En el texto Freud desarrolla temas muy relevantes para el ser humano en lo que concierne a la sexualidad,

va desde la infancia y como se vive la sexualidad en las primeras etapas de la vida hasta las controversiales
desviaciones sexuales a las cuales denomina, inversiones (personas invertidas – homosexuales).

En lo que respecta al primer ensayo de las aberraciones sexuales, describe como el gusto por el mismo
sexo, puede ser originado por diversas circunstancias, los invertidos anfígenos (hermafroditas
psicosexuales) donde el objeto sexual puede ser o no del mismo sexo, los invertidos absolutos que su objeto
sexual siempre es de su mismo sexo y los invertidos ocasionales quienes bajo ciertas circunstancias del
exterior, se presenta una inaccesibilidad del objeto sexual (persona del mismo sexo). Estas manifestaciones
de la sexualidad pueden conservarse a lo largo de la vida o desaparecer en algún momento; también puede
ser parte del desarrollo normal.

Para Freud el concepto de inversión consiste en concebirla como un signo innato de degeneración nerviosa.
Así mismo la degeneración se puede ver:

1. Cuando varias desviaciones graves coincidan

2. La capacidad de rendimiento y supervivencia aparezcan deterioradas gravemente.

Por otro lado, existen hechos que hacen ver que los invertidos no son degenerados:

1. Se puede ver la inversión en personas que no presentan ninguna otra desviación grave respecto a
la norma.
2. Y en personas cuya capacidad de rendimiento no está deteriorada, y que además poseen un
desarrollo intelectual y una cultura ética particularmente elevados.

De acuerdo al texto, en los casos que se consideran anormales hay una unión muy fuerte entre la pulsión
sexual y el objeto sexual; al comienzo la pulsión sexual es independiente del objeto.

Mucho tiempo se tuvo la creencia de que la pulsión sexual se manifestaba hasta la adolescencia; esto
debido a que existe un periodo en la infancia al que se le conoce como “amnesia infantil”, esta se presenta
en la mayoría de los seres humanos que se da en los primeros años de vida hasta el 6to u 8vo año de vida.
Estas experiencias que se han olvidado dejan huellas profundas en la vida anímica del adulto, y pasan a ser
determinantes para el desarrollo.

Existe cierta relación entre el estado anímico del niño y el del psiconeurótico, en la amnesia infantil, esta
última está muy en contacto con la represión. Sin la existencia de la amnesia infantil, se podría decir que
no existe la amnesia histérica.

La latencia hace referencia a que el recién nacido viene con mociones sexuales que se desarrollan en cierto
lapso, después pasa por una progresiva sofocación, la cual puede ser quebrantada por oleadas de avance
del desarrollo sexual.

Durante el periodo de latencia se edifican los poderes anímicos, que más tarde se presentan como
inhibiciones en el camino de la pulsión sexual y acortan su curso a la manera de unos diques (asco,
sentimiento de vergüenza, reclamos ideales en lo estético y lo moral).

Se tiene la idea de que en el niño civilizado estos diques se deben a causa de la educación. En realidad, este
desarrollo es de condicionamiento orgánico, es decir, que se aprende intuitivamente del entorno.
Mediante esa desviación de fuerzas pulsionales sexuales de sus mentas y su orientación hacia metas nuevas
(sublimación), se adquieren poderosos componentes para todos los logros culturales.

S. Freud. (1905). Tres ensayos de la teoría sexual.