos presentes de los que
le habian hecho el dia del año nuevo ; en un rincon la cómoda que
contenia su ropa; (ella se estimaba dichosa creyéndose en su casa
independiente ), y en otro ángulo del cuarto, una camita donde dor.
mia su hijo. Hermosísimos bucles adornaban su frente angelical , las
manitas cruzadas descansaban bajo el cobertor, y una sonrisa de
inocencia bañaba su semblante.
¡ Pobre niño ! ipobre hijo ! ¡Te han vendido, pero tienes madre,
y tu madre te salvarál....
Y algunas lágrimas cayeron sobre la almohada de su hijo. En estos
momentos el corazon lo tenia lleno de opresion ; la sangre la tenia
toda agolpada á su cerebro. Tomó un lápiz y trazó las siguientes
lineas :
03
| Ama mia, miquerida ama ! no me crea Vd. ingrata, ni me juz- !
gue con severidad. He oido todo lo que Vd. y mi amo han hablado
esta noche. Me propongo salvar á mi hijo ; perdóneme Vd . esta reso
lucion. Que Dios la bendiga y la recompense por sus buenos senti
mientos, y la bondad é interés que siempre ha tenido por mí . »
Despues de haber doblado precipitadamente el papel , le puso un
sobre, sacó de la comoda algunos vestidos, los envolvió en un pa.
ñuelo y .se lo ató perfectamente a la cintura , y tanta fué la tierna so
licitud de esta madre, que en el momento solemne de poner en práce
tica la resolucion que habia adoptado, recogió algunos juguetes de
los que mas apreciaba su niño ; tomó un periquito decarton, pintado
con colores muy vivos, y lo reservó para entretenerlo asi que estu
viese despierto . Algun trabajo le costó hacerle sacudir el sueño de
paz en que se hallaba , pero despues de algunos esfuerzos, abrió los
ojos y se pusó á jugar con el pájaro que lamamá le presentó para
distraerlo mientras que terminaba todos sus preparativos.
¿ A dónde vas, mamá ? preguntó él cuando la madre comenzó á
vestirlo .
La madre echó sobre él una mirada grave, por lo que comprendió
al momento que alguna cosa estraordinaria sucedia.
Silencio, Enrique, dijo ella, habla muy bajo, que nos podrian
oir. Un hombre muy malo quiere llevarse á mi pobre Enrique muy
lejos de su mamá,yу á un paraje muy negro ; pero mamá no quiere,
y ella va a ponerle su sombrero y su capita, y va á fugarse con su
niño, y así el pícaro no se lo llevará .
Hablándole de este modo, Elisa concluyó de vestir á su hijo , lo
tomó en brazos, le imprimió algunos besos, y le recomendó el mayor
silencio, saliendo cautelosamente por la puerta que daba al colga
dizo.
La noche estaba fria y clara, y el azulado cielo salpicado de lu.
cientes estrellas : la pobre madre envolvió a su hijo en el pañolon de
su uso , en tanto que este, mudo de espanto, la enlazaba el cuello con
sus dos brazos. A la salida del colgadizo un gran perro de Terranova
lanzó un ladrido sordo. Elisa le llamó en voz baja, y el fiel animal,
que era un antiguo compañero, reconociéndola empezó a seguirla
dando muestras de la mayor alegría ; parecia comprender el cariñoso
perio todo lo que significaba el paseo nocturno, en lo que encon
35 -
traba algo de estraordinario ; porque ya se adelantaba rápidamente,
ya se detenia y echabauna mirada indagatoria en derredor, como para
preguntar á Elisa y áá la casa que sucedia entónces; despues, proba
blemente satisfecho de sus reflexiones emprendia de nuevo los saltos
y caricias. En pocosminutos llegó Elisa á la cabaña del tio Tom, y
llamó dulcemente á la puerta .
La reunion religiosa habia durado hasta muy tarde. Despues que
todos se marcharon , el tio Tom se habia entregado al placer de re
zar solo hasta muy entrada la noche, y eran mas de las doce, y ni él
ani su cara mitad dormian aun .
¡ Dios mio! ¿ quién podrá llamar á estas horas ? dijo la tia Chloé
descorriendo las cortinillas del mosquitero y levantándose sobresal
tada. Misericordia, creo que es Lisa, sin duda . Vístete pronto, viejo
mio , & no sientes al perro Bruno que está tambien à la puerta? , En
'nombre del cielo ! qué habrá ocurrido ? Voy a abrir.
Y abrió la puerta en seguida. La luz de la vela que el tio Tom aca
baba de encender derramó su claridad sobre la pálida fisonomía de
Elisa .
i Jesus, qué miedo me has causado , Lisa ! ... ¿ Estás enferma ?
: qué te sucede ?
- Me huyo, tio Tom, tia Chloé, y me llevo á mi hijo : nuestro amo
lo ha vendido.
¡ Vendido! esclamaron estos con el mayor asombro, levantando
las manos al cielo.
-Sí, vendido, repitió Elisa con voz firme. Esta noche oculta en
el gabinete que comunica con el cuarto de la señora , he oido decir
al amo que habia vendido á mi Enrique, y á Vd . , tio Tom , á un cor
redor de esclavos. Y piensa ausentarse de madrugada para no pre
senciar la escena de venir á buscarnos el corredor, y que nos lleve.
Miéntras Elisa decia esto , el tio Tom continuaba con las manos
levantadas y en sus grandes ojos retratado el asombro . Al principio
llegó á figurarse que soñaba ;pero así que pudo hacerse cargo de las
palabras de Elisa , se dejó caer á plomo sobre una silla y ocultó su
cabeza entie las manos .
- Qué nuestro ángel bueno tenga piedad de nosotros ! esclamó la
tia Chloé. Pero nó, eso no es posible, añadió ella, o que falta ha co
metido para que nuestro amo quiera venderle ?
- Ya se vé que ninguna falta ha cometido el tio Tom ; y el amo
auy bien quisiera conservarle : y la señora .... ; oh, si Vds. la hubie
lisen oido suplicar é interesarse por nosotros ! Pero el amo ha contes
dado que todo era inútil, que él estaba en las manos de ese hombre,
que de no vender á Vd . , tio Tom , se veria obligado á perder sus
tierras y todo. Y la señora, iqué buen ángel ! si ella no es cristiana
no hay cristianos en el mundo. Mucho me cuesta separarme de ella ;
pero no hay mas remedio . ¿& Ella misma nos ha dicho que un alma
male mas que el mundo entero ? Este niño tiene un alma, y si yo le
abandonase acuál seria su suerte ? Yo no soy culpable, pero si lo
fuese, que el Señor tenga piedad de mí, porque lo que he resuelto es
el único camino que puedo seguir.
Y tú , mi pobre viejo, dijo la tia Chloé porqué no haces otro
- 36
tanto ? ¿Esperarás que te lleven rio abajo y te unan á los negros de
piii,,
campo , dónde vengas á espirar de ham ? fi
te . Vete con Lisa ¿No tienes tú un pasaj,
Vamos , listo , ve á preparar tus efectos !
Tom levantó la cabeza , echó una mir
dijo con mucha calma .
--- No, no , yo no me voy . Elisa que parta , derecho tiene á ello. No
seré yo quien le aconseje lo contrario ; quedarse , seria en ella violen
tar las leyes de la naturaleza. Pero ¿ has oido bien , lo que ella ha di
cho ? Se me vende porque es preciso , porque si no habria que yen
derlo todo. ¿No soy yo tan fuerte comootro cualquiera, para sobre
llevar las consecuencias de esto? añadió lanzando un suspiro convul
sivo desde lo mas intimo de su pecho. El amo me ha encontrado
siempre en mi puesto, y siempre estaré en él . Siempre he correspon
dido a su confianza y siempre le correspondere. Vale mas que me
quede. No nos quejemos de nuestro amo , Chloé; él te cuidará á tí y
á los ...
Y se volvió hacia la grosera tarima donde lucian tres pequeñas ca
bezas de cabellos ensortijados, y la vista de sus hijos fué un agudo
puñal que le atravesó el corazon : se apoyó sobre el espaldar de la
silla y se cubrió el rostro con las manos. Profundos suspiros , gemi
dos sordos y desgarradores salieron amargura
de su pecho, é hicieron temblar
la silla . Sus lágrimas tenian toda la que las que habia ver
tido el amo sobre la tumba de su recien nacido. Eran las mismas la
grimas de duelo que las que derramó la señora en la agonía de su
ħijo. Porque el amo era un hombre, y el esclavo era tambien un
hombre ; la señora aunque llena de prendas y vestida de seda , no era
mas que una muger , y sus tribulaciones ni fueron mas tristes ni mas
amargas que las que esperimentaban sus siervos...
Además, dijo Elisa disponiéndose para salir, he visto ayer á mi
marido pero no sabia lo que me aguardaba . A él lo han precipitado y
piensa fugarse. Recomiendo ustedes que lo vean , que le cuenten mi
partida y le digan que procuraré llegar al Canadá: y si no he de vol
ver á verle mas ( aquí cambió de tono y continuó con voz trémula y
entrecortada) díganle que se consuele, que se conduzcabien para que
podamos reunirnos en elreino de los cielos. Llamen á Bruno añadió ,
y cierranle la puerta . Pobre animal ; no es preciso que él me acom
pane.
Trocaron todavia algunas palabras dedespedida , algunos adioses У
algunas bendiciones; despues, Elisa, tomando en brazos á su hijo, ad
mirado y lleno de pavor; lo apretó contra su corazon y echó á andar.
37

CAPÍTULO VI .

DESCUBRIMIENTO .

Al siguiente dia de la alcalorada discusion de los esposos, éstos se


dispertaron mas tarde que de costumbre.
-¿Que hará Elisa ?" dijo la señora Shelby despues de haber llamado
inútilmente repetidas veces con la campanilla.
M. Shelby sentaba el filo de su navaja, de pié delante del espejo, y en
este momento un muchacho de color le traia un poco de agua caliente
E para que su amo se afeitase.
- Andy, le dijo la señora, toca a la puerta de Elisa y dile que si no
___

ha oido la campanilla , que la he llamado tres veces . ¡ Pobre criatura !


añadió en voz baja dejando escapar un suspiro .
Andy volvió lleno de asombro.
Señor, señora , las gabetas de la cómoda de Elisa están por el
suelo У todos sus muebles revueltos ; parece que ella ha desapare
cido ,
La verdad del hecho se presentó á la imaginacion de los amos con la
velocidad del rayo .
- ; Ella ha sospechado algo ! esclamó M. Shelby , i ella se ha fu
į gado !
i Alabado sea Dios / dijo la señora Shelby , Dios quiera que así
sea .

Mujer, hablas como una loca. Buen negocio habria yo hecho . Ha


ley que me ha visto vacilar cuando se trataba de la venta del hijo, será
71 capaz de creerme cómplice en esta fuga. Se trata de mi honor .
Y M. Shelby salió precipitadamente.
2:
Por espacio de un cuarto de hora, hubo una sorpresa general entre
1
los esclavos y una confusion estraordinaria. Todos se hacian lenguas :
no se oian mas que esclamaciones, idas y venidas, ruido de puertas que
se cerraban y se abrian . La única persona capaz de dar alguna luz sobre
el asunto, capaz de descubrir aquel misterio era la tia Chloé y permane
cia muda. Un velo de tristeza cubria semblante antes alegre y espre
su
sivo ; ocupábase en los preparativos del almuerzo y parecia insensible à la
consternacion general .
En seguida como una docena de diablillos negros, muchachos de dis
tintas edades se fueron á colgar de la baranda del colgadizo, como otros
tantos cuervos de mal agiero, disputándose cada uno en ser el primero á
informar al comprador de la ocurrencia .
i Apuesto a que se pondrá furioso ! dijo Andy.
i Qué juramentos va a hacer ! añadió el negro Jack .
Nada remediará con eso, dijo Mandy; yo lo he visto muy bien ayer
y lo he oido todo : me escondi en el cuarto de la señora y no se me ha
escapado ni una palabra de cuanto ella ha dicho, y del cariño que tieng
á esa mujer amarilla.
4
38

Y Andy qne en su vida no habia reflexionado aun sobre las cosas


que habia oido y que se habia mezclado entre las mulatas, no para es
cuchar sino para dormir á su lado, se paboneaba con aire de impor
>

tancia .
Desde que Haley se presentó con botas y espuelas , fué saludado
por todos con la noticia de la fuga de Elisa . Los muchachos tuvieron
el gusto de ver cumplidas sus predicciones, porque prorrumpió en
maldiciones con una volubilidad y una energia que los admiró . Hur
táronle el cuerpo para evitar algunos latigazos y echáronse á correr
por el colgadizo con una alegria salvage, unos por un lado y otros
por otro : y así que se consideraron á salvo de los amagos de Haley,
renovaron sus saltos y cabriolas con acompañamientos de gestos de des
precio .
i Ah demonios, si ustedes fueran mios ! ... murmuró Haley entre
dientes.
Pero no somos de usted, dijo Andy haciendo un movimiento de
triunfo У algunas muecas detras del infortunado corredor .
Diga Vd. Shelby ¿ qué comedia es esta ? dijo Haley entrando en el
salon sinrespeto ni ceremonia alguna. Parece que esa muchacha У
chiquillo han desaparecido.
– Señor Haley, vd, no ha reparado en ini seniora, sin duda , din
M. Shelby .
Disimule Vd. señora, dijo Haley haciendo una leve inclinacion con
poca gracia : noticia singular ¿ y es cierta ?
Señor, dijo M. Shelby, si Vd. quiere tratar de negocios conmigo ,
que sea con el comportamiento que corresponde. Andy, tómale all
señor el sombrero y el látigo. Siéntese Vd. caballero. En efecto sient :
tener que decir á Vd., sobre escitado sin duda por lo que habrá oidi
ya, que la jóven en cuestion ha desaparecido anoche llevándose á si
hijo.
Confieso que esperaba de Vd . un proceder leal en este asunto, con
testó Haley .
L

¿ Qué quiere Vd. decir ? preguntó M. Shelby volviéndose con pres -


teza de frente á Haley. ¿Cómo debo comprender sus palabras ? Yo no
tengo mas que un modo de contestar al que ofende mi honra.
Él traficante se calmó en seguida, y añadió en un tono mas templado ,
que era muy triste verse burlado de esa manera .
Señor Haley, replicó M. Shelby, á no haber sido el motivo que
media para que á Vd . le causase una verdadera sorpresa, no habria
permitido que entrase Vd. en mi casa de un modo tan grosero como
lo ha hecho. Es preciso que Vd. lo sepa ; apesar de las apariencias no
permitiré que Vd . ni nadie dude de la lealtad de mi conducta. Es mi
deber ayudar á Vd. en cuanto me sea posible á que encuentre lo que le
pertenece. Disponga Vd. de mis gentes y de mis caballos. Haley conti
nuó él, dejando el tono frio y de dignidad con que habia comenzado,
para seguir con el de bondad que le era habitual, lo mejor será para Vd .
dejarse de incomodidades, almorzar con nosotros y ver en seguida lo que
podemos hacer en servicio de Vd.
La señora Shelby se levantó entonces, diciendo que sus ocupaciones le
impedian almorzar con ellos .
-
39 .

22 Parece que á la vieja no le hace buen ojo, vuestro humilde


servidor, dijo Haley: queriendo emplear de nuevo el tono de fami
liaridad .
No estoy acostumbrado á que se hable de ese modo cuando se
trata de mi señora, contestó secamente Arturo Shelby.
31 Disimule Vd . , esto ha sido una broma.
PI Bromas hay que son demasiado pesadas.
- Pues me gusta , dijo Haley entre si, , se vuelve arrogante desde
que ha firmado los documentos !
Mientras pasaba este dialogo, todos se ocupaban en la casa del
desaparecimiento de Elisa y de la venta del tio Tom , cuya suerte pro .
dujo tanta sensacion entre los demas esclavos, como la caida de un
primer ministro en un gabinete. Entre los que meditaban con mas
interés sobre el suceso figuraba en primer término Samuel el negro,
flainado así porque era aun tres grados mas negro que sus compa
ñeros .
Mal viento es el que reina , se decia Samuel , Tom está caido, y
otro negro ha de ocupar su puesto, que mucho tiene de envidiable :
¿ Si fuera yo el elegido?.... ¿Qué ocupacion tan soberbia, pasearse á
caballo, tener botas charoladas y un pasaporte en su bolsillo para ir
dónde se tenga por conveniente ? ‫ ¿ܐ‬Porqué no habia yo de ser el ele
gido , para llenar el vacío que queda ?
Eh ! le gritó Andy interrumpiendo sus reflexiones , el amo
quiere que ensilles á Bill y á Jerry.
¿ Para qué ?
Vaya una pregunta, i ignoras que Elisa se ha fugado ? Los dos
vamos á montar á caballo para ir en su persecucion acompañando á
M. Haley.
- ¡ Esta si que es mision de confianza ! 1Oh ! ya corresponderé á
ella ; y entonces mi ' negocio está hecho. ' Ya verás como doy con
ella .
- i Oh ! contestó Andy, mira lo que haces, que la señora no quiere
que á Elisa se la encuentre.
i Bah ! ¿ y cómo sabes tú eso ?
Porqueme lo ha dicho muy claro, cuando le llevaba el agua
caliente al amo para que se afeitase. Entónces la señora me encargó
que llamase á Elisa, como que tardaba en presentarse á vestirla ; y
cuando le dije que el cuarto estaba limpio y que el pájaro habia vo
lado, ella esclamó : « ¡ Alabado sea Dios ! » y recibió la noticia con
tranquilidad y hasta se alegró de la ocurrencia. El amo estaba fuera
de sí, y le dijo a la señora que era una loca ; pero ella triunfará,
estoy seguro de eso ; por lo tanto, lo mejor es que nos pongamos de
parte del ama si queremos estar bien .
Samuel el negro se rascó la cabeza, y aunque no era muy ins
truido que digamos, obedeciendo al principio de utilidad, hizo la
reflexion que acude á ciertos hombres políticos generalmente, que
fué pensar hácia qué punto se inclinaba la balanza, y decidirse por
lo mas favorable á sus intereses. En seguida se levantó el pantalon
movimiento maquinal que hacia siempre que se hallaba perplejo, y
contestó :
- 40 -

Eso no me parece muy derecho : sin embargo ..... yo hubiera


reido que la señora nos pondria á todos en movimiento para encon
trar á Elisa ; pero ...
No hay que vacilar, replicó Andy ; ( no comprendes que la se
ñora no quiere absolutamente que el hijo de Elisa pase en poder de
M. Haley ?
Ya, ya, comprendo, contestó Samuel .
Pues que ya estás en el negocio, le dijo maliciosamente Andy,
anda á ensillar los caballos, porque he oido á la señora que te llama
y hace tiempo que no te mueves.
En efecto, Samuel puso manos a la obra, y poco despues conducia
á. Bill y á Jerry al pasa, presentándolos al frente de la casa de vi
vienda en espera de las órdenes de sus amos. El caballo de Haley
era muy brioso y empezó á relinchar y a tascar el freno desde que
vió cerca de si los otros que conducia Samuel.
¡ Ola, ola ! dijo este con una sonrisa maliciosa, ¿ con qué eres
brioso ? tanto mejor.
Una elevada palmera se hallaba cerca del sitio en que estaban los
caballos, y algunas de sus hojas estaban diseminadas por el suelo .
Samuel tomó una de las pencas y se acercó al caballo de Haley aca .
riciándole con el pretexto de calmarle. Al ensillarlo coloco debajo de
la montura, hacia la cruz del animal, algunos de los palmiches, pe >

queño fruto que semeja balas de pistolas de bolsillo, de manera que


al mas leve peso que pusieran sobre la silla, el animal deberia po
nerse furioso .
Veremos ahora si te estás tranquilo, dijo Samuel arreglándose
de nuevo los pantalones.
En este instante la señora Shelby se asomó á una ventana y le hizo
señas para que se acercase . Samue se dirigió inmediamente á donde
estaba su ama, con todo el aire de un pretendiente que se presenta
en un ministerio en solicitud de un empleo.
- ¿ Por qué te has demorado tanto, Samuel ? ¿ No te dijo Andy que
vinieses en seguida ?
¡ Guardeme Dios, señora ! Como los caballos estaban al otro es
-

tremo de la finca, necesitaba mas de un minuto para encontrarlos.


.

Samuel, cuántas veces te he recomendado que no repitas la


muletilla « i¡ Guardeme Dios ! » Es una espresion que debe emplearse
de otro modo .
¡ Guardeme Dios, señora ! No lo diré mas.
Pero acabas de decirlo .
- Mi ama , ha sido sin intencion .
- Samuel, cuidado, que seas reservado y circunspecto. Vas á
acompañar á M. Haley, á enseñarle el camino y ayudarle . Ten cui
dado de los caballos : tú sabes que Jerry está niuy brioso desde la
semana pasada ; no lo hagas marchar muy aprisa : y acentuó estas
últimas palabras de modo que pudiese comprender el criado la inten
cion que envolvian : no satisfecha con esto, la señora Shelby le hizo
un signo de inteligencia mas determinado.
-No faltaré, señora, contestó Samuel , la señora quedará contenta ,
- 41 - -

contenta de mi... ¡ Guardeme Dios I ... Señora, dispenseme Vd . ya iba


yo a repetir...
Y Samuel tomó una actitud tan cómica , que el ama no pudo menos
que echarse á reir. Despues de reiterar la promesa de' vijilar los
caballos él fué á incorporarse con Andy que estaba cerca de la
palmeia .
No me sorprenderia, dijo, que la bestia de ese caballero haga
algunas corbetas cuando la monte. Eso sucede muchas veces. Y
acompañó estas frases dándole un codazo á Andy para que compren
diese mejor.
¡ Eso es bueno ! respondió este lleno de alegría .
La señora quiere ganar tiempo, y lo va á conseguir porque yo ...
Desata los caballos y déjalos pasear a su antojo . Si al montar M.
Haley ocurre algo , nosotros abandonamos nuestros caballos para
acudir á él ... y ya me comprendes .
Los dos negros, muy contentos del complot que habian formado, se
digeron algunas palabras en baja voz y empezaron á sonarse los de
dos, satisfechos de que lograrian su intento.
Poco tiempo despues Haley bajó á la esplanada que habia delante
de la casa de vivienda donde estaba su caballo. Algunas tazas de
muy buen café y unas copitas de licor le habian hecho volver el
buen humor, y se sonreia prometiéndose un buen éxito en su em
presa. Samuel y Andy reunieron algunos hojas de palma segun te .
nian costumbre para hacerse una especie de gorros y se dirigieron á
tomar sus caballos .
El gorro que se habia improvisado Samuel , sin embargo de ser
7

2 virle perfectamente de sombrero, caíanle por un lado уy otro las hojas


de palma, con lo que tenia un talante de orgullosa independencia;
el de Andy estaba mejor arreglado , cubríale bien la cabeza , y satis
3
fecho de su obra echớ una mirada en derredor suyo . como queriendo
decir : « ¿ quién se atreve á apostar que no tengo sombrero ?
Vamos, muchachos, dijo Haley, listos, que no podemos perder
>

tiempo.
Almomento, señor, respondió Samuel , presentándole las bridas: y
colocándose para tenerle el estribo.
Apénas hubo montado el traficante, hizo el caballo una corbeta у
se sacudió con tanto ímpetu que arrojó Haley á uoa distancia regular.
Inmediatamente trató Samuel de tomar las bridas al caballo , apro
vechando la oportunidad de rozar las hojas de palma de su gorro en
os ojos del animal, con lo que este mas irritado aun tiró , al negro
y partió con la velocidad de una flecha dirigiéndose al estremo del
undo. Bill y Jerry que Andy habia tenido bien cuidado de desatar
ļos, tomaron el mismo camino estimulados por las esclamaciones de
os negros. En seguida hubo una escena de desórden : los perros
'adraban , los negros gritaban ; y todos, hombres, mujeres y niños
prorrumpieron en una algazara infernal. El caballo de Haley parecia
participar tambien del entusiasmo general : se dejaba conducir hasta
la casa, y cuantas veces creian que estaba en calma volvia á em
prender su huida al galope. Como eran las intenciones de Samue!
4
42

disimular lo posible su plan de demora, manifestaba los mas heroicos


esfuerzos para contener al caballo ; de modo que, cuando él veia fácil
la operacion, agitaba su sombrero de palmas, con lo que mas espan
taba al animal, sin que esto le impidiese gritar con toda la fuerza
de sus pulmones. « ¡ Cogerle, cogerle ! » Haley se habia levantado,
dado á los diablos con la caida y pateaba de cólera . M. Shelby se
desgañitaba en vano dando órdenes desde la ventana del colgadizo ;
y la señora Shelby en la de su cuarto, gozaba contemplando aquel
cuadro de desórden que ella habia dispuesto.
Por último , era mas de mediodía cuando Samuel se apareció mon
tado en Jerry, y trayendo por el freno y como en triunfo al caballo
de Haley. El animal estaba bañado en sudor, el brillo de sus ojos y
la espuma que arrojaba por sus narices dilatada, descubrian desde
luego que no le habia abandonado del todo su instinto de indepen
dencia ,
| Aquí está ya i esclamó Samuel el negro, sin mí creo que no se le
hubiera atrapado.
Sin tí, gruñó Haley, tal vez esto no habria sucedido.
i Guardeme Dios, señor ! replicó Samuel con tono humilde,
buen modo de recibirme cuando he corrido como un desesperado tras
ese brioso jaco .
Está bien , está bien, contestó Haley. Me has hecho perder mas
de tres horas con tus majaderías. En marcha hora , y baste de con
versacion .
Pero señor, dijo Samuel con tono de súplica, ¿ Vd. quiere matar
hombres y bestias ? ‫܀‬No ve Vd. que estamos estenuados de fatiga y
puede ponerse en viaje antes
los caballos cansados ? ademas Vd . no
de comer. Jerry cogea, el cabalio de Vd. necesita un poco de reposo ,
y no creo que la señora permita que partamos de este modo . Tiempo
hay de sobra para encontrar á Lisa ; ella no ha sido nunca muy ca
minadora .
La señora Shelby que oia esta conversacion creyó llegado el mo
mento de desempeñar su papel . Bajó, expresó el sentimiento que te
nia por la caida de Haley, y leexigió que se esperase á comer, ase
gurándole que inmediatamente le servirian la comida. Todo bien con
siderado por el corredor de esclavos, cedió, aunque de mala gana ,
y Samuel satisfecho de su triunfo, le miró con una espresion irónica
y condujo de nuevo, las bestias á la caballeriza .
¿ Qué te parece ? le preguntó á Andy , es verdad que hemos pa
sado un buen rato y mas divertidos que en un meeting, viendo rodar
á Haley sobre la yerba y oyéndole jurar como un condenado ? Jura ,
viejo mio, decia yo entre mí, jura , que para que montes de nuevo ya
se ha de pasar un buen rato. Me parece que lo veo todavía tendido
en tierra .
Samuel y Andy , recostados contra la pared se reian á carcajada
tendida .
¿Notaste lo furioso que estaba, cuando me presenté por último?
Me hubiera muerto si hubiera estado en sus manos ... y yo humilde y
tan manso como un cordero . ¿ Reparaste como se reia la señora desde
la ventana ?
43 S

No he visto nada, contestó Andy , yo andaba á la carrera tras


de las bestias .
- En cuanto á mí, añadió Samuel arroglándose los pantalones , he
adquirido lo que se puede llamar el hábito de la observacion . Es
una costumbre muy importante Andy, y te aconsejo que la cultives,
pues que eres jóven ... levanta ese pie de detras ... la observacion,
sabes tú , establece diferencias entre los negros... ¿ No he adivinado
yo esta mañana que reinaba muy mal viento, y lo que la señora
deseaba ? Claro está que esto emana de una facultad . Las facultades
varian segun las personas, pero la cultura las aumenta .
Me parece, replicó Andy, que si yo no hubiese ayudado á tus
observaciones no hubieras visto tan claro las cosas .
Andy, tú eres un muchacho lleno de porvenir á no dudarlo.
Tengo el mejor concepto de tí, y no me avergüenzo por que haya to
mado algunas ideas tuyas. Vamos, entremos juntos en la casa, donde
apuesto cualquier cosa á que el ama nos tiene reservado un buen
regalo.

CAPÍTULO VII .

LA FUGA .

Elisa se entregó á las mas tristes reflexiones en el momento do


abandonar la cabaña del tio Tom . Difícil es concebir una criatura
humana mas llena de desolacion y de amargura . Elisa se separaba de
la única familia con quien habia vivido, de la sola casa que conocia;
abandonando aquellos lugares que tan gratos habian sido á su cora
zon, la idea de los peligros que la amenazaban á ella y á su hijo,
mezclábase al recuerdo de los padecimientos de su esposo. Por otra
parte constante en su imaginacion tenia la memoria de mil objetos
que le eran queridos ; árboles bajo los cuales habia jugado en su in
fancia ; lugares en que se habia paseado entregada å la mas dulce
tranquilidad y al mas inocente recreo. El brillo de las estrellas en el
triste silencio de la noche, enseñábale sitios muy conocidos, y en su
acalorada fantasía figurábase que hasta en aquella calma tan profun
da, que en la mismafrialdad de la noche habia un sentimiento de
reprobacion á su partida. Pero el amor maternal superaba todos estos
pensamientos. Su hijo podia caminar á su lado, y en otras circuns
tancias tal vez le habria llevado de la mano, pero la sola idea de ha
cerle andar le causaba miedo, y convulsiva le estrechaba contra su
seno. La capa de hielo que cubria la tierra partíase bajo sus plantas,
y este ruido llenabala de pavor. Escitada cada vez mas su imagina
cipn, el movimiento de las hojas de los árboles, las diferentes som
44

bras que estos formaban, todo la estremecia y la impulsaba á acele


rar sú marcha . Admirábase de la energía con que habia puesto en
planta su resolucion . Su hijo no pesaba en sus brazos mas que una
pluma, y las mismas alarmas que la rodeaban parecian aumentarla
sus fuerzas sobrenaturales . De vez en cuando porrumpia en invoca
ciones á su supremo protector : ¡ Señor, asísteme ! ¡ Señor, sálvame !
En cuanto á Enrique, dormia con la calma de la inocencia sin pre
sumir lo peligros que atravesaba. Lo estraño de este viaje habíale
tenido aigun tiempo despierto ; pero como su madre le babia repe
tido que ella le salvaria, estuvose tranquilo abrazado dulcemente al
cuello de Elisa, bastándole haberla preguntado antes de cerrar los
ojos :
Yo tengo que estar despierto ; & verdad , mamá ?
No, amigo mio , duerme, que yo te velo el sueño.
C
Pero mamá, si yo me duermo, stú no me dejarás llevar por ese
mal hombre ?
Nó, miéntras que Dios me ayude ! le respondió la madre pali
deciendo.
¿ Estás bien cierta ?
¡ Oh , estoy muy cierta ! contestó Elisa con un acento de con
viccion que parecia emanar de una inspiracion misteriosa.
Y colocando sobre sus maternales hombros la cabeza fatigada del
niño, este se entregó al sueño mas dulce. Al sentir el calor de sus
brazos y la compasada respiracion de Enrique, Elisa rodoblaba su
ánimo ; porque el menor movimiento de la crialura le comunicaba
una especie de sensacion eléctrica que la inspiraba mas ardor. Tal es
el imperio de la imaginacion sobre el individuo, que dando á los dé
biles fuerzas muy superiores, hace que los nervios volviéndose in
sensibles basta cierto punto, parezcan verdaderos resortes de acero
que rebustecen la persona.
Con mucha rapidez cruzó Elisa los límites del fundo de sus amos,
y así que llegó a la carretera hizo alto, precisamente en los momen
tos que la aurora se asomaba por el oriente . Ella babia ido muchas
veces á hacer visitas con la señora Shelby á una poblacion pequeña ,
situada en las márgenes del Ohio ; como conocia perfectamente el
camino, propúsose llegar hasta ese pueblo, atravesar el rio y luego
entregarse á la aventura.
Luego que advirtió Elisa que las caballerías y los carruajes em
pezaban a transitar la carretera, con la finura de percepcion propia
de la sobre escitacion en que estaba, comprendió que debia andar
pausadamente y aparentar cuanto le fuese posible la mayor tranqui
lidad, porque la precipitacion de sus pasos y el asombro que debia
estar pintado en su seinblante podrian dispertar las sospechas de los
viandantes . Bajó á su hijo , se compuso el vestido y empezó a cami
nar con mas lentitud. En el lio de su ropa traia algunas frutas y biz
cochos ; y para que Enrique no llamase la atencion sobre lo largo
del camino, arrojábale de vez en cuardo manzanas á regular distan
cia en tanto que élcon la mayor inocencia se apresuraba á recoger
las. De este modo llegaron á un espeso bosquecillo por donde man
samente se deslizaba un limpido riachuelo . Como el niño comenzó á
- 45
quejarse porque tenia hambre y sed , la madre internándose en el
bosque para ocultarse de las miradas de los transeuntes, sentóse ba
jo la sombra de una corpule: ta higuera, y le dió de almorzar. El
niño, admirado porque su madre no comia, pasándole un brazo por
el cuello la convidó con un pedazo de bizcocho .
.

No, hijo mio, no tendré apetito mientras que tú estés en peli


gro . Es necesario caminar Уy llegar al rio .
Y volviendo á continuar su viaje tomaron un sendero menos tor
tuoso . Ella estaba aun á muchas millas de distancia del distrito en
que estaban sus nigos . Caso de ser reconocida por alguno, se per
suadiú que seria tratada con las mayores consideraciones, porque
aun ella misma dudaba que habia emprendido una fuga .
Tranquilizábala mas aun la consideracion de tener tan blanca la
tez , que para reconocer que era de origen mestizo habian de exami
narla muy atentamente . Por lo tanto se persuadió que no era muy
peligroso pedir hospedaje en una de las estancias del tránsito donde
podria comer y reposar elia y su hijo. Como el peligro disminuia en
razon de la distancia, las emociones que la habian reanimado empe
zaron á calmarse, y se sintió muy fatigada. La propietaria de la es
tancia donde llamó, recibióla con la mayor alegría , muy satisfecha
de tener con quien hablar, y aceptó sin exámen cuanto Elisa la contó,
>

creyendo de buena fe que esta iba á pasar algunas semanas con una
familia de su amistad .
Una hora antes de ponerse el sol llegó Elisa al lugar que habia
elegido por término de su viaje. Sus miradas las dirigió desde luego
sobre el Ohio : tardaba en ser libre lo que tardaba en verse en la
opuesta orilla : aquel era el Jordan que la separaba de la tierra de
promision.
Empezaba la primavera : los hielos flotantes se columpiaban pesa
damente sobre las aguas tumultuosas. Las sinuosidades de la orrilla ,
del lado de Kentuky estaban cubiertas con enormes capas de hielo
que entorpecian el curso regular de una gran parte del rio . Elisa
contemplaba con la mayor tristeza este espectáculo , puesto que la
convencia de que no era posible atravesarlo porque la navegacion
era interrumpida. Así que comprendió las dificultades que se oponian
al logro de sus deseos, entró en una posada para pedir informes. El
patron que preparaba la merienda de costumbre suspendió sus fae
nas al oir la vozdulce y simpática de Elisa .
-¿Sabe Vd . dónde encontraré una barca que me pase á la orilla
opuesta ?
No hay ninguna en la actualidad , respondió el patron, es impo
sible atravesar el rio .
Fué tanta la espresion de tristeza que se pintó en lo fisonomía de
Elisa, que el patron la preguntó .
- Tiene Vd. mucha precision de pasar al otro lado ? ¿ Va Vd . á
ver å algun enfermo? Vd. parece que está sin sosiego.
-Tengo un niño que corre mucho riesgo, respondió Elisa .Lo ho
sabido ayer tarde, y he venido con la mayor precipitacion en la es
peranza de encontrar una barca .
-Lo siento mucho, añadió el patron , cuyas simpatías paternales
-46
se le dispertaron ; en verdad , me interesoʻmucho por Vd ., y me ale-
graria poderla servir completamente . ¡ Salomon !
Un hombre con un delantal de cuero se presentó en el dintel de la
puerta.
-Dime ese hombre va á transportar sus barriles esta noche ?
- No sé si podrá, pero va a hacer cuanto esté de su parte, res
pondió Salomon .
Hay. una persona que quiere pasar el rio esta noche porque tiene
que trasladar algunas mercancias : el vendrá á cenar en casa; Vd. po
dria muy bien aguardarle, añadió el patron dirigiéndose á Elisa .
Muv hermoso es ese niño .
El patron le ofreció á Enrique un pedazo de pastel, pero el niño
colmado de fatiga no le respondió sino llorando .
-Pobre niño, dijo Elisa, no está acostumbrado á caminar y lo .

he precisado tanto ...


-No hay cuidado, póngale Vd . , en ese cuarto , hay una buena
cama donde puede descansar, dijo el patron abriendo la puerta de un
aposento .
Elisa colocó al niño en la cama y le tuvo las manos entre las suyas
hasta que lo vió ya dormido . Para ella no habia sosiego . Temia y
con razon quis vendrian en su seguimiento, y miraba con sentimiento
que el rio lleno de hielos se estendia como una barrera impenetrable
entre ella y la libertad.
Dejemos á Elisa por un momento para ocuparnos de su persegui
dor. M. Shelby habia prometido que en seguida estaria la comida
lista y podria aquel sentarse á la mesa ; sin embargo varios inciden
tes retardaron la ejecucion de su promesa. La órden de disponer la
. comida inmediatamente, habia sido dada delante de M. Haley y trans
mitida á la tia Chloé por una media docena de mensageros ; á pesar
-de eso esta dignataria , contentabase por toda repuesta con pronun
ciar algunos sonidos inarticulados continuando sus ocupaciones con
la mas heróica tranquilidad. Todos los criados opinaban que su len
titud no seria del desagrado de su ama; y por consecuencia emplea
ron los medios mas ingeniosos para diferir el festin . Uno de los ne
gros que ayudaban en la cocina зa la lia Chloé, virtió la salsa, esta se
vió precisada á aderezarla de nuevo, y siempre respondia á los que
la precisaban, que ella por ningun tesoro del mundo dejaba salır de
sus manos un plato que no fuese apetitoso , ni sacrificaba su reputa
cion de buena cocinera por auxlliar á que prendiesen a alguno. Otro
criado dejó caer la botella del agua, por lo que tuvo necesidad de ir
de nuevo á la fuente. A cada instante venia un mensagero á la cocina
con la noticia de que Haley bramaba como un toro por la tardanza ;
que no se podia estar quieto en el asiento y que se asomaba constan
temente a la ventana en espera de la comida .
. -Me alegro, esclamaba là tia Chloé con la mayor indignacion : el
dia ménos pensado serán mayores sus inquietudes, si él no se en
mienda. Su amo enviará por él y veremos que cara pone .
-El irá a los infiernos seguramente, dijo el negrito Santiago.
-- Demasiado lo merece, replicó latia Chloé, ; mucho mal ha he
cho ! Te acuerdas de lo que el señor Jorge nos ha leido, la venganza
- 47
del Señor amenaza á seres tan degradados como él , y no tardará en
tener cumplimiento .
La tia Chloé , que estaba muy respetada en la cocina fué oida con
la mayor veneracion , y como la comida estaba ya corriente y ella ba
bia terminado ya sus principales ocupaciones, todos la rodearon para
escuchar sus observaci nes.
-
Lo quemarin por toda una eternad, di jo Andy .
Y me alegraré mucho , añadió Santiago.
Hijos mios, dijo una voz que los estremeció, ustedes no saben lo
que se dicen. La eternidad es una palabra terrible , y ustedes no de
ben desear para una criatura humana que por tanto tiempo sufra
bajo el peso de una pena.
Quien hablaba de este modo era el tio Tom que acababa de entrar ,
despues de haber oido desde la puerta la conversacion.
Nosotros deseamos males únicamente para los compradores de
hombres, dijo Andy, i son tan infames !
- Y que la misma naturaleza no se vuelve contra ellos ? replicó
la tia Chloé : ellos arrebatan los hijos a las madres, el esposo á la
csposa, y sin embargo esos asesinos infames, comen y beben tran
quilamente. Si el diablo no se los lleva, no sé para que pueda ser
útil .
Y la tia Chloé cubriéndose la cara con el delantal empezó a llorar
amargamente .
- La Sagrada Escritura nos ordena que roguemos por los que nos
persiguen .
i Rogar por ellos ! esclamó la tia Chloé, eso no podria nunca .
Figúrense ustedes, continuó Tom en qué estado tan triste se
hallará el alma de un traficante de esclavos, y denle gracias á Dios
que los liberte de esos sufrimientos . En cuanio á mí, prefiero mejor
ser vendido diez mil veces que tener los remordimientos que ellos
en su conciencia y las malas acciones de que tienen que dar cuenta
al supremo Hacedor.
Y yo tambien , dijo Santiago. Ten cuidado Andy:
Andy hizo un movimiento de hombros y se puso á silvar en prueba
de asentiniento .
Yo me alegro, añadió Tom , que mi amo, no se haya ausentado
hoy como penso. Eso me hubiera sido mas doloroso que el ser vendido .
Le he visto y he comenzado á conformarme con mi suerte y resig
narme á la voluntad del cielo . Mi amo ha cedido al imperio de una
necesidad y ha tenido razon ; pero temo que las cosas no continuen
muy bien durante nii ausencia. El señor no puede ejercer la misma
vigilancia que yo en toda la casa. Los jóvenes tienen las mejores dis
posiciones, pero son muy abandonados. Esto es lo que me inquieta .
Sono una campanilla yу Tom tuvo que presentarse en el salon .
Tom , le dijo su amo afectuosamente, te ruego que tengas pre
sente que si no estás pronto á la cita que te ha de dar Haley, ten
dré con este una responsabilidad de mil pesos fuertes. El ha de ocu
parse hoy de un otro negocio, por consiguiente todo el dia lo tienes
por tuyo. Ve donde te parezca .
Gracias, señor .
48

Acuérdate bien de lo que te acaban de decir , añadió el traſi


cante, y no vayas á jugarnos una pasada . Que no tengamos canalla
das de negros : mira que si vuelvo y no te encuentro aquí, exigiré
á tu amo el crédito integro . Si él me escuchára, no se fiaria tu amo de
ninguno de ustedes : ustedes se escapan entre las manos como las
anguilas.
Señor amo , dijo el tio Tom , no sé si Vd . recordará , pero yo
tenia ocho años y Vd . uno cuando su señora madre me encargó de
su cuidado. Ahí tienes á tu amo, me dijo ella, cuídale bien , y yo
recibí á Vd . en mis brazos . Le pregunto á Vd . ahora, si alguna vez
he faltado á mi palabra , y sobre todo desde que soy cristiano .
M. Shelby guardó silencio y algunas lágrimas asomaron á sus
ojos.
Amigo mio, respondió poco despues, confieso que no dices sino
la verdad, y que si estuviese en mis facultades no te venderia por
todo el oro del mundo .
Yo te prometo , añadió la señora Shelby , de volverte á comprar
tan luego como me sea posible . M. Haley, lome Vd. nota de la per
sona que compre á Tom, y hágame el favor de enviármela.
-
Señora, yo mismo puedo devolvérselo á Vd . dentro de un año
si Vd . quiere.
· Le vuelvo á comprar y le daré á Vd. algo de beneficio, dijo la [
señora Shelby .
Yo no deseo otra cosa , señora . A mi poco me importa el com
prador como yo haga un buen negocio ; yo no hago mas que bus .
carme la vida como cada hijo de vecino .
Ambos esposos estaban muy disgustados de la impudente fami
liaridad del corredor de esclavos, pero conocian convenia contener 2
la cólera . Mientras él se manifestaba mas insensible , mas deseaba la
señora Shelby que no pudiese él encontrar á Elisa, y mas grandes
artificios empleaba para retenerle allí . Ella alhagaba la sórdida ava
ricia del tralicante , se sonreia afectuosamente, le hablaba con afabi
lidad , y hacia los mayores esfuerzos porque no advirtiese el decur
so del tiempo.
A las dos de la tarde Samuel el negro y Andy trajeron los caba
llos que parecian muy bien dispuestos al viaje con el ejercicio de por
la maŭana .
-¿El amo de ustedes no liene perros ? dijo llaley disponiéndose
para montar.
- Y muchos, respondió Samuel que acababa de comer á satisfac
cion . Vea Vd . , allá abajo está Bruno y no hay negro en la finca que
no tenga algun perrito.
i No hablo yo de esos ! Pregunto ¿ si el amo no tiene perros de
presa para cazar negros ?
Samuel le habia comprendido perfectamente, y sin embargo aña·
dió con una candidez muy bien imitada :
¡ Oh ! nuestros perros tienen un olfato escelente . Yo los tengo
por muy apropósito para la cacería de que Vd. habla , aunque toda
vía no se han ensayado en ello . Y tienen muy buenas piernas : ; Bru
no , ven acá !
- 49 -
Samuel dió un silvido, y el perro de Terra- Nova perezosamento
vino á reunirse con el grupo de donde le llamaban.
-

cha .
- ¡ Qué el diablo cargue contigo y con el perro ! Vamos en mar
En el momento de montar á caballo, Samuel tuvo oportunidad de
arañar á su camarada y este soltó una carcajada, con lo que el cor
redor de esclavos se indignó mas aun.
Tu conducta me sorprende, Andy , dijo Samuel con la mas im
perturbable dignidad, las cosas mas serias las echas á risa .
Empezaron a andar : así que salieron de los límites del fundo, el
corredor manifestó que sus intenciones eran dirigirse directamente
al rio . 2

¿ Qué camino hemos de tomar ? preguntó Samuel, Vd . sabe que


hay dos carreteras , la nueva y la vieja .
Andy miró á su compañero con sorpresa ; pero se apresurú á cor
roborar lo que habia dicho Samuel.
Paréceme á no dudarlo que Elisa ha seguido la carretera vieja,
porque es la menos frecuentada, añadió Samuel.
Aunque Haley era hombre de experiencia y sospechoso , no cayó en
la malicia de la observacion .
¡ Si fueran ustedes hombres de confianza ! dijo él .
El dire meditabundo y reflexivo que tomó Haley al decir aquellas
palabras, divirtió mucho á Andy . Quedóse este detrás, y en el esceso
de su hilaridad estuvo á punto de caerse del caballo : la fisonomía
de Samuel por el contrario era impasible y lúgubre.
- El señor hará lo que quiera, dijo este; tomemos el camino
nuevo si le parece conveniente. Reflexionándolo bien me parece que
es el mejor partido.
- Ella habrá tomado regularmente el camino mas solitario, dijo
Haley.
Segun y conforme, replicó Samuel ; las mujeres son capricho
sas y generalmente hacen lo que uno ménos se figura ; de modo que
cuando uno cree que están en un punto, se las encuentra en otro.
Esta apreciacion filosófica del carácter femenino tuvo alguna in
Quencia sobre la resolucion del corredor de esclavos , quien resolvió
tomar la carretera antigua, y preguntó á Samuel si tardarian mucho
por aquel camino.
No señor, respondió el negro guiñando un ojo ; yo soy muy
práctico y opino que no debíamos ir por ella del todo, porque el ca
mino
-
abandonado
está y podríamos encontrar algunos tropiezos.
.
Sin embargo, adelante.
bros yYo de
he oido decir, que hace tiempo que
árboles corpulentos que impiden
está lleno de escom
el paso ; ¢ no es cierto
Andy ?
Andy contestó que él no estaba muy seguro de ello pero que lo
habia oido decir .
Haley era muy ducho en pesar en su imaginacion la importancia
que debia darse á las observaciones que se le hacian : él sé figurs que
Samuel habia hecho mencion de la carretera abandonada, en primer
5
50

lugar como para disuadirlo de que la aceptase, y que esta idea se la


habia sugerido el deseo de salvar á Elisa .
Emprendido el camino antiguo, encontráronse varias veces corta -
dos porque habia muchas higueras y barreras en el espacio de al
gunas millas. Estaba abandonado hacia tanto tiempo que Andy igno
raba la existencia de esa,senda, y seguia á sus dos compañeros con
una sumision respectuosa ; exclamando de vez en cuando que el ter
reno era pantanoso y muy malo para las piernas de Jerry.
- Ya les conozco á ustedes, buenas piezas, dijo Haley, pero estoy
muy sobre aviso ; en vano intentarán ustedes separarme de este ca
mino por mas invenciones que ensayen .
El señor es libre de hacer lo que guste , respondió humilde
mente Samuel; y ocultamente cambió una mirada de inteligencia
con Andy, quien estaba reventando por reir.
Samuel mostró un zelo y una vigilancia increible , ya gritaba que
veia un sombrero de mujer en la cima de una montaña lejana, ya
preguntaba á Andy si no era Elisa, la que veia en las faldas de al
guna eminencia. Él escojia para prorrumpir en semejantes exclama
ciones, los sitios mas escarpados, con lo que tenia á Haley constante
mente en movimiento y sorprendido.
Al cabo de una hora de camino los tres viajeros entraron precipita
damente en el patio de una gran estancia de labor. Todos los labra
dores estaban ocupados en el campo, y no habia ni una alma en la
á
granja á la que pertenecia aquel patio, pero como las fábricas cerra
ban el camino, era evidente que allí terminaba la senda.
-i Ah pícaros ! ustedes sabian esto muy bien .
¿ No se lo he dicho á Vd . señor ? No lo he repetido que este ca
mino estaba ya abandonado é impracticable ? Vd . no ha querido ha
cer caso de mis observaciones .
En efecto, el desdichado traficante se vió en la precision de hacer
un gran rodeo, volviendo sobre sus pasos y los tres viajeros volvie
ron atrás y tomaron la gran carretera
En consecuencia de la demora tuvo tiempo Elisa para llegar con
anticipacion sobrada áa la posada en que los perseguidores hicieron
alto al entrar en el pueblo. La prófuga estaba en la ventana que daba
al camino que traian aquellos, y miraba del costado opuesto : Sa
muel fué el primero que la reconoció : fingió que su sombrero se lo
habia llevado el viento, y dió un gran grito. Elisa se estremeció al 1
reconocerlos, y abandonó la ventana al inisino tiempo que Haley ha
cia alto con los dos negros en la puerta principal.
Elisa se revistió de la energía mas extraordinaria, y haciendo el úl-.
timo esfuerzo por salvar á su hijo, le tomó en hrazos, y como su
cuarto se comunicaba con una puerta que daba al rio, bajó precipi
tadamente las escaleras ; cuando se vió en la calle , el traficante la ad
virtió , y bajándose del caballo fuese en su seguimiento lanzándose
con el coraje que un lobo sobre su presa . Samuel y Andy lo acom -
pañaron. Elisa se creyó perdida, dió un grito salvaje y franqueando
el espacio que la separaba del muelle de hielo ; dando un salto tan
peligroso que solo pudiera concetirse hijo del delirio уy la desespera
cion , se lanzó entre los hielos flotantes en el rio . Haley mismo como
-- 51 -
por instinto dió un grito de compasion, la tuvo lastima, y se quedo pe
trificado.
El enorme pedazo de hielo sobre el cual habia caido se hundió en el
agua, y ella sin detenerse, saltando sucesivamente de peñasco en peñasco,
cayendo y levantándose, hiriéndose los piescon los filos del hielo dejando
huellas de sangre á su paso, porque no sentia , ni cemprendia nada,
como en medio de un sueño llegó á la orilla opuesta del Ohio , donde un
hombre le ofreció la mano con la mayor bondad .
¡ Es Vd. una mujer muy valerosa ! pero ; qué veo ! Elisa , į Vd. por
aquí ?
Elisa reconoció que el que le hablaba era un vecino de la posesion de
M. Shelby
¡ Oh señor , Symmsee, sálveme Vd . , ampáreme Vd . !
¿ Pues qué sucede ?
¡ Han vendido a mi hijo ! ... ; Allí está su amo, el del otro lado !
¡ Oh señor Symmsee, Vd . tiene un hijo ...
Si, pardiez, respondió el propietario, ayudándola á salvar lo es
carpado del terreno. Además Vd . es muy valerosa , y esto me gusta
mucho .
Despues continuó :
Yo quisiera hacer por Vd . alguna cosa, pero no sé donde reci
birla . Siga Vd. mi consejo, váyase Vd. allá abajo, á esa gran casa
blanca que ve Vd . aislada al fin de la calle principal de la ciudad ; está
habitada por muy buenas gentes, y estoy seguro que la recibirán muy
bien .
i Que Dios le bendiga ! dijo Elisa con fervor.
Esto no vale nada, respondió el hacendado. Vd . ha ganado muy
bien su libertad , y Vd . la tendrá si depende de mí .
Elisa se despidió y M.Symmsee lasiguió con la vistadiciendo :
Shelby me tomará á mal que ampare á esa infeliz ; pero que
me importa ? si a cualquiera de mis esclavos en semejantes circuns
tancias le hace lo mismo, no me disgutaré por ello. Yo no puedo
menos que socorrer á una mujer que sufre y está perseguida ; ade
mas de que yo no tengo obligacion de aprehender esclavos do
otros .
Durante el monólogo del honrado propietario, Haley se habia quedado
maravillado de lo que acababa de presenciar. Así que Elisa desapareció
volvió la vista hacia los otros negros :
¡ Buen negocio ! dijo Samuel.
Creo que esa muchacha está . dada al demonio , murmuró
Haley .
Supongo, replicó Samuel, que Vd . nos disimulara que no la haya
mos seguido porque, francamente, no tenemos tanto valor para emprender
ese camino.
Se rien ustedes ¿ eh ? dijo el traficante frunciendo las cejas.
¡ Guardeme Dios ! Tratare de evitar... Muy curioso ha sido ver á
Lisa saltar, hundirse y aparecerse... ; Dios mio ! se ha portado con una
maestría ...
Y dando libre curso á su contento, Samuel y Andy se echaron á reir á
carcajadas.
+
52
Ah pícaros , no reirán ustedes mucho tiempo ! y el corredor le
vantó el látigo .
Los dos negros se apartaron con el pretexto de montar en sus respec
tivos caballos y cambiaron una mirada maliciosa .
Quede Vd. con Dios, señor, le dijo Samuel; Vd. ya no nos nece
sita y nosotros nos volvemos á casa. Nuestra ama no aprobaria que
hiciésemos pasar á las pobres bestias el puente que acaba de atravesar
Lisa .
Diciendo esto Samuel y Andy se apearon y echaron al galope. Pos
unos minutos el eco trajo hasta los oidos del traficante el ruido de lar
risotadas en que prorrumpian los negros.

1
CAPITULO VIII.

LOS CAZADORES DE HOMBRES .

Elisa habia atravesado el Ohio con los últimos crepúsculos de la tarde.


Cuando desapareció en la orilla opuesta, la niebla de la noche se pre
sentó mas densa y las masas de hielo flotante у la oscuridad misma,
fueronyaobstáculo mas insup
tristementes á la posadaerabl
á los designiosdesu perseguidor.
Volvióse paraesdecidir el parti do que debia tomar.
El patron le condujo á una sala que estaba cubierta con un tapiz an
tiguo y hecho girones. Esta sala amueblada con algunas sillas de grande
espaldar en madera, tenia en el centro una gran mesa cubierta con
un pezado de hule y un gran banco delante del fuego. Algunos
bustos de yeso pintados con colores muy vivos adornaban la chimenea.
Haley se tendió a la larga sobre el banco y se puso á meditar sobre la T
instabilidad de las cosas humanas .
, Porqué me habrá causado envidia ese hombrecito ? dijo entre
sí. Aquí me encuentro tan avergonzado como una zorra en la
trampa.
Acompañó estas palabras con una serie de imprecacionesgroseras contra
sí mismo : aunque no las reproducimos, es necesario confesar que estu
vieron perfectamente aplicadas a la situacion . Salió de la especie de 1

sueño á que se habia entregado al ruido de un viagero que acaba do


llegar a la puerta de la posada.
Pardiez, dijo despues de haberse asomado por la ventana ; en efecto
parece que es una verdad lo que algunos llaman la Providencia. Juraria
que es Tom Locker .
Haley bajó precipitadamente a la sala de descanso. Al frente de un
mostrador, veíase à un hombre de tez bronceada corpulento como de
seis piés de aitura . Usaba una especie de gaban de lana pardo y lo
erizado de sus cabellos aumentaba el tipo salvaje de su fisonomía.
-
53
Marcábase en su semblante lo violento de su brutal carácter ; nuestros
lectores se formarán una idea exacta de este personage figurándose
un perro de presa disfrazado de hombre . Estaba a su lado el com
pañero de viage que formaba contraste con el primero, porque este
era raquítico, de ojos negros y de maneras parecidas á las del gato .
Lo largo de su nariz revelabă su penetracion, poco poblado de ca
bellos,sobresalia la frente estrecha que indicaba lo bien desarrollado
del sentimientode la astucia .
El hombre atlético se sirvió un gran vaso de aguardiente y se lo
bebió de un sorbo sin decir una sola palabra. El pequeño se adelantó
sobre las puntas de los piés, y echando una mirada en derredor con
ojos indagadores, y advirtiendo en un rincon muchas botellas , pidió
con voz afeminada un vaso de licor de Menta . Tomó el vaso con mu .
cho cuidado, lo examinó lleno de complacencia y se preparó á sabo
rearlolentamente .
-¡Buena casualidad es la que me ha traido aquí ! y presentándole
Haley una
Locker ?
mano al hombre corpulento, le dijo : ¿ Cómo lo pasa Vd.
Ola, ola ! ¿Vd. por acá ? ¿ qué diablos hace Vd . en este pueblo?
El hombre raquítico que se llamaba Marks, cesó de beber para
mirar á Haley, y en ese momento semejó á un gato que atisba á un
raton .
-Que me alegro de encontrar á Vd ., respondió Haley, me hallo en
una situacion muy crítica, de la que Vd. puede sacarme airoso.
- ;Jum ! contestó Locker , demasiado se sabe que cuando Vd . se
alegra de ver á uno es porque lo necesita . ¿De qué se trata?
Tiene Vd. un compañero, añadió Haley mirando con desconfianza
á Marks.
-Sí, el señor es Marks, mi agente de negocios. Marks, te presento
al señor Haley con quien he recorrido el Natchez.
-Tengo mucho gusto en conocerle y ponerme á sus ordenes, dijo
Marks alargandouna mano negra y descarnada como la pala de un
cuervo. ¿Con qué es Vd. el señor Haley?
El mismo, y pues que soy tan feliz con este encuentro voy á
contarles á ustedes lo que me ha traido hasta aquí. Pasemos á esa
otra sala, que nos sirvan agua caliente, azucar y cigarros, mucho
aguardiente y vamos a hablar un rato .
El patron encendió dos belas de seboy avivó la lumbre, en tanto que
nuestros tres personages se sentaron al rededor de una mesa en que
pusieron los diferentes artículos que habian pedido. Haley hizo un
relato patéticode todos sus infortunios .Locke leescuchó en silencio
con la mayor atencion. Marks que se preparaba artísticamenie un
yaso de ponche, se interrumpió por momentos avanzando su nariz y
barba puntiagudas. La conclusion de la historia pareció divertirlos
mucho, y las contracciones de sus arrugados labios denunciaron una
satisfaccion interior por el suceso .
-Buena ganancia, dijo este, hi, hi , hi , i qué pícara !
El comercio de niños tiene muchas contrariedades, respondió
Haley con acento de tristeza .
5*
- 54
-Es necesario acostumbrar á las madres á que abandonen á sus
hijos, dijo Marks, ese seria el mayor progreso de la moderna civili
zacion .
-Y que deberian alegrarse de verse libres de esos mufiecos inú
tiles, que no saben mas que fastidiar al prójimo, dijo Haley.
--Nosotros sabemos apreciar lo exacto de la observación de Vd . ,
señor Haley... Páseme el agua caliente... Hace tiempo compré una
muchacha sana, robusta y de buena figura, tenia un hijo apenas de
cuatro años jorobado , feo y maldito, ¿ pues Vd . quiere creer, que no
habia modo de consolar a la madre cuando se la separó del chiqui
llo? la maldita le tenia tanto afecto como si fuese una prenda de va
lor. Constantemente preguntaba por él, y hasta se escapaba muchas
veces para ir a ver al monigotillo. ¡Esto sí que es estraño! ¡ Las mu
jeres tienen ideas muy singulares!
-Mucha esperiencia tengo de eso, dijo Ilaley ; el verano pasado,
bajando yo el rio Colorado, compré una negra que tenia un hijo bien
constituido, cuyos ojos eran tan brillantes como los vuestros . Al exa
minarla ella miraba con mucha atencion la catarata. Quise cambiarle
por un barril de whisky ; pero cuando se trató de quitarle el chico á :
la madre, ella se enfureció que parecia un tigre. Estábamos todavía
ancladosy aun no habian metido los negros en la barra , cuando saltó
a negra como un gato sobre una de las pacas de algodon , arrebató
un cuchillo que tenia un marinero y empezó a amenazarnos. Cuando
se convenció que toda resistencia era inútil, se arrojó con el hijo de
cabeza al agua y no la volvimos a ver mas.
- Bah, bah!'Vd. no entiende el negocio, dijo Locker, mis negros
no me hacen á mi esas marrullerías .
-¿Y cómo impedirlo? pregunto Marks con vivacidad.
-Toma, tomā, cuando yo compro una negra que tiene un hijo
que ha de venderse, le arrimo el puño cargado á la nariz у le digo : 7
cuidado con chistar , si haces el menor movimiento te aplasto la cara, i
No quiero oir una palabra, ni el principio de una palabra. Tu hijo es
mio, ¿comprendes ? no es tuyo, no tienes mas que pensar en él. Voy
á venderlo, guardale bien de jerimiguear, ó si nó... Por este medio
enmucecen mis negras como los pescados, yУ si alguna se atreve a
chistar, entonces..,
Y Loker terminó su pensamiento dando tan fuerte puñetazo sobre
la mesa, que saltaron dos vasos y las botellas .
-¡Eso se llama tratar los negros á la baqueta! dijo Marks tocando
con el codo á Haley: ¡ Qué original es este Tom Loker! hi, hi, hi, los
negros hacen gala de ser testarudos, pero á tí te comprenden. Si no
eres el diablo , debes ser su figura.
Tom Loker recibió este cumplimiento con calma, y su fisonomía
espresó toda la afabilidad compatible con su arrogancia.
Haley en fuerza de empinar el coilo se iba volviendo mas sensible :
sus facultades morales se desarrollaban mejor bajo la influencia del
alcohol : fenómeno que produce frecuentemente entre los hombres
graves y reflexivos.
-Tom , dijo este, Vd. es verdaderamente muy cruel. Ya lo he te
nido á Vd . á mal ese carácter varias veces durante puestra campaña
55 -
de Natchez, y le he demostrado que es mas ventajoso en este mundo
tratar bien los negros, á lo que se agrega la recompensa de la otra
vida .
Tonterías, contestó Loker echándose al coleto un vaso de aguar
diente .
Haley se recostó en su asiento y replicó con grandes gestos .
Ne cupo, como otro cualquiera en ganar dinero, es mi primer
cuidado, pero no abandono mi aima por ello . Tengo mi religion , y
tarde ó temprano cuando haya hecho mi fortuna, pensaré en poner
me en bien con el cielo. Ademas ¿ Ne es mucho mas prudente evitar
las crueldades que no sean indispensablemente precisas ?
Con qué, quiere Vd . salvar su alma , replicó Loker con aire des
preciador, ¿ y sabe Vd . acaso que la tiene?
- Vd. no me ha comprendido : yo hablo por bien de Vd.
¡Déjeme Vd. en paz ! Yo no puedo permitir esta charlatanería.
Por otra parte, ¿ qué diferencia existe entre Vd . y yo ? Es Vd . mas
compasivo, pero es por hipocresía . Vd. quiere salvar su piel y des
pues de haber hecho un pacto con el diablo , que cumple exactamente,
quiere engañarlo en la última hora. ¡ Vaya Vd . en horamala !
– Ea,cada
eso,
de
señores, no incomodarse,
uno tiene su modo de interrumpió
ver las cosas.Marks, no se
El señor Haleytrata
si
gue las inspiraciones de su conciencia ; y Vd . Tom , tiene otro siste
ma, y es muy escelente ; en fin, que hemos de ganar nosotros con las
disputas, nada ; ocupémonos de nuestros negocios. Veamos, señor
Haley, ¿de qué se trata ? ¿ Quiere Vd. que le ayudemos á recuperar
esa mujer ?
La mujer me importa poco , es esclava de Shelby, lo que me
interesa es el hijo ; hice una locura en haberle comprado.
· No es esa la primera que Vd. comete, añadió Tom con un acento
irónico .
| – Vamos, replicó Marks, no injuries al señor Haley, ya ves que
>

nos pone en camino de hacer un buen negocio. Mas calma y atencion :


esto de arreglar es mi fuerte. ¿ Qué señas tiene la mujer en cues
tion, señor Haley ?
Color blanco, hermosa, ojos negros y bien educada. Hubiera
dado por ella á Shelby ochocientos ó mil pesos fuertes, y algo habria
ganado yo despues .
MarkColor blanco, hermosa, ojos negros y bien educada, esclamó
s,cuyo semblante se iba reanimando gradualmente, magnífica
especulacion para nosotros, Loker : nosotros nos encargamos de la
empresa : cazaremos los cimarrones , restituiremos el chico al señor
Haley, como es de justicia , y nos guardaremos la madre para venderla
en Nueva-Orleans. ¿ No es este un plan soberbio ?
Loker que habia estado con la boca abierta durante ese discurso,
la cerró bruscamente , lo mismo que un perro que cierra las mandi
bulas al atrapar alguna presa.
Vea Vd. dijo Marks á Haley meneando el ponche con el cucha
ron, los tribunales de este país son quisquillosos, pero nosotros
sabemos manejarlos. Me presento delante de ellos muy elegante,
botas charoladas, la corbata puesta con mucho esmero ; tan pronto
- 56
soy M. Fevickem de Nueva -Orleans, como un propietario que acaba
de llegar de su fundo en el rio de la Perla , ó que tengo cien negros
á mi servicio; otras veces soy un pariente lejano de Henri Clay ở de
cualquiera otro potentado de Kentuky. Tom tiene facultades disno
tintas : no sabe mentir pero es bueno para batirse. En cuanto á mí
no tengo rival cuando se trata de jura: en falso, hablar á los jueces y
persuadirlos ...
Tom Loker, que pensaba siemprecon mucha lentitud, interrumpió
al orador dando un puñelazo sobre la mesa .
-
¡Negocio hecho ! esclamó.
Pero no es preciso que rompas los vasos, dijo Marks, reserva
los puñetazos para mejor ocasion .
-
Pero, señores squé parte me dan ustedes en los beneficios ?
Nosotros le entregamos á Vd.el muchacho ¿ qué mas quiere Vd?
Como soy el que proporciona el negocio, y es de algun mérito ,
denme el diez por ciento del producto neto.
¡ Buena ocurrencial esclamó Loker dando nuevamente con el
puño en la mesa ; Marks y yo nos ocupamos en aprehender los escla
vos cimarrones; y cree Vd . que esto lo hacemos para provecho de
otro ? Está Vd. muy engañado. Nos quedarem'ss con la mujer sin
otra indemnizacion ; ó si Vd nos apura con madre e hijo. Vd . & qué
hace en sustancia ? enseñarnos las liebres ¿ y por esto hemos de en
tregar á Vd . la caza ?
Pues bien, dijo Haley asustado, ustedes me entregarán el hijo ,
puesto que me ofrecen presentármelo dentro de ocho dias, es sufi
ciente recompensa .
Pero no para mí, interrumpió Loker encolerizado. Conozco á ..
Vd. muy á fondo desde nuestra escursion á Natchez , Haley , y no dejo .
escapar la anguila cuando la tengo en mis manos. Vd . me va á adě .
lantar cincuenta pesos fuertes, ó de lo contrario no vuelve Vd . á ver
al chico.
Cómo es eso ! ¿ con qué yo le proporciono a Vd . una soberbia
especulacionque le puede dar un provecho do seiscientos pesos por
lo menos, y Vd. me corresponde de ese modo ? Vamos, sea Vd . mas
generoso .
Nosotros tenemos necesidad de dinero para los gastos de mes y
medio : además ¿ quién nos indemnizará si por accidente nos echamos
á correr tras de vuestro muñeco y no damos con él ? claro es que Vd .
es el responsable de nuestros gastos. Vamos , venga el dinero, ó si
no, trabajaremos, pero nos tomamos el chico por via de recompensa .
Esto es muyjusto, ¿qué te parece amigo Marks ?
-
Tienes mucha razon , la cosa es clara, contestó Marks, con tono
conciliador, eso puede estimarse como honorarios. ¡ Hi, hi, hi ! No - -

sotros somos hombres justos y siempre aceplamos lo que es de ley. t


Loker conducirá el chico donde Vd. quiera.
-

Si lo encuentro, dijo este, lo llevaré á Cincinati y lo depositaré


en casa de Granny Belcher, en el desembarcadero .
Marks sacó de su bolsillo una cartera muy abultada y tomando una
loja de papel fijó sobre ella sus negros ojos.
Veamos dijo, los negocios mas urgentes y si podemos de paso
a
-
- 57 -
-

§ concluir este. Apresar muerto ó vivo al negro Jim , recompensa tres


e cientos pesos. Dik y Lucy, marido y mujer, seiscientos pesos.
La negra
Polly con sus dos hijos ; por los tres seiscientos pesos. Es necesario exi
í girde Adam y de Springer un premio por los demas negros ; ; eh Tom
Loker ?
Nó respondió Tom , son muy exigentes.
- Yo me entenderé con ellos ; son principiantes en la carrera, y
-

es necesario que consientan en trabajar barato. Yo veo en esta lista


tres individuos cuya persecucion es muy fácil, pues que se trata de
à matarlos ó de jurar que se les ha muerto ; por consiguiente, no se
debe exigir mucho por esto. Dejemos nuestros antiguos negocios
para ocuparnos del nuevo. Señor Haley ¿ ha visto Vd. pasar el rio á esa
? mujer.
- Como les veo á Vds.
Y un hombre se ha incorporado con ella del otro lado del rio ?
Puedo asegurarlo .
- Probablemente ,continuó Marks, la habrá conducido á alguna parte :
: pero dónde ? esa es la cuestion. Qué dices tú Loker ?
Quees necesario atravesar el rio esta mismanoche.
· Pero no hay barcas y los hielos hacen muy peligroso el pasaje.
-

Eso no importa, es preciso, contestó Loker con resolucion.


Ya lo creo, pero la noche está muy oscura.
Di mas bien que tienes miedo ; pero es indispensable que nos deci
damos á ello , porquededemorarnos aquí, la mujer no tardaria mucho
en desaparecer y ni el diablo daria con ella.
-No es porque yo tenga miedo.
¿ Y entonces ?
- Porque no hay barcas.
He oido decir al patron que habria una barca esta noche , y quo
hayun hombre que piensapasar elrio. Nohay que vacilar ,debemos
incorporarnos
aprovechar esta ocasion é con él.
Supongo que ustedes llevarán buenos perros de presa , dijo
Haley.
De primera clase , respondió Marks , pero de nada nos sirven por
>

que noar. tenemos ningun objeto de los címarrones que ellos pueden
olfate
c.; Cómo quenó! replicó Haley, con aire de triunfo ; con la precipita
cion ha dejado ella sobre la cama un sombrero y un pañolon .
· Magnífico, contestó Loker : cuantas veces se han arrojado nuestros
perros
nocersesobre
.
alguna mujer, no ha quedado la presa en estado de desco
-

Bueno es tener en cuenta , añadió Marks, que nuestros perros han


hecho cuartos áunhombreen la Mobila antes que hubiésemos tenido
tiempo decontenerlos.
En ese caso no convienen de ningun modo, porque si la muchacha
puedevalerbuen dinero es por lohermoso de su semblante.
refuYa
giada comprendo, dijo Marks, ademas si ella está en alguna casa
, no son necesarios absolutamente. Los perros son buenos
para las posesiones de campo donde los negros se ocultan entre los bos
ques .
38

Mientras tanto, Loker hacia varias preguntas al patron, quién volvió


a anunciar que el bote estaba listo .
Marks se levantó con repugnancia, echando una mirada de sentimiento
sobre el cuarto abrigado que abandonaba. Haley contó los cincuenta pe
sos á Loker y los tres cazadores salieron de la posada.
Algunos de nuestros lectores podrán dudar de la exactitud del cuadro
que acabamos de presentarles ; pero les recordaremos que en ciertas
partes de los Estados -Unidos la caza de esclavos cimarrones está elevada
à la dignidad de una profesion legítima y patriótica . Si la esclavitud hace
progresos en el vastopaís que se estiende entre el Misissipi y el Océano
pacífico, el traficante y el cazador de esclavos pueden figurar en el rango
de la aristocracia americana
Mientras que la conferencia referida habia tenido lugar en la posada,
Samuel y Andy continuaban su camino. El primero estaba en un estado
de exaltacion que se manifestaba por las mas bizarras contorsiones ;
de tiempo en tiempo se revolvia sobre su caballo , saltaba á diestro
y á siniestro ó se entregaba á accesos de hilaridad estraordinarios
resonando en los bosques los ecos de sus carcajadas. A pesar de todas
estas evoluciones, apresuraba el paso á las bestias de tal modo que entre
diez y once el casco de los caballos resonaba en la arena del patio ante
rior å la casa de vivienda de sus amos . La señora Shelby les salió al en
cuentro .
¿ Qué ha ocurrido Samuel ?
M. Haley descansa en una posada y está horriblemente can
sado.
¿ Y Elisa ?
Ha atravesado el Jordan y está ya en la tierra de Canaan .
Sumuel afectaba siempre mucha piedad en presencia de su ama, y em
pleaba segun le era posible imágenes tomadas de la Escritura.
.

Esplicate mas claro , dijo la señora Shelby .


Pues bien , señora , el Señor preserva los suyos. Lisa ha pasado el rio
de un modo tan sorprendente como si hubiera sido transportada en un
carro de fuego tirado por dos caballos.
Sube, dijo M. Shelby, que habia seguido á su esposa, y cuenta á tu
.
>

ama lo que desea saber ; entra Emilia ; tú tienes frio, y te espones sin
necesidad ...
¿ No soy mujer, no soy madre, no somos responsables ante Dios de
lo que suceda á esa infeliz muchacha ?
Hemos cumplido con nuestro deber, Emilia .
Sin embargo yo me creo culpable ; puede que me equivoque, no
diré nada mas .
¡ Ola, Andy ! gritó Samuel desde el colgadizo, llévate las bestias á
la caballeriza mientras voy a hablar con los amos.
Ahora , Samuel, dijo M. Shelby , cuéntanos la cosa tal como ha pa
sado. ¿ Dónde está Elisa ?
La he visto con mis propios ojos atravesar el rio sobre el hielo flo
tante , ni mas ni ménos que milagrosamente.
Ese milagro me parece muy dudoso.
Pues , señor , es la pura verdad . Nosotros habíamos llegado a la
orilla del rio. Elisa estaba en una ventana de la posada. Yo perdi de
39 -

repente mi sombrero, y di un grito capaz de dispertar dos muertos ,


Elisa lo oyó y corrió como una loca al rio . Nosotros nos pusimos to
dos á correr tras ella ; pero no hubo remedio ; ella dió un salto de dos
varas y fué á caer sobre un gran pedazo de hielo : oimos bien claro
el cric crac ; ella saltaba sobre los bielos como un ciervo . ; Guardeme
Dios ! Esa mujer tiene unas fuerzas que no son comunes, esta es mi
opinion .
La señora Shelby, pálida de emocion, guardó silencio mientras duró el
relato de Samuel .
i Alabado sea Dios ! no ha muerto. ¿ Pero en donde está el pobre
niño ?
-
El señor lo ha salvado, contestó devotamente Samuel . Aquí so ma
nifiesta el dedo de la Providencia de que tantas veces la señora nos ha ha
blado cuando nos instruia. Sí, todos somos instrumentos de la voluntad
el cielo. Sin mí , Elisa hubiera sido aprendida dos veces, en lugar de
na. No soy yo, quien dió suelta esta mañana á los caballos? ¿ Yo,
aién hice caminar cinco millas á Mr. Haley por la antigua ruta ? Sí , la
sovidencia lo ha querido así .
Usted hubiera podido dispensarse de ser el agente de todo esto , dijo
ir . Shelby con el tono severo que el caso exigia. No consentiré nunca
die se burle de las personas que recibo en mi casa.
Es tan dificil finjirse enojado con un negro, como lo es con un niño.
pesar de la habilidad con que se procura, ambos adivinan fácilmente
is verdaderas disposiciones de sus interlocutores. Los reproches de
embargo una compun
1 señor, no desanimaron á Samuel , fingió sin
on profunda y su boca se frunció tristemente en señal de arrepenti
aiento .
- Miamo tiene razon, dijo ; hice mal, lo comprendo; pero un pobre
egro está espuesto frecuentemente á obrar mal, sobre todo cuando es
-mula su cólera una conducta como la del señor Haley .
Y bien, dijo la señora Shelby, puesto que coneces tus yerros dile á
a Chloé que te dé jamon de la comida de hoy .
La señora es muy escelente con nosotros, dijo Samuel inclinán
Jose .
Ha podido notarse que Samuel tenia un talento natural , que aplicado
á la vida política , lo hubiera llevado á los primeros puestos. Consistia
todo en un capital que él colocaba en beneficio de su amor propio y de
su reputacion. Despues de haber probado su piedad y humildad en el sa
lon , cnbrióse arrogantemente con su sombrero de palma, y se dirigió á la
choza de la tia Chloé, con el intento de obtener los sufrágios de la co
cina .
Ahora, dijo Samuel, voy á sorprender a los negros.
Uno de los mayores placeres de Samuel el negro , era acompañar
á las reuniones políticas. Encaramado en un árbol ó en una barrera,
escuchaba ávidamente a los oradores, y reproduciendo impavido des
pues en medio de las gentes de color, los discursos que habia escu
chado.
Estas imitaciones, las mas veces burlescas, y otras bastante exactas,
habian dado á Samuel la reputacion de elocuente, y él procuraba en
grandecer esta opinion siempre que podia.
60

Entre él y la Chloé, habia habido siempre cierta frialdad, por cau


sas que no se habian determinado claramente, pero como Samuel , al
comenzar sus operaciones, se proponia hacer presa ante todo en las
provisiones alimenticias, tomó el partido de mostrarse conciliador.
Sabia, es cierto, que las órdenes de la señora se cumplirian al pi : de
la letra ; pero la buena voluntad de la cocinera podia hacerlas mas ven
tajosas.
Presentóse pues ante la tia Chloé, con aire patético, como si hu
biera sufrido cruelmente , por la inocencia perseguida. Al dirigirse
directamente a la ilustre funcionaria , tributó homenage á su superio
ridad gerárquica. Sus caricias tuvieron éxito, y ningun candidato para
la diputacion egerció nunca mayor imperio sobre un elector cándido,
que el que obtuvo el negro sobre la tia Chloé. Aun cuando hubiera
sido el hijo pródigo no le habrian tratado con mayor y mas maternal
liberalidad. En breve tuvo la dicha de sentarse en presoncia de un
gran plato de estaño, en donde vió reunidos los restos de cuanto en
los tres dias anteriores se sirvió a la mesa . En él figuraban en pinto
resco desórden, alas de pollos, tajadas de jamon , tortas doradas, ba
jos relieves de pastel , representando todas las formas geométricas
imaginables . Samuel , coronado con su sombrero , disponia á lo
soberano de todos aquellos comestibles , y Andy era su primer mi
nistro.
Detodas partes venian allí para oirle relatar las hazañas del dia ; fué
aquella, para Samuel , una hora de gloria ; él contó y volvió a contar sus
aventuras que enriqueció con mil adornos. Su narracion hizo reir mucho ;
pero Samuel conservó inalterable la gravedad sentenciosa que exigia se
gun el su papel.
Ya ven ustedes, mis queridos compatriotas, dijo Samuellim
piando con sus dientes un muslo de pavo, que en estas circunstan
cias, he tomado la defensa de todos . Pretender salvar a cualquiera de
nosotros de un peligro es hacer un servicio general y particular a nues
tra clase ; el principio es el mismo. Cuando los traficantes de esclavos
vengan nuevamente en busca de nosotros, dirijánse ustedes á mí, her
manos mios; yo les haré entrar en la verdadera senda de la razon y yo
sostendré vuestros derechos con la enerjía que correspɔnde hasta exhalar
el último suspiro .
Sin embargo tu te inclinabas, dijo Andy, esta mañana á aprehender
á Elisa, si no te prevengo antes.
No hables nunca sobre lo que ignoras, contestó Samuel , con un tono
de marcada superioridad. Los muchachos como tú Andy, tienen buenas
intenciones, pero no pueden penetrar jamás los motivos profundos que
pueden guiar la conducta de un hombre.
Andy pareció confundido ante esa observacion .
He pensado concienzudamente aprehender á Elisa, replicó Sa
muel, interin creí que est era el deseo de mi amo. Así que me con
venci que la señora deseaba lo contrario , cambié de opinion mas
concienzudamente todavía . Por esto , tú lo has visto, he seguido con
persistencia, las inspiraciones de mi conciencia, cediendo siempre a
los principios; si, a los principios ; porque, ¿ de qué servirian ellos,
- 01

sino para darnos la perseverancia ? Toma este hueso Andy, que aun
tiene alguna masa .
El auditorio escuchaba en silencio las palabras filosóficas del ora
dor, que no encontrando quien pudiese responderle volvió a continuar
su arenga .
La persistencia , mis queridos amigos, es una virtud esencial .
Los individuos que sostienen una cosa hoy y otra mañana, no tienen
derechos al título de hombres perseverantes... Andy, pásame ese pas
tel ; voy á servirme de una comparacion vulgar, y espero que las se
ñoras y los señores me escusarán. Tengo necesidad de subir sobre
un monton de paja , pongo la escalera de un costado, y no es sufi
ciente ; entonces sin hacer nuevos esfuerzos sobre este punto, pon
go mi escalera por el otro costarlo y nada... & pueden acusarme que
no tengo persistencia ? no señores, porque yo he tratado de subir .
Esto es claro .
Vd . no ha empleado su persistencia en cosa que lo valga, dijo
la tia Chloé, que se habia incomodado con la aprobacion dada por
los demas á las palabras de Samuel .
-
Sí, dijo este levantándose para dar mas importancia á su perora
cion , sí , mis conciudadanos ; y ustedes mujeres del otro sexo, tengo
mis principios, y estoy muy satisfecho porque puedo llevarlos en mis
bolsillos; los defiendo y los defenderé aun cuando hayan de quemar
me vivo , y deben esculpir sobre mi tumba, que he vertido la última
gota de mi sangre por mis principios, por mi país y por los intereses
generales de la sociedad .
Enhorabuena, dijo la tia Chloé, en virtud de tus principios, es
necesario que te vayas á acostar, pues no es justo qne nos tengas á
todos en vela por más tiempo. Nuestros muchachos no tienen nece
sidad de mas letanías .
--- Negros, dijo Samuel, agitando su sombrero, yo os bendigo : á
la cama y que seais buenos ' muchachos .
Despues de esta patética bendicion , se disolvió la asainblea .

CAPITULO IX ,

EN DONDE SE VE QUE UN SENADOR NO ES SINO UN HOMBRE .

El resplandor de un hermoso fuego encendido en un espacio y


bien adornado salon , reflectaba sobre el dorado de un brillante ser
zicio de té . Quitábase las botas el senador Bird, y se preparaba á po
erse un par de preciosas y cómodas pantuflas que su mujer aca
jaba de bordarle. Preparaba entre tanto , la señora Bird , las tazas so
6
62 -

bre la mesa, reprin:iendo de vez en cuando el bullicio que metian tres


niños juguetones y atolondrados.
He creido conveniente haber pedido permiso para pasar una
lemporada en las duizuras del hogar doméstico . Me ha cansado hor .
riblemente el viaje, y padezco un dolor de muelas muy agudo .
Dirigió entónces la vista la señora Bird sobre un pomo de alcanfor
que estaba en el fondo de un armario que se hallaba entre abierto, é
hizo ademan de apróximarse á él .
.

Nó, no María ; no quiero medicamentos. No deseo sino una


taza de té . ¡ Ah, cuánta necesidad tengo de reponerme ! ¡ Si supieras
cuán penosas son las tareas legislativas !
Sonrióse el senador, complaciéndose con la idea de que se sacrifi
caba por la patria .
¿ Qué babeis hecho pues en el senado ?
Ocupábase muy poco la sencilla señora Bird de lo que se trataba
en las Cámaras, preferia ocuparse de lo que se pasaba en su casa , y
conocer todos los pormenores de ella, así fué que aquella inusitada
pregunta, no dejó de admirar á su marido, que respondió
No se ha tratado, allí de nada importante ,
¿ Pero no es cierto que se ha votado una ley que prohibe el dar
de comer y desbeber á esas pobres y desgraciadas gentes de color
que viven errantes por los campos ?
He oido hablar de esa ley, pero jamás hubiera podido persuadirme
que los hombres que se dicen discípulos del Crucificado hubieran sido
capaces de adoptarla.
- Ah , ah, María ! A lo que veo, parece qne os habeis trasformado
en una mujer política .
No ; generalmente me importan muy poco ningunas de las
cuestiones en que os agitais ; pero miro la ley en cuestion , como
cruel y contraria a los preceptos del Evangelio ; así espero que no
será sancionalla .
-0 , engañais ; de tal manera los abolicionistas han trastornado
Kentucky que los propietarios de aquel Estado se hallan siempre
presa de con.inuas alarmas . Y con el fin pues de tranquilizarlos, y
darles algunas garantías se ha prohibido por una ley, el socorrer å
los esclavos que se refugian en nuestro Estado.
¿ Se ha prohibido asimismo de dar hospitalidad aun por una sola
noche, á aquellas desgraciadas criaturas, de prepararles una buena
y abundante cena, de darles algunas ropas inservibles que se pudren
en los rincones y de despedirlos en seguida ?
-

Sí, querida mia ;; lo contrario seria hacernos sus cómplices .


Era la señora Bird una mujer tímida y débi! en apariencia ; tenia
su rostro el bello de un melocoton , la voz afable y armoniosa, y en
sus hermosos ojos brillaban la dulzura y la bondad. El cloqueo de
un gallo d India bastaba para ponerla en derrota , y un perro do
guarda la hacia tener à distancia con solo mostrarla sus dientes. Su
marillo y sus hijos eran para ella todo su universo ; reinaba en el
interior de su casa mas bien por la persuasion que por su energia ,
y si alguna vez llegaba á animarse, no era sino cuando se la heria
en las simpatias de su amable carácter . Irritábala la mas leve cruel
63

dad y su culera entonces , contrastando con su habitual mansedum


bre, inspiraba una verdadera inquietud , que no podia esplicarse .
Era la mas indulgente de las madres, empero conservaban todavía
sus hijos el recuerdo del severo castigo que les habia impuesto por
haberse concertado con varios piiluelillos de la vecindad para matar
á pedradas á un gato sin defensa.
He conservado por largo tiempo las marcas de aquel castigo ,
decia el mayor de sus hijos . Estaba mi madre furiosa, crei por un
1
momento que estaba loca; me apaleó desapiadadamente, y me envio
en seguidla á la cama, sin darme ni siquiera el tiempo para recono
cerme. Oila unmomento despues llorar detrás de la puerta de la ba
bitacion en donde yo estaba, y aquellas lágrimas de tierno arrepen
timiento arrancaron las mias. Desde aquel funesto dia , jamás he
vuelto á tirar ninguna piedra á los gatos .
Levantúse en aquel moment!), con estremada precipitacion , la
señora Bírd, encendiénrose sus megillas de un vivo encarnado, em
.

bellecióse su rostro de una noble indignacion, y se adelantó con ade


man resuelto hácia su marido :
Jhon , le dijo ; quiero saber si encontrais esa ley justa y
cristiana .
¿ No me matareis María, si os respondo afirmativamente?
i Jamás lo hubiera creido de vos Jhon ! ¿ llabeis por ventura
votado en favor ? ...
Sí, mi querida diplomata.
- Debeis avergonzaros, Jhon ¡ tomar tan infames medidas contra
los inocentes desgraciados, privados de pan y de abrigo ! Vuestra
ley es vergonzosa, abominable ; y yo la infringiré la primera vez
que la ocasion se me presente ; y yo te aseguro que esta no se
liará esperar ; alimento esta esperanza. ¡ Por ventura una mujer no
tiene el derecho de dar una comida, y un abrigo a los infelices este
nuados por el hambre y la fatiga porque tengan la tristisima condi
cion deesclavos, y hayan sido inhumanamente oprimidos toda su
vida?
EscúchameMaría ; vuestros sentimientos os honran y ennoble
cen y aumentan la estima y cousideracion que siento en vuestro
favor; empero no debemos nunca dejar prevalecer nuestras impresio
nes sobre nuestro juicio y nuestro deber. Considerad que no ha sido
aquí cuestion de consultar su opinion personal; débese al contrario
dejarla aparte, y no ocuparse sino del público interés y de las
exigencias de una situacion difícil y complicada.
No entiendo nada de vuestra política, Jhon; pero he leido las
Santas Escrituras y este divino libro me recomienda y manda dar de
comer al hambriento , de vestir al desnudo, y consolar al triste.
Tales son pues las so.as leyes y preceptos que yo pretendo seguir
y que observaré con esmerada exactitud.
ĆMas , y si cumpliendolas, introducís el desórden en la so
ciedad ?
- Nunca puede ser malo obedecer a Dios y se tiene siempre razon
cuando se practica lo que él nos manda.
(4 .
Prestadme atencion, María ; voy á presentaros un argumento
irrefutable ...
-¿Con qué objeto ? estariais hablando toda la noche, y no lo
grariais convencerme. Por mi parte os hago simplemente una pre
guntar;
las ¿Arrojariais
del y devuestra casa unapobre criatura, quepadece
fugado de la propiedad de un amo cruel é impío ?
Debemos decir en elogio de nuestro senador , que era este un
hombre humano, accesible, é incapaz de negar á otro un servicio .
Lo sabia asi en efecto su mujer y le atacaba por el lado vulnerable .
Mas antes de responder á la hipótesis , echó mano de los prelimi
nares que generalmente se ponen en juego para ganar tiempo. Tosió
varias veces sacó su pañuelo para limpiar sus anteojos y bajó la
vista, como un hombre que medita y no acierta lo que ha de decir .
Pero viendo vacilar á su marido, la señora Bid no tuvo escrúpulos
en aprovechar y valerse de sus ventajas.
¡No os considero capaz de accion tan indigna! ¡ Arrojar á la
calle , por ejemplo, á una mujer infortunada en esta fria y nebulosa
estacion, ó cometer la impía crueldad de conducirla á una prision
infectal ... No te creo capaz de ello.
Cumpliria con un penoso deber, repuso Mr. Bird con melan
cólico acento .
Nunca seria un deber accion tan inicua. Si los propietarios
quieren impedir la fuga de sus esclavos , que los traten con caridad
ý benevolencia, tal es mi doctrina. Si tuviera esclavos, y á Dios
gracias no los tendré nunca, segura estoy que ni siquiera uno
pensaria en separarse de mi .
No se escapan los negros, cuando son : dichosos , y si huyen de las
habitaciones y se conciertan alguna vez contra sus malvados opre
sores , cúlpese al mal tratamiento que se les da, á las privaciones de
toda especie, á y los tormentos físicos y morales con que se les
agovia , oprime yapresura la muerte.
Dejadme querida María razonar, observaros que... 1

Detesto los razonamientos, John , mayormenie si versan sobre


tan bárbaro asunto. Vosotros, hombres políticos, sabeis el arte de
oscurecer las cosas mas claras y embrollarlas cuestiones mas sencillas .
Mas no sois consecuentes con vosotros mismos cuando entrais en el
oscuro y falso laberinto de la política; os conozco demasiado; y en
el fondo, no creo engañarme, asegurando que no sois mas partidario
que yo de tan inicua ley.
En aquel crítico momento, el anciano Eudjoé, el negro factotum
de la casa, abrió la puerta para rogar a la señora pasase por un ins
tante á la cocina . Celebró el senador aquella interrupcion; vió ale
jarse su encantadora yy sensible mujer con cierta cómica mezcla de
satisfaccion у de despecho; se sentó en un sillon y se puso á leer los
diarios .
Al cabo de algunos instantes, oyó á su mujer que le decia :: ;Jhon ,
Jhon , ven , ven aqui !
Fué inmediatamente M Bird à la cocina, y quedóse estupefacto
del espectáculo que se ofreció á su vista . Una joven mujer cuyos
1
- 65 -
vestidos plegados por el hielo se caian á pedazos, estaba lendida sin
conocimiento sobre dos sillas. Llevaba un solo zapato, y sus aguge
readas medias estaban enrojecidas de sangre. Al examinarla de cer
ca , advertíanse en su rostro, los indicios de la raza detestada ! Y sin
embargo no pudo menos de admirar su pálida hermosura, que no re
saltaba ménos, por la rigidez de sus nervios ni por el desórden de
sus vestidos. Contemplồla el senador en silencio; y mientras que el
desgraciado niño que la acompañaba se sentó sobre las rodillas de
Eudjoé, la señora Bird .y la anciana criada de color, frotaban y hacian
aspirar espíritus enérgicos para volver a la vida á la desventurada
mujer.
¡ Pobre criatura ! decia la anciana Duah : El calor la sofoca . Es
taba resplandeciente de salud y de vida cuando ha entrado aquí, pi
diéndome el permiso para acercarse al hogar y calentarse. Le hacia
una pregunta en el momento que cayó desmayada. ¡ Ah, esta infor
tunada jamás se ha ocupado en penosos trabajos, á juzgar por sus
blancasy delicadas manos !
Abrió lentamente la desdichada mujer sus grandes y hermosos
ojos , y los paseó al rededor de aquel sensible y simpático cuadro , V
pintándose en su semblante la mas desgarradora desesperacion, se
levantó, como fuera de si, gritando : 10h, Enrique miol į Me lo han
arrebatado al fin ? ; Crueles, raza perversa ! ....
Desprendióse el niño al oir estas palabras de los brazos de Eudjoé
y corrió al lado de su madre.
i Estás aquí, estás aquí! esclamó estrechándolo contra su pecho .
¡Oh , señora, continuó; por piedad , por las entrañas de la madre que
os dió el ser, protegedlo ! ¡ no permitais que esos tigres me lo arre
baten ; es el hijo de mi corazon , mi único consuelo !
No temais ; estais segura en esta casa : sosegaos, que nadie os
hará mal aquí. ¡ Pobre y desventurada muger!
¡ Qué Dios os recompense! respondió la desgraciada, anegada
en llanto, mientras su tierno niño, viéndola llorar, procuraba conso
larla , acariciándola afectuosamente .
La cordial ternura de la señora Bird devolvió la tranquilidad á
Elisa : preparósela un lecho cerca del fuego, yy la infeliz se entregó al
instante al mas profundo sueño. No quiso , sin embargo , abandonar á
su hijo que descansaba sobre el seno de la madre, que aun habiendo
cedido á la fatiga, parecia velar en su defensa.
Al volver los dos esposos al salon , no renovaron la conversacion
que poco antes habian tenido . Tomó silenciosamente su labor, la se
ñora Bird, y su marido los diarios en ademan de leer .
Al cabo de mas de media hora de profundo silencio, rompiólo
M. Bird, diciendo : Estoy impaciente por saber quién es esa des
graciada.
Luego que se despierte se lo preguntaremos, contestó la señora
Bird .
- No le vendrán ninguno de vuestros vestidos, añadió su marido
despues de un largo rato. Es de esbelta y hermosa talla .
Una sonrisa casi imperceptible asomo apenas en los labios
6 *
de ses
esposa
- 60 .

Estuvo un momento pensativo M. Bird , y continuó :


Decidme , María ....
- Y pues, & qué quieres ?
¿ Te acuerdas de esa capa de tela de Alepo con que me cubres
cuando me acuesto á dormir la siesta ? podrias dársela ; tiene una
estrema necesidad de ropa.
Entró en aquel momento Dinad anunciando que la esclava se habia
dispertado y deseaba hablar á la señora.
Dirigiéronse los dos esposos inmediatamente a la cocina , precedi
dos de sus dos hijos mayores. Estaba ya Elisa sentada en frente de
la lumbre, que miraba fijamente : leíase en su rostro la espresion del
abatimiento y de siniestra calma, que contrastaba con su agitacion
primera .
¿ Deseais hablarme ? la preguntó la señora Bird . Espero que
ahora os encontrareis mejor.
Elisa respondió con un suspiro ; pero levantó sus ojos al cielo , di
rigiólos en seguida á sus protectores, y espresaban tan triste aflic
cion, y amargos y fervorosos ruegos, que arrancaron las lágrimas de
la buena señidra .
Desechad toda suerte de inquietud, querida mia . Tenemos ami
gos que tambien os protegerán . Mas decidme : de dónde venís , que
deseais ?
Vengo de Kentucky .
¿ Cuando habeis llegado ?
- Esta tarde .
¿De qué modo ?
Pasando.el rio por encima del hielo .
i Sobre el hielo esclamaron todos admirados.
Sí, con la asistencia de Dios he pasado por encima del bielo Se .
guíanme de cerca mis perseguidores, iban ya å apoderarse de mí, y
no me quedaba mas que ese recurso .
- ¡ Ah, Dios mio !... prorrumpió Eudjoé. ¡ El hielo estaba hecho
en pedazos que nadaban sobre el agua.
Yo los veia , respondió Elisa , mas por eso no me contuvieron.
No tenia esperanzas de poderme salvar : estaba resuelta á morir si
no lo hubiera logrado. El Señor ha venido en mi socorro : ¡ Ah nu se
sabe hasta qué punto asiste al inocente !
¿ Sois esclava ? la preguntó M. Bird .
Siseñor, y pertenezco á un habitante de Kentucky .
¿ Os trataba mal ?
Nó, es un señor muy humano.
Vuestra ama os trataba mal ?
iNó, señor, nó! siempre ha estado amable conmigo.
¿ Quién os ha inducido pues áa abandonar una buena casa , desa
fiando tantos peligros ?
Fijó Elisa sobre la señora Bird una nirada escudriñadora , y notú
que estaba vestida de luto .
Señora , la preguntó bruscamente , ¿ habeis tenido la desgracia
de perder alguno devuestros bijos ?
Esta inespera la pregunta abrió una reciente herida en el corazon
- 67

de la señora . Apenas hacia entonces un mes que un hijo queșido ha


bia bajado á la lumba.
Volvióse de espalda M. Bird , y se dirigió del lado de la ventana :
rompió en llanto su mujer, mas muy luego dominó su dolor para res
ponderla .
- Sí, he perdido un hijo . ¿ Porqué me lo preguntais ?
Para asegurarme que ereis capaz de comprender mis penas. Al
huirme de la casa de mi amo habia ya llorado la pérdida sucesiva de
dos hijos. Este ángel , y mostró a su niño, que jamás se ha separado
de mí, forma mi orgullo y todo mi consuelo. ; Pues bien , señora ,
querian arrancarlo de mis brazos, para venderlo y llevarlo á los Es
tados del Sur ; á este tierno niño que todavía no ha pasado ni un solo
dia separado de su madre ! ; No he podido acostumbrarme á tan do
lorosa idea ! sabia que me era imposible vivir sin él, y cuando supe
que el trato estaba ya cerrado , que mi hijo habia sido vendido, lo
tomé en mis brazos, y partimos favorecidos con la oscuridad de la no
che. Perseguiame el hombre que lo habia comprado, con unos cuan
tos de la casa Me mi amo ; iban ya á cogerme y me lancé sobre el
hielo ... cómo he podido pasarlo, I ignoro. Solo puedo deciros que
un hombre me ayudó á salir del centro de las aguas.
Escitó esta relacion una viva simpatía entre sus oyentes. Oculta
ronse en seguida el rostro los dos niños entre los pliegues del vestido
maternal y se enjugaron sus húmedos ojos. Sollozaba la señora Bird ,
mientras que Dinah ſervorosamente esclamaba :
i. ¡ Dios mio, tened piedad de nosotros ! Elanciano Eudjoe hizo ver
su emocion por singulares gestos, y frotándose los ojos con las man
gas de su chaqueta. En su cualidad de hombre político , nuestro se
nador no podia mostrar la sensibilidad de los demás mortales ; volvió
la espalda á aquel tierno y triste cuadro, y limpió sus anteojos, so
nándose las narices con frecuencia .
¿ Acabais de decirme que teniais un buen amo ? la preguntó
volviéndose de repente .
Y lo repito, ahora, respondió Elisa : mas debia una importante
suma de dinero y ha tenido que pasar por los caprichos de su acrehe
dor : le he oido dar tales razones á mi señora que intercedia en mi
favor, que cuando supe que la venta se hạbia consumado tomé el
solo partido que me restaba.para conservar mi único tesoro .
¿ Estais casada ?
Ší, pero mi marido pertenece a otro señor, que le trata con du
reza , y le permite apenas' venir á verme. Tratan ahora de venderlo y
es probable que no le vuelva á ver mas.
La tranquilidad aparente con que Elisa pronunciaba aquellas pala
bras , hubieran hecho creer á un.observador superficial que estaba
enteramente conforme con su suerte ; mas sus ojos probaban lo con
trario, dejando ver las crueles augustias que la martirizaban .
Y ; dónde quereis ir desgraciada Elisa ? la preguntó la señora
Bird .
Quisiera dirigirme al Canadá , si supiera el camino, respondio
mirando a la señora Bird con confianza y sencillez :‫ ܬ¿ܐ ܀‬Está el Canada
muy lejos de aquí ? le preguntó ella a su vez .'
68

i Infeliz ! esclamo involuntariamente la señora Bird .


¿ Tan distante está ?
Muchísimo , mas de lo que podeis imaginar, hija mia . Pero ya
concertaremos los medios de sacaros felizmente de la crítica posicion
en que os hallais . Dinah , prepara una cama para Elisa en tu habita
cion, cerca de la cocina, y mañana veremos lo que podemos hacer en
su favor. Entre tanto, querida mia no temas nada, pon toda lu con
fianza en Dios, que él te protejerá.
Volviéronse los dos esposos al salon : sentose delante del fuego la
señora Bird, y se entregó á una profunda meditacion . M. Bird se pa
seaba aceleradamente, diciendo : ; Hé aquí una desagradable aventu .
ra! por fin , acercándose á su mujer la dijo . Es preciso que parta esta
misma noche. Su amo la seguirá la pista mañana á los prinieros cre
púsculos. Si fuera ella sola podria ocultarse con seguridad en casa
pero seria necesario un ejército para obligar á ese niño á que no se
asomase á la ventana ; y si por su atolondramiento fuera descubierto
dqué se diria de mí en este momento ? Nú, nó, no les encontrarár.
aquí ; partirán esta misma noche.
¡ Esta misma noche ! ¿ Estais loco ? ¿ a dónde pensais llevarlos ?
He formado mis proyectos, repuso el senador poniéndose las bo
tas. Acto continuo llevóse la mano á la frente y se entregó á una pro
funda meditacion .
Persisto en mi pensamiento , dijo al cabo de un largo rato
i Desgraciados séres ! y sin embargo, tengo la confianza de que este
es el único medio que yo deba adoptar para salvarlos y eludir mi
responsabilidad.
Mujer prudente y discreta, la señora Bird, se guardó bien de inter
rumpir las meditaciones de su marido , y espero con impaciencia que
este vaciára su pensamiento.
¿ Os acordais, la dijo en fin , de mi antiguo cliente, Van Trompe?
Habitaba en Kentucky; y despues de haber dado libertad a todos sus
esclavos vino á establecerse en el bosque del Estado de Ohio. Su
casa , hallándose enteramente aislada , es difícil de encontrarla , y ro
tengo la menor duda de que esa mujer será alli bien recibida , y que.
dará en completa seguridad. Pero por desgracia, yo solo no soy ca
paz de corducir esta noche un carruaje.
Mas Eudjoe es un e celente cochero.
Sí, por cierto , pero el camino es malo y dificultoso : hay que
pasar.cauces y sitios peligrosos, y mi deber es salvarla. Que a media
noche ponga el coche Eudjoe; me baré conducir á una fonda, y es
peraré allí á la diligencia que se dirige á Columbo, hácia las cuatro
de lamañanaocuparé
. Tengo que arreglar en aquel punto presentarme
ciertos asuntos,
mañana me de ellos . No sé como he de á mis
colegas. Mi conciencia me acusará siempre de haber violado la ler
que yo mismo he votado ; pero no puedo ni debo impedirlo.
-
Vuestro corazon, John , vale mas que vuestra cabeza, le dijo su
mujer apretándole afectuosamente la mano. Jamás os hubiera amado,
sino os hubiese conocido mejor que os conoceis vos mismo.
Estaba tan interesante aquella sensible mujer con sus ojos húme
dos de ternura y de satisfaccio !, que el senador se congratuló de
69 -

haber sabido inspirar el singular afecto que animaba á tan perfecta


criatura . Por complacerla mas se apresuró a dar las órdenes á su cale
sero ; pero antes de salir del dintel de la piterta volvió sin resol
verse ,
-

María, dijo él, ignoro cual es vuestra Pinion sobre lo que voy á
deciros; pero tenemos un cajon lleno de efectos del pobre Enrique...
Dichas estas palabras salió precipitadamente y cerró la puerta tras
de él.
La señora Bird entró en una alcoba vecina , tomó una llave y la intro
dujo en la cerradura de una gabeta, en tanto que sus dos hijos la mira
ban silenciosamente con aire de inteligencia pero con una curiosidad in
fantil.
Madres que leeis estas líneas, į no hay en vuestras casas una ga
beta ó un gabinete cuya abertura sea para vosotras como la de una
tumba ? Si no habeis llegado a este caso sois las mas dichosas de las
madres.
La señora Bird tiró lentamente de la gabeta . En ella encontró vesti
dos pequeños de diferentes formas, medias, camisitas ; hasta zapatos de
niño usados asomaban en los mal envueltos papeles que los cubrian. En
un rincon se notaba una pelota, en otro un trompā , y otros juguetes ;
memorias todas muy funestas para el corazon de la que los veia . La se
ñora Bird inclinó la cabeza sobre la cómoda y las lágrimas le cayeron á
través de sus dedos en la gabeta ; despues reponiéndose repentinamente
escojió con una precipitacion nerviosa los mejores efectos é hizo un envol
torio con ellos.
Mamá, dijo uno de los niños, tocándole dulcemente en el brazo,
Vd. vá á tirar todas esas cosas ?
Queridos mios, respondió la madre con un tono grave, si nues
-

tro querido Enrique nos mira desde lo alto del cielo, él se alegrará de
lo que hacemos. No habria tenido valor para desprenderme de estos
objetos en favor de una persona que tuviese buena posicion ; pero
setrata de una madre aun mas desgraciada que yo, y no vacilo en
hacerla este regalo, y espero que este don nos traerá lås bendiciones del
cielo.
Hay en el mundo almas escojidas cuyas pesadumbres son una fuente
de alegria para las otras, y que se consuelan de la pérdida de sus espe
ranzas terrenales y reparten bálsamo de salud sobre las llagas de los afli
gidos. Tal era la señora Bird , quien al resplandor de ura lámpara pre
paraba para el hijo de la prófuga errante los vestidos del niño que habia
perdido
Pocos instantes despues, la señora Bird abrió, un guardaropa, saco
dos i tres vestidos que estaban aun en buen estado y colocándoles
sobre una mesita á la que se sentaba á hacer labor, se puso á en
sancharlos con tanta precision como su esposo le habia recomiendado.
Sus tigeras y la aguja estaban en constante movimiento y no se
detuvieron hasta que dando la última campanada de la media pocho
en una de sus péndolas oyó el ruido de coche que se paró á la
puerta .
· María, le dijo el marido, entrando con el gabán en el brazo es
5
70

preciso que la despiertes en el acto porque vamos á ponernos en ca


mino .
La soñora Bird, colocó prontamente todos los objetos en una ma- .
leta de viage, la hizo colocar en el coche y se presentó en la alcoba donde
dormia Elisa. Esta se dispuso inmediamente, tomó su hijo en
brazos y le cubrió muy bien con una capa que habia pertenecido á su
bienhechora : ésta por despedida la regaló un chal y un sombrero. El
señor Bird la hizo entrar precipitadamente en el carruage y la
señora se adelantó en seguida hasta la portezuela, Elisa asomada besó
repetidas veces la mano de su protectora y fijó sobre ella una mirada :
de reconocimiento y de gratitud ; quiso decir algunas palabras pero la int
emocion que esperimentaba no se lo permitió : contentúse con señalar
al cielo como testigo de las felicidades que le deseaba, cayó sobre
los almohadones del coche, se cerró la portezuela y empezaron á le
andar.
i Que situacion para un senador que durante toda la semana habia ta
apoyado en la asamblea legislativa del Ohio las resoluciones masenérgi-
cas contra los esclavos cimarrones y sus cómplices ! Su elocuencia habia i
igualado á la que dió tanta reputacion á los miembros del senado de
Washington ; habia atacado este con una ironía muy sagrienta los no
bles sentimientos de los filántropos que pretendian sacrificar, en pro de
algunos vagabundos miserables los grandes intereses del Estado. El se
habia presentado en la arena de la discusion para comunicar sus convic
ciones al auditorio . f
Pero la idea de prófugo no la habia comprendido hasta entonces
sino por las letras de la palabra misma; no se habia visto aun faz á faz
con la víctima, con el desgradado cimarron ; no habia nunca sentido in
temblar una mano humana prorrumpiendo en lamentos de desespera- .
cion , no habia contemplado a unhombre de rodillas que le rogase hu
mildemente amparo ... salvacion . Nunca se figuró que un prófugo podria
ser una madre desgraciada protegiendo al hijo de sus entrañas de a
las garras de los verdugos comerciantes de carne humana ..... Nuestro
pobre senador no era ni de acero ni de mármol, era un hombre de bue- E
nos sentimientos , de bondadoso corazon y esto lo convencia con su con-
ducta .
Por otra parte, si M. Bird se hacia culpable de una infraccion de la )
ley, si él ponia su modo de obrar en contradiccion con su voto, iba á ex- 6
piar este delito severamente, como lo observaremos en la continuacion de
la historia . 38

El tiempo habia estado lloviznoso hacia algunos dias, уy el sol fértil del je
Ohio comenzaba á arreglar los caminos que estaban hechos verdaderos i
cenagales. El que seguian nuestros viageros estaba hecho al sistema an- ie
liguo. En los Estados del Oesto, dondeconlas lagunas forman profundos
troncos de árboles, un
abismos incalculables, las rellenan
tierra, yerbas
poco de satisfec secas y piedras ; con lo que aquellos indígenas se
hos y cuentan que poseen ya las mejores carreteras. En
dan por
seguida las lluvias barren la tierra, descubren los troncos y ramas de los
árboles con lo que forman ondulaciones pintorescas a la par que peli
grosas . h
De esa misma clase era el camino por donde viajaba nuestro sena-
- 71
dor haciendo morales reflexiones que el monótono canto de los pá
jaros interrumpia á cada momento . Ya el carruage se entraba hasta
el eje en el barro , ya subia sobre una cuesta escarpada. M. Bird , la
madre y el niño sufrian sacudimientos frecuentes de uno y otro lado;
el chico gritaba, el senador se creia perdido y el sombrero de Elisa
cambiaba de forma con las abolladuras. Eudjoé hacia resonar su lá
tigo, y apostrofaba á los caballos . A cada instante tenian que dete
nerse nuestros viageros para acomodarse mejor en el carruaje .
En uno de estos momentos detuvose de golpe el coche y Eudjoé se
presentó en la portezuela .
-Señor, le dijo, este parage es muy malo y yo no sé como po
dremos salir de él . Creo que nos veremos obligados á rellenar antes
el terreno .
Desesperado el senador quiso bajarse y entró los piés en el barro
hasta las rodillas ; tratando de sacarlos perdió el equilibrio' y cayó á
. lo largo sobre el camino. Por último volvió a entrar en el coche con
mucho trabajo y en un estado lastimoso .
Para escusar la sensibilidad de nuestros lectores, abreviaremos el
relato de los sufrimientos de nuestro desdichado héroe : fácil es de
calcular cuán penoso es verse en la necesidad de pasar la mayor
parte de una noche en arrancar ramas de árboles para llenar las zan
jas que el camino presentaba de vez en cuando.
Era ya una hora inuy avanzada cuando el carruage se detuvo á la
5 puerta de una estancia. Tardaron los viageros en dispertar á los ha
bitantes de la casa ; por último el dueño se levantó á abrir. Era este
, un hombre corpulento, vestido con una blusa de franela encarnada,
· cabellos rubios y espesos; y como no se afeitaba hacia muchos
dias, la fisonomía hablaba muy poco en su favor. Durante algunos
minutos examinó con una vela en la mano á los recien llegados,
como sorprendido, tardando mucho tiempo en comprender de lo que
se trataba.
El honrado Thom Van Trompe habia poseido en otros tiempos una
propiedad considerable en el Estado de Kentucky. Esteriormente te
nia el aspecto de un oso, pero en el fondo era un hombre justo , que
i no podia mirar sin horrorizarse el régimen funesto de los opresores
con los oprimidos . En fin cansado de su situacion compró en el Estado
? dei Ohio una propiedad importante, dió libertad á todos sus esclavos,
los montó sobre varias carretas y los instaló en su nuevo territorio.
| Despues de haber arreglado la organizacion de su colonia, se retiró
; - á una estancia soiicaria para entregarse tranquilamente á sus re
flexiones.
3 —¿Será Vd . hombre capaz de dar hospitalidad á una mujer y á un
niño que persiguen los cazadores de esclavos? Le preguntó franca -
mente el senador .

1
-Yocreo que sí, respondió con arrogancia el honrado Trompe.
-Así me lo habia imaginauv .
-Si alguno de esos wutames se presenta, respondió el valiente
hombre enseñando sus formas musculosas, estoy pronto á recibirle.
Si fueren muchos, lengo siete hijos, todos hombres y dispuestos que
72

vendrán en mi ayuda . Puede Vd . decir á los cazadores de esclavos


que les esperamos.
Thon se pasó los dedos por los cabellos y soltó una gran carca
jada.
Elisa medio muerta, se arrastríó hasta la puerta , apretando contra
su seno con el resto de sus fuerzas á su hijo dormido. Trompe la miró
con atencion a la luz de la vela , hizo una esclamacion de piadoso
sentimiento, y condujo a Elisa á una alcobita continua á una gran
cocina .
- Aquíestá usted en toda seguridad , le dijo él , enseñándole las
carabinas que estaban colgadas cerca de la chimenea ; yo estoy fami
liarizado con los peligros, y es muy notorio que seria una impruden
cia grande que vinieren á atacarme en mi misma casa. Duerma Vd.
sin cuidado como si una buena madre le velara á Vd . el sueño .
Dichas estas palabras dejó la vela sobre una mesa y se retiró .
-Muy hermosa es, dijo él á M. Bird, la belleza es muchas veces
un motivo mas para que persigan á esta infeliz clase de gente.
El senador le contó brevemente la historia de Elisa .
-Ola, ola ! dijo Trompe, con un tono de sentimiento : ¿con qué la
persiguen por haber oido los gritos santos de la naturaleza; por haber
hecho lo que otra madre haria en su lugar ? Esas son las cosas que
me irritan hasta el punto que no puedo menos que echar una maldi
cion . En lo sucesivo señor senador, no frecuentaré la iglesia , porque
los ministros de nuestros países hablan siempre en favor del soste
nimiento de la esclavitud citando el griego y latin ; no he encontrado
en esta materia uno, uno solo que diga lo contrario y asisto religio
samente á sus sermones .
Diciendo esto Trompe destapaba una botella de escelente cidra, y
le ofreció un vaso á su interlocutor.
-Vd . hará muy bien en aguardar aquí que amenezca, añsilia in
dispertaré á mi vieja y le dispondrá á Vd . una buena cama.
--Muchas gracias, amigo mio, respondió el senador, me fill
ir á esperar la diligencia á Colombio .
-En ese caso le acompañaré á Vd . parte del camino y le indicarė
otro que está mejor que el que Vd . ha traido.
Thon Van Trompe tomó una linterna y condujo el carruage por
un sendero que se hallaba á espaldas de su posesion. En el momento
de volverse , el senador le metió en la mano un billete de diez pesos
fuertes .
-Son para ella ? preguntó Trompe secamente.
-Pues , contestó el senador con la misma concision ,
Se apretaron las manos y se separaron .
- 73

CAPÍTULO X.

ENTREGA DE LA MERCANCÍA .

La claridad nebulosa de una mañana de febrero penetraba en la


E cabaña del tio Tom y reflejaba sobre semblantes entristecidos. La
tiá Chloé planchaba camisas que iba colocando sucesivamente sobre
el espaldar de una silla delante de la lumbre y de tiempo en tiempo
llevaba las manos á los ojos para enjugarse algunas lágrimas. Tom
tenia la cabeza apoyada sobre una mano y en sus rodillas una Bi
blia abierta, pero guardando el mas profundo silencio. Como era
tan temprano sus hijos dormian aun en la tarima que les servia de
cama. Tom poseia al mas alto grado el amor de la familia, circuns
tancia que caracteriza especialmente la raza de color. Se levantó á
mirar á sus hijos.
Los veo por la última vez, dijo él.
La tiá Chloé no respondió, únicamente examinó de nuevo una ca
misa ya suficientemente arreglada, y dejando caer bruscamente la
plancha, se sentó y prorrumpió en las siguientes quejas :
Tal vez deberíamos resignarnos con nuestra suerte & pero es
esto posible ? A lo menos , si supiera dónde te llevan , y cómo te han
de tratar ! ... La señora se compromete a volverte á comprar dentro
de un año ; 1 pero se sabe quelos que van a los Estados del Sud no
vuelven mas !... Yo he oido decir queen las propiedades de la Lui
siana y del Mississipi matan á los esclavos á fuerza de hacerles tra
bajar.
- ¡Un Dios hay allá como acá, Chloé !
No lo dudo , pero el Señor permite que se cometan crímenes
muy espantosos . Yo no espero consolacion alguna de su parte,
-Yo me entrego en sus manos Chloé ; nada puede suceder sin su
permision; y hay una cosa que le agradezco intimamente y es que si
parto tu quedas en mi lugar. Así, tu vivirás tranquila con mis hijos
y yo solo seré el desgraciado.
Tom hablaba con una voz ronca y entre cortada, pero con energía.
Luchaba por contener la esplosion de su pesadumbre temiendo au
meutar la de su familia .
¡ No esperemos beneficios sino del cielo ! añadió él estremecién
dose.
· Beneficios , no los tendré en lo sucesivo . i¡ Oh eso no es justo !
nó, i lo que nos sucede no es justo . Nuestro amo no ha debido con
sentir en que te lleven en pago de sus deudas . Tú le habias produ
cido ya diez veces mas la cantidad : & por qué te vende ? El te habia
prometido la libertad y debiera habértela otorgado : hace muy mal, y
tú no me dirás lo contrario. Tú le habias sido siempre liel desde niño,
le habias ocupado mas de él que de tu mujer y de tus hijos , y sin
embargo la recompensa es venderte.... ¡Oh ! los que así venden la
7
74

sangre humana , las afecciones del corazon para salir airosos de algun
compromiso, verdaderamente merecen la cólera del cielo...
Chloé, si tú me amas, no hables de esa manera, y sobre todo
en el momento en que vamos áa separarnos , y quizás para siempre, te lo
repito, ofender á mi amo es ofenderme á mí mismo . Yo, que le he
tenido en mis brazos desde niño, que soy el solo compañero de los
juegos de la infancia, que he sido para él el mejor de sus esclavos,
estoy seguro que nunca me hubiera abandonado si las circunstancias
no le obligasen á ello .
- No importa, dijo la tia Chloé, quien poscia en el mas alto grado
el sentimiento de la justicia ; él hace muy mal en algo, no sabré
esplicarme, pero estoy cierta de que hace mal .
Dirijamos nuestras miradas á la Providencia divina ; el To vé
todo y nada se mueve en la naturaleza sin que antes él lo haya dis
puesto .
Lo sé, pero sin embargo, eso no me consuela mucho ¿ Y qué
adelantamos con hablar? El pan está hecho, voy a servir el almuerzo.
Nadie sabe cuando harás otro .
Para que se comprenda mejor el sufrimiento de los negros que lle
van á los Estados cercanos de la embocadura del Mississipí , es nece
sario tener en cuenta el cariño instintivo que tienen por los lugares
que habitan. La naturaleza les ha negado toda disposicion á aventu
reros, y aman tanto el hogar doméstico, que no lo abandonan nunca
sino á la fuerza . Ademas el esclavo está habituado desde la infancia
á estimar su traslacion á los Estados del Sud como el mas severo
castigo : el látigo y el tormento horrorizanle menos que la amenaza
de ser vendido rio abajo. En las horas de descanso, los negros de
Kentucky ó los de Fennesse hablan horrorizados de las atrocidades
que hacen á sus compañeros en los sitios mas vecinos al mar : son
para ellos regiones desconocidas, de donde los viageros no vuelven
nunca mas . Los misioneros del Canadá aseguran que la mayor parte
de los cimarrones que ellos han confesado no se quejaban de sus
amos, y que solo les habia impulsado á fugarse el temor de ser ven
didos al Sud. Esta sola consideracion ha bastado siempre para ins.
pirar á los Africanos un valor heróico aunque son generalmente de
carácter tímidos é indolentes.
El almuerzo estaba servido. La señora Shelby habia dispensado á
la tia Chloé de llenar ese dia las funciones de costumbre en la casa
de vivienda, y la pobre negra habia desplegado toda su habilidad en
el banquete de despedida . Habia aderezado sus mejores pollos ; dis
puso al gusto de su marido una magnífica tortilla de maiz y adver
tianse sobre la chimenea ciertos platos que solo tenian el privilegio
de figurar en las ocasiones mas solemnes.
iQué almuerzo ! dijo Moisés así que dispertó.
Y estendió la mano para apoderarse de un muslo de pollo ; pero la
madre que lo vio le dió en recompensa un buen tiron de orejas.
-¿Qué es eso, tambien quieres pellizcar el último almuerzo quo
tu pobre padre hará con nosotros ?
Vamos Chloé, dijo Tom con dulzura.
A fé mia, no he podido contenerme, dijo aquella llevando las pun
- 75 -
tas del delantal a sus ojos ; estoy tan llena de tribulacion y do dis
gusto , que no sé lo que me pasa.
Moisés y Pedro se estuvieron tranquilos con los ojos fijos sobre sus
padres ; pero elmas jóven de los hijos, sin desprenderse del vestido
de la madre , daba gritos muy imperiosos.
-

Ahora comerás, dijo la tia Chloé, tomando al hijo en brazos ;


tendrás pollo y mamá no te reñirá mas.
Sin esperar segunda invitacion, los muchachos se arrojaron muy
listos sobre el almuerzo .
-

Ahora voy á ocuparme en arreglar tu ropa , dijo Chloé mirando


са ternura á su marido, así que el almuerzo se concluyó : tu nuevo
amo tal vez se oponga áá que lleves el cofre, pero no importa ; aqui
tienes en este rincon la franela para tus reumatismos, củidala bien
porque nadie te dará otra : aquí van tus camisas viejas , y en este
otro lado las nuevas. Yo habia comenzado ayer aapuntarte las medias
pero no pude concluir de arreglarlas . ¡ Ay de mil & quién te las com
pondrá en lo adelante ?
Y la tia Chloé colmada de dolor descansó la cabeza sobre el baul y
se echó á llorar.
-¿Saber que nadie se ocupará de tí, ni se interesará cuando estés
bueno ó enfermol... ¡ Oh , esto es terrible ! ...
Los hijos , despues de haber devorado todo lo que habia sobre la
mesa, empezaron á concebir una idea vaga de la situacion . Como
veian triste a su madre llorando, tambien ellos tomaron parte en el
sentimiento general y comenzaron á frotarse los ojos. La pequeñita ,
estraña á la emocion de los demás , se subió sobre las rodillas del tio
Tom , y se entretuvo en estirarle las sortijas de sus cabellos y acari
ciarle pasándole las manos por la cara con grotescos movimientos é
inocentes sonrisas .
Alégrate, pobre niña, dijo la tia Chloé , ya te llegará tambien
el turno . Algun dia verás vender á tu marido, y tú tambien serás
vendida, lo mismo que tus hermanos , si tienen algun mérito .
En este momento uno de los hijos anunció :
¡ Ahí viene la señora !
¿Qué quiere ? ¡Si su presencia en este momento pudiera sernos
útil ! dijo la tia Chloé.
Entró la señora Shelby, dióla una silla la tia Chloé, con ademan
brusco y frio, en el que fingió no haber reparado la señora. Ella es
taba pálida y turbada .
Vengo para .... se detuvo resentinamente, y al cabo de un ins
tante que dedicó a la consideracion de aquel grupo silencioso, sen
wóse cubriéndose el rostro con un pañuelo .
- Cálmese Vd., señora, añadió la tia Chloé, rompiendo a su vez
en amargos sollozos .
Lloraron por algunos instantes todos juntos, y aquel dolor comun
entre los criados y la señora ahogó todo resentimiento en el corazon
de los oprimidos .
10 vos que visitais los desgraciados, sabed que el dinero dado
friamente no merece una lágrima de grala simpatía !
-
1
Mi buen Tom , le dijo la señora, nada puedo hacer por tí en esto :
76

momento. Si te diese ahora algun dinero, te lo arrebatarian ; mas te


reitero en presencia de Dios la solemne promesa de seguir tus hue
llas, y de rescatarte lo mas pronto que me sea posible. Entretanto,
ten confianza en Dios .
Anunciaron los muchachos en aquel instante la llegada de M. Ha
ley, quien sin cuidarse de ceremonia a!guna, abrió descortesmente
la puerta de un puntapıé. Estaba de malisimo humor; habia hecho la
víspera una larga caminata á caballo, y no se habia consolado aun de
su contratiempo.
- Vamos, negro, & estás listo ? Servidor de Vd. , prosiguió el co
merciante, saludando á la señora Shelby.
Cerró el cofre la tia Chloé, le ató con una cuerda, y al levantarse
miró fijamente á Haley . Hubiérase dicho entonces que sus lágrimas
se habiantransformado súbitamente en chispas de fuego.
Cargó Tom su atillo sobre las espaldas y se preparó áa seguir á su
nuevo señor. Mientras que la señora Shelby hablaba con marcado
calor al traficante , toda la familia se aproximó al carro dispuesto ya
que esperaba en la puerta . Innumerables negros, jóvenes y ancianos ,
y muchas de sus mujeres é hijas se habian reunido para despedirse
de Tom , que era muy amado de todos ellos , á causa de su doble ti
talo de mayordomo de la casa y de instructor religioso.
- Ah, Chloé, teneis mas valor que nosotros ! le dijouna de aque
llas mujeres, al notar la sombría calma que resplandecia en toda su
persona, en el momento crítico de hallarse ya vuestro marido al pió
del carro, próximo á partir.
He sofocado mis lágrimas, respondió la negra ; no quiero llorar
enpresencia de su miserable comprador.
Y designó así á M. Haley que venia hacia ellos.
Montad, le dijo a Tom .
Montó Tom , y su nuevo señor, y tomando una especie de grillos de
hierro que tenia preparados de antemano, se los puso en los piés.
Un murmullo general de indignacion circuló por aquellos tristes
espectadores, y de lo alto de su balcon le gritó la señora Shelby :
Señor Haley, puedo asegurar á Vd. que esa precaucion es en
teramente inútil .
Lo ignoro, señora ; lo cierto es que he perdido aquí mismo un
esclavo que me costaba quinientos pesos fuertes, y no quiero espo
nerme á un segundo chasco.
¡ Podia esperarse otra cosa de ese hombre ! esclamó la tia Chloé
indignada, mientras que sus dos hijos mayores comprendiendo, al
fin, el destino de su padre, daban lamentables gritos :
Siento en estremo, respondió Tom , que M. Jorge se hallo
ausente .
El hijo de M. Shelby habia ido á pasar algunos dias á una pro
piedad contigua, antes que la desgracia de Tom se hubiera hecho
pública .
Asegurad á M. Jorge de mi vivo afecto , repitió por último el
anciano y venerable negro .
Pegó Haley con el látigo al caballo, y se alejó Tom dirigiendo una
dolorosa mirada á su familia y amigos.
77

M. Shelby no estaba en casa . Habia vendido á Tom para libertarse


del poder de un hombre á quien temia ; y si bien se sintió aliviado,
una čez cerrado el trato, del peso que sentia en su conciencia, tam
bien es indudable que las amonestaciones de su mujer, y el desinte
rés del esclavo habian despertado sus remordimientos. Bn vano se
esforzaba en persuadirse que habia obrado segun su derecho ; en vano
se decia que otros propietarios, sin tener la escusa de la necesidad
que a él le asistia , se conducian del mismo modo que él se habia com
portado; jamás pudo lograr, empero, el reconciliarse consigo mismo.
Hé ahí la razon por qué pretestando asuntos importantes, se alejó de
su habitacion para no ser testigo de la toma de posesion del nuevo
señor de su mejor esclavo, creyendo asimismo con suma ligereza que
à su vuelta todo habria quedado concluido.
Condujo Haley su caballo al galope hasta que salió de los límites
de la propiedad ; y, al cabo de una milla que habia andado por el ca
mino real, se paró á la puerta de un albeitar, en cuya tienda entró
para arreglar un par de esposas.
-

Son muypequeñas para un hombre de su corpulencia, observú


Haley señalando a Tom con el dedo.
¡Ah, Dios mio! esclamó el albeitar herrero ¡ El mayordomo del
señor Shelby ! ¿ Lo ha vendido por ventura ?
Ciertamente, le respondió Haley:
A buen seguro que nunca lo hubiera creido. Mas no teneis nece
sidad de encadenarlo de ese modo ; es el mejor, es el mas fiel.....
Enhorabuena, le interrumpio Haley ; pero habeis de saber que
los buenos negros son precisamente los que se evaden con mayor
facilidad . Los brutos y estúpidos se dejan conducir por donde quiera ;
mas los hombres de inteligencia detestan á su nuevo señor, y lo mas
prudente es encadenarlos .
Fácil es creer dijo el albeitar, que los negros de Kentucky sien
tan mucho ser trasladados a las plantaciones del Sud . Dícese que allí
mueren como moscas .

En efecto, respondió Haley, se aclimatan dificilmente y mue


ren en gran número para mayor progreso del comercio.
Lástima es en verdad , repuso el albeitar, enviar a un escalante
hombre, como este, á perecer en un ingenio.
Existen probabilidades en su favor; he prometido tratarlo bien , y
lo colocaré como criado en casa de una buena familia ; y si puede so
portar la fiebre y el clima, será tan dichoso cuanto puede serlo un negro.
>

¿ No abandona á su mujer y á sus hijos ?


Sí, pero hallará otros.Nofaltan mujeres en ninguna parte.
Sentado tristemente estaba Tom en el carro, detenido en la puerta
del humano albeitar, oyendo aquel coloquio, cuando de repente hi
rieron sus oidos los pasos acelerados de un caballo que se dirigia á
donde él estaba : aun no habia vuelto en sí de su sorpresa, cuando
sintió al jóven Jorge Shelby estrechándolo contra su pecho.
Declaro altamente que esto es una infamial gritó con energía :
poco me importa lo que se dirá; pero es odioso ; y sifuera yo hom
bre, ciertamente que no permitiria esto ! ...
78

¡ Oh, señor Jorge, que favor tan señalado me haceis ! Me era muy
penoso el partir sin veros; y no podré esplicaros la satisfaccion que
mi alma siente al contemplaros.
A un movimiento que en aquel mismo momento hizo Tom , vid
Jorge las cadenas que ligaban los pies de aquella inocente víctima.
Qué vergüenza ! esclamó irritado, y levantando las manos al
cielo , ¡ es indispensable que yo rompa la cabeza á ese malvado
viejo !
Conteneos, señor Jorge, y habladmas quedo . No lograriais sino
enervar su cólera .
Sufocaré mi indignacion en vuestro obsequio : pero cuando
pienso en ello, tiemblo de horror. No se me ha dado aviso , ni se me
ha mandado á buscar, y á no haber sido por uno de vuestros amigos,
nada hubiera sabido .A mi llegada no ha quedado nadie en casa, que
no haya esperimentado el hondo disgusto que ha producido en mi,
infamia tanta .
Habeis hecho mal, señor Jorge.
i No he podido contenermel ... Mas tomad, tio Tom , añadió
con tono misterioso y volviendo la espalda á la puerta de la casa del
albeitar ; jos he traido un peso fuerte, mi único caudal l ...
Angelical corazon ! esclamó Tom , conmovido.
Debeis guardarlo ! continuó Jorge. Escuchad ; he prometido
dároslo a la tia Chloé ; ella misma me ha aconsejado de hacerle un
agujero y traspasarle un hilo para suspenderlo á vuestro cuello . Cui
dareis de tenerlo oculto, porque ese vil é infame avaro os lo arreba
taria si lo descubriera. En verdad Tom , es necesario que yo le rompa
la cabeza, y asíse disminuirá en parte la pena que me aflije.
¡ No, señor Jorgel ese proceder me causaria inayores perjuicios.
Pues bien, renuncio á ello . Segun vuestros deseos, le respondió
el jóven , al mismo tiempo que le colgaba la moneda al cuello .
Abotonaos vuestra chaqueta , conservad cuidadosamente este
peso, y cada vez que lo considereis, acordaos que yo iré á busca
ros, para traeros con nosotros . He dicho á la madre Chloé que no
tema nada ; queda a mi cargo el velar por vos, y si mi padre no se da
prisa á rescataros, le atormentaré noche y dia hasta que lo haya con
seguido.
Olvidad vuestros proyectos respecto á vuestro padre, señor
Jorge.
Dios me es testigo que no alimento siniestras intenciones.
Por fortuna, así es,prosiguió Tom . Comportaos siempre hon
radamente ; pensad cuántas personas hay, cuya dicha depende do
vos mismo ; jamás os alejeis mucho de vuestra madre ; no imiteis á
tantos jóvenes que olvidan las suyas en medio de sus locuras. Tened
bien presente que Dios nos concede dos veces muchas cosas que nos
son preciosas, pero no nos da una madre sino una sola vez ; consa
graos á la vuestra y sed siempre su consuelo. ¿ Me lo prometeis así,
no es verdad ?
Sí, le respondió Jorge, con tono serio.
Meditad bien en lo que digais, señor Jorge!
Los jóvenes,á medida que avanzan en edad, se van haciendo indo
79

pendientes y libres, así lo exigela naturaleza ; mas, cuando ,como


vos, han sido bien éducados no dejan jamás escapar palabra alguna
contraria al respelo que deben á sus padres. .03 incomodan mis ob
servaciones , señor Jorge ?
-

No ciertamente, tio Tom ; vos me dais siempre buenos con


sejos.
Acarició Tom con su ancha y ſuerte mano la hermosa y ensortijada
cabellera del niño, y con voz tan afectuosa como la de un cariñoso
padre, le dijo :
Soy mas viejo que vos, y comprendo todas vuestras obligacio
nes : noto con vivo placer que sabeis leer, que teneis instruccion y
que llegareis á ser un hombre grande, que será el honor de su pue
blo y el orgullo de su familia. Sed siempre buen amo, como vuestro
padre, y observad la religion como vuestra madre.
Me conformaré á vuestros consejos, tio Tom ; mas no perdais el
valor; así como lo he dicho esta mañana á vuestra mujer, yo haré
cuanto pueda por que volvais entre nosotros. Reedificaré vuestra
casa, cuando sea mayor de edad, y tendreis un salon bien cómodo.
Tened confianza y esperad ; todavia gozareis hermosos y felices dias .
En aquel instante, presentóse en la puerta Haley, con las esposas
en la mano .
- Estad seguro, señor Haley , le dijo Jorge afectando superioridad,
de que instruiré á mi padre de la manera dura y cruel con que tratais
al infeliz Tom .
Bien venido seais, le dijo el comerciante de esclavos .
Me parece que deberiais avergonzaros de pasar vuestra vida
comprando á los hombres y encadenándolos como á bestias. ¡ Qué in
fame tráfico !
- Mientras sea lícita la compra de los hombres y mujeres, do
creeré deshonroso el venderlos .
· No haré yo ni lo uno ni lo otro , cuando sea dueño de mis ac ·
ciones . Antes, tenia orgullo de haber nacido en Kentucky, pero ahora
me avergüenzo .
Enderezúse Jorge sobre su caballo al pronunciar aquellas palabras,
y tomó una actitud imponente. Hubiérase dicho que su opinion habia
producido la mas profunda sensacionen todos sus conciudadanos.
A Dios, tio Tom, le dijo en fin, tened valor y confianza.
A Dios, señor Jorge ! respondióle Tom , mirándole con grata y
satisfactoria admiracion. ¡ Que él Todo -Poderoso derrame sobre vues
tra cabeza todo su tesoro de bendiciones ! ¡ Ah, si Kentucky contára
muchos hombres como vos 1...
Alejóse el joven Shelby, y elesclavo le siguió con la vista triste
mente, mirándole a lo largo del camino por algun tiempo, hasta que
ya no se le distinguia. Era aquella la última entrevista que le recor
daba el hogar doméstico , pero le parecia conservar en su corazon un
sitio caliente, en la parte en donde las manos del generoso joven ha
bian colocado la preciosa moneda . Aplicó allí su mano Tom y la
apretó contra su pecho.
Escúchame 'ahora, le dijo Haley, subiendo al carro, sobre el
cual arrojó las esposas : tengola formal intencion de comportarme
80

bien contigo, así como con todos mis negros ; mas para que yo de
principio a ello es necesario que te conduzcas conmigo de una ma
nera leal y conveniente. Jamás he sido cruel con mis esclavos, y
cifro mi principal cuidado en tratarlos lo mejor posible . Correspon–
ded con una buena conducta á mi benevolencia, y cuidado si burlais
mi generosidad y confianza. Los negros nos juegan generalmente
malas pasadas ; pero, acostumbrado á ellas, son inútiles conmigo .
Cuando permanecen tranquilos y resignados y no procuran evadirse ,
gozan á milado de una buena temporada ; mas, en caso contrario...
quéjense á sí mismos, pues no tienen entonces sino lo que han me
recido.
Protestole Tom que no pensaba de ningun modo en fugarse. Diri
giéndose las recomendaciones del comerciante de negros á un hom
bre que tenia ligados sus piés, eran de todo punto supérfluas ; mas
Haley acostumbraba entrar en relaciones con su mercancía humana
por medio de semejantes exhortaciones. Creia inspirarles su confianza
de aquel modo prevenir desagradables discusiones.
Dejaremos un niomento á Tom , siguiendo su camino para ocupar
nos de otros personages de nuestra historia.

CAPITULO XI.

PRONUNCIAMENTO DE LOS NEGROS DE UNA PROPIEDAD, CONTRA


EL PROPIETARIO .

Apeóse un viajero á la puerta de la posada de un pueblecillo de N.


en Kentuky al oscurecer de un nebuloso dia . Halló en la sala comun
una sociedad compuesta de hombres, mujeres y niños de diversos
colores, condiciones y rango , que la inclemencia del tiempo habia
allí reunido. Kentukianos de colosal estatura , sumamente flacos,
vestidos en traje de cazadores, estaban tendidos sobre las sillas con
aquella miseria y abandono propio de su raza. Veíanse carabinas,
frascos de pólvora y morrales amontonados desordenadamente y
guardados por los perros, diseminado todo por los rincones de la po
sada ; rodaban acá y allá pequeños negros, y ocupaban sin ceremonia
alguna los lados del hogar, dos individuos recostados en sus sillas
con la cabeza inclinada atrás y colocados los pies sobre la campana
de la chimenea . Hemos de observar á nuestros lectores, que cuantos
frecuentan las tavernas del oeste prefieren aquella postura, que con
sideran mas favorable a las reflexiones de un órden superior.
Tenia alta talla el patron, como la mayor parte de sus compatrio
- 81
tas, cara jovial , vigorosos miembros y una espesa cabellera cubierta
de un descomunal sombrero.
El sombrero que cubre sus cabezas, ya sea de castor, de seda, de
paja ó de palma , puede servir siempre a caracterizar al que lo lleva .
Los jóvenes calaveras ó truanes se lo inclinan sobre la oreja derecha ,
y apenas parece que lo descansan sobre la cabeza . Los hombres re
sueltos que quieren cubrirsela , segun su voluntad , se lo entran hasta
las cejas. Los hombres vivos y listos, que todo quieren verlo, se lo
inclinan á la espalda , dejando su frente casidescubierta . Los indife
rentes, en fin , se los ponen sin fijar la atencion de todas las maneras
imaginables.
Negros vestidos con anchos pantalones, y chaquetas ajustadas y
cortas circulaban por los dos lados manifestando la laudable inten
cion de emplearse ya en obsequio de sus amos, ó de sus huéspedes,
ya en todos otros objetos de la creacion ; pero tanto celo daba pocos
resultados. En fin , para completaros aquel cuadro, figurao3 un fuego
cuyas vivas llamas subian rápidamente por el tubo de la chimenea,
una puerta y veutanas abiertas, algunas cortinas flotando á impulso
de una fuerte brisa , y formaréis una exacta idea de la fisonomía de
una taberna de Kentuky .
Han pensado algunos sabios que los instintos é inclinaciones se
trasniten de padres á hijos; los habitantes de Kentuky nos dan la
prueba de esta verdad. Eran hábiles cazadores sus antepasados ,
quienes vivian en los bosques y dormian bajo la bóveda de los cielos,
à la claridad de las estrellas. Dignos de seguir su ejemplo, se estien
den sobre un sofá como sus padres se echaban sobre la yerba; to
man las casas por campos, no se quitan jamás el sombrero ; suspen
den sus botas enlodadas sobre los espaldares de las sillas, como sus
abuelos las colgaban de los troncos de los árboles. Abren las puertas
y ventanas, así en invierno como en verano, á fin de tener suliciente
aire para purificar sus pulmones. Llaman á todo el mundo estrunjero
con tan negligente bonomía, que encanta y repugna á la vez : en su
ma, es el pueblo mas franco, mas leal y mas jovial que se conoce en
lodo el universo .
Llamábase el viajero que entró en la habitacion que acabamos de
describir, M. Wilson . Era un hombre de regular edad, baja estatura ,
decentemente vestido, cuyo rostro ovalado tenia un no sé que de
agazajador y original. A nadie quiso confiar su maleta , y resistió obs
linadamente a los esfuerzos que hicieron los criados para desembara
,zarlo de ella . Paseó al rededor de la sala sus ojos inquietos, tomó en
seguida posesión del sitio mas abrigado, y colocando su baul sobre
a na silla, miró con cierta aprension å un corredor de esclavos cuyos
salones adornaban la campana de la chimenea : escupia este á dere
ba é izquierda con una petulancia capaz de indignar á un hombre
menos susceptible y escrupuloso.
-¿Está Vd. bien, estranjero? le dijo arrojando en la direccion del
punto en que estaba el recien venido, como una salva honorífica el
bgo del tabaco que mascaba .
- Así lo creo, respondió M. Wilson, separándose.
-¿Qué hav de nuevo ?
82
No sé nada .
Armóse en aquel instante el corredor de un cuchillo de caza , y
cortó un pedazo de tabaco que acababa de sacar del bolsillo, y lo pro
sentó al estranjero:
--- ¿Masca Vd. tabaco? volvió á preguntarle con la misma confianza
que si lo hubiera conocido toda su vida .
Mil gracias, contestó M. Wilson retrocediendo, me hace daño .
Lo siento, añadió el corredor, a la vez que se llevaba el tabaco
la boca . Notó, por fin, que siempre que él escupia , M. Wilson haciis
un movimiento de disgusto , y para evitarle tal incomodidad , dirigiu
su artillería á otro lado.
Formúse en aquel momento un grupo, enfrente de un anuncio que
acababan de fijar.
¿ Qué es eso ? preguntó M.Wilson .
Un anuncio relativo a la fuga de un negro , le respondieron,
Levantúse M. Wilson, babiendo antes asegurado su maleta , púsoso
las gafas, y leyó lo siguiente :
« Un mulato , llamado Jorge, se ha fugado de la habitacion de
M. Harris. Es de elevada estatura, color casi blanco, pelo negro na
turalmente ensortijado, bastante inteligente, se espresa con dignidad
y sabe leer y escribir. Tratará probablemente de hacerse pas por
blanco. Tiene dos cicatrices en las espaldas y espinazo y su mano
derecha ha sido marcada á fuego con la letra Å .
« Se darán cuatrocientos pesos á aquel que lo presente vivo e
pruebe evidentemente que lo ha'muerto. »
Leyó M. Wilson en voz baja todo el anuncio como una persona que
queria retenerlo en su memoria . Se levantó el traficante entretanto, &
indignado escupiendo audazmente sobre el aviso.
« Hé ahí mi dictámen sobre esa infamia , dijo laconicamente, vol고
viéndose enseguida á su asiento. »
-¿Porqué habeis hecho eso, estranjero ? le observó el patron.
Haria otro tanto con el redactor de ese anuncio, si se hallara
aquí, repuso sin ceremonia alguna. Un hombre que posee semejante
esclavo y no lo trata mejor, merece perderlo. Tales anuncios son la
vergüenza y el oprobio de Kentucky .
- Es evidente, le contestaron .
Señores, continus el traficante, yo tengo negros esclavosá mi
servicio, y léjos de oprimirlos, les digo : « Id á dónde y por dónde
>
querais, » y se van en efecto como si fueran libres, y janiás se mi
lia escapado ninguno. Tal es mi modo de conservarlos. Persuadidle
que están espeditos para fugarse cuando así fuera su voluntad y no
pensarán jamás en ello . Mas aun , tan luego como me encuentre el
los bordes del sepulcro, tengr otorgadas cartas de manumision ó di
libertad : ellos lo saben , y me son , y serán adictos hasta en mi últim
suspiro. Los he enviado à Cincinati para vender unos caballos, y sin
dilacion me han traido el precio. Si por el contrario se les trata como
si fuesen perros, no debe estrañarse que obren y trabajen como ta.
les. Tráteseles pues como hombres, yу tendremos hombres á nuestro
servicio .
83

El bonrado y humano corredor al terminar su arenga, escupió 80


bre el fuego con cierta especie de furor.
Amigo, le dijo Wilson , creo que tiene Vd . razon . El hombro
cuyas scñas contiene ese aviso es por cierto muy estimable. Ha tra
bajado mas de seis años en una de mis fábricas de sacos de tela , y
era mimejor obrero . Es ingenioso , activo é inteligente; la máquina
que ha inventado para limpiar el cáñamo es realmente admirable;
ella es la que sido adoptada en casi todas las demas fábricas , y su
amo se ha hecho espedir el privilegio de invencion.
- ¡ El mulato le ha hecho ganar dinero, dijo el Chalan ; y en re
compensa lo ha marcado en la mano derechal .... ¡Ah! si cayera en
mis manos ese infame propietario, le habia de hacer tales señales,
e que le durarian toda su vida.
Esos mulatos inteligentes dan siempre que hacer a sus amos,
dijo un individuo que se hallaba al estremo opuesto de la sala. He
ahí porque se les marca, lo que seguramente no sucederia si se con
dujeran mejor.
Es decir, repuso secamente el traficante , que Dios les ha hecho
hombres, y contra su suprema voluntad , se esfuerzan inútilmente en
reducirlos al estado de bestias.
No ofrecen ventaja alguna á sus amos los negros entendidos ,
añadió el mismo individuo. ¿ Para qué les sirven talentos, que no han
de poder emplear en su favor ? No hacen uso de ellos mas que para
halagarnos y prepararse mejor la huida. Si yo tuviere ésclavos de
esa especie , los venderia para Nueva Orleans , por no esponerme á
perderlos tarde o temprano.
C
– Mas valiera matarlos, respondió el buen corredor: sus almas al
menos saldrian así de tan doble esclavitud .
Interrumpióse la conversacion por la llegada de un carruaje tirado
por un solo caballo : inmediatamente se bajó de él un hombre de ele .
gante y finas maneras y entró en la posada seguido de un criado de
color . Como era regular todos los que allí estaban examinaron al re
cien llegado con la atencion que las personas ociosas, retenidas por
el mal tiempo, acostumbran generalmente á hacerlo. Era el recien
venido de hermosa estatura , tenia la tez española, ojos negros y es
presivos, y el cabello negro como azabache, la nariz aguileña, finos
y encarnados labios y una admirable proporcion entre sus miembros;
impresionó mucho á toda aquella concurrencia que creyó tener de
lante de sí á un personaje de distincion . El viajero se adelantó con
soltura y jovialidad ; indicó a su criado el sitio á donde habia de co.
locar su equipaje , saludó cortesmente y, con el sombrero en la ma
i no, se dirigió majestuosamente al mostra lor , y se dio a conocer bajo
el nombre de Bulter, de Oazland , conde de Shelby. Al volverse con
cierta indiferencia, una vez cumplida aquella formalidad , vió el edicto,
y detuvose á leerlo.
- Jim , dijo á su criado, me parece que hemos visto en Bernon á
un individuo, cuyas señas casi son las mismas que expresa este aviso.
- En efecto, señor, respondió Jim ; pero sus manos no estaban
Inarcadas.
-
Por lo demás, poco nos importa , añadió el supuesto conde ; y
84
acercándose otra vez al posadero, pidióle un cuarto y todo lo nece
sar io para escribir.
-

Apresuróse el jefe de aquella casa á satisfacer sus deseos,y al


momento una docena de negros de ambos sexos, así jóvenes como
ancianos corrieron á preparar la habitacion al estranjero. Sentése
este entre tanto en una silla desocupada que habia en medio de la
cocina, y se puso á conversar con el individuo que se hallaba á su
lado .
Desde la llegada del desconocido, el fabricante Wilson no habia
cesado de contemplarlo con ansiosa y esmerada curiosidad. Creyó re
conocerle, mas no podia acordarse en donde lo habia visto. Enfin, al
cabo de un largo y minucioso exámen , levantóse ocupado con una
repentina idea, y se acercó al recien llegado con ademan de inquieta
estupefaccion .
- Vd . es M. Wilson, le dijo el desconocido, con tono familiar y
tendiéndole la mano . Disimúleme Vd., no le habia conocido á primera
vista. Veo que su memoria es mas feliz que la mia, pues noto con
satisfaccion que se acuerda Vd. de Enrique Bulter, de Oaklands ,
conde de Shelby.
Si, si, caballero, respondió hablando como un hombre que se
despierta soñando.
En aquel instante, un negro vino á anunciarle que la habitacion es
taba ya dispuesta .
Jim , cuida de las maletas, le dijo con calma el supuesto conde,
y dirigiéndose en seguida á Wilson, añadió : Desearia quese tomase
Vd . la molestia de acompañarme á mi cuarto para hablar allí de
asuntos de mucha importancia.
Siguiole maquinalmente Wilson , y subieron ambos á una vasta
habitacion en donde ardia un fuego recientemente encendido por los
criados que acababan de salir de allí. Acto continuo, el pretendido
Bulter cerró resueltamente la puerta, echóse la llave en el bolsillo, y
cruzándose de brazos se puso å mirar fijamente a su interlocutor.
- ¡Jorge! esclamó M. Wilson .
-- Si,... Jorge, respondió el jóven.
- Jarnás lo hubiera imaginado.
Estoy, perfectamente disfrazado, no es así? volvió a pregun
tarle sonriéndose . Con un cocimiento de nueces verdes he dado á mi
color amarillo la tez de un español ; he ennegrecido mi cabellera, y
como
aviso
debe Vd. notarlo, no me parezco al esclavo que designa el
.
- Oh, Jorge, juegas una partida peligrosísima que nunca te hu
biera aconsejado!
Por eso cargo yo solo con toda la responsabilidad, repuső Jorge
con orgullosa sonrisa .
Debemos observar á nuestros lectores que Jorge era de raza blanca
por parte de su padre. La madre fué una de tantas desgraciadas, cuya
hiermosura la condenaba á prestarse á las pasiones de su amo, y á
procrear niños que no habian de conocer jamás á sus padres. Des
cendiente de una de las mas orgullosas familias de Kentucky habia
lieredado, además de aquellos rasgos europeos , in alma clevada y
- 85 -
un caracter inflexible y fuerte. Habia sacado de su madre el color
amarillo que compensabansus brillantes y magníficos ojos. Modifi
cando la mezcla de su tez yу el color de su pelo, se habia trasformado
en un verdadero español. La gracia de sus movimientos, la firmeza
de sus maneras , la amenidad de su lenguaje, su benevolencia y es
quisita naturalidad le habian ayudado á ejecutar victoriosamente la
parte mas difícil de su papel, es decir, la de un título viajando con su
criado .
Poseia M. Wilson un corazon sumamente bondadoso , pero alar
mábase fácilmente , y su prudencia rayaba en esceso . Trastornado
por la inesperada aparicion de su antiguo empleado , se puso áa pa
>

sear por la habitacion , combatido así por el deseo de servir á Jorge,


como por su veleidad de hacer observar las leyes y de mantener el
orden público . Por último, al cabo de un rato de profunda medita
cion , rompió el silencio, diciendo :
En efecto, Jorge, comprendo que te has fugado, y has abando
nado a tu legítimo señor. Aunque no me admiro de tu conducta, de
bo sin embargo decirte , que ella me pone en una tristísima situa
>

cion .... y decididamente mi deber es confesarlo... estoy verdadera


mente alarmado.
¿ De qué, caballero ? preguntó Jorge con inteligente calma .
De qué ?... De verte en oposicion con las leyes de tu país.
i Mi país ! repitió Jorge con dolorosa amargura : no tengo otro
país, sino la tumba, y ya quisiera estar en ella .
| Ab ! Jorge , tu lenguaje está en contradiccion con las santas
escrituras. Tu amo se ha comportado mal contigo, es verdad ; no se.
ré yo ciertamente quien intente defenderlo , pero tú sabes que el án
gel intimó á Agar de volver a la casa de su amo, y el Apóstol envió
á Oresina á su señor .
No me cite Vd . la Biblia inoportunamente, repuso Jorge con im
paciencia . Soy al menos tan cristiano como Vd .; pero no me en
cuentro con humor en este momento para oir sermones sacados de
los libros santos . ¡ A Dios Todo-poderoso pongo por testigo , que es
>

toy pronto á defender mi causa ante su divina presencia , y á pre


guntarle si yo he obrado mal rompiendo mis cadenas !
Tales sentimientos son muy naturales y conformes con la recta
razon , añadió M. Wilson continuando su paseo ; mas el deber me
obliga á oponerme á ellos . Sí, hijo mio : demasiado me afecta tu si
tuacion, ella es mala, malísima . Ël Apóstol ha dicho, que permanez
camos en el estado y condicion en que hemos nacido: 'es pues indis
pensable someternos á los decretos de la providencia ; i y tú no lo
bas hecho !
Permaneció Jorge sentado, inclinada la cabeza sobre el espaldar de
la silla , con los brazos entrecruzados sobre su pecho, y asomando en
sus labios una irónica sonrisa :
Señor Wilson, le dijo ; & si los indios le hicieran prisionero, si
le separaran del seno de su mujer y de sus hijos , si quisieran con
servarlo toda la vida para cultivar sus tierras, crecria Vd. de su de
ber el permanecer siempre en la dura condicion que le habian im
8
86

puesto ? Creo mas bien, porque es lo justo, que el primer caballo


que cayera entre sus manos, seria mirado por Vd. como una indica
cion de la providencia,
Quedó herido el anciano con la fuerza de aquel raciocinio, y como
él se distinguia de la mayor parte de los filósofos charlatanes , sa
biendo callarse, cuando no hallaba ninguna razon plausible que opo
ner, se contentó con cerrar pausadamente su paraguas. Por último
al cabo de un largo paréntesis de reflexion :
Tú sabes, añadió, que siempre he sido tu amigo , y que nunca
que corres un
he querido sino tu bienestar; y apesar de ello , veo Si
9

inminente riesgo del que no escaparás seguramente. por desgra


cia fueras cogido , serias mas desgraciado de lo que has sido antes.
Te agoviarian en este triste caso á fuerza de malos tratamientos , to
martirizarian cruelmente y te venderian en fin , mas allá del Missis
sipi...
Señor Wilson, yo sé á lo que me espongo , pero he tomado mis
precauciones.
Y desabrochándose el gaban , enseñó unpuñal y un par depistolas.
Lo necesario para hacer frente á mis agresores , añadió él ; yo
no iré nunca á los Estados del Sud. Si se me quiere obligar a la fuer
za,sabré conquista seis piés detierra libre que poseeré en el de
Kentucky por la prirme
mera y última vez .
De veras, Jorge, la exaltacion de tus ideas me inquietan y mo
causan espanto. Querer violar las leyes de tu pais !
i Aun mi país ! Señor Wilson , Vd . tiene patria , pero yo ... mi
madre era esclava . Qué leyes existen en favor nuestro ? nosotros no
las dictamos ; nosotros no las ratificamos , nosotros no tenemos fa
cultad de mezclarnos en eso . Ellas no sirven mas que para nuestra
destruccion ; para ponernos siempre bajo la arbitrariedad de los jue
ces. No he oido yo los discursos que Vd . pronunció el 4 de julio,
aniversario de la proclamacion de nuestra independencia ? No dice
Vd, todos los años en la misma época , que los gobiernos ejercen su
autoridad por la voluntad de los gobernados? ¿ Tales palabras no dan
campo a la imaginacion para reflexionar y comparar?
El talento especial de M. Wilson era de tal naturaleza , que pudie
ra muy bien comparársele á una paca de algodon , por lo dulce , fle
xible yУ sin consistencia . Reñia á Jorge sin segunda intencion , tenia
una idea vaga y oscura de las emociones que debian animar á un es
clavo pronunciado ; pero por un sentimiento de deber persistia en
traerleá la verdadera senda .
-

Jorge, continuó aquel , mordiendo convulsivamente el puño de 1

su paraguas , tú no deberias alimentar esos pensamientos , porquo


perjudican directamente a los de tu condicion .
Jorge se sentó resueltamente en frente de él . Mireme Vd . bien , se
ñor Wilson, esclamó, , no soy tan hombre como Vd. ? Vea Vd. mi
cara, mis manos , mi cuerpo y se levantó con arrogancia. ¿ No soy
un hombre como otro cualquiera ? Enhorabuena , mi padre, uno de
los proprietarios de Kentucky, no se dignó antes de morir , tomar las
precauciones necesarias para evitar que me vendiesen como a sus
caballos y á sus perros . Yo he visto rematar en almoneda pública á
87
mi madre con sus siete hijos ; estos fueron vendidos delante de ella
uno á uno y á diferentes amos . Yo era el último, ella se arrodillo
ante el comprador suplicándole que la comprase conmigo a fin de
permanecer á lo menos con un hijo a su lado, y el bárbaro la dió un
puntapié : estaba yo allí , me hizo atar al pesci:ezo de su caballo, y
mientras que me arrastraba, los gemidos de mi madre resonaron por
la última vez en mi corazon .
-Y bien, ¿despues ?
- Mi amo se puso de acuerdo con uno de los corredores para
comprar á mi hermana la mayor. Era esta una buena muchacha ,
piadosa, pertenecia a la secta de los anabaptistas, y era tan hermosa
como mi pobre madre. Estaba educada con esmero y tenia las me
jores costumbres . Yo me alegré al principio que la hubiesen com
prado, porque con esto tenia una buena amiga cerca de mí ; bien
1
pironto tuve que arrepentirme de esa satisfaccion. La vi castigar y me
pareció que cada golpe resonaba en lo último de mi alma; sin em
bargo, no podia socorrerla ... Ella recibió un castigo, por haber que
rido conducirse con honradez, circunstancia que las leyes no permi
ten á las esclavas. Enfin , salió formando parte de la gente que lle
vaba á vender un traficante de carne humana ; la enviaron á Nueva
Orleans como en pena y castigo de su virtud, yo no he vuelto á oir
hablar mas de ella . Yo creci me crié sin padres, sin hermanos, sin
amigos, ni quien se interesase ; or mí : siempre castigado, maltrata
do de toda clase de consideraciones humanas . Muchas veces tuve
i
tanta hambre que hubiera devorado los huesos y desperdicios que
arrojaban a los perros. Tambien cuando era niño y que pasaba las
noches en vela lamentándome, ni era el hambre ni ellátiguo lo que
me obligaba á llorar, no señor : la pérdida de mi madre y de mi her
mana , no tener ni un amigo que me consolase en el mundo. No ha
bia yo jamás probado la ventura , no habia escuchado nunca una
palabra consoladora, de compasion, hasta que vine á trabajar á
vuestra fábrica. He sido bien tratado por Va., señor Wilson; à Vd .
le debo haber aprendido á leer y á escribir : he tenido la noble am
bicion de conducirme bien y ser útil á mis semejantes, y Dios sabe
cuánto agradezco á Vd . el interés que siempre se la tomado por mí .
En la casa de Vd . h :llé una esposa cuya pérdida lloro; Vd . la ha
visto , vd . la ha conocido , y sabe cuán hermosa es... Cuando supe
que ella me amaba , cuando me ví casado con ella me juzgué el mas
dichoso de los mortales. Ella era tan buena coino hermosa. Pero zde
qué le han servido sus brillantes cualidades? Vino mi amo, me ar
rancó de mis trabajos, de mis amigos, de todo lo que yo amaba en
el mundo, y me ha arrojado en el polvo. Me olvidé de mí mismo,
para convencerme de que era un negro . No fué esto bastante : imi
amo se colocó entre mi mujer y yo , ordenándome que la abandonase
para casarme con otra .... ¿Era eso posible ?... ¡ Y todas esas infamias,
vuestras leyes le permiten que las cometa, contra el instinto del ho.
nor, de la humanidad , de Dios mismo!... Si, señor Wilson , piense
Vd . en ello, no hay un solo crimen de los que he referido que nu estó
autorizado por vuestras leyes: se permite herir el corazon de una
madre , de una hermana , de una esposa , del esposo, y no se tolera
- 88
que haya un opositor áá semejantes crueldailes. Y ¿es Vd. el que sos
tiene que esas son las leyes de mi país?... Señor, yo no tengo tam
poco patria, no tengo padre , pero voy á crearmela. En cuanto a la
vuestra, todo lo que le pido es que me permita abandonarla, salir de
ella. Cuando llegue al Canadá, donde las leyes me protejerán como
ciudadano, esa será mi patria, y obedeceré sús instituciones. Pero si
alguno intenta detenerme, que no se atreva, porque estoy determi
nado á luchar con todas mis fuerzas por mi libertad : juego el todo
por el todo , y sostendré ese principio hasta mi último suspiro. Vds.
dicen que vuestros predecesores han tomado las armas y con ellas
se han conquistado la libertad ; ese era su derecho , este es el mio.
Jorge adornó algunos rasgos de su discurso con la elocuencia per
suasiva de las lágrimas, y con acciones hijas del sentimiento que le
afectaba. Wilson no pudo menos de enternecerse, y llevó á sus ojos
húmedos un gran pañuelo de madrás.
Qué el diablo cargue con los amos ! dijo bruscamente ‫ ; ;ܪ‬mal
dita sea su inſernal conducta !... Dios me perdone , creo que juio ! ...
Vamos Jorge, sigue tu camino, pero ten prudencia, amigo mio . No
mates á nadie sino en el caso de legítima defensa, ó mejor dicho :
no hagas daño á nadie, que eso será mas conveniente. ¿ Dónde está
tu mujer ?
-Se ha fugado cargando con hijo, y ha ido, Dios sabe á donde ,
ella ha llevado por guia la estrella del norte . ¿Dónde podré encon .
trarla ?... No nos veremos va mas en este mundo, me parece.
-¿Y eso es posible ? la familia Shelby era tan buena ...
-Las buenas familias tambien tienen deudas, y las leyes de vues
tro país les autorizan para arrancar los hijos a las madros y darlos en
pago de los créditos pasivos del amo.
-Basta, replicó el honrado Wilson, metiendo la mano en el bol..
sillo de su gaban, basta de discusion sobre ese asunto. Toma , Jorge,
esto es para tí.
Y sacó unos cuantos billetes de banco que puso en las manos de!
mulato.
- No, señor, mil gracias, replicó Jorge , Vd . ha hecho ya dema
siado por mí, y este dinero podria hacerle á Vd. alguna falta. Yo tenia
algo economizado de mi trabajo, lo he ocultado bien de la rapacidad
de M.Harris, y creo que me baste hasta concluir mi viaje .
-Acepta, acepta, amigo mio; el dinero es un gran socorro , no se
tiene nunca lo suficiente en circunstancias como las tuyas ; tómale,
tómale, hijo mio .
-A condicion de devolvérselo á Vd , mas adelante : á título de
préstamo lo acepto, dijo Jorge, y tomó los billetes,
- Ahora, Jorge, o qué tiempo piensas emplear viajando de ese
modo ? Poco, yo lo presumo así tú sostienes admirablemente tu
papel, pero tu atrevimiento podria costarte muy caro . ¿ Quién es ese
negro que te acompañia ?
-Un hombre que me quiere mucho y que se ha pasado al Canadá
hace ya mas de un año . El ha sabido que lleno de furia por su fuga
el amo atormentaba a su anciana madre, y ha vuelto para consolarla
ó llevársela consigo si era posible .
89
1

1
-¿Y lo ha logrado?
-Todavía no : rodea constantemente la habitacion, pero no se le
ha presentado una oportunidad favorable. Entre tanto él me acompa
nará hasta el Ohio , para recomendarme á los amigos que le socor
rieron ; en seguida se volverá en busca de su madre .
-Eso es peligroso, muy peligroso, dijo el viejo .
Jorge alzó la cabeza y sesonriócon desden . Wilson le miró con
cándida estupefaccion .
- Tú te has desarrollado estraordinariamente, muchacho. Tienes
un aire de seguridad y un aplomo que hablas como los hombres es
perimentados .
- Porque soy libre ! replicó con orgullo el mulato. Sí, señor,
porque soy libre, no llamaré ya en mi vida á ningun otro hombre
a mi amo . »
-No te glories todavía , que aun no estás seguro, y puedes de un
momento a otro caer en poder de tus obstinados perseguidores .
- Todos los hombres son libres é iguales en la tumba, señor Wil
son , y bajaré á ella si fuere necesario .
-En verdad , tu audacia me confunde. ‫ܐ‬Demorar en una posada
tan próxima !
Señor Wilson , mi empresa es tan atrevida, y esta posada tan
cercana a la del tirano que no inspirará la menor sospecha : me bus
carán mas lejos; y ademas y no estoy bien disfrazado ? El amo de Jim
no habita este condado, por consecuencia, no es aquí conocido. Han
cesado de perseguir á Jim , y nadie se propondrá confrontarme con
las señas dadas en el anuncio .
- Pero ¿esa marca, esa letra A.?
9

El mulato se quitó el guante y enseñó una cicatriz recientemente


formada en su mano derecha .
- Fué la última atencion de M. Harris . Habrá unos quince dias,
le dió la ocurrencia de marcarme con la letra inicial de su nombre,
porque sospechó que pudiera escaparme. ( Pero es verdad que está
muy bien borrada ?
-La sangre se me hiela en las venas cuando pienso en los peligros
que te rodean .
- Mi sangre tambien ha permanecido helada por algunos años,
pero ahora arde como la lava de un volcan.
Hubo algunos instantes de silencio, y despues añadió Jorge :
- Comprendí que Vd.me podria reconocer , y he creido necesaria
esta conferencia con Vd . , temeroso de que me denunciara la sorpresa
que pudiera yo ca sarle. Parto mañana antes de que amanezca ;por
la noche espero hallarme sano y salvo en el Ohio. Viajaré en mitad
del dia, y me alojaré en las mejores posadas . Comeré con los amos
de la tierra . A Dios, pues ; si oye Vd. decir que me han encontrado,
encomiéndeme á Dios, porque habré muerto .
Tendióle la mano con la majestad de un príncipe , el hombre de
color : A pretola cordialmente el anciano , recomendó de nuevo la
prudencia á su antiguo criado, tomó el paraguas, y se marchó.
Permaneció Jorgeun momento pensativo, sobre el umbral de la
8*
90

puerta que el anciano acababa de cerrar ; ocurrióle al instante una


idea, y abriendo otra vez la puerta , gritó desde la escalera.
-1 Todavía una pregunta , señor Wilson !
Entró el fabricante , y Jorge, despues de haber cerrado la puerta,
permaneció por algunos minutos, irresoluto y con la cabeza inclinada
hacia el pecho :
-Señor Wilson , le dijo por último , haciendo un esfuerzo sobre si
mismo, me ha tratado Vd . como un cristiano ... Permítame Vd. que
todavia le pida un acto de caridad cristiana ...
-¿Cuál ?
Veo que Vd . tiene razon : yo corro gran riesgo... si muero, na
die llorará mimuerte ; seré enterrado, como un perro, en el barranco
7 mas cercano. Al cabo de unos dias, todos me habrán olvidado, mé
nos mi infeliz mujer... ; Desgraciada amiga ! ella sola derramará la
grimas sobre mi tumba. Mas para recordarla mi cariño, deseara ha
cerle llegar este alfiler que me regaló cierto dia : tenga Vd . la bon
dad de encargarse de enviárselo, y de decirle que la he amado hasta
en mi última hora . ¿ Querrá Vd .? ¿ Querrá Vd .?
Ciertamente, mi buen amigo, dijo el fabricante con voz temblo
rosa y convulsiva .
-Dígale Vd . tambien que haga cuanto pueda para irse al Canadá.
Su ama, es verdad , es muy afectuosa y ella estima por otra parte la
casa en que ha nacido, pero qué importa todo eso ? Que no vuelva
atrás, pues la esclavitud conduce siempre a la miseria ... Recomién- .
dele que de a nuestro hijo la educacion de los hombres libres para
que no sufra lo que yo be sufrido .... ¿Me promete Vd . todo esto ?
-Sí , Jorge ; pero yo espero que tú no morirás. — Anímate; eres
un escelente mozo; y deseo con toda mi alma que llegues sano y salvo !
al término de tu viaje.
¿ Puede tenerse confianza en Dios ?... dijo Jorge. El acento de deses
peracion profunda, conque acompañó estas palabras perturbó á Wil
son . ¡ Oh ! he visto cosas tan espantosas durante mi vida, que
dudo algunas veces si hay Dios. Estas ideas no pueden ocurrirsele á
los hombres felices; para ellos hay un Dios, cpero existe para mi?
-No hables así, amigo mio, dijo el anciano. Dios existe; las nubes
y las tinieblas nos lo ocultan ; pero la justicia y la verdad son las dos
columnas de su celesie residencia. Hay un Dios, Jorge; cree en él ,
confia en él , y esté persuadido que te amparará... El bien triunfa
siempre, si en esta nó, en la otra vida .
La piedad y benevolencia de este hombre sencillo dieron á su sem
blante una dignidad momentánea y á sus palabras una imponente
autoridad. El mulato que iba y venia por el cuarto, se detuvo para
meditar, y dijo tranquilamente :
Os doy gracias por esas palabras, mi buen amigo ; reflexionaré so
bre ellas. ‫ܐ‬1 Adios ! ...
- 91 .

CAPITULO XII .
CURIOSA ESPLICACION DE UN COMERCIO LEGAL .
M. Haley y Tom continuaron su camino meditando cada uno por
u parte sobre la situacion . Es una cosa muy curiosa las reflexiones
que hacen dos hombres sentados sobre un mismo banco. Tienen los
nismos órganos, los mismos objetos pasan por delante de sus ojos y
in embargo sus pensamientos difieren esencialmente .
Para presentar un ejemplar mas demostrativo observemos á Haley,
ste no se ocupaba mas quede considerar la talladesu esclavo, el pre
-io que le darian caso de alimentarlo y sostenerlo en buen estado de
mercado. Preguntabase á sí mismo de cuantas cabezas se compon
dria su negrada, y calculaba en su imaginacion la suma que repre
sentarian, los hombres, mujeres, y niños que podia presentar en
venta. Admirábase en seguida de sus sentimientos humanitarios,
icusando á los otros traficantes que encadenaban á sus negros de
iés y manos, mientras que él conducia á Tom sin haberlo atado
para que se encontrara mejor . Suspiraba al pensar en la ingratitud
an profunda que quizás impedia á Tom apreciar la bondad con que
le trataba. El habia sido engañado por muchos negros a quienes ha
bia dispensado iguales consideraciones y admirábase de ser sin em
bargo tan filantrópico con ellos.
En cuanto á Tom , las consideraciones siguientes agrupábanse á su
imaginacion : « En este mundo no tenemos morada fija, pero la tene
mos en el otro. Dios mismo no se avergüenza de ser llamado nuestro
Dios, aunque nos ha preparado una ciudad eterna .»
Estas palabras de un libro sagrado, que consultan principalmente
los hombres sin instruccion , han tenido en todos tiempos la mayor
influencia en los hombres pobres y sencillos como Tom. Fortifican el
alma, calman la desesperacion y los llenan de valor y de entusiasmo.
Haley sacó de su faltriquera algunos periódicos y se puso á recor
rer los anuncios con el mas vivo interés. Como él deletreaba con mu
cha dificultad, despues de haber repasarlo muchas veces las frases,
leyó lentamente y à media voz aviso siguiente :
VENTAS DE NEGROS POR ORDEN JUDICIAL .

En conformidad de la sentencia ejecutoriada, serán vendidos el


miércoles veinte de febrero, delante de la puerta del tribunal, en la
ciudad de Washington , los negros :
Agar, de edad de sesenta años;
Thon , de treinta;
Ben , de veinte y uno;
Saul , de cincuenta y cinco,
Y Albert, de catorce .
Véndense en beneficio de los acreedores y heredos de Blutchford .
Los albaceas
Firmado: Samuel MORRIS,
Thomas Hint,
92 -
-

Es necesario ver esto, dijo Haley dirigiéndose á Tom por no to .


ner otro interlocutor. Tengo intenciones de llevar contigo un surtido
deprimera clase; tu estarás bien acompañado . Nosotros iremos di
rectamente á Washington , donde estarás en prision hasta que yo
haya concluido mis negocios.
Tom recibió tranquilamente esa noticia. Preguntóse tan solo , SI
una gran parte de esos desdichados tendrian mujer é hijos y serian
capaces de padecer tanto como él al separarse de objetos tan queri..
dus. Es necesario confesar además que le fue muy sensible saber que
iba á ser encerrado en una prision como un criminal. Habíase con
ducido siempre con una probidad a toda prueba; estaba orgulloso de
su honradez y se consolaba á sí mismo diciéndose : « Si yo hubiera
nacido en una clase mas distinguida de la sociedad, jamás habria me
recido una condenacion infamante . » De esta manera al terminar el
dia, Haley y Tom llegaron a Washington, instalándose el primero er
una taberna y el segundo en un calabozo.
A las once de la mañana siguiente, una multitud considerable da
toda clase de personas invadieron el principio de las gradas del tri
bunal. Esperando el momento de los remates, los compradores fu.
maban, maldecianó hablaban segun sus inspiraciones respectivas.
Los hombres y las mujeres en venta formaban un grupo aparte. La
mujer designada en los anuncios con el nombre de Agar era un ver
dadero tipo Africano . Era muy posible que no tuviese mas que se
senta años, pero representaba mucha mas edad . Estaba casi ciega,
padecia reumatismo y los rigoros del trabajo y las enfermedades la
habian envejecido prematuramente. Cerca de ella estaba Albert,
jóvende catorce años,único resto de una familia numerosa, cuyos
miembros habian sido llevados sucesivamente á Nueva -Orleans. Su
anciana madre ballábase á su lado sujetándole por la camisa con las
dos manos y contemplando con la mas triste ansiedad á cuantos se
acercaban á examinarlo .
No temas nada lia Agar, dijoel negro mas viejo. Yo he ha
blado con el albacea, y cree que lo arreglará todo de tal manera,
que ustedes dos vayan en un lote.
Yo tengo tambien mi mérito, respondió la negra Agar levan
tando sus trémulas manos; yo puedo hacer todavía la cocina, lavar
los platos y otras muchas crisas. Bien merezco que me compren, y
todavía mas por el precio tan bajo en que me han puesto .
En estas circunstancias Haley abriéndose paso con dificultad por
entre la multitud, se acercó al negro anciano. Le abrió la boca, le
examinó las mandíbulas, y para juzgar mejor del libre movimiento y
fuerza de musculatura, le ordenó que se pusiese derecho, diese al
gunos pasos adelante y atrás, se bajase encorvándose y ejecutase
diferentes evoluciones. Despues se dirigió á otro esclavo al que su
jetó á iguales pruebas. Reparó en Albert por último , le tentó los
brazos, y le encargó que diese gunos saltos para calcular su
agilidad.
-Es muy joven para ser vendido solo ; es preciso que me com
pren á mí tambien junto con él, dijo la anciana madre con impe
93
tuosidad . El y yo formamos un lote solamente, señor ; y estoy toda
via fuerte, y capaz para cuanto quiera destinárseme.
Para un ingenio no vales gran cosa , dijo Haley:
-

Despues, satisfecho del exámen que babia practicado, se paseo por


el otro, con las manos en los bolsillos , el cigarro en la boca у el som
brero ladeado sobre la oreja derecha .
-

¿ Qué le parecen á Và ? le preguntó un comprador que habia se


guido á Haley paso a paso, para formar una opinion mas fundada.
Yo preferiria sobre los jóvenes y los viejos a ese muchachillo .
¿Y exigen que compren juntos madre e hijo ?
Ella está hecha un esqueleto que no merece ni que la alimen
ten.
¿ Usted no los toma ?
Era preciso que estuviera loco ... Ella no ve muy bien y además
parece idiota ...
Algunos compran estas viejas y suelen sacar un buen partido
en el negocio, dijo el otro pensativo.
Tal vez; en cuanto a mí, no las tomaria ni regaladas.
Siempre es mas humano comprar la madre con el hijo ... Ella
que lo quiere mucho, y no tienen un precio exorbitante.
-

Dinero perdido, dijo Haley, yo compraria el muchacho para


yolverle á vender en algun ingenio... ¿ Qué diablos quiere Vd.que so
haga con la madre ? ...
-
-

Pero la infeliz caerá en la mayor desesperacion ...


Y quéimporta ? respondió Haley friamente.
El diálogo fuéinterrumpido por la llegada del vendutero y el es
cribano que atravesaron por entre las gentes para llegar al puesto en
que debian comenzar el remate .
mismoAlbert,
amo . no te separes de ní, para que nos vendan juntos y áá un
¡ Ah mamá! mucho temo que no seamos tan afortunados...
Deben hacerlo así, hijo mio, i oh no podria vivir un instante
despues
ve ia ,ellos tratasende
hemencsi separarnos ! dijo la pobre anciana con
El escribano anunció con una voz estentórea que se iba a proceder
al remate de muchos negros , por lotes ó separadamente á voluntad
de los que hicieron postura. Las pojascomenzaron. Los negros com
prendidos en lalistafueron adjudicadosencantidades que acaso no
se habrian vendido de otromodo.Haley remató dos.
: menteEa, tú , muchacho, dijo el escribano tocándole á Albert ligera
con el martillo de anunciar el remate en el hoinbro ; de pié, y
pronto ...
- Pónganos Vd.juntos, señor, juntos, por caridad , dijo la anciana,
sin separarse del hijo .
¡A un lado! respondió el escribano ; tú serás la última , ' ; vamos
muchacho , andando !
Entonces le dió aquel un empellon à la madre y puso al hijo de
frente a la curiosa multitud; este se volvió un momento al ruido que
hacia la madre con sus gemidos y adelantó en seguida para el cir
Culo. Su hermosa fisonomía , lo exacto de sus proporciones ; la agi
94
lidad de sus miembros, escitaron la atencion de la concurrencia y
muchas proposiciones llegaron á un mismo tiempo á los oidos de
escribano. Admirado por tantas voces, que se le disputaban, Albert
echó en su rededor una mirada inquieta . Haley triunfo , le fué adjudi
cado á él : entónces la anciana trémula, se echó á sus piés y comenzó
á suplicarle con el mayor interés :
Cómpreme Vd . señor, cómpreme á mí tambien, en nombre del cielo,
cómpreme Vd ., porque sino voy á morir de pena.
Mas fortuna seria para tí morir, que venir á mi poder... ¡Nól...
En cuanto_á la pobre anciana no hubo cuestiones, nadie queria
comprarlä. El individuo que habia aconsejado á Haley, y que pare.
cia no ser enteramente ageno á un sentimiento de compasion , la
compró por una bagatela, y los concurrentes se dispersaron . Las vic
timas de aquel remate, que vivian reunidas hacia muchos años, se
juntaron en rededor de la anciana, cuya desesperacion era estremada
y causaha lástima oirla .
Enteramente aislada! ... Ni siquiera un compañero llevan con
migo... ¡ Oh espantosa soledad ! ... decia la infeliz con un acento des.
garrado ... ipobre hijo mio !
.

Tenga Vd. confianza en el Señor, tia Agar, dijo uno de los ne.
gros de mas edad .
C

Confianza en el Señor ! y de qué puede servirme eso ?


Consuélese Vd . mamá : dicen que Vd . tiene un buen amo .
Y qué ventajas me resultan de eso ! Albert, tú eres mi único
hijo, ; como vivir sin tí !
¿ No hay quién me ayude á llevarme esta mujer ? dijo secamento
Haley, ¡vaya un modo de gritar ! ¡ Eh ! ¿ qué adelantas ahora con la
mentaciones ?
Algunos de los concurrentes por medio de persuasiones y empleando
la fuerza pudieron separar la pobre anciana, que sujetaba con el
mayor empeño á Albert, tratando de consolarla del mejor modo po
sible al conducirla á la carreta de su nuevo amu,
Marchemos, dijo Haley ; y reuniendo sus tres adquisiciones , puso
á cada una un par de esposas que ató á la cadena general que les
aprisionaba, y con esta humana carga se dirigió a la prision donde
tenia los demás.
Al cabo de algunos dias , Haley se embarcó en el Ohio con los pri-,
meros negros que hubo recolectado, recogiendo otros que habia com
prado por medio de sus agentes, en los diversos depósitos en que lo
aguardaban.
La Belle- Rivière, uno de los mas hermosos buques de vapor que se
pasean sobre las aguas del Ohio, bajaha majestuosamente el rio, el
pabellon de las estrellas flotaba en la popa : la cubierta estaba llena
de señoras y caballeros que gozaban de aquel hermoso dia . Allí lodo
era animacion, placer y ventura ... Sin embargo en el entrepuente
gemian
hablabanlos
esclavos de Haley, amontonados los unos con los otros
en voz baja .
Muchachos, les dijo Haley, creo que estarán ustedes contentos ;
cuidado con las murmuraciones ; levanten la cabeza : si ustedes so
comportan bien conmigo, yo me comportaré bien con ustedes.
95
En fuerza de la costumbre invariable entre los negros, todos res
pondieron :
-
Si señor.
Pero es necesario convenir en que la alegría no podia reinar entre
Į aquellos infelices. Dominados por ciertas preocupaciones en favor de
sus mujeres, de sus madres y de sus hijos, á quienes habian visto
por la última vez , el contento no podia penetrar en sus corazones .
El artículo catalogado bajo la cifra. « John de edad de treinta
años » descansó sus manos encadenadas sobre las rodillas de Tom y
le dijo :
1 tura !
Yo tenia una esposa, ella ignora mi estado actual, i pobre cria
C
S
- ¿ Dónde vivia? preguntó Tom .
с
- En una posada a algunas millas de aquí : cuanto me alegraria
de poderla ver otra vez en este mundo .
12
Pobre John , este sentimiento era tan natural que las lágrimas le
rodaron por las mejillas, lo mismo que á los blancos que se encuen
tran en igual circunstancia. Un suspiro se escapó del oprimido pecho
de Tom ,quién trató como le fué posible consolar á su compañero.
Por encima de sus cabezas, en la cámara de popa al rededor de
parejas mas dichosas jugueteaban varios niños como alegres mari
posas.
.
Mamá, dijo uno de los niños que acababa de hacer una escur
sion por la bodega, abordo viene un comprador de esclavos con cinco
ó seis negros .
Desgraciados! dijo la madre con acento de indignacion.
¿ Qué es ello? preguntó otra señora .
Algunos esclavos que están en la bodega.
Y tienen cadenas , añadió el niño .
-¡Qué vergüenza para nuestro país , permitir semejantes espec
j táculos !
S
¡ Oh! esclamó otra señora desde la puerta de su camarote sen
tada en medio de sus dos hijos, en eso hay su mas y su ménos. Yo
he viajado por el medio dia , y creo francamente que los negros es
clavos son mas dichosos que los libres .
Algunos gozan de un bienestar material , no digo lo contrario,
replicó la primera señora ; lo que yo hallo en la esclavitud mas ter
rible, es que destruye todas las mas caras afecciones del corazon ,
porque separa las familias.
Ciertamente, sensible es eso sin duda, añadió la cuarta señora,
À examinando el efecto que hacia un vestido de su niño que acababa
de confeccionar; pero eso no sucede frecuentemente .
1 Eso se ve todos los dias ! añadió la primera. Yo he pasado mu
chos años en Kentucky y en Virginia, y he sido testigo de miserias
que horrorizan solamente oirlas contar. Supóngase Vd ., señora, que
á dos de vuestros niños se los llevan para venderlos ...
No podemos juzgar por nuestros propios sentimientos respecto
de los que tienen las gentes de color...
Vd. no les conoce, señora, añadió la primera algo acalorada :
96

yo me he criado en medio de ellos y sé que tienen sentimnientos tan


puros, ó quizás mas enérgicos que los nuestros.
-
¡ Bien puede ser ! replicó la cuarta ; despues bostezó, echó una
mirada por la ventana delcamarote y en el mismo tono en que habia
comenzado continuó : - Pues con todo, para mí los negros son mas
-

felices siendo esclavos que libres.


Un grave eclesiástico , vestido de negro que se hallaba sentado cerca
de la puerta del camarote, mezclándose en la conversacion dijo :
Indudablemente , la intencion de la Providencia es que la raza
Africana sea esclava siempre. « ¡ Qué Canaan sea maldito ! Que él sea ,
respecto de sus hermanos, el esclavo de los esclavos. Que Dios mul
tiplique la posteridad de Japhet, y que habite en las tiendas de Sem
y que Canaan sea şu esclavo. >>
Estranjero, dijo un hombre de gran estatura, s interpreta Vd .
el texto en su verdadero sentido ?
-

Seguramente. Ha agradado á la Providencia, por algunos moti


vos impenetrables, condenar esa raza á eterna servidumbre, hace ya
muchos
Altísimo.
siglos, уy nosotros no nos debemos oponer á los decretos del
En ese caso, replicó el hombre de gran talla, me apresuraré á
com ; rar negros , pues que es la voluntad del cielo , al cual es nece
sario obedecer. ¿ Con qué los negros han venido al mundo para ser
vendidos, cambiados, y oprimidos ? ¡ Vaya una verdad demostrada !
d No opina Vd . así estranjero ?
Estas palabras se dirigian á Haley , quien con las manos en los bol
sillos y apoyado contra el cañon de la chimenea, estaba escuchando
atentamente la conversacion .
No he meditado sobre el asunto, respondió Haley, ni tengo ins
truccion snficiente para entrar en esamateria : he adoptado la profe
sion de traficante de esclavos, como medio de buscarme la vida : si
be hecho mal, tendré buen cuidado de arrepentirme á su tiempo.
& Y de qué ? replicó el hombre alto : No ha oido Vd : lo que
dice la Escritura ? Nuy ventajoso es conocerla. Si Vd . hubiera estu
diado la Biblia, como este ministro del Señor, hace mucho tiempo
que se habria desprendido de esas preocupaciones y estaria Vd . libre
de tener el menor escrúpulo en su conciencia , por razon del oficio
que Vd. hace. Vd. no hubiera tenido que repetir sino maltido sea....
(se me olvida la frase ); y Vd . habria continuado su comercio negrero
con la mas perfecta tranquilidad.
El que se espresaba así era Thon el cazador de negros, que ya be
mcs dado a conocer a nuestros lectores en la posada de Kentucky. Su
estraña fisonomía reflejó una sonrisa muy irónica y se puso á fumar.
Un joven pequeño y delgado cuyo semblante revelaba tanta sensi -
bilidad como inteligencia, tomó entonces la palabra,y dijo :
Hay en la Escritura otro pasaje : « No hagas a otro lo que no
quieras que hagan contigo. » ¿ No es esto tambien tan concluyente
como la maldicion de Canaan ?
Para nosotros los que no sabemos ciertos misterios ni podemos
meternos en honduras, es verdad, nos parece lo mismo, dijo Thon
arrojando una bocanada de humo.
97
El joven lo mirú atentamente é iba á añadir algo , cuando el buquo
se detuvo. Todos los viajeros se lanzaron sobre cubierta . Tan luego
como echaron la plancha, una negra atrevesando por en medio de la
multitud, bajó precipitadamente a la bodega y se arrojó á los brazos
del esclavo designado bajo la rúbrica « Thon, edad treinta años. »
Esa negra era la mujer de este desgraciado para que contar su
entrevista ? Tolos los dias se ven ejemplos de desgracias semejantes,
de débiles separados los unos de los otros y reducidos a la mas grande
desolacion por el influjo de los fuertes. No es necesario hacer mas es
plicaciones ni para aquel que nunca es sordo a las quejas del desdi
chado, aunque siempre no lo manifieste.
El joven que habia defendido la causa de la humanidad contem
plaba esta escena con los brazos cruzados.
-

Amigo mio, dijo á Haley, ¿cómo es posible que pueda Vd . ejer


cer semejante eficio ? Observe Vd . esos dos infelices. Yo gozo en el
interior de mi pecho , porque vuelvo á mi casa do: de voy á encon
trar á miesposa y mi hijo ; y la misma campana que me anuncia tan
plausible nueva, da la señal para la separacion eternade ese hombre
y de esa mujer. ¡ Esté Vd. persuadido que hay un Dios que ha do
juzgar la conducta de Vd . !
El traficante se alejó sin responder una sola palabra .
Oiga Vd . ! le gritó el cazador, parece que todos no opinan del
mismo modo. Este estranjero no parece gran partidario de « La mal
dicion de... (no recuerdo la frase.)
Haley murmuró sordamente.
Y no es menos respetable lo que dice, añadió Thon el cazador ;
ojalá que su prediccion no se realice cuandole citen á Vd. anteel
gran Tribunal .
Haley se fué reflexionando al otro estremo del buque .
Como pueda desenredarme vantajosamente de tres ó cuatro re
S

gradas, dijo para sí , abandono el oficio ; verdaderamente tiene sus


peligros.
Despues abrió su cartera y se puso á repasar sus cuentas, remedio
empleado por . muchos mas pecadores, como específico contra los re
mordimientos
El buque se separó majestuosamente de la orilla; los hombres prin
cipiaron á hablar, las mujeres á hacer labor, los niños á jugar y el
vapor á continuar su derrotero .
En uno de aquellos dias el buque hizo alto, en una pepueña pobla
eion de Kentucky y Haley desembarco para hacer ciertos negocios.
Tom
aunque tenia esposas en lospiés, se le permitia que tomase do
tiempo en tiempo el aire sobre cubierta.El se aproximóá la borda
echó una mirada sin objeto por encima del toldo : Entonces sió venii
al traficante muy de prisa en compañía con una mujer de color que
traia un niño en los brazos. Ella estaba vestida con elegancia ; otro
hombre decolor la seguia con un baulito en la mano. La mujer pare
cia estar contenta ; ella hablaba con su compañero, acariciaba el niño
y atravesó con paso ligero por la plancha. La campana anunció la
marcha, el vapor silvó , la máquina comenzó con su ruido monótono,
9
y el buque principió á bajar el rio.
98
Lu mujer se instaló en la proa, en medio de los equipajes y se en
tretuvo en divertir á su niño.
Haley dió algunas vueltas sobre cubierta , y se fué á sentar á su
lado comenzando á hablarla en voz baja .
Tom advirtió que una nube sombría se dibujó en el semblante de
la mujer, quien respondiendo colérica , dijo :
¡ Oh eso es imposible ! i yo no lo creo , no lo creo 1 , Vd . se
chancea l ...
- Si Vd . no lo cree, vea Vd . este papel , dijo el comprador de es
clavos ; es el contrato de venta, formado de puño уy letra del anio de
Vd .: os he pagado en monedas bien corrientes y contantes ; yo os lo
aseguro .
Miamo no es capaz de engañarme de ese modo ; , es imposi
ble ! replicó la mujer con una agitacion que iba en aumento cada vez
mas .

· Puesto que lo dudas todavía , dijo cambiando de tono é incomo


dado ya Haley, y pues que dudas de mis palabras, no hay necesidad
demas discusion , preguntaremos al primero que se aparezca ... ; Ola !
señor, , tiene Vd . la bondad de leerme esta escritura ?
Es, dijo el viajero interpelado ; un contrato de venta formado
por John Fosdick, que os vende la muchacha Lucía y su hijo. El do
cumento está en toda la forma á lo que veo .
Las esclamaciones en que prorrumpió la infeliz mujer atrajeron
una porcion de curiosos á su rededor, y el traficante esplicó los mo
tivos de aquella agitacion.
.

Me habia dicho que iba á. Louisville para serviren clase de co


cinera en la posada donde trabaja mi esposo . Esto fué lo que me dijo
mi amo, y no puedo persuadirme que él haya mentido.
· Pero él la vende á Vd . , hija mia , no hay duda ninguna , dijo un
hombre de fisionomía muy agradable , despues de haber examinado
los papeles,
És inútil hablar mas , respondió la mulata , apaciguándose re
pentinamente ; y al parecer calmada volvió la espalda á los curiosos.
Ella se sentó sobre un baul , con el niño en sus brazos y se puso á
.contemplar con la mayor atencion el rio .
Vamos , se ha tranquilizado, dijo el corredor de esclavos, tóma
el mal con paciencia, buena condicion para esclava .
La mulata no se movió ; el soplo halagador de la brisa vino á re
frescarle la cabeza . Ella contempló los últimos rayos del sol lanzarso
sobre los surcos de oro de las aguas: oyó alegres carcajadas de los
viajeros ; pero su corazon estala petrificado enteramente. El hijo in
corporándose sobre las rodillas de la madre estuvo acariciándole las
mejillas : saltaba y se movia con el mayor contento, pronunciaba es
presiones casi ininteligibles, y parece que comprendiendo la amarga
situacion de la pobre madre , proponiase consolarla. El estaba ad
mirado porque su madre correspondia á aquellas cariciassolamente
con lágrimas que caiun una á una sobre su infantil rostro. Porúltimo
triunfo el niño, porque ella se olvidó por un momento de la circuns .
tancia desgraciada por que atravesaba.
El niño apenas tenia once meses ; pero estaba respectivamente
99
muy desarrollado, era muy vivo y no permanecia un instante con
SI sosiego : la madre tuvo que ocuparse en contenerle y reprimir su
petulancia .
de ¡ Guapo muchacho ! dijo un hombre que se detuvo bruscamente de
lante de él con las manos en los bolsillos ; & qué edad tiene ?
SE
-
Diez meses y medio , respondió la madre .
El hombre llamó la atencion al chico ofreciéndole un pedazo de
azúcar candi,que aquel tomó prontamente y lo llevó á la boca.
Muy listo es ! dijo el hombre, que se alejó silvando Cuando se
0 vió en la otra parte del buque se acercó á Haley que ſumaba recos
tado sobre un rollo de sogas .
Estranjero, Vd. ha hecho una buena adquisicion , le dijo el
Z hombre sacando un fósforo para encender un cigarro.
Yo lo creo, respondió Haley.
¿ Los lleva Vd. á Nueva - Corleans ?
Haley hizo un signo de afirmacion y siguió con la vista las ondula
! ciones del humo de su cigarr:).
Ella va destinaila á algura finca ?
0 Ší, señor, dijo Haley. Estoy encargado de arreglar una dotacion ,
y entre ellos podré colocarla. Se me ha asegurado que es buena co
cinera ; y podrá desempeñar esa parte ó desmotar algodon : tiene los
1 dedos á propósito para esa clase de trabajo ; yo se los he examinado .
Espero venderla bien .
Ý Haley volvió a echar otra bocanada de humo.
Pero en una finca no necesitarán el chico , dijo el hombre.
Lo vendere en la primera oportunidad, respondió Haley .
Entonces encendió otro cigarro .
¿ Lo vende Vd . barato ? preguntó el hombre sentándose cómoda
mente sobre el rollo de sogas .
No muy caro tampoco : es un hermoso chico, derecho como un
junco, grueso, bien desarrollado, sano y vigoroso , listo como una ar
dilla y de carnes muy duras .
.
Sí, es cierto, pero es muy pequeño aun y dará mucho que hacer
para criarlo.
į Bah, bah ! replicó Haley ; él por sí solo se criará cómodamente
comopar
un perrito. De aquí á un mes estoy seguro quo correrá por to
1
das tes .
Yo tengo una propiedad, á la que voy a darle alguna estension ,
y allí podria colocársele perfectamente. Mi cocinera ha perdido un
niño la semana pasada : se ahogó en la batea mientras que ella po
nia á secar la ropa. No haria Vd . mal en dárselo á criar á ella .
Haley y el estranjero fumaron un instante en silencio. Ninguno de
los dos parecia dispuesto a abordar francamente la cuestion . En fin
el último se adelanió :
Aunque la intencion de Vd . es de deshacerse de ese chico xno
pensará Vd . venderlo por mas de diez pesos ?
Haley meneó la cabeza y escupió desdeñosamente.
- No he dicho nada, dijo el otro, y se puso á fumarcon mas ahinco.
Con que, sepamos estranjero, ¿cuánto quiere Vd . por él ?
Yo podria criarle ó hacerle criar ; él tiene buena cara, está ro
100
busto, saludable, yУ vale muy bien cien pesos ; de aquí á seis mese
todo lo mas, lo venderé por doscientos en cualesquiera mercado ; por
lo tanto ahora no aceptaré menos de cincuenta pesos.
¡ Oh estranjero ! esclamó el interlocutor, eso es verdaderamente
ridículo .
.
No rebajaré ni un centavo.
Quiere Vd . treinta pesos, ni un centavo mas.
Entremos en arreglo, replicó Haley , partamos la diferencia :
démeVd. cuarenta y cinco pesos; es cuanto puedo hacer.
No me disgusta el negocio, dijo el hombre despues de un ma
mento de reflexion .
- Negocio hecho, contestó Haley ; ¿ dónde desembarca Va . ?
En Louisville.
Perfectamente, allí llegaremos al oscurecer. El muchacho estará
ya dormido. Vd. se lo lleva tranquilamente cuidando de que no chille .
A mí me gusta conducir las gentes con dulzura, odio el ruido, el es
cándalo у las emociones fuertes.
Algunos momentos despues los billetes de banco pasaban del bol
sillo del comprador al del traficante de esclavos, que continuó fuman
do tranquilamente .
La noche se presentaba hermosa y serena cuando el vapor hizo
alto en el muelle de Louisville. El niño dormia profundamente recos
tado en los brazos de la madre. Desde que ella oyó nombrar la ciu
dad, le depositó entre dos cajas, como en una cama, cuidando de co
locarle en forma de colchon su pañuelo. Corrió, en seguida á colo
carse cerca de la chimenea y buscó con la vista á su marido entre los
numerosos dependientes de fondas que pululaban en el muelle . Se
puso en la parte mas delantera, y absorvió completamente su aten
cion los grupos que se distinguian sobre la orilla á la vaga claridad
del crepúsculo de la tarde .
1 Hé aquíel momento ! dijo Haley tomando en sus brazos al niño
ya dormido ; y presentándolo alestranjero añadió : no lo despierte Vd . ,
porque entonces nos daria mucho que hacer .
Tomólo el estranjero, y llevándose la presa se confundió entre los
espectadores.
Tan luego como la embarcacion se alejó de la playa, volvió Lucia á
ocuparsu lugar.
¿ En dónde está ? ¿ Qué han hecho de mi hijo ? gritó como fuera
de sí .
Lucía, la dijo el tratante de esclavos, tu hijo ya no te pertenece;
su nuevo amo se lo ha llevado consigo. ¿ Qué importa que lo sepas ?
prefiero decirtelo inmediatamente para que te consueles o te resignes
con mas prontitud . El insensible Haley no quiso andarse con con
templaciones ; su luro corazon habia perdido todos los sentimientos
de ternura y de humanidad. - La furiosa mirada que Lucía hechó so
bre el vil tratante hubiera turbado á un hombre ménos esperimen
tado, pero él tenia el corazon cubierto por una triple coraza . Ilabia
contemplado millares de veces la misma desesperacion en otras mi.
radas de la misma naturaleza. Consideraba las mortales angustias
que descomponian el sombrío semblante de la desconsolada madre,
101

şu sofocada y difícil respiracion, y sus manos convulsivas, como inci


dentes necesarios é inevitables de su comercio . Temia solamente que
prorrumpiese en desgarradores y crueles gritos que promovieran un es
cándalo à bordo. Mas Lucía permaneció muda : el fatal golpe la habia
traspasado el corazon, dejándola sin fuerzas para dar gritos, ni para
verter una lágrima.
Presa de un terrible vértigo quedó sin movimiento : sus inanima
das manos caian por su mismo peso, sus ojos desencajados se llenaron
de sombras у manchas de sangre que le ocultaban la luz. Los brami
dos de la máquina, el movimiento de los viajeros, el rumor confuso
y aturdidor de sus conversaciones llegaban á sus oidos como los va
gos sonidos creados por su sueño. Muy profunda, muy positiva, muy des
garradora
wores. era en fin su amargura para poderla describir con signos este
¡ Estaba impasible en fuerza del martirio que la devoraba!
El tratante de esclavos, a pesar de su insensibilidad, se vió obligado á
consolarla .
- Lucía, la dijo, sé cuán funesta debe serte la pérdida de tu hijo :
mas con todo, no es justo ni razonable que te entregues á tan fatal de
sesperacion . La venta de tu niño era necesaria é inevitable.
¡Oh,
gada la señor, pormujer.
afligidísima piedad, no me hable Vd. ! respondió con voz aho
Pero aquel persistió :
- Tú tienes brillantes cualidades, Lucía; yo estoy dispuesto en tu fa
For ; te colocaré cómodamente á mi llegada ; y está segura que muy luego
hallarás otro marido ; una mujer tan hermosa como tú ....
1 ,, Ah, señor, no memartirice Vd .; este es el solo favor que puedo
pedirle! le volvió a suplicarle Lucía.
Espresaban tanto dolor y energía aquellos lastimeros acentos, que Haley
comprendió, en fin, que la enfermedad de aquella desgraciada resistia ả
infelizlos
todos .
métodos curativos que él pudiera administrarla, y se alejó de la
23
Volvió Lucía la espalda y se ocultó el rostro con su pañolon . Entre
3 tanto paseábase el tratante, deteniéndose por intervalos temeroso de que
se arrojase al rio.
El pesar despedaza su corazon , se decia , y sin embargo no da se
õales alarmantes de desesperacion. Así que pueda llorar un poco, volverá
á la razon.
Todo lo habia observado Tom , y parecíale infame la conducta del vil
Haley: Eraun infeliz degro, que aun no habia aprendido á metodizar
sus ideas. Si hubiese al menos oido, las instrucciones de los ministros
del culto, no hubiera estrañado aquel episodio de un comercio, que,
segun el doctor Joel Parquer , de Filadelfia , no trae consigo sino
los males inseparables de todas las relaciones sociales. Pero Tom carecia
hasta dela instruccion mas vulgar ; nunca habia leidosino el Nuevo
Testamento,y las impresiones que de aquella lectura resentianose neu
tralizan por ‘mas altas consideraciones . Deploraba el martirio de la des
graciada laLucía, que doblegabasucabeza como una planta marchita.Com
prendia miseria de esta criatura , que leyes bárbaras confundian fria
9*
102

mente con los sacos y cajas de mercancias sobre que ella misma estaba
sentada .
Acercóse á Tom , y este la habló ; mas ella no le respondió sino
con tristísimos gemidos. Hizola presente que un Dios misericordioso la
contemplaba desde los cielos, y la preparaba un refugio de eterno con
suelo . Pero la desconsolada estaba sorda ; su corazon apenas pal
pitaba.
Llegó la noche, pura , hermosa y sembrada de innumerables estrellas
que parecian otros tantos ojos de ángeles mirando sobre la tierra . Mas
estaba silenciosa, y este espléndido firmamento no dirigia á la desgraciada
ninguna palabra de consuelo .
Todos los viajeros á bordo de la Belle -Rivière se habian ya entregado
à un dulce sueño, y cesó todo el ruido y confusion que reinaba por la
tarde. Tom se tendió tambien sobre una caja de géneros, peroantes de
pagar este tributo á la naturaleza, escuchaba los ahogados sollozos de
Lucía, que decia : ¡ Qué desconsuelo ! ¿ Qué he de hacer entre tanta mal
dad ? ¡ Dios mio ! ¿ cómo no castigais å esos monstruos ? ¡ Oh, tened pie
dad de mí , asistidme en tan duro trance !
Hácia media noche despertóse Tom sabresaltado. Una figura humana ,
vestida de negro, pasó rápidamente por su lado ; un instante despues
hirió sus oidos el ruido que hace un cuerpo al caer en el agua. Levantó
en seguida la cabeza , y miró : ; Lucía habia ya desaparecido! En vano la
buscó por toda la embarcacion. Ella habia puesto ya un término á sus
males ; y el rio que la habia sumergido en sus aguas, seguia su curso con
tanta calma, y tan diáfano, como si ningun cuerpo estraño hubiese recibido
en su seno .

¡ Paciencia ! i paciencia ! vosotros á quiénes semejantes escenas sub-


levan el alma, sabed que ni una sola lágrima, ni un solo ;ay ! de los opri
midos dejan deser recompensados por el divino Consolador : las recibe
en su seno y los conserva en su memoria para premiarlas en su hora.
Llevad vuestro dolor con la piadosa resignación de que él mismo nos ha
dado el ejemplo. Y si como es infalible, que un Dios existe, no temamos
y esperemos el dia de la redencion .
Despertóse Haley temprano, y en seguida fué á inspeccionar su humana
mercancía , y al notar la falta de la esclava :
¿ En dónde está Lucía ? preguntó sobresaltado á Tom .
Conocia Tom lo inútil de toda discusion, y no dió parte al tratanto
de sus observaciones, contentándose con decirle sencillamente :
- No sé en dónde se halla .
Es imposible que ella haya bajado esta noche por ninguna de las
escalas. Yo estaba depié y en guardia todas las veces que el vapor ha
hecho alto . Es una vigilancia de la que me encargo siempre personal
mente .
El tono con que dijo estas palabras fué á propósito empleado para pro
vocar la confianza de Tom ; pero él no dijo nada en respuesta.
El traficante de esclavos examinó escrupulosamente todo el buque, miró
por entre las pacas de algodon, barriles, alrededor de la máquina, cofres
y chimeneas. Despues de una investigacion infructuosa volvió á acercarse
å Tom .
-- Veamos, le dijo, sé franco : tú sabes algo, No me digas lo con
103
Atrario, tú puedes darme noticias... Yo he visto á Lucia á las diez, la ho
visto á media noche, y á la una. A las cuatro no estaba en su sitio ,
y durante ese tiempo tú no habias abandonado el tuyo. Tú sabes algo, es
incontestable.
-
Pues bien , señor , por la mañana una sombra negra ha pasado por
delante de mí ; he abierto a medias los ojos y he oido el rumor de un
cuerpoque caia al agua . Me disperté y la inuchacha no estaba aquí . Esto
es todo lo que sé.
El comprador de esclavos ni se turbó ni se admiró , él estaba de
masiado familiarizado con las catástrofes mas horrorosas. La presencia
misma de la muerte no le causaba la menor impresion. En el curso
de sus peregrinaciones comerciales habia visto muchas veces es
cenas de muertes parecidas , y ya no miraba este caso sino como una vi .
-sita importuna para sus semejantes. A Lucía la estimaba en lo que puede
considerarse un insecto despreciable. Era este un hombre decididamente
5. desgraciado para quejarse de que Lucía hubiese pasado á un mundo
del que no vuelven mas los prófugos cualesquiera que sean las reclama
ciones.
El negociante desesperado, abrió su libro de cargo y data é inscri
bió en la columna de pérdidas , el euerpo
sentado
que se habian au

CAPITULO XIII.
r .

LOS CUÁKEROS.

Una pacífica escena se presenta ahora á nuestra vista. Entramos en


tar !
una bastacocina, cuyas paredes pintadas con sumo gusto, hacenresaltar
los dibujos de su precioso enladrillado. Los hornillos de hierrofundido
conservaban su primitivo brillo;labatería de cocina estañada colo
cada enelevados respaldos de limpisima madera,escitaba el apetito ,ins
trosas pensamientos gastrónomos : antiquísimas sillas pero sólidas y
pirando
lus
por lo aseadas;una de ellas armadade dos cómodos brazos , guar
pecida de blandas almohadas que girando sobre su centro pareciabrindar
la masgenerosahospitalidad, ocupaba unamujer con la vista fijasobre
sucostura. Era esta una angelical criatura , nuestra antigua amiga, en
una palabra , la bella Elisa mas pálida y delgada que cuando vivia en
casa de M. Shelby. Un dolor latente le habia casi prolongado el contorno
de su delicadaboca , yу alterado las sombras de sus negras y largas pes
tañas: pero elmismo pesarlehabia comunicado a la vezmasenergíay
reflexions. Cuando levantabasüs grandes y encantadores ojos para obser
104
var los alegres juegos de su Enrique, se la notaba una firmeza y una ro
solucion que no se le habia conocido en sus felicesdias.
A su lado veíase una mujer sentada que tenia una fuente de
estaño sobre sus rodillas ; podria contar · entonces unos sesenta
años , mas apesar de su avanzada edad parecia que el tiempo no
2

habia ejercido influencia sobre su rostro sino para embellecerlo mas.


Sombrero de crespon liso, pañuelo de muselina blanca formando simétri
cos pliegues en su pecho, y un sencillo vestido de lana indicaban la co
munidad á que pertenecia. En suma era una cuákera , cuya ova
lada y sonrosada cara, cubierta de un ligero bello , denotaba la salud y
robustez. Su cabellera, argentada en parte por la edad encuadraban una -
espaciosa y majestuosa frente, sobre la cual los años no habian grabado
ninguna inscripcion : « Puz en la tierra á los hombres de buena vo
luntad . Sus ojos azules en fin, claros y límpidos demostraban un alma
D

recta, amante y leal .


Colébranse millares de veces la hermosura de las jóvenes é porqué no %
hemos de hablar tambien de las mujeres ancianas ? Si tuviera alguna ne
cesidad de inspiraciones para designar esta desconccida hermosura ,
bastariale con ver á la encantadora Rachel Halliday , tal como acabamos
de describirla .
Estaba , cerca de Elisa , sentada sobre una de esas sillas giratorias
,

tan comunes en los Estados -Unidos. Aquella silla cuyo origen se


remontaba á una época muy lejana, y que en su principio quizá hubiese
estado espuesta a la intemperie de las estaciones , habia contrac
tado por decirlo así, una especie de afeccion asmática. Hacia una música
cuando se la movia , que las personas estrañas la hubieran ha
llado insoportable ; mas parecia dulce y armoniosa al anciano Si
meon Halliday ; y sus hijos decian que por ningun precio quisieran re
nunciar al interesante placer de oir chillar la silla de su madre. ¿ Y por
qué ? me direis , lector amado. Porque por mas de veinte años consecu
tivos era de esta silla vənerable, de donde han salido, como de una cáte
dra sagrada tantas palabras de ternura y consuelo, y tantas paternales
amonestaciones. Innumerables penas del alma y del cuerpo habian sido
allí curadas , dificultades espirituales y temporales habian sido resueltas
por la misma que la ocupaba , por ella sola, por buena mujer : ¡ Qué
Dios mil veces bendiga !
S
Elisa, le dijo la anciana. ¿ Insistes en tu resolucion de marcharte al
Canadá ?
Si señora ; respondió Elisa con tono firme. Es necesario que yo
parta ; no meatrevo á permanecer aquí por mas tiempo.
¿Y qué harás allí ? ¿& Lo has pensado bien, hija mia ?
Hija mia ,» era una frase que se presentaba naturalmente a los labios
de Raquel Halliday, porque su fisonomía , toda maternal , era emblema
del amor y del consuelo.
Temblaron las manos de Elisa , y ama gas lágrimas corrieron por sus
pálidas mejillas.
Trabajaré, contestó, y tengo esperanza de encontrar ocupacion.
i , Ignoras, acaso, que puedes permanecer con nosotros todo el
tiempo que quieras ?
.

Se lo agradezco á Vd . infinito ; mas no puedo cerrar los ojos ,


105
añadió, mostrando a su hijo. No tengo un instante de tranquilidad, ésta
noche soñaba que mis perseguidores habian entrado en mi cuarto, y que
me habian arrebatado à mi hijo.
i Infeliz criatura ! No debes alarmarte de ese modo . Ten entendido
que Dios nunca permite que ningun prófugo haya caido en las garras de
sus perseguidores una vez refugiado en nuestra aldea.
Abrióse la puerta en aquel instante , y entró una mujer de mediana
estatura , de unos veinte y cinco años, redonda como una pelota, fresca
como una lechuga, y mas encarnada que una manzana. Estaba vestida de
una tela cenicienta, cubria su seno con un pañuelo de muselina, y su
sombrero de cuákera no caia de aplomo sobre su cabeza a pesar de los
esfuerzos que hacia para sujetarlo.
; Ruth Stedman ! esclamó Raquel , corriendo á su encuentro, y ten
diéndole . las dos manos : ¿ Cómo estás, querida mia ?
Perfectamente, respondió Ruth, quitóse en seguida su sombrero, y
se enjugó con un pañuelo el sudor que corria por su rostro. La papalina
que llevaba bajo del sombrero dejaba pasar por entre sus mallas bucles
de cabellos rizados que ella se arreglo con coquetería. Compúsose delante
de un espejo y pareció tan prendadadesí misma , que Raquel y Elisa no
pudieron menos de convenir en la belleza de sus formas. Era en suma
una mujer agradable, de genio franco, y cara expresiva, á cuyo aspecto
se alegraba el corazon .
Ruth , esta amiga es Elisa Harris ; yу ese, el niño de quién he ha
blado tantas veces .
1 Dió Ruth , en seguida , un apreton de m nos á la cuarterona como si
fuera antigua amiga á quién volvia á ver al cabo de una larga ausen
cia .
-

Elisa; la dijo, me alegro mucho de verte.. ¿ Es ese tu hijo ? le he


traido pastelito.
queAlaceptó
mismoeste
tiempo que deciacontemplando
tímidamente esto presentó al
a laniño
queunse corazon de pasta,
daba a través
de los bucles de su hermosa cabellera .
5 ¿ En dónde está tu hijo ? preguntó Raquel á Ruth Stedman.
-
Va á llegar . Tu hija, María, lo ha llevado de paso, á la granja, para
presentarlo a los niños.
María, jóven lozana, que tenia la franca fisonomía y los grandes ojos
de su madre, entró en la sala en aquel momento .
¡ Ah , y que hermoso está ! ; Cuánto ha crecido !
En efecto, respondió Ruth , despojándole del capuchon de seda azul
y de otras vestiduras accesorias. Tan luego como hubo desembarazado
al niño de su doble envoltura, lo besó tiernamente y lo dejó por tierra.
Estaba sin duda el niño acostumbrado á ello, porque inmediatamente se
llevó los dedos a la boca, como si se entregara á dulces reflexiones, que
no interrumpia, sino para mirar de vez en cuando a su madre, quien
haciendo media á su lado, hablaba con sus amigas, y con la desconsolada
Elisa.
Pon el puchero al fuego, dijo Rachel á su hija.
Levantóse al punto Maria, llenó un puchero de agua, lo puso al
fuego, y al cabo de algunos momentos exhalaba un perfumado olor,
como si fuera el del incienso quemado en honor de la hospitalidad
106
mas benévola. La misma mano colocó en el fuego las . judías secas
que Rachel habia dispuesto , mientras que esta improvisaba unes
pasteles que hacia sobre una mesa tan limpia y reluciente como 13
plata .
| Abigail Peters está todavía enferma ? preguntó Rachel.
Está mejor, respondió Ruth ; he ido esta mañana á visitarla , y la he
arreglado la casa y puesto todo en órden . Al medio dia llegó Lia Hill
para amasarla el pan y otras pastas con lo que tendrá provision para mu.
chos dias. La he prometido volver a verla esta noche.
Mañana iré yo a visitarla y examinaré su ropa.
Harás muy bien , contestó Ruth. Se me ha dicho, añadió, que Ana
Stanwood tambien se halla enferma. John ha pasado la noche en su casa ,
y yo debo reemplazarle mañana .
Que venga John á comer con nosotros, si no tienes tiempo de pre
pararle la comida.
Mil gracias, Rachel ; ya veremos. Pero ahí viene Simeon .
Era Simeon Halliday, esposo de Rachel, de una fuerza hercúlea, de
clevada estatura , vestido de chaquetay pantalon de paño ordinario, y
cubierto con un sombrero de anchas alas. Apretó con su ruda mano, la
muy delicada de Ruth , y la preguntó.
Estás buena ? Ć¿ Y tu marido, goza así mismo de perfecta salud ?
Todos comemos con buen apetito, gracias a Dios, respondió Ruth
con tono alegre.
¿ Qué noticias nos traes ? le interrogó Rachel poniendo algunos bo
llos en el horno.
Me ha dicho Pedro Stedbin que vendrá á vernos esta noche acom
pañado de dos amigos ; repuso Simeon desde el fondo de un gabinete á
donde habia entrado para lavarse las manos.
¿ Hablas de veras? preguntó Rachel mirando á Elisa con ademan
pensativo.
¡ Y tan de veras ! despues dirigiéndose á Elisa la preguntó
Simeon :
¿ Con qué él llevaba el apellido de Harris? Y cómo no me lo habias
dicho .
Señor, respondió Elisa, con voz conmovida. Temia que en efecto,
hubiera fijado avisos anunciando su evasion.
Oye una palabra ! ... dijo Simeon á su mujer, retirándose al cuarto
inmediato.
¿ Qué quieres ? tio
· El marido de esa mujer se halla en nuestra colonia ; y al ser de no
che estará con nosotros, añadió con tono misterioso.
- ¡ Vaya ! ¿ Estás seguro de ello ? le preguntó Rachel, radiante de
alegría.
-

Es positivo, créelo. Ayer estando Pedro en el campo encontró á


una anciana acompañada de dos hombres, y el uno le declaró que se
llamaba Jorge Harris. Segun la relacion que hi de sus aventuras, no
hay duda sobre su identidad . Es un mozo bien formado, y de mucha
inteligencia.
Debemos participarlo á Ruth ; ; Ola, Ruth, ven corriendo : El
*
- 107
io me ha dicho que el marido de Elisa acaba de llegar y que lo
seremos esta noche. ,
En el transporte de su alegría la buena cuákera principio á saltar
y palmotear como una loca.
Poco áa poco , bija mia , añadió Rachel & crees tú por ventura
que hemos de decírselo, sin prevenirla antes ?
- Si por cierto : y en este mismo instante ! Yo me pongo en su
agar, y me figuro que, es mi querido John quien vuelve a mis
razos .
- El amor del prójimo domina todos tus pensamientos i esclamó
Samuel mirando á Ruth con enternecimiento .
-
Para eso vivimos en el mundo. Si no amara á mi marido y á
mi hijo no comprendiera los sentimientos de Elisa .
- Vé, á comunicárselo, vé ! respondió Simeon con acento per
Suasivo : y poniendo en seguida la mano sobre el brazo de Rachel
añadió :
Llévala á tu cuarto, que yo me encargo de cuidar la comida
todo el tiempo que dure la entrevista .
Aproximose Rachel de Elisa, y la dijo cariñosamente : - Sígueme,
porque tengo que anunciarte noticias del mayor interés.
Agolpise la sangre á las descoloridas mejillas de la esclava,
acometiola un estremecimiento nervioso, y elevando la vista sobre su
hijo esclamó :
Ah , Dios mio !
No tengas temor y tranquilízate, añadió Ruth, tomándola de la
mano : son noticias agradables las que tenemos que participarte, así
sosiégate, amiga mia .
Acabado de decir estas consoladoras palabras abriósuavemente la
puerta de la alcoba dormitorio, y se volvió para tomar á Enrique en
sus brazos .
¿ Sabes, hijo mio, le dijo acariciándolo, que esta noche vas á ver
á tu padre ?
Repitióle muchas veces la misma noticia, y el niño, admirado,
correspondia con mil besos a la tier na y enagenada madre.
En aquel momento, Rachel se acercó á Elisa y la dijó : EI
Señor ha tenido piedad de ti, hija mia ; tu marido se ha escapado de
la casa de la servidumbre.
Volvió la sangre á subirsele á la cabeza, y concentrándose en el
orazon cayó súbitamente desmayada.
Ten valor, la dijo Rachel recibiéndola en sus brazos así que se
repuso del desmayo ;/ tu marido se halla en seguridad en casa de
unos amigos leales que lo acompañarán y conducirán esta noche á
nuestro lado.
- ; Esta noche !... | E - ta noche ! balbuceó Elisa ; mas no com
prendia el sentido de las palabras que articulaba . Habíanse trastor
nado sus ideas, y confundido en aturdimiento, de manera que quedó
como fuera de sí. Cuando recobró su conocimiento se vió tendida
sobre su lecho, mientras que Ruth le frotaba las manos con el aguar .
diente alcanforado . La mujer de Jorge se encontraba en un estado
apacible de languidez, como una persona que despues de haber sos
tenido por mucho tiempo un gran peso, se ve de repente libre Jo él .
108

Sus nervios que no habian cesado aun de estar sobreescitados desde


la fuga, volvieron a adquirir vigor por la mas gráta reaccion. Un
estraño sentimiento de reposo y de tranquilidad se habia apoderado
de todo su sér. Aunque tenia los ojos abiertos, comprendia como en
un ensueño los movimientos de cuantos la rodeaban. Vió en la pieza
vecina la mesa preparada y cubierta con un mantel blanco ; oyó el
agradable rumor del agua que hervia en la cafetera ; percibió á
Ruth Stedam, que llevaba platos con pasteles y potes de confiituras.
La cuákera sé detenia en sus idas y venidas para poner un pastelito
en las manos de Enrique, tocarle cariñosamente en la cabeza ó pa
sarle su blanca mano por los cabellos. De tiempo en tiempo Rachel
se aproximaba á la cama, arreglaba las almohadas, componia el co
bertor, estiraba las sábanas de uno y otro estremo para probar su
buena voluntad ; y la mirada de sus negros ojos caia sobre el sem
blante de la enferma como un rayo de sol. Hubo un momento en que
Thon Stedman , entró ; Ruth corrió á presentársele y le habló en voz
baja, pero con vivacidad, y señalándole con el dedo la alcoba de dor
mir. Pusiéronse á la mesa para tomar el té ; Enrique iuú colo
cado sobre una silla alta al lado de Rachel Halliday . Los rumor!
de la conversacion , el choque musical de las tazas, el ruido de la
cucharillas de plata, todo el movimiento de una manera rana llama
hasta los oidos de Elisa ; y despues se durmió profundamente como
habia dormido desde que atrevesó el Ohio por elpuente de los bielos
Soñó Elisa una tierra de promision llena de verdes pradus, de 03
prichosos jardines, con numerosos lagos donde brillaban los rayo .
de oro del padre de la luz : en mitad de uno de los lagns, ligurgse
una pequeña isla independiente como en la atmósfera a estrei.
del norte y una sola casa en esa isla habitada por ella y por la
familia amiga qus; con afectuosos acentos la decian : « esiảs en
casa , juegas con iu hijo libre y dichoso. Ella reconoció los pasos
su marido ; él se ie aproximó, la estrechó en sus brazos, la balio
semblante con sus lágrimas y disperto . Pero este último no end sueño
El dia habia concluido de todo punto. Enrique dormia tranquilamenie
cerca de su madre ; y á la osciladora luz de una lámpara moribunda
veíase á Jorge en la cabecera de la cama sollozando.
La mañana siguiente fué un dia de ventura y de contento . Rachel
se levantó con el alba y rodeada de los muchachos que ya hemos
dado a conocer a nuestros lectores, ocupáronse activamente bajo la
superintendencia maternal de los preparativos para el almuerzo. En
los ricos valles del Estado de Indiana, un almuerzo es un asuntomuy
complicado que necesita la atencion de muchos operarios. Thon
corria á la fuente en busca del agua fresca ; Simeon el menor rallaba
el maiz ; María tostaba el café ; y Rachel establecia el orden y la ar
monía entre sus jóvenes auxiliares, comunicando la unidad å todas
las operaciones.
En un rincon Simeon el mayor, en mangas de camisa se afeitaba ,
delante de un espejo.
Verdadera paz y concordia reinaba en la cocina ; allí no se respi
raba mas que una atmósfera de confianza múlua y de cordial frater
nidad . Los cuchillos y tenedores se chocaban con un ruido de com
!

-1
111

principio del viaje el tratante de esclavos le habia vigilado muy de


cerca durante el dia, y puestole las cadenas al hacerse de noche ; pero
la paciencia, la satisfaccion aparente de Tom habian desarmado de tal
modo á su amo, que omitió por último con él, toda especie de pre
cauciones. Aquel siempre afable y servicial, siempre dispuesto a
prestar su ayuda á los marineros, si la ocasion se presentaba, ha
biase adquirido la estimacion y la consideracion de toda la tripu -
lacion. Ayudaba á las maniobras con igual complacencia y buena
voluntad , que habia mostrado en todas circunstancias en la finca
de M. Shelby. Cuando ya creia que no era necesario, se retiraba al
lugar que habia elegido entre las pacas de algodon, y se ponia á leer
la Biblia .
Antes de llegar á Nueva Orleans, el Mississipí, está á un nivel mas
elevado que el país que atraviesa. Corre majestuosamente entre
montañas que algunas se elevan á mas de veinte piés de al
tura .
Como si estuviera en la plataforma de una torre flotante, desde
el puente del buque el viajero domina una extension de muchas
leguas enderredor. Así viendo Tom sucederse las fincas, tenia
siempre a la vista el cuadro de la existencia que esperaba : ob
servaba como trabajaban los esclavos, y contemplaba en varias de las
propiedades por donde pasaban , los barracones que habitan aque
los desgraciados, formando una larga calle á distancia respetuosa
dei palacio y parque del propietario. Mientras que aquel vasto pano
rama se desarrollaba ante sus ojos, la imaginacion de Tom se habia
trasportado a la habitacion de Kentuky. Recordaba con amargo
dolor los espesos bosques de vetustas encinas, la espaciosa y sun
tuosa casa de su antiguo amo, su cabaña perfumada de mil flores
diversas, su mujer, sus hijos, y, en fin , al joven Shelby. Parecíale
que estaba en medio de sus amigos, en el seno de su triste y des
consolada familia ; contemplaba á su diligente compañera afanada
en la cocina disponiendo la cena , con los ojos inflamados por las lá
grimas que su cruel y violenta separacion le habia arrancado ; creia
ver en fin á sus hijos jugando disputándose algun juguete. Mas de
separeció vision tan encantadora, Уy representósele la funesta realidad .
Cipreses y cañas de azúcar, los bramidos de las máquinas y el
murmullo de los viajeros, cuadro tristisimo que le acusaba fuerte
mente
vida .
el desgraciado término del primer período de su desventurada
En semejante caso se escribe a su mujer, pero Tom no sabia. El
correo no podia serle de utilidad alguna ; y su ignorancia, que le pri
vaba de comunicarse con su familia , arrancaba sus lágrimas que
caian abrasadoras sobre las páginas de la Biblia. Habia aprendido,
ya muy tarde á leer, y Tom descifraba difícilmente los versículos de
la Escritura Santa. Por fortuna, el libro que le ocupaba , era de aque
llos que necesitan larga y profunda meditacion para que el alma pueda
comprender su verdadero valor. Sigámosle, pues, un momento, mién
tras que con su indice señala las palabras que articula á media
VOZ .
Tranquiliza... tu ... corazon ... conturbado ... En ... ta ... casa ...
112
se ... mi ... padre... hay... diversas... moradas... Voy ... á... prepararte...
lina ... para ... tí ...
Los hombres instruidos que leen el Antiguo y Nuevo Testamento se
preguntan con frecuencia, si su texto no ha sido alterado, si es fiel su
traduccion ; si ciertos pasajes no pudieran ser contestados ó apócrifos. Mas
para nuestro infeliz Tom , toda la Biblia era auténtica y divina, el pensa
miento de una negacion no habia ocupado jamás su entendimiento.
Era necesario que las promesas del Evangelio fuesen verdaderas ;
y no siendo así ¿ Cómo hubiera podido soportar su mísera existen
cia ?
La Biblia de Tom no tenia notas marginales, recordando profundos
comentarios ; estaba sin embargo , enriquecida de ciertas señales hechas
por nuestro sencillo lector. El joven Jorge y él rayaron con la pluma 34
los versículos que habian especialmente interesado su oidu ó su corazon ;
y gracias á tan oportuna precaucion , el esclavo encontraba al
punto, y sin perder el tiempo, en hojear el libro, todos los pasajes fa
voritos que le recordaban el hogar doméstico. Parecíale que su Biblia era
todo lo que le quedaba de su vida pasada, todo lo que podia prometer,
un mejor porvenir.
Habia entre los pasajeros un hombre jóven aun, hijo de una far
rica y distinguida de Nueva Orleans, llamado Saint-Claire. Llevah ,
él una niña de unos seis años, y una de sus parientas á quien estah . Code
fiada aquella.
Era esta niña un tipo completo de hermosura ; tenia ter
cia aérea que se dan å las creaciones mitológicas. Su int!!
notable por la regularidad de sus perfiles, que por la ency es

presion de profunda melancolía llamaba la atencion a la imbres


pensadores, é impresionaba, sin apercibirse, á los poss y senci
Îlos. Por la forma de su cabeza, por el contorno su gra
cioso y delicado talle hubiérase podido compraruil. Vénus de
Médicis. Su larga yу dorada cabellera flotaba como wu3 aréola al re
dedor de sus sienes ; sus ojos, de un azul oscuro, soulreados por lar
gas cejas la daban una interesante gravedad . Distinguiase entre los
demás niños y atraia sobre sí las miradas cariñosas de todos los que
la consideraban. No era sin embargo una niña triste y sumamente
reservada : por el contrario las gracias de la inocencia cubrian su an
gelical rostro como la sombra vacilante de las hojas impelidas por el
viento. Estaba siempre eu movimiento ; la sonrisa abria con fre
cuencia sus labios de rosa , y su amable corazon simpatizaba con to
das las aflicciones Su padre y su tia no la quitaban ni un instante
de su vista , pero al menor descuido se les escapaba, y recorria todos
los departamentos de la embarcacion sin que nadie se opusiere á ello ,
ni la dirigiera una palabra de desaprobacion. Vestida constantemente
de blanco , atravesaba como una sombra las diversas partes del bu
que. No habia un rincon en el primero y segundo puente que no lo
hubiese exaininado con sus hermosos ojos y encantado con su fantástica
aparicion . Cuando el maquinista, al enjugarse el sudor de la frente,
la veia presentarse delante de él, admirado de los peligros á que se
esponia , cesaba de poner combustible al horno, y estático se detenia á
contemplarla . El timonel la hacia mil caricias cuando la niña pasaba
-
113
e momentáneamente la cabeza por la ventana de su camarote. Mil veces,
en el dia, voces enronquecidas por el tabaco y la brisa de la mañana, la
advertian de los peligros que corria, y cuando se aventuraba sin temor
s- sobre un paso difícil, innumerables manos encallecidas se apresuraban á
1. protegerla yу facilitarla el camino.
N ' Tenia Tom el carácter sensible de su raza , con que se atrae instintiva
>

mente la inocencia y la bondad . Contemplaba á tan preciosa criatura con


interés y estremado cariño,y hallábala como un ángel de los que habla
el Evangelio, descendido del cielo para consolarle.
Paseabase la hija de Saint -Claire tristemente un dia al rededor del
sitio, en donde confundidos los dos sexos, gemian los esclavos de Haley.
Penetraba por en medio de aquellos desgraciados, examinábalos, sus
pendia tristemente sus cadenas con sus delicadas manos y se alejaba sus
pirando. Muchas veces aparecíase de repente en el fondo de la bodega,
con las manos y el delantal lleno de nueces, de naranjas, y de azúcar
que distribuia entre aquellos desvalidos con caritativa y sensible ama
bilidad .
Observó Tom largo tiempo a la interesante niña antes de hacer co
nocimiento con ella. Poseia diversos medios para atraer a los niños, y
resolvióse, por fin , á ponerlos en juego. Sabia hacer unos cestillos con
huesos de las cerezas, figuras grotescas con los cocos de América y
pitos con los tubos de las cañas. Tenia los bolsillos abastecidos de ob
jeios de este género , que en mejores dias habia compuesto para ofre
cerlos á los niños de M. Shelby, y con discreta economía fué mos
trándoselos, uno á uno, como interesantes preliminares de la mas sólida
amistad .
s
Difícil era sin embargo el poder fijar su móvil imaginacion ; saltaba
como un pájaro sobre una paca de algodon ó cajas de mercancías, mién
tras que Tc daba la última mano á los productos de su industria ;
aceptábalos con timidez y reserva ; por último concluyeron por familia
rizarse y hacerse buenos amigos.
¿ Cómo se llama Vd . niña ? dijo Tom , cuando ya se creyó con sufi
E ciente confianza para permitirse esta pregunta.
- Evangelina Saint-Claire; pero papá y todos cuantos me tratan mo
dicen : Eva. Y tú, añadió, ¿ cómo te llamas ?
Tom : pero los niños tienen la costumbre de decirme ; el tio
Tom .
En ese caso quiero yo tambien llamarte tio Tom . Porque en verdad
has de saber que yo te amo mucho. Pero díme įá dónde vas ?
Yo no sé, señorita .
; Cómo ! ¿ No lo sabes ?
Nó ; estoy destinado á ser vendido al que quiera comprarme.
Papá puede comprarte, dijo Eva con precipitacion, y si te com
pra no serás desgraciado. Tengo la intencion de preguntárselo hoy
mismo.
- Mil gracias, mi querida señorita .
El vapor hizo un alto para proveerse de leña , y Eva , habiendo oido la
voz de su padre, se esquivó con la ligereza de ună ardilla. Tom abandonó
tambien su asiento para ofrecer su ayuda á los marineros, que la 10*
acepta
ron con respetuosa benovolencia.
114 -

Eva y su padre estaban juntos sobre la plancha, mirando como el bu


que salia del puerto. Habian dado ya las ruedas algunas vueltas, cuando,
haciendo un movimiento repentino, perdió la niña el equilibrio y cayó al !
agua. Consternado y fuera de sí , su padre, iba á precipitarse al rio ; pero
contúvole un pasajero al ver que un socorro mas eficaz habia acudido á
salvar á su hija . G

Ocupado Tom en aquel momento sobre el primer puente, vió á Eva de


saparecer entre las olas, y se arrojó inmediatamente en pos de ella : do
tado de una fuerza muscular estraordinaria y buen nadador, sostúvose
sobre el agua hasta que la niña subiera á la superficie del rio, y cogién
dola entonces con su robusta mano , la entregó a los que habian acudido
para recibirla. Colocósela, enla cámara de lasseñoras, y como siempre
sucede en semejantes casos, disputándose el zelo , adoptaron con las me
jores intenciones, todos los medios posibles para apresurar el restableci- !!
miento de la niña.
Apareció el buque en la mañana siguiente a la vista de la Nueva -Or
leans, y todo se puso en movimiento á bordo . Los viajeros reunian su
efectos y se disponian para el desembarque . Los empleados barrian , lirua
piaban y arreglaban la magnífica cámara y cubierta de la embarcacia
para hacer una entrada triunfal.
Nuestro amigo Tom, de pié y con los brazos cruzados, inilo
con inquietud el grupo que se formó á su frente. Allí se hallatit I
mas pálida que la víspera , pero sin demostrar ningun funf-in top !
de su accidente. Su padre , apoyado sobre una paca de a
taba a su lado con la cartera abierta. Tenia graciosas illus
maneras; sus perfiles , sus ojos azules, y su castañar Ta i re

cian a los de su hija, pero era muy diferente la espin fiso


nomía . Dejaba ver en sus acciones un orgulloso f
y una
superioridad, exenta de toda altivez y arrogancia > entera
mente de la misma forma y del mismo color que fins i r vangelina ,
brillaban de un fuego verdaderamente enérgico . ! ('l cierta neg .
ligencia y casi con desden al traficante Haley, quien ti veraba con la
mayor volubilidad las cualidades raras del artículo de que queria desem
barazarse .
En suma, dijo Saint-Claire, es un álbum completo de todas las car
tas cristianas , empastado con marroquin negro . Pues bien , amigo mio,
¿ cuánto quiere Vd . por él ?
-A fe mia, dijoHaley, pidiéndole á Vd. mil trescientos pesos, me reem- ,!
Isaré con dificultad.
Pobre hombre , contestó Saint-Clare , mirándole con aire de
burla ; cy Vd. me lo dejarà en este precio , solo por consideraciones
á mi ?
A

Sí, señor ; la niña podria disgustarse si yo.... y eso es muy na


L

tural.
A

Entremos en
guste , bien
arreglo,
ahor a por
amigo mio ; Vd. no querrá que mi hija se dis
y. caridad cristiana & qué rebaja me hará Vd . so
bre el precio fijado al negro.
Examinele Vd. bien, contestó el corredor : véale los miembros,
esa fuerza de caballo , esa cabeza tan bien desarrollada. Lo alto de
la frente denota siempre en el negro que es calculador , canaz de
11 -

udu. Un negro con esa cualidad cuesta siempre mas caro, aun cuando
uera un idiota ; con que, si al talento del cálculo une otras facultades
10 ménos estimables, claro es que el precio ha de aumentarse proporcio
nalmente. Por otra parte, yo puedo probar que mi hombre en cuestion
está dotado de una inteligencia particular y superior; él ha administrado
los fundos de su amo, y tiene una capacidad estraordinaria para toda
clase de negocios .
- Peor que peor, replicó irónicamente Saint -Claire : el que mucho
sabe mucho yerra, amigo mio.
Esos tunantes siempre están dispuestos a tomar las de villadiego, á
robar caballos y á hacer diabluras. vd . debiera rebajarme á lo menos
doscientos pesos del precio indicado, teniendo en cuenta las cualidades del
sugeto.
-

Lo que Vd. dice es muy razonable, generalmente hablando, pero


es necesario conocer el carácter de Tom. Puedo presentarle á Vd . cer
tificados que convencen que es un negro verdaderamente pia
doso, fiel y lleno de virtudes . En su país de habian dado el apodo de
predicador
- Entonces podré hacerle mi capellan ; buena ocurrencia. Así como
así la religion es fruta rara en mi casa.
- Vd. se chancea .
¿ Cómo que me chanceo ? ¿ Vd. no melo vende por predicador ? Ya
estoy deseando saber en que sínodo ó concilio ha sufrido los exámenes y
lomado las órdenes. Enséñeme Vd . los papeles.
El corredor de esclavos se hubiera impacientado á no advertir las
guiñadas maliciosas de su interlocutor ; conociendo que eran bromas
que acaso habrian de resultar en provecho de su bolsillo , sacó la
cartera, la estendió sobre las pacas de algodon y examinó los docu
mentos que contenia , en tanto quo Saint-Claire lo contemplaba atenta
mente.
Evangelinasubió sobre un rollo de sogas y se colgó del cuello de su
padre, diciéndole.
-

Papá, cómprale, no importa que te pidan mucho dinero por él ; tú


tienes oro de sobra, lo sé y yo quiero tenerle.
¿ Para qué nene mia? ¿ Para que te haga muñecas ó caballitos de
- palo ?
Quiero que él sea feliz.
Vaya un motivo original.
El traficante presentó entonces un atestado firmado por M. Shelby,
Saint- Claire le tomó entre sus dedos y le recorrió con la mayor indife
rencia .
Está muy bien redactado, dijo él, y por un hombre fino y de edu
cacion , pero lo piadoso del sugeto me disgusta. El país esta poblado de
blancos excesivamente piadosos; tenemos individuos piadosos como can
didatos en las próximas elecciones,y hay tanta religion ya entodas las
clases, que no sabe uno de quién fiarse. Como no leo los periódicos, hace
algun tiempo, no sé si la religion es lo que da mas mérito y lo que ver
daderamente se vende : en fin, ¿ en cuánto estima Vd. la parte religiosa
del negro Tom ?
-

Vd. se burla de mí, respondió el traficante; pero hay que esta


-
116
blecer una diferencia. Existen congregaciones, asambleas, cantos de
ruego y otras reuniones donde la piedad no es cierta, sino una refinad
hipocresía; y existen negros que, lo mismo que los blancos, tienen buena
fe, son honrados y sinceros, firmes en sus convicciones, y que por todos
los tesoros del mundo no serian capaces de cometer una acción mala ;
.

pues bien como lo atesta la carta de M. Shelby, Tom es uno de estos úl


timos.
Ya veo Vd. me lo garantiza , respondió gravemente Saint-Claire
está bien ; y como pueda comprar la piedad verdadera é inscribirla allá
arriba, á cuenta de lo que me pertenece, no repararé en peso mas o menos.
¿ Qué dice Vd . á esto ?
-
Yo no respondo ni por mi padre, contestó Haley ; creo que en el
cielo cada uno es responsable de sus actos, y nunca aprovechan los de los
demás.
C

- Es violento cuando se compra un negro, pagar tanto por su reli


gion, y no poder traficar con ella en un país en que tanto se la
estima .
No obstante esta observacion, Saint-Clare, sacó de su cartera algunos
billetes de bancoy se los entregó al corredor.
-
Ahí tiene Vd. el dinero, cuéntelo Vd ., amigo mio .
C

Está exacto, contestó Haley satisfecho del negocio queaca!


Je hacer ; y sacaudo del bolsillo un tintero de cuerno, llenó los
cos del contrato de venta, cuyo documento lo entregó al
prador.
Si fuera yo áá fijarle el precio, añadio Saint-Clare despu
-

leido el documento y calcular lo que es mas productivo


que me cuesta, al decir, tanto por la cara , tanto por los .id

nos y las piernas, tanto por la educacion, la instruccio la


honradez y la religion del esclavo, de seguro que mataria
de precio por la última cualidad.... Vamos, Eva en ca
mino.
Al pasar por delante de Tom le tocó con el esti dico , edo en la
barba.
Mira bien, le dijo, mira bien si te conviene tu ( amo .

Era imposible de ver aquella hermosa fisonomía llei de juventud y


de vigor sin un sentimiento de simpatía. Tom bañó sus ojos en lágrimas
y le respondió desde lo intimo de su corazon :
.

-
Dios os bendiga, señor.
Así lo deseo, respondió Saint-Claire. Tú te llamas Tom, d no es esto ?
bien : ¿ sabes hacer de calesero ?
C
- Estoy acostumbrado a los caballos; mi amo me enseñó ese
oficio .
Pues bien, serás mi calesero, bajo la condicion de no emborra
charte sino una vez por semana, salvo en las grandes ocasiones que
ocurran .
Tom se sorprendió de aquel lenguaje, y creyéndose ofendido, con
testó :
Señor, yo nomeemborracho nunca .
Todos dicen lo mismo, Tom : pero á la prueba me remito. Si usas
moderadamente del vino, mas estimacion me merecerás. De todos
Ho 117
odos, muchacho, yo estoy persuadido que tus intenciones siempre serán
Ilig mejores.
05
Puede Vd . fiarse de mí, señor.
Tu vas á estar contento, papá , dijo Evangelina ; mi papá es muy
ueno con todo el mundo, pero le gusta chancearse.
-
Papá te agradece el elogio que le haces , dijo Saint-Claire rién
ose ; y haciendo algunas piruetas sobre los talones empezó á bajar á
erra.

-
S

CAPITULO XV .

5
UN NUEVO AMO DE TOM .

El hilo de la existencia de nuestro héroe se encuentra en adelante mez


ado al de la vida de Saint-Claire .
Agustin Saint- Claire, hijo de un rico propietario de la Lusiana ,
ra originario del Canadá. De dos hermanos, cuyo carácter ofrecia una
ompleta analogia, el uno habia fundado en el estado de Vermont
in establecimiento considerable, y el otro se fijó en la Lusiana . Des
endia la madre de Agustin, de protestantes franceses, que emigra
on en la época de la formacion de la colonia. No tuvo sino dos hi
i os ; Agustin, del que ahora nos ocupamos , habia heredado de su
- nadre una constitucion muy delicada, y conforme a los consejos de
by facultativos, pasó sus primeros años en casa de su tio, en el
istado
nento .
de Vermont, cuyo frio y saludable clima fortificó su tempera
Distinguíase en su niñez Agustin Saint- Claire por una estremada
ensibilidad , que participaba mas bien de la dulzura femenina, que
le la energia varonil. Dotado de un talento superior, Agustin prefi
lendo lanzarse en el mundo ideal, miraba con repugnancia los ne
pcios materiales de la vida. Ya al poco tiempo de salir del colegio
hobia experimentado toda la efervescencia de una pasion romanesca :
quiso casarse con una joven de los Estados del Norte, tan sobresa
iente por sus talentos, como por su hermosura. Habia sonado su
bora, aquella hora de amor profundo que no se experimenta sino una
jola vez ; habíale aparecido su estrella , mas tan luminoso cuerpo
lebia eclipsarse pronto . Contraidos sus esponsales regresó al Sur pa
a arreglar los preparativos de su casamiento : pero en los momen
os mismos que eſ formaba sus proyectos de felicidad y ventura, le
levolvieron sus cartas, y diciéndole el tutor de su futura , que esta
hallaba en vísperas de dar su mano a otro. Llegó su dolor hasta
delirio ; pero se lisonjeaba con arrojar de su corazon la imágen de
a inconstante prometida. Muy orgulloso para pedir explicaciones, se
intregó al torbellino del mundo, v on menos de quince dias, habia va
- 118
olvidado su primer amor, y reemplazado con el de la hermosa de aqu
época. Tenia esta una cara graciosa, ojos negros, llenos de fuego y
mil pesos fuertes de dote. Casóse, en fin, con todo eso , y le creyeron
neralmente dichoso .
Pasaron la luna de miel los nuevos esposos en medio de un hr
llante círculo de amigos , en su magnífica quinta situada en la riba
del lago de Pontchartrain. Cierto dia, hallándose Saint- Claire en
salon rodeado de numerosa concurrencia , le entregaron una carta
>

cuya letra reconoció al punto. Conservó sin embargo su serenidad ,


continuó haciendo los honores de su casa con admirable sangre fri
Quedóse solo al cabo de algunos instantes y subió a su gabinete pa
leer la carta , cosa inútil en el estado en que se hallaba. Deciale e
ella, su antigua prometida, que habia sido el objeto de una injus
persecucion de la parte de su tutor ; que este con el fin de casar
con su sobrino , habia urdido una trama y ocultádola todas sus C*
tas ; pero que ella no creyendo jamás en su inconstancia, le habia
crito todos los correos, sin que por eso hubiera tenido el consu
1

recibir ninguna contestacion suya , y que su silencio é indife:


habiéndola hecho dudar de su amor , le habian arrojado en los
de la mas dolorosa desesperacion . Haciale , en fin , protestas d .
no amor que fueron para Saint-Claire mas crueles que la
ma , y concluia, rogándole le escribiera á correo tirado, u
tola, en la que le declarara sus sentimientos. Hé aquí la
Saint-Claire.
<<
He tenido el mayor sentimiento de recibir su carta amen

te cuando ya no hay remedio. Me he casado, y todo Juiente


se ha terminado entre nosotros . Olvidémonos. ¡ Ab ** !, nuestr
honor y nuestro deber ! »
Hé ahí como concluyeron el ideal y el ror: zustin Saint
Claire : reducido al triste estado de positivi se al viajar
que contempla desde la costa las ondas 2 : fue ligeras em
barcaciones , desplegando sus blancas alas , con imponente
majestad. Al cabo de un instante el reflujo la sipa , cesa el ruid
acompasado de los remos , y no queda ya sino un lago solitario у mudo
cuya triste realidad destruye todos los ensueños , todas las poéticas ilu
siones .
En un romance, los héroes que tienen despedazado el corazon su
cumben comunmente ' al dolor de su amoroso martirio ; pero en l
vida real no morimos, sino cuando en nosotros muere lo que forma
la dicha y el encanto de nuestra existencia. Es indispensable comem
beber, vestir, pasear, hacer visitas, vender, comprar, hablar y leert
ytantas y tan importantes ocupaciones absorven todo nuestro tiempo
Vivimos todavía de la vida esterior, cuando la parte moral no ha sido
herida mortalmente. La afliccion , empero, no destrozó el corazon de
Agustin . Si su mujer hubiera poseido las brillantes cualidades qui
dificilmente se encuentran en el bello sexo , hubiera sin duda vuelto
á anudar el hilo roto de su vida pasada , y hecho un nuevo tejido de
seda y,oro ; pero ella, poseida de su mérito, creia que su marido.
habiendo logrado su mano, debía ser el hombre mas feliz de los mor
tales. María de Saint-Claire no tenia nada de cuanto pudiera cicatriza
las heridas de un alma sin ilusiones. Sin aquel ingenioso cariño quo des
plegan las mujeres para dulcificar las penas del objeto amado, y con
servar á la vez la ternura de su esposo , dejaba á su marido solo, y aban
donado á sus desgarradoras meditaciones.
Felicitábase Saint -Claire viendo en la compañera de su vida una
mujer que no tenia suficiente discernimiento para ver con claridad
lo que se pasaba en su alma ; mas así que las diversiones y los goces
de la luna de miel habian terminado, conoció que una joven hermosura,
adulada y lisonjeada desde la infancia, no debia ser una señora bas
tante hábil y circunspecta para el arreglo y manejo de una casa . No
era tampoco María susceptible de concebir vivo afecto. Su poca sen
sibilidad la conservaba para sí misma, y su egoismo rayaba en tan
alto grado , que era incapaz de apreciar el valor y tormentos de los
demas. Habia estado continuamente rodeada de criados aduladores
y serviles, que no pensaban sino en satisfacer sus menores caprichos ;
y la escasa idea que podian tener de sus sentimientos ó de sus dere
chos, no se les habia presentado jamás en su imaginacion, ni aun
de un modo oscuro y vago. Hija única, su padre no le habia negado
nunca nada de lo que podia complacerla ; y cuando, hermosa y rica,
hizo su 'aparicion en la brillante sociedad que su familia frecuentaba,
se vió repentinamente el objeto de la adoracion de jóvenes distingui
des que, suspirando á sus piés , la hicieron creer que el mortal que
llegara á obtener su mano seria el mas dichoso y afortunado de los
hombres.
Es un error comun el suponer que una mujer egoista y sin senti
mientos puede prestarse fácilmente á un arreglo en materia de afecto.
Inexorable acreedora, exije un decidido amor y el sacrificio de todos los
pensamientos. Cuanto menos amable se muestra, tanto mas quiere ser
amada. Es tan egoista como ridículamente celosa. Por el contrario,
Saint-Claire, fino y galan con las señoras, prodigábalas por costumbre mil
delicadas atenciones ; resintióse, al notarlo, su preciosa sultana, y forma
lizóse al fin . Hubo llantos, enfados, desazones y accesos de cólera. Dotado
Saint-Clairede un escelente carácter, apresurose á disuadir y calmar á su
mujer con lisonjas y presentes. Llegó esta por último á ser madre, y
esperimento aquel momentáneamente cierta ternura en favor de la triste
compañera de sus dias,
Habíase distinguido la madre de Saint-Claire por la pureza de su
noble corazon, y por la elevacion de sus ideas : llamábase Eva ; su
puso Agustin que su hija heredaria las brillantes cualidades de su
abuela, y en tali lisonjera creencia, púsole el mismo nombre, Evan
gelina. Èl tierno cariño que demostraba hacia su hija escitó el descon
tento y las quejas de su mujer. Llegó á persuadirse que la ternura
que el padre prodigaba a la inocente niña, arrebataba y destruia la
que à la madre debia . Desmejoró sensiblemente su salud desde que
Eva vió la luz del dia ; su constante inaccion , su continuo mal hu
mor y el estado valetudinario que casi siempre sigue á esta situacion ,
la trasformaron súbitamente de jóven y hermosa, en una mujer pa
lida y marchita, frecuentemente asaltada de enfermedades imagina
rias, y dispuesta á mirarse como la mas miserable de las criaturas.
Quejábase de toda especie de males : atacábale la jaqueca por lo mé
120
nos tres veces a la semana ; guardaba la habitacion, quedando así los
cuidados domésticos al gobierno exclusivo de los criados. Resentíanse
por consiguiente los intereses de Saint-Claire. Si bija única escesivamente
delicada, podia ser víctima de la incapacidad de una madre indiferente .
Tales temores le determinaron á pasar á Vermont, en compañía de su
hija, con el fin de traerse á su primaOfelia, para encargarla del gobierno
y cuidado de la casa. Regresaba á su posesión del Sud cuando le dimos á
conocer a nuestros lectores .
Tiempo es ya, ahı ra que las cúpulas y campanarios de la Nueva Or
leans se descubren a la vista del viajero, de bosquejar el retrato de Miss
Ofelia .
Cualquiera que haya viajado por los estados de la Nueva Ingla
terra ha podido ver aquellas suntuosas casas de campo, casi ocultas
entre el espeso ramaje de los frondosos árboles que descuellan en las
inmediaciones de los pueblos. Todo allí está ordenado, todo allí se
aprovecha. No se advierte una piedra que no esté en órden, ni la
menor partícula de basura en los patios. Dividense generalmente en
vastos y espaciosos departamentos, en donde cada cosa ocupa rig
rosamente su lugar ; on donde todos los quehaceres de la casa
ejecutan con la estricta puntualidad que marca el antiguo reloj
cado en la pared de la sala en donde se reune la familia; lui iliid
biblioteca que contiene la Historia antigua, de Rollin , el Para se .
dido, de Milton, la Marcha del Perigrino, de Bunyau, el ( pl.ko,'
de la Biblia , y otros muchos libros igualmente respetable ...
á los criados errar de una á otra parte; por la tarde la
casa,r provista
r
con su papalina y sus colosales antiparras Du á
hace labo al lado de sus hijas, como si no tuvier ? mas
que hacer . Habian acabado su trabajo de la manaña ! ? 2n2 tem
prana , que habia mediado ya bastante tiempo para ! ado. El
antiguo enladrillado de la cocina parecia no 10 nunca ,
tanta era la limpieza ; las mesas, las sillas, los ui linijino Lodos de la
cocina permanecian en su respectivo lugar, como kunca se hu
bieran empleado, y sin embargo se sirven allí cuatro comidas al dia ; so
friega la vagilla , se limpian las cacerolas de estaño y de cobre ,, y se
hace queso y manteca de vaca ; mas į cuándo y cómo ? Ahí está el mis
terio .
Era en una de esas quintas en donde Ofelia habia vivido unos cua
renta y cinco años, cuando su primo la invitó á vivir con él. Aunque
la hija mayor de una numerosa familia, contemplábanla sus parientes
como si fuera una niña : y así la proposicion de llevársela á Nueva Or
leans fué acogida con admirable estupor. Tomó su anciano padre un
Atlas de la biblioteca para calcular con exactitud la longitud y la
titud de region tan lejana. En seguida preguntó con inquietud su sen 1

cilla madre, si Orleans no era una ciudad de perversidad y prosti


tucion .
El ministro del culto, el médico y el comerciante de modas supie
ron la próxima partida de miss Ofelia para Nueva Orleans, y todo el
pueblo no hablaba entonces sino de aquel proyecto de viaje. El mi
nistro, partidario de la abolicion del comercio de esclavos, preguntá
base si la presencia de un habitante de Vernont entre los colonos del
121

Sud, no les autorizaba á persistir en su deplorable sistema. El doctor


e a quien no desagradaba aquel cruel tráfico, fué de dictámen que miss
Ofelia debia ir å Orleans para hacer ver á los indígenas que en de
finitiva, el Estado de Vermont no les juzgaba tan desfavorablemente
como con injusticia suponian. Tan luego como se divulgó que el
proyecto de viaje, iba á realizarse, los amigos y vecinos de missOfelia
la invitaron á tömar el té, durante los últimos quince dias que prece
dieron a su partida : interrogábanla sobre sus intenciones, sobre el plan
casero que se proponia adoptar, sobre la educacion que habia de dar
á la interesante Evangelina, y otras mil puerilidades inútiles ahora de
describir. Miss Moseley, que quiso contribuir a la confeccion y arre
glo del equipaje de su amiga , notó el prodigioso aumento del guarda
ropa de miss Ofelia. Descubrió que Saint-Claire la habia dado cincuenta
pesos fuertes para que se comprara los efectos que pudiera necesitar,
apesar de haber ya recibido de Boston un magnífico sombrero y dos
preciosos vestidos de seda. ¿ Era prudente, era conveniente tanta os
Sentacion ? se preguntaba. Dividióse la opinion pública sobre este
punto. Pretendian unos que las circunstancias escusaban aquel fausto
y que no era bueno sino para una sola vez. Sostenian otros que los cin
cuenta pesos fuertes hubieran sido mas útiles á la sociedad de las mi
sicnes. Sin embargo, todos estaban unánimes para admirar uno de
aquellos vestidos de seda y la sombrilla que le habian enviado de New
York .
Miss Ofelia, tal como la consideramos á bordo del vapor, llevaba
un vestido de viaje de color oscuro. Era alta, cuadrada y angulosa,
agudos los perfiles de su rostro, boca comprimida, indicando resolu
cion : sus ojos negros y escudriñadores erraban con inquieta espre
sion sobre todos los objetos que la rodeaban . Todos sus movimientos
eran secos, decididos y enérgicos. No hablaba sino cuando era ab
solutamente necesario, y entonces lo hacia con admirable precision.
Presentaba en todas sus costumbres un tipo de órden, de método y
de exactitud. Estaba arreglada como un reloj, era inexorable como
una locomotiva, y despreciaba á cuantos pensaban y obraban de un
modo contrario al suyo. El mayor de todos los defectos, á sus ojos,
la abominacion de las abominaciones era sin contradiccion alguna la
ligereza, y el atolondramiento. Desdeñaba a los hombres que no iban
en línea recta y sin rodeos, al logro del objeto anticipadamente pre
meditado. Los perezosos é indecisos que no sabian con exactitud lo
que iban á hacer, ó que no tomaban el camino mas corto para realizar
sus designios, eran indignos de su estimacion, y aunque no se dignaba
manifestarles verbalmente su disgusto , los trataba con una frialdad gla
cial , con la muda severidad de una estátua .
Considerada bajo el punto de vista de su inteligencia, miss Ofelia,
estaba dotada de una penetracion activa, clara, y vigorosa ; versada
en la historia, conocia profundamente los clásicos ingleses, y sus pen
samientos tenian fuerza, aun en medio de los estrechos límites en que
estaban circunscritos : formulaba con claridad sus opiniones religio
sas, las inventariaba, rotulaba y disponia con la misma minuciosi -
dad, que habia arreglado los paquetes de su equipaje :: tenia ideas
11
122

fijas sobre la vida práctica, sobre los diversos ramos de la economía


doméstica, y sobre los asuntos políticos relativos de su pueblo natal.
Era sumamente concienzuda, cualidad principal que dominaba toda
su existencia, como la de la mayor parte de las mujeres de la Nueva
Inglaterra. Entraba aquella interesante virtud en su conformacion mo
ral, como nuestro globo, la capa de granito que se encuentra en la mayor
profundidad de su seno, y sobre la cúspide de las mas elevadas mõn
tañas .
Era miss Ofelia esclava de su deber. Cuando estaba segura , segun
su espresion favorita, de marchar al cumplimiento de sus obligacio
nes, el fuego, ni el agua, ni todos los obstáculos reunidos hubieran
podido contenerla. Hubiérase arrojado en un abismo, ó en la boca
de un cañon, cargado de metralla, si hubiera llegado á convencerse
que tales senderos la conducian al logro de su objeto, al lleno de su
deber. Habíase creado un ideal de justicia y de perfeccion tan eleva la
y completa, que jamás consiguiera alcanzarla, a pesar de sus pe
verantes y heróicos esfuerzos. En suma, atormentada constanten " .
del sentimiento de su insuficencia, no hacia jamás, sin embargo,
siones a la fragilidad humana, estravagancia , ó disposiciones ord:,',
que daban á su natural piedad un carácter sombrío у estremac
severo ,

Ahora bien ¿ cómo miss Ofelia , se nos preguntará, podia sim !


con Agustin Saint-Claire, hombre escéptico, satírico, intolera
gular en todas sus costumbres ? Es muy sencillo de responder ca

con la mayor sinceridad, y se sacrificaba en su obsequir. } , era


niño , ella fué quien le enseñó el Catecismo, quien le co id dropa
y quien le prestaba todas la cuidadosas atenciones que * re
clama. Sentia hacia él cariño tan profundo, que costa) agustin
el persuadirla, que su deber la llamaba á Nueva-Orlea la de velar
por la educacion de Evangelina , y salvar la casa de la ininte ruina
à que la esponian las frecuentes indisposiciones de silwer. La idea de
una casa cuyo jefe abandonaba el gobierno á manos puentes y asala
riadas, escitó el interés de miss Ofelia, y la hizo avenioso a los deseos de
suprimo.
En fin, nuestros lectores acabarán de conocer el carás ler originaldemiss
Ofelia, siguiéndola paso áa paso en todas sus acciones y movimientos. Vé
mosla sentada en el camarote que ocupaba en la travesía, atando entre sí
los numerosos sacos de noche, cajas y cestas, que llenaban el reducido
espacio que la albergaba.
-

Vamos, Eva, la decia ; enumera tus efectos ; no habrás pensado


seguramente en ello, eres atolondrada como la mayor parte de las niñas.
Hélos ahí : el saco de tapicería y el carton azul que contiene tu sombrero
nuevo, dos;> la maleta de goma elástica, tres; mi costurero, mi carton, y
mi caja de los cuellos, seis ; y la pequeña maleta de cuero, siete. ¿ A
dónde has puesto tu sombrilla ?...Dámela para que unida con la mia
vaya envuelta en este papel.
¿ Pero , querida prima, á qué viene todo eso ? ¿ no estamos ya casi
á la puerta de casa ?
Es necesario que cuides de tu equipaje, si quieres conservarlo , hija
mia . ¿ Qué has hecho de tu dedal ?
123
Yo no sé .
-

Busquémoslo : examinemos la caja que contiene tu labor . Unde


dal, cera, dos cucharitas, tijeras, un cuchillo, un paquete de agujas....
¿ No falta nada ? Qué haces, queridita, cuando viajas con papá ? Apuesto
que pierdes la mitad de tus cosas.
Es verdad , prima ; pero papá me las vuelve á comprar cuando ha
cemos alto en algun pueblo .
¡ Buena ocurrencia ! ; qué conducta mas original !
Es muy cómodo, prima.
i Es una imperdonable ligereza ! repuso miss Ofelia .
¿ Pero, prima, la observó la niñ , que vas a hacer ? ¡ No ves
que ese cofreestá muy lleno, y no podrás cerrarlo por mas que te es
fuerces ?
- Es necesario que lo cerremos como está ; respondió miss Ofelia con
imperioso tono, dejánduse caer de todo su peso sobre la tapa. Sin em
bargo á despecho de sus reiterados esfuerzos, no podrá lograrlo con toda
la facilidad que se habia prometido.
; Eva, sube sobre el cofre ! la dijo la testaruda Ofelia. Por mas que
resista, hemos de cerrarlo con llave ; lo verás.
Intimidada sin duda la maleta por resolucion tanta , cedió , y pudo, en
fir, dar vuelta a la llave que se puso triunfalmente en su bolsillo .
· Ahora ya estamos corrientes. ¿ En dónde está papá ?... Supongo
que ha llegado el momento de descargar el equipaje ... ¿ No ves á tu
papá, hija mia?
Si; está en el camarote de uno de los viajeros, comiéndose una na
ranja.
¿ Ignora que estamos cerca del muelle ? Vé á llamarle en se
guida.
-Papá no se apresura nunca, le contestó Evangelina ; además no he
mos llegado todavía al desembarcader o. Asómate à la ventana, prima, y
verás nuestra casa al estremo de esa calle.
Al mismo tiempo, dando el vapor sordos bramidos, semejantes á los
de un monstruo fatigado, se abria paso al través de las embarciones que
estaban en el puerto, é indicaba Évangelina alegremente con el dedo
los campanarios, monumentos y edificios que la hacian reconocer su
pueblo natal.
-
En efecto, hija mia, la ciudad' presenta un cuadro encantador;
pero , . i Misericordia ! El buque se ha parado... ¿ en dónde está tú
papá ?
El ordinario tumulto y confusion de un desembarque dominaro -
aquellas palabras. De todos lados acudieron los criados y se carga
ron las maletas, las cajas y los sacos de noche ; as mujeres llamaban á
sus maridos y á sus hijos, ý todos se agolpaban sobre la plancha que con
ducia á tierra .
¿ Quiere Vd. que le lleve la maleta á casa , señora ?
¿ Permite Vd. que me encargue de esos paquetes ?
A mí me toca, señora , á mí.
No señora, yo voy a conducirlo, yo.
Tales fueron las palabras que asaltaron á miss Ofelia, quien habien
do colocado en batalla todos sus efectos parecia dispuésta á defen
124 -

derlos a todo trance. Hizose la sorda ; derecha como una aguja , clavada
sobre una plancha, con el paquete de sombrillas en la mano, se negaba
resueltamente á tan incómodas exigencias.
-¿Pero en qué piensa tu papá ? decia á Evangelina : no supongo que
le baya sucedido una desgracia , y sin embargo estoy alarmada...
Mientras tanto adelantábase Saint-Claire, con raso indolente hacia ella,
y dando a su hija la cuarta parte de una naranja, dijo :
- Y bien, prima , ¿estás dispuesta ?
¡ Sí, estoy dispuesta ! ... ;cuando hace una hora que te estamos es
perando !
-

- El carruaje nos aguarda ; el tropel se ha dispersado, y pode


mos ahora partir sin ser atropellados. i¡ Conductor, tome Vd. este equi
paje !
Voy a presenciar su colocacion , añadió miss Ofelia .
¿ Porqué las de tonarte esa incomodidad ? repuso Saint-Claire.
-
En tal caso voy á levar esto, eso y aquello, contestó miss Ofelia,
separando tres cajas y un saco de tapicería .
Es necesario, querida prima, que olvidemos aquí las oostum
bres de las montañas verdes , adoptemos las del Sud, y no te presr
les cargada contodos esos fardos, que te harian pasar por una c
cella de labor. Entrégalos al cochero, que él los cargará con la r
precaucion.
Echó miss Ofelia una mirada desconsoladora sobre Agustin, a!
tarle este sus tesoros. Empero consolóse luego
¿ En dónde está Tom ? pregunto Evangelina.
En el pescante, respondió Saint-Claire, y pienso dar !
borracho que nos volcó no hace mucho tiempo.
¡ Oh ! Tom será un escelente conductor, añadió i > me
consta que no bebe vino jamás.
Paróse el coche á la puerta de una casa antigua do . hispa
no -francés, que todavía se conservan algunas mus diversas
regiones de Nueva-Orleans.Entrábase por una da á un
patio perfectamente cuadrado, rodeado de arc Sostenian
débiles pilares las galerías de arabescos, cuyo a " recordaban los
románticos esplendores de la dominacion oriental e España. Sin
duda aquel patio habia sido construido para satisfacer los caprichos
de un hombre voluptuoso, aficionado á lo pintoresco. Elevábase en
su centro un surtidor, que, como lluvia argentina, caia sobre una
fuente de precioso mármo!, a cuyos piés descollaban odoríferas violetas :
nadaban en sus cristalinas aguas millares de dorados peces que radia ban
como otras tantas joyas anjinadas : formaban fantásticos dibujos los raros
y preciosos mosaicos que la adornaban. Un césped, fino y unido como el
verde terciopelo, se estendia por todo su circuito, y un camino de ruedas,
cubierto de frondosos yy perfumados naranjos daba deliciosa sombra sobre
aquel sitio encantador . Vasos de mármol , cincelados como los de la
Alambra, rodeaban el césped y contenian las mas hermosas plantas
de los trópicos .
Enormes granados con lustrosas hojas y flores descarlata ; ge
ranios, rosales encorvados bajo el peso de sus perſumadas rosas ;
jazmines de la Arabia con sombrío follaje sembrado de es!rellas do
125 -

plata ; jazmines de Italia , verbenas y otras hermosas plantas que confun


2 dian su aroma al dulce soplo de juguetona brisa . Acá yy allá , antiguos
| aloes elevaban majestuosamente sus ramas, misteriosos y sombrios como
los antiguos magos, mirando desde lo alto de sus verdes cabelleras la ve
? getacion humilde que les servia de alfombra.
Todos los arcos estaban adornados con tapicería oriental , cuyas corti
>

nas podian bajarse á discrecion para interceptar los rayos del sol. La
residencia entera tenia un aspecto suntuoso y romántico .
Cuando puso el pié en tierra Evangelina estasiada parecia un pájaro
presto á escaparse de la jaula.
-
- ¿No es magnífica mi casa ? preguntó ella á su prima.
Muy hermosa sin duda, respondió Ofelia ; pero no puedo ménos de
confesar que la hallo algo pagana.
Tom al bajar echó enredor suyo una mirada llena de admiracion . Gozo
con calma de las bellezas que tenia a la vista. El negro, preciso es recor
darlo, es originario de los mas fértiles y mas hermosos países del mundo.
Ama con ardor el brillo , la riqueza y todo lo que es suntuoso. Esta pa
sion á la que se entregan sin reserva, aunque no esté regulada por el
gusto , provoca las burlas de los blancos , que tienen un placer en ver
asombrados á los negros.
Saint- Claire, dotado de imaginacion poética, se sonrió del juicio
que habia
dose hacia formadomiss Ofelia,
el esclavo cuya respecto
fisonomia de radiante
estaba su posesion, y volvién
de placer , le
dijo :
-

- Tom , amigo mio, & parece que te gusta ese espectáculo ?


Si señor, es una posesion soberbia.
Entre tanto una multitud de criados de todas edades se presentaron en
las galerías y en el patio principal de la casa para ver entrar á su amo.
En primera línea estaba un mulato jóven que parecia un personaje de
distincion por su traje esmerado , el frac cortado á la última moda y un
pañuelo de batista perfumado en la mano. Este que se llamaba Adolfo
hacia los mayores esfuerzos para disolver la reunion quese agolpó alves
tíbulo principal.
Atrás , atrás todos ! decia con tono imperioso . ¿ Vaya un atrevi
miento, querer mezclarse en los asuntos de su amo apenas llega ! ..
Admirados de esta frase los esclavos , se pusieron a una distancia res
petuosa, escepto dos de los mas robustos que se encargaron de transportar
" los equipajes. Gracias al arreglo sistemático de M. Adolfo , en el mo
mento en que Saint-Claire se volvió despues de haber pagado al cochero
tuvo delante de sí á M. Adolfo enpersona, sujeto notable por la elegancia
del vestido , la cadena de oro , el pantalon blanco y lo delicado de sus
maneras .

i Ola I eres tu, Adolfo, dijole su amo tendiéndole la mano e cómo te


va , hijo mio ?
Adolfo improvisó con volubilidad un discurso que hacia algunos dias
preparaba para la recepcion de Saint-Claire.
tu
Muy bien, muy bien, respondió este con su habitual estilo burlon ;
arenga merece verdaderos elogios, Adolfo. Encárgate de que coloquen
el equipaje en su respectivo lugar.
11 *
126 -

Acompañó á miss Ofelia á un vasto salon , en tanto que Eva ligera -1


como un pájaro , corria a abrir la puerta de un gabinete donde estaba lo
acostada una mujer de ojos negrus .
i Mamá! dijo Eva transportada de alegría y arrojándose al cuello
de la señora besándola con la mayor ternura.
La madre la besó lánguidamente, y le contestó :
Basta , hija mia, cuidado, que me haces daño en la cabeza.
Saint-Claire , se presentó, abrazó á su esposa de una manera orto
>

doxa у marital presentándola á miss Ofelia . María Saint- Claire exa


minó á su prima con cierta curiosidad y la recibió con indolente
política.
Entre el grupo de criados que se agolparon á las puertas del vestíbulo
figuraba una mulata anciana, con una fisonomía muy simpática que tem
blaba de alegría .
- i Ahí está Mammy ! esclamó Evangelina precipitándose en los brazí
de la mulata. Esta no se escusó con que estaba mala de la cabeza :
trechó cordialmente á la niña riendo unas veces, llorando otras, d
modo, que parecia que habia perdido el juicio. De Mammy, Eva
hacer iguales demostraciones con las demás.
- Vaya que los muchachos del Sud son raros, dijo miss Off
-¿Porqué? preguntó Agustin .
zos...
Yo soy buena con todo el mundo , pero eso de dar "
..
- Con que Vd. ne se atreveria á besar á los negros
En efecto : no puedo resolverme ..
Saint-Claire se echó á reir y se presentó entre le 4 criados
que aguardaban.
- ; Ola, muchachos! Vengan todos, esclamó ( 1 ) ano á unos
y a otros : { están ustedes contentos con verán Lien , gracias,
hijos mios ; añadió separando á un chiquillo ju se cazó á las rodi
llas, si piso á alguno adviertanmelo. 1
Los esclavos prorrumpieron en esclamat .
gria; Saint -Claire
disbribuyó algunas monedas entre todos, y pond's se alejaron con Evan
gelina que llevaba en su cestito manzanas, nuo 1. azúcar candi y otros
juguetes que le habian comprado en el camino. I'om muy embarazado
consigo mismo estaba en un rincon, y Adolfo apoyado contra el pasa
mano de la escalera, la miraba con su lente de una manera que hubiera
hecho honor á un dandy .
-
- Y tú, majadero , le dijo Saint-Claire arrebatándole el lente : & Así
tratas á mi mujer ? ¿ porqué te has puesto esa chaqueta de raso bordado!
( no sabes que es mia ?
i Oh : señor, respondió Adolfo, como estaba tan manchada de vino.
habia creido que Vd. no hubiera podido ponérsela sin faltar á la decencia
y que ya no serviria sino para un infeliz mulato, como yo.
Al pronunciar estas palabras, Adolfo hizo un gracioso movimiento de
cabeza llevándose la mano sobre su perfumada cabellera,
-

A lo hecho no hay remedio , añadió Saint -Claire. Voy á presentar


Tom á la señora, y tu lo conducirás enseguida á la cocina ; mas te ad
vierto que no le faltes al respeto , pues vale mas que dos monuelos
como tú .

1
-
127
er
Al señor le gusta siempre divertirse, respondió Adolfo riendo ; y
bno alegro mucho ver á Vd . de tan buen humor.
Ven y sígueme, Tom , le dijo Saint - Claire.
lk Entró Tom en la sala, y la vista del rico alfombrado, de los espejos,
de los cuadros, y de las cortinas, escitaron su admiracion. Quedó atonito
y estupefacto, como la reina Saba en la presencia de Salomon. Apenas se
atrevia á poner el pié sobre el pavimento.
- - María, dijo Saint- Claire å su níujer, por fin, te he comprado un
crescelente cochero . Nadie le iguala en sobriedad ; es un negro que te con
ducirá tan suavemente comosi fueras suspendida sobre una góndola. Le
vanta la vista y míralo, y no uelvas á decirme que nunca pienso en
Ecuando me ausento de casa .
Abrió los ojos María , y los fijó sobre Tom .
-
- Estoy segura, dijo, que tambien se ha de emborrachar.
-
71
Se me ha respondido de su piedad y de su temperancia.
Ojalá que no te hayan engañado ; mucho lo temo.
Adolfo, añadió Saint-Clare, acompaña á Tom, llévalo á la cocina y
acuérdate de mi recomendacion .
Retiróse Adolfo saltando, y Tom le siguió con pausado y mesurado
paso.
Parece un verdadoro estafermo, añadió enseguida María .
· Vamos, querida mia, dijo Saint-Claire, sentándose al lado de su es
posa : sé dniable conmigo y háblame del estado de tu salud, de tus pade
cimientos.
Has prolongado tu viaje quince_dias mas del tiempo que habias
dofijado .
Ya te he escrito los motivos que me han obligado á permanecer en
de ueva Yorck mas tiempo del que pensaba.
¡ Tu carta era tan lacónica y estaba escrita con tanta frialdad !
¡ Qué quieres, María : Elcorreo iba a partir y debí escribirte segrin
-

la premura me lo permitia. Si no hubiera sido así, no hubiera podido


i dirigirte aquellas cortas líneas.
al - Siempre hallas, pretestos para alargar los viajes y abreviar tus
tri cartas.
a
Toma, dijo Saint-Claire á María, dándola una caja de terciopelo :es
un regalo que te he traido de Nueva Yorck ; elretrato al daguereotipo,
emio y deEva, tan perfecto como el mejor grabado.
Miró María el retrato con ademan de descontento .
Porqué has tomado tan desairada postura ?
Mi actitud en el retrato no será de tu agrado ; pero hay en él per
fecta semejanza .
ic Si mi opinion te es indiferente en este caso, supongo que tambien
n debe serlo en el otro, respondió María volviendo á colocar el daguereo
tipo en la caja.
Di ¡ Qué carácter tan original ! dijo entre sí Saint-Claire..... Mas luego
añadió en alta voz : Depon tu mal humor, María, y díme si en efecto se
finos parece .
Haces mal, Saint-Claire, en pedirme que me ocupe de semejante
bagatela. Sabes que ayer padecí una fuerte jaqueca, y que el guirigay
que se advierte en casa desde tu llegada, me ha trastornado hasta el
128

punto de no saber lo que digo, ni lo que me hago.


-
¿ Padece Vd. de jaqueca ? la preguntó miss Ofelia, levantándo.se
bruscamente del sillon en donde estaba arrellanada.
Sí, respondió María ; y me hace sufrir demasiado.
El té es un escelente remedio y muy eficaz contra esa enfermedad ;
así lo he oido afirmar a la señora Abraham Perry, que poseia una habi
lidad particular para asistir a los enfermos.
Tocó con gravedad Saint-Claire la campanilla, a la vez que decia :
Mandaré conservar toda la primera cosecha de té que se cultiva
en el jardin y en la ribera del lago. Entretanto, prima, debes irte á
descansar de las fatigas de nuestro largo viaje....... Adolfo, llama á
Mammy.
La mulata á quien Evangelina amaba tiernamente, se presentó cu
bierta con el gran turbante encarnado y pajizo que la niña le ha !
regalado
Mammy, la dijo Saint-Claire, confio esta señora á tus cuid 1
Está triste y fatigada y desea descansar. Acompáñala á la habitaci
se le ha preparado y procura que nada la falte.
Despidióse de ambos esposos miss Ofelia y siguió a la mulata

CAPÍTULO XVI.

EL AMA DE TOM .

Ahora, María , dijo Saint-Claire, pasarás mi? Tu prima miss


Ofelia , es una mujer positivista a la par ! 19. Te dispensará
de la direccion y gobierno de la casa ; ella á del presupuesto,
y te dejará todo el tiempo que quieras para dess 'r y para recobrar tu
salud y tu hermosura . Por consiguiente prepárale a entregarla las llaves
para investirla de tan molesta ocupacion .
Túvose esta conversacion sobre mesa, al cabo de algunos dias de la
llegada de miss Ofelia.
Que recibas mi enhorabuena; contestó María apoyando su cabeza
sobre una de sus manos. Ya verá á costa suya, que los amos son los so
los esclavos en esta casa.
-10h, sino se apercibiera mas que de eso ! Desgraciadamente des
cubrirá todavía otras muchas cosas.
- Se nos vitupera porque tenemos esclavos, añadió María ; y es seguro
que si no consultásemos mas que nuestro propio interés y utilidad, les
diéramos inmediatamente la libertad.
Fijo Angelina ,al oir esto, sus graves miradas sobre el semblante triste
y pálido de su madre, y dijo consencillez.
Siendo así &porqué los conservas, Mamá ?
Lo ignoro, hija mia ; porque á decir verdad , ellos solos causan
129 -

desgracia ; y estoy convencida que son esos insoportables séres los


me tienen en este estado .
¿ Qué mosca te ha picado esta mañana ? la interrogó Saint - Claire.
s injusta con tus infelices negros. ¿ Por ventura, no es Mammy el
plo y la mejor de las criaturas ? ¿ Podrias acaso desprenderte de ella
esperimentar un amargo sentimiento ?
- Reconozco las brillantes cualidades de Mammy , pero como todos los
.

su raza , tiene una dosis de egoismo que ....


- ¡ Ah sí ! el egoismo es un defecto capital, repuso Saint-Claire con
nica gravedad .
No es un horror el verla dormir tan profundamente todas las no
es ? Mammy sabe que tengo necesidad de constantes y prolijos cuidados,
sin embargo no seapresura jamás á prestarme aquellas delicadas aten
ones que un enfermo necesita y que le consuelan tanto . Si yo me en
trnesta mañana mas enferma, ha sido por los desesperados esfuerzos
hehecho para lograr el despertarla.
- ¿No ha pasado muchas noches consecutivas sin acostarse, velándote
crtada al lado de tu lecho ? la preguntó Evangelina .
Quién te lo ha dicho ? respondió ásperamente María. ¿ Por ventura
se ha quejado ?
- No se me ha quejado, mamá ; me ha dicho solamente que habias
asado sucesivamente malísimas noches.
¿ Porqué no alternan Juana y Rosa, á fin de dejarla tiempo para
escansar ? observó Saint -Claire.
-¿Cómo te atreves á hacerme semejante proposicion ? ¿ Lo has pen
ido bien, Saint-Claire ? Sabes que soy tan nerviosa, que la menor emo
on me conmueve, yyla presencia de una persona á cuya compañía no
stoy acostumbrada, me escitarialas convulsiones que me asaltan contan
esconsoladora frecuencia. Si Mammy me tuviera algun interés se des
ertaria con mas facilidad. He oido hablar con frecuencia á mis amigas y
onocidas, y alabar la adhesion y amor de sus criados : pero yo me veo
educida á envidiarlas tan venturosa suerte .
Exhaló María un profundo suspiro. Habia oido miss Ofelia todo aquel
iálogo con discreta dignidad, sin permitirse desplegar sus labios hasta
bservar la posicion y saber á qué atenerse, ántes de manifestar su opi
ion en asunto tan delicado.
- Tiene Mammy, sin contradiccion alguna, cualidades que la hacen
ecomendable , prosiguió María : es sumisa, amable y respetuosa ;
iero como ya he dicho , el egoismo la domina, eclipsando sus favora
des prendas. Aun no ha podido consolarse de la separacion de su
parido, hombre hábil y diestro, cuyos servicios, siendo sumamente
ndispensables á la casa paterna, papá no quiso á ningun precio des
prenderse de él. Tuve yo que seguir á mi marido á Orleans, y siendo
lammy la mulata de mi predileccion, y la que desde su infancia me
labia estado consagrada, la traje en mi compañía : procuré decidirla
intes á romper francamente con su marido ; siento no haber insistido,
pues es seguro que la hubiera casado con otro, y ahora ya no se acor
laria ni aun del nombre de su primer esposo ; pero mi indulgencia
me ha perdido . He dicho á Mammy que no debe contar con volver á
130
ver á su marido, sino una a dos veces en toda su vida, en razon á qe
el clima de aquel país siendo sumamente contrario y perjudicial
mi salud, no lo volveré á visitar jamás : la he aconsejado en fin qi
se provea en otra parte ; mas la majadera se ha negado resudt
mente. ¡ Ah, nadie mas que yo sabe hasta que punto llega su te
quedad !
¿ Tiene hijos ? preguntó miss Ofelia .
Sí , tiene dos .
Debe estar igualmente condenada á no volverlos á ver
-
Yo no podia encargarme de ellos. Son dos niños muy puere .
cuya presencia me daba horror, y además absorverian todo el tiem
que Mammy necesita para llenar sus deberes. Creo sin embargo que
conserva una pena secreta, pues desde que tuvo que abandonar á s
marido y á sus dos hijos, no la he visto un dia contenta ; cumple si cr
su obligacion, mas á disgusto y de mala voluntad. No ha querido
verse á casar,y estoysegura que, aun cuando sabe lo necesario que
mi salud decaida, correria, si le fuera posible, al lado de su !!
abandonándome sin sentimiento alguno. ¡ Ah ! cierto es, que el
los negros no vale ....
No se puede oir eso sin estremecerse, dijo seconn. "
Claire.
Mirólo miss Ofelia con ojos penetrantes ; tenia el rostro por
un descontento concentrado , mientras le asomaba pa UD

risa sarcástica, que le hizo conocer lo que su corazon , 11 wuel ma


mento .
C
Mammy ha sido siempre mi favorita , con Cula . Quisiera
poder mostrar á todos vuestros criados del Norte dos de seda
y de muselina, y sus pañuelos de batista bic tu misma he pas
sado muchas veces la mitad del dia, sus sombreros
siempre se le ha tratado con cariño, de que no ha sido casti
gada sino cuatro ó cinco veces durante su vida. Toma todas las ma
ñanas ié ó café del superior, con azúcar bli uco . Esto es un abusa
convengo en ello ; pero Saint-Claire lo quiere así, de modo que todos en
casa hacen, segun su voluntad, lo que mas les place. En fin, lo cierto
es que nuestros esclavos están muy consentidos, y no es falta suya , y
sí nuestra y muy nuestra , que ellos se creen aquí los amos. Muchas veces
se lo he manifestado á Saint-Claire, y estoy ya cansada de ver la inuti
lidad de mis advertencias .
- Y yotambien, repuso Saint-Claire, tomando un periódico.
Habia oido Evangelina la narracion de su madre con la misteriosa me
ditacion que le era particular; se acercó cariñosamente á ella, y ponién
dose de rodillas á sú lado, la dijo :
Mamá , ¿ quieres permitirme que me quede esta noche velando al
lado de tu cabecera ? Yo no irritaré tus nervios, ni dormiré un solo ins
tante : paso muchas noches sin cerrar los ojos, pensando en tus males, y
así nadie podrá cuidarte con masesmeroque yo.
-¡Qué locura ! respondió María . ¡ Y qué niña tan singular !
¿ Me lo permites, mamá ? añadió tímidamente Evangelina. Mammy
está enferma; ayermedijo que padecia unfuertedolor decabeza.
Todavía un capricho de Mammy. Todos estos negros se creen en
-
131
la tumba, cuando sienten la menor desazon. Mas yo no lo sorportaré
jamás, nó, jamás. Tengo principios muy fijos sobre esto , miss Ofelia,
y tu comprenderás toda la importancia de ellos. Si estimularas á tus
13 criados á quejarse de la mas lijera indisposicion , y á contar la menor
incomodidad que esperimentasen , en todo el dia no harian mas que
calentarte la cabeza con sus interminables plegarias. Por mi parte, ya
ves que les doy el ejemplo ; no me quejo nunca; nadie sabe cuánto
yo padezco; pero siendo de mi deber el soportar mis penas en silen
cio , las ahogo en mi corazon para no comunicarlo á los seres que me
rodean .
A tan singular peroracion , miss Ofelia dejó ver en su rostro el vivo
descontento que le habia producido ; quedóse atónita , como si salıese
de un sueño, estragábase los ojos con ademan tan cómico, que
Saint -Claire, no pudiendo contenerse, rompió en fin en una estrepitosa
carcajada.
-; Saint-Claire se rie siempre que yo hablo del mal estado de mi sa
lud ! prosiguió María con voz muy debilitada. i¡Ojalá que esté distante
el dia en que mis quejas queden justificadas !
Llevóse Maria un pañuelo á los ojos, como si quisiera ocultar su
llanto , y reinó un largo silencio mientras se levantó Saint-Claire ,
miró el reloj, y pretestando un negocio importante, se marchó. Siguiólo
Evangelina ; quedaron solas miss Ofelia y María : esta se quitó el pa
ñuelo que cubria su rostro, pantomima inútil desde que salió su marido, y
continuo diciendo :
¡ Qué desgracia ! Jamás Saint-Claire llegará á persuadirse de la in
tensidad de mis largos padecimientos. Si fuera como otras muchas que
gimen sin cesar, que gritan y se desconsuelan por la menor indisposición,
entonces no estrañaria su conducta conmigo. Un hombre se cansa na
turalmente de una mujer que se queja continuamente. Mas yo he guar
dado el mas profundo silencio, he ahogado cuidadosamente todos mis
1
males, todas mis penas y dolores, y mi esposo se ha imaginado que soy
capaz de soportarlo todo.
Vacilante estaba miss Ofelia sobre la respuesta que debia dar á la
desconsolada María. Mas evitóla esta, aquel compromiso, entrando de
repente en las largas y minuciosas esplicaciones sobre armarios, cómodas
ropas, dispensas, comestibles y demas efectos de que miss Ofelia debia
encargarse .
Me parece que nada me ha quedado por decirte, añadió María.
Obra y dispon ahora segun tu voluntad, sin necesidad de consultarme.
Solo si te recomiendo, que no pierdas de vista á Evangelina, esta niña
tiene necesidad de que se la vigile.
¡ Eva ! está dotada de un escelente carácter y á su edad no he visto
nada mas perfecto.
Es sumamente original , repuso la madre. En nada se me parece, y
tiene ideas tan escéntricas, que no sé de donde haya podido tomar
las. Siempre está en compañía de los criados, y esto ha de ofrecer sus
inconvenientes. Me acuerdo que cuando yo era niña me divertia con
los negros pequeños de la casa de mis padres, pero conservaba siem
pre cierta superioridad , ó mas bien dicho, guardaba como era debi
do toda mi dignidad : Eva , por el contrario, se pone al mismo ni
132
vel de cuantos se le acercan ; y esto es una costumbre que quiero de
sarraigarla, y que por mas esfuerzos que he hecho, aun no he podido
conseguirlo; es verdad que su padre parece aprobarlo, y esto es una
gran dificultad para lograr mis deseos. En fin Saint-Claire echa á perde
y contempla todo lo que respira y se mueve en su casa ménos á su
mujer.
Miss Ofelia continuó guardando un silencio sepulcral.
Es necesario, prosiguió María, que conozcan su inferioridad los es
clavos de casa, y no permitir de modo alguno que permanezcan ni un
instante con las manos cruzadas : esto me era muy natural en mi niñez.
Pero Eva es capaz de sembrar el desórden en toda la casa, y cuando su
edad la coloque al frente de esta , no sé lo que sucederá. Esta idea me
atormenta. Con todo, mis deseos los mas ardientes, están cifrados en la
felicidad de mis esclavos ; procuro por cuantos medios me son
posibles hacerles mas llevadera su baja condicion , pero no puedo
soportar que se tomen libertades, que no les corresponde, y mucho
menos que se salgan de los reducidos límites do su deber. Ya has oido á
Evangelina proponerme el quedarse conmigo esta noche para de
jar descansar á Mammy i no es esto una calamidad ? ¡ Ah esto debe
darte una idea de la conducta que se observaria, si se la abandonase á su
propio instinto.
Supongo, repuso miss Ofelia, que mirarás á tus esclavos como cria
turas humanas, yque has de concederles las horas necesarias de reposo,
cuando se hallen fatigados.
Si por cierto : les facilito todo lo que puede contribuir á su bien
estar sin alejarlos de su deber. No me opongo á que Mammy duerma á
horas regulares : y sobre todo ella no morirá jamás falta de sueño, por
que duerme sentada, de piés, andando,á cada instante y por todas partes.
Mas es estremadamente ridículo el tratar a los esclavos como flores
exóticos, ó como vasos de porcelana.
Hizo una pausa María para respirar un pomo de esencia, se estendió
cómodamente sobre un blando sillon, y continuó con voz débil :
Ya ves, prima, que no hablo nunca de mí : esto me desagrada, y
ni siquiera tengo la fuerza de hacerlo. Pero no estoy de acuerdo con
Saint-Claire, en lo relativo á los puntos que acabo dehablarte. Agustin
no me ha comprendido ni apreciado jamás, y esta es y no otra cosa la
principal causa de mis padecimientos. Tiene empero las mejores inten
ciones, no hay duda en ello ; pero los hombres son generalmente egoistas
y desconsiderados con sus mujeres. Tal es al menos mi persuasion уy mi
convencimiento .
Miss Ofelia, como todas las mujeres de la Nueva Inglaterra, temia
mucho mezclarse en las disensiones de la familia . Conoció estaba ame
nazada de una desagradable confidenc a ; y asi, con el fin de mani
festar la neutralidad que deseaba guardar, sacó del bolsillo una media
principiada que tenia de reserva como especifico contra la ociosidad,
y se puso á trabajar con el mismo afan que una persona que espera
ganar un salario determinado. Sus labios cerrados decian mas que ti
lo que hubieran podido espresar sus palabras ; ellos daban á entender :
« En vano tratas de hacerme hablar ; yo no quiero mezclarme en
vu stras diferencias. » Pero Maria teniendo con quien hablar conti
-
133
nuaba su discurso, respirando por intervalos su pomo de esencia con el
fin de tomar nuevas fuerzas.
Cuando me casé con Saint-Claire, prosiguió, le traje en dote mis
bienes y mis esclavos, mas sin renunciar á miderecho de disponer
de ellos libremente segun mi voluntad. Agustin tiene su fortuna y sus
esclavos, y me alegraria sobre manera que sobre ellos solos aplica
ra su deplorable sistema ; pero desgraciadamente tambien lo hace es
tensivo á los mios. Tiene ideas extravagantes sobre muchos puntos, y
particularmentesobre el modo de tratar a los esclavos. Diríase que los co
loca hasta sobre nosotros mismos. Muchas veces le dan mil disgustos ,
pero siempre los tolera . Alimenta Saint-Claire opiniones que realmente
me espantan : se ha empeñado en que no se den de palos á los negros,
por mas que lo merezcan, á no ser él ó yo quien se los aplique. ¿ Qué
resulta de esto ? Ya lo ves. Mi marido no los castigará jamás, aun cuan
do le pasaran sobre su cuerpo ; y semejante esfuerzo en míseria una bar
barie ; y sin embargo, debemos convenir que los esclavos no son sino ni
ños grandes.
2
No entiendo nada de eso , y doy por ello mil gracias a Dios, respon
dió lacónicamente mis Ofelia.
be C

Ա
Ya lo experimentarás á tus espensas si continuas aquí. No puedes
figurarte la irritante estupidez, la pereza y la ingratitud de esos mise
rables.
1
Al tratar este particular parecia que María recobraba milagrosamente
sus fuerzas, desapareciendo su estado valetudinario.
No podrás formarte una idea justa de las pruebas diarias á que so
á meten al dueño de una casa . No quiero quejarme de ello á Saint -Clare;
T
y para qué? Pretende Agustin que nosotros los hemos criado tales como
son, y por consiguiente que debemos aceptarlos con buenas ó malas cua
. lidades. Afirma que no tienen mas defectos que los que nosotros mismos
s les hemos comunicado, y que seria una crueldad y una injusticia sin
Á ejemplo castigar en ellos las faltas de que nosotros somos cómplices. Dice
todavía que obraríamos peor que ellos, si hubiéramos nacido en su triste
posicion . ¡Como si los esclavos debieran ser juzgados segun nuestra pro
pia conducta! ¡Qué temeridad! Jamáslo hubiera creido si yo misma no lo
Im hubiera presenciado.
a
Piensas tú que los negros no hansido criados por Dios de la misma
sangreque los blancos? preguntó miss Ofelia.
- ¡No por cierto! ¡Qué doctrina tan peregrina! Ellos son de una raza
degradada.
¿ Luego no crees que tengan una alma inmortal como nosotros ? vol
2
vió a preguntar miss Ofelia con visible indignacion.
-

Claro es, respondió María bostezando, que nadie duda de la in


mortalidad de sus almas . Mas, compararlos á nosotros, considerarlos co
mo nuestros iguales, es una quimérica utopia Saint-Claire se ha permi
? tido afirmar que el separar á Mammy de sus hijos era cometer absoluta
mente la misma crueldad que si á mí se me arrancara del lado de los
1 mios. ¡Que monstruoso absurdo! Mammy no puede tener los mismos sen
i timientos que yo ; nos diferenciamos esencialmente por mas que diga
mi marido. Puede Mammy, por ventura, querer á sus sucios12
y feos
.
134

hijos como yo quiero y amo á Eva ? Y sin embargo, Saint-Claire ba que


rido persuadirme que era de mi deber, a pesar de mi débil salud, res
tituir á Mammy al seno de su familia. i¡ Esto ya es demasiado ! ... No
siempre doy a conocer cuánto sufro ; padezco en silencio y con resigna
cion, pero al oir tal proposicion , no he podido contenerme. No ha vuel
to á hablarme de ello, es verdad , pero de cuando en cuando vuelve a la
carga con disimulo, lo que me hace suponer que persiste todavía en su
propósito.
No se atrevió a replicar miss Ofelia, mas la agitacion con que manejaba
las agujas de hacer media, tenian una elocuencia tan enérgica, que Maria
era incapaz de conocer.
- Ya ves qué casa vas á dirigir . No tiene regla ni órden alguno.
Todos los esclavos hacen su voluntad, menos cuando me hallo en es
tado de ocuparme del gobierno doméstico, que entonces les impongo
severamente la mia. Tomo alguna vez ellátigo, pero me siento suma
mente débil para hacer uso de él. Ah, si Saint-Claire imitára á los otros
propietarios !
¿ Qué hacen ?
Envian sus negros á la Calebasse para que los castiguen. Y ese
es el solo medio de contenerlos y de hacer que cumplan con su de
ber. ; Si yo no fuera una débil criatura, cómo habia de hacerles mar
char !
¿ Y cómo Saint-Clare consigue que le obedezcan con tanta puntua
lidad ? Tú me has dicho, sin embargo, que jamás castigaba él á sus es
clavos.
Los hombres siempre ejercen mas influencia que nosotras so
bre los negros, y es mucho mas fácil á aquellos hacerse respetar. Por
otra parte, si 'has fijado la atencion , habrás reconocido en sus ojos un
brillo particular y que habla con ellos de una manera muy persuasiva.
Yo consigo ménos cuando me encolerizo que Saint-Claire con una sola
mirada; pero es preciso convenir en que es imposible gobernar los ne
gros sin hacer uso de la severidad y deſ látigo ; son demasiado indolentes
y perezosos...
Siempre con la misma cancion , dijo Saint-Claire presentándose re
pentinamente. Larga cuenta tendrán ellos que arreglar en su última hora,
respecto á su indolencia y á su pereza. Y no tienen escusa verdadera
mente, porque María y yo no lesdamos el ejemplo.
Al decir estas palabras se tendió á lo largo en un sofá que estaba en
frente de la cama de su esposa.
Saint -Claire, tú eres muy burlon.
Yo,todo lo contrario : hablo en forma, pues que abundo en tus |
mismas ideas: į me equivoco tal vez ?
Parece que te has propuesto que yo esté siempre de mal
humor.
¡ Guardeme Dios de semejante idea ! Hace mucho calor, y aca
bo de tener con Adolfo una gran cuestion que me ha fatigado mu
cho. Que seas amable son mis deseos y que me dispenses una son
risa .
¿ Qué ha hecho Adolfo? dijo Maria . La impudencia de ese mu
lato es cada dia mas insoportable ; si el estuviera por un momento
135
bajo mi absoluta direccion, ya sabria yo como habria de arreglarlo.
- Lo que tú dices, querida mia , envuelve una intencion que no es
muy recomendable por cierto : eso es lo que ha escitado mi descontento :
Adolfo ha estudiado mucho tiempo imitarme en todo por todo , y ha con
cluido por ereerse dueño de sus acciones enteramente; de modo que me
he vistoobligado á sacarle de ese error.
¿ Cómo es eso ? preguntó María.
He tenido que prevenirle que algunas de mis levitas las quiero usar
esclusivamente : le he aconsejado que prodigue menos el uso del agua de
coloria, y que se contente con solo una docena de mis pañuelos de ba
tista. Adolfo los usaba con una importancia y un abuso que he tenido
que reñirle como si fueraun hijo.
.

Saint -Claire ; cuando tratarás como corresponde á tus criados ? Esa


indulgencia respecto de ellos es un crímen.
- Qué tiene de particular que ese pobre diablo quiera parecerse á
su amo ? Si faltándole educacion esmerada, funda toda su felicidad en
abusar del agua de colonia y en lucir mis pañuelos de olan batista & qué
mal comete en eso ?
i Y porqué ha sido su educacion tan descuidada ? preguntó resuel
tamente miss Ofelia.
Por que sus amos son muy perezosos, prima mia : la pereza pierde
muchas almas. Sin la pereza, apostaria á que se me tendria por un án
gel . El anciano doctor Botherem ,tu compriota, califica la pereza como la
esencia de los males morales y le sobra razon .
Los dueños de esclavos llevan consigo unagran responsabilidad que
yo no aceptaria por todos los tesoros del mundo, replicó miss Ofelia , no
pudiendo por mas tiempo disimular sus sentimientos ni reprimir sus ins
piraciones
Tú debes instruir á tus esclavos, tratarles como á séres racionales, do
tados de un alma inmortal , en union de las cuales has de comparacer ante
el recto tribunal del Altísimo.
Vamos, vamos, dijo Saint-Claire levantándose precipitadamente,
ántes de juzgarnos es necesario que nos conozcas mas a fondo.
Diciendo esto se puso al piano y tocó una pieza juguetona y alegre :
su ejecucion era admirable ; las manos corrian sobre el teclado con la
ligereza del pájaro, sin que el efecto perdiese absolutamente nada en
cuanto al colorido que le habia dado el autor. Ejecutó sucesivamente di
versas composiciones, como el que busca algo con que ponerse de buen
humor ; despues que concluyó cerrando los cuadernos de músic i, dijo ale
gremente .
Prima mia, nos has dado una buena leccion y yo te la agradezco
mucho. Es una verdad que no necesita demostrarse todo cuanto me has
dicho ; y ha sido tan aguda y tan exacta que me has dejado convencido
enteramente.
.

- En cuanto á mi, replicó Maria, no soy de tu opinion ; nadie se inte


mas
resa ue nosotros por sus esclavos, ni hace mas sacrificios por
ellos, aunque poco lo aprovechan : yo les he hablado tantas veces
de sus deberes, que estoy materialmente cansada de hacerles re
flexiones; se les permite ir a la iglesia, aun cuando no comprenden
una sílaba del sermon ; tienen todos los medios posibles de mejorar
136
su estado ; pero como he dicho y repito, siempre será una raza degra
dada. Nada conseguiremos a pesar de nuestros mayores esfuerzos; ni tú
tampoco, lo sé por esperiencia, prima Ofelia, y mira que te habla quien
ha nacido y ha estado educada entre esclavos.
Miss Ofelia, creyendo que ya habia hablado lo bastante sobre el par
ticular, prefirió guardar silencio, y Saint-Claire tarareó una de las piezas
que acababa de ejecutar al piano.
Saint-Claire, dijo María, hazme el favor de no hacer ruido porque
me aumenta la jaqueca .
Estás servida, amiga mia, && deseas otra cosa ?
.

No quisiera sino que tuvieses alguna consideracion con mis males,


aun no los comprendes .
- Vamos, cảlmate, ángel acusador.
.

-
No me incomodes hablándome de ese modo.
Vaya cómo quieres que te hable ? Estoy dispuesto a emplear el
tono quemas te agrade.
El ruido de varias carcajadas que venia del patio penetró en el apo
sento donde estaban nuestros interlocutores, a través de las cortinillas de
damasco. Saint -Claire las levantó y no pudo menos que prorrumpir en
una carcajada.
¿ Qué sucede ? dijo Miss Ofelia corriendo al balcon.
Tom estaba sentado en el patio sobre un banco de césped, tenia en las
manos algunos ramos de jazmines y en los ojales de la chaqueta ; Evan
gelina llena de risa le envolvia una guirnalda de rosas alrededor del
cuerpo y saltaba asu lado con el mayor contento concluyendo por sen
tarse sobre las rodillas .
¡ Tom , le dijo ella, que figura tan rara tienes !
Tom gozaba con la alegría de la niña y se sonreia con la bondad mas
patriarcal viéndola entregada á tan inocentes diversiones. Advirtió á su
amo y en el semblante parecia que Tom reclamaba la indulgencia de su
señor ; tal era la humildad de su carácter .
¿ Cómo puédes tú tolerar eso ? preguntó Miss Ofelia.
& Y porqué nó ? contestó Saint- Claire.
No sé, pero no puedo avenirme con escenas de esa especie.
- Tu verias tranquilamente á mi hija acariciar un perro ; pero
como en vez de un animal irracional, acaricia un sér capaz de pen
sar, de raciocinar y , de sentir, tiemblas por ello y lo repruebas.
i Qué inconsecuencia ! ; Oh conozco muy bien à vosotros los ameri
canos del Norte ! Detestais la esclavitud pero involuntariamente dais
cabida á las preocupaciones contra los esclavos : vosotros sois peo
res aun que nosotros porque hacemos por hábito lo que, el cristia
nismo no consigue en vosotros . Se indignan ustedes de la opresion que
ejercemos sobre los negros, y sin embargo estos os inspiran tanto
horror como las viboras y las serpientes. Ustedes no quisieran que
se les maltrate y sin embargo repugnan toda clase de union con
ellos. Era indispensable para complacer á ustedes, enviar a todos
los esclavos al Africa, lejos, muy lejos de vuestras miradas y man
darles algunos misioneros que se encargasen de su educacion . No es
cierto ?
.
137
degra Algo hay de verdad en lo que dices, contestó Ofelia despues de me
s ; n t ditar un momento.
Saint-Clare
La quien seaba se asomó al balcon para observar á Evangelina que se pa
tomando mano á Tom.
de la
el par ¿ Qué serian los pobres y los desgraciados sin los niños ? Los niños
aspiezason los únicos verdaderos demócratas. Tom es un héroe para Eva ; las
historias que él cuenta son maravillas á sus ojos ; los himnos metodistas
porque que él canta los prefiere ella á una ópera ; los juguetes con que la sor
prende, valen para ella mucho mas que riquísimas prendas. Eva es una
deesas rosas del Eden que el Señor ha sembrado sobre la tierra para los
as males individuos de inferior condicion.
-

· Es bien estraño, primo mio, dijo Miss Ofelia, lo que tú hablas me


induce á creer que tienes religion.
Desgraciadamente no la practico. Shakspeare dice por boca de uso
nplear e de sus personajes ; « Prefiero aconsejar el bien á veinte personas, ántes
que ser una de las veinte que sigan el consejo. » No hay cosa mejor
el apa- como la division del trabajo, prima mia, mi prurito es hablar y el tuyo
inillasde poner en práctica lo que piensas.
mpir CD Como se ve por lo que va dicho, la situacion de Tom era tolera
ble. El aprecio que le profesaba Evangelina , ese reconocimiento in
tuitivo , hijo de su carácter generoso , la pusieron en el caso de
ja en la pedir á su padre que el nuevo esclavo la acompañase siempre que
;Evan-tuviese necesidad de escolta en sus paseos. Tom recibió la orden
Fedor de de abandonar los demás quehaceres domésticos para ponerse á
riser las órdenes de Evangelina ; y fácilmente puede comprenderse lo grato
que le seria esta resolucion. Se le vistió con aseo de piés á cabeza . Los
servicios que él tenia que prestar en las caballerizas se redujeron
dad ma á una simple inspeccion. María confesó que él no dejaba mal olor
tióás en las piezas donde se presentaba , y encargó que se le dispen
de sase de todo servicio que pudiera serle incómodo y desagradable, fun
dándose en que si respiraba olores nauseabundos, por virtud del inme
diato servicio en que se le tenia, padeceria con mas frecuencia de los
nervios. Por consecuencia Tom tuvo un paletó elegante, sombrero de
castor, botas charoladas, cuellos bien almidonados y camisas finas ; y
o; per vestido de este modo, con su fisonomía tan negra como el azabache,
de peli tenia ese aire respetable, en tanto grado, que bien pudiera ocupar la
prueba
r
silla episcopal de Cartagó que en otras épocas obtuvieron los hombres de
ame color.
nteda Además él tenia un buen cuarto : consideracion que los de su raza
is per estiman en mucho. Gozaba del perfume de las flores, de los pájaros,
cristir fuentes, luces, cortinajes de seda, cuadros, arañas, estátuas, dorados
jon qu artesonados que daban al salon el mismo: mágico efecto del palacio de
n tant Aladino .
eran que El Africa figurará algun dia en la escala de la civilizacion , V
100 cuando ella se haya presentado como una parte importante de la
á tod dohumanidad
r , la vidase despertará entre sus hijos con un esplen
y una
acidente magnificencia
. Sobre desconocida
esa tierra del oro y de hasta hoy enpreciosas,
las piedras las frias tribus del oc
de las palme
ras y de las plantas maravillosas, las artes y la inteligencia tomarán nue
12 *
138

vas formas y nuevo desarrollo. La raza negra, dejando de ser des


preciada y pisoteada nos presentará sin duda las últimas y las
mas distinguidas revelaciones de la actividad humana . Veremos
fructificar las cualidades que distinguen á los negros, su dulzura ,
su amabilidad, su patriarcal inocencia ; ese carácter afectuoso y leal ,
simple y sincero, esa facilidad de perdonar los defectos de nuestros
semejantes, esa deferencia por la superioridad del talento. Dios, que
castiga á los que ama , ha impuesto quizás tantas miserias á ' la
desdichada raza Africana para presentarla en su dia, despues de la caida
de los reinos y de los imperios como mas grande y la mas noble de las
naciones .
No eran estas las ideas que preocupaban á María Saint-Claire al con
cluir de vestirse su domingo por la mañana para dirigirse á la iglesia ;
ella se habia cubierto de diamantes yy de blondas, porque se figuraba que
su principal obligacion era presentarse con la mayor humildad los domin
gos. ¡ Estaba ella tan cómodamente arrellenada en su silla ! Tenia tanta
elegancia en sus menores movimientos, se cubria con tanto gusto en el
pañolon lujoso que la abrigaba de la influencia de la temperatura que,
indudablemente llamaba la atencion de cuantos la veian . Miss Ofelia for
maba a su lado un contraste perfecto : la indigena de Vermont tenia tam
bien un vestido y un pañolon bordado ; perorepresentaba otro tipo ente
ramente opuesto; en tanto que su compañera poseia todas las graciasmé
nos la de Dios,
¿ Dónde está Eva ? preguntó María.
La niña, contestó miss Ofelia, se ha detenido en la escalera para re
comendar alguna cosa á Mammy.
He aquí lo que la niña encargaba:
Querida Mammy, yo sé que tú estás mala de la cabeza, este paseo
puedesentartemuy bien, perotoma mi pomito de las sales.
Como ! replicó la mulata, i esa hermosa prenda de oro tan brillan
te ! ¡ Oh señorital yo no puedo aceptar esa ofrenda.
-

¿ Porqué ? tu necesitas hacer uso de ese frasquito que a mí no me


sirve de nada. Mi madre lo usa siempre contra el dolor de cabeza . Tó
male y me darás mucho gusto en ello.
A estas palabras Evangelina le puso el frasquito en el seno, la estampó
un beso y se fué corriendo á incorporarse con su madre.
Como te has tardado, dijo aquella .
Porque quise entregar á Mammy mi frasquito para que ella lo use
en la iglesia.
¡Tu frasquito de oro á Mammy ! exclamó María llena de cólera У
dando con el pié en tierra fuertemente. ¿ Cuándo tendrás buen discerni
miento ? vė, ve enseguida á recojerlo .
Eva puso una cara suplicante disponiéndose á volver sobre sus
pasos .
María, dijo Saint-Claire, eso no vale la pena ; déjala que haga lo que
quiera.
i Ah Saint- Claire, que leccionesdas á tu hija !
Siempre serán mas provechosas de lo que te figuras.
Papá, interrumpió Evangelina, no incomodes å mamá.
Saint - Clare, diio miss Ofelia, dando una media vuelta hacia él
139
con la formalidad de un soldado que se dirige á su jefe e estás dispuesto
para venir á la iglesia ?
2
Nó , te doy las gracias, yo no voy:
Yo quisiera que Saint-Claire se decidiese á venir á los oficios, dijo
María, pero no tiene un átomo de religion ; bien deplorable es ello pues
que tanto se opone ó los usos de la gente de su categoria .
Lo sé, dijo Saint-Claire, ustedes las señoras van á la iglesia para
aprender en ella como deben conducirse en la sociedad y distinguirse de
las que no han recibido los buenos ejemplos que se dan en tan santo lu
gares. Si yo asistiese al servicio divino,elegiria el templo donde concurre
Mammy ; á lo menos en este hay mejores motivos para evitar el sueño
que en el de ustedes.
¡ Segun eso, añadió Maria, prefiere aoir las insulsas sandeces de los
I Metodistas !
La celeste animacion que brilla en sus rostros vale mil veces mas
es
que la fria calma de las iglesias á la moda , en donde estoy resuelto á no

poner jamás los piés.; Tienes interés en frecuentarla, Eva ? Quédate con
**
migo en casa y pasaremos mejor el tiempo.
Tantas gracias, papá, prefiero asistir ár los oficios que se celebran en
la iglesia .
- Sin embargo tú pierdes la paciencia y te duermes siempre que vas
allá, repuso Saint-Claire .
Algunas veces, respondió Evangelina ; mas procuro siempre resistir
al sueño .
¿ Y entonces, porqué vas ?
Me ha dicho mi prima, balbuceó la niña, que Dios quiere vernos
reunidos á todos en su casa de oracion ; y como es de su infinita bondad
et de quien recibimos todas las cosas, como ya lo sabes, creo muy natural
y razonable que cumplamos con su voluntad.
Tienes un escelente carácter, dijo Saint -Claire, estrechando a su hija
contra su pecho ; yé pues á la iglesia y pide a Dios por mí.
.

Hé ahi, papá, lo que no ceso nunca de hacer, respondió Evange


o lina , subiendo al carruaje y sentándose al lado de su madre.
Quedóse Saint-Claire enternecido, de piés en el umbral de la puerta , en
viando besos con la mano á su tierna hija, hasta que el coche se perdió
de vista .
- i Ah, Evangelina, tu nombre lo dice ; sí, tú eres para mí una en
carnacion del Evangelio !
Sustrajose en seguida de aquella profunda impresion , fumando un ci
garro y poniéndose á leer un diario de la mañana.
Oye, Eva , continuó María mientras llegaba el carruaje á la puerta
de la iglesia ; convengo siempre en la necesidad que tenemos de tratar
con benevolencia á los esclavos ; pero tambien estoy persuadida de que es
una imprudencia el tratarlos como parientes ó como a personas de nues
tra misma condicion. Así supongo que si Mammy tuviese la desgracia
de caer enferma, no cometerias el reprensible olvido de cederla tu
lecho .
¿ Y porqué nó, repuso Evangelina, si estuviese mejor que en el
suyo , y fuese mas fácil de cuidarla ?
140 -

El sentimiento moral que encerraba la respuesta de Eva disgustó alta


mente á María.
-
¡ Qué me queda ya que hacer, porrumpió María, para que esta niña
me comprenda !
· Nada, replicó miss Ofelia.
Evangelina vióse desconcertada por un momento ; empero felizmente
los niños no conservan nunca por mucho tiempo las impresiones, y al
cabo de algunos instante se reiacon la mayor inocencia de los diferentes
objetos que se presentaban á su vista a traves de los cristales del
coche.
Vaya, señoras, dijo Saint-Claire, durante la comida, díganme us
tedes ahora ¿ cuál ha sido el tema del sermon en la iglesia hoy ?
El doctor Goodway nos ha predicado un magnífico discurso que tu
debias haber oido porque está conforme en todo y por todo con mis
ideas.
& Trataba de muchos asuntos á la vez ? preguntó Saint-Clare.
.

No digo eso : hablo de las ideas que yo tengo respecto de la


sociedad, respondió María. Eligió por texto : « Él señor ha hecho
todo lo mas hermoso en su propiaestacion. » Y ha probado que las
distinciones sociales emanan de Dios; que todo estaba ordenado de
tal modo que era preciso clases superiores y clases inferiores ; séres na
cidos para gobernar y séres nacidos para servir y obedecer. Ha refu
tado victoriosamente todas las calumnias ridículas que se propalan con
tra la esclavitud : ha probado que la Biblia opinaba en favor de noso
tros y apoyaba nuestras instituciones. Lástima es que no hubieses asis
tido .
-
No tengo necesidad de ello : tengo aquí mi periódico y mi cigarro,
ocupaciones á que no puedo dedicarme en la iglesia.
¿Pero tú no crees en esas aserciones? preguntó missOfelia.
Yo, lo confieso con rubor, que no estoy muy edificado con el sen
.

tido religioso que se dá á semejantes cuestiones. Ši yo tuviese que hablar


de la esclavitud, diria claramente : Nosotros la tenemos, nosotros la apro
vechamos, y queremos sostenerla á todo trance por conveniencia y propio
interes. Hé aquí el problema resuelto en dos palabras Уy desnudado de
todos esospiadosos уy sofisticosargumentos.
Verdaderamente, contestó María, tú no respetas siquiera las cosas
que tienen un origen sagrado.
No digo sino la verdad, ¿ Porqué no presentan con toda claridad las
cuestiones en la sagrada cátedra ? Todas las cosas son buenas en su es
tacion : & porqué no demuestran ,en virtud de ese texto que hacemos muy
bien en beber un vaso de mas, pasar la noche en jugar á los naipes y
entregarse á otras distracciones que la Providencia nos permite ? Agra
dable seria oir decir que todo eso está justificado por el texto de la Sa
grada Escritura.
-

En definitiva, dijo miss Ofelia ¿ que piensas tú ? į la esclavitud es


justa ó injusta ?
- En la Nueva Inglaterra, prima mia, tienes tú un derecho terrible.
Si yo respondiese á tu pregunta, me pondrias inmediatamente otra me
dia docenade cuestiones mas complicadas aun, á las cuales seria igual
menie preciso contestar sí ó nó .
141 -
Con eso nada se adelanta, añadió María ; eludes siempre entrar en
pateria, y si algunavez te ves obligado a ello, te evades con subterfu
ios y sofismas, con hacer mas ostensible el funesto abandono que haces
le las creencias religiosas.
i Religion ! ; Creencias religiosas ! esclamó Saint-Clare , con un tono
que hizo levantar la vista á las dos señoras. ¿ Es por ventura una reli
gion , esa doctrina que se plega á todos los caprichos de una sociedad
egoista ? ¿ Es acaso una religion verdadera la que tiene ménos generosi
dad, ménos justicia, menos consideracion por el hombre, un sér como yo,
ignorante y sujeto á error ? Para encontrar una buena religion debo mi
rar por encima de mí y no hacia abajo.
¿ Tú no crees que la Biblia apoya y justifica la esclavitud ? preguntó
miss Ofelia .
La Biblia era el libro de mi madre, respondió Saint-Claire. Ella ha
seguido sus preceptos durante su vida y hasta en la hora de sumuerte y
me cuesta mucho saber que ese libro sanciona la esclavitud. Esto seria
lo mismo que si yo buscase la prueba de serle permitido á mi madre be
ber y hacer juramentos para convencerme que tengo el derecho de imi
tarla .
Sin mudar de opinion sobre estas faltas perderia el respeto que tengo
por la memoria de mimadre ; y es un consuelo tener en este mundo al
guna cosa que respetar. Yo quiero por último que cada cual conserve el
lenguaje que debe tener. El edificio social tanto en Europa como en
América tiene ciertas partes que no pueden suportar el exámen , bajo el
punto de vista de la moralidad abstracta . Reconoce generalmente que los
hombres no aspiran á alcanzar la justicia absoluta y procura única
mente mantenerse en cierto nivel. Yo honro la enérgica franqueza de
unhombre que me dice : « La esclavitud nos es necesaria, sin ella no
podríamos subsistir, quedaríamos reducidos á mendigar. Pero juzgo des
favorablemente al hipócrita que me cita el Evangelio á propósito de la
esclavitud.
.
Eres poco caritativo , dijo María.
¡ Y bien ! continuó Saint -Claire, si por una circunstancia fortuita
se produjera una baja perpétua en el precio del algodon, si los esclavos
llegaran a perder su precio normal, ¿ crees tú, que no se harian inme
diatamente nuevas interpretaciones de la Escritura ? Que la esclavitud se
declare inútil, y entonces verás tú que la iglesia mejor iluminada descu
bre que el Evangelio y la razon la condenan .
Como quiera que sea, dijo María que permanecia recostada en su
2

sillon de enferma, me place haber nacido en un país donde reina la es


clavitud, esta institucion me parece legitima, creo que debe serlo, y no
quisiera que desapareciera bajo ningun pretesto.
¿ Qué piensas de esto niña ? preguntó Saint-Claire á Evangelina que
entró en aquel instante trayendo unaflor en la mano .
¿ De qué se trata, querido Pápa ?
-
-¿Qué te gustaria mas, vivir como tu tio el de Vermont, ó bien te
ner como tenemos gran número de esclavos ?
Nuestro modo de vivir me parece mas agradable.
¿ Y porqué ? dijo Saint-Claire, dando a su hija un golpecito sobre
a cabeza .
142 -

Porque tenemos mas gente á quien amar.


En esa contestacion reconozco á Eva, dijo María ; esta niña tiene
siempre ocurrencias muy estrañas.
¿ Es esta, una ocurrencia estraña ? replicó Evangelina saltando al
mismo tiempo sobre las rodillas de su padre.
A los ojos del mundo sí, respondió Saint-Claire. ¿ Pero en dónde
estabas mientras comíamos ?
En el cuarto de Tom, oyéndolo cantar ; y la tia Dinah me ha dado
de comer .
¿ Has oido cantar á Tom ?
-Sí, señor; sabe muy hermosos himnos sobre la nueva Jerusalem , los
ángeles y la tierra de Canaan .
¿ A qué te gustan mas que una ópera ?
· Si, por cierto ; y me los va á enseñar. En cambio yo le leo la Bi
blia y él me esplica su sentido.
A fé mia, dijo María riéndose, esta es la mejor broma que en toda
la estacion he presenciado.
Apuesto , respondióle Saint- Claire, á que Tom no es un mal co
mentador de la Escritura. Sé que está dotado de las mas piadosas dis
posiciones ; hoy por la mañana temprano, necesité unos caballos,
entré disimuladamente en su dormitorio que se halla encima de la
caballeriza, y le oí celebrar un meeting. Su plegaria estaba llena de un
cion, y en ella me recomendaba Dios con un zelo verdaderamente apos
tólico.
Sin duda sabia que tú le escuchabas : la cosa no es nueva.
En tal caso no esun político muy sagaz, pues se espresaba sobre mí
con suma libertad. Decia que yo necesitaba corregirme, y rogaba ardien
temente por mi conversion .
Espero que pensarás en ello, dijo miss Ofelia..
Me parece que sobre este punto piensas tú como él, dijo Saint
Claire. Pues bien, ya veremos ; è no es cierto Eva ?

CAPÍTULO XVII .

LA DEFENSA DEL , HOMBRE LIBRE .

Volvamos ahora en casa de los quákeros. Por la tarde del dia en que
Jorge y Elisa se reunieron, Rachel Hallyday buscó en sus armarios lo
que podia ser útil á los fugitivos que debian partir aquella misma
noche. El dia espiraba ya. El círculo rojo del sol llegaba pausado á
los bordes del horizonte, y sus amarillos rayos brillaban tranquila
mente en el cuarto en que estaban sentados Jorge y su mujer. El
143
nulato estrechaba en la suya la bella mano de la cuarterona, y tenia un
no solre sus rodillas . El ademan de entrambos era grave y se veian
obre sus mejillas el zurco de las lágrimas.
Sí , Elisa, sé que cuanto dices es cierto. Eres mejor que yo y pro
suraró seguir la conducta que me trazas. Quiero que sea digna de un
nombre libre y cristiano. ¡ El Todo- poderoso sabe cuán buenas son mis
ntenciones !
Cuando lleguemos al Canadá, dijo Elisa, podré contribuir a los gas
tos de nuestra casa. Sé hacer vestidos, sé lavar, planchar, y espero que
encontrarémos modo de vivir.
- Sí, Elisa mia , miéntras no nos separen serémos felices. ¡ Ah , si
nuestros enemigos supieran la dicha que experimenta un hombre al de
cirse que su mujer y sus hijos le pertenecen! Me ha estrañado mil veces,
el ver gentes teniendo mujer é hijos en segura posesion de tan caros
objetos, atormentados por otras cosas. Me creo rico y fuerte, aunque tan
solo contamos con mis brazos. Nada mas pido al Señor. Hace mas de
Teinte уy cinco años que trabajo infatigablemente y no tengo ni dinero, ni
hogar, niun pedazo de tierra que mepertenezca ;pero si en adelante me
dejan la libertad , estaré contento con mi suerte. En cuanto a mi antiguo
amo, le he reembolsado con aumento lo que ha gastado en mi, y no creo
deberle nada .
.

Aunno estamos fuera de peligro, dijo Elisa el Canadá está léjos.


Es cierto, replicó Jorge, pero meparece que me fortalece ya ei aire
libre que rering
En aquel momento se oyeron voces en la cocina ; un minuto despues
llamaron ála puerta, que Élisa abrió temblando.
Simeon Halliday llegaba acompañado de un hermano cuáquero á quien
resentó diciendo que se llamata Eneas Flechter. Phineas era alto y del -
gado como una hoja de lata ; sus cabellos eran rojos; y su figura indicaba
un carácter astuto y perspicaz.
1 No tenia el aire pacífico, plácido y rústico de Simeon Halliday ; al
contrario parecia lleno de conlianza y de resolucion ; su mérito de que
tenia conciencia le enorgullecia ; disposiciones que estaban en evidente
contradiccion con las anchas alas de su sombrero y si especial fre
neologia .
Nuestro amigo Phinéas, dijo Simeon, ha descubierto una cosa que
te importa y que te conviene saber .
He aquí el hecho, dijo Phineas; él prueba que aun durmiendo
es preciso estar en acecho. Ayer por la noche me encontraba en una
aislada y pequeña taberna . La misma , Simeon , en la que vendi
mos manzanas, el año pasado, á una mujer gorda que llevaba .

aquellos pendientes tan grandes. El camino mo habia ostropeado : des


pues de cenar y mientras disponian mi cama , me tendi schre unos sacos
que estaban en un rincon , tomé una piel por cobertor y me dormi pro
fundamente .
Con un ojo nada mas, no es cierto ? dijo Simeon.
No, á fé na ; cerre perfectamente los dos y ronqué mas de
una hora, porque como he dicho estaba fatigadišimo. Cuando dis
perté ví que algunos hombres estaban sentados alrededor de una
mesa que habian puesto en medio del cuarto , hablaban • bebian
144

y los escuche disimuladamente , « se han refugiado en el astable


cimiento de los cuákeros, dijo uno de los convidados. No perma- |
necerán mucho allí, dijo otro . Volveremos á ver á nuestro jóven
en Kentucky , en casa de su amo, quien hará un egemplar con él.
Yo, dijo un tercero, me encargo de la mujer, la venderé en Nueva.
Orleans , en donde me darán por ella , sin duda alguna , de mil
seiscientos á mil ochocientos pesos fuertes. Por lo que hace al niño d
está vendido ya. Hablaron tambien del esclavo Jim , y de su ma
dre que debian conducir á Kentucky, y dijeron que iban á llegar dos «
comisionados para dirigir las operaciones. Uno de aquellos bribones, sér
enclenque, y con la voz melosa, debe reclamar a la mujer, ante el juez,
jurar que le pertenece, hacer que se la entreguen, y llevársela al Sud.
Estos individuos saben el camino que debemos tomar esta noche y
nos perseguirán en número de seis á ocho. ¿ Qué hemos de hacer en esta
situacion ?
El grupo á que nos referimos, y que presentaba diversas acti
tudes despues de esta comunicación , merecia haber sido roprodu
cido por el pincel de un buen artista. Rachel Halliday que acababa
de preparar una hornada de vizcochos levantaba al cielo sus manos llenas
de harina. Simeon habia caido en una profunda meditacion ; Elisa se
nechó al cuello de su marido; Jorge con los puños cerrados у los
ojos encendidos , en cólera, manifestaba una indignacion muy na
tural por parte de un hombre á quien amenazan de vender su mujer é
hijo, en pública subasta, y bajo la proteccion de las leyes de una nacion
cristiana .
¿ Qué haremos Jorge? dijo Elisa con voz desfallecida.
Yo se lo que he de hacer, respondió Jorge, y pasando al otro cuarto
volvió trayendo sus pistolas .
-
Simeon, ya ves lo que se prepara , dijo Phinéas.
Ya lo veo, contestó suspirando Simeon ; yo deseo que no se deje arras
trar á semejanteestremo.
- Yo no quiero comprometer a nadie, dijo Jorge ! si quieren Vds.
-

prestarme un carruaje é indicarmeel camino, iré solo hasta el parador


mas inmediato. Jim tiene la fuerza de un gigante y el valor de la deses
peracion, yyo soy como él.
- Muy bien , amigo mio, dijo Phinéas, por lo mismo sin embargo ne
cesitas un guia. Si quieres pelear, podrás hacerlo; pero tú ignoras ciertas
partes del camino y nosotros las conocemos.
Phineas es un hombre entendido, añadió Simeon ; harás bien, Jorge,
en atenerte á lo que diga. Sobre todo, cuida de no hacer uso de tus
armas inoportunamente.
A nadie atacaré, respondió Jorge. Solo pido á este país que me deje en
paz; en ese caso lo dejaré tranquilamente ; pero en ese mercado de Nue
va -Orleans en el cual yo sé para que venden á las mujeres, mi hermana
fué vendida, é y es posible que yo deje subastar á mi mujer teniendoun
par de pistolas para defenderla ? ¡ Ah ! Dios me libre de tal cobardía.
Combatiré hasta mi último suspiro antes que me arrebaten mi mujer y
mi hijo . ¿ Quién me acusará por esto ?
Ningun mortal te culpara, dijo Simeon , pues sigues los mas nobles
impulsos de la carne y de la sangre. Que la desgracia caigue so
145

å bre el mundo á causa de sus pecados ; pero cuida sobre todo , sobre
en los autores del mall
1. ¿ No obrarias tú como yo si te hallases en mi lugar?
3 - Deseo no verme en tal prueba , dijo Simeon; la carne es débil .
1 - Por lo que a mí hace creo que en semejante caso mi carne ten
i dria la fuerza necesaria dijo Phinéas, agitando sus musculosos brazos,
- como si hubieran sido alas de un molino de viento . Si tienes algunas
s cuentas que arreglar con alguien , Jorge amigo , yo te prestaré mi
e ayuda .
2, Se vé muy bien quo no has estado desde tu niñez en la sociedad
de los cuakeros, dijo Simeon sonriendose ; por intervalos te dejas
llevar por tu naturaleza.
ta Phinéas en efecto, habia vivido largo tiempo en los bosques, entre
gado a la caza temido de los animale: feroces ; pero habiéndose ca
- sado con una linda cuákera habíase alistado en la colonia de los
1 amigos. Habíase comportado en ella honrada y laboriosamente y no
10 habia dado lugar para que formularan contra él ninguna acusacion
23 formal; pero los amigos que habian llegado al mayor grado de ele
2 vacion espiritual le reprochaban el no estar a la altura deellos.
05 Es cierto que el amigo Phinéas, se sale á veces de la regla, pero
en suma , su corazon es bueno .
- Y bien , replicó Jorge , & no urge que apresuremos nuestra
50 huida ?
Me he levantado á las cuatro de la mañana , dijo Phinéas, y tengo
tres horas de delantera sobre nuestros perseguidores si es que rea
lizan sus planes. En todo caso, seria peligroso .partir antes del ano
checer; en las aldeas hay malas gentes que nos inquietarian tal vez y
retardarian nuestra marcha . Mas vale que esperemos aquí y nos em
barquemos dentro de dos horas. Voy a buscar á Miguel Crass ; le su
plicaré que nos siga en su yegua, que esté alerta y nos avise si vó
alguna partida que se dirige hácia nosotros, su yegua es escelente ,
capaz de adelantar á los demas caballos y nos alcanzará facilmente al
menor peligro. Probablemente llegaremos al primer parador antes
de ser atacados. ; Valor pues , amigo Jorgel ne es esta la primera
fuga que yo he favorecido .
Dicho esto Phinéas salió .
-

Phinéas es astuto , dijo Simeon ; déjate llevar por él , pues


hará en favor tuyo cuanto pueda.
Lo que me aflige, es el peligro á que ustedes se esponen.
Haz el favor de no hablarnos de esto , amigo Jorge. Nuestra con
ciencianos dicta nuestra conducta y no podríamos obrar de otro
modo. Vamos, vamos muger, apresura tus preparativos , no dejemos
ir á estos amigos en ayunas .
Mientras que Rachel y sus hijos cocian un pollo y un jamon y ha
cian tortillas de maiz, Jorge y su müger se retiraron á su cuarto y
mezclaron sus lágrimas pensando amargamente que tal vez se iban á
separar para siempre .
- Elisa, dijo el marido, los que tienen amigos, hogar, tierras y di
-

13
146
nero, no pueden querese como nosotros nos queremos & pues qué
nos quedà si el uno pierde al otro? Antes de conocerte , solo habia
amado á mi madre y á mi hermana. La mañana funesta en que un
vil mercader compró á Emilia , ésta se llegó al rincon en que yo dor .
mia y me dijo ; Jorge, vuestra única amiga se va ; é que será de tí
pobre niño ? Yo me levanté y salté llorando a su cuello ... Ella lloraba
iambien... Desde entonces, pasáronse diez años, sin que nuevas pa
labras de afecto penetrasen en mi corazon ; mi corazon se babia agos
tado, y se habia vuelto ceniza. Cuando teví, gracias a tu amor, resu
cité de entre los muertos . Y ahora Elisa mia , derramaré la última
gota de mi sangre , pero no te arracanrán de mis brazos ; para des-,
prenderte de ellos será preciso que huellen mi cadáver.
Que el Señor se apiade de nosotros ! dijo Elisa ; que nos
acuerde poder abandonar juntos este país ! esto es lo único que le
pedimos .
- ¡ Dios es partidario de los blancos ! dijo Jorge , mas bien que
para responder a Elisa , para desahogar sus amargos pensamientos.
Vé lo que hacen. ¿Porqué permite semejantes cosas ? Ellos sin duda
alguna tienen el poder ; ( pero el Evangelio establece lo que ellos
dicen? Son ricos y felices ; son miembros de una iglesia y esperan ir
al cielo , al mismo tiempo que viven dulcemente en este mundo ;
mientras que pobres y honrados cristianos , mientras que cristianos
tan buenos ó mejores que ellos yacen á sus piés arrojados en el pol
vo. Los compran y los venden; trafican con sus sangre, con su gemi
midos y sus lágrimas, y Dios lo consiente.....
- Amigo Jorge , grito Simeon desde el fondo de la cocina, escu
cha este salmo y aprovecha su doctrina.
Jorge y su muger se acercaron y Simeon leyó el salmo 72 :
« Pero en cuanto á mí , mis piés desfallecieron y por poco me caigo
al marchar .
Porque me he llenado de indignacion al ver la prosperidad de
los malvados.
« No participan ni á los trabajos , ni á las fatigas de los hombres у
no sufren los azotes á los cuales los demas hombres están espuestos.
« Y por esto el orgullo los liga , como si fuera una cadena, y la
violencia los cubre , como si fuera un vestido .
« La manteca hincha sus ojos. Tienen mucho mas de lo que pueder:
desear sus corazones .
« Están corrompidos y hablan como los malvados en favor de la
opresion. Su lenguage es altanero.
«Y por eso mi pueblo , mirándoles y viéndoles una copa llena de
abundancia
Suele decir : ¿ Cómo es posible que Dios sepa lo que aquí pasa ?
¿El Todo-poderoso conoce realmente todas las cosas?
Tal és tu lenguaje, amigo Jorge.
-

Estoy pronto en eſecto, á firmar esos renglones , respondió


Jorge .
K
- ¡ Pues bien ! oye lo que sigue, dijo Simeon ;
Este espectáculo me afligia, cuando reflexionable sobre él ; pero
147
entré en el santuario del Señor y allí comprendí el lin que les espe
raba .
« Es cierto ; Oh Dios mio ! que esta prosperidad en que los has
puesto se ha transformado para ellos en una trampa ; y tú los has
derrocado cuando ellos se elevaban .
¡ Oh! ¿porqué han caido en la últimadesolacion ? de repente les
faltó todo,y perecieron por sus iniquidades.
« oh ! Senor! tú reduces a la nada, en tu imperio, la vana imágen de
su dicha, como el sueño de los que se despiertan ...
« Sin embargo yo no me he alejado de tí.
« Tú me has tomado por la mano derecha, tus consejos me guia
rán y me admitirás despues en la gloria .
« Mi ventaja es, permanecer unido á mi Dios y cifrar mi esperanza
en apuel que es, el Señor mi Dios . »
Estas palabras de verdad, proferidas por el buen anciano con tono
solemne, produjeron en el espíritu perturbado de Jorge, el efecto de
una música sagrada . La dulzura y la humildad remplazaron la có
lera que animaba su semblante.
-Si no existiera otra vida , prosiguió Simeon , podrias decir con
razon : ¿En dónde está el Señor ? Pero á veces puebla su imperio
con los que mas sufren en esta tierra. Ten confianza en él ; sucédate
lo que te sucediere en este mundo , pues mas tarde te hará jus
ticia .
- Si estas palabras hubieran sido pronunciadas por un predicador
dotado de una elocuencia fácil, y acostumbrado á dirigir a los des
graciados , lugares comunes , frases huecas y sonoras , no hubiéran
commovido ; pero el orador esta vez, era un hombre que diaria é in
trépidamente se exponia á ser multado y encarcelado por la causa
de Dios y la del hombre, y por eso su lenguage pudo comunicar
nueva energía, á los desolados fugitivos.
Rachel tomó afectuosamente á Elisa por la mano y la condujo á la
mesa . Apenas comenzaron á cenar cuando Ruth entró.
-

Traigo unas medias para el niño ; tres pares son de lana y muy
calientes : hace tanto frio en el Canadá ! Le traigo tambien algunas
chucherías, pues como lo sabes los niños comen constantemente .
Al pronunciar estas palabras escurrió un pastelillo en la mano de
Enrique, y apretó cordialmente la de la madre.
¡Oh! milgracias, mil gracias, dijo Elisa.
Vamos Ruth , toma un bocado, dijo Rachel .
Absolutamente no puedo. He dejado en casa á Tom con el niño ,
y los bizcohos están en el horno ; si tardo un momento en entrar
los vizcochos se quemarán y Tom dará al niño todo el azucarero; así
lo hace siempre. Así pues, adios Elisa ! adios Jorge !, que el Señor
Os conceda un buen viage !
La pequeña cuákera se retiró . La cena se terminó y de allí á poco
una carrela entoldada se paró en la puerta . Phinéas salió precipita
damente para arreglar el interior de la carreta. Jorge le siguió dando
la mano á su hijo y á sumuger. Caminaba con paso firme; y su aire
era tranquilo y resuelto . Rachel y Simeon les seguian.
148
-Salid por un momento , dijo Phineas a los que se habian insta
lado ya en el carruge ; dejadme arreglar el fondo para la muger y
los niños .
-Toma estas dos pieles, dijo Rachel; cubre con ellas los bancos
con esmero pues serán fuertes los vaivenes de esta noche.
— Jim bajó del carro é hizo bajar con mucha precaucion á su an
ciana madre que miró con ojos despavoridos como si esperara ver á
cada instante á sus crueles perseguidores.
-¿Jim , preguntó Jorge , nuestras pistolas están en buen estado ?
>

-Sí por cierto.


-¿Y sabes el uso que de hacer de ellas , si nos sorpren
den ?
-Sin duda, replicó Jim irguiéndose, įcrees acaso que deja répren
der á mi madre ?
Durante este breve diálogo , Elisa se despidió de su buena amiga
Rachel , subió en seguida en el carro y se sentó , con Enrique, sobre
las pieles . Colocaron á la anciana á su lado ; Jim y Jorge tomaron
los asientos delanteros y Phineas se colocó en primera fila.
- Adios amigos mius, dijo Simeon.
- Dios, os guarde, contestaron todos los viageros.
El carro rodó sobre el helado camino, y el ruido de las ruedas im
pidió toda conversacion . Por uno y otro lado de la calzada veíanse
grandes bosques, llanuras estériles y valles ondulosos. El peque
ñuelo Enrique no tardó en adormecerse y cayó sobre el seno de su
madre. La pobre anciana olvidó su espanto y hasta Elisa cerró sus
ojos. Phineas parecia el mas alerta de la compañia y distraia sus pe
nas tarareando algunos aires algo profanos para un cuákero
A eso de las tres, Jorge oyó muy distintamente el paso de un ca
ballo que llegaba por detrás del carro: hizo entonces una seña con
el codo á Phinéas, el cual paró sus caballos y escuchó .
Debe ser Miguel, dijo, Phineas; creo reconocer el paso de su
yegua . Levantóse y miró bácia donde venia el ruido . Apercibió en
la cima de una colina lejana un hombre que á galope tendido se di
rigiaá ellos .
-Creo que es él , dijo Phineas.
-Jorge y Jim antes de reflexionar en lo que habian de hacer, so
apearon . Todos los viageros, profundamente silenciosos volvieron los
ojos hacia el mensagero que esperaban. Acercábase ya cuando desa
pareció en una profundidad del camino, pero oíanse cada vez mas
distintamente, los pasos precipitados de su caballo . En fin , se le vió
aparecer
VOZ .
en la cima de una altura , que estaba ya al alcance de la
-Sí , es Miguel, dijo Phinéas. ¡ Ola Miguel ! Por aquí , por aquí .
Phineas , eres tú ?
-Sí, ¿Que noticias nos traes ? ¿ llegan acaso ? -
-Quedan detrás de nosotros en número de ocho o diez ; exaltados
por el agardiente, jurando y hechando espuma por la boca como si
fucran lobos .
149
En aquel mismo instante la brisa les trajo el ruido lejano del ga
lope de varios caballos .
i - Volved á subir, dijo Phineas , subid amigos mios , si quereis
combatir, vamos un poco mas lejos .
Jorge y Jim subieron en efecto al carruage, Phinéas alentó a los ca
ballos ; y el carro rodó rápidamente sobre el helado camino , pero el
ruido de los que se acercaban oíase cada vez mas distintamente . Las
mugeres lo oyeron , asomaron la cabeza y vieron bajar por una cuesta
á muchos' individuos cuyo obscuro perfil se dibujaba en la rojiza luz
del ocaso. Los perseguidores no tardaron en apercibir el carro , y
prorrumpieron en gritos feroces de victoria. Elisa se sintió desfallecer
y estrechó a su hijo contra su seno . La anciana se puso á orar y á
florar. Jorge y Jim asieron con mano convulsiva la culata de sus pis
tolas .
La cuadrilla enemiga se acercaba entre tanto rápidamente. El carro
dió vuelta al camino y se detuvo a las faldas de una elevada roca ,
que se levantaba solitaria en medio de la llanura. Phineas conociá
perfectamente aquella especie de fortaleza natural , que muchas veces
en sus cazerías ſe habia servido de refugio , y poreso se afanó por
alcanzarla desde que se vió perseguido .
Bajad seguidme y trepemos por esas rocas , dijo Pbinéas : Mi
guel amarra tu yegua al carro , y vé á decir á Amariah que venga
con sus hijos, y diga cuatro palabras á esos bribones.
En un cerrar y abrir de ojos todos se pusieron en camino .
Yo me encargo del niño, continuó Phinéas tomándolo en sus
brazos ; cuidad vosotros de las mugeres, y á correr cuanto podamos !
Los desgraciados no tenian necesidad de estimularse . Saltaron un
vallado, dirigiéronse apresuradamente hacia la roca , y la luz de la au
rora les dejó ver una senda que conducia á su cima.
1
- Avancemos ! dijo Phineas y empezó á trepar por la roca llevando
el niño en sus brazos con la agilidad de una cabra . Jim subió des
pues llevando á cuestas á su anciana madre. Jorge y Elisa formaban
la retaguardia .
Los perseguidores se pararon al pie del vallado y se apearon,
Los fugitivos habian llegado ya á la cima del terraplen y camina
ban uno á uno por un estrecho desfiladero , cuando encontraron la
senda interrumpida por una profunda grieta que tenia cuatro piés de
ancho . Phinéas la saltó sin dificultad. Habia de la otra parte una
masa peñascosa cuyos flancos, derechos y perpendiculares, como los
de un castillo , estában separados del cuerpo de la montaña. Esta
masa se terminaba por una plataforma en la cual crecia con abundan
cia el blanquecino musgo y el rizado liquen.
Saltad con cuidado, gritó Phinéas, pues va en ello la vida,
La grieta peligrosa fue atravesada con éxito y los ſugitivos cons
truyeron un parapeto de piedra , que les ocultaba á las miradas de
los sitiadores.
· Ya estamos todos juntos, dijó Phineas ; ahora , que nos ataquen
si pueden ! Para ello han de pasar uno á uno por entre esas
13*
dos ro
cas bajo el fuego de nuestras pistolas,
150 -

Ya lo veo, contestó Jorge, pero como este negocio nos interesa


exclusivamente, queremos tambien correr solos sus peligros.
Combate libremente Jorge , dijo Phinéas , almismo tiempo que
mascaba unas hojas de moral silvestre, pero permíteme que vigile al
menos, las operaciones. Nuestros enemigos deliberan y alzan al cielo
la cabeza, como si fueran gallinas que van a volar hacia el gallinero.
No harias mal en arengarles antes que suban, para advertirles que
van á ser cazados como patos y á boca de jarro si lo intentan .
La partida sitiadora se componia de nuestros antiguos conocidos
Tom Locker y Marks , de dos comisionados, y de algunos ganapanes
reclutados en las tabernas , y que seducidos con la esperanza de un
poco de aguardiente, habian consentido en perseguir á los negros.
- Y bien ! Tom , dijo uno de los satélites, creo que vuestros cone
jos caerán en su misma guarida.
- Sí ; los he visto subir a esta roca, y he aquí el sendero ; no se
me escaparán, no tardaremos en descubrirlos.
Pero, dijo Marks, seria desagrable que tirasen sobre nosotros
desde su fortaleza.
La observacion es digna de tí ! dijo Tom con tono burlesco ;
siempre estais dispuesto a salvar la piel; pero no tomais , pues los
que buscamos, están ya muertos de miedo .
- No sé porque no he de pensar en salvar mi pellejo ; no tengo
mas que este y los negros se baten como demonios algunas veces.
Enaquel momento, se vió á Jorge aparecer sobre el terraplen.
Señores equiénes sois y qué buscais ?
Buscamos á una banda de negros cimarrones, contestó John Lo
ker; á Jorge Harris, su muger y su hijo ; á Jim Selden yá una vieja.
Tenemos órden de prenderlos y dos comisionados nos acompañan.
¿ Eres tú Jorge Harris, que perteneces al señor Harris , del condado
de Shelby, en el estadode Kentucky ?
Sí, yo soy Jorge Harris . Un tal Harris de Kentucky, me recla
maba como su propiedad, pero ahora soy hombre libre , pues piso
suelo libre ; mi muger y mi hijo, mi amigo Jim y su madre están
aquí tambien ; éstamos armados y con la intencion de defendernos.
Subid si lo quereis, pero el primero que se ponga al alcance de nues
tras balas es hombre muerto y sus compañeros todos tendrán suce
sivamente la misma suerte .
Vaya , vaya, muchacho , dijo avanzándose un personage gordo y
asmático; hablas sin consideracion ni respeto. Somos oficiales de
justicia , y por nosotros está la fuerza y la ley ; harias mucho mejor
en entregarte tranquilamente, sin esperar que te fuerzen á ello.
· Sé muy bien que teneis de vuestro lado la ley y la fuerza, re
plicó Jorge con amargura. Quereis llevar á mi muger á Nueva-Or
leans para venderla , presentar mi hijo en el mercado, como si fuera
un ternero, enviar a la madre de Jim al bárbaro que tanto la maltra
taba, porque no podia maltratar a su hijo. Quereis volvernos á poner,
á Jini y á mí, á los pies de los que se llamaban nuestros amos y que
nos están preparando ya el látigo y los tormentos. Si vuestras leyes
sostienen vuestros proyectos ! vergiienza sobre ellas y sobre vosotros;
151
pero aun no somos vuestra presa . Nosotros no reconocemos vuestras
nuestro Criador, combatiremos por nuestra libertad hasta morir.
Hecha esta declaracion de independencia , Jorge estaba en pié so
bre la cima de la roca . Los dulces rayos de la aurora coloreaban sus
pálidas mejillas, la indignacion, la cólera y la desesperacion brillaban
en sus ojos; como si llamase en su socorro la cólera divina alzó las
manos al cielo ; su atrevimiento, su mirada , su voz, su aptitud impre
sionaron a los agresores, con escepcion de Marks. Este amartillando
las pistolas, tiró sobre Jorge, en tanto que sus compañeros permane
cian llenos de silencio y de estupor .
- Poco importa que se le lleve muerto ó vivo á Kentucky, dijo
friamente , limpiando su pistola con la manga del frac.
Elisa dió un grito . Jorge hizo un movimienlo involuntario porque
la bala le habia rozado los cabellos y pasó á poca distancia de las
mejillas de Elisa para irse á introducir en el tronco de un árbol .
No ha sido nada, dijo Jorge con calma.
En lugar de discutir, tú deberias mejor ocultarte ,dijo Phineas,
esos son unos bandoleros.
-
Vamos Jim , añadió Jorge , custodia conmigo este paso : yo me
encargo del primero que se presente ; tu tirarás sobre el segundo y
así sucesivamente. Es necesario aprovechar bala á bala en cada uno
de esos miserables.
¿ Y si no los hieres ?
Les heriré , replicó Jorge con firmeza.
Buen pájaro es ese muchacho, murmuró Phinéas .
Entre tanto los sitiadores manifestaron indecision ,
- Preciso es que Vd . haya herido á alguno, dijo uno de los comi
sionados; yo he oido un grito .
- Voy á asegurarme del hecho, dijo Tom Locker ; nunca he temido
á los negros y no ha de comenzar hoy mi temor. ¡Al asalto ! ¿ Quién
quiere seguirme ?
Jorge oyó estas palabras y apuntó por la boca del desfiladero.
Uno de los mas valientes que acompañaban á Tom Loker le siguió;
y tomando éste la delantera, emprendió la ascencion.En el momento
en que se presentó la figura corpulenta de Tom Loker, Jorge hizo fuego
sobre él ; herido en un costado Tom no cedió por esto. Lanzó un mu
gido que parecia un toro furioso y saltó sinvacilar un instante en
medio de los sitiados; pero Phineas, se habia adelantado y repelién
dole con sus largos brazos :
- Amigo, le dijo, no tenemos aquí necesidad de tí.
Tom cayó en el gran foso desde una altura de treinta piés, rodan
do contra las piedras y los arbustos. Hubiera muerto en el acto, si
por un accidente los vestidos no se le hubiesen enganchado contra un
árbol que lo contuvo en la caida .
Estos negros son unos verdaderos demonios ! esclamó Marks
dirigiendo la retirada con mas actividad que la que habia desplegado
para subir. Todos los perseguidores volvieron atrás y un grueso ofi
152
cial de justicia se distinguió especialmente en la precipitacion con
que retrocedió .
Camaradas, dijo Marks , recojan ustedes á Tom Loker mientras
que voy a buscar refuerzo.
Y sin hacer caso de las burlas de sus cómplices, montó á caballo y
se alejó.
Vaya una ocurrencia , dijo uno de los auxiliares reclutados en
la taberna : nos trae para que le ayudenios en su negocio y nos aban
dona cobardemente.
· En todo caso , replicó otro, es necesario socorrer á su amigo ,
pero el diablo me lleve si me importa un ardite que esté vivo ó
muerto .
Guiados por los gemidos de Tom Loker, los auxiliares franquearon
un pasage à través de los árboles encorvados hasta el sitio en que el
héroe, unas veces prorrumpia en quejas y otras en juramentos.
-
Mucho grita Vd . , dijo uno de los que se acercaron á Tom Loker,
¿ Está Vd . herido gravemente ?
¿ Puedo saberlo acaso ? Cárgueme Vd ... ¡Mala bala pase á ese
infernal cuákero ! Si no es por él , alguno me hubiera traido con
migo.
Ayudaron á levantar al herido , y con las mayores precauciones
le condujeron cerca de los caballos.
.

No quisiera otra cosa sino poder volver a la taberna. Denme un


pañuelo ó un pedazo de trapo con que poderme restañar la sangre....
Jorge estaba en acecho ; vió a los que asistian alherido como pre
tendian colocarlo en la silla dei caballo , y que despues de inútiles
tentativas para sostenerse , vaciló y cayó á lo largo sobre tierra.
Me alegraria que no haya niuerto , dijo Elisa.
>

¿Por qué ? replicó Phineas ; bien merecido lo tiene.


Despues de la muerte tiene que ser juzgado , replicó Elisa.
En efecto, dijo la negra anciana , que durante el encuentro no
habia cesado de rogar, siguiendo los ritos metodistas.
Paréceme que lo abandonan , añadió Phinéas.
Y así era en efecto : despues de haberse concertado en el plan que
debian seguir los perseguidores, volvieron la grupa y echaron al ga
lope. Así que los sitiados les perdieron de vista , Phineas propuso
continuar el camino.
Vámonos , dijo , tenemos que hacer un trecho regular á pié pa
ra encontrarnos con Miguel que nos espera con la carreta. Nos in
corporaremos en seguida ; y pues que no estamos sino á dosmillas
del punto á que nos dirigimos , en breve estaremos en salvo.
Despues de haber andado algunos pasos los fugitivos apercibieron
la carreta escoltada por algunos de sus compañeros.
¡ Bien , bravo , 'esclamó Phineas lleno de alegría , ahí están Mi -
guel Kephen y Amariah ‫و‬, :; de buena hemos escapado !
Pues que estamos en salvo , dijo Elisa, hagamos alto y socor
ramos al pobre herido, que sin duda debe de sufrir mucho.
Nuestro deber es socorrerle. Traigámosle, dijo Jorge.
153
- ; Para curarle como si fuera un cuákero ! dijo Phineas ; corriente
yo no me opongo. Veamos como se halla .
En la época en que el cuákero habia llevado la vida de cazador ,
habia adquirido algunas nociones de cirugía ; él se arrodilló cerca
del herido, y se puso a examinarlo .
¿ Mark ', eres tú ? preguntó Tom Loker con voz desfallecida.
- En vano le llamas amigo. Mark hace tiempo que te ha aban
donado .
‫ ن ۔‬Dónde estoy ? ¿ será posible , dijo Tom Loker, que ese vil ca
nalla me haya abandonado tan infamemente ? : Oh ! bien me lo habia
pronosticado mi madre que serian capaces de dejarme morir solo !...
Oyes á ese pobre hombre ? dijo la negra anciana : nombra á su
madre.
Poco a poco , dijo Phineas al herido , que se revolvia lleno de
cólera ; no hay que incomodarse. Eres perdido si no logro contenerte
la sangre .
-¿Son Vds. los que me han arrojado de lo alto de la roca ?
No te hubiéranios arrojado si no hubieras estado ya advertido.
Nada de recriminaciones por ahora : déjame aplicarte un vendaje ;
nosotros no guardamos rencor á nadie ; queremos llevarte en casa de
una personadonde te cuidarán como á un hijo.
Tom exhaló un suspiro y cerró los ojos ; el vigor y la resolucion
de los hombres de su especie, como cualidades que van en armonía
con las fuerzas físicas , fueron desapareciendo a medida que se de
sangraba . El abatimiento de este coloso merecia compasion.
Los otros cuákeros se aproximaron al herido. Arreglaron los ban
cos de la carreta , los cubrieron con algunas pieles , y entre cuatro
colocaron á Loker en la camilla provisional. Mientras que le traspor
taban perdió completamente el conocimiento. La negra anciana, en
el calor de su compasion le apoyó la cabeza contra su seno. Elisa ,
Jorge y Jim se arreglaron como pudieron, y todos se pusieron en
camino .
-¿Qué piensas tú de él ? preguntó Jorge , que estaba sentado
cerca de Phinéas, quien hacia el servicio de médico.
Grandes arañazos ; las 'contusiones no son muy graves. Está
debilitado por la sangre que ha perdido, pero volverá en sí y la lec
cion le ha de ser muy saludable.
Me alegro de lo que me dices , contestó Jorge , hubiera sentido
mucho haberle muerto, aunque tenia razon para ello.
En efecto, añadió Phinéas, matar a un hombre ó á un animal
siempre es una mala accion. Yo he sido gran cazador en mis tiempos
y te aseguro que mas de una vez he visto á los ciervos que han cai
do bajo el poder de mis balas, mirarme moribundos de tal manera
que me he arrepentido de haberles muerto . Tratándose de un hom
bre, el negocio es mas grave todavia; porque como dice muy bien
tu muger, despues de muerto ha de ser juzgado.
-¿Y qué hemos de hacer de este pobre diablo ? preguntó Jorge ?
Le llevaremos en casa de Amariah . La abuela que se llama Por
cas tiene una gran práctica en asistir enfermos. Merced á esa buena
154
vieja, estoy seguro que dentro de quince dias el herido estará tan
bueno y sano como nosotros .
Al cabo de una hora nuestros fatigados viajeros hicieron alto en
una estancia donde les sirvieron un abundante almuerzo . Tom Loker
continuó acostado en la camilla de pieles . Se le puso otro vendaje
sobre la herida, y permaneció como un niño rendido á merced de sus .
conductores. Despues le bajaron con mucho cuidado á otra cama mas
cómoda aun , donde abria y cerraba lánguidamente los ojos, paseando
las miradas sobre las cortinas blancas o las figuras que sin hacer el
menor ruido se paseaban por el cuarto.
Dejémosle momentáneamente en esta situacion para volver á ocu
parnos del tio Tom .

. CAPITULO XVIII.

TRIBULACION DE MISS OFELIA.

En sus alegres ensueños , Tom comparaba su destino al de José en


Egipto. En efecto, mejorando cada dia su posicion , la analogía con
el bíblico personaje era mas natural y sensible.
Saint-Clare, indolente y pródigo habia encomendado la compra de
las provisiones á su criado Adolfo, persona ignorantísima y tan neg
ligente como su mismo amo. Acostumbrado nuestro amigo Tom á
la discreta direccion de la casa de Mr. Shelby, notó , no sin profundo
dolor, que tantos y tan supérfluos gastos habian de conducir á una
próximā ruina á su querido bienhechor; afligiase su grato corazon
sin atreverse aun á poner remedio , hasta que cierto dia, deponiendo
todo temor , elevó á Saint- Clare indirectas y tímidas observaciones,
que acogió éste con suma benevolencia. Empleólo provisionalmente,
así para esperimentarlo , como para no afligir demasiado la suscepti
bilidad de su criado Adolfo . No tardó Tom en dejar ver su capacidad
y la solidez de su entendimiento, y . convencido su amo de tan bri
llantes cualidades, le confió en fin, a los pocos dias, la direccion de
la compra de cuanto en su casa se necesitaba. Quejóse Adolfo , pero
fué en vano .
Deja obrar libremente á Tom , le respondia Saint-Clare . Tú com
pras á derecha y á izquierda sin reflexionar si son cosas necesarias.
Por el contrario, Tom calcula con precision el gasto antes de hacer
lo , evitando así mi ruina .
Investido de la ilimitada confianza de su año quien le entregaba
los billetes de banco sin mirarlos, y embolsaba el dinero sin contarlo,
Tom tenia el campo libre para abusar de la buena fe, ó de la incuria
155
de Saint-Clare : pero su franqueza, su hombría de bien , y su reli.
giosa integridad le preservaron de tan ignoble tentacion . Creiase obli.
gado por lo mismo a guardar una fidelidad tanto mas escrupulosa ,
cuanto era mayor la fundada confianza que en él se habia depositado?
Tenia Adolfo un carácter diametralmente opuesto. Ireflexivo, de
un desmesurado amor propio y consentido por un hombre que ha
Haba mas fácil y cómodo tolerarlo, que dirigirlo , establecia entre
lo mio y lo suyo una confusion de que Saint-Clare se alarmaba al
guna vez. Decíale, empero, el buen sentido que era enteramente pe
ligrosa ia estremada indulgencia con que trataba á su criados, y
aunque su conciencia le gritaba constantemente el imperioso deber
de poner coto á los despilfarros domésticos, el nimio temor de ofen
derlos, le retenia siempre, prefiriendo el escusar las faltas, por gra
¿Por
ves que fuesen , al verse en la triste necesidad de castigarlas.origen
qué he de reprender, se decia, defectos , que han tenido su
en mi incuria y abandono ? Es seguro que si yo cumpliera estricta
mente con mi obligacion, esos desgraciados no hubieran caido en
tan desagradables deslices.
Esperimentaba Tom hácia su jóven amo una estraña mezcla de
amor, de respeto y paternal solicitud. Saint-Clare no leia jamás la
Biblia , no iba nunca á la Iglesia, y se reia con sobrada ligereza de
los objetos mas respetables y sagrados. Paşaba todos los dias de
fiesta en la Opera , en los clubs , y en los banquetes en donde bebia '
con esceso . Esta conducta convenció á Tom de la irreligiosidad de
su amo, y se impuso el deber de elevar á Dios sus oraciones cuoti
dianas para obtener la conversion de su amado bienhechor. Tom to
má base con frecuencia ciertaslibertades que enardecian , si se quiere,
las bondades y consideracion de Saint Clare . Y llegó á tal estremo
su atrevimiento, ó mas bien dicho, su acendrado amor hacia su pro
tector, que se permitia, declararle todo su pensamiento, y aun ha
cerle con aquel lacto que caracteriza á su raza, las advertencias y
amonestaciones que le recordaban su deber y sus estravíos .
El domingo siguiente, olvidó Saint-Clare las reglas de la sobriedad ,
de tal manera, que hallándose completamente ébrio á la salida de
un festin, fué hallado tendido en medio de la calle por dos carita
tivas personas. Viendo éstas que apesar de sus prolongados esfuerzos
no lograban volverlo en sí, se decidieron á arrastrarlo comomejor
pudieron a su casa . En efecto, á eso de las dos de la mañana llaman
à la puerta , y sobresaltados acuden a abrir Tom y Adolfo . Pintar
la sorpresa del primero al contemplar el estado en que se hallaba
su amo, rayara en lo imposible. No así el segundo quien conside
rando el caso como una chistosa aventura, se reia á carcajada abierta
del profundo horror que habia escitado en el sencillo y recto compa
nero .

Aunque abatido por la tormenta de la vispera, levantose Saint


Clare a cosa de las diez deldia siguiente, y llamó enseguida á Tom .
Acudió al punto éste y hallólo con bata y pantuflas , sentado en su
gabinele, como un hombre que estaba avergonzado de sí mismo.
156
Mandole evacuar ciertos encargos; mas viendo que Tom permanecia ,
inmóvil como una estátua, le dijo :
- Vamos Tom, &qué esperas todavía ? ¿ No está arreglado todo ?
Temo mucho que nó, señor .
Dejó Saint-Clare su taza de café sobre la mesa, y se puso á mirar
fjamente al esclavo.
-
¿ Qué sucede, amigo Tom ? i Estás grave y silencioso como
una tumba !
- Tengo , señor, un gran pesar. Estaba persuadido que Vd . era
generalmente bueno para con todos.
- ¿ Acaso tienes alguna queja contra mí ? Vamos, esplícate ¿ Qué
quieres ? Tienes, así lo creo, alguna cosa que decirme y ese es el
prefácio. ‫ ¿܀‬No es verdad , Tom ?
- No tengo que quejarme de Vd. sobre este particular; pues jamás,
por mas años que viviera, pudiera corresponder suficientemente á
las continuas bondades que Vd . despliega en mi favor y en el de todos
los que le rodean ; pero hay aun una persona mas atendible todavía
que todos nosotros juntos para quien se no Vd . nada bueno .
-¿Qué quieres decir con eso ? ¿ Qué antojo te ha dado ? Vamos ,
esplícate sin rodeos .
He visto y contemplado esta noche á las dos de la mañana, he
hecho mis observaciones, y he reflexionado al fin. Mi amo es esce
sivamente bueno para con todos ,menos consigo mismo.
Diciendo estas palabra , volvió Tom la espalda, empuñó la mane
cilla de la puerta para abrirla, y marcharse á cumplir las órdenes
que Saint-Clare le habia dado . Un vivo encarnado enrojeció hasta
las orejas de éste ; mas queriendo disimular su despecho se echó á
reir .
¿ Era eso únicamente lo que tenias que decirme ? le preguntó
con alegre y risueño tono.
Nada mas, señor, respondió Tom , y poniéndose de rodillas á
los piés de su protector, añadió : ; Oh, mimuy querido amo, tengo
el corazon despedazado, y temo corra Vd. á la pérdida de su alma y
cuerpo . El Libro Santo lo ha dicho : « El pecado muerde como la
serpiente y ofende como la vívora . »
Ahogaron los sollozos la voz de Tom .
¡ Infeliz insensato ! respondió Saint-Clare cayéndole una lágrima
que abrasó la cabeza del esclavo . ¡ Levántate, Tom ! no merezco que
nadie se allija por mí .
Mas Tom , permaneciendo en su humilde postura , tomó un tono
y manera suplicantes .
Renuncio desde hoy las.locuras de mis amigos, continuó Saint
Clare . Siempre he mirado con horror esas detestables orgías, y aun
que me he entregado con frecuencia al degradante desórden, cuyas
repugnantes consecuencias notastes ayer, te aseguro, sin embargo,
que jamás he podido, ni perdonarme mi inescusable abandono, ni sa
ber porque, apesar del profundo desprecio que ellas me inspiran, sigo
todavía , dando el funesto ejemplo que ha escandalizado tu honradez
y alarmado lu cariño . Pero consuělate , Tom , y véte a hacer lo que
157

acabo de decirte. Entre tanto te prometo de la manera mas solemne


que no volverás á verme en el estúpido estado en que me recibistes
anoche .
Limpióse Tom las lágrimas que aun corrian por sus megillas y se
marchó consolado .
Te cumpliré la palabra , le dijo Saint -Clare al quedarse solo.
En efecto jamás faltó a su promesa ; no era el grosero y abyecto
sensualismo el defecto predominante de su exisiencia.
Ocupémonos ahora de las numerosas tribulaciones de miss Ofelia,
que habia entrado ya en el ejercicio lleno de sus funciones .
Nótase una sensible diferencia entre los esclavos de los estableci
mientos del Sud, que se forman generalmente segun el carácter y ca
pacidad de las señoras de la casa á que pertenecen . Así en los Esta
dos del medio dia , como en los del Norte, ciertas mujeres, dotadas
de estraordinaria aptitud , someten á su voluntad , sin rigor y con
aparente facilidad, los diversos miembros que componen el servicio
doméstico de sus dominios y propiedades . Saben establecer entre los
mismos el órden y la arnionía ; utilizar sus conocimientos en propor
cion de las facultades físicas y morales que cada uno de por si
reuna , y compensar la pereza, y la inexactitud de unos , por
la energía y el celo de los otros. Si estas mugeres no son co
munes en los Estados del Sud , es por la sencilla razon que son
raras en el mundo entero ; pero se las reconoce facilmente en donde
quiera que se hallen , y la organizacion social particular á dichos Es
lados las ofrece una brillante ocasion de desarrollar sus talentos do.
mésticos .
Tal era la señora Shelby ;mas no la semejaba en nada María de
Saint-Clare. Pueril é indolente, sin órden ni prevision , no podia te
ner ésta sino criados de su mismo talante . El cuadro que habia he
cho de la anarquía que reinaba en su casa, era completamente
exacto ; y sin embargo María tuvo buen cuidado de omitir que solo
iclla era la única y principal causa de semejante confusion.
Levantóse el primer dia mis Ofelia á las cuatro de la mañana, hizo
ella misma su cama, causando así la admiracion de su doncella , é
inspeccionó en seguida los armarios, los gabinetes, las despensas, la
cocina, la bodega, en fin todos los rincones y almacenes de cuyas
laves guardaba. La posibilidad de los descubrimientos ocultos en
las tinieblas alarmó al poder doméstico, y escitó diversas murmura
ciones contra las señoras del Norte. La anciana Dinah , cocinera prin
cipal se exasperó agriamente, por el menoscabo que padecian sus
privilegios. Entró en un furor tal, como el que, en tiempo de la pri
mera constitucion real, exitó en los barones feudales la usurpacion
de la corona.
Tenia Dinah un carácter sumamente original, y seria faltar al res
peto debido a su memoria , si la describiéramos a nuestros lectores.
llabia nacido cocinera como la tia Chloé, como el mayor número de
las mugeres de raza africana ; pero Chloé era metódica , en todas sus
acciones y llenaba su deber con invariable regularidad ; Dinah , por
14
158
el contrario era unamugerde inspiracion, sujeta áerror,y firmeet je i
sus opiniones . Tenia, como ciertos filósofos modernos un soberano
desprecio por la razón y la lógica ; no escuchaba sino su propia in
tuicion, de modo que no habia talento, ni autoridad ni esplicaciones
bastante fuertes, para poder persuadirla que existia otro sistema
preferible al suyo o que al menos mereciera este reformarse. Su an
ciana ama , la madre de María se habia inclinado, en su tiempo , ante
tan indestructible conviccion , y miss María, considerando que Dinah
la conservaba todavía , aun despues de celebrado su casamiento, habia
creido conveniente á su tranquilidad el ceder, mas bien que el com
batirla.
Poseia á fondo Dinah ese arte diplomático, que consiste en con
ciliar una completa pero aparente sumision á la mayor inflexibilidad.
Nunca la faltaban escusas, y establecia como axioma que la coci
nera principal jamás podia equivocarse, y como tenia á su servicio
mas de cincuenta marmitones a quienes hacia responsables de sus
estravíos, quedaba siempre inmaculada á exenta de todo cargo . Si
alguna parte de la comida no estaba á punto, ni preparada a la hora
señalada, atribuia la falta a los infelices ayudantes de cocina, cuyo
celo pretendia en vano estimular. En efecto eran tales sus ardides
que dificilmente podrian quejarse de los resultados definitivos del
trabajo de nuestra cocinera. Seguia por costumbre caminos tor
tuosos y estraviados; desdeñaba las unidades de lugar y tiempo:
tenia para cada ustensilio tantos sitios comodiascuenta el año ; hu
biérase dicho, en fin , que una sombra invisible dirigia su cocina, y
sin embargo por poca paciencia que se prestara aguardando, halla
base la comida servida con perſecto órden y todos los platos sazona
dos con tal arte que entusiasmara hasta al mas severo epicuro.
No habia dia que al principiar los preparativos de la comida, no
sintiese Dinah necesidad de reposo y reflexion. Así sentábase sobre
un banco de la cocina, cargaba su ennegrecida pipa, y encendiala,
como una especie de incensario cada vez que necesitaba inspirarse.
Tal era, pues, como Dinah invocaba las musas domésticas.
Sentados estaban a su alrededor diversos individuos de aquella
floreciente joventud que abunda en las habitaciones de la América
del Sud, mondando, patatas, desplumando, perdices pollos y pavos.
Tratábalos Dinah con salvajedureza, así porque creia que no habian na
cido sino para servirla y evitarle las penas é incomodidades de su
vida, como porque era la base del régimen cuya aplicacion habia
visto desde su niñez, y cuyo desarrollo seguia con tenaz perse
verancia.
llabiendo miss Ofelia terminado la inspeccion de las demas depen
dencias del establecimiento, bajó á examinar la cocina. Habia sä
bido ya Dinah lo municiosa que era la nueva directora, y así formú
la resolucion de mantenerse en la defensiva poniéndose á la cabeza
del partido conservador y resistir con fuerza de inércia las refor
mas que se propusiesen .
Era la cocina una vasta pieza enladrillada cuya antigua chimenea
ocupaba todo el frente. Apegada á sus antiguas costumbres, por ma
159

que fuesen sumamente incómodas, Dinah se habia negado obstinada -


mente á cambiar por unas hornillas de hierro colado, el hogar cons
truido, segun uso. Cuando volvió Saint-Clare de los Estados del
Norte , inspirado por la favorable impresion del admirable órden que
reinaba en la casa de su tio, proveyó abundantemente la cocina de
diversos armarios y bufetes, figurándose que su cocinera principal
sacaria un inmenso partido de ellos : pero hubiera perdido mucho
ménos si hubiera traido de su viaje una urraca ó una ardilla, pues
sucedia que cuanto mas aumentaba el número de armarios y ca
jones tantos mas escondrijos tenia Dinah para ocultar las pacillas,
zapatos viejos, peines, cintas, flores contrahechas, y multitud de
diversos objetos de la fantasía de una inculta y desaliñada negra .
No se dignó nuestra cocinera levantarse de su asiento a la apari
cion de miss Ofelia ; continuó fumando su pipa con sublime calma
y como si vigilara los preparativos culinarios, observaba disimulada
mente todoslos gestos y acciones de la recien llegada.
Dió, mis Ofelia, principio á sus investigaciones.
¿ Qué es lo que se guarda en este armario ? preguntó ense
guida .
Todo género y especie de objetos.
A juzgar por lo que encerraba aquel mueble, tal asercion era de
todo punto exacta. Sacó mis Ofelia un mantel adamascado manchado
de sangre que sin duda alguna habia servido para envolver carne
cruda.
¿Qué significa esto , Dinah ? ‫ ܘ¿ܐ‬Tienes por ventura la costumbre
de envolver las carnes en los mejores lienzos de casa ?
¡ Oh, no señora, pero no hallando servilleta, eché mano de ese
mantel que he puesto ahí para darlo á la labandera .
-
i Despilfarradora ! dijo en voz baja mis3 Ofelia , y continuando
el analisis, halló varias nueces moscadas, un compendio de los me
todistas, varios pedazos de lienzo, un paquete de tabaco, una inmunda
pipa, hilo, un dedal para coser, unas cuantos cohetes, dos salseras de
porcelana dorada, llenas de pomada , un par de escarpines, cebollitas
blancas ciudadosamente envueltas en un pezado de bayeta, varios
trapos de cocina sumamente sucios y tiznados, muchas servilletas de
damasco, agujas de hacer medias, y sobres de cartas atestados de
yerbas aromáticas.
Cuál es el sitio en dónde guardas las nueces moscadas, Dinah ?
volvið á preguntarla con lingida calma .
No tienen lugar fijo, unas veces las pongo en un lado y otras
á donde primero se me antoja; hay en ese puchero roto , en ese ar
mario , en ¿ Que haces aquí Santiago ? vete á tu trabajo .
....

Diciendo estas palabras aplicóle Dinah un solemne palo con la


espumadera de hierro que tenia en la mano.
¿ Qué es eso ? interrogó miss Ofelia mostrándola una salsera,
llena de pomada .
Es la manteca de que me sirvo para alisarme el pelo. La he
puesto en ese armario con el fin de tenerla a la mano, siempre que
necesite de ella .
160

¡ Y para eso empleas las salseras de porcelana dorada !


Qué quiere Vd ., estaba tan ocupada, que no tenia tiempo para
buscar otra vasija en donde ponerla , pero hoy mismo habia resuelto
quitarla de ahí y limpiarlas para encerrarlas en sus respectivos
sitios.
Hé aquí tambien dos servilletas adamascadas .
Las he dejado en el armario para darlas á labar cuando me
acuerde de ello .
¿ No tienes ningun lugar especial para poner la ropa sucia ?
M. Saint-Clare ha comprado este cofre con ese objeto : pero
como la cubierta es pesada y muy dificil de levantar, no hago uso
de él sino para amasar la pasta.
¿ Por qué no la amasas en la artesa ?
Èstá tan llena de vasijas, que no queda lugar suficiente por
mas que lo deseo .
Si hubieras lavado la vajilla y colocádola acto continuo en su
puesto, es seguro que la artesa quedaria desembarazada y útil para
el servicio á que está destinada .
- ¡Fregar la vajilla ! esclamó Dinah , que, enfurecida, comenzaba
á perder el respeto á miss Ofelia. ¿ Es así como las señoras entienden
los trabajos de casa ? Si debiera pasar el tiempo fregando y colocando
tantos innumerables pucheros , cazuelas, marmitas, fuentes, plafos y
tanta muchedumbre de utensilios que se necesitan en una cocina del
rango de ésta, ¿ quién habia de hacer la comida ? Miss María no me
ha hablado nunca de ese modo.
En hora buena : ¿ Es este el sitio de poner las cebollas ? conti
nuo, impasible, miss Ofelia.
Ya no meacuerdo. Me parece que las habia destinado para ha
cer una ensalada .
¿ Y estas yerbas ?
Tenga Vd. la bondad, señora, de no tocarlas.
- ¿No vés que el papel está todo agujereado ?
Ěn efecto , los he hecho espresamente para evitarme el trabajo
de desplegarlas y volverlas á plegar siempre que tenga necesidad de
ellas .
Con eso solo consigues el derramarlas por lodo el cajon y des
perdiciarlas.
Porque Vd . lo ha desordenado, mezclándose en lo que no le im
porta , dijo la cocinera acercándose con inquietud . Haria Vd. mejor de
irse al salon, y ahorrarse esa incomodidad ; yo tengo señalado dos ó
tres dias de cada mes para limpiarlo todo y poner cada cosa en su
lugar respectivo ; pero ahora me es absolutamente imposible, mayor
mente cuando una señora está á mi alrededor estorbándome .... ¿ Qué
vienes tú á hacer aquí, Samuel , y por qué te mezclas en lo que no te
importa ?
Voy á introducir el órden en la cocina, Dinah, y te intimo la
obligación de mantenerlo y observarlo puntuaimente en adelante .
¡Qué originalidad ! Las señoras no se ocupan nunca de esas
pequeñeces ; ni mi antigua señora, ni miss María han descendido
161
jamás á tan minuciosos detalles . Y yo las alabo en verdad, porque
se hubieran tomado entonces un trabajo tan improbo como inútil.
Acto continuo la cocinera , indignada, se alejó del armario. No se
desconcertó.por eso miss Ofelia ; siguió impavida, vaciando los plalos
y colocándolos los unos sobre los otros , separando las servilletas su
cias y lo limpió todo con una rapidez que causó la admiracion de
nuestra cocinera .
Si las señoras del Norte , dijo Dinah á uno de sus satélites, tienen
semejantes costumbres, allí no hay nobleza ni distincion. Yo hago mi
deber tambien como cualquiera puede hacerlo, los dias del arreglo
general, pero me repugna que las señoras se entrometan en lo que
no les incumbe, y me pongan las cosas en sitios en donde no las en
cuentro despues .
Para hacer justicia á nuestra cocinera debemos decir que de vez en
cuando sentia parasismos de orden y reforma que ella designaba con
el nombre de arreglo general . Vaciaba entonces todos los armarios y
cajones, mezclando unas cosas con otras, y si se quiere, con mas
confusion que no lo estaban aun antes de su dichoso arreglo .
Hubiera en pocos dias establecido miss Ofelia un plan sistemático
en toda la casa ; mas desgraciadamente no podia recoger el fruto de
sus trabajos sin la cooperacion de los esclavos que parecian otros
Sísifos y Danaides. Desesperábase en vista de las dificultades que se
le presentaban al logro de sus deseos, y se quejó á Saint-Clare.
Es imposible, le decia, introducir el orden y la regularidad en
tre esta familia.
Así lo creo, respondió Saint-Clare.
Qué monstruoso abandono ! ¡ qué despilfarro ! ¡ qué prodigali
dad ! Nunca he visto semejante cosa .
En efecto; & pero que quieres que hagamos?
Si tuvieras que dirigir el arreglo interior de la casa , no me res
ponderias con tanta indiferencia.
Te diré de una vez, y para que te sirva de gobierno, que noso
tros, los amos, nos dividimos en dos clases : en opresores y oprimi
dos. Los que están dotados de un bưen corazon y detestan la severi
dad se esponen áa graves inconvenientes. Tenemos por precision que
alimentar una cáſila de perezosos é ignorantes, y que sufrir, por con
secuencia, todos sus defectos. Vemos tambien, aunque raramente,
amos dotados de un tacto particular para establecer el órden domés
tico , sin necesidad de recurrir a medidas rigorosas, pero yo no perte
nezco á esta clase; y hé ahí porque he formado, hace mucho tiempo,
la firme resolucion de dejar las cosas en el estado en que están . No
quiero castigar ni hacer apalear á esos desgraciados , cuya triste con
dicion les hace ya demasiado infelices ; con todo debo añadirte que
ellos lo saben , y abusan casi siempre de mi indulgencia.
- ¡ Pero si no tienen ningun tiempo determinado, ninguna regla
fija, ningun método ! añadió miss Ofelia.
Tú, mi querida prima, como todos los indígenas del Norte, das
al tiempo un valor estravagante. ¿ Qué caso puede hacer del tiempo
14*
162 -

un hombre que tiene dos veces mas del que puede disponer ? ¿Qué
importa á un hombre que nada tiene que hacer, sino tenderse sobre
un sofá ,que le sirvan la comida unahora antes ó despues ? Dinah es
una verdadera alhaja ; sus potages, sus asados, sus cremas son es
celentes ; saca todo eso del caos y de las tinieblas de su cocina con
un talento verdaderamente sublime. Pero si visitaramos frecuente
mente el oficio, si la viésemos con su pipa en la boca , mandando á
su ejército de marmitones , no hay duda que sentiríamos repugnancia
en comer lo que ella nos sirviera, Así el mejor consejo que puedo
darte, es el de que renuncies á mezclarte en la cocina, y deja á
Dinah en toda libertad hacer como hasta aquí cuanto le parezca ; de
lo contrario no conseguirás sino perder la tranquilidad y la paciencia .
Seguramente Agustin que tú ignoras el triste desórden en que
está todo .
Te equivocas, pues sé, hasta que se mete en el bolsillo, confun
dido con su tabaco, el rollo de la nuez moscada, que tiene los azuca
reros en mil agujeros diferentes ; que enjuga unas veces la vagilla
con servilletas de mesa y otras con los restos de las faldas de un
vestido viejo. Mas tambien sé , y esto es igualmente incontestable,
que hace esquisitas comidas y un delicioso café . Juzguémosla como
los gobiernos juzgan á sus guerreros y hombres de estado >, cuyos
trinfos únicamente sirven de norte para calificarlos.
· Pero tanto gasto y tanto despilfarro no puede ni debe mirarse
con indiferencia .
¡ Oh ! En efecto ; sí, puedes encerrarlo todo, guardar las llaves, y
no dar las provisiones sino hasta el momento de necesitarlas ; pero
no te afanes por aprovechar lo que sobra de ellas.
No puedo menos de creer , Agustin, que tus criados no son en
teramente hombres de bien : ¿ Estás seguro de que se podrá contar
con ellos ?
Echose á reir, Saint-Clare, al ver el aspecto grave é inquieto que
tenia su prima al hacerle semejante pregunta.
¡ Qué niña eres ! respondió , ciertamente no son hombres de
bien . Y por qué han de serlo ? quién hubiera podido reducirlos á
tanto ?
La educacion .
La educacion ! ¿ Y qué educacion habia yo de darles ? Soy por
ventura un pedagogo ? Y aun cuando así fuera, cuenta por cierto que
nunca me preservaria de sus engaños .
¿ No hay entre ellos ningun hombre de bien, que inspire con
fianza ?
Vemos de vez en cuando que la naturaleza ha creado algunos
de estos séres desgraciados tan sencillos y fieles, que las mas detes
tables influencias no pueden corromperlos. Pero la educacion que se
les da, los hace generalmente malos. El esclavo es artificioso hasta
con sus padres, y seria una crueldad el castigarlos, porque no te
niendo nociones de probidad, y no pudiendo formarse una idea
exacta de los derechos de propiedad , nicomprender que los bienes de
6u amo no le pertenecen , se apropiasen de ellos cuando se les auto
163
. Tal es la razon porque entre los negros hay pocos hombres de
1 , y un individuo como Tom es un fenómeno, un milagro en el
en moral. Mas el toque de la campana nos llama á comer ; vamos
s á la mesa, y olvida por ahora tus preocupaciones,
i ácia el oscurecer volvió miss Ofelia á la cocina en el momento
; uno de los negrillos decia :
- Aquí está la tia Prue.
Una mujer de color, alta y huesosa entró en aquel momento, lle
ndo sobre su cabeza una cesta de panecillos y bizcochos.
Buenos dias, Prue, la dijo la cocinera.
Prue puso la cesta en tierra, y sentándose en el suelo, y apoyando
s codos sobre sus rodillas esclamó :
- ¡ Oh Dios mio ! ¿ Por qué no me arrancais la vida ?
¿ Por qué te deseas la muerte ? la preguntó miss Ofelia .
- Para acabar de una vez con mis penas, respondió Prue sin le
antar la vista .
Si no te emborracháras con tanta frecuencia , no pensarias de
se modo ; dijo Juana, jóven cuarterona , y doncella de labor en la
asa .

- Prue le lanzó una mirada significativa y contestó :


Algun dia vendrás conmigo, ycuando te veas comoyo,entonces
stoy segura que te dedicarás á la bebida para olvidar los sufri
aientos.
-Vamos Prue, replicó la cocinera, cuente Vd. los panecillos, que
a señora va á pagarlos.
Miss Ofelia tomó una docena .
- Allí debe haber algunos bonos, en ese cántaro viejo que está
obre el armario ; Santiago encarámate en esa silla y bájame el cán
aro .

¿ Y para qué sirven esos bonos ? preguntó miss Ofelia.


Nos los ha dado en cambio del dinero el amo de Prue y con
Mos le pagamos el pan.
- Y cuando yo vuelvo á casa , cuento mis bonos y mi plata para
er si está exactala cuenta porque si no me castigan .
S
- Bien merecido está el castigo, replicó Juana. Vd . pierde la plata
con sus borracheras. Si señora,eso es lo que ella hace.
Y lo que haré siempre, no puedo vivir de otro modo : bebo y
olvido mis desdichas..
- Eso es muy mal hecho , contestó miss Ofelia , embrutecerse de
ese modo contra los intereses de su amo ...
Vd. tiene razon , señora , pero yo no cambiaré nunca de sis
tema. Yo quisiera morir para libertarme de las penalidades que me
rodean . Sí, lo quisiera .
La anciana se levantó de repente, se puso el canasto sobre la ca
beza, peroantes de salir, echó una mirada a la cuarterona, quien se
puso á jugar con los pendientes de coral, que adornaban sus orejas.
- Vd . se cree muy hermosa con esos aretes ; Vd . sacude la ca
beza y desprecia a todo el mundo; no importa , puede que el dia
164

menos pensado se encuentre Vd. tan vieja y tan maltratada como


entonces veremos si Vd . no bebe .
Y la vieja Prue desapareció arrojando una mirada satánica.
¡ Qué animal tan innoble ! dijo Adolfo que calentaba el as
para servirla á Saint-Clare quien la esperaba para afeitarse, si
fuera su amo mayores serian los castigos que la daria .
Eso seria imposible, respondió Dinah, tiene ya las espaldas
llenas de cicatrices y de heridas que no puede soportar ni la camis
No deberian dejarla entrar en las casas decentes , añadió mi
Juana . ¿ Qué dice de esto elseñor Saint-Clare ?
Preciso es saber que Adolfo no se contentaba con imitar á su an
solamente, sino que hasta el nombre se lo habia apropiado en la
círculos de la gente de color de Nueva -Orleans sé hacia llamar seño
Saint-Clare .
Soy enteramente de tu opinion , miss Benoir.
Benoir era el nombre baptismal de María Saint-Clare, á cuyo ser
vicio estaba Juana .
Díme señora Benoir, añadió Adolfo , i podré saber si esos pen
dientes lucirán en el baile de mañana ? ;Son magníficos !..
De veras, dijo Juana,moviéndoloscon coquetería , los hombre
se permiten ya hacer reflexiones tan atrevidas. Si me vuelves á hace
preguntas como esa no bailaré en toda la noche .
¡ Oh ! tu no cometerás semejante crueldad. Tengo el mayo
empeño en saber si llevas el vestido de tarlatana , color de rosa .
De qué se trata ? preguntó Rosa , jóven cuarterona vivaracha y mal
liciosa , que bajaba en este momento la escalera.
El señor Saint-Clare es tan impudentel..
¿ Es posible ? esclamó Adolfo ; que la señora Rosa sea el juez
decida ,
Demasiado sé lo impertinente que es, contestó Rosa saltando en
puntilla de pié. Siempre estoy encolerizada con él .
i Ah ! señoras, señoras, ustedes concluirán por desgarrarme del
corazon , esclamó Saint-Clare ; el diamenos pensado me van á encon
trar muerto en la cama, y ustedes tendrán la culpa .
-

Oyen ustedes al mónstruo ? dijeron las dos señoras riendo á


carcajadas.
-

Vamos, irse con la música á otra parte... dijo Dinah, no me


gusta que vengan con charlatanerías en mi cocina .
-
La tia Dinah riñe porque no va al baile, dijo Rosa .
- No me animan á miesas fiestas en que ustedes no hacen otra
cosa que ser unos monos imitadores de los blancos. En definitiva us
tedes no son mas que negros como yo.
.

Eso no se opone á que Dinah se unte con manteca los cabellos


ensortijados para alisárselos y tratar de estirarles.
- Y siempre serán lana ! añadió Rosa , sacudiendo maliciosamente ,
los bucles que adornaban su cabeza.
- A fé mia, contestó Dinah, á los ojos de Dios tanto vale la lana
romo los cabellos . Yo quisiera que la señora decidiese, que valemas,
los de ustedes ó una muger como yo. Vamos , ¡ fuera, y pronto !
165 -

La conversacion fué interrumpida en ese momento. Desde lo allo


e la escalera, el verdadero Saint-Clare preguntó a su homónimo si
agua para afeitarse no estaria pronta en toda la noche ; y mis Ofe
a , presentándose de repente, les dijo a Juana y á Rosa :
¿ Por qué pierden ustedes el tiempo aquí ? Váyanse á coser las
ortinas.
Nuestro amigo Tom que habia oido a la vendedora de pan exhalar
es quejas la habia seguido por la calle. El la vió continuar su cami
n , dando suspiros y gemidos de cuando en cuando . Por último aque
la infeliz depositó su canasto en la entrada de un paguan y se arre
,ló el chal viejo y descolorido que cubria sus espaldas.
¿ Quiere Vd. que yo le ayude á cargar el canasto ? le dijo Tom
con acento compasivo .
¿Para qué?... no tengo necesidad de ayuda.
Vd . está enferma ó agitada ...
No estoy enferma, dijo lacónicamente la vieja Prue.
Yo quisiera poder persuadir á Vd á que no beba mas : sabe Vd
donde va á conducirla ese sistema ?
A la muerte ó a los infiernos, replicó la negra con un aire som
brío ; Vd no tiene necesidad de decírmelo, lo sé muy bien y es lo que
yo deseo .
-

i Que Dios tenga piedad de Vd ! esclamó Tom , ¿ No ha oido Vd.


hablar de Jesucristo nunca ?
13
+
¿ Jesucristo ?... ¿ Quien es ese individuo ?
És el Señor.
Me parece haber oido hablar del Señor, del juicio final, del in -
fierno... tengo una idea de eso .
Pero ¿ no le han dicho á Vd que Cristo nos habia amado, á noso
tros, pobres pecadores, y que se dignó morir por nosotros ?
Yo no sé nada . ¡ Nadie me ha amado despues que mi marido ha
inuerto !
¿ Dónde ha sido Vd . criada ?
- En Kentucky, mi primer amo criaba niños para venderlos en el
mercado así que estaban algo crecidos . A mí me habia confiado este
encargo. Pero un dia me vendió á un especulador y de éste mie com
pró mi amo actual .
¿ Y porque ha contraido Vd el hábito de beber ?
Para olvidar los sufrimientos . Despues de mi llegada á Nueva
Orlcans tuve un hijo , y creí que yo le cuidaria y le tendria siempre
á milado, porquemi amo no era especulador en ese ramo. Era el mas
hermoso de todos los séres de la tierra y mi ama lo consideraba mu
cho. No lloraba nunca y siempre estaba contento . Pero mi ama cayó
enferma . Yo la cuidaba y se me pegó la fiebre; perdí la leche, no
podia lactar á mi hijo é inmediatamente se puso tan flaco que no era
mas que piel y hueso ; la señora no quiso que se comprara leche para
alimentarlo. Sostuvo que yo podia darle de comer el mismo alimento
glio los otros negros comian. El niño sufrió, lloraba noche y dia y se
iba aniquilando ; la señora se encolerizó contra él diciendo que era
»
- impertinente y mal criado . « Me alegraria que se muriese, » dijo ura
166
vez. Ella no me dejaba en libertad de atenderle durante la noche á
pretexto de que menecesitaba y queyo no era buena para nada. Ne
hacia acostar en su cuarto y estaba obligada á abandonar mi hijo en
el granero , donde una noche le encontré muerto. Comencé á beber
para aturdirme, para impedir que sus gemidos me persiguiesen ... cons
tantemente los oia en mi corazon ... He bebido, y beberé siempre,
aunque supiese que por esto habria de irme a los infiernos.
-¡Pobre muger !... No le han dicho á Vd. que el Señor ha muer
to por usted ... que velará por su salud , que Vd. puede salvarse, ir al
cielo y hallar en fin en esa morada un descanso eterno ?... feb
-;Elcielo! replicó la vieja , ¿ no es el lugar donde van los blan
cos ? ... No quiero encontrarme con ellos... Prefiero ir a los infiernos...
con eso estaré lejos de mis amos.
Acompañó estas palabras con un profundo suspiro , tomó el canasto
se lo puso en la cabeza y hechó á andar pausadamente .
Tom se volvió muy triste á la casa . En el patio encontró á Evan
gelina con una diadema de flores en la frente y los ojos radiantes
de alegría.
-Ola Tom , e eres tú ? Cuánto me alegro verte. Papá me ha encar
gado que te diga que puedes ponerle los carneros á mi coche y lle
varme áa pasear... Pero ¿qué tienes ?? parece que estás aletargado. ¿ T
sucede algo ?
- Nome encuentro muy bien , mis Eva ; sin embargo voy á dis
ponerlo todo para ese paseo.
- Pero ¿ qué tienes? Yo te he visto hablar con la vieja Prue ...
Tom con la mas elocuente sencillez contó la historia de la vende
dora de pan . Evangelina no profirió ninguna esclamacion,no lloró ,
no manifestó sorpresa alguna como los niños de su edad. Sus meji
llas palidecieron y una nube sombría se juntó en su semblante 7, se
cruzó las manos sobre el pecho y lanzó un profundo suspiro.

CAPITULO XIX .

CONTINUACION DE LOS ESPERIMENTOS DE OFELIA .

-No hagas nada Tom , no quiero pasear , dijo Evangelina .


-¿Porqué, mis Eva .
1
Esas desgracias que me acabas de contar me desgarran el .com
razon : no quiero salir.
Diciendo esas palabras entró en la casa .
167
Pocos dias despues otra muger vino en lugar de la vieja Prue á
vender los bizcochos. Mis Ofelia estaba en la cocina .
¡Dios mio ! esclamó Dinah , & qué le ha sucedido á la tia Prue ?
Ya no volverá mas, contestó la muger con un tono misterioso .
- Pues qué į ha muerto ?
No sabemos, está abajo, en la clieva ; contestó la nueva ven
dedora mirando con recelo á mis Ofelia .
Luego que ésta hubo tomado los bizcochos, Dinah acompañó á la
vendedora hasta la puerta .
¿ Qué tiene la tia Prue ? Vamos confieme Vd. eso .
La muger queria hablar pero titubeaba .
--¿Me guardará Vd. el secreto , no se lo dirá Vd. á nadie ? pre
guntó ella en voz baja : Prue se emborracha todavía y la han en
cerrado en la cueva donde la han dejado todo el dia . Asegúrase que
las moscas se han apoderado de ella y que ya ha muerto.
Dinah alzó las manos al cielo ; y volviéndose vió á Evangelina
cuyos grandes ojos estaban dilatados de pavor, los labios cárdenos
y pálidas las mejillas.
- Válgame Dios ! Mis Eva se desmaya. Tambien es una ignoran
cia hablar semejantes cosas delante de una niña .
-
- No me desmayo, contestó la niña con acento firme : & porqué no
be de poder yo oircosas tan terribles como esas ? Tan capaz soy de
oirlas como la infeliz Prue lo ha sido para sufrirlas.
Mis Ofelia preguntó con ansiedad sobre la historia de la vieja. Tom
y Dinah se la relirieron detalladamente, lamentándose de la desgra
ciada suerte de la infortunada víctima .
-¡Qué abominacion ! esclamó miss Ofelia entrando en la habi
tacionen donde Saint-Clare estaba leyendo los diarios de la mañana.
¿De qué iniquidad quieres hablarme?
lla muerto Prue pocos momentos despues de haber recibido
una bárbara y cruel paliza , respondió miss Ofelia ; contóle en seguida
cuanto habia oido referir sobre el martirio de la infortunada, cuya
suerte lamentaba con toda la sensibilidad de su bondadoso corazon .
Siempre habia pensado que acabaria su vida de esa manera, res
pondió Saint-Clare, volviendo a tomar su diario.
i Lo habias previsto y no has hecho nada para impedirlo ! ¿ Por
ventura no hay jueces en esta ciudad , cuya intervencion reprima y
castigue tan horrendos crímenes ?
- Súpónese generalmente que el interés del propietario basta
.

para prevenirlos ; empero si hay gentes que quieran arruinarse ,


no veo medio alguno para repetir contra ellos. La infeliz anciana era
ladrona y borracha, y por consiguiente no escitaria ninguna sim
patía .
Esto es monstruoso é inhumano, Agustin, y la cólera del cielo
ha de pesar un dia sobre vosotros .
Ni he cometido el crímen , ni he podido impedirlo . Si algunos
miserables obedeciendo a la brutalidad de sus instintos, se hacen
los verdugos de la humanidad oprimida, ¿ en qué puedo ser yo cul
pado ? Tienen una absoluta autoridad , y son déspotas irresponsables.
-
- 168 -

No existe ley alguna positiva que de accion para castigarlos, y asi


y dejar las cosas seguir
lo mejor es cerrar los ojosmostrarse su curso.
- ¿ Puede uno , acaso, indiferente á brutalidad tanta ?
- ¿ Qué puede esperarse de nosotros ? Una clase envilecida, indo
lente y sin instrucción , se ha puesto sin condiciones en poder de la
raza blanca, cuya inmensa mayoría no sabiendo reprimirse, desconoce
hasta sus verdaderos intereses. Semejante organizacion social ata las
manos á los hombres de sentimiento , y los reduce a llorar en secreto
las calamidades que abruman á esos infelices. Por mi parte, no puedo
hacer nada, por ahora, en favor de los negros en general , nome es
posible comprar todos los desgraciados que veo , no puedo erigirme
en caballero andante y emprender el oficio de desfacedor de entuer
tos; lo que solo me está permitido, y lo que en efecto, estoy resuelto
á hacer, es tratar siempre bien á los mios y permanecer estraño á .
las crueldades de los demas. En tal concepto, querida prima depon
toda tu indignacion ; tú no sabes aun , sino un pequeño episodio de
la triste suerte que destruye y mantiene en la abyeccion a la desgra
ciada raza negra; y persuadete que si trataras de penetrar los pro
fundos y desagradables misterios de la escena del mundo, se te par
tiria el corazon de dolor é indignacion. Esperimentarias lo mismo
que sentistes al examinar la cocina de Dinah ; disgusto y compasion .
Saint -Clare volvió á tenderse sobre el sofá para continuar la lec
tura de sus diarios; miss Ofelia se puso á hacer media con un movi
miento casi convulsivo, y se entregó, en silencio, á una profunda
meditacion ; sus reflexiones aumentaron su indignacion, y rompió,
en fin , 'encolerizada :
- Ya te lo he dicho, Agustin : es una crueldad , el defender tan
abominable
tible . sistema . Tal es mi opinion la mas firme é indestruc
&Cómo ? respondió Saint-Clare levantándose de su asiento :
i no te has convencido de la imposibilidad en que meoshallo para
poner término á los males que afligen á esos desgraciad ?
Vuelvo á repetírtelo : ; Es de todo punto injusto é inhumano el
defender tan abominable sistema! Añadió miss Ofelia con mayor in
dignacion .
-¡Qué yo defienda semejante sistema ! ¿ Yo, te lo he dicho por
ventura ?
- ¿ Acaso no lo defienden todos los habitantes del Sud ? No siendo 1
así ¿ por qué lo practican ?
-
¿Tienes la sencillez de creer que en el mundo no se hace sino lo
que se halla en conformidad con la razon y la justicia ? ¿ No te has .

permitido jamás ninguna accion , que tu misma conciencia te hubiera


reprendido por no conformarse escrupulosamente con las leyes de lo
justo y equitable ?
- Si alguna vez me ha sucedido, siempre me he arrepentido de
-

ello, respondió miss Ofelia, dejando caer su labor.


¡ Y yo tambien ! repuso Saint-Clare .
En ese caso ¿ por qué persistes ?
-
169
-Ha debido sucederte volver á hacer el mal, aun despues de ha
Lerte arrepentido de haberlo cometido , querida prima.
-Si por cierto ; pero solamente cuando me he visto espuesta á
irresistibles tentaciones.
-Pues bien ; yo he estado espuesto á muy fuertes tentaciones.
-Pero debes entender , Agustin , que yo he formado la firme re
solucion de no volver á caer en las mismas faltas.
-En vano he formado yo esa firme resolucion . ¿Y tú has conse
guido eximirte de todo pecado ?
-Agustin, respondió gravemente miss Ofelia, merezco, en efecto ,
que me eches encaramis estravíos: pero existe una notable dife
rencia entre los dos. Es verdad que mi conducta no ha estado siempre
de acuerdo con mis principios; mas me parece que me dejaria matar,
antes que persistir en un camino que creyera condenado por la hu
manidad , por la razon y por la justicia.
- No te revistas de seriedad conmigo, repuso Saint-Clare sentán
dose al lado de su prima. Tú sabes , continuó, que soy un sér bizarro
é imperfecto, y que me complazco en reconocer, apesar de mis bro
>

mas , que eres una criatura escelente ; pero te suplico que tengas
consideracion á mi pequenez , y no me confundascon tu conocida
superioridad.
- Por mas que todo lo arregles con la misma lijereza, debes con
venir que el asunto es sumamente delicado y grave.
-De una importancia considerable, muy grave para tratarlo en
un dia tan caluroso como el de hoy. ¿Podemos elevarnos á sublimes
consideraciones, cuando nos sentimos atormentados por el calor y los
I mosquitos ? ¡ Qué idea acaba de iluminarme! Añadió levantándose de
]
su silla. Ahora comprendo porque los estados del Norte son siempre
mas virtuosos que los del Sud .
¡ Qué loco eres !
Es posible; pero quiero ser grave y discreto , aunque no sea
mas que una sola vez en mi vida. Permiteme primero que me acerque
ese cesto de naranjas para refrescarme y tomar aliento por que me
siento con necesidad de humedecer la boca. Es necesario tener en
consideracion la opinion pública , siempre que el curso de los aconte
cimientos exija que un hombre guarde cautivosdos ó tres docenas do
sus hermanos. Es necesario que....
-No observo que hayas mudado de carácter , ni que hables con
la seriedad que requiere el asunto.
- ; Paciencia! repuso Saint-Clare,.revistiéndose repentinamente de
una gravedad , que llegó á imponer á miss Ofelia. Ciertamente, con
tinuo, no puede haber sino una opinion en la cuestion abstracta de la
esclavitud. Los propietarios que abusan de ella , los sacerdotes que
1 quieren adulará los propietarios, los políticosque no pretenden sino
dominar, podrán falsear la moral , desmentir la naturaleza , falsear el
>

genuino sentido del Evangelio; mas no engañarán a nadie. La escla


vitud hamalignidad
sido inspirada poreldiablo , quien instituyéndola ha probado
toda su .
15
170
- Admiróse miss Ofelia al oir á su primo, quien parecia go
en sorprenderla : ella continuó en estos términos :
-¿Qué institucion es esa maldecida de Dios y de los hom
Despójesela de su pretigio , sométasele á una analisis concien
¿qué resulta entonces ? ¡Qué ! ; porqué mi hermano, el negro , es
rante y débil y yo sea inteligente y fuerte he de robarle todo lo que
él posee ! ¡ Las condiciones mas humillantes, mas desagradables mas
viles debo imponérselas al negro ! ¡ Porque yo sea perezoso , al negro
lo he de obligar á que trabaje para mí ! ¡ El sol me quema con sus
rayoș, debo escusarle y que caiga á plomo sobre el negro !; El ne
gro debe caminar por entre el Todo mientras que yo debo andar á
pié enjuto ! ¡ El negro durante toda su vida hará mi voluntad y no
la suya y no podrá trabajar para ganar el cielo sino lo que yo le
permita ! Todas esas injusticias revelan lo perversa que es la escla
vitud . Desafio á cualquiera que leyendo el código negro, halle ó de
duzca pensamientos de los que acabo de espresar. Háblase de abu- ;
sos de esclavitud, sy la esclavitud misma no es el mas monstruoso de
los abusos? Si esa institucion no ha desaparecidode la superficie de la
tierra como Sodoma y Gomorra és porque no se aplica en todo su 6
rigor el sistema con que puede tratarse a los esclavos. Por piedad,
por pudor, porque somos hombres nacidos de la muger y no de bes
tias salvages, nosotros no empleamos toda la energía de las crueles
leyes que han puesto en nuestras manos. Aquel quemuestre mas in .
sensibilidad y mas barbarie no sale de los límites de la legalidad.
Saint-Clare se habia puesto en pié, y como tenia de costunibre se
puso á pasear por la sala á pasos precipitados. Su hermosa cara clá
sica , parecida a la de una estátua griega radiaba la noble animacion
que emanaba de su corazon; hacia espontáneos movimientos con
la mayor vivacidad. Miss Ofelia, que no le habia visto de ese modo
nunca, guardó un profundo silencio .
Yo te confieso, replicó el deteniéndose bruscamente delante de
su prima, que tienes razon sobrada para pensar de ese modo ; me he
dicho mil veces que si para que un dia desaparezca tanta injusticia
y tantas miserias este país se lo habia de tragar el mar , consentiria
en ser envuelto con él en esa ruina. En el curso de mis viages he
visto tantos pícaros investidos de una autoridad legal sobre los hom
bres, las mugeres y los niños que habían comprado, que cien veces
he estado á punto de maldecir mi patria y hasta la raza humana.
i Agustin, Agustin ! eso es demasiado, esclamó miss Ofelia, yo
no he oido cosas semejantes ni en el Norte.
iEn el Norte ! contestó Saint-Clare, quien por ina súbita me
tamórfosis , entró de lleno en su tono epigramático habitual.;Bah !
vuestras gentes del Norte tienen la sangre helada . No pueden como
ros
nosot decid irse ciones
á echar maldi .
- Pero la cuestion es saber....
- Sí, saber como he aceptado la iniquidad .... Fácil es darte la
respuesta : por herencia . Mis esclavos pertenecian á mis padres ; en
la actualidad son mios y me pertenecen con toda la sucesion , lo fiv
que forma un.caudal considerable. Mi padre, tú lo sabes, era oriundo u
171
e la Nueva Inglaterra ; su carácter era muy distinto, del tuyo, viejo
omano altivo , enérgico y dotado de una voluntad de hierro. Tu
adre se estableció en la nueva Inglaterra para reinar sobre las ro
as y los peñascos, para cultivar la tierra : el mio se estableció en
1 Luisiania para gobernar los hombres y las mugeres . Mimadre (y
aint-Clare contempló con veneracion un retrato que estaba colgado
n la pared) mi madre era divina ! .. , no te ofendas por este epíleto,
ú sabes lo que yo quiero decir. Indudable es que ella era mortal ,
ero segun he podido juzgar no tenia, respecto del asunto que nos
ocupa, ninguna huella delos errores y debilidades humanas. Todos
os que la han conocido, libres ó esclavos, parientes ó amigos lo
atestarán como yo. Mi madre únicamente me ha impedido ser com
pletamente incrédulo : era una encarnacion del Nuevo-Testamento ,
la moral personificada , una emanacion de la verdad eterna......Oh
madre mia , madre mia ! ...
Saint-Clare junto las manos con la mayor veneracion ; despues
calmándose repentinamente se sentó sobre una otomana.
· Mi hermano y yo éramos gemelos, añadió él : asegúrase, tú lo
sabes, que los gemelos deben parecerse entre sí, sin embargo no
sotros formábamos un verdadero contraste. El tenia los ojos negros,
los cabellos claros, tez morena , un perfil romano muy pronunciado ; yo
ojos azules, cabellos rubios, tez blanca y perfil griego. El era ac
tivo, yo perezoso. Era él generoso respecto de sus amigos y de sus
iguales, pero orgulloso è insolente con sus inferiores. No tenia
compasion para sus enemigos. Nosotros nos amamos mútuamente
como niños, sin embargo yo era el favorito de mi madre ; él lo era
de mi padre.
Yo tenia una sensibilidad especial que ni padre ni él compren
dian, pero que me ganaba las simpatias de mi madre . Cuando yo
disputaba con Alfredo, y que mi padre me miraha severamente, ino
refugiaba al lado de mi madre . Paréceme que aun la veo con sus
mejillas pálidas, sus ojos dulces y bundidos, su vestido blanco.
Siempre vestia de blanco, lo que me hacia pensar en los santos que
me enseñaba en los libros sagrados . Ella tenia mucho talento y co
nocimientos generales ; era apasionada por la música sobre todo ;
frecuentemente tocaba en él órgano esas soberbias concepciones de
la Iglesia Católica, cantándolas con una voz tan dulce que parecia
la de los ángeles : yo colocaba entonces mi cabeza sobre sus rodi
llas, 'lloraba, soñaba, y esperimentaba esas emociones indefinibles,
que no pueden esplicarse con las palabras.
Por esta época la cuestion de esclavitud no se habia puesto á dis
cusion ni nadie trataba de atacarla .
Mi padre habia nacido aristócrata . Tal vez en una existencia an
terior, habia él ocupado una posicion elevada , y habia conservado
el orgullo de las córtes antiguas,aunque descendiese de familia pobre.
Mi hermano erá su fiel imágen .
Un aristócrata, tú lo sabes, no tienesimpatías para los hombres que
viven fuera de cierta posicion . La línea de demarcacion varía si
guiendo los países, pero no se pasa jamás. A los ojos de mi padre
172
era el color quien la determinaba. Justo y generoso con los blancos,
miraba a losnegros,mestizos, mulatos y cuarterones como séres infe
riores, término medio entre el hombre y los animales, y basaba sobre
esta hipótesis todas sus ideas de equidad. En el caso de babérsele pre
guntado si tenia alma , quizá hubiera respondido afirmativamente,
porque jamás hizo estudios ni se mezcló en cuestiones de espiri
tualismo. El no tenia sentimientos religiosos , únicamente veneraba á
Dios como el geſe de las clases superiores.
Mi padre era amo de unos cincuenta negros ; inflexible, exigente,
quisquilloso, queria que todos marchasen en su casa con una preci
sion y regularidad infalible. Si tienes en consideracion que sus em
pleados eran operariosindolentes, perezosos y entregados á la mo
licie, comprenderás facilmente las escenas que pasarian en el fundo ,
ycomo
si serian de tal naturaleza que hiciesen gemir á un hijo sensible
yo .
El administrador era un hijo renegado del estado de Vermont,
alto, grueso, mala cara , quien habia hecho un dilatado aprendizage
de barbaridad y habia tomado sus grados antes de ponerla en prác
tica. Ni mi madre ni yo podíamos sufrirle ; pero él habia adquirido
sobre mi padre una influencia estraordinaria y gobernaba como dés
pota absoluto .
Yo era muy jóven entonces, pero ya me sentia inclinado á hacer
serios estudios sobre la humanidad . Veiaseme frecuentemente en las
chozas y en los campus sembrados de cañas de azúcar ; era apreciado
de los negros; oia sus quejas y las transmitia á mimadre ; nosotros
habíamos formado una especie de comité para la reparacion de los
agravios. Estábamos consagrados á reprimir las crueldades que eran
muy repetidas ; y nos felicitábamos de hacer bien ; sin embargo el
esceso de celo nos perdió : Stubbs declaró á mi padre que no conti
nuaba sirviendo de mayoral para los esclavos y que se veia forzado
á presentar la dimision de su destino. Mi padre era un esposo bueno
é inteligente ; pero no cedia nunca de su carácter en aquellas cosas
en que él estimaba que debia á toda costa sostenerse, y se vió preci
sadoá establecer unabarrera impenetrableentrenosotros y los tra
bajadores de los campos. Díjole à mi madre, sin faltarla al respeto y
debidas consideraciones, que ella era la dueña absoluta de los esclavos
domésticos dedicados al servicio de la casa , pero que no debia ocu
parse en los que trabajaban en el cultivo del fundo: la elogió cele
brándola como la primera muger del mundo, y hubiera hecho otro
tanto á la misma Vírgen, si en cambio su sistema hubiese de ser
observado religiosamente .
Yo oí perfectamente muchas veces discutir á mi madre con él
y suplicarle del modo mas patético por que mejorase la situacion de
los negros. El la respondia políticamente, pero con la mayor frialdad:
« Esa es toda la dificultad; ¿debo conservar ó separarme de Stubbs?
Stubbs es exacto, honrado, hombre de esperiencia, y tan humano
como se lo permite su destino ; no diré por esto que lo sea á la per
feccion : si lo dejo en mi casa, es necesario que sostenga su adminis
tracion , no obstante que observe alguna severidad, circunstancia que
173
va aneja a toda clasede gobierno . Las reglas generales absorven las
particulares. » Esta última máxima parecia a los ojos de mi padre
justificar hasta la barbarie mas inaudita . Cuando él sentaba ese prin
cipio, se estendia sobre un sofá como un hombre que acaba de da
solucion á un intrincado problema , que necesita de reposo y trata de
dormir o de olvidar las especies discutidas leyendo un periódico.
En realidad, mi padre poseia todas las cualidades que se requieren
para un hombre de Estado . Hubiera dividido la Polonia tan fácilmente
como á una naranja, y oprimido á la Irlanda con la mayor impasibi
lidad, Mi madre concluyó por renunciar á sus proyectos . No se sabrá
nunca hasta el último momento cuanto sufren las almas nobles y sen
sibles. Todo lo que podia hacer mi madre era inspirar á sus hijos las
bondadosas ideas suyas ; empero lo que se dice de la educación , los
hijos conservan siempre los instintos que han debido a la naturaleza .
Alfredo, desde la cuna tenia tendencias aristocráticas, y conservó
esas mismas ideas á despecho de las exhortaciones maternales. En
cuanto a mí, yo las recogia ávidamente. Mi madre no contradecia
r.unca abiertamente lo que decia mi padre, ni le hacia tampoco di
recta oposicion ; pero imprimia con caracteres de fuego en mi corazon
lala idea de la dignidad del alma de los mas desgraciados miembros do
gran familia huinana. Yo la contemplaba con piadosa veneracion,
cuando por la noche me decia señalándome á las estrellas : « ¡Ves ,
Agustin , las almas de los mas pobres vivirán aun despues que esos
astros se hayan apagado ; ellas vivirán tanto como Dios !
Ella tenia hermosos cuadros antiguos, entre otros un Jesucristo cu
»
rando á un ciego. » Figúrate, me decia ella, el ciego era un miserable
mendigo, por eso el Salvador no quiso curarle desde lejos ; él le ha
llamado, y él le ha asistido. » Si yo hubiese crecido bajo su égida ,
hubiera fomentado en mí el mayor entusiasmo. Ya seria yo hoy un
santo, un reformador, un mártir.... Pero jay de mí, ay de mí ! me fué
arrebatada a la edad de trece años, y para siempre!...
Saint-Clare apoyó la cabeza entre las manos y guardó silencio por
algunos minutos.
Qué viene a ser la virtud humana ? replicó : generalmente una
casualidad , un accidente, un negocio de posición geográfica, de lati
lud y de longitud , combinado con las disposiciones naturales. Tu
padre, por ejemplo, se estableció en Vermont, yen una ciudad donde
todos los habitantes son libres é iguales :se dedicó a la iglesia, entró
en un sociedad abolicionista, y nos miró como á paganos; y por otra
parte, bajo claras consideraciones era aun peor que mi padre . He visto
muchas veces en él la misma energía , la misma arrogancia , el mismo
espíritu de dominacion . El se ha encontrado en medio de una pobla
cion democrática ; abrazó las teorías democráticas, pero en lo intimo
de su corazon era tan aristócrata como mipadre, quien tenia bajo su
dominacion quinientosó seiscientos esclavos.
Miss Ofelia iba á interrumpirle, cuando el añadió :
Adivino lo que vas á objetarme ; no pretendo yo que ambos
uezen precisamente iguales . El uno, hallándose colocado bajo un
15*
174 -
1

Orden de cosas en oposicion constante con sus tendencias naturales,


se hizo un tirano implacable. El otro, en una condicion conforme á la
naturaleza , se alistó bajo la bandera de la democracia . Si ambos hu 12
biesen poseido predios rústicos en la Luisiania, hubieran sido tan
parecidos como dos balas fundidas en un mismo molde . 2

Poco repetuoso eres tú para tus parientes, dijo miss Ofelia.


- No he dicho nada con segunda intencion, replicó Saint-Clare ,
aunque el respeto no sea mi fuerte. Volviendo á mi historia, cuando
murió mi padre, sus bienes se dividieron entre mihermano y yo :
no existia hombre mas noble, mas delicado que Alfredocon todos los
de su clase : nosotros nos entendimos á las mil maravillas en cuanto
ala division delos bienes. Nos propusimos explotar juntos el ingenio
del azúcar, y Alfredo que era doblemente mas activo que yo, sehizo
un entusiasta propietario , y consiguió grandes provechos del fundo.
Dos años de esperiencia nos convencieron que yo no podia aso
ciarme útilmente a sus trabajos. Tener que gobernar setecientos ne
gros esclavos á quienes no conocia, y los que no me inspiraban es
pecial interés, hacerles trabajar, comer y dormir con una exactitud
militar, conducirles como un rebaño de carneros, medirles el reposo
y los goces ; emplear siempre el látigo como último argumento , era
un oficio triste é intolerable. Horrorizábame yo mismo al recordar
los consejos de mi madre.
No puedo oir sin indignacion á ciertos filósofos de nuestros Estados
del Norte, animados del deseo de disculparnos, hablar de la felicidad
de los esclavos. Yo sé á lo que debo atenerme. ¿Puede considerarse
dichoso un hombre que tiene que trabajar todos los dias de sol á sol
bajo la vigilancia de un amo irresponsable, continuar incesante
mente la misma labranza monótona ; no tener mas salario que dos
pantalones y un par de zapatos por año, sin tener con que abrigarse,
ni el suficiente alimento para sobreponerse á la fatiga ? Quisiera que
todo el que seimagine que el hombrepuede acomodarse á semejante
régimen de vida, fuese condenado a sufrirlo . Yo le compraria y lo
obligaria á trabajar sin escrúpulo.
-Yo he supuesto siempre, dijo miss Ofelia, que Vds., habitantes
del Sud, aprobarian la esclavitud como una institucion conforme á
los textos de la sagrada Escritura.
i Error ! ¿No nos vemos obligados á ello ? Alfredo, que es un
déspota determinado, no adopta en manera alguna esa justificacion.
Nó, el se apoya con orgullo sobreeste antiguo principio ": el derecho
del masfuerte. El dice con sobrada razon, quelos agricultores ame •
ricanos hacen bajo otra forma lo mismo que la aristocracia y los ca
pitalistas ingleses, es decir que se apropian y explotan las clases in
feriores. Sostiene que no puede haber gran civilizacion sin servi .
dumbre. Debe haber, dice, una clase baja condenada al trabajo ma
terial , y una clase superior que goce á sus anchas y tenga todas las
comodidades necesarias al desarrollo de la inteligencia. Así racioci
na él porque ha nacido aristócrata, y es lo que yo no creo porque
soy naturalmente demócrata .
-¿Es posible , dijo miss Ofelia, que se compare la Inglaterra con
-
175

la América ? Al obrero inglés, ni se le vende, ni se le separa de


hijos, ni se le castiga .
"Depende del que lo emplea, casi tanto como si le hubieran com
prado. El propietario de esclavos puede matarles bajo el látigo, el ca
pitalista puede matar de hambre alproletario . Tú dices que goza en
paz de su familia, ¿ y es mas penoso ver que venden un hijo ó verle
morir de hambre ?
Pero tú no justificas la esclavitud aunque pruebes que sus efec
tos no sean tandesastrosos como los de otra institucion igualmente
mala .
- No tengo pretension de justificarla ; diré únicamente que noso
tros abusamos con mas audacia de los derechos de la humanidad .
Aquí se compra á un hombre como á un caballo : se le mira los
dientes, se le obliga á mover todas las articulaciones, se examina sus
fuerzas, edad, cualidades, y se paga . Tenemos especuladores, cria
dores, usureros, todos traficantes de carne humana. El mal se pre
senta, pues, a los ojos del mundo civilizado bajo una forma mas pal
pable, pero en definitiva es esencialmente el mismo. Aquí como allí,
se sacrifica una parte del género humano al bienestar de la otra
parte .
– Yo no habia examinado eso, dijo miss Ofelia, bajo ese mismo
punto de vista
- Yo he viajado por Inglaterra y he recogido un gran número de
j
documentos sobre las clases inferiores de ese país. Creo en verdad
que Alfredo tiene razon, cuando dice que sus esclavos están mejor
tratados que la mayoría de los obreros ingleses. Ya ves tú porqueno
puede considerarse á Alfredo como uno de tantos amos bárbaros. El
no tolera la insubordinacion ; mataria á un esclavo rebelde como á
.
un perro, sin remordimiento ninguno, pero en general tiene á honra
que sus esclavos estén bien alimentados y decentemente asistidos.
Cuando yo vivia con él, le rogaba que contribuyese por su parte á la
e instruccion de esos infelices, Consintió en ponerles un capellan que
les diese lecciones del catecismo los domingos, pero juzgaba inte
riormente que este piadoso personage hubiera empleado mejor su
tiempo en pronunciarsus sermones delante de los perros ó de los ca
ballos.
En efecto, para el hombre embrutecido desde su infancia, y que
trabaja maquinalmente y sin reflexion durante la semana entera, no
pueden ser de gran provecho algunas horas de cultivo intelectual.
Los directores de las escuelas dominicales que existen en algunos in
genios de América y en algunosdistritos manufacturerosde Ingla
ierra podrian testificar haber obtenido aquí y allá iguales negativos
resultados . Existen empero entre nosotros admirables escepciones
porque el negro es mas accesible que el blanco á los sentimientos
religiosos.
Y bien, dijo miss Ofelia, ¿cómo has dejado tú el ingenio ?
- Al cabo de poco tiempo, Alfredo reconoció que yo no habia na
cido para ser agricultor. Cuando hubo introducido , para complacer
me, algunos cambios y mejoras, le causó suma estrañeza , no verm
176
á pesar de todo satisfecho. Pero lo que yo odiaba en realidad erala
esclavitud, la explotacion de aquellos hombres y mugeres, la perpe –
tuidad de tanta ignorancia, de tanto vicio y brutalidad.
Siendo yo ademas el mas perezoso mortal que existe, sentia viva
simpatia por la pereza . Cuando veia que algunos pobres negros po
nian piedras en el fondo de sus cestas de algodon para darlas mayoj
peso, que cubrian con algodon sacos llenos de arena, parecíame que
hubiera hecho lo mismo que ellos estando en su lugar , y me oponia ,
por consecuencia , á que los castigaran. Desde mi llegada dejó de res .
petarse la disciplina y yo estaba en perpétua contradiccion con Ai
fredo, como lo estuve en otro tiempo con mipadre. El me trataba de
iluso, y me decia que ignoraba la vida práctica . Acabó por ofrecerme
la direccion de la casa paterna , y los fondos que poseíamos en Nueva
Orleans; me aconsejó que fuera á establecerme, y le dejara solo á la
cabeza del ingenio . Separámonos y vine en consecuencia á estable
cerme aquí.
-¿Pero porque no has libertado á tus esclavos ?
No he tenido valor para tanto. Me habia repugnado servirme
de ellos como de un instrumento para adquirir dinero y me ha pare
cido mas honrado gastarle con ellos : algunos eran antiguos servido
res a quienes estimaba particularmente ; los mas jóvenes eran sus
hijos y todos estaban contentos con su suerte.
Saint -Clare se detuvo, despues de haber dado algunos pasos pre
cipitados reflexionando con sigo mismo ; despues añadió :
-Hubo un tiempo en que tuve el proyecto y la esperanza de ha
cer alguna cosa en este mundo, en lugar de dejarme arrastrar de
mis deseos. Tuve un deseo vagó de hacerme una especie de emanci
pador y libertador en mi tierra natal de esta especie de cáncer. Todos
los jóvenes, lo supongo, tienen semejantes accesos de fiebre; pero...
Es necesario poner la mano en el carro y no mirar hacia atrás.
En efecto; nada iba á mi gusto, y lo mismo que Salomon, me
cansa la vida. Esto fué sin duda en mí como en él una condicion
digna de elogio. De todos modos, renunciando á ocuparme de la rege
neracion social,me he dejado llevar por la corriente como un pedazo
de madera que flota en un rio . Alfredo ne reñia cuantas veces nos
veíamos, y el tiene sobre míuna ventaja incontestable. El hace algo:
su vida es la consecuencia lógica de sus opiniones, la mia no tiene
objeto.
Mi querido primo e puedes contentarte con esa vida llena de
inercia ?
FiYo, la detesto !... Pero volviendo a la cuestion , las ideas que
acabo de emitir sobre la esclavitud, no son enteramente mias. Una
gran masa de hombres tienen la misma opinion que yo . Es una plaga
para todos, no solamente respecto de tantos séres åbyectos, degra
dados, viciosos é imprevisores, sino aun para los amos que están
obligados á vivir con ellos. La aristocracia inglesa no esperimenta lo
que nosotros, ni está confundida con la clase que la degrada. Losne
gros están en nuestras casas; son los compañeros de nuestros hijos,
con ellos so educan antes que con nosotros . Si Eva no tuviese cuali
· 177
dades superiores, ella se habria perdido . Tanio vale dejar la viruela
propagarse entre los esclavos con la idea de que nuestros hijos no
seinfesten, como dejarlos sin instruccion y sin principios, persua
diéndose que nuestros hijos no han de ser víctimas de tan funesta
nfluencia. Sin embargo nuestras leyes prohiben formalmente que se
organice para los esclavosun sistema deinstruccion general, y hacen
muy bien en esto. Como eduquen una generacion sola, bastaria esto
para que cayese por tierra el sistema de esclavitud reinante. Si en
tonces no les diéramos la libertad ellos se la tomarian .
-¿Y cuál será segun tu opinion el término de todo esto ?.pre
guntó mis Ofelia .
Lo ignoro . Lo que hay de cierto es que las masas se mueven
en el mundo entero y que un dies irc llegará tarde o temprano.
La misma agitacion reina en Europa, en Francia, en Inglater
ra y en este país. Mi madre acostumbraba decirme que noso
tros nos aproximábamos á una época en que Cristo reinaria y
en que todos los hombres serian libres y dichosos. Cuando yo era ni
ño, ella me hacia repetir : Que vuestro reino llega . Se aproxima sin
duda, pero , ¿ quien puede augurar el dia en que eso suceda ?
Agustin , dijo mis Ofelia , mirando fijamente áá su primo, creo que
no estás lejos del reinado de Dios.
-

Muchas gracias, por tu deseo , pero yo tengo altas y bajas ; en


teoría subo hasta las puertas del cielo, y en práctica desciendo hasta
F el polvo de esta tierra... Pero la campana se oye; vamos a tomar el
té y cuento con que no digas ahora que no he tenido contigo una
conversacion formal.
En la mesa, María hizo alusion à la muerte de Prue :
2
Yo supongo, dijo ella, prima mia, que tu nos considerarás á
au á nosotros como á unos bárbaros.
Creo únicamente, respondió mis Ofelia, que lo que han hecho
con Prue es un acto de barbarie.
.

– Hay criaturas, replicó María á quienes es imposible traer á


buen camino. Su perversidad no cesa .No tengo por ellas ninguna
simpatía, son víctimas por sí mismos.
Pero mamá, dijo Evangelina, esa pobre vieja era desgraciada y
por eso se habia entregado a la bebida.
-

¡ Vaya enhora mala ! Como si eso sirviera de escusa. ¿Yo he


sidomuchas veces desgraciada, mis tribulaciones son, lo presumo,
mucho mayores que las que ha podido tener esa vieja para quejarse.
i¡ La miseria de esos negros proviene de sus picardías ? A algunos no
se les puede amansar sino por medio del mas rigoroso trato. Me
acuerdo que mipadre tenia un esclavo tan perezoso que se fugaba
par no trabajar y preferia andar errante en las savánas, viviendo del
& merodeo y cometiendo toda clase de faltas. Se le echó la mano, se le
castigó, pero envano, se fugó nuevamente no obstante de que se le da
#ban sendos castigos por cada evasion . Por último, ensangrentado y
2 muerto de hambre se arrastró hasta las savánas donde murió . Y no
tenia ninguna razon fundada para fugarse , porque mi padre siempre
trató á sus negros con benevolencia ,
-
178
-- A mí me ha sucedido, dijo Saint-Clare, aprehender á un ne
gro que habia burlado la vigilancia y los esfuerzos de todos sus amos y
de todos los mayorales.
- ¿ De veras ? esclamó María , me alegraré mucho saber como al
>

canzaste este triunfo .


- Era un indigena del Africa , de una talla herculea y con tantas
fuerzas como un leon . Llamábase Scipion . Tenia desarrollado el ins
tinto de la independencia como ninguno. No podia sacarse partido de
él . Habia pasado de un dueño á otro, cuando Alfredo le compró, es 1
perando ser mas feliz que sus antecesores. Un dia Scipion le pegó á
un mayoral y se refugió en las sávanas. Esto ocurrió despues de la
division de la herencia; yo habia ido á visitar á mihermano: le encon
tré en un estado de terrible desesperacion , pero le dige que la culpa 21
era suya y que yo amansaria al rebelde : hicimos una apuesta y con
venimos en que si yo le aprehendia, me dejaria esperimentar mi pro
pósito. Fui en persecucion del prófugo con otros seis ó siete; nues
iros fusiles y buenos perros de presa . Ya sabes tú que con el mismo
interés se va a una cacería de un siervo que á la de un hombre por
poco habituado que uno esté á ese ejercicio. Yo mismo estaba un
poco animado, aunque debiera servir de mediador en el caso de ser
cojido elcimarron. Lanzamos nuestros caballos ; los perros ladraban
y al cabo le encontramos: corria él con la rapidez de un ciervo y con
servó la delantera nuestra por algun tiempo , pero acorralado en un
>

cuadro impenetrable de cañas de azúcar se detuvo é hizo frente para


combatir. Aguardó á los perros y empleando una fuerza prodigiosa
los lanzó á izquierday derecha àa gran distancia y mató dos con sus
puños ; pero un tiro de fusil le hizo caer á mis piès. El pobre diablo
me echaba unas miradas en que se pintaba la desesperacion del ven
cido. Retiré los perros y los cazadores y reclamé mi prisionero : mis
compañeros querian acabarlo en el calordel triunfo , pero insistipor
que se le salvase la vida y Alfredo me lo vendió. Me encargué del
cimarron y al cabo de unos quince dias ya lo tenia yo mas manso que
un cordero.
¿ Y qué sistema empleaste para ello ? preguntó María.
Uno muy simple. Le instalé en mi cuarto, le hice poner una
buena cama, yo mismo le curé las heridas , у le prodigué los mayo
res cuidados hasta su completo restablecimiento . Ademas le estendi
una escritura deá libertad , y desde que le ví sano le dije que podia ir
donde quisiese á su antojo.
-¿Y se marchó ? dijo Mis Ofelia.
No; cometió la locura de desgarrar en menudos pedazos la
escritura de manumision , y renunció con la mayor firmeza a separar
se de mi lado ; tambien es cierto que jamás he tenido un criado mas
fiel ni mas reconocido. En seguida abrazó el cristianismo , y su ca
racter yino á ser mas dulce que el de un niño . Le encargue de la ad
ministraciondemipropiedadenellago, donde secondujo a las mil
maravillas. perdí
Le cuando el cólera, yy de hecho , sacrificó su vida
>

por salvar la mia. Yo fuí atacado por la epidemia , y apoderados de


un terror pánico todos mis criados meabandonaron solamente Sci
179
pion me asistió con un celo infatigable, y. a él le debo ballarme aun
en este mundo . ¡ Pobre muchachol él enfermó á su turno y no obs
Tante mis esfuerzos no hubo salvacion para él ; ninguna pérdida me ha
sido tan sensible como la suya .
Mientras Saint -Clare contaba su historia , Evangelina se le habia
ido aproximando gradualmente. Ella escuchaba con la mayor aten
cion.; sus labios estaban entreab ertos , y sus grandes y rasgados
ojos espresaban un gran interés por la narracion . Así que él concluyó,
ella le pasó los brazos en torno del cuello ,, y bañó su rostro en iño
centes lágrimas ; la violencia de sus emociones le hacian temblar de
una manera visible .
Eva , mi querida hija , é qué tienes ? dijo Saint-Clare : esta niña,
añadió , no deberia oir nunca historias de esta clase , porque es muy
nerviosa .
- No , papá , yo no soy nerviosa , dijo Evangelina conteniéndose
con una fuerza de resolucion estraordinaria para una niña ; no soy
nerviosa añadió , pero esas cosas me hieren el corazon .
Di
· Esplícate ,Eva.
10 No puedo. Se me agolpan una multitud de ideas ; quizás llegue
e
un dia en que pueda esplicarme.
Como quieras, hija mia, pero no llores mas... ¿ Has visto la her
1
mosa pesca que te he traido ?
Evangelina se sonrió , áa pesar de hallarse muy conmovida.
Vamos, continuó Saint-Clare tomándola por la mano , ven á ver
los pescados rojos.
Al cabo de algunos minutos el ruido de varias carcajadas penetrú
Die á través de las cortinas de seda; Evangelina y Saint-Clare salieron
corriendo una tras otro por las calles de árboles que habia en el ter
LS
raplen de la casa .
01 No se tema que olvidamos á nuestro pobre Tom porque nos ocu
pemos de personajesmas distinguidos ; nuestros lectores sabrán algo
mas de aquel , si se dignan acompañarnos á las caballerizas. Allí ha
bia un cuarto pequeño, amueblado con una cama, una silla y un gran
pupitre , en el que Tom colocaba su Biblia y su coleccion de salmos.
Nuestro héroe estaba sentado ejercitándose en un trabajo superior á
sus fuerzas delante de una pizarra .
Las aspiraciones de Tom hacia el hogar doméstico eran ya tan
imperiosas que habia pedido una hoja de papelde cartas á Evange
lina. Recordando todos los conocimientos literarios que habia adqui
rido de Jorge Shelby, se propuso el atrevido pensamiento de escribir
la una carta y trazabael borrador en la pizarra. Hallábase muy emba .
pe razado, porque no se acordaba de la forma de ciertas letras, y no sa
as bia como emplear las que tenia presentes . En tanto que él sudaba y

1 se esforzaba sin provecho, se presentó Evangelina , subió sobre el


>

i espaldar de la silla y observó por encima de los hombros de Tom lo


il que éste hacia .
da ¡ Oh , tio Tom ! ; qué garabatos son esos ?
le Estoy ensayándome para escribir á mi anciana muger y á mis
180

hijos, respondió Tom limpiándose los ojos con las manos , pero dudo
conseguirlo.
- Yo quisiera poderte ayudar, Tom ; he aprendido á escribir ; el
año pasado ya sabia formar todas las letras pero temo haber olvidado na
las lecciones que recibi.
Evangelina colocó su cabeza rubia cerca de la del negro, y ambos
llenos de ignorancia y de los mejores deseos tuvieron una consulta
grave. Despues de haber deliberado sobre cada palabra , produjeron
una composicion que á satisfaccion de ellos parecia un escrito.
- Esto va tomando ya forma , tio Tom ; qué contentos van á po
nerse tu muger y tus niños. ¡ Oh ! es una vergüenza que te hayan
separado de ellos. Mis intenciones son suplicarle á papá que te de
vuelva dentro de algun tiempo .
- Mi ama me dijo que enviaria el dinero en que fui vendido para
que me devuelvan á su poder ; y que esto sucederia tan pronto como
ella lo tenga : yo espero que cumpla su promesa . Mi jóven amo, el
lo

señor Jorge, me dijo que él mismo vendria á buscarme, y me ha col


gado al cuello este peso fuerte en testimonio de su oferta.
Entonces Tom le enseñó el pesoque conservaba como un relicario .
¡Oh ! sin duda vendrá, contestó Evangelina. ¡ Cuánto me alegro !
Yo quiero dirigirles una carta para que sepan lo que hago, y
decirle á Chloé que estoy bien ; porque ella debe estar muy apesa
dumbrada con mi ausencia; i pobre muger !
-Tom ! gritó Saint-Clare, que acababa de presentarse en el din
tel de la puerta .
Tom y Evangelina se sobresaltaron .
3 Qué haces tú ahí ? preguntó el amo echando una ojeada sobre
la pizarra.
-Una carta para Tom ; él me ha suplicado que le ayude. ¿ Está
bien escrita ?
· No quiero desanimar ni á uno ni á otro ; pero hubiera hecho
mejor Tom en dirigirse á mí. Yo te escribiré la carta en volviendo de
paseo.
Es muy importante que él escriba , dijo Evangelina , porque su
ama debe enviar el dinero que él costó, y me ha dicho que ella está
empeñada en adquirirlo nuevamente .
Saint-Clare juzgó que todo seria una de esas promesas consolado
ras que suelen hacer los amos benevolos pero sin intencion de rea
lizarlas, con el solo objelo de hacer á los esclavos menos sensible el
dolor de ser vendidos . Así fué que absteniéndose de toda clase de
comentarios , ordenó á Tom que ensillase los caballos.
La carta de Tom ſué escrita y puesta aquella misma noche en el
correo .
Entre tanto Mis Ofelia continuaba en sus trabajos. Todos los cria
dos desde Dinah hasta los mas pequeños estaban de acuerdo en decir
que decididamente ella era una muger muycuriosa ; epiteto que los
esclavos en los Estados del Sud emplean calificando con él á sus su
periores cuando son molestos ó impertinentes.
Los niños mimados entre los servidores de la casa, es decir Adolfi,
181
Juana y Rosa sostenian que Mis Ofelia no erafuna señora mas que en
el airede importancia con que se conducia , que trabajaba demasiado,
mas de lo que debe una señora y que parecia increible que fuese pa
rienta de los Saint-Clare. Por suparte María confesaba que no habia
cosa masfastidiosa para ella que ver ocupada constantemente a su
prima. Mis Ofelia cosia y trabajaba desdeel amanecer hasta el os
curecer, como una persona que se vé precisada á ello por la necesi
dad . Cuando la noche se presentaba de lleno , entonces recogia la
costura, tomaba las agujas y se ponia á hacer media con la mayor
actividad . Todo esto era un verdadero suplicio para los demas.

o/
CAPÍTULO XX .
TOPSY.

Cierta mañana, en elmomento en que miss Ofelia descansaba do


sus tareas domésticas; llamó Saint-Clare desde la primer grada de la
escalera :
- Prima, baja al salon, quiero presentarte una persona.
-¿Qué me quieres? respondió miss Ofelia encaminándose al salon,
con su labor en la mano .
Acabo de hacer una adquisicion para tí; contémplala. Saint
Clare le presentó uua negrita de unos ocho años.
Era una de las mas negras de su raza. Los ojos redondos, y bri
llantes como el cristal, erraban de objéto en objeto, con estremada
9.vivacidad. Su boca, entreabierta por la admiracion que le escitaban
ricos adornos del salon , ostentaba dos hileras de dientes mas blancos
que el marfil. Tenia su cabellera de lana, dividida en varias trenzas,
colocadas en diversos sentidos . Una espresion de melancolía y de
solemne gravedad cubria su inteligente rostro : iba vestida de una
especie de túnica ó camisa de lona, sucia y despedazada, mante
níase de pié cruzados sus brazos é inmóvil como una estátua, y
toda su persona formaba un sér tan estraño y fantástico, que á sú
vista miss, Ofelia quedó desconcertada.
Por qué me has traido esta criatura ? Preguntó enseguida á
Saint-Clare.
Para que la eduques. Es la muestra mas bizarra de su raza . Ven
aquí Topsy ! díjola silvando como si llamara á un perro. Cántanos
unas seguidillas, y ponte á bailar.
Tomaron los ojos de la negrita una espresion maliciosa, y entoro
con voz clara y aguda una bizarra melodía . Gesticulaba, batia las
manos , se daba en un pié con el otro para marcar el compás
16
y emita
182
guturales sonidos que caracterizaban la música africana. Dió unos
cuantos saltos tan descomunales y salvajes que dejaron estupefacta
á miss Ofelia. Saint-Clare que hallaba en ello un singular placer die
rijió por segunda vez la palabra á la pobre criatura.
Topsy, hé aquí á tu nueva señora ; te dejo entre sus manos ;
así, pórtate bien con ella.
Si señor, respondió la negrita con solemre gravedad, pero vol
viendo sus ojos con malicia.
-¿Lo has comprendido ?
-
Si señor, respondió cruzando las manos.
- Agustin &qué significa eso ? preguntó miss Ofelia . Tu casa és
atestada de esa peste, de modo que no puede darse un paso en e
sin tropezar con una docena. En el nombre del cielo, dime por q
me has traido á esa criatura ?
Para que la eduques, vuelvo á decirte . Estás siempre nici
1
cando la necesidad de educar a los hijos del Africa; y al efe
hecho eleccion de uno completamente ignorante que te confiden
este momento .
-
- Tengo ya bastantes, y no hay necesidad de mas.
Ya ves como sois todos los cristianos : formaiseli !
mandais á unos cuantos pobres misioneros á pasar su ." 1138, en me
dio de los paganos ; pero ninguno de los que la componer: Se en
carga de tomar uno ni aun para convertirle .
-
No veia la cosa bajo ese punto de vista ; en efecto 12 , ! ' bra
de misionero la que me exiges : empero considero inút 1 pra
que acabas de hacer, pues que no me faltan otros con ! CU

parme.
Prima , añadió Saint - Clare , debo pedirte perdor por haberte
querido probar esperimentando, si tu resolvias las teorí ...Otinto
propalas á practicarlas por sí misma. El hecho es qu in eliz
tenecia unos tab erneros caydaa des
puerta pasolator : i ras ;
laperdesgraciaá da, maltratada y por
apalea de por : U. sta
la noche , me daba compasion : al verla pensé que pese rse
algun partido de ella y la lo comprado para tí. Dála un innt : ion
ortodoxa, como la que dan en la Nueva Inglaterra , y tor: sa
lisfaccion de quitarle el pelo de la dehesa y hacerla mi jigca
ciada . Tú sabes , en fin , que no tengo disposicion alęs para la
enseñanza, así te la confio á ti para que hagas de ella la quüin c?
ridad te ordena .
laré en su favor cuanto me sea posible.
En seguida miss Ofelia la condujo á la cocina para la ... -
asearla , pues estaba sumamente sucia y asquerosa .
Vanios dijo al verla Dinah con un tono poco agradable .
necesidad ienia Mr. Saint-Clare de traer una negra mas á su casa !
viendo miss Orelia que nadie se prestaba para asear y vestir á la
recien llegada, se decidió á hacerlo por sí misma, aunque con baw
lánit repugnancia. Se enterneció a la vista de las cicatrices y callo
sidades, marcas indelebles del régimen bajo el cual habia vivido
hasla entonces la infeliz criatura.
183
Mire Vd. señora, dijo Juana que habia ido a ayudar á miss Ofe
lia ; esas cicatrices denotan que esta niña tiene necesidad de correc
cion. Yo no sé porque la ha comprado el amo , pues ha de darnos
mucho que hacer .
La jóven negra oyó tales comentarios con una espresion de tris
teza y resignación que parecia serle habitual ; sin embargo miraba á
hurtadillas, y con avidez los pendientes que llevaba Juana. Luego
que le cortaron el pelo , y la vistieron con decencia , la infeliz parecia
otra cosa, y miss Ofelia contemplándola con satisfaccion , dijo : Ahora
sí que tiene un aspecto mas cristiano. La buena señora se puso desde
aquel instante á meditar sobre diversos planes de instruccion, á fin
de elegir el mas adecuado al sér desgraciado que la Providencia habia
puesto en sus manos . Dió pues principio por el siguiente interroga
torio .
.
¿ Qué edad tienes Topsy ?
-
No lo sé, señora, respondió la niña riendo.
¡ Cómo pues ! Nadie te lo ha dicho jamás ? ¿ Quién es tu ma
dre ?
Yo no he tenido nunca madre .
¡ No has tenido nunca madre ! ¿ Qué quieres decir con eso ? ¿En
dónde has nacido ?
Yo no he nacido .
Acompañó Topsy estaspalabras con un tono tan irónicamente dia
bólico, que miss offelia á no ser una muger positivista hubiera podido
imaginarse que tenia en su presencia algun Gnomo llegado del país
de los hechiceros. Así pues ladijo con seriedad:
- No debes responderme de esa manera, hija mia ; yo no trato
de burlarme de tí ; en esa inteligencia , díme z en dónde has nacido,
y qué hacian tus padres ?
No he nacido nunca, no he tenido padre ni madre, ni nada,
1. respondió Topsy, con tranquilidad. He sido criada por un especula
dor, en compañía de otra multitud de miserables como yo ; y la tia
Lue era la que nos daba lo que ella decia que necesitábamos .
Era incontestable que la infeliz, hablaba con toda sinceridad.
Existen muchos séres como éste, dijo Juana ; los infames espe
culadores de este cruel tráfico los compran á bajo precio cuando aun
están ¿enCuánto
la lactancia, para venderlos despues con suma ventaja.
tiempo has vivido con tu último amo ?
Yo no sé, señora .
¿ Hace un año, ó mas ?
No podré determinarlo .
Hé aquí como son estos negros, añadió Juana ; no saben lo que
es un año , ni aun su misma edad .
Has oido alguna vez hablar de Dios ?
à . No señora , respondió la niña con su acostumbrada ironía .
¿ Sabes quién te ha criado ?
Nadie, ' replicó Tomsy ; no creo que persona alguna me haya
criado .
-

¿ Sabes coser ? volvió a preguntarla miss Offelia, que creyó


184.
prudente variar su interrogatorio sobre asunto mas fácil de com
prender.
- No, señora .
-

En fin && qué sabes hacer ?


-
Sacar agua del pozo, fregar, limpiar los cuchillos , y servir à la
mesa .

Levantóse en seguida mis Ofelia , y vió á Saint-Clare apoyado sobre


el espaldar de la silla.
Tienes que cultivar un suelo vírgen , la dijo; siembra en él tus
ideas que ellas germinarán.
Las ideas de miss Ofelia en materias de educacion , así como en lo
demas, eran claras y determinadas; mas eran empero las que reina
ban hácia ya siglos en Nueva - Inglaterra y que se conservan todavía
en ciertas regiones lejanas en donde los caminos de hierro son des
conocidos. No es allí complicada la enseñanza ; los niños aprenden
el Catecismo, la lectura, y otras labores ; recomendábaseles no ha
blar sin reflexion, y siempre, despues de haber meditado lo que se
ha de decir. Este método ha sido naturalmente eclipsado por las me
joras que se han introducido en él. Empero miss Ofelia no cono
ciendo otro lo puso en práctica con la pagana,
Desde aquel momento, Topsy fué considerada como la hija de miss
Ofelia, quien viendo que su pupila era mal acogida en la cocina, li
mitó a su propia habitacion la esfera de sus ocupaciones.
A lamañana siguiente despues de haberla "labado y vestido con
limpieza, missOfelia la dijo :
Voy á enseñarte comose hace la cama ; así préstame la mayor
atencion .
- Si, señora, respondió Topsy exhalando un suspiro.
No se habia apercibido miss Ofelia que mientras que estaba
vuelta de espaldas la negrita habia tomado un par de guantes y una
cinta que escondió con destreza en las mangas de su vestido.
Vamos Topsy, la dijo la señora, sentándose despues de haber
quitado las sábanas. Principia á hacer la cama, y ten cuidado en eje
cutar todo cuanto me has visto hacer.
Púsose aquella á la obra con tanta inteligencia como gravedad, y
los resultados satisficieron completamente a su ama. Desgraciada -
mente al terminar vió
escondido miss Ofelia un estremo de la cinta que se ha
bia manga
en la .
- ¿ Qué es eso, desgraciada? ¡ La has robado!
Aunque la cinta la sacó de su manga tuvo el atrevimiento de ne
gar que la habia tomado.
-¿Es de Vd. ? contestó , sin desconcertarse. Entonces cómo se
ericcentra dentro de mimanga ?
-
No mientas,> tú la has robado.
Digo á Vd . que no , y aseguro que ahora la veo por primera
vez .
¿Sabes que la mentira es un defecto odioso ?
No miento jamás, miss Offelia, repuso Topsy , con el tono de la
virtud calumniada .
C
185
· Ten cuidado en lo que dices , porque si faltas á la verdad lle -
varás palos.
Aun cuando me azotara Vd. toda el dia , balbuceó Topsy que
>

ya principiaba á turbarse, puedo asegurar que no he visto la cinta


antes de que se hallara en mi manga . Vd. ha debido dejarla sobre la
cama, y al hacerla yo se ha metido en mi manga sin que lo notara.
Tanta impudencia indignó á tal punto á su señora que se levantó
ésta encolerizada, y tomándola por los brazos, le dió una fuerte sa
cudida .
¿ Te atraverás todavia á sostener tu mentira ?
La sacudida hizo saltar los guantes de la otra manga.
Ola! ey ahora dirás que no la has robado ?
Confesó que se habia ocultado los guantes y sostuvo que no habia
tomado la cinta; amenazola nuevamente miss Ofelia , y manifestó
igualmente el robo de la cinta protestando su ai repentimiento .
C

Has debido robar alguna otra cosa desde que has entrado en
masa . Si me lo dices no serás apaleada.
-

Pues bien, señora, he tomado el collar que miss Eva, llevaba.


-¡Oh la bribona! y qué mas?
He robado los pendientes de Juana.
- Vuélveme todo eso .
No es posible, por que los he arrojado al fuego.
Mientes infame; ves á buscarlos y tráemelos ; sino serás seve
ramente castigada . Persistió Topsy en que los habia echado al fuego,
y principió a llorar.
¿ Por qué los bas quemado? ¿ Con qué objeto ?
Porque soy mala, muy mala .
Llegó a entrar por casualidad Evangelina en este momento , y vió
he su tia el collar en el cuello de su sobrinita .
¿En dónde has encontrado el collar ? la preguntó miss Offelia .
- Lo he llevado todo el dia .
be ¿ Lo tenias ayer ?
Si por cierto, y lo mas singular todavía es que habiendo olvi
dado de quitárınelo al acostarmehe dormido con él toda la noche.
Quedó aturdida miss Ofelia ; pero aumentóse su admiracion al ver
llegar á Juana con sus pendientes puestos.
En verdad, prorrumpió con sentimiento ; nunca podré hacer nada
-

de provecho con semejante criatura. ¿ Porqué me has dicho que ha


bias robado el collar y los pendientes,embustera ?
ET Cómo Vd . me ha dicho que confiese , yo he dicho cuanto me ha
venido a la cabeza .
Pero no te he mandado que me dijeras lo queno has hecho.
¿Por venturapuede esperarse algunaverdad de una criatura de
esa especie ? dijo Juana con indignacion . Si fuera Mr. Saint-Clare la
eri daria de palos hasta no poder inas.
- No hables asi , replicó Evangelina con tono de autoridad.
· Vd. es muy buena , miss Eva, é ignora como deben tratarse los
negros .
16 *
186
Silencio Juana, y no exites mi cólera .
Examinó Evangelina á lopsy. Las dos niñas que se hallaban en
presencia representaban los dos estremos de la sociedad. Por una 0

parte, veíase á una niña rubia, de espresivos é inteligentes ojos, de


noble frente, y de talla y ademanes magestuosos y ; por otra una
negrita tímida, ignorante pero astuta y artificiosa. Representaba la
primera, la raza sajona perfeccionada durante siglos consecutivos de
cultura, de dominacion y de superioridad física y moral. Represen
taba la segunda el Africa degradada por muchos siglos de opresion ,
de miseria y de penosísimos trabajos. Era quizás este contraste la
imaginacion de Èvangelina; mas los pensamientos de una niña no
son sino instintos vagos é indefinidos, y la hija de Saint-Clare habia
tenido otros de la misma naturaleza, y no se sentia con la capacidad
necesaria para formularlos. Hé aquí porque cuando oyó á su tia re
prender la conducta de Topsy, entristecida dijo , con dulce amabilidad.
Infeliz y de graciada ! ¿Porqué te inclinas al robo ? Ahora ten
dremos cuidado contigo; prefiero querida mia darte lo que desees
antes que esponerte á que nos lo robes .
Estas fueron las primeras palabras de cariño que la negrita habia
oido en toda su vida. La voz y las maneras insinuantes de su jóven
señoritaprodujeron sobre su corazon salvaje una impresion que no
es fácil definir*: pero fué pasajera esta emocion , y se echó enseguida
á reir. El sér , que siempre ha sido objeto de crueles y duros trata
mientos muestra una incredulidad singular cuando se le inspira amor
y benevolencia, y Topsy hallaba en elsuave lenguaje de Evangelina
un no sé qué de nuevo éinesplicable, que no pudo creer.
Me parece imposible educar á mi hija adoptiva sin aplicarla el
látigo ; dijo miss Ofelia á Saint-Clare.
Como quieras prima ; tú eres dueña y soberana de hacer tu vo
luntad .
Para educar bien á los niños es necesario castigarlos. De otro
modo no se hace nada de provecho.
Haz tu voluntad ; pero cuando pienso en los malos tratamientos
a que ha estado acostumbrada, creo que será necesario apalearla con
energía para poderla impresionar.
¿ Qué he de hacer en este caso ?
La cuestion es grave , y yo ignoro su solucion .
- Estoy perpleja, y no atino la conducta que debo seguir con esta
desgraciada .
Ni yo tampoco . ¿ De qué :ovienen las crueldades que los dia
rios refieren muchas veces ? Del a dureza é insensibilidad de ambas $

partes : cuanto mas inhumano se presenta el amo, tanto menos docil


y razonable se conduce el esclavo. El látigo y los malos tratamientos
deben compararse con el láudano, y aumentarse la dósis a medida
que la sensibilidad declina : hace mucho tiempo que me ha conven
cido esta verdad ; y así, ignorando como habia de concluir, nunca 0

he querido empezar á darles de palos. Tú me has hablado muchas e

veces de la responsabilidad moral que pesa sobre nosotros ; has lle 0


vado á mal que no instruya á mis esclavos ; y me habia prometido
187
que tú harias una útil esperiencia con esa. niña que cuenta entre
nosotros millares que se le parecen .
Vuestro detestable sistema no puede producir sino séres como
Topsy .
- Lo sé; pero lo cierto es que existen, y en tan triste caso, lo que
nos toca hacer es ver el mejor sistema que debemos adoptar para sa
carlo de tamaño degradacion.
.
Reflexionaré , porsi debo perseverar en mis ideas .
En electo, miss Offelia impuso á su discípulas varias metódicas
ocupaciones . La enseñaba á leer y escribir , à coser y á hacer me
dias ; y en poco tiempo leia ya correctamente. Pero ágil y viva como
una ardilla , é inquieta como el mono, no podia estarse ni un mo
mento con la calma y la tranquilidad que se deseaba . Rompia las
agujas, hacia añicos el hilo , y lo arrojaba todo por el balcon.
Tenia Topsy maravillosa habilidad para las pantomimas; bailaba ,
cantaba, gesticulaba, é imitaba todos los sonidos que herian sus
oidos, de modo que todos los negros de la casa la seguian por todas
partes con la boca abierta llenos de admiracion . Hasta la misma Evan
gelina estaba fascinada por la hechicera muchacha. Alarmóse miss
Ofelia de esta inclinacion de su sobrina y se quejó á Saint-Clare .
Déjala ; pues, no veo inconveniente, ni peligro en ello, la res..
pondió Agustin .
Temo que esta criatura pueda corromperla enseñándola alguna
maldad .
Podria, quizás, pervertir a cualquiera otra niña; pero el mal
pesa sobre el corazon de Eva, como el rocío sobre las hojas.
- No tengas tanta confianza; por mi parte no dejaria á ningun
hijo mio asociarse con Topsy .
Si Eva debiera corromperse ya lo estuviera sobradamente; asi
no quiero disgustarla privándola de una compañia que la divierte.
Aunque Topsy fué despreciada por todos los esclavos de Saint
Clare, tuvieron luego la necesidad de alcanzar su amistad ; pues que
la huena negrita se vengaba de todos ellos robándoles lo mejor que
tenian , y manchándoles, y dejándoles inservibles todos los trajes de
gala que sacaban los domingos. Quisieron castigarla al principio,
mas la astuta negra hacia todo con tanto disimulo que jamás pu
dieron probarle ninguno de los hechos que la imputaban , y aunque
todos estaban convencidos de que ella era la delincuente, no teniendo
empero las pruebas suficientes, se vieron en la necesidad de cesar en
su persecucion y en sus quejas .
Topsy tomaba todo lo que veia a la mano con una destreza prodi
giosa. En pocas lecciones supo arreglar el cuarto de miss Ofelia con
una limpieza y órden admirables . Mas cuando confiada ésta la dejaba
sola y en plena libertad hacer su deber, entonces se divertia confun
diendo unas cosas con otras, y en vez de hacer la cama, se divertia
en vestirse con los trajes de su señora, y se ponia á declamar delante
del espejo comosi representara diversas escenas cómicas, que acom
pañaba con cantos, silvidos y gestos.
Un dia que miss Ofelia habia olvidado la llave de su cómoda, halló .
188
á Topsy que se habia puesto en torno de la cabeza como un turbante
su precioso chal encarnado de crespon de la China .
¿Por qué haces eso, Topsy ? la decia su ama.
No lo sé, señora ; supongo que lohago porque soy estremada
mente mala, y yo no trabajo bien sino despues de ser apaleada.
-
Pero yono quiero castigarte.
– Acostumbrada á los palos, yo presumo que me hacen bien, pues
solo entonces trabajo con gusto.
Puso miss Ofelia en práctica la receta , y Topsy gritaba, gemia y
pedia perdon ; mas un instante despues se burlaba del castigo que
habia recibido.
Ocupábase miss Offelia todos los domingos en enseñar el Catecismo
á Topsy. Tenia ésta una memoria rara, y recitaba sus lecciones con
facilidad y buen criterio.
- Qué bien piensas hacerla enseñándola el Catecismo ? la preguntó
Saint Clare. Me acuerdo, continuó, que tambien me lo hicistes apren
der en mi niñez .
Y mostrastes muy grande disposicion , sobre la cual habia fun
dado las mejores esperanzas.
Esperanzas que no se han realizado. No es verdad ?
Ojalá conservaras las buenas inclinaciones de tus juveniles
años .
- No creo haber cambiado. Mas sea de esto lo que quiera ; conti
nua catequizando áá Topsy, y trata de desarrollar sus ideas.
Durante este diálogo, habia permanecido Topsy inmoble como una
estátua ; y á una señal de su ama continuó recitando : « Nuestros
primeros padres habiendo abusado de su libertad, salieron del estado
de inoncencia en que habian sido criados. »
Al pronunciar Topsy estas palabras parecia desear una esplicacion.
¿ Qué te sucede ? la dijo miss Ofelia.
Dígame Vd. señora, į Era ese el estado de Kentucky ?
¿Cuál Estado ?
Èl del que salieron los hombres despues de haber abusado de
su libertad. He oido decir á mi antiguo amo que nosotros éramos de
Kentucky.
Echóse á reir Saint-Clare.
Tú le indicas un sentido, y ella le aplica otro enteramente con
trario .
Ten la bondad de guardar silencio, Agustin . Si ries cuando yo
la esplico estas eternas verdades, es seguro que no sacaré ningun
fruto de mis tareas .
Enhorabuena; te prometo que no turbaré mas tus ejercicios ; y
se puso á leer el diario.
Continuaba miss Ofelia educando á Topsy con firme perseverancia:
se fué acostumbrando insensiblemente a su oficio de pedagoga como
otras personas se habituan a las nevralgias y á otras enfermedades y
crónicas. La negrita proporcionaba á Saint-Clare las mismas distrac
ciones que provoca un loro, ó un perrito, y se refugiaba al lado de
su amo siempre que se veia perseguida por los demas negros y criados
189
de la casa . Dábala este de vez en cuando algunas monedas con que
ella compraba dulces y otras golosinas que distribuia en seguida á
los niños de la propiedad. Era generosa, y dotada de un escelente
corazon se compadecia de las penas que veia. Dejémosla pues ahora
que ya hemos descrito su carácter, hasta que vuelva á figurar con los
demas actores de esta historia.

CAPITULO XXI.

KENTUCKY .

Plegaba el sol su dorado manto en una tarde de verano ; abiertas


estaban las puertas y ventanas de la habitacion de Mr. Shelby, para
dejar paso al fresco ambiente que en aquel momento soplaba : hallá
base Mr. Shelbytendido sobre un sofá fumando un cigarro despues
de la merienda. La señora Shelby parecia preocupada sobre la con
versacion que pensaba tener con su marido en el primer momento
favorable .
- Sabes, le dijo, que la tia Chloé acaba de recibir una carta de
Tom ?
- En efecto, segun se vé, Tom ha encontrado amigos que se in
teresan en su favor. ¿ Está bueno ?
Ha sido comprado por una familia apreciable уy lo tratan con
suma bondad .
-
Me alegro infinito. Se acostumbrará entonces en su nueva resi
dencia y nopensará ya en volver por aquí.
Te equívocas, pues pide con instancia que le rescatemos, y eso
es imposible.
Seria necesario pedir prestado á uno para pagar á otro, .
ylos pa
garés nos agovian. Las reclamaciones de los acreedores llueven
comoel granizo sobre nosotros.
Si tú quisieras, podrias sacarlo de ese apuro . Si vendieras tus
cabailos ó una propiedad, prestarias la suma necesaria para el rescate
de Tom y te quedaria bastante dinero para pagar todas nuestras
deudas .
¿ Estás loca, Emilia ? Eres una muger sumamente bondadosa ,
pero no entiendes nada de negocios.
-

Tú deberias comunicarme y consultarme los tuyos . Haz un es


tado de tus créditos activos y pasivos , y permiteme su exámen , para
que yo vea si nuestra posicion es tan desastrosa como la pintas.
- Eso es imposible ; tú no lo entiendes, te repito.
190
No hallarias ningun medio para encontrar dinero ? La infeliz
Chloé sueña sin cesar en la promesa que la has hecho
- Imprudente promesa ! prorrumpió Mr. Shelby. Lo que debemos
-

hacer, es inclinar áа Chloé á que se case en segundas nupcias; así lo


hará Tom dentro de poco tiempo ; por consiguiente, no hay que pen
sar mas en ello .
Ya meguardaria yo de dar semejante consejo, Shelby, pues me
consta que los casamientos de los negros y esclavos son tan indiso
lubles como los nuestros .
Les has enseñado una moral que no está conforme con su posi
cion social .
Sin embargo , no les he dicho sino la verdad del Evangelio.
No pretendo, Emilia , atacar tus ideas religiosas ; solo sí debo
decirte que la moral no conviene á semejantes gentes.
- Te declaro solemnemente que no puedo dispensarme de cumplir
las promesas que he hecho á esos desgraciados. No sé como propor
cionarme el dinero, y, en último caso, estoy dispuesta a dar lecciones
de música,si fuere preciso para ganar lo necesario para el rescate
del infeliz Tom .
No consentiré jamás que te envilezcas deese modo, Emilia.
¡ EnvilecermelįNo es por ventura mas vil el faltar á la palabra
que se ha dado á un desgraciado ?
Tienes un heroismo singular ; mas espero de tu discrecion que
reflexionarás antes de poner en práctica ese esceso de quijotismo.
Interrumpióse la conversacion con la aparicion de Chloé.
Tenga Vd. la bondad, señora, de venir un instante.
¿ Qué quieres ?
Que Vd. se tome la molestia de examinar las provisiones que
acaban de llegar .
Bajó la señora Shelby, y vió una porcion de aves de distintas cla
ses .
Queria preguntar á Vd. , añadió Chloé, si debo hacer un pastel .
Haz lo que mejor te parezca.
- El amo, dijo, mudando de conversacion , busca dinero por todas
partes, y no aprovecha los medios que tiene en su casa para lograrlo .
- No te entiendo, respondió la señora Shelby, conociendo que
Chloé no habia perdido ni una palabra de la conversacion que habia
tenido con su marido.
-

Hay algunos amos que ganan dinero alquilando á sus esclavos,


ytiles
Mr.como
Shelby debia deshacerse de esta manera de tantas bocas inú
tiene en su casa .
¿ Pretendes acaso abandonarnos ?
- Nada deseo, señora ; mas ha llegado á mi noticia que en Louis
ville hay ciertos pasteleros que tienen necesidad de obreros esperi
mentados a quienes pagan cuatro pesos cada semana .
¿Y qué piensas hacer ?
Pienso que Sally me reemplace , si Vd. no tiene dificultad en
dejarme partir ; con que así espero que Vd . tendrá la bondad de
191
darme el paso y las recomendaciones necesarias para hallar pronto
una colocacion .
¿Y dejarás sin sentimiento a tus hijos ?
Ya son grandes para trabajar, y Sally tendrá la bondad de en
cargarse de la mas pequeña.
¿ Cuánto dista Louisville de aquí ?
No me espanta la distancia ; mas creo que no debe estar muy
lejos del país en donde trabaja mi marido .
Pronunció Chloé estas palabras con tono interrogador y mirando á
su señora .
-
. Te equivocas, Chloé ; Tom se encuentra mas de cien millas mas
allá de esa ciudad,
Entristecióse el semblante de la cocinera .
No importa , Chloé, siempre estarás mas cercana de él ; tú pue- .
des partir, y tu salario todo entero te lo guardaré para rescatar á tu
marido.
¡ Ah, señora, y cuán buena es Vd. [ Cuántas semanas tiene el
año ?
Cincuenta y dos.
& A cuatro pesos por semana, cuantos pesos hacen ?
Doscientos ocho.
¿ Y cuántos años de trabajo son necesarios para ganar la suma
que se necesita ?
- Cuatro ó cinco ; pero yo abreviaré el tiempo de tu sacrificio.
- Vd. señora no debe dar lecciones de piano ; y el amo tiene ra
zon cuando dice que no consentirá jamás en que Vd . se degrade; y
mientras que yo tenga brazos, nadie de la familia se verá reducido á
ese estremo .
- No temas nada, que yo velaré sobre el honor de la familia . Pero
& cuándo piensas marcharte ?
- Estoy pronta. Samuel me ha prometido acompañarme, y no tar
dará en venir, pues hace ya un rato que ha ido á dar de beber á los
caballos. Mañana ya podremos ponernos en camino. Así pues, ya pue.
de Vd , facilitarme los documentos y papeles que necesito.
- Lo haré, si M, Shelby no se opone á ello. Voy a hablarle en
este momento .
Subió la señora Shelby á dar parte á su marido de aquella novedad,
y Chloése dirigió a su cuarto para preparar su equipage.
¿ No sabe vd ., dijo á Jorge, que entró al mismo tiempo á ver
la, que mañana salgo para Louisville ? Allí ganaré cuatro pesos por
semana que la señora me guardará para rescatar á mi marido.
¿ De veras ? ¿ Y cómo piensas marcharte ?
En compañia de Samuel : entretanto le ruego tome papel y
pluma para escribir al tio Tom y noticiarle mi resolucion .
-

Con mucho gusto . Tom se alegrará infinito de saber de nosotros;


voy pues inmediatamente á poner manos*á la obra .
Mientras que Vd . escribe le prepararé algunos fiambres. i All ,
Jorge, yai no comerá Vd . mas con su antigua cocinera !
192

CAPITULO XXII .
0

LA YERBA SECA , LA FLOR MARCHITA .

Rápidamente pasa la existencia ; viviendo hora por hora, dia por


dia, nuestro amigo Tom contaba ya dos primaverasmas. Aunque se
parado de los seres de su afeccion, y preocupado con su porvenir, no
era de todo punto desgraciado. La sensibilidad humana es una arpa
cuya armonía no se desvanece completamente sino cuando un choque
terrible hiere a la vez todas sus cuerdas. Si recordamos las épocas
de mayor sufrimiento de nuestra vida, hallaremos que cada momento
nos proporciona sus distracciones, y sus consuelos, y que nuestra mi
seria no ha sido jamás completa.
Sabia Tom contentarse con su suerte ; habia aprendido en su biblia
la doctrina dela resignacion a la vez que sus hábitos de reflexion y
regularidad.
Como ya lo hemos dicho en el capítulo precedente, el jóven Jorge
contestó à la carta del tio Tom con carácteres tan grandes у visibles
que se podian leer á larga distancia . Díjole que la tia Chloé se habia
contratado con un pastelero de Louisville en dónde ganaria sumas
fabulosas, y que muy luego tendria la necesaria para rescatarlo .
Que Moisés y Pedro eran laboriosos y aplicadosy que la pequeñita
recorria toda la casa bajo la vigilancia de la familia en general y de
Sally en particular . Dijole en fin que su cabaña estaba provisional
mente cerrada, peroque tenian el proyecto de embellecerla para el
dia de su regreso. El estilo de la carta era elegante y conciso cierta
mente ; mas Tom la halló como una obra modelo de los tiempos mo .
dernos. No se cansaba de leerla y darla mil vueltas, y su entusiasmo
Megó hasta el estremo de preguntar á Evangelina, si seria posible
ponerla en un cuadro para colgarlo en las paredes de su cuarto. Ha
bíase aumentado la amistad entre Tom y Eva de una manera prodi
giosa .
El fiel y reconocido servidor esperimentaba hacia ellaun sentimien
to inesplicable ; la amaba como á una criatura débil y terrestre,
pero al mismo tiempo la adoraba como á un sér divino y celestial .
Contemplábala con cierta mezcla de ternura y veneracion que los ma
rineros italianos esperimentan a la vista de una imagen del niño
Jesus : su mayor placer estaba cifrado en satisfacer todos los gra
ciosos caprichos de Evangelina, esas mil pequeñas necesidades que
siente la infancia y que varian como los colores del arco Iris . Pero lo
que mas le agradaba sobre todo era el ver á aquella inocente criatura
correr á su encuentro, y dirigirle al divisarlo la siguiente pregunta .
Y bien Tom . ¿Qué me traes hoy ?
No era ménos pródiga Evangelina en proporcionar á Tom sus ca
ricias у buenos servicios. Apesar de su estremada juventud, leia con
suma perfeccion ; tenia el oido musical , el gusto de la poesía y una
-
193
simpatía instintiva para todo lo que era noble, grande y generoso.
Tan preciosas cualidades la hacian la lectora mas habil y encantado
ra de la biblia que jamás habia oido Tom . En su principio no llevaba
otra idea que la de complacerle, pero insensiblemente se fué embebien
do en tan celestial doctrina y se acostumbró de tal manera al libro
sagrado, que ya no podia dejarlo de las manos . Inspirábale en fin la
lectura de las Sagradas Escrituras fuertes y vagas impresiones y
ciertas aspiraciones estrañas que acariciaban su ardiente imagina
cion .
El Apocalipsis y los profetas, cuyo lenguaje figurado exitaban su
curiosidad , eran los capítulos que mas preferia ; buscaba conocer su
verdadera interpretacion , y para lograrlo, los leia y releia una y mil
veces. Pero no adivinaba sino las dulzuras de la gloria futura, una
region maravillosa en donde sus almas nadarán en delicias descono
cidas. Es indispensable en las ciencias físicas que un hechoquede
plenamente demostrado ; pero en las morales lo incomprensible, lo
i misterioso despierta elalma pavorosa entre las dos eternidades del pa
Usado y del porvenir. No brilla la luz a nuestro al rededor sino en un
limitado espacio ; tenemos necesidad de buscar lo desconocido y las
voces misteriosas que salen de una columna de nubes encuentran en
nosotros los ecos que las responden. Las místicas imágenes son co
mo talismanes cubiertos de geroglíficos, que guardamos en nuestra
mente con la esperanza de poder descifrarlos.
Habia trasladado sus penates Saint- Clare a una casa decampo, si
tuada sobre la ribera del lago Pontchartrain para huir del calor ri
goroso de la estacion. Estaba construida como los pueblos chinescos,
rodeados de parques y paseos. Daba el salon á un precioso jardin ,
adornado con todas los pintorescas plantas de los trópicos . Sinuosos
senderos conducian al lago , sobre cuyas azuladas aguas reflejaban
los rayos del sol. Prestaba cada hora un nuevo aspecto áá aquel cua
dro siempre admirable , que causaba las delicias de cuantos gozaban ,
de su interesante y pintoresca vista.
Iluminaba el sol en su ocaso, al orizonte con sus mágicos resplan
dores, haciendo de las aguas un segundo cielo. Estaba el lago ra
diante de púrpura y de oro ; recorríanlo en todos sentidos ligeras
harquillas que con sus blancas velas desplegadas, surcaban las on
das como una multitud de fantasmas, y aquí y allá brillaban las es
trellas cuyos reflejos oscilaban en las aguas.
Sentados se hallabanTom yEva sobre el cesped del jardin cierto
domingo por la tarde . Tenia Evangelina sobre sus rodillas la Biblia
abierta y leyó el siguiente versículo : « Yo ví un mar de vidrio,
mezclado de fuego. »
Así es en efecto , dijo Eva , interrumpiéndose para mostrar el
Jago .
¿ Qué quiere Vd . decir miss Eva ?
¿ No lo ves ? El lago parece un mar de vidrio mezclado do
fuego.
17
194

Es verdad, repuso Tom, añadiendo : Ah! cuando los ángelos


del Señor me lleven sobre sus alas á la nueva Jerusalen ...
¿ En dónde piensas tú que está la nueva Jerusalen tio Tom . ?
Sobre las nubes .
Me parece que estoy viéndola .Mira esas nubes que figuran unas
grandes puertas de perlas ; y mas ailá, mucho mas allá está adorado
todo un Dios, en toda su majestad, en espiritu y verdad . Cántame
Tom el himno de los bienaventurados.
Cantó Tom el cántico metodista que deseaba oir miss Evangelina .
Tio Tom , yo he visto esos ángeles ; esos bienaventurados me
visitan algunas veces durante la noche.
Sus ojos tomaron una espresion meditabunda y repitió : 1

« Estản vestidos de blanco y llevan en las manos las palmas que


han merecido .
Tio Tom , alli iró yo, añadió Eva en seguida.
¿ A dónde ?
Levantóse la niña y señaló con su mano al cielo , que miró atenta
mente . El crepúsculo de la noche brillaba sobre sus animadas me
gillas, y rodearon su caballera de una aureola divina .
¡ Allí, á la dichosa morada de los justos iré dentro de muy poco
tiempo ! ...
Quedó el fiel criado herido como de un rayo al oir semejantes pa
labras. Habia notado que en el espacio de seis meses, Evangelina habia
desmejorado en salud y robustez, que tenia las manos cadavéricas,
la piel mas diáfana y la respiracion mas dificultosa , y que cuando
corria por el jardin se fatigaba mas fácilmente que otras veces . Ha
bia hablado miss Ofelia de una tos costante y pertinaz que los mé
dicos no podian cortar, y en aquel momento la fiebre lenta que la
minaba, abrasaba las manecitas de la desgraciada niña ; empero la
idea que ella acababa de espresar no se habia jamás presentado a la
imaginacion de Tom .
¿ Han existido muchas niñas como Eva ? ... sí por cierto ; pero les
nombres de semejantes séres están siempre prematuramente graba
dos sobre piedras tumularias : su dulce sonrisa, sus celestiales ojos,
sus misteriosas palabras son otros tantos recuerdos escondidos en
los corazones como preciosos tesoros . A cuántas familias no hemos
oido decir que la hermosura y las gracias de los vivos, no son nada
en comparacion de los encantos de un niño que ya no es de este
mundo | Diríase que el cielo es una legion de ángeles cuya especial
mision es la de adornar un momento la tierra para enternecer el co
razon humano. Y por eso siempre que notamos en los ojos de los ni
ños una luz espiritual, y siempre que revelen sus palabras una sen
satez y sensibilidad prematuras , debemos esperar desgraciadamente
que los perderemos luego; tales signos son los que ha grabado el
sello divino, y la claridad que despiden sus miradas, no es otra que
el reflejo de la inmortalidad . Así pues, amable y tierna Eva , muy
pronto serás llamada á lu morada natal ; mas todos los que te aman
lo ignoran todavía .
195
Interrumpió la voz de miss Ofelia la conversacion de Tom y de
Evangelina.
Hija mia, ven, porque el rocío te hará mal
Dirigiéronse los dos amigos hacia la habitacion .
La bondadosa indígena de la Nueva Inglaterra habia notado el
progreso que la tísis hacia en su querida sobrina , y comunicó á
Saint-Clare los temores que la asaltaban ; mas éste los rechazó con
una indignacion que no le era habitual.
- Abstente de siniestros presagios ; los detesto , prima . Eva no
tiene sino la enfermedad de su natural desarrollo ; ; ignoras por
ventura que las niñas pierden las fuerzas cuando crecen ?
Pero y esta tos que la consume ?
Eso no es nada ; será un resfriado .
Del mismo modo principiaron las enfermedades de Elisa , de
i Elena y de María.
Resérvate en adelante tan atroz pronóstico, y ten cuidado de
preservar á mi hija de la brisa de la noche, é impídela que se agite
haciendo demasiado ejercicio .
Sin embargo Saint-Clare concibió serios temores respecto a la salud
OS de Evangelina : Velaba mas sobre ella , la sacaba élmismo á paseo
y buscaba por todas partes los medicamentos que podian contribuir á
fortificarla. Pero lo que mas aſligia su corazon de padre, era el enfla
quecimiento siempre en aumento de la niña . Tenia ésta todas las
gracias de su edad , mas dejaba ver, sin quererlo , tan profundas y
26 naturales reflexiones, que se hubiera dicho inspiradas por el Omni
į potente para poderla recompensar con mayor gloria en el cielo. "
1 Consagrábase Eva casi esclusivamente a lasobras de amor y ca-
ridad ; dotada de instintos generosos, acompañaba todas sus accio
TI nes con la sensible delicadeza y gravedad femeninas. Tenia cierto
į apego á jugar con Topsy y los demas niños de color ; pero asistia á
sus pasatiempos sin tomar parte en ellos , y veíasela frecuentemente
triste, meditabunda , y como sino la divirtieran los juegos de sus
amigos .
Mamá, dijo un dia á María ; & por qué no enseñas á leer á tus
esclavos ?
.
¡ Qué pregunta tan necia me haces, hija mial e no sabes que
eso no está en uso ?
-¿Y por qué razon ?
-
Porque no tienen necesidad de instruccion ; y por que estamos
C convencidos que dándosela trabajarian peor y de mala gana.
Creo, mamá, que deberian leer la Biblia para que puedan co
nocer y conformarse con la voluntad de Dios .
EL Que se la hagan leer por cualquiera otra persona.
0 Me parece que la Biblia es unlibro sagrado que cada uno debe
consultarlo por sí mismo siempre que tenga necesidad .
- Qué singular eres, Eva !
Mis Ofelia ha enseñado á leer á Topsy .
Topsy es el sér mas perverso que existe sobre la tierra .
196

Mas la infeliz Mammy tiene vivos deseos de leer el Evangelio


y yo no concibo lo que perderia porque los ponga en práctica.
Årreglaba María ciertas alhajas que ponia en una cajita de plata .
- Ya estás muy crecida, Eva, y es tiempo que pienses en cosas
mas importantes que en enseñar á leer á los esclavos. Mira los bri
llantes que te daré cuando hagas tu entrada en el mundo; los llevé
al primer baile á que asistí, y todos quedaron admirados al verlos .
¿ Te gusta este collar de diamantes ?
¿Cuánto valdrá, mamá ?
El solo puede hacer la fortuna de una casa ; tu abuelo lo hizo
traer de Francia .
- Quisiera tenerlo para disponer de él segun mi voluntad .
¿ Qué destino le darias ?
Lo venderia, y con su precio compraria una propiedad en los
Estados libres, llevaria á ella todos tus esclavos, y les pondria maes
tros para enseñarlos á leer y escribir.
Echose á reir María.
Deseas segun eso fundar una casa de educacion para enseñarles
á tocar el piano y.y á bordar sobre terciopelo .
- Les enseñaría leer y escribir las cartas que reciben , y sus
contestaciones, respondió Eva con tono firme.
- Eres una niña, y no entiendes nada en esas materias ; ademas
tu cancion aumenta mi dolor de cabeza .
Salióse Evangelina de la habitacion de María, y apesar de la opo
sicion de su madre siguió con el mismo celo dando lecciones á
Mammy.

CAPITULO XXIII .

ENRIQUE .

En aquella época Alfredo y su hijo mayor, de unos doce años de


edad , fueron a pasar una temporada a la propiedad del lago de
Pontchartrain .
No habia nada de mas singular y notable que el contraste que
presentaban los dos mellizos ; lejos de guardar la menor semejanza,
parecia que la naturaleza habia tenido particular cuidado en dife
renciarlos; mas no obstante estaban unidos con estrecha amistad .
Tenia Agustin ojos azules, rubia cabellera, vivo aspecto y vigorosas
y flexibles formas. Alfredo por el contrario , era altivo, de maneras
resueltas, de ojos negros y un acento particular cuando hablaba.
Enrique lleno de ardor yу vivacidad quedó á primera vista fascinado
por las gracias de su prima Evangelina .
197
Tenia Eva un caballo blanco muy manso y á propósito para paseo .
Trájolo Tom á la puerta de la casa,mientras que un mulato de unos
trece años, conducia el caballo árabe de Enrique; orgulloso éste de
su adquisicion tomó la brida de la mano de su esclavo y examinó
cuidadosamente la bestia.
¿ Qué es eso , Dodo, dijo encolerizado, no has bañado el caballo
esta mañana ?
-
Sí, señor, y no sé en dónde ni como ha podido emporcarse.
¡ Silencio, atrevidol prórrumpió Enrique amenazándole con su
látigo . ¿ Asímientes?
Señor Enrique....
-

No le dejó tiempo para esplicarse, pues le asió en seguida del


brazo,lo echó por tierra y le pegó sendos latigazos.
Eso te enseñará, imprudente, á responderme cuando yo hablo :
vuelve el caballo á la cuadra y limpialo con el mayor cuidado.
Señorito, Dodo tiene razon ; yo he presenciado la limpieza del
caballo ; pero éste lleno de ardor y brios se ha revolcado sobre la
1
arena al ensiliarlo.
Reten tu lengua hasta que te interrogue, respondió Enrique, y
hácia á su prima, que vestida de amazona habia presenciado
se dirigióescena
la cruel .
Siento mucho que ese descuidado te haya hecho esperar. Senté
-

monos aquí hasta que vuelva. ‫ ¿ܬ‬Pero qué tienes que estás triste ?
&Cómo puedes tener un corazon tan perverso con el infeliz
re
Dodo ?
i Perverso l repitió Enrique .con verdadera sorpresa , & qué
quieres decir, querida Eva ?
No quiero que ningun joven que se conduce de ese modo me
llame su querida Eva.
No conoces á Dodo, y te aseguro que ese es el solo medio para
hacerle cumplir corr la obligacion .
· Tom , que no miente jamás, te ha esplicado como se habia en
suciado el caballo .
Pero Dodo miente cuantas veces habla .
-
Tratándolo así, lo haces artificioso y embustero.
El afecto que tienes á Dodo escita mis zelos, prima.
Tú le castigas sin merecerlo.
Otras veces lo merece, y no le doy de palos; váyasepues lo
uno por lo otro ; pero te prometo que no volveré a castigarlo en tu
' presencia , por mas motivos que me diera para ello.
Llegó en este momentoDodo con los caballos de la brida.
Sujeta el caballo de miss Eva, dijo Enrique à Dodo .
Colocóse éste en seguida al lado de Paney, y Enrique que hacia
alarde de su galantería dió la mano á su prima para ayudarla
á montar ; mas Eva se inclinó del lado en donde estóba Dodo, y le
habló en voz baja :
de ti,
Eres un buen muchacho, Dodo, estoy muy contenta y satisfecha
17*
198

Ven aquí perillan, dijo el joven Saint- Clare con imperioso


tono .
Obedeció al punto, y sujetó el caballo de su amo, mientras que
éste montaba .
Toma estas monedas para que compres dulces, añadió ense
guida, dándole unos reales para consolar al infeliz .
Siguió el mulato con la vista á los dos jóvenes que se alejaban :
le habia dado el uno dinero, pero la otra le hizo un presente mas
precioso , hablándole con bondad. Era Dodo un esclavo de rara dis
crecion , cualidad que llamando la atencion de su amo, lo deter
minó á comprarle para el servicio de su hijo. La precedente escena
habia sido presenciada por ambos hermanos que paseaban por él
jardin. Agustin , aunque indignado se contentó de decir irónica
mente :
¿ Debe entenderse así la educacion republicana ?
Enrique encolerizado, es el diablo , respondió Alfredo.
Supongo que apruebas su conducta.
No tendria valor suficiente para oponerme á ella. Su carácter
ademas es tan irasible, que su madre y yo hemos tentado y creido
en vano el corregirle .
· Hé ahí como el practica el primer artículo del catecismo repu .
blicano, « Todos los hombres son libres é iguales . »
Quimeras ! repuso Alfredo, esa no es sino una sentencia ridi
cula que Jefferson ha tomado de los franceses, y que por imposible
en la práctica debia retirarse de circulacion .
Facil es ver por lo que sucede, que los hombres no han nacido
libres, y que la doctrina de la igualdad es una absurda utopía. Estoy
persuadido, así lo convence la recta razon, que la clase inteligente,
civilizada y rica, es la sola que debe tener derechos iguales, y que la
canalla vil é ignorante debe sujetarse á la direccion que aquellos les
impriman , y por consiguiente, debemos mantener el yugo con tenaz
persistencia, con resuelta firmeza.
-

- Los blancos así como los negros son terribles é implacables


cuando se sublevan ! el ejemplo lo tenemos en Santo- Domingo .
-
Sabremos prevenir la insurreccion en nuestro país, pronuncián
donos contra esa monomanía de general educacion que se pretende
inaugurar : la clase baja no debe tener instruccion alguna.
Por mas que la tiraniceis , llegará un dia en que recobrará sus
derechos : habeis erigido el sistema de educarlos enla barbarie y en
la brutalidad ; rompeis todos los lazos que los ligan con la humanidad ,
y jamás , mientras los trateis bajo tan monstruoso régimen , podrán
conducirse como hombres dotados de alma у de razon ; serán siempre
bestias .
Sin embargo , nunca lograrán el triunfo .
Tienes razon ; pon fuego a la máquina,cierra la válbula de se
guridad, y verás á donde os conduce.
Pues bien , veremos. Y mientras que la caldera funcione con
facilidad, no temo sentarme sobre la válbula .
La nobleza de Luis XVI pensaba como tú .
199
Dies declarabit. Eres un orador de la escuela roja, Agustin, pro
siguió Alfredo. Mas, vivo en la firme creencia, que yo no veré jamás
el triunfo de tu populacho .
El te mandará en breve, y tendrás que soportarlo tal como lo
habeis formado. El pueblo de Haití...
C
No me hables de esa abominable Isla . No hubiera sucedido así $

si hubieran tenido que habérselas con la raza anglo - sajona.


-
La sangre anglo -sajona se ha infiltrado en las venas de nuestros
esclavos, y la mayor parte de ellos no conservan de su orígen afri
cano, sino una especie de calor tropical, que les acompaña en todas
empresas. Los hijos de padres blancos , con su natural orgullo, se
cansarán de ser vendidos como bestias , y se sublevarán con la raza
de sus madres .
- Ignorancia , impotencia y locura es todo eso.
.

Así se ha respondido la primera vez, y todo sucederá, como


aconteció en el siglo de Noé : se comerá, se beberá, se plantará, se
construirá, y despues vendrá el caos.
Despliegas un gran talento para la propaganda ; mas no temas ;
tenemos empuñadas las riendas del gobierno y nos aprovechamos
de él con energia ; y esté , pues seguro, que la raza esclava quedará
po
siempre sometida.
.
Los hombres educados como Enrique son buenos para guardar
vuestros depósitos de pólvora . ¡ Todos tienen sangre frial mas el pro
ite
verbio ha dicho : « Los que no saben dirigirse así mismos, son inca
paces para gobernar los demas .
Ciertamente, respondió Alfredo pensativo : nuestro sistema de
educacion abandona los niños á sus pasiones , muy vivas en verdad
i en nuestro clima . Enrique tiene buen corazon, pero cuando se irrita,
Léi no sabe poseerse, y parte como el rayo : lo enviaré al norte para que
allí frecuentando mas á sus iguales , viva menos con sus inferiores, y
s modifique su implacable carácter.
Si la educacion es la obra mas importante de la vida, yy siendo
L

la nuestra defectuosa & por qué no se ha de tratar de mejorarla ?


Tambien tiene sus ventajas, y los vicios mismos de la raza
i abyecta fortifican en él las virtudes contrarias. En fin , pienso que
i Enrique tiene un amor mas vivo de la verdad desde que observa que
la mentira y la perfidia son los signos característicos de la esclavitud .
¿ Mas para que hemos de continuar esta discusion ? No seria prefe
- rible jugar una partida del tric- trac .
Instaláronse ambos hermanos en una galería de bambues, sentá
ronse delante de la mesa de del tric-trac, y mientras que Agustin co
locaba los peones :
Si pensara, dijo Alfredo, como tú, no observária tu conducta ,
Tereconozco en el consejo que me das. Tú eres de la raza de
$ los hombres esencialmente activos imas de que se trata ?
- De hacer el ensayo, suministrando á unos cuantos de tus escla
vos los medios de educarlos .
Un hombre es impotente contra la accion de la sociedad entera .
200
Para que la educacion sea útil y provechosadebe darse con el con
sentimiento ó al menos con la tolerancia del Estado .
Estaban engolfados en su juego, cuando Agustin levantando la ca
beza vió á los lejos a nuestros jóvenes paseantes que se dirigian á la
habitacion ,
¡Míralos
i Alfredo, y contempla su hermosura !
Enrique con la cabeza erguida, y las megillas encarnadas se incli
naba riendo hacia su prima. Llevaba ésta un vestido azul y un som
brero del mismo color ; le habia dado el ejercicio un vivo sonrosado ,
que haciendo masa trasparente la finura de su delicado cútis, resaltaba
mas su hermosur .
- Es de una belleza sorprendente, dijo Alfredo : dentro de poco
causará el tormento de numerosos corazones .
Así lo temo, repuso Agustin con cierta amargura , y corrió á re
cibir a su hija.
-¡Cuán fatigada estás, hija mia ! la dijo estrechándola entre sus
brazos.
No mucho, papá. Pero su penosa respiracion alarmó á Saint
Clare .
-¿Por qué has ido al galope, querida mia ? Ignoras que tan rá
pido ejercicio te hace daño ?
Lo sé, pero me gusta tanto correr á caballo que lo he olvidado
por un momento .
- Llevola Saint-Clare al salon, y la dejó sobre el sofá.
Enrique, deberias haber tenido mas cuidado de Eva, no permi
tiéndola ir con tanta velocidad.
.

La tomo bajo mi preteccion, respondió el jóven, sentándose á su


lado .
Los dos hermanos dejándolos solos, se fueron á continuar su par
tida .
Siento que papá se marche dentro de dos dias; si pudiera con
seguir quedarme contigo procuraria darte gusto en todo y no mal
trataria á Dodo, ni á ninguno de los esclavos: no tengo malas incli
naciones, ni soy indiferente con él ; la prueba es que le doy dinero
para que se divierta, y cuido que vayasiempre limpio y aseado .En
suma, el jóven mulato debe estar contento con su suerte .
amara ?
¿ Estarias contento con la tuya si no tuvieras nadie que te
No por cierto.
Has arrancado á Dodo de entre sus parientes y amigos; no ve
nadie a su lado que se interese por su suerte , ni quien le ame . Y
esta es la razon porque tiene los defectos inevitables que notas
en él .
• No puedo reemplazar a su madre, ni debo amarlo.
¿ Por qué no ?
-iAmar á Dodo ! Tú no lo consentiriais . Me conviene y agrada
verdaderamente ; pero nunca se ama á los esclavos .
· No tienes razon : yo los amo a todos .
¡ Qué singular bizarría !
· 201
-
La Biblia nos manda y recomienda que amemos á la humanidad
entera .
Tambien recomienda otras muchas cosas que nadie practica
por no conformarse con ella .
Guardó Eva un profundo silencio por espacio de algunos minutos.
En todo caso, añadió, ama á Dodo y sé bondadoso con él por
respeto mio.
Amaré, no importa á quien, por amor tuyo. Eres la criatura
mas bondadosa y amable que en mi vida he conocido .
Recibió Eva con sencillez esta galantería , y contestó :
-
Quedo plenamente satisfecha con tu promesa, querido Enrique,
y no dudo que la cumplirás .
La campana puso fin á la conversacion . Era la hora de comer,

CAPITULO XXIV.
TRISTES PRESAGIOS .

Separáronse Alfredo y Agustin al cabo de dos dias, y Evangelina


e que en compañía de su jóven primo, habia hecho un ejercicio superior
al que sus fuerzas la permitian , principio á declinar de una manera
sensible. Decidióse, en fin, Saint Clare á llamar al médico, cosa que
habia rehusado hasta entonces, temiendo la triste realidad.
16 No sa babia apercibido María de los progresos que hacia la enfer
medad de Evangelina ; ocupada únicamente de sí misnia , no veía ni
sabia nada de lo que sucedia á su alrededor. Tanta indolencia irri
staba á la activa y sensible miss Ofelia, y trató de despertar en favor
de Eva la solicitud maternal que tanto contribuye muchas veces al
alivio y mejoría, en las enfermedades de los hijos.
Éva está corriendo todo el dia , y goza de la mejor salud, res..
>

pondió María .
Pero tiene una tos constante y pertinaz.
-

80.
-¿Y qué importa eso ? cuando yo tenia la edad de Evangelina ,
me decian que tambien estaba tísica . Así la tos de Eva no presenta
ide ningun modo el carácter que quiere suponerse.
- Mas ten entendido que se debilita cada dia y que respira con
suma dificultad .
No te alarmes ; esa debilidad y esa tos son efecto de una afec
cion nerviosa .
. ; Ojalá que así fuese ! Pero desgraciadamente todos sus sínto
mas nos hablan con demasiada claridad .
202
¡ Qué disparate ! yo he padecido los mismos sudores por espa
cio de mucho tiempo.
Resignúse al silencio miss Ofelia ; mas cuando empeoró el mal , T
cambiaron enteramente las ideas de María. Decia en alta voz que
destinada a ser la mas desgraciada de las madres, estaba condenada
al dolor de ver á su hija única bajar al sepulcro, y a quedar sola y
huérfana en el mundo .
Aun no está todo perdido, dijo Saint-Clare desesperado .
; No tienes ni conoces los sentimientos de una madre , y jamás
los comprenderás !
No hables así, María ; el mal no es tan alarmante como te ima
ginas.
Yo no sabré compartir tu indiferencia; el estado de mi hija es
sumamente desgarrador ; es un fatal golpe que viene á aumentar mi
miseria .
Desgraciadamente tengo que convenir contigo en que el estado
de Angelina destroza mi corazon; pero el doctor acaba de asegurara
me que conoce los medios de salvarla, y que la conservará á nuestra
ternura .
Eres muy dueño de pensar como quieras ; por mi parte te de
claro que quisiera poder tener la indolente tranquilidad de todos vo
sotros .
Los demas individuos de la casa tenian motivos bastante podero
sos para formar el mismo voto, pues notaban con tristeza que María
hacia alarde de su nueva pena para atormentar á cuantos la rodea
ban . En las palabras y acciones de cada uno , no veia sino dureza,
de corazon, insensibilidad é indiferencia ;y Evangelina, que oia los
despropósitos de su madre lloraba de dolor por la aflicción que su
cercana muerte habia de causarla .
Mejoróse notablemente al cabo de quince dias de continua alarma;
la inexorable enfermedad aflojó su marcha, é inspiró engañosas ilu
siones en el momento mismo en que la tumba iba á abrirse para reci
bir á Evangelina . Volvió ésta á correr por el jardin, á recomenzar
sus juegos, y al verla alegre y risueña su padre la creyó fuera de
peligro. No se engañaron empero miss Ofelia ni el doctor, ni aun la
misma Evangelina. ¿Cuál es y de dónde sale la voz que muchas ve
ces se deja oir para anunciar a una humana criatura que su morada
sobre la tierra será de corta duracion ? ¿ Es acaso el secreto instinto
de la naturaleza que declina, ó la aspiracion del alma hacia la inmor
talidad que se acerca ? Como quiera que sea , Eva preveia su próximo
fin , y esta conviccion dulce como los últimos rayos del sol no turbabai
su jóven corazon. En el libro santo que tantas veces habia leido y
meditado con Tom , habia visto a nuestro adorado Redentor llamará
si á los pequeñuelos, y aquella verdad de un remoto pasado se con
virtió para ella en próxima realidad ; respondiendo a la divina terata
nura , estaba dispuesta á soborear sus dulzuras. Se aſligia emperu
de la orfandad en que iban a quedar sus padres y pensaba en la
suerte de sus fieles servidores, cuya alegria la formaba ella sola . Co
munmente los niños no tienen ideas generales , pero la hija de Saint
!
203
Clare, de precoz y rara inteligencia , no habia podido ver sin descon
suelo los inconvenientes del duro yugo que pesaba sobre los negros.
Tenia el vago deseo de ocuparse en su favor, y en el de todos los
- que se hallaban en la misma condicion.
Tom , le dijo ella cierto dia durante una de sus lecturas . Com
prendo, al fin , porque el Salvador del mundo quiso morir por noso
iros .
¿ Por qué , miss Eva ?
No puedo esplicármelo. Pero cuando ví á aquellos desgraciados
que estaban con nosotros en el barco llamar los unos a su madre, los
otros á sus hijos , cuando se nie ha referido el triste fin de la madre
Prue, tuve deseos de morir por ellos, si mi muerte habia de poner
término á tanta miseria, Créelo Tom ; si me fuera dable, moriria por
vosotros ,
Al decir estas palabras puso sus dedicadas y enflaquecidas manos
sobre las de Tom , quien las contemplaba con veneracion , cuando se
desprendió de él para correr hacia su padre que la llamaba, lloró
como un niño el anciano esclavo, siguiéndola con la vista hasta que
se ocultó á sus ojos.
En vano retendremos á Eva , dijo á Mammy ; el sello del Señor
ha marcado su frente.
Siempre lo he creido así , respondió levantando las manos al
cielo : sus ojos han brillado constantemente de un rayo divino >, y
estaba destinada a morir .
Encontró Eva á su padre en la galería de los bambues : llevaba
un vestido blanco ; su semblante y sus ojos radiaban de un fuego so
brenatural, y los rayos del sol formaban a su espalda una especie de
laureola .
Habíala llamado Saint-Clare para mostrarla la estátua que acababa
de comprarle ; pero á su vista esperimentó una súbita y dolorosa
impresion. Hay cierta especie de hermosura tan perfecta y frágil á
la vez, que eclipsándonos no podemos soportar su vista.Estrechóla
contra sų pecho Saint-Clare y olvidó el objeto de que queria ha
blarla .
¿ Estás mejor, querida mia ?
Papá , respondió Evangelina con tono firme, hace mucho tiem
po que deseo hablartede un asunto de la mayor importancia, y apro
vecho esta ocasion temiendo que mi enfermedad me arranque la vida
antes de haber cumplido con mi deber.
Tembló Saint -Clare; sentúse Eva sobre las rodillas de su padre y
reclinó la cabeza sobre su pecho .
Es inútil , papá , que continues por mas tiempo incomodándoto
por mí. El momento de partir se acerca.
A
No te abandones , hija mia , á tan tristes presentimientos, y mi
ra la estátua que acabo de comprarte.
-N te hagas ilu nes, repuso Eva sin mirarla , mi enfermedad
sigue su curso , y pronto saldré de este mundo.
- ¿ Cuál es el origen de la tristeza , amada mia ? ¿ Qué te falta pa
.

ra ser feliz ?
204 -

Nada; y sin embargo prefiero irme al cielo. Si aprecio en algo


la vida, es á causa tuya; me afligen los males que pesan sobre el
mundo, y con todo siento separarme de tí.
- ¡ Dime , querida Evangelina , cuáles son tus penas! ábreme tu
.

corazon , que yo satisfaré todos tus deseos.


- Estoy triste de ver la cruel posicion de mis desgraciados y fie
les servidores que me aman con sinceridad; уy quisiera emanciparlos.
- Crees por ventura que son maltratados ?
¿ Pero que seria de ellos, si vinieras á faltarles ? Hay pocos
hombres tan rectos y bondadosos como tú ; mi tio Alfredo, ni mi
madre, ni los amos de la infeliz Prue te parecen en nada, y preveo
los horrores de que serian capaces.
- Eres estremadamente sensible , y deploro la facilidad con que te
refieren semejantes historias .
Quieresque viva dichosa, y que no esciten mi sensibilidad con
tándome sucesosdesagradables,siendo así que tantos infelices pasan
sus dias en los brazos del dolor y de la desesperacion. Pero debo
conocer sus penosas miserias para aliviarlas ó compartirlas, ó para
meditar sobre los medios de libertarlos. ¿ Seria esto posible ?
Es un asunto grave y difícil, querida hija mia . No hay duda
que es detestable el sistema actual que rige á los esclavos; así lo
siento como millares de otros hombres ilustrados; mas ignoramos la
manera de reformarlo .
· Eres sumamente bondadoso y dices las cosas con afectuoso y
tierno acento. ¿ Por qué no recorres las propiedades y persuades a
los dueños para que den libertad á los esclavos? Hazlo por mí, aun
cuando no sea sino despues de mi muerte.
-

¡ Despues de tu muertel... No me despedaces el corazon ; tú eres


mi solo bien sobre la tierra .
i El niño de la anciana Prue formaba toda su felicidad , y sin
-

embargo no era libre para consolarlo cuando la oia llorar ! Estos in


felices quieren á sus hijos tanto como tu puedes amarme ; la be
visto condolerse al recordarlo ; Tom suspira por los suyos , y segu
ramente es una crueldad el tenerlos separados.
Vamos, hija mia, le dijo Saint-Clare con ternura , no te descon
-

sueles y no hables de la muerte, que yo cumpliré todos tus deseos.


¿ Me das tu palabra solemne de poner á Tom en libertad tan luego
como... haya exbalado yo mi último suspiro ?
Si >, querida mia ; cuenta con mi promesa la mas formal.
-

Papá, añadió Eva apoyando sus abrasadoras megillas sobre las


de su padre; quiera Dios que hagamos el viaje juntos.
¿ A dónde, amiga mia ?
En la morada del Señor, en donde reinan la paz y el amor.
Hablaba la niña del cielo como de un lugar qae hubiera visitado.
Saint - Clare , guardando silencio, la estrechó entre sus brazos.
Vendrás conmigo, continuó Evangelina con el acento de la con
viccion .
-

Te seguiré á donde quieras , y no te olvidaré jamás.


2

Redearon á Saint-Clare en aquel instante las espesas sombras do


205

la noche : apenas se veia la debil criatura que reposaba sobre su seno;


pero la voz que le hablaba era como la de un espíritu: examinó su
vida pasada, recordó las oraciones de su madre, las buenas resolu
ciones que habia tomado en su juventud, y guardó un profundo si.
lencio. Al poco rato condujo a su hija á su cuarto, que no abandonó
basta que la dejó dormida; hizo retirar á sus criados, y se entregó á
una profunda meditacion .

CAPITULO XXV .
$
LA LECCION .
21

6
Cierto domingo, despues de comer, hallábase Saint- Clare recostado
en un sofá de la galería esterior. Descansaba allí María sobre un ca
i
napé cubierto de cortinas de gasa para preservarse de los mosquitos;
tenia en la mano un libro de oracion elegantemente encuadernado,
mas no leia en él. Miss Ofelia en coinpañia de Eva y de Tom habia
ido á una reunion metodista que se celebraba á una milla de dis
tancia .
Agustin , le dijo María, al cabo de un largo silencio, voy a llamar
al doctor Posey ; me siento enferma del corazon .
¿ Por qué no te vales del médico que visita á Eva ?
No no me entregaria jamás en sus manos ; y sin embargo hace
dos noches que sueño que estoy enferma .
En efecto, María ; tu sueñas, y no creo en tu pretendida enfer
medad .
3 No me sorprenden tus dudas ; por el contrario las esperaba. La
menor tos de Eva te alarma , pero jamás piensas en mí.
Pues que quieres estar mala del corazon, te creo sin ro
pugnancia .
- ¡Ojalá no te arrepientas un dia de tu incredulidad ! El tormento
que me causan los sufrimientos de Eva, las fatigas que he tenido que
sobrellevar cuidando a nuestra querida niña, han desarrollado en mí
y el gérmen de una peligrosa enfermedad.
Hubiera sido dificil enumerar las fatigas que Maria habia sufrido
por su hija; hizo Saint-Clare la observacion en silencio, y sedirigió
hácia el coche en donde venian Evangelina y miss Ofelia. Marchóse
ésta en derechura á su cuarto para despojarse de su chal y sombrero,
y Eva se sentó sobre las rodillas de su padre para referirle lo que se
habia pasado en la congregacion de los metodistas .
Oyéronse en seguida violentas esclamaciones que salian del cuarto
de miss Ofelia y violentos apóstrofes dirigidos a alguno.
1
206

Alguna mala pasada que habrá jugado Topsy, dijo Saint-Clare.


Un momento despues, miss Ofelia, llena de indignación , se presentó
trayendo consigo a la delincuente.
¿ De qué se trata ? preguntó Agustin .
- No quiero tener esta peste a mi lado : escede de los límites, y
me acaba la paciencia. La habia encerrado para que estudiase un
himno, y équé ha hecho ? ha descubierto donde yo tenia mis llaves,
y ha tomado de la gabeta de mi cómoda un adorno de sombrero y lo
ha cortado en varios pedazos para hacer vestidos á sus muñecas. ¡ En
mi vida habia visto cosa semejante !
-- Ya te lo habia yo advertido, prima mia ; entes como éste no
pueden manejarse sino con el rigor y la severidad. Si me dejaran
hacer lo que yo quiero, añadió ella mirando á Saint -Clare, como si
quisiera acusarle, mandaria esta muchacha fuera á que la castigasen
hasta que reconozca su error.
No lo dudo, respondió Saint-Clare . ¡ Y hablan de la dulzura del
bello sexo ! No he visto hasta ahora á una muger que no esté dispuesta
á matar á un caballo ó á un esclavo como se lo permitan .
Búrlate cuanto quieras, Saint-Clare ; mi prima es una muger de
buen sentido y juzga el caso lo mismo que yo .
Miss 'Ofelia era tan susceptible de indignarse como pudiera serlo
una administradora, muger de costumbres pacíficas y metódicas. Es
taba justamente irritada con las picardigüelas do Topsy, y la mayor
parte de nuestros lectores, en circunstancias semejantes, hubieran
ienido el mismo disgusto ; pero se calmó aloir á María que añadió :
- Por nada de este mundo quisiera tratar así á esa muchacha;
esto me desespera . La he reiterado las mismas lecciones, la he pe
gado sendos fatigazos, la he castigado de mil maneras y todo es
inútil : tan viciosa está ahora como antes .
-1 Ven acá , mona !
Topsy se adelantó : sus ojos conservaban la espresion de la
malicia , pero el temor la hacia vacilar.
¿ Por qué te comportas de ese modo ? dijo Saint-Clare á quien
la fisonomía cómica de la negrita le diverlia á pesarsuyo.
Porque tengo mal corazon como dice miss Ofelia , contestó
Topsy cun tono compungido .
No consideras lo que miss Ofelia hace por tí ? Ella asegura
que ha hecho cuanto ha estado de su parte en tu obsequio.
- Eso mismo decia mi antigua ama . Ella me castigaba mucho
mas,me tiraba de los cabellos y mè pegaba de cabezadas contra las
puertas, sin que yo me corrigiera por eso. Aunque me hubiera ar
rancado todos los cabellos, creo que nada habria logrado : soy muy
inala y tengo todos los defectos de una negra.
No quiero mezclarme en eso, dijo miss Ofelia.
Permíteme que te haga una preguota , le dijo Saint-Clare å su
prima.
¿ Cuál ?
Si tú no tienes fuerza suficiente para convertir una pagana que
207

está enteramente á tus órdenes; ¿ de qué servirá enviar algunos mi


sioneros en medio de un pueblo embrutecido ?
Miss Ofelia no respondió inmediatamente, y Evangelina que habia
asistido á la escena , hizo señas á Topsy, para que la siguiese á un
gabinetito de cristales situado al fin de la galería.
-¿Qué intencion será la de Eva ? se preguntó Saint-Clare.
El se adelantó de puntillas, levantó una cortina que ocultaba la
puerta de cristales del gabinete y miró en el interior. Un momento
despues, poniéndose un dedo en los labios, hizo señas á miss Ofelia
>

para que se incorporase á él. Las dos niñas estaban sentadas en el


suelo. Topsy conservaba su aire habitual de malicia . Evangelina
estaba áá punto de esperimentar una viva emocion .
¿ Por qué te conduces tan mal, Topsy ? ¿ Tú no quieres á nadie ?
Yo no sé; yo quiero el azucar candi y los dulces, nada mas .
Pero ¿ tú quieres á tus padres ?
- Yo no los he tenido nunca , ya se lo he dicho á Vd . , miss Eva .
En efecto , replicó Eva con tristeza, pero tú ‫ܐ‬i no tienes ni her
mano, hermana ó tia ?
Nada de eso.
Sin embargo si tú quisieras ser buena , tú lo serias .
Yo no puedo jamás ser buena, sino como una negra . Ahora si
pudiesen mudarme la piel y volverme blanca, entonces probaria .
Pero aunque eres negra te querrán si eres buena.
Topsy espresó su incredulidad con una sonrisa maliciosa .
- No crees en lo que te digo ?
No ; miss Ofelia no puede sufrirme porque soy negra : ella me
tiene tanto horror como a una serpiente ; á los negros nadie los
ama, ni son capaces de nada bueno : pero yo me burlo de eso.
Topsy se puso á silvar.
-1Ah Topsy ! ; pobre niña, yo te amo ! dijo Eva en un momento
de inspiracion natural y tocando suavemente con su blanca mano
los hombros de la negra ; yo te amo, porque no has tenido padre ni
madre, ni aun amigos... porque eres una infeliz muchacha mal tra
tada. Te amo y deseo que seasbuena. Yo estoy muy enferma, Topsy ,
y creo que no viviré mucho tiempo . Tu conducta me causa mucha
pena , deseo que cambios por mí, pues que me queda poco tiempo
de estar á tu lado .
Los ojos redondos y brillantes de la negra se bañaron en lágrimas
que cayeron una á una sobre la blanca y pequeña mano de su ama . Un
rayo de celestial amor, de verdadera fe atravesó las tinieblas de su
ignorancia y penetró en lo mas recóndito de su alma. Ella reclinó la
cabeza sobre las rodillas y se puso á sollozar, su hermosa compa
ñera se puso en pie y colocándole una mano sobre la cabeza parecia
un ángel que queria salvar el alma de un pecador arrepentido.
1 - Pobre Topsy, dijo Eva , ¿ no sabes que Dios nos ama á todos
de la misma manera y con exacta igualdad ? Tan dispuesto está en
tu favor como en el mio . Fl te ama lo mismo que á mí, y como yo te
amo ; un poco mas, es verdad , porque él vale mucho mas que yo .
El secundará tus buenas resoluciones y tú concluirás por ir al cielo
y por ser allí un ángel como si fueras de la raza blanca.
Reflexiona en ello, Topsy ; tú puedes seruno de esos séres dichosos
de que tanto se habla en los cánticos del tio Tom.
¡ Oh querida miss Eva ! i querida miss Eva ! contestó la negrita,
yo probaré,yo probaré! yo no habia pensado en eso hasta ahora.
moment Saint-Clare corrió la cortina ,
En este o
Como me recuerda á mi madre, dijo él á miss' Ofelia. Lo que
ella me decia es verdad ; si queremos volverles la vista á los ciegos,
es neces ario hacer como Cristo , traerles á nuestro lado , y auxi
liarles .
Siempre he tenido una preocupacion contra los negros , dijo
miss Ofelia, y yo no podia pernitir que esa muchacha se acercase
á mi lado ni se rozase conmigo ; pero creo que ella no ha notado
nada .
· Tú no conoces á los muchachos ; les colmas de beneficios y no
provocas el reconocimiento de parte de ellos en tanto grado como
cuindo manifiestas indiferencia por lo
afect
que les a.
Yo no sé como hacerme superior á mis principios .
Eva es buen ejemplo .
- Es tan amable que quisiera parecérmele en todo ; capaz es de
darme lecciones .
- Sí eso es así, contestó Saint - Clare, no seria esta la primera vez
que un niño da serias instrucciones á un anciano .

CAPÍTULO XXVI .
LA MUERTE .

El dormitorio de Evangelina era una vasta habitacion que como


todas las de la casa, tenia vista a la galería esterior. Comunicaba
tambien, por una parte, con las habitaciones del amo de la casa , y
por la otra , con el cuarto de miss Ofelia . Saint-Clare se habia esme.
rado en amueblar el dormitorio de su hija con arreglo al gusto que
en ella suponia . Las cortinas de las ventanas eran de muselina
blanca y color de rosa; el tapiz que habian fabricado en Paris, segun
el diseño que él habia, dibujado tenia en su centro mil ramos de flores;
y tiernos capullos adornadrs de un precioso follage engalanaban su
cenefa . - La cama , las sillas y butacas eran de bambú y la he
chura de todos estos muebles, muy elegante y original . Sobre la
cabecera de la cama, y sirviéndole de pedestal un elegante aparador
de alabastro, veíase un ángel admirablemente esculpido ; sus alas
- 209
estaban encogidas y tenia una corona de hojas de mirto. De esta
corona nacia una cortina de gasa color de rosa y con listas de plata ,
que aunque no interceptaban el aire, oponia una indispensable bar
reraá los mosquitos, enojosa plaga de aquellos climas . Las butacas
de bambú tenian unos cogines de damasco, y en sus espaldares
veíanse figuras esculpidas, cuyas manos asian unas cortinillas de
gasa, iguales a las del lechó. En medio del cuarto y sobre una mesa
de bambú habia un vaso de mármol de Paros, que imitaba una for
Sobre esla mesa veíanse los libros de Eva, y uny pupitre de alabastro
que su padre le habia dado, para que escribiera con mas gusto. La
tabla de mármol de la chimenea estaba adornada de un grupo que
representaba á Jesus en medio de los niños, y en cada uno de sus
lados habia un vaso de mármol,que Tom sé complacia en llenar de
flores todas las mañanas . – Algunos cuadros, representando niños
-

en actitudes diversas, completaban el esmerado adorno de la linda


habitacion . – En suma, en ella encontraban los ojos por do quiera,
bellas imágenes de la infancia y de la paz. Eva no podia despertarse
sin apercibir, iluminados por los primeros albores del dia ,algun ob
jeto capaz de inspirarle sentimientosde consueloy de bondad.
Eva perdió pronto las fuerzas que al parecer habia recuperado ;
bajaba al jardin con menosfrecuencia ; y viósela mas a menudo
sentada al lado de su ventana, contemplar el lago, conlasemblante
triste. Desde aquel sitio fué, desde donde oyó una tarde, voz de su
madre que se paseaba en la galería .
-

¡Esta es una de tus gracias, bribona ! ¡ Sí , tu has cogido mis


flores !
Eva oyó al mismo tiempo el ruido de una bofetada.
i Dios mio ! Señora, las he cogido para miss Eva, respondió una
voz, que Eva reconoció ser la de Topsy .
i Lindo pretesto ! ¿ Cres qne necesita de tus flores, horrorosa ?
Evangelina se apresurú á bajar a la galería.
las túNo
.
la maltrates mamá . A mi me gustan mucho la flores, dáme
- Pero Eva, ¿ no te bastan las que tienes en tu cuarto ?
Nú, nunca me encuentro satisfecha. Topsy tráemelas.
Topsy que se habia retirado , se acercó ,con timidez yrecelo.
Magnífico ramol dijo Evangelina.
colorMejor hubiera hecho en calificarle de singular. Un geranio de
rogizo y brillante se veia al lado de una blanca rosa del Japon .
Topsy habia sin duda calculado el efecto del contraste .
Eres muy hábil para hacer ramos, le dijo Evangelina. Hazmo
uno todos los dias y destinaré un vaso para él especialmente.
lore-sQue
? singular eres ! dijo María : ¿ acaso necesitas mas ramos de
¿ Y qué importa que los necesite ó nó querida mamá ? ¿ 6 quie
res que Topsy deje de hacer lo que le pido ?
18*
210

Haz lo que quieras , querida mia .


Topsy ¿ has oido á tu jóven ama ? pues bien, confórmate á sus
instrucciones .
Topsy saludó respetuosamente y se retiró . Eva notó que de los
ojos de azabache de la negra se desprendia una lágrima.
Ya lo vé Vd . mamá; yo sabia muy bien que la pobre Topsy
queria hacer algo en obsequio mio.
- Que equivocacion ! di mas bien que se complace en hacer da
ño ; coge flores porque se lo prohiben y sin otra intencion, pero si
tu deseas que las coja no me opongo a ella de ningun modo.
Mamá, yo creo que Topsy se ha modificado mucho, y ahora
hace cuanto puede para conducirse bien.
Para lograrlo, le será necesario trabajar durante mucho tiempo,
dijo María soltando una carcajada.
Tú sabes que todos iban contra ella .
Si , pero eso ha cesado desde que entró con nosotros ; hásela
sin duda, amoneslado, reprehendido y corregido ; pero ella tiene aun
hoy y tendrá siempre tan mal carácter como antes.
-Pero mamá, una cosa es haber sido educada como yo, rodeada
de amigos, de atenciones y de consejos, y otra es haber vivido aban.
donada y miserable como la pobre Topsy.
Esmuy cierto , dijo María , bostezando al mismo tiempo Dios
mio, que calor hace !
¿ Mamá no crees tú que Topsy si fuera cristiana podria llegar á
ser un ángel?
¿ Jesus que idea tan ridicula ? Solo á tí se te puede ocurrir .
Dios no es tambien su padre ?
Tal vez , contestó Maria. ¿ Dónde está mi pomo de olor ?
¡ Que lástima! dijo Eva , volviendo los ojos hácia el lago.
¿ Qué es lo que dices ?
Digo que es lástima que una persona que podria vivir un dia en
el cielo , sedegrade, y caiga en el mal, sin encontrar una mano que
intente ayudarla y salvarla.
Pero que hemos de hacer, Eva , no te atormentes por eso . De
mos mas bien gracias al cielo por las ventajas de que nos ha hecho
gozar .
Es tan triste pensar en las pobres gentes que carecen de ellas !
Yo no hago caso de eso, dijo María .
Mamá, replicó Eva , yo quisiera cortarme el pelo.
Para que ?
Para repatirlo entre mis amigos por mi mano. ¿ Quieres supli
car á mi prima que me haga ese favor ?
María llamó á miss Ofelia que se encontraba en el otro cuarto .
A su entrada la niña se incorporó sobre los almohadones, y mo
viendo ios bucles de su blonda cabellera, dijo con la mayor ino
cencia .
- Vamos, prima , esquila el corderito.
¿ Qué es eso ? preguntó Saint-Claro que traia frutas a su hija.
Papá, lo ruego á mi prinia que me corte el pelo : lo tengo muy
!
211
espeso y me calienta demasiado la cabeza ; ademas deseo darlo en
EX recuerdo á mis amigos .
Miss Ofelia tomó unas tijeras .
-

Mucho cuidado, no muy á raiz, dijo Saint-Clare, corta por en


cima para que no quede desfigurada : estoy orgulloso del lindísimo
pelo de mi hija .
De veras papál dijo con acento de tristeza Evangelina.
Sí, replicó Saint-Clare con alegria ; quiero que conserves tus
hermosos cabellos para el dia en que te lleve al ingenio de tu tio que
tu primo Enrique te encuentre llena de gracia y de belleza.
- No iré nunca allá padre mio ; voy a otro país mejor. ¡ Oh , crée
mel no ves como me debilito de dia en dia ?
¿ Porque te empeñas en que pierda mis mas dulces esperanzas ?
Porque es la verdad . Si estuvieras convencido de ello papá, es
perimentarias los mismos sentimientos que yo.
Saint-Clare guardó silencio y contempló con aspecto sombrío los
bucles a medida que iban cayendo uno a uno de la cabeza de su hija
sobre sus rodillas . Ella los recojió y les arregló con sus descarna
dos dedos, hechando una mirada inquieta de hito en hito sobre el
semblante de su padre.
28

Ya presentia yo la gravedad de su mal , dijo María : eso era lo


o que minaba mi salud, lo que en breve me conducirá á la tumba,
aunque nadie ha hecho atencion á ello . Ya verás tú Saint-Clare como
andando el tiempo yo tenia demasiada razon .
¡ Buen consuelo nos das ! añadió Saint- Clare con sequedad .
María se acomodó mejor en el sillon , sacó un pañuelo de batista y
se cubrió el rostro .
Los azulados ojos de Evangelina, en que se veia fielmente retrata
da la paz del alma y próximo a romperse los lazos que ligaban su
existencia con el mundo, se fijaban alternativamente en el padre y la
madre . Comprendia perfectamente la diferencia que habia entre am
bos : hizo señal á Saint-Clare para que se le aproximase y éste vino
á sentarse al lado de ella .
- Papá, las fuerzas me van faltando, yo quisiera decirte alguna
cosa, pero tu me cierras siempre la boca. ¿ Consientes en que hable
ahora ?
Sí, hija mia , respondió Saint-Clare cubriéndose los ojos con una
mano y sujetando con la otra las de su hija ..
Deseo ver á todos los nuestros ; tengo que hablarles.
Corriente, dijo Saint-Clare con una voz sorda.
Miss Ofelia mandó un criado para que llamase á los demas, y al
momento se reunieron en el cuarto de Evangelina : ésta se hallaba
recostada sobre los almohadones; lo encarnado de sus mejillas con
trastaba con la pálida blancura de su tez. Sus grandes ojos llenos de
espiritual animacion se fijaron á su turno sobre los distintos indivi
uos que a su redor se habian agrupado.
Los esclavos esperimentaron la mas viva emocion. Esa figura elé
rea , los largos bucles cortados, el padre que volvia tristemente el
rostro, la madro que gomia, todo aquel cuadro doloroso ofrecia un es
212
pectáculo propio para escitar la naturaleza menos impresionable ..
medida que entraban ,cambiabanmiradas de inteligencia y sacudia
tristemente la cabeza . El silencio mas fúnebre reinaba entre todos.
Eva se incorporó ; todos la contemplaron con ansiedad ; la mayor
parte de las mugeres llevaron los delantales al rostro .
Amigos queridos, dijo Eva, os amo a todos y os he hecho lla
mar para hablaros. Voy a separarme de Vds .; dentro de algunos
dias , Vds, no volverán á verme ....
Interrumpieron a la pobre niña una esplosion de lamentos y de ge
midos que ahogaron su voz enteramente. Ella esperó un momento,y ,
haciendo un esfuerzo, continuó con acento firme.
Deseo que todos Vds. se acuerden de mis palabras. Vds. se ol
vidan de sus deberes porque no piensan mas que en las cosas de
este mundo ; quiero recordaros que hay otro á donde voy y á donde
podreis seguirme algun dia . Ese mundo es tan vuestro como mio,
pero para merecer habitarlo y entrar en él, es necesario vivir como
cristianos, orar, leer....
La niña se detuvó, miró tristemente á todos y añadió :
¡ Ay de mí! ; Olvido que muchos de Vds . no saben leer !
Ella ocultó su rostro entre las almohadas, pero los gemidos sordos
de aquellos áá quienes se habia dirigido la hicieron volver a seguir
el hilo de su discurso.
No importa , dijo , sonriendo en medio de los lloros . Dios os asis
lira, aun cuando Vds. no sepan leer. Haced por vuestra parte cuanto
os sea posible, imploradlossocorros del Todo-poderoso, y yo espero
que todos os encontrareis en el cielo.
Amen , murmuraron Tom, Mammy y otros que pertenecian à la
iglesia metodista . Los mas jóvenes y los mas indiferentes gemian por
la primera vez con la cabeza inclinada sobre sus rodillas.
- Sé, continuó Eva, que todos me tienen la mayor afeccion .
Sí señora, sí señora, contestaron simultáneamente los concur
rentes.
No hay uno entre Vds . que no me haya dado constantemente
las pruebas mas irrefragables de ello, y yo quiero haceros un pre
sente que en todos tiempos os recuerden mi memoria. Voy a daros á
cada uno un bucle de mis cabellos, y cuando Vds. lo miren , no po
drán menos que decir que os he amado, que he ido al cielo, y que
allí espero que todo3 Vds. se me reunan .
Imposible es describir la escena que se sucedió. Los esclavos so
agruparon llorando alrededor de la enferma, y le besaron la mano
como la última muestra de afeccion ; arrodilláronse todos, besáronló
en seguida la orla del vestido, y los de mas edad siguiendo la cos
tumbre de los negros, profirieron palabras de ternura y le echaron
la bendicion .
Amedida que cada uno recibia su presente, miss Ofelia, que temia
el efecto de tanta agitacion, le hacia señas para que sa se de la al
coba , donde, por último, no quedaron mas que Tom уy Mammy .
muy dia
10h ! soyalgun
ver -reunidos
contando
felizcon con que
mi querida todos
Mammy .
noš volveremos
213
Eva pasó sus brazos en torno del cuello de la anciana esclava, y
ésta contestó llorando :
.

i Oh miss Eval yo no sé como podré habituarme á vivir sin su


compañía. Me parecerá que la casa es un desierto .
Miss Ofelia puso en la puerta con mucha política, y poco a poco á
Tom y á Mammy. Creia que todo el mundo se habia marchado ya,
cuando volviéndose advirtió á Topsy, que se enjugaba los ojos.
¿De dónde sales tú ? preguntó aquella bruscamente.
Yo estaba aquí , respondió la negra. ¡ Oh miss Eva , he sido muy
mala ! Tal vez pores ) ino me dará Vd. un bucle de sus cabellos ?
C

Aquí tienes uno, pobre Topsy , que te sirva de recuerdo de mi


cariño y del deseo que siempre he tenido de que seas buena.
Piocuraré serlo, miss Éva , pero ¡ es tan dificil ser buena, que
me parece me ha de costar mucho trabajo habituarme á ello !
Dios te ayudará.
Topsy salió silenciosamente, ocultando el precioso bucle en su
seno ,
Miss Ofelia cerró la puerta. Habia estado durante la escena que
acabamos de describir á prueba de fuertes emociones, pero mas se .
inquietaba por las consecuencias que pudiera tener para su jóven
prima. Saint- Clare habia permanecido en la misma actitud con las
manos en los ojos.
-

Papá, le dijo dulcemente Evangelina.


El se sorprendió y no se atrevió a responder .
-

Querido papá, replicó Evangelina, colocando la mano sobre el


brazo de Saint- Clare .
El se levantó trémulo, y esclamó :
Nó, es imposible que yo soporte tanto dolor. El Todo -poderoso
descarga sobre mí su cólera terrible .
¡ El no es el dueñol dijo miss Ofelia .
Quizás, pero mi desgracia no es menos espantosa, replicó aquel
con un tono seco, con amargura y sin derramar una sola lágrima.
-

Papá, tú me hieres el corazon , dijo Eva descansando la cabeza


en los brazos del padre ; no tienes los sentimientos que convienen á
tu posicion . La violenta emocion de la niña calmó el curso de las
ideas del padre .
- Sosiégate, sosiégate, hija mia! dijó él. No tengo razon, lo re
conozco ; me resignaré, pero no podré consolarme nunca .
Eva descansó algun tiempo como una tórtola fatigada en los brazos
del padre, quien empleó, haciendo un esfuerzo, las frases mas tier
cinas para consolarse y consolarla .
1 María se levantó y pasó a su habitacion, donde tuvo un ataque de
nervios.
2 - Tú no me has dado un bucle de tus cabellos , Eva, dijo Saint
Clare sonriéndose tristemente .
- Todos te pertenecen, papá , lo mismo que á mamá , y tú le darás á
mi querida prima el que te parezca. Yo misma se los he dado á esas
pobres gentes, porque sino , podrian olvidarlos cuando yo deje de
exiştır, y tambien porque espero que ese recuerdo baste para que no
214
me olviden .... Tú eres cristiano, į no es verdad , padre mio ? añadió 0
Eva con un aire de incertidumbre .
-
¿Porqué me lo preguntas ?
No sé, pero eres tan bueno que no comprendo como es que no
eres cristiano.
- ¿Qué quiere decir cristiano ? Eva.
Amar á Cristo sobre todas las cosas .
¿ Tú lo amas sobre todas las cosas ?
Sin duda.
Pero tú no lo has visto nunca .
& Qué importa ? Creo en él y lo veré dentro de pocos dias . El
semblante de Eva reflejaba la mas inocente alegria. Saint-Clare no
dijo una palabra mas; habia visto antes á su madre en las mismas
circunstancias, y ninguna cuerda vibraba ya en él para responder á
su hija .
Desde ese dia, Evangelina empezó á declinar rápidamente ; hubo
que renunciar absolutamente a la esperanza de que salvase ; su al
coba, segun la opinion de todos, era una cámara mortuoria . Miss
Ofelia se constituyó en enfermera principal y mereció la estimacion
de todos por lo bien que desempeñó sus funciones.
Era mugermuy práctica en cuidar enfermos; entendia á las mil ma
ravillas cuanto tenia relacion con el aseo y las comodidades . Guar
daba el mas severo y escrupuloso método; no se turbaba nunca y
recordaba con la mas esquisita exactitud cuanto disponia el médico.
Habíanse burlado antes de sus manías y su caráctersusceptible, tan
en oposicion con las costumbres del Sur, pero fué preciso reconocer
y confesar que era la persona de desempeño para aquellas terribles
circunstancias. El tio Tom estaba constantemente al lado de Eva ; se
habia apoderado de ésta una irritacion nerviosa tan grave que sola
mente se le calmaba con la presencia de su anciano amigo . El negro
viejo se complacia en tomarla en sus brazos, pasearla por el cuarto
ó por la galería de los bambues, y así que soplaba la fresca brisa
del mar , se iba con ella bajo los naranjos del jardin , la sentaba sobre
un banco y le cantaba sus himnos favoritos. Saint- Clare la llevaba
tambien, pero se fatigaba muy pronto, y Eva le decia :
Déjame con Tom , él tiene la mayor satisfaccion en esto . Es la
que él puede hacer por míahora , y yo quiero utilizarlo .
- Yo tambien , respondia su padre.
--

Si, papá ; pero tu puedes cuidarme noche y dia , y leerme;


mientras que Tom no puede ofrecerme sin sus brazos y sus can
ciones. Por otra parte me lleva cómodamente y sin cansarse.
Tom no era elsolo criado que deseaba consagrarse al cuidado de
Eva ; todos los demas se disputaban ese placer con el mayor empe
ño . Mammy hubiera querido muy bien hacerle personales servicios
pero no le era posible. María habia declarado que tal era su posicion
que no le permitia el menor descanso, y por consecuencia nadie er
la casa habia de estar en sosiego. Mammy se vió forzada á levaná:
tarse veinte veces cada noche para darla fricciones en los piés, post
nerle agua fresca en la frente, irle á buscar el pañuelo del bolsillo
215

correrle las cortinas cuando aclaraba y descorrerlas cuando reinaba


oscuridad en su cuarto. Por el dia , despues que la pobre criada ha
bia hecho una visita á su querida Eva , siempre hallaba en que ocu
parla constantemente .
Es de mi deber, decia María , velar por mi salud : , estoy tan
débil , y la debilidad de mi hija por otra parte me causa tal tras
torno ! ...
Es verdad , respondia Saint-Clare; eyo creia que nuestra pri
ma te dispensaba de toda clase de cuidados ?
Pareces un niño, Saint -Clare ... ¿ Puede una madre dejar de asis
tir á su hijo en la última enfermedad ?... Pero, me encuentro de tal
modo desazonada que no sé lo que me pasa ... ¡ Yo no podria ser tan
insensible como tú....
Saint-Clare se sonrió, porque aun podia sonreirse. Eva se despedia
de todos con tal dulce resignacion que era imposible persuadirse que
iba á morir en breve . Ella no sufria ; no esperimentaba sino una
calma dulce que iba en aumento progresivo. Era tan afectuosa , tan
amable , tan feliz que no era posible resistir a la influencia consola
dora de la inocencia y de la paz que se respiraba en su torno. Saint
Clare sentia una tranquilidad estraña apoderarse de todo su sér. No
era ni la esperanza, ni la resignacion ; esa tranquilidad estaba basada
- sobre la situacion actual de Eva , comenzando á pensar en el porve
nir . Semejábase á la melancolía que se esperimenta al contemplar los
30 bosques en otoño, viendo a las hojas palidecer é irse desprendiendo
para sepultarse en las límpidas aguas de un torrente. Gozamos aun
mas con el espectáculo de la naturaleza si no sabemos que va á su
frir un repentino cambio .
Tom era el amigo que comprendia mejor los sueños y los presenti
mientos de Eva. Ella le revelaba lo que nunca se hubiera atrevido á
contar á su padre :comunicábale las misteriosas inspiraciones y ad
vertencias que herian su alma en el instante mismo en que las cuer
das de la vida comenzaban a perder su elasticidad. En vez de acos
tarse en su cuarto Tom, pasaba la noche bajo la galería cerca de la
alcoba de Eva , pronto á levantarse al menor llamamiento .
Tio Tom , le dijo Mis Ofelia , ¿ qué ocurrencia es la tuya de
acostarte bajo las estrellas como si fueras un perro ? Ya sospechaba
yo que tenias hábitos estraordinarios.
Sí, señora, dijo Tom con acento misterioso ; yo ... pero ahora ...
¿Qué ?
No hable Vd. tan alto porque el señor Saint-Clare podria oirnos.
Vd. sabe que es necesario que esté alguno de centinela para esperar
el esposo.
Photo ¿ Qué quieresdecir con eso ?
No recuerda Vd . las palabras de la Sagrada Escritura : « llácia
la media noche se oyó un gran grito : hé aquí el esposo que viene . »
Eso es lo que yo espero tod las noches , mis Ofelia , y por eso es
necesario que no me aleje .
Tio Tom >, quién te ha enseñado eso ?
Mis Eva me lo ha dicho ; el Señor le envia un mensaje. Es ne
216
cesario que yo esté ahí, mis Ofelia, porque así que esta santa niña
entre en el reino de los cielos, se abrirá la gran puerta y nos echarán
a todos una mirada desde la celeste mansion .
Tio Tom , mis Eva dno te ha dicho esta noche que se encon
traba mejor que antes ?
No, señora ; lo que me ha dicho esta mañana es que tocaba á
su término : el sonido de la trompeta final resuena ya en su oido .
Esta conversacion habia tenido lugar entre diez y once de la no
che. Despues de haber hecho su ronda y cerrado la gran puerta , mis
Ofelia encontró á Tom acostado bajo la galería . Ella no;era muy im
presionable, pero no pudo menos de sorprenderla la gravedad solem
ne del negro .
Empero Eva habia mostrado por el dia mas contento que de cos
tumbre; lo habia pasado examinando todas sus prendas y designando
á los amigos á quienes queria que les fuesen entregadas . Ella hablaba
con la mayor claridad y con un volubilidad que no se le habia notado
hacia ya algunas semanas. Su padre la acababa de visitar y encon
trándola mejor que nunca , habia dicho á Mis Ofelia :
Prima, cre que llegaremos á salvarla ...
Pero elesposo se presentó a medianoche, hora de silencio, miste
riosa , en que se rompe el velo que separa el presente incierto del
eterno porvenir . Oyéronse al principio en la cámara fúnebre el ruido
de pasos precipitados. Era Mis Ofelia , que habiendo ido á ver á la
enferma, con su mirada práctica acababa de reconocer los síntomas
de una crisis. Abrióse la puerta y Tom se puso en pié inmediata
mente .
Anda á llamar el médico , Tom no pierdas un instante... dijo
Mis Ofelia : en seguida fué á llamar al cuarto de Saint-Clare .
.
Primo , ven al niomento .
Estas palabras cayeronsobre el corazon del padre como un puñado
de tierra sobre un atahud . Se levantó en seguida Уy corrió a la alcoba
de su bija : esta dormia aun . ¿ Qué advirtió para que la sangre se le
helara en las venas ? Otros podrán esplicar mejor que yo esta circuns
tancia : los que hayan contemplado el semblante de una persona
muy amada en el momento de despedirse de la vida. La fisonomía de
Eva no tenia todavia ese aspecto terrible . Saint-Clare y su prima
contemplaron la niña con el mas profundo silencio, tanto que el mo
vimiento del reloj parecia demasiado ruidoso. Al cabo de algunos
segundos, entró Tom acompañado del doctor, quien echó una mirada
sobre la moribunda y no hizo ninguna observacion .
C
Desde cuando está ella en ese estado ? preguntó éste á mis
Ofelia .
· Poco despues de media noche .
María se dispertó con la llegada del doctor y se apresuró á pre
guntar desde el cuarto vecino :
Agustin , prima , ¿ qué lay ?
Silencio , ella se muere respondió Saint-Clare.
Mammy oyó esas palabras y corrió á dispertar á los demas escla
vos. Toda la casa se puso en el acto en movinsiento ; viéronse luces
217

yoyéronse pasos por todas partes ; grupos de los criados formáronse


bajo la galería desde dondeobservaban con la mayor ansiedad á tra
vés de la puerta de cristales. Saint -Clare, estraño a lo que pasaba en
su redor, tenia la mirada fija en el semblante de su hija.
C

Si aun pudiese hablar :: ;Eva ,mi querida Eva !


Los hermosos ojos azules de la niña se abrieron , bañó de celestial
sonrisa el semblante yy pretendió incorporarse.
¿ Me conoces , Eva ?
-
Padre mio , contestó la niña , y haciendo el ú'timo esfuerzo
pasó los razos al redor del cuello de Saint-Clare , pero volvieron á
caerse sin aliento. En el momento en que éste levantó la cabeza re
conoció el estertor de la agonía en su hija. Ellarespiraba con mucha
ificultad y agitaba sus manos.
- ¡ Oh , Dios mio , esto es terrible ! esclamó él, y sin saber lo que
1a estrechó convulsivamente las manos de Tom : éste se las apre
entre las suyas y alzó los ojos al cielo implorando misericordia
cterna para su infeliz amiga.
Ruega por su salvacion, dijo Saint-Clare , ioh se me parte el
alma !
Ya todo ha concluido , mi querido amo, respondió Tom , mi
rela vd .
La niña se estendió sobre su cama : sus grandes ojos quedaron
fijos y sin movimiento ; habian cesado sus dolores terrestres; el sem
blante tenia un brillo tan misterioso y tan imponente , que las lágri
mas no se atrevian á presentarse á su aspecto.
¡ Eva ! dijo dulcemente Saint - Clare .
Ella no le oyó .
Eva , dínos lo que tu ves.
Una sonrisa radiante iluminó su rostro ; ella murmuró :
- ¡ Oh la paz.. , la hermosura ... el amor .... despues lanzó un sus
piro y pasó de la muerte á la vida eterna .
A Dios , querida niña. Las puertas del cielo se han abierto para tí ;
ya no te veremos mas . Desgraciados los que no han asistido al espec
áculo de tu gloria, y que fijando sus miradas en este mundo no en
ontraren mas que un dia breve y frio , en esta vida terrenal que tu
las abandonado para siempre.

19
-
218

CAPITULO XXVII.

PRSADUMBRES .

Las estátuas y los cuadros de la alcoba de Eva los cubrieron cor


lienzo blanco ; y allí no se oian sino murmullos y pasos furtivos. La
La niña des
cama estaba adornada con paños mortuorios blancos.usaba
cansaba allí vestida con el simple trage blanco que en vid
El reflejo rosado de las cortinas coloreaban su helado rostro . Ter
la cabeza inclinada como si estuviese dormida ; pero el aspects
éxtasis y de calma que bañaba su fisonomía no era propio d
sueño pasagero, era el testimonio de que la embargaba el r
eterno que Dios acuerda á sus elegidos.
- ¡ No ha habido muerte como la tuya querida Eva! Para
hay ni sombras ni tinieblas; te has apagado como el lucero del alu .
al asomar los tintes de la aurora : nas triunfado sin haber com
batido .
Tales eran los pensamientos de Saint-Clare, quien con los brazos
cruzados contemplaba los restos inanimados de su hija. Desde que
oyó decir « Ella ha muerto » estaba como envuelto en la mas es
pesa niebla. A cuantas preguntas se le habian dirigido habia dado
contestaciones maquinalmente . Se ie habia preguntado á que hora
tendria lugar el entierro y donde quieria que se depositase el cadá
ver, y solo respondió con tono de impaciencia que todo le era indi
ferente .
Adolfo y Rosa habian arreglado la alcoba ; á pesar de lo ligero de
su carácter eran sensibles; y mientras que miss Ofelia presidia y
daba las órdenes generales de aseo, ellos se dedicaron á adornar el
aposento mortuorio, dándole ese colorido poético para ocultar el ca
rácter siniestro que se nota frecuentemente en las ceremonias fü
nebres de la Nueva-Inglaterra. Colocaron en multitud de vasos flores
frescas y olorosas. Los dos mulatos, con esa exactitud que distingue
su raza lo adornaron todo de la manera que juzgaron mas digna .El
tanto que Saint-Clare meditaba , la jóven Rosa penetró á hurtadillas
en la alcoba llevando en la mano un cesto lleno de flores. Relro
cedió al aspecto de su amo, pero notando que él no la habia adver
tido se aproximó á la cama donde estaba elcadáver. Saint-Clare
vió como entre sueños,7 colocar las flores al redor de Evangelina
ponerle entre las manos un ramo de jazmines .
La puerta se entreabrió, y Topsy se presentó con cosa alguna ocak
ta en su delantal . Rosa le hizo una señal para que se retirara, per
la negra no hizo caso .
Sal, le dijo Rosa con tono decisivo, aquí no se te necesita.
-Déjame, traigo una ſor hermosa ! es una rosa té, déjame colo
cársela á mi ama en su lecho de muerte.
¡ Qué te vayas ! repitió Rosa .
219

¡ Qué permanezca / contestó Saint- Clare dando con el pié en


tierra encolerizado .
Rosa guardó silencio : Topsy depositó su ofrenda y de repente se
.

echó por tierra cerca de la cama prorrumpiendo en llantos y gemi


dos. Miss Ofelia se lanzó en el cuarto tratando en vano de imponer
silencio a la negra .
-

- ¡Oh miss Eva ! yo quisiera haber muerto tambien .


A esta exclamacion salvage y penetrante, la sangre se agolpó al
pálido rostro de Saint-Clare, y de sus ojos se escaparon las prime
ras lágrimas que vertió desde la muerte de Evangelina.
Levántate niña, dijo mis Ofelia con dulzura, no llores de ese
modo, mis Eva está en el cielo .
Pero yo no puedo verla , contestó Topsy ; ; no la veré ya mas i
y sus gemidos se repitieron .
Hubo un momento de silencio .
Ella decia queme amaba, añadió Topsy. ¡ Oh Dios mio, ya no
me queda nadie en el mundo !
¡ Ay demí! Es verdad , dijo Saint-Clare ; por tanto, prima mia
encárgate de consolar esa infeliz .
Quisiera no haber nacido ! esclamó Topsy . Yo no sé porque he
venido al mundo .
Mis Ofelia la levantó del suelo con dulzura y se la llevó á su
cuarto ,
No te desconsueles, la dijo, yo puedo amarte ; aunque no me
parezca á esa niña querida, ella me ha comunicado mucho de sus
cualidades . Yo te quiero bien y trataré de auxiliarte para que seas
buena cristiana .
Las palabras de mis Ofelia no tenian elocuencia alguna y mucha
menos que las tiernas lágrimas que bañaban sus mejillas. Desde ese
momento adquirió sobrela imaginacion de la negra cierta influencia
que no fué desmentida en lo sucesivo.
-¡Oh Era mial dijo Saint- Clare, i cuanto bien has hecho durante
tu rápida existencia en este mundo ! Y yo ; que cuentas tendré que
dar de los dilatados años de vida que he pasado ?
El ruido de pasos de algunos se hizo sentir de nuevo en la alcoba
mortuoria. Todos los criados vinieron sucesivamente á ver el cadá
ver. El atahud estaba elevado hasta cerca del techo. Varios carruages
llegaron a las puertas de la posesion y recibieron a los estraños que
fueron presentándose. Los plañidores se aparecieron á su turno ador
nados con crespó negro : leyéronse plegarias y pasages de la Escri
tura ; y entretanto Saint -Clare iba y venia como un hombre que ha
vertido ya todas sus lágrimas. El no veia sino la cabeza rubia que
descansaba en el atahud. Así que la caja fué cerrada , bajaron todos
al jardia en el fondo del cual estaba abierto el sepulcro cerca del
sitio de cesped dónde Eva se sentaba muchas veces al lado del tio
Tom . Saint-Clare lleno de pesadumbre y de dolor contemplaba la
fosa. El vió bajar el atahud yy oyó vagamente estas solemnespalabras :
« Yosoy la resurreccion y lå vida ; aquel que crea en míaunque haya
muerto vivirá para siempre. » Cuando los enterradores arrojaron la
220

tierra sobre la caja, el padre desolado no pudo persuadirse que era


Eva la que desaparecia de su vista .
Nó, no era Eva ; era el gérmen perecedero de la forma inmortal y
pura bajo la cual debia presentarse en la solemne hora.
Los concurrentes se retiraron ; María hizo cerrar las celosías de su
cuarto, y se acostó como prueba del insoportable dolor que sufria,
reclamando el cuidado y las atenciones de todos sus criados. Ella no
les permitió ni tiempo para llorar. ¿ Para qué, si esa afliccion era la
zuya, y estaba plenamente convencida que nadie en el mundo podia
esperimentarla en tan alto grado como ella misma ?
Saint-Clare, no ha vertido una lágrima, dijo ella, él no simpa
tizaba con mihija ; no se puede concebir corazon mas empedernido ;
sin embargo le consta muy bien todo lo que ella ha sufrido.
Tantas personas se presentaron á su vista y á sus oidos, que la
mayor parte de los esclavos se imaginaron que su ama era en efecto
la mas desgraciada dela casa y á la que mas sensible le habia sido
el acontecimiento. Para confirmarlos en esta opinion. María tuvo ata
ques de nervios, envió á buscar al doctor y declaró que estaba mo
ribunda. El médico se vió forzado á venir, se aprontaron botellas de
agua hirviendo, se calentaron franelas, y aquel movimiento entre
tuvo á los sirvientes .
Tom queria mucho á su amo : le siguió en sus paseos, y cuando
le vió sentado, en calma y pálido en el cuarto de Eva, fijando los
ojos enjutos sobre la Biblia de la niña, consideró que habia mas do
lor, mas pesadumbre en aquella silenciosa actitud que en todas las la
mentaciones de María . Al cabo de algunos dias la familia de Saint
Clare volvió á Nueva-Orleans . Agustin no podia permanecer en el
mismo teatro de tan funesto acontecimiento ; tenia necesidad de
cambiar el curso de sus ideas, de llenar el vacío de su corazon . Por
esto se lanzó en el tumulto de la gran ciudad . Las personas que le
encontraban en la calle ó en el café le repetian el anuncio de la pér
didasuya con el crespó en el sombrero. Él sonreia, hablaba, leia los
periódicos y se mezclaba en el torbellino de las discusiones politi
cas ó se ocupaba en sus negocios particulares. ¿ Quién podia adivinar
que esa alegría facticia, ocultaba las torturas de su corazon, helado
ya como la losa de un sepulcro ?
-

Saint-Clare es muy raro, dijo María á mis Ofelia ; yo creia que


si él amaba algo en el mundo era á nuestra querida Eva ; pero muy
poco le ha costado el olvidarla . No puedo lograr que el hable de ella.
Le hubiera creido mas sensible .
Las aguas mansas son generalmente mas profundas, contestó mis
Ofelia con tono sentencioso .
Eso es un proverbio insignificante ; cuando las personas tienen
un sentimiento lo manifiestan.¡ Que no sea yo del modo de pensar de
Saint-Clare! ¡ el sentimiento me mata !
- Pero, señora , dijo Mammy, el señor amo se va poniendo muy
delgado. Dicen que no come. Yo no creo que él haya olvidado á mis
Eva : ; era tan buena la niña !
De todos modos él no tiene consideraciones conmigo, no me ha
221 -
dirigido ni una palabra de consuelo, y debia saber que para una
madre existen cierta clase de aflicciones que los demas desconocen .
El corazon se complace con su propia amargura, replicó mis
Ofelia .
Eso he pensado siempre . Nadie es capaz de sospechar lo que yo
esperimento ; Eva sola lo sabia, y ya no existe.
María se echó á llorar ; era uno de esos séres por desgracia mal
constituidos, que no estiman las cosas sino despues que las pierden .
Siempre le buscaba defectos á lo que poseia, pero una vez perdido el
objeto, tenia para ella un valor inestimable .
Entre tanto otra conversacion habia tenido lugar en el gabinete
de Saint-Clare. Tom que seguia siempre a su amo con la mayor in
quietud, le habia visto entrar algunas horas antes, y despues de ha
berle esperado en vano, tomó la resolucion de turbar su soledad .
Saint-Clare estaba sentado en un sofá con los ojos fijos sobre la Biblia
de Eva . Al levantarlos advirtió al negro que se adelantaba con incer
tidumbre. Notó la espresion de ternura y de dolor que estaba retra
tada en el semblante de este honrado esclavo, tomó la mano de Tom
y apoyó en ella su frente .
¡Oh Tom , amigo mio, el mundo para mí es un desierto !
Lo sé, señor, lo sé : pero ¿ por qué no abre Vd . los ojos para la
morada que habita la niña ?
- Ah Tom ! los abro pero no veo nada.
-

Tom arrojó un suspiro.


No nos es dado á nosotros penetrar esos misterios.
Tom murmuró :
« Tú te has ocultado á los hombres sábios y prudentes, pero te
has revelado á los niños . »
Tom, no creo eso, ni podria creerlo : he contraido el hábito de
la duda; no quiero creer en esa Biblia, ni puedo .
C
Miquerido amo, ruegue Vd . al Señor para que lo saque de esa
incredulidad .
Todo se ignora : esa fe pura , ese amor ardiente, no son mas que
faces variables de los sentimientos humanos que se fundan en qui
meras, y que se convierten en humo como la vida . Ya no habrá mas
Eva , no hay cielo, no hay Salvador tampoco.
Existe uno, mi querido aino, yo lo sé, estoy seguro de ello, es
clamó Tom arrodillándose, crea Vd. en él.
¿ Cómo sabes tú que existe un Salvador, si tú nunca le has
visto ?
.
Lo siento en mi alma 2, amo mio ; lo estoy viendo ahora. Cuando
me separé de mi muger y de mis hijos creí sucumbir á tanto dolor,
pues que creia que ya nada tenia que esperar en el mundo : entonces
Dios vino en mi socorro y me dijo : « No temasnada, Tom » , con lo
que volvió la fe y la alegria al corazon de un infeliz. Soy dichoso ,
quiero a todo el mundo y me someto a la voluntad del Señor ; voy
donde él quiera. Sé que no puedo oponerme á su voluntad, y la acato
y obedezco : eso viene del Señor y él se dignará remediar vuestros
19*
males, mi querido amo .
222
Tom hablaba con una voz entrecortada, Saint-Clare le apretó la
mano y apoyó su cabeza en los hombros del negro .
-

Tom, tú me quieres .
- Daria mi vida por verlo á Vd , cristiano .
¡ Pobre insensatol no soy digno de la afeccion de un corazon
como el tuyo .
No soy el único que ama á Vd . Nuestro Señor le ama tambien.
-
¿ Cómo lo sabes tủ ?
Lo siento en el fondo de mi alma. ¡ Oh amo ! el amor de Cristo
no se comprende .
¡ Eso es singular ! ¡ Que historia la de un hombre que ha vivido
18 siglos para revolver aun el mundo ! Pero no era un hombre , aſia
dió bruscamente , jamás ente alguno ha tenido ese poder tan dura -
dero ! ¡ Qué no pueda creer lo que mi madre me ha enseñado y rogar
como en mi infancia !
.

¿ Quisiera Vd ., señor, leerme un poco ? Estoy privado de oir


leer desde que miss Eva no existe .
Saint- Clare abrió el libro por el capítulo XIde San Juan , donde
contiene el relato de la resurreccion de Lázaro . Leyó en alta voz, se
detuvo únicamente para notar los emociones de Tom : éste escuchaba
con el mayor respeto y veneracion .
Tom , todo esto es una verdad para tí ?
Me parece que lo veo , señor .
Quisiera tener tus ojos .
Yo ruego a Dios que se los dé .
Pero , Tom, i no consideras que tengo mas instruccion que tú ? ¿Qué
dirias si yo te confesara que no creo ni una palabra de esto ?
1 Oh señor amo ! dijo Tom juntando las manos y con tono supli
catorio .
-

Tu fe es estraordinaria.
Si señor.
Y sin embargo yo soy mas ilustrado que tú .
¿ No ha leido Vd. que Dios se oculta de los sábios para reve
larse å los niños ? Vd . sin duda no habla con seriedad .
Mucha , soy completamente incrédulo ; juzgo que hay razones
para creer, pero no creo .
- ¡ Si mi amo rogase !
¿ Cómo sabes tủ que yo no ruego ?
¿ Seria verdad ?
Quisiera orar, pero cuando estoy solo, me parece que no puedo
dirigirme a nadie. Vamos Tom, tú que rezas enseñame.
Las emociones de Tom ſueron mas vivas, y sus oraciones se des
bordaron como las aguas de un dique retenidas por mucho tiempo.
Saint-Clare se dejó llevar por la fe sincéra del esclavo,a las puertas
del
ielo que el negro se representaba con tanto ardor. Parecíale que
se acercaba á Eva.
- Gracias, muchacho, le dijo a Tom cuando se levantó, me gusta
223

oirte , pero déjame solo . Otra vez nos , esplicaremos mas estensa
mente .
Tom se retiró silenciosamente .

CAPITULO XXVIII .
LA REUNION .

Habian transcurrido ya muchas semanas desde el fatal dia en quo


la inexorable parca cortó el débil hilo de la existencia de nuestra
interesante Evangelina. Las necesidades diarias, implacables, siguen
su curso.con indiferencia, y aumentan nuestros dolores, haciéndonos
sentir su insoportable imperio. Aunque hayamos muerto moralmente,
es necesario, empero, comer, beber , acostarse, levantarse, preguntar
y responder. Triunfa la realidad del sentimiento, y subsisten siempre
las constantes costumbres de la vida por mas que las resistamos, y
miremos con desprecio .
HabiacifradoSaint-Clare toda su esperanza y porvenir en el ca
riño y ternura de su inocente niña . Por ella habia mejorado su pro
piedad rústica , vigilaba y aumentaba sus bienes. Mas ahora que
aquel cariñoso móvil no le inspiraba, ahora que la luz de sus ojos no
lealumbraba, entregóse al abandono y á la inercia, pareciéndoleque
todo habia acabado para él, que todo habia muerto con su querida
Eva. Olvidaba entonces Saint -Clare la existencia de la otra vida, pero
es incontestable que cuando aquel reflejo divino se comprende, cesan
las incertidumbres, se reforma la razon, y la esperanza de otro genero
de felicidad se apodera de nuestra alma. En efecto, parecíale al
3.
padre de Eva oir con frecuencia el grito de una voz infantil que le
flamaba á los cielos ; parecíale ver una manecita indicándole el ca
mino ; mas la pena cruel que le devoraba, le sumergia, en fin , en un
doloroso y profundo letargo . Era Saint- Clare una de esas naturalezas
que, por su solo instinto , conciben una idea más clara de la reli
>

gion , que la que muchoſ cristianos escrupulosamente observan .


Aprecíanse muchas veces mejor las verdades morales por hombres
profanos, que pasan toda su vida sin meditarlas. Moore , Byron y
do Gæthe han esplicado , con frecuencia , el verdadero sentimiento reli'
gioso con mayor fidelidad y brillantez que aquellos que modelan su
conducta por los preceptos evangélicos; y el desprecio de la fe en
0. este género de hombres es una inconsecuencia inconcevible, una
25
traicion monstruosa .
je No habia querido jamás Saint- Clare sujetarse al cumplimiento de
los preceptos eclesiásticos ; venerábalos, en tan alto grado, conocia
224 mm
tan profundamente la santidad de los deberes del cristiano, que re
trocedia ante las exigencias que su conciencia le impusiera si una
vez se resolviera á practicarlos. Sin embargo se habia operado en él
una notable transformacion , era ya otro hombre. Leia con suma aten - 1
cion la Biblia de Eva , miraba con disgusto los errores de su vida
pasada y presente, reprendíase la conducta que observaba con sus es
clavos, su morosidad en darles libertad y formó la resolucion de ac
tivar las diligencias necesarias para obtener la emancipacion de
Tom . Aumentaba su cariño y su amistad hácia este buen servidor
que, mas que otro alguno, le recordaba su querida Evangelina. Guar
đábalo constantemente a su lado , y aunque disimulaba alguna vez
sus íntimos sentimientos, pensaba y obraba siempre segun las inspi .
raciones de tan buen compañero.
Voy a hacer de tí un hombre libre, dijo Saint-Clare á Tom , la
mañana del dia en que dió principio a las formalidades legales para
la emancipacion de su fiel criado . Así, ya puedes hacer tu atillo y
marcharte á Kentucky.
- Alabado sea Dios ! esclamó Tom, levantando las manos al
cielo ,
Desconcertó a Saint Claire la espresion de alegría que radiaba en
el semblante de Tom.
No concibo tu transporte, le dijo secamente. ¿ Tan mal te en
cuentras aquí ?
- Soy libre! ¡ Hé ahí toda mialegria !
Pero díme, no serias mas feliz en casă, que siendo libre?
No por cierto, señor Saint-Clare, respondió el esclavo con
energía.
Trabajando dia y noche nunca ganarias para comer y vestir
como quedándote con nosotros.
Así es ; la amabilidad con que Vd. nos trata nos llena de con
tento ; pero preferimos nuestros harapos, y nuestras cabañas, y saber
que nos pertenecen en toda propiedad, á estar en casa de un estraño
disfrutando de todas las comodidades y placeres de la vida. Y esto es
muy natural, pues, que...
Lo supongo, y así prepárate á marchar dentro de un mes,
tiempo indispensable para cumplir con todas las formalidades que la
ley exige.
· Permaneceré en su servicio mientras tenga Vd. necesidad de
mí, mientras le aflijan sus penas.
-¿Y cuando piesas tú, que cesará mi afliccion ?
Cuando practique Vd. las verdades del cristianismo y se con
vierta á la fe .
¡Oh, Tom no quiero retenerte por tanto tiempo ; regresa al seno
de tu familia, y asegúrala de toda mi amistad.
No está lejano ese dia, repuso llorando el esclavo. El señor re
serva á Vd , una mision ,
¡ Unamision ! quisiera conocer tus ideas sobre la especie de
mision que Dios puede reservarme .
225 -
Hasta un infeliz, como yo, tiene su mision sobre la tierra ; y
Vd. rico y sábio debe tener unamas importante todavía.
- ¿ Piensas, añadió Saint-Clare, que 'el Señor tiene necesidad de
que trabajemos en su favor ?
4 - Le servimos siempre que trabajamos en obsequio de sus cria
turas .
- ¡ Escelente teología , amigo mio ! seguramente, ella es superior
á la de todos nuestros doctores.
Ciertas visitas que llegaron en aquel momento interrumpieron la
conversacion .
Sintió María la pérdida de su hija , segun se lo permitian las indo
lentes fibras de su egoista corazon . Tenia el talento de hacer la des
gracia de cuantos la rodeaban , y sus criados tuvieron sobradísima
razon para llorar y sentir la prematura muerte de su jóven señorita ,
cuya intercesion las preservaba muchas veces de las tiránicas exi
gencias de su madre . Mammy sobre todo , á quien la presencia de su
amada Eva consolaba del tormento de su sensible separacion, habia
quedado reducida á la mas cruel desesperacion . Lamentábase dia y
noche, y el esceso de sus penas, haciéndola indolente, le atraian un
diluvio de invectivas.
Inconsolable quedó miss Ofelia. Empero el ejemplo de Eva habia
ejercido sobre ella una durable influencia ; era mas amable y sencilla .
Ocupábase activamente en la educacion de Topsy, á quien ya amaba ,
y consideraba como una criatura inmortal que Dios le habia confiado
para formarla en las virtudes. No se habia corregido mucho Topsy,
pero la muerte de Eva habia operado en ella un sensible cambio .
Desapareció su indiferencia, y esperimento, en fin, el deseo de hacer
el bien. Sus esfuerzos eran regulares, alguna vezinterrumpidos, es
verdad, pero los renovaba con energía.
Cierto dia, que miss Ofelia tenia necesidad de ella, antes de acudir
al llamamiento, se ocultó precipitadamente una cosa en el seno.
- ¿Qué estás haciendo ? la dijo la jóven Rosa que habia ido á bus
carla :: &qué has robado ?
Déjame, Rosa, y mézclate de lo que te interesa .
Te he visto ocultar lo que tenias entre las manos.
Trato enseguida de apoderarse del objeto en cuestion ; pero enfu
'ecida Topsy combatió valerosamente para defender sus derechos.
Saint-Clare y miss Ofelia acudieron al ruido que hacian los enfure
idos combatientes.
¡ Es una ladronal dijo Rosa al verlos .
¡ No es verdad ! dijo Topsy indignada .
Dame en seguida lo que has ocultado, le intimó miss Ofelia con
ono firme. Vacilaba la negra ; mas á la segunda intimacion sacó del
eno un paquetito envuelto en un pedazo de cuero en el que habia el
ibro de las Sagradas Escrituras, que Eva habia dado á Topsy , un
pedacito del crespon negro quehabia servido de paño funerario ,y un
bucle de su cabellera que la infeliz Evangelina dió á Topsy el mismo
dia en que aquella exhaló su último suspiro .
Conmoviósé Saint-Clare a la vista de tan queridos objetos.
226

‫ܕܐ‬Por qué, la dijo, has envuelto el libro con ese crespon negro ?
Porque... porque... ha servido á miss Eva. i¡ Oh , por piedad, no
me lo arrebate Vd !
En seguida, arrojóse Topsy al suelo, cubrióse la cabeza con el de
antal, y prorumpió en lamentables gritos. Era lastimoso y cómico á
la vez ver aquella escena . Saint- Clare, aunque con las lágrimas en los
ojos, sonrióse al contemplarla .
Vamos, hija mia, no llores; conserva tu precioso tesoro.
Reunió acto continuo los diversos objetos, púsolos con religioso
cuidado sobre las rodillas de la desconsolada Topsy, y se volvió al
salon llevándose consigo á miss Ofelia.
Creo, prima, que por último sacarás partido de esa criatura.
Persevera, pues, y no descuides su educacion ni un solo dia .
– En efecto, ha cambiado notablemente , y me prometo mucho de
ella. Pero dime, Agustin , añadió ‫܀‬: ¿ Esta niña es para tí ó para mí?
Te la he dado; tú eres su soberana absoluta .
Mas no me la has dado legalmente, y deseo llenar esta forma
lidad .
.

- ¿Y qué diria la sociedad abolicionista si te hiciera poseedora de


un esclavo ?
¡ Qué locura ! si deseo que me pertenezca, es solo para tener el
derecho de llevármela á los Estados libres, уy emanciparla en seguida.
Pues bien , cumpliré tus deseos ..
No me contento con la palabra ; quiero que esto se haga inme
diatamente por escrito.
- No veo la necesidad de precipitarnos.
No pienso como tú , porque no estoy segura para obrar sino del
tiempo presente, el porvenir no nos pertenece.
- En aquel momento, presentó papel y pluma á Saint-Clarc, quien
se puso a estender el escrito que su prima le exigia .
Hélo aquí,muger previsora, la dijo entregándola la donacion
que acababa de formular. Ahora te pertenece en cuerpo y alma .
· Nadie , sino Dios tiene derecho para darme una criatura huma
na ; pero al menos he querido llenar las formalidades legales, para
tener el derecho de protejerla .
Te pertenece por una ficcion de la ley , respondió Saint-Clare,
dirigiéndose al salon .
Mis Ofelia que acompañaba raramente á María , siguió a su primo
al salon despues de haber guardado la donacion en su papelera .
Agustin, le dijo repentinamente ¿ has hecho alguna disposicion
en favor de tus esclavos ?
- No, respondió Saint-Clare, tengo el pensamiento de hacerla
uno de estos dias.
Y si te faltara el tiempo ?
Que idea tan original prima ! Tengo á caso sintomas de fievre
amarilla, ó de cólera morbo para que reclames con tanta premura
disposiciones testamentarias ?
- En medio de la vida estamos siempre cerca de la muerte .
227

Levantóse Saint-Claire y se marchó por no oir semejante conver


sacion .
· Es estraño, se dijo en seguida así mismo. El nombre y la cosa
existen , y sin embargo nunca pensamos en ellas por mas que veamos
á hombres hermososyy robustos, llenos de vida y de porvenir, de ar
dor y de esperanza, descender diariamente á la tumba !
Estaba la tarde calorosa ; estudiaba Tom su Biblia en un rincon del
pórtico, y. Saint-Clare se fué hacia él y se sentó a su lado como si
hubiera sido uno de sus compañeros.
¿Quieres que te lca, Tom ?
Mi reconocimiento no tendrá límites, señor.
- Tomó Saint-Clare la Biblia y leyó :
á Entónces vendrá el hijo del hombre con toda su majestad, acom
pañado de todos sus ángeles y se sentará sobre el trono de su
gloria .
« Estando confundidas todas las naciones separará las unas de las
otras como el pastor separa la obeja de los carneros.
En seguida recitó en alta voz el fragmenio del Evangelio hasta
el último versículo
« Entonces el rey de los cielos dirá a los que estarán á su izquier
da : Id malditos de mi padre al fuego eterno preparado por Satanás y
sus ángeles .
(C
Porque hetenido hambre, y no me habeis dado de comer : y he
tenido sedy no mehabeis dado de beber.
« Me hallaba en la intemperie, y no me habeis dado un abrigo :
estaba desnudo y no me habeis vestido : estaba enfermo y no me
habeis visitado . »
« Los condenados le responderán : Señor, jamás os hemos visto
hambriento, ni sediento, ni desnudo, ni enfermo, y no hemos podido
por consiguiente asistiros, por mas que lo hubiéramos deseado.
« Pero el Salvador del mundo les responderá : En verdad os digo ,
que tantas cuantas veces habeis dejado de socorrer á los pobres y
desvalidos, me habeis fallado á mí mismo . »
Meditó Saint-Clare el precedente versículo y dijo :
Tom , esas gentes á quienes vemos tratados con tanto rigor hu
bieran vivido como yo en el seno de la abundancia y del bienestar,
sin preguntarse si sus hermanos tendrian hambre ó sed , ó si estaban
enfermos ó en prision .
10 Guardó Tom un profundo silencio, уy Saint-Clare se levantó y dió
unos paseos por la galería. Hallábase tan pensativo y meditabundo
que no habiendo oido el toque de la campana, Tom le advirtió por
dos veces que era la hora de tomar el té .
Distraido y abyecto estuvo Saint-Clare en la mesa ; fuese al salon ,
en donde permanecia guardando un sepulcral silencio, levantóse al
cabo de un largo rato , y tomando un cuaderno de música dijo :
· Este cuaderno era de mi madre ; hó aquí su escritura. Copió
este trozo del Requiem de Mozart ; le gustaba tanto y lo cantaba con
tanta frecuencia, que me parece oirla todavía.
Púsose en seguida en el piano y enlonó el Dies irc de la iglesia
228

lalina. Al oirlo acercóse Tom al salon, impresionado vivamente por lo


patético y sublime de los siguientes versos :
4
Recordare, Jesu pie ,
Quod sum causa tuæ vice ,
Ne me perdas illæ die :
Quærens me sedisti lassus,
Redimisti crucem passus ;
Tantas labor non sit cassus .

Dió Saint-Clare tan poético y profundo acento á tales versos, que pa


recia inspirado por la voz de su madre ; comunicó al piano la anima
cion que el mismo sentia y reprodujo con vivisima energía los sim
páticosacuerdos de Mozart; hubiérase dicho que mismo sentia ya
Ios profundos y patéticos dolores de la próxima muerte que le es
peraba .
-
-¡Qué sublimidad ! i que admirable cuadro ! nada puede compa
rarse con la composicion del juicio final; es la solucion de los pro
blemas morales de todos los siglos por la infalible sabiduría.
Terrible en verdad para nosotros, dijo miss Ofelia.
Debia serlo para mí, respondió Saint-Clare. Ayer tarde lei á
Tom el capítulo de San Mateo que describe el juicio final. Se supone
generalmente que están escluidos del cielo, los que han cometido
crímenes; pero no es asi ; se condenan principalmente por no haber
hecho el bien , como si este fuese el más culpable de todos los crí
menes .
Creo que se hace mal , cuando no se hace bien , repuso miss
Ofelia .
-¿Qué se diria de aquel , cuyas inclinaciones, educacion y demas
necesidades de la sociedad llamándole á contribuir a la realizacion
de nobles y útiles empresas, quedan neutros é indiferentes en pre
sencia de la lucha y de las miserias de la humanidad ?
Segun mi dictamen, debiera arrepentirse inmediatamente.
Tienes un espíritu práctico y positivo , y vas siempre derecha
al fin, prima; no me dejas nunca tiempo para reflexionar; me en
cierras á cada paso en un círculo estrecho y preciso , en el del mo
mento ,palabra que frecuentemente tienes en los labios.
El presente me pertenece , Agustin, pero no es mio el porvenir.
- Desgraciada y querida Eva! repuso Saint-Clare. Ella me ha
puesto en el camino de una gran reforma.
Era aquella la primera vez que hablaba de la preciosa Evangelina,
despues de su mūerte ; pero habló tanto, y con tan profundo senti
miento , que por mas que se esforzaba en ocultar su emocion , sus
ojos se cubrieron de lágrimas .
Hé aquí como yo comprendo el cristianismo ; un hombre no
puede lógicamente hacer profesion de la divinia doctrina sin consa
grarse con todas sus facultades a combatir el monstruoso sistema de
iniquidad que sirve de base á los vicios sociales . Debe estar pronto
á sacrificar su vida en la lucha . Soto á este precio seguiria yo los
preceptos del crucificado : he visto muchos cristianos sensatos que
229
se abstienen , la apatía de los hombres religiosos , su indiferencia á
los males y miserias de nuestros hermanos me han inspirado horror
y contribuido poderosamente á arrojarme en el escepticismo.
¿ Por qué has permanecido tú mismo en la inaccion ?
Porque mis buenas disposiciones no consisten en tenderme
sobre el sofá maldiciendo de los malos sacerdotes que no se consa
gran á su ministerio .
¿ Piensas salir de tu inaccion ?
-; Dios solo conoce el poryenir ! Tengo mas valor que antes ; y
# ¿ sabes por qué ?
- No puedo adivinarlo .
Porque he perdido todo lo que me hacia amar el mundo, у el
que no tiene nada que perder desafia todos los peligros.
py ¿ Pues qué piensas hacer ?
- Mi deber hacia los pobres y débiles , segun yo lo concibo . Desde
luego daré principio por mis esclavos en cuyo favor no he hecho
pada todavía : y tentaré enseguida consagrarme en obsequio de toda
la raza proscripta, y sacar á mi país de la falta y deshonrosa posi
cion en que se encuentra en presencia de todas las naciones civi
Filizadas.
-¿Crees por ventura que una nacion se preste voluntariamente a
la emancipacion de los esclavos ?
-¿Quién lo sabe ? Entramos en una época de grandes aconteci
mientos : el heroismo y el desinterés van á reinar sobre la tierra :
los húngaros han logrado, en fin, libertarse á fuerza de todo género
de sacrificios de la servidumbre en que yacian; y entre nosotros han
de salir tambien hombres generosos que no venderán la justicia ni
i el honor.
- ; Ojalá así suceda ! Mas no es tan fácil como tú lo crees.
Supongamos que mañana se realizara la deseada emancipacion
de la oprimida raza ; ¿ Qué uso harian estos seres abyectos de su.
libertad ? ¿ Seríamos tan generosos para inspirarles la actividad que
E no tienen ,para formar hombres de unas criaturas embrutecidas ? 'Se
* dirigirán al Norte en donde el trabajo está á la orden del dia ; pero
- me temo mucho que no encuentren allí las simpatías , y la proteccion
que necesitarán. Habeis formado por cierto una sociedad para enviar
1. misioneros á los países salvajes; les entregais todas vuestras riquezas
para que conviertan los idólatras á la fé cristiana, empero os nega
riais ciertamente á encargaros de ellos, á recibirlos en vuestras casas,
, á mantenerlos, y á darles la instruccion que tanto les falta. Las es
cuelas se negarian asimismo á admitirlos en sus bancos : en suma ,
: somos los opresores declarados de los negros,pero las bárbaras preo
cupaciones del Norte les oprimen con igual rigor.
2
Es verdad, respondió miss Ofelia . Yo mismo sentia contra ellos
una antipatia que me cuesta mucho vencer, y que voy en efecto ven
ciendo, aunque con perseverante trabajo. Sé sin embargo que nume
rcsos habitantes seguirán mi ejemplo ; mas la inmensa mayoria con
20
- 230 -
servará sus ideas prefiriendo enviarles misioneros, a recibir en sus
casas á paganos, idólatras y salvajes.
- Así lo supongo, y si la emancipacion tomase aqui grandes pro
porciones, seria una causa de apuros disgustos y compromisos para
los ilustrados personajes de la Nueva - Inglaterra.
Guardaron entónces un largo y profundo silencio.
No sé, dijo Saint-Clare porque pienso hoy tanto en mi madre.
Paréceme que está a mi lado ; me acuerdo de todo cuanto acostum
braba decirme, y hay momentos en que el pasado se muestra á mi
vista con sorprendente claridad y singular viveza .
Suspendamos esta conversacion, añadió Saint-Clare, y hablaremos
mañana mas detenidamente .
Tomó enseguida el sombrero y se marchó á dar un paseo. Tom que
lo encontró por la escalera se ofreció á acompañarlo .
No amigo mio, gracias ; dentro de una hora estaré de vuelta,
le respondió .
Dirigiose el fiel criado al pórtico, y consideran lo la brillante cla
ridad de la luna , quedó dormido : en sus ensueños creyó ver la ra
diante figura de Eva, coronada de gloria, que le hablaba de su próxi
ma libertad, de su dicha, de su larga vida, y de la eterna morada
que le estaba preparada. Suspendiose súbitamente en los aires, pali
decieron sus megillas, rodeó su frente una aureola de oro y desapa
reció . Llamaronen aquel momento fuertemente á la puerta, y desper
tándose sobresaltado, corrió a abrirla.
Cuatro negros se presentaron , llevando un hombre herido sobre
unas parihuelas. La claridad de la luna iluminaba su rostro y al reco
nocerlo dió Tom un grito de dolor y desesperacion , que resonó por
toda la galería; adelantáronse los negros con su preciosa carga hácia
el salon en donde trabajaba miss Ofelia.
Al entrar Saint-Clare en un café para leer los diarios de la tarde,
dos hombres ébrios se decian mil improperios; y llegaron de tal ma
nera á enconarse , que echaron inmediatamente mano de los cuchi
llos ; quiso al momento separarlos ; mas le fué fatal : uno de los com
batientes le atravesó el corazon con el cuchillo catalan que el des
graciado esforzaba en arrancarles .
La vista del infeliz Saint-Clare produjo en su casa una lamentable
confusion. Desmayóse María , revolcábanse por tierra los criados
dando tristes alaridos, iban y venian como unos insensatos otros, y
ninguno sabia lo que se hacia. Solos Tom y miss Ofelia conservaron
la serenidad tan necesaria en aquel acto . Agotadas las fuerzas del
herido por la abundante pérdida de sangre, el enfermo perdió el co
nocimiento ; mas á beneficio de un cordial que le administró miss
Ofelio recobró los sentidos; paseó en seguida la vista de un objeto á
otro, y la fijó, en fin , sobre el retrato de su madre .
Llegó en aquel momento el médico, examinó la herida, y meneú
melancólicamente la cabeza, presagiando la funesta realidad : sin :

embargo, auxiliado de Tom y de miss Ofelia pudo contener la he


morragia en medio de los gritos y gemidos de los criados que se ha
bian reunido en las puertas y ventanas del vestíbulo .
231
Es necesario que esta gente se retire ; el enfermo necesita de la
mayor calma y tranquilidad, dijo el médico.
Miró Saint-Clare á los desgraciados que miss Ofelia, el Doctor y
Tom á duras penas pudieron hacer salir de la habitacion.
- ¡ Infelices criaturas! esclamó : Su ojos espresaron entonces los
remordimientos de una conciencia abatida .
Negóse Adolfo resueltamente a dejar á su amo. Habialo privado el
terror de la presencia del espíritu, y habiéndose echado sobre el
suelo ningun esfuerzo humano pudo hacerle levantar . Los demas,
comprendiendo que la salud del amo dependia de su obediencia ,
cedieron á las instancias de miss Ofelia .
Apenas Saint-Clare podia hablar ; mas al contemplar su semblante
se notaba el género de pensamientos que le atormentaban. Al cabo de
algunos instantes puso su mano entre las de Tom, quien arrodillado
á la cabecera de la cama , apretó y besú mil veces .
- ¡ Tom ! ; mi desgraciado amigo ! ...
¡ Señor !...
- ; Voy á morir, recomienda mi alma !
¿ Quiere Vd . que se llame á un sacerdote ? le preguntó el
médico .
Meneó vivamente la cabeza , y volvió a decir :
¡ Tom , recomienda mi alma á Dios !
Oró fervorosamente Tom por elalmade su amo próxima á tomar
su vuelo, alma preciosa que se manifestaba toda entera en las dulces
y tristes miradas que dirigia á los que anegados en llanto le acompa
ñaban en su dolor .
Tan luego como el esclavo concluyó su oracion, volvió Saint-Clare
á fijar la vista sobre él , y sin articular palabra alguna asióle de la
mano con cordialidad y verdadero cariño, como si quisiera demos
trarle que en las puertas de la eternidad el blanco yу el negro no se
diferencian ni en color ni en raza, que hijos de Dios, y partícipes de
sus misericordias pueden igualmente ambos segun sus méritos, dis
frutar de la misma gloria . Enseguida, con voz apagada recitó :
Recordare Jesus pié...
Ne me perdas... illa die.
Querens me... sedisti lassus...

Presentaronse á su memoria las sublimes palabras que habia


cantado aquella misma tarde como invocando la infinita miseri
cordia .
Su espíritu delira y se estravía , dijo el doctor.
-

- ¡No, vuelve, en fin , á su patria, respondió Saint- Clare con


energía .
¡Por fin , por fin ! ...
El esfuerzo que acababa de hacer agotó sus fuerzas : hubiérase
dicho al contemplarle que un espíritu consolador derramaba aun
mismo tiempo sobre él una dulce tranquilidad , semejante á la de un
niño que se duerme.
Permaneció inmóvil algunos instantes, como si la mano poderosa
232

hubiese recibido su alma : Volvió a abrir los ojos antes de espirar,


miró con alegria á su alrededor, invocó a su madre y murió ....

CAPITULO XXIX .

LA DEBILIDAD SIN APOYO.

No hay en el mundo desgracia que puede compararse con la de


los negros á quienes la inexorable parca ha arrebatado la vida de un
bondadoso y caritativo amo . Queda al huérfano la proteccion de la
ley, y conserva una posicion ; mas el esclavo carece de todo . Sus ne
cesidades como hombre no se satisfacen sino en virtud de la voluntad
soberana de su señor, y cuando éste deja de existir, queda el esclavo
aislado y sin apoyo . Es un hecho incontestable, el desdichado lo sabe
por una triste esperiencia que los propietarios que usan con huma
nidad de su poder irresponsable son muy raros, y podríamos decir
una escepcion. Comprenden que generalmente caen bajo la férula de
un déspota, y por eso lloran y sienten amargamente la pérdida de un
señor cuyo dulce yugo les hacia ménos penosa su mísera existencia.
Así, cuando Saint-Clare exhaló el último suspiro, el terror y la
consternacion se apoderaron de todos sus servidores. ¡ Muerto en la
flor de su vida l se decian , prorrumpiendo en dolorosos gritos y
amargos sollozos .
María que habia trabajado toda su vida en debilitar su sistema
nervioso, cayó en frecuentes síncopes, y no pudo decir el último adios
á su esposo . Mis Ofelia , dotada de una rara energía, asistió á su
primo hasta el último momento, y prodigándole cuantas atenciones y
cuidados pudieran aliviarle, se asoció , con toda su alma, á las fer
vorosas súplicas que el desconsolado esclavo dirigia al Todopoderoso
en favor del alma de su moribundo amo .
Tom , cuyos pensamientos estaban fijos en la eternidad , no habia
todavia reflexionado sobre el funesto golpe que le condenaba á eterna
servidumbre . Consolado por la santa muerte que habia tenido su amo,
y entregado enteramente en los brazos del divino amor, su alma
Lierna y creyente meditaba en las palabras del celeste Oráculo cuando
dijo : « El que vive en el amor, vive en Dios, y Dios habita en él. »
Confiado pues, y lleno de esperanza, Tom conservaba la inalterable
tranquilidad del justo .
Celebráronse con pompa y aparato las ceremonias fúnebres ; volvió
á tomar su curso la vida ordinaria , y en la horfandad en que la pre
matura y desgraciada muerte de Saint- Clare los habia dejado se
preguntaban : ¿ Qué partido vamos a tomar ? María habia pensado
233
on la resolucion que debia adoptar ; miss Ofelia se decidia á volverse
al estado Vermont, y los esclavos, conociendo el carácter inhumano
de su señora, meditaron con terror , sobre el porvenir que les espe
raba. Todos sus protectores habian desaparecido de la escena del
mundo, y nadie, en adelante, podria preservarles de los tiránicos ca
prichos de una mujer enervada por el dolor.
Quince dias despues del entierro de Saint -Clare, miss Ofelia, ocu
pada en su cuarto, oyó llamar á la puerta . Abrió en seguida y vió á
Rosa , la joven y hermosa cuarterona de quien ya hemos hablado á
nuestros lectores, desordenada su cabellera , y anegada en amargo
llanto .
¡ Oh, miss Ofelia , esclamó postrándose de rodillas, interceda
Vd . por mil miss María quiere hacerme castigar... jhé aquí la órden !
¿Qué falta has cometido ? la pregunto miss Ofelia.
Estaba probando un vestido á miss María cuando ésta me pegó
un bofeton ; con mi genio pronto y vivo la respondí, sin reflexionar,
con una impertinencia . Enfurecida entonces, y diciéndome que me
enseñaria á ser sufrida, escribió ese billete que me ha entregado para
que yo mismo lo presente á mi verdugo. Ah, moriré de desespera
cion l ...
Mientras, reflexionaba miss Ofelia sobre el medio que habia de
adoptar para libertar á la infeliz Rosa de aquella bárbara afrenta :
-Es cierto , señora,añadió Rosa , que no me asustaran los palos si
hubiera de recibirlos de las manos de miss María ó de las de Vd .;
pero ser entregada á un hombre tan vil y tan cruel ... ¡ Ah, moriré de
vergüenza ! ...
Sabia mis Ofelia que en los Estados del Sur estaba puesto en uso
el enviar a las mujeres así ancianas como jóvenes á las casas, que
llaman de correccion, y entregarlas a la disposicion de hombres de
salmados y viles que ejercen la profesion de verdugos. Apesar de
eso , como no habia habido hasta entonces ejemplo alguno en la casa
de Saint-Clare; su honestidad, su pudor femenino, sus sentimientos
de independencia y de dignidad humana se sublevaron contra este
abuso de la fuerza brutal, mas reprimió con su habitual prudencia
su indignacion, y estrujando entre sus dedos la carta, dijo ' á Rosa :
-
Siéntate ahí, querida mia, y espérame .
¡ Qué horrible monstruosidad 1 murmuraba entre dientes al
marcharse .
Halló á María sentada en un sofá : peinábala Mammy , é inclinada
delante de ella, calentábale Juana los piés.
- ¿ Estás buena ?
Cerró los ojos y suspiró María, antes de responder a su prima.
-

No lo sé ; no encuentro mejoría en mi salud, dijo, enjugándose


as lágrimas con un pañuelo .
Vengo, continuò miss Ofelia, con la tos seca que sirve comun
nente de prefacio á esplicaciones penosas ; vengo, repitió, á hablarte
in favor de Rosa .
Bajó la vista María, y un vivo encarnado enrogeció susmejillas.
20 *
234 -

¿ Qué tienes que decirme? la preguntó enfadada.


Rosa está profundamente abatida , y llora de verguenza y se ar
rèpiente de su ligereza.
¿ Ciertamente ? mayor será su arrepentimiento dentro de poco.
Bastante tiempo ha que tolero su impudencia, y quiero ahora, bajar
sus fueros y domarla.
Pero, querida María, ¿ Por qué no la castigas de una manera
ménos humillante y vergonzosa ?
Tanto mejor si estă humillada ; así lo deseo. Ha hecho toda su
vida la delicadă, y orgullosa de su hermosura ha tomado avíos de
gran señora, que quiero deponga con la leccion que van a adminis
trarla en breve.
Considera, quesi destruyes el pudor y la delicadeza en una jó
ven , la prostituirás sin remedio.
- La delicadezal repetió María con desprecio. Esta espresion no
cuadra á semejante vicho. Yo la enseñaré que apesar de sus cualida
des, vale inénos que la mas degradada de las mujeres de su baja con
dicion .
i Responderás delante de Dios de tamaña crueldad I ...
¿ Es qué soy cruel, por ventura ? He firmado sí un bono de quince
palos, pero con espresa recomendacion de administrarlos suave
mente : ¿ En dónde está pues la tiranía ?
Lamentable y singular dureza ! ¿ Cómo puedes ser tan insensi
ble ?... Estoy segura que no hay en elmundo jóven honrada que no
prefiera la muerte al abyecto suplicio que preparas á la infortunada
Rosa .
El castigo es el solomedio de amansar á estas gentes : he sido
hasta aquí victima de mis criados ; mas desde hoy, voy á tomar la
ofensiva, y todas, las unas despues de las otras,irán á la casa de
correccion, si se comportaren mal.
Inclinó Juana la cabeza , suponiendo que aquellas palabras la esta
ban especialmente dirigidas.
Estuvo á punto de estallar como una máquina mis Ofelia, pero co
nociendo la inutilidad de la lucha , compuso silenciosa su semblante
y se fué á comunicar a la infeliz jóven lo infructuoso de su interce
sion .
En seguida, despreciando sus súplicas y lamentaciones, la desgra
ciada fué conducida á la casa de correccion .
De allí á algunos dias , reflexionando Tom sobre su suerte, se le
acercó Adolfo. Estaba éste sumamente abatido, porque habiendo sido
siempre objeto dela antipatía de María, y habiendoperdido todos sus
protectores, no sabia lo que le reservaba el destino.
Habia tenido María diversas conferencias con su apoderado, y con
venido, despues de haber consultado el parecer del hermano del dia
funto, en vender los esclavos de la pertenencia del malogrado Saint
Clare, conservando solamente los pertenecientes á María, con los
cuales se volveria á la propiedad desu padre ,
¿ Sabes, Tom , que estamos en vísperas de ser vendidos ?
¿ Cómo lo has sabido ?
235
Estaba esta mañana oculto detrás de las cortinas, mientras que
miss María se consultaba con su apoderado.
Hágase la voluntad del Señor.
Jamás hallaremos un amo como el que acabamos de perder.
!
Alejóse Tom desconsolado. Habia el desgraciado consentido de tal
modo en su próxima libertad , que no podia desechar de su corazon
"tan halagüeña idea, y por mas que se esforzaba en resignarse, di
ciendo : « Hágase, Señor, iu voluntad , » tanto mas crecia su amar
gura. Encaminóse al cuarto de miss Ofelia, quien , despues de la
muerte de Eva, le habia manifestado una especial predileccion .
Miss Ofelia, le dijo Mr. Saint-Clare, me habia prometido la li
bertad ; ocupábase ya de terminar las formalidades legales al efecto ,
cuando la muerte le sorprendió. ¿ Porqué no recuerda Vd .á la señora
los deseos y la voluntad de su marido, para que miss María los rea
lice en mi favor ?
Desplegaré todos mis esfuerzos, pero dudo mucho, si esto de
"pende de María, que podamos conseguirlo .
Tuvo lugar este incidente á los pocos dias del castigo de Rosa, y
en los momentos en que miss Ofelia se ocupaba de los preparativos
de su viaje.
Reflexionó ur. momento sobre la conducta que habia de observar
con María, tomó sus medias y se fué al salon en donde se hallaba su
prima. Estaba ésta, segun costumbre, echada sobre el sofá. Juana,
que acababa de llegar de hacer unas compras, la mostraba diversas
telas de luto .
Esa me gusta, pero no es de luto entero.
Reflexione Vd . , señora, repusó con volubilidad Juana, que la
generala Debernon llevaba precisamente la misma tela cuando la
- muerte de su marido .
¿ Qué te parece ? preguntó María á miss Ofelia .
Es un asunto de modas, y tú eres mas inteligento que yo.
Lo cierto , es que no tengo ni un solo vestido de mi gusto, y
como la semana próxima debo partir, quiero tomar una resolucion de
Initiva . ,
Tan pronto ?
Ší : he recibido una carta de Alfredo, en la que me aconseja que
enda los esclavos y los muebles, y que espere una ocasion favora
le por enajenar la casa .
Precisamente queria hablarte de eso . Augustin habia prometido
Tom su libertad ,y principiado, por consiguiente, las diligencias
gales para estenderle la escritura. Así espero que emplearás toda
i influencia para que ese asunto quede lo mas pronto posible arre
Tado .
Me guardaria muy mucho, respondió María con desdén ; Tom
*s uno de los esclavos de mas mérito y que mas me puede producir ;
or otra parte, ¿dónde podria estar mejor ? No veo , en fin, que tenga
e ningun modo necesidad de ser libre.
Mas él lo desea con ardor y su amo le habia prometido esten
lerle su carta de ahorro .
236
Todos quisieran otro tanto, pero estando por principio opuesto &
la emancipacion, no lo consentiré jamás . Conozco ademas por espes
riencia que la libertad hace á los esclavos mucho daño, los vuelve
perezosos, borrachos y mas desgraciados en todos conceptos .
Puede ser así, respondió miss Ofelia con energía, pero tambien
sé que el último voto de tu marido ha sido dar la libertad á Tom ;
era una de las promesas que habia hecho á su querida Eva, en el
lecho de muerte, y no creo, en verdad, que tengas derecho para opos
nerte á cumplir los deseos del difunto .
Cubrióse María el rostro, al oir estas palabras, con un pañuelo ne
gro bordado ; se echó á llorar, y sacó un frasquito de esencia de rosa
que se aplicó a la nariz .
¡ Todos están contra mí ! prorrumpió en seguida; i nadie tiene
la menor consideracion por mis penas! iy tú , Ofelia , bas tenido va
lor para abrir las heridas aun no cicatrizadas de mis dolores ! ; Jamás
lo hubiera creido ! Poseia una hija que me ha sido arrebatada ; me
habia concedido el cielo un marido modelo , y acabo de perderlo ...
y sin embargo , has tenido la inhumanidad de tratarme con tanta du
reza ! Supongo , es verdad , que tus intenciones son buenas , pero
tambien es cierto que has sido sumamente imprudente,
Hizo á Mammy abrir la ventana para respirar mas libremente; y
que le trajese una botella de aguardiente alcanforado para frotarle la
cabeza con él , como si le hubiera acometido un accidente.
>

Mis Ofelia se retiró deplorando la inutilidad de sus esfuerzos. Co


noció que seria en vano insistir, convencida que María lucharia ven T
tajosamente contra ella, recurriendo al arma poderosa de los ataques
de nervios . Con todo, no se desconcertó, y volvió a la carga invoa
cando los respetables nombres de Saint-Clare y de Evangelina ; pero
la viuda tenia siempre un síncope á su disposicion , y lo oponia en
todas las ocasiones que la bondadosa mis Ofelia intercedia por el des
graciado Tom . Por último,> no habiendo logrado nada de la cruel
María, tuvo que limitarse á escribir a la señora Shelby, noticiándola
la triste posicion del infeliz negro , y rogándola viniese en su axilio .
Por la mañana siguiente , Tom , Adollo y una docena mas de es
>

clavos fueron conducidos al mercado, para ser vendidos como bestia


á los viles traficantes de sangre humana.

CAPITULO XXX .

EL BARRACON DE LOS ESCLAVOS .

1 Un barracon de esclavos ! Algunos de nuestros lectores se format


quizás una horrible idea de semejante sitio ; figúrenso un depósik
237
pantoso, una caverna sombría , monstrum informe, ingens; cui lu
in ademptum; pero en nuestros dias los hombres han sabido hacer
mal ocultándolo en la esterioridad , sin que choque á los ojos de la
ciedad que ofenden . La propiedad humana se vende bien , por esto
han curado de darles buena cama y regular mesa para presentar
as víctimas con las mejores condiciones. Un barracon de esclavos,
Nueva Orleans, es una casa que no se diferencia en mucho de las
mas : se guarda el mayor aseo en ella ; vénse allí colocados de modo
e puedan ser bien examinados alsimple golpe de vista, los hombres,
ageres y niños , bajo un techo general , y éstos sirven de muestra
specto de la mercancía. Un dependiente adiestrado os invita á en
ar, y os encontrais en el interior del local ; multitud de maridos y
ugeres, hermanos y hermanas , padres y madres , hijos de todas
lades en venta por lotes o en particular segun la voluntad del com
ador. Esas almas inmortales rescatadas con la sangre y las amar
uras del Hijo de Dios, pueden venderlas, alquilarlas, empeñarlas ,
imbiarlas por la plata ó los frutos coloniales, segun las vicisitudes
el comercio ó el capricho del corredor.
Dos dias despues de la conversacion de María con mis Ofelia, los
clavos de quienes la señora Saint-Clare queria deshacerse fueron
istalados en casa de M. Skedogs, quien tenia un depósitoen Nueva
rleans. Ellos tenian sus baules llenos de ropa ; acostóseles en una
stensa sala con otros esclavos de todas edades y de todos colores.
n el momento en que éstos entraron en el depósito fueron recibidos
in risotadas de los compañeros .
Siempre están alegres mis negros , dijo M. Skedggs : continuad
jos mios, continuad; sin duda es Sambo quien mueve esa alga
tra .
En efecto , el negro Sambo, hombre de estatura corpulenta, vivo y
maneras grotescas, hablando y gesticulando con la mayor volubi
lad , provocaba entre sus compañeros las carcajadas en que pro
impian ,
Los traficantes de carne humana ponen cuanto está de su parte ,
ir que los negros se distraigan para qu no reflexionen en la posi
on desgraciada á que los reducen. Desde que ponen en venta á un
clavo en cualquiera de los mercados del Norte hasta que los tras -
lan al Sur , emplean con él todos los medios imaginables para ha
rle insensible á su miserable condicion . El traficante reune sus víc
has en la Virginia ó en Kentucky ; los lleva en seguida á una ciu
d en que el clima sea mas sano;hasta les hace tomar baños para
e engorden y se robustezcan ; hasta entonces los negros están
in alimentados y se les permite que bailen todos los dias al son de
3 tambores. Al que no quiere tomar parte en la animacion de los
mas, porque no le sea posible hacerse sordo al grito de la natu
eza que le obliga aá pensar en sus padres ó en su porvenir, consi
rasele peligroso y se le condena á sufrir los mas crueles tratamien
, los mas bárbaros castigo3. Exígese á todos los negros, princi
Imente cuando algun estraño se presenta á examinarlos, que estén
egres, pongan buen semblante y estén listos á responder á cuanto
238

se les pregunte, é igualmente dispuestos á aceptar de buen grado di


amo que se les proponga.
¿ Qué hace Vd . ahí? le preguntó Sambo al viejo Tom acercándo.
sele tan luego como se retiró M. Skeadggs : ¿ En qué piensa V. ?
En que voy á ser vendido mañana, respondió Tom con aparent
tranquilidad.
¿ Y éste tambien viene con Vd . ? añadió Sambo tocando familiar
mente en el hombro á Adolfo .
-¿Quiere Vd. dejarme en paz ? le contestó Adolfo con arrogancia
- Amigos mios , replicó Sambo volviéndose a sus compañeros,, !
fijando despues la mirada en Adolfo, aquí tenemos un mulato modelo
¡ Qué perfumado está ! muy útil seria para un vendedor de tabac
porque le llenaria de esencia la tienda . 1
i Retírese Vd . I esclamó Adolfo lleno de cólera .
¡ Estos mestizos son muy quisquillosos! replicó Sambo imitando
con gestos grotescos las maneras de Adolfo . A juzgar por la esterio
ridad , estaba Vd . en una buena casa ,
Sí, contestó Adolfo, tenia yo un amo que hubiera podido com
prarlos a todos Vds ... Yo he pertenecido al señor Saint-Clare.
A fe mia , continuó Sambo haciendo una mueca con marcado
desdén, el amo de Vd. debe estar muy contento con haber salido de
tan linda halaja . Debiera haberle vendido á Vd, con un lote de caze
rolas viejas.
Adolfo exasperado, se arrojó sobre su adversario , y le pegó algunos
bofetones ; los demas se echaron á reir, yel ruido de la quimera
atrajo nuevamente á M. Skeadggs.
¿ Qué es eso muchachos ?... ¡ Haya' paz ! y empezó á sacudir su
látigo .
Los negros se dispersaron en todos sentidos, escepto Sambo, quien
en virtud de los privilegios que gozaba como bufon autorizado, per
maneció en su puesto, haciendo movimientos cómicos en respuesta á
las amenazas del amo .
Nosotros no tenemos la culpa, estábamos bien tranquilos, y esto
recien venidos son los alborotadores .
El amo se dirigió encolerizado á Tom y á Adolfo ; les pegó alguna
bofetadas, y salió despues de haber recomendado a todos que guar
dáran silencio y que durmiesen.
Mientras esto pasaba en el dormitorio de los hombres, nuestro
lectores, si son curiosos, nos acompañarán á echar una ojeada sobi..
el de las mugeres . Hallábanse éstas tendidas por tierra en diverse
actitudes : negras, mulatas , chinas, cuarteronas jóvenes y viejas es
taban confundidas sin distincion alguna. Veíase en un rincon un
pobre niñade diez años, llorando la ausencia de una madre á quiei
habian vendido la víspera, en la mayor desolacion porque iba a dor
mir sin su compañia habitual ; en otro, una negra anciana quepa
recia un esqueleto, con las manos llenas de callos endurecidos,
que demostraba cuantas penalidades habia sufrido en su vida,
aguardaba á que la comprasen el siguiente dia como artículo an
239

necesitaban espender a cualquier precio : y otras cuarenta ó cincuenta


mugeres mas, envueltas en sus cobertores de lana.
En uno de los ángulos del salon estaban dos cuyo esterior inspiraba
interés y consideracion . La una era una mulata que rayaba en los
cincuenta años, vestida con aseo, y de fisonomía agradable : llevaba
en la cabeza un pañuelo de madrás de cuartos encarnados. Su ves
tido era de tela fina y de buen gusto, estaba bien entallado, lo que
revelaba el esmero con que habia sido tratada : la otra era su hija ,
apenas contaba quince años, y aunque mas blanca, parecíase en ěs
tremo a su madre . Estaba tambien vestida con aseo , y lo delicado de
sus blancas manos probaba hasta la evidencia que no habia ejercido
en su vida rudos trabajos. Suzana y Emelina habian de ser adjudica
das en la mañana siguiente en el mismo lote que los esclavos de
Saint-Clare. El actual amo era un eclesiástico de Nueva- York, quien
despues de recibir el precio de la venta, habia de ir á presentarse en
seguida ante el altar ...
Suzana у Emelina habian servido á una amable y piadosa señora
en Nueva-Orleans, quien las crió con las mayores consideraciones.
Les habia enseñado á leer y a escribir, habíales esplicado varios pre
ceptos religiosos,y procurado siempre inculcarles sanos principios
de moral que les hiciese llevadera su posicion. Pero el hijo único de
su protectora tenia a su cargo la administracion de los bienes de su
madre, y los habia hipotecado para cubrir su negligencia y prodi
galidades en garantía de préstamos considerables ; unode sus prin
cipales acreedores , director de lacasade B .... y compañía, deNueva
York, encargó á su apoderado en Nueva -Orleans que embargase los
bienes de aquel;y como las dos mugeres, y algunos esclavos mas
empleados en el ingenio, componian casi esclusivamente la deuda
realizable, el apoderado enviólosapoderadosnecesarios desdeNue
va-York con el intento de que practicasen el embargo . B ... que habi
tabaun Estado libre, tenia algunosescrúpulos en cuantoa entender
en comercio de carne humana; pero queria recaudar treinta mil pesos
fuertes que se le debian , y la suma era considerable para que la
sacrificase áun principio : por esto despues de haber consultado el
caso, deliberó escribir á un agente de negocios que terminase aquel
asunto como lo tuviese por conveniente.
El dia siguiente al en que llegó la carta á Nueva-Orleans, Suzana
y Emelina fueron enviadasal depósito. Nosotros las distinguimos allí
i la claridaddela luna,cuyos rayos penetran a través de los cris
ales de la ventana enrejada, y podemos escuchar su conversacion.
Imbas lloran , pero ensilencio , temiendo seroidas la una de la otra.
- Madre mia , dijo Emelina, afectando tranquilidad, descansa tu
cabezaen misrodillas á versipuedes conciliarelsueño.
she
Es imposible... no tengo ánimo... quizás sea ésta la última no
que hemos de pasar juntas.
Vamos, mamá, no hables de ese modo ... tal vez nos vendan á
in mismo amo ... ¿Quien sabe ?
Si eso sucediese generalmente, pensaria como tú , Emelina, pero
temo perderte ,yno veo sinoel peligro quenosrodea.
240

Pero mamá, el agente ha dicho que tenemos buena educacion


y que nos venderia bien .
Suzana recordó, oprimiéndosele el corazon, las palabras y las ac
ciones del agente. El habia examinado las manos de Emelina , sus
bucles , su estatura, sus acciones, declarando que era una mercancía
de primera calidad. Suzana era muger de inteligencia y la idea de
que venderian á su hija para condenarla á una existencia de igno
minia y prostitucion le inspiraba tanto horror, como á cualquiera
otra madre cristiana : sin embargo, no podia halagarse con esperanza
alguna ; estaba sola, enteramente sola, sin apoyo en el mundo...
Madre , hallaremos un buen amo, créeme, puedes estar segura,
tú como cocinera y yo como costurera. Escusemos parecer abatidas,
digamos lo que sabemos hacer y nos comprarán juntas .
Mañana por la mañana te descompondré el peinado.
¿ Para qué, mamá ? Entonces no estaré tan bien como ahora .
Pero serás mejor vendida .
No sé en que te fundas para pensar así .
Las personas honradas harán proposiciones con mas gusto si
tienes aspecto de decencia y de simplicidad,que si advierten en tus
maneras descoco ó coquetería . Yo conozco el mundo mejor que tú.
Como tu quieras mamá ; siempre cumpliré tus órdenes.
Si nuestro destino, por desgracia, es no volver á vernos mas,
si nos llevan a distintos ingenios de azúcar acuérdate siempre de las
lecciones que te he dado desde la infancia ; llévate siempre contigo
tu Biblia y tu coleccion de himnos : si eres fiel con el Señor, él lo
será contigo .
Así se espresaba esta muger en los momentos de estar mas desespe
rada . Sabia muy bien que, el primer aparecido, ya fuese el mas vilo
mas brutal de los hombres pagado de la belleza de su hija, se haria
dueño de ella por poco dinero que tuviese . ¿ Como podria entonces la
niña conservarse pura y sin mancha ? Al estrecharla en sus brazos
hubiera deseado que Emelina hubiese tenido menos instruccion y
menos principios . Ya no le quedaba mas recursos que el ruego.
Cuantas oraciones y preces semejantes se han elevado á Dios desde
esos depósitos de esclavos, y Dios no los ha olvidado como en su dia
lo probará, porque está escrito : « En vez de corromper á los inocen
tes, mejor seria que le atasen al cuello un gran peso y lo precipitasen
en las profundidades de la mar. »
La claridad de la luna que penetraba por la ventana dibujábas
sobre los cuerpos de los esclavos. La madre y la hija entonaron
duo un himno salvaje y melancólico, especie de canto fúnebre mu
comun entre los negros .

« Se oia gemir á María


pero ¿ dónde está ella ?
En la patria gloriosa
de que sus lágrimas es fuente sorda ;
ella ha roto su pesado yugo . ”
241
Estas palabras producian el efecto mas patético.
1

$1 Nuestra alma está llena de enojos


mas Pablo y Sila ¿ dónde están ?
, todos han obtenido la entrada
en un pas de bendicion
lejos de los riesgos y de los peligros.

Cantad pobres mugeres ! | La noche es corta y la mañana os sepa


rará para siempre !
. Amaneció ; todo el mundo se puso en movimiento. El honorable
M. Skedggs, iba y venia con una infatigable actividad porque era
preciso que reuniese los lotes para el remate. Cuidaba del aseo de
los esclavos : recomendaba a todos que pusiesen buen semblante ;
pasóles revista uno á uno por última vez antes de enviarles al frente
del barracon. Con un látigo en mano, y un cigarro en la boca el ins
pector examinaba su mercancía .
¿ Qué quiere decir eso ? dijo deteniéndose ante Emelina :
¿ dónde están los bucles de tus cabellos ?
La jóven vaciló y miró con timidez á su madre, quien respndió :
La dije ayer que se los desarreglase : el peinado liso como lo
tiene ahora es mas decente .
- ¡ Tontería ! dijo M. Skedggs moviendo su látigo : vaya Vd. á
peinarse mejor, y despacharse : tu madre te ayudará : esos bucles
te harán valer cien pesos mas .
Bajo una soberbia media naranja paseábanse muchos hombres de
ť distintas naciones hollando con sus piés escalones de mármol. El re
cinto circular estaba adornado de tribunas . Algunos de los comisa
rios que hacen embargos estaban ya colocados en sus respectivos
sitios y con su lenguage medio francés y medio inglés provocaban
las pujas de los licitadores. Al pié de una tribuna aun vacía estaba
un grupo donde reconocimos à Tom , Adolfo y otros esclavos de
i Saint-Clare, Suzana y Emelina : estos esperaban su turno con ansie
dad . Distintos espectadores, que no estaban decididos aun á hacer
proposiciones, circulaban al rededor del grupo, lo examinaban y ha
cian comentarios sobre cada uno con tanto calor como los jockeys
cuando discuten sobre las cualidades de un caballo .
Ola Alfredo ! ¿quien te ha traido aquí ? dijo un jóven elegante
tocándole en el hombro a otro jóven, quien observó á Adolfo diri
giéndole el lente .
bi Tengo precision de un ayuda de cámara ; me han dicho que
ponian en venta un lote de Saint-Clare y quiero comprar uno de sus
lli criados.
Me guardaria muy bien de comprar ninguno de los negros de
Saint-Clare, están muy mimados y son mas insolentes que el de
monio.
Poco importa ; yo me encargo de arreglarlos y los pondré on
buen estado. Pronto se convencerán que tienen que habérselas con
21
- 2! 2 -
ve
otro amo muy distinto de Saint-Clare. Compraria ese muchacho ; me
gusta su figura.
-¡Oh te arruinaria, es muy pródigo, y estravagante.
Conmigo no lo será por mucho tiempo :: lo mandaré de vez en
cuando á la Calebasse donde le arrancarán la piel de pié á cabeza .
Yo te respondo que no tardará mucho en conocer sus deberes : le :

reformaré, ya lo verás.
Tom buscaba entre la multitud uno que pudiera, comprándole, ha
cerle dichoso . Si el lector se viese en la necesidad de escojer entre
doscientos el que debiera disponer como absoluto dueño de su suerte,
podria pensar quizás como Tom que pocos le merecerian su con
fianza . Tom tiene ante si numerosos individuos , unos gruesos, otros
delgados y casi todos comunes y ordinarios. Eran aquellas gentes
que compran los esclavos como los animales ; Tom veia muchos
hombres de esa especie y ningun Saint-Clare.
En el momento en que iba a comenzar la venta , un personage
grueso y pequeño atravesó por entre la multitud con el interés de un
hombre quesolo piensa en sus negocios y es activo por escelencia .
Se acercó á los negros y como inteligente se puso à examinarlos.
Desde que Tom le notó intuitivamente concibió una antipatia es
traordinaria por aquel hombre. Descubríasele a éste el pecho, tan
abierta llevaba la camisa, y el pantalon estaba enlodado hasta las
rodillas . Era redondo de cabeza, ojos pareos y cabellos muy lisos y
tiesos como alambre : manos gruesas, velludas, puercas y cubiertas
de manchas rojas, tenia las uñas largas y sucias. Este hombre es
tuvo un rato estudiando el lote de que formaba parte el negro Tom .
Dirigióse por último á éste , le abrió la boca, le examinó los
dientes, lo hizo poner en pié y mover todas sus articulaciones ; y
despues que hubo mirado al negro con la mayor escrupulosidad , le
preguntó :
-

¿ Dónde has sido criado ?


En Kentucky señor .
¿ Qué hacias tú allí ?
Administraba la casa de mi amo .
¡ Buen truhan eres túl respondió aquel alejándose .
Al pasar por delante de Adolfo, le escupió sobre las botas de
charol, con el mayor desprecio y se perdió entre la multitud . Detú
vose un instante delante de Suzana y de Emelina , acercóse á la mu
clacha, le acarició el cuello y el seno, le tocó los brazos, miróle los
dientes y la empujó hacia la madre, cuya fisonomía relevaba las tor
turas de su alma.
Emelina sorprendida se echó á lorar.
¡Cállate bruja ! dijo el inspector, todavia no es tiempo de haceri
muecas; va á empezarse la venta .
Comenzó en efecto el acto : Adolfo fué adjudicado por una gruesa
suma al joven que habia manifestado la intencion de adquirirlo : los
otros esclavos de Saint-Clare pasaron a diferentes dueños.
Eh ! tú que haces ahí ? Preguntó el inspector á Tom .
Tom subió sobre el punto en que se colocaban los esclavos para la
243 -
venta y echó una mirada en su redor. La voz del pregonero que elo
giaba sus cualidades en frances y en ingles resonó por todo el salon
y en los oidos de todos los concurrentes. Sonó el martillo : Tom oyó
la última sílaba de la palabra pesos pronunciados por el pregonero .
Su suerte estaba fijada, ya tenia un amo.
Hicieron bajar á Tom : el personaje de la cabeza redonda de
que hemos hablado , le tocó bruscamente en los hombros di
ciéndole :
Estate ahí .
La venta continuó : volvieron á oirse los pregones en frances y en
ingles : cayó el martillo y Suzana fué vendida : al bajar ésta del
puesto miró a su hija que le estrechó las manos ; despues sus ojos
se volvieron con desesperacion sobre el que acababa de comprarla :
era un hombre de edad madura y de una fisonomia agradable :
- Amo mio, por caridad , compre Vd . mi hija.
Con inucho gusto lo haria, pero creo que no pueda ser, res
pondió este filántropo contemplando con interés á lamuchacha que
estaba ya colocada bajo la tribuna del pregonero : la sangre se
agolpó a las mejillas de la víctima ; sus ojos tomaron un brillo par
ticular y la madre se desconsoló al verla tan hermosa . El pregonero
mas satisfecho aun del mérito de la esclava comenzó a hacer los
elogios en frances y en ingles de la mercancía.
Haré cuanto esté de mi parte, dijo entonces el filántropo y se ade
lantó para hacer proposiciones. A los pocos momentos, el precio
estimálivo de Emelina ascendió rápidamente, aquel le aumentó en
su propuesta, todos callaron y el pregonero se animó mucho mas, si
bien el entusiasmo de los concurrentes calmó . Prouto no quedaron
mas que dos licitadores un viejo miembro de la aristocracia Orlea
nesa y el individuo de la cabaza redonda. El viejo sostenia la puja
mirando fijamente á su adversario, peroel hombre de las manos ca
llosas se obstinaba aumentando por su parte : en seguida cayó el
martillo , la muchada fué adjudicada al último i Que Dios la
proleja !
El amo que acababa de adquirirla era M. Legree quien poseia una
hacienda
lote qu Tom
e
ce algodoná orillas delrio Rojo. Sela colocó enelmismo
у otros dos esclavos , la infeliz sollozaba .
El filántropo se juzgó contrariado,perohechos semejantes ocurren
todos losdias. Constantemente se ven separará las madresde las
hijas,
Su zanaá los igo . de lasesposasetc., etc.Else alejó llevándoseá
consesposos
Dosenviaba
York diasdespues el agente
a estos de Alla casa
el dinero. dorsoB...
de ycompañía de Nueva
esta comunicacion es -
cribamos las palabras del cajero de las cuales todosdeberán dar
cuenta algun dia . « Cuando haga una averiguacion sobre la sangro
« no olvidaré los clamores de los humildes ,
244

SE
Ci

CAPITULO XXXI .
IC
LA TRAVESIA .

Sentado estaba Tom en la bodega del buque que subia el rio


Rojo : encadenados llevaba sus pies y manos ; empero cadenas mas
pesadas oprimian su sensible corazon. Habian pasado sus ensueños,
.

como pasaban á su vista los árboles de las márgenes de la ribera.


¡ Adios Kentucky, hogar doméstico, Chloé, Moisés y Pedro ! ¡ Adios
casa de Saint-Clare con toda su magnificencia y esplendor ! ¡ Adios
dorada cabellera de Eva, y sus angelicales miradas! ¡ Adios, amo tan
bueno, tan orgulloso, y tan indolente como realmente generoso ! Las
horas de dicha han pasado, ¿ qué te resta en su lugar ?
Hé ahí una de las penas mas crueles de las servidumbres. El negro
que asimila y simpatiza fácilmente con las gentes, despues de haber
desarrollado su inteligencia en el seno de una familia distinguida,
puede caer en poder del hombre mas vulgar; así como un mueble
que habiendo decorado un magnífico salon pasa cuando queda mal .
tratado, á adornar una taverna ; mas la comparacion no es exacta .
La silla ó la mesa que de una residencia real se trasporta á un lupa
nar es un objeto puramente inerte, pero el hombre siente toda su de
gradacion. De poco vale que una ficcion legal les coloque en el ran
go de las cosas moviliarias, su alma sin embargo conserva todas sus
facultades, y medita libremente no solo sobre todos sus tormentos, y
esperanzas, sobre su amor y sus deberes, sino tambien sobre sus
aprensiones y temores .
M. Simon Legree, nuevo amo de Tom , habia comprado ocho escla .
vos en Nueva Orleans . Llevólos encadenados de dos en dos hasta el
punto en donde se disponia el Pirata para darse á la vela. Embarcó
Jos y pasándolos en seguida revista, se dirigió á Tom y le dijo :
i Levántate !
Levantóse Tom , que aun llevaba el traje que tenia para los domin
gos, porque María habia querido pasarlo con su ropa de gala para
venderlo á mayor precio.
Quitate la corbata .
Encandenado de piés y manos , Tom no podia moverse con desem
barazo. Ayudóle Simon Legree, quién quitándole brutalmente el cor
batin , se lo puso en el bolsillo . Inspeccionó en seguida la maleta del
desgraciado, tomó la chaqueta y el pantalon que tenia el esclavo para
los dias de trabajo , y despojándolo de sus ligaduras le señaló con la
mano elvacío que habian dejado los sacos y cajas de mercancías.
-
Vete allí, y ponte este vestido .
Obedeció Tom , y volvió al cabo de un momento .
Quítate las botas , y ponte esos zapatos
Así lo hizo Tom .
En su repentina transformacion, habia olvidado el esclavo quedar
245
se con su Biblia , y habiéndola hallado Simon en la nueva perquisi
cion que acababa de hacer esclamó :
Un libro de oracion ! ¿ Eres por ventura miembro de la
Iglesia ?
Si señor, respondió con tono firme.
-
Pues bien ; ten entendido que no quiero en mi casa á ningun
negro que sea devoto, y que en adelante yo soy tu iglesia y tu Dios.
¿ Lo has oido ?
Guards Tom un silencioelocuente que equivalia á un enérgico No.
Una voz invisible le repitió entónces Cla antigua profecía que Evan
gelina le habia leido tantas veces : « No temas ; yo te he rescatado
con mi propia sangre, te he dado mi nombre, y me perteneces. »
Fuese Simon Legree llevándose consigo la maleta con toda la
ropa de Tom , hácia la numerosa reunion de pasajeros que ocupaban
la cubierta de popa ; púsola en venta, y habiéndose embolsado los
veinte siete pesos que habia sacado de ella, volvió al sitio que ocu
paban sus esclavos.
Has visto, Tom, he vendido todos tus efectos, y abora, no que
dandote sino lo que llevas puesto, tienes necesidad de conservar muy
bien ese vestido pues no tendrás otros durante mucho tiempo .
Acercóse acto continuo á Emelina , que estaba encadenada con
otra esclava.
-

Vamos, querida, la dijo pasándole la mano por la cara : ¿ Estás


de buen humor ?
La mirada de espanto y de adversion que le lanzó la desgraciada
jóven no se escapó á la maliciosa penetracion de Simon.
No seas esquiva ! y en lo sucesivo háblame con mas respeto
y amor, pues de lo contrario solo conseguirás escitar mi cólera, y
esponerte á mi indignacion. Y tú , vieja impertinente, no me pongas
esa cara tan angustiosa ; y vosotros todos miradme frente a frente .
vaquinalmente, todos los esclavos fijaron su vista sobre el cruel
tratante de negros .
Ahora , añadió mostrándoles sus manos que parecian martillos
de fragua. ¿Veis estos puños? duros como el hierro, han sido formados
para el esterminio de vuestra raza . Así no hay que esperar de mi ni
compasion ni buen trato.
Aterrorizáronse los infelices, yy casi desfallecidos meditaron sobre
su desgarradora situacion. Reiase Simon del lastimoso cuadro que
tenia á su vista, y complaciéndose del efecto que sus palabras habian
producido en ellos, se marchó á la cantina .
Ya ha visto Vd . caballero,como trato á mis negros, dijo á un in
dividuo de distinguidos modales, que habia oido aquel coloquio . Mi
sistema se reduce en darles a la primera vista un ſuerte bofeton ,
para que me teman y cumplan en adelante con su obligacion.
¿ Qué dice Vd . ? repuso el pasajero mirándole con la curiosidad
de un hombre que estudia algun fenómeno.
Así es en efecto. No soy como esos proprietarios afeminados
qne tienen las manos blancas como las azucenas, y se dejan enga
21 *
246
iar por sus mayorales. Palpe Vd . mis músculos, y examine mis
puños. Tengo la carne dura como el mármol y ejerzo mis ſuerzas su
bre la inmunda raza proscripta.
Palpó el brazo de Simon , el pasajero, y dijo con sencillez.
Son durísimos en verdad; mas supongo que el ejercicio le ha
endurecido á Vd . asimismo el corazon .
-Puedo lisonjearme de ello, respondió. Toda mi bondad ha desa
parecido, y las plegarias de los negros no logran conmoverme.
Vd. ha hecho una preciosa adquisicion .
-Sí por cierto. Me han asegurado que Tom es un escelente ne
gro; meha costado caro ; pienso hacer de él un cochero ó un mayo
ral. Su único defecto consiste en que le ha dado la manía de ser tra
tado como una muger y eso es una ignorancia . La jóven Emelina
no tiene la mejor salud ; pero he pagado lo que vale; podrá vivir
unos dos años lo mas . No los contemplo ni los mimo; usarlos, y
volver a comprar otros ha sido siempre mi sistema; y la esperiencia
me ha probado que este es el mejor medio para aumentar mi for
tuna.
- Cuánto tiempo viven generalmente esos desgraciados ?
- Depende mucho de la respectiva organizacion de cada uno :
Los mas robustos viven siete años, mientras que tres o cuatro bastan
para acabar con los que gozan de una mediana constitucion . Al prin
cipio de mi comercio los cuidaba en sus enfermedades ; mas ahora
buenos ó enfermos es necesario que marchen . Cuando se me muere
alguno, compro en seguida otro, y esto es lo mas cómodo y menos
dispendioso .
Alejóse el pasajero, y sentóse al lado de un joven que habia oido
la conversacion .
-No considere Vd . á ese hombre como el tipo de los proprieta
rios del Sur, le dijo .
~ ¡ Dios me libre ! esclamó el jóven .
El tal Simon es un vil miserable .
Y sin embargo las leyes de su pais le permiten disponer abso
lutamente de tantas criaturas humanas como pueda adquirir.
Es verdad ; pero tambien lo es que si hay propietarios bárbaros
y crueles, no faltan otros muchos que sean buenos, humanos У bon
dadosos,
Segun mi dictámen los propietarios humanos son responsables
de los escesos que cometen esos malvados. Sin su influencia, y con
sideracion la esclavitud no duraria ni una hora mas ; y si todos los
propietarios fueran como el infame Legree, el funesto comercio cesa
ria de ser el oprobio y la vergüenza de la humanidad. En suma, esos
sentimientos generosos de algunos poseedores de esclavos sostienen
y autorizan esa brutalidad .
Ha formado Vd . buen concepto de mí, repuso sonriéndose; mas
le
tes
aconsejo
menos tolerantes que alto
no hable tan yo . ,
porque podrian hallarse a bordo gen
Terminaron la conversacion y ambos interlocutores se pusieron á
jugar una partida de tric- trac .
247
Mientras tanto Emelina y la mulata se contaban sus aventuras .
¿Quién era tu amo? le preguntó Emelina.
Mr. Ellis ; tú has debido oir hablar de él .
En efecto. ¿Mas era bueno para contigo ?
3
Sí , bastante; pero cayó enfermo y cambió repentinamente de
carácter. En el espacio de seis meses no dejaba descansar á nadie ;
no habia un esclavo á quien no le hallará defectos; y no podia sufrir
á ninguno de nosntros . Yo le velaba todas las noches, y habiéndome
encontrado dormida una mañana, se enfureció de tal manera que
juró venderme al tratante mas cruel que pudiera hallar. Sin embar
go, mehabia prometido mi libertad cuando le sorprendió la muerte.
-¿Tienes algunos amigos ?
Mi marido es de oficio cerrajero ; mi amo tenia la costumbre de
mandarlo á trabajar fuera de casa ; y como nuestra compra y nuestro
viaje han sido obra de momentos, tengo el desconsuelo de no haber
medespedido de él. Dejo ademas cuatro hijos , cuya triste separacion
me ha de costar la vida.
La mulata cubrióse el rostro con sus manos .
Queria Emelina consolarla, pero tuvo que renunciar á su deseo, y
guardó un melancólico silencio .
¿Qué hubiera podido decirla ? Ambas evitaron de hablar del
múnstro bajo cuya férula se hallaban .
Las creencias religiosas nos sostienen aun en los dias de mayor
prueba . Miembro de la Iglesia metodista , la mulata era sumamente
devota . Emelina , educada con esmero, sabia leer y escribir y cono
cia la interpretacion de los sagrados testos. ¡ Y sin embargo, qué
cruel martirio no sufrian ambas cristianas , viéndose en apariencia
abandonadas por Dios y bajo el yugo de una violencia sin término !
! La mas poderosa razon para que titubeasen, para que diesen entrada
á la duda no era el estado actual á que se veian reducidas ?
El buque magestuosamente seguia subiendo el enturbiado curso
del rio Rojo. Algunos ojos llenos de lágrimas seguian las monótonas
sinuosidades delas márgenes : por último hizoalto en una poblacion
pequeña , donde Legree desembarcó con sus esclavos.

CAPÍTULO XXXII .
1
LUGARES SOMBRÍOS .

Tom y sus compañeros emprendieron la penosa marcha siguiendo


la carreta en que iba el amo, en cuyo fondo, y en medio de los ba
gages, habia colocado á las dos mugeres . La ruta que conducia áld
248
posesion era escabrosa y desierta. Por unas partes se veia bordada ria
de pinos, entre cuyo ramage el viento producia un melancólicomur
mullo ; por otras daba principio á inmensos bosques que atravesaban
grandiosas llanuras . De aquel suelo arenoso, nacian por dó quiera
cipreses llenos de negruzco musgo ; y asquerosos reptiles subian y
bajaban de los troncos arruinados que se podrian en medio del agua.
Era este un camino que rara vez seguian los viageros de á caballo d
que tenian libertad de eleccion y el bolsillo lleno ; pero á nadie pa- |
recia su aspecto tan triste y escabroso como al hombre á quien cada |
paso alejaba de los objetos de su afeccion .
Simon era el único que parecia algo satisfecho , y para confor.
tarse recurria frecuentemente á un frasco de aguardiente que llevaba
en el bolsillo.
Muchachos ! dijo volviéndose hacia los negros que lo seguian ;
cántennos ustedes alguna cosa, vạya!
Los esclavos se miraron entre sí y el dueño dijo haciendo sonar su .
látigo , ea , vamos pues ! Tom empezó entonces su himno meto.
dista :

Jerusalem mi celeste morada


iluminada con esplendores infinitos
tu nombre me es querido, debo verte un dia
y mis dolores habrán cesado ,
Jerusalem ...

Quieres callarte, cuervo viejo, ahulló Legree. ¿Qué necesidad tene


mos de tu infernal metodismo ? Cántanos alguna cosa que nos di
vierta mas !
Entonces otro esclavo cantó una de aquellas canciones sin sentido,
que tanta voga tienen entre los negros :
Mi amo pasó su camino
ayer al oscurecer.
Me vió cojer un conejo.
Vea Vd . la luna.
Hi ! hí : hí :
Se rió
jo , jo , jo ;
yo ! yo ! yo !

Todosen coro repitieron el estrivillo con forzada alegria ; pero ¿qué


suspiro de desesperacion podria compararse con la dolorosa expre
sion que acompañó á aquel coro salvage ? Hubiera podido decirse que
los cautivos obligados á ocultar sus pensamientos, los encubrian con
esta música extraña para dirigir á Dios sus plegarias. Simon no po
dia penetrar sus secretas intenciones , creyó por el contrario que sus
negros estaban de buen humor, y esto lo regocijaba.
Y bien, amiguita mia , dijo á Emelina poniéndole su mano, en
la espalda , henos ya muy cerca de casa .
Los arrebatos coléricos de Legree espantaban á Enielina ; y sin
embargo hubiera preferido ser castigada, á sentir las caricias de
249 -
aquella mano y á oir aquellas melosas palabras. Temblo involunta
riamente у acercóse á su compañera como si hubiera sido su madre.
-¿No tienes pendientes ? continuó Legree pellizcándole la oreja
con sus callosos dedos .
No, amo , contestó Emelina con voz trémula .
¡ Pues bien ! te daré un par cuando lleguemos á casa si te con
Si duces bien . No me tengas miedo ; no tengo la intencion de hacerte
trabajar, y conmigo , vivirás como una señora, pero es preciso, te lo
a repito, que seas buena muchacha.
Legree habia bebido coñesceso, hasta el punto de empezar a hacer
el graeisoso á pesar suyo.
Estaban ya nuestros viageros á la vista del ingenio. Este fundo
habia pertenecido antes á un potentado, hombre de gusto, quien ha
bia empleado sumas considerables en embellecer los jardines : murió
éste dejando varios créditos y Legree compró la finca en remate.
Como éste era mas apegado al interés que el propietario anterior,
propúsose el aumento de las rentas y descuidó enteramente el ornato
del fundo . Donde el otro se habia esmerado formando glorietas , bos
quecillos de flores y calles de cesped, el nuevo propietario plantó
árboles productivos y tuvo en poco que los arbustos se absorviesen
las plantas exóticas y que se secasen las que antes crecian orgullo
sas entre jarrones de porcelana .
La carreta entró por una calle arenosa que tenia por ambos lados
árboles de la China que daban su agradable sombra á aquel pinto
24
resco camino .
La casa estaba construida bajo un gusto meridional, rodeada de
soportales sostenidos por pilastras de madera. Toda su magnificen
cia habia desaparecido.Tres ó cuatro perros de presa despertados por
el ruido de la carreta se avalanzaron ladrando a los recien venidos á
quienes hubieran devorado sin duda si no les hubiesen contenido
otros criados .
Ya ven ustedes lo que les aguarda, dijo Legree acariciando los
perros con la mayor satisfaccion . Estos fieles animales están muy
acostumbrados á cazar negros y son capaces de tragárselos vivos si
se les deja : por lo tanto no hay que pensar en fugarse.
Un negro haraposo con un sombrero sin alas muy mugriento en
la mano se presentó á ofrecer sus servicios á Mr. Legree.
Sambo, ¿ cómo van las cosas en la casa ?
Perfectamente, mi amo .
de Quimbo , dijo éste a otro negro que se esforzaba en llamarle
la atencion, ¿ te has acordado de loque te encargué ?
-
Si señor, no he faltado á ello .
ma
Estos dos individuos eran los principales personages de la finca.
Legree los habia acostumbrado a ser crueles con tanto empeño y
cuidado como á sus perros de presa. Siempre se ha notado que los
mayorales si son negros son aun mas tiranos para los de su raza que
los mismos blancos; sin que por este hecho se saque una conse
cuencia desfavorable contra la raza Africana; esto no prueba mas
sino que la envilecen y degradan mas que á la blanca . Los negros
- 250
tex
es clavos se parecen á todos los oprimidos de la tierra; son tiranos. DO
siempre que hallan ocasion de serlo.
Como ciertos potentados de que habla la historia, Legree gober
naba por antagonismo las fuerzas. Sambo yу Quimbo se detestaban
cordialmente ; todos los empleados en el ingenio se odiaban entre sí,
porque se les obligaba a castigarse los unos á los otros, con lo que
estaba seguro el dueño de estar al corriente de todo cuanto pasaba
en su posesion.
Imposible es el escusarse de las relaciones sociales. Legree tole
raba que existiese entre sus dos satélites cierta familiaridad aunque
no dejaba de creerla peligrosa á sus intereses ; si bien á la menor se
ñal del amo el uno estaba siempre dispuesto a ser respecto del otro
instrumento de su venganza .
Estosdos individuos ,tenian un semblante feroz y acentos gu
turales parecidos al mugido de una bestia feroz. Sus vestidos des
garrados estaban en perfecta armonía con el aspecto general del in
genio.
Sambo, dijo Legree, lleva a esas gentes donde corresponde ;
aquí tienes una mugerque la he comprado para tí. Sabias muy bien
que te lo habia prometido. Y colocó junto à Sambo la mulata com
compañera de Emelina.
Mi amo, yo he dejado á mi marido en Nueva -Orleans.
Está bien ; por lo mismo aquí no te faltará marido. Déjate de
majaderías. Fuera.
Legree levantó el látigo ; y despues volviéndose hácia Emelina la
dijo .
Vamos, señora , venga Vd. conmigo.
En este momento una ligura negra se asomó por la ventana de la
casa, y cuando Legree abrió la puerta se oyó con toda claridad la
voz alterada de una muger colérica. Legree contestó con tono des
compuesto :
Cállatel A ustedes los trataré como me parezca .
Estas palabras asombraron á Tom , quien habia seguido á Emelina
con interés ; pero no tuvo tiempo de comprenderlas ni de meditar el
ello , porque se le puso en camino del barracon.
El barracon estaba edificado á alguna distancia de la casa : era una
especie de callejuela estrecha formada con chozas mal construidas.
Tom empezó a desanimarse al verlas. Habíaselisonjeado con la espe
ranza de tener una cabaña simple, pero aseada y tranquila, con una
silla donde colocar su Biblia y un rincon donde recojerse despues de
las horas del trabajo. Examinó el interior de muchas habitaciones
pero no encontró ninguna amueblada, las cuatro paredes y un poco
de paja por el suelo.
¿ Dónde debo instalarme ? preguntó á Sambo.
No sé ; supongo que habrá todavia sitio en aquella choza. Hay
tantos negros en cada una que no sé como pueden caber mas .
Por la noche, á hora bastante avanzada , los que habitaban el bar
racon , hombres y mujeres empezaron á presentarse en sus respec
tivas Cuevas , Sus vestidos estaban desgarrados y mugrientos
251
tenian ellos el aspecto triste y sombrío, y parecian muy poco dis
puestos a poner buena cara á los recien venidos.La algazara que
emanaba de entre ellos tenia pocos atractivos. Gritos sordos y des
compasados alternaban con el sonido de los pilones donde macha
caban el maiz que les habian repartido para que hiciesen galletas, su
única cena . Desde que amanecia, estos esclavos estaban en los cam
pos bajo el látigo de los mayorales, á cual se apresuraba mas en la
recoleccion de la cosecha, y Legree , aunque confiaba en ellos, sin
embargo no se descuidaba por su parte, y empleaba todos los medios
posibles para sacar de sus negros el mayor partido, haciéndoles tra
bajar conesceso. Algun ocioso dirá , nada tiene de penoso desmotar
algodɔn . Es verdad? tampoco es penoso recibir una gota de agua en
lacabeza y, sin embargo, era uno de los mas crueles tormentos que
empleaba la inquisicion. El trabajo mas simple resulta insoportable
si es constante en su monotonía .
Entre todos sus compañeros buscó en vano, el tio Tom , uno que
tuviese fisonomía simpática. Los varones eran silenciosos y embrute
cidos ; las hembras débiles y sin ánimo, y hasta sin ninguna de las
cualidades propias á su sexo . Todos estos seres humanos, tratados
como bestias, no tenian mas que los instintos naturales. Su amo ni
esperaba, ni deseaba de ellos ningun esfuerzo hácia el bien; no vi
vian sino para satisfacerle las inspiraciones de su egoismo . Durante
las primeras horas de la noche no se oia mas que el ruido del mo
lino en el que trabajaban unos pocos , mientras que los mas vigo
rosos iban á moler sů provision y cedian en seguida su puesto a los
mas débiles .
Sambo habia /traido consigo á la mulata , él le arrojó delante un
saco de maiz diciéndola :
-¿Cómo te llamas ?
Lucía .
- Pues bien , Lucía , tú eres ya mi muger : trata de moler el maiz y
>

de prepararme la cena ; entiendes ?


- Ni soy tu muger, ni quiero serlo ! esclamó la mulata llena de
cólera y dedisgusto .
Tú quieres que yo me incomode , contestó Sambo , haciendo un
gesto amenazador:
ida · Puedes matarme si quieres, y lo mas pronto será lo mejor .
C

Quimbo trabajaba en elmolino de donde habia separado a muchas


mugeres que esperaban un momento favorable para moler su maiz :
oyó la cuestion y dijo :
NA
¡ Ola , Sambol yo le diré al amo que tu molestas mucho sus
mugeres.
por
Y yo le diré que tú no las dejas acercarse al molino , negro
viejo.
Bi
Con la fatiga del viage se habia aguzado el apetito del tio Tom ,
quien estaba desfallecido de fatiga y falto de alimento .
Ahí tienes, le dijo Quimbo arrojándole un saco de maiz , arré
-

glate, porque no se te dará mas en toda la semana .


pel Ya era muy tarde cuando Tom pudo hallar puesto en el molino.
IN
252

Compadecido viendo á dos pobres esclavos que probaban partir los


granos de maiz con los dientes ,encendió los últimos carbones y les
arreglólaencena
novedad depreferencia á la suya .Aquellaconducta era una
la moral fúnebre de los negros ; las dos mugeres espre
saron en sus semblantes el reconocimiento y la gratitud. Ellas le
ayudaron a su vez, y despues de la cena, Tom , sentado en medio de
ambas , tomó la Biblia porque tenia necesidad de consuelo .
¿ Qué es eso ? preguntó una .
-
La Biblia , respondió Tom .
>

Dios mio , no habia visto ninguna desde que sali de Kentucky.


Se ha criado Vd . en Kentucky ? preguntó Tom con interés.
Si señor , y me educaron muy bien , no es por lisongearme,
jamás creí vermë reducida a tanta miseria como la que me rodea .
¿ Qué libro es ese ? preguntó la otra muger .
· La Biblia .
-
-¿Qué quiere decir eso ?
No ha oido Vd. nunca hablar de la Biblia ? replicó la primera :
cuando yo estaba en Kentucky oia repetidas veces á mi ama leerme
algunos pasages : pero aquí no oigo mas que juramentos y malas
palabras.
- Lea Vd . un pedazo, dijo la segunda muger llena de curiosidad .
Tom leyó : « Venid á mí, todos los que trabajais y os veis recar
gados de peso, yo os daré el reposo que os falta. »
-

Muy buenas palabras son esas, replicó la segunda esclava,


¿ quién lasha pronunciado ?
El Señor .
Quisiera saber donde está ese hombre para ir á verle . i Oh !
tengo necesidad de descanso . Todo el cuerpo lo tengo malo ; tiemblo
de la mañana a la noche, y Sambo me castiga sin cesar porque no
puedo desmotar algodon mas de prisa . Generalmente a media noche es
cuando consigo cenar, y á penas he podido conciliar el sueño, oigo
el sonido del caracol con que nos dan la orden de ponernos en pié.
Si supiera donde estaba el Señor iria á contarle todo eso .
-

Está aquí y en todas partes , contestó Tom .


Vd se burla ! yo no podré creer eso nunca . Yo sé que el
Señor no está aquí . No es preciso que Vd . diga esas cosas, Adios,
voy á acostarme y á ver si logro dormir un poco de tiempo .
Las mugeres entraron en sus chozas y Tom permaneció solo de
lante del fuego, cuyos últimos resplandores enrojecian su rostro.
La luna despedia su plateada luz por todo el firmamento : parecia
que en silenciosa calma contemplaba al negro solitario que estaba
sentado con los brazos cruzados y la Biblia sobre sus rodillas.
¿ Estará Dios aquí ?.. ¡ Ah ! ‫ ¿܀‬cómo es posible que persunas igno
rantes le tributen adoracion y tengan fe á toda prueba en presencia
de tantas infamias ? El alma de Tom estaba trastornada . El senti
miento de su estado, la pérdida de todas sus esperanzas, la perspec .
tiva de un porvenir de miserias , todo se le agolpaba á un tiempo á
su imaginacion. Estaba como el marinero queva á ahogarse en cuyo
torno las olas arrojan los cadáveres de sus amigos. ¿ Era fácilcreer en
253 -

esa morada fúnebre la palabra de órden de la fe cristiana, Dios está


en todas partes y vela sobre los que le imploran?
Tom selevantó desanimado , y entró en la choza que se le habia
señalado. El suelo estaba lleno de hombres dormidos cuya respiracion
infestaba la atmósfera . Vaciló al entrar, pero estaba fatigado y el ro
cío de la noche le helaba : se envolvió en un pedazo de cobertor ; se
estendió sobre la paja y se durmió. Creyúse en sueños, sentado sobre
un banco de cesped del jardin al lado del lago Pontchartrain, y que
Evangelina leia estos versículos. « Cuando pases en medio de las
aguas estaré contigo y los rios no te inundarán. » Cuando pases á
traves del fuego, tú no serás quemado y las llamas se apartarán de
ti ; porque yo soy el Señor , tu Dios , el santo de Israel, tu Sal
vador . »
Poco a poco estas palabras creyó que se perdian entre una música
celeste. La niña abró los ojos y los fijó con ternura sobre el negro, y
tan dulce mirada penetró en su corazon ; despues como si estuviese
transportado por los acordes de tan divina armonía, se elevó sobre
dos alas brillantes de las que se desprendia una lluvia de estrellas
: de oro . Tom se dispertó . ¿ Habia sido este un sueño ? Creámoslo así :
& no podria suponerse que la niña, quién se habia consagrado á con
solar los desgraciados continuaba aun esa misma mision despues
de muerta ?

CAPITULO XXXIII .

CASSY .

Conoció luego Tom lo que debia temer y esperar de su nuevo gé


nero de vida : obrero hábil, sobresalia en todo lo que se le mandaba
hacer : activo y fiel por temperamento y por principios, de carácter
pacífico y afable, creyó que á fuerza de celo alejaria de sí una parte
de las miserias de su triste condicion y aunque tenia el corazon ul
cerado por los horrores que cada dia se cometian á su vista, resolvió
As llevar sú cruz con paciencia, y poniéndose en manos de Dios, espe
rar el momento favorable para lograr su emancipacion .
Mas si bien observó Legree las buenascualidades de Tom, y lo co
locó entre los esclavos de primer órden, sentia empero una secreta
adversion contra el desgraciado ; la natural antipatía del bien por el
mal . Habia notado que siempre que maltrataba a los infelices, Tom
esperimentaba un dolor secreto que se pintaba en su compasivo ros
tro . La opinion de un individuo puede manifestarse sin palabras, y
22
234
aun la de un esclavo es susceptible de afectar á su señor. Manifes
taba nuestro héroe negro á sus compañeros de infortunio una compa
sion que Simon Legree veia con sumo desagrado. Habíalo comprado
con el objeto de hacer de él un mayoral, en quién pudiera confiarse
durante sus cortas ausencias , y como la primera cualidad á sus ojos
debia ser la de la dureza y la crueldad, defectos que Tom no tenia en
manera alguna, llegó á lisongearse que por último lograria conver-
tirlo en el instrumento de sus maldades .
Cierta mañana, en el momento en que los trabajadores se prepara
ban para marchar al campo, Tom apercibió con sorpresa entre sus
compañeros á una muger que le era absolutamente desconocida. Te
nia alta y bella estatura ; iba vestida con mas limpieza y gusto que
los demas de la banda y se distinguia por la delicadeza de sus piés y
manos . Representaba unos cuarenta años; su semblante grave y ma
jestuoso revelaba una série de aventuras tristes y románticas. Su
aspecto y movimientos espresaban el orgullo y el desdén, y se ad
vertia en toda ella una profunda é inalterable desesperacion que con
trastaba con la arrogancia natural de todas sus maneras.
¿ Quién era esta mujer ? į de dónde procedia ? Ignorábalo Tom ,
quién la veia por primera vez marchando orgullosamente a su lado.
Con todo era conocida de los otros negros, que sentian una verdade
ra satisfaccion al verla confundida entre todos ellos .
Me alegro, decian, que se vea reducida á estado tan abyecto .
| Ah, señorila, ahora sabrás come se nos trata !
La veremos en el trabajo.
Que prepare las espaldas, porque antes que el sol oculte sus
rayos de oro, habrá ya recibido mas de una prueba de la amabilidad
de nuestros amos .
¡Cuánto celebraria yo que la diesen una buena felpa !
Despreciando la burla continuaba su marcha con un aire de desdén
y de cólera concentrada. Tom que habia pasado toda su vida en me
dio de familias de distincion, creyó que habia debido pertenecer
á una clase elevada de la sociedad . į Mas cómo habia descendido á
tan baja condicion ? La infortunada no le dirigió ni una sola vez la
palabra , pero siguió constantemente a su lado.
Trabajaba la desconocida á corta distancia de Tom con tal des
treza que nadie podia rivalizarla. Desmotaba el algodon como si
toda su vida no hubiera hecho otra cosa, pero conservaba siempre
su dignidad , menospreciado así el trabajo, como la degradante con
dicion á que se veia sometida.
Habia observado Tom durante las primeras horas del trabajo que
la mulata , visiblemente enferma, y casi próxima á desfallecer tem
blaba, y ofrecia á Dios sus penas. Compadecido del triste estado de
la desgraciada, se acercó a ella y puso en su cesta una cantidad de
algodon que él habia ya preparado perfectamente.
No hagas eso, le dijo Lucía asustada, porque te espones á la
indignacion de esos miserables que nos vigilan.
Sambo, que estaba á algunos pasos de distancia, vió aquella gene
rosidad, y dirigiéndose precipitadamente hacia la mulata contra la

1
255
cual tenia cierto resentimiento personal le dijo con desmesurado
tono .
¡ Te he cogido en fraude, Lucía ! y al mismo tiempo la dió en
la cara con un zapato de baqueta , y le pegó á Tom un latigazo que
le hizo ver las estrellas.
Continuó Tom silenciosamente su trabajo ; mas la mulata, te
niendo agotadas sus fuerzas por la enfermedad y la fatiga, se des
mayó .
- Voy a hacerla volver en sí , dijo Sambo con la ferocidad de un
tigre .
Y tomando un grueso alfiler de la manga de su chaqueta, se lo
clavó a la infeliz en el brazo .
Dió esta un agudo y doloroso grito haciendo esfuerzos para le
vantarse .
-Levántate , bestia , volvió a decirla Sambo , y trabaja , sino quieres
que te aplique una segunda correccion.
Esperimentó , Lucía , un movimiento de sobre escitacion nerviosa;
se puso á trabajar con desesperada actividad .
- No hagas la perézosa, añadió el desalmado Sambo ; sino quieres
que esta noche te trate como mereces .
i Cuán largo y penoso es mi sacrificio sobre la tierra, ó Dios
miol; Por qué no vienes en mi ayuda !
Arrostrando Tom las consecuencias de su humano corazon , se
aproximó por segunda vez y casi llenó de algodan la cesta de Lucía .
-¿Qué haces ? ; no sabes ya á lo que te espones ?
Poco me importa, respondió, volviéndose a su sitio .
La desconocida de que hemos hablado á nuestros lectores al prin
cipio de este capítulo, habia observado la generosa accion del es
clavo, y fijando sobre él sus hermosos y grandes ojos, tomó al poco
rato una cantidad de algodon del que tenia en su canasta y la puso
en la de Tom.
- No conoces las costumbres de esta finca le observó ; si las co
nocieras, no hubieras obrado como acabas de hacerlo . Cuando lleves
un mes de trabajo en esta maldita casa , ni siquiera te vendrá el
pensamiento de ayudar a los otros infelices, cuyos males les impiden
el llenar sus tareas.
-

-¡Dios me preserver respondió Tom tratando a su compañera


con respeto.
– Dios no visita jamás estos parajes, repuso la desconocida con
amargura.
Fuése enseguida y volvió de nuevo á su trabajo , con la maravi
llosa agilidadque habia desplegado alprincipiarlo. Pero Sambo ha
biendo visto la accion de la desconocidă, se dirigió hacia ella con el
látigo levantado.
Ah, tambien tu me engañas! la dijo con ademan de triunfo.
Ahora estás bajo mis órdenes, y debes andar con cuidado.
Animáronse los ojos negros de la desconocida, temblaron sus la
bios, y dilantándose su nariz, fijó sobre el inspector una mirada de
indignacion y de desprecio.
256 -

| Infame y vil satélite , le dijo , tócame si te atreves ! Toda


vía tengo bastante poder para hacerte quemar vivo, ó despedazarte
por los perros .
¿ Si así es, por qué estas aquí ? Por mi parte no quiero hacerte
mal alguno.
- No te acerques y mírame con respeto .
Sambo, fingiendo entonces una ocupacion urgente se marchó pre
cipitadamente.
Volvió aquella á emprender su trabajo, y antes de la hora, habia
llenado ya su cesta .
Al anochecer todos los esclavos, colocados en dos filas, y llevando
las respectivas cestas sobre sus cabezas, se dirigieron a la casa en
donde el proprietario, acompañado de sus dos satélites, les esperaba
para pesar el algodon, y almacenarlo.
Este Tom le dará à Vd . mucho qué hacer, decia Sambo. El es
quien ha llenado de algodon la canasta de Lucía. Vera Vd. como el
mejor dia del año, si no se le vigila de cerca, persuade á los negros
á pretesto de que están bárbaramente maltratados.
¡Maldito negro ! prorrumpió Legree ; le daremos una leccion .
¿ No es así, queridos mios ?
Respondieron ambos negros con una brutal carcajada.
El tio Legree es capaz de darle un buen castigo, dijo Quimbo ;
y con ese juego, el diablo no es mas fuerte que él .
· El mejor modo de evitarlo es obligarle á que él mismo admi
nistre
malo
los palos que deban darse a los negros que lo merezcan ; llá
.

Sambo .
No creo que lo consiga Vd. con tanta facilidad respondió
- Es necesario que se ejecute, repuso Legree mascando tabaco.
Ah, aquí llega Lucía ; la mujer mas mala del establecimiento!
i Ten cuidado Sambo ! que ya voy conociendo la razon porque la
aborreces tanto.
Sepa Vd., que desobedeciendo las órdenes de Vdi, se ha negado
á recibirme y tomarme por marido.
El látigo la hará obedecer : pero como está su salud tan deli
cada, y esta clase de mujeres se dejan matar antes que consentir en
lo que les repugna, será prudente no irritarla, porquese inutilizaria
para el trabajo .
Debo observar á Vd . que Lucía es sumamente insoportable ; no
aprovecha el tiempo, y si Tom no la hubiera ayudado, su canasta no
estuviera tan llena.
En ese caso , él mismo ha de castigarla .
· Tom y Cassy han llenado la cesta de Lucía, y ha de tener el
peso señalado .
No importa : yo me encargo de pesarlo.
Ambos inspectores saltaron de alegria.
Segun eso , Cassy ha hecho su deber.
· Desmota el algodon con la habilidad de una legion de diablos,
257
Los tiene todos en el cuerpo, y balbuceando un juramento se
dirigió a la habitacion en donde se hacia la verificacion del peso.
Los esclavos estremadamente fatigados fueron llegando uno despues
de otro , y presentaban sus cestas y sacos con temor. Tuvo Tom la
suerte de ver que su amo habia quedado satisfecho de él; pero pre
veia no sucediera lo mismo á la infeliz Lucía : adelantóse esta tem
blando presentó su cesta , pesola Legree y sin embargo de que tenia
mas del peso requerido, gritó con fiugida indignacion .
¡ Perezosa, no has concluido tu tarea 1 Espérate ahí, para reci
bir tu merecido castigo.
Cassy se dirigió hăcia el mostrador con paso altivo y orgulloso y
dejó con desprecio su canasta ; miróla Legree con cierto aire de bur
la , mas ellafijó sobre el cruel propietario su vista , y le habló en
frances algunas palabras que hubieron de desagradarle altamente
pues aunque ninguno de los circunstantes comprendieron su sentido ,
vieron sin embargo que Legree habiendo tomado una espresion dia
bólica,levantó la manoparapegará su interlocutora; pero ésta con
servando su dignidad le miró con desprecio y le volvió la espalda.
Ven aquí Tom, dijo Legree. Sabes que no te he comprado para
hacer de tí un criado ordinario. Tengo la intencion de elevarte à la
categoría de mayoral ó de director de los trabajos, y vas a dar prin
cipio á tu nuevo cargo esta mismanoche; así apodérate de esa hol
gāzana, v administrala una buena felpa. Creo inútil recomendarte de
que aprietes los puños, habiendo tú visto ya la manera como en esta
casa se castiga .
Es imposible señor, jamás he pegado un latigazo á nadie, y
ruego á Vd. por lo mas sagrado , me preserve de semejante des
gracia.-

Aun ignoras otras muchas cosas que tienes necesidad de apren


der, respondió Legree ; y tomando un látigo de cuero dió á Tom una
porcion de golpes.
He ahí el ejemplo , añadió cuando descansó un momento pa
ra tomar fuerzas. ¿ Me dirás ahora que no puedes hacer lo que te
mando ?
-

Haré cuanto sea razonable y justo , respondió el esclavo, enju


gándose la sangre que bañaba su rostro. Consiento en trabajar dia y
3 noche mientras que me queden fuerzas ; 1 pero exige Vd. de mí una
cosa cruel é injusta que no ejecutaré jamás, no, jamás!
La voz de Tom era amable, respetuosa y grave; y Legree creyó
que al fin lograria inspirarle sus ideas : mas cuando oyó las últimas
palabras del negro ; no, jamás ! se enfureció de tal modo, que á su
vista , todos los esclavos consternados lemieron por el desgraciado
Tom .
1 Miserable negro ! esclamó con la rabia de un energúmeno .
.

Te has permitido decirme que son injustas las medidas que adopto
para el gobierno de mi casal ; Insensato ! | Atreverse á formular una
opinion , y querer imponérmela ! & Se ha visto jamás semejante lo
cürá ? Pondré un pronto término á tamaño desvarío ? ¿ Quién to ha
22 *
258 -

dado facultad para calificar mis actos ? ¿ Quién te ha preguntado si


es ó no razonable castigar á esa bestia ?
Tal es mi conviccion , señor : esa desgraciada está enferma y
sumamente débil , y el castigarla ahora, seria una crueldad , que no
cometeré jamás, y que no quiero de ningun modo cometer al fin de
mis dias. Máteme siVd. quiere, pero no logrará jamás el que levan
te mi mano contra ningun infeliz ; ; moriria antes de sentimiento y
dedesesperacion !
Hablaba Tom con sumo respeto a su amo, pero con intima y firme
conviccion. Temblaba Legree de furor , erizáronse sus cabellos, y á
semejanza del tigre que se complace en ver el estremecimiento y do
lor de sus víctimas antes de devorarlas, contuvo su rabia y dijo con
ronca y sarcástica voz .
Ahí teneis á ese santo bajado del cielo para convertirnos ! ...
¡ Qué fascinadora es su piedad ! Mas perillan infame, que te crees tan
religioso, no bas leido en la Biblia « servidores obedeced á vuestros
amos ? » ¿ No soy yo tu amo? ¿No he pagado por ti mil doscientos pe
sos en moneda corriente, cantidad infinitamente mayor de lo que
vale tu negro esqueleto ? ¿ Acaso no me perteneces en cuerpo y
alma ?
¡ No, no, no, mi alma es de Dios, que la ha criado; y no le per
tenecerá jamás ! Ha sido rescatada por el Salvador del mundo que ha
derramado su sangre por salvarla, y la protege con su divino poder.
Asi nada temo.... ¡Sus iniquidades no conseguirán intimidarla !...
No puedo intimidarla ! ¡Ahora lo verás! ¡ Ola, Sambo, Quimbo!
Agarrad á ese infame y dadle una boca abajo del que no se levante
ni en un mes !
Los dos gigantescos negros se apoderaron de Tom con bárbara
alegria y ferocidad ; las furias del infierno, animaban á aquellos dos
energúmenos, ácuyo horroroso aspecto dió un doloroso grito la infe
liz mulata , y todossus desgraciados compañeros se levantaron como
por un movimiento involuntario, para interceder en favor de Tom .
¡Mas quedaron sin efecto sus caritativas súplicas !

CAPITULO XXXIV .

HISTORIA DE LA CUARTERONA .

Yacia Tom , ensangrentado , en un cuarto inhabitable del almacen,


de innu
en medio de máquinas inservibles de algodon averiado, y picaduras
merables muebles inútiles. Millares de mosquitos , cuyas
209

irritaban las heridas del desgraciado , pulalaban en aquella mortífera


y húmeda atmósfera. Una sed ardiente, el mas intolerable de todos
los tormentos, aumentaba el martirio del desdichado esclavo .
¡ Dios de bondad y de misericordia, compadeceos de mí ! ¡ Dad
mefuerza para luchar ! esclamaba Tom sollozando.
Era la una de la mañana, cuando un ruido de pasos y la claridad
de una linterna , que se aproximaban hacia el infeliz, vinieron á sa
carlo de su letargo.
Quién está ahí! ¡ Ah , por piedad , cualquiera que seais , dadmo
agua!
En aquel momento, Cassy (tal era el ángel de consuelo quo cl
cielo enviaba al desgraciado ), dejó su linterna en el suelo, y , to
mando la taza que llevaba con una mano, la llenó con la otra del
agua que contenia la botella de que iba provisto . Levantó en seguida
la cabeza del enfermo y le dijo :
Bebe, Tom .
Abrasado por la fiebre, bebió dos ó tres tazas.
- Bebe cuanta quieras, añadió ; no es esta la primera vez que vi
sito, con el mismo objeto , esta pestífera mansion . Al ver tu generoso
proceder,
temblé
no dudé un momento sobre la suerte que te esperaba, y
por tí .
-¡Qué Dios te lo recompense ! prorrumpió Tom .
No me trates así , no soy sino una miserable esclava mas des
graciada y deshonrada de lo que pudieras pensar.
Dirigiose en seguida haciala puerta, y volvió con un gergon cu-
bierto de sabanas mojadas en agua fresca.
- Querido amigo, haz un esfuerzo y métete en esta cama.
Despedazado de heridas y contusiones, arrastróse Tom como pudo
al lecho que la caritativa Cássy le habia suministrado. El frescor del
aguaalivio
ble de que
.
las sábanas estaban empapadas le produjeron un nota
Acostumbrada Cassy á medicinar las víctimas de la infame bruta
lidad de su amo, conocia algunos medios curativos, y se apresuró,
siguiendolos impulsos de su corazon áemplearlos en favordel des
graciado, quien a los pocas horas se encontró bastante mejorado.
-

Hé aquí todo lo que puedo hacer por ti, le dijo poniéndole por
almoada uno de lossacos de algodon averiados que allí hal ia.
Sentőse acto continuo al lado del paciente ; Ilevaba el sombrero
inclinado atrás, y sus ondulosos bucles caian sobre su estrato y me
lancólico rostro. Mirábalo aquel fijamente, y saliendo en fin de la pro
funda meditacion á que parecia entregada.
Mi amigo y querido Tom , le dijo, eres un hombre de bien , y la
accion de esta noche te honra, pues que te asiste la razon y la justi
cia ; mas debo tambien decirte que la menor resistencia de tu parte,
ademas de ser enteramente inútil te conduce irremisiblemente á tu
pérdida.Estás
derle . enpoder de Satanás, y siendo el mas fuerte debes ce
¡ Cederle ! .... ¿La debilidad humana y el dolor físico no le habian
dado ya el mismo consejo ? Conmoviósë Tom , y miró á esta muger
200
con ojos inquietos y voz lastimosa, como la encarnacion viva de las
tentaciones contra las que él acababa de luchar.
- ; Señor, Señor ! esclamó ; ; ah no, no debo ceder, así lo ordena
bi conciencia !
-

¡ No invoques al Señor ! respondió Cassy. i¡ No hay Dios ! Si hu


Liera , se manifestaria en nuestro favor. Más todo nos repele , y el
cielo y la tierra, y los elementos todos se han declarado contra no
sotros. Todo nos arroja al infierno ..... ¿ Por qué no hemos de preci
pitarnos en él ?
Cerró Tom los ojos y se estremeció al oir tamaña profesion de ver
dadero y positivo ateismo .
- Ignoras lo que pasa en esa casa maldita que te ha puesto en ese
estado, continuó Cassy, mas yo lo sé. Hace cinco años que habito
esta cueva de ladrones, humillada bajo el duro yugo de Lagree, á
quien aborrezco de muerte . Estás on una propiedad aislada , en
medio de una inmensa soledad de mas de veinte leguas de circuito .
Aunque se te quemara vivo, aunque te hicieran cuartos, aunque se
te diera la muerte mas infame y cruel , que las furias infernales su
gieren á los malvados, no hallarias un blanco para atestiguarlo, ni
otra criatura humana que fuera capaz de denunciarlo . No estamos
aquí protegidos por ley alguna divina ni humana; la voluntad de
nuestro miserable opresor es la sola regla que tenemos que obedecer
Ty desgraciado de aquel que la resista ! Me he visto en la repug
nante necesidad de vivir con él, y, sin embargo, soy una muger ho
nesta y, educada bajo los mas sanos principios... ¡ Y quién es él ,
santo cielo ! .... Con iodo, hace ya cinco años que vivo con ese móns
truo cuya execrable existencia maldigo..... Hoy ha traido á otra mu
ger, jóven de unos quinceaños, religiosamente educada por una ca
ritativa señora, y aficionada, por consiguiente, a la lectura de los sa
grados libros ; esta mañana la he visto entregada á la meditacion de
su inseparable compañera,..... de la Biblia, que jamás deja de sus
manos .
Cassy prorrumpió en una risa infernal que resonando en todos los
ángulos del arrruinado almacen, reprodujo un eco sobrenatural y es
pantoso .
-

i Jesus, mi adorable redentor y señor mio! esclamó Tom , ¿ ha


beis abandonado á vuestras criaturas ? ; Socorredme, sino quereis que
perezca ! ...
-

¿ Tus miserables compañeros, continuó Cassy , valen algo para


que se sufra por ellos ? iLos desgraciados tomarian parte contra ti
á la primera ocasion . Son viles уy crueles, y se despedazan recípro
cicamente cuando se les antoja ; así querido mio, por tu propia con
servacion no vuelvas á esponerte por ellos.
.. Se han convertido en viles y crueles !... ¿ Y porqué ?... Si re
nunciara á mis costumbres de rectitud y de humanidad me degradaria
insensiblemente y caeria en fin en el misero estado en que yacen
tantos séres embrutecidos como vemos á cada paso. No, de ningun
modo; he perdido á mi muger, mis hijos, un amo bondadoso, que
261
me bubiera , dado la libertad si bubiera vivido ocho dias mas, un...
En suma lo he perdido todo , y no quiero perder el cielo.
Pero has de saber que no somos responsables de nuestras faltas ;
los hombres que violentándonos, nos impulsan á cometerlas, son los
únicos que deben dar cuenta á Dios de nuestros estravíos.
-
En efecto, respondió Tom : mas yo no quiero ocuparme ni de
las consecuencias, ni de la manera como mi corazon se endureceria,
ni hasta qué grado llegara su envilecimiento . Lo que temo , lo que
lloraria con lágrimas de sangre, seria si, el convertirme en un se
gundo Sambo .
Echó Cassy á Tom una mirada despavorida ; é inspirada de una
idea nueva dijo sollozando :
¡ Ah , sí, tienes razon...
Y cayó en tierra sofocada por la intensidad de sus padecimientos
morales.
Reinó un momento de silencio, y no se oia sino la respiracion em
bargada de ambos interlocutores . Tom que reflexionaba y conside
raba entretanto , sobre el crítico estado de su bienhechora, balbuceó ,
en fin , tiernamente :
- Tranquilizate Cassy.
Levantóse bruscamente Cassy, recobrando al punto su ordinaria
espresion de desdén y melancolía .
Oye, prosiguió el enfermo ; mi chaqueta debe estar en uno de
esos rincones, y mi Biblia halla en uno de sus bolsillos ¿ Quieres
traérmela ?
Prestose la desgraciada y satisfizo los deseos de Tom. Abrió éste
enseguida el libro santo por la página en donde se hallaba la his
toria de la pasion y muerte del Salvador del mundo.
- ¿ Tendrás la bondad de leerme ese pasaje ?.., le dijo. Esto vale
3
mas que un vaso de agua.
Tomó Cassy el libro уy leyó con tierna y clara voz la dolorosa rela
cion de las angustias del Crucificado. Debilitábase su voz por inter
valos ; y suspendia entonces la lectura hasta que lograba comprimir
su emocion.Mas al llegar a estas sublimes y.consoladoras palabras :
« Perdonadlos, Señor, porque no saben lo que se han hecho. » dejó
caer la Biblia, cubrióse el rostro con sus delicadas manos y pró
rumpió en uir consolador y piadoso llanto .
Acompañábala Tom, en sus iágrimas, y gozaba realmente del ro
cio divino que comenzaba á fructificar en el corazon endurecido de
la esclava .
- Ah, esclamó el pobre negro , si pudiéramos imitar la resigna
.

cion 'del Señor ... nosotros que tenemos tanto que combatir ! 10h
bondadoso Salvador, asistenos y danos vuestra gracia .... Añadió,
despues de un largo silencio ; eres superior á mí en muchas cosas ;
pero en medio de mi inferioridad puedo enseñarte todavía cosas muy
solemnes é importantes . Me has dicho que el Señor se ha declarado
en contra nuestra, porque permite se nos ultraje y maltrate ; pero
tú acabas de ver cuanto sufrió su único hijo . Ademas no fué siempre
pobre nuestro divino Jesus ? ¿ Ha soportado jamás criatura alguna
262
tantas humillaciones y tormentos , como sufrió el Salvador del
mundo, solo por nuestro amor ? Dios , está segura, y yo alimento de
de ello la mas sólida creencia , no nos ha olvidado. Si dividimos sus
penas, dividiremos su gloria ; así nos lo dice la Santa Escritura : pero
si le renegamos nos renegará á su vez. Ignoras que sus díscipulos
y sus servidores ,apedreados por todas partes, errando sin pan, y
desnudos por el mundo, fueron en fin perseguidos y, entregados à
los mas infames suplicios ? Nuestras desgracias y padecimientos no
nos autorizan jamás / ara ofender al Criador, diciendo, que Dios se
ha declarado contra nosotros : por el contrario , padre bondadoso y
distribuidor de todas las gracias nos tenderá su divina y poderosa
mano, si le permanecemos fieles .
¿ Siendo así, por qué nos coloca en el duro trance de cometer
el pecado ? repuso Cassy .
Estoy convencido de que podemos evitarlo siempre que que
ramos .
- ¿ De qué modo ? Mañana mismo si perseveras en tu resolucion ,
volverán á maltratarte. Yo que los conozco , porqué los he visto mu
chas veces en el trabajo, sé como te pondrán. Te matarán á golpes,
sino cedes ; tal es la suerte que te espera.
¡Señor, esclamó Tom, tened piedad demi alma !
He oido frecuentemente las mismas lamentaciones, y por último
todos han cedido . Emelina .resiste como tú ; < mas de que le servirá
su resistencia ? Es necesario rendirse , ó prepararse á morir por
grados .
- Pues bien moriré ; y los miserables prolongando mi suplicio, lo
grarán matarme ; los desafio desde ahora ;y resignado á miinfausta
suerte, espero que el Señor sostendrá mis fuerzas!
Guardó Cassy un profundo silencio ; mas despues de algunos mi
nutos de reflexion respondió :
Es posible que se triunfe así ; todos cuantos se han doblegado
á los inicuos caprichos del mónstruo que nos oprime se han degra .
dado, y perdido hasta su conciencia. Vivimos en el cieno, y nos ins
piramos repugnancia á nosotros mismos . Nos deseanios la muerte, y
no tenemos suficiente valor para suicidarnos : ; Ninguna esperanzal...
i ninguna esperanza !... Esa jóven... tiene la edad que yo tenia en
tónces... Ahora ver lo que soy, continuó dirigiéndose á Tom ... Pues
bien, sabe que he sido criadaen medio del lujo y de la ostentacion :
Magníficos y suntuosos salones, elegantes trajes, visitas de lo mas
escogido de la alta sociedad que me colmaban de repetidos elogios,
deliciosos jardines, carruajes y caballos, en fin , todo cuanto se ha
creado para la comodidad y bien estar de los hombres , otro tanto
estaba á mi disposicion . Educada en un convenio , aprendí allí la
música , elfrancés, el bordado y otras mil cosas que embellecen a una
jóven . Salí á los catorce años para asistir a los funerales de mi pa
dre, que murió repentinamente . Mas al bacer el avaluo de sus bie
nes se vió que apenas tenia con que pagar sus deudas. Comprendit
ronme sus acreedores en el inventario, porque mi madre, siendo
sclava, así lo permitia la ley : Aunque conocí mi posicion cuando
263

me hallaba en la opulencia, jamás pensé en ella .Era mi padre jóven,


y confiando en su ternura , estaba segura de la libertad de mi madre
y de la mia. ¿ Como habia de esperar la muerte de un hombre en la
7 plenitud de una salud robusta ? ¡ Y sin embargo fué una de las pri
meras víctimas del cólera que desvastaba á Nueva-Orleans. Volvió
1 su legitima muger a la siguiente mañana de su entierro. Parecióme
que se me trataba con cierta consideracion ; se dejó en la casa para
arreglar los negocios de ella á un joven abogado, el hombre mas
e hermoso que habia visto en toda mivida. No olvidaré jamás aque
lla tarde. Paseábame con él en el jardin ; viéndome triste y maci
2 lenta me declaró que me amaba y admiraba, mucho tiempo ha,
aunque nunca me lo habia dicho, pero que, en aquella ocasión so
lemne, queria demostrarmelo, haciéndose mi protector y miapoyo.
En una palabra, aunque acababa de comprarme por dos mil pesos
fuertes, y era yo su propiedad, guardó silencio sobre esto, conten
tándose con llamarme su pupila . Como lo amaba con la pasion de
una primera sensacion , le seguí con verdadero placer. ¡ Oh, si, le
amaba con frenesí, y le amaré siempre !... ¡ Era tan hermoso y noble!
Instalóme en una soberbia casa, ricamente adornada, con criados,
coches, caballos, y demas accesorios. Dábame cuanto dinero entraba
en su poder ; pero no viendo y pensando sino en él , no hacia aprecio
de su alta generosidad . Lo idolatraba mas que a mí misma, y aun
que lo hubiera intentado alguna vez, nunca hubiera podido resistir
á sus deseos.
Solo ambicionaba ser su muger; segura de su tierna estima, espe
raba que nuestra union se santificaria al pié de los altares ; pero no
lo quiso ; decia para evadirse, que siéndonos mutuamente fieles, es
tábamos legítimamente ligados a los ojos de Dios. ¡ Error funesto,
deplorable doctrinal Sin embargo vivi siete años en su deliciosa
compañía y el cielo ó el infierno nos dió dos hijos inteligentes y her
mosos. Era el mayor un niño en todo parecido a su padre; tenia sus
mismos ojos, su misma frente rodeada de los preciosos bucles de su
dorada cabellera, y su brillante inteligencia. Elisa , mi vivo retrato .
y yo formábamos todo su envanecimiento . ¡ Ah , era aquella una
época de verdadera felicidad ! era completamente dichosa ; ; pero lle
garon luego mis malos dias !
Tenia el padre de mis hijos un primo llamado Butles con quien
estaba íntimamente unido ; la primera vez que le vi meinspiró tal
antipatía, que yo misma no podia esplicármela ; lo llevó á las casas
de prostitucion, le hizo contraer amistad con otra muger, se llenó de
deudas, adquiridas en el juego, y como su abandono y el deplorable
estado de su fortuna le -servian de obstáculo para casarse ventajosa
mente, el miserable Butles le hizo creer que para salir de suapuro no
le quedaba mas recurso sino el de venderle su muger y á sus dos
hijos.
i Consintió Enrique ! ... De allí a poco protestó un viage que debia
durar, decia , algunas semanas ; abrazó muchas veces a sus hijos y
me habló con tan vivo enternecimiento , á su despedida , que llegué i
pronosticar la suerte que nos esperaba, Montú en seguida á caballo y
264
se alejó... yo, anegada en llanto, le seguí con la vista hasta que de
sapareció .
Vino despues Butles á tomar posesion de mí y de mis hijos, pre
sentándome al efecto la escritura de venta . Le maldije como á un
monstruo, diciéndole que moriria antes de vivir en su destable com
pañía ; caí desmayada en el suelo. Recobré el conocimiento al cabo
ví á mi lado prodigándome mil
de algunas horas, abrí los ojos y letrató
cuidadosas atenciones . El malvado de castigarme... y me dijo
despues de algunos momentos de meditacion :
Vuelve en tí, y no abuses : no soy cruel; mas si persistes en
tu resolucion , venderé á tus dos hijos y no los verás jamás. Sabe que
desde el primer dia en que te ví , quedé prendadode tu hermosura
y resolvi poseerte. He prostituidoy arruinado á Enrique, para que
se decidiera á venderte, y me facilitara así el cumplimiento de mis
deseos .
Como tenia las manos atadas , y me amenazaba con la venta de
mis hijos siempre que le resistia, cedí al fin . ¡ Pero cuán triste y
desesperada era mi existencia ! Perseguida constantemente por el re
cuerdo de un amante que habia hecho mi desgracia, veíame obligada
à vivir con un hombre que aborrecia. Complacíame antes en leer,
cantar y bailar con Enrique, mas en mi deplorable situacion todo me
era odioso al lado de mitirano, que al paso que le odiaba, tenia sin
embargo que temerle y hacer cuanto exigia de mí . Era duro é im
perioso, Bitles, con mis hijos. Elisa, de una estremada timidez, su
fria en silencio ; pero el joven Enrique, que tenia toda la nobleza y
>

orgullo de su padre, le faltaba alguna vez al respecto : irrotólo un


dia y el miserable los vendió a pesar de mis súplicas y de impotentes
amenazas .

Todo me abandonaba, y no creia ya en el bien ; maldecia alCriador y


a los hombres, y hubo momentos en que mi tirano tuvo miedo demí.
Su cobardía lo hizo entonces decirme, que si en efecto habia vendido á
mis hijos, podia cuando quisiera volverlos á comprar ; resolucion que
adoptaria si , con mi conducta, me hacia acreedora á tan deseado favor.
Prometile todo cuanto quiso, y me volví á someter á él : mas cierto
dia, al pasar por una casa de correccion, ví á la puerta un numeroso
grupo en medio del cual forcejaba mi hijo contrasus verdugos para
desprenderse de ellos, y habiéndolo logrado corrió á ampararse á mi .
Persiguiéronlo, y unode ellos, cuyosiniestro aspecto no olvidaréjamás,
me dijo, con la voz de una furia , que aunque el cielo y la tierra se
opusiesen ne desistiria en conducirlo á Calabasse para administrarle
una severa leccion. Traté en vano de protegerlo ; sus verdugos lo ar
rancaron de mis brazos llevándose hasta la mitad del vestido á que
estaba asido mi desconsolado Enrique . Les ofrecí dinero si le perdo
naban , y a pesar de todas las seducciones que empleé en su favor,
no hubomedio de salvarlo .
Desesperada corrí precipitadamente á mi casa para suplicar á But
les que intercediera por el desgraciado jóven.
i Seria chistoso ! me respondió ; tu hijo merece ese tratamiento;
265

tiene necesidad de bajar la cerviz, y cuanto antes se reduzca, será


mejor.
Parecióme que el mundo entero habia caido sobre mí en aquel mo
mento ; furiosa como un tigre , advertí un cuchillo de caza sobre una
]]
1
mesa, volé frenética á empuñarlo é iba á precipitarme sobre el móns
truo que causaba todas mis penas , cuando subiéndome la sangre á
1
la cabeza , se me oscureció la vista y desfalleci... desde aquelins
tante ignoro lo que fué de mí. Solo. sí me acuerdo que, al recobrar
el conocimiento, me ví tendida sobre una cama que habia en uno de
los cuartos de la casa, y á mi lado á una negra anciana que me su
1 ministraba los medicamentos que el dcctor me habia propinado.
Vino éste al cabo de algunas horas y, hallandóme mejorada, pres
cribió los mismos remedios y se marchó. Habia salido Butles, de
jando órden para que se me vendiese , única razon que motivaban
las cuidadosas atenciones que me prodigaban. Aunque me deseaba
la muerte, habiendo recobrado , bien á pesar mio la salud, pude, en
fin , levantarme . Me bacian vestir con mis mejores galas , para pre
sentarme elegante á los traficantes de sangre humana que, fumando
su cigarro, venian á ajustar la bestia . Estaba tan triste y taciturna que
nadie me queria ; mas se me amenazó con una fuerte paliza si no hacia
todos mis esfuerzos para mostrarme amable y jovial. Por último, un
capitan, llamado Stuart , manifestó en mi favor cierta inclinacion, y
adivinando el origen de mis tormentos , trató con maneras tiernas é
insinuantes de saber la historia de mis desgracias, que le referí al
punto con la mayor exactitud. Me compró, prometiéndome que haria
cuanto estuviera á su alcance para hallar á mis hijos. Como me lo
babia prometido, so dirigió en seguida a la propiedad en donde vivia
mi Enrique. Pero, vendido pocos dias antes á un ricacho de las in
mediaciones del Perle, no pudo encontrar sus huellas. Desde aquel
triste momento no he vuelto a saber del infeliz. Mi hija, que se edu
caba con esmero por su bondadosa ama, no pudo ser habida ; por
mas que el noble capitan ofreció por ella una considerable sunia, la
buena señora se negó resueltamente á admitir proposicion alguna en
su favor.Impidióle secretamente Butles ,quien cometió hasta la infame
atrocidad de escribirme , que se opondria siempre a la venta de mi
hija, porque liabia llegado a saber, que se trataba de devolvérmela.
El malvado ... terminó su carta diciéndome que renunciara á la es
peranza de hallar jamás á Elisa , y que cesase, por consiguiente, en
dar pasos inútiles para consiguirlo .
Sumamente bondadoso para conmigo el amable capitan , me ins
taló en su magnífica propiedad. Al cabo de un año tuve un hijo;
i Cuanto le amaba ! ... Con todo formé la firme resolucion de no criar á
ninguno; y así cuando contaba quince dias lo tomé con mis brazos ,
lo besé mil veces, lo bañé con mis lágrimas, y despues de haberlo
contemplado con amarga ternura, le dé una pocíon de láudano, lo vol
ví á estrechar contra mi pecho, y se durmió para no despertar ja
más . ¡ Como referirte mi dolor, y mis remordimientos! ¿ Quién hu
biera podigo creer que el error solo habia intervenido en la adminis
23
266 -

tracion del veneno ? Mas mecomplazco ahora, de mi funesta resolucion


porque de aquel modo le liberté de las penas y aflicciones que des
truyen nuestra existencia. ¿ Qué mayor bien podia haber hecho á la
infeliz criatura ? ...
Murió Stuard del cólera ! ¡ Fallecian cuantos amaban la vida ! ¡ Y i
yo que deseaba la muerte quedaba desamparada en el mundo ! Fui
de nuevo vendida, pasé succesivamente de mano en mano ; se mar
chitaron entre tanto mis gracias; me compró en fin ese miserable,
en cuya detestable guarida estamos.
Habia referido Cassy sus aventuras con apasionada elocuencia ;
fascinado por ella, apoyóse Tom sobre sus brazos, y olvidando mo
mentáneamente el dolor de sus heridas, la seguia con la vista mien
tras que la desventurada se paseaba precipitadamente a lo largo do
la habitacion .
Me has dicho, añadió que existe un Dios que lo vé todo . ;i Ojalá
y así seal | Las monjas queme educaron me habian hablado tambien
de un dia de juicio y de venganzas ! Mas apesar de eso los que tienen
fé en esta creencia saben nuestras desgracias, y las de nuestros hijos,
y ninguno se ocupa de impedirlas ó aliviarlas. He ahí porque mi cora
zon abriga un odio capaz de destruir el mundo. Quisiera ver des
plomarse las ciudades aunque quedara sepultada entre sus ruinas.
Si, en el dia del juicio universal compareceré ante la presencia de
Dios para acusará los que han hecho mi desdicha , á los que han per
dido á mis hijos . Teniasentimientos religiosos en mijuventud,y ora
ba entonces ; mas ahora presa del demonio que me impulsa al mal...
No soy ya sino el instrumento de su maldad ... cometeré, en fin, un
horrendo crímen ...
Pronunció estas palabras con demostraciones de locura y un bru
tal delirio, se pintó en sus inflamados ojos.
.
Si, le enviaré al infierno de donde no está lėjos ! prosiguió .
Conmovida por las fuertes impresiones que agitaban su espíritu,
acometiéronla mas convulsiones nerviosas que la bicieron caer por
tierra : revolcábase con frenesí durante algunos minutos, lastimábase
sus miembros, y calmándose por grados, levantóse en fin como si na
da la hubiera sucedido, y dijo á Tom .
¿ Qué puedo hacer todavía en tu obsequio ? & Tienes mas
sed ?...
El acento tierno y compasivo de su voz contrastaba con el terrible I
y colérico que poco ha tenian sus palabras.
Bebió Tom una taza de agua, y mirándola fijamente la preguntó : I
¿ Por qué no acudes alorigen de todobien ?
¿ En dónde está, quién es ? le respondió Cassy.
Acabas de leerlo en mi Biblia .
He visto su sagrada imágen sobre el altar, cuando era jóven ;
mas no está aquí . En esta casa no reinan sino el pecado y la deses
peracion .
Aplicó en seguida Cassy la mano sobre su corazon como si
quisiera arrojar el peso que la oprimia. Procuraba Tom consolarlı, :
pero la desgraciada con ademan imperioso le impuso silencio.
267

No te esfuerzes en vano, y haz por dormirte.


Puso acto continuo agua en la mano del enfermo y se marchó.

CAPITULO XXXV .

LAS PRENDAS DE TERNURA .

Era el salon de Simon Legree una basta pieza á cuyo frente casi
lo ocupaba una colosal chimenea . El papel que en época muy re
mota la adornaha, habia perdido sus brillantes colores y caia por lo
antiguo en mil pedazos que pendian de sus húmedas paredes. Exha
laba aquella cloaca una olor insano semejante alque despidenlas an
tiguas casas que por largo tiempo han permanecido cerradas. Veianse
por todas partes enmohecidas manchas de vino y cerveza , mezcla
das con innumerables figuras y rayas hechas con carbon por la ines
perta mano de losnegros. Ardia en elhogar mezquino fuego aunque
suficiente para templar aquella admósfera infecta , sirviendo tambien
para encender los cigarros y hacer los ponches . En suma, veíanse á
los resplandores de las opacas llamas, amontonados desordenadamen
te, aparejos, y sillas de caballos, bridas y otros numerosos efectos que
servian de cama á una porcion de perros.
Ocupábase Simon en hacer un ponche, y vertia en un vaso de vi
drio el agua caliente que contenia un desportillado puchero de
cobre .
- ¡Maldito Sambo ! decia entre sí. ¿ Porqué me has obligado á
malquistarme con mis nuevos esclavos ? Tom ha quedado incapaz de
trabajar en mas de ocho dias ...
-
- Cúlpate á tí mismo, le respondió una voz que salia del lado
opuesto el en que estaba .
Era la deCassy, que habia entrado durante su soliloquio.
-
iTú aquí, alma en pena !
Sí, pero con resolucion do obrar segun mi voluntad .
No lo creas carcomido esqueleto , porque cumpliré mi palabra.
Prefiero habitar el agugero mas inmundo antes que servir a tus
caprichos .
- ¡ Locura l... Por mas que no lo quieras, tienes que hacer mi
voluntad y sufrir mi yugo , respondióla Legree con tono burlesco . En
fin dejemos los resentimientos á un lado y hablemos como amigos .
Ten cuidado, Simon Legréc, repuso Cassy, cuyos ojos brillaron
268
con siniestro resplandor . Me temes, y tienes razon . Así, toma tus
.

precauciones, porque el diablo me tienta.


No lo dudo, la dijo, empujándola sobresaltado.
Quedó un momento pensativo, y añadió :
Querida Cassy, ¿ por qué no vivimos en buena armonia ? i por
qué no me tratas con tu antigua amabilidad ?
¡Con miantigua amabilidad ! respondió con amargo acento......
Interrumpióse bruscamente viéndose' impotente para espresar las
hondas emociones que la asaltaban .
-- Tenia siempre Cassy sobre Legree la influencia que una mujer
enérgica y apasionada ejerce sobre el hombre mas brutal. Los arre
batos frecuentes y despropósitos de la desgraciada la daban alguna
vez cierto carácter de locura . Tales maneras atemorizaron á Legree,
quien , como todos los hombres ignorantes y groseros, sentia contra
los locos un horror supersticioso . A la vista de Emelina, despertóse en
el corazon de la desgraciada un verdadero sentimiento de honor y
dignidad , y se declaró en su favor contra las seducciones del infame
propietario ; mas éste exasperado la amenazó con mandarlaá trabajar
si no renunciaba á su inoportuno quijotismo. Ofendida Cassy, fué
voluntaraimente la mañana siguiente á desmotar algodon en compañía
de los demas esclavos, queriendo con esto probarle el desprecio que
bacia de sus amenazas .
Legree,sin embargo, estuvo todo el dia sufriendo una secreta agi
tacion.- Cassy habia adquirido sobre él un poderoso imperio, del que
no podia librarse por mas que lo procuraba. Se mostró tolerante y
amable ; mas la mulata, indignada ademas por el inhumano trata
miento que habia dado á Tom , le volvió desdeñosamente la espalda,
y entró en el salon para afearle su bárbara brutalidad.
Quiero, continuó Legree, que te conduzcas bien en adelante.
En tu boca tal consejo ! ¿Qué acabas de hacer ? Todavía no has
tenido el buen sentido de conservar á tus servidores ni aun en el eri
tico momento de la cosecha !
Convengo en que he hecho mal ; nas viendo que Tom me re
sistia abiertamente ,meví en la necesidad de someterlo por la fuerza.
-
Desengáñate ; no lograrás convertirlo en uno de tus verdugos .
¡ No lo someteré !... esclamó enfurecido. Seria el primero de su
raza que se opusiera á mi voluntad. Pero antes, le sepultaria vivo,
como á cuantos intentaran imitarlo.
Abrióse en aquel momento la puerta, y entró Sambo con un papel
en la mano .
- ¿ Qué quieres , vil salvage ? ¿ Qué es eso que traes ?
Es un amuleto , señor ; una de las cosas que los negros compran
á las hechiceras ; lo llevan siempre consigo para no sentir los dolores
del castigo que se les imponga. Tom llevaba este paquete pendido de
su cuello .
Legree sumamente supersticioso, como todos los hombres crueles,
desplegó el paquetito con temerosa inquietud : sacó de él un peso
ſuerte
dedos
y un bucle de rubios cabellos que se enlazaron entre sus
.
- 269
i Maldicion ! esclamó dando una patada en el suelo. / De dónde
viene este bucle ? ¿Por qué me lo has traido ?
Al decir estas palabras arrojó el pelo al fuego, y lanzó con toda su
fuerza el peso fuerte por la ventana. Cassy, que se disponia á salir,
quedó estupefacta, y Sambo, que no sabia á que atribuir las insen
satas demostraciones de su amo, permaneció como una estátua con
la boca abierta .
i No vuelvas á traerme cosas diabólicas ! dijo Legree al esclavo,
amenazándole , Marchóse Sambo despavorido . Cuando Legree se vió
solo , avergonzado de sus pueriles alarmas, se arrellenó en una silla
y saboreó un vaso de ponche. Aprovechó Cassy este momento para ir
al cuarto de Tom y socorrerle, segun ya hemos referido á nuestros
lectores .
¿ Qué sentia Legree ? ¿ Qué influencia invisible podia tener un bu
cle para intimidar á un hombre tan cruel é insensible ? Para respon
der a estas preguntas debemos recurrir á la primera página de su
historia .
Este hombre sin Dios ni religion , a pesar de toda su dureza, habia
sido criado por una madre que le cantaba himnos piadosos: su abra
sadora frente habia sido purificada por las aguas del bautismo; una
muger de rubia cabellera le educaba haciéndole asistir á las funciones
religiosas que se celebraban en la iglesia .
Habitaban sus padres en la Nueva - Inglaterra : amábalo su madre
con frenesí; mas Simon , siguiendo el ejemplo de su padre, se habia
hecho tiránico, soberbio, impetuoso ; despreciaba los consejos de su
madre, y hacia siempre su caprichosa voluntad. Embarcose muy jóven
todavía , y anduvo largo tiempo corriendo aventuras. Al cabo de pro
longada ausencia, regresó a la casa paterna ; y, como su madre le
amaba tiernamente, le rogó y suplicó una y mil veces para que re
nunciase a una vida tan peligrosa. Dia de gracia para Simon, la
misericordia divina le tocó en el corazon y le tendió los brazos.Com
batió durante algunos meses sus malas inclinaciones, mas triunfando
enfin el mal , se lanzó de nuevo en la senda de los desórdenes . Cierto
dia, en que su madre puesta de rodillas á sus piés le suplicaba con
las lágrimas en los ojos para que se corrigiese, la castigó de tal ma
nera, que la dejó tendida por tierra, desmayada, y, abandonándola
bárbaramente, corrió al puerto, y se embarcú en un buque que iba á
darse á la vela . Habia ya olvidado á su infeliz madre, cuando una
noche, hallándose en una orgía , le entregaron una carta. Abriúla en
2
seguida,, y sacó un largo bucle de cabellos, que tambien se enredaron
entre sus dedos . Anunciábanle en aquella carta que su madre habia
muerto perdonándole.
Generalmente engendra el mal una especie de fastasmagoria que
transforma en espectros las cosas mas inofensivas y respetables. La
pálida imágen de una madre tierna, su perdon y sus hendiciones ,
produgeron en el corazon deLegree el efecto de una terrible conde
nacion . Quemó la carta y los cabellos, y al verlos arder en las llamas ,
representósele el juicio final, y se estremeció á la idea de los fuegos
23 *
270
eternos. Quiso ahogar aquellos importunos recuerdos con vino y li.
cores ; pero en el silencio de la noche, en el momento en que una
solemne calma impele la mente del impío á meditar en el abismo de
sus crímenes , vió a su madre á la cabecera de su cama con el fatal
bucle enredado entre sus dedos . A su terrible aspecto, un sudor frio
cubrió todo el cuerpo del hijo desnaturalizado; mas por una fatalidad
inconcebible maldijo su existencia, y se levantó espantado. Vosotros
que os admirais al ver que Dios es un puro amor, un fuego inmacu
lado į no veis así mismo que, para el alma avezadaen el mal, el amor
perfecto es un tormento espantoso , una sentencia fatal, el último ar
ranque de la desesperacion ?
¡ Qué el diablo se lo llevel decia Legree apurando un vaso de
ponche. Esto parece absolutamente á... Suponia haber olvidado ya
tan amargo recuerdo, pero veo que es dificil... Estoy solo, y voy á
llamar á Emelina ; es verdad que me detesta con todo el alma;
pero poco importa, la reduciré, y al fin , por mas que le pese, acep
tará mis caricias.
Levantosé Legree, y dirigióse hacia el vestíbulo; mas al subir el
primer escalon oyó cantar una voz que le pareció estraña y fantás
tica, sin duda porque sus nervios se ballaban agitados por las diversas
impresiones que poco antes le habian combatido. Parøse entonces, y
prestando oido al eco de melodiosa armonía , conoció que se ento
naba un himno muy comun y conocido entre los negros, que con
cluia así :
El llanto y el dolor cesarán el dia en que el Salvador del mundo,
sentado sobre su celeste trono, juzgue á los mortales. »
-

- Locamaldita ,esclamó Legree, perecerás por mi mano ... 1 Eme


lina , Emelina ! ..
Por mas que se desgañitaba, el eco solo respondió al sonido de su
ronca voz ; entre tanto seguia el canto en estos términos :
« Pocos son los escogidos... El juicio será severo, y el hijo, sepa
rado de su madre, no volverá á verla jamás.
« El llanto y el dolor cesarán el dia en que el Salvador del mundo,
sentado sobre su celeste trono, juzgue á los mortales . »
Estremecióse Legree ; batia su corazon con violencia y un sudor
frio bañaba todo su cuerpo. Llegó hasla creer que una fantasma
blanca habia pasado delante de él y , aterrorizado, se preguntó si no
era aquella sombra la imágen de su madre.
Volvióse enseguida tembloroso y vacilante, pasó al salon, y arro
jándose sobre una silla , se dijo : ro

No hay remedio ... Asílo ordena el cielo ! Cesaré de atormentar


á Tom ... ¿ Qué necesidad tenia yo de ese maldito papel ? Desde que
tuve en mis manos ese bucle fatal, me parece que estoy hechizado ... i
Mas en dónde está? ¿ Qué he hecho de él ?... ¡Ah , sí ... lo consumió
el fuego,... pero es imposible ... ¿ Quién puede dudarlo ? De ninguna
manera
muertos...
!
¡ el pelo no puede separarse por sí solo de la cabeza de los
- ¡ Ah , Legree, cuán cncantadora era la preciosa trenza ! ‫¡ܐ‬Hades
-
271
pertado en tí los remordimientos que vanamente combatias, y su
mágica influencia debia quizá suspender tus furores !
Silvó Legree á sus perros, gritando : Levantaos y venid á hacerme
compañía . Mas sus perros abrieron sus entorpecidos ojos y volvieron
Já cerrarlos en seguida .
Quiero alejar de mi imaginacion tan deyorantes ideas, y voy á
llamar Sambo уy Quimbo.
CH Y poniéndose el sombrero salió a la galería esterior y los llamó.
Tenia Legree la costumbre, cuando estaba de buen humor, admi
i tir en su salon á sus dos satélites para que le divirtieran : al efecto
hízoles beber copiosamente, cantar o mas bien gritar, bailar ó luchar
segunlos caprichos del momento.
Hácia las dos de la mañana, al volver Cassy de su caritativa vi
sita, oyó salir del salon gritos salvajes, cantos báquicos mezclados
con el ladrido de los perros, y de otros indicios de un general tu
multo. Paseó su vista escrudiñadora por toda la habitacion y vió al
amo y á los dos esclavos en un estado de furiosa borrachera, hacién
dose reciprocamente grotescos y espantosos gestos. A tan vil espec
táculo los ojos de Cassy tomaron una espresion feroz. ¿Seria crímen ,
se preguntó, libertar la tierra de semejantes malvados ?
Alejose precipitadamente, subió las escaleras y llamó á la puerta
del cuarto de Emelina

CAPÍTULO XXXVI.
EMELINA Y CASSY .

Pálida de terror, sentada en el ángulo mas apartado de su habita


cion encontró Cassy á Emelina. Creyendo que era su perseguidor
lemblaba ésta deespanto; pero al reconocer a su amiga , levantóse
y corrió á recibirla.
¿ Eres tú ? ! Ah, y cuanto me alegro de verte ! Temia no fuera ...
pero que infierno esta noche ; diríase que todos los diablos se habian
reunido en el salon .
No es por cierto la primera vez que he notado el mismo ruido .
Dime Casy ; ¿podria escaparme del poder de Legree ? Poco me
importa el sitio que me haya de servir de abrigo ; en los bosques, en
medio de las serpientes , á donde quiera como no permanecer en esta
maldita casa.
No nos queda otro asilo, sino la tumba .
¿ Has intentado ſugarte alguna vez ?
No ; pero sé que otros no han podido lograrlo .
272

Prefiero vivir como las bestias, á tener que sucumbir a ese inal
vado .
-

Muchos somos de tu dictámen ; pero es imposible errar por los il


bosques y llanuras; los perros te descubririan y entónces... IE
¿ Qué haria ?
Ha sido educado entre los piratas de las Antillas. Te horroriza
rias y no dormirias si te refiriera las monstruosidades, que él me ha
contado con fatídica complacencia . He oido muchas veces dolorosos
gemidos, cuyo triste recuerdo me han atemorizado por largo tiempo.
Examina si quieres · saberlo el tronco ennegrecido de un árbol del
inmediato bosque cuyo pié se halla cubierto de amarilleutas cenizas,
y pregunta despues á cualquier esclavo, lo que allí se ha ejecutado,
y verás sise atrevená responderte.
10 Dios mio ! ¿ Un crímen ?
No te lo diré ; bástete saber que no puedo pensar en ello sin
estremecerme .
- ¡ Qué triste situacion la mial exclamó palideciendo. Oh , Cassy,
-

por piedad, aconséjame!


Haz como yo ; maldice á tu amo, y resistele cuanto puedas .
Ha querido obligarme á beber Rom y detesto ese licor. Ademas
mi madre me recomendó que no lo probara jamás.
Debistes beber.Tambien yo detestabalos licores, y ahora no
puedo pasarme sin ellos. Está una ménos triste después de haber
bebido. Por otra parte yde qué sirven muchas veces las recomenda
ciones de las madres ? Hassido comprada y pagada, y toda entera
perteneces a tu amo . Este es el hecho. Así pues bebe, cuanto aguar
diente puedas, y tus penas serán mas llevaderas.
- ; Oh Cassy, compadécete de mi desventura !
6Piensas acaso que no te compadezco ? i Ignoras que tengo una
hija ? ¡ Dios sabe en donde se halla ahora, y quién es hoy su posee
dor ! Recorre sin duda á estas horas el mismo camino porque ha pa
sado su madre, y que sus hijos seguirán un dia . Tal es nuestro fu
nesto destino !
¡Ah y cuanto diera por no haber nacido !
Otras veces he deseado lo mismo ; y en este momento acabaria
con mi vida si tuviera valor para darme la muerte .
· Es un crímen el suicidarse.
· En efecto, así me lo enseñaron las monjas cuando estaba en el
convento, en donde me hicieron conocer otras verdades que me hat
cen temer la muerte. Si no tuviéramos nada que temer ó espera
despues, entónces...
Volvió la cabeza Emelina, y se ocultó el rostro con las manos .
Dormia Legree entretanto. No estaba dado al vicio de la embrid
guez. Su fuerte organizacion podia soportar los mayores escesos;
un instintivo cálculo le impedía conservar muchas veces la razon .
Empero los desesperados esfuerzos que aquella noche hizo para desa
terrar los remordimientos que le asaltaban, contribuyeron sobre ma
nera á ponerlo en el repugnante estado en que yacía.
Cómo puede atreverse el malvado á penetrar en los misteriosos
1 - 273
actos del sueño, en esa region de las sombras en que pequeños lími
tes nos separan solamente de la eternidad ? Soñaba Legree que una
figura cubierta de un velo blanco, se acercaba á él , y que poniéndole
sus frias y delicadas manos sobre las espaldas le decia i Legree, cor
res á tu pérdida; medita sobre tu vida, y corrígete ! Estremecióse á
estas palabras . Permanecia todavía la sombra impasible a su lado, y
observó que un bucle de cabellos rodeandose entre sus dedos, subía
insensiblemente hacia su cuello, y se lo apretaba fuertemente. No
podia respirar ; sofocaban su corazon los murmullos que oia á su al
rededor. Parecíale que Cassy le empujaba con risa infernal á un es
pantoso abismo de cuyo seno mil manos negras se levantaban para
precipitarlo en las profundas cavernas . En aquel augustioso momento
descubrióse la sombra y el malvado reconoció a su madre que apar
taba la vista por no verlo caeer desde lo alto del precipicio , en me
dio de las carcajadas y demostraciones de júbilo de los demonios.
Despertóse en aquel instante Legree cubierto de un sudor frio , se
mejante al que anuncia la muerte de un moribundo.
Éntraban por la ventana entonces los encarnados resplandores de
la aurora. La estrella de la mañanacomo un ojo celeste, resplande
cia sobre el culpable sobre lo alto del purpúreo firmamento . ¡ Qué de
Picioso frescor, qué encanto no ofrece la llegada del dia al que sabe
contemplarlo !En fin la naturaleza entera gritaba alinsensato !
- Aún tienes tiempo , aprovéchalo si quieres aspirar á la gloria
de la inmortalidad .
No oyo aquella mágica voz Legree. ¿Qué caso hacia él de las ma
ravillas que en las mañanas claras y brillantes de la primavera, se
desplegan con toda la pompa y la majestad de la naturaleza indicando
el poder é inmensidad de un Dios creador? ¿ Qué le importaba la
presencia de la estrella que el verbo encarnado habia escogido por
emblema ? Semejante a los brutos, veia sin comprender. Levantóse
pues como un autómata y llenando un vaso de agurdiente se bebió
la mitad de un sorbo.
i Qué mala noche he pasado ! dijo á Cassy que acababa de en
trar en aquel instante.
- No será esa la sola mala noche que pasarás ; le respondió se
amente .
- ¿Qué dices, desgraciada ?
Ya lo sabrás mas tarde . En este momento tengo que darte un
consejo , Simon .
¡ Ciertamente !
Soy de dictámen , de que debes dejar en paz á Tom , repuso
on tono firme.
¿Por que te mezclas en lo que no te importa ?
No sé en verdad , porque hablo de él . Pero , si has pagado por
n hombre mil doscientos pesos fuertes solo con el fin de inutilizarlo,
n el momento mas urgente de la cosecha, entonces nada tengo
rue decirte. Sim embargo he hecho en su favor cuanto me ha sido
osible .
Has hecho mal .
274
He querido, asistiendo á cuantos esclavos has maltratado, eco
nomizarte algunos miles; y tal interés por tu fortuna no merece cier
tamente tu resentimiento . Por otra parte, conduciéndome de esa ma
nera, no he tenido presente sino el que ganes la apuesta que hicis
tes hace poco con Mr. M ... presentando en el mercado mejor cosech
que él.
Legree, así como el mayor número de los propietarios, tenia á gal
el recoger la cosecha mas abundante de la estacion. Habia apostadi
con varios habitantes de la ciudad mas próxima de su casa el presen
tar las mas ricas muestras de algodon que se vieran en el mercado
y Cassy con el tacto que es tan comun en las mugeras supo to
car la única cuerda que podia vibrar en el ambicioso corazon d
su amo .
-
Pues bien , olvidaré lo que ha hecho, á condicion que me ha de
pedir perdon, y prometerme comportarse mejor en adelante.
Se negará á ello.
¿Cómo?
No tengas duda.
‫ܬ‬En qué fundas ese acerto ? preguntu desdeñosamente.
- El sabe que tiene razon y se negará á decir lo contrario.
Qué mire lo que hace ; porque......
En ese caso le impedirás que trabaje en este momento tan cri
tico de la cosecha, y perderás la apuesta.
Yo conozco a los negros y cederá. Verás , pues , como ante
de veinte y cuatro horas queda mas humilde que un manso corden
-
No lo conoces Simon ; lo matarás antes que consigas su supues
ta retractacion.
- Te engañas neciamente, y sino dónde
‫ܬ‬ está ?
Aunque Legree hablaba con firme resolucion , desconfiaba sin en
bargo. Sus ensueños de la noche precedente y las insinuaciones
Cassy le habian desconcertado. En tal concepto tomó el partido
verse secretamente con Tom , y dejar para ocasion mas favorable ,
ejecucion de sus planes de venganza , dado caso que las amenaz
que iba á poner en aquel momento en juego no lograsen intimidarl
Iluminaban los resplandores del alba la húmeda y negra habita
cion donde Tom yacia ; meditaba el desgraciado sobre su presente
futura situacion , y al contemplar las glorias del Señor creyóg
aquellas palabras del salmista : « Yo soy el vástago de la casa
David , la luz y la estrella de la mañana .
El consejo y las amonestaciones de Cassy , lejos de intimidas al
clavo, le comunicaron nuevas fuerzas. Ignoraba şi estaba cercano
último dia , y sin embargo lo deseaba con todas sus fuerzas. Cu
placíase en pensar que antes que el sol hubiese concluido su ca
ra , quizás se veria ya en la presencia de Dios para gozar los divi
resplandores que tantas veces le habian estasiado. Las coronas,
palmas , la celestial música , los ángeles , el arco iris, el trono
Eterno, en fin toda la corte de un Dios omnipotente y bueno, le !
maba á la gloriosa mansion de los infinitos placeres ; así pues , em
275
bida su alma en ideas tan superiores y consoladoras , oyó sin estre
mecerse la voz de su perseguidor.
Vamos , Tom , le dijo Legree dándole con el pié : ¿Cómo estás ?
¿No te habia prevenido de lo que te habia de suceder , si no hacias
>

mi voluntad ? ¿ Continuarás todavía en tu resolucion , y dispuesto a


echarnos sermones ?
Guardó silencio el esclavo.
¡ Levántate bestia ! le intimó el propietario dándole un segundo
puntapié.
Debil y cubierto de llagas, hizo Tom desesperados esfuerzos para
levantarse. Legree gozaba y se reia al verle luchar con su postra
cion ; pero apesar de tamaña ferocidad , el esclavo impasible se le
>
vantó sereno .
Mirólo Legree de piés á cabeza , y despues de haberlo considerado
algunos momentos continuó :
No te han dado tan fuerte correccion como lo habia mandado .
Pero te préservaré de ella , por esta vez . Así pues ponte de rodillas y
pídeme perdon de tus faltas.
Permaneció Tom inmóvil como una estátua .
- Te he dicho que te pongas de rodillas, volvió a repetir Legree,
dándole un latigazo.
- La santidad de mi conciencia me obliga a desobedecerte, res
pondió Tom : He cumplido con mi deber y lo cumpliré siempre que
se presente la misma ocasion : Sepa Vd. que aunque me cueste la
vida, nunca cometeré acto alguno de crueldad .
Tio Tom , tu ignoras todavía lo que te puede suceder. ¿ Qué di
rias si te hiciera atar al tronco de un árbol , y te qucmase á fuego
lento ?
-
-Señor, repuso el desgraciado cruzando las manos. Sé de cuan
to es Vd . capaz; mas tambien sé, que aun cuando puede destruir mi
cuerpo con el género de suplicio que se le antoje , mi alma exenta
de su barbaridad volará á la inmortalidad . Allí Dios recompensará
mis virtudes .
Estas palabras que reanimaban las fu zas del negro, fueron otras
tantas víboras que destrozaron el corazon del propietario. Rechina
ban sus dientes y la cólera que le dominaba le embargó las palabras.
Pero Tom , á semejanza de un hombre que se salva de un mágico on
cantamiento prosiguió con voz firine :
Señor Legree : Como propiedad de Vd . , segun las leyes, seré
siempre su fiel y respetuoso servidor . Le consagraré todas mi facul
tadas, y toda mi vida ; mas jamás entregarémi alma á un hombre.
Oservaré, ante todo, los mandamientos de Dios ; que no quepa á Vd .
duda de ello . Como no temo la muerte, pues la espero cori sereni
dad, puede hacerme morir de hambra ó de sed , puede Vd . quemarme
vivo, y aplicarme los castigos que el infierno sugiere á los mortales,
pero le advierto, que así solo conseguirá abreviar mis penas, y faci
litarme mas pronto el camino de la mansion á donde ambiciono ir .
Mas antes, gritó Legree enfurecido, te obligaré a ceder.
De ningun modo, porque seré socorrido .
276
- ¿ Por quién ?
Por Dios todo poderoso.
-1 Miserable ! le apostrofó Legree enfurecido.
En seguida le pegó mos cuantos puntapiés y bofetones у arrastró
por el suelo al desgraciado.
Pusose en aquel momento una mano sobre la espalda de Legree ;
volvió la cabeza y vió á Cassy. Esta suave y fria impresion le re
cordó el ensueño de la noche; llenóse entónces su imaginacion de
fantasmas , y apoderándose de él el terror pánico que le habia afli
gido pocas horas antes, volvieron á renovarse sus angustiosos te
mores .
-¿Estás loco ? le dijo Cassy en francés ; déjalo en paz ; queda á
mi cargo el cuidarlo para que vuelva al trabajo. Ya te habia adver
tido de su resistencia .
Así como el cocodrilo, y el rinoceronte, cubiertos de una piel, que
resiste a las balas, tienen su parto vulnerable; los hombres réprobos,
sin fé y sin ley tienen del mismo modo un lado sensible que les es
panta , anonada ; el terror supersticioso .
- Haz lo que mejor te parezca, le respondió Legree, y dirigiéndose
al esclavo añadió : Te perdono por ahora Tom , porque tengo nece
sidad de todos los brazos de la casa, pero no te olvidaré jamás ,
pues estoy resuelto á que me pagues con pedazos de tu negra piel
todas tus insolencias.
Al concluir su amenaza se marchó.
- Tú tambien tienes una cuenta que arreglar, le dijo Cassy si
guiéndolo con la vista. Y tú , mi querido amigo. ¿ Te hallas mejor ?
El Señor ha mandado un ángel, y ha cerrado por esta vez la
boca del Leon .
-

Sí, por esta vez , repitió Cassy : Mas ahora que has escitado su
cólera, te persegạirá de cerca y derramará tu sangre gota á gota.
1 Conozco al infame !

CAPITULO XXXVII.

LIBERTAD .

Dejemos por un momento á Tom entre las manos de sus persegui


dores, para ocuparnos de Jorge yy de su muger áá quienes hemos de
jado rodeados amigos
de en una finca situada a la orilla del camino
real ,
Movíase con horribles convulsiones, Tom Loker, gimiendo sobre
277
un lecho de inmaculada blancura, y la tia Dorcos que le asistia, le
hallaba tan intratable, como á un bisonte enfermo.
Imaginese una mujer de bella estatura, y de maneras dignas y
amables à la vez ; con una papalina de olan que cubria su cabeza
argentina, mostraban sus brillantes y vivos ojos el aplomo y re
flexion. Cubria su hermoso pecho un pañuelo de crespon liso, y su
vestido de seda amarilla, dejaba oir, siempre que iba de un lado á
otro de la habitacion el ruido de su dulce roce .
i Peste ; esto es insoportable ! dijo Tom Loker, separando las
sábanas.
- Sufre con paciencia, querido amigo, le respondió la tia Dorcos
al mismo tiempo que arreglaba la cama.
- Trataré de corregirme; pero como hace tanto calor no puedo
ménos de impacientarme .
Quitó entónces el cobertor, volvió a estender las sábanas dando
al enfermo el aspecto de una crisálida.
- Vuelvo á recomendarte que te reprimas y no blasfemes.
¿ Para qué sirve eso ? Al diablo con tanto ropa . En cuanto á
reprimirmedebo decirte que he hecho siempre mi voluntad .
Puso entonces la cama en el mayor desórden :
-

¿Ese hombre y esa mujer permanecen aquí todavía ?


Sí, respondió la tia Dorcos.
Mejor harian con marcharse al otro lado del Lago .
Así piensan hacerlo .
- Escúcha; ¿ Sabes que podemos contar en Sandusky con los
corresponsales que administran nuestras embarcaciones ? Pues bien ,
deseo que se marchen por ese lado, para que el infame Marks so
desconcierte y pierda el derrotero.
¿ Has olvidado mis recomendaciones ?
Čuando las botellas están muy tapadas, estallan generalmente.
Esa mujer, debe disfrazarse si no quiere caer en poder de sus perse
guidores que tienen las señas de la infeliz.
-
Ya pensaremos en ello cuando llegue el caso , repuso la tia
Dorcos con la calma que la caracterizaba.
Como tenemos la intencion de despedirnos de Tom Loker, termi
naremos su historia, diciendo á nuestros lectores que pasó tres se
manas en compañia de los cuakeros en donde un reumatismo agudo
aumentó sus dolores. Salió de la cama mas pacífico y prudente que
cuando enfermo. Tomó una firme resolucion de no ocuparse jainás
en la persecucion de los esclavos, y fué enseguida á establecerse
en una colonia que se organizaba por aquella sazon , en donde se
ocupó en la caza de las bestias feroces que habitaban los bosques.
Adquirió una merecida reputacion de cazador, y hablaba siempre
con respeto de sus bienhechores ; son unos hombres de bien ,
decia ; han querido convertirme mas no lo han conseguido conple
tamente .
Juzgaron prudente , segun el aviso de Tom Loker separar á los
fugitivos. Jim y su madre partieron primero , y dos días despues
24
278 -
fueron secretamente conducidos Jorge, Elisa, y su niño á Sandusky
en donde permanecieron ocultos en casa de ciertos amigos, espe
rando el momento de embarcarse y pasar el lago Erié.
Pronto recogió la noche su manto y la estrella de la libertad bri
Nó para los desgraciados.
i Libertad ! ; palabra mágica ! ¿No eres mas que un vano nombre,
una figura de retórica ?
¿ De dónde proced », americanos, que vuestro corazon palpita al
oir la hechicera palabra en cuyo obsequio vuestros padres han derra
mado su sangre, y que vuesiras madres mas heróicas todavía, con
sentian en ver sus nobles hijos morir en su defensa ? Lo que un
pueblo entero ama , no puede así mismo quererse porun individuo ? La
libertad de una nacionno es otra cosa sino la franquicia general de
los hombres que la componen . Y sino decidme . ¿ Qué era la libertad
á los ojos de nuestro Jorge Harris á quien vemos delante de nosotros
con los brazos cruzados sobre su robusto pecho, sus brillantes ojos,
que reflejan la inteligencia, y sus mejillas animadas por la sangre
africanaque circula en sus venas ? Segun vuestros padres, la liber
tad es el derecho de constituirse en nacionalidad. Segun Jorge era
el derecho de ser hombre, y no ser tratado como las bestias, de lla
mar muger a la compañera que eligiera su voluntad, y de proteger
la contra la violencia ; el derecho de educar sus hijos, de tener su
hogar doméstico, una religion y un carácter libre é independiente de
la voluntad de cualquiera otro .
Todos estos pensamientos se agitaban en la imaginacion de Jorge,
mientras que apoyada la cabeza sobre sus manos contemplaba á sú
muger disfrazada de hombre con cuyo traje debia verificar su
huida .
-¿No es lastimoso, dijo Luisa, el verme en la imperiosa necesidad
de sacrificar mi mas bello adorno ? Acto continuo se puso al toca
dor y se cortó la mejor trenza de pelo que jamás se habia visto en
muger alguna .
i Consumóse el sacrificio ! y volviéndose hacia su marido, aña
dió ! ; Quéte parezco ? ¿ Por ventura, no soy ahora un hermoso jó
ven ? No tengas cuidado, pues haré mi papei á las mil maravillas.
De cualesquier modo que te disfraces, serás siempre hermosa,
la respondió Jorge .
¿ Por qué estás tan meditabundo ? ¿ No nos hallamos á veinte y
cuatro horas del Canadá ? Llegaremos, con la proteccion de Dios á
Ja tierra de promision sanos y salvos,en menos tiempo del necesa
rio, querido mio, no lo dudes. S
Eres sumamente bondadosa, Elisa, y Dios está contigo, repuso
Jorge, apretándola convulsivamente la mano. ¿ Pero tocamos al tér
mino de nuestros largos y penosos sufrimientos ? ¿ Serémos, en fin,
libres ?
Estoy segura, dijo Elisa con entusiasmo. El Señor va hoy mismo
á sacarnos de la servidumbre.
Hago esfuerzos para creerte , respondió Jorge, levantándosen
bruscamente. ¡ Vamos, partamos ! añadió : ponte el sombrero . ¡ Ah,
279
jamás te he visto tan hermosa / se me habia olvidado . ¿ Se ha ocupa
do laseñora Smit del dizfraz que ha de llevar el niño ?
Entró en aquel momento una muger de un respetable aspecto , lle
vando de la mano á Enrique vestido de niña.
- ¡ Qué niña tan hermosa, parece ! dijo Elisa. La llamaremos En
riqueta. ¿ No es este un escelente nombre ?
Miró el niño gravemente a su madre disfrazada de hombre y suspi.
rando de vez en cuando, guardó un profundo silencio .
-

& No reconoces á tu mamá? le preguntó Elisa dándole la mano .


Enrique lejos de correrhácia su madre se refugió timidamente en los
brazos de la anciaria señora .
- Vamos, Elisa, dijo Jorge. ¿ Por qué lo acaricias, sabiendo que
Eno ha de venir con nosotros ?
-

- Conozco que hago mal ; mas no puedo contenerme... ¿Dónde


está mi capa ? Jorge, enseñame como se lleva.
- De esta manera ; respondió su marido, poniéndola la capa .
Ahora, continuó Elisa, debo marchar de un paso largo уy firme
y adoptar los modales de un jóven tronera.
No, querida mia ; tú eres un joven modesto y bien educado ; así
harás mejor tu papel .
-¿Y estos guantes ? ; Jesus, y qué grandes son ! ¡ Mis manos se
pierden en ellos !
No te los quites para nada ; pues tus delicadas manos podrian
venderte. ¿ Señora Smith, Vd. no olvidará que ese niño es desde aho
ra su sobrino ?
- Segun he llegado a entender, respondió parece que todos los
capitanes de buque han recibido vuestra requisitoria.
Pues bien , si por casualidad los encontramos les daremos noti
cias positivas de los desgraciados.
Un coche de alquiler se detuvo en aquel momento en la puerta, y
toda aquellabondadosa familia, les acompañópara despedirlos. La
señora Smith, habitante del Canadá regresaba a su casa, y esta fa
vorable circunstancia facilitaba en gran manera la huida de los pros
criptos. Al llegar al muelle, Elisa dió el brazoá la señora Smith para
entrar en la embarcacion , mientras que Jorge fué á registrar los equi
pajes. Hallándose pues con este objeto en eldespacho del capitan, oyú
á dos hombres que decian :
He examinado con atencion á todos los pasajeros, y puedo ase
gurar á Vd. que sus recomendados no se han presentado aquí.
Era uno de los dos interlocutores el escribiente del capitan, y el
otro Marks quien con tenaz perseverancia les habia perseguido hasta
Sandusky, quærens quos devoraret .
- Essumamente dificil, respondió Marks poder distinguir á la mu
ger, pues en nada se diferencia de las blancas. El esclavo es un mu
flato
uegclaro ; tiene sobre sumano derecha la letra H, marcada con
o.
Tomó Jorge en aquel momento los billetes. Tembláronle las ma
nos un poco; mas volviendose con frialdad , miró á Maks con indi
280

ſerencia,y se dirigió con aparente calma hacia la parte del buque, en


dondeElisa le esperaba,
Habíase refugiado la señora Smith, con el niño Enrique, en el ca
marote de las mugeres ; allí la hermosura de la fingida niña escitaba
la admiracion de las pasageros .
Al dar la campana la última señal para hacerse á la vela, tuvo
Jorge la viva satisfaccion de ver á Marks volverse á tierra . Entónces
ya no temió, y llegó á persuadirse que la Providencia en fin iba á
concederles un viage feliz .
Hacia un dia magnífico ; las azuladas ondas resplandecian a los
rayos del sol, y una fresca brisa impulsaba la embarcacion, haciéndola
navegar con la mayor rapidez. , Mas cuántos misterios no se ocultan en
el corazon humano ! Aunque al parecer se paseaba tranquilamente Jor
go al lado de su tímida compañera, hallábase sin embargo presa su
alma de las mas crueles angustias; temia perder la dicha que le es
peraba, y que su disgracia viniese á arrancársela de las manos en el
momento mismo de apoderarse de ella . Habian transcurrido algun
horas, divisábanse las costas del Canadá , - costas privilegiadas y ·
tienen el mágico poder de romper los lazos de la esclavitud , -- acero
banse á la villa de Amherstburg, situada a la estremidad occider
del Lago, y Jorge, estremecido, tomó á sú muger del brazo, y
estrechó contra su pecho . Cubriéronse sus ojos de un espeso ve .
apretó silenciosamente su fina y trémula mano, y dijo entre sí .
Dios mio,elgracias.En
detúvose buque . este instante oyóse el sonido de la campani
Sin saber lo que se hacia, tómo Jorge su equipaje , reunióse cu i
sus compañeros, y desembarcó. Esperaron tranquilos hasta que
dispersaron los pasajeros y demas gentes que acuden comunmente e
desembarcadero ; estrecháronse entónces entre sus brazos, y p
trándose en seguida de rodillas en compañia de la señora Smi
elevaron sus corazones á Dios, y le tributaron las mas piadosas gi
cias por el singular beneficio que acababa de concederles.
Condujo la señora Smith á sus amigos á la morada hospitalaria
un caritativo misionero que la solicitud cristiana habiaestablecido
alli, para amparar á los esclavosfugitivos, que generalmente buscan
un refugio en aquellas privilegiadas playas.
¿ Quién es capaz de esplicar las dulzuras del primer dia de liber
tad ? ¿ No tenemos , ademas de los cinco sentidos, otro de un órden
superior, que se llama libertad ? ¡Respirar, hablar, ir, y venir con
completa independencia ! Es imposible, en fin, describir el gozo que
esperimenta un hombre libre al verse protegido por las leyes que le
conservan y garantizan los derechos que la misma naturaleza le ha
conferido. ¿ Con qué ternura pues, no contemplaba Elisa á sú que
rido hijo dormido en su seno? ¡Ambos esposos no tenian casa ni
hogar ; habian gastado hasta el último centavo , y estaban desprovis
tos de todo, y sin embargo se creian felices !
- ¡ O vosotros quearrebatais la libertad a los hombres, qué habeis
de responder a Dios cuando os pida cuenta de tan bárbaro sacrile
gio !
- 281

S
CAPITULO XXXVIII .
LA VICTORIA .

Hay momentos en la vida en que el hombre prefiere la muerte . El


mártir que la desafia generosamente, sostenido por la gloria que le
espera , halla consuelos hasta en los mismos suplicios . Sobreescitado
por el fervor, soporta con amor todos los tormentos que le conducen
gradualmente a la bienaventuranza eterna. Mas consumirse en la
: mas abyecta degradacion , sufrir el insoportable yugo de una vil ser
idumbre, y perder paulatinamente hasta el sentimiento mismo , es
n duda el martirio mas degradante y cruel que pueda afligir á un
ombre.
Cuando se vió Tom en presencia de su verdugo, mostró una inal
arable firmeza ; la imágen del cielo que halagaba su vista, le comu-
icaba el suficiente valor para arrostrar los mas infames suplicios .
las tan luego como su vilperseguidor volvia las espaldas, el esclavo
intiendo el dolor de sus heridas, comprendia su mísera y desespe
da posicion . Enviólo Legree, aun mucho antes que las heridas se
permitieran , á desmotar algodon con los demas negros ; allí el
esgraciado fué el objeto de los mas repugnantes tratamientos que la
aldad humana es capaz de inventar. No se admiró Tom al ver el
umor irascible de sus camaradas ; meditaba por el contrario lo di
cil que es preservarse del contagio de una vida miserable ; y así se
omplacia cada vez mas en entregarse á la lectura de su Biblia los
ocos momentos desocupados que le quedaban. Mas en lo mas apu
ado de la cosecha Legree hizo trabajar el domingo á sus esclavos ,
y qué podia impedirselo ? obtuvo , con esta disposicion , una canti
ad de algodon mas considerable que los otros propietarios, y ganó su
apuesta . Es verdad que mató a algunos esclavos con el esceso del tra
bajo; pero poco le importaban las vidas de los desgraciados , á quienes
podia reemplazar ventajosamente con el producto de sus mismas la
bores. A la vuelta del campo Tom, á los resplandores del fuego podia
leer su Biblia; mas todavia enfermo, hallábase tan fatigado, y padecia
á la vez tan fuertes dolores de cabeza, que tuvo que renunciar á su
único consuelo. Siempre en compañía de los demas esclavos, tomaba
>

sin apercibirse mucho de las costumbres que les degradan y prosti


tuyen . Así la duda iba reemplazando a la fé que hasta entonces le
animaba en sus penas ; apoderábanse de su alma las tinieblas, y mc
ditaba continuamente el problema mas triste de la vida ; « las almas
oprimidas, el mal triunfante, y Dios permitiéndolo . ”
Habian transcurrido muchos meses, desde que miss Ofelia escribió
ásus amigos de Kentucky, rogándoles acudiesen árescatar áTom ;
alimentaba éste la vaga esperanza de ver, en fin , al mensajero en
cargado de tratar y conseguir su libertad ; mas 'considerando el
24*
282

tiempo volaba sin que nadie viniera en su socorro , asaltóle la des


consoladora idea de que habiéndole Dios olvidado era ya inútil ser
virle .
Hallábase cierta noche Tom , entregado al mas completo abati
miento, sentado al frente de las piedras que le servian para cocer
su misera comida ; echó unas ramas secas alfuego, sacó del bolsillo
su Biblia, en donde se leian las palabras de los patriarcas y de los
profetas. Habia perdido su lenguaje, para el desgraciado, su divina
influencia ? lo cierto es que Tomno pudiendo leer exhaló un suspiro
y volvió a ponerse el libro en el bolsillo. En aquel momento oyó una
carcajada que le hizo estremecer todo su cuerpo : levantó la vista y
vió a Legree en su presencia.
-Amigo Tom, le dijo, observo que no eres tan apasionado porla
religion. No te decia yo que te habia de curar de esa enfermedad ?
Semejante burla fué para el infeliz mas cruel que el hambre , la sed,
y aun la misma desnudez .
Tom, por consiguiente, guardó un profundosilencio.
Eres un loco , continuó Legree ; estaba dispuesto en tu favor;
y pensaba hacerte mas feliz que Sambo y Quimbo , y en vez de ser
apaleado todos los dias, tú hubieras distribuido golpes á derecha y á
izquierda, y bebido de cuando en cuando un vaso de aguardiente
para confortarte. ¿No te valiera mas volver a la razon ? Arroja pues
al fuego ese libre viejo y entra en fin en mi iglesia.
¡ Qué Dios me preserve de tamaña locural respondió Tom con
fervor.
Ya ves que Dios no te auxilia ; si existiera hubiera venido en tu
ayuda, y no te dejara abandonado entre mis manos. Yo puedo hacer
mucho por ti .
Señor, que Dios me asista, ó me deje de asistir, le amaré siem
pre , y creere en él hasta mi último suspiro.
Tu locura va en aumento, le contestó Legree, empujándole des
deñosamente. No importa ; no cesaré hasta que te cure de tu enve
jecida manía.
Al decir esto marchóse Legree.
Cuando el alma se halla profundamente abatida, hay momentos , en
que, concentrando sus crueles angustias, esperimenta una saludable
reaccion que ladevuelve toda su energía yvalor. Así sucedió aTom .
Los sarcasmos del ateo, habian aumentado la desesperacion del des
graciado, que vacilante en la fé, llegó casi á perder su confianza en
las promesas del Salvador; mas de repente, en el mismo instante en
que Satanás desplegaba sus diabólicos recursos para perderaldesdi
chado, sintió un fuerte estremecimiento, que embargándole todos sus
sentidos, cayó en él éxtasis mas delicioso y consolador. Apareciósele
el Redentor, coronado de espinas, cubierto de llagas y ensangren
tado; veianse en su divino semblante la dulzura, y la resignacion, y su
mirada brillante como el astro de misericordia y de justicia , penetrú
en el afligido corazon del esclavo. Arrodillóse éste, estendió, sus bra
zos, y presa de la mas viva emocion, pidióle perdon de sus dudas, y
su divina asistencia para no volver á caer en la tentacion. Acogio
283

Dios en su misericordia las plegarias de Tom ; y transformose la di


vina vision ; las aceradas espinas se convirtieron en rayos de luz, su
glorioso semblante tomó un brillantísimo resplandor, imposible de
describir, y acercándose entonces como padre tierno á su hijo ama
do, le habló : « El que abrumado por injustos tormentos, los haya
llevado con paciencia, se sentará conmigo sobre mi trono, porque yo
tambien fuí abrumado y perseguido y estoy ahora sentado á la dere
cha de mi padre. »
No podia Tom calcular el tiempo que habia pasado en su arroba
miento ; es sí lo cierto que al recobrar sus facultades , vió apagado el
fuego, y que el abundante rocío la noche habia empapado todos
sus vestidos ; mas de nada se habia apercibido durante la crisis de su
angelical alma. Hallábase en adelante insensible a la degradacion, á
los sufrimientos, á las, privaciones, y dispuesto a ofrecer su vida en
holocausto , si así fuera a la divina voluntad del Señor : habia abando
nado todas sus terrestres esperanzas, y levantando su vista hacia las
estrellas, tipos angélicos de los celestes espíritus que velan sobre el
hombre, hizo resonar en medio de la oscura magestad de la noche
los religiosos cánticos, que alimentaban su fervor.
Cuantos han estudiado las costumbres religiosas de los esclavos
han debido oir muchas veces la relacion de visiones semejantes á
la que acabamos de contar. Y en efecto , el autor , apreciándola con
los ojos de la fé, y fundado por otra parte en los fenómenos que se
han observado en la existencia moral de los hombres, no las niega ;
bien por el contrario las espone á la consideracion de nuestros lec
tores en prueba de su autenticidad . La ciencia psicológica nos habla
de un estado moral , en donde el alma hallándose vivamente impre
sionada , hace que tomen verdadera forma las imágenes que evoca ;
entónces la imaginacion fuerza y pone siempre en accion los sentidos
internos, inertes en el estado normal de la vida. Ademas e podemos
apreciar hasta qué grado, se digna servirse de las humanas facul
tades ? ¿ podemos acaso apreciar los medios de que se vale para
confortar las almas decaidasy desconsoladas ? ¿ Si los inocentes escla
vos creen en la aparicion del Señor crucificado, quién se atreverá ades
mentirlas ? ¿ Por ventura no nos ha dicho que su mision en todos los
siglos, no es otra sino la de consolar al triste, y libertar al opri
mido ?
Cuando al amanecer, la campana tocó la señal de reunirse para ir
al campo, en medio de aquellos miserables que tiritaban de frio,
habia un hombre que marchaba con paso firme : apoyábase sobre la
fé de los patriarcas y proſetas, y estaba resuelto a sufrir todos los
tormentos por amor al divino esposo de su alma . ¡ Ensaya ahora,
Legree todas tus fuerzas, y verás cuán impotentes son ! Las humi
Hlaciones y los padecimientos no son ya para el infeliz sino los mas
seguros medios de volar rápidamente á recibir su corona in
mortal .
Desde aquel momento vivió Tom en una admósfera de paz . Su co
razon era un templo en dónde el Señor era adorado en espíritu y
verdad; los temores que momentáneamente le atormentaron, desa
284
parecieron para siempre, y el camino que aun le quedaba que hacer
sobre la tierra era ya fácil para el justo , i la celeste misericordia se
lo habia allanado !
Notaron sus compañeros, así como su implacable perseguidor el
cambio que se habia operado en él : habia recuperado su perdida
jovialidad, y ningun mal tratamiento era ya capaz de alterar su
beatífica calma .
¿ Qué ha sucedido á Tom ? dijo Legree á Sambo. Hacia antes
el poltron y ahora está alegre y vivo como una ardilla.
No sé, señor, quizá intente fugarse.
¡ El miserable ! ¡qué lo ensaye ! repuso Legree con risa feroz.
¿ Qué te parece Sambo ?
Que lo trataria con menos piedad que á Molly ; y Vd. sabe ane
los perros le habian ya medio despedazado en el momento qui
apoderé de ella . Aun lleva las cicatrices .
Y las conservará siempre. Mas vigila de cerca á Tom, y si
tentara escaparse perniquiébralo . ¿ Lo has oido ?
Descanse Vd. en mi .
Mientras este coloquio, disponíase Legree para montar á cal
y marchar á una ciudad inmediata. A su regreso por la noche le
la idea de pasarse por el barracon con el fin de ver lo que he
sus esclavos .
Brillaba la luna en todo su esplendor; tenia la admósfera una
liciosa transparencia ; la brillantez de las estrellas, y la impor,
magestad del firmamento inspiraban sublimes pensamientos e .:
corazon de las almas religiosas. Hallábase ya Legree á corta dis
cia del barracon cuando oyó una voz clara y sonora de teno!
cantaba :
« Cuando veo en letras santas, mis títulos escritos en los ( 1
destierro el temor, y renace mi confianza.
« Sí; aunque el mundo me persiga, aunque el porvenir me
nace, lucharé valerosamente contra el poder del infierno, y triu
de su impotencia .
<<
· Aunque, como un diluvio lluevan sobre mí las penas y desgra
cias ; qué me importan , Señor, si encuentro mi refugio en vuestra
santo seno ! »
i Hé ahí sus ideas ! se dijo Legree. ¡ Detestables metodistas !
Tom, por qué estás todavía levantado cuando todos duermen ?
Cierrael negro pico y retírate .
Voy enseguida, respondió Tom con respeto.
Irritado Legree por la piadosa serenidad del esclavo le apaleń
como un energúmeno.
¡ Ahí tienes perillan !
Cayeron los golpes sobre el cuerpo, el corazon permaneció libre y
tranquilo . No se alteró su docilidad ; y Legree apesar suyo tuvo
que convenir en que no tenia influencia sobre su esclavo.
En el momento en que Tom se dirigió a su cuarto asaltaron á su
cruel perseguidor devoradores remordimientos; conociendo entonces
que Dios se interponia entre él y Tom , prorrumpió en impías blas
285 .

femias Mas el esclavo impasible siemprededicaba los momentos do


que podia disponer en aliviar las desgracias de sus compañeros. Po
cas ocasiones se le ofrecian, pero hallaba medio deserlesútiles, ya
llenándoles la cesta de algodón ,-esponiéndose á verse él mismo en
falta,-ya iniciándoles en las creencias religiosas que hacian todo su
consuelo. En las noches frias, se despojaba de su única manta para
cubrir á cualesquier infeliz de sus camaradas abandonados en el lecho
del dolor, y daba su mísera comida á los que padecian hambre. Aun
que constantemente perseguido y maltratado jamás abria su boca
para quejarse. En suma este hombre admirable concluyó por ganarse
el respeto y la amistad de todos sus compañeros á quienes catequi
zaba con el celo de un apóstol. Habian intentado reunirse los domin
gos para orar en comun, mas Legree se opuso á la ejecucion de tan
piadoso ejercicio, hasta el punto que los desgraciados tuvieron que
ocultarse para poderse afirmar en la fé y fortalecer sus almas con
las eternas verdades. Todos los misioneros han convenido en la do.
dad de los africanos para recibir el Evangelio ; su confianza en la
s absoluta, y ha sucedido muchas veces, que un gérmen de ver
14 arrojado por casualidad entre aquellos ignorantes ha dado ópi
frutos de salvacion .
a mulata cuyas penas habian agotado su piedad , reanimó su an
el0 fervor
escesoá de
las sus
humildes exortaciones
padecimientos, se de Tom, y Cassy,
calmaba delirante
la vista del es
0.

educida por la desgracia, Cassy habia pensado en vengarse de


ultrajes que el propietario prodigaba así á sus compañeros en el
tunio como á ella misma.
ferta noche, pues, cuando todoslos que sealbergaban enla ca
* de Tom se hallaban entregados á un profundo sueño, levantó
la cabeza y vió a Casy que se asomaba por la abertura que les
a de ventana , haciéndole señas de salir .
vántöse Tom,-era como cosa de las dos de la mañnana,-yvió
áalterada
los resplandores
.
de la luna que la desgraciada estaba sumamente
Ven, tio Tom , le dijo apretándole fuertemente la mano, tengo
que revelarte un secreto .
-
¿ Qué quieres, Cassy ? la preguntó Tom con vaga inquietud.
¿ Quieres ser libre ?
¡ Conseguiré la libertad, cuando llegue mi hora !
Puedes lograrla esta misma noche, añadió con energía. .
Vaciló Tom .
- ¡ No te detengas ! balbuceo. Está profundamente dormido: le he
administrado una fuerte dósis de opio en un vaso de aguardiente, y
si hubiera tenido mayor cantidad no recurriria á tu ayuda ... Pero
ven pronto, no te detengas. La puerta falsa no tiene pasado el cer
rojo : he colocado un hacha en el umbral de ella ... su habitaci está
abierta ; yo te mostraré el camino . Si tuviera seguridad de mi brazo,
hubiera ya descargado el golpe, mas soy débil y ... ¡ Vamos ven !
286
No iré ni por todos los tesoros del mundo... respondió Tom re
trocediendo de espanto.
-¿Es ese el interés que tomas por tus compañeros? Podemos li
bertarnos todos, y refugiarnos en las sabánas, en donde hallaremos
una isla para establecernos. Otros lo han hecho así, ¿ por qué no he a
mos de imitarles ?
De ningun modo, repuso el negro con voz firme : el crímen no SI
produce jamás el bien. SI
Pues le daré yo la muerte . b
Tom le impidió el paso.
- ¡En nombre del cielo Cassy , no comelas una maldad, que en
nada aliviaria nuestra situacion ! Debemos sufrir con paciencia hasta
que la muerte haya cortado el hilo de la vida de nuestro comun
opresor.
.
- Esperarl... La hora del malvado ha sonado ... yo soy el ins
trumento de que Dios se vale ; beberé pues su sangre y me deleitaré
contemplando su agonía.
- No, por Dios Santo ! esclamó, tomándola de las manos . Bl Sal
vador del mundo no ha derramadomas sangre que la suya, y la ha
derramado por sus mismos verdugos . Imitémosle y amemos a nuestros
enemigos.
- Amar á semejantes enemigos ! ¿ Está acaso en el orden de la
naturaleza ?
No ; pero Dios nos dá la fuerza para ello . Cuando podemos amar
á nuestros hermanos y rogar por ellos, ya hemos librado el combate
y ganado la victoria,
Levantó el negro los ojos al cielo , llorando. Su ardiente piedad, la
dulzura de su voz penetráron en el alma de la desgraciada, y como un
saludable rocío apagaron el fuego siniestro de sus ojos. Bajó entonces
la cabeza, y cayéronsele sus brazos de todo su peso.
Ya te habia dicho, Tom , continuó, que el infierno me tentaba.
Ah! si me fuera fácil orar !... No he vuelto á rezar ni una Ave Maria
desde el dia en que vendieron a mis hijos.
-; Infeliz muger! Satanás quiere apoderarse de tu alma. Imploraré
al Eterno por tí, Cassy, y entrégate en los brazos del Señor que con 8
suela á todos los afligidos.
Guardaba Cassy un profundo silencio, y abundantes lágrimas le
corrian por sus megillas.
Cassy, la dijo Tom balbuceando, si tú y Amelina os atrevieseis
á huir, sinefusion de sangre, os lo aconsejaria. le
¿ Vendrias con nosotras ? a
Nó, en otro tiempo no hubiera vacilado ni un momento en ve
rificarlo; mas ahora tengo una mision que cumplir en favor de mis
desgraciados compañeros, y estoy resignado á llevar mi cruz hasta
el fin . Tu situacion es diferente de la mia ; viéndote continuamente
presa de horribles tentaciones, debes fugarte, si te fuera posible.
¿ Y a dónde dirigiré mis pasos ? Los perros nos descubririan . Los
hombres у las cosas están contra nosotros ; hasta los animales sirven
para cazarnos ... ¿A dónde iremos pues ?
.
287 -

Reflexionó Tom algunos instantes y dijo :


Tengo aun confianza en el que salvó á Daniel de la cueva de
los leones, en el que libertó a los niños del horno ardiendo, en el que
marchó sobre las olas, y en el que calmó los elementos : tienta la
aventura, que yo pediré à Dios venga en vuestro socorro .
Habia meditado Cassy muchas veces sobre diversos planes de eva
sion , y los habia succesivamente rechazado como quiméricos é impo
sibles; pero en aquel momento concibió uno tan sencillo y practica
ble que no dudó de su buen éxito .
Tio Tom , voy á ensayarlo, dijo súbitamente.
Partid , pues, y que Dios os asista,

CAPITULO XXXIX .
LA ESTRATAGEMA .

El granero de la casa de Legree'era , como lo son generalmente la


mayor parte de los graneros, un lugar aislado , miserable, lleno de
podedumbre y de inmundicias, con un doble techo formado con las
ielas de arañas, y sirviendo de almacen para diferentes muebles inu
tilizados. La opulenta familia que habia habitado la casa en épocas
pasadas, tenia un mobiliario considerable. Habíase llevado consigo
una gran parte de los muebles, en tanto que el resto permanecia re
legado indistintamente en las piezas interiores. Apercibianse con difi
cultad á favor de una estrecha ventana algunas mesas antiguas llenas
de polvo y sillones que habian lucido en mejores dias : en suma, el
granero era un sitio fúnebre, y fatal, y asunto supersticioso para los
negros , en consecuencia de haber sido encerrado en él años antes un
negro que cayó de la gracia de su amo Legree. Nosotros no diremos
lo que allí pasaba , pero sí aseguramos que los negros lo respetaban
en demasía , porque vieron en cierto dia que el negro que estuvo alli
encerrado algunas semanas, salió para ser sepultado. Desde entonces,
asegurábase que de vez en cuando se oia dentro del granero ruido
de latigazosy denuestos, blasſemias y gemidos . Legree supo casual
mente aquellas consejas, y se encolerizó contra los que las propala
ban , jurando que al primero que oyese hablar de ello, lo encerraria
en el granero para que lo conociese á fondo, y le pondria un grillete
por espacio de ocho dias . Esta determinacion impuso silencio á los
comentadores , sin que por esto dejasen de tomar grandes transfor .
maciones las leyendas que se contaban en voz baja los esclavos res
pecto del misterioso gra nero . Poco a poco establecieron la costumbro
288
de no pisar la escalera que conducia á aquel sitio, niaun del corredor
á donde daba . La conseja estaba en su fuerza, cuando Cassy tuvo la
idea de aprovecharla á fin de escitar los supersticiosos temores de
Legree, y libertarse completamente de su poder.
El dormitorio de Cassy estaba debajo del granero. Sin consultar á
su amo, ella empezó á trasladar los mueblos de su cuartoá una pieza
mucho mas apartada : los criados á quienes encomendó ese trabajo,
procedian desordenadamente a la mudanza cuando Legree volvia de
su paseo ordinario .
¡Ola, Cassy ! ¿ De qué lado sopla hoy el viento ?
Cambio de habitacion , respondió Cassy con aire sombrío.
- ¿ Y por qué ?
Ocurrencia mia .
Pero . ¿ qué es lo que la motiva ?
Quiero poder dormir de tiempo en tiempo.
Y ¿quién te lo impide ?
Se lo diria á Vd ., pero no me creeria .
Habla, diablo maligno .
No es nada, ni merece la pena de que Vd. se ocupe de
pero lo cierto es que se oyen desde la media noche hasta la mi
gada gemidos de personas que ruedan sobreel techo de este e
- ¿ De veras ? preguntó Legree, esforzando la risa : y qué i
ser eso ?
Cassy le miró con una espresion que le hizo estremecer,
Vd . debe saber lo que hay en el granero. A Vd, es á qui 1

esplicarme ese misterio : ¿ no sabe Vd . lo qué es?


Legree levantó el látigo con demostracion de quererle desc
sobre Cassy, pero ésta evadió astutamente el golpe y se volvió
replicarle :
Si Vd. quiere enterarse de lo que pasa, no necesita mas qu.
dormir una noche en ese cuarto, yo se lo aconsejo.
Ella se encerró bruscamente .
Legree dió un empellon á la puerta y aun amenazó echarla abajo,
pero despues cambió de idea y se volvió al salon . Cassy comprendió
que habia comenzado bien su empresa y se propuso completar sa
obra . Colocó en los clavos del techo fondos de botellas rotas , sobre
los que penetrando el viento formaba una música infernal. Los cré
dulos esclavos que oian aquel ruido recordaron la historia de los apa
recidos que habian comenzado á olvidar . Un terror pánico se apoderi
de todos, sin que nadie osase comunicar sus alarmas á Legree, quie!
tampoco pudo libertarse de ese supersticioso miedo.
Los ateos suelen ser supersticiosos ; el cristiano como cree en un
potencia protectora no lo es tanto ; pero para aquel que niega la exis
iencia de Dios , el mundo de los espíritus, siguiendo la espresion de
poeta hebreo, es una tierra de tinieblas y la sombra de la muerte .
Las relaciones de Legree con Tom habian dispertado por un mo
mento la conciencia del primero. Algunas veces éste habia sentido
conmociones morales que le predisponian á creer en las manifesta
ciones de un poder sobrenatural ,
289

Cassy ejercia sobre él una influencia estraordinaria : teníanle ya


bajo su absoluta dependencia. A su llegadaa la casa, como ya hemos
dicho, era una muger delicada y distinguida ; su amo la habia per
vertido ; pero como las pasiones se habian desarrollado en ella á me
dida que se degradaba, llegó al punto de dominarle enteramente.
La influencia de Cassy se habia establecido con mas energía des
de que la locura narcial la habia atacado y dado á su lenguaje cierta
incoherencia misteriosa .
Dos dias despues que hubo cambiado de habitacion, Legree estaba
sentado en el salon viejo, cerca de la lumbre que arrojaba llamara
das de tiempo en tiempo : era en una de esas noches en que los vien
tos se desatan y parece amenazar una gran tormenta, por cuya razon
el ruido de los fondos de botella era espantoso. Las ventanas sonaban,
el viento silvaba en la chimenea y barria la ceniza como si fuese
impulsada por una legion de diablos . Legree arreglaba unas cuentas
y leia los periódicos ; Cassy, instalada en un rincon, fijaba sus silen
ciosas miradas en la lumbre : durante una gran parte de la noche ,
habia estado ella leyendo en un libro viejo que estaba sobre una
mesa ; Legree le tomó y se puso a recorrerlo , era una coleccion de
historias de asesinatos y de apariciones , que groseramente impresos
y acompañados con láminas representando lo mas cruel de las esce
nas ejercen una estraña fascinācion en el que los lee.
Legree prorrumpió en esclamaciones de desprecio ; sin embargo
hojeando el tomo no pudo menos que leer algunas páginas , despues
lo arrojó con desden .
.
¿ Tú no creerás en las fantasmas, Cassy ? dijo tomando las te
nazas para arreglar los carbones de la chimenea ; yo creí queten
drias el buen sentido necesario para no dar crédito a esas leyendas.
-¿Y qué le importa á Vd. que yo las crea ? replicó Cassy con to
no sentencioso.
Cuando yo estaba en la mar me contaban historias espantosas ;
pero no me causaban miedo esos absurdos : el ruido qne oimos ahí
arriba lo produce el viento ó las ratas ; las ratas forman un ruido
infernal, demasiado recuerdo el que causaban en la bodega del bu
que ; en cuanto al viento, ya sabemos cómo se da á conocer ...
Cassy sabia que sus miradas estremecian á Legree ; por esto por
toda respuesta fijó sus ojos en él .
Habla , muger, ¿ no eres tú de mi opinion ?
¿ Pueden las ratas bajar la escalera, abrir una puerta á la que
Vd . habia pasado el cerrojo y puestole detrás una silla para mayor
seguridad ? ¿ Pueden dirigirse rectamente a la cama de Vd. y ponerle
la mano sobre Vd . como yo ?
Ella concluyó la frase colocando su helada mano sobre la de Legree
quien retrocedió echando un juramento.
Muger , é quédiablos quieres decirme ! ¿ Acaso te ha sucedido
eso á tí ?
ce
Ya se lo he dicho á Vd . , replicó Cassy con una sonrisa irónica .
Poro ¿ tú lo has visto ? ... Vamos , Cassy , esplícate .
23
-
290
Acuéstese Vd. allá arriba , siquiere convencerso
¿ En el granero , Cassy ? ¿ Qué es ello?
¿Qué entiende Vd . por ello ?
De lo que tú me has hablado...
-
- Yo no he hablado de nada .
Legree inquieto se paseo a lo largo del salon .
Yo examinaré lo que pasa por mí mismo; iré esta noche á dor.
mir arriba y llevaré mis pistolas á prevencion.
Me alegro mucho. Acuéstese Vd . en mi antiguo cuarto y esté
Vd . pronto a hacer uso de sus armas.
1 Con mil demonios ! esclamóLegrée dando una gran patada.
1 No jure Vd. , que pueden oirle ! Oiga Vd. ¿ qué quiere decir
eso ?
¡ Qué ! preguntó Legree trémulo de pavor.
Un antiguo reloj holandés, colocado en un ángulo de la chimenea
daba las campanadas de la media noche. Maquinalmente Legrée con
tuvo hasta la respiracion y permaneció inmóvil sin pronunciar una
sola palabra ; él estaba lleno de terror, y Cassy, contemplándole con
aire de burla, contaba los golpes del martillo.
- Es media noche, añadió ella, vamos a ver ; y abriendo la puer
ta del corredor puso el oido con la mayor atencion . Oiga Vd . ¿ qué
ruido es ese ?
El viento , ¿ no oyes como silva ?
Simon , venga Vd. acá,murmuróCassy, y tomándole por la ma
no le condujo hasta el pié de la escalera. ;Sabe Vd. lo que es eso ?
Un grito salvajeresonó en el granero. Las rodillas de Legre se cho
caron y palideció de terror.
¿Por qué no hace Vd . uso de las pistolas ? le dijo Cassy con una
espresion de sarcasmo que heló la sangre á Legree : ya es tiempo
de examinar eso. Me alegraria mucho verle á Vd subir:8 arriba hay
gente .
-
Yo no subo.
¿ Porque ? Esos no son sino espectros. ¡ Suba Vd. !
Y dando algunos pasos por la escalera, Cassy volvió la cara á ver
si Legree la seguia .
Yo creo que tú eres el diablo, dijo Legree. ¡ Baja, baja, vieja
hechicera ! No quiero que subas.
Pero Cassy continuaba su camino . El la vió abrir la puerta del cor
redor que comunicaba con el granero. Una bocanada de viento se
sintió entonces, apagó la luz que tenia en la mano Legree, y al
mismo tiempo los gritos mas espantosos resonaron en sus oidos. En
trose inmediatamente en el salon, donde Cassy le encontró poco des
pues pálido y frio como un cadáver, y fijándole una mirada siniestra
le dijo :
Espero que ya esté Vd . contento.
- iQue el diablo te lleve !
-

¿ Porqué ? He subido para cerrar las puertas. Pero Simon, ¿ qué


es lo que pasa en el granero ?
A ti no te importa .
1
291 - .

Muy bien, pero yo no me acostumbraré á dormir debajo.


Previendo que reinaria mucho viento aquella noche, Cassy habia
abierto la ventana del granero, con lo que tuvo lugar la escena que
va contada ; por donde se conjeturará el lector los chascos que Cassy
le jugaba a su amo. Este se habia intimidado á tal estremo que pri
mero hubiera permitido ponerse á esperar un leon que subir a visi
tar el granero . Por la noche, cuando todos dormian , Cassy transpor
taba á su cuarto las provisiones suficientes para vivir con su com
pañia por algun tiempo. Guardó en él la mayor parte de los vestidos
de Emelina y los suyos ; y así que hubo tomado todas sus precaucio
nes, esperó una ocasion favorable para poner su plan en ejecucion .
- Aprovechándose de los momentos de buen humor que tenia Legree
decidióle á que la llevase consigo á la ciudad vecina situada sobre
las márgenes del rio Rojo. Con una memoria casi sobrenatural
marcó hasta las mas simples vueltas del camino y calculó el tiempo
que era necesario para hacer ese viaje.
Todo estaba listo para el golpe de Estado último. Legree se habia
establecido en una posesion de los alrededores. Hacia muchos dias
que Cassy se conducia con con una amabilidad inusitada : com
placiale en todos sus caprichos y gozaban de la mayor tranquilidad.
Sigamos á Cassy en el cuarto de Emelina y veremos á ambas pre
parando sus maletas y empaquetando su ropa.
- Ya está todo corriente, dijo Cassy, ahora coloca tu sombrero y
vámonos, ha llegado el momento.
Pero van á vernos .
-

– Eso es lo que yo quiero, dijo Cassy con frialdad. ‫ ¿ܛ‬No sabes que
esmuy importante quenospersigan ? Escucha mi proyecto : salimos
por la puerta falsa y nos dirigimos al barracon . Sambo ó Quimbo
nos ve y sale a darnos caza ; nos entramos en la sabána mientras
que se da la alarma y desatan los perros de presa ; corren por todas
parte
el
s en busca nuestra; como es regular nosotras nos lanzamos en
mangle y seguimos por el agua y el cieno donde las huellas no
quedan marcadas : los perros por el agua no conservan el olfato, y
han de perder la pista . Todos abandonan la finca para buscarnos por
fuera,entoncesnosentramos enel granero donde hay una buena
cama : allí permaneceremos seguras, puesto que Legree ni sospechará
el puntode nuestro asilo ni se atrever á penetrar en él ; como es na
tural reunirá los mayorales de las fincas vecinas y organizará una
gran partida para cazarnos; registrará la sabána en toda su esten
slon, porque él se jacta de ser el mejor cazador de negros cimarro
nes, ynosotros le dejaremos que caze lo que quiera.
Muy bien concebido está tu plan, respondió Emelina tủ sola
eres capaz de llevarle á efecto.
La fisionomía de Cassy no espresaba satisfaccion de ninguna cla
se; en su semblante solo estaba pintado el instinto de la deses -
peracion .
Vamos, añadió la primera dándole la mano á Emelina.
Las dos fugitivas se deslizaron sin ruido fuera de la casa y gana
ron el barracon ; la luna que se mostraba en todo su esplendor im
292
pedia que las tinieblas fuesen completas. Como Cassy io habia pre
visto, en el momento en que ellas ganaban el mangle que rodeaba
la finca, oyeron el grito de « alto . » No era Sambo era Legree quien
perseguia á las ſugitivas llenándolas de imprecaciones. A su voz
Emelina empezó a perder el ánimo y agarrándose del brazo de su
compañera esclamó.
- Ah Cassy, voy a desmayarme!
Reanímate ó të mato, contestó Cassy y desenvainó un estoque
cuya hoja brilló delante de Emelina,
Esta amenaza produjo su efecto . Émelina convino en seguir á Cas
sy á la sabána y se entraron en un laberinto de arbustos donde el
agua les daba a la rodilla y donde Legree tenia necesidad de renun
ciar á encontrarlas .
- Ya están en mi poder, dijo él burlándose . Aunque se hayan
disfrazado con la piel del demonio como permanezcan ahí daré con
ellas .
Entró en el barracon y era el momento en que los demas esclavos
volvian del trabajo.
.. , Ola , Sambo ! ¡ Quimbo ! ¡ Arriba todos! Hay dos cimarrones en
la sabána, cinco duros para el que los prenda. Desaten los perros, á
Tigre, á Furia y á todos los demas.
La noticia exitó la mas viva sensacion. La mayor parte de los ne
gros se ofrecieron con la mayor actividad, bien por la ambicion de
la recompensa ofrecida, bien por adulacion al despotismo de su amo .
Los unos corrian por un lado, los otros por otro , algunos buscaron
antorchas de raíces de árboles ; otros desataron los perros, cuyos la
dridos aumentaron el ruido y la confusion .
Mi amo, dijo Sambo, despues de recibir la carabina que le en
tregó Legree, į ši las encontramos, haré uso de esta arma ?
Puedes tirar sobre Cassy si quieres; ya es tiempo de que vaya
á reunirse con el diablo á quien pertenece en cuerpo y alma ; pero
no á la muchacha ... Vamos , muchachos , cinco pesos fuertes al que
atrape alguna y un vaso de aguardiente á cada uno de ustedes.
Todos los negros, aclarados por las antorchas dando gritos salva
ges se lanzaron en la sabána : como la casa quedó completamente
desierta Emelina y Cassy pudieron sin peligro volver a entrar por la
puerta falsa . Los gritos de los que las persiguian resonaban en la
atmósfera ; y desde las ventanas del salon pudieron ver á los caza
dores dispersarse por la sabána.
-Ya ves, dijo Èmelina, la caza empieza . ¿ Ves las luces como cir
culan ? ¿ Qyes los perros? Si estuviéramos alli seríamos perdidas. Por
favor ocultémonos pronto .
.

Inútil es precisarnos, respondió Cassy friamente ; todos están en


la caza, tienen ya trabajo para toda la noche ; nosotras subiremos al
instante . Entretanto voy a tomar lo necesario para pagar nuestro
viaje.
Èlla tomó una llave del bolsillo de la levita que Legree acababa
de quitarse precipitadamente, abrió un escritorio y tomó un paquete
de billetes de banco .
293
¡ Oh no toques á eso ! dijo Emelina.
¿ Porqué ? ¿ Querrias tú que nos muriésemos de hambre en las
sabánas y que no podamos llegar á un Estado libre ? El dinero es útil
y necesario, hija mia .
Y se puso los billetes en el seno.
¡ robar !
-
Robar /contesto cassy con unasonrisa de desprecio,no se les
2
pide cuentas á los que nos roban en cuerpo y alma. Cada uno de es
tos billetes es el producto de la sangre nuestra. ¡ Bien quisiera que
Legree me acusara de ladrona !... Pero subamos al granero. Yo me
+ he provisto de un paquete de ve y algunos libros para entretener
el tiempo. Puedes estar segura de que no vendrán á buscarnos abi
arriba, y si viniesen no hay mas que hacer los aparecidos.
Cuando Emelina llegó al granero , halló una inmensa caja, que ha
obia servido para transportar muebles y estaba puesta de costado de
manera quela entrada hacia frente a la pared. Cassy encendió una
| lámpara ; las dos mugeres se deslizaron a lo largo del ángulo forma
do por la union del techo con el piso y establecieron allí su do
1 micilio. Allí hallaron muchos colchones y almohadas. En otra caja
habia muchos comestibles , velas y los efectos necesarios para un
largo viaje : Cassy lo habia arreglado todo en pequeños paquetes
fáciles de ocultar .
Cassy colgó la lámpara en un clavo.
Ya estamos en casa, dijo ella, ¿ qué te parece nuestro aloja -
71 miento ?
¿ Estas segura de que no vendrán á buscarnos a este escon
dite ?
Bien quisiera que Legree se atreviese á ello : en cuanto a los
esclavos, todos preferirian ser fusilados antes que penetrar en este
sitio,
Tranquilizada un tanto Emelina, se acostó sobre uno de los col
chones .
Cassy, preguntó ella candidamente , ¿ cuál era tu intencion
cuando me amenazaste con el estoque . ?
- Quise impedir que te desmayares, ó poner en ejecucion mi ame
2 naza. Yo te aseguro Emelina, que sea lo que fuere , veas lo que veas,
no hay que tener desconfianza alguna en mi plan . Si yo no te hubiera
contenido habríamos caido en las manos de ese miserable.
Emelina palideció . Ambas permanecieron algun tiempo en silen
cio. Cassy se puso á leer una obra francesa ; Emelina empezó a dor
mitar siempre con sobresalto, dispertando al ladrido de los perros y
á las pisadas de los caballos, y no pudo contener un ligero grito.
Son los cazadores que vuelven , dijo Cassy sin levantar la vista
de su libro, no tengas miedo. Mira por ese ventanillo. ¿‫ ܀‬Les ves allá
abajo ? Simon renuncia ya por esta noche. ¡ Quéde lodo traesu ca
ballo! Los perros vienen con las orejas bajas. ¡Ola ! no está la caza
donde te lo figuras, buena pieza .
No hables, por caridad , que podrian oirte.
25* .
294
Si me oyen , tambien me encargo de ponerlos en fuga y derro
tarlos . No hay peligro, podemos hacer el ruido que nos plazca , esto
nos convendrá mas,Por último , la calma de la noche reinó en la finca,
Legree se acostó maldiciendo su suerte y meditando la mas horrible
venganza.

CAPITULO XL .

EL MARTIRIO.

El mas largo viaje tiene su término, yla


y alegre manana sucede á la
noche mas lóbrega . El tiempo inexorable trabaja sin fémora para
transformar el dia del malvado en noche eterna,y la noche del justo
en dia imperecedero. Hemos hallado en compañia de nuestro amigo
.

Tom el valle de la servidumbre. Su plena luz nos ha presentado á


veces, sitios encantadores, en donde podia vivirse perfectamente ;
despues hemos presenciado una cruel separacion . Nos hemos dete
nido con él en una isla encantada donde encontró algunas manos ge
nerosas que llenaron de flores sus cadenas. Le hemos acompañado,
por último, á una residencia en donde vimos desaparecer los últimos
rayos de la esperanza terrestre. Tambien hemos visto de que ma
nera el infeliz Tom entrevió , en medio de densas tinieblas, el invisi .
ble resplandor del cielo . La estrella matinal habia salido para él , y
rayos celestes le anunciaban que las puertas del dia iban a abrirse
ya .
La huida de Emelina y de Çassy habia desesperado á Legree, yv las
consecuencias de esta falta debian caer necesariamente sobre el an
ciano é indefenso negro. Cuando Legree comunicó la desagradable
nueva á los habitantes del barracon , Tom habia levantado sus ma
nos al cielo ; sus ojos se habian animado y su alegria secreta no
pudo escapar á la mirada escudriñadora de su amo. Viendo que no
tomaba rango entre los cazadores, Legree pensó obligarle a hacerlo,
pero sabia por experiencia que el esclavo era inflexible cuando se le
mandaba un acto inhumano . Evitó, pues , entrar en una discusion
que hubiera hecho ganar tiempo a los fugitivos .
Tom se quedó, por tanto, en el barracon con algunos esclavos que
le debian la instruccion religiosa, y rogaron juntos por la salvacion
de Emelina y de Cassy :
Cuando Legree volvió , lleno de confusion y vergüenza, el odio que
su esclavo le inspiraba , hacia ya tiempo, tomó carácter de rabia y
295
de monomanía . Este hombre, se decia á sí mismo, no me resiste
resuelta é invenciblemente desde que llegó a la finca ? ¿ Ne existia
en él, diremos nosotros, un espíritu cuyas manifestaciones aunque
unidas abrazaban á Legree, como hubieran podido hacerlo las llamas
infernales ?
-¡Lo detesto I decia Legree sentándose sobre el borde de su
cama antes de acostarse. ¿ Pero no me pertenece ? ¿No puedo hacer
con él cuánto se me antoje? ¿ Quién me lo puede impedir ? Y, al de
cir esto, cerraba convulsivamente sus manos como si hubiera que
rido despedazar alguna cosa . Pero Tom era un criado fiel y muy
útil ; esta consideracion contenia en cierto modo á Legree, aunque
las cualidades de su esclavo, por otra parte, aumentaban el odio quo
él le tenia.
Resolvió, por fin, no decirle nada tampoco al otro dia, reunir á los
propietarios de los contornos, previniéndoles que trageran sus perros
y escopetas para emprender unacazería formal. Se proponia, sitriun
faba, sufocar su rabia ; pero de lo contrario, haria venir á Tom a su
presencia, y entonces...... su sangre ardia y sus dientes rechinaban
à la sola idea de los tormentos que habia de hacerle sufrir. Dícese
W que el interés del amo es una garantía suficiente para el esclavo,
pero los que así opinan , olvidan que el hombre sacrifica sus pasiones
à su interés, y que un hombre irritado venderia su alma al diablo
con tal de satisfacer su vengativo intento ; y si así obraria consigo
mismo, & qué no haria con su hermano ?
Al amanecer Cassy se asomó á la ventanilla para reconocer el ter-
reno .
- La caza vuelve a empezar, dijo .
En efecto, algunos vecinos, montados en briosos caballos y acom
pañados de sus negros y sus perros, esperaban en el portal de la
casa . Dos de estos eran mayorales de dos vecinos ingenios. Legree
habia conocido á los demas en la taberna de la ciudad , y habian
querido asistir a la caza en calidad de aficionados. Legree les distri
buyó aguardiente en abundancia ; lo mismo hizo con los negros que
habian venido de los ingenios inmediatos, pues era necesario hacer,
de toda expedicion de aquel género, un dia de fiesta para los es
clavos.
Cassy escuchó con mucha atencion , y, como la brisa de la mañana
venia directamente hacia la casa, pudo oir perfectamente parte de la
conversacion . Escuchó la distribucion que del terreno hacian los ca
zadores, de que modo discutian el mérito respectivo de cada perro,
y disponian lo que habia de hacerse si lograban una presa.
P
Una expresion de sarcasmo iluminó la sombría y austera fisiono
mía de Cassy ; se retiró de la ventanilla, juntó las manos y dijo, le
vantando sus ojos al cielo :
¡ O Dios poderosísimo! todos somos pecadores ,ya lo sé ; & pero
qué hemos hecho de peor que los demas para ser tratados como lo
somos ?
Al pronunciar estas palabras, su voz tomó una energia terrible.
Si no fuera por tí, jóven criatura, añadió dirigiéndose á Eme
296 S

lina, bajaria almomento y daria gracias al que me hiciera el favor


de matarme. ¿De qué podrá servirme mi libertad ? ¡ Qué me den mis
hijos ! ¡ qué me pongan en la situacion á que me habia acostum
brado !
El ceño irritado de Cassy asustó á la sencilla Emelina. No sa
biendo que responderle , le tomó la mano y la acarició con dulzura.
-

¡ Pobre y querida Cassy ! dijo Emelina, desecha esas ideas. Si


el Señor nos da la libertad, tal vez te devolverá tambien tu hija. En
todo caso , cuenta que en mi hallarás una hija tiernísima . Yo sé que
nunca volveré á ver á mi anciana madre . ¡ Cassy , yo te amaré de
todos modos !
Algo consolada bajo la influencia de tan tiernas palabras, Cassy se
sentó al lado de la jóven . La tomó en sus brazos y pasó cariñosa
mente su trémula mano sobre sus cabellos. Emelina contempló con
admiracion la extremada belleza de los ojos de su compañera, cuyo
orillo habia perdido una parte de su entereza por efecto de las lágri
mas .
¡ Oh , Emelina ! le dijo Cassy, he sufrido mucho por mis hijos,
y mi vida se sostiene tan solo por la esperanza de volverlos a ver.
Åquí, aquí, añadió, dándose golpes en el pecho, todo yace desconso
ado , todo vacío ; pero si Dios me diera mis hijos, aun podria volver
á orar .
- Debes confiar en él, dijo Emelina, él es nuestro padre. Su mano
terrible cae sobre nosotros, y en su cólera nos ha olvidado.
.

Nó, Cassy, él nos tratará bondadosamente, esperemos en él. Yo


no he perdido nunca la esperanza .

La caza duró bastante tiempo ; estuvo animada, y no dió ningun


resultado . Cassy se alegró muchísimo cuando vió que Legree se
apeó del caballó lleno de cansancio y tristeza.
Ahora, dijo Legree cuando tomó asiento en su salon, traedme
á Tom ; ese bribon debe ser el alma de este negocio ; yo le arran
caré su secreto .
Sambo y Quimbo aunque se odiaban reciprocamente, estaban de
acuerdo para detestar á Tom . Legree les habia dicho en otro tiempo
que lo habia comprado para que administrara su propiedad cuandose
ausentará, у concibieron de resultas de esto por el recien llegado
una antipatia que aumentó, en aquellos viles, a medida que le habian
visto expuesto al odio de su amo: Quimbo se apresurú pues á ejecu
dar las órdones que le habian dado .
Tom cuando supo que le llamaban tuvo algunos presentimientos.
El sabia perfectamente cual era el plan de fuga de las fugitivas y
cual el refugio que las guardaba en aquel momento. Sabia tambien
que Legree era capaz de todo ; pero un poder supremo le daba la
fuerza necesaria para preferir la muerte á la vileza de trahicionar á
dos mugeres indefensas.
- Puso en tierra su cesto lleno de algodun y dijo :
297
Señor, pongo mi alma en tus manos ; tú me has redimido, Se
ñor, que eres la misma verdad!
En seguida siguió á Quimbo .
Bien, bien, dijo el negro gigante , van á saldar tu cuenta' ;
nuestro amo está atrasado contigo; ya verás lo que cuesta secundar
la fuga de las negras .
Tom nu oyó ni una sola palabra de este brutal apóstrofe. Una voz
sobre humana le decia : « No temas nada , matar tu cuerpo, es lo
único que podrán hacer. » Estas palabras hacian vibrar los nervios y
los huesos del pobre hombre, como si el dedo de Dios lo hubiese to
cado, y se sintió poseido de una energía sobre humana. Los árboles ,
los vallados, las chozas de sus compañeros de infortunio, pasaron
confusamente delante de sus ojos, del mismo modo que un paisage
pasa delante del viagero que vá en una silla de posta. Salíale el co
razon ; ya divisaba al cabo un asilo ; y parecíale que se acercaba
la hora de su libertad .
Legree le asió por el cuello ; y apretando los dientes en sus de .
lirio rabioso .
¿Sabes, Tom , le dijo, que he resuelto matarte ?
Esa noticia no me coge de nuevo , señor, contestó Tom tran
quilamente.
He... re ... suelto... matarte , si nu medices todo cuanto sabes
sobre esas mugeres .
Tom no contestó .
¿ Me entiendes ? gritó Legree que enrogeció como un teon ir
ritado; habla .
No tengo nada que decir señor, respondió Tom .
Te atreves á sostenerme, maldito negro, que nada sabes.
Tom guardó silencio.
-

Habla, dijo Legree hechando espuma por la boca y pegándole


furiosamente : ¿ Sabes algo ?
Sí, mi amo, pero no puedo deciros nada ; estoy resuelto a
morir .
Legree respiró con dificultad ; comprimiendo su furor, tomó á Tom
por el brazo, se acercó á él lo mas que pudo, y le dijo con voz ter
rible :
Escucha Tom, tú juzgas que mis amenazas son vanas, porque
ya te he perdonado una vez; pero ahora mi resolucion es invariable;
ya tengo calculado lo que me costará : tú has combatido siempre
commigo, pero estoy resuelto á domarte ó á matarte. Escoge entre
ambas cosas. Derramaré gota á gota toda la sangre de tus venas
para lograr tu completa sumision .
Amo, respondió Tom, mirándole fijamente, si Vd. estuviera en
fermo ó moribundo, y que me fuera posible salvarle lo haria á costa
de mi sangre. Si fuera preciso verterla por salvar vuestra alma , la
derramaria con mucho gusto como el Señor la ha derramado por mí ,
i Oh amo, no recargue su alma con ese crímen ! ¡ Mas daño le hará
á Vd, que á mí! Por mucho que Vd. haga mis penas cesarán en
breve, las de Vd. no tendrán fin si Vd . no se arrepiente de ellas .
298 -
Estas palabras produjeron el mismo efecto que una música celeste
en medio del agudo silvar del huracan mas desencadenado. Hubo un
momento de tregua . Legree contemplaba á Tom con aire de asombro;
sus dos ojos estaban como petrificados; el silencio que reinaba era
tan profundo que se vió claramente al reló viejo contar los últimos
segundos de misericordia y de prueba acordados al corazon empeder
nido del amo .
Fueron cortos , su irresolucion , su incertidumbre no duraron un
minuto ; el espíritu del mal se apoderó de él con mas potencia . Ra
biando de corage Legree se arrojó sobre Tom y le asesinó.
Las escenas de crueldad nos irritan . Lo que el hombre no tiene la
fuerza de hacer, no tiene tampoco la de escucharlo. Lo que los es
clavos, que son nuestros hermanos y cristianos como nosotros deben
sufrir, no podria sernos repetido ni aun secretamente , sin ocasionar
nos la mas viva agitacion ; y sin embargo, América , á la sombra de
tus leyes, se prolonga el suplicio de aquella raza ! ¡ Oh Cristo, tu Igle
sia lo vésin decir una palabra !
Pero allá en otros tiempos hubo un Hombre- Dios que transformó
on instrumento de tormento, de vergüenza y de degradacion , en un
símbolo de gloria, de honor y de inmortalidad. Donde quiera quesu
espíritu reside, les degradaciones, los insultos, y los golpes dan
una nueva palma de gloria al cristiano en su última lucha.
¿ Habia acaso estado solo, durante tan larga noche, en el antiguo
almacen aquel , cuya alma amorosa y valiente habia suportado que
le maltrataran tan horrorosamente ? No ; pues tuvo á Dios por pro
tector y por testigo .
Cuando Legree se echó sobre él, Tom tuvo mas que nunca nece
sidad de la asistencia divina . Su amo, cegado por su voluntad des
pótica, obligábale á hacer traicion a la inocencia. Tom hubiera po
dido poner término á sus tormentos con una cobardía , pero perma
neció firme como una roca ; no ignoraba que al saberlo los otros
tenia que renunciar á su misma salvacion, y los mas crueles du
lores no pudieron arrancarle sino palabras de piadosa conformi.
dadad .
Está casi muerto, amo, dijo Sambo, compadecido á pesar suyo
de la paciencia de la víctima.
Que se le pegue hasta que ceda, esclamó Legree : i látigo en
él, látigo en él ! Daria toda mi sangre porque confesara.
Tom abrió los ojos y los fijó sobre su amo :
i Miserable ! Eso es todo lo que tú puedes hacerme , у sin em
bargo te perdono en lo íntimo de mi alma.
Entonces el pobre negro perdió el conocimiento .
- Bajo mi palabra, dijo Legree aproximándose para examinarle,
creo que ha muerto . En efecto, ya cerró la boca por última vez, y
eso es un consuelo.
Sí, Legree, ipero quien alentará la voz de tu alma, de esa alma,
que el arrepentimiento mismo no podria salvar, porque arde en ella
un fuego que no se apaga nunca!
299
Tom no habia exhalado el últimosuspiro. Sus súplicas, sus últimas
palabras habian impresionado á los negros, instrumentos de su
suplicio. Así que Legree se retiró, transportaronle al salon , y aquellos
verdugos á pesar de su ignorancia, hicieron cuanto estuvo de su
parte para volver a la vida a su víctima, como si con ello le hicieran
un gran favor.
- Es cierto, dijo Sambo, que hemos cometido una gran infamia ;
pero creo que nuestro amo será el solo responsable de ello .
Lavaron las heridas del moribundo : hicieronle con algodon ave
riado una cama grosera sobre la cual le acostaron . Uno de ellos
penetró en la casa y pidió un vaso de aguardiente á Legree bajo
el pretexto de que estaba muy fatigado. Llevose el líquido y lo virtió
en la boca de Tom .
i Oh Tom ! dijo Quimbo, hemos sido muy crueles contigo .
- Te perdono de todo corazon, respondió éste con voz desfalle
cida .
1 Tom ! esclamó Sambo, dinos ¿ quien es ese Jesucristo que ha
estado a tu lado casi toda la noche ? ¿ Quien es ?
Esa pregunta reanimó al moribundo. El reasumió en algunas
frases enérgicas la vida y pasion del Salvador : dijo que estaba pre
sente en todas partes, y que su misericordia era infinita .
Entonces lloraron aquellos dos hombres fieras.
Y que yo no haya jamás oido hablar del Evangeliol dijo
Sambo. Pero creo en él, no hay remedio. i Que Jesucristo tenga
piedad de nosotros !
Pobres criaturas ! añadió Tom : aceptaria de buen grado la
agonía, si pudiese restituiros al Señor. Cristo, Señor mio, dame aun
esas dos almas .
Esta plegaria fué aceptada.

CAPÍTULO XLI .
EL AMO .

Dos dias despues un joven atravesaba en carruage la entrada de


la finca ornada de árboles de la China, y arrojando precipitadamente
las riendas sobre el cuello de su caballo, preguntó por el propietario.
Este era Jorge Shelby ; y para que sepamos como se encontraba
allí, necesario es que nos contraigamos a la época en que le dejamos.
La carta de miss Ofelia á la señora Shelby, antes de llegar á su
destino, se habia demorado desgraciadamente por espacio de dos
300
meses en una administracion de correos lejana ; así es que cuando
fué recibida Tom estaba ya perdido en medio de las estensas sabánas
del rio Rojo .
La señora Shelby tomó el mas vivo empeño ... por mejorar la
suerte del pobre tio Tom ; pero le era imposible de momento ocu
parse directamente en ello : el señor Shelby estaba enfermo en cama
con calentura y delirando. Jorge, su hijo se habia hecho cargo de
la administracion de los bienes desu padre. Miss Ofelia no nombraba
en su carta el apoderado á quien habían encomendado la liquidacion
de la herencia de Saint-Clare ; y todo lo que se podia hacer de mo
mento era escribirle una carta pidiéndole noticias sobre ello . La sú
bita muerte de M. Shelby multiplicó los inconvenientes y todavía
mas teniendo su esposa como albacea que practicar todas las dili
gencias consiguientes al arreglo de la testamentaría. Hallábase por
esto, la buena señora á la cabeza de una fortuna considerable pero
llena de atenciones importantísimas que no podia descuidar un ins
tante . Con la energía que la caracterizaba, emprendió el arreglo y
exámen de las cuentas, pago de créditos y otras diligencias para
poner en órden todos los negocios de su casa. Mientras que asociada
de su hijo se ocupaba en tan urgentes negocios, recibió una carta
del agente y director de los asuntos de Saint-Clare : decia éste, que
no sabia nada, que únicamente habia recibido el precio en que fué
vendido Tom , quien fué adjudicado al comprador en almoneda pú
blica .
Esta respuesta no satisfizo á los Shelbys : á los seis meses, Jorge
tuvo que hacer un viage rio abajo por el Mississipi para ir al arreglo
y conclusion de un negocio ; por lo que resolvió demorarse en
Nueva- Orleans para hacer allí averiguaciones sobre el pobre negro.
Por mucho tiempo fueron infructuosas; pero al cabo encontró casual
mente con un individuo que le reveló la suerte de Tom . Jorge tomó
una suma considerable y emprendió la subida del rio Rojo en un
buque de vapor, con la firme resolucion de descubrir el paradero de
su amigo, y rescatarlo.
Introdujosele en la casa, y encontró á Legree en el salon principal ,
quien le recibió con frialdad aunque guardándole las consideraciones
que se deben á una persona estraña.
He sabido , dijo el jóven , que Vd . habia comprado en Nueva
Orleans un negro que se llama Iom, antiguo esclavo de mi padre ;
vengo á rescatarlo , si Vd . no tiene inconveniente en vendérmelo.
- En efecto, respondió Legree, colérico , he comprado á ese hom
bre ; pero jamás he hecho peor adquisicion. Es insolente y testarudo;
por su causa todos mis esclavos están dispuestos á fugarse; ha favo
recido la huida de dos mujeres que por lo menos valian mil pesos
fuertes cada una . No ha negado su complicidad, pero por más que
le he castigado y amenazado para obligarle á revelar el asilo en
donde se ocultaban, ha tenido el atrevimiento de responderme que
aunque sabia el paradero de esas malvadas, no lo descubriria nunca .
Le he hecho dar el castigo mas tremendo que en mi vida he pegado
á ningun negro . En fin, en este momento está espirando.
301
-¿En dónde está el infeliz ? Preguntó Jorge con ímpetuosidad .
En el antiguo almacen, respondió un negrito.
Dió Legree un puntapié al muchacho, pero Jorge sin articular una
palabra corrió precipitadamente á la habitacion indicada.
Hallábase alli Tom desde la noche fatal : mas no sufria el desgra
ciado ; los desapiadados golpes agotaron toda su sensibilidad , y le
postraron en una profunda letargia : mas era tal la fuerza de su or
ganizacion , que su alma luchaba desesperadamente para despren
derse de sus materiales lazos . Sus compañeros, favorecidos por las
sombras de la noche, iban á socorrerlo ; pero los infelices no podian
suministrarle sino un triste vaso de agua . Sin embargo se reunian
para pedir á Dios por el desdichado, para implorar en su favor los
auxilios de unSalvador, cuyo nombre ignoraban.
Habia oido Cassy hablar del sacrificio que Tom acababa de consu
mar por ella y por Emelina :y apesar que sabia á cuanto se esponia
si por casualidad llegaba a ser descubierta , pasó furtivamente á
visitar á su generoso amigo en su lecho del dolor, postróse de ro
dillas a la cabecera del moribundo, y anegada en llanto , imploró
fervorosamente las misericordias del último.
Apenas salió Cassy de aquella habitacion , en adelante santificada
por el martirio del desgraciado, entró Jorge como á reemplazarla .
Al aspecto del infeliz sobrecogióse su corazon tan fuertemente que
estuvo a punto de desmayarse .
¡En qué estado te encuentro, mi querido amigo ! esclamó pos
trándose de rodillas al lado del gergon, en donde yacia el agonizante.
Impresionaron estas palabras á Tom , y moviendo lentamente la
cabeza, balbuceó : i¡ Bendito seais, Señor, vos que transformais el lecho
fúnebre en donde yace la agonía , en donde se duerme para no des
pertarse jamás, en un lugar de consuelo y de delicias ! ¡ Bendito
seais !
- ¡Oh mi querido Tio Tom ! esclamó Jorge llorando ; ; reanima tus
fuerzas,
llamabas
y háblame! ¿ No me conoces ? Soy Jorge, el niño á quien
tu hijo .
Señor Shelby ! respondió Tom con voz debilitada.
Poco a poco se despejó su imaginacion , brillaron sus ojos, y se
reanimó su fisonomía ; y levantando con suma dificultad las manos
al cielo, é inundándose sus ojos de consoladoras lágrimas, pror
rumpió :
- ¡ Alabado seais, Dios de bondad y de misericordia ! i; Hé ahí
cumplidos mis deseos ... pensaban todavía en mí!...Mi corazon se ha
confortado, y la aparicion de mi jóven amo ha sido el mayor consuelo
que, al dejar este mundo de crímenes y de miserias , hubierais podido
enviarme... Ahora moriré contento .
- No morirás, le dijo Jorge ; he venido para rescatarte y llevarte
conmigo á casa .
-

Ha llegado Vd . muy tarde, el Señor me ha rescatado antes, y


me da prisa para marchar yy conducirme á su celeste morada.El cielo
es preferible á Kentucky.
26
302
¡Vive, Tio Tom ! ¡ Al pensar en tus tormentos, al verte en este
misero aposento, postrado de dolor y en las puertas de la muerte, mi
corazon se comprime y despedaza !
No se lastime Vå . de mi suerte, repuso el esclavo con solemne
acento. El cielo ha venido en mi socorro, y el Señor me ha dado la
victoria. ¡ Gloria pues á su santo nombre !
Herido de la energía con que el agonizante pronunciaba aquellas
palabras, guardó Jorge un profundo silencio. Entonces Tom tomán
dole de la mano , continuó :
- No diga Vd. á Chloé el estado en que me ha encontrado ; la po
bre muger moriria de dolor. Dígala solamente que no podia perma
necer por mas tiempo en este valle de lágrimas; que Vd. me ha visto
partir para un mundo mejor, y que Dios, habiéndome sostenido por
todas partes, ha hecho menos penosa mi existencia... ¡Y mis desgra
ciados hijos.... y mi pequeñuela.... cuántas lágrimas no me han cos
tado! Recomiéndeles Vd. que sigan mi ejemplo . Asegure Vd ., en fin,
de mi constante amistad á mi amo , á mi bondadosa señora,уy á todos
los habitantes de la propiedad .... A todos los amo, y los bendigo en
mis últimos instantes.... ¡ Ah, mi querido señorito, cuán consoladora
es la suerte de ser hijo del Crucificado, y de seguir su santa doctrina,
su divino ejemplo !
En aquel instante presentóse Legree en la puerta del antiguo al
macen, ypaseando lavista por aquel triste cuadro, se alejó con afec
tada indiferencia.
¡ Viejo malvado ! le apostrofó el jóven Jorge con indignacion.
Me complazco creyendo que un dia, que no ha de estar muy lejano,
serás precipitado en el infierno.
¡Cuidado con esas ideas ! le dijo Tom apretando la mano de su
jóven amo. Es un desgraciado : si se arrepiente, el Señor le perdo
nará todavía ; mas me temo que muera en su pecado.
Así sea,pues noquisiera verlo en el paraíso.
¡Por Dios Santo, señor Jorge, no hable Vd. de ese modo ! No me
ha hecho ese hombre mal alguno, y debo, por el contrario, estarle
agradecido; él ha sido quien me ha abierto las puertas de los cielos.
La fuerza sobrenatural que la alegria de esta entrevista habia co
municado al moribundo, le abandonó de repente. Cerró los ojos, no
tándose en todo su semblante la sublime y misteriosa transformacion
que siempre precede á los últimos instantes del hombre. Levantábase
su ancho pecho, volvia á su sér por intervalos, y en la cruel lucha
de la vida con la muerte, una respiracion entrecortada salia de sus
profundas cavidades. En suma, la imágen de un triunfador estaba
pintada en su santa fisonomía .
-¿Quién es capaz de arrebatarnos jamás el amor de Jesucristo ? |
balbuceo con voz débil .
En aquel instante voló su alma al seno de Dios.
Contemplóle Jorge con veneracion. Parecióle que aquella mansion 1
del justo quedaba para siempre consagrada. En seguida cerró respe
tuosamente los ojos de su amigo, repitiendo :
Cuán grande y consoladora es la dicha de ser cristiano !
1

1
303 -

Levantóse, y vió á Legree á sus espaldas. La elocuente escena de


la agonía de Tom habia escitado ardientes emociones en el alma del
jóven . Habia concebido contra el vil propietario un profundo horror ,
y asi no es de estrañar que su primer pensamiento hubiese sido el de
partir y evitar en lo posible toda relacion con él .
Fijó enseguida sus penetrantes ojos sobre Legree, y mostrándole el
cadáver, le dijo :
Hélo ahỉ, como Vd. lo ha puesto . ¿ Cuánto quiere Vd. por el
cuerpo del difunto ?
No vendo a los negros despues de muertos ; puede Vd. darle
sepultura del modo que mejor le plazca.
¡ Muchachos ! dijo Jorge á los negros que se hallaban al rede
dor del difunto : traed un ataud , poned el cuerpo de Tom en él, y
colocadle en mi carruaje .
Así lo ejecutaron en presencia de Simon , quien, afectando la mayor
indiferencia , siguió á Jorge. Este, en fin, le dijo con aparente se
renidad :
Nada he dicho sobre el crímen que acaba Vd . de cometer ; aun
no ha llegado el momento. Mas la sangre del inocente grita venganza :
denunciaré al primer magistrado que encuentre el asesinato con que
ha manchado Vd . sus homicidas manos .
- Como Vd. quiera, amiguito ; mas en dónde hallará Vd. los tes
tigos ? ; qué pruebas ha de aducir en favor de su denuncia ? Por lo
demas, è la muerte deun negro valeacaso la pena detantamolestia?
Tales palabrasprodujeronen Jorge el mismo efecto que una chispa
de fuego arrojada en un almacen de pólvora. Y como la prudencia no
ha sido nunca la virtud cardinal de los hijos de Kentucky, Jorge,
indignado , dió á Legree un fuerte bofeton y echándolo por tierra,
subióse sobre el miserable : hubiérase dicho al verlo , que era el glo
rioso homónimo del vencedor del dragon .
Hay algunos hombres que necesitan correcciones de este género :
pues conciben un profundo respeto por las personas que les atacan.
Legree era delnúmero de tales séres; tan cobarde comocrueldejó
alejarse el carruaje sin protestar siquiera contra el tratamiento de
que el jóven le håbia dado.
Habia visto Jorge á corta distancia de los límites de la propiedad
una colina arenosa poblada de árboles, y allí dirigió sus pasos para
dar sepultura al cataver.
Apenas puso pié en tierra, mandó a los dos esclavos que le acom
pañaban , que abriesen una sepultura; ejecutáronlo así al punto.
-¿Señor, le quitamos la capa ?
- De ningun modo . Es la única cosa que puedo darle, mi querido
Tom , y la llevarás.
Colocaron enseguida el cuerpo del difunto en la fosa, la cubrieron
silenciosamente de tierra,y despues de haber plantado sobre ella
cesped , y varios arbustos, emblemas de la muerte, dijo Jorge á los
negros, dándoles unas monedas .
Ahora podeis retiraros, hijos mios .
Mas los desconsolados esclavos no se movieron .
304
; Señor, comprenos Vd. , por piedad ! Le serviremos con la
mayor fidelidad. Nuestra vida en esta casa es sumamente penosa ;
cómprenos Vd ., por piedad,
-Mees imposible, queridos mios, respondió Jorge embarazado y
haciéndoles señas de marchar .
Encamináronse desconsolados los dos infelices, y el jóven Shelby
se arrodilló sobre la tumba de su amigo .
- ¡ Dios eterno, esclamó, póngote por testigo que desde este mo
mento , haré todos mis esfuerzos, para libertar á mi país natal de la
plaga de la esclavitud !
Ningun monumento indica la última morada de nuestro amigo :
mas Dios sabe en donde descansa el infeliz Tom , y el negro oprimido
resucitará inmortal para participar a la gloria de los escogidos. No
lastimeis su suerte ; su vida y su muerte inspiran mas bien la piedad,
pues que á los ojos del Señor solo son preciosos el amor, la abne
gacion de sí mismo, la caridad ; ; Dichosos mil veces aquellos que
son llamados á llevar su cruz ! á ellos se dirigen las siguientes pa
labras del Evangelio : « Bienaventurados los que lloran porque ellos
serán consolados. »

CAPÍTULO XLII.
HISTORIA DE LOS APARECIDOS .

Por razones que son fáciles de concebir, los rumores de las apari
ciones se propagaban entre los esclavos de Legree : habian oido
pasos, habian visto á un espectro bajar la escalera y circular por
toda la casa . Mas aun cuando cerraban todas las puertas para im
pedir la entrada del fantasma, éste continuaba sin embargo sus
paseos con una libertad verdaderamente alarmante .
Diversos eran los pareceres sobre la forma del aparecido ; así los
negros como los blancos cierran los ojos al ver un ser fantástico, ó
se cubren la cabeza atemorizados ; por consiguiente, hablando cada
uno segun sus diversas impresiones, necesariamente habia de ser
diferente la pintura que cada uno hacia del fantasma. Con todo es
taban de acuerdo en decir, siguiendo la inveterada costumbre de
las sombras, que el aparecido iba cubierto con un lienzo blanco .
Ignoraban los negros de Legree la historia antigua ; no sabian que
Shakspeare habia descrito este traje blanco , al referir, que los muer
tos, revestidos de un lienzo erraban por las calles de Roma . La
conformidad de la opinion de los esclavos con la del gran escritor
305
es por cierto un hecho curioso de pneumatología que recomendamos
á la atencion de los sábios .
Como quiera que sea, en las horas escogidas ordinariamente por
las sombras , una colosal figura , cubierta con una sábana blanca,
erraba por toda la casa del propietario, abria todas las puertas,
desaparecia por intervalos subia las escaleras que conducian al
cuarto fatal sin que ningun mueble de la casa se resintiese de la
visita de la sombra . Trataron con el mayor cuidado de ocultar á
Legree lo que sucedia, mas fué no obstante avertido de ello . Apa
rentó al principio un profundo desprecio, pero padecia en secreto
horribles angustias y bondos temores que en vano se esforzaba en
desechar pormas que se dió á la bebida .
A la mañana siguiente del entierro de Tom , fué á la ciudad inme
diata para asistir a una orgía : regresó ya muy adelantada la noche,
y cerrando enseguida la puerta quitó la llave y se acostó.
En vano el impío lucha contra su conciencia para ahogar sus
remordimientos ; su alma le pone continuamente en evidencia sus
crímenes, y, por mas que se esfuerce, jamás puede lograr la perdida
tranquilidad . Así Legree, cerró la puerta de su cuarto para impedir
la entrada de los malos espíritus; puso un par de pistolas bajo de su
almohada, dejó la luz encendida, se metió en cama, y seguro con
tantas precauciones, de que nadie polia ya molestarle, se durmió
profundamente. Mas al cabo de unas dos horas se despertó soñando
que una terrible sombra se adelantaba hacia él ; al fijar en ella su
vista creyó reconocer sobre los hombros de Cassy, el paño que habia
servido de mortaja á su madre, pensaba que oia un confuso rumor
de suspiros y gemidos, y figurándose que tan desagradables ima
genes, no eran sino efecto de un fatal ensueño, procuró el dişper
tarse. Logrólo en parte, mas habiendo llegado á persuadirse que
habian abierto la puerta y entrado en la sala, no tuvo valor para
volver la cara. Al fin , haciendo un violento esfuerzo sobre símismo
se incorporó en la cama, y vió, asustado, que la puerta se hallaba
abierta y la luz apagada .
Estaba entonces la luna cubierta de nubes ; y á sus débiles res
plandores vió Legree un fantasma blanco vestido con un trage sin
gular, cuyo fuerto roce le estremecia . Una fria mano asió la suya, y
una voz aterradora le dijo por tres veces : - ¡Ven, ven , ven ! En se
guida desapareció la sombra .
En aquel momento echóse Legree fuera de la cama, y se dirigió á
la puerta. Mas viendo que permanecia cerrada, se desmayó .
Desde aquel instante, se dió a la embriaguez , y en vez de conte
nerse, como lo hacia antes de las apariciones, bebia con esceso, sin
pensar en las funestas consecuencias que tan repugnante vicio habia
de acarrearle. En efecto, á los pocos dias se esparció la noticia de
que Simon estaba espirando . Sus frecuentes escesos habian sido cas
tigados por la combustion espontánea , terrible enfermedad que parece
anticipar en este mundo los suplicios del infierno. Nada se ha visto
de mas espantoso que su agonía ; bregaba sin cesar, temblaba con
26*
306
horribles convulsiones, despedazábase los miembros, y hablaba de
tantas apariciones, que la idea sola helaba la sangre de cuantos le
oian. A la cabecera del desgraciado, se hallaba constantemente una
figura blanca, severa é inexorable, que le repetia sin cesar : jven,
yen , ven !
Por una singular coincidencia, la mañana del dia en que el fantasma
entró en la habitacion de Legree , hallóse abierta la puerta de la casa ,
y los negros vieron dos sombras marchar por la avenida de la pro
piedad, y dirigirse hacia el camino real .
Principiaba el sol á desplegar su dorado manto cuando Emelina y
Cassy se pararon á descansar en el bosque inmediato á la ciudad.
Como Cassy conservaba aun del tiempode su antigua opulencia di
nero, algunas alhajas y varios trajes, convinieron en que ella haria el
papel de criolla española, y Emelina el de criada.
Disfrazadas del modo que dejamos dicho, se dirigieron á la ciudad,
y compraron en la primera tienda que encontraron, unamaleta y otros
objetos de viaje, con los cuales se presentaron en la fonda como si
fuesen personas de la mayor distincion .
Mr. Shelby fué la primera persona con quien nuestras fugitivas
tropezaron. Cassy que habia observado el humano y amistoso proce
dimiento del joven con su querido Tom, que habia presenciado, con
secreta alegría, las peripecias de su encuentro con Legree, se informu
así de las preciosas cualidades quele adornaban como de sus rela
ciones con Tom .
Con lan favorables noticias, se apresuró á entablar y estrechar re
laciones con el interesante jóven . Sumamente bondadoso, se prestó
éste con la urbanidad que distingue á los habitantes de Kentucky a
satisfacer los deseos deCassy ; .y así se dedicó desde su primera en
trevista á proporcionarla el mejor camarote y demas comodidades
que la hicieran menos penoso el viaje.
Sin embargo, la fugitiva, para evitar en lo posible todo contra
tiempo, se fingió enferma, y guardó cama todo el tiempo que nece
sitó el vapor para descender el rio Rojo. Su criada Celia, nombre
que tomó Emelina para alejar de sí hasta la mas remota sospecha,
permaneció constantemente al lado de su pretendida señora. *
Entró, en fin , la embarcacion en el Mississipi, y se detuvo en aquel
>

embarcadero para tomar á su bordo á los viajeros que allí le espera


ban. Supo entonces Jorge que una estranjera queria subir el rio , y
la propuso el embarcarse en su compañía ; aceptólo, en efecto, y acto
continuo se instalaron en el hermoso vapor, El Cincinnati.
No teniendo ya Cassyporque guardar precaucion alguna, salió de
su voluntario encierro . Enteramente libre, paseábase sobre cubierta, 1
comia en la mesa comun, y desplegaba sus gracias, su amabilidad y
sus delicadas maneras, con que se captaba las simpatías de todos los
pasajeros. Todos generalmente decian al contemplarla, que era una
señora de la mayor distincion, y que debia de haber sido de una su
perior hermosura .
Desde el primer momento en que la vió, Mr. Shelby quedó herido
de su perfecta semejanza con cierta persona que él miraba con suma
307
oredileccion : mirábala sin cesar , de manera que Cassy, habiéndose
apercibido de ello, llegó á alarmarse . Habia creido nuestra fugitiva
que el jóven habia sospechado si procedencia, y así resolvió descu
brirse enteramente á él, contándole su historia . Hallábase Jorge dis
puesto á simpatizar con todos cuantos se hubieran escapado de la
propiedad de Legree, lugar fúnebre, cuyo triste recuerdo le despeda
zaba el corazon , y así con el valor irreflexivo de la juventud, prometió
que se ocuparia en su obsequio, y que la protégeria con toda su
energía .
Estaba ocupado el camarote inmediato al de Cassy por una fran
cesa llamada Thoux y por una niña de unos doce años . Habiendo sa
bido esta señora que Jorge Shelby era Kentuckiano, trató de hacer
conocimiento con él. Secundóla su hija en sus proyectos, cuyas gra
cias infantiles servian de agradable distraccion para un pasajero
condenado á no salir de la embarcacion en el espacio de quince dias.
Tomó entonces el jóven Jorge la costumbre de sentarseá la puerta
del camarote de la señora Thoux , con quien pasaba horas enteras en
diversas conversaciones. Como Cassy estaba en el camarote inme
diato, oia todo cuanto hablaban .
¿Conoce Vd ., le preguntó cierto dia la señora Thoux,- > á á un
individuo llamado Harris ?
V
Me acuerdo que vivia en Kentucky,un anciano de ese nombre,
y por cierto quehabitaba á corta distancia de mi propiedad.
Es dueño de un gran número de esclavos įno es así ? volvió á
preguntar sumamente conmovida .
En efecto, señora, respondió Jorge admirado .
Sabe Vd . si todavía conserva á un mulato llamado Jorge ?
-Sí, se ha casado con la doncella de mi madre, y se han huido y
establecido en el Canadá.
¡ Qué Dios sea mil veces alabado ! esclamó la señora Thoux .
Cada vez mas sorprendido, Jorge deseaba interrogar á su interlo
cutora ; mas no se atrevió .
10
i Es mi hermano ! prorrumpió anegada en llanto .
i Su hermano de Vd . , señora !
Ciertamente, respondió levantando orgullosamente la cabeza, y
enjugando sus lágrimas. Mr. Shelby ; i Jorge Harris es mi hermano !
¡ Qué es esto ! dijo pasa sí el jóven, retrocediendo para contem
plar mejor á la señora Thoux .
- Cuando yo era jóven, replicó ella, me llevaron para ponerme en
venta en los Estados del Sud ; compróme un hombre generoso, que
me llevó a las Antillas, donde me libertó, y se casó conmigo. Hace
poco que él ha muerto, y he venido á Kentucky para tratar de buscar
à mi hermano, y libertarle,
Yo le he oido hablar de su hermana Emilia, quien fué vendida
al Sud .
1
Esa soy yo. Quiere Vd . darme algunos detallessobre ...
-
Es un hermoso jóven : aunque la maldicion de la esclavitud
haya pesado sobre él , ha dado pruebas de honradez y de inteligencia .
Yo quisiera tambien saber porque ha tomado muger en mi casa.
308 -

¿Qué clase de muger? preguntó la señora Thoux con ansiedad.


Un tesoro ! .... una joven hermosa, inteligente y muy piadosa.
Mi madre la babia criado como si fuera su hija. La muger de Jorge
sabe leer, escribir, coser, bordar y canta divinamente.
¿ Ha nacido en casa de Vd . ?
No señora, mipadre la habia comprado en una de sus escur
siones á Nueva-Orleans, y la trajo de regalo á mi madre . Tenia en
tonces la muchacha ocho ó nueve años. Mi padre no habia querido
nunca confesar cuanto le habia costado ; pero el otro dia hojeando sus
papeles, descubrimos la copia de la escritura de venta, y habia dado
por ella una suma considerable, sin duda ambicioso de poseer tan
rara belleza .
Jorge Shelby daba la espalda á Cassy, sin advertir el interés con
que ella seguia estos detalles. De repente , le tocó en el brazo ; ella
estaba pálida de emocion .
¿ Sabe Vd . el nombre de las personas á las cuales compró su
padre esa niña?
Creo que fué un tal Rutler quien la vendió y cierto Simon quien
corrió el negocio; á lo menos esos nombres firman la escritura .
¡Oh Dios mio ! dijo Cassy, y cayó desmayada sobre la cubierta
de la cámara .
Jorge Shelby y la señora Thoux se levantaron precipitadamente.
Estaban muy agenos de sospechar la causa del desmayo de Cassy,
pero mostraron el interés que es natural en caso semejante. Jorge
por un sentimiento de humanidad socorrió a la desmayada, y virtió
una cofaina rompiendo dos vasos. Muchas señoras, sabedoras de que
una de las compañeras de viage estaba enferma, cerraron las puertas
de sus camarotes, é interceptaron el aire en cuanto les fué posible. En
suma, todo pasó del modo que debia suceder.
¡ Pobre Cassy !... Cuando recobró los sentidos, se volvió del lado de
la obra muerta y lloró como un niño. Madres, Vds. podrán decirme
quizás lo que ella pensaba , acaso no podais. Ella decia consigo
misma que Dios se mostraba al cabo misericordioso, y que estaba
seguro de volver á ver su hija. En efecto, algunos meses despues.....
pero no anticipemos los acontecimientos .

CAPÍTULO LXIII .
JORGE Y SU FAMILIA ,

Pronto contaremos lo que nos resta de nuestra historia . Interesado


Jorge Shelby en este incidente romanesco entregó á Cassy el contrato
309 -

de venta de Elisa, cuyos nombres y fecha correspondian perfectamente


á los hechos que yaconocia la madre, por consiguiente no le que
daba la mas mínima duda sobre la identidad de su hija, y sola fal
taba hallar las huellas de los fugitivos.
La señora de Thoux y Cassy, reunidas por la analogía de su suerte,
pasaron inmediatamente al Canadá y vieron todas los desembarcade
ros por donde pasaban los númerosos fugitivos que atravesaban la
frontera. En efecto, esas señoras hallaron en Amherstburg el misio
nera en cuya casa habian sido recibidos Jorge y Elisa á su llegada ,
y merced a sus indicaciones , pudieron seguir las huellas de la fami
lia hasta Monreal .
Los dos esposos hacia cinco años que se hallaban libres ; y así es
que Jorge ocupado constantemente en casa de un mecanista, ganaba
lo suficiente para sostener honradamente a su familia, que contaba
ya una niña mas .
Enrique, jóven muy vivo y dispuesto, se hallaba en una buena
institucion en la que hacia rápidos progresos.
El digno ministro del desembarcadero de Amherstburg quedó tan
impresionado de la relacion que le hicieron las dos señoras, que se
decidió á acompañarlas á Monreal para facilitar sus investigaciones,
encargándose la señora de Thoux de todos los gastos del viage.
5. Pasemos ahora por un momento á una linda casa del arrabal Mon
real . Era ya de noche, habia un buen fuego, y allí se veia una mesa
con sus manteles, dispuesta á recibir un servicio de té . A un lado del
UB
cuarto se ballaba otra mesa cubierta con un tapete verde, un escri
2 torio, plumas y papel, y encima de ella una pequeña biblioteca . Allí
era donde trabajaba Jorge, pues habia conservado ese deseo de ins
truirse, deseo que le habia hecho aprender á leer y escribir desde su
infancia. No obstante la fatiga de un trabajo asiduo al que se dedi .
caba á hurtadillas, se hallaba en aquel momento delante de su escri
torio tomando notas .
Vamos, le dijo Elisa, Vd . ha estado fuera todo el dia , deje ese
libro, y hablemos un poco mientras que preparo el té.
La niña secunda los esfuerzos de su madre tratando de arrancar
el libro de las manos de su padre, y poniéndose en seguida sobre sus
rodillas .
- Preciso es obedecerte, encantadora niña , dijo Jorge cediendo
como
ci
debe hacerlo siempre un hombre en semejantes circunstan
! as .
Está bien, dijo Elisa .
Elisa habia engordado ya un poco ; sus cabellos estaban mejor
compuestos ; parecia ya tener algunos años mas, y en su fisonomía
se veia claramente la alegria .
- Enrique, dijo Jorge dándole un golpecito sobre la cabeza, ¿ has
hecho tu cuenta de sumar ?
Enrique no tiene ya sus cabellos largos ; pero ha conservado su as
pecto digno, sus pestañas suaves como la seda y sus ojos vivos que
se animan en el momento en que contesta así :
310
Si, señor, he concluido mi cuenta sin que nadie me haya ayu
dado .
– Me alegro mucho ; trabaja con esmero y llegarás á poseer las
ventajas que faltaron á tu padre .
En el mismo momento llaman á la puerta, Elisa se levanta y abre
diciendo con marcada alegria : -¿Con qué es Vd.?
Su marido se levantó inmediatamente para recibir al ministro de
Amherstburg, al paso que Elisa al ver las dos mugeres que le acom
pañaban les dice que se sienten.
Elbuen eclesiástico habia combinado un programa que pensaba
llevar a cabo ; y así es que en el camino recomendó mucho a las que
le acompañaban que se conformasen enteramente á sus instruccio
nes. Les hizo pues seña para que se sentasen , saca su pañuelo é iba
á principiar un discurso preliminar cuando no pudo menos de cons
ternarse al ver, no obstante el plan adoptado, que la señora de Thoux
echa los brazos al cuello de Jorge, diciéndole las siguientes palabras
sinninguna precaucion oratoria :
¡ Oh Jorge! ¿ No me conoces ya ? ¡ Yo soy tu hermana Emilia !
Cassy está mas tranquila, y es muy probable que no se descubrirá;
pero aparece en esto la pequeña Elisa que tiene exactamente la
misma fisonomía, los mismos cabellos y la misma conformacion física
que tenia su madre a su edad... Así es como Cassy habia visto á su
hija la última vez .
La niña mira á aquella persona estraña con mucha curiosidad , y
Cassy
dic
la toma en sus brazos, la estrecha contra su corazon y le
e:
Querida mia, iyo soy tu madre!
Cassy cree realmente ver a su hija .
Dificil era por cierto restablecer el órden ; pero por fin el buen mi
nistro , aprovechando un momento de mas sosiego, principia á pro
nunciar su discurso, el que produjo tanto efecto que las lágrimas
corrian de las megillas de sus oyentes, éxito capaz de satisfacer á
todos los antiguos o modernos.
Los que asistian á esta escena se hincan de rodillas, y el digno
hombre principia á rezar con fervor, pues hay sentimientos que se 1

presentan tan tumultuosamente, y que solo pueden dominarse derra


mándolos por decirlo así en el seno del Todopoderoso. Cuando al
cabo de un rato se levantaron los miembros de esta familia , aumen
>

tada así tan inesperadamente , se abrazan unos á otros llenos de con


fianza en aquel que supo reunirlos despues de tantos peligros.
Las notas de un misionero ocupado en recoger refugiados contie
nen verdades mas estrañas aun que si fueren ficciones. ¿ Y cómo
podria suceder de otro modo cuando el régimen de la esclavitud dis
persa familias enteras á todo viento cual ojas que esparce la intem
perie del otoño ? El Canadá, este punto de asilo, estepuerto hospita
lario las ve reunirse con frecuencia despues de haber transcurrido
muchos años, y cuando se creian divididas para siempre. No es fácil
poder pintar la benéfica acogida que recibe el que ha podido eva
dirse, por todo el mundo espera llegar á tener alguna noticia, ya sea
- 311
de una madre, ya de una hermana, de un padre ó de un niño que
ha perdido de vista en las tineblas de la esclavitud.
Con mucha frecuencia se ven entre los proscritos acciones de he
roismo superiores a las que puede crear la imaginacion de los novelis
tas, pues se ve á los hombres que pudieron conquistar la libertad ir á
arrostrar toda clase de tormentos y hasta la muerte para ir a buscar
una esposa, una madre ó una hermana en el país que han dejado.
Un jóven, cuya vida nos ha contado un misionero, cogido dos veces
y castigado cruelmente, pudo escaparse por tercera vez, y en una
carta que tenemos a la vista, anuncia á sus amigos que aun va á vol
ver atrás para ver si puede poner en libertad á su hermana. ¡Y quién
i no haria otro tanto por una hermana !
Pero volvamos a hablar de nuestros amigos á quienes hemos de
jado ocupados en serenarse un poco con motivo de una alegria de
masiado viva y repentina. En este momento cenan juntos, y parecen
estar en muy buena inteligencia ; pero es de advertir que Cassy
tiene en sus rodillas á Elisa y la estrecha de vez en cuando en sus
1. brazos de un modo que sorprende un poco á la niña .
Al cabo de algunos dias se advierte tal cambio en Cassy que nues
tros lectores no la conocerian , pues su semblante triste ha tomado
una espresion dulce; se la ve mas asídua en todo, se reune con mas
frecuencia con la familia, y su corazon tiene otro cariño que le era
desconocido . Podria uno decir que amor se inclina naturalmente
hacia Elisa mas bien que hácia su hija , pues aquella es el retrato
fiel de la que habia perdido. Cassy por medio de la segunda Elisa
va cogiendo afecto á la muger de Jorge, cuya sólida piedad, soste
nida por una práctica constante, devuelve la paz y la tranquilidad al
espíritu de sumadre conmovida por tan crueles vicisitudes. Merced
á esta saludable influencia Cassy entra por decirlo así en su razon y
en su fe .
La señora de Thoux pone a su hermano al corrientede sus nego
cios. La muerte de su esposo la dejó dueña de una fortuna conside
rable que quiere dividir con él ; pero cuando dice á Jorge que es lo
que puede hacer en su obsequio , éste contesta : Solo quiero que
me des un poco de educacion , querida Emilia ; pues esto es lo que
siempre he apetecido, y en cuanto á lo demas queda de mi cuenta .
Despues de una madura reflexion se decidió - á que toda su familia
vaya a pasar algunos años á Francia , y al efecto se embarca aque
la toda reunida .
Emelina hizo tambien el viage ; şu hermosura agradó sobremanera
al primer teniente del buque, quien se casó con ella al llegar al
puerto .
Jorge pasó cuatro años en una casa de educacion francesa en
donde estudió con mucha aplicacion para completar su educacion ;
pero los sucesos políticos ocurridos en Francia decidieron a la fami
lia á volver al Canadá.
Para que puede juzgar el lector cuales eran los sentimientos у las
į opiniones de Jorge, vamos á reproducir la siguiente carta que escri
i bió á un amigo suyo :
312

« Mi querido amigo,
« No deja de embarazarme mi porvenir. A la verdad, como usted
me ha dicho, puedo ser admitido entre los blancos del país, y con
fieso que seria dificil reconocer mi orígen por el color mio y el de mi
familia ; pero si he decir lo que siento no tengo muchas ganas de
lanzarme en la sociedad europea.
« Mis simpatías son en favor de la raza de que ha salido mi ma
dre y no por la de mi padre . Para con éste yo no tenia otro valor á
sus ojos que el que se tiene por un hermoso perro, al paso que mi
madre mimiraba como un hijo , por manera que, no obstante que no
la he vuelto á ver despues de la cruel venta que nos separó , estoy in .
timamente convencido de que siempre me amó con mucha ternura.
Cuando refiexiono todo lo que esta muger ha sufrido, y cuando pien
so en mis propias desgracias y en los esfuerzos heróicos de mi es
posa , no esperimento el mas mínimo deseo de identificarme con los
blancos. Soy franco y lo digo como lo siento, simpatizo sobremanera
con la raza africana, y mas quisiera tener el color mas obscuro que
parecerme á criollo ,
« El constante deseo que ambiciona mi alma es el de llegar á
constituir una nacionalidad africana. Quisiera un pueblo que tuviese
una existencia á parte ; & pero dónde la hallaremos ? Haiti no tiene
estos elementos, pues los habitantes de este país fueron educados
por un pueblo afeminado y gastado, y será preciso que pasen siglos
para que vuelvan al estado que deben ocupar .
a ¿ Adónde ir pues ? Veo en las costas de Africa una república for
mada por un pequeño número de hombres que no deben á nadie su
instruccion sino a sí mismos, y que supieron salir de la esclavitud
por su energía. Esta república ha pasado por un estado preparatorio
de debilidad, hasta que al fin se hizo reconocer á la faz del mundo
por la Francia y por la Inglaterra. Allí es donde quiero ir para ad
quirir el título de ciudadano.
No ignoro que usted está pronto a condenarme ; pero oigame an
tes. Durante mi residencia en Francia me he interesado en la histo
ria de mis hermanos de América , asisti desde lejos á la lucha entre
los abolicionistas y los partidarios de los colonos, y he adquirido
ideas que nunca me hubieran venido si hubiese tomado parte en la
Jucha.
a Nuestros opresores han trazado un cuadro infiel de la república
de Liberia á fin de retardar nuestra emancipacion. Pero ¿ no hay acaso
un Dios cuyos designios se cumplen antes que los proyectos de los
hombres, y no puede acaso fundar una nacion para nosotros apesar
de tantos obstáculos ? #

« En la época en que vivimos una nacion se crea en un solo dia ,


pues encuentra ya resuelto el gran problema de una civilizacion
completa y de una vida republicana, sin tener que descubrir nada ,
pues solo le basta poner en aplicacion lo que conviene . Unamos pues
nuestras fuerzas, y ya veremos el partido que podremos sacar de
313
este nuevo establecimiento. Un magnífico continente como el Africa
nos tiende los brazos, y nuestra nacion propagará en derredor suyo
la civilizacion y el cristianismo. Fundaremos sobre el suelo africano
poderosas repúblicas, las que, propagándose con la rapidez y fecun
didad de las plantas tropicales, se desarrollarán en los siglos veni
deros.
« ¿ Querria usted acaso que abandonase mis hermanos oprimidos ?
Crea que no. Dios me libre de olvidarlos un solo instante . Pero ¿ qué
es lo que puedo hacer por ellos ? ¿ Puedo acaso romper sus cadenas ?
No. Los esfuerzos de un hombre solo son de muy poco valor ; pero
que llegue el tiempo en que pueda hacer parte de un pueblo que
ਦੇ..
tenga voto deliberativo en el consejo de las naciones, y entonces
hablaremos. Una nacion tiene el derecho de mandar, discutir, exigir
у defender la causa de la raza que representa, mas un individuo no
le tiene.
« Si la Europa llega á ser como lo espero una gran confederacion
de pueblos libres; si desaparecen para siempre la desigualdad social
y la injusticia tiránica , y si llegan
у á reconocernos como lo hicieron la
Francia y la Inglaterra, entonces nos presentaremos en el congreso
de los pueblos y haremos presente el derecho que tiene nuestraraza
despreciada y avasallada. En este caso fs imposible que la América,
este país libre y culto, no haga desaparecer de su blason la barra
que la deshonra y que imprime el sello de la infamia en la frente de
los oprimidos.
« Usted me dirá que tenemos el derecho de incorporarnos a la re
pública americana lo mismo que los alemanes, los italianos é irlan
deses. Estamos de acuerdo, y digo que hasta deseríamos salir del
0:54 estado en que nos hallamos y elevarnos por nuestro valor individual,
sin ninguna consideracion. Los que nos contestan este derecho se
ponen en contradiccion con los principios que profesan . Creo que la
raza africana tiene cualidades particulares superiores tal vez á las de
de los anglo - sajones.
« Estos últimos han desempeñado un papel en el mundo en una
época de lucha y de incertidumbre, su mision estaba en armonía con
1- sú enérgica inflexibilidad ; pero, como cristiano aspiro á verme en
una nueva era . Creo que no tardaremos en entrar en ella, pues la
Ere agitacion convulsiva de las naciones no es otra cosa para mí que el
do penoso nacimiento de una época de paz y de fraternidad universal.
le « El desarrollo del Africa debe de ser esencialmente cristiano . Sus
aabitantes no han nacido quizás para ser conquistadores ; pero en
ca cambio son de un carácter muy humano, magnánimo y misericor
3 diosu. Víctimas durante muchos años de la injusticia y de la opre
us sion , tienen necesidad de penetrarse de esta sublime doctrina de
Ti amor cristiano y de resignacion, la sola que puede asegurar la vic
toria .
« Confieso francamente que tengo momentos en que pierdo el va
lor, pero mi muger es una roca, es mi apoyo ; me predica el Evan
· gelio con elocuencia, me indica mi mision y me hace olvidar
27
que en
314
mis venas corre la sangre de los sajones. Como patriota y cristiano
me dirijo á mi país predilecto, al Africa, a la que he aplicado mas de
una vez estas palabras del profeta : « Tú has sido detestada y aban
donada, Уy el mundo huia de tí ; pero yo te daré una fuerza y supe
rioridad que hará un dia la alegria de las generaciones. »
« Usted me llamará un entusiasta ciego, Уy dirá que no he reflexio
nado en las consecuencias de mi empresa ; pero debe usted estar
persuadido de que todo lotengo bien calculado. Pienso encontrar en
Liberia no unos Campos Eliseos romanescos, sino un rincon de tierra
para cultivarlo. Trabajaré hasta que muera, y llegaré á vencer los
obstáculos que se presenten sin perder el valor . Con este objeto
marcho y no creo equivocarme .
« Sea cual fuere su parecer con respecto á mi resolucion, espero
que su confianza no me faltará, y estépersuadido que todas mis ac
ciones irán dictadas por el amor que tengo por mis hermanos.
( JORGE HARRIS. »

Jorge, algunas semanas despues de haber escrito la precedente


carta se embarcó para el Africa, acompañado de su muger, sus hijos,
hermana y demas familia. Si no nos equivocamos llegará un tiempo
en que se hablará de él.
Poco tenemos que decir de los demas personajes de nuestra hislo
ria ; pero consagraremos a Jorge Shelby un capítulo de despedida, y
ahora vamos á dedicar algunas cortas líneas á miss Ofelia .
Cuando ésta volvió á Vermont con Topsy, las personas de su fami
lia les pareció que introducia en ella un nuevo elemento cuando me
nos inútil ; pero fueron tan eficaces sus esfuerzos que su discípula no
tardó en captarse el aprecio de todos . Luego que Topsy llegó a la ado
lescencia quiso ser bautizada, y en breve dió tantas pruebas de celo
é inteligencia que no tardó en ser destinada como 'misionero á un
distrito del Africa .
Para satisfaccion de algunas madres debemos añadir, que en vista
de las investigaciones hechas por la señora de Thoux, parece que el
hijo de Cassy lleno de energia y actividad pudo evadirse algunos
años antes que su madre, y fué recogido por los amigos que encuen
tran los oprimidos en el Norte de América, y que debian reunirse
muy en breve con su madre en Africa.
315

CAPITULO XLIV .
EL LIBERTADOR .

Jorge Shelby solo escribió dos palabras á su madre para anun


ciarlael dia de sullegada, pues desde que ocurrió la muerte de su
antiguo amigo no habia tenido gusto para escribir.
Toda la casa se puso en movimiento el dia que esperaban á Jorge
Shelby. Se puso la mesa y nuestra buena amiga Chloé , vestida de
centemente , estaba loca de contento .
- ; Qué bien va a estar aquí ! decia ella. Le he destinado el pues
que mas le gusta , junto á la lumbre, pues el señor Jorge siempre
tiene frio . ¿Tiene Vd . noticias de Jorge, señora ?
-Sí , Chloé ; pero solo me escribió dos líneas para decirme que
llega esta noche.
¿No dice nada de mi viejo ?
No, de nada me habla , pues quiere decirme muchas cosas
cuando nos veamos .
Sí, sí, el señor Jorge siempre está mas dispuesto a hablar que
stá escribir .
La señora Shelby se sonreia al oir las precedentes palabras.
Creo que mi pobre marido no reconocerá ya á sus hijos cuando
los vea , porque han crecido tanto y son tan despejados que es una
maravilla.
En esto se oyó el ruido de un coche , y la tia Chloé corrió hacia la
ventana .
Aquí está el señor Jorge !
La señora Shelby corrió presurosa á abrazar a su hijo ; y la tia
Chloé,
curidadcon
.
los ojos casi fijos, parécia buscar á su marido en la os
Jorge se adelantó hacia ella y le dió un apreton de mano.
-ioh , pobre Chloé ! dijo él; todo lo que tengo lo hubiese dado
por traértele conmigo, pero está en otra patria mejor que esta.
La señora Shelby dió un grito que marcaba un profundo dolor ;
pero Chloé no dijo una palabra.
lado .
Mi pobre Chloé, dijo la señora Shelby, siéntate aquí á.mi
Oh , señora, perdóneme Vd ... no puedo hablar y mi corazon se
halla despedazado!
-

Comprendo tu dolor, Chloé ; no puedo remediarlo , pero dirigete


á Dios que sabe curar todos los males del corazon .
Durante algunos minutos todos lloraron en silencio, y luego Jorge
Shelby se puso á contar, con una elocuente sencillez, el glorioso
martirio de Tom , repitiéndoles sus últimas palabras .
Un mes mas tarde todos los esclavos se reunieron para oir una
comunicacion de la boca de su amo. Este les dijo que desde aquel
316
mismo momento les daba a todos la libertad. Aquellos hombres pro
rumpieron en gritos de gozo, y muchos de ellosle suplicaron que no
los despachase , y hasta querian devolverle el acta que los eman
cipaba .
· Nosotros no deseamos mas libertad que la que tenemos en casa
de Vd ., y quisiéramos no apartarnos nunca de nuestro amo.
Hijos mios, dijo Jorge, no se necesita que me dejeis, pues el
cultivo de estas tierras exije los mismos trabajos que antes . Os pa
garé un salario que arreglaremos entre nosotros, yen el caso en que
yo llegase á empeñarme ó que muriese, no teneis que temer que os
vendan ú os dispersen. Ya me ocuparé en enseñaros cómo debe ha
cerse uso de los nuevos derechos que os doy, y espero que no olvi
dareis mis consejos y que os conducireis siempre como hombres de
bien. Ahora, amigos mios, es preciso que deis gracias a Dios por ba
ber alcanzado la libertad.
Un anciano negro, de aspecto patriarcal, encanecido bajo el techo
de la casa de sus amos, y que habia perdido la vista hacia algunos
años , dirigió hacia el cielo sus trémulas manos diciendo : ; Démos
gracias al Señor !
Todos se arrodillaron , y de seguro TeDeum mas poético no se ha
elevado al Altísimo, aunque no estuviese acompañado del sonido del
órgano ni de las campanas.
Otro negro entonó un himno metodista cuyo texto es como sigue :
Hé aquí la hora del jubilo !
Dios nos colma de bienes
Entrad en vosotros mismos ,
Pecadores arrepentidos.

Despues de estos cantos, la multitud rodeó á Jorge Shelby para


dirigirle alabanzas y plácemes.
Todavia una palabra, dijo él á los emancipados. ¿ Se acuerdan
Vds. todos del buen viejo tio Tom ?
Jorge, despues de haberles hecho un relato sucinto de la muerte
de su amigo,les trasmitió las últimas palabras que aquel habia pro
nunciado ; despues añadió :
- Sobre su tumba, amigos mios, he jurado ante Dios que no ten
dria esclavos en lo sucesivo ; que no permitiré que separen á ningu
no del lado de los suyos para morir como él en un fundo lejano. Así,
cuando Vds . se ſeliciten por su libertad , acuérdense que la deben a
ese honrado é infeliz esclavo, y pruébenle la gratitud de Vds. cui
dando y consolando á su mugery á sus hijos . Pensareis en la liber
tad de que gozais cuantas veces veais la cabaña del tio Tom , que os
recordará que ha dejado un ejemplo digno de imitacion y que Vds.
deben seguir y tratar de ser buenos , fieles y cristianos como él .
317

CAPÍTULO XLV.
CONCLUSION .

Se nos ha preguntado muchas veces si esta historia era verdadera


y vamos á dar una solucion á esa pregunta .
Los variados incidentes de que se compone el conjunto de esta
narracion son de la mayor autenticidad. Nosotros hemos sido testigos
.

de algunos y otros los debemos al dicho de amigos personales. Los


caractéres que hemos pintado son copiados del natural hemos oido
o nos han contado, el mayor número de palabras que les atribuimos.
Tanto en lo moral como en lo físico, Elisa es un retrato.La piedad,
la probidad, la fidelidad incorruptible del tio Tom, tiene, segun
nuestra opinion mas de un modelo . Ciertas escenas que parecen en
efecto novelescas han pasado á nuestra vista misma. Es un hecho
muy conocido el de la madre que atraviesa el Ohio sobre el hielo .
Unhermano del autor, cajero en una casa de comercio de Nueva
Orleans, le ha contado la muerte de la vieja Prue ( capítulo XIX ).
De él hemos recibido tambien los detalles de la finca de Legree cuya
habitacion habia visitado . El nos ha escrito con ese motivo lo si
guiente : « Ese hombre me ha hecho tocarle el puño que era tan
sólido como una barra de hierro ó un martillo de herrero, dicién
dome que las callosidades que se le notan provenian de los golpes
que habia pegado á los negros. Cuando sali de su casa respiré con
mas libertad, meparecia que me escapaba de la caverna de un ogro . »
Testigos oculares nos han revelado que se cuentan numerosos
ejemplos de muertes trágicas parecidas a la que sufrió Tom . Recuér
dese que en los Estados del Sud es un principio de jurisprudencia
que ningun hombre de color se admita como testigo á deponer con
tra un blanco, y se comprenderá facilmente los horrores que pueden
cometerse dónde quiera que haya un hombre un cuyo corazon, la
pasion dominante sea el interés, y un esclavo que tenga ánimo su
ficiente para entrar en lucha con ese principio. La sola proteccion de
la vida del esclavo es el carácter del amo . Los terribles aconteci
mientos , sobre los cuales no osa detenerse la imaginacion , llegan
muchas veces al oido del público, y los comentarios de que son
objeto son á veces mas tristes que el hecho en sí mismo. « Posible
es que esos sucesos, dícese, tengan lugar allí de tiempo en tiempo ,
pero son escepciones. »
Si las leyes de la Nueva -Inglaterra permitiesen al maestro cas
tigar de vez en cuando á su aprendiz hasta causarle la muerte, sin
merecer pena por ello, mostraríase la misma indiferencia ? diríase :
¿ Esos casos son raros ; esas son escepciones ? Semejantes iniqui
dades son inherentes al sistema de esclavitud ; no puede existir ic .
uno sin lo otro : 27 "
318
Los acontecimientos que han seguido las aventuras de la Perla
han dado importancia, a la venta pública de jóvenes y hermosas mu
latas . Estractamos el pasage siguiente de la defensa queel abogado
Horacio Monn ha hecho sobre ese negocio .
« Entre las sesenta y seis personas, que en 1848 intentaron fu
garse del distrito de Colombia á bordo del buque la Perla >, habia
muchas jóvenes dotadas de esas gracias especiales que tanto apre
cian los conocedores. Una de ellas era Isabel Russelle. Cayó en
poder de un traficante que la vendió en Nueva-Orleans. Todos cuan
tos la vieron se compadecieron de su suerte . Ofrecieren volverla á
comprar por la suma de ochocientos pesos pero su amo se manifestó
inexorable. Ya en camino para Nueva-Orleans Dios tuvo piedad de
ella permitiendo que muriese; acompañábanla dos muchachas de
apellido Edmundron : en el momento en que se dirigian para ser
puestas en almoneda pública, la hermana mayor le suplicó al amo
que no las vendiese . Èl se burló de ella diciéndola que tendria bue
nos vestidos y buenos muebles . Sí , respondió ella ; eso es bueno en
>

esta vida , pero & y en la otra ? Fueron enviadas áNueva-Orleans y


vueltas á vender en pública subasta. »
¿ No es evidente, despues de esto, que la historia de Emelina y de
Cassy no son imaginarias ?
La justicia exige que digamos que los hombres de la naturaleza
de Saint-Clare, no son unos héroes de novela, y esto nos lo probará
la anécdota siguiente. Hace algunos años que un joven del' sur se
hallaba en Cincinati con un esclavo favorito llamado Nathan . Este
esclavo aprovechó la circunstancia de hallarse en un estado libre
para adquirir la libertad por medio de la proteccion de un cuakero .
El propietario se indignó, pues siempre habia tratado bien á Nathan
y contaba con su afecto. En su consecuencia se presentó en casa del
cuákero ; pero como era hombre franco y recto se dejó alucinar por
los argumentos de aquel. En fin el propietario del esclavo dijo al
cuákero que podian reunirse un dia, y que si el esclavo le decia en
su presencia que queria ser libre accederia inmediatamente a sus
deseos. La entrevista tuvo lugar y el joven preguntó. á Nathan si
tenia motivo para quejarse .
- No señor, dijo Nathan, pues Vd . siempre ha sido buen amo.
Entoncés į porqué quieres dejarme?
Porque Vd . puede morir y en este caso no sé lo que será de
mí .... Por eso quisiera ser libre.
Despues de haber reflexionado un momento, contestó el jóven.
Nathan , si yo estuviese en tu lugar, pensaria como tú .
Inmediatamente mandó estender el acta de emancipacion , entregó
al cuákero cierta suma de dinero para atender a las primeras nece
sidades del esclavo , y escribió á éste una carta muy afectuosa, que
hace honor a los habitantes del Sur.
Durante mucho tiempo evitamos ocuparnos de la esclavitud, per
suadidos de que era un asunto muy penoso, y penetrados al mismo
tiempo de que el progreso de las luces haria desapareeer este triste
estado, pero leimos con sorpresa el acta legislativa de 1850, por la
319

cual un pueblo cristiano recomienda como deberel que se denuncie


á los esclavos fugitivos. Hombres honrados y benéficos pertenecientes
á los Estados libres del Norte examinaron hasta qué punto podia
conciliarse este nuevo deber con el espíritu del Evangelio , y nos di
jimos : « Esos hombres no saben lo que es la esclavitud. » Y desde
el momento concebimos la idea de trazar su historia bajo una forma
dramática .
A vosotros me dirijo habitantes del Sur, á vosotros que habeis sa
bido resistir á funestas influencias para conservar intacta la nobleza
de vuestro carácter ; pero vuestra jurisprudencia al no admitir la de
posicion de un esclavo , hace de un propietario un déspota sin ningu
na responsabilidad .
Las leyes americanas miran hoy la compra de los negros como un
acto de piratería ; pero no es menos cierto que de la esclavitud de
los Estados Unidos resulta un comercio organizado como el que
existia en otros tiempos en las costas de Africa.
Solo hemos dado una idea imperfecta de los males que aquejan á
estas horas á muchísimas criaturas humanas, pues se ven madres que
han dado muerte á sus hijos, para buscar ellas la muerte tambien á
fin de sustraerse á unas miserias peores que la muerte misma . No
se puede escribir ni decir nada más trágico y espantoso que las es
cenas que se ven con mucha frecuencia en nuestra patria , á la som
bra de las leyes americanas y de la cruz de Jesucristo .
i o vosotros hombres y mugeres de América ! ¿ Sereis indiferentes
á una cuestion de tanto interés ? Y vosotros arrendatarios de Massa
chussetts, de New -Hampshixe, de Vernont,deNueva York y del Ohio,
& debereis acaso estimular la esclavitud ? Y vosotras tiernas madres,
vosotras que guiais los primeros pasos de vuestros hijos y que pro
tegeis sus movimientos, vosotras que les disteis la leche de vuestros
pechos, &e decidme pues si la institucion de la esclavitud es buena ó
mala, si se debe prohibir ó tolerar ?
Vosotras decís que los habitantes de los Estados libres no deben
mezclarse en esa cuestion. ¡Ojalá que eso fuese así ! pero los habi
tantes de esos Estados han tomado parte en el desarrollo de un odio
so sistema, siendo tantomas culpables á los ojos de Dios , cuanto que
no pueden escusarse como los habitantes del Sur con sus costuin
bres y educacion .
Si las madres de los Estados libres hubiesen tenido en otros tiem
pos los sentimientos que debian tener, ciertamente los hijos de los
Estados libres no hubiesen cooperado a la conservacion de la escla
vitud en América ; los hijos de los Estados libres no se han mostrado
jamás como amos crueles é implacables ; ni en sus operaciones co
merciales han aceptado nunca a los hombres en cuerpo y en alma co
mo equivalente del dinero. Existen sin embargo numerosos esclavos
pero éstos no lo son sino por un tiempo determinado, pues que una
vez espirado son reclamados por los comerciantes de las ciudades del
Norte . Por consiguiente į el crimen de la esclavitud , debe recaer es -
clusivamente sobre los pueblos del Sur ?
Mas, ¿ cuál es la autoridad de un individuo ? Todos pueden ser jue
320
ces. Una admósfera de influencia simpática, circunvala a todos los se
res humanos ; y el que formule una opinion sabia, y vigorosa relativa
á los grandes intereses de la humanidad, hace al mundo el mayor
servicio que imaginarse puede. ¿ Estais de acuerdo con los divinos
preceptos del Salvador del Mundo, de Jesus crucificado ? ¿ Os deja.
reis corromper por los sofismas y por la falsa é impía política del
mundo?
Cristianos del Norte , todavía conservais la autoridad de vuestras
palabras y acciones . ¡ Podeis orar ! Creis en la oracion, ó no la con
siderais sino como una vaga tradicion apostólica ? Si orais por los
paganos de legiones lejanas, por qué no implorais asimismo à Dios
por los paganos que viven entre vosotros ? Rogad en fin por esos cris
tianos abandonados, cuya educacion religiosa depende del buen éxito
del comercio, y los cuales se ven en la imposibilidad de permane
cer fieles a la moral del Evangelio, si Dios no les concede el valor y
la gracia del martirio.
Aun hay mas. Pobres fugitivos, restos de familias dispersadas,
escapadas milagrosamente de sus cabañas se refugian en los Estados
libres del Norte. Durante mucho tiempo , sus facultades morales é
intelectuales han sido alteradas por un sistema que destruye todas
las nociones de lo justo é injusto, y se vienen á buscar entre noso
tros
hac
unenasilo , la educacion y las luces. Y vosotros cristianos que
favor de esos infelices ? No debeis reparacion alguna á la
raza africana , envilecida por los bárbaros tratamientos delos ame
ricanos ? ¿ Quedarán cerradas, por ellos, las puertas de vuestros tem
plos y de vuestras iglesias ? ¿ Se levantarán los Estados para arro
jarios de su suelo ? ¿ La Iglesia de Jesus Cristo verá silenciosa los
ultrages que sufren esos desgraciados séres ? ¿Repelará una mano
suplicante que ellos le tienden ? < Aplaudirá la barbarie que intenta
cazarlos fuera de nuestras fronteras ? Si esto es así , nuestra pa
tria tendria razon en temblar, al recordar que la suerte de las na
ciones está en las manos de un Dios remunerador.
Ustedes dicen : No tenemos necesidad de ellos aquí , que se
vuelven al Africa, » que la Providencia les haya proporcionado un
refugio, es un hecho grande y digno de notarse. Pero no es una
razon para que la Iglesia de Cristo rehuse á esos proscriptos un
apoyo que debe concederles.
Si se poblase Liberia con una raza ignorante, sin esperiencia, me
dios bárbaros, apenas escapados del estado de servidumbre, se pro
longaria indefinidamente ese periodo de rudos trabajos porque debe
pasar todo nuevo establecimiento. Que la Iglesia acoja á esos párias
con el espíritu de Cristo ; que se aprovechen de los beneficios de una
sociedad republicana y cuando hayan adquirido ciertos grados de
madurez intelectual que nos les envie á la colonia donde puedan
poner en práctica las lecciones que hayan recibido en América.
Algunos hombres del Norte han seguido este método , del cual ha
resultado que los antiguos esclavos han adquirido rápidamente la
instruccion , la fortuna y la reputacion. Se han distinguido por sus
talentos , y señalados por admirables rasgos de probidad, de senti
321
mientos y heróicos esfuerzos en favor de sus hermanos que aun per
manecen bajo el duro yugo de la esclavitud. En suma han admirado
con sus virtudes á cuantos han meditado sobre su estado presente y
la funesta abyeccion en que habian permanecido por tan largo
tiempo .
El autor de este libro, habiendo vivido mucho tiempo en los Es
tados en donde reina la esclavitud ha observado con atencion a los
hombres que se han libertado de tan detestable yugo . Algunos han
servido a su familia, y á defecto de escuelas públicas , los educaba
.
particularmente en compañía de sus propios hijos : el testimonio de
los misioneros que reciben y amparan a los fugitivos, coincide con
su misma esperiencia, y así ha concebido la idea mas formal de la
alta capacidad de los negros.
Apenas los esclavos han adquirido su libertad , hacen los mayores
sacrificios para lograr suinstruccion y la de sus hijos. Las observa
ciones del autor, y los informes dados porlos maestros, han demos
trado hasta la evidencia, que los negros tienen suma facilidad para
aprender, que, en efecto aprenden pronto , y que están dotados de
una inteligencia sorprendente. Esta opinion, en fin, ha sido con
firmada por los resultados obtenidos en las escuelas fundadas por los
generosos habitantes de Cincinnati.
Hé aquí, en corroboracion , una nota que nos ha trasmitido el pro
fesor C. E. Etowe del seminario de Lane, - Estado del Ohio.- sobre
los esclavos emancipados , residentes actualmente en Cincinnati . La
aducimos para demostrar que la raza negra ha de sobresalir un dia,
que no debe estar lejano, por sus talentos, por su laboriosidad y por
su energía :
« B., ebanista , ha rescatado su libertad por la suma de diez mil
pesos fuertes, que habia ganado con su industria en el espacio de
veinte años.
3
« C., perfecto negro, sorprendido y capturado en las costas de
Africa, vendido en Nueva-Orleans, se ha rescatado por la suma de
seiscientos pesos y posee una fortuna de mas de veinte mil .
Cuenta 15 años de residencia .
« W. , mestizo, peluquero, del Kentucky y que está libre hace ya
3
diez y nueve años , se ha rescatado con toda su familia por tres mil
dollares, y posee veinte mil que ha ganado con su industria.
Q. D., mestizo , y, labandero en Kentucky, hombre libre hace
diez y nueve años, se ha rescatado con su familia por quinze mil do
Hares, murió hace poco á la edad de sesenta años , y poseia seis mil
dollares. »
El profesor Stowe añade : « A escepcion de C. , todos estos indivi
duos así , como á muchos otros que no cito , los conozco personal
mente . »
El autor se acuerda de una anciana muger, mestiza , empleada en
casa de su padre como labandera , la que tenia una hija casada con
un esclavo . Pues bien, esta última muger, económica á fuerza de
privaciones, llegó á reunir nuevecientos dollares para rescatar á su
marido .
.
322
A estos hechos podríanos añadir otros muchos que prueban la pa
ciencia , la probidad y la energía que despliega el esclavo luego que
se ve libre.
Añádese á esto que esos hombres han llegado á crearse una posi
cion social en circunstancias muy poco ventajosas. Segun las leyes
del Ohio el hombre de color no es elector, siendo de advertir que solo
sele permite poder deponer contra un blanco de unos cinco años á
esta parte . No tan solo hallamos esta clase de hombres en el Ohio,
sino que vemos en los Estados de la Union hombres sumidos antes
en las tinieblasde la esclavitud, y hoy dia, despues de haber llegado
á adquirir una buena educacion, se encuentran en una posicion hon
rosa. Pinnington entre los ministros, y Dongles y Ward entre los li
breros, nos ofrecen ejemplos de esta clase.
Si estaraza perseguida es capaz de triunfar de tantos obstáculos,
& qué no hará sostenida por la Iglesia?
Nos hallamos en un siglo en el que los pueblos se agitan convul
sivamente ; un poder, una fuerza secreta consterna el mundo у le
hace temblar. ‫ ¿ܐ‬Está segura acaso la América ? Toda nacion que to
lera en su seno tantas y tan grandes iniquidades lleva en sí los ele
mentos de esta convulsion .
¿ En qué consiste esta poderosa influencia que se advierte en todas
partes, y que todas las lenguas pronuncian las palabras LIBERTAD É
IGUALDAD ?
Oh Iglesia de Jesu -Cristo, comprende las señales de estos tiempos !
¿ No es esta influencia el espíritu de aquel áá cuya voluntad se so
mete el cielo y la tierra ?
Vendrá un dia, dice el Evangelio, en que se presentará el Cristo
para juzgar á aquellas que quitan al pobre su salario, que oprimen á
la viuday al huérfano, y aniquilará al opresor.
Estas palabras deben ser terribles para una nacion que llevaen sí
una mancha indeleble.Cristianos, cuantas veces oreis para que llegue
el reinado de Dios, į olvidais acaso que los profetas nos han anun
ciado con terrible acento el dia de la venganza y de redencion al
mismo tiempo ? Aun nos queda quizás un plazo mas o menos lejano
antes que estas cosas sucedan ; pero el Norte y el Sur ban sido cul
pables ante los ojos de Dios, y los hombres tendrán que dar una cuenta
severa. Los Estados- Unidos no se salvarán ocupándose en concertar
la proteccion de la iniquidad, .y creando un capital comun de barba
rie; pero pueden salvarse por el arrepentimiento, la justicia y la mi
sericordia. La ley física por la quese precipita en el Océano una
muela de molino, no es mas cierta que la solida ley en virtud de la
cual la injusticia y la crueldad atraen sobre las nacioncs la ira del
Todopoderoso.

FIN DEL TIO TOM .


INDICE.

2 Páginas.
INTRODUCCION .
CAPITULO PRIMERO. Donde el lector hace conocimiento con un
hombre humano .. 7
II . La madre . 14
III . Esposo y dadre. 17
IV . La cabaña del tio Tom .. 21
V. Donde se ve todo lo que sufre una propie
dad viva que cambia de amo. 30
VI . Descubrimiento . 37
III

VII . La fuga . 43
VIII . Los cazadores de hombres . 52
IX . Donde se vé que un senador no sino un
hombre 61
X. Entrega de la mercancía. 73
11

XI . Pronunciamiento de los negros de una pro


Curiosa contra el propietario
piedadesplicacionde . .
comercio
88
XII . un legal . 91
XIII . Los Cuákeros 103
XIV . Evangelina . 110
XV. Un nuevo amo de Tom . 117
XVI . El ama de Tom 128
XVII . La defensa del hombre libre . 142
XVIII . Tribulacion de miss Ofelia . 154
XIX . Continuacion de los esperimientos de
miss . Ofelia . 166
XX . Topsy . 181
XXI . Kentucky 189
XXII . La yerba seca , la flor marchita . 192
XXIII . Enrique . 196
XXIV . Tristes presagios . 201
XXV . La leccion . 205
XXVI. La muerte . 208
XXVII . Pesadumbres. 218
XXVIII . La reunion . 223
XXIX . La debilidad sin apoyo . 232
XXX . El barracon de los esclavos. 236
XXXI . La travesía . 244
XXXU . Lugares sombrios 247
XXXIII . Cassy. 253
XXXIV . Historia de la cuarterona . 258
XXXV. Las prendas de ternura . 267
XXXVI . Emelina y Cassy. 271
XXXVII. Libertad . 276
XXXVIII . La victoria . 281
XXXIX . La estratagema. 287
LX . El martirio . 294
LXI . El amo 299
LXII . Historia de los aparecidos . 304
LXIII . Jorge y su familia. 308
LXIV . El libertador. 315
LXV. Conclusion . 317
TE
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B TIN DE LA TABLA .
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Biblioteca Ateneu Barcelonès

1006604889

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