De la película Viejo Calavera, entendí poco, en el sentido que solemos acordarle a

este verbo. Si es por seguir un argumento, se me hacía difícil encontrarle el hilo,

más allá de momentos, escenas dispersas que iban organizándose en una sucesión
lógica, pero no tan evidente, que yo iba restituyendo como podía. Un modo
bastante hermético de narrar, diría, aunque sencillo –haciéndose eco, tal vez, de los
modos y maneras de los protagonistas-. Tampoco pude comprender mucho de los
diálogos: distintas entonaciones, modismos, giros regionales, una articulación
diferente, acentuada en el caso de los obreros por el infaltable acullico, sonido
ambiente, saturado a veces de ruidos.

Y sin embargo, pude comprender tanto de los modos de vida difíciles y sacrificados
de los mineros y de sus familiares; de la dureza de su trabajo, en condiciones
extremas, riesgosas y de ningún modo bien recompensadas. Todo esto, gracias a la
puesta en escena que nos sumerge en lo profundo de las entrañas de la tierra hasta
sumirnos en la más profunda oscuridad, cortada únicamente por los haces de luz
de las linternas y a la ambientación sonora que completa la sensación de
embotamiento y aturdimiento por el ruido de las máquinas, cuando no con un
gruñido sordo y amenazante: la tierra se estremece, el peligro acecha.

Claramente contrapuestas, algunas escenas “al aire libre”, mitigan esas

sensaciones: la búsqueda en las montañas, los momentos de descanso de los
trabajadores, el viaje final, abren otros horizontes reales y simbólicos; aportando
nuevos matices y complejizando las descripciones.

No puedo dejar de ver este film en espejo invertido con el de Weerasethakul: uno
tan claro y luminoso, despojado, contenido y asordinado; y el otro, éste, oscuro,
agobiante por momentos, ruidoso y dramático. No obstante, en ambos casos, las
películas recrean un contexto y situaciones - laborales, afectivas, existenciales,
cotidianas,-exóticas para muchos de nosotros. Y al mismo tiempo, privilegiando la
vía de las sensaciones, logran transportarnos a esos mundos, enriqueciendo
nuestra comprensión de tan diversas realidades y culturas.